Combates finales, ronda 1: ¡Subaku, el traidor!

Mientras íbamos caminando se nos unió Brendaric, diciéndonos que no podíamos ir solos. Tras eso y unos breves pasos, el sargento aprovechó el descuido de Brendaric para golpearlo en la nuca y dejarlo inconsciente. Luego rápidamente, me pegó un puñetazo y me tiro a un charco embarrado. El charco era como un agua amarronada por el barro que había en él. Me puse todo perdido de barro y mientras estaba en el suelo me dijo:

- Levántate y peleemos.

Me levanté, me puse en posición de batalla y le tiré dos bolas de barro a modo de distracción sin saber si funcionaria y mucho menos si le daría. Esto era básicamente para intentar darle en los ojos e intentar cegarlo o dificultar su visión si esque no le atravesaba por su condición de Logia. Después fui hacia el como un obús. Una vez en su posición, le tiré tres patadas. Una a la altura del abdomen, otra a la cara y la otra  a las piernas. Como mi estilo de combate era el Kick Boxing, peleaba tanto con las manos como con los pies. Tenía la esperanza de que alguna le diese, aunque iba a estar muy difícil. Tenía pinta de ser un hombre bastante poderoso y quizás no fuese rival para él.

Para sobrevivir en este combate, tendría que haber un milagro o que se me apareciese el Altísimo. Pero no me importaba, la vida de Brendaric estaba en juego y yo era capaz de poner en riesgo mi vida para, al menos salvar la de Brendaric.

[Triple Patada] [AF]

Mientras lanzaba las patadas grité:

- ¡Por Brendaric!

El hombre esquiva las bolas sin dificultad. Te sonríe, y se queda quieto esperando tus golpes. Sin esperarse que tus pies estuviesen mojados, no logra hacerse intangible y le das unos buenos golpes. Con la nariz rota y la cara manchada de barro y sangre, al tiempo que agarrándose el estómago con la mano libre, retrocede dando gritos de dolor. Por suerte para ti, el barro le ha entrado en los ojos y le ha cegado, aunque ha esquivado milagrosamente tu tercera patada. Se pasa la mano por los ojos, intentando limpiárselos.

- ¡Hijo de...! ¡Te voy a cortar por la puta mitad!

De repente su guadaña adquiere un brillo morado. Gritando, empieza a moverla como un loco enviando ondas cortantes en direcciones aleatorias. Si te da alguna, probablemente estés en problemas, pues puedes ver cómo cortan árboles sin demasiado esfuerzo.

Tormenta de cortes [AF]

Gracias a dios, dos de mis tres patadas le dieron. Antes de realizar mi ataque no tenía claro si le iba a dar, pero para mi sorpresa si le dieron. Mis pies estaban mojados con lo cual descubrí que, ¡su debilidad era el agua! Así que aprovecharía eso a mi favor ya que estaba todo mi cuerpo mojado. Vi como se limpiaba los ojos, seguramente porque se le habría metido barro y como su guadaña empezó a ponerse con un tono morado y empezó a realizar cortes aleatoriamente. Iban para todos los lados y se notaban que eran bastante fuertes. Me quedé quieto mirando fijamente las ondas cortantes, y como no todas venían hacia mi era mucho mejor. Tenía que esquivar las que venían directas a mí a toda costa. Ágilmente y cuando iban llegando las ondas cortantes empecé a esquivarlas, tirándome al suelo, agachándome, rodando por el suelo... con la mala fortuna que una de ellas impactó en uan de las esquinas del tronco y por la inercia del choque hizo que girara y me golpeara en el pecho, tirándome para atrás provocando que yo impactara contra otro árbol, pero esta vez contra un árbol que estaba intacto y me dañara la espalda.


Luego, me levanté, con la mano puesta en el pecho porque me dolía y la respiracion empezaba a ser pesada. La espalda también era una molestia. Aproveché la situación para irme corriendo por su derecha entre los árboles que quedaban en pie y que hacían de cobertura para mi ataque. Aparecí por su lado derecho y en el momento justo, cuando estuve justamente donde él, le lancé una patada giratoria intentando darle con el talón en el rostro que era donde más estaba dañado según podía ver.


Le di con todas mis fuerzas para así poder hacerle más daño del que le había echo antes y si había suerte, poder empotrarlo contra algún árbol que había por allí.

Tu enemigo logra limpiarse el rostro y volver a ver, pero recibe tu patada en el proceso. Se cae al suelo y se levanta casi al momento de un salto. Parece realmente enfadado.

- ¡Mierda! ¡Ahora verás lo que es bueno, estúpido!

Se tira hacia ti tratando de clavarte la guadaña en el pecho al tiempo que de su cuerpo sale una ráfaga de estacas de arena.

- ¡Por Hades-sama!

Furia de las arenas [AMF]

Mi ataque le dio tirandole al suelo y luego se levantó al instante, tirándose contra mí para clavarme su guadaña en mi pecho y mientras de su cuerpo salían estacas de arena.
Con movimientos ágiles, precisos y rápidos, golpee las estacas con mis manos, aunque esto costó dañarmelas, pues me produjeron cortes en ellas y por lo tanto que empezara a salir sangre por ellas, pero eso para mí era lo de menos. Una vez que las estacas ya no eran un problema si lo era su guadaña, que si no hacía algo rápido sería mi fin. Intenté echarme a un lado lo más rápido que pude, con tan mala fortuna que la guadaña me hizo un gran corte desde el pectoral derecho hasta la parte izquierda del abdomen. De el salió una estela de sangre mientras di un grito de dolor.
Esto se estaba poniendo cuesta arriba, pero tenía una pequeña ventaja. La cual era que al estar en frente de él no tenía por que hacer ninguna estrategia de distracción para atacarle.

Me toqué en la parte de la herida y se vio toda mi mano llena de sangre, el dolor era insoportable, pero no me vine abajo. Con mis manos llenas de sangre, también por haber parado las estacas, efectué mi ataque inmediatamente.
Cerca de él, intenté propinarle una serie de puñetazos y patadas. Aquello parecería, como si una lluvia estuviese cayendo en la isla con gran fuerza, más o menos. En mis últimos envites, intentaría tirarlo al suelo, apoyar su cabeza en este e intentar darle un gran puñetazo para que al menos su cabeza quedase estampada contra el suelo.


El cansacio y las heridas hacían mella en mí y si no acababa con esto cuanto antes, sería mi fin y posiblemente el de todos mis compañeros.

Empiezas a lanzar tus golpes. En ese momento te das cuenta de que te mueves más rápido que antes: tu fuerza y velocidad han aumentado. Tu piel empieza a echar vapor y un aura de energía en forma de chispas empieza a recubrirte. De repente comienzas a igualar a tu herido rival en poder. El otro se enfada y te lanza un segundo corte mucho más poderoso que el anterior [AB], pero no cedes en tu empeño y sigues lanzando tus ataques. Una patada en el estómago le hace doblarse del dolor, tras lo cual de un golpe en la barbilla lo levantas en el aire, lo tumbas de un tortazo en el pecho y le hundes la cabeza contra el suelo con tu puño. El poderoso golpe lo derrota totalmente, destrozándole el cráneo y matándolo. En un árbol cercano, una fruta cambia de forma. Estás herido y muy cansado, pero has ganado y has salvado a Brendaric. El vapor y las chispas desaparecen, y caes de rodillas al desaparecer tus energías extra.

[Ganas el combate y obtienes una nueva técnica:

Rageborn: A raíz de una emoción muy fuerte (un sentimiento intenso de rabia, ira o alegría) el usuario activa el máximo potencial de su cuerpo, incluso rebasándolo ligeramente por unos instantes. Durante esos momentos se ven aumentados su fuerza, sus reflejos, su velocidad, su resistencia física y al dolor y su agilidad. Dura dos posts, aumentables a 3 al nivel 30.

Te toca asumir daños por el AB, y coger la fruta tras ello si estás en condiciones para ello. Si no, podrás cogerla cuando recuperes la consciencia (si te quedas KO). Felicidades.]