Un extraño encuentro, ¿destino o casualidad? [Pasado] [Privado de Roxana-Midorima]

Había decidido ir a una isla cercana en busca de alimentos una vez que había podido ahorrar bastante dinero de manera poco honrada, pero no tenía opción. A penas disponía del dinero suficiente para un barco que le llevase a la isla, alimentos y quizá algo más, o eso esperaba ella. No sabía ni cuanto llevaba, pero el capitán del barco le aseguró que por algunas monedas le llevaba y le traía de vuelta.

Así pues, Roxana se subió al barco y fue a Isla de Down, hacia mucho tiempo que no pisaba aquella isla, le traía extraños recuerdos, confundidos entre bonitos y horribles, no sabía como sentirse. El viaje se le hacía eterno, el capitán del barco no era un gran conversador, y los demás tripulantes del barco eran adultos, algunos ligeramente borrachos, y no los conocía, al único que conocia era al capitán, quien le ayudó hace tiempo.

Una vez allí, se tomó su tiempo para mirar el lugar, el mar, respirar la brisa marina, edificios, y árboles. Todo estaba igual que la última vez. Un ligero escalofrío recorrió su cuerpo al pensar que podría encontrarse con gente conocida, pero por otra parte, ¿quien la iba a reconocer? Su ropa, cara y pelo cambió tanto en ese tiempo... Ya estaba hecha una mujer, nadie la reconocía, o eso esperaba.

Comenzó a caminar cuando sintió un barco cerca, ¿pirata? ¿De la marina? Quien sabe. Llevada por la curiosidad, se acercó al lugar del que procedía el sonido, no sabría decir de quien o qué era el barco, pero tras ver su aspecto, decidió ignorarlo, pues no le serviría de nada.

Finalmente caminó hacia la ciudad, donde caminó por las calles como una vez hizo... Esta vez con preocupaciones. Roxane se plantó delante de una casa, una casa bastante bonita, con aires de riquieza. Suspiró con una expresión triste y fue a algún sitio. Se encontró una taberna de la que salía un delicioso olor que le resultaba familiar.- Ese olor...- Pensó para si misma, entrando en la taberna.

Una vez dentro, una taberna llena de gente ruidosa, halbando entre ellos con felicidad. Roxane ingoró a todos y se dirigió a la barra, donde una señora, algo mayor, le atendió.- Esa cara...- Pensó, entonces, pidió un plato de sopa, el olor se le hacía más intenso y familiar. Finalmente se lo trageron, ahí estaba, uno de sus mas preciados recuerdos, delante suya... Comió con felicidad, como si no hubiese nada más en el mundo, una bella sonrisa se dibujó en su cara con cada sorbo que le daba a esa deliciosa sopa.

Justo cuando estaba terminando, se acercó alguien y, tras pedir lo mismo que ella, le preguntó la receta, en un tono bastante alto. Las personas que trabajaban allí estaban muy ocupadas y parecían tan concentradas que no le escucharon, o quizá le ignoraron para seguir trabajando. Roxana simplemente negó con la cabeza, sin siquiera mirarle.

Tras terminar pagó lo que debía y se disponía a salir por la puerta cuando un, ¿pirata? Si no lo era, al menos tenía pinta, alto, con una espada enfundada, barba y pelo corto, una sonrisa tétrica que penetraba el alma de Roxana. Por dentro sentía ligeramente, miedo, pero por fuera seguía tranquila.- Fuera.- Dijo de una manera fría, sin temblar siquiera. Al parecer, el pirata parecía algo ofendido, desenvainó su espada y se dirigió a atacar a Roxana, ella desenvainó su katana y, de un paso atrás, esquivó el ataque del pirata, ella se preparaba para atravesar su brazo, quizá su pierna, para dejarlo ligeramente incapacitado, pero la dueña de la tienda, una señora mayor, se interpuso entre ellos.

¡¡Alto!! ¡¡¡¡Altooo!!!! ¡Aquí no se admiten peleas!- Dijo la anciana, bajita, con un moño y el pelo blanco, vestía un delantal blanco y un vestido rosa palo.- ¿Dónde están vuestros modales? Y no me vale que se perdieron en el mar.- Tras decir eso, miró a Roxana con una sonrisa, al parecer, le había reconocido a pesar del tiempo que había pasado, Rox respondió simplemente desviando la mirada y con un ligero sonrojo.

Al parecer, aquella anciana era respetada, ya que el pirata envainó su espada y se fue al lugar en el que estaba en un principio. La mujer se acercó a Rox y le sacudó la ropa como pudo desde su baja estatura.- Ayyy.... Sigues igual pequeña... Seguramente volviste para ver como estaba todo y no para quedarte... Me alegro de verte.- Dijo la anciana, con un tono de preocupación, pero Roxana no respondió. Hizo una leve reverencia y salió corriendo del local, no fue muy lejos, simplemente dobló la esquina y se sentó en el suelo apoyada contra la pared, pensando en todo al mismo tiempo, autoabrazándose.

Midorima al escuchar la respuesta de aquella chica se puso algo triste, en verdad quería conocer la receta de esa sopa increíble para así lograr de algún modo podría experimentar con sus nakamas, pero bueno suspiro por lo bajo para luego terminar esa deliciosa sopa en segundos, estaba a punto de pedir alguna repetición pero fue entonces que el ambiente había cambiado de repente ya que al parecer en la misma taberna un maldito estaba a nada de hacer problemas, al parecer Shintaro tendría que interrumpir para dejar todo en la tranquilidad en la que estaba, pero fue entonces que la anciana dueña del lugar bajaba los ánimos, y también escuchó como le decía algo a alguien pero como estaba de espaldas no supo a quien, aunque seguramente era la niña que se había levantado segundos antes de que todo pasara.

Shintaro se tranquilizó, se levantó y dejó el dinero más que suficiente para pagar su sopa y también dejar algo de propina, le dio las gracias con un gesto a la anciana y luego se fue de la taberna con las manos en los bolsillos. Su mirada era tranquila, veía con atención lo que sucedía en aquel lugar, las personas estaban ocupadas en sus casas, algunos barriendo la entrada de sus casas otros abriendo sus ventanas, en fin muchas cosas que para Midorima era bastante aburrido, necesitaba algo de acción o por lo menos encontrar algo interesante que hacer fue entonces que a sus espaldas escuchó fuertes pisadas, al parecer alguien venía enfadado. Shintaro se giró para ver que era un tipo que llevaba una espada en mano, causando cierto temor en las demás personas que rápidamente encontraban refugio en sus casas.

¿?: Esa maldita niña me las pagaras. Hey tú mocoso pelo moco, sal de mi camino si no quieres salir mal parado.

Shintaro suspiró de forma pesada para luego simplemente ignorarle y entonces miró a los lados, no había mucha gente así que podría simplemente mandarlo a volar a la luna, sin pensarlo dos veces usando su gran velocidad fue que llegó donde estaba ese espadachín para luego conectar un poderoso gancho en el hígado que lo dejó tirado en el suelo, aparte había botado su espada, Shintaro con un ágil movimiento la levantó y la agarró con su mano, Shintaro le dio la espalda para luego empezar a caminar lentamente mientras le decía:

Midorima: Eso te pasa por meterte con un pirata…aun te falta mucho, novato.

Dijo mientras lanzaba la espada hacía atrás, esta se clavó a un lado del pirata de poca monta, sin más empezó a caminar nuevamente por la isla buscando al interesante que hacer, o bien encontrar a la chica que estaba a su lado, en cierta manera le había llamado la atención…así que miraba con atención a todos lados, buscándola.