[Privado // Sir Lanxerot, Etsu Shiroi] Las habilidades del CP1

La nueva misión que me habían asignado consistía en desplazarme hasta Goa, en Isla de Donw, donde la nobleza local había avistado un extraño hombre el cual tenía asustado a todos los lugareños. Se trataba Heibo Yutsi, más conocido como la sombra negra. Se trataba de un hombre de piel oscura, ojos de color negro y pelo del mismo color y muy rizado. Además vestía con ropajes negros, los cuales cubría bajo una larga capa del mismo color. Se le llamaba la sombra negra, pues cuando cometía un crimen solo se podía ver su capa desapareciendo tras la esquina. La imagen del wanted no estaba muy bien dibujado, pero se reconocía. Lo mejor era que había una recompensa de 100 millones por aquel hombre. e extrañaba que alguien con esa recompensa se moviese por el East Blue, pero aún así debía investigarlo.

El barco finalmente llegó a puerto, en esta misión tenía un compañero, alguien nuevo en el CP al que me habían encomendado enseñarle cómo nos movemos dentro del CP. Avancé hasta el borde del barco y justo cuando la rampa empezaba a extenderse y tocaba las maderas del puerto. Bajé lentamente, fijándome cómo el puerto estaba menos ajetreado de lo esperado, quizá era por la sombra negra o puede que ese día no hubiese mercado. No lo sabía, pero lo descubriría rápidamente.

-Lo mejor será salir a dar una vuelta, y preguntar qu´es lo que está pasando -dije con tranquilidad -¿tú que opinas?

No sabía si mi compañero se encontraba tras de mi o a mi lado, ya que no apartaba la mirada de las pequeñas tiendas del puerto. Pero debería rondar cerca y siempre era bueno pedirle opinión y que él empezase a pensar en la mejor manera de hacer sus misiones en solitario.

Hacia un día esplendido a pesar de estar el cielo algo encapotado, aún así el día era bueno si estabas acostumbrado al clima del North Blue, tal vez algo frío para los habitantes de la isla, aún así esos rayos de sol que iluminaban la piel eran de agradecer.

Mire mi reloj, dorado como siempre, sus manecillas marcaban la una y pasadas cuando estábamos a punto de llegar al puerto. Me puse mis típicas gafas de sol y me puse a observar lo que pasaba a mi alrededor. El puerto lucía tranquilo con los típicos tópicos, algún barco pesquero y algún galeón de alguna compañía, pero no solía haber la gran cantidad de gente que se presuponía en una ciudad importante como Goa, los comerciantes del lugar parecían estar deseando realizar sus ventas para salir pitando de lugar.

Mi compañero un tal Etsu del Cp.6 me había sido asignado como “tutor” para enseñarme como funcionaba la cosa, la verdad es que creía comprender por que me habían asignado un Cp.6, seguramente quería evitar que el “tutor” acabarán como los últimos con “compañeros“ con los que me encontré. La cosa era clara me enseñaría como funcionaban ahora las cosas y me pondría un poco al corriente de lo que había pasado en estos últimos 10 años.

Mi compañero era un hombre algo más bajo que yo, caracterizado por ir con un pelo albino largo suelto y vestir casi siempre con ropajes negros, le llamaban Etsu. No había hablado mucho con él durante la travesía, no quería dejar ver los mareos que sufría y sobretodo ese “pequeño” pánico a navegar.

Justo cuando se desplegaba las escaleras el hombre bajo tan calmado como la actividad del puerto preguntándome sobre cual debería ser nuestro primer paso en la misión.

-"Esa es una buena pregunta"-pensé yo-"Me gustaría ir a un sitio para que me pusiera el joven al día de los acontecimientos que había pasado en el mundo. De paso me informaría un poco más de los detalles de la misión, seguramente esa sea la mejor opción"-pensaba yo mientras bajaba la escalinata de madera que conectaba el barco con el puerto.

-Creo que iremos al centro, a algún restaurante comemos algo y aprovechamos para preguntar algo sobre ese...-le decía yo mientras sacaba un papelillo con el nombre-...Heibo Yutsi-finalice guardándome el papel doblándolo metódicamente.

Espere su respuesta mientras sacaba un pitillo rubio y le ofrecía uno de mi petaca.

Lanxerot sugirió ir a un restaurante, comer algo y de paso preguntar por si alguien conocía a aquel hombre, todo esto mientras sacaba el wanted, lo miraba, murmuraba el nombre y volvía a doblarlo con meticulosidad. A mi también me gustaba informarme antes de realizar un trabajo, por lo que me giré hacia él antes de hablar.

-Veo que piensas, hay algunos que se lanzaría a lo loco -dije con entusiasmo -bueno, pues vamos.

Dejé el puerto, adentrándome un poco en la ciudad, no parecía haber mucho movimiento en las tiendas tampoco. A lo lejos divisé el cartel de un restaurante con una enorme langosta con espadas, me acerqué a mirar y parecía estar abierto. Suponía que Lanxerot vendría conmigo, así que abrí la pauerta y pasé.

-Bueno, creo que éste sitio valdrá -dije antes de acercarme al camarero -disculpe, ¿tiene mesa para dos?

El hombre me miró de arriba a abajo, algo sorprendido por haberlo llamado, luego sonrió y me indicó ue lo siguiese. Había una mesa cuadrada, en la que me dijo que podíamos sentarnos. Se fue un momento y volvió junto a otro camarero, pusieron un mantel blanco, colocaron los vasos y los platos y nos ofrecieron as cartas.

-Cuando estén listos para pedir, llámenme y les atenderé -dijo sonriente mientras el otro camarero traía algo para picar -¿quieren que les traiga algo de beber mientras van pensando lo que van a comer? y no se preocupen por los canapés, invita la casa.

-prefiero mirar la carta antes, gracias -dije mientras abría la carta para ver qué era lo que tenían.

Mi compañero no tardo mucho en contestar, lo cual yo escuché mientras me encendía el pitillo:

-Veo que piensas, hay algunos que se lanzaría a lo loco -dije con entusiasmo -Bueno, pues vamos-prosiguió.

La verdad es que no era un gran alagó, no era una de las cosas que pensaba que me faltaban, sinceramente, aún así no hice un mal gesto ya que a fin de cuentas era un alago, simplemente me limite a mantenerme impasible.

Seguí de cerca a mi compañero mientras observaba la ciudad, la verdad es que había cambiado una barbaridad desde la última vez que había estado allí. Ya hacía muchos años, aún así había mucha menos actividad por las calles de la que solía recordar, parecía una ciudad otoñal congelada en el tiempo. Mi compañero con algo de prisa parecía haber encontrado el restaurante ideal. En la entrada había un cartel que oscilaba chirriando al son de la repentina brisa marina. La verdad es que la imagen de la langosta con espadas cruzadas estaba algo vista, así que supuse que se trataba de una marisquería.

Yo le seguí entrando en el restaurante, dejando a mi paso un hilo de humo blanco agradable incluso para los que no fumaban, esa era la principal ventaja del rubio, que no era un tabaco desagradable al olfato.

Finalmente entramos en el lugar, la verdad es que tenía un aspecto algo hortera, además no estábamos sin duda ante “el gourmet de la ciudad”, bueno por lo menos no nos rascaríamos muchos los bolsillos. El lugar tenía una compañía bastante deprimente, dos o tres borrachos, sentando como muertos vivientes en la barra, y algunos pequeños grupos de personas sentados unos distantes de los otros con pintas de pocos amigos. Aún así el sitio tenía ese aspecto a taberna del Norte que le recordaba al hogar.

El señor Etsu, llamo al camarero solicitando mesa, el tío  bastante feo nos miro de arriba a abajo descaradamente y tras una sonrisa algo irónica nos ofreció asiento en una mesa cuadrada, dándonos sendas cartas:

-Cuando estén listos para pedir, llámenme y les atenderé  -dijo sonriente mientras el otro camarero traía algo para picar - ¿Quieren que les traiga algo de beber mientras van pensando lo que van a comer? y no se preocupen por los canapés, invita la casa.-dijo el hombre.

-Prefiero mirar la carta antes, gracias -dijo el cp mientras abría la carta.

-Mmm, yo pediré esta sopa, la número 3 y tráigame un poleo para beber- le pedí yo con la ideas claras, esa solicitud tan extraña.

Sinceramente con aquello se me quitaría el asqueroso mareo y dolor de tripa del puñetero viaje.

- "Odio viajar en barco" -pensaba yo casi con arcadas en la boca.

Espere a que Etsu pidiera y me contara los detalles de la misión.

Los platos no eran muy elaborados, pero mi compañero ya había pedido. No quería darle más trabajo del necesario al pobre hombre, así que me apresuré a pedir yo también algo para comer.

-Me gustaría tomar la ensalada, si es posible que le añadan un poco de queso fresco, sino lo es no pasa nada -dije mirando el plato número 7, luego me fijé en la carta de vinos y por último en la de refrescos -para beber zumo de naranja, natural si es posible.

El hombre lo apuntó todo en una libretita y tras otra leve sonrisa se giró y desapareció tras una puerta lateral que daba paso a la cocina, seguramente. Miré a mi compañero y luego pensé durante un momento antes de comenzar una conversación que pudiese resultarle agradable.

-¿Es tu primera misión? -pregunté para saberlo, pues no tenía datos sobre ese hombre -aun recuerdo la mía, me sentía un poco nervioso. Espero que no sea tu caso.

Terminé de hablar con una leve sonrisa y luego cogí un canapé para comérmelo de un solo bocado, no sabía si mi compañero sería muy hablador o si al igual que yo, pasaba de esas banalidades. Lo que daría por discutir sobre algo interesante, como los nuevos estudios sobre fluidos no newtonianos. Pero no todos entendían de ello, así que me conformaría con una conversación agradable.

Mi compañero al cual parecía que había metido algo de prisa con mi petición pidiendo una humilde ensalada, junto con un zumo de naranja. Parecía no tener mucha hambre.

-"Espero no haberle agobiado” -pensé yo para mis adentros.

Me quede mirando atentamente a mi compañero analizándolo, parecía ser feliz trabajando para el gobierno, desde luego mucha gente trabajaba para este a disgusto como una manera de salir del agujero, tal vez como yo..., entre mis dilaciones el camarero se marcho a la cocina y el compañero me pregunto una cosa, como para tratar de romper el hielo:

-¿Es tu primera misión? -pregunto el joven tratando de ser cordial - Aún recuerdo la mía, me sentía un poco nervioso. Espero que no sea tu caso. - prosiguió con una leve sonrisa en la cara.

Antes de contestar mire a mi alrededor, tratando de comprobar que no había ni miradas ni oídos indiscretos.

-No, no es mi primera misión, ya tuve otras en el pasado cuando tan solo tenía diecisiete -le decía mientras hacía círculos con mi dedo sobre la madera de la mesa – Por entonces trabajaba con una compañera, se llamaba Amilie...Amilie - dije con un tono melancólico.

El camarero trajo sendas bebidas y tras unas gracias proseguí contando mi historia a mi compañero:

-Luego en una escolta nuestro barco sufrió un naufragio por una irresponsabilidad del escoltado y estuve desaparecido un gran numero de años... -proseguí con un tono serio y seco mientras daba un trago a la bebida para pasar aquel mal trago- Luego fui readmitido en la Cipher Pol, pero temen que haya perdido las buenas costumbres...Esperemos que se equivoquen, ¿No? -le dije para finalizar con una leve y forzada sonrisa nada siniestra, en el fondo me dolía el alma de aquello.

Deje un breve silencio para que mi compañero asimilara lo que le acababa de decir. Mientras yo daba unas caladas a mi cigarrillo y  depositaba las blanquecinas cenizas en el cenicero de una manera casi refleja, con tres monótonos y sutil toque al pequeño y vicioso cilindro.

-Así que me tendrás que poner al día, de lo que acontece en el mundo en estos últimos tiempos y sobre lo que sepas de la misión, al fin y al cabo es un tipo de 100 millones - le decía a mi compañero.

Me quede mirando y escuchando a mi compañero mientras fumaba y esperaba la comida del camarero.

Miró alrededor, con lo que parecía ser preocupación, seguramente estaría nervioso y se preocupaba de si podían o no escucharnos. Empezó a contarme que en el pasado, cuando tenía diecisiete años, ya trabajaba con una compañera, Amelie. Luego, en una misión de escolta hubo un percance que lo hizo desaparecer unos años y finalmente había vuelto a entrar en la organización. Por el tono en que lo dij me atrevía a suponer que Amelie, su antigua compañera podía seguir desaparecida o incluso muerta. Sabia lo que era perder a alguien, por lo que en cierto modo llegaba a entenderlo.

Continuó diciéndome que tendría que ponerle al día de lo que había pasado últimamente e informale de odo lo que supiese de la misión. Algo lógico sin duda. Así que me eché hacia adelante, apollé los codos en la mesa y comencé a relatar, sin hacer más preguntas sobre él o su antigua compañera, no quería remover viejos recuerdos.

-Lo mas importante que ha pasado en estos tiempos, fue lo de Loguetown -comenté aludiendo al famoso incidente -se ajustició a una yonkou, Katrina Bellatona, y se armó una batalla entre las fuerzas del gobierno y los piratas, aunque la revolución aprovechó el conflicto par actuar.

Luego callé, miré un momento hacia el mantel y luego saqué el cartel de Heibo, lo extendí sobre la mesa. Miré a mi compañero y tras dedicarle na leve sonrisa proseguí informándoles.

-La sombra negra es alguien oscuro, y perverso. Se dice que disfruta torturando al que cae en sus manos, obtiene toa la información posible y luego entrega el cuerpo en cuarteles de la marina, pintándoles la cara de color negro, denotando que ha sido él -dije con calma, miré de nuevo lel cartel y proseguí -se ha visto su barco en las inmediaciones, de hecho la isla está rodeada a una distancia considerable por la marina. Es un hombre peligros al que hay que detener cuanto antes.

El camarero volvió a la mesa, trayendo los platos y sonriendo nuevamente. Parecía amable o al menos aparentaba serlo. Se quedó mirando el cartel durante unos instantes, pero luego se dio la vuelta con la intención de marcharse. Quizá sabía algo, pero dejaría que mi compañero se ocupase de adivinarlo, si él no lo hacía tendría que hacerlo yo.

Etsu pareció escuchar con suma atención mi historia, seguramente creía que en eso se basaba la cooperación, en conocer cada sórdido detalle de la vida de su compañero. Puede que a fin de cuentas no fuera como el resto que había ido conociendo a lo largo de mi carrera policial.

No transcurrió mucho tempo en encontrar respuestas, el joven se adelanto poniendo se en una postura más cómoda aparentemente iba a comenzar a revelar acontecimientos:

-Lo mas importante que ha asado en estos tiempos, fue lo de Loguetown -comentó-Se ajustició a una yonkou, Katrina Bellatona, y se armó una batalla entre las fuerzas del gobierno y los piratas, aunque la revolución aprovechó el conflicto para actuar.-continuó.

Me quede un rato pensando, así que se había producido otra guerra...y esta vez parecía algo de suma importancia, me recordaba a mis clases de historia de mi infancia...me recordaba a la guerra de Marineford, sin duda debió de ser algo grandioso.
De no ser por el movimiento de mi compañero, el cual saco un cartel, no habría salido del “Eidos”. Ahora parecía estar dispuesto a contarme los detalles de la misión:

-La sombra negra es alguien oscuro, y perverso. Se dice que disfruta torturando al que cae en sus manos, obtiene toda la información posible y luego entrega el cuerpo en cuarteles de la marina, pintándoles la cara de color negro, denotando que ha sido él -dijo con calma-Se ha visto su barco en las inmediaciones, de hecho la isla está rodeada a una distancia considerable por la marina. Es un hombre peligros al que hay que detener cuanto antes -finalizo él.

Pero por una falta de precaución el joven dejo ver el papel al camarero, el cual al traer los platos lo vio de lleno. Seguramente pensara que fuéramos caza-recompensas, a fin de cuentas, sería lo más lógico...tal vez pudiéramos utilizar eso en nuestro favor.

Tras esperar unos momentos y viendo la tentación de mi compañero de abordar al hombre, le detuve un segundo:

-Comamos primero, los taberneros suelen hablar mejor y más claros cuando tienen una buena propina -le comente yo casi en susurros.

Era una apuesta arriesgada, quien sabe si no estaría presionado o extorsionado por tal criminal y sus compinches,... pero lo dudaba, en aquella ciudad todo el mundo estaría cansado de él, a fin de cuentas los negocios no iban tan bien como antaño.

Tras contarle todo y la marcha del camarero me susurró que los camarero hablaban más con una buena propina. También era verdad. Además así la voz se correría y si en realidad estaban tan alertados por aquel pirata es posible que no tuviésemos ni que preguntar. Ellos nos llevarían hacia él, o al menos nos pondrían en el buen camino.

-Bueno, pues comamos pues -dije con tranquilidad, el vinagre, el aceite y la sal estaban lejos de mi alcance, así que los señalé -esto, podrías hacer el favor de pasármelos.

Miré en rededor, pero el camarero había desaparecido, seguramente andaría cuchicheando en la cocina y es posible que supiesen algo. La gente que trabajaba de cara al público siempre sabía algo. los borrachos a penas se habían percatado de nuestra presencia, no se si por su estado o porque simplemente no les importaba lo que sucediera a su alrededor.

-Creo que no hay nada relevante en cuanto a historia reciente -dije volviendo al tema anterior -aunque se comenta o al menos he oído rumores de que algo grande va a pasar. Pero no se el qué.

Esperaba a que me pasase los aliños para poder empezar con la ensalada a la cual si habían puesto queso, me alegraba. Me gustaba el queso.

Ambientando...:

Analice por completo la actuación de mi compañero, la verdad es que pese a ser un cargo superior acordaba las acciones conmigo, sin duda podría ser un gran compañero para cualquiera de los agentes de la organización, bueno tal vez para mí no...Pero eso ya era culpa de mis creencias individualista, le ayudaría y trataría de acabar el trabajo lo antes posible.



Tras pasarle lo solicitado a mi compañero, me puse mi tazón de sopa delante y comencé a oler el vapor que esta desprendía, olía que daba gusto, con la cuchara indague el el contenido de la sopa, de una manera muy semejante a cuando disuelves el azúcar en el café, la verdad es que parecía tener buena pinta.

Sin más miramientos de degustador, probé un sorbo de el susodicho calco, dejando que este inundara mi paladar, tras saborear el caldo , haciendo un movimiento inusualmente raro con la boca, decidí que estaba adecuadamente.

-Esta bastante bueno-comente a mi compañero tras unas cuantas cucharas, aunque el me llevaba algo de ventaja con la comida.

La verdad es que mi manera de comer era algo lenta, casi meditada, me gustaba sentir la explosión de sabores en mi boca, de hecho no comprendía la gente que engullía la comida, eso no era sano, además  mi abuelo siempre me comentaba que generaba gases y te hinchaba.

Mi compañero me hizo un comentario respecto a algo grande:

-Creo que no hay nada relevante en cuanto a historia reciente -dijo en referencia a mi pregunta anterior -Aunque se comenta o al menos he oído rumores de que algo grande va a pasar. Pero no se el qué -me comento con su tono habitual.

-¿Ah sí?, yo también he oído cosas algo de unos piratas Trilobite...pero supongo que será rumores después de todo. El tiempo dirá, aunque si no te importa mucho ¿Tú qué crees que puede pasar? -le comente a mi compañero, tratando de descubrir de una vez la veracidad de aquellos rumores.

Me limpie la comisura de los labios con la servilleta para posteriormente dar un leve trago al poleo y volver a limpiarme con la servilleta de manera muy parecida a la vez anterior. Continué comiendo tranquilamente esperando las respuestas de mi compañero y pensado si tomaría algo de postre.

Seguía comiendo mientras que el tazón de sopa le llegó a mi compañero, que lo removió un poco y empezó a comer. Declaró que estaba bueno, por lo que me alegré por él. Escuchó lo que le decía de que algo grande iba a ocurrir y luego me comentó que él también había escuchado algo sobre los piratas Trilobite o cosa así, que si yo intuía lo que podía pasar. Hice memoria durante un instante y luego de tener los hechos en la cabeza los conté de una manera vaga y sin entrar mucho en detalles.

-En Loguetown dieron bastante la nota, asesinaron a su capitán y el segundo al mando tomó el puesto -informé tranquilamente, luego añadí -no es de extrañar que planeen algo en contra del gobierno. Pero por ahora solo son rumores.

Volví a comer otro poco y bebí un sorbo de mi bebida. No íbamos a sacar mucha información allí, así que lo mejor sería salir e indagar un poco, ir directo al grano y terminar la misión. Quizá pudiera hacerme de un mapa de la zona para ayudarme a visualizarla, o simplemente podría elevarme en el aire y mirarlo con mis propios ojos. Aunque lo segundo llamaría la atención. Lo mejor era dejar esos pensamientos de lado y seguir con lo que estaba haciendo, comer.

-Esperemos que no sea nada -dije refiriéndome a lo que había dicho anteriormente -si ocurre algo, tendremos que luchar y no me gustaría hacerlo.