[Pasado] Un día más... ( Nemonic - Silver D. Dranser)

Ya llevaba ciento quince días en aquella base y los días cada vez se le hacían más aburridos y rutinarios. Cada día era lo mismo, no había margen para destacar y por si fuese poco Shells Town poseía una base de la marina así que los encuentros con piratas era poco frecuente. Para hacerse los días más entretenidos en sus tiempos libres Einar aumentaba sus sesiones de entrenamiento, intentaba ampliar sus conocimientos sobre medicina y ciencia. También ayudaba a los lugareños con distintas tareas, de las cuales claro, tuviese una mínima comprensión.

Ahora mismo, de hecho acababa de terminar su jornada de trabajo, un día como cualquier otro, sin ningún suceso de relevancia. Tras eso se dirigió a la taberna del pueblo a descansar un poco, pidió algo de sake como era habitual, tras tomárselo tenía que acudir a un encuentro con un lugareño en su hogar el cual se había roto una pierna pero por falta de dinero no podía costearse un tratamiento. Einar no era una persona muy sociable, ya que es una persona algo y además con poca desenvoltura en las interacciones sociales, pero con el tiempo la gente vio que a pesar de eso era una buena persona y algunos lugareños le fueron cogiendo cariño.

Justo cuando iba a salir de la taberna entraron tres hombres, jóvenes y bastante bien vestidos. En un principio Einar les dio poca importancia pero al cabo de un rato empezaron a montar jaleo, eso provocó que frunciese el ceño pero aún así se contuvo. Cada minuto que pasaba más se crispaba, tenía el ceño fruncido y apretaba los puños esperaba que hicieran cualquier cosa por mínima que fuese para darle la excusa de pegarles una paliza y eso sucedió cuando agarraron a la camarera y intentaban obligarla a quedarse con ellos. Starrk D. Einar se levantó de manera decidida y se dirigió hacia ellos - Soltadla o lo lamentaréis, no, mejor dicho soltadla y lo lamentaréis menos - Exigió amenazante entonces uno de los jóvenes se puso a reír  - ¿Te crees que puedes llegar aquí y cambiarlo todo? ¿Y hacer lo que te plazca? ¿Sabes quien somos? Nosotros sabemos quien eres tú, eres un maldito recluta y yo soy... - No le dio tiempo a terminar, la bota de Einar ya le había golpeado directamente en el rostro provocado una graciosa caída aparte de una hemorragia nasal - No me importa quien seas - Dijo mientras estiraba a la camarera del brazo para hacer que se fuese, ninguno de los jóvenes se interpuso.

- Zzzzz... zzzzz...


Hermosos ronquidos surgían de un bote que estaba llegando a la orilla de aquella isla marine, la persona que estaba dentro, se hallaba tumbada boca arriba con las manos tras la nuca, la boca abierta y la pierna derecha sobre la izquierda. Se trataba de un chico de pelos alborotados, cada uno iba para una dirección debido a que estaba despeinado. Era de un tono castaño oscuro, de textura suave y bien cuidado pese a como estaba. El chico llevaba un collar de un círculo de oro en el pecho, una camiseta de manga larga negra y un chaleco color canela. En la parte inferior poseía un largo pantalón del mismo color que el chaleco y unas botas marrones. En su cintura llevaba una vaina de color negra con dos cordones morados, allí guardaba su katana. Estaba completamente dormido y parecía no enterarse de nada. Eso no iba a durar mucho, una ola bastante grande chocó contra el bote y lo empujó con fuerza hacia la arena, el vehículo volcó y el chico quedó debajo de este, que se movía despacio. La escena parecía un accidente trágico a decir verdad, en ese momento un pequeño bostezo se pudo escuchar.


- Que pereza…


Dijo ahora una voz tranquila que procedía del interior, por la parte baja del bote se pudo ver una mano salir, esta trataba de buscar algo. Después de unos segundos logró acariciar el borde de aquel bote y acto seguido salió otra mano, la cual logró junto a la otra levantar el enorme trozo de madera. El chico salió colocándose de pie y con cara de sueño, bostezó de nuevo mientras ahora observaba a su alrededor, era tan despistado que no sabía ni dónde estaba. Lo único que recordaba es que se dirigía a Baltigo para buscar la base de la rebelión, pero al parecer su bote se había desviado, eso le pasaba por dormirse. El revolucionario pegó un suspiro y se estiró despacio mientras ahora se limpiaba la arena de la ropa. Estaba en mitad de la playa, el bosque y el pueblo quedaban más a dentro, de repente notó un pequeño pinchazo en la oreja, llevó su mano a esta para ver que era y pudo coger un cangrejo pequeño de color rojo. Movía sus patitas y sus pinzas en señal de defensa, pensando que tal vez, el espadachín quería hacerle algo malo, este pegó un leve suspiro y lo acarició despacio. Después lo soltó en el suelo y se puso a decirle adiós con la mano.


Una vez el pequeño animal se metió en el agua, el castaño se giró despacio observando el panorama, seguía sin saber dónde estaba, pero aquello era lo de menos. La pereza le invadía totalmente, encima era muy vago. De repente empezó a caminar por la playa con las manos en los bolsillos, dejando su bote atrás con tranquilidad, arriesgándose a que se lo robaran. Tras unos momentos pudo ver a un tipo tirado en la arena, era un marine, su pelo era rojo y vestía con un uniforme. El revolucionario dio dos pasos atrás, pero en ese momento soltó otro bostezo y se tiró al lado. El marine al parecer estaba roncando y con la cara roja, se había emborrachado pues olía a alcohol, de todas formas el castaño empezó a dormir de nuevo al lado de aquel tipo con toda confianza. No temía que se despertara, aunque en su estado tal vez no lo hacía antes que él, vaya vergüenza de marine, borracho y allí tirado, este se durmió al lado.


- Zzzz… zzzz…

El joven al que había golpeado se levantó a duras penas, se tocó con la mano la nariz que estaba algo hinchada y seguía manando sangre le miró con rabia y se fue - Te arrepentirás por esto - Amenazó otro de los jóvenes al mismo tiempo que se retiraba - Espera aquí, solo espera, no sabes con quien te has metido - Gritó el último antes de irse. La camarera una vez se habían ido fue a agradecerle su ayuda, incluso el tabernero le dio las gracias - Hoy puedes comer lo que quieras gratis amigo, esos malhechores llevan causándome problemas ya varios días - El marine no se extrañó, en realidad sabía perfectamente quienes eran esos tipos, su padre era uno de los hombres más ricos de la ciudad que colaboraba habitualmente con la marina. Y claro era de esperar que aún esta taberna siendo muy frecuentada por marines muchos hiciesen la vista gorda, el sistema estaba corrupto y lamentablemente él de momento no podía hacer nada para cambiar estas injusticias. De hecho estaba seguro que por lo que había hecho se llevaría una buena represalia por lo que acababa de hacer - No tienes que darme las gracias es mi trabajo - Lamentablemente no todos ejercían correctamente su trabajo.

Tenía pensado irse pero después de esto era mejor esperar por si esos tres volvían con refuerzos para vengarse y pagar su ira con los pobres lugareños. Además si cumplían su amenaza ya tenía la cuartada perfecta para pegarles una buena paliza, así decidió aceptar el plato gratis del tabernero y se sentó en la barra mientras consumía el contenido del plato. Al poco tiempo de terminar su comida empezó a oírse cierto jaleo fuera, cada vez más próximo hasta que varias personas entraron en la taberna. Einar se giró y frunció el ceño, las cosas estaban peor de lo que pensaba, no por su situación si no porque esos tres chavales eran más retrasados de lo que parecían. Habían vuelto acompañados de cinco hombres bastante corpulentos, los cinco armados hasta los dientes con pistolas y sables. Ahí demostraban que eran tontos, de hecho gracias a esto ahora nadie le podría reprochar nada, habían cometido varias infracciones y bastante grandes, incluso los podría encarcelar - Ahora te vas a enterar maldito marine! - Amenazó el de la nariz rota desde detrás de los gorilas.

Einar puso los ojos en blanco, cuanta basura tenía enfrente - Espero que esto os sirva de lección - Comentó mientras desenvainaba su katana - Tira a matar - Dijo y entonces su espada se alargó a una velocidad bastante alta y atravesó el estomago a uno de los gorilas de los tres jóvenes, tras eso rápidamente la espada se volvió a contraer. Todo el mundo se quedó paralizado, pero el joven seguía mirándole con rabia creyendo que podría hacerle daño, cuando en realidad dudaba que ninguno de esos pudiesen siquiera tocarle - A por él! - Gritó mientras los gorilas se acercaban con inseguridad.

Off: Sigamos nosotros tres ya que Yannih no contesta.

El revolucionario continuaba abrazado al marine, dormido de forma cómoda y tranquila, la verdad es que estaba soñando algo muy bonito. Estaba sobre una cama, tumbado, mientras una preciosa joven de cabellos rubios como el oro y ojos azules, le acariciaba el torso despacio y con los ojos cerrados. Además estaba rodeado de platos de carne y muchas hamburguesas, por el suelo había animales de muchas clases, era un sueño genial, la chica de repente empezó a mordisquearle la oreja sensualmente mientras dejaba sus manos sobre el pecho del chico. La triste realidad era que el jodido marine borracho y dormido, estaba mordisqueándole el lóbulo mientras le abrazaba, una sonrisa traviesa surgió del rostro del vago castaño, el cual acarició la espalda de aquel tipo. Después de unos segundos abrió los ojos de forma lenta y calmada con una suave sonrisa, cuando vio aquel horror, el chillido que se escuchó fue algo épico, exagerado y lleno de miedo y terror.

- ¡Aaaaaaaaah! ¡Me cago en todo lo que se menea! ¡Qué diablos hago yo aquí con esta cosa!

No tardó mucho en levantarse a una velocidad de record y alejarse de ese tipo, el cual seguía dormido ahora besando una piedra. Su rubita, su comida y los animales habían desaparecido, eso provocó que el chico agachara la cabeza algo decepcionado, pero ahora llegaba el tiempo de recuperar fuerzas y comer algo. Se relamió despacio pensando en una deliciosa pizza de cuatro quesos, estiró los brazos hacia atrás, notando la luz solar sobre sus ojos, cuando de repente sonrió de lado. Colocó ambos brazos hacia abajo y abrió las manos con entusiasmo, estaba a punto de usar una de sus habilidades especiales, la cual había descubierto hacía muy poco, se relamió de nuevo y de repente gritó de forma feliz y a pleno pulmón, era extraño que no se dañara la garganta el muy bruto.

- Fauna Fauna No… ¡Topo!

En ese momento sus manos atravesaron la arena y como si se tratara del animal nombrado, se metió bajo tierra, empezando a moverse por el mundo subterráneo a toda velocidad, escavando sin parar. La verdad es que estuvo así varios minutos, perdido pues no sabía a dónde se dirigía. Después de unos momentos más, paró y empezó a suspirar, llevó su mano derecha a la cabeza y se quedó pensativo. Además no sabía ni porqué se había metido bajo tierra, le habría sido más fácil ponerse a volar sobre la isla, pero aún no era demasiado tarde. Salió a la superficie de forma violenta, estirando los puños hacia arriba mientras atravesaba la madera del suelo de aquel lugar.

- ¡Yihaaaaaaaaa!

Notó como golpeaba algo, en ese momento se fijó que había salido en un bar, encima había golpeado a dos hombres musculosos y llenos de armas, los cuales había caído al suelo. Eso provocó que muchos se quedaran mirándole, una gotita de sudor recorrió su cabeza mientras se rascaba el pelo, había sido sin querer pero aún así lo había hecho. Ahora el castaño miró al hombre al que parecían que iba a atacar aquellos hombres (Starrk). Se levantó haciéndole una leve reverencia sin saber que era un marine, además creía que esos tipos tan solo querían abrazarle o algo por el estilo, por lo que no tardó mucho en disculparse soltando una leve carcajada. Como si salir de debajo de tierra fuera lo más normal del mundo.

- Lo lamento amigo, no quería golpear a tus compañeros, mil perdones, no era mi intención hacerlo.

Antes de entrar unos hombres salieron malhumorados del local, emujandome en su salida. - Tu gili****, como te vuelvas a cruzar en mi camino te parto la cara - me dijo uno de ellos mientras se alejaba. No le dí importancia a tal acontecimiento, ya que no quería meterme en ninguna pelea y menos en un sitio como ese, lleno de marines.

Entre al local y todos me miraron, no sabía si era por que se esperaban a otra persona o por que no llevaba buen aspecto. Tras un momento todos volvieron a lo suyo y me acerque a la barra para comer algo. Hacía tiempo que no estaba en un sitio tan agradable, el olor a buena comida llenaba el local, algo que me agradaba notablente. llevaba una semana a base de pan con queso y me apetecia darme un atracon de una buena comida.

- Camarero, traigame un poco de cada de la carta, estoy hambriento, jajajaja, - dije con muchas ganas, incluso alguna persona del local se me quedo mirando muy seriamente.

Escuche al que supongo que era el dueño, hablar con un hombre dandole las gracias por echar a unos hombres, -mmm parece que he llegado en el momento justo, cuando no hay problemas , - decía mientras comia aquellos manjares que me habían traido. Mientras comía el hombre que se había chocado conmigo llego con 5 matones corpulentos y recriminaron al tipo que tenía al lado que iba a pagar su osadia. En un monento, aquel tipo hizo que su arma su arma se estirara rapidamente atravesando a unos de los matones. Miré de reojo mientras me comia mi tazon de fideos, muy buenos por cierto y sonrei pensando que menos mal que se estaba encargando aquel marine, no tenía ganas de hacer nada.

El hombre que me había empujado se puso nervioso, pero envío a sus matones a por el que iban con mucha cautela hacia el hombre que estaba a mi lado. De repente el suelo del local temblo un poco y algo salio del suelo que no alcance a ver, pero lo que salio del suelo empujo a uno de los matones. Impacto contra mí, metiendome parte de la cara en los fideos y tirandome tres platos mas que no había empezado, cosa que no me gusto nada. Me di la vuelta velozmente y agarre la cabeza de aquel tipo, aplicandole una presión creciente con mi gran fuerza, hasta que cayó desmayado. Miré friamente a los que quedaban - como alguien me moleste comiendo no respondo - tras decir eso le pedí al camarero lo mismo que se me había caido.

Este estaba siendo un día demasiado agitado, le gustaba la acción si, pero no le gustaba ser molestado en sus descansos. Cuando le tocaba trabajar lo hacía siempre con máxima entrega pero cuando le tocaba descansar quería también que se le respetase el descanso, lamentablemente eso no era así y es que la vida del marine era difícil sobre todo cuando no todos hacían su trabajo. Teóricamente por la zona había al menos una patrulla, pero ni con el gran jaleo que se estaba montando habían acudido, penoso.

Los matones se estaban acercando a él lentamente, Einar estaba en una posición relajada apoyado con los hombros y la espalda en la barra esperando que se acercasen - Vamos que no tengo todo el día - Dijo justo entonces el suelo empezó a vibrar y de este salió un hombre golpeando a dos de los matones y empujando a otro que fue a para a una mesa de la taberna donde otro tipo haciendo presión con su mano le dejo inconsciente. Sin duda Einar se sorprendió, no todos los días le sucedían cosas como esta. El hombre que salió de debajo del suelo se disculpó pensando que esos matones eran amigos suyos o fingiéndolo no sabía muy bien cual de las dos, mientras el tipo de la mesa amenazó a todo el que osara importunarle mientras comía. " De donde demonios han salido estos tipos " se preguntaba el marine.

Los tres hermanos al ver la escena se pusieron a temblar y echaron a correr sin fijarse por donde iban y se comieron la pared pegándose un buen golpe que de no ser por los dos nuevos individuos que habían entrado en escena hubiese ocasionado las risas de todos los presentes. " Bien ahora puedo descansar tranquilo luego los llevaré al cuartel " se dijo el joven de pelo gris - Oye tú - Dijo refiriéndose al hombre topo que había salido del suelo - Vas a tener que pagar los daños ocasionados y... ¿a que te dedicas? Nunca te he visto por aquí - Ese hombre podría ser pirata perfectamente, nunca lo había visto por Shells Town y ya llevaba dos años en la isla, además ese poder no era normal. Si era pirata tendría varios problemas, el primero que el tipo parecía ser fuerte y le iba a costar el descanso combatir con él y el segundo que si era capaz de viajar bajo tierra podría huir cuando le saliese de las narices y eso no era bueno.

Los problemas parecían haber empezado para el revolucionario, pudo ver como en uno de sus golpes accidentales, había mandado a uno de esos hombres contra un hombre con media máscara. El otro con el que se había disculpado, le dijo que iba a tener que pagar los destrozos y además le dijo que no le había visto nunca por allí. Eso provocó que el chico diera un paso hacia atrás, no se esperaba aquello y sin duda alguna no tenía una buena excusa, además de que no le gustaba mentir. Pegó un leve suspiro y ahora cogió una copa de la barra, la cual tenía un refresco de limón, bebió de ella con toda confianza como si fuera suya y después soltó una pequeña carcajada mientras se rascaba la cabeza. Acto seguido pensó que el tipo que le había preguntado, sería marine, agente o algo por el estilo, o bien un buen ciudadano que quería que el dueño del bar no cargara con los gastos de su destrozo. En el fondo era normal, pero el castaño no tenía dinero, no tardó en soltar una nueva carcajada pero esta vez hablando, en un tono amable y muy tranquilo.

- Bueno, me gustaría pagar y todo eso pero me temo que hay un pequeño problema. No tengo ni una moneda encima, además de que es normal que no me conozcáis. Soy un revolucionario, me llamo Silver D Dranser y planeó formar una división para erradicar el gobierno. Acto seguido abriré una reserva de animales mundial para protegerlos y además sueño con domar a un rey marino, eso es todo amigo, ni una mentira en todo el asunto.

Después de esas palabras, se acercó hasta la puerta de aquel sitio, observando tanto al hombre que le había hablado, como al otro que amenazó al principio. Esperaba no ser atacado y de hecho se llevó la mano derecha a la funda de su Gin Kiba de forma disimulada por si debía defenderse. De repente sonrió y abrió la boca para decir unas simples palabras, las cuales iban en un tono muy tranquilo pero un poco arrogante.

- Fauna Fauna No... !Águila!

De repente el chico saltó hacia atrás con agilidad, pero en lugar de caerse como alguien normal, empezó a levitar como el animal nombrado y salió volando a fuera, llevaba una velocidad bastante buena y se colocó sobre un tejado cercano observando la taberna con calma y tranquilidad por si alguien salía a por él, aunque esperaba que no. De todas formas su cabeza no valía nada, si lo cogían no iban a llevar mucho, el tejado estaba a unos siete metros de altura. Soltó de repente una leve carcajada mientras permanecía con la mano derecha en su funda y la izquierda en su bolsillo, esperando alguna posible reacción y fijándose si alguien salía de aquel lugar. Se relamió pasando su lengua por sus comisuras mientras soltaba un pequeño bostezo, el muy vago ya volvía a tener sueño de nuevo, estaba en una isla marine y corría peligro.

- Bueno creo que si me sigue deberé luchar o intentar huir, si no lo hace, habré conseguido evadirlo por el momento, espero que no sea un marine joder... sería mala suerte ya...

La actitud del joven de pelo castaño le exasperaba. Antes de contestarle se tomó una leve pausa para gorronear una copa de la barra, aún no sabía porque demonios no lo había golpeado. Su justificación hizo que un cumulo de sentimientos de diversa índole invadieran su cerebro ¿Qué demonios estaba pasando? Ese tipo o era muy sincero, o era muy imbécil, o simplemente le estaba vacilando. Decir que era revolucionario en público en una isla de marines era malo, luego encima añadió que planeaba formar un escuadrón para erradicar el gobierno, eso todavía lo empeoró más. Y lo próximo ya parecía una sobrada total. En realidad sus dos primeros planes no le parecieron tan mal, no le caían mal los revolucionarios, a diferencia de los piratas tenían un ideal decente que iba más allá de sus propias narices, pero su deber como marine era capturarlo. Además de que lo había dicho en público y no intentar capturarlo o al menos intentar hacer el paripé sería demasiado cantoso por su parte. El otro individuo se identifico como un caza recompensas, un trabajo más que respetable.

- ¡Mierda! Si, tendré que ir - Contestó mientras se dirigía a la puerta.

Parecía que quería huir, le perseguiría por un tiempo y si eso le dejaría escapar. Salió fuera andando lentamente mientras miraba hacia arriba para ver si lo veía y así fue lo detectó en un tejado de un edificio no muy alto de entre seis y siete metros - No tendrías que haber dicho nada, te hubiese salido mejor - Dijo el marine mientras se acercaba y desenfundaba su espada, se colocó aproximadamente a una diferencia de nueve metros entre él y el revolucionario y le señalo con su espada a modo de amenaza, amenaza que iba a ser advertencia y de paso iba a poner a prueba las habilidades del revolucionario - Tira a matar - Dijo y con estas simples palabras su espada se extendió a una velocidad bastante buena hacia su adversario, tendría que tener unos reflejos muy buenos para esquivar el golpe sin ser dañado, más que nada porque le habría pillado por sorpresa y además la velocidad era bastante alta.

Tira a Matar [A.F]

La mirada del revolucionario continuaba observando la entrada de forma tranquila esperando alguna respuesta a sus preguntas por parte del destino. No iba a esperar mucho rato y estaba a punto de emprender el vuelo cuando de repente notó como el chico de antes salía de la entrada de aquel local de mala muerte, eso provocó una leve sonrisa en el rostro del castaño. Escuchó sus palabras de manera tranquila y ahora entrecerró los ojos despacio, de repente aquel hombre comenzó a desenvainar su arma, eso hizo que el espadachín alzara una ceja. Llevó su mano rápidamente a la suya propia y fue sacándola muy despacio, una preciosa arma que parecía tener forma de colmillo, su preciada Gin Kiba. El mango era de color negro mientras la hoja era plateada, los duelos eran algo que le gustaba.

- Espero que sepas lo que acabas de hacer al sacar esa espada de su funda, amigo el destino te acaba de seleccionar como mi oponente en esta isla. Ahora no hay vuelta atrás.

Se puso algo serio mientras analizaba la situación despacio, ese chico estiró ahora su arma, apuntándole en forma de amenaza, pero les separaba una buena distancia, era imposible físicamente que le diera o causara daño. Se relamió despacio y se preparó para ir por el hombre cuando de repente sus ojos no dieron crédito a lo que vieron, el filo de aquella arma se alargó a una velocidad bastante buena a por el joven. Este apenas tuvo tiempo de reacción debido a la sorpresa, por lo que lo único que se le ocurrió, fue golpear con su propia arma, la zona ancha de la hoja, desviando el rumbo a un solo metro de su cuerpo. El filo le pasó por el muslo izquierdo provocándole un corte en este, no parecía muy grave, pero tampoco leve, frunció el ceño y aprovechó el momento.

- Daburu shi…

Seguramente aquella espada debía volver a su dueño, en caso contrario sería un desperdicio, el chico no perdió tiempo y nada más desviar la hoja saltó del tejado. Salió volando a una gran velocidad, como si se tratase de un águila, rumbo al chico que tenía delante, a aquella agilidad esperaba ser útil. No se frenó ni un momento, al pasar por al lado de su rival, simuló que iba a lanzar un tajo rumbo a su cuello, pero en el último momento lo lanzó rumbo al costado. Su objetivo era tratar de pasar el filo de su arma por la carne, rebanándola y provocándole una buena herida. Además la fuerza de ir volando a toda velocidad seguramente ayudaría y por si fuera poco, su objetivo era llegar antes de que esa espada volviera, pues al ser tan larga le sería más fácil darle. Aunque tal vez ni siquiera volvía.

- ¡Sakura Hie! [AF]

Gritó realizando su ataque, le diera o no, no iba a frenarse y aprovecharía la velocidad a la que iba para volar a un tejado más alto y colocarse a unos trece metros de su objetivo, sonriendo ahora de lado y mirando hacia abajo, acariciándose un poco la zona dónde tenía la herida. Observando si había conseguido darle.

Off:

Dranser volaba a toda velocidad a por el marine, su tajo había sido perfecto, atravesó la carne del marine de forma perfecta, dejándole un corte bastante grave al haberle dado. Su vida podía peligrar y desangrarse en poco tiempo, el revolucionario era buen espadachín y sus cortes eran muy peligrosos y más si se recibían enteros como había sido el caso. Su espada estaba llena de sangre, eso le hizo suspirar, iba a ayudar a ese marine y a llevarlo a un hospital cuanto antes. Sin embargo al parecer eso no iba a ser posible, de repente frente al chico apareció un jodido puño enorme, este le pegó en el rostro, haciéndole escupir una bocanada de sangre. Por suerte había echado la cabeza hacia atrás y no le había hecho algo muy grave, de hecho ahora saltó hacia atrás pero notó un gran dolor en el pecho debido a otro golpe. Salió disparado contra otro tejado cayendo contra las tejas.

En su pecho había una marca rojiza en forma de quemadura al igual que en la mejilla, su mirada parecía perdida pero rápidamente se levantó como pudo. Notaba un dolor increíble en el pecho y trató de mejorar la respiración tomando aire. Ahora miró a su atacante, bueno al cobarde que le había atacado a traición. Un jodido escarabajo, odiaba pelear contra usuarios del tipo zoan. Esa cosa había mostrado tener un honor pésimo, bajo y ser muy cobarde. Atacar a traición y además en un combate en desventaja de dos contra uno, eso hizo que el revolucionario se enfadara, agarró con fuerza su katana y la guardó en su funda. Apretó los puños moviendo un poco los dientes, abriéndolos y cerrándolos pues notaba la mandíbula dolorida, de no ser por sus reflejos se la habría partido. Ahora miró a su enemigo y empezó a hablarle en un tono molesto.

- Te sentirás orgulloso maldita rata cobarde. No tienes ningún tipo de honor, atacar a una persona que está ya peleando y encima a traición. Eres sin duda la peor basura con la que me he topado, desde el día de hoy acabas de hacer un enemigo. Tu amigo ha recibido un corte muy grave, no tardará en desangrarse si no es atendido. ¿Te quedaras a luchar y lo dejarás morir? Yo te recomiendo llevarle a un hospital si es que te queda honor, pero si vas a dejarle morir, déjame llevarlo yo.

Sus palabras eran sinceras, pero iba a vengarse de ese cobarde, de repente activó su habilidad de volar, salió disparado a la velocidad de un águila a por su oponente. Parecía que iba rumbo a sus pies, algo raro, pero cuando ya estaba frente a su oponente sonrió de lado. Cambió a usar su habilidad de topo, estiró sus manos hacia arriba y saltó con fuerza, tratando de atravesar el estómago del escarabajo. Sabía que eran los puntos débiles de muchos insectos, con sus manos en esa forma podía destrozar la tierra como si nada, no le impediría destrozar al ser cobarde. Lo consiguiera o no, saltaría hacia atrás alejándose.

- El marine está mal… ¿Qué decides?

Fauna Fauna No: Topo [AMF]

El corte con ambas manos del revolucionario había hecho una herida en el escarabajo, pero este se había defendido bien haciendo que el ataque no fuera letal. Hacía muy bien, el chico iba a puntos letales dónde un corte podía significar la muerte por desangre, como le estaba pasando ahora al marine. De repente llegaron más de los suyos, vaya casualidad, la currada estrategia del castaño se fue al garete debido a la milagrosa aparición de esos capullos, pero era lo normal debido a la isla en la que estaba. El chico frunció el ceño y sacó su Gin Kiba de nuevo, entrecerrando los ojos y preparándose para realizar su siguiente movimiento. En sus planes estaba el atacar a esos malditos justicieros, o al menos así se hacían llamar esos payasos de uniforme. Justo cuando iba a lanzar su ataque, escuchó las palabras del enorme insecto.

Al principio tenían su sentido, pero las últimas hicieron reír a Dranser. “Si aceptas me curare y curare al marine” Quería curar el marine, pero también lo quería hacer él, y después pelear con el revolucionario, estando este herido. La paciencia del chico se agotaba, ese nivel de cobardía ya era demasiado, si al menos hubiese dicho de curarse los dos o pelear los dos heridos, podría haber tenido honor en sus palabras. Pero al parecer no era así, luchar en ventaja era algo desastroso, ahora el espadachín realizó su siguiente movimiento y saltó a un tejado más bajo, sintiéndose observado por aquellos marines, los cuales le miraban mosqueados y apuntándole con sus armas. No había más tiempo que perder, no iba a encontrar un rival honorable, de modo que ahora se relamió y empezó a hablar observando a todos.

- No soy tan tonto para dejar que el escarabajo se cure y pelear después. Ahora estoy herido al igual que él, pero dejarle recuperarse es mucha desventaja, además me atacó a traición metiéndose en un duelo de espadachines. No tengo más que hacer por aquí, pero recordad, soy Silver D Dranser, líder del escuadrón 7 de la revolución. Espero que el marine se mejore, ya sabréis de mi, capullos. ¡Fauna Fauna No! ¡Topo!

El chico se tiró al suelo a toda velocidad, atravesándolo con sus manos debido a su habilidad y metiéndose bajo tierra a una profundidad de siete metros al menos. Después empezó a moverse a una velocidad digna de un topo, no sabía a dónde se dirigía pero no había peligro. El túnel era muy estrecho debido a su pequeño tamaño y apenas hacía ruido, además iba alterando la dirección, era hora de largarse de la isla, había dejado al cazador curar al marine, esperaba que lo hiciera.

Dranser escuchó las palabras de aquel escarabajo antes de huir por completo, al parecer quería otro encuentro sin cobardías, el revolucionario confiaba en que eso fuera verdad y por eso sonrió de lado. El marine al que había batido derrotado estaría a salvo y lo curarían, eso era algo bueno sin duda. Para lograr un buen lugar, hacían faltas personas como él y eso le alivió bastante pese a ser de facciones totalmente opuestas. Ya tras un par de minutos, el castaño notó como la tierra empezaba a ser mucho más blanda, de modo que salió a toda velocidad dándose cuenta de que estaba en la playa de nuevo. Eso era algo bueno sin duda alguna y ahora podría largarse de ese sitio, empezó a caminar hasta que pudo ver su bote en la arena. No tardó en darle la vuelta con esfuerzo y llevarlo al agua, después se limpió el sudor de la frente y mostró una sonrisa amable y tranquila.

Se giró despacio observando el sitio por el que había estado, esa experiencia le iba a sentir bastante bien al novato de la revolución. Con el tiempo demostraría que era una persona fuerte e importante, ahora le dio la espalda a la isla y se sentó en su bote de un salto, empezando a remar y alejándose. Miró al cielo y observó como unas nubes negras se acercaban hacia la isla, era mejor darse prisa, por lo que ahora empezó a remar mucho más rápido que antes y con una gotita anime en la cabeza. Era un usuario y verse envuelto en algo así era muy peligroso, tanto que podía perder la vida en el acto y eso no era algo que encajase muy bien en sus planes futuros. El sudor caía por su cabeza por el esfuerzo de mover los brazos a tanta velocidad.

- ¡No es justo! ¡Debo llegar rápido a la siguiente isla!

Aquellas quejas eran bastante cómicas y algo exageradas pero era su forma de ser. Se había llevado dos buenos recuerdos, el pequeño intercambio de golpes con aquel bicho de cuatro brazos y la victoria sobre el marine, seguramente su cabeza iba a valer algo de pasta, poco pero con eso bastaba. Ser un tipo buscado por el gobierno era terrible ya que muchos tratarían de darle caza, pero hasta ese momento, el chico estaría ya perfectamente preparado para defenderse. El camino de aquel espadachín no había hecho más que comenzar y eso decía mucho a su favor debido al buen espectáculo que había dado en solitario en una isla repleta de marines. Sin embargo y por suerte para él, esa aventura peligrosa y loca por fin había finalizado y ahora podía continuar con sus cosas, como por ejemplo sobrevivir a la terrible tormenta que se avecinaba.