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Me encontraba en la base, cuando de repente mi Den Den Mushi empezó a emitir el típico sonido de una llamada. Estaba medio adormilado, con el periódico sobre mi cara y recostado tranquilamente sobre una silla. Estiré la mano lentamente y descolgué para luego acercarme el micrófono a la boca.
-CP6, Etsu Shiroi al habla -dije mientras bostezaba.
-Señor, se ha avistado al supernova Lion D. Émile en las inmediaciones de isla Nanami -me informó la voz desde el otro lado del aparato.
-Enseguida salgo -dije poniéndome en pie rápidamente y cogiendo la katana.
-No tarde mucho señor, ya le espera un barco a la salida, corto. -dijo a la vez que colgaba.
Salí rápidamente del cuartel y me embarqué en el buque sin perder tiempo. El viaje no se me hizo para nada largo, pero tampoco corto del todo, pasamos una tormenta sin apenas inconvenientes y cuando ya pensaba que se hacía tarde isla Nanami apareció en el horizonte. El barco siguió acercándose a ritmo constante, pero se me hacía demasiado lento su avance, por lo que me encaramé en la proa del barco y salté al aire a la vez que usaba geppou para mantenerme y desplazarme por el aire.
-Yo me adelanto, no hay tiempo que perder -informé mientras me dirigía hacia la isla.
Cuando posé el pie en la isla me asombró la falta de sonidos procedentes de la civilización, sería normal en una isla deshabitada. La selva lo envolvía todo a mi alrdedor, por lo que empecé a bordear la costa en un intento de encontrar el barco del supernova.
-CP6, Etsu Shiroi al habla -dije mientras bostezaba.
-Señor, se ha avistado al supernova Lion D. Émile en las inmediaciones de isla Nanami -me informó la voz desde el otro lado del aparato.
-Enseguida salgo -dije poniéndome en pie rápidamente y cogiendo la katana.
-No tarde mucho señor, ya le espera un barco a la salida, corto. -dijo a la vez que colgaba.
Salí rápidamente del cuartel y me embarqué en el buque sin perder tiempo. El viaje no se me hizo para nada largo, pero tampoco corto del todo, pasamos una tormenta sin apenas inconvenientes y cuando ya pensaba que se hacía tarde isla Nanami apareció en el horizonte. El barco siguió acercándose a ritmo constante, pero se me hacía demasiado lento su avance, por lo que me encaramé en la proa del barco y salté al aire a la vez que usaba geppou para mantenerme y desplazarme por el aire.
-Yo me adelanto, no hay tiempo que perder -informé mientras me dirigía hacia la isla.
Cuando posé el pie en la isla me asombró la falta de sonidos procedentes de la civilización, sería normal en una isla deshabitada. La selva lo envolvía todo a mi alrdedor, por lo que empecé a bordear la costa en un intento de encontrar el barco del supernova.
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Un bote con un sola vela. Probablemente hubiese resultado mas prudente salir al mar a nado. Pero por supuesto la prudencia no es una característica que distinga a Clive Gaiman. Ante todo siempre esta la esperanza de una aventura sobre el horizonte. Baja del bote en la isla desierta, ni una sola alma sobre la playa. Ni un solo barco a la vista.
-Una pequeña isla, para mi solo. No es una propuesta que se vea mal. Podría tener una pequeña casita en un lugar como este.- Comienza a caminar mientras enciende un cigarrillo y se lo lleva a los labios. El humo sube por su labio superior y es inhalado por las fosas nasales.
Clive avanza por la playa, explorando la isla.
-Una pequeña isla, para mi solo. No es una propuesta que se vea mal. Podría tener una pequeña casita en un lugar como este.- Comienza a caminar mientras enciende un cigarrillo y se lo lleva a los labios. El humo sube por su labio superior y es inhalado por las fosas nasales.
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Los sonidos del bosque le rodeaban mientras avanzaba entre la espesura, cortando arbustos espinosos con su cuchillo de caza. El joven Supernova observó el lugar con gesto serio, algo preocupado. Se suponía que lo que buscaba tenía que estar en aquella isla, pero tras tres días en el lugar no había encontrado nada. Empezaba a cansarse, y se temía que fuese una trampa. Atravesó unos árboles bastante pegados entre sí y se vio de repente al borde de un acantilado. Se paró al borde de este, tensándose por el susto. "Podría haberme matado por no mirar por dónde voy... debería tener más cuidado." Entonces se fijó en una embarcación que pasaba justo bajo sus pies. Este tenía la enseña del Gobierno Mundial.
- ¿Pero qué...?
Parecía que no estaba equivocado. Hacía una semana había sobornado a un tipo de los bajos fondos. Buscaba una vieja base de una banda de contrabandistas que sospechaba por investigaciones que había llevado a cabo que estaban vinculados con su padre. Si lograba acceder a viejos ficheros tal vez encontrase pruebas de ello. Sin embargo lo habían traicionado... en fin, le tocaría defenderse. Creían que era un Supernova más, pero Émile era consciente (o al menos creía) que su poder estaba por encima del de uno. Con una mirada intensa, se internó de nuevo en el bosque y avanzó en dirección a la playa. El pirata iba vestido con unas botas negras (en el interior de la derecha guardó el cuchillo), vaqueros azules ajustados, una camisa blanca, un chaleco negro por encima y dos pistolas colgando de su cinturón. Ambas iban en fundas de cuero con pentáculos rojos. La de la derecha era negra con dibujos tribales dorados, mientras que la izquierda era blanca con los mismos dibujos pero en rojo oscuro. Eran Hades y Averno, sus armas especiales.
Era normal que le buscaran. Durante la última guerra, Émile había traicionado al Gobierno dejando su puesto de Yonkaikyo y rescatando al Supernova Sharp D. Drake de las manos del Almirante Yakama. Además de eso, era el subcapitán de Kuzaku Funnen. No era un don nadie... qué fastidio. Estaba acostumbrado a que le dejasen tranquilo. Parecía que a partir de entonces tendría que empezar a tener cuidado con los posibles cazadores oportunistas y marines que quisiesen arrestarlo.
- ¿Pero qué...?
Parecía que no estaba equivocado. Hacía una semana había sobornado a un tipo de los bajos fondos. Buscaba una vieja base de una banda de contrabandistas que sospechaba por investigaciones que había llevado a cabo que estaban vinculados con su padre. Si lograba acceder a viejos ficheros tal vez encontrase pruebas de ello. Sin embargo lo habían traicionado... en fin, le tocaría defenderse. Creían que era un Supernova más, pero Émile era consciente (o al menos creía) que su poder estaba por encima del de uno. Con una mirada intensa, se internó de nuevo en el bosque y avanzó en dirección a la playa. El pirata iba vestido con unas botas negras (en el interior de la derecha guardó el cuchillo), vaqueros azules ajustados, una camisa blanca, un chaleco negro por encima y dos pistolas colgando de su cinturón. Ambas iban en fundas de cuero con pentáculos rojos. La de la derecha era negra con dibujos tribales dorados, mientras que la izquierda era blanca con los mismos dibujos pero en rojo oscuro. Eran Hades y Averno, sus armas especiales.
Era normal que le buscaran. Durante la última guerra, Émile había traicionado al Gobierno dejando su puesto de Yonkaikyo y rescatando al Supernova Sharp D. Drake de las manos del Almirante Yakama. Además de eso, era el subcapitán de Kuzaku Funnen. No era un don nadie... qué fastidio. Estaba acostumbrado a que le dejasen tranquilo. Parecía que a partir de entonces tendría que empezar a tener cuidado con los posibles cazadores oportunistas y marines que quisiesen arrestarlo.
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Joder, que habia pasado. Me habian contratado como guardaespaldas para cubrir una ruta peligrosa por los mares del este. Iba a ser un viaje tranquilo, hasta que surgio una tormenta de repente. El barco se balanceaba de manera violenta, por lo que me agarre a lo que pude, cogiendo con todas mis fuerzas mi mochila, ya que llevaba el libro de mi sensei. Al cabo de un rato el barco no aguanto mas y se partio, pero antes de que se hiciera añicos salte con agilidad hacia el mar para que no me tragara con el barco (Menos mal que no era usuario). En un utimo esfuerzo nade a un trozo de madera cercano y clave las dos hojas ocultas, al menos asi estaria a salvo por ahora. al cabo de un rato con un cansancio visible cerre los ojos y me dormi, navegando a la deriva en el trozo de madera.
Me desperte en una playa, con la boca seca y algo desorientado me sente, observe la situacion, no habia nada del barco por aquella zona y tampoco conocia la isla,pero por la cercania de la ruta del barco tendria que estar en la isla Nanami, pero no podria asegurarlo, ya que habia estado en otras ocasiones por alli y siempre habia escuchado mucha vida y animales, ahora todo estaba en silencio. Abri la mochila y cure alguna de las heridas que tenia por el naufragio, bebi algo de agua de la cantimplora y empece a anda en busca de alguien para poder salir de alli.
A lo lejos vi una pequeña embarcación de la cual bajaba una persona, era la primera señal de vida que veia en la isla desde que llegue asi que me decidi a ir a ver si sabia el porque del silencio de la isla.
Me desperte en una playa, con la boca seca y algo desorientado me sente, observe la situacion, no habia nada del barco por aquella zona y tampoco conocia la isla,pero por la cercania de la ruta del barco tendria que estar en la isla Nanami, pero no podria asegurarlo, ya que habia estado en otras ocasiones por alli y siempre habia escuchado mucha vida y animales, ahora todo estaba en silencio. Abri la mochila y cure alguna de las heridas que tenia por el naufragio, bebi algo de agua de la cantimplora y empece a anda en busca de alguien para poder salir de alli.
A lo lejos vi una pequeña embarcación de la cual bajaba una persona, era la primera señal de vida que veia en la isla desde que llegue asi que me decidi a ir a ver si sabia el porque del silencio de la isla.
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La espesura llamaba mi atención mientras corría por la orilla, lo más seguro era que si pretendía ocultarse lo hiciese allí, aunque claro, un pirata tampoco puede pasar mucho tiempo alejado de su barco. En eso me recordaban a los marines, le cogían demasiado cariño a aquellas naves que en el fondo no era sino un pedazo hecho de otros pedazos de madera y metal.
A lo lejos pude discernir un pequeño bote en la orilla. Me acerqué para ver si por casualidad era el supernova.
A parte de ser un pirata no era otro que el hijo del mismísimo Kurotora D. Karl, lo que sin duda haría de él un hombre con habilidades formidables. Ya se dice que el apellido D. siempre trae cambios, sean ara bien o para mal.
Me acerqué más a la playa a la vez que me escondía de la mirada de curiosos y me quedaba atento a cualquier extraño movimiento que me apuntase a Émile. Era extraño estar dando caza al hijo de uno de los hombre más influyentes e importantes del mundo, pero una misión era una misión.
Seguramente el barco en que había venido ya se había acercado a la isla y posiblemente alertado al pirata, lo mejor habría sido avisar que se quedasen en alta mar hasta que los llamase, no me gustaba la incompetencia, y si por su culpa se escapaba el supernova, recibirían una queja formal.
A lo lejos pude discernir un pequeño bote en la orilla. Me acerqué para ver si por casualidad era el supernova.
A parte de ser un pirata no era otro que el hijo del mismísimo Kurotora D. Karl, lo que sin duda haría de él un hombre con habilidades formidables. Ya se dice que el apellido D. siempre trae cambios, sean ara bien o para mal.
Me acerqué más a la playa a la vez que me escondía de la mirada de curiosos y me quedaba atento a cualquier extraño movimiento que me apuntase a Émile. Era extraño estar dando caza al hijo de uno de los hombre más influyentes e importantes del mundo, pero una misión era una misión.
Seguramente el barco en que había venido ya se había acercado a la isla y posiblemente alertado al pirata, lo mejor habría sido avisar que se quedasen en alta mar hasta que los llamase, no me gustaba la incompetencia, y si por su culpa se escapaba el supernova, recibirían una queja formal.
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Pasan apenas unos minutos hasta que Clive se encuentra con otra persona en aquella gigantesca isla. El hombre se encuentra empapado, camina por la playa de la misma manera que el. Clive se detiene frente al sujeto con aire calmado y le da una profunda calada a su cigarrillo. Hace una "O" con los labios y al soltar el humo este toma la forma de pequeños círculos que se desvanecen con el viento de la playa.
Huele a sal y arena, el viento sopla entre los arboles cercanos, y todo parece aclimatado como una escena de ficción. Clive sostiene el cigarrillo con el labio inferior, y finalmente se decide a hablar.
-Naufrago supongo. Dudo un poco que si vinieras en un barco llegaras a este punto mojado. Teniendo en cuenta que yo tengo el único barco que eh visto en las cercanías. Supongo que para salir de esta isla querrás o bien que te lleve, o matarme y robar mi modesta nave.- Se queda en silencio un segundo intentando leer los movimientos de aquella persona. -Si tienes el suficiente efectivo podríamos llegar a un trato. Y si prefieres tomar la otra opción y atacarme, déjame finalizar mi cigarrillo antes.- Da una calada mas al cigarrillo que sostiene con la pinza de su mano derecha. Y espera una respuesta
Huele a sal y arena, el viento sopla entre los arboles cercanos, y todo parece aclimatado como una escena de ficción. Clive sostiene el cigarrillo con el labio inferior, y finalmente se decide a hablar.
-Naufrago supongo. Dudo un poco que si vinieras en un barco llegaras a este punto mojado. Teniendo en cuenta que yo tengo el único barco que eh visto en las cercanías. Supongo que para salir de esta isla querrás o bien que te lleve, o matarme y robar mi modesta nave.- Se queda en silencio un segundo intentando leer los movimientos de aquella persona. -Si tienes el suficiente efectivo podríamos llegar a un trato. Y si prefieres tomar la otra opción y atacarme, déjame finalizar mi cigarrillo antes.- Da una calada mas al cigarrillo que sostiene con la pinza de su mano derecha. Y espera una respuesta
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Llegó a las proximidades de la playa, donde trepó a una palmera como pudo. Le costó, y se cayó una vez, sin lesionarse por suerte. Una vez arriba, observó toda la extensión de arena agazapado entre las enormes hojas. Pudo ver a dos tipos a unos doscientos metros de él. Miró en la otra dirección y vio a un hombre joven de pelo blanco y largo corriendo. ¿No lo había visto en la cubierta del barco? Bueno, parecía que tenía a un posible enemigo ante él. Posiblemente los otros dos también lo fueran, pero eliminaría a aquel primero, y luego ya se encargaría de atraer a los otros a la jungla y emboscarlos. Si se veía en problemas... su fruta ya le había salvado las últimas veces que le habían arrinconado los marines. Prefería evitar tener que depende de Lucifer, pero era un poder al que no podía rechazar sin más. Desenfundó a Hades y a Averno en un rápido movimiento y comenzó a canalizar energía hacia las pistolas. Sus armas tenían la característica de no usar munición real, si no que empleaban su propia energía espiritual. Y tenía tal dominio de las mismas que podía darle forma a los disparos o incluso dotarles de características especiales y hacerlos cambiar de dirección.
- Es hora de que tengamos unas palabritas, agente-san - murmuró, con cierta ironía.
Suponía que era agente, pues no llevaba uniforme de marine, venía en un barco del Gobierno y estaba armado con una katana. El aspecto lo tenía, cuanto menos. La mente del joven trabajaba a toda velocidad ideando una estrategia. Y pronto se le ocurrió una. No por nada era el estratega de Kuzaku Funnen. Era un tanto arriesgada, pero confiaba en sus capacidades. Apuntó con Hades y disparó un único tiro. Un proyectil blanco brillante salió de su pistola y explotó frente al agente. Pero no fue una explosión normal; no hubo onda de choque, fuego, ni siquiera calor. Fue de luz. Una luz tan intensa que cegaría a todo el que la mirase directamente. Y mientras esta explotaba, el pirata giró la cabeza con los ojos cerrados. Acto seguido se puso de pie sobre la palmera y saltó hacia la playa. En el aire realizó dos disparos dándoles la característica de ser penetrantes (como una bala normal) hacia la arena, canalizando su energía para que los disparos fuesen bajo tierra y saliesen desde el subsuelo hacia los gemelos del melenudo desde la espalda. Y antes de caer, realizó un tercer tiro con Averno, generando con este una red de energía con la que pretendía capturar al joven. Cayó rodando, se levantó rápidamente y se le acercó apuntándole con sus pistolas.
- ¡Identifícate! ¿Quién eres y qué buscas en esta isla? - dijo con voz autoritaria.
Disparo cegador + doble tiro dirigido + red de energía [AIF]
- Es hora de que tengamos unas palabritas, agente-san - murmuró, con cierta ironía.
Suponía que era agente, pues no llevaba uniforme de marine, venía en un barco del Gobierno y estaba armado con una katana. El aspecto lo tenía, cuanto menos. La mente del joven trabajaba a toda velocidad ideando una estrategia. Y pronto se le ocurrió una. No por nada era el estratega de Kuzaku Funnen. Era un tanto arriesgada, pero confiaba en sus capacidades. Apuntó con Hades y disparó un único tiro. Un proyectil blanco brillante salió de su pistola y explotó frente al agente. Pero no fue una explosión normal; no hubo onda de choque, fuego, ni siquiera calor. Fue de luz. Una luz tan intensa que cegaría a todo el que la mirase directamente. Y mientras esta explotaba, el pirata giró la cabeza con los ojos cerrados. Acto seguido se puso de pie sobre la palmera y saltó hacia la playa. En el aire realizó dos disparos dándoles la característica de ser penetrantes (como una bala normal) hacia la arena, canalizando su energía para que los disparos fuesen bajo tierra y saliesen desde el subsuelo hacia los gemelos del melenudo desde la espalda. Y antes de caer, realizó un tercer tiro con Averno, generando con este una red de energía con la que pretendía capturar al joven. Cayó rodando, se levantó rápidamente y se le acercó apuntándole con sus pistolas.
- ¡Identifícate! ¿Quién eres y qué buscas en esta isla? - dijo con voz autoritaria.
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Todavia estaba un poco aturdido depues del naufragio, aun asi, continue caminando hacia aquel hombre que me empezo a mirar fijamente. Cuando empece a acercarme a aquel tipo, vi que era de complexion delgada con el pelo moreno, estaba fumando un cigarrillo de manera muy tranquila, nada mas llegar a su lado me empezo a hablar
-Naufrago supongo. Dudo un poco que si vinieras en un barco llegaras a este punto mojado. Teniendo en cuenta que yo tengo el único barco que he visto en las cercanías. Supongo que para salir de esta isla querrás o bien que te lleve, o matarme y robar mi modesta nave-.
No le preste demasiada atención, ya que de momento no quería salir de la isla. Lo que queria era averiguar el porque de ese silencio. No sabia si aquel tipo, se habia dado cuenta del silencio tan extraño que habia a nuestro alrededor. Prosiguio hablando
-Si tienes el suficiente efectivo podríamos llegar a un trato. Y si prefieres tomar la otra opción y atacarme, déjame finalizar mi cigarrillo antes-
Justo en ese momento escuche como disparos que venian de la parte alta de la isla. Al mirar vi como varios haz de luz, por lo que me puse en guardia por si la cosa se ponia peliaguda.
-Naufrago supongo. Dudo un poco que si vinieras en un barco llegaras a este punto mojado. Teniendo en cuenta que yo tengo el único barco que he visto en las cercanías. Supongo que para salir de esta isla querrás o bien que te lleve, o matarme y robar mi modesta nave-.
No le preste demasiada atención, ya que de momento no quería salir de la isla. Lo que queria era averiguar el porque de ese silencio. No sabia si aquel tipo, se habia dado cuenta del silencio tan extraño que habia a nuestro alrededor. Prosiguio hablando
-Si tienes el suficiente efectivo podríamos llegar a un trato. Y si prefieres tomar la otra opción y atacarme, déjame finalizar mi cigarrillo antes-
Justo en ese momento escuche como disparos que venian de la parte alta de la isla. Al mirar vi como varios haz de luz, por lo que me puse en guardia por si la cosa se ponia peliaguda.
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No le agrada demasiado aquel sujeto. Al hablarle lo observa sin prestarle demasiada atención. Y eso en ciertas situaciones y con ciertas personas puede legar a ser mucho muy molesto.
Los disparos le sacan del trance. Provienen del otro lado de la isla, Clive sabe como suena un disparo, y eso definitivamente fueron disparos. Y teniendo en cuenta que un arma no se dispara sola, eso solo significa que no están solos en aquella isla.
-Bueno hay que conocer a los demás habitantes de la isla, ¿no crees?-
No espera ninguna respuesta. De inmediato se introduce en la selva, atraviesa la densa vegetación lo mas rápido que le es posible y se dirige al origen del sonido del disparo.
Alguien grita.
-¡Identifícate!- Exige la voz. Clive sigue el sonido. Un hombre se encuentra sobre la playa amenazando a....
-Hey, esa es una linda chica- Dice para si mismo mientras observa aquella persona de cabello largo y blanco.
Clive se esconde lejos de la playa, lo suficientemente cerca para ver y escuchar lo que dicen, y lo suficientemente cubierto entre la vegetación para que les resulte imposible verlo sin estarlo buscando. Espera al muchacho de la playa, tal vez legue con el, o tal vez se meta en la pelea que parece esta por iniciar. Y en caso de que no haga nada, aquellos dos aparentan poder sacar bastantes chispas por su cuenta. Toda aquella situación parece muy interesante.
Los disparos le sacan del trance. Provienen del otro lado de la isla, Clive sabe como suena un disparo, y eso definitivamente fueron disparos. Y teniendo en cuenta que un arma no se dispara sola, eso solo significa que no están solos en aquella isla.
-Bueno hay que conocer a los demás habitantes de la isla, ¿no crees?-
No espera ninguna respuesta. De inmediato se introduce en la selva, atraviesa la densa vegetación lo mas rápido que le es posible y se dirige al origen del sonido del disparo.
Alguien grita.
-¡Identifícate!- Exige la voz. Clive sigue el sonido. Un hombre se encuentra sobre la playa amenazando a....
-Hey, esa es una linda chica- Dice para si mismo mientras observa aquella persona de cabello largo y blanco.
Clive se esconde lejos de la playa, lo suficientemente cerca para ver y escuchar lo que dicen, y lo suficientemente cubierto entre la vegetación para que les resulte imposible verlo sin estarlo buscando. Espera al muchacho de la playa, tal vez legue con el, o tal vez se meta en la pelea que parece esta por iniciar. Y en caso de que no haga nada, aquellos dos aparentan poder sacar bastantes chispas por su cuenta. Toda aquella situación parece muy interesante.
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- Advertencia maligna:
- Dante, te has colado, la próxima vez que lo hagas te corto un pie, lo meto en la lavadora y te lo vuelvo a coser para que te llamen "pie remojado"
Me encontraba escondido, pero aún así Émile me descubrió, sin duda se parecía a su padre. Lanzó un disparo hacia mi, endurecí mi cuerpo con tekkai para que la bala no penetrase mi cuerpo, o lo hiciese lo menos posible, pero no impactó contra mi, sino que explotó delante emitiendo una luz blanca de gran intensidad. No emitía calor alguno, simplemente me cegó y me obligó a cerrar los ojos mientras interponía delante de mi una mano en un intento de protegerme los ojos.
Apenas podía ver, pero aún así salté en el aire, mientras me impulsaba hacia arriba con geppou, para alejarme lo máximo posible de aquella luz.
Sentí dos pinchazos en mi gemelos, pero por suerte, gracias a mi dominio del tekkai kempo podía moverme teniendo aquella técnica activa. Aún así sentí el escozor de un proyectil que impacta contra la piel y las piernas me fallaron durante un instante en el que caí de nuevo hacia abajo.
Una red de energía apareció de la nada, y se echó sobre mi, saqué mi katana e intenté cortarla pero al parecer no era algo estrictamente sólido, por lo que no pude hacerlo.
Me has descubierto -admití desde el suelo -Etsu Shiroi, CP6, vengo a detenerte.
Me fijé en la expresión que pondría su cara al enterarse quien era y continué hablándole, mientras intentaba cortar la red energética, quizá congelándola pensé. Pero eso por ahora tendría que esperar.
No he venido solo, hay más personal en el mar, esperando por ti[/b] -informé mientras hacía un rápido movimiento con la hoja helada, en un intento de cortar la red. Luego corrí hacia él, usando el kamisori kempo, colocándome en su lateral izquierdo.
-Quedas detenido por orden del gobierno -dije mientras hacía un corte hacia él que cubriría de escarcha todo lo que cortase.[AIF]
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Imposible... ¿los tiros no habían penetrado en su piel? Émile apretó los dientes, rabioso. Además, ¿había saltado en el aire? El otro se identificó como Etsu Shiroi, del CP6. "Era lo que sospechaba, era un miembro del Cipher Pol. Pero... ¿un CP6 para detenerme? ¿Hasta ese punto me quieren fuera de juego? Supuso que tenía que ver con que fuese hijo de un Almirante. Lo último que quería el Gobierno era tener tan mala imagen como el que hijo de uno de sus altos cargos fuese un traidor que había renegado de su puesto de Yonkaikyo para hacerse pirata y salvar al compañero del asesino del antiguo Almirante de Flota. De ahí que le diese caza. Y el Supernova no lo iba a tolerar. De repente el agente comenzó a desplazarse a una velocidad sobrehumana, se colocó a su izquierda. Empleando su "Shadow", trató de esquivarle, pero la katana le trazó un corte en el pecho. Aprovechó el impacto para dejarse caer, rodar y levantarse de nuevo, notando un frío enorme en la herida y un dolor horrible. Entonces vio que se le había congelado.
- ¿Pero qué? - comenzaba a enfadarse aun más, aunque por el momento mantenía el control - Ya veo... este es el famoso rokushiki del que me habló mi maestro. Bien. Tus técnicas no tienen secretos para mi.
A pesar de haber abandonado hacía mucho el entrenamiento en artes marciales, seguía siendo un iniciado en el Sokudan. Y el Sokudan tenía como arte marcial rival al Rokushiki. No por nada su padre era uno de los pocos marines de alto rango centrados en el cuerpo a cuerpo que se habían negado a aprender aquel estilo. Empuñó sus armas, dejando fluir su rabia. Iba a ser un combate difícil, y iba a necesitar todo su poder, incluso aunque necesitase recurrir a su akuma. Activó esta, despertado con esto a Lucifer, el demonio de la fruta. "Así que recurres de nuevo a mi... eres débil. No puedes pelear sin mis habilidades." Émile ignoró al demonio. Estaba tan rabioso que estaba a punto de hacer algo que sólo había hecho una vez: emplear por voluntad propia y sin pensar en las consecuencias sus poderes, lo que implicaba utilizarlos sin tener a Lucifer por mediador. Odiaba emplear su akuma. Lo volvía más violento y dado al asesinato, y era el miedo a corromperse por ella lo que le impedía inconscientemente controlar sus poderes. Por ello el demonio de su fruta aprovechaba para manipularlo. Sólo una vez había empleado su forma completa sin ser poseído por el Diablo. Pero esta vez era diferente. No tenía miedo a herir a aquel hombre. Estaba empezando a "aceptar" aquella condición y a no temer a corromperse. Sin consultar al Diablo, comenzó succionar el poder de este. "Mocoso... así que ahora te atreves a controlarme. Yo te he hecho sobrevivir hasta ahora." El rostro de Émile era una mueca de desprecio e ira. "Cállate." Le dijo únicamente, desterrando a aquella presencia a lo más profundo de su mente.
- "Pacto" activado - dijo.
De repente en su frente apareció un símbolo rojo: un pentáculo. El aire a su alrededor pareció vibrar, y el color de sus ojos pasó del caoba a un rojo intenso. Ahora parecía una persona distinta por su actitud. Alguien más inhumano y malévolo. El Pacto era un poder que Émile podía concederle a otras personas o activar sobre sí mismo. El que lo recibía se volvía durante un tiempo mucho más fuerte, veloz, ágil y resistente, llegando a supera sus límites. A cambio, el que lo emplea entra en un estado de ira y violencia extrema. Como efecto secundario, ese poder corroe la mente a largo plazo, volviendo al usuario más malévolo. Sin embargo no le quedaba más remedio que usarlo si quería igualar mínimamente al CP. Alzó sus pistolas y estas empezaron a brillar. En ese momento su poder había aumentado tanto que introducía tanta energía en las pistolas de golpe que estaba casi provocándoles una sobrecarga.
- Overload: ¡Fénice di Rabbia!
Apuntó al cielo y realizó cuatro tiros. Los proyectiles se convirtieron en hermosas aves rojizas, cada una de las cuales se dividió en otras cuatro. Había un total de dieciséis fénix, los cuales se tiraron en picado por la zona. Cuando cayesen, causarían fuertes explosiones. Tres iban hacia Etsu, pero los otros estaban situados para cortarle la retirada por tierra. No le quedaría otra que avanzar hacia Émile, que estaba en el único punto de la zona del combate que no sería brutalmente bombardeada, o volar hacia el aire. En ambos casos Émile tenía un plan. Si avanzaba hacia él, le dispararía con Averno otra red de energía al tiempo que con Hades disparaba un láser (también de energía) hacia su pecho. Si iba hacia el aire con su rokushiki, se impulsaría utilizando sus pistolas de energía como reactores y le lanzaría una patada lateral aérea hacia el estómago, tras lo cual se lanzaría rápidamente a la arena propulsándose con las pistolas para que no lo pillara en el aire y rodaría para minimizar el impacto de la caída.
Fénice di Rabbia + Laser di Collera/Buyo Sokudan: Kick Shot [AMF]
- ¿Pero qué? - comenzaba a enfadarse aun más, aunque por el momento mantenía el control - Ya veo... este es el famoso rokushiki del que me habló mi maestro. Bien. Tus técnicas no tienen secretos para mi.
A pesar de haber abandonado hacía mucho el entrenamiento en artes marciales, seguía siendo un iniciado en el Sokudan. Y el Sokudan tenía como arte marcial rival al Rokushiki. No por nada su padre era uno de los pocos marines de alto rango centrados en el cuerpo a cuerpo que se habían negado a aprender aquel estilo. Empuñó sus armas, dejando fluir su rabia. Iba a ser un combate difícil, y iba a necesitar todo su poder, incluso aunque necesitase recurrir a su akuma. Activó esta, despertado con esto a Lucifer, el demonio de la fruta. "Así que recurres de nuevo a mi... eres débil. No puedes pelear sin mis habilidades." Émile ignoró al demonio. Estaba tan rabioso que estaba a punto de hacer algo que sólo había hecho una vez: emplear por voluntad propia y sin pensar en las consecuencias sus poderes, lo que implicaba utilizarlos sin tener a Lucifer por mediador. Odiaba emplear su akuma. Lo volvía más violento y dado al asesinato, y era el miedo a corromperse por ella lo que le impedía inconscientemente controlar sus poderes. Por ello el demonio de su fruta aprovechaba para manipularlo. Sólo una vez había empleado su forma completa sin ser poseído por el Diablo. Pero esta vez era diferente. No tenía miedo a herir a aquel hombre. Estaba empezando a "aceptar" aquella condición y a no temer a corromperse. Sin consultar al Diablo, comenzó succionar el poder de este. "Mocoso... así que ahora te atreves a controlarme. Yo te he hecho sobrevivir hasta ahora." El rostro de Émile era una mueca de desprecio e ira. "Cállate." Le dijo únicamente, desterrando a aquella presencia a lo más profundo de su mente.
- "Pacto" activado - dijo.
De repente en su frente apareció un símbolo rojo: un pentáculo. El aire a su alrededor pareció vibrar, y el color de sus ojos pasó del caoba a un rojo intenso. Ahora parecía una persona distinta por su actitud. Alguien más inhumano y malévolo. El Pacto era un poder que Émile podía concederle a otras personas o activar sobre sí mismo. El que lo recibía se volvía durante un tiempo mucho más fuerte, veloz, ágil y resistente, llegando a supera sus límites. A cambio, el que lo emplea entra en un estado de ira y violencia extrema. Como efecto secundario, ese poder corroe la mente a largo plazo, volviendo al usuario más malévolo. Sin embargo no le quedaba más remedio que usarlo si quería igualar mínimamente al CP. Alzó sus pistolas y estas empezaron a brillar. En ese momento su poder había aumentado tanto que introducía tanta energía en las pistolas de golpe que estaba casi provocándoles una sobrecarga.
- Overload: ¡Fénice di Rabbia!
Apuntó al cielo y realizó cuatro tiros. Los proyectiles se convirtieron en hermosas aves rojizas, cada una de las cuales se dividió en otras cuatro. Había un total de dieciséis fénix, los cuales se tiraron en picado por la zona. Cuando cayesen, causarían fuertes explosiones. Tres iban hacia Etsu, pero los otros estaban situados para cortarle la retirada por tierra. No le quedaría otra que avanzar hacia Émile, que estaba en el único punto de la zona del combate que no sería brutalmente bombardeada, o volar hacia el aire. En ambos casos Émile tenía un plan. Si avanzaba hacia él, le dispararía con Averno otra red de energía al tiempo que con Hades disparaba un láser (también de energía) hacia su pecho. Si iba hacia el aire con su rokushiki, se impulsaría utilizando sus pistolas de energía como reactores y le lanzaría una patada lateral aérea hacia el estómago, tras lo cual se lanzaría rápidamente a la arena propulsándose con las pistolas para que no lo pillara en el aire y rodaría para minimizar el impacto de la caída.
Fénice di Rabbia + Laser di Collera/Buyo Sokudan: Kick Shot [AMF]
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Que raro, ¿esos disparos serian una señal?, pense
Justamente cuando se escucho el disparo aquel tipo dijo -Bueno hay que conocer a los demás habitantes de la isla, ¿no crees?, justo depues empezo a correr hacia el interior del bosque.
Empece a correr detras de él manteniedo las distancias, no queria que me viera. Despues de correr durante un momento, se paro en seco mirando hacia arriba, había escuchado algunas voces antes, pero no sabia de donde venian. Al mirar hacia arriba vi a un hombre, que fijandome bien, lo reconocí.
Era Emile el supernova ¿Que hacía en esta isla?. Podía tener bastantes problemas si me veía, así que mantuve las distancias, así que me adentre algo mas en el bosque con cuidado para acercarme lo mas posible.
Mientras estaba andando escuche -Etsu Shiroi, CP6, vengo a detenerte.Quedas detenido por orden del gobierno-
Mmmm, un agente del gorbierno... podria ayudarlo y sacar tajada de la recompensa. Pero no podia atacar a aquella mala bestia de cara, me haría pedazos. Tendría que atacar desde la distancia, escondiendome entre la vegetación que era bastante espesa.
Vi como el agente del gobierno atacaba al Emile, haciendole un tajo en el pecho, que empezo a congelarse. - Esta es mi oportunidad- pense.
Lance varios cuchillos con fuerza, ya que si no, no llegarian a su destino, con dirección a su pecho. Justamente al lanzarlo Emile, cambio su expresión, era un demonio. Vi como empezaban a crearse pequeños tornados de aire cerca de el. ¿Que habria echo para hacer eso?-. En ese momento apunto al agente con sus pistolas, que brillaban con una intensidad increible. Esperaba que no me viera.
Lanzamiento de cuchillos [AF]
Justamente cuando se escucho el disparo aquel tipo dijo -Bueno hay que conocer a los demás habitantes de la isla, ¿no crees?, justo depues empezo a correr hacia el interior del bosque.
Empece a correr detras de él manteniedo las distancias, no queria que me viera. Despues de correr durante un momento, se paro en seco mirando hacia arriba, había escuchado algunas voces antes, pero no sabia de donde venian. Al mirar hacia arriba vi a un hombre, que fijandome bien, lo reconocí.
Era Emile el supernova ¿Que hacía en esta isla?. Podía tener bastantes problemas si me veía, así que mantuve las distancias, así que me adentre algo mas en el bosque con cuidado para acercarme lo mas posible.
Mientras estaba andando escuche -Etsu Shiroi, CP6, vengo a detenerte.Quedas detenido por orden del gobierno-
Mmmm, un agente del gorbierno... podria ayudarlo y sacar tajada de la recompensa. Pero no podia atacar a aquella mala bestia de cara, me haría pedazos. Tendría que atacar desde la distancia, escondiendome entre la vegetación que era bastante espesa.
Vi como el agente del gobierno atacaba al Emile, haciendole un tajo en el pecho, que empezo a congelarse. - Esta es mi oportunidad- pense.
Lance varios cuchillos con fuerza, ya que si no, no llegarian a su destino, con dirección a su pecho. Justamente al lanzarlo Emile, cambio su expresión, era un demonio. Vi como empezaban a crearse pequeños tornados de aire cerca de el. ¿Que habria echo para hacer eso?-. En ese momento apunto al agente con sus pistolas, que brillaban con una intensidad increible. Esperaba que no me viera.
Lanzamiento de cuchillos [AF]
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Mi corte consiguió darle, pero tal y como pensaba no sería tan fácil. Por algo era el hijo de Kurotora además de ser conocido por sus velocidad al trazar estrategias.
De repente su cuerpo cambió, un extraño símbolo apareció sobre su frente y sus ojos cambiaron de color hasta volverse de un rojo intenso. Sentí que el aire a su alrededor parecía vibrar, incluso parecía que un aura de maldad pura se cernió sobre toda la zona.
¡Qué había echo! no sabía qué era aquello y cuando disparó hacia su arma me quedé de piedra. Por suerte no había dirigido contra mi las balas, sino hacia arriba, o eso pensé. De repente vi que no podían ser simples proyectiles porque las balas eran cuatro aves de fuego que se elevaron en el aire para luego dividirse cada una en cuatro de aquellos seres. Un total de dieciséis de aquellas llamas con forma de ave se dirigían hacia mi.
Recurrí al kamisori kempo en un intento de evadirlas, pero no pude, ya que cuando impactaban contra el suelo producían una pequeña explosión, por lo que me dirigí hacia la única zona segura, Émile.
Él mismo no se dañaría con una técnica, por lo que me desplacé rápidamente hacia él, pero también había aumentado su velocidad y me propinó una fuerte patada en el estómago que me hizo caer de espaldas contra la arena.
¿Qué eres tu? -pregunté mientras me incorporaba para mirarlo -eso debe de ser alguna fruta.
Me había echo daño, escupí sobre el suelo un poco de saliva a la vez que colocaba mis brazos en torno a la zona dolorida. Debía mantenerme alejad de él si no quería una de aquellas patadas y acercarme si no quería que me diese una de aquellas extrañas balas.
Rankyaku -dije mientras levantaba la pierna formando un arco que lanzaría una onda cortante hacia su cuerpo -no eres el único que tiene ataques a distancia
De repente su cuerpo cambió, un extraño símbolo apareció sobre su frente y sus ojos cambiaron de color hasta volverse de un rojo intenso. Sentí que el aire a su alrededor parecía vibrar, incluso parecía que un aura de maldad pura se cernió sobre toda la zona.
¡Qué había echo! no sabía qué era aquello y cuando disparó hacia su arma me quedé de piedra. Por suerte no había dirigido contra mi las balas, sino hacia arriba, o eso pensé. De repente vi que no podían ser simples proyectiles porque las balas eran cuatro aves de fuego que se elevaron en el aire para luego dividirse cada una en cuatro de aquellos seres. Un total de dieciséis de aquellas llamas con forma de ave se dirigían hacia mi.
Recurrí al kamisori kempo en un intento de evadirlas, pero no pude, ya que cuando impactaban contra el suelo producían una pequeña explosión, por lo que me dirigí hacia la única zona segura, Émile.
Él mismo no se dañaría con una técnica, por lo que me desplacé rápidamente hacia él, pero también había aumentado su velocidad y me propinó una fuerte patada en el estómago que me hizo caer de espaldas contra la arena.
¿Qué eres tu? -pregunté mientras me incorporaba para mirarlo -eso debe de ser alguna fruta.
Me había echo daño, escupí sobre el suelo un poco de saliva a la vez que colocaba mis brazos en torno a la zona dolorida. Debía mantenerme alejad de él si no quería una de aquellas patadas y acercarme si no quería que me diese una de aquellas extrañas balas.
Rankyaku -dije mientras levantaba la pierna formando un arco que lanzaría una onda cortante hacia su cuerpo -no eres el único que tiene ataques a distancia
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Hay veces en que resulta realmente sorprendente lo rápido en que las cosas pueden irse a la mierda.
Aquel sujeto comienza a brillar, y se transforma en un segundo. Clive ya había escuchado en el pasado las historias sobre aquellos seres sobrenaturales en que se convertían las personas tras ingerir las Frutas del Diablo aun así, durante mucho tiempo pensó que no eran mas que leyendas.
Absorto, observando aquel glorioso ser, imponente y poderoso. Un par de navajas vuelan por los aires provenientes de la selva. Clive corre, hay algún idiota metiéndose en una batalla con una criatura que obviamente se debe tratar con cautela. O el sujeto de la playa resulto ser mas estúpido de lo que Clive creía.
Clive avanza sigilosamente entre la selva, en la playa el hombre dispara al cielo, pero no son balas si no aves color rojo, como el fénix mitológico, que surcan los cielos y se dirigen a la chica. Una técnica, aquel sujeto era capaz de atacar disparando aves fénix.
Llega al origen de las navajas, observa al muchacho de la selva. En la playa hay mucho ruido, demasiado. Le parece complicado que note su presencia mientras se acerca.
Lo sujeta por la nuca con la pinza.
-Muy bien.-Habla lo suficientemente fuerte para que aquel sujeto le escuche con claridad, pero no sube la voz tanto como para que se escuche por sobre el escándalo de la batalla que tiene lugar en la playa.- Aquí parece obvio que entiendes esta situación. Lo diré solo una vez. ¿Quienes son ellos?-
Aquel sujeto comienza a brillar, y se transforma en un segundo. Clive ya había escuchado en el pasado las historias sobre aquellos seres sobrenaturales en que se convertían las personas tras ingerir las Frutas del Diablo aun así, durante mucho tiempo pensó que no eran mas que leyendas.
Absorto, observando aquel glorioso ser, imponente y poderoso. Un par de navajas vuelan por los aires provenientes de la selva. Clive corre, hay algún idiota metiéndose en una batalla con una criatura que obviamente se debe tratar con cautela. O el sujeto de la playa resulto ser mas estúpido de lo que Clive creía.
Clive avanza sigilosamente entre la selva, en la playa el hombre dispara al cielo, pero no son balas si no aves color rojo, como el fénix mitológico, que surcan los cielos y se dirigen a la chica. Una técnica, aquel sujeto era capaz de atacar disparando aves fénix.
Llega al origen de las navajas, observa al muchacho de la selva. En la playa hay mucho ruido, demasiado. Le parece complicado que note su presencia mientras se acerca.
Lo sujeta por la nuca con la pinza.
-Muy bien.-Habla lo suficientemente fuerte para que aquel sujeto le escuche con claridad, pero no sube la voz tanto como para que se escuche por sobre el escándalo de la batalla que tiene lugar en la playa.- Aquí parece obvio que entiendes esta situación. Lo diré solo una vez. ¿Quienes son ellos?-
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Mientras preparaba su estrategia, Émile escuchó un silbido a su espalda y se echó a un lado por puro instinto. Un montón de cuchillas le pasaron al lado, tan cerca que una le hizo un corte en la mejilla y otra uno en el brazo izquierdo. Menos mal que había activado el Pacto, en su forma normal no hubiese percibido un sonido tan leve en mitad de una batalla, ni mucho menos se hubiese movido a tal velocidad como para apartarse. Mientas, el agente del Cipher Pol se lanzó hacia él tal y como había previsto. Propulsándose con sus pistolas, fue hacia él dándole una patada en el estómago que lo tumbó. El chico de pelo blanco le habló, extrañado.
- Pensaba que el CP estaba mejor informado. Usé mi poder a plena vista de todo el mundo en la guerra de Loguetown, pero parece que vuestra reputación es sólo fachada. ¿Han mandado a un CP 6 a cazarme sin contarle siquiera cuál es mi mayor baza? - dijo, con cierta incredulidad.
Tras provocarlo de aquella manera, se puso alerta. Su rival cometió un error, pues sus palabras le alertaron de que el siguiente ataque sería a distancia. En cuanto comenzó a levantar la pierna, se dio cuenta. "¿El famoso rankyaku del que me habló Lao-sensei?" En un ágil movimiento rodó hacia uno de los "cráteres" formados por las explosiones, evitando el golpe. Una vez allí, aprovechó para mirar en todas las direcciones en busca de su otro atacante. Vio movimiento entre los arbustos de la jungla y a un tipo corriendo hacia allí con intenciones aparentemente no muy amistosas. Al menos no iba a por él, podría centrarse en Etsu. Disparó hacia atrás casi en perpendicular con el suelo dos tiros explosivos al tiempo que saltaba, impulsándose con la explosión. Una vez en el aire, apuntó a su enemigo y comenzó una ráfaga de tiros rápidos penetrantes.
- ¡Traga fuego!
Cayó al otro lado de la posición original del agente. Posiblemente este ya se habría apartado, así que le apuntó de nuevo, canalizando esta vez hacia sus armas energía demoníaca. Esta, a diferencia de la espiritual, provenía de su akuma. Tenía varias particularidades. No interactuaba de ninguna manera con cosas inorgánicas, con lo que no podía ser "bloqueada" con objetos. Era un tipo de poder que sólo afectaba a la vida en sí misma, atacando a su misma esencia. Un poder maligno que Émile usaba con cautela y sólo en ocasiones especiales. Apuntando a Etsu, disparó dos veloces láseres de color verde. La energía demoníaca no dañaría su cuerpo, si no que consumiría sus fuerzas. En suficiente cantidad, podría incluso consumir su energía vital y matarlo.
Ráfaga + Demonic Energy: Double Laser [AMF]
- Pensaba que el CP estaba mejor informado. Usé mi poder a plena vista de todo el mundo en la guerra de Loguetown, pero parece que vuestra reputación es sólo fachada. ¿Han mandado a un CP 6 a cazarme sin contarle siquiera cuál es mi mayor baza? - dijo, con cierta incredulidad.
Tras provocarlo de aquella manera, se puso alerta. Su rival cometió un error, pues sus palabras le alertaron de que el siguiente ataque sería a distancia. En cuanto comenzó a levantar la pierna, se dio cuenta. "¿El famoso rankyaku del que me habló Lao-sensei?" En un ágil movimiento rodó hacia uno de los "cráteres" formados por las explosiones, evitando el golpe. Una vez allí, aprovechó para mirar en todas las direcciones en busca de su otro atacante. Vio movimiento entre los arbustos de la jungla y a un tipo corriendo hacia allí con intenciones aparentemente no muy amistosas. Al menos no iba a por él, podría centrarse en Etsu. Disparó hacia atrás casi en perpendicular con el suelo dos tiros explosivos al tiempo que saltaba, impulsándose con la explosión. Una vez en el aire, apuntó a su enemigo y comenzó una ráfaga de tiros rápidos penetrantes.
- ¡Traga fuego!
Cayó al otro lado de la posición original del agente. Posiblemente este ya se habría apartado, así que le apuntó de nuevo, canalizando esta vez hacia sus armas energía demoníaca. Esta, a diferencia de la espiritual, provenía de su akuma. Tenía varias particularidades. No interactuaba de ninguna manera con cosas inorgánicas, con lo que no podía ser "bloqueada" con objetos. Era un tipo de poder que sólo afectaba a la vida en sí misma, atacando a su misma esencia. Un poder maligno que Émile usaba con cautela y sólo en ocasiones especiales. Apuntando a Etsu, disparó dos veloces láseres de color verde. La energía demoníaca no dañaría su cuerpo, si no que consumiría sus fuerzas. En suficiente cantidad, podría incluso consumir su energía vital y matarlo.
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Del cielo cayeron como aves en forma de fuego, que impactaron contra el suelo, creando grandes explosiones en una amplia zona. El agente había recibido una patada al intentar esquivarlos y mis cuchillos habían errado el tiro.
Sabía que Emile era un pirata poderoso y por algo era un supernova, pero nunca habría imaginado tal poder. En ese momento, me arrepentí de haber lanzado aquellos cuchillos, y más, viendo de como se estaba encargando de aquel Agente.
Ví como los cuchillos casi ni le rozaron, se había desplazado a una velocidad inhumana, perdiendose por unos instantes de mi vista. Empecé a sudar, nervioso con algo de pánico y me agazape en el suelo. Ahora él sabía por donde me encontraba, así que me prepare, colocandome los puños americanos.
En el lugar del combate, se seguía escuchando que el alboroto de la lucha, pero yo en ese momento, solo estaba pendiente de la vegetación, pensando que Emile podría aparecer en cualquier momento.
Por el rabillo del ojo me parecio ver una sombra acercandose a mí, por lo que mi reacción fue dar un puñetazo en esa dirección. No sabía si era Emile o mi imaginación, pero era mejor prevenir. Mi puño impacto con algo metalico, que estaba muy cerca de mí. Era aquel tipo que había visto en la playa. ¿Que coño queria de mi?¿ Y que iba a hacer con aquella pinza metalica? Me pregunto que quienes eran los tipos que estaban peleando.
Primero, no me gustan que intenten atacarme por la espalda y segundo, ¿quien eres y que haces en la isla? ¿eres nakama de Emile el supernova?, responde o preparate para la luchale dije seriamente en un tono que se escuchara.
Me prepare en posicion de combate, observando la reacción de aquel tipo.
Sabía que Emile era un pirata poderoso y por algo era un supernova, pero nunca habría imaginado tal poder. En ese momento, me arrepentí de haber lanzado aquellos cuchillos, y más, viendo de como se estaba encargando de aquel Agente.
Ví como los cuchillos casi ni le rozaron, se había desplazado a una velocidad inhumana, perdiendose por unos instantes de mi vista. Empecé a sudar, nervioso con algo de pánico y me agazape en el suelo. Ahora él sabía por donde me encontraba, así que me prepare, colocandome los puños americanos.
En el lugar del combate, se seguía escuchando que el alboroto de la lucha, pero yo en ese momento, solo estaba pendiente de la vegetación, pensando que Emile podría aparecer en cualquier momento.
Por el rabillo del ojo me parecio ver una sombra acercandose a mí, por lo que mi reacción fue dar un puñetazo en esa dirección. No sabía si era Emile o mi imaginación, pero era mejor prevenir. Mi puño impacto con algo metalico, que estaba muy cerca de mí. Era aquel tipo que había visto en la playa. ¿Que coño queria de mi?¿ Y que iba a hacer con aquella pinza metalica? Me pregunto que quienes eran los tipos que estaban peleando.
Primero, no me gustan que intenten atacarme por la espalda y segundo, ¿quien eres y que haces en la isla? ¿eres nakama de Emile el supernova?, responde o preparate para la luchale dije seriamente en un tono que se escuchara.
Me prepare en posicion de combate, observando la reacción de aquel tipo.
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Al parecer alguien más iba tras el pirata, pues esquivó una serie de cuchillas antes de meterme una patada que me tiro al suelo. Habló sobre lo de Loguetown, al parecer no me habían contado toda la historia de lo que había ocurrido allí.
¿Qué quieres decir -pregunté mientras lo miraba y me preparaba para lanzarle el rankyaku.
Pero como suponía, la velocidad no era suficiente, ya que rodó hasta ocultarse en uno de los cráteres. Luego se impulsó hacia arriba y me apuntó con ambas pistolas a la vez que me decía que tragase fuego, los tiro eran rápidos, pero uniendo el kamisori kempo y tekkai kempo conseguí evadirlos en su mayoría, excepto uno que me dio en el hombro derecho, produciéndome una herida por la que empezó a car sangre.
Luego volvió a disparar unos haces de luz verde que dieron contra mi cuerpo, desenvainé rápidamente la katana preparado para el disparo, pensando que los láseres verdes eran el punto de mira y entonces lo sentí. Sentí como si mis entrañas fueran removidas y un leve dolor en la zona donde me estaban dando, me costaba respirar y empezaba a sentirme algo mareado. Me costó levantarme, pero intenté alejarme de aquellos extraños rayos.
¿Qué era eso?, pregunté dejándome caer en uno de los cráteres.
No sabía si me respondería, pero no podía seguir allí mucho tiempo, sobre todo sin información de su potencial, qué clase de monstruo era es hombre. Dejé pasar uno instantes, mientras mi cuerpo volvía a la normalidad. Extrañamente me encontraba cansado, pero por la emoción del combate no le di mucha importancia. Salté en el aire, desenvainé mi espada y me prepare para atacar.
-El que va a tragar fuego eres tu -dije mientras la hoja se calentaba -¡Shinkoshoku Todhin: Moeru Ryu!
oví la espada y una onda de fuego salió de ella, mientra avanzaba hacia el pirata fue tomando la forma de un dragón chino, que si conseguía darle, le quemaría, por supuesto.
Moeru Tyu [AiF]
¿Qué quieres decir -pregunté mientras lo miraba y me preparaba para lanzarle el rankyaku.
Pero como suponía, la velocidad no era suficiente, ya que rodó hasta ocultarse en uno de los cráteres. Luego se impulsó hacia arriba y me apuntó con ambas pistolas a la vez que me decía que tragase fuego, los tiro eran rápidos, pero uniendo el kamisori kempo y tekkai kempo conseguí evadirlos en su mayoría, excepto uno que me dio en el hombro derecho, produciéndome una herida por la que empezó a car sangre.
Luego volvió a disparar unos haces de luz verde que dieron contra mi cuerpo, desenvainé rápidamente la katana preparado para el disparo, pensando que los láseres verdes eran el punto de mira y entonces lo sentí. Sentí como si mis entrañas fueran removidas y un leve dolor en la zona donde me estaban dando, me costaba respirar y empezaba a sentirme algo mareado. Me costó levantarme, pero intenté alejarme de aquellos extraños rayos.
¿Qué era eso?, pregunté dejándome caer en uno de los cráteres.
No sabía si me respondería, pero no podía seguir allí mucho tiempo, sobre todo sin información de su potencial, qué clase de monstruo era es hombre. Dejé pasar uno instantes, mientras mi cuerpo volvía a la normalidad. Extrañamente me encontraba cansado, pero por la emoción del combate no le di mucha importancia. Salté en el aire, desenvainé mi espada y me prepare para atacar.
-El que va a tragar fuego eres tu -dije mientras la hoja se calentaba -¡Shinkoshoku Todhin: Moeru Ryu!
oví la espada y una onda de fuego salió de ella, mientra avanzaba hacia el pirata fue tomando la forma de un dragón chino, que si conseguía darle, le quemaría, por supuesto.
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Émile sonrió al ver el ataque de su rival. Parecía que empezaba a enfadarse y atacar sin pensar, o que estaba perdiendo los nervios. Alzó ambas pistolas y comenzó a concentrar energía en ellas. Una pequeña bola roja apareció entre ambas armas, titilando y aumentando poco a poco de tamaño. Siguió concentrando energía en esta para su devastador ataque, con el que pensaba frenar el golpe de su adversario. De repente la bola comenzó a crecer y decrecer a gran velocidad, emitiendo un pitido muy agudo oscilante.
- ¡Raion Shot!
Apretó ambos gatillos, y entonces una onda de energía roja con forma de león salió al encuentro del dragón, chocando ambos en el aire y explotando a medio camino entre los dos. Se levantó un fuerte vendaval que agitó el chaleco del Supernova y le revolvió el pelo. Este tenía un gesto serio y decidido. Su determinación de ganar estaba siendo más fuerte que la malévola influencia de Lucifer y el Pacto, y lograba por ello mantener la mente fría y actuar racionalmente. De aquella manera, lograba también ignorar la maldad que intentaba enturbiar sus actos y que le instigaba a ser cruel.
- En la batalla de Loguetown, dos jóvenes piratas cambiaron el mundo y nos hicieron ver que la Marina no era intocable. Sus nombres eran Abyss y Sharp D. Drake. Abyss mató al Almirante de Flota y Drake liberó a Katrina Belatona, la Yonkou prisionera. En el combate que se desató a continuación, alguien que se hacía pasar por aliado del Gobierno salvó a Drake del difunto Almirante Yakama. ¡Ese fui yo! ¡Salvé a mi capitán, el gran Sharp D. Drake, de vuestras fétidas garras! ¡Porque yo soy Lion D. Émile, el usuario de la Tenshi Tenshi no mi modelo Lucifer!
Notaba que se le estaba agotando el tiempo del Pacto, pero aun tenía suficiente fuerza para un último golpe. Si su rival sobrevivía, tendría que recurrir a su forma completa. Comenzó a esprintar hacia él apareciendo y desapareciendo de un lado a otro, en zig zag.
Disparó hacia el suelo cuatro tiros, dos con cada pistola. Lo hizo muy rápido, en una sucesión de dos ráfagas tan veloces que pareció que sólo realizó un tiro con cada pistola. Los dos primeros tiros eran disparos de energía guiados, mientras que los segundos eran explosivos. Con los explosivos se lanzó nuevamente por los aires hacia Etsu, haciendo que los otros fuesen por el subsuelo y saliesen por su retaguardia hacia su espalda, al tiempo que el le lanzaba una patada descendente a la cabeza, con la que pretendía sentenciar el combate dejándolo inconsciente.
- ¡Toma esto! ¡Buyo Sokudan, Descending Stamper!
Energy Control Shot: Target Locked + Buyo Sokudan: Descending Stamper [AF]
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Aquel tipo de la pinza se quedo extrañado, dandole un par de caladas a su cigarro. Yo estaba esperando alguna reacción de aquel tipo, termino el cigarro y se fue sin decir palabra,¿que demonios le ocurria a aquel tipo?.
Me centre en el combate entre emile y aquel agente del cp. Parece que el agente lo estaba pasando bastante mal. Emile lo tenía todo el rato acorralado. Me empecé a acercar lo más posible, escondiendome entre la maleza y los arboles, hasta que llegué a una posición cerca de los crateres.
Era una situación extremadamente peligrosa para mí, me consideraba una hormiga comparado con emile. Pero tenía que hacer algo, en ese momento le ví salir del crater a toda velocidad en dirección del agente. Sin pensarlo dos veces cogí una piedra y la lance con todas mis fuerzas en su dirección. Tras lanzarla me escondi deras de una enorme roca. Era un comportamiento bastante cobarde, pero era la única manera en la que podía ayudar.
- Roca aerea [AF]
Me centre en el combate entre emile y aquel agente del cp. Parece que el agente lo estaba pasando bastante mal. Emile lo tenía todo el rato acorralado. Me empecé a acercar lo más posible, escondiendome entre la maleza y los arboles, hasta que llegué a una posición cerca de los crateres.
Era una situación extremadamente peligrosa para mí, me consideraba una hormiga comparado con emile. Pero tenía que hacer algo, en ese momento le ví salir del crater a toda velocidad en dirección del agente. Sin pensarlo dos veces cogí una piedra y la lance con todas mis fuerzas en su dirección. Tras lanzarla me escondi deras de una enorme roca. Era un comportamiento bastante cobarde, pero era la única manera en la que podía ayudar.
- Roca aerea [AF]
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Émile comenzó a concentrar energía entre sus dos pistolas, formando así una esfera rojiza que se expandía y contraía. Poco a poco dicho movimiento fue aumentando en intensidad, y con ello un agudo pitido empezó a escucharse por todo el lugar. La esfera comenzó a a hacer aquel movimiento cada vez más rápido.
Mientras tanto mi dragón ígneo seguía su trayectoria, directo hacia el pirata, pero no fue así durante mucho tiempo. Sin previo aviso la esfera que se había formado entre las armas se dispersó y adquirió una forma que recordaba a un león. Esa poderosa ráfaga energética fue directa hasta impactar de lleno con mi técnica. En la colisión ambas se envolvieron, la una a la otra, lo que desató una explosión cuya onda expansiva se extendió varios metros a la redonda. El aire vino hacia mí directamente, estaba caliente y me alboroto la blanca melena. Sabía que ese solo había sido su movimiento de defensa, no quería saber cuan poderoso podía llegar a ser.
Habló sobre la batalla de Loguetown, de cómo él había rescatado a Sharp D. Drake, el capitán pirata, de las manos del gobierno. Y sobre todo, su afirmación de que no había estado del lado de la marina.
¿Por qué?, ¡siendo hijo de Lion D. Karl podrías haber llegado muy alto! –exclamé intentando comprender sus razones.
Pero de repente vi como disparaba hacia el suelo, era de nuevo aquella técnica explosiva que había usado para impulsarse con anterioridad. No iba a dejar que se escapase, no en aquella ocasión, así que usé kamisori kempo para ponerme a la paro con él.
¡Shigan! –exclamé endureciendo mi cuerpo con tekkai kempo y apuntando a su pecho.
Justo tras terminar mi técnica noté un dolor agudo en la espalda, que me hizo caer de nuevo contra el suelo. No sabía exactamente lo que había sido, pero sí que sabía, que de no ser por el tekkai kempo seguramente me habría atravesado de lado a lado.
Al caer levanté una pequeña nube de polvo, justo al tiempo que veía lo que parecía una piedra dirigirse hacia el pirata y una patada de éste dirigirse hacia mí, que de no ser por kami-e kempo habría dado de lleno en mi cabeza en vez de impactar contra mi hombro izquierdo.
Estaba perdida, no sabía si podría seguir haciéndole frente, o al menos, sobrevivir a sus técnicas, ¿quién habría tenido la idea de asignarme ésta misión?
Shiga + Tekkai Kempo[AF]
Mientras tanto mi dragón ígneo seguía su trayectoria, directo hacia el pirata, pero no fue así durante mucho tiempo. Sin previo aviso la esfera que se había formado entre las armas se dispersó y adquirió una forma que recordaba a un león. Esa poderosa ráfaga energética fue directa hasta impactar de lleno con mi técnica. En la colisión ambas se envolvieron, la una a la otra, lo que desató una explosión cuya onda expansiva se extendió varios metros a la redonda. El aire vino hacia mí directamente, estaba caliente y me alboroto la blanca melena. Sabía que ese solo había sido su movimiento de defensa, no quería saber cuan poderoso podía llegar a ser.
Habló sobre la batalla de Loguetown, de cómo él había rescatado a Sharp D. Drake, el capitán pirata, de las manos del gobierno. Y sobre todo, su afirmación de que no había estado del lado de la marina.
¿Por qué?, ¡siendo hijo de Lion D. Karl podrías haber llegado muy alto! –exclamé intentando comprender sus razones.
Pero de repente vi como disparaba hacia el suelo, era de nuevo aquella técnica explosiva que había usado para impulsarse con anterioridad. No iba a dejar que se escapase, no en aquella ocasión, así que usé kamisori kempo para ponerme a la paro con él.
¡Shigan! –exclamé endureciendo mi cuerpo con tekkai kempo y apuntando a su pecho.
Justo tras terminar mi técnica noté un dolor agudo en la espalda, que me hizo caer de nuevo contra el suelo. No sabía exactamente lo que había sido, pero sí que sabía, que de no ser por el tekkai kempo seguramente me habría atravesado de lado a lado.
Al caer levanté una pequeña nube de polvo, justo al tiempo que veía lo que parecía una piedra dirigirse hacia el pirata y una patada de éste dirigirse hacia mí, que de no ser por kami-e kempo habría dado de lleno en mi cabeza en vez de impactar contra mi hombro izquierdo.
Estaba perdida, no sabía si podría seguir haciéndole frente, o al menos, sobrevivir a sus técnicas, ¿quién habría tenido la idea de asignarme ésta misión?
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Había sido una pésima idea. Emplear más de una vez el mismo truco... ¿qué se le había pasado por la cabeza para cometer aquel error de novato? Casi pudo ver a cámara lenta cómo el dedo del agente avanzaba hacia su pecho. "Mierda... mi vida no puede acabar aquí... Es pronto aun." Su enemigo le atravesó, provocándole un agudo dolor y haciéndole soltar un grito de agonía. Cayó al suelo de rodillas, soltando sus pistolas. Estas cayeron sobre la arena, semienterrándose en esta. Sin embargo, no podía rendirse. Estaba tan cerca... desesperado, trató de volver al plan inicial y realizar un Descending Stamper sobre su cabeza, pero el ágil agente logró evitarlo parcialmente, y le dio en el hombro. De repente notó un intenso dolor en la cabeza y el hombro, un dolor sordo y molesto, y la arena se aproximó rápidamente. Émile, semiinconsciente, soltó un quejido, notando cómo su corazón latía lentamente, pero con potencia inusitada. Notaba cada latido en sus venas como si fuese un estallido de pura energía... Lucifer había despertado.
- Sois unos idiotas... llevo todo el rato... intentando evitar esto. Ahora vuestra muerte... es cuestión de tiempo. Intenté protegeros... ¡AAAAAARGH!
Al principio hablaba con dificultad, a causa del golpe en la cabeza. Pero de repente notó un dolor intensísimo. Un dolor como nunca había experimentado, como si le vertieran hierro líquido en las venas. Escuchó la fría risa de Lucifer, en su mente, y el dolor aumentó. Su cuerpo comenzó a levitar y retorcerse en el aire, como si estuviera poseído... y no era algo muy diferente. "Mocoso... como vuelvas a intentar controlarme de esta manera cuando quiero salir a matar, el dolor que estás sintiendo ahora te parecerán caricias. Ahora, ¡ME TOCA SALIR A MI!" De repente el cuerpo del chico se irguió en el aire, levitando a unos cuarenta centímetros del suelo. El mismo cielo se oscureció en pleno día, como si fuese el preludio de un gran acontecimiento. Abrió sus ojos repentinamente, y estos se habían vuelto rojos y brillaban con la intensidad de mil soles.
- Venga... el mundo es tuyo para que juegues. Lo estás deseando. Quema, destruye, mata... - la voz de Lucifer habló a Émile, pero este estaba desatado hasta el punto de que se manifestó en el mundo - ¡Es hora de que liberes tu auténtica naturaleza!
Una sonrisa enorme, terrorífica, sádica y demente se dibujó en el rostro del joven. El poder, en su estado más puro, recorría sus venas con la potencia de una supernova. Se sentía imparable, capaz de partir montañas con sus manos. Una risotada salvaje escapó de sus labios. Sin embargo, durante un mísero y preciso instante recobró la cordura. Y trató de debatirse. Lentamente bajó la manos, y trató de cerrar sus ojos. Poco a poco el brillo sobrenatural de estos se fue apagando, y empezó a descender al suelo. Sin embargo, las cosas no eran tan sencillas. una columna de luz roja surgió de Émile hacia los cielos, y este comenzó a reírse de manera macabra. Ascendió a los aires, mientras un aura de oscuridad se generaba a su alrededor y comenzaba a adherirse a su cuerpo. La voz del Supernova se escuchó sin que este moviera los labios. Era aterradora, de ultratumba y parecía provenir de todos lados a la vez.
- Sois unos idiotas, mortales. Arded y consumíos en las llamas del infierno. ¡Temblad y abandonad toda esperanza! ¡Vuestras almas alimentarán mi poder!
De repente emitió un intenso destello y comenzó a cambiar con gran rapidez. Su cuerpo aumentó de tamaño y se volvió más robusto. Los brazos se le alargaron, y de los dedos le salieron poderosas garras. Un traje negro de cuero y cadenas, como si de una armadura se tratase, recubrió su cuerpo. Y una enorme cola negra y dos imponentes alas surgieron de su espalda. Por último, a modo de tocado, una especie de máscara alargada con forma de pico, surgió de la nada y cubrió la mitad superior de su rostro mientras la piel se le volvía pálida de golpe. La máscara tenía agujeros para los ojos, tres concretamente, pues un tercer ojo le surgió en la frente. Los tres tenían la pupila roja como la sangre. El ser extendió sus brazos, y siniestras llamarada comenzaron a surgir de su cuerpo. Extendió uno de sus brazos en dirección al barco del Gobierno, y un torrente de llamas gigantesco bañó cual lluvia infernal el mar y el navío. Aquellas llamas no eran normales. Ardían muy rápido, y sobre cualquier superficie. Pronto todo el agua frente a la playa estaba en llamas, y el barco se consumió rápidamente junto con todos sus ocupantes. Un torrente de llamas secundario envolvió a Émile, protegiéndole de cualquier de aproximarse.
- Ahora es vuestro turno, escoria. ¡Desapareced!
Alzó los brazos, y un montón de bolas de fuego cayeron del cielo, generando un incendio en forma de semicírculo que cercó totalmente a los dos hombres. Sólo les quedaban las opciones de luchar, o encararse a una muerte segura tratando de huir inútilmente a través de las llamas del incendio. Eso, o darse un baño mortal en las aguas ardientes. Sin embargo, Lucifer sabía que el chico de la melena podría intentar salirse volando, y no iba a tolerarlo. Pero antes... tenía que vengarse por cierta pedrada. El demonio desapareció. Fue un movimiento tal veloz que difícilmente fue perceptible. De repente apareció tras Guldrik, con una sonrisa diabólica y sus ojos brillando nuevamente. A la velocidad del pensamiento, alargó su mano para agarrarle por la cabeza.
- Tú vas primero, escoria.
Con crueldad, trató de estamparle la cabeza con fuerza contra la roca, para luego darle un poderoso puñetazo (en dirección al estómago si se había dado la vuelta. Si no, a la columna). Tras eso, desapareció nuevamente y reapareció tras Etsu, con su mano derecha alzada y señalando hacia donde debía estar situado su corazón con el dedo índice. Una pelotita muy pequeña de color verde apareció en la punta, para luego convertirse en un fino rayo mortal de energía demoníaca. Era la misma que había empleado antes. No atacaba a algo físico si no a la vida misma. Si le daba en el corazón, probablemente lo mataría. Acto seguido apareció justo frente al CP, lanzándole una rápida ráfaga de puñetazos al estómago, que remató con un rodillazo hacia la barbilla y un barrido con la cola. Su fuerza era absurda y desmedida. Demasiada para un ser vivo. Por último alzó una mano al cielo, y una lluvia de bolas de fuego comenzó a caer sobre la zona cercada por las llamas.
- Es hora. Eternal Damnation!
Hell on Earth [AB]
- Sois unos idiotas... llevo todo el rato... intentando evitar esto. Ahora vuestra muerte... es cuestión de tiempo. Intenté protegeros... ¡AAAAAARGH!
Al principio hablaba con dificultad, a causa del golpe en la cabeza. Pero de repente notó un dolor intensísimo. Un dolor como nunca había experimentado, como si le vertieran hierro líquido en las venas. Escuchó la fría risa de Lucifer, en su mente, y el dolor aumentó. Su cuerpo comenzó a levitar y retorcerse en el aire, como si estuviera poseído... y no era algo muy diferente. "Mocoso... como vuelvas a intentar controlarme de esta manera cuando quiero salir a matar, el dolor que estás sintiendo ahora te parecerán caricias. Ahora, ¡ME TOCA SALIR A MI!" De repente el cuerpo del chico se irguió en el aire, levitando a unos cuarenta centímetros del suelo. El mismo cielo se oscureció en pleno día, como si fuese el preludio de un gran acontecimiento. Abrió sus ojos repentinamente, y estos se habían vuelto rojos y brillaban con la intensidad de mil soles.
- Venga... el mundo es tuyo para que juegues. Lo estás deseando. Quema, destruye, mata... - la voz de Lucifer habló a Émile, pero este estaba desatado hasta el punto de que se manifestó en el mundo - ¡Es hora de que liberes tu auténtica naturaleza!
Una sonrisa enorme, terrorífica, sádica y demente se dibujó en el rostro del joven. El poder, en su estado más puro, recorría sus venas con la potencia de una supernova. Se sentía imparable, capaz de partir montañas con sus manos. Una risotada salvaje escapó de sus labios. Sin embargo, durante un mísero y preciso instante recobró la cordura. Y trató de debatirse. Lentamente bajó la manos, y trató de cerrar sus ojos. Poco a poco el brillo sobrenatural de estos se fue apagando, y empezó a descender al suelo. Sin embargo, las cosas no eran tan sencillas. una columna de luz roja surgió de Émile hacia los cielos, y este comenzó a reírse de manera macabra. Ascendió a los aires, mientras un aura de oscuridad se generaba a su alrededor y comenzaba a adherirse a su cuerpo. La voz del Supernova se escuchó sin que este moviera los labios. Era aterradora, de ultratumba y parecía provenir de todos lados a la vez.
- Sois unos idiotas, mortales. Arded y consumíos en las llamas del infierno. ¡Temblad y abandonad toda esperanza! ¡Vuestras almas alimentarán mi poder!
De repente emitió un intenso destello y comenzó a cambiar con gran rapidez. Su cuerpo aumentó de tamaño y se volvió más robusto. Los brazos se le alargaron, y de los dedos le salieron poderosas garras. Un traje negro de cuero y cadenas, como si de una armadura se tratase, recubrió su cuerpo. Y una enorme cola negra y dos imponentes alas surgieron de su espalda. Por último, a modo de tocado, una especie de máscara alargada con forma de pico, surgió de la nada y cubrió la mitad superior de su rostro mientras la piel se le volvía pálida de golpe. La máscara tenía agujeros para los ojos, tres concretamente, pues un tercer ojo le surgió en la frente. Los tres tenían la pupila roja como la sangre. El ser extendió sus brazos, y siniestras llamarada comenzaron a surgir de su cuerpo. Extendió uno de sus brazos en dirección al barco del Gobierno, y un torrente de llamas gigantesco bañó cual lluvia infernal el mar y el navío. Aquellas llamas no eran normales. Ardían muy rápido, y sobre cualquier superficie. Pronto todo el agua frente a la playa estaba en llamas, y el barco se consumió rápidamente junto con todos sus ocupantes. Un torrente de llamas secundario envolvió a Émile, protegiéndole de cualquier de aproximarse.
- Ahora es vuestro turno, escoria. ¡Desapareced!
Alzó los brazos, y un montón de bolas de fuego cayeron del cielo, generando un incendio en forma de semicírculo que cercó totalmente a los dos hombres. Sólo les quedaban las opciones de luchar, o encararse a una muerte segura tratando de huir inútilmente a través de las llamas del incendio. Eso, o darse un baño mortal en las aguas ardientes. Sin embargo, Lucifer sabía que el chico de la melena podría intentar salirse volando, y no iba a tolerarlo. Pero antes... tenía que vengarse por cierta pedrada. El demonio desapareció. Fue un movimiento tal veloz que difícilmente fue perceptible. De repente apareció tras Guldrik, con una sonrisa diabólica y sus ojos brillando nuevamente. A la velocidad del pensamiento, alargó su mano para agarrarle por la cabeza.
- Tú vas primero, escoria.
Con crueldad, trató de estamparle la cabeza con fuerza contra la roca, para luego darle un poderoso puñetazo (en dirección al estómago si se había dado la vuelta. Si no, a la columna). Tras eso, desapareció nuevamente y reapareció tras Etsu, con su mano derecha alzada y señalando hacia donde debía estar situado su corazón con el dedo índice. Una pelotita muy pequeña de color verde apareció en la punta, para luego convertirse en un fino rayo mortal de energía demoníaca. Era la misma que había empleado antes. No atacaba a algo físico si no a la vida misma. Si le daba en el corazón, probablemente lo mataría. Acto seguido apareció justo frente al CP, lanzándole una rápida ráfaga de puñetazos al estómago, que remató con un rodillazo hacia la barbilla y un barrido con la cola. Su fuerza era absurda y desmedida. Demasiada para un ser vivo. Por último alzó una mano al cielo, y una lluvia de bolas de fuego comenzó a caer sobre la zona cercada por las llamas.
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No podía ver lo que ocurría en el campo de batalla, lo último que había visto era al agente golpeando a Emile y ahora, aguardaba detras de la roca, esperando unos instantes, antes de volver a asormarme. Aquella situacón empezaba a ponerse peliaguda, era cierto que era un cazador de piratas, pero si no veía las cosas negras, prefería escapar, antes de acabar bajo tierra. Así que tomé una descisión, intentaría escapar de allí y mas adelante lo buscaría.
Pero antes de que pudirera moverme, unas llamaradas se alzarón cerca de mí, cercando casi totalmente el lugar, iba a comenzar a dirigirme a la zona que no había fuego, cuando de repente, una figura aterradora aparecío delante de mí, como si se hibera teletransportado. Mi mueca no podía ser mas aterradora, en aquella situación ,solo se me venía una cosa a la mente, que íba a morir. Pero no la aceptaría tan facilmente, en un actó relejo que hizo al aparecer, me cubrí la cabeza con los brazos, notando como me los agarraba y me estampaba con fuerza contra la pared, notando como se romía algun huyeso en el imptacto. Pero eso no era todo, estando estampado contra la pared y la cabeza cubierta por los brazos, recibí un puñetazo fortdimismo en el estomago, haciendome que cayera en el suelo, escupiendo sangre, retorcido de dolor y sin respiración.
De repente volvío a desaparecer, - tengo que escapar de aquí ya - pensé, mientras notaba que la vista se me volvía borrosa. Me levanté rapidamente con un dolor indescriptible, dandome casí un mareo por la falta oxigeno, exale una buena bocanada de aire y recuperé un poco el control de mi cuerpo. Estaba bastante malherido, pero tenía que salir de allí o sería peor, así que busque un lugar para escapar. Ví que había una zona que no estaba cercada por el fuego, asi que me acerque todo lo rapido que podía, a ver esa posíble via de escape.
Al asomarme, comprobé que era un precipicio de unos 10 metros de altura y abajo, había mucha maleza y arboles con grandes hojas. Empecé a dudar si me lanzaba o nó, pero esas dudas se esfumarón, al ver que bolas de fuego, caían desde el cielo a la zona en la que estaba, así que sin pensarmelo mas, me lancé hacía el vacio, intentaría agarrame a alguna liana o hoja, para que me amortigurara la caida.
Pero antes de que pudirera moverme, unas llamaradas se alzarón cerca de mí, cercando casi totalmente el lugar, iba a comenzar a dirigirme a la zona que no había fuego, cuando de repente, una figura aterradora aparecío delante de mí, como si se hibera teletransportado. Mi mueca no podía ser mas aterradora, en aquella situación ,solo se me venía una cosa a la mente, que íba a morir. Pero no la aceptaría tan facilmente, en un actó relejo que hizo al aparecer, me cubrí la cabeza con los brazos, notando como me los agarraba y me estampaba con fuerza contra la pared, notando como se romía algun huyeso en el imptacto. Pero eso no era todo, estando estampado contra la pared y la cabeza cubierta por los brazos, recibí un puñetazo fortdimismo en el estomago, haciendome que cayera en el suelo, escupiendo sangre, retorcido de dolor y sin respiración.
De repente volvío a desaparecer, - tengo que escapar de aquí ya - pensé, mientras notaba que la vista se me volvía borrosa. Me levanté rapidamente con un dolor indescriptible, dandome casí un mareo por la falta oxigeno, exale una buena bocanada de aire y recuperé un poco el control de mi cuerpo. Estaba bastante malherido, pero tenía que salir de allí o sería peor, así que busque un lugar para escapar. Ví que había una zona que no estaba cercada por el fuego, asi que me acerque todo lo rapido que podía, a ver esa posíble via de escape.
Al asomarme, comprobé que era un precipicio de unos 10 metros de altura y abajo, había mucha maleza y arboles con grandes hojas. Empecé a dudar si me lanzaba o nó, pero esas dudas se esfumarón, al ver que bolas de fuego, caían desde el cielo a la zona en la que estaba, así que sin pensarmelo mas, me lancé hacía el vacio, intentaría agarrame a alguna liana o hoja, para que me amortigurara la caida.
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Mi shigan consiguió penetrar con facilidad la carne de Émile, tanta que en principio me pareció imposible. Al atravesar su pecho emitió un grito de dolor, como al que se le escapa la vida. Soltó las armas y éstas al caer quedaron semienterradas en la arena.
Luego, como en un último deseo antes de morir dijo que lo había estado deteniendo, que estábamos muertos, sin embargo intentaría protegernos.
Pareció retorcerse de dolor y de repente su cuerpo empezó a elevarse en el aire, de una manera totalmente irreal. El cielo se oscureció de repente, algo sumamente extraño, porque no acostumbraban a pasar esas cosas en el East Blue, solo en el Grand Line. Lo más sorprendente fue que abrió los ojos y estos brillaban con un intenso fulgor rojizo, como si se tratase de hierro al rojo. Una sensación recorrió mi cuerpo, miedo.
Una risotada salió de lo profundo de su ser, pero cesó de repente, sus ojos perdieron momentáneamente aquel extraño brillo y su cuerpo volvió a posarse en el suelo. Todo parecía haber pasado, porque hasta las nubes parecieron perder el tono tormentoso durante un instante. Pero luego, desde su cuerpo, surgió un haz de luz que se elevó hasta el cielo. Empezó a soltar sandeces, como si se creyese un dios.
Su cuerpo brilló y se contorsionó, para empezar a cambiar de tamaño, aspecto y forma. Un tercer ojo apareció en su frente, cubierta por una extraña máscara en forma de cabeza de ave. Su cuerpo creció, se alargaron sus brazos y del extremo de éstos nacieron garras. Su cuerpo se cubrió de cuero negro, en la parte alta de la espalda surgieron dos enormes alas y finalmente de la parte baja de esta, una cola. Me quedé mirándolo expectante durante un instante, ya había visto algo similar en un libro de religión. Se trataba de un demonio. Extendió su brazo y de él surgió un extraño fuego que hizo explotar a los barcos de la marina que estaban en el agua y lo que era más sorprendente, el fuego ardía sobre el agua.
Su cuerpo se envolvió n las mismas llamas y mi primer instinto fue ignorar el dolor y salir corriendo de allí.
Más de aquel extraño fuego empezó a car del cielo, cercando la zona en la que nos encontrábamos. No podía huir, al menos no por tierra. La criatura que hacía poco había sido Émile desapareció y se abalanzó sobre el otro hombre. Era mi momento de huir de allí, el otro estaría perdido ante aquella bestia. Empecé a elevarme con al kamisori kempo, pero de repente algo atravesó mi cuerpo al nivel del estómago. Sentí de nuevo aquella extraña sensación del rayo verde y caí hacia abajo. Mi cuerpo no respondía, apenas podía moverme como para encima parar el aluvión de golpes que se me venía encima. En un último intento recurrí al tekkai para intentar protegerme, pero dudaba que funcionase.
Sentí como mi estómago era aporreado, lo que hizo que el sabor de la sangre acudiese a mi boca. Luego sentí un agudo dolor en la barbilla, la cual crujió con un sonido que no me gustó para nada, que me hizo levantar la cabeza y cuando creía que todo había acabado. Un poderoso látigo de color negro impactó contra mi cuerpo. Mientras volaba al encuentro de las rocas pensé que podía tratarse de su cola. Caí al suelo, al menos mi tekkai seguía activo, lo que hizo que mi cuerpo perforase sin problemas las rocas. Me encontraba atorado entre ellas, escupiendo sangre, sin apenas poder moverme. Mi cabeza pesaba demasiado como para mantenerla erguida por lo que mi cuerpo se echó hacia atrás, dejándome una vista del cielo.
Iba a morir, pues de este empezaron a llover bolas de fuego. Respiraba con dificultad y n un último momento, sonreí. Había sido una vida muy corta, quizá demasiado. Mientras el fuego se acercaba a mí la idea de ser eliminado por un demonio me hizo gracia, intenté reírme, pero solo sentí dolor y un poco más de sangre salió por mi boca. ¿Qué había conseguido en mi vida? Nada. No había cumplido con mi objetivo de cambiar el mundo, de que todos fuésemos iguales. Y por si fuese poco no había hecho todo el bien que me gustaría haber dejado en el mundo. Cerré los ojos y simplemente esperé lo inevitable. El sonido a mí alrededor se había amplificado y ralentizado, la adrenalina corría por mis venas y todo parecía ir más lento. Recordé a mi familia perdida, a mis amigos de la infancia. Al marine ciborg que conocía, Genos. Al que había declarado mi rival oficial, Asderdeker, capitán de Soul Beast y así a muchas personas más. Era verdad que antes de morir tu vida pasa por delante de tus ojos.
Luego, como en un último deseo antes de morir dijo que lo había estado deteniendo, que estábamos muertos, sin embargo intentaría protegernos.
Pareció retorcerse de dolor y de repente su cuerpo empezó a elevarse en el aire, de una manera totalmente irreal. El cielo se oscureció de repente, algo sumamente extraño, porque no acostumbraban a pasar esas cosas en el East Blue, solo en el Grand Line. Lo más sorprendente fue que abrió los ojos y estos brillaban con un intenso fulgor rojizo, como si se tratase de hierro al rojo. Una sensación recorrió mi cuerpo, miedo.
Una risotada salió de lo profundo de su ser, pero cesó de repente, sus ojos perdieron momentáneamente aquel extraño brillo y su cuerpo volvió a posarse en el suelo. Todo parecía haber pasado, porque hasta las nubes parecieron perder el tono tormentoso durante un instante. Pero luego, desde su cuerpo, surgió un haz de luz que se elevó hasta el cielo. Empezó a soltar sandeces, como si se creyese un dios.
Su cuerpo brilló y se contorsionó, para empezar a cambiar de tamaño, aspecto y forma. Un tercer ojo apareció en su frente, cubierta por una extraña máscara en forma de cabeza de ave. Su cuerpo creció, se alargaron sus brazos y del extremo de éstos nacieron garras. Su cuerpo se cubrió de cuero negro, en la parte alta de la espalda surgieron dos enormes alas y finalmente de la parte baja de esta, una cola. Me quedé mirándolo expectante durante un instante, ya había visto algo similar en un libro de religión. Se trataba de un demonio. Extendió su brazo y de él surgió un extraño fuego que hizo explotar a los barcos de la marina que estaban en el agua y lo que era más sorprendente, el fuego ardía sobre el agua.
Su cuerpo se envolvió n las mismas llamas y mi primer instinto fue ignorar el dolor y salir corriendo de allí.
Más de aquel extraño fuego empezó a car del cielo, cercando la zona en la que nos encontrábamos. No podía huir, al menos no por tierra. La criatura que hacía poco había sido Émile desapareció y se abalanzó sobre el otro hombre. Era mi momento de huir de allí, el otro estaría perdido ante aquella bestia. Empecé a elevarme con al kamisori kempo, pero de repente algo atravesó mi cuerpo al nivel del estómago. Sentí de nuevo aquella extraña sensación del rayo verde y caí hacia abajo. Mi cuerpo no respondía, apenas podía moverme como para encima parar el aluvión de golpes que se me venía encima. En un último intento recurrí al tekkai para intentar protegerme, pero dudaba que funcionase.
Sentí como mi estómago era aporreado, lo que hizo que el sabor de la sangre acudiese a mi boca. Luego sentí un agudo dolor en la barbilla, la cual crujió con un sonido que no me gustó para nada, que me hizo levantar la cabeza y cuando creía que todo había acabado. Un poderoso látigo de color negro impactó contra mi cuerpo. Mientras volaba al encuentro de las rocas pensé que podía tratarse de su cola. Caí al suelo, al menos mi tekkai seguía activo, lo que hizo que mi cuerpo perforase sin problemas las rocas. Me encontraba atorado entre ellas, escupiendo sangre, sin apenas poder moverme. Mi cabeza pesaba demasiado como para mantenerla erguida por lo que mi cuerpo se echó hacia atrás, dejándome una vista del cielo.
Iba a morir, pues de este empezaron a llover bolas de fuego. Respiraba con dificultad y n un último momento, sonreí. Había sido una vida muy corta, quizá demasiado. Mientras el fuego se acercaba a mí la idea de ser eliminado por un demonio me hizo gracia, intenté reírme, pero solo sentí dolor y un poco más de sangre salió por mi boca. ¿Qué había conseguido en mi vida? Nada. No había cumplido con mi objetivo de cambiar el mundo, de que todos fuésemos iguales. Y por si fuese poco no había hecho todo el bien que me gustaría haber dejado en el mundo. Cerré los ojos y simplemente esperé lo inevitable. El sonido a mí alrededor se había amplificado y ralentizado, la adrenalina corría por mis venas y todo parecía ir más lento. Recordé a mi familia perdida, a mis amigos de la infancia. Al marine ciborg que conocía, Genos. Al que había declarado mi rival oficial, Asderdeker, capitán de Soul Beast y así a muchas personas más. Era verdad que antes de morir tu vida pasa por delante de tus ojos.
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Pude agárrame a varias liana al caer, haciendo que mi caída quedara casi totalmente amortiguada. Después de eso, comencé a arrastrarme por el suelo hacía la playa, había podido escapar de aquel infierno y esperaba que, el estar arrastrándome por el suelo me ayudara a pasar desapercibido. Aquel hombre era extremadamente fuerte, pero recordaría lo ocurrido aquí y en el futuro, lo buscaría y lo cazaría, pensé haciéndome una promesa.
Tras un rato arrastrándome, por fin llegue a la playa, en la cual estaba la barca de aquel tipo de la pinza, que por cierto no volví a ver. Esa era una ocasión perfecta para escapar de aquella isla y dejar aquel infierno atrás. No sabía lo que le habría ocurrido al agente del gobierno, pero esperaba que hubiera escapado de todo aquello, si no agradecería que se hubiera sacrificado y que hubiera dado su vida por la lucha de criminales. Empuje la barca hacía el agua y me subí a la barca con mucha dificultad, estaba bastante malherido, pero poco a poco, la barca comenzaba a alejarse de la isla. Me aplique los primeros auxilios en las heridas y me tumbe en la barca, mi mirada se quedó fija en el cielo, observando las nubes pasar, casi obnubilado, tras un momento me quede dormido. No sabía adonde llegaría, pero seria 1000 veces mejor que aquel lugar, la próxima vez sería diferente.....
Tras un rato arrastrándome, por fin llegue a la playa, en la cual estaba la barca de aquel tipo de la pinza, que por cierto no volví a ver. Esa era una ocasión perfecta para escapar de aquella isla y dejar aquel infierno atrás. No sabía lo que le habría ocurrido al agente del gobierno, pero esperaba que hubiera escapado de todo aquello, si no agradecería que se hubiera sacrificado y que hubiera dado su vida por la lucha de criminales. Empuje la barca hacía el agua y me subí a la barca con mucha dificultad, estaba bastante malherido, pero poco a poco, la barca comenzaba a alejarse de la isla. Me aplique los primeros auxilios en las heridas y me tumbe en la barca, mi mirada se quedó fija en el cielo, observando las nubes pasar, casi obnubilado, tras un momento me quede dormido. No sabía adonde llegaría, pero seria 1000 veces mejor que aquel lugar, la próxima vez sería diferente.....
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- Spoiler:
- Perdonadme. La semana anterior al capítulo estuve haciendo diarios como un poseso, y después estuve demasiado ocupado entre este y la uni para contestar a roles de isla.
De repente el demonio se quedó paralizado, y cayó de rodillas. Las llamas cesaron de caer, y poco a poco el ser comenzó a retornar a su forma original. Temblaba, y parecía estar en una lucha interna. Y así era. Émile había despertado, y peleaba con Lucifer por el control de su cuerpo. Y el demonio había consumido buena parte de sus energías en el poco tiempo que llevaba fuera, así que el chico le sacó ventaja rápidamente. Hubo un destello, y Émile volvió a aparecer. Jadeaba, tirado en el suelo. A su alrededor, la playa estaba destrozada, y no veía por ningún lado al de las pedradas. Mientras tanto, el CP yacía en el suelo. "¿Yo... yo he hecho esto?" Era la primera vez que causaba tal destrucción al descontrolarse. Se levantó, tambaleante, y cayó de culo en la arena.
- Tal vez esté inconsciente... pero si despierta, intentará arrestarme. Y ahora no tendría fuerzas para resistirme. Debo escapar.
Se arrastró hasta sus pistolas y las desenterró. Habían quedado casi sepultadas en la arena. Era una suerte que no las hubiera perdido... Enfundó las armas y comenzó a arrastrarse hacia los árboles, demasiado cansado para levantarse. Una vez fuera de la playa, se dejó estar en el suelo, intentando recuperarse lo suficiente para ponerse de pie. En cuanto pudo hacerlo, escapó hasta el bote que tenía oculto en el interior del bosque y escapó de la isla.
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