Asderdeker contra Goliat

VS

-Cualquier isla. (dudo que luego consiga recordarla)
-Experiencia según las normas.
-Hay cicatrices, pero no amputaciones ni muerte.
-Sin salto de Turno.




Cubierta de grandes picos esta isla cuenta únicamente con un muelle como método de acceso, rodeado de "Montañas" o como las suelen llamar los habitantes "Bartoñas" de hasta unos 50 metros de altura prácticamente indestructibles. Por si no quedo claro en la isla no hay tierra en ninguna parte solo son restos de barcos y demás objetos que el mar arrastró hasta ahí.

Turnos: Los turnos serán al azar. Si sale 1, empieza Asderdeker, si sale 2, Karl.

Número aleatorio (1,2) : 2

(Off: Se me había ido la olla con este reto, lo siento)


- Umi wa mite iru...

Una voz solitario, grave y fuerte como de cantante de ópera, se hizo audible sobre el sonido del mar y el crujir de la madera de los barcos. Era una canción lenta y solemne. Un grupo de gaviotas alzaron el vuelo. Una figura avanzaba cantando, entre los restos de los navíos. Era un hombre alto, bastante musculoso. Tenía el pelo color castaño y en melena, y una espesa barba que le cubría toda la mitad inferior de la cara. Iba vestido con un traje de artes marciales blanco y un bastón de combate color negro a la espalda, sujeto por una cuerda. Del cinto le colgaban unos guanteletes metálicos con gemas. Llevaba en sus manos un cuenco de cerámica, y su rostro era serio. Parecía casi... cansado, pero no en un sentido fisiológico. Se acercó al mar cantando.

- Dakara michibiku tadashii sekai e...

Abrió el recipiente y echó su contenido al mar. Eran cenizas. La brisa marina las arrastró se las llevó consigo. El hombre respiró profundamente con los ojos cerrados, y suspiró. Dejó caer el recipiente, y se quedó mirando al horizonte, continuando la canción en voz algo más baja. Aquellas cenizas eran de alguien que había sido importante para él... un muerto más de la causa. Se sentó en un montón de maderos rotos, y se metió la mano por el cuello de la camisa sacando un guardapelo. Lo abrió y observó su interior canturreando, ahora en una voz que era casi un susurro. Lo cerró de nuevo y suspiró nuevamente. Se dio cuenta de que ahora no tenía nada que hacer... qué aburrimiento.

- En fin... ¿y ahora qué hago yo aquí?

Se sacó un puro y se lo llevó a los labios. Lo encendió con su zippo y se puso a fumar, mirando al horizonte. "A tu salud, maestro." Sopló una bocanada de humo en forma de anillo, y volvió a empezar la canción.

Estaba en mi bote tumbado, mirando al cielo con felicidad. Tenía mis ropas de siempre, mi gabardina y mis pantalones rotos. Mientras miraba el cielo y las nubes con formas, choqué contra algo, lo cual hizo que mi bote se destrozase y yo cayese al agua. Me había empapado y no me gustaba mojarme, a no ser que fuera para pescar, así que subí a un muelle que había y empecé a escurrirme el cuerpo.

- Arg, maldita sea. Odio mojarme. - Decía mientras me escurría y me ponía a cuatro patas.

Miré a mi alrededor, y solo veía restos de barcos y basura, lo cual me hizo preguntarme donde diablos estaba. Empecé a oler algo extraño, parecía una persona, así que me acerqué poco a poco a donde estaba el olor. Contra mas me acercaba, escuchaba cantar a alguien, susurrando tristemente. De repente me paré en seco y empecé a bajarme los pantalones, orinando en unos restos de basura. Cuando acabé de orinar, suspiré fuerte, mientras seguía oyendo aquella voz cantar, lo cierto es que no me gustaba nada.

- Ala, territorio marcado. Voy a ver de donde proviene esa horrible voz. - Decía mientras me subía los pantalones y me ataba mi cinturón.

Reanudé la marcha hacia aquel olor, hacia aquella voz horrible que cantaba. Caminaba hacia allí, a cuatro patas, como la bestia que era, hasta que me fije que había un tipo con el pelo largo y barba. Me acerqué a él y me puse a dos patas, mirándolo y le señalé con el dedo indice de la mano derecha.

- ¡¡Oye barbudo!! ¿¡Nunca te han dicho que cantas fatal!? ¡¡Cállate ya!!

Una vena se le marcó en la frente a Karl. El enorme Almirante se irguió cuan alto era y tiró su puro al mar. Caminó hacia él. Era bastante más grande y musculoso que el otro, aunque el joven tenía pinta salvaje. Sus dientes eran afilados, y su mirada, bestial. El marine entrecerró los ojos y se plantó ante él, enfadado. Aquel renacuajo que ni siquiera era particularmente famoso, o al menos ni su cara le sonaba de los periódicos, ni su ojo cyborg tenía información sobre él. Eso descartaba que fuese un CP o marine, o un criminal con recompensa por su cabeza.

- ¿Quién se supone que eres? ¿Sabes siquiera con quién estás hablando, chaval?

Parecía que al final iba a tener un entretenimiento. Esbozó una sonrisa malévola y lo miró fijamente a los ojos, desplegando su poder sobre él. El lugar comenzó a temblar, y el propio aire vibró por la intensidad de su presencia. Estaba empleando su haki del rey, sin liberarlo totalmente para no dejarlo inconsciente. Lo justo para dejarlo aterrorizado, que supiese que no había molestado a un don nadie. La figura del imponente luchador pareció crecer mientras empleaba aquel inmenso poder ancestral. Levantó la mano derecha y juntó su pulgar con el dedo corazón, como si fuese a chasquearlos. Comenzó a acumular energía en la mano, con el objetivo de generar una onda expansiva cuando los chasquease. Era una técnica que usaba para humillar a los rivales más débiles.

- Desaparece de mi vista.

Idai Yubi Kyoda [AMB]

En cuanto hizo el chasquido, se escuchó un pitido insoportablemente intenso, capaz de ensordecer a los que lo escuchasen. Una onda de choque salió en dirección al maleducado chico animal. Si le impactaba, lo empujaría varios metros. Seguramente quedaría ensordecido y aturdido por la combinación del haki y el ataque. Sin embargo no aprovecharía para golpearle, esperaría a que se recuperase a ver cómo reaccionaba. Se cruzó de brazos y observó a su rival.

El barbudo se levantó, tirando su puro al mar y acercándose a mi. Parecía cabreado, tal vez no le gustaba que fuesen sincero con él. El tipo empezó a desprender un aura extraña, el suelo vibraba, los restos de barcos se movían y yo, estaba entrando en pánico. No se que pasaba, pero una parte de mi tenía miedo de aquel poder que desprendía. El barbudo alzó el brazo derecho, cargando su mano de energía y con un chasquido, me mandó a volar varios metros. Choqué contra un pequeño barco destrozado, mis oídos pitaban y mis piernas temblaban. Aquel tipejo podía usar magia, así que sin duda, era un druida, por eso tenía el pelo largo y barba como los druidas. Necesitaba hacer algo, las piernas no me respondían ni mis manos. Vi un poco de agua en la carcasa de un barco, así que decidí meter la cabeza de golpe. El agua estaba fría, casi congelada y bastante sucia, pero eso me sirvió para despertarme. Me levanté, adolorido, con los oídos aún chirriándome, miré al druida mientras me crujía el cuello y hacía estiramientos de espalda y le saqué una leve sonrisa.

- Vaya, así que eres un druida que usa magia. Ahora que lo se, no volveré a tener miedo. Parece que no te gusta que sean sinceros..

Empecé a acercarme poco a podo a él, mientras me metía los dedos indice en los oídos para rascarme, debido a que me molestaba aquel pitido. Me puse a un metro de él y le miré fijamente a los ojos mientra le enseñaba mis dientes y le gruñía. Dejé de rascarme una oreja y le señalé con la mano derecha, mientras le decía enfadado:

- "¡¡Tú, maldito druida!! ¡¡Apréndete mi nombre!! ¡¡Soy el gran león Asderdeker y tu magia de miedo no volverá a funcionar!! ¡¡Así que lucha como un hombre y no uses magia!! - Le gritaba al barbudo druida enfadado.

Me agaché de golpe, después de decirle eso, poniéndome a cuatro patas enfrente de él. De repente, me levanté rápido, a gran velocidad, mientras dirigía mi puño derecho a su mandíbula con gran fuerza.

- ¡¡Matadruidas!! [AB]

Arqueó las cejas al escuchar las palabras del otro. ¿Un druida? Era cuanto menos un tipo curioso. Parecía dispuesto a pelear, así que el luchador se colocó en una guardia básica del Sokudan, su estilo de artes marciales. Le hizo un gesto con la mano derecha, provocándolo para que se acercase a atacarle. El chico se presentó como un "león" llamado Asderdeker. Karl se preguntó si lo de león sería un mero apodo o si haría referencia que poseía la shishi shishi no mi modelo león. En cualquier caso no parecía particularmente poderoso. Activó su haki observación tan sólo por si las moscas. La presencia de su rival no era particularmente poderosa, era más bien mediocre. No parecía usuario de una fruta, ni siquiera de haki. Visto lo visto, difícilmente le serviría para poco más que calentar.

Observó cómo le atacaba, y esperó al momento justo para interponer su brazo derecho. Al no ser su rival una amenaza, no se molestó en activar haki. Un error por su parte. El chico león había imprimido tanta fuerza en el golpe que se vio obligado a retroceder un único paso al no esperárselo, y sintió "dolor". Era la primera vez desde hacía años que un rival de tan baja categoría lograba herirle. Aprovechando el momento, no dejó tiempo a su rival para huir y le lanzó una palmada con la mano izquierda al pecho. Era un golpe lo bastante potente como para obligarle a retroceder, y con su fuerza, posiblemente dejarle sin respiración. A una persona con menos musculatura tal vez le habría partido la caja torácica, pero a su inesperadamente fuerte rival posiblemente le rompería una costilla como mucho, y eso si le daba de lleno.

Sokudan Move, Great Palm [AID]

Retrocedió un paso, sacudiendo su brazo derecho y frotándose el lugar del puñetazo. Le dolía a horrores y tenía la zona roja e hinchada. Era consciente de que si no hubiese tensado los músculos tal vez le hubiese roto un hueso. Miró con cierto respeto a su rival, y le dijo:

- No me esperaba semejante fuerza. Sin embargo, lo lamento por ti. Si ese es todo tu poder, no tienes nada que hacer. Apenas me has hecho un moretón - era plenamente consciente de que aquello era más que un "moretón", pero el factor psicológico era importante. De todos modos no había mentido con lo del poder - Por cierto, no soy ningún druida. Ni siquiera se qué es eso. Tampoco uso magia. Mi poder se llama "haki" - entrecerró los ojos con seriedad - Te has equivocado de persona a la que molestar. No se si me has reconocido... en todo caso, eso da igual. No estoy de servicio. Pero debes saber que soy Gran Maestro del arte marcial del Sokudan. Adivino que eres alguna clase de aventurero y hace poco que has comenzado tu viaje. Esto te servirá de primera lección. No es buena idea molestar al primero que aparece.

Se colocó en una posición diferente, con la pierna derecha estirada hacia delante, la izquierda flexionada y los brazos preparados para golpear, con el derecho por delante. Activó su Segundo Camino, haciendo que su cuerpo se hiciese más compacto y ligero. Aquella técnica aumentaba su fuerza enormemente a cambio de sacrificar un parte de su fuerza. También comenzó a rodearlo un aura de colores entre el amarillo, el naranja y el rojo. Se desplazó hasta él a tal velocidad que desapareció por un instante. Era su Paso Instantáneo, una técnica superior al propio soru. Se plantó justo frente a Asderdeker y comenzó a darle un combo de puñetazos y codazos en dirección a su pecho y cabeza a una velocidad absurda, que remató generando con su puño una onda de choque en dirección a su torso con su puño derecho.

Speed Sokudan: Combo Hits+Speed Cannon [AI]

Manual Prisa:

Conseguí golpearle, pero ni se inmutó, parecía que el druida tenía también magia curativa, si no no me lo explicaba. Acto seguido me lanzó una palmada al pecho, que intenté parar con la mano. Pensaba que al ser un druida no tendría mucha fuerza física, pero el golpe me hirió la muñeca, incluso me la rompió y aún así, consiguió golpearme en el pecho. Retrocedí bastante, el dolor que tenía era grande y parecía que aquel tipo no usaba toda su fuerza. Acto seguido me comento algo, sobre que su poder se llamaba "Haki" ¿Haki? ¿Podría aprender yo a usar eso? Miré a aquel tipo mientras le soltaba una leve sonrisa y me aguantaba el dolor.

- Soy Lion D. Asderdeker. Acuérdate de mi nombre, porque me vengaré.

El barbudo desapareció, apareciendo en el frente mío, y empezó a propinarme una serie de golpes en el cuerpo. Interpuse mis brazos en cruz, pero no sirvió de nada, su fuerza era descomunal. Estaba claro que no podía hacer frente a alguien así, aún tenía que mejorar bastante para poder enfrentarme a alguien de ese calibre. El tipo del Haki, remató el combo con una onda de choque, que me envió lejos, haciendo que perdiera la consciencia. No se donde aterricé, no me dio tiempo a darme cuenta ya que antes ya había sido vencido. Fue un corto combate, pero significativo para volverme mas fuerte.

Karl se crujió los hombros con un movimiento de cuello, y empezó a hacer estiramientos con los brazos. Qué decepción. Por un momento había pensado que su rival era más fuerte de lo que aparentaba, pero había sido tan sólo un golpe afortunado. Suspiró y se colocó bien su traje de artes marciales. Se quedó mirándolo con curiosidad y una mirada extraña. Así que "Lion". Era bastante irónico que se apellidaran igual. No era la primera vez que le decían que "se vengarían de él", pero hasta entonces ninguno de los novatos que se lo habían dicho se lo habían demostrado.

- ¿Quieres vencerme? Hazte más fuerte. Encuentra nakamas y entrénate junto a ellos. Vuélvete poderoso y temible hasta el punto de que los niños lloren y los hombres tiemblen ante la mera mención de tu nombre, y en ese momento te concederé una oportunidad de vencerme.

Estaba seguro de que aquel chico le sonaba, pero no sabía de qué. Se dio media vuelta y se alejó, en dirección a la orilla sur de la isla. Allí le esperaba un acorazado de la Marina para ir al Cuartel General. Llevaba demasiado tiempo desaparecido, y era el momento de retomar sus labores.

Lion D. Karl: 1500 de experiencia.

Asderdeker: 1275 de experiencia.

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