La lección, con sangre mucho mejor. (Privado Etsu/Aki)

Estaba aburrida. Su cabellera roja se agitaba al viento mientras, sentada al pie de una palmera, aguardaba. Sus ojos azules observaban la blanca arena y el azul del mar con frustración. No había gran cosa que hacer en esa isla, teniendo en cuenta que no podía dejar la playa. Tal vez su invitado llegase pronto, y si ella se encontraba selva adentro, no podría encontrarla.

Había comenzado hacía dos semanas. Dos tipos la habían asaltado en un callejón. Los despachó rápidamente, pero uno de ellos le dejó un mal corte en la pierna que la dejó temblando. Mientras se recuperaba del susto, comprendió que no podía seguir así. Sabía defenderse y pensar, pero sus ataques eran primitivos y carentes de originalidad. Ni siquiera había luchado nunca en su forma parcial, mucho menos completa. Y no tenía ni idea de como hacerlo. Así que, decidida, robó papel y tinta y mientras el dueño se tiraba de los pelos ella escribía con buena letra 5 copias del siguiente mensaje.



Mientras llegaba a la isla en cuestión, fue dejando cada uno de los papeles en una Isla diferente, buscando experimentar diferentes tipos de ataques, y además de esta manera se aseguraba de que no llegaran dos al mismo tiempo. Pero empezaba a hartarse de esperar, quedaban solo tres días para vencer el primer plazo. Si nadie llegaba debería esperar otra semana antes del próximo combate.

Se tumbó en la arena y empezó a hacer la croqueta, frustrada. No había dado su nombre, ¿Cómo se la imaginarían? Y ¿Cómo serían ellos?

Había leído unos días atrás una hoja que retaba a batirse en duelo. No solía acetar estas cosas, pero dado qué no tenía nada mejor que hacer decidí viajar a aquella isla. Llegué a la isla que se anunciaba en la carta y tras explorar durante un rato encontré a una chica acostada en la arena. Me acerqué a ella a la vez que sacaba el cartel, lo coloqué delante de ella y le pregunté.

-¿Eres la que ha escrito ésto? -dije tranquilamente mientras me fijaba en su físico -de ser así,, acepto el duelo.

Todavía seguía tumbada en la arena cuando un tipo llegó, preguntando por la hoja que había dejado por allá. Tratando de recuperar algo de dignidad, me senté en la arena algo colorada, y le mire. Pelo blanco, ojos azules, y una cara de seriedad bestial. Por un momento me hizo reconsiderarlo, pero no podía retroceder, ahora no. Y la verdad es que tampoco quiero. Pensé mientras me ponía de pie y le miraba a los ojos, recuperando la serenidad.

-Si, he sido yo. Me alegra que hayas venido, empezaba a cansarme de esperar. Pensé que nadie acudiría.

Algo perdida, coloqué discretamente la mano izquierda en la pierna, cerca de la liga donde guardaba mis cuchillos. No sabía como empezar un combate,y no tenía idea de qué iba a pasar ahora, pero era tranquilizador notarlos ahí. Saber que no estaba por completo desprotegida. Me alejé un par de pasos y haciéndole una invitación con el brazo, le dirigí una sonrisa:

-Te cedo el primer movimiento, si no tienes inconveniente.

Vi como se levantó sonrojada y me cedió el primer movimiento. Desenvainé lentamente mi katana, estudiando a la chica y viendo si podía tener algún arma oculta. Pero en un principio no me pareció ver nada. Una vez hube desenvainado corrí hacia ella con la espada hacia mi izquierda.

-¡Hebi Shikon! -exclamé al llegar donde estaba ella, realicé un giro y descargué un golpe directo a su flanco derecho para comprobar cual era su nivel. [AD]

Si no hubiera estado atenta no lo habría visto venir. Vi como desenvainó su katana y acerqué más la mano a mi muslo, pero aún no actué. No quería ponerle sobre aviso, la única ventaja de la que disponía era la sorpresa. Corrió hacia mí y respiré profundo, avanzando ligeramente un pie y trasladando el peso de mi cuerpo hacia la izquierda. Para cuando me golpeó estaba preparada, y todo sucedió en cuestión de segundos.

 Agarré uno de los cuchillos de mi liga y de un solo movimiento lo interpuse entre mi cuerpo y la katana. Bastó para parar el golpe, pero ni de lejos era tan fuerte como él, y no podía mantener esa posición por mucho tiempo, o el cuchillo quebraría o saldría volando. En vez de lanzarme hacia él, retrocedí separando nuestros filos y agarré otro cuchillo. 

Concentrada, me lancé hacia él, tratando de apuñalarle en el costado izquierdo mientras mantenía el otro cuchillo en posición de defensa. Probablemente no pararía la katana, pero debería bastar para desviarla en caso de un ataque directo. [AD]

Era más rápida de lo que pensaba, pero yo era más duro de lo que ella creía, aparté ligeramente la katana dejando que su cuchillo impactara contra mi cuerpo a la vez que usaba tekkai. Sentí un ligero golpe mientras el cuchillo resbalaba sobre mi piel. Cuando el cuchillo dejó de tocarme volví a moverme rápidamente hacia atrás.

-Eso se llama tekkai, permite endurecer el cuerpo tanto como el acero -dije mientras volvía a lanzarme hacia ella sonriendo.

Usando geppou me elevé en el aire para car en picado con la katana sobre Aki.

-¡Tora ikari! -exclamé cayendo sobre ella [AI], cuando volví a pisar el suelo le volví a explicar [color=#0099ff]-eso ha sido geppou, te permite desplazarte por el aire.

El cuchillo impactó contra su piel, pero en vez de rasgarla resbaló sobre ella. Fruncí el ceño, sin explicarme el fenómeno. Me habría gustado alargar la mano para comprobar por mi misma que no era un espejismo, pero no resultaría apropiado. Se apartó, explicándome lo que había pasado con una sonrisa. Tekkai...hum...si que lucía útil. 

Antes de que terminara de pensar, él estaba en el aire apuntándome con la katana y cayendo sobre mí. Me moví, pero no lo suficiente, y la noté rozarme el brazo. Mirándolo mientras el hablaba descubrí un corte, largo pero para nada profundo. En dos días no quedaría ni la huella. 

Pero me eché a reír ante sus palabras y cambiando parcialmente, di una patada en el suelo para saltar más alto. Ahora poseía una larga cola de tigre para guardar el equilibrio, mis sentidos se habían afilado y mi fuerza y velocidad duplicado. Dando tres cuartos de vuelta me abalancé sobre él pretendiendo darle una patada en el pecho, todavía cuchillo en mano para defenderme de la katana de ser necesario. [AI]

Sentí un golpe en el pecho que me lanzó unos metros hacia atrás, pero puede volver a equilibrarme antes de caer al suelo y levanté la vista para verla. Ahora tenía una cola blanco, rasgos felinos e incluso garras.

-Usuaria por lo que veo -comenté tranquilamente mientras yo también usaba mi habilidad, que tardaría unos segundos en surtir efecto.

Volví a lanzarme contra ella, sujetando fuertemente mi arma y preparado para usar kami-e en caso de que fuese necesario, cuando llegué no la ataqué directamente, sino que clavé mi katana en el suelo mientras empezaban a salir pinchos de 60cm de éste.
Mi habilidad me permitía sacar pinchos sin necesidad de tocar la superficie, pero eso era algo que por ahora no quería que supiese, era mejor que pensase que necesitaba estar en contacto.

-Como ves, no eres la única -informe al instante de clavarla.

Vi como hacía equilibrios para no caerse y, ahora ambos separados por unos metros, le sonreí con felicidad. Se lanzó hacia mí y me preparé para defenderme pero no fue necesario. Clavó la katana en el suelo y de repente, ante mis asombrados ojos empezaron a salir grandes pinchos del suelo. Vaya, vaya...interesante habilidad.  

Salté hacia atrás poniendo distancia entre él y yo, esa cosa debería tener un radio máximo de alcance....¿No? Sin embargo calculé mal, y al aterrizar tropecé con uno de los pinchos. Alarmada, me miré el brazo, pero no había nada. Sin entender nada, acuchillé el pincho con mi hoja. Se partió en dos limpiamente y entonces lo entendí. -Arena...esto ha salido del suelo, y puesto que seguimos en la playa...si consigo que no salgamos de aquí, debería sellar su habilidad...-Pensé para mis adentros mientras sonreía. Lancé el cuchillo hacia el, sin molestarme en apuntar demasiado. Atravesó limpiamente los pinchos de arena que nos separaban, dejándolos como pequeños castillos de arena inacabados.

 Me planteé pasar a forma completa, pero todavía no veía la necesidad, así que corriendo volví a abalanzarme sobre él, sin rendirme. Mientras corría, coloqué la garra izquierda a la altura de mi cara, tratando de ''acariciarle'' con ella el pecho, donde antes le había golpeado. Sonriendo cínicamente mientras le decía:

-El único problema que le veo a la tuya, es la necesidad de material consistente. Y en esta playa, cuéntame de dónde vas a sacarlo.

Es una paramecia, pero se le puede dar muchos usos dije mientras que usando kami-e esquivaba la mayoría del zarpazo, llevándome solo un pequeño arañazo en el pecho que desgarró tanto mi traje como la camisa.

-Si, mi habilidad no es tan útil en ciertos sitios -comenté sonriendole de nuevo -pero de todo se pues sacar ventaja si sabes usarlo.

Tras decir eso recogí el cuchillo que estaba clavado en la arena, usando de nuevo mi habilidad lo lancé hacia ella, en unos segundos empezaría a parecerse más a un erizo que a un cuchillo, si lo recogía rápidamente los pinchos aparecerían ya cuando estuviese en sus manos.

-¡Kamakiri hiko! -dije mientras hacía un corte hacia arriba con la katana, directo a su cuello.

Por desgracia, mi zarpazo apenas le afectó, diríase que utilizaba Rokushiki, o algo parecido. Fruncí el ceño, no sabía mucho de esa habilidad. Aunque le desgarró el traje, al menos no era invulnerable. Me puse alerta al oír sus palabras, y simplemente me aparté cuando me lanzó el cuchillo. No iba muy rápido, o quizás me lo parecía a mí. Tal vez estaba demasiado acostumbrada a esquivar cuchillos...el precio que hay que pagar para aprender a lanzarlos. Pero casi casi parecía que quisiera entregármelo...no lo entendía. 

Mientras pensaba, lanzó un corte hacia mí con su katana. Directo al cuello, no se andaba con bromas. Me lancé hacia un lado, pero al andar distraída no fui lo suficientemente rápida. Noté el filo de la katana traspasarme en el punto donde se unen el cuello y el hombro. Alarmada, palpé la herida mientras saltaba hacia atrás para alejarme de su espada. Sangraba, pero no parecía haber cortado ninguna vena. Estaría bien si no movía mucho ese brazo hasta que la sangre coagulase. 

Entonces algo me llamó la atención en el suelo, lucía como un pequeño erizo de metal. Vigilando a mi contrincante con el rabillo del ojo, lo cogí con dos dedos por la punta de uno de los pinchos. Y entonces lo entendí. Rauda, eché a correr y cuando estaba a menos de un metro, le lancé aquello en lo que se había convertido mi cuchillo con mi brazo bueno. Directo al cuello.

-Tendré que darte la razón...de todo se puede sacar ventaja!! [AMF]

Había conseguido herirla, pero apenas parecía un rasguño, era una chica habilidosa, de eso no había duda. Vi como se acercaba al cuchillo que había lanzado que ahora estaba completamente cubierto de pinchos. Lo agarró con cuidado y sin esperarmelo lo lanzó fuertemente contra mi, usando kami-e conseguí evitar que se clavase en mi cuello, sin embargo terminó clavándose en mi pierna. Sentí como los pinchos atravesaban mi piel y se clavaban el el músculo. Hice una pequeña muesca de dolor mientras usaba la punta de la katana para sacarlo de mi pierna.

-No está mal, usar la habilidad de otro usuario en su contra -pensé en voz alta -pero no puedes ganar solo con eso.

Me agaché para coger algunas piedras del suelo y guardármelas en el bolsillo. seguramente me resultarían útiles en un futuro, intenté correr hacia ella pero la pierna me falló haciendo que me parase en seco.
Volví a levantarme y sabiendo la pierna que me dolía cargué todo mi peso sobre la buena para luego saltar y sur geppou para meterle una patada [AF].
Mientras tanto saqué las piedras de mi bolsillo y usé mi habilidad con ellas mientras aún estaba en el aire.

Conseguí darle en la pierna, y no pude evitar echarme a reír al ver la mueca que hacía mientras se lo quitaba con la katana. Se paró a coger unas piedras antes de tratar de echar a correr. Me puse en guardia, pero paró. Debía de dolerle la pierna. Acto seguido, de alguna manera, consiguió saltar y lanzarme una patada que me alcanzó en el hombro malo. Mientras retrocedía un par de pasos solté un siseo por el dolor. La herida había vuelto a abrirse por culpa del golpe. 

Había aprendido que  al parecer los objetivos con más volumen, no le era tan sencillo desviarlos, por lo que lancé tres cuchillos en rápida sucesión. Uno al centro, al pecho. El otro más abajo, a la rodilla mala, tratando de inutilizar el músculo y por ende, la pierna. El último arriba, a la cara, a los ojos. [AF] 


Mientras las hojas seguían su camino, cambié a forma completa y agité la cola de frustración. Menos mal que todavía podía lanzar con el otro brazo...porque en este, tenía el hombro rojo de sangre. Confié en que fuera menos de lo que se apercibía.

Era dura, y por si no era poco volvió a cambiar de forma, por eso odiaba esas malditas frutas zoan, iban incrementando su poder poco a poco o tenían diferentes formas que les permitían adaptarse mejor o peor a ciertas situaciones de combate. Y por si era poco encima era una zoan carnívora. Mientras se transformaba en un hermoso felino blanco lanzó varios cuchillos hacia mi. Volví a usar mi espada como soporte, haciendo el pino sobre ella y lanzándome hacia arriba a la vez que usaba kami-e. Por suerte el que iba dirigido a mi pierna iba demasiado bajo, el siguiente de más arriba lo esquivé sin problemas, podría haberme perforado el corazón, pero el tercero y último me hizo un feo corte en el brazo, haciendo que perdiese el equilibrio y me precipitase hacia abajo. Antes de caer, con mi mano izquierda lancé las piedras hacia ello, que ya empezaban a asomar los pinchos (es una distracción para lo que vendrá después).
Conseguí recuperar el equilibrio antes de caer al suelo, y soportar casi todo mi peso con la pierna buena. Recogí mi arma con la mano izquierda e ignorando el dolor avance hacia ella mientras extendía mi espada. De un momento a otro salté en el aire usando geppou para colocarme a su espada.

-¡Kira Cho! -exclamé mientras movía rápidamente mi katana desesperrado, con suerte le quedaría una bonita X en su espalda. [AMF]

Hice un mohín de frustración al ver que había esquivado los cuchillos, pero no tuve tiempo para preocuparme, pues vino hacia mi, mientras lanzaba varias piedras. Recordé su habilidad y me apresuré a esquivarlas. Dado que mi tamaño aumentaba como felino no fue fácil, varios cortes largos me cayeron a lo largo del cuerpo. Escocían, pero parecían superficiales. Le observé llegar, le costaba. Tal vez habíamos ido demasiado lejos, se suponía que sólo era de entrenamiento, y tanto él como yo teníamos varias heridas. Pero no podía parar en mitad del combate, mi orgullo me hacía dudar.

No podía moverme mucho ya que no podía apoyar la pata herida, y agitaba la cola de pura frustración e indecisión, levantando arena del suelo. Entonces él saltó en el aire de nuevo. Me giré tratando de evitar un ataque sin saber por dónde vendría, y me costó caro. Giré hacia el lado que no era y noté la sangre manchando mi blanco pelaje antes incluso que el ramalazo de dolor. De lado a lado en todo el lomo, esperaba que no me quedara cicatriz. Joder, escocía. Volví a transformarme y gemí de dolor mientras me incorporaba, y me acerqué a él, mirándole a los ojos y sujetándome el hombro herido. Esperaba que me creyera, tanto él como yo necesitábamos descansar.

-¡Espera! Creo...creo que nos hemos pasado. Si no frenamos terminaremos por matarnos, y te aseguro que no es lo que quiero. Paremos aquí y vayamos a curarnos las heridas. Después te invitaré a una copa por las molestias, si gustas. Aunque deberás perdonarme el que yo no beba, je...

Le sonreí en lo que esperaba fuera una sonrisa sincera.

Conseguí contarle, lo que pasa que no tal y como yo pretendía, ya que se movió. Era verdad, los dos estábamos algo malheridos, a ambos parecía costarnos apoyar nuestras piernas. Creo que no podría seguir durante mucho más tiempo, y cuando vi que se acercaba a mi bajé la katana.

-Si, quizá nos hemos sobrepasado un poco -comenté mientras envainaba la espada -lo mejor sería curarnos, y bueno, espero que no te moleste que te haga compañía no bebiendo.

Me retiré un poco mientras rompía lo que quedaba mi camisa y me hacía una venda improvisada para la pierna y el brazo, no las apreté mucho, no era un torniquete. Solo un poco para que actuasen como venda hasta llegar a médico, aunque quizá no me hiciese falta. Rajé también la chaqueta que estaba hecha unos harapos y cogiendo un trozo de camisa en un mano y otro de chaqueta en la otra lo levanté.

-¿Qué prefieres, negro o blanco? -pregunté ofreciéndole tela para una venda -si te encuentras muy mal, te llevo al médico.

Al parecer él tampoco bebía. Me encogí de hombros e iba a responderle cuando comenzó a rasgar su ropa, tanto la camisa como la chaqueta y a vendarse. Sus movimientos denotaban experiencia y en silencio me pregunté cuantas veces habría tenido que vendarse el mismo. Con una sonrisa amable, aunque algo cansada, acepté las vendas negras y en silencio me senté en la arena a imitarle. Cuando acabé le miré, sin saber muy bien que decir. ¿Que le dices a alguien con quién acabas de pegarte, teniendo en cuenta que tú empezaste la pelea sin muchas razones?

Suspirando me llevé la mano a la cabeza y le ofrecí la otra para que la estrechara. Le sonreí y le miré a los ojos mientras hablaba: - No creo que necesite ir al médico, pero gracias por la intención...y por la pelea, ha estado bien. Eres fuerte, me ha gustado ser tu contrincante. Tal vez nos encontremos otro día, pero por hoy...por hoy voy a dejar de molestarte.

Estreché la mano que me ofrecía, había sido una dura contrincante y sin duda mejoraría muchísimo. Debía prepararme por si nos enfrentábamos nuevamente. Al parecer no necesitaba ir al médico, y yo tampoco. Por lo que me levanté en silencio, envainé de nuevo mi katana.

-Lo mismo digo, ha sido un buen combate -comenté sonriendo cansadamente -espero que nos veamos otra vez.

Dicho ésto empecé a andar para salir de allí, no necesitaría un médico, pero si necesitaba descansar, pero antes era más importante comer algo. Por lo que entré en una posada ganándome las miradas de los presentes, alquilé una habitación y subía no sin antes decir que me llevasen algo de comer y que no me molestasen.