Una misión no tan aburrida [Rol Moderado - Dan]

Hace un día horrible, la lluvia cae con gran estrépito, como si el clima se hubiese propuesto fastidiarte en el que probablemente sea el día más absurdo de toda tu carrera como marine. Te han encargado la misión más estúpida e irrisoria de la historia y como buen soldado te toca cumplirla. La misión en sí se trata de buscar un libro, una vieja obra que era trasladada por un barco del gobierno que acabó naufragando en el West Blue. Allí fue recogido por los habitantes de Ohara y es tu deber encontrarlo. Todo sería fácil de no ser por un pequeño detalle: según el primer investigador que enviaron, el libro fue llevado a la biblioteca, una de las más grandes y reputadas del mundo por no decir la más grande. Para colmo no conoces ni la descripción ni el título del libro, ni tampoco el motivo por el que te toca buscarlo.

"¿Qué puede importar un simple libro?"- se preguntan tus compañeros mientras te ven desembarcar. Ellos se encargarían de que ningún barco entrase o saliese de la isla mientras tu encuentras el inexplicablemente preciado libro. Es tu decisión como comenzar a investigar, aunque los hombres del puerto dicen que fue recogido por un honrado mercader que trabaja en la zona este, aunque no se acuerdan de su nombre. Tal vez tengas que hacer algunas pesquisas.

Era un día extraño, normalmente me enviaban a realizar informes y rellenar documentos que entregaba el mismo día. Ese día era diferente; tras llegar de rellenar documentos y esas cosas me llamó la atención una persona que estaba en el barco de la flota donde me habían posicionado, me buscaba no sabía porque. Después de entregar los documentos a Karl, mi capitán, salí a cubierta acercándome para ver que quería ese hombre.

Marine: Me han mandado decirte que tienes que hacer una misión, toma esta carta, ahí la misión está muy bien explicada, buena suerte.

Aquel chico que parecía tener mi edad o un poco menos, tenía la ropa oficial de la marina y parecía una persona sencilla, o eso me lo parecía. Me llevé una buena sensación con ese chico. Ahora lo que tocaba, abrí el sobre y saqué un papel que estaba plegado, la habían doblado dos veces, la desplegué y empecé a leer: "Señor Aldridge, tenemos una misión para ti, tienes que encontrar un libro muy importante, no tenemos datos exactos de ese libro, pero sabemos que la última vez que se vio fue en el West Blue en Ohara. No podemos darle más información, pero esperamos que lo encuentre y lo traiga cuanto antes. Suerte"

Plegué la carta y la metí en el sobre, éste me lo guardé en uno de los bolsillo del pantalón simplemente por no tirarlo. Miré a mi alrededor, no entendía muy bien que libro era ni tampoco como iba a ir. En ese momento apareció otro marine, me comentó que un barco me estaba esperando un barco con unos cuantos reclutas para ir a Ohara; me sorprendió mucho que la marine se movilizara muy rápido, podía entender al importancia del libro que tenía que buscar por el tiempo de preparación de la misión. Cuando me incitó a ir al barco, miré si lo tenía todo, tras mirarlo el marine me acompañó al barco.

(Ya en Ohara tras un viaje de 4 horas)

El tiempo atmosférico estaba desmadrado, llovía mucho a unos 5 Km a la redonda. Lo primero que pude ver es a la gente que paseaba como si nada pasase, la primera vez que veía a gente que le importaba muy poco que lloviese para salir de casa, fue algo que me gustó bastante. Cuando iba a desembarcar, me llamó el marine con más cargo en el barco y me dio dos armas, se trataban de dos cuchillos un poco más grandes que los cuchillos cebolleros tradicionales.

Capitán: Aquí tienes dos cuchillos, me he informado que eres bueno utilizando cuchillos, así que de mi mano te doy estos cuchillos de kairoseki para que e sea fácil realizar las misiones, espero que los utilices bien. ¡Eso si! no los utilices para cortar cebollas y esas cosas. Bien estaremos aquí para interceptar cualquier barco que entre o que quiera salir, te será más sencillo para buscar el libro.

Además de entregarme los cuchillos me dio una especie de faja para dejar los cuchillos, como si se tratase de unas fundas para ellas. Enseguida me puse en marcha con la misión, pensé sobre la información que tenía. Bajé del barco y me puse a preguntar a varios pescadores y jornaleros que estaban pululando por el puerto, ellos me dijeron que un mercader que estaba situado en el este del pueblo tenía el libro o lo había tenido, aunque no se acordaban del nombre del mercader. Directamente me dirigí al pueblo, preguntando a todo el mundo la localización del individuo mencionado antes.

Ninguno me decía nada, parecía que la pregunta que formulaba no era la correcta o sencillamente la gente no tenía ni idea. Solo me quedaba una cosa, preguntar que establecimientos había pro el este. Mirando fijamente a todas las personas que se movían por allí pude ver a una mujer que parecía de fiar, me acerqué a ella y le pregunté.

Albert: Perdona por molestar, ¿me podría indicar que tipo de establecimientos hay por el este de esta isla? -No podía deajr una sencilla pregunta con una elegante sonrisa-

La mujer te miró atónito. ¿Porqué en un día de tormenta como aquel un desconocido preguntaba por tiendas? La mayoría de personas solían atrasar sus compras para cuando hacía calor, aunque debes ser especial. Sin embargo sabe perfectamente a qué te refieres, solo puede haber algo abierto en un día como aquel.

-Ya, emm... supongo que te refieres a la tienda de Oz. -contesta la mujer desde debajo de un paraguas exageradamente grande. Cada vez que se movía, las agujas del paraguas estaban a punto de clavarse en tus ojos. Parecía ser muy inquieta, aunque seca. -Es el único comerciante que abre todos los días que marca su horario, llueva o nieve. Siempre dice que los clientes deben poder ir a comprar incluso aunque se parta el suelo. Es probablemente el hombre más honrado del mundo.

Si te diriges hacia el lugar que te especifica la amable ciudadana, podrás ver una amplia avenida que llega hasta donde alcanza la vista. A ambos lados hay edificios de varias plantas y podrás ver gran cantidad de puestos callejeros cerrados, así como buena cantidad de tiendas con las persianas bajadas. Todas excepto una. A unos treinta metros de la entrada de la avenida hay un puesto que permanece abierto y cubierto de la lluvia con tan solo un pequeño toldo. Allí hay un hombre de gran tamaño, un tipo de unos cuatro metros de alto, fornido y totalmente calvo, aunque con un grueso bigote que casi tapa su boca. El vendedor habla con un tipo cubierto con una túnica, el cual se despide y se marcha apresuradamente mientras se guarda un grueso sobre marrón en el bolsillo.

Cuando me acerqué a aquella mujer, puso una cara como si lo que viese no era normal para ella. Me acerqué y le pregunté sobre que tipo de establecimientos habían por el lado este del pueblo. No tardó mucho en contestar y tampoco tardó en ponerme su gran paraguas delante de mis ojos, a punto de clavarme las puntas en ellos.

-Ya, emm... supongo que te refieres a la tienda de Oz. Es el único comerciante que abre todos los días que marca su horario, llueva o nieve. Siempre dice que los clientes deben poder ir a comprar incluso aunque se parta el suelo. Es probablemente el hombre más honrado del mundo.

Tras su respuesta me despedí con un adiós seguido de una sonrisa. La mujer desapareció del lugar en un instante mientras que yo fui por el este a ver esa tienda. Por el camino me puse a pensar sobre aquel hombre, si lo que la mujer dijo era cierto, ese hombre era una persona a seguir, pero no me creía mucho de aquello. Notaba como las gotas de agua caer en mi pelo, era una sensación muy agradable si le sumábamos el olor a humedad. Finalmente llegué a la zona este, identifiqué la tienda de inmediato ya que toda esa zona estaba llena de establecimientos cerrados menos esa.

En esa tienda pude ver a un tipo muy alto y grande con un bigote enorme hablando con un tipo encapuchado. Rápidamente éste cogió un sobre y se fue rápidamente. No le quité ojo en ningún momento, mientras me acercaba a la tienda, miraba el camino que cogía el encapuchado. Llegué a la tienda, miré al hombre alto y le pregunté sobre aquel libro que buscaba.

Dan: Perdón por molestarle señor, pero creo que me puedes ayudar. Estoy buscando un libro importante, he escuchado que la última vez que se vio fue en esta isla.

Tenía que aceptar que aquel hombre intimidaba un poco, intentaba mantener la compostura aunque costase un poco, de momento lo estaba consiguiendo. También me era imposible mirar de reojo por el camino que se había ido el encapuchado, sentía curiosidad de quien era y había algo que me decía que tenía algo que ver con el libro que buscaba. De momento me limitaría a hablar con aquel hombre.

-Ojojojojojo, un cliente. Dígame, ¿en qué puedo ayudarle? -fue lo primero que te dijo el hombre, tras soltar un breve y extraña risotada. -Si quiere un libro ha venido al lugar indicado, aunque en realidad es el sitio indicado para comprar cualquier cosa. Aquí vendo de todo. -Ya que lo dice, sí que parece que vende de todo. Su puesto está repleto de mesas y estanterías a rebosar de todo tipo de objetos etiquetados, desde camisetas hasta muñecos, pasando por joyas artesanales y los libros de los que te habla, uno de los cuales saca para enseñarte. -Si lo que busca usted es un libro importante... puede que le interese este. Es un volumen donde se recoje la historia de Ohara, desde la reconstrucción de la cuidad hace cerca de un siglo. -Por desgracia parece ser un libro de lo más normal, sin nada especial, por lo que no puedes estar seguro de si es o no el que buscas.

De repente, sin previo aviso, el gigantesco hombre te agarra por los hombros con gran fuerza y te arroja literalmente tras una mesa repleta de prendas de ropa. En ese mismo instante, un hombre que no llegas a ver comienza a hablar con el dependiente en un tono no muy amigable. -¡Tú! ¿Acaso crees que soy estúpido? Has intentado engañarme, este no es el libro que buscaba. -dice el hombre. Parece bastante enfadado. Desde donde estás permaneces ocuto a su vista, lo que tal vez evite que se encare también contigo.

-Usted quería el libro más reciente que tuviera, y es ese. -contesta el honrado vendedor.

-Lo que quiero es el libro que recogiste esta mañana, maldita sea. Si no me voy de aquí con él, no saldrás vivo. -Tras las mesas, puedes oír el inconfundible sonido de un arma. Si te asomas un poco podrás ver que se trata del mismo hombre que antes se marchaba con el sobre, solo que ahora el sobre estaba en el mostrador. Aparentemente guardaba en él el libro con el que no estaba conforme.

-Ese libro lo llevé a otro lugar. No me quedo las cosas que no son mías.

-Muere entonces.

El hombre misterioso acerca su dedo al gatillo, dispuesto a llevarse la vida de aquel tipo. ¿Qué harás tú?

La primera impresión que me dio aquel hombre era muy buena. Esa forma de ser me hizo sonreír a ese hombre, nada más preguntarle, me dijo que en ese puesto se podía encontrar cualquier cosa, se podía ver a simple vista que tenía razón, desde mi posición veía todo tipo de objetos. La parte que más me llamó la atención fue la zona de libros, intercalaba mirada con el hombre y con los libros. Al ver que no podía identificar ningún libro con el que estaba buscando puse toda mi atención en el hombre.

Antes de decirle cualquier otra cosa, me cogió y me metió dentro de su tienda, debajo de una mesa que estaba tirada al suelo junto con un montón de ropa, ocultándome completamente de cualquier cosa. No entendía todo aquello, pero cuando llegó el tipo encapuchado allí con mala hostia, entendí la acción que había realizado el dependiente.

-¡Tú! ¿Acaso crees que soy estúpido? Has intentado engañarme, este no es el libro que buscaba.
-Usted quería el libro más reciente que tuviera, y es ese.
-Lo que quiero es el libro que recogiste esta mañana, maldita sea. Si no me voy de aquí con él, no saldrás vivo.
-Ese libro lo llevé a otro lugar. No me quedo las cosas que no son mías.

Desde mi posición pude ve que el tipo encapuchado no me podía ver, eso era bueno por mi parte, ya que podía actuar sin que éste se diese cuenta. En ese mismo momento sacó un arma de fuego, la agarraba con la mano derecha. Nada más decir que aquel hombre iba a morir, me levanté rápidamente y lancé varias camisetas a la cara del tipo aquel además de uno de mis cuchillos en dirección al brazo derecho, quería desarmar al encapuchado. Tras lanzar el cuchillo cogí el sobre que había en la mesa.

Albert: Vete, yo me encargo de éste tipo, no va a ser complicado. - Dije con una voz suave y relajado al propietario de la tienda.

El hombre se aparta las camisetas de la cara con la mano y las patea lejos visiblemente molesto. Tampoco parece contento con que le hayas subestimado pero lo más raro es que no parece haberse enterado siquiera de que tu arma se ha clavado en su brazo. Mientras tanto, el vendedor parece atónito ante lo que acabas de hacer, como si la violencia no formara parte de su vocabulario. Os mira alternativamente a ti y al otro tipo, espantado por la posibilidad de que fuese a estallar una pelea allí mismo.

-Escuchad, creo que sé a que libro os referís, así que dejadlo. Solo es un libro, lo lleve a la biblioteca esta mañana porque pensé que era suyo. -El grandullón habla con gran celeridad, nervioso y asustado. Para ser tan grande no parece muy valiente. -Se llamaba "1.000 recetas de cocina con y sin pimienta." Era rojo y con letras blancas, solo era un libro, ¿a qué viene tanta...? -

El disparo le coge por sorpresa. En cuanto termina de describir el libro, el hombre encapuchado saca una pistola y dispara tres veces contra su pecho. Luego se quita la capucha lentamente mientras te observa con una sonrisa malvada. -Ahora vas tú. -sentencia. En ese instante te lanza la pistola a la cara y extiende el brazo izquierdo. De debajo de la manga de su chaqueta surge un pequeño revólver dorado que el hombre dispara repetidamente contra ti, mientras ríe como un loco. [AI]

Iba a morir como le había pasado al propietario de la tienda, había caído al suelo con tres agujeros en el pecho. Cuando terminó con el hombre, el encapuchado apuntó su arma en mi cara, a punto de disparar. Me agaché rápidamente cuando vi que el tipo aquel estaba a punto de disparar. Cuando no escuchaba el ruido de los disparos me levanté y salí de allí corriendo, gracias a que no había nada entre el principio de lo que era la tienda y lo que era la calle. Por el camino notaba las gotas de agua como se pegaban por cada parte de mi cuerpo.

A lo lejos podía ver a la gente por la calle con bolsas en la mano dando una vuelta y hablando con las demás personas. Finalmente salí de esa calle para incorporarme a la de antes, donde había preguntado a aquella mujer la localización de la tienda de Oz. Pensé en las palabras del comerciante, decía que el libro lo había dejado esta mañana en la biblioteca, era bueno porque sabía donde se encontraba, además sabía el título y la forma de la caratula. Había hecho ese movimiento porque sabía que ese tipo de la capucha no dañaría a nadie inocente que tuviese nada que ver con el libro.

El pistolero esboza una mueca de decepción mientras te alejas corriendo, guarda su revólver y se encamina hacia la biblioteca de Ohara susurrando maldiciones hacia tu persona mientras se aleja. Parece que está decepcionado por no haber podido matarte, aunque al menos se ha dado cuenta ya de que tiene un cuchillo clavado en el brazo así que se lo arranca de un tirón. Mientras tanto tú llegas a la calle de la que venías, todavía menos transitada que antes. La lluvia se ha intensificado y parece que estás solo en la ciudad excepto por algunos rezagados que corren a sus casas para evitar quedar empapados. Tal vez te hayas dado cuenta de que tu hombro izquierdo está sangrando; una bala parece haberte alcanzado aunque la herida no es grave.

La parte buena es que ya sabes qué libro debes buscar y dónde. La biblioteca se ve desde prácticamente cualquier parte de la ciudad: un inmenso árbol repleto de la sabiduría de la humanidad. Si te acercas podrás ver como un hombre y una mujer descargan cajas de una carreta tirada por un caballo y las van metiendo una por una en el interior de la biblioteca. Parece que su contenido es importante pues llevan bastante cuidado de que no se mojen. Tal vez puedas ayudarles... aunque por otro lado tienes cosas mejores que hacer. A lo mejor deberías fijarte en el pequeño grupo de gente armada que corre hacia la zona comercial. Están hablando de un herido y de un hombre sospechoso que ha llegado a la isla hacía poco.

Había llegado a la plaza de antes donde le había preguntado la localización de la tienda a una mujer mayor. Me paré allí mirando por todos lados, tenía que encontrar aquel libro antes que el tipo encapuchado. Al pararme noté que la lluvia golpeaba mi cuerpo mientras un desagradable dolor cubría la zona del hombro izquierdo, pero no impedía mi movilidad hacia el libro. Dejé de mirar y me fui en dirección a la biblioteca, allí, en la zona de acceso habían un hombre y una mujer descargando una serie de cajas con mucho cuidado, protegiéndolas de la lluvia, eso me hizo pensar que en el interior podrían haber cosas valiosas, seguramente libros.

Me hubiese gustado poder ayudarles si no tuviese nada más importante que hacer, pero la recogida de ese libro se suponía que era muy importante. Estaba a punto de entrar dentro de la biblioteca cuando pude ver cerca de allí a un grupo armado hablando del acontecimiento de la tienda de Oz. A esas personas si que les ayudaría, pero cuando recuperase el libro de esta isla. Con decisión me interno dentro d la biblioteca.