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- Ambientacion:
El tema se produce tras el Ts y el evento, por consiguiente tras las andanzas de los Painkillers en Goa
Estábamos llegando a Ireos, aunque había pecado un poco de improvisación, el clima había acompañado en esta región del North Blue. Yo dirigía con fuerza el timón con la mano izquierda, mientras que con la derecha empuñaba con fuerza mi katana.
Era por la mañana, el cielo estaba despejado, el oleaje apenas hacia tambalear el barco, el chocar de las olas con el casco era un sonido a la mar que agradable, mi tripulación. Permanecía mas callada de lo normal, la verdad es que estaban menos ruidosos de lo habitual, aunque la verdad se agradecía esa tranquilidad.
La verdad es que no sabía con seguridad que me había llevado tomar rumbo a Ireos, se alejaba de nuestro objetivo, ir al GL, tal vez estaba esperando encontrarme a algo o a alguien. Ya tenía tripulación y un buen barco, el Freedom Sunrise.
-"El destino me empuja a esta isla, que me aguardará en ella"-pensé para mis adentros.
Empecé a dirigir el barco hacia el dique 13, entre sin grandes dificultades, ya que el barco. Una vez allí eche anclas, y di la jornada libre a mis compañeros, baje lentamente por la pasarela que unía el barco con el puerto.
-Que me aguardas, Ireos-musitaba yo en voz baja.
León Zaid
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El sonido del buen vino llenando una copa de cristal fino era hasta placentero, si se disfrutaba bien podía incluso superar al del gusto que te dejaba en las papilas gustativas. El proceso de beberlo había sido explotado hasta la saciedad por miles de personas con gustos refinados, pero no había sido en vano, pues habían conseguido hacer de esto un manjar de los dioses propio del mismísimo Olimpo. No era algo fácil de apreciar en la tierra de los humanos comunes, pues a muy pocos se les condecía el don de saber tomarlo y a solo unos cuantos se les debe enseñar. Por fortuna, mi tío me educó correctamente para esto en mi mas tierna infancia por muy contraproducente que esto pudiese sonar.
- El vino debe tomarse con moderación... si se bebe en exceso pasa a ser gula lo que nos consume y se pierde el encanto de dichoso manjar... en otras palabras, nos dejamos llevar.- Dije en voz baja levantando la copa para ver con la luz el color del vino. Estaba repitiendo las palabras que me decía cuando lo probaba bajo su tutela, sin duda me dio mucho ese hombre, tanto que a día de hoy sigue sin salir de mi cabeza ni una sola de sus enseñanzas.
Me encontraba en un templo pagano de la Isla de Ireos, un templo dedicado al culto hacia un Dios de la sangre, Keyen. Había llegado hacía unas pocas horas a la isla y sin perder el tiempo subí hasta el templo poniéndome cómodo en un rincón oscuro donde la luz no llegaba, nada más que tres haces de luz iluminaban aquella esquina y ninguna me daba directamente, solo hacia la mesa en la que me encontraba sentado.
En la mesa reposé la copa con delicadeza al tiempo que observaba los detalles de la propia mesa, simple y limpia hecha de madera lijada, a simple vista podría parecer una mesa más del montón, mas una vez que te detienes a observarla puedes contemplar diversos detalles elaborados con precisión en los costados. Ahora sobre la mesa había una botella de vino tinto tan elegante como delicioso era el producto de su interior, y a su lado se encontraban dos copas de cristal fino, una tenía vino dentro, y la otra nada mas que aire frío y gélido. Esta estaba reservada para mi próximo invitado, uno muy particular y que pronto vendría si mis cálculos no habían fallado.
El invitado era nada mas y nada menos que el señor conocido como N, un ciudadano normal y corriente de no ser por las acciones que está llevando a cabo desde hace un tiempo hasta ahora. La primera vez que escuché la descripción que tenía en los archivos gubernamentales de él me interesó y pronto me puse a investigarle haciendo siempre buen uso de todo lo que estaba a mi alcance, fuese o no fuese legal. Pude averiguar mucho del caballero, y sin duda era una persona interesante que merecía la pena conocer, motivo por el cual le convoqué para venir hasta este lugar. No le había dicho donde estaría exactamente, siquiera la isla, solo le dejé unas coordenadas en un folio en blanco y una sonrisa en la esquina superior derecha, ninguna aclaración más. Mi intención era clara, ponerle a prueba con eso, saber si vendría con ello o no, como vendría preparado, que errores cometería y qué ases se guardaría en caso de peligro, etc.
- ¿Cómo reaccionaría N ante el mensaje?- Era la pregunta que surgía en mi cabeza a medida que el tiempo pasaba lentamente. - Solo le envié las coordenadas, y nada mas, no sabría si se trataría de un tesoro, una trampa, o una reunión, estaba solo frente la incertidumbre, pero él era listo, o eso dicen... de todas maneras y como ya dije anteriormente esto sería una especie de prueba, ver si él mismo o el propio destino le haría llegar a mi para tener dicha reunión en privado... sería cuestión de minutos, o quizás hora, averiguarlo.
- En el templo te espero querido Nemo... en el rincón mas oscuro y escondido junto a la gran estatua del Dios Keyen... no me falles y ven pronto...- Susurré con una sonrisa maliciosa terminando de un trago más el resto de la copa para posteriormente volverla a depositar sobre la mesa.
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-{AMBIENTACION}-El clima era fresco, había refrescado considerablemente, la brisa enfriaba mis pálidas mejillas, la temperatura parecía descender de una manera antinatural.
"Va a refrescar"-pensé yo mientras volvía al camarote del capitán, a recoger alguna prenda de abrigo.
Antes de descender por la pasarela entre a la habitación del capitán, recogí un abrigo, el cual puede recordar al de un esquimal, un anorak que abrigaba bastante y no tenía unas grandes dimensiones, en general bastante cómodo. su color era oscuro, un marrón muy muy oscuro, que se pondría confundir sin dificultad con una prenda de color negro. Su forro interior era suave y algo peludo, era como tener la sensación de estar abrazado por un peluche, incitaba a dormir.
Mientras caminaba por el puerto, comprobé que su tamaño no era excesivamente grande. había un gran grupo de rudos pescadores, balleneros en su mayoría, que perseguían sin descanso a tan grandes y temidas bestias, confundidas aveces con reyes marinos. Buscaban su sebo, su aceite, su carne...,se aprovechaba todo de aquel animal, incluso sus huesos, eran muy cotizados.
Un hombre con una bandolera vestido de uniforme corrió me comenzó a realizar gestos, según nos aproximábamos uno al otro me percate de que era un cartero, me me traía lo que venía siendo una especie de carta, parecía urgente.
-Disculpe, disculpe, no sera usted el señor N-me pregunto el hombre de forma extraña.
-Así me llaman-le respondí yo con notoria sorpresa.
-Pues esto es para usted, es urgente, firme aquí por favor-me indico el hombre, hablando con gran rapidez.
Tras firmar el hombre me entrego el mensaje, y se marcho corriendo, estos pobres hombres siempre andaban corriendo de un lado para otro como verdaderos demonios.
Yo suspire, y abrí la carta, y esta tan solo contenía unos números, tras examinarlo un poco comprobé que eran unas coordenadas, pero estas quedaban lejos de las coordenadas de mis mapas. Puse rumbo a una tienda de navegación, para hacerle una consulta a algún hombre, algún experto en la materia. No tarde mucho en encontrar una tienda de estas características, el hombre, algo rudo, me atendió de buen grado, aunque algo frío por el carácter de las personas del Norte hacía los forasteros.
Pertenecen a las coordenadas de un templo, una secta, no te recomiendo ir, pero si ese es tu propósito tan solo has de seguir las muescas de peregrinaje que hay por las calles
-Gracias, tomare precauciones buen hombre-al ver la gran profesionalidad del hombre.
Tras salir de la tienda comprobé que había empezado a nevar, los copos eran pequeños, lágrimas que se disolvían al entrar en contacto con algo tangible. Comencé a seguir el rastro de las marcas, informando antes a mis compañeros por Den Den mushi, si al día siguiente no me hallaba en el barco, estaba en problemas.
Un mal augurio, cargaba a mis espaldas, mis temores pronto se dispersarían...
-"Tengo un mal...presentimiento"-meditaba yo, mientras empuñaba con fuerza mi arma, mientras seguía las horrendas marcas del suelo.
"Va a refrescar"-pensé yo mientras volvía al camarote del capitán, a recoger alguna prenda de abrigo.
Antes de descender por la pasarela entre a la habitación del capitán, recogí un abrigo, el cual puede recordar al de un esquimal, un anorak que abrigaba bastante y no tenía unas grandes dimensiones, en general bastante cómodo. su color era oscuro, un marrón muy muy oscuro, que se pondría confundir sin dificultad con una prenda de color negro. Su forro interior era suave y algo peludo, era como tener la sensación de estar abrazado por un peluche, incitaba a dormir.
Mientras caminaba por el puerto, comprobé que su tamaño no era excesivamente grande. había un gran grupo de rudos pescadores, balleneros en su mayoría, que perseguían sin descanso a tan grandes y temidas bestias, confundidas aveces con reyes marinos. Buscaban su sebo, su aceite, su carne...,se aprovechaba todo de aquel animal, incluso sus huesos, eran muy cotizados.
Un hombre con una bandolera vestido de uniforme corrió me comenzó a realizar gestos, según nos aproximábamos uno al otro me percate de que era un cartero, me me traía lo que venía siendo una especie de carta, parecía urgente.
-Disculpe, disculpe, no sera usted el señor N-me pregunto el hombre de forma extraña.
-Así me llaman-le respondí yo con notoria sorpresa.
-Pues esto es para usted, es urgente, firme aquí por favor-me indico el hombre, hablando con gran rapidez.
Tras firmar el hombre me entrego el mensaje, y se marcho corriendo, estos pobres hombres siempre andaban corriendo de un lado para otro como verdaderos demonios.
Yo suspire, y abrí la carta, y esta tan solo contenía unos números, tras examinarlo un poco comprobé que eran unas coordenadas, pero estas quedaban lejos de las coordenadas de mis mapas. Puse rumbo a una tienda de navegación, para hacerle una consulta a algún hombre, algún experto en la materia. No tarde mucho en encontrar una tienda de estas características, el hombre, algo rudo, me atendió de buen grado, aunque algo frío por el carácter de las personas del Norte hacía los forasteros.
Pertenecen a las coordenadas de un templo, una secta, no te recomiendo ir, pero si ese es tu propósito tan solo has de seguir las muescas de peregrinaje que hay por las calles
-Gracias, tomare precauciones buen hombre-al ver la gran profesionalidad del hombre.
Tras salir de la tienda comprobé que había empezado a nevar, los copos eran pequeños, lágrimas que se disolvían al entrar en contacto con algo tangible. Comencé a seguir el rastro de las marcas, informando antes a mis compañeros por Den Den mushi, si al día siguiente no me hallaba en el barco, estaba en problemas.
Un mal augurio, cargaba a mis espaldas, mis temores pronto se dispersarían...
-"Tengo un mal...presentimiento"-meditaba yo, mientras empuñaba con fuerza mi arma, mientras seguía las horrendas marcas del suelo.
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La oscuridad cada vez era mayor en aquel lugar, y no porque empezase a anochecer, sino por el movimiento del sol, ahora estaba yendo de tal manera que la sombra de la pared que había tras de mi cubriese ampliamente mas sitio, haciendo mi esquina sombría aún más oscura.
Los minutos pasaban lentos en aquella posición dentro de aquel lugar tan oscuro, pero lejos de aburrirme o sentirme impaciente, estaba cada vez mejor, me encontraba mas a gusto por alguna extraña razón, en mi cabeza repasaba multitud de planes futuros, ideas de que decir en las mil y una posibles situaciones que se podrían dar una vez llegase mi invitado, que hacer si no aparecía, y un sin fin de diferentes posibilidades.
Cerré los ojos tranquilo disfrutando de esa paz y escuché con más atención cada situación que se venía dando a mi alrededor, el canto de los pájaros era lo que más se hacía notar, eran bonitos, pero deseaba escuchar cosas más complejas, por lo que me mantuve concentrado y fuí capaz de percibir algo más allá del movimiento de los árboles, percibía el propio paso de algunos animales sobre la hierva, pero en ese preciso instante otro sonido reinó en el lugar, este era completamente diferente y no fui capaz de adivinar su procedencia, por lo que me vi obligado a ver que era. Nieve.
Nevaba en aquel lugar para mi sorpresa, lo cual me hizo reír levemente, si aquel paisaje casi otoñal pasó a ser invernal ahora, ¿De seguir esperando pronto sería primaveral? Evidentemente era una pregunta cómica y sin ningún sentido lógico, pero me divertía lo suficiente como para entretenimiento.
Miré a los lados y encontré una hoja, soltando uno de los hilos lo moví hasta cogerla y la traje hasta mi guardando rápido los hilos y observando la propia hoja detenidamente. Estaba visiblemente deteriorada por el paso de las estaciones y tenía algunos huecos pequeños en diversas zonas, pero aún seguía siendo bonita, una hija de la naturaleza herida pero aún preciosa, si fuese una persona ¿Cómo sería? ¿Qué tipo de carácter tendría? Está pasada de fecha, pero no es vieja, tiene heridas aunque ninguna mortal ya que sigue manteniendo su estructura en condiciones, y el color podría representar a una persona desmejorada... si fuese persona, sería una persona de cuarenta o cincuenta años, cansado de las guerras y desgracias de la vida, las cuales han hecho mella en su condición física y mental, ahora era una persona seca, seria y hasta distante, no le importa separarse de los suyos tras tantas desgracias vividas, y sin duda, ya no le tiene apego a la vida, solo espera que los días pasen hasta morir naturalmente, como toda su familia lo había hecho antes que él... una vida triste, pero que hicieron del caballero una persona mas fuerte que cualquier joven, siempre tan inocentes y alocados, danzando de un lado a otro manifestando alegres su juventud y el amor a una vida sin males... esos jóvenes sufrirán llegado su día, pero hoy llegó el día en el que el viejo deje de morir. Acto seguido trituré la hoja con la mano y soplé sus trozos mirando fijo a la puerta del templo con una sonrisa atrevida sabiendo que no vería nada más a parte de mis piernas, la mesa y con suerte mi ropa aquel que llegase en estos instantes.
- Adelante, adelante, sigue viniendo hacia aquí, merecerá la pena amigo... - Pensé sonriente sirviendo vino en las dos copas cristalinas, dejando por supuesto una frente a mi y la otra en la paralela a mi, frente a la otra silla.
Los minutos pasaban lentos en aquella posición dentro de aquel lugar tan oscuro, pero lejos de aburrirme o sentirme impaciente, estaba cada vez mejor, me encontraba mas a gusto por alguna extraña razón, en mi cabeza repasaba multitud de planes futuros, ideas de que decir en las mil y una posibles situaciones que se podrían dar una vez llegase mi invitado, que hacer si no aparecía, y un sin fin de diferentes posibilidades.
Cerré los ojos tranquilo disfrutando de esa paz y escuché con más atención cada situación que se venía dando a mi alrededor, el canto de los pájaros era lo que más se hacía notar, eran bonitos, pero deseaba escuchar cosas más complejas, por lo que me mantuve concentrado y fuí capaz de percibir algo más allá del movimiento de los árboles, percibía el propio paso de algunos animales sobre la hierva, pero en ese preciso instante otro sonido reinó en el lugar, este era completamente diferente y no fui capaz de adivinar su procedencia, por lo que me vi obligado a ver que era. Nieve.
Nevaba en aquel lugar para mi sorpresa, lo cual me hizo reír levemente, si aquel paisaje casi otoñal pasó a ser invernal ahora, ¿De seguir esperando pronto sería primaveral? Evidentemente era una pregunta cómica y sin ningún sentido lógico, pero me divertía lo suficiente como para entretenimiento.
Miré a los lados y encontré una hoja, soltando uno de los hilos lo moví hasta cogerla y la traje hasta mi guardando rápido los hilos y observando la propia hoja detenidamente. Estaba visiblemente deteriorada por el paso de las estaciones y tenía algunos huecos pequeños en diversas zonas, pero aún seguía siendo bonita, una hija de la naturaleza herida pero aún preciosa, si fuese una persona ¿Cómo sería? ¿Qué tipo de carácter tendría? Está pasada de fecha, pero no es vieja, tiene heridas aunque ninguna mortal ya que sigue manteniendo su estructura en condiciones, y el color podría representar a una persona desmejorada... si fuese persona, sería una persona de cuarenta o cincuenta años, cansado de las guerras y desgracias de la vida, las cuales han hecho mella en su condición física y mental, ahora era una persona seca, seria y hasta distante, no le importa separarse de los suyos tras tantas desgracias vividas, y sin duda, ya no le tiene apego a la vida, solo espera que los días pasen hasta morir naturalmente, como toda su familia lo había hecho antes que él... una vida triste, pero que hicieron del caballero una persona mas fuerte que cualquier joven, siempre tan inocentes y alocados, danzando de un lado a otro manifestando alegres su juventud y el amor a una vida sin males... esos jóvenes sufrirán llegado su día, pero hoy llegó el día en el que el viejo deje de morir. Acto seguido trituré la hoja con la mano y soplé sus trozos mirando fijo a la puerta del templo con una sonrisa atrevida sabiendo que no vería nada más a parte de mis piernas, la mesa y con suerte mi ropa aquel que llegase en estos instantes.
- Adelante, adelante, sigue viniendo hacia aquí, merecerá la pena amigo... - Pensé sonriente sirviendo vino en las dos copas cristalinas, dejando por supuesto una frente a mi y la otra en la paralela a mi, frente a la otra silla.
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Los copos de nieves continuaba cayendo del cielo, levemente no parecía arreciar, pero tampoco se aproximaba tormenta, simplemente era un elemento más un personaje más junto al fresco, al la temperatura que sin llegar a ser helada, enfriaba las manos.
Yo jugueteaba con los dedos de la mano que sostenían el arma, haciendo que redoblaran la chapa de la funda, como si de un tambor se tratase, mis miedos o dudas habían desaparecido por completo. Iría al lugar y averiguaría quien vigilaba mis movimientos. El camino cada vez se hacía más empinado, más retorcido, más siniestro antes de llegar al templo.
Su decoración era barroca, recargada, de piedra de color oscuro, inerte, quemada.Pese a tener un estilo en cierta manera gótico, no cumplía con los cánones más importantes como la altura o la grandeza de las instalaciones, parecía más bien una mezcla de estilos, lo que mostraba una pinta rocambolesca, era siniestro, sin tener en cuenta aquellos hombres de piedra observándome, juzgándome, aquellas gárgolas, parecían mirarme e invitarme entrar al templo con aire desafiante.
A su alrededor poca cosa había salvo edificios, aparentemente deshabitados, o habitados por "okupas" o gente de mala fama, llamada vulgarmente gentuza. Lo que aumentaba aún mas la sensación de abandono e ilegalidad de la zona.
No había nadie, solo se oía el piar de los pájaros, que abrían sus alas abandonando el lugar, que se asemejaba a un cementerio más que a un lugar de culto.
-"He de entrar, no he llegado hasta aquí solamente para admirar el paisaje"-pensé tratando de convencerme.
Haciendo un acopio de valor entre en la sala, abriendo de par en par las pesadas puertas del templo e iluminando la oscura estancia.
Me adentre en la estancia tratando de averiguar más sobre el lugar o quien me citaba en tan siniestro lugar.
Yo jugueteaba con los dedos de la mano que sostenían el arma, haciendo que redoblaran la chapa de la funda, como si de un tambor se tratase, mis miedos o dudas habían desaparecido por completo. Iría al lugar y averiguaría quien vigilaba mis movimientos. El camino cada vez se hacía más empinado, más retorcido, más siniestro antes de llegar al templo.
Su decoración era barroca, recargada, de piedra de color oscuro, inerte, quemada.Pese a tener un estilo en cierta manera gótico, no cumplía con los cánones más importantes como la altura o la grandeza de las instalaciones, parecía más bien una mezcla de estilos, lo que mostraba una pinta rocambolesca, era siniestro, sin tener en cuenta aquellos hombres de piedra observándome, juzgándome, aquellas gárgolas, parecían mirarme e invitarme entrar al templo con aire desafiante.
A su alrededor poca cosa había salvo edificios, aparentemente deshabitados, o habitados por "okupas" o gente de mala fama, llamada vulgarmente gentuza. Lo que aumentaba aún mas la sensación de abandono e ilegalidad de la zona.
No había nadie, solo se oía el piar de los pájaros, que abrían sus alas abandonando el lugar, que se asemejaba a un cementerio más que a un lugar de culto.
-"He de entrar, no he llegado hasta aquí solamente para admirar el paisaje"-pensé tratando de convencerme.
Haciendo un acopio de valor entre en la sala, abriendo de par en par las pesadas puertas del templo e iluminando la oscura estancia.
Me adentre en la estancia tratando de averiguar más sobre el lugar o quien me citaba en tan siniestro lugar.
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No cesaba de caer la blanca nieve desde los cielos acumulándose copo tras copo sin cesar, me preguntaba cuanto tiempo más seguiría cayendo sobre el suelo la blanquecina sustancia, pero poco me importaba realmente, con salir cuando terminase la nevada alejado de los árboles, sería suficiente, ya que si iba por debajo corría un riesgo muy desagradable, que toda la nieve acumulada en sus ramas cayese sobre mi de golpe. Sinceramente prefería evitar esta situación.
Unos pasos comenzaban a oírse en la lejanía, por la zona de la entrada, y una sonrisa nació en mis labios, al fin había llegado mi querido invitado. Di una profunda calada y comencé a observar su silueta desde la oscura lejanía al tiempo que soltaba todo el humo de mi boca sonriente por su llegada.
Sin decir palabra alguna empecé a servir vino en ambas copas de cristal que había en la mesa, sabía que esto causaría ruido, uno que le haría percatarse de mi presencia fácilmente. Una vez servidas las copas le miré a sus ojos directamente para luego indicar con la mano que se sentase frente a mi, en la silla que había dispuesto en aquel lugar con la copa de cristal llena de vino.
- Buenos días señor Nemo, aunque si no le parece mal le llamare señor N. - Dije justo antes de dar un trago a la copa y dejar unos largos segundos de reflexión antes de seguir hablando. - Por favor, beba, este vino y yo llevamos esperando su llegada por mucho tiempo, y despreocúpese de venenos o similares, de haber querido matarlo le hubiese sorprendido al entrar.- Comenté riendo un poco dejando el vino sobre la mesa y dando una nueva calada al cigarro, esta vez bastante mas larga, provocando que saliese mas humo aún.
- ¿Sabe? El vino es la única bebida conocida como producto de los dioses... ninguna otra bebida es llamada así. Además, si te ven bebiendo vino te consideran un señor, una persona de alta posición, mientras que si bebes otra bebida alcohólica te tienen como a un borracho, irónico ¿No? Más cuando el vino tiene un color muy similar al de la sangre y el resto de bebidas no... ¿Será que inconscientemente satisfacemos así una necesidad de beber la sangre de los dioses que están sobre nosotros? ... Es tal el mundo del vino... está perfeccionado hasta límites antes insospechables, ¿Sabes como funciona la cata? Está dividida por fases, la visual, la olfativa y la gustativa, deduciendo de cada fase nuevos datos del vino hasta ser capaz de saber su localización y año entre otras cosas, estoy seguro de que algún día lograrán incluso saber el nombre de la persona que cogía las uvas jajaja- Comenté entre risas para relajar un poco el ambiente dando un nuevo sorbo después.- Es más, se considera al vino una materia orgánica, es decir, que está vivo... y nosotros lo bebemos como si nada, dándonos un estatus social mucho mas alto que si bebiésemos whisky por ejemplo cuando no todo lo del vino es tan honorifico, ¿Conoces el origen de su nombre? Vino tinto... verás, antaño era muy difícil de obtener, por lo que se tintaba el vino blanco hasta obtener este hermoso color, y lo vendían de dicha manera. ¡Era un completo fraude! Y el fraude al final acabó dándole nombre al vino original, que ironía de la vida ¿No? ... con un pasado tan vergonzoso en el propio nombre y se le tiene una estima tan honorifica, incluso los más selectos degustadores prohíben cogerlo por la parte ancha de la copa, resulta que si lo cogemos desde ahí calentamos el líquido, el cual jamás debe de ser superior a 1/3 de la copa, y si el vino es más oscuro, es señal de juventud, mientras que cuanto mas claro, mayor su vejez... ¿No le parece acaso esto una sarta de estupideces? Es una de las mayores pruebas de que el ser humano es capaz de llegar a alcanzar la perfección en las cosas menos importantes, dejando de lado lo que realmente importa.
Deposité la copa sobre la mesa y di una calada mas al cigarro absorbiendo aquel humo tan sabroso para mi que luego expulsaba en cantidades asombrosas como si mi boca fuese una chimenea profunda sin tope de salida. Mi mirada estaba fija en el techo del templo y una nueva sonrisa era dibujada en mi rostro por la nueva reflexión que acababa de hacer observando dicho techo.
- Y aquí un templo que es imperfecto, un pecado para multitud de arquitectos, pero aun sin ser tan perfecto, es bello... ¿Y usted señor N?- Pregunté cambiando totalmente la dirección de mi conversación. - ¿Quién es usted? ¿Qué busca? ¿Cuál es su perfección? Cuénteme sobre usted por favor, me interesa conocerle desde su perspectiva.
Unos pasos comenzaban a oírse en la lejanía, por la zona de la entrada, y una sonrisa nació en mis labios, al fin había llegado mi querido invitado. Di una profunda calada y comencé a observar su silueta desde la oscura lejanía al tiempo que soltaba todo el humo de mi boca sonriente por su llegada.
Sin decir palabra alguna empecé a servir vino en ambas copas de cristal que había en la mesa, sabía que esto causaría ruido, uno que le haría percatarse de mi presencia fácilmente. Una vez servidas las copas le miré a sus ojos directamente para luego indicar con la mano que se sentase frente a mi, en la silla que había dispuesto en aquel lugar con la copa de cristal llena de vino.
- Buenos días señor Nemo, aunque si no le parece mal le llamare señor N. - Dije justo antes de dar un trago a la copa y dejar unos largos segundos de reflexión antes de seguir hablando. - Por favor, beba, este vino y yo llevamos esperando su llegada por mucho tiempo, y despreocúpese de venenos o similares, de haber querido matarlo le hubiese sorprendido al entrar.- Comenté riendo un poco dejando el vino sobre la mesa y dando una nueva calada al cigarro, esta vez bastante mas larga, provocando que saliese mas humo aún.
- ¿Sabe? El vino es la única bebida conocida como producto de los dioses... ninguna otra bebida es llamada así. Además, si te ven bebiendo vino te consideran un señor, una persona de alta posición, mientras que si bebes otra bebida alcohólica te tienen como a un borracho, irónico ¿No? Más cuando el vino tiene un color muy similar al de la sangre y el resto de bebidas no... ¿Será que inconscientemente satisfacemos así una necesidad de beber la sangre de los dioses que están sobre nosotros? ... Es tal el mundo del vino... está perfeccionado hasta límites antes insospechables, ¿Sabes como funciona la cata? Está dividida por fases, la visual, la olfativa y la gustativa, deduciendo de cada fase nuevos datos del vino hasta ser capaz de saber su localización y año entre otras cosas, estoy seguro de que algún día lograrán incluso saber el nombre de la persona que cogía las uvas jajaja- Comenté entre risas para relajar un poco el ambiente dando un nuevo sorbo después.- Es más, se considera al vino una materia orgánica, es decir, que está vivo... y nosotros lo bebemos como si nada, dándonos un estatus social mucho mas alto que si bebiésemos whisky por ejemplo cuando no todo lo del vino es tan honorifico, ¿Conoces el origen de su nombre? Vino tinto... verás, antaño era muy difícil de obtener, por lo que se tintaba el vino blanco hasta obtener este hermoso color, y lo vendían de dicha manera. ¡Era un completo fraude! Y el fraude al final acabó dándole nombre al vino original, que ironía de la vida ¿No? ... con un pasado tan vergonzoso en el propio nombre y se le tiene una estima tan honorifica, incluso los más selectos degustadores prohíben cogerlo por la parte ancha de la copa, resulta que si lo cogemos desde ahí calentamos el líquido, el cual jamás debe de ser superior a 1/3 de la copa, y si el vino es más oscuro, es señal de juventud, mientras que cuanto mas claro, mayor su vejez... ¿No le parece acaso esto una sarta de estupideces? Es una de las mayores pruebas de que el ser humano es capaz de llegar a alcanzar la perfección en las cosas menos importantes, dejando de lado lo que realmente importa.
Deposité la copa sobre la mesa y di una calada mas al cigarro absorbiendo aquel humo tan sabroso para mi que luego expulsaba en cantidades asombrosas como si mi boca fuese una chimenea profunda sin tope de salida. Mi mirada estaba fija en el techo del templo y una nueva sonrisa era dibujada en mi rostro por la nueva reflexión que acababa de hacer observando dicho techo.
- Y aquí un templo que es imperfecto, un pecado para multitud de arquitectos, pero aun sin ser tan perfecto, es bello... ¿Y usted señor N?- Pregunté cambiando totalmente la dirección de mi conversación. - ¿Quién es usted? ¿Qué busca? ¿Cuál es su perfección? Cuénteme sobre usted por favor, me interesa conocerle desde su perspectiva.
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Las puertas se cerraron tras mi entrada, la oscuridad habitual del templo retorno, tan solo las velas de este permitían caminar y vislumbrar la forma de las cosas. Un ruido llamo mi atención, era un hombre se encontraba en un oscuro rincón del templo, era un hombre con ropajes oscuros, pelo largo, el cual parecía estar sirviendo dos copas de vino, mientras fumaba lo que parecía ser un cigarro a la mar de simple.
El hombre me llamo por mi nombre, lo cual acentuó más mi sorpresa, ya no era aquel chico inocente que dejaba Loguetown, las apariencias del hombre, me recordaba a Yoko, mi sensei, mi padre adoptivo. Se parecía mucho, aunque tal vez con un matiz algo más oscuro.
-Veo que sabes los nombres con los que me llaman, pero me resulta extraño..., espera tu aspecto me recuerda a un agente del gobierno¿Me equivoco?, yo trabaje tiempo para vosotros, aunque no se si eso aparecerá en los papeles que has estudiado, se como trabajáis...-le decía mientras me acercaba con el arma enfundada en mano, esta no se alejaba mucho de la empuñadura.
Me senté en la mesa, enfrente del hombre, que lanzaba grandes bocanadas de humo blanco, el cual sin molestarme ahogaba la estancia y le daba un aspecto más recargado.
-Gracias, beberé gustoso, me alivia saber que no me matarás, aunque la muerte es un tema algo incomodo como para romper el hielo¿No crees?-dije tras observar la botella de vino, sin duda se trataba de un buen vino.
Mientras el hombre hablaba sobre el vino comencé a degustar la copa, primero analice la copa, el cristal transparente impoluto..., luego olfatee el vino, tras lo cual agite el vino, provocando que el líquido rojo se moviera en círculos, como un torbellino, tras la cual olfatee el vaso, olía bien, transmitía un olor suave, liguero, que estimulaban y embriagaban mis sentidos. Tras esto me dedique a dar un leve sorbo, el cual ilumino mis papilas gustativas.
-Si, veo que usted tiene conocimientos, que superan los mios en dicha materia, la verdad es que la filosofía del vino es apasionante, aunque es un lujo en ocasiones caro, tal vez solo al alcance de los dioses, y en efecto el ser humano, es un ser irónico por naturaleza. Aunque ni mucho menos perfecto, podemos ser perfectos en algunos aspectos, pero ser perfectos, es cuanto menos una utopía.
Deje la copa en la mesa, con grandes detalles y volví a hablar:
-El templo es imperfecto...todo lo echo por el hombre es imperfecto, aunque tal vez mi sueño sea superar esa barrera, alcanzar lo perfecto, encontrar o crear un "Eden", ...si querido agente, un Paraíso en la Tierra, se imagina usted un mundo sin maleantes, un mundo equilibrado, donde todo el mundo se respetase unos a los otros, el fin de los piratas y el restablecimiento del orden absoluto, sin que ellos se vea reflejado en una opresión de la libertad, ese es mi sueño- le dije tratando de ser claro en mis objetivos.
Un breve silencio heló la sala, no era en si un silencio incomodo, pero si un silencio de reflexión:
-Sin ir usted más lejos, usted no es perfecto, me temo que se ha olvidado presentarse,¿Cual es su nombre, misterioso anfitrión?-interrogue al hombre, tratando de asegurarme de que estaba ante alguien de confianza.
Espere ansioso la respuesta.
El hombre me llamo por mi nombre, lo cual acentuó más mi sorpresa, ya no era aquel chico inocente que dejaba Loguetown, las apariencias del hombre, me recordaba a Yoko, mi sensei, mi padre adoptivo. Se parecía mucho, aunque tal vez con un matiz algo más oscuro.
-Veo que sabes los nombres con los que me llaman, pero me resulta extraño..., espera tu aspecto me recuerda a un agente del gobierno¿Me equivoco?, yo trabaje tiempo para vosotros, aunque no se si eso aparecerá en los papeles que has estudiado, se como trabajáis...-le decía mientras me acercaba con el arma enfundada en mano, esta no se alejaba mucho de la empuñadura.
Me senté en la mesa, enfrente del hombre, que lanzaba grandes bocanadas de humo blanco, el cual sin molestarme ahogaba la estancia y le daba un aspecto más recargado.
-Gracias, beberé gustoso, me alivia saber que no me matarás, aunque la muerte es un tema algo incomodo como para romper el hielo¿No crees?-dije tras observar la botella de vino, sin duda se trataba de un buen vino.
Mientras el hombre hablaba sobre el vino comencé a degustar la copa, primero analice la copa, el cristal transparente impoluto..., luego olfatee el vino, tras lo cual agite el vino, provocando que el líquido rojo se moviera en círculos, como un torbellino, tras la cual olfatee el vaso, olía bien, transmitía un olor suave, liguero, que estimulaban y embriagaban mis sentidos. Tras esto me dedique a dar un leve sorbo, el cual ilumino mis papilas gustativas.
-Si, veo que usted tiene conocimientos, que superan los mios en dicha materia, la verdad es que la filosofía del vino es apasionante, aunque es un lujo en ocasiones caro, tal vez solo al alcance de los dioses, y en efecto el ser humano, es un ser irónico por naturaleza. Aunque ni mucho menos perfecto, podemos ser perfectos en algunos aspectos, pero ser perfectos, es cuanto menos una utopía.
Deje la copa en la mesa, con grandes detalles y volví a hablar:
-El templo es imperfecto...todo lo echo por el hombre es imperfecto, aunque tal vez mi sueño sea superar esa barrera, alcanzar lo perfecto, encontrar o crear un "Eden", ...si querido agente, un Paraíso en la Tierra, se imagina usted un mundo sin maleantes, un mundo equilibrado, donde todo el mundo se respetase unos a los otros, el fin de los piratas y el restablecimiento del orden absoluto, sin que ellos se vea reflejado en una opresión de la libertad, ese es mi sueño- le dije tratando de ser claro en mis objetivos.
Un breve silencio heló la sala, no era en si un silencio incomodo, pero si un silencio de reflexión:
-Sin ir usted más lejos, usted no es perfecto, me temo que se ha olvidado presentarse,¿Cual es su nombre, misterioso anfitrión?-interrogue al hombre, tratando de asegurarme de que estaba ante alguien de confianza.
Espere ansioso la respuesta.
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Era un chico inteligente, pero cometía un grave error, siempre iba a la primera pista que estaba mas cerca de su olfato rastreador, algo que normalmente funciona, pero no siempre. Más de una vez las personas ponen frente a los rastreadores pistas evidentes, haciendo que los más novatos o inexpertos caigan en ellas, primera prueba, suspendida con un 4,5.
- Señor, ¿Por qué toda persona vestida de chaqueta y bien arreglada debe de ser miembro de la Chiper Pol? Me ocurre mucho, pero... ¿Acaso no puedo ser simplemente una persona con gustos refinados? Y el hielo estaba roto desde el momento en el que le invité de forma anónima y usted acudió a mi, pensé que declarar rápido que no le iba a atacar sería algo que le tranquilizaría, no que le sería incómodo, disculpe las molestias.
Hice una pausa escuchando sus palabras al tiempo que llevaba la copa hacia mis labios ingiriendo el vino que había servido en mi copa. No solo estaba escuchándole, analizaba su mirada, las pupilas, cada movimiento de las manos o si tenía algún tic. Cualquier cosa que me ayudase a saber algo más de él era siempre bien recibido, por lo que tenía la costumbre de analizar hasta estos extremos o más lejos incluso en una situación peligrosa.
- El ser humano es un error de la naturaleza, no debimos de obtener tanta conciencia sobre nuestra existencia y la del resto del mundo, junto a la capacidad inventiva que desarrollamos, la naturaleza creó al ser que destruirá la propia naturaleza tarde o temprano... la perfección está en la ausencia de fallos, y yo no quiero poseer fallos, quiero ser perfecto... voy en el camino adecuado, más aún me queda camino por recorrer. ¿Mi nombre? Soy la persona que cambiará todo... mi nombre es León... León Zaid.
Sonreí de lado tras declarar mi propio nombre y me removí en la silla para ponerme cómodo nuevamente, él no conocería mi nombre, de hacerlo me llevaría una gran sorpresa, grata, pero al mismo tiempo mala, mi pasado comenzaría a relucir y aún no estaba listo para ello.
- Ahora, lo que quería obtener de usted está al 65%, dígame pues, ¿Cuál será el procedimiento que seguirá? Es decir... sabe de sobra su meta, algo que me gusta, pero ¿Y cómo lo harás? Las cosas no se logran con tan solo desearlo, hay que llevar a cabo un plan ¿No?.- Pregunté directo para obtener respuesta rápido. No quería alargar mucho la reunión, nunca se sabía si el joven que estaba frente a mi tenía preparada una emboscada que requería de tiempo para ser preparada fuera.
- Señor, ¿Por qué toda persona vestida de chaqueta y bien arreglada debe de ser miembro de la Chiper Pol? Me ocurre mucho, pero... ¿Acaso no puedo ser simplemente una persona con gustos refinados? Y el hielo estaba roto desde el momento en el que le invité de forma anónima y usted acudió a mi, pensé que declarar rápido que no le iba a atacar sería algo que le tranquilizaría, no que le sería incómodo, disculpe las molestias.
Hice una pausa escuchando sus palabras al tiempo que llevaba la copa hacia mis labios ingiriendo el vino que había servido en mi copa. No solo estaba escuchándole, analizaba su mirada, las pupilas, cada movimiento de las manos o si tenía algún tic. Cualquier cosa que me ayudase a saber algo más de él era siempre bien recibido, por lo que tenía la costumbre de analizar hasta estos extremos o más lejos incluso en una situación peligrosa.
- El ser humano es un error de la naturaleza, no debimos de obtener tanta conciencia sobre nuestra existencia y la del resto del mundo, junto a la capacidad inventiva que desarrollamos, la naturaleza creó al ser que destruirá la propia naturaleza tarde o temprano... la perfección está en la ausencia de fallos, y yo no quiero poseer fallos, quiero ser perfecto... voy en el camino adecuado, más aún me queda camino por recorrer. ¿Mi nombre? Soy la persona que cambiará todo... mi nombre es León... León Zaid.
Sonreí de lado tras declarar mi propio nombre y me removí en la silla para ponerme cómodo nuevamente, él no conocería mi nombre, de hacerlo me llevaría una gran sorpresa, grata, pero al mismo tiempo mala, mi pasado comenzaría a relucir y aún no estaba listo para ello.
- Ahora, lo que quería obtener de usted está al 65%, dígame pues, ¿Cuál será el procedimiento que seguirá? Es decir... sabe de sobra su meta, algo que me gusta, pero ¿Y cómo lo harás? Las cosas no se logran con tan solo desearlo, hay que llevar a cabo un plan ¿No?.- Pregunté directo para obtener respuesta rápido. No quería alargar mucho la reunión, nunca se sabía si el joven que estaba frente a mi tenía preparada una emboscada que requería de tiempo para ser preparada fuera.
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El hombre parecía estar estudiándome, pero realmente algo estaba claro y es que vivía en una enorme mentira, sabía perfectamente que era un Cipher Pol, no por sus pintas, sino por sus procedimientos y maneras de actuar, generalmente seguían una serie de protocolos, además había determinadas pistas, utilizar unas coordenadas en vez de una dirección, saber que iba a llegar a esa isla, era sin duda un procedimiento muy estatal y del tipo de la Cipher Pol. No quise decirle nada, no discutírselo, solo había dos posibilidades, y todas apuntaban a que trabajaba para algún tipo de inteligencia, independientemente de si se trataba de la del gobierno de Ireos, o simplemente de la del gobierno mundial.
El caso es que en la sala había dos cazadores, y de ella saldría un cazado, sin duda era una guerra psicológica cuanto menos apasionante. Yo di otro trago a la copa, y me relaje en la silla, mientras tanteaba la empuñadura con los dedos de mi mano. Aquel hombre no sabía su verdadero nombre, tampoco sabía quien era su padre, eso sin duda había sido una imprudencia.
N no pudo sonreír al oír el sueño del hombre, era sin duda muy parecido al suyo, ambos querían ser grabados en la historia, de echo parecía ser una persona muy cabal, aunque N veía algo en sus ojos,¿malicia, traición?, no era sin duda un sentimiento puro. Aunque realmente el hombre al decir su nombre, había caído en una situación comprometida, sin duda era la oportunidad perfecta para tirarle de la lengua.
-Me alegra, ver tu animo de superación, aunque la perfección es una meta utópica, tal vez como todas las metas...Me alivia saber que no eres un agente de la Chiper Pol, y por ello te seré sincero. Veo que deseas saber como alcanzare mi sueño, el de crear un mundo perfecto, sin duda hay muchos caminos. Podría hacerme revolucionario y derrocar al gobierno mundial, o destruir al propio gobierno desde dentro, siendo Marine o de la Cipher Pol, sin duda se crearía un nuevo gobierno más justo. Posteriormente se acabaría con la Era de los piratas, y se daría comienzo a la Era de los ciudadanos, en esa situación todo ciudadano tendrá derechos y obligaciones, los dirigentes no serían elegidos por los ciudadanos, sino por las personas más preparadas para el puesto, en caso de empate se determinaría por aquel que menos interés tuviera por el gobierno, ya que ese no se aprovechara ni de su cargo, ni del poder que ello evoca. Pero sin duda es algo que hay que meditar paso a paso, nada sale como planeamos, puesto que nadie es perfecto-le dije al hombre, con una sonrisa en la cara.
N dio un trago a la copa ya que tenía la garganta seca:
-¿Qué es para usted cambiar el mundo, señor Zaid?-le pregunte, justo en el instante de que dejaba de beber.
El caso es que en la sala había dos cazadores, y de ella saldría un cazado, sin duda era una guerra psicológica cuanto menos apasionante. Yo di otro trago a la copa, y me relaje en la silla, mientras tanteaba la empuñadura con los dedos de mi mano. Aquel hombre no sabía su verdadero nombre, tampoco sabía quien era su padre, eso sin duda había sido una imprudencia.
N no pudo sonreír al oír el sueño del hombre, era sin duda muy parecido al suyo, ambos querían ser grabados en la historia, de echo parecía ser una persona muy cabal, aunque N veía algo en sus ojos,¿malicia, traición?, no era sin duda un sentimiento puro. Aunque realmente el hombre al decir su nombre, había caído en una situación comprometida, sin duda era la oportunidad perfecta para tirarle de la lengua.
-Me alegra, ver tu animo de superación, aunque la perfección es una meta utópica, tal vez como todas las metas...Me alivia saber que no eres un agente de la Chiper Pol, y por ello te seré sincero. Veo que deseas saber como alcanzare mi sueño, el de crear un mundo perfecto, sin duda hay muchos caminos. Podría hacerme revolucionario y derrocar al gobierno mundial, o destruir al propio gobierno desde dentro, siendo Marine o de la Cipher Pol, sin duda se crearía un nuevo gobierno más justo. Posteriormente se acabaría con la Era de los piratas, y se daría comienzo a la Era de los ciudadanos, en esa situación todo ciudadano tendrá derechos y obligaciones, los dirigentes no serían elegidos por los ciudadanos, sino por las personas más preparadas para el puesto, en caso de empate se determinaría por aquel que menos interés tuviera por el gobierno, ya que ese no se aprovechara ni de su cargo, ni del poder que ello evoca. Pero sin duda es algo que hay que meditar paso a paso, nada sale como planeamos, puesto que nadie es perfecto-le dije al hombre, con una sonrisa en la cara.
N dio un trago a la copa ya que tenía la garganta seca:
-¿Qué es para usted cambiar el mundo, señor Zaid?-le pregunte, justo en el instante de que dejaba de beber.
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Una sonrisa se dibujó en mi rostro escuchando sus palabras, centrándome en cada una de ellas hasta el punto de ver sus fallos, los cuales habían sido dos, aunque uno de estos parecía ser adrede, el cuál se refería a mi profesión.
- Se equivoca nuevamente, si, soy miembro de la Chiper Pol, trabajo para la agencia, aunque a penas hice solo 3 misiones tuteladas, luego tuve un año especial de entrenamiento y aquí me encuentro ahora. Por lo que prácticamente soy un novato desconocido para todos. No dije que no fuese miembro de la Chiper Pol, solo dije que las personas asumen con suma facilidad que cualquiera trajeado es miembro de la Chiper Pol, y me parece una incoherencia.
Su segundo fallo había estado a la hora de hablar, comunicarse, un mal juego de palabras que sería un poco absurdo pararse a corregir.
- Antes de responder, debo reconocer que tuve un error en mi anterior declaración, no soy el hombre que cambiará el mundo, solo el que lo destruirá. - Hice una pausa para beber el vino y lo saboree en el paladar antes de ingerirlo sonriendo nuevamente. - Quiero destruir todo, desde dentro, en el momento oportuno e indicado. Después, alguien debería de tomar el mando y crear de las cenizas un nuevo sitio donde vivir en paz... ese es el hombre al que estoy buscando, no puedo destruir sin encontrar a dicha persona.
Hice una pausa estirando mi brazo hasta la botella para rellenar mi copa y la suya. Tras esto la dejé en el lugar anterior y di una profunda calada al cigarro, soltando nuevamente el humo.
- Yo no soy una persona digna de crear nada, solo nací para destruir aquello que debe ser destruido.
- Se equivoca nuevamente, si, soy miembro de la Chiper Pol, trabajo para la agencia, aunque a penas hice solo 3 misiones tuteladas, luego tuve un año especial de entrenamiento y aquí me encuentro ahora. Por lo que prácticamente soy un novato desconocido para todos. No dije que no fuese miembro de la Chiper Pol, solo dije que las personas asumen con suma facilidad que cualquiera trajeado es miembro de la Chiper Pol, y me parece una incoherencia.
Su segundo fallo había estado a la hora de hablar, comunicarse, un mal juego de palabras que sería un poco absurdo pararse a corregir.
- Antes de responder, debo reconocer que tuve un error en mi anterior declaración, no soy el hombre que cambiará el mundo, solo el que lo destruirá. - Hice una pausa para beber el vino y lo saboree en el paladar antes de ingerirlo sonriendo nuevamente. - Quiero destruir todo, desde dentro, en el momento oportuno e indicado. Después, alguien debería de tomar el mando y crear de las cenizas un nuevo sitio donde vivir en paz... ese es el hombre al que estoy buscando, no puedo destruir sin encontrar a dicha persona.
Hice una pausa estirando mi brazo hasta la botella para rellenar mi copa y la suya. Tras esto la dejé en el lugar anterior y di una profunda calada al cigarro, soltando nuevamente el humo.
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El juego se turnaba y turnaba cada vez más interesante, yo no pude evitar sonreír, ya tenía tres cosas que deseaba, así que tras escuchar al hombre, le conteste, apague la grabadora, ya tenía, le hice un gesto de que no llenara mucho más la copa, no deseaba ni mucho menos perder facultades ante una conversación tan fructífera, quería mantener ese recuerdo nítido, por lo que daría un trago más de tarde en tarde, o mejor dicho algún sorbo:
-Vaya, me he equivocado,¿Dicen qué es de sabios rectificar?, aún así esto es una situación comprometida para ambos, supongo ¿No?-Le dije sonriéndole un poco, tal vez no sospechaba mi último as en la manga-En fin, primero pretendes buscar a un hombre para luego destruir y volver a empezar de cero, volver a empezar la historia de nuevo, dudo que exista ese hombre actualmente, para ello primero se necesitaría un impresión de ese mundo perfecto, de ese paraíso para poder llevarlo luego acabo, pero sin duda tu apuesta es sin duda peligrosa. Te seré franco y te diré lo que hare, primero construiré sobre las cenizas de Loguetown un nuevo país. Tras la guerra no hay nada, no hay gobierno casi presente, por lo que será perfecto. Allí realizare una utopía, el equilibrio entre capitalismo y comunismo, progreso y justicia, buscare la formula, aprenderé de mis errores y alcanzare el grado de Übermensch, o suprahumano-le dije antes de tomar una pausa, seguramente lo que venía a continuación sería duro de procesar.
Me tome un descanso y proseguí:
-Si el experimento resulta bien, ya se habría generado el paraíso y estuviera asentado se podría iniciar una segunda fase, que sería el traslado de esa impresión a otros lugares del mundo, creando así la utopía perfecta, pero hay un problema, es difícil borrar todo el pasado, has oído de los poneglyphs, son unas rocas que hablan acerca de mundos pasados, sin duda son cabos sueltos-proseguí antes de tomar un poco de aire.
Suspire brevemente para volver a continuar:
-Pero la historia a la vez es necesaria, pero a la vez impide la creación de un nuevo mundo, siempre habría gente que desearía volver al pasado o ir al futuro, si consiguiéramos el fin de la historia, sin duda estaríamos ante una realidad perfecta. ¿Qué se narraría en la historia? Nada, por que en la historia solo se gravan los errores de la humanidad, si es cierto que solo la escriben los vencedores, pero ¿Por qué?, seguramente ellos lo hagan para demostrar que ellos ganaron, aprovechando los errores de otros "perdedores", sin saber que a su vez, dejan antes los ojos del futuro sus propios fallos que les llevarán a su perdición. por Ello una vez hubo una guerra, hace muchos años, en ella se enfrentaron 30 de los reinos más poderosos del mundo al reino más poderoso del mundo, el cual perdió. Esos vencedores, crearon un mundo nuevo, el paraíso a sus ojos, tal vez el infierno para otros, pero dejaron un leve rastro León, si eso son los poneglyphs, piezas de historia de gran valor, pero por ello te propongo una cosa, primero ayúdame a aprender de la historia y de los errores de esta. Primero supérate como humano, luego haz una prueba a pequeña escala, luego limpia el mundo de todo error y finalmente crea un paraíso. ¿Es esa la vía correcta para ti? y mi segunda pregunta será ¿No te consideras alguien digno de construir el paraíso por algún motivo en particular?- le pregunte con una sonrisa cómplice, ya que tenía algunas sospechas.
-Vaya, me he equivocado,¿Dicen qué es de sabios rectificar?, aún así esto es una situación comprometida para ambos, supongo ¿No?-Le dije sonriéndole un poco, tal vez no sospechaba mi último as en la manga-En fin, primero pretendes buscar a un hombre para luego destruir y volver a empezar de cero, volver a empezar la historia de nuevo, dudo que exista ese hombre actualmente, para ello primero se necesitaría un impresión de ese mundo perfecto, de ese paraíso para poder llevarlo luego acabo, pero sin duda tu apuesta es sin duda peligrosa. Te seré franco y te diré lo que hare, primero construiré sobre las cenizas de Loguetown un nuevo país. Tras la guerra no hay nada, no hay gobierno casi presente, por lo que será perfecto. Allí realizare una utopía, el equilibrio entre capitalismo y comunismo, progreso y justicia, buscare la formula, aprenderé de mis errores y alcanzare el grado de Übermensch, o suprahumano-le dije antes de tomar una pausa, seguramente lo que venía a continuación sería duro de procesar.
Me tome un descanso y proseguí:
-Si el experimento resulta bien, ya se habría generado el paraíso y estuviera asentado se podría iniciar una segunda fase, que sería el traslado de esa impresión a otros lugares del mundo, creando así la utopía perfecta, pero hay un problema, es difícil borrar todo el pasado, has oído de los poneglyphs, son unas rocas que hablan acerca de mundos pasados, sin duda son cabos sueltos-proseguí antes de tomar un poco de aire.
Suspire brevemente para volver a continuar:
-Pero la historia a la vez es necesaria, pero a la vez impide la creación de un nuevo mundo, siempre habría gente que desearía volver al pasado o ir al futuro, si consiguiéramos el fin de la historia, sin duda estaríamos ante una realidad perfecta. ¿Qué se narraría en la historia? Nada, por que en la historia solo se gravan los errores de la humanidad, si es cierto que solo la escriben los vencedores, pero ¿Por qué?, seguramente ellos lo hagan para demostrar que ellos ganaron, aprovechando los errores de otros "perdedores", sin saber que a su vez, dejan antes los ojos del futuro sus propios fallos que les llevarán a su perdición. por Ello una vez hubo una guerra, hace muchos años, en ella se enfrentaron 30 de los reinos más poderosos del mundo al reino más poderoso del mundo, el cual perdió. Esos vencedores, crearon un mundo nuevo, el paraíso a sus ojos, tal vez el infierno para otros, pero dejaron un leve rastro León, si eso son los poneglyphs, piezas de historia de gran valor, pero por ello te propongo una cosa, primero ayúdame a aprender de la historia y de los errores de esta. Primero supérate como humano, luego haz una prueba a pequeña escala, luego limpia el mundo de todo error y finalmente crea un paraíso. ¿Es esa la vía correcta para ti? y mi segunda pregunta será ¿No te consideras alguien digno de construir el paraíso por algún motivo en particular?- le pregunte con una sonrisa cómplice, ya que tenía algunas sospechas.
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Las palabras iban continuándose, todas delicadas, calculadas, y con atrevimiento. No iba dando vueltas, quería ser el cazador ahora, algo que no me importaba, al fin y al cabo mientras trataba de cazarme me estaba dando toda la información que necesitaba, mi único desliz sería imposible de darlo mientras mantuviese la mente fría, por lo que no tendría problemas en contestar a sus palabras si seguía esto a raja tabla.
- Sin duda, una persona movida por la venganza y odio no puede ocuparse de crear un paraíso, lamentablemente nací solo por y para destruir, de manera inteligente, pero solo para ello. Crear una nueva infraestructura, un nuevo gobierno, unas nuevas reglas, lamentablemente no está hecho para mi, eso es algo que hará el arquitecto que yo asigne para dicha tarea, mientras lo encuentro solo debo de hacerme más fuerte y perfeccionar el plan de la destrucción... su paraíso me parece interesante, pero quisiera esperar a más adelante con el objeto de comprobarlo en un mundo real, fuera de las palabras... quien sabe si es usted el arquitecto que necesito... la base la tiene, aun a falta de comprobar como ya le dije, solo le hace falta madurar su idea y hacerse tan fuerte como para mover usted solo este mundo contra los que se opongan...
Saqué de mi bolsillo izquierda una capsula y la bebí de un trago suspirando con una ligera sonrisa después. Acto seguido miré al techo y coloqué una pierna en el filo de la mesa, apoyándola al tiempo que preparé mis manos dejándolas sueltas a cada lado de la silla.
- Por mi parte, la reunión está acabada. Sin embargo, hay una última cosa... no me fío de usted. Lleva toda la reunión con al menos una mano oculta de mi vista, y aun así confié en usted para contarle muchas cosas personales, incluso mi propio plan. Así pues, le pido que con amabilidad, saque todas las pertenencias que tenga y las deposite sobre la mesa. No se preocupe, ya le dije que no le mataría, sin embargo lleva un veneno paralizante recorriendo su cuerpo, uno que lleva a la muerte al cabo de 24 horas. Dicho veneno estaba en el vino, del cual también bebí yo, pero como habrá visto antes ya tomé una cura. ¿Quiere que le de su cura? Colabore, vacíe sus bolsillos, y lo que tenga encima, depositándolo sobre la mesa, lo veré y si no hay nada extraño podrá marcharse recogiendo sus cosas, de haber algo extraño se lo quitare, recogerá sus otras cosas y podrá marcharse. El antídoto, por si está planeando matarme y cogerlo, no lo llevo encima, está oculto en un lugar que solo yo conozco. Por favor, hágame el favor de colaborar y podrá marcharse sano y salvo cuanto antes, yendo yo por mi camino, para que así estemos contentos ambos. En un futuro nos reencontraremos y volveremos hablar, espero que con menor hostilidad que ahora, por supuesto, al fin y al cabo le tengo en estima señor Nemo.
Suspiré y moví todos los hilos que tenía en el templo, tenía que estar preparado por si aun así decidía huir o atacarme, un solo paso en falso y morirá. Desconozco si logrará matarme a mi también, pero su muerte estará asegurada. Quería dejarle marchar en paz y sano, al fin y al cabo era un candidato a ser mi arquitecto en el futuro, pero me arriesgaba demasiado dando semejante información, de obtener alguna prueba él, podría ponerme en peligro, algo innecesario cuando mi existencia y mis actos le beneficiaran estemos o no trabajando juntos.
- Sin duda, una persona movida por la venganza y odio no puede ocuparse de crear un paraíso, lamentablemente nací solo por y para destruir, de manera inteligente, pero solo para ello. Crear una nueva infraestructura, un nuevo gobierno, unas nuevas reglas, lamentablemente no está hecho para mi, eso es algo que hará el arquitecto que yo asigne para dicha tarea, mientras lo encuentro solo debo de hacerme más fuerte y perfeccionar el plan de la destrucción... su paraíso me parece interesante, pero quisiera esperar a más adelante con el objeto de comprobarlo en un mundo real, fuera de las palabras... quien sabe si es usted el arquitecto que necesito... la base la tiene, aun a falta de comprobar como ya le dije, solo le hace falta madurar su idea y hacerse tan fuerte como para mover usted solo este mundo contra los que se opongan...
Saqué de mi bolsillo izquierda una capsula y la bebí de un trago suspirando con una ligera sonrisa después. Acto seguido miré al techo y coloqué una pierna en el filo de la mesa, apoyándola al tiempo que preparé mis manos dejándolas sueltas a cada lado de la silla.
- Por mi parte, la reunión está acabada. Sin embargo, hay una última cosa... no me fío de usted. Lleva toda la reunión con al menos una mano oculta de mi vista, y aun así confié en usted para contarle muchas cosas personales, incluso mi propio plan. Así pues, le pido que con amabilidad, saque todas las pertenencias que tenga y las deposite sobre la mesa. No se preocupe, ya le dije que no le mataría, sin embargo lleva un veneno paralizante recorriendo su cuerpo, uno que lleva a la muerte al cabo de 24 horas. Dicho veneno estaba en el vino, del cual también bebí yo, pero como habrá visto antes ya tomé una cura. ¿Quiere que le de su cura? Colabore, vacíe sus bolsillos, y lo que tenga encima, depositándolo sobre la mesa, lo veré y si no hay nada extraño podrá marcharse recogiendo sus cosas, de haber algo extraño se lo quitare, recogerá sus otras cosas y podrá marcharse. El antídoto, por si está planeando matarme y cogerlo, no lo llevo encima, está oculto en un lugar que solo yo conozco. Por favor, hágame el favor de colaborar y podrá marcharse sano y salvo cuanto antes, yendo yo por mi camino, para que así estemos contentos ambos. En un futuro nos reencontraremos y volveremos hablar, espero que con menor hostilidad que ahora, por supuesto, al fin y al cabo le tengo en estima señor Nemo.
Suspiré y moví todos los hilos que tenía en el templo, tenía que estar preparado por si aun así decidía huir o atacarme, un solo paso en falso y morirá. Desconozco si logrará matarme a mi también, pero su muerte estará asegurada. Quería dejarle marchar en paz y sano, al fin y al cabo era un candidato a ser mi arquitecto en el futuro, pero me arriesgaba demasiado dando semejante información, de obtener alguna prueba él, podría ponerme en peligro, algo innecesario cuando mi existencia y mis actos le beneficiaran estemos o no trabajando juntos.
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Me había vuelto a fiar en exceso, aún así afortunadamente no tenía nada que temer, o eso al menos esperaba yo, ambos teníamos una carta, era sin duda un empate, la suya podría ser un simple farol, pero no deseaba correr riesgos:
- "En fin el hombre es inteligente, me parece que es incluso mejor que Kurai...sería de ayuda sin duda en Painkillers, no sería difícil que trabajáramos juntos cada uno desde su lado, por separado para alcanzar el objetivo común, aún así necesitaba dinero, mucho dinero, ¿Sería suficiente la compañía?"-me preguntaba yo, tratando de evitar pensar en la muerte, o en la situación en la que me encontraba.
-Supongo que ambos deseamos lo que tiene el otro, ¿No?, no se ofenda, pero ninguno de los dos somos perfectos, aún así fuimos lo suficientemente inteligentes como para no fiarnos uno del otro, deje usted el frasco en la mesa y dejare simultáneamente la grabadora, lo acontecido aquí no lo considere una traición, pero espero que si algún día nos volvemos a rencontrar omitamos estas precauciones. Comprenda que no lo hagamos todo a su modo, eso sería algo un poco injusto, o imprudente-le conteste algo serio, no era sin duda un momento para risas.
Deposite sobre la mesa, los tres objetos que solía llevar encima, un cubo de Rubik, una esponja de Mengel y un Den Den Mushi, claramente dormido(colgado), mientras continuaba portando la grabadora en mano. También apoye el arma en la mesa, tal vez dejándole claro, que no deseaba usarla.
-He de confesarle de que no seré el mismo tras esta conversación, ¿Lo será usted?-le pregunte al hombre esperando de realizar el intercambio con la mayor naturalidad posible.
- "En fin el hombre es inteligente, me parece que es incluso mejor que Kurai...sería de ayuda sin duda en Painkillers, no sería difícil que trabajáramos juntos cada uno desde su lado, por separado para alcanzar el objetivo común, aún así necesitaba dinero, mucho dinero, ¿Sería suficiente la compañía?"-me preguntaba yo, tratando de evitar pensar en la muerte, o en la situación en la que me encontraba.
-Supongo que ambos deseamos lo que tiene el otro, ¿No?, no se ofenda, pero ninguno de los dos somos perfectos, aún así fuimos lo suficientemente inteligentes como para no fiarnos uno del otro, deje usted el frasco en la mesa y dejare simultáneamente la grabadora, lo acontecido aquí no lo considere una traición, pero espero que si algún día nos volvemos a rencontrar omitamos estas precauciones. Comprenda que no lo hagamos todo a su modo, eso sería algo un poco injusto, o imprudente-le conteste algo serio, no era sin duda un momento para risas.
Deposite sobre la mesa, los tres objetos que solía llevar encima, un cubo de Rubik, una esponja de Mengel y un Den Den Mushi, claramente dormido(colgado), mientras continuaba portando la grabadora en mano. También apoye el arma en la mesa, tal vez dejándole claro, que no deseaba usarla.
-He de confesarle de que no seré el mismo tras esta conversación, ¿Lo será usted?-le pregunte al hombre esperando de realizar el intercambio con la mayor naturalidad posible.
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Poco a poco me hizo caso, pidiendo primero que dejase el bote en la mesa primero, y que luego dejaría su grabadora. Acompañando a esta petición hizo caso a mi petición dejando el restos de sus cosas, y poniéndome en pie deposité el frasco en la mesa, momento en el que él dejó simultáneamente su grabadora, la cual cogí. Saqué la cinta y me la guardé en el bolsillo para volver a dejar su grabadora en la mesa.
- Entiendo que no le guste hacerlo todo a mi manera, hizo buen trabajo para dármelo a entender.- Contesté sonriente al tiempo que avanzaba hacia una salida diferente de donde el provino. Reflexioné entonces sobre su última pregunta y le observé desde mi posición girando la cabeza hacia él mientras fumaba el cigarro.
- Ante todo suceso evolucionamos señor Nemo, no somos criaturas estáticas, estoy seguro que la próxima vez no se fiará de nadie y no beberá de vino de desconocidos supongo, igual que yo obligaré a inspeccionar los objetos de mi invitado... aún no somos perfectos señor Nemo, aún no... y por cierto, no se preocupe por el vino, se trataba de un farol, pero era eso o amenazarle de muerte, creí mejor esta vía.
Reí un poco y salí del templo, era hora de volver a mis labores como miembro de la agencia, podrían empezar a sospechar de seguir así. La noche ya había caído en aquella isla nevada y ambos hombres volvían por su camino tras una extraña reunión de intercambio de información y cacería mental.
- Nada mal señor N, nada mal...- Dije en voz baja estando ya lejos con una sonrisa al tiempo que destruía la cinta dentro de mi bolsillo.
- Entiendo que no le guste hacerlo todo a mi manera, hizo buen trabajo para dármelo a entender.- Contesté sonriente al tiempo que avanzaba hacia una salida diferente de donde el provino. Reflexioné entonces sobre su última pregunta y le observé desde mi posición girando la cabeza hacia él mientras fumaba el cigarro.
- Ante todo suceso evolucionamos señor Nemo, no somos criaturas estáticas, estoy seguro que la próxima vez no se fiará de nadie y no beberá de vino de desconocidos supongo, igual que yo obligaré a inspeccionar los objetos de mi invitado... aún no somos perfectos señor Nemo, aún no... y por cierto, no se preocupe por el vino, se trataba de un farol, pero era eso o amenazarle de muerte, creí mejor esta vía.
Reí un poco y salí del templo, era hora de volver a mis labores como miembro de la agencia, podrían empezar a sospechar de seguir así. La noche ya había caído en aquella isla nevada y ambos hombres volvían por su camino tras una extraña reunión de intercambio de información y cacería mental.
- Nada mal señor N, nada mal...- Dije en voz baja estando ya lejos con una sonrisa al tiempo que destruía la cinta dentro de mi bolsillo.
William White
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Akuma no mi
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El hombre se alejo con la grabadora en el bolsillo, a fin de cuentas había perdido una prueba increíble, cogí el frasco y tras comprender mis sospechas tire el frasco al suelo, no había arriesgado lo suficiente:
-"Me la has jugado Zaid, me la has jugado"-pensé mientras tiraba el frasco al suelo.
Salí del templo por la entrada principal, por donde había entrado. Aún así, todavía tenía alguna ventaja, Zaid no sabía mi nombre verdadero, N o Nemo, tan solo eran los alías de mi verdadera identidad. Sin duda esto me serviría más adelante, cuando iniciara mis negociaciones como broker, aún debía mejorar, había mucho que mejorar:.
Mientras me movía por las calles a toda prisa descolgué mi Den Den Mushi:
-Argus,¿Estás ahí? ¿Escuchaste la conversación?-pregunte al hombre del otro lado del Den Den Mushi.
-Sí N, ¿Has empezado con lo que te pedí?-me pregunto la voz del otro lado.
-Aún no, pronto partiré al Grand Line, allí seguramente estén, ahora simplemente estoy recabando información sobre Dexter, me parece un hombre interesante, aún así le seguiré informando tío, aunque primero deben borra todos los archivos de N-le dije a mi familiar.
-Me parece prudente, estoy en ello ¿Algo más?-me pregunto Argus.
-Sí, una cosa más, infórmame sobre el hombre de la charla, León Zaid, me pareció un hombre interesante el cual he conocido en Ireos-le pedí al hombre.
-Esta bien...pero no prometo nada-me contesto este, ese hombre nos podría ayudar, lo mejor será no decir nada al Gobierno, te podría en una posición comprometida N.
-Me parece correcto Argus, cambio y corto
Con esto conseguiría información sobre Zaid, sin ponerle en una situación comprometida, su vida seguiría siendo igual, nadie le vigilaría, salvo N.
-"Tienes razón Zaid , pero cometido un grave error, te dejaste llevar por la primera prueba que tenía, la grabadora, pero no te percataste de que el Den Den Mushi estaba descolgado antes de que te lo enseñara, un juego de manos, aún así lo hiciste bien, pronto nos reuniremos, un hombre puede parecer inteligente, pero lo realmente difícil es parecer menos inteligente de lo que eres, deberías leer a Platón en tus viajes"-pensaba N mientras volvía al Fredom Sunrise, libre de polizones, y sin nadie más que sus compañeros de viaje.
-"Me la has jugado Zaid, me la has jugado"-pensé mientras tiraba el frasco al suelo.
Salí del templo por la entrada principal, por donde había entrado. Aún así, todavía tenía alguna ventaja, Zaid no sabía mi nombre verdadero, N o Nemo, tan solo eran los alías de mi verdadera identidad. Sin duda esto me serviría más adelante, cuando iniciara mis negociaciones como broker, aún debía mejorar, había mucho que mejorar:.
Mientras me movía por las calles a toda prisa descolgué mi Den Den Mushi:
-Argus,¿Estás ahí? ¿Escuchaste la conversación?-pregunte al hombre del otro lado del Den Den Mushi.
-Sí N, ¿Has empezado con lo que te pedí?-me pregunto la voz del otro lado.
-Aún no, pronto partiré al Grand Line, allí seguramente estén, ahora simplemente estoy recabando información sobre Dexter, me parece un hombre interesante, aún así le seguiré informando tío, aunque primero deben borra todos los archivos de N-le dije a mi familiar.
-Me parece prudente, estoy en ello ¿Algo más?-me pregunto Argus.
-Sí, una cosa más, infórmame sobre el hombre de la charla, León Zaid, me pareció un hombre interesante el cual he conocido en Ireos-le pedí al hombre.
-Esta bien...pero no prometo nada-me contesto este, ese hombre nos podría ayudar, lo mejor será no decir nada al Gobierno, te podría en una posición comprometida N.
-Me parece correcto Argus, cambio y corto
Con esto conseguiría información sobre Zaid, sin ponerle en una situación comprometida, su vida seguiría siendo igual, nadie le vigilaría, salvo N.
-"Tienes razón Zaid , pero cometido un grave error, te dejaste llevar por la primera prueba que tenía, la grabadora, pero no te percataste de que el Den Den Mushi estaba descolgado antes de que te lo enseñara, un juego de manos, aún así lo hiciste bien, pronto nos reuniremos, un hombre puede parecer inteligente, pero lo realmente difícil es parecer menos inteligente de lo que eres, deberías leer a Platón en tus viajes"-pensaba N mientras volvía al Fredom Sunrise, libre de polizones, y sin nadie más que sus compañeros de viaje.
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