Mentiroso compulsivo. [Setzer,Bisotumaru, Drako y Rees]

La bestia se acercaba a la isla, iba a toda velocidad, nadando bajo el agua mientras una sonrisa tétrica pudo verse en su rostro, sus ojos rosados observaban el frente. Sus cabellos rojos revoloteaban de un lado a otro por dentro del pañuelo azul que poseía aquel enorme tiburón. Su piel era color cobrizo y portaba un pantalón azul oscuro, además de unas espinilleras de acero plateadas y unas botas negras. Su cuerpo era musculoso e impresionante, llegando a medir los dos metros con cuarenta centímetros. No faltaba mucho para que el enorme criminal llegara a la orilla del puerto.

No era la primera vez que se exponía con facilidad a la superficie, llevaba un tiempo desaparecido y posiblemente la gente no se acordaría de él. Aunque tal vez se estaba equivocando, no tardó mucho en llegar al muelle, estiró su mano derecha agarrándose a los tablones y subió de forma tranquila. Allí había dos pescadores, los cuales se quedaron mirándole impresionados al ver semejante ser salir de las profundidades del mar. El enorme monstruo pasó por al lado de ellos y se quedó mirándolos de forma temible mientras soltaba una pequeña carcajada sádica y en un tono burlón.

- Jejejeje… de modo que pescando. Espero que entonces la caza marina os resulte bastante provechosa amigos.

El puño derecho del pelirrojo se estampó en la cara de uno de aquellos hombres, tirándolo al agua con fuerza para después tomar al otro del cuello y tirarlo también como si fuera un simple saco de basura. Una vez hecho eso, pegó una patada al cubo de pesca y tiró los peces al mar, liberándolos de aquellos dos payasos que se encontraban pescando sin meterse con nadie. Dirigirse al interior podía ser algo aburrido, era mejor luchar y matar a algunos ciudadanos, por el momento no sabía qué hacer, por lo que se sentó en el muelle, dejando a su espalda el mar. Mirando al frente y de esa forma evitando ataques por la espalda, llevó su mano derecha a la barbilla mientras se relamía sonriendo de lado y pensando en lo divertido que podía resultar liarla.

- Parece que las presas ya han salido del agua y ahora corren como ratas a secarse y lamentarse. Estos humanos son de lo más idiotas ¡Jajajajaja!

Dijo ahora el ser marítimo mientras miraba como los pescadores salían por la playa empapados, uno de ellos sangrando por la nariz. Al parecer se dirigían al pueblo, a saber a dónde iban, el luchador del océano se quedó quieto allí sentado, a unos dos centímetros del agua y pasando sus uñas por la madera del muelle mientras pegaba pequeños silbidos. Sus ojos estaban atentos a todo y su sonrisa estaba amplia como de costumbre, aquel ser no se ponía serio, al parecer no era capaz, siempre estaba riendo fuese cual fuese la situación. Un criminal astuto y bastante peligroso, su cabeza por el momento costaba 31.000.000 Berries.

Me encontraba una vez más en el Reino de Lvneel, aquel reino donde murió aquel mentiroso de Noland. Era un día soleado, con algunas nubes sobre el cielo azul. Iba caminando por el muelle, observando a mi izquierda el inmenso mar azul, y a mi derecha un castillo blanco, con torreones de color rojizo, sobre una colina. Este, sería la vivienda de la familia real de aquel reino. Según contaban, eran muy avariciosos, pero no sabía si creerlo o no.

Caminaba poco despreocupado por aquellas calles, viendo a todo tipo de gente. Llevaba las manos metidas en los bolsillos, para no pasar frío, aunque aquel día no es que hiciese mucho. Continué andando, y vi a un tipo extraño, tenía la piel oscura, y algo anaranjada, estaba sentado y miraba a unos tipos que se encontraban en el agua. No le hice mucho caso, y continué andando, camino a... ¿alguna parte?

-Me está entrando hambre, iré a una taberna.- Pensé.

Encontré una taberna, y estaba llena, había algunos músicos, personas charlando, jugando al Black Jack o al Poker, gente comiendo y bebiendo, de todo en general. Me acerqué a la barra, y le pedí unos Tokoyaki al tabernero, intentando llamar lo menor posible la atención en aquel bar.

Pero... En una de las mesas se encontraba un tipo, me sonaba su cara... ¿Quién sería?
¡Era pelo de alga! Aquel hombre que conocí en aquella isla, donde los canibales eran los reyes. Si no recordaba mal era Reet o Rees o algo por el estilo, no recordaba muy bien.

Continué comiendo mis Tokoyaki, pues tenía hambre y lo último que quería era no comer algo. Al acabarlos, me levanté, y tras pagarle al tabernero- que era algo antipático- grité:

-¡Reet, cabeza de alga, soy yo, Drako! ¿Te acuerdas de mí?

Seguidamente me acerqué para ver que decía, o si quería pelea, darle una leche.

off:

Seguía bebiendo, todo continuaba tranquilo por ahora. Escuche un grito:

-¡Reet, cabeza de alga, soy yo, Drako! ¿Te acuerdas de mí?- voltee a ver quien dijo aquello, vi a un hombre que se acercaba al chico peliverde.

-Tal vez era el dueño original del botín del que hablo el chico- pensé mientras le daba un largo trago a mi botella de ron, la cual quedo vacía. -Si es el dueño original debe quererlo devuelta, aunque quizás solo sea un viejo amigo suyo-.

Note una segunda voz que grito: - ¡¡Ni creas que tu te llevaras ese botín!!-. Eran los piratas a los que les había ganado su dinero, eran 5 en total. Rápidamente se acercaron 3 de ellos a esos 2 y los restantes a mi.

-¡¡No creas que te hemos olvidado!!- grito uno de ellos al tiempo que me señalaba y se acercaba.

-O vamos chicos, ustedes fueron los que accedieron a jugar y perdieron, ¿que tal si olvidamos ese asunto con una ronda?, yo invito- les dije mientras me ponía de pie.

-No solucionaras esto de forma tan simple- dijo el otro, comense a acercarme a una ventana de la taberna quedando al lado de ella.

Uno de ellos se abalanzo sobre mi con una espada que sostenía en la mano izquierda, me acerque a el tomándolo del brazo izquierdo con mi mano derecha la cual deslice hacia arriba levantando su brazo para desviar su ataque y tomar su mano, seguí avanzando y gire un poco para quedar detrás de el, hale su mano hacia mi de forma que su espada apuntase a su espalda e hice que se atravesase a si mismo quedando bocabajo en el piso, el otro me tomo por detrás, por el cuello, intentando asfixiarme, simplemente puse mis manos en su nuca e hice fuerza para alzarlo y que el quedase en el frente, lo volví a alzar arrojándolo por la ventana, rompiéndola, lo seguí por la misma, no sin antes tomar la espada que su amigo aun tenia.

Una vez afuera golpee con la espada la cara de ese hombre, específicamente a los ojos y dije en vos baja para mi:

-Quería ver una pelea, no formar parte de una-, entonces decidí irme y puse rumbo a los muelles.

El pelirrojo se mantenía allí sentado con los ojos entrecerrados, observando todo a su alrededor. Estaba a punto de quedarse dormido incluso, no había mucho que hacer y aquellos dos pescadores se habían ido corriendo atemorizados por sus golpes. Cuando parecía que no iba a pasar nada interesante en aquel lugar, el sonido de unos pasos llegó hasta los oídos de aquel enorme tiburón. Un hombre caminaba por el principio del muelle y se dirigía a su posición, se trataba de un tipo bastante alto, de cabellos rubios como el oro y de ojos azules claros. Tenía algo de barba y bigote, vestía con un traje negro y corbata, además de llevar un sombrero a juego y unos mocasines elegantes. Su gesto era bastante serio, seguramente estaba allí por el criminal, después de unos segundos soltó una seria carcajada mientras se colocaba en una postura de combate igual al boxeo.

- Bueno Bisutomaru, tus días te crímenes han finalizado. El pececito va a ir directo a la pecera, ya que voy a vencerte te voy a decir quién soy. Rob Matt, agente del CP3 y experto en el combate directo. Ahora será mejor que te defiendas. ¡Punk Strong!

Gritó de repente el rubio lanzando un puñetazo que iba directo al pecho del enorme Gyojin. Este al no tener tiempo de contestar, simplemente soltó una tétrica risa mientras paraba el puño abriendo su mano izquierda. La bestia era más fuerte que ese tipo, ahora lo miró a los ojos mientras se relamía y preparaba su golpe. – Jajajajajaja… eso es muy divertido sin duda alguna. Sin embargo si pretender encerrarme, será mejor que al menos puedas darme una buena diversión primero. – Tras aquellas palabras, el terror marino estampó su rodilla izquierda contra la boca del estómago de aquel pobre diablo, el cual puso los ojos en blanco cayendo segundos después de espaldas al suelo. Acto seguido el pelirrojo lo tomó por el cuello elevándolo con su mano derecha y sonriendo ante todo, mostrando sus afilados dientes mientras ahora soltaba una carcajada algo más intensa que antes. En ese momento el rubio le golpeó en el hombro con su pierna derecha, echándole hacia atrás mientras se liberaba de la mano de su oponente y daba un paso hacia atrás tomando aire con fuerza.

- Maldito… esto no va a acabar de esta forma. He olvidado mis guanteletes de titanio, pero aún así puedo vencerte con mucha facilidad bastardo.

- Jejejejeje… creo que ya has demostrado que eres un perfecto hablador. Tal vez deba arrancarte las cuerdas vocales para que dejes de molestarme.  


El agente pareció molestarse mucho por el comentario del criminal y corrió hacia él sin pensar mucho en las consecuencias. Se lanzó con el puño por delante hacia Bisutomaru, pero este se apartó provocando que el rubio cayera al suelo, momentos después sin dejarle tiempo a reaccionar, colocó su pie sobre la cabeza de su oponente. El boxeador soltó algunos quejidos, pero no podía moverse debido a la fuerza de su rival, el pelirrojo empezó a reírse de nuevo mientras observaba al patético agente del gobierno mundial. Segundos después apretó un poco contra su cabeza mientras reía y le hablaba en un tono burlón y humillante para aquel pobre diablo que había recibido de lo lindo. – No sé en que estabas pensando cuando has decidido darme caza, pero lo único que has logrado, ha sido la muerte. – Con toda la sangre fría del mundo, el tiburón aplastó su cuello de forma violenta de un pisotón, consiguió partirlo y matarlo en el acto, después volvió a sentarse en el muelle cruzándose de brazos mientras soltaba un suspiro. – Pues un problema menos. ¡Jajajajajajaja!  

Al poco de haberme sentado a charlar con el peliverde, unos extraños hombres entraron por la puerta, eran un total de cinco, y 3 de ellos se dirigieron hacia nosotros y los demás hacia un chico un tanto extraño. No sabía a por que habían venido, pero me levanté con velocidad, y desenfundé mi machete. Al primer hombre extraño que se me acercó, se lo clavé en el pecho, sin darle tiempo a reaccionar, haciendo que cayese al suelo. No sabía decir si estaba muerto, pero allí quedó, tendido en el frío suelo. Otro hombre, se me acercó corriendo, por mi lado izquierdo. Imbuyendo mi brazo en Haki de Armadura le paré el ataque, y con un rápido movimiento con el brazo, le rebané la cabeza, haciendo que su cuerpo cayese al suelo, separado de esta, la cual también cayó.

Enfundé mi machete, aunque tras esto saqué mi revolver, pues un hombre con varias espadas en las manos se me aproximaba. Le intenté dar varios tiros, pero por mi mala punteria no le conseguí acertar ninguno. El hombre, me intentó rebanar, pero use nuevamente mi Haki de Armadura. Indignado por mi punteria, guardé el revolver.

-No te preocupes, no te rebanaré la cabeza, ¡campeón!- Le dije a la vez que imbuía mi pierna en un aura cortante.

Con las manos en los bolsillos, le asesté una patada en la cabeza, dejándole los ojos en blanco, y matándolo, o al menos eso creía. Seguidamente, me agaché e inspeccioné al hombre, parecían buscar algo de nosotros. En uno de sus bolsillos portaba una nota, estaba rota, pero se podía leer algo de lo que ponía:

Matad a ese sinverguenza, ha manchado nue...
no podemos dejarlo co..
id a por el y matarlo, o voso..
ya sabeis que d..

Al leer esto, lo primero que se me vino a la cabeza fue: -Este hombre no pone ni una tilde, deberíamos matarlo. Aunque, tras releer la carta varias veces, pensé en llevársela a aquel tipo que había salido anteriormente del bar.

-Reet, ¿vienes?- Le dije al peliverde.

Seguido, salí por la puerta principal de la taberna en busca de aquel muchacho.

Me dirigía hacia el muelle, pase por la plaza y me detuve  por un momento a ver el castillo, era blanco con torres rojas, para mi gusto se veía raro. No me faltaba mucho para llegar quería sentarme en el muelle a contemplar el mar, en ese momento me detuve al ver a la distancia a un hombre alto y trajeado que le hablaba a un gyojin cobrizo y cabello rojizo, el hombre de traje coloco en posición de combate y soltó un golpe al gyojin quien lo paro fácilmente, el resto fue rápido y cuando me di cuenta aquel hombre estaba muerto en el piso con el cuello roto por un pisotón, el gyojin simplemente se sentó en el muelle y soltó una carcajada, lo que me hizo cambiar de planes.

-Esto puede ser divertido- pensé mientras avanzaba hacia el gyojin.

Mientras avanzaba me detuve junto al cadáver del hombre trajeado y moví su cabeza con mi pie para ver si realmente estaba muerto, y en efecto lo estaba. Comense a registrarlo por si tenia algo interesante o de valor, pero lo único que tenia era una cartera con 500 berries y una identificación que mire.

-Este tipo era del CP, espero no terminar igual- pense mientras me puse de pie y guardaba ambas cosas en mi bolsillo del pantalón.

Me acerque al gyojin, procurando dejar distancia entre los 2 para esquivar sus golpes en caso de que me atacara y le pregunte:

-¿No estas aburrido de solo estar sentado aquí esperando presas, no es mejor salir a buscarlas?-

Esperaba que no me atacara pues verlo causar caos en la ciudad seria algo divertido de ver, y en caso de que me atacara ya tenia un plan B.

Aviso:

Interesante, un humano se acercó al asesino de forma tranquila, primero comprobó que el cadáver estaba bien muerto y después le quitó la cartera, vaya humano chorizo. Mientras decía que era un tipo del gobierno, el pelirrojo ya estaba sonriendo como de costumbre, mostrando sus dientes afilados y una expresión sádica en su rostro, sin duda era un criminal en potencia. Las palabras del hombre le provocaron una sonrisa mucho más amplia, sus ojos se abrieron de forma impresionante, fijándose bien en el chico y analizándole de manera simple y calculadora al mismo tiempo. Ahora el tiburón se levantó de forma tranquila y dio dos pasos hacia delante, el tipo era grande, pero el animal era mayor, se relamió despacio mientras ahora le contestaba con un tono burlón.

- ¡Jajajajaja! Prefiero permanecer cerca de mi terreno para cazar, además siempre hay algún pobre conejillo que viene hacia el cazador, como ha sido ahora tu caso.

Dichas aquellas palabras, había dejado bien claras sus intenciones, iba a atacar al humano. Le estaba dando incluso tiempo a reaccionar, aunque no mucho, el temible tiburón era un cruel asesino que le gustaba jugar con sus presas antes de destruirlas, como bien hizo pisando la cabeza del agente del gobierno. Pegó un nuevo paso hacia el chico y bajó la mano cogiendo de la cabeza al agente muerte, lo elevó despacio y sonrió de lado mientras ahora lo lanzaba con una sola mano al agua. Su fuerza era increíble al ser un Gyojin y más de la raza Megalodón, el enorme tiburón soltó una carcajada bromista mientras el viento movía sus cabellos. Ya estaba listo para tratar de aplastar a aquel humano que tenía ante sus rosados ojos, de repente sacó su lengua, la cual paseó por sus comisuras relamiéndose de manera tranquila.

- Estás ante el terror marino chico, vas a tener el honor de que mis puños se alimenten con tu sangre. ¡Karate Gyojin Bisuto listo!

Sin pleno aviso, ahora pegó una zancada con la pierna izquierda hacia el chico, acto seguido elevó la pierna derecha, lanzando una poderosa patada con toda su fuerza, rumbo al pecho de su oponente. El golpe iba con la espinillera de acero para provocarle más daño y teniendo en cuenta su fuerza y raza, aquello podía ser bestial, en su mirada se notaba la maldad y en su sonrisa una confianza tremenda. Ahora solo faltaba ver cómo reaccionaría aquel hombre que sin que lo supiera se había convertido en la presa del tiburón al acercarse a él.

Karate Gyojin Bisuto: Kid Shark [AF]

Al salir del bar, mire varias veces hacia atrás, esperando encontrarme con el peliverde, pero al parecer no había decidido venir. No lo esperaría, quería encontrar a aquel tipo y hacerle unas cuantas preguntas, es decir interrogarlo. Seguí mi camino, volviendo a echar un ojo varias veces hacia atrás, puesto que me vendría bien su ayuda y no sabía cuan fuerte sería aquel hombre.

Tras unos minutos andando, sin saber muy bien donde me dirigía, en el puerto encontré al mismo tipo que anteriormente, al parecer era un gyojin, junto al hombre que andaba buscando. Cuando llegué, el gyojin al parecer atacaría al chico, pero no podía dejar que lo matase, debía encontrar la razón por la que lo habían buscado aquellos tipos.

Al parecer, era un ataque bastante fuerte, no se si podría pararlo, pues no podía dejarlo morir. Había unos pocos metros entre ellos y yo, tal vez 10, pero eso no sería mucho. Corriendo, me interpuse entre ellos e imbuyendo mi brazo en Haki de Armadura, intenté pararlo. Seguido, mi pierna derecha, imbuida en aura cortante se dirigía a su estómago, intentando mandarlo hacia atrás con bastante fuerza, y poder provocarle cortes en esta zona. No quería atacar al hombre, puesto que sabía que ese gyojin podía llegar a ser peligroso si se combatía solo, así que podría ayudarme.

Patada con Aura Cortante dirigida al estómago [AIF]

Seguido, le dije al gyojin a la vez que me alejaba:

- Métete con alguien de tu tamaño, y por cierto, la Marina no es alguien así.

Aquel gyojin sin dejar de mirarme de forma sadica y con una gran sonrisa se puso de pie, dio dos pasos y dijo:

-¡Jajajajaja! Prefiero permanecer cerca de mi terreno para cazar, además siempre hay algún pobre conejillo que viene hacia el cazador, como ha sido ahora tu caso-

Aunque no mostré reacción alguna ante aquellas palabras, la verdad es que estaba algo asustado por dentro, ese gyojin era mas grande de lo que calcule a la distancia, en ese momento tomo por la cabeza el cuerpo del agente y lo arrojo al mar para luego soltar una carcajada y decirme:

-Estás ante el terror marino chico, vas a tener el honor de que mis puños se alimenten con tu sangre. ¡Karate Gyojin Bisuto listo!-

Entonces dirijio una patada hacia mi abdomen, lo único que se ocurrió en ese momento fueron dos cosas: iba ha doler y que tomaría mi forma híbrida para intentar frenar su ataque y desgarrar su pierna para que no pudiese apoyarse bien, pero de pronto alguien se interpuso intentando detener el ataque y contraataco al gyojin, y dijo:

- Métete con alguien de tu tamaño, y por cierto, la Marina no es alguien así-

No entendía porque el estaba aquí pero me tranquilizaba un poco, retosedi un par de metros y le pregunte:

-¿Quien eres y porque viniste?- pues aun recordaba a los que iban detrás de mi.

El golpe se dirigía a toda velocidad hacia su objetivo, de repente notó como chocaba con fuerza, lo que produjo que sonriera de lado. Sin embargo cuando sus ojos se fijaron en la zona de impacto, pudo ver a otro hombre distinto, el cual había parado su golpe. Eso hizo que el pelirrojo se relamiera apartando la pierna mientras ahora daba un paso adelante. De modo que ahora se enfrentaba a dos de ellos al mismo tiempo. Observó la pierna de castaño ahora dirigirse hacia su estómago. Este sonrió apretando y haciendo gala de su musculatura, para tratar de parar el golpe con su propio cuerpo, el impacto hizo que diera cuatro pasos atrás, quedando al borde del muelle. Gruñó un poco mientras ahora clavaba una rodilla en el suelo y cerraba su ojo derecho relamiéndose despacio.

- Jejeje… alguien de mi tamaño… espero que esas palabras estén a la altura de alguien del tuyo.

El tiburón soltó una carcajada mientras se levantaba ahora mirando al humano, de su abdomen salía un poco de sangre, debido a unos cuantos cortes provocados por la patada de aquel tipo. El otro humano se había echado hacia atrás, ahora el pelirrojo pegó un paso hacia adelante, con intenciones no muy buenas. Su altura de casi dos metros y medio era impresionante, no entendía las últimas palabras de aquel tipo, las de la marina. Tal vez era un marine, pero eso por el momento le daba absolutamente igual.

Había ido a aquella isla a matar ciudadanos y divertirse, de hecho ya había conseguido acabar con la vida de un agente del gobierno. Justo cuando iba a rematar al otro hombre, ese maldito apareció bloqueando su ataque con suma facilidad, tal vez ahora lo iba a pasar peor. El tiburón cerró los ojos despacio mientras pensaba un poco y ahora alzaba la voz, en un tono burlón y algo sádico. Buscando de mosquear al marine de alguna forma a base de burlas y amenazas, incluso quejándose del terreno.

- Odio pelear en vuestro terreno… humano-sama… perdóneme la vida… ¡Jyahahahahahaha! Lo mejor será que juguemos en el terreno del océano querido amigo.

Tras aquellas palabras, el enorme tiburón se lanzó en lo que se dice “Forma Águila” usando todo su peso y estatura para tratar de embestir y abrazar al humano. Si conseguía atraparlo, se lanzaría al agua de forma violenta usando toda su fuerza y de ello requería. Si por el contrario fallaba y no conseguía llevárselo con él, caería el solo al agua haciendo quizás un poco el ridículo, aunque no le importaba mucho.

Juntos Con Honor [AB]

Off:

Con aquella patada que conseguí encajarle al hombre-pez, lo hice retroceder unos pasos, y provocarles heridas no muy graves en la parte abdominal. Parecía un hombre con poca paciencia y con mucha fuerza.. El típico ''personaje'' de las películas. Me encontraba a unos escasos metros de él, y eso no me gustaba. Vi como soltaba un par de carcajadas sádicas. No me gustaba ni un pelo aquella situación, no podía nadar y para colmo tenía en frente un gyojin de pocos amigos y muy bruto. En aquel momento no tenía ni idea de donde me había metido, pero la inspiración divina llegó en el mejor instante.

De mis cabellos creé, dos muñecos vudú, como solía hacer, y fusionándome con ellos me transformé en un gigantísimo muñeco vudú enorme de casi tres metros de alto y bastante corpulento. Ahora estaría preparado para la reacción de aquel ''animal''. Flexioné las piernas esperando impaciente.

El gyojin se me avalanzó con fiereza, pero yo estaba preparado, iba a ser un golpe certero, de eso no quedaba duda alguna. Me embistió con tal fuerza, que me tiró al suelo, dejando debajo mía una gran raja, pero no suficientemente grande como para que cayese. Seguido me levanté, había sido un duro golpe, pero lo había conseguido aguantar con valentía. Tras ponerme en pie, le dije a la vez que lo buscaba:

-Eres fuerte, de eso no hay duda, pero no podrás conmigo...

Tras eso, me fui corriendo hasta una zona más estable y donde poder combatir sin tantas dificultades, es decir tierra firme. Así, una vez me encontrara en la parte interior del puerto, volvería a la normalidad por el brutal golpe que había recibido. Tras eso, volvería a crear otros dos muñecos que me sirviesen como fieles aliados en combate.

OFFROL:

Increíble, justo cuando parecía que el tiburón iba a arrojar al humano al agua, este se había convertido en un maldito muñeco gigante, era muy extraño pero gracias a eso había sido salvado de acabar bajo el agua con la bestia. Pero a consecuencia de eso, el pelirrojo acabó en el interior del agua y solo, abrazaba a una piedra del fondo con fuerza sonriendo de lado pero con los ojos cerrados. Cuando los abrió se dio cuenta de que no era el gigante de paja o de lo que fuera que estuviera hecho, eso le hizo enfadar y nadó a la superficie mientras se relamía despacio.

Una vez salió, se colocó en el muelle de nuevo, observando al tipo que le había atacado, su mirada lo analizaba de arriba hacia debajo de forma siniestra. Después escuchó sus palabras y soltó una pequeña carcajada algo enfermiza. Acto seguido dio dos pasos hacia delante mientras se cruzaba de brazos, después escuchó el goteo del agua cayendo en el muelle y se relamió. Llegaba el momento de hablar y empezó a hacerlo en un tono de voz bastante sádico y amenazante, como si estuviera muy seguro de lo que estaba diciendo en ese momento.

- Bueno parece que ambos estamos en una situación difícil, tu peleas en tierra y mi estilo de lucha se basa en el terreno acuático. Supongo que eres un usuario debido a esa cosa que has formado, lo que me dice que no te acercaras al agua, pero frente a tus ojos tienes un criminal peligroso. Si dejas que me vaya, iré a la próxima isla, supongo que habrá niños y mujeres inocentes. Los mataré a todos, debes de sentirte muy impotente ahora humano. Ven al agua y pelea o deja que me escape…

Off:

Me había conseguido librar de que aquel mastodóntico gyojin me tirara al agua junto a él. Pero ahora, me estaba amenazanado de que si no combatía en el agua si iría a la próxima isla. No podía permitirlo. El tiempo de transformación había terminado, por lo que volví a mi estado normal. Tras esto, volví a sacar de mis cabellos dos muñecos vudús. Nos colocamos en fila ''india''. En la parte de delante estaba yo seguido de mis dos muñecos. Empezamos a correr hacia el gyojin, pero cuando nos encontrabamos a diez metros o así, frené e imbuía ambas manos en mi ''Body Of Fire'', me coloqué en forma de cruz latina y prendí a ambos muñecos.

Ambos muñecos siguieron corriendo a por el hombre-pez, aunque yo por seguridad me quedé en una distancia segura. En primer lugar llegó uno de los muñecos. Esté dirigía un fuerte puñetazo a la zona abdominal del gyojin. El otro sin embargo daría un amplio salto por encima del gyojin. Cuando estuviera en el aire, dirigiría una fuerte patada a la cabeza del tiburón, y a la vez que caía intentaría atraparlo.

Yo sin embargo, di unos pasos quedándome aún a una distancia segura, aunque desde ahí ya podría golpear con un arma de fuego. Saqué mi revolver, y tras cargarlo solté dos disparos dirigidos a las piernas del tiburón.

Puñetazo del muñeco con fuego al abdomen + Patada y agarrón del otro muñeco + balas de revolver a las piernas (si consiguo darle) [AMF]

La sonrisa del pelirrojo no desaparecía de su rostro pese a nada, la amenaza ya estaba hecha, de repente aquel hombre empezó a correr hacia él con dos cosas de esas. Los rosados ojos de la bestia analizaban bien los movimientos y pudieron ver como los puños del moreno se envolvían en fuego, algo curioso. La bestia esperaba en el muelle mientras ahora miraba como el tipo se frenaba y en su lugar atacaban los muñecos, aún sangraba un poco por el abdomen por lo que cuando el puño fue hacia allí no lo esquivó. Dejó que este le diese pero apretando la zona abdominal con fuerza para que de esa forma no doliera tanto, sin embargo se le escapó un gruñido de dolor y algo de saliva. Su plan funcionó y usó el fuego de ese golpe para parar la pequeña hemorragia.

A continuación pudo ver a otro saltando sobre él y lanzándole una patada a la cabeza, interpuso su antebrazo y saltó al mismo tiempo hacia atrás, cayendo al agua de nuevo y evadiendo el agarre. Sin embargo escuchó ahora el sonido del disparo, al estar en nivel inferior en lugar de la pierna, la bala había pasado por su cabeza. En la mejilla le salió una pequeña raja con sangre y ahora le pitaba la oreja. Había tenido mucha suerte y había quedado en un roce, sin embargo le dolía ahora el estómago. Rugió desde el interior del agua y ahora salió disparado hacia el muelle, pero no pretendía subir de nuevo, más bien atravesarlo. Con su bestial fuerza de Gyojin salió por el suelo de la madera haciéndolo pedazos y pretendiendo así tirar a aquellas dos cosas al agua. Lo consiguiera o no, trotaría un poco entre carcajadas hasta quedar en la playa.

- Has fallado marine, te dije que vinieras tú, no los bichos en llamas. Pero ahora ya no puedes hacer nada, prometo dedicarte la muerte de todos esos inocentes. Hnhnhn…hnhnhnhn… ¡Hyahahahahaha!

El sádico monstruo pese a las heridas serias del abdomen y el dolor de antebrazo y mejilla, seguía con una mirada sonriente, era como si no supiera poner otra expresión. Ahora sin pensárselo se tiró al agua de cabeza mientras iba hacia lo más profundo y se relamía, ya era hora de abandonar la isla, ese tipo era demasiado poderoso aún. Pero ya le daría caza tras entrenar algo mejor, por el momento no disponía de mucho poder ni de técnicas que le ayudaran a combatir, de modo que empezó a nadar. Pensaba cumplir su promesa y asesinar a las personas de la siguiente isla, aunque ya alejado asomó la cabeza. Estaba a unos treinta metros de la playa y quería ver que iba a hacer el moreno.

Vi como el pescado evitó con mucha eficacia sus ataques, con los cuales acabó este en el agua, al final no me había servido de mucho, pues estaba en las mismas, no podía nadar y los muñecos se deshacerían con el agua. El gyojin empezó a nadar dirección al fondo, lo cual me dio mucha rabia, pues al parecer iba en serio con lo de asesinar a aquellas personas, y no podía permitirlo. Saqué mi Den Den Mushi de mi mochila, y con estas palabras me dirigí a los marines del cuartel general:

-Chicos, estoy en una situación comprometida, y puede que no vuelva con vida, por lo que me gustaría que informáseis a nuestros superiores si no regreso , que he estado muy orgulloso de haber podido sacrificarme por la Marina, de haber podido luchar a su lado y de haber estado a su servicio, gracias compañeros y ahora, debo partir a por ese tipo.

Si no mal sabía, aquel DDM al que acababa de llamar era el de uno de sus compañeros de la Brigada, así que esperaba que hiciese lo correcto y lo que le acababa de pedir si no regresaba. Seguido, guardé el DDM en mi mochila y dando un spring, me acerqué a un pequeño barco velero que estaba atracado a unos metros de mí.

Monté con gran velocidad, y una vez subido en este, subí el ancla, y cogiéndo la rueda de timón de aquel ''no muy moderno barco'', zarpé a por aquel criminal, sin importarme que ocurriese, probablemente muriese, pues aquel individuo era muy fuerte en tierra, por lo que en mar sería una mala bestia.

En unos pocos minutos me puse a bastantes metros de la costa, a unos 20 aproximadamente. No tenía mucho que hacer a distancia, por lo que me limité a dispararle dos balas, intentando darle en la cara.

Disparos de revolver dirigidos a la cara [AI]

Ese marine tenía valor, había que reconocerlo. El tiburón se quedó mirándole con la cabeza sacada desde lejos. Vio como se montaba en un barco velero muy pequeño, eso parecía un suicidio pues podía volcarlo si la cosa se ponía fea. La fuerza de aquella bestia era diez veces la de un humano normal y ese velero parecía una buena presa. El tiburón no era nada tonto cuando vio el barco acercarse, no iba a quedarse allí asomado como era normal. Por ello se sumergió rápidamente y de ese modo los tiros no podrían darle, aunque aquel jodido marine consiguió atravesarle el gorro y cortarle unos mechones con una de sus balas, la cual ya había entrado en el agua. La verdad es que se estaba poniendo muy pesado para el gusto del pelirrojo, tanto que ahora bajo el agua se relamió despacio y se colocó debajo de aquel velero, sonriendo de lado y empezando a gruñir.

De repente empezó a nadar hacia el fondo del mar a toda velocidad, si no se tiraba al agua era imposible que le viera, lo que estaba haciendo era coger impulso. Si quería jugar al tiburón lo iba a disfrutar muchísimo, por qué se sentiría como una presa más de aquel enorme depredador. Ahora soltó una carcajada y empezó a subir a toda velocidad por el punto de ciego de cualquier tripulante, justo la parte de debajo del barco. Nada más llegar, estiraría ambas manos con impulso y con una fuerza bestial y sobre humana trataría de volcar aquel pequeño barco y echar al marine al agua, dónde no tendría oportunidad contra él. Además al estar en su propio terreno era más poderoso, si ese tipo caía al mar el combate podría haber finalizado, el salvar a los demás parecía muy importante para ese tipo.

Embestida Megalodón: [AMF]

Consiguiera tirarle o no, se echaría hacia a un lado y nadaría un poco al fondo, a unos diez metros de profundidad, dónde trataría de observar la situación y a salvo de aquel hombre. Su risa era maliciosa y su mirada perturbadora, solo faltaba ver qué era lo que había pasado en el terreno del monstruo cobrizo.

El gyojin, como era de esperar, se sumergió bajo el agua, y esquivó ambas balas. Esto olía mal, por lo que decidí mover el barco, hasta unas rocas que había cerca. No podía ver donde se encontraba el pelirrojo, y eso me inquietaba, así que tendría que estar en tensión para evitar desgracias.

En un momento, el pequeño barco salió despedido hacia arriba, el gyojin lo había volcado, todo demasiado previsible. Cuando encontré el momento adecuado, salté hacia las rocas, evitando así caer al agua. Caí de espaldas a estas, por lo que me hice bastante daño. Unas pequeñas heridas me escocían al contacto con la camisa, pero no era problema. El verdadero problema ahora era aquel gyojin, a simple vista no encontraba nada en lo que poder mantenerme a salvo por si decidía volver a atacar.

Me dispuse a hablar con el hombre-pez con una voz seria, esperando que me oyese donde quiera que estuviese:

-Señor gyojin, como bien sabrá nos encontramos en una situación un tanto comprometida, por lo que le haré una oferta. Puede matarme, pero a cambio no mate a nadie más de la siguiente isla. ¿Qué te parece? No voy a dejar que te comas ni a mis hombres ni a gente inocente. Tu decides.

Estaba claro que no iba a dejar que me matase, pero si elegía la primera opción, debería hacerme morir combatiendo.