Un músico y un carpintero, dos piratas en la isla de Jaya [Maximilian D. Frinz y Bale D. Edward]

A lo lejos atisbé la isla de Jaya, sabía que mi nakama Liam Waterson había estado allí, y me había contado algunas de sus historias sobre cómo era. Desembarqué y lo que vi no se acercaba ni a lo que me imaginaba. Los piratas vagaban sin preocupación alguna por la marina, así que me sentía libre de hacer lo que quisiera. Como es habitual en mí, busqué una taberna en la que pudiese comer a buen precio. Entré en una que parecía tener más de quinientos años y no haber sido reparada nunca. Como carpintero que soy, me dolió el alma nada más verla, pero eso suele significar comida barata y mi estómago parecía un león prehistórico enfurecido.

Un poco de carne y una copa de sake por favor- Le dije al camarero, el cual llevaba un parche en el ojo, una pata de palo y un garfio en la mano, un pirata estereotipo donde los haya.

Al rato me trajo mi comida y me puse a comérmela.

La isla de Jaya era un lugar muy peculiar. Había llegado a aquella isla luego de algunos días viajando como parte de los guardaespaldas de un comerciante. Al desembarcar note una extraña falta de marines, lo cual confirmaba lo que me habían dicho, aquella isla era un lugar olvidado por la marina. Caminando por las calles de la Mock Town, vi muchas escenas que no había visto antes en los lugares donde había estado. Peleas en la calle, mujeres robando a hombres ebrios que se hallaban inconscientes, piratas bebiendo y cayendo dormidos en el pavimento. Las tabernas estaban abarrotadas de humor y celebraciones, bandas enteras llenaban los mejores locales, así que camine buscando un lugar tranquilo donde pasar la noche. De pronto, vi uno un tanto mal arreglado por fuera. Entré y estaba peor por dentro, con la madera añeja y adornos gastados. Noté que no había mucha gente pero si habían conversaciones amenas por algunos lados. Tomé asiento en una mesa libre y el camarero llegó rápidamente. Era un hombre robusto con una pierna de madera, un parche que le tapaba el ojo derecho, un garfio al oxidado y cabellos grises.

-Un plato de sopa y si tienes jugo de alguna fruta, te lo agradecería – dije mientras me quitaba la capucha y dejaba a un lado mi guitarra.

El hombre me miró en una expresión de sorpresa y luego hizo un gesto extraño pero que me dio entender la idea de que no muchos le pedían jugo de fruta para beber. Luego de algunos minutos, llegó con una bandeja de metal y la comida que le había pedido. Dejo un plato de sopa en la mesa y un vaso con jugo de naranja. Probé la sopa y estaba fría, la removí con la cuchara y a mi parecer solo era agua con sal y algunas verduras. Me la tomé rápidamente, ya que de alguna manera tenía que alimentarme.

Mientras comía, unos cuantos piratas que había en el bar hablaban a su bola, yo me limité a comerme lo mío, que estaba medio podrido. Por suerte el sake tapaba un podo el sabor a podredumbre de aquel pobre pedazo de carne. Al rato entró por la puerta otro pirata, éste era un músico, lo deduje por el hecho de que llevaba una guitarra, llamó al camarero y pidió algo que ningún pirata pediría: jugo de fruta. También pidió sopa y, teniendo en cuenta cómo estaba mi carne, no quería imaginarme cómo estaría su sopa. Por su reacción confirmé mis sospechas, la sopa estaba mala, pues se la empezó a comer a toda velocidad como si no quisiera comérsela, pero estuviera obligado. Un pirata interesante, me gustaría tener una charla con él pensé.

En cuanto me acabé mi comida salí del local y esperé fuera a que saliera el músico. Tardó unos pocos minutos.

Eres un chico interesante ¿Qué te trae a la ciudad podrida de Mocktown?

Luego de terminar todo lo que me habían servido, pague la cuenta y cogí mis cosas. No parecía un mal lugar, tal vez si le hubieran puesto más empeño, hubiera resultado un negocio formidable. Camine hacia la puerta y cuando di unos pasos, escuche la voz de un hombre muy cerca de mí. Lleve mi vista hasta el origen de la voz y vi que había un tipo extraño a lado de la puerta, aparentemente me esperaba y me dirigió algunas palabras. Era un hombre alto de ojos marrones, piel morena pero sus ropas reflejaban un descuido casi significativo. Llevaba unos rifles bastante peculiares. Era todo lo que pensaba, un pirata en su totalidad. Sonreí y dije:

-Tal vez una melodía para alegrar su día joven amigo – dije mientras llevaba mi guitarra a mis brazos y me disponía a tocar

Debía ser rápido para actuar, porque parecía tener algún interés en mí. Normalmente no conocía a personas así, ya que la música en esos días a casi nadie le interesaba.

Le sorprendió un poco verme, aunque enseguida reaccionó para disimularlo, parecía tenso. Habló sobre una melodía y alegrar mi día, no había contestado a mi pregunta, aun así le escuché. Tocaba bastante bien, tenía mucha habilidad. La canción que tocaba era de piratas, cosa que lo delató como tal o como bufón cobarde.

Pareces tenso... ¿Acaso te intimido?... No temas, no quiero hacerte ningún mal, sólo estoy aquí porque busco miembros para mi tripulación... Una tripulación sin músico es muy sosa ¿no?... es por eso que te he hablado, así que no tienes nada que temer. ¿Querrías unirte a mi tripulación...? (hice un gesto para dar a entender que quería saber su nombre)

Maximilian

¡Oh! Qué grosero, ni siquiera me he presentado... Soy Bale D. Edward, capitán de los Sky Pirates, y también conocido como Bale Black Fists

Su expresión se calmó, ya no parecía tenso, y dejó de tocar, aunque se le notaba extrañado por mi propuesta y también se veía en su expresión que tenía dudas.

Si no quieres no hace falta, no te tendré rencor, aunque si en un futuro acabas como mi rival, te advierto de que no tendré piedad...

Lo que dijo aquel pirata fue bastante extraño. Para nada me sentía tenso, solo me sentía algo intrigada por su actitud tan abierta de estar interesando en mí. Después de haber escuchado sus argumentos en un tono algo carismático, suspiré para eliminar cualquier signo de intranquilidad que podía estar dando. Aquel hombre me hizo una propuesta bastante extraña. Quería que me uniera a su tripulación y que fuera el músico a bordo. Sonreí y luego dije:

-Mi nombre es Maximilian, capitán y lamento decirle que no estoy interesado en unirme aun a alguna banda, nose tal vez en otro momento podría estar dispuesto a tomármelo en cuenta y le agradezco su ofrecimiento pero ya sabe mi respuesta.

No era que no quería unirme a su tripulación, fue la manera en que lo dijo. Parecía un pirata como el resto que había conocido en algunas tabernas solo que tal vez algo más osado y soltado de lengua. Lo que yo buscaba no era un jefe que me tratara como un subordinado, yo buscaba una familia, un lugar donde pasarla bien. Mis katanas no cortarían nada que no sea una barrera que me impida llegar a cumplir mis metas y mucho menos tomar la vida de algún inocente. Los piratas de aquella isla parecía estar buscando gente nueva para sus tripulaciones pero yo no quería formar parte del montón.

El músico se calmó, aunque ahora me pareció notar un toque despectivo en sus palabras, como si pensara que yo era un pirata cualquiera al que sólo le importa el dinero y el poder, por encima de su tripulación... Cosa que yo no fui, ni soy, ni pienso ser, ya que mis nakamas son muy importantes para mí.

Bueno,pues tú te lo pierdes, de este modo no estarás en la tripulación del futuro Rey de los Piratas- Le miré y le dediqué mi mejor sonrisa, mientras ponía la mano en la visera de mi gorra.

Lo último que me dijo me resultó bastante extraño. Al afirmar que sería el Rey de los piratas me daba a entender que vencería a cualquiera que se le ponga en medio. Lo mire con seguridad y firmeza para demostrarle que respetaba mucho su deseo. Su confianza me hizo entender que estaba dispuesto a hacer lo que fuese por cumplir sus sueños y proteger a su banda. Le sonreí y luego dije:

-Esperó que le vaya muy bien, capitán

Al terminar de decir esto último, la puerta de taberna volvió a abrirse y de ella salió un grupo de hombre que vestían ropas parecidas a las de Bale. Giraron sus miradas hacia donde estábamos y me miraron. Luego desde atrás del grupo salió uno que era el más alto y fornido. Se colocó frente a mí y me dijo:

-Oye chico, necesitamos a un músico en nuestro barco, ¿Por qué no te nos unes?

Le sonreí tratando de ser amable y le respondí de la misma forma que lo había hecho con Bale. Los hombres que estaban detrás comenzaron a hablar entre ellos, algo nerviosos.  Hice una leve reverencia y me gire para irme pero en un momento, una gran mano tiro de mi capucha y noté al instante que era el tipo que me había estado hablando. Me empujó contra la pared de la taberna, la cual crujió por el golpe que le dio mi cuerpo.

-¿Que dijiste bastardo, acaso no sabes quién soy? Soy el capitán del barco más grande de este lugar, soy gran Ponck, capitán de 100 hombres y no permitiré que una rata como tú, dañe mi reputación.

Era nuevo en los mares y poco había escuchado de los piratas más fuertes pero de aquel tipo jamás había oído. De pronto, una voz algo aguda habló desde el grupo.

-Déjemelo a mí, capitán yo lo convenceré de que se nos una

Un tipo de cabello largo que le llegaba hasta la cintura, de color rubio y lacio con ojos verdes y piel clara, se acercaba caminando lentamente. Tenía en la cintura una katana parecida a las mías y cuando llegó al frente el fornido hombre que me tenía cogido del cuello y me había levantado del suelo, me soltó.  

-Encárgate de él, será tu primera misión en nuestro barco – dijo Monck mientras cruzaba por su lado para alejarse un poco del hombre que estaba frente a mí.  El grupo retrocedió algunos metros para hacer espacio.

-Lo siento pero debo hacerlo para estar en ese barco, si te mató espero que me disculpes, soy Almed un placer

Aquel hombre era diferente al resto por alguna razón me recordaba a mí. Sabía que tendría que luchar. A pesar de que siempre intentaba evitarlo siempre había alguien con quien tener problemas.

OFF- ROl:

OFF:

Estaba yo marchándome cuando unos piratas muy ruidosos salieron del bar, eso me hizo detenerme y girar la vista hacia el foco del disturbio. Le hicieron la misma pregunta que yo mismo le acababa de hacer a Maximilian, y él respondió lo mismo que me dijo a mí, así que volví a mis asuntos. La reacción de los piratas, sin embargo, fue bastante diferente. Por lo visto, el que parecía el capitán había agarrado al músico por la capucha y lo había estampado contra la pared, eso llamó mi atención de nuevo, también dijo algo de que era capitán de muchos hombres y un pirata temible, aunque eso no me importaba, no me gusta la gente cruel como lo era ese hombre.

Un segundo pirata de los del grupo, un espadachín supuse por el hecho de que llevaba una katana, se adelantó y le pidió al capitán que le dejase encargarse del músico para conformar su unión a la banda. Yo, que ya tenía los músculos en tensión me preparé para un ataque directo al capitán que había atacado por la espalda a Maximilian. Me moví con mi velocidad adquirida en el entrenamiento durante mi infancia y me coloqué delante de mi objetivo, en el aire y en un movimiento giratorio con la pierna derecha extendida a la altura de su cabeza, le daría de lleno, no se lo esperaba.

El "gran Ponck", creo que ése era su nombre aunque no estaba seguro, salió volando unos cinco metros hacia su izquierda, hasta que chocó con una pared, la cual atravesó. Ahora todos me miraban, sorprendidos, ninguno me había visto venir, la verdad es que me quedé a gusto de poder hacer un poco de ejercicio.

Este es un hombre honorable, así que no te atrevas a atacarle por la espalda... capitán...- dije en un tono despectivo, tras lo cual escupí al enemigo al que acababa de derribar.

Ataque usado: Rapid Axe (AID)

Sin darme cuenta, Edward atacó al capitán de aquellos piratas con una patada muy fuerte y lo lanzó a unos metros más allá. El espadachín que estaba frente a mí se sorprendió igual que yo. Ambos estábamos de pie, sin movernos debido al veloz ataque de Edward. No llegué a comprender por qué lo hice pero tal vez después de todo no era alguien igual al resto. La expresión en los rostros de los piratas que lo acompañaban y formaban parte de su banda era evidente, alguien había golpeado a su capitán y lo había mandado a volar.  El espadachín que estaba frente a reaccionó y me miró con una sonrisa en su rostro.
 
-Vaya... y yo que lo creía más fuerte, resulto ser solo un perdedor – llevó su mano a su katana y agregó- – ya no tengo intenciones para matarte pero… tienes dos katanas ahí, creo que eres alguien de cuidado, no me importaría batirme a duele solo para divertirme un rato
 
Lo mire y le devolví la sonrisa.
 
-Pensaba lo mismo – dije mientras llevaba mis manos a las empuñaduras de mis katanas – siempre es bueno entrenar un poco con alguien conoce el arte de las espadas
 
El problema parecía haberse solucionado gracias a Edward y aquel espadachín ya no lucharía para matarme, sino como un simple ejercicio, aun así la sangre comenzaba a hervirme. Sentía tantas ganas de luchar con él, ya que iba a ser mi primera lucha en el mundo pirata que estaba algo emocionado.
 
-Comencemos – dijo desenvainando con rapidez.
 
Cogió la katana con la mano derecha y su cuerpo se balanceo hacia delante para embestir con gran velocidad. Sabía que por sus movimientos no iba a ser fácil derrotarlo, así que desenvaine con rapidez mis dos katanas y bloque su ataque.

Tras mi ataque, todos se me quedaron mirando durante unos cinco segundos, yo estaba quieto, esperando para ver si se levantaba o no el pirata que había golpeado, como no se levantó, supuse que lo había noqueado - ¡Qué debilucho! - pensé. Mientras tanto, el espadachín que iba a luchar contra Maximilian dijo algo sobre que ya no quería matarle, eso me aliviaba, pues el músico me caía bien.

Después de comprobar que el chico estaba bien, me orienté hacia los piratas del "noqueado Ponck", que se acababan de dar cuenta de que había dejado K.O. a su capitán, y se disponían a atacarme simultáneamente. Sin perder ni un segundo, me moví a gran velocidad entre el grupo de piratas, repartiendo puñetazos, patadas, codazos y demás golpes a diestro y siniestro. Para acabar mi ofensiva me puse entre dos de los piratas más altos del grupo, que atacaban desde la parte posterior, salté y les propiné una patada en la cabeza a cada uno, con la misma fuerza que lo había hecho con "Ponck".

Aterricé y observé los daños causados: conté unos diez hombres en el suelo, noqueados o gritando de dolor; otros cinco que parecían doloridos, aunque de pié; y como quince que seguían de pié, intactos y buscándome.

Ataque usado: Rapid Combo (x15) (AI)

Rapid Combo:

Almed era un espadachín bastante hábil, ya que sus movimientos eran bastante preciosos. Luego del primer ataque, ambos nos separamos y nos miramos fijamente, con las katanas hacia abajo. Parecíamos dos leones que luchaban por su presa y esperaban el momento preciso para atacar. Almed sonrió y guardo su katana, rápidamente entendí lo que pasaba y guarde las mías.

-No está mal pero ya es hora de que me vaya, nos volveremos a ver, no olvides nuestro duelo

-Claro, espero verte pronto con una tripulación de verdad

Me hizo un gesto de despedida y se fue corriendo. Me gire y vi a Edward que había vencido a diez hombres de aquel capitán pirata y otros más estaban listo para atacar. No parecía tener problemas con ello pero aun así le dije:

-Creo que no debes quedarte con toda la diversión Edward

De pronto escuche unos gritos a lo lejos y un tumulto de gente se acercaba rápidamente por una calle cercana. Note que eran piratas al instante y que venían corriendo con armas desenvainadas. Unos disparos me alertaron y una bala me rostro. Sentí el calor del proyectil y que pasó muy cerca de mí y se estrelló en una pared que estaba detrás.

-Vaya parece que han llamado a sus amigos – dije mientras desenvaina mis espadas para cargar contra los tipos llegaban a donde estábamos.

Dos piratas cayeron bajo mis espadas. Los cortes en sus pechos sangraban bastante ya que mi corte les produjo unas heridas bastante profundas. Otro pirata con una pañoleta negra en la cabeza y dibujos de calaveras me atacó con dos cuchillos bastante afilados. El cuchillo derecho rozó mi brazo y abrió un pequeño agujero en la manga de mi ropa. Me di un giro rápido avanzando hacia él y su espalda se tiño rápidamente de color rojo intenso por el corte que le hice tras colocarme detrás de él. Bale seguía luchando y derrotando piratas con facilidad, cuando una voz muy gruesa hizo que me todos nos detuviéramos. Busque con la mirada el origen de los disparos y vi que un hombre extraño estaba en la puerta de la vieja taberna. Su cabello era corto y de color castaño, tenía una pirata penetrante y su brazo derecho estaba levantando y su mano tenía una pistola que apuntaba hacia el cielo.
 
-Ya está bien de peleas, lárguense de aquí – dijo mientras llevaba el arma a su cintura – han molestado el sueño de mi capitán con su alaridos y sus gritos

No tenía idea de quien era ese tipo pero de lo que estaba seguro era que pronto una turba de gente se le echaría encima. De pronto, una figura salio de la taberna. Un hombre de piel oscura, muy alto y des aspecto muy intimidante apareció detrás del que había hablado. El tipo que nos había ordenado irnos, se apartó y el hombre que estaba detrás de él camino hacia el frente.
 
No habló, no dijo ninguna palabra, solo barrio a todos con su mirada y los piratas que estaban a mi lado tragaron saliva. Definitivamente era un hombre intimidante y nadie quería tener problemas con él. El tipo que había gritado antes le siguieron  y luego de la taberna salieron más hombres que les siguieron en silencio. El grupo de piratas que había salido de la taberna se fue alejando mientras que los piratas con quienes habíamos estado luchando cargaron en hombros a sus heridos y se marcharon.
 
Luego de alguno minuto, noté que no había nadie en la calle más que yo. Bale se había ido y no me dio tiempo para agradecerle.

OFF- ROL:

OFF:

Tras mi ataque vi al rival de Maximilian guardar sus espadas y marcharse, tras eso, el músico se giró hacia una calle y se lanzó a atacar a otros piratas que venían por allí. Dejé de fijarme en el chico y me concentré en mi gran número de enemigos, eran solo 20 y no sería muy difícil, pero tenía que ponerme. Intentaron rodearme y atacar a la vez desde todos los ángulos, pero yo fui más rápido y salté hacia arriba, haciendo que los otros se chocaran y quedaran justo debajo de mí.

¡¡Rapid... Stamp!!

Descendí aprovechándome de la gravedad con la pierna derecha flexionada y dí una patada a los rufianes que se atrevieron a enfrentarme, dándole a la mayoría, pues estaban apilados uno encima del otro.

Con mis enemigos derrotados, volví mi vista hacia el músico y vi que no tenía muchos problemas para lidiar con múltiples enemigos. De repente, una voz hizo que todo el mundo se detuviera. volteé mi visión hacia su origen y observé a un hombre en la puerta de la taberna con una pistola apuntando al cielo, dijo unas palabras que no escuché bien, algo sobre el sueño de su capitán, tras él, un hombre más grande e imponente apareció y atravesó la calle en silencio. Esa situación no me gustaba y ya había causado suficientes estragos así que decidí marcharme. No me pareció muy bien abandonar a Maximilian, pero tenía la sensación de que nos volveríamos a ver.