El cantico del Pais de Wano [Némesis-Dacren] [Privado] {Jue 21 Ago 2014 - 22:19}

Off Rol:

La noche era horrible, el viento soplaba con fuerza mientras iba dejando los árboles tirados por el suelo. La fuerza de su cólera era la suficiente para arrancar los fuertes troncos del suelo y dejarlos como simples trozos de hierba ante el poder de un huracán. Muchas pequeñas casitas habían sido arrasadas y para colmo se escuchó un trueno desde el cielo, que inició una poderosa lluvia que comenzó a caer sobre aquella isla. La gente como era normal, no salía de sus casas y el sitio más seguro era un enorme castillo que podía verse desde toda la isla debido a su gran altura y a su esplendor. Sin duda alguna, se trataba de una noche, realmente espantosa. No había muchas noches así, pero en el nuevo mundo al parecer si las había y no era novedad que pasará eso por aquel sitio. La oscuridad poco a poco se fue marchando, hasta que el día salió. Por fin todo había acabado, las personas podrían estar seguras de salir, algunos lamentarías las siembras que habían sido arrasadas, en verdad habían tenido mala suerte. Algunos graneros habían salido volando, pero por suerte los animales del interior estaban como nuevos, ahora comenzaba otro día.

El sol iluminó la isla entera, la lluvia ya había cesado y solo quedaban charcos por los caminos, eran las nueve de la mañana y parecía un día tranquilo a comparación con el anterior. El viento solo hizo acto de presencia en una pequeña ocasión. Había un camino que conducía al pueblo, por este camino pasaba una figura. Era un tipo alto, su pelo era azulado y alborotado, en su mejilla derecha llevaba media máscara en forma de calavera. Sus ojos eran azulados aunque mucho más oscuros que el azul de su pelo, el cual era igual de claro que el cielo. Vestía con una chaqueta de color blanca, la cual dejaba abierta mostrando su desarrollada zona abdominal. En su último abdominal izquierdo, llevaba tatuado el numero “6”. Su pantalón era blanco y largo y le quedaba bastante grande, lo llevaba sujeto por un cinturón negro, donde portaba también una funda larga y negra. En ella guardaba su mejor arma, una Katana de color azul de un increíble acero y muy dura y afilada. En sus pies llevaba unas simples sandalias y el tipo caminaba de forma lenta con las manos en los bolsillos y expresión arrogante y chulesca ante todo.

Parecía todo un samurái, además la isla en la que estaba le venía perfecta al ser esta una isla de samuráis. Además de que este chico contaba con muchas sorpresas, de repente sus ojos pudieron ver como un carro se acercaba. Dicho carro estaba siendo transportado por una mula de color blanco junto a otra de color gris. El hombre que las llevaba era un tipo mayor con un moño en la cabeza y vestido con un kimono verde oscuro. Su color de pelo era moreno, en su cinturón se podía ver una funda de Katana también, detrás a simple vista de podían ver dos simples ciudadanos que seguramente habían pagado para llegar al pueblo. Las ruedas del transporte no parecían muy resistentes y el tipo que lo dirigía parecía estar en su mundo. Tal vez podía atracarles y llevarse el carro para no tener que andar tanto, pues aquel tipo realmente era un vago. Ahora empezó a caminar lentamente hasta colocarse en mitad del camino, después se quedó mirando al carro, que poco a poco fue parando. El tipo que llevaba el carro frunció el ceño mientras llevaba la mano disimuladamente a su arma esperando a que el chico peli azul se quitase de en medio, cosa que no iba a pasar.

28/01/2012

Había llegado de madrugada al país de Wano, un lugar extraño para mi ya que nunca había estado aunque si conocía su fama, la isla de los samurays. Los viajes con los mercaderes no me acababan de gustar, pero no tenía otra forma de viajar por el momento. Durante el viaje no había podido descansar, tener que trabajar defendiendo el barco era algo tedioso pero al menos me pagaban por hacer viajes que tenía que hacer de todas formas. Mientras recogía mis enseres para marchar del barco el capitán de este se acercó a mi entregándome una bolsita con monedas, lo que interpreté como mi pago por los servicios realizados. Guardándome ahora la bolsa con las monedas en el bolsillo, bajé del barco y caminé hasta dejar la playa atrás.

El camino iba a ser largo y aburrido pero me daba igual tenía tiempo de sobra. Al poco de caminar oí como un carro se acercaba por mi espalda, un viejo lo pilotaba mientras que otra persona se acomodaba en la parte trasera del carro. Cuando este llegaba a mi altura, anduve a su lado durante unos metros mientras negociaba con aquel viejo para que me llevase a lo que el aceptó.

Antes de subir al carro, hice crecer del suelo una Scrychnos toxífera, la cual corté con un cuchillo, y haciendo uso de mis guantes cogí para seguidamente subir al carro. El tipo se extrañó al verme subir con una planta de la mano pero al poco tiempo le restó importancia. Si iba a ir en carro aprovecharía el tiempo para algo.

El carro se puso en marcha y al poco tiempo ya me había acostumbrado a sus movimientos por lo que comencé a trabajar. Metí las mangas de mi chaqueta por dentro de los guantes y me puse un pañuelo en la cara, con esto estaría mas protegido para realizar mi trabajo. Saqué un mortero de mi bolsa y comencé a machacar la planta.

-Perdona chaval, pero ¿no tendrás un poco de agua?

El chico asintió y me pasó una bota la cual casi me arrojó, mi aspecto al tratar dicha planta no le debía de dar mucha confianza. Fui añadiendo corteza de árbol, planta machacada y agua hasta que quedó a mi gusto, era un liquido algo pastoso, pero liquido al fin y al cabo. Mientras vertía el mejunje en varias probetas (4), el carro dio un frenazo cuando ya estaba terminando de llenar la ultima, menos mal que al quedar poco, no se me derramó.

-¿Que ostias haces viejo? casi nos matas aquí detrás.

Guardé las probetas en la mochila que llevaba, en la zona acolchada para que estuviesen a buen recaudo. Y seguidamente me quité los guantes y el pañuelo de mi cara mientras me giraba para ver lo que pasaba delante, ya que en el carro iba mirando hacia atrás. En medio del camino se veía a un tipo con ropajes blanco y el pelo azul, que pelo mas raro la verdad, me dije.

-Tu, chaval, ¿También quieres que te lleve el abuelete? Aunque tendrás que pagar unas monedas por un sitio.

Némesis continuaba en mitad del camino, su mirada ahora era bastante seria. Los dos animales comenzaron a ponerse nerviosos al no poder continuar su camino. La escena era bastante inquietante, los ojos de aquel tipo estaban clavados en los del anciano. Aquel tipo finalmente frunció el ceño pillando lo que pretendía hacer el peli azul. Se bajó del carro y miró a sus pasajeros sonriéndoles para que no se preocuparan. A continuación aquel hombre se acercó hasta el chico peli azul mientras desenvainaba una Katana de color blanco, era una buena arma, además en su otra mano parecía portar ahora una pequeña pistola. ¿Desde cuándo en aquella isla se usaban armas de fuego? Ese maldito hombre poseía un arma de fuego y una Katana y su mirada lo decía todo, pretendía que el revolucionario se quitara del medio. Si pretendía eso estaba mal de la cabeza. La sonrisa del peli azul ahora era sádica y bastante inquietante.

El cantico del Pais de Wano [Némesis-Dacren] [Privado] 57770-grimmjow_super

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- Si pretendes asustarme con esa pistola vas listo amigo.

Mencionó ahora aquel hombre mientras sonreía de lado de nuevo, aquel moreno no pareció tomárselo bien y apuntó al pecho del revolucionario. Este más rápido sacó su Katana azulada con agilidad lanzando un solo tajo y cortando el brazo de aquel hombre, el tipo gritó de dolor mientras ahora clavaba una rodilla en el suelo. El peli azul recogió la pistola metiéndola ahora en su cinturón, si alguno se metía, le metería doce balas en el cerebro, pues era lo que la pistola parecía tener. Ahora el moreno sacó su Katana blanca y se lanzó contra el chico, este interpuso la suya bloqueando su tajo, la sonrisa siniestra seguía estando en su rostro en todo momento y no pretendía hacerla desaparecer. Más tajos llegaron ahora, las dos armas de filo chocaban con agilidad, el peli azul continuaba con calma mientras parecía no esforzarse mucho con lo que hacía.

- ¡Fainarukatto!

Dijo en un grito el peli azul antes de lanzar un potente tajo directo al hombre del moño. Ambos quedaron quietos unos segundos ahora, después de unos instantes, un corte en diagonal de arriba abajo aprecio en el pecho del tipo moreno. La sangre empezó a fluir de su cuerpo y finalmente cayó al suelo muriendo en el acto. La mirada de Némesis ahora se centró en los dos ciudadanos que quedaban, uno había dicho que debía dar algunas monedas, pero ignoró ese hecho. Se arrodilló ante el cadáver del hombre que dirigía las mulas y sacó lo que parecían dos bolsitas de tela. Una de ellas se la metió en el bolsillo con confianza, la otra la lanzó al carro donde estaban los otros dos chicos. Acto seguido usó su Katana para cortar una de las cuerdas y liberar a la mula gris, se montó en ella despacio y miró a los otros dos.

- Es una vergüenza que un tipo lleve un arma de fuego en una isla de samuráis. Con esa bolsa tendréis para compraros algo. ¿Me acompañáis al pueblo? ¿O preferís seguir por otro lado caballeros?

Dijo ahora el asesino del pelo azul con una sonrisa tranquila. Un cobarde que usara armas no merecía la vida, no al menos si la usaba en un duelo honorable. Némesis solo la usaría si alguien con electricidad, veneno, fuego o algo por el estilo le atacase, por lo contrario solo prefería usar su espada como un buen samurái. Ahora sonrió de lado observando a los otros dos esperando una respuesta mientras se mantenía encima de la mula gris y guardaba su arma en la vaina.

28/01/2012

Menuda sangría acababa de preparar el tipo que hacía unos momento se postraba frente al carro. Ahora solo quedábamos vivos yo y el tipo que viajaba atrás conmigo. Mientras se subía al buey gris, el tipo nos ofreció ir al pueblo con el.

-¿Pretendes irte de aquí llevándote contigo a alguien que pueda hablar sobre lo sucedido? Por supuesto no hablo de mi, a mi todo esto me la sopla, yo solo quería llegar al pueblo sin caminar y ahora me estoy retrasando un poco.

El tipo de mi lado sollozó que no diría nada, pero con los tiempos que corrían no te podías fiar ni de tu propia sombra. Saqué mi estoque, al ver esto el tipo comenzó a echarse hacia atrás ayudándose de pies y manos para avanzar por el carro hasta que llegó al final, con paso tranquilo le seguí rodeando el carro mientras mojaba la punta del estoque con el veneno preparado durante el viaje.

Nada mas bajar del carro echó a correr, pero justo antes de poder salir de mi rango de acción clavé mi estoque en su pierna, en la parte trasera de su pierna, bajo el culo. El señor calló al suelo y se quedó apoyado en un árbol sentado. Me alejé de el hacia el carro para recoger la bolsa que el tipo del pelo azul había tirado y seguidamente me dispuse a soltar otro de los bueyes, este de color negro, para montarme en el.

Una vez ya montado pude ver como el tipo perdía fuerzas y se quedaba tumbado en el suelo, por lo visto el veneno había echo efecto. Limpié mi estoque con un pañuelo el cual arrojé al suelo y seguidamente guardé mi arma. Extendí mi mano hacia la derecha donde se encontraba el tipo del pelo azul.

-Encantado de conocerte, mi nombre es Raze.

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Re: El cantico del Pais de Wano [Némesis-Dacren] [Privado] {Vie 22 Ago 2014 - 13:53}

Re: El cantico del Pais de Wano [Némesis-Dacren] [Privado] {Sáb 23 Ago 2014 - 20:09}

Re: El cantico del Pais de Wano [Némesis-Dacren] [Privado] {Jue 28 Ago 2014 - 16:29}

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