[Grupal/Pasado] Dile adiós al puente [tres personas máximo]

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Estaba recién despertado, en el camarote de mi primer barco y era hora de hacerme un nombre. Estaba en calzoncillos, así que me vestí, me puse rápido los pantalones y la gabardina la puse sobre mi hombro derecho. Salí a cubierta, hacía un buen día, soleado y temperatura estable, sin duda iba a pasarlo bien. Estaba Raion al lado mío, así que me senté y empecé a acariciarlo. Ya veía a lo lejos mi destino, donde quería ir, era un puente en construcción en Tequila Wolf. La verdad es, que quería divertirme y molestar a los marines y que dejaran de abusar de los prisiones como mano de obra barata. Dejé el barco detrás de una gran roca y a Raion vigilando este, el puente estaba a escasos metros así que decidí zambullirme y ir nadando. Llegué a la orilla y me fijé mejor en el puente, era grande y habían muchos criminales trabajando mientras los marines abusaban y se reían de ellos. Empecé a caminar hacia donde empezaba el puente, subiendo una cuesta para llegar y me fijé en que habían un par de marines vigilando para que nadie atacará y me dispuse a ir por delante. Me fijé, los dos marines que eran de aspecto rudo, camiseta blanca con la palabra marine en un lado del pecho izquierdo y pantalones negros, con una gorra que no dejaban ver su calva. Uno de ellos, el que estaba a mi derecha, tenía una cicatriz en la mejilla izquierda y ambos portaban unas espadas enormes. Cuando me vieron, sacaron sus armas y me apuntaron con ellas, no tenían pensado dejarme pasar.

- Retrocede o tendremos que tomar medidas. - Me decía el tipo de la cicatriz, mientras me acercaba mas y mas su arma.

Cuando tenía su arma en mi pecho, casi rozándolo, no pude contenerme. No les había hecho nada y ya me estaban apuntando, así que era hora de darles una lección. Apreté mis puños con gran fuerza y empecé a concentrarme. Notaba como el aire a mi alrededor vibraba ligeramente, hasta que decidí atacar. Mi cuerpo emitió una gran onda explosiva hacia afuera gracias a un grito que solté, lanzando al marine lejos y inconsciente mientras el otro retrocedía un par de pasos, ya que la onda expansiva no le había llegado del todo.

- Explosive soul. ¡¡Raionroa!! - Decía en un segundo antes de provocar la explosión.

El otro marine se dispuso a atacarme con su gran espada en horizontal, a mi costilla izquierda. Con mi mano izquierda le cogí de la muñeca y provoqué una ligera explosión que le hizo lanzar el arma al suelo, ya que su muñeca recibió el daño. Acto seguido con mi mano derecha, le propiné un puñetazo explosivo directo al estómago que hizo que el marine se desplomara en el suelo.

- No quería llegar a la guerra. Pero vosotros me habéis provocado. - Decía con un suspiro mirando al marine que acababa de tumbar.

Empecé a caminar sin preocupación por el puente, veía mucho material de obra a cada lado y al final un montón de trabajadores, con unos cuantos marines escoltándolos. Habían dos especialmente, que parecían ser fuertes, ya que uno de ellos, desde lo lejos me costaba distinguir, pero podía leer "cabo" en su chaqueta, el otro simplemente no llevaba nada en la parte de arriba, dejando ver una cicatriz en su espalda. Era hora de divertirse y de ganar algo de fama.

Tequila Wolf y su puente en construcción, hacía años había ido a parar allí, nunca llegué a entender el inmenso gato en la construcción de algo tan enorme y que apenas tendría uso alguno. Pero por lo que sabía fue la orden de un tenryubito, malditos él y toda su extirpe. ¡Cómo pensaban que iba a tener uso! pero bueno, ya no se pararía su construcción hasta finalizarla, llevase los siglos que llevase.
De todas formas no tenía otra cosa que hacer que quedarme allí vigilando hasta que llegase la nueva remesa de marines, en caso de que hubiese algún problema tenía incluso permiso para asesinar, aunque prefería dialogar antes que hacerlo.
Escuché una explosión a lo lejos, seguramente alguno habría tocado la dinamita, pero de todas formas, como era mi deber corrí hacia allá por si había heridos o algo. Pero al llegar me encontré con algo bien distinto, un hombres estaba golpeando con a dos marines. ¿Usaba bombas? eso me pareció demasiado extraño así que me acerqué.

-Este territorio está restringido, es territorio del gobierno -dije sin acercarme demasiado -¡identifícate!

Los dos marines estaban en el suelo, ese hombre debía ser peligroso pero no podía dejarlo pasar, y menos habiendo atacado a dos marines.

Una figura caminaba por uno de los extremos de aquel puente, su altura era al menos de un metro noventa mínimo. Su pelo era castaño oscuro y alborotado con algunos mechones pinchudos que le caían por la frente. Su piel era de un color normal, lo impresionante de este tipo eran sus ojos, el color era dorado intenso y el blanco de ellos, era negro entero. No llevaba camiseta puesta, dejando ver un cuerpo bestial y musculoso. Sus pectorales eran impresionantes y sus abdominales desarrollados y perfectos. El grosor de sus brazos también era algo impresionante sin duda alguna. En la zona del corazón tenía un tatuaje de color negro, era una media luna, tan solo disponía de dos prendas de ropa. Su pantalón largo de color blanco y sus botas blancas de acero. Sobre el pantalón llevaba una pequeña funda donde llevaba su navaja y en la rodilla una cartuchera donde portaba su revólver mágnum 44. Su figura era imponente sin duda alguna, esta persona se trataba del mismísimo Kedra. También llamado “The Nightmare”, era el capitán de Kage Akuma, una de las bandas piratas más poderosas junto a otras pocas. Nadie sabía qué diablos estaba haciendo allí el líder del barco de las pesadillas.


De repente a su espalda se pudieron ver unas velas blancas, pertenecían a un barco de madera negra y pinta tétrica con el logo de la calavera de un lobo con dos sables rodeando su cuello. El barco Soul Of Demon estaba a su espalda y en él estaban sus tripulantes, aunque no tenían orden de abandonar el barco. Sabía qué había varios prisioneros en ese puente y no era mala idea joder un poco al gobierno y liberarlos, aunque si alguno le miraba mal lo mataría. Activó su haki mientras avanzaba con las manos en los bolsillos y fue cuando se dio cuenta de una presencia que ya conocía, le costó un poco identificarla pero con un poco de esfuerzo lo logró, era la del chico que le robó la hamburguesa. Con el qué tuvo aquella pelea en el local de Jaya, pensaba que lo había matado, pero al parecer continuaba con vida, no le importaba mucho, mientras no le molestara no le pasaría nada. Últimamente el castaño no era tan violento y sabía controlarse, pero aún así uno no podía fiarse mucho.


De repente se pudo sentir una explosión, al parecer alrededor del chico del local, pero él estaba intacto, tal vez alguna técnica especial le permitía aguantar explosiones o alguna fruta. Sin embargo no recordaba nada de eso cuando peleó con él por primera vez. Dejó ese tema de lado y continuó caminando hasta que pudo ver como un hombre peliblanco le cortaba el paso al chico anterior y le pedía qué si identificara, además dijo que aquello era territorio del gobierno. Eso hizo que el lobo negro sonriera de lado, ahora iba a ver el gobierno lo qué era bueno. De repente un aura oscura comenzó a salir del interior de Kedra, los marines se acercaban corriendo a él. De repente muchos se frenaron en seco empezando a mirarle a los ojos, sus cuerpos temblaban de miedo e incluso algunos estaban paralizados, los perros guardianes del puente empezaron a llorar aterrorizados. Se trataba del aura del cadejo negro, capaz de hacer crecer el miedo en los corazones de la gente, muchos le apuntaban pero nadie se atrevía a disparar, sin duda alguna el poder del castaño era temible. Su sonrisa ahora era sádica y sus dientes se afilaron despacio mientras sus ojos brillaban, iba a comenzar la masacre. Sin embargo antes se identificó.


- Capitán Kedra

Off:

Mientras seguía hacia el puente un tipo con el pelo blanco me paró, diciendo que me identificase. Otro que me iba a atacar por las buenas, sin yo hacer nada así que iba a entrar en acción. Note un olor, que mi cerebro recordaba como una amenaza, así que no sabía quien podía ser. Cuando me giré, me di cuenta que era el tipo raro que me apalizó sin dificultad en una taberna, así que no sabía que hacer. Notaba que mis piernas temblaban ante su presencia y que mi corazón se aceleraba, mis piernas no respondían como si algo sucediese en mi interior que no me dejaba avanzar. Intentaba no mirar a ese tipo ya que al verlo, me ponía mas nervioso, recordaba el dolor que me hizo pasar y la cantidad de cortes que recibí de él, así que seguí para delante tragando saliva y intentando no molestarle. Me acerqué poco a poco al peliblanco y cuando estaba al lado de él, le susurré en el oído.

- Soy Asderdeker, pero puedes llamarme Asder. - Le dije con tono amenazante a la oreja.

Estaba a muy escasos centímetros de él y quería demostrar al otro tipo lo fuerte que me había vuelto, así que saqué mi mejor sonrisa y mi cuerpo empezó a cargar. Cuando menos se lo esperasen, saqué mi onda explosiva hacia afuera, con la intención de impactar sobre mi alrededor, dando a aquel tipo peliblanco.

- Explosive soul. ¡¡Raionroa!! - [AF]

Mi cuerpo emitió una poderosa onda explosiva a mi alrededor, a un metro a la redonda, estando al lado de aquel tipo. Después de eso, aprovecharía la confusión para seguir adelante.

Recibí el golpe de lleno, si no hubiese usado mi tekkai en el último momento seguramente estaría muerto. Pero lo peor no había sido aquel tipo de la explosión, sino el otro que se había identificado como capitán Kedra.
Ese hombre me producía un miedo irracional, nunca antes lo había visto y aún así era incapaz de moverme en su presencia. Un sudor frío bajaba por mi espalda, mis piernas temblaban como nunca lo habían echo y pis brazos estaban rígidos incapaces de moverse. No podía entenderlo, ¿sería el haki del rey?
Con mucho esfuerzo conseguí levantarme de nuevo, mis ojos no se apartaban de él y a cada paso que daba estaba más tentado a echar a correr, pero si me daba la vuelta lo perdería de vista. En cambio el otro tipo, el de las explosiones parecía moverse sin dificultad, a lo mejor eran compañeros, no lo sabía. Intenté hablar de nuevo, pero apenas podía articular sonido. Muchos metros detrás había un grupo de trabajadores y de los pocos marines que allí quedaban, que también miraban a Kedra atemorizados.
¿Quién sería ese hombre?, lo mejor sería apartarse de su camino, pero no podía hacer eso. Era el único al cargo allí y mientras una pequeña parte de mi cerebro decía que mi deber era quedarme, la mayoría me gritaba que saliera de allí cuanto antes.

Los dorados ojos del chico lobo seguían observando al resto de marines sin piedad alguna. Podía notar el miedo en sus corazones fácilmente, sin embargo no tardó mucho en ver como el chico de Jaya atacaba al hombre peliblanco, de repente una explosión surgió de él. Ahora lo entendía, debía de ser una fruta o una habilidad, sin embargo no había parecido tener mucho radio pues no llegó al lobo negro. Sin embargo debido a la explosión se liberó una humareda de polvo que llegó hasta el castaño, este entrecerró los ojos y anuló el poder de su miedo, ya había sufrido bastante las personas de allí, ahora era el momento del combate. Los marines respiraban un poco agitados aún, incluso comenzaron a dispararle a bocajarro con sus rifles, sin embargo las balas golpeaban la piel del pirata en vano. El haki armadura era poderoso y estaba siendo demostrado en aquel momento, el chico lo tenía avanzado y aquellos tiritos no eran suficientes para poder parar al Supernova. La mirada de este de pronto se centró en los demás marines, pero de repente uno de ellos comenzó a avanzar despacio con un guantelete negro.


- Kedra, el Supernova. No me imaginaba ver al Cadejo negro por este lugar. Supongo qué no me queda más remedio que arrestarte o matarte si no me lo pones fácil. ¡Un tipo con 305.000.000 de berries por su cabeza no puede andar por ahí libremente!


El capitán no se impresionó por aquellas simples palabras de aquel hombre. Era un tipo de pelo moreno, de ojos azules claros y con un peinado qué recordaba a una berenjena. Tenía un poco de barba y bigote y además parecía tener una cicatriz en su oreja derecha, en la qué tenía un pendiente de color rojo en forma de estrella. Llevaba un uniforme marine y unas sandalias de color negro, además en su brazo había un pañuelo rojo con el símbolo de la marina donde ponía que era un teniente. Iba a ser un verdadero reto, eso hizo que el Cadejo sonriera de lado, ese hombre portaba una especie de guantelete negro, en su otra mano un puño americano de acero, seguramente era un luchador. Era perfecto en ese caso, un combate de dos luchadores poderosos era lo qué iba a divertir al lobo negro. Este estiró su brazo derecho moviéndolo lentamente de un lado a otro, crujiendo cada hueso de sus nudillos y de su antebrazo. Era una señal qué significaba que iba a combatir con todas sus fuerzas y no iba a dejar al tipo con vida, de esa forma su cabeza valdría más cara.


- Empecemos entonces.


Dijo ahora el luchador con una calma increíble, eso hizo que el marine frunciera el ceño, aquel chico le estaba subestimando. De repente el moreno saltó con agilidad a por Kedra lanzándole un golpe que iba directo a su rostro con aquel guantelete, de nada sirvió, la mano del lobo negro paró el golpe con suma facilidad pues estaba envuelta en haki. La mirada de aquel tipo ahora era de miedo, la sonrisa de Kedra se amplió de forma macabra, de un puñetazo con su mano libre, mandó al marine al suelo haciéndole una hemorragia en la boca. Sin embargo este se levantó gruñendo y activando su haki también en su puño americano. El lobo negro se lanzó a por él sin pensárselo, los golpes de los dos luchadores impactaban el uno con el otro, sin embargo el Cadejo tenía más fuerza y su haki era más avanzado, el tipo sudaba bastante y gruñía por el dolor de los golpes. El capitán estaba callado y continuaba aquel combo hasta lanzar una patada al cuello del tipo y tirarle al suelo con brutalidad.


- No puedes derrotarme.

Mientras seguía adelante, vi como los marines disparaban al ojos amarillos sin piedad, pero este resistía las balas. Apareció un marine bastante fuerte que empezó a pelear con aquel tipo, pero no me incumbía. Las piernas ya me respondían como quería, así que me dispuse a avanzar hacia los prisioneros para desencadenarlos. Corría a cuatro patas y cuando vi la cadena que sujetaba a todos los prisioneros, la agarré con mi mano derecha y provoqué una explosión que haría que la cadena se soltase. Los prisioneros empezaron a correr y a atacar a los marines provocando que se desatase una pequeña guerra, era algo interesante y gracioso, quería divertirme, tenía en mente aplastar a los criminales y a los marines si se topaban en mi camino. De repente, el marine sin camiseta que había visto a lo lejos se acerco a mi poco a poco, tenía una mirada oscura como si con ella, estuviese devorando mi alma. Retrocedí un paso y sonreí mirando a aquel grandullón. Cuando me dispuse a atacarlo me fijé como varios prisioneros iban a por él, así que no tenía porque ir yo también. Empecé a pasear como una bestia por el puente, ignorando la pelea en busca de un rival digno para mi. Los débiles marines que se acercaban a mi con sus espadas tan solo conseguían salir volando. De pronto, me fijé en el peliblanco de antes, estaba de pie, observando, tal vez lo había subestimado y era mas fuerte de lo que creía, así que me levanté y le señalé.

- Tú pelearas contra mi. Nunca viene nada mal algo de diversión. ¿No crees canoso? - Le decía con tono burlón y alegre a aquel tipo peliblanco.

Me puse en guardia, esperando que el soltase su primer ataque hacia mi. Levanté mis puños a la altura de mi mandíbula y me preparé para el combate. Si no quería combatir, tan solo me iría a molestar a otro lado.

Tan rápido como llegó el miedo volvió a desvanecerse.El tipo de las explosiones había liberado a los prisioneros los cuales corrían desperdigados por todos lados. Quizá debería ir tras ellos pero, no los atraparía a todos. Además no podrían huir del puente, así que me fijé otra vez en el hombre de las explosiones, Asderdeker creo que se había presentado. Ande hacia él mientras desenvainaba de nuevo mi arma y salté en el aire, impulsándome con geppou para descargar un golpe contundente con la espada hacia Asderdeker [AIF].

-Yo soy Etsu -dije sonriendo -creo que no me había presentado antes.

Por el rabillo del ojo veía como un marine de alto rango se enfrentaba al tipo que me había inspirado tanto miedo, esperaba que pudiese resistirlo y que no volviese a usar ese extrañ poder contra mi.

Aquel tipo me dijo su nombre, era Etsu. Voló como si nada y se lanzó hacia mi, desde el cielo con su katana. Vino hacia mi directo y intenté esquivarlo apartándome a un lado, pero me hizo un corte leve en el pecho. Me fije como el tipo que daba miedo peleaba contra un gran tipo, pero le estaba ganando. Ese tipo de aspecto extraño era muy fuerte y tenía contra las cuerdas al marine. Tenía una pelea así que no podía distraerme. Me lancé hacia aquel tipo peliblanco y le lancé ráfagas de puñetazos con ambos brazos, dirigidos a su pecho y cara, a gran velocidad.

- Ra ra ra ra ra ra. ¡Patum! - [AIF]

Después de atacar rápidamente retrocedería y me podría en guardia para defenderme de cualquier ataque que pudiese lanzarme. El pecho me sangraba y escocía, pero eso no me pararía.

Conseguí hacerle un leve corte en el pecho, pero al volver al suelo me atacó con una lluvia de puñetazos, me cubrí la cara con los brazos as la vez que usando kami-e conseguía esquivar algunos, pero me llevé varios golpease en los brazos y uno en el estómago. Pero gracias a mi técnica defensiva no hizo todo el daño que debería haber hecho.

-No está mal, eres fuerte -dije mientras me alejaba un poco de él -no creas que por eso voy a echarme atrás.

Volví a correr de nuevo hacia él, mientras que llevaba mi katana a un lado, luego descargué un golpe contra su costado derecho. [AF]

-Hebi Shikon! -exclamé mientras realizaba el ataque.

Siendo un costado y sin llevar armas lo tendría difícil para defenderse, se tendría que alejar de mi, momento que usaría para ir todavía más fuerte.

Conseguí darle la mayoría de golpes, sabía resistir y eso me gustaba, no quería un combate fácil. Al apartarme me puse en defensa, él también retrocedió y acto seguido vino hacia mi, veloz. Me lanzó un golpe con la katana a mi lado derecho, no me dio tiempo de mucho, solo de explotar. Cargué mis fuerzas y mi alma y solté mi explosión hacia afuera.

- Explosive Soul: ¡¡Raionroa!!

Mi cuerpo creo una poderosa explosión que salió hacia afuera, haciendo que la katana no avanzase lo suficiente como para cortarme en dos y con suerte, dañar a Etsu. A pesar de todo la katana avanzó mientras yo retrocedía, pero aún así me hizo un tajo en mi costado, que escocía como un demonio. No podía parar ahora, así que rápidamente cargué hacia él, a mi máxima velocidad y le lancé un puñetazo izquierdo hacia su cara que, en realidad, era una finta. Doblé mis rodillas mientras bajaba mi puño derecho y luego, me impulsé hacia arriba, girando mi cadera. Llevé mi brazo izquierdo hacia atrás mientras mi puño derecho subía a gran potencia directo a su mandíbula. Estaba dispuesto a lanzarlo al suelo con gran fuerza.

- ¡¡Gaaa!! [AMF]

Después del golpe, impactase o no, llevaría mis dos puños a mi cara, cubriéndola y mis codos los pegaría al estómago, mientras subía mis hombros.

Explotó cuando la hoja se acercaba a su cuerpo, por lo que tembló al sobreponerse a la onda explosiva. Apenas conseguí hacerle un ligero corte mientras que perdía un poco el equilibrio debido a la sorpresa de esa técnica.
Vi como su puño se dirigía de lleno a mi cara, por lo que me agaché en un intento de esquivarlo, pero era tarde, su otro puño se dirigía hacia mi desde abajo, apenas pude hacer nada, solo intenté agarrarlo en un vano intento de aminorar su velocidad. De todas formas me llevé un fuerte puñetazo en la boca del estómago que me hizo soltar el arma y caer hacia atrás.
Tardé un poco en levantarme, tosí saliendo con ello un poco de saliva. Me levanté babeante y me limpié la saliva con la manga del uniforme. Había sido un impacto directo y mis piernas empezaban a fallarme por el dolor. Pero no iba a darle el gusto de quedarme en el suelo. Avancé un poco y recogí mi arma.
Corrí como pude hacia él, me agaché en el último momento y dirigí el ataque contra su cuelo que estaba protegido por sus brazos. [AD]

-¡Kamakiri Hiko! -dije con voz débil mientras realizaba el ataque.

Consiguió caer en mi finta, pero desvió mi verdadero golpe a su estómago. El golpe hizo que soltara su katana y que cayese hacia atrás. Mi cuerpo estaba cansado, los cortes me escocían. Empezó a toser mientras se levantaba y se limpió la saliva con la manga. Conseguí darle un buen golpe pero ahí no iba a acabar. Recogió su arma y vino de nuevo hacia mi, corriendo y en el último momento se agachó y me lanzó un corte hacia mi cuello, que estaba cubierto por mis brazos. Intente esquivar agachándome, pero no sirvió de nada, me lanzó un fuerte corte que impactó en mi muñeca izquierda y me dejó la mano inmóvil. Debía hacer algo para acabar esto pronto.
Por otro lado se encontraba el pirata peleando contra el marine y acabó con él. Después de eso, empezó a caminar, perezoso, alejándose del puente, cosa que me hizo pensar.. "Ahora estaré solo."
Cargué hacia Etsu con mi rodilla derecha, apuntando a su pecho mientras, desde arriba, le lanzaba un codazo con mi brazo derecho en la parte superior de la cabeza. Quería dejarlo inconsciente o, al menos, intentarlo. Mis fuerzas se acababan y iba a ser un golpe débil, pero eso no me haría retroceder.

- ¡¡Zum!! [AM]

Vi como el marine que luchaba contra aquel pirata que me había echo temblar caía al suelo. El pirata parecía no tener interés en nosotros ya que dio media vuelta y se marchó.
Por suerte mi ataque sin fuerzas había conseguido herir a Asder en una de sus muñecas por lo que ya no podría volver a lanzar los puñetazos como había echo anteriormente.
De repente noté una arcada debida al dolor de estómago que casi me hizo vomitar, pero por suerte conseguí retenerlo dentro.
Ahora Asderdeker me atacaba nuevamente, con su rodilla. No pude esquivarla a tiempo y mi tekkai no fue lo suficiente duro como para resistir completamente el impacto contra mi pecho. Me quedé sin respiración durante unos instantes en los que caí al suelo de rodillas. Me encontraba fatal, el estómago me abrasaba como si el propio ácido estuviese disolviéndolo, los pulmones me dolían. Cada vez que entraba aire en ellos parecían arder, pero no podía darme por vencido. Haciendo acopio de fuerzas conseguí levantarme y cargar de nuevo contra él, ésta vez sin mi arma que había salido despedida por el brusco impacto.
Corrí tanto como me permitían mis piernas y en el último segundo me dejé caer al suelo, parecía que era un error, pero no fue así. Aprovechando el impulso de la caída coloqué las manos en el suelo e hice el pino. Luego llevé las piernas hacia abajo y lancé un golpe directo a su pecho, en el último momento usé geppou, lo que hizo que mis muñecas se resintiesen, pero él se llevaría un buen golpe debido al impacto. [AIF]
Si conseguía darle el propio geppou me impulsaría hacia abajo, teniendo que rodar sobre mi mismo para recuperar el equilibrio y levantarme, y si no le daba seguramente caería de espaldas quedando completamente indefenso mi torso.

Conseguí asestarle un rodillazo que lanzó su arma lejos y el caía de rodillas al suelo. Parecía que había ganado, mi enemigo estaba casi en el suelo, pero no iba a rematarlo.

- Eres fuerte. Me caes bien y me gusta tu estilo - Le decía mientras le miraba.

De repente, cuando estaba todo ganado se levantó, parecía resistir bastante, eso me gustaba aún más. Su fuerza, velocidad y resistencia eran dignas de un oponente, tenía un buen nivel, lo respetaba. Empezó a correr hacia mi, pero se quedó sin fuerzas y cayó al suelo, o eso pensaba yo. Se levantó haciendo el pino y me propinó un fuerte impacto en el pecho que me hizo lanzarme al suelo, cayendo de culo. El pecho me dolía, los cortes aún mas. Parecía que mi cuerpo ardía y mi enemigo salió rodando para luego levantarse. No podía quedarme en el suelo, no ahora, o sería una derrota. Me levanté con las fuerzas que me quedaban y empecé a caminar hacia él.

- ¿Sabes qué? Podríamos enfrentarnos durante horas, pero es hora de terminar. Eres un buen oponente. Ojalá nos volvamos a encontrar. - Le decía mientras me acercaba aún más a él.

Cuando estaba lo suficientemente cerca, emitiría mi última explosión, no sería un ataque, sino más bien una distracción. Mi cuerpo cuando estaba casi pegado al suyo, emitió una pequeña explosión que salía de mi cuerpo.

- ¡Adiós! [AD] - Le decía mientras me volteaba.

Aquel ataque sería lo suficiente para dejarlo distraído mientras yo, corría hacia un lado del puente. Corrí a máxima velocidad y salté desde él, cayendo al mar. Empecé a nadar dirigiéndome al barco, quizás algún día volvíamos a encontrarnos, pero este, sería el final de el encuentro del puente.

Conseguí darle, por lo que girando sobre mi mismo conseguí ponerme en pie. Me había dicho que era fuerte, pero debía reconocer que él también lo era.
Sin previo aviso empezó a caminar hacia mi a la vez que decía que enfrentarnos así sería inútil, podíamos estar horas sin conseguir una clara ventaja. Y supongo que tenía razón. Cuando escuché su esperanza de encontrarnos de nuevo me puse en modo alerta, intentaría escapar y efectivamente lo hizo. Para ello usó otra vez esa extraña técnica explosiva que salía de su cuerpo. La onda me hizo caer de culo contra el suelo. Me levanté en un vano intento por seguirlo ya que él se había puesto a nadar. Con esa técnica había ganado el suficiente tiempo como para deshacerse de mi.

Claro que nos veremos, ¡y te arrestaré! -grité cuando se alejaba.

Ese hombre sería alguien atener en cuenta en un futuro. Asderdeker, estaría atento al avance de aquel hombre. Cuando me descuidase un poco su recompensa sería grande y sería el momento en el que tendría que eliminarlo.
Finalmente recogí mi arma y me volví hacia los marines justo antes de desmayarme y caer al suelo con una sonrisa de satisfacción en la cara.