(Privado Break Baskerville/Aki) Fight-o!

Se busca contrincante, Isla de Satán, plazo del tiempo dos semanas. No será una batalla a muerte, sino un mero pasatiempo. Se busca seriedad y paciencia.

Había distribuido cinco copias, movida por el impulso de mejorarse a si misma. Había comenzado hacía dos semanas. Dos tipos la habían asaltado en un callejón. Los despachó rápidamente, pero uno de ellos le dejó un mal corte en la pierna que la dejó temblando. Mientras se recuperaba del susto, comprendió que no podía seguir así. Sabía defenderse y pensar, pero sus ataques eran primitivos y carentes de originalidad. Ni siquiera había luchado nunca en su forma parcial, mucho menos completa. Y no tenía ni idea de como hacerlo. Este le pareció un buen método, esperaba que su adversario fuera benévolo con ella.

Cogió uno de sus cuchillos cortos sacándolo de la liga izquierda con un fluido movimiento. Alzando el brazo, cortó otro racimo de esas jugosas frutas azules que crecían por toda la isla. Deliciosas, pensó mientras se llevaba un par a la boca. Sólo le restaba aguardar a su oponente, de quién por no saber, ni el nombre conocía. Pero sonrió mientras se sentaba a aguardar, estaba impaciente.

El cazador desembarcó calmadamente, sin ninguna prisa u objetivo más que la simple exploración en un intento de evitar el aburrimiento que llevaba días acosándole. Por algún extraño capricho del destino, las últimas dos semanas había sido las más monótonas, aburridas y grises que recordaba en mucho tiempo y esperaba que un pequeño paseo por una nueva isla le estimulase un poco. Al no tener mucha idea de navegación, no estaba muy seguro de donde se encontraba pero con todo lo que había leído sobre las islas de la Grand Line estaba seguro de poder identificarla con relativa facilidad.

Mientras se adentraba en la selva observó a lo lejos la silueta de un pueblo pequeño cerca de la costa. Quizás si tenía tiempo se acercase a echar un vistazo, aunque por le momento no tenía intención de pasar el rato con unos simples pueblerinos. Y aparentemente no era el único que pensaba así. Al cabo de un par de minutos se topó con un hombre en mitad de la vegetación, cogiendo frutas y peleando con un mapa en aparente desventaja. Break suspiró pesadamente, allá donde iba le seguían los idiotas. El tipo del mapa se percató de su presencia y dejó lo que estaba haciendo para dirigirse a él.

-Oye, ¿eres tú? - El espadachín lo miró extrañado, se giró a un lado y a otro y decidió ignorar a aquel tipejo extraño. -Oye no me ignores, he visto el cartel y eres el único que hay por aquí. -insistió el desconocido.

Break ni siquiera se dignó a mirar a ese loco. Era evidente que se había confundido y no le interesaba en lo más mínimo lo que fuera a hacer, no podía evitar preguntarse quién acudiría a una isla desconocida a encontrarse con alguien que no conocía. Mientras el cazador se alejaba, el tipo del mapa sacó desenvainó un par de sables y saltó hacia él diciendo algo de un combate. Break simplemente usó su espada todavía envainada y la cruzó entre las piernas de su atacante haciéndole caer estrepitosamente.

-Deberías tener cuidado con quién atacas, idiota. -le dijo el rubio con intención de largarse por fin. Sin embargo no pudo evitar leer un cartel que le había llamado la atención. Por lo visto aquel idiota estaba allí porque alguien le había citado para un combate. Aquello era algo inusual, debía de tratarse de alguien muy confiado para pensar que su oponente no le mataría. El cazador se deshizo de la hoja y siguió su camino hasta llegar a un claro parcialmente rodeado de unas curiosas plantas, con cierta curiosidad por ver como se desarrollaba el día.

Ya me había acabado las frutas y poco más tenía que hacer. De pronto, me asaltó una duda. ¿Y si mi oponente ya había llegado? Podría haber desembarcado por el otro lado...me sumergí en la selva con cuidado, buscando algo...algún sonido, alguna persona.

Poco después me encontré a un tipo tratando de quitarse el barro de los pantalones y le miré perpleja. Había un par de hojas perdidas en el suelo, pero dudaba seriamente que este tío hubiera venido a pelear. Parecía más perdido que un pulpo en un garaje, ni siquiera se había percatado de mi presencia. Por evitarle, subí de un salto a una rama baja y subiendo poco a poco, fui avanzando entre la foresta. En unos minutos, o al menos eso pareció, me encontré al borde de un claro. Extrañas plantas lo decoraban, y decidí coger algunas. Tal vez tuvieras propiedades útiles.

Iba a bajar cuando divisé a un hombre rubio. Leía algo, pero desechó pronto el papel. Lo reconocí al instante como una de mis hojas y me alegré, él era a quién había venido a buscar. Convencida de que lo esquivaría, decidí usar un método inusual para avisar de mi presencia. Todavía agazapada en una rama, agarré un cuchillo de mi liga y de un ágil movimiento lo lancé en dirección a su tobillo. Contrario a lo que se suele pensar, es casi lo último que movemos al desplazarnos...un punto débil, en la situación adecuada. Sonriendo, esperé a ver que pasaba. [AD]

Break se acercó hasta una de las extrañas plantas que había cerca del pequeño claro donde se encontraba. Parecía una especie de bolsa amarilla con hojas y lunares, un ser de lo más curioso. En comparación con la flora que estaba acostumbrado a ver parecía bastante más peligrosa, posiblemente fuese incluso venenosa o algo peor. Sin embargo su curiosidad no conocía límites y no pudo evitar tocarla con su espada negra. Nada más tocarla, la planta se revolvió y le lanzó un mordisco. Casi no podía moverse de la impresión, ¿una planta con dientes? El día se volvía raro por momentos.

Estaba a punto de darle otro golpecito cuando notó un dolor agudo en el tobillo izquierdo. El cazador se giró súbitamente y vio el pequeño puñal que se le había clavado atravesando su zapato. No tardó en localizar a su atacante, una joven pelirroja agazapada en lo alto de la rama de un árbol.

-¡¿Qué diablos haces?! -le recriminó Break. Era lo bastante inteligente como para deducir que esa chica era la que había colocado el cartel para buscar un contrincante, o eso o era una loca que estaba allí por casualidad, aunque no entendía ese extraño método de presentación. -¿No podías simplemente decir hola? -exclamó mientras lanzaba el arma a un lado y movía un poco el pie para comprobar si todo seguía en su sitio. -Parece que me sigue la gente violenta, te lo perdono porque me ha hecho gracia lo de los carteles. ¿Porque eres tú la que los ha repartido, cierto?

Mientras hablaba, el cazador desenvainó su espada y se preparó para enfrentarse a aquella chica. Al principio no tenía intención de hacerlo, pero viendo las ganas que tenía la pelirroja optó por acceder a su violenta petición. Sin esperar una respuesta, se lanzó hacia el árbol donde estaba subida la joven y lo rebanó en dos de un fuerte corte, "invitándola" sutilmente a bajar al suelo para combatir al mismo nivel. AL fin y al cabo era lo menos que podía hacer. Solo esperaba no acabar devorado por una planta.

La verdad es que cuando el cuchillo se hundió en el zapato me quedé algo decepcionada, ¿No se supone que me iba buscando? ¿Qué clase de persona va a un combate y se distrae mirando flores? Sobresaltado, tiró el arma y movió el pie. La verdad es que era hasta cómico.

Espera, ¿Él no había venido buscándome? Recordé el tipo perdido entre la foresta y me recorrió un escalofrío. Desde luego que no quería tener nada que ver con ese tipo. Mejor hacer como que no había pasado nada y ver que ocurría. 

Y lo que ocurrió fue que el tipo rebanó el árbol en dos. Así, sin mas. Porque podía. Con un silbido de admiración, salté de la rama mientras el tronco se venía abajo y alcancé el árbol de enfrente. 

-En efecto, he sido yo. Encantada de conocerte. Siento no haber saludado, pensé que ya venías alerta. Permíteme que te diga ''hola'' ahora, si no te importa. Encantada.-Dije mientras sonreía.-Me alegra que me sigas el juego, sino esto sería muy aburrido.


Al tiempo agarré otro cuchillo y bajé un par de ramas. Una vez allí, volví a lanzarlo, esta vez dirigido al cuello. Sin esperar a que llegara, bajé al suelo y agarrando otro más, eché a correr hacia él, cuchillo en mano.

Una nueva hoja voló con velocidad hacia él, emitiendo un leve y agudo silbido mientras atravesaba el aire. Sin embargo esta vez podía verlo, más claramente aún debido a los rayos de luz que se reflejaban en el arma, y no iba a dejar que le acertase esta vez. El cazador se colocó la espada sobre el hombro y esquivó el cuchillo agachándose y echando a correr al encuentro de su adversaria. Esta tuvo la cortesía de saludar antes de atacarle de nuevo, cuchillo en mano. Lo cierto era que no entendía muy bien los motivos por los que esa joven andaba buscando bronca a base de colocar carteles por ahí. Supuso que habría varios repartidos por las islas cercanas o al menos por los pueblos de la zona, por lo que siendo un área tan reducida no le extrañó que su rival hubiese sido el tipo raro que no sabía ni leer un mapa.

Mientras se adelantaba hacia la pelirroja, pensaba en como afrontar ese combate. Si resultaba ser demasiado fuerte siempre podía simplemente echarse atrás, aunque su orgullo le impedía rechazar un reto sin tener en cuenta que no fuese dirigido a él. El cazador sonrió y lanzó un corte bastante simple y fácil de esquivar, en diagonal y hacia arriba, destinado sobretodo a distraer a la pelirroja mientras interponía la vaina de su arma entre sus piernas para hacerla caer. No sabía si serviría para obtener algo de ventaja, pero al menos podría evaluar en cierta medida las habilidades de la chica. Sin detenerse, giró sobre sí mismo para ponerse fuera del alcance de su cuchillo y usó su habilidad para endurecer el aire y formar un pequeño bloque sobre el que se impulsó varios metros. Una vez en el aire, hizo gala de nuevo de su extraño don para solidificar una plataforma de aire sobre la que posarse.

-Tengo curiosidad. -dijo con una sonrisa burlona. -¿Porqué alguien atraería a gente para luchar? Es decir, no pareces una loca, no tanto al menos. Aunque ya que estamos aquí, supongo que no puedo simplemente irme. -En ese momento Break descendió de un salto mientras lanzaba la vaina de su espada contra la pelirroja, de forma que al caer pudo colocar la mano libre en el suelo y usar de nuevo su habilidad. Esta vez convirtió el suelo bajo el que la joven se encontraba en gas, formando una espesa nube marrón y verde entre ambos, y lanzó una estocada dirigida hacia su pierna izquierda. -"Así estaremos en paz."- pensó el espadachín.

Esquivó el primer cuchillo, como había previsto. Acto seguido me lanzó un golpe con la katana hacia arriba. Yo salté hacia un lado para esquivarlo, ahorrándome también sin saberlo el tropezar con su funda. Traté de avanzar mi cuchillo, pero giró sobre si mismo y lo próximo que vi es que flotaba en el aire. Abrí los ojos con sorpresa. Debía de ser usuario, no me cabía otra explicación. Y aún siéndolo, curiosa la akuma que permitía flotar....-woah.- Se me escapó en voz alta, junto con un silbido de admiración. Sonreí al oírle. 

-Es bastante simple. Los buenos instructores escasean, y quiero conseguir algo de experiencia en combate. Supuse que la práctica era la mejor manera de lograrla. Pero, gracias por quedarte. La verdad es que me estoy divirtiendo más de lo que creía.


Entonces él descendió. Me puse en guardia, cuchillo por delante, y agarré con la otra mano la funda de su espada, aprovechando el impulso con el que venía para lanzarla hacia atrás, entre los árboles. Algo me distrajo mientras lo hacía, y del sobresalto mi primer impulso fue saltar, y apartarme así de esa masa informe y oscura en la que se había convertido el suelo. Imaginé que él había contado con eso, pues noté el filo de su espada algo más arriba del tobillo. Casi pude oler la venganza y no pude evitar una sonrisa en mis labios. 

Algo alejada, solo veía niebla entre nosotros, y en estas condiciones meterse ahí dentro sería un suicidio. Lancé otros dos cuchillos al centro de la niebla [AM] y me transformé por completo lo más silenciosamente que pude, mientras retrocedía y trataba de ocultarme entre la maleza. Le pillaría por sorpresa tan pronto se desvaneciera la niebla.

-¿Un instructor? Bueno, no soy un gran profesor pero si quieres aprender algo puedes durante la marcha. –le dijo el sonriente cazador tras notar como la pelirroja se había alejado del rango de su espada y apenas había podido herirla. Era bastante interesante la idea de que estuviese buscando un instructor de combate mediante carteles. Había tenido suerte de que no le tocase un loco, bueno al menos uno peligroso.

En el mismo momento en que notaba como la joven se alejaba el rubio solidificó de nuevo la niebla, formando un bloque vertical de tierra y hierba, cuya función era detener las armas arrojadizas que parecía usar su compañera de combate. Sin embargo justo antes de que el suelo se solidificase del todo, un puñal lo atravesó y acabó hiriendo a Break en el hombro izquierdo. No era una herida muy profunda y en cierto modo le ayudaba a comprender mejor el estilo de lucha que usaba aquella chica. Parecía basarse en la velocidad y los ataques a distancia por lo que, al ver que se había ocultado entre la maleza, dedujo que su siguiente movimiento sería atacarle con más puñales y tal vez aprovechar para acercarse por su espalda rápidamente. Le resultaba interesante pensar en qué pasaría si se topaba con alguna de esas plantas carnívoras mientras se escondía. Aun así, esa herida le indicó que tendría que tener cuidado con su rival, especialmente con su rapidez y su gran puntería.

Break recogió la vaina de su arma, que había quedado tirada por ahí, y subió a lo alto del bloque de tierra formado por los cambios de estado del suelo ya que desde esa posición podría verla acercarse con algo más de perspectiva. Además, usando sus manos para “tocar” el aire,  había formado varios muros de aire sólido con los que podría detener los puñales que le lanzara. Por suerte seguía siendo aire y por tanto no se veían, así que sería una curiosa sorpresa.

-Bueno, empecemos la clase en serio entonces. Por cierto ten cuidado con las plantas carnívoras. -puntualizó el cazador. Al fin y al cabo sería una pena que acabase devorada por una de esos vegetales mutantes con dientes.

-Aprender sobre la marcha era mi plan desde el principio. Gracias por ofrecerte a ayudarme.

Vi como formaba una extraña barrera de tierra e hierba, pero logré colar un puñal antes de que acabara de... ¿solidificarse? La verdad era que no entendía como podía estar formando esa especie de bloques. Me quedé quieta, aguardando el momento oportuno. No podía saber si le había dado. En vez de parapetarse tras la barrera de tierra, se subió a ella, como aguardando mi movimiento. No me fiaba. Muy confiado debía estar teniendo en cuenta que no podía verme. No parecía un loco, por lo que debía de tener un as en la manga.

Alerta, valiéndome del sigilo de mi forma completa para no ser vista ni oída, me retiré algo más adentro en la masa de árboles y me situé a su espalda. Una planta carnívora de las que él había mencionado trató de morderme una pata, pero corté el tallo con las garras antes de que lo lograra. Adopté mi forma híbrida y usando las garras como punto de apoyo, rápidamente escalé un árbol. Veía su silueta entre las hojas, pero si lanzaba un cuchillo el sol lo reflejaría. Estaba demasiado concentrado, debía distraerlo. Agarrando uno, lo lancé entre la masa verde, tratando de cortar una rama y que mirara en esa dirección por el movimiento causado.

Seguidamente, me transformé en mi forma completa, y antes de que la rama se partiera por el peso, salté tratando de arañar su espalda con ambas garras, y ya de paso, morderle el hombro. En pleno salto, noté como mi pata izquierda notaba algo sólido bajo ella, pero en vez de cuestionarlo, instintivamente cargué ahí mi peso para darme más impulso.

-¡Sorpresa! [AID] -Deja entonces que sea yo quién comience la clase...sensei.

Una tigresa, no se esperaba tener que enfrentarse a un ser de ese calibre aunque no dejaba de ser interesante. Las frutas Zoan solían ser bastantes molestas a la hora de enfrentarse a ellas, especialmente las de animales carnívoros, pero confiaba en que con sus habilidades no acabaría devorado. Tras usar un cuchillo para intentar distraerle, la mujer-tigre saltó sobre él desde su punto ciego, algo que el rubio ya esperaba. Al fin y al cabo, él habría hecho algo similar. Esconderse, distraer al enemigo y atacar por la espalda era algo básico, aunque no por ello menos eficaz.

La velocidad felina de su contrincante era de lo más inconveniente y, aunque logró girarse y detener sus garras con su espada y vaina, no pudo evitar que terminase mordiéndole el hombro con sus afilados colmillos. Por suerte, tuvo la idea de licuar la pequeña pared de tierra sobre la que se apoyaba y eso ayudó a que la profundidad con la que le hundió los dientes fuese algo menor. En cuanto tocó el suelo, el suelo normal, el cazador se echó hacia atrás mientras usaba sus piernas para zafarse del peso de la tigresa y lanzarla por encima de su cuerpo. En cuanto quedó libre de su prisión, rodó un par de metros para alejarse y se incorporó sin perder la sonrisa de su rostro.

-Vaya, suponía que atacarías por la espalda pero no me esperaba este... nuevo aspecto. -dijo burlonamente mientras examinaba la herida de su hombro. En ese momento supo que tendría que ponerse un poco serio. -Supongo que tendré que dejarme de tonterías. -dijo con total seriedad.

El cazador arrojó la vaina de su espada junto a su rival y se concentró en el siguiente uso que haría de sus poderes. Repentinamente comenzó a correr en dirección a la joven felina y saltó varios metros hasta colocarse encima de ella. Fue entonces cuando, esbozando una leve sonrisa, convirtió su cuerpo una nube de gas que cayó sobre la pelirroja. Esa era una técnica bastante útil y, aunque solía usarla nada más que para huir, tenía alguna que otra ventaja ofensiva. Al cabo de unos segundos, fue devolviendo su cuerpo al estado sólido y justo antes de completar su conversión, lanzó un rápido corte de espada en dirección al abdomen de la chica-tigre, seguido de un golpe en la nuca con la guardia del arma.

Gas: Body Cloud + Corte al abdomen + Golpe en la nuca [AI]

El aire volvió a ser aire y me desconcentró por un segundo. Cuando llegamos al suelo se desembarazó de mi y me dejé tirar. Caí a cuatro patas echando pestes de su puñetera y extraña akuma no mi. Demonios, era imposible prevenir lo que haría. Suspiré y mientras oía sus palabras sonreí, regresando a mi forma híbrida. No solía utilizarla, pero por lo visto esta pelea necestiaba un enfoque algo sutil. Mi pelo antes rojo ahora era blanco, mi cuerpo más fuerte y veloz y mis ojos azules. Adornaban mi cara un par de manchas negras, como rayas de tigre. Las orejas y mi larga cola me proporcionaban más equilibrio y agilidad. Me eché el pelo hacia atrás para apartarlo de mi rostro mientras agarraba al vuelo la funda de su espada. Estaba harta de tener que esquivar ese chisme, y lo lancé hacia el bosque.

- No finjas, si en el fondo te encanto.-Le dije con ironía, mientras sonreía.-Prometo que después te la recojo...pero ahora mismo, tu funda estorba.

De repente desapareció y en su lugar se materializó una extraña niebla que venía hacia mí. Traté de apartarme de su camino, pero la nube era rápida. Normal, solo era gas. No podía defender todo mi cuerpo a la vez, por lo que me cubrí con la capa y aposté mi espalda contra un árbol.

Noté un dolor a la altura del estómago, me había cortado. Por suerte, la capa había amortiguado el golpe. Probablemente no fuera grave. Me eché hacia delante buscando la muñeca del contrario y recibí un golpe en la nuca. Dolía, pero no había perdido el sentido. Y ahora sabía dónde estaba. Me di la vuelta rapidamente e hice ademán de agarrar su muñeca. Tratando de no soltarla, la usé como punto de apoyo y salté dando una especie de voltereta. En el aire transformé mi pierna y lancé una patada en dirección a su espalda. Pretendía caerle encima con todo mi peso. [AIF]