[Capitulo 4]La isla de los Condenados

Esta isla situada al norte del South Blue, alberga una terrible leyenda, pero incluso con tal terror rodeándola, muchos se aventuraron a buscar el tesoro que se dice encontrar en el interior de un templo. Pocos seres habitan la isla, y los pocos que en ella se hallan son feroces y territoriales, no permiten el paso a ningún ser, defendiendo su “territorio” a muerte, suya o del invasor. Pero en estos momentos algo extraño sucede en la isla, algo que ninguno de los habitantes de ésta pudiera predecir o comprender...

Mientras tanto en el mar, cada cuál navega en su barco con tranquilidad, poco sabían que algo podría suceder...

(OFF: Ruego no miréis los spoiler ajenos, ese hecho estropearía el avance de la trama y el misterio que tiene esta, cada cual descubrirá la trama por su parte, en caso de hacerlo significaría una penalización para él y su banda)

Miembros de la hermandad y CP:

Fenikkusu no Ikari:

Brothers of Destruction:

Light of Destiny y Dreamers in perpetuity:

Ragnarok Hunters:

Calypso:

Los Piratas del Doblón:

Estaba en mi camarote, tumbado mirando el techo de mi habitación. Estaba a punto de cerrar los ojos para quedarme dormido, pero al final no podía dormir. Me levanté de la cama con cuidado y despacio, me quedé sentado un rato en la cama pensando en mis cosas.

Al poco tiempo me levanté de la cama y salí a cubierta a ver como iba el panorama. Hacía un poco de aire y al final, al horizonte se podían ver claramente nubes de tormenta. En ese momento se me vino a la cabeza la misión que nos habían mandado.

Teníamos que ir a una isla a investigarla, no tenía ganas la verdad, pero si no lo hacía podrían desterrarme de la marina para siempre. Me quedé mirando fijamente esas nubes negras, eran preciosas. Me giré mirando el centro de la cubierta y me puse a dar pasos cortos y lentos, simplemente para pasar el rato hasta llegar al destino.

Estaba en mi camarote, pensando sentado en la cama, con los codos apoyados en las rodillas. Luego miré mis tres katanas, me levanté las cojí y agarré el pomo de la puerta para disponerme a abrirla. Una vez la abrí, vi la cubierta del barco una brisa recorrió mi pelo. Miré el puesto de vigía y estaba vacío asique decidí subir allí y mirar el inmenso mar, mientras esperaba a que mis camaradas se levantaran.

Me encontraba en mi camarote pensando si algún día encontraría mi espada robada por aquel extraño pelirrojo, mientras tanto miraba mi nueva espada de color gris y del mismo peso que mi anterior espada -Por lo menos puedo continuar peleando de la misma manera aunque esta espada tiene la hoja un tanto más larga- dicho esto me levante de la cama y enfunde la espada gris, agarre la única espada azul que me quedaba y las ubique en el cinturón, también tome mi abrigo y salí a cubierta.

Mire al cielo el cual estaba un poco nublado, pase por al lado de mi único nakama abordo -Hola Nathan ¿Como esta todo?- le dije mientras me encaminaba la timón -Tenemos una misión que hacer asique pongámosle manos a la obra- la dije mientras giraba el timón para fijar mejor el rumbo del barco, a su vez saque un cigarrillo y comencé a fumar -Espero no te moleste un poco de humo por las mañanas, aunque no sé si a esto se le pueda llamar mañana- le dije a Nathan mientras miraba al cielo y me reía un poco.

Al rato de estar yo en cubierta salió mi compañera Quinty. Podía ver que se había cogido otra espada para sustituir la que perdió en la misión anterior. Me preguntó como estaba hoy.

- Estoy bien, un poco cansado, pero se puede aguantar.

En ese momento se encendió un cigarro y fue al timón rumbo a la isla. Terminé de dar vueltas tontas alrededor de la cubierta, me apoyé en una esquina del barco a esperar a llegar a la isla esa.

Noté el olor del humo del cigarro que se había encendido Quinty, no me molestaba para nada, eso es lo que le dije cuando me preguntó. Mientras las nubes negras de tormentas las teníamos más y más cerca, pronto notaríamos gotas de lluvia.

Notaba un poco de frío, por lo que fui lentamente a mi camarote a coger una chaqueta que no sabía donde la había dejado. Legué a mi habitación y empecé a desordenar la completamente para encontrar la chaqueta, pero seguía sin aparecer. Al rato recordé donde la había dejado, miré detrás de la cama y allí estaba tirada, llena de polvo; la cogí, me la puse y salí otra vez a cubierta, esta vez al lado de mi compañera.

Estabas navegando por el ancho mar sin nada casi que hacer la verdad. Hacía bastante tiempo ya que no hacíamos casi nada, excepto esa vez que visitamos un extraña isla que pareció estar maldita, pero por lo demás no hacíamos casi nada que nos divirtiese un poco.

Durante aquellos días, también algo que podía ser interesante fue que se unieron dos nuevos tripulantes a la bando, primero una chica bastante rara que no sabía porque pero cambiaba cada dos por tres de humor, y un chico que cogimos mientras se estaba ahogando en el mar. También había vuelto nuestro antiguo capitán Byron después de que me lo encontrara en aquella isla de la que hable antes.

Un mientras me aburría mirando al mar , pude ver un especie de resplandor que m cegó y fui a mirar que era, puse bastante mas atención y pude ver que era un simple botella que parecía esconder algo en su interior, a si que cogí un cuerda , tras dos o tres intentos, conseguí sacarla del agua y ver que tenia dentro. Era una pequeña nota que decía:
''Esta isla está maldita, la leyenda era cierta, todos han muerto, ninguno sigue en pie, yo estoy moribundo, albergo la esperanza de que alguien me encuentre y me salve. Maldigo el momento en el que buscábamos ese objeto''.

Al ver esa nota me quede un poca alucina y fui rápidamente a presentársela a mi capitán.
-Byron, mira lo que he encontrada parece bastante interesante.

Tras ser avisados llame a filas a mis dos camaradas y les dije " Chicos llego la hora de ver si lo prometido sera un acto o simplemente palabras"
Les sonreí tras ello y organice todo para marcharnos. Recogí los tres garfios y sus respectivas cuerdas por si acaso, víveres y munición de sobra por si nos encontrábamos algo que nos retrasara en nuestra misión.

Tras días navegando nos adentramos al fin en el South Blue. Mire a Tsuna que llevaba el timón del barco y sonreí al notar la brisa en el rostro. Busque con la mirada a Talon, estaba construyendo algo que seguro que nos seria útil mas tarde.

Después de ver como estaba todo en el barco me dirigí al mascaron de proa y me apoye en la baranda de su lado mirando al ancho mar esperando divisar la isla que buscábamos.

Unos peces extraños me distrajeron un rato mientras hacían cosas graciosas alrededor del barco.

-Parece que la lluvia nos va a agarrar en cualquier momento sería bueno encontrar tie...- no pude decir mas ya que el timón doblo bruscamente sin que yo pudiese frenarlo y al ver para delante vi una isla enorme rodeada de extrañas nubes negras -Según las coordenadas la isla tendría que estar más adelante pero por el momento nos conviene llegar a esa isla.

Parecía que nunca íbamos a llegar a aquella maldita isla se encontraba tan cerca pero las olas me impedían avanzar hacía su ubicación -Nathan vamos a desviarnos un poco porque por este camino no se puede pasar- le dije a mi nakama mientras le daba un giro al timón y tomaba un camino indirecto hacia la isla.

Me encontraba en la base cuando Tavuk nos dijo que era el momento de comprobar que estábamos realmente comprometidos con la causa por lo que deduje que partíamos en una misión. Al saber esto recogí mis fieles katanas y el material que necesitaría para llevar a cabo la misión y acortar la distancia a nuestra meta de derribar el gobierno que apresaba el pueblo privándolo de libertad.

Una vez estabamos listos embarcamo rumbo al South Blue donde se encontraba un objeto que, por lo que se decía era muy poderoso. Estábamos ya en el South Blue Tsuna se encargaba de llevar el rumbo mientras que yo estaba trabajando en la creación de unas especies de escudos hechos con una piedra que encontré en el viaje hacia la base antes de alistarme como revolucionario.

Tenía suficiente como para hacer un escudo para cada uno de nosotros e incluso me sobraba un poco para poder crear munición para nuestro compañero Tavuk. Una vez acabé con los escudos me levanté y me acerqué a Tavuk, el cual se encontraba junto al mascarón del barco y le dije

Tavuk, coge este escudo, está hecho con un buen material y resiste muchos golpes.

Tras lo cual le entregué su escudo y me dirigí a Tsuna y le dije lo mismo a él al entregarle el escudo.