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Los hombres atacan a Date: el de la guadaña trata de cortarlo con su guadaña imbuida en haki armadura, mientras el segundo extiende las manos frente a él, y las cruza, lanzando una onda brillante en forma de media luna. Esta onda tiene propiedades purificadoras, por lo que si golpean a Date, le infligirá graves quemaduras debido a la luz sagrada. A la espalda del hombre de la onda energética se extienden seis brillantes alas que iluminan el lugar.
Corte de guadaña (Haki armadura lvl 2) [AF] + Onda brillante [AIF]
Date Musashi
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Al parecer sí había logrado atrapar a esas dos personas pero tenían que ser muy fuertes si no habían caído inconscientes. Ese truco ya no le funcionaría más, por mucho que pudiera intimidarlos, pues seguirían atacándole y destrozándole. Por tanto tendría que desplegar su fuerza bruta para terminar aquel combate, pero al estar en desventaja numérica no podría centrar todos sus esfuerzos en un solo objetivo. Porque sí, para el semigigante se encontraba solo, no podía encargar la seguridad de la niña a nadie. Daba igual si alguien iba a ayudarle en el combate, tenía que ser lo suficiente fuerte para acabar él solo y así no dejar que fueran otros los que decidieran su destino. Y por eso dio un paso adelante cuando aquellos tipos fueron a por él, los recibiría con ganas si lo que querían era morir.
El primer golpe fue bloqueado en un principio por el escudo, así como por el Tekkai que por suerte había entrenado. Pero la fuerza del golpe era superior a la del semigigante, haciendo que su brazo cediera y la hoja entrara en su carne a la altura del hombro izquierdo. Pero por suerte Mortis actuó, aquel brazalete demoníaco que emitió un pulso de energía de forma que la presión que ejercía la guadaña fue erradicada. No tuvo descanso, pues tras librarse de aquella guadaña una especie de hoz de energía de luz fue lanzada hacia él. Podría intentar esquivarla, pero detrás de él estaba la niña por lo que apartarse dejó de ser una opción. Tratando de bloquearlo con Haki Armadura y con el Tekkai recibió el impacto en el pecho, evitando así parte de los daños que podrían haberlo cortado por la mitad. Pero un poder que no esperaba le abrasó donde había impactado haciendo que retrocediera un par de pasos y se llevara la mano al pecho, como si algo lo hubiera abrasado.
—¡¡Roaaaaaghhh!!—
Quizás era por su naturaleza como demonio que aquel ataque de luz le había hecho más daño de lo que cabría esperar. Pero el dolor recibido de algo que era tan opuesto a él le hizo enfurecer todavía más y sujetar su maza con fuerza en la mano derecha. Si dejaba a uno de los dos contricantes vía libre podría hacerse con Ame Sora, por lo tanto tendría que atacar a los dos a la vez. El dolor que sentía en su cuerpo no era sino un aliciente para causar la destrucción de aquellos dos tipos [Alma Luchadora x2]. Primero se dirigió a por el hombre de la guadaña, lanzándose a por él con la maza trató de darle un golpe penetrante como si esgrimiera una lanza. El objetivo sería el pecho, de ser posible, a la altura del corazón para que las heridas pudieran dañar este órgano interior.
Acto seguido y soltando el arma para que no pudiera ser contrarrestado, Date utilizó el Soru para desplazarse hasta el lugar donde estaba la mujer con alas de luz y activó su Akuma no mi para transformarse en un demonio gigante [Forma Híbrida: Demon Soul]. En cuanto estuviera lo suficiente cerca y esgrimiendo un grito de dolor y rabia realizaría aquella devastadora técnica que había creado hace tiempo. —¡Tetsu to Kami no Arashi!— pronunciaría, y entonces sus puños se volverían duros como el acero pero flexibles como el papel. Como si del dedo pistola (kobushigan) se tratara, sus puños se lanzarían como una metralleta provocando un estruendo con la fuerza de un trueno con cada golpe que daría. Además sus puños estaban rodeados por fuego debido a la naturaleza de su akuma, creando una lluvia de muerte y fuego sobre su rival que estaría en un apuro si no lograba hacer nada para evitarlo.
—¡¡Groaaaaaghhff!! ¡¡Graaaaaarhh!!— gritó una vez su golpe terminó, dejando salir toda la rabia que albergaba su cuerpo. Quizás su rabia hacia aquel ser tendría algo que ver con lo distinto que eran sus akumas, con lo antagónico que era el uno para el otro. Y pensar que había estado a punto de dársela a la niña... No habría podido permitirlo, ser dominado por uno de esos demonios, por muy bello que fuera, era algo que mejor que Ame no tuviera que sufrir. Aunque, por el contrario, ella parecía maravillada por las alas luminosas de la mujer. Qué pena que tuviera que ser así, siendo aplastadas por la furia del demonio, y no hubieran podido ser amigas.
Nomenclaturas:
Destruye-Almas [AI]: Golpe al Alma + Alma Luchadora x2 al hombre de la guadaña.
Odio de Demonio [AB]: Tetsu to Kami no Arashi + Alma Luchadora x2 + Haki Armadura nv1 + Zoan Mitológica Demonio + Revestimiento de fuego a la mujer serafín.
El primer golpe fue bloqueado en un principio por el escudo, así como por el Tekkai que por suerte había entrenado. Pero la fuerza del golpe era superior a la del semigigante, haciendo que su brazo cediera y la hoja entrara en su carne a la altura del hombro izquierdo. Pero por suerte Mortis actuó, aquel brazalete demoníaco que emitió un pulso de energía de forma que la presión que ejercía la guadaña fue erradicada. No tuvo descanso, pues tras librarse de aquella guadaña una especie de hoz de energía de luz fue lanzada hacia él. Podría intentar esquivarla, pero detrás de él estaba la niña por lo que apartarse dejó de ser una opción. Tratando de bloquearlo con Haki Armadura y con el Tekkai recibió el impacto en el pecho, evitando así parte de los daños que podrían haberlo cortado por la mitad. Pero un poder que no esperaba le abrasó donde había impactado haciendo que retrocediera un par de pasos y se llevara la mano al pecho, como si algo lo hubiera abrasado.
—¡¡Roaaaaaghhh!!—
Quizás era por su naturaleza como demonio que aquel ataque de luz le había hecho más daño de lo que cabría esperar. Pero el dolor recibido de algo que era tan opuesto a él le hizo enfurecer todavía más y sujetar su maza con fuerza en la mano derecha. Si dejaba a uno de los dos contricantes vía libre podría hacerse con Ame Sora, por lo tanto tendría que atacar a los dos a la vez. El dolor que sentía en su cuerpo no era sino un aliciente para causar la destrucción de aquellos dos tipos [Alma Luchadora x2]. Primero se dirigió a por el hombre de la guadaña, lanzándose a por él con la maza trató de darle un golpe penetrante como si esgrimiera una lanza. El objetivo sería el pecho, de ser posible, a la altura del corazón para que las heridas pudieran dañar este órgano interior.
Acto seguido y soltando el arma para que no pudiera ser contrarrestado, Date utilizó el Soru para desplazarse hasta el lugar donde estaba la mujer con alas de luz y activó su Akuma no mi para transformarse en un demonio gigante [Forma Híbrida: Demon Soul]. En cuanto estuviera lo suficiente cerca y esgrimiendo un grito de dolor y rabia realizaría aquella devastadora técnica que había creado hace tiempo. —¡Tetsu to Kami no Arashi!— pronunciaría, y entonces sus puños se volverían duros como el acero pero flexibles como el papel. Como si del dedo pistola (kobushigan) se tratara, sus puños se lanzarían como una metralleta provocando un estruendo con la fuerza de un trueno con cada golpe que daría. Además sus puños estaban rodeados por fuego debido a la naturaleza de su akuma, creando una lluvia de muerte y fuego sobre su rival que estaría en un apuro si no lograba hacer nada para evitarlo.
—¡¡Groaaaaaghhff!! ¡¡Graaaaaarhh!!— gritó una vez su golpe terminó, dejando salir toda la rabia que albergaba su cuerpo. Quizás su rabia hacia aquel ser tendría algo que ver con lo distinto que eran sus akumas, con lo antagónico que era el uno para el otro. Y pensar que había estado a punto de dársela a la niña... No habría podido permitirlo, ser dominado por uno de esos demonios, por muy bello que fuera, era algo que mejor que Ame no tuviera que sufrir. Aunque, por el contrario, ella parecía maravillada por las alas luminosas de la mujer. Qué pena que tuviera que ser así, siendo aplastadas por la furia del demonio, y no hubieran podido ser amigas.
Nomenclaturas:
Destruye-Almas [AI]: Golpe al Alma + Alma Luchadora x2 al hombre de la guadaña.
Odio de Demonio [AB]: Tetsu to Kami no Arashi + Alma Luchadora x2 + Haki Armadura nv1 + Zoan Mitológica Demonio + Revestimiento de fuego a la mujer serafín.
- Técnicas:
- ◘ Golpe al Alma: Un fuerte golpe que es capaz de no dañar externamente la parte que golpea salvo algún rasguño, pero transmitir una energía en forma de vibraciones capaces de hacer polvo la zona impactada o romperlo en múltiples fragmentos. El tiempo en que la técnica tarda en hacer efecto depende del tamaño del objeto o cuerpo golpeado, y su fuerza dependerá del nivel de Musashi. Si el ataque golpeara un edificio, por ejemplo, este podría derruirse a los diez segundos del impacto. Si golpeara tan solo un armario este se haría pedazos en apenas dos segundos. Por último, si golpea a una persona esta puede sufrir heridas internas y óseas muy serias en la zona golpeada en apenas un segundo.
◘ Tetsu to Kami no Arashi (Tormenta de Hierro y Papel): Esta técnica no es sino la combinación de todas las mejoras del Rokushiki que ha aprendido, combinando su Kamie kenpo que le permite asestar muchos puñetazos en un breve periodo de tiempo con el Kobushigan, la variación de dedo pistola para todo el puño. Además, de necesitarlo, también podría combinarlo con el Tekkai Kenpo para endurecer aún más su puño y que fuera extremadamente duro, aumentando la potencia de los golpes. Sin embargo realizar los tres al mismo supone una gran concentración y cansancio, por lo que se sentirá exhausto después de realizar la técnica.
◘Alma luchadora (x2 Fuerza):
Musashi carga su siguiente golpe con la furia que le ocasiona el dolor recibido. El siguiente ataque de Musashi estará realizado con furia adicional y con fuerza aumentada basándose en la cantidad de daño que recibió en el turno anterior siempre y cuando este le produjera una herida. Su fuerza se multiplicará por tres si recibió un [AMS], [AS] o [AB], por dos si recibió un [AMF], [AF] o [AIF] y por 1,5 si recibió un [AI], [AID] o [AM]. Los inferiores no producen este efecto.
Esto no afecta a la nomenclatura del ataque en sí, pero sí afecta a la fuerza de Date Musashi y por tanto a las consecuencias lógicas de recibir un ataque de tal magnitud que, por lo normal, tendrá una nomenclatura alta de base.
- Resumen:
- Recibe el daño, un corte moderado en el hombro izquierdo y un corte moderado con quemaduras serias en el torso.
Realiza sus ataques: Un “Golpe al Alma” al hombre de la guadaña y, tras soltar su maza y convertirse en su forma Demonio completa, una tormenta de puñetazos + kobushigan + Kami-e (Tetsu to Kami no Arashi) con daño extra de fuego a la serafín.
Realizo dos ataques por profesión de músico.
Cabe destacar que, tras el ataque, estará bastante cansado.
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No tenía nada mejor que hacer, y dado que estaba algo hasta las narices de todo por el dolor de cabeza y por no poder beber más cerveza, entró en la casa tras el semigigante, a una distancia prudencial. Este se le adelantó, y mientras le seguía (mayormente por el estruendo) escuchó los rugidos de Date y ruidos de pelea. Rápidamente comprobó que la escopeta estaba lista para ser disparada y subió corriendo. Podría haber sacado su lanzagranadas, pero estando en el interior de una casa no era buena idea. Entonces asomó por la puerta de donde venían los ruidos y vio a los enemigos del tipo del parche: una tipa con alas y uno con una guadaña. Observó a la mujer con los ojos muy abiertos.
- ¡Coño! ¡Al final Fela va a tener razón y todo!
El gigantón parecía estar protegiendo a una chica. Sus ataques eran brutales y salvajes. Erik frunció el ceño, confundido ¿Había subido para "proteger" a la muchacha o algo así? ¿Cómo habría sabido que estaba en peligro? Si es que lo estaba. Era posible que ya viniese de antemano a buscarla. ¿Secuestrada? Parecía probable. Por otro lado, viendo en qué bichardo del averno se acababa de convertir, para el mecánico bien podía haber sido que había escuchado algo de lejos. En todo caso, si aquellos tipos estaban en aquella casa probablemente era porque protegían algo. Y seguramente eran del Gobierno. Además de eso, los secuestradores no le agradaban al joven rockero. Pensó en sacar una granada eléctrica, pero aunque las de aquel tipo no dañasen la estructura de la casa, podían herir al otro o a la niña. Se sacó la mochila y la dejó en el pasillo, junto con su lanzagranadas.
- Iré a la antigua... ¡PASO QUE VOY, CABRONES!
Dando feroces gritos, entró en la habitación disparando a saco contra el de la guadaña, aprovechando que Date se estaba centrando en la otra. Tiró de la corredera y volvió a disparar, sin dejar de correr contra el hombre. Cuando estuvo a suficiente distancia, agarró la escopeta por el cañón y trató de usarla de bate contra la cabeza del hombre. Y finalmente, sin perder un segundo más, tiró el arma al suelo e hizo que de su piel salieran cristales de sal en forma de púas. Empleando esto a su favor, embistió con el hombro contra el hombro. Si lograba clavárselas, se apartaría de golpe partiéndolas, para dejarlas dentro de su cuerpo. Su sal poseía propiedades desecantes muy fuertes, que aumentarían los daños.
¡Charge! + Púas de sal [AF]
- ¡Coño! ¡Al final Fela va a tener razón y todo!
El gigantón parecía estar protegiendo a una chica. Sus ataques eran brutales y salvajes. Erik frunció el ceño, confundido ¿Había subido para "proteger" a la muchacha o algo así? ¿Cómo habría sabido que estaba en peligro? Si es que lo estaba. Era posible que ya viniese de antemano a buscarla. ¿Secuestrada? Parecía probable. Por otro lado, viendo en qué bichardo del averno se acababa de convertir, para el mecánico bien podía haber sido que había escuchado algo de lejos. En todo caso, si aquellos tipos estaban en aquella casa probablemente era porque protegían algo. Y seguramente eran del Gobierno. Además de eso, los secuestradores no le agradaban al joven rockero. Pensó en sacar una granada eléctrica, pero aunque las de aquel tipo no dañasen la estructura de la casa, podían herir al otro o a la niña. Se sacó la mochila y la dejó en el pasillo, junto con su lanzagranadas.
- Iré a la antigua... ¡PASO QUE VOY, CABRONES!
Dando feroces gritos, entró en la habitación disparando a saco contra el de la guadaña, aprovechando que Date se estaba centrando en la otra. Tiró de la corredera y volvió a disparar, sin dejar de correr contra el hombre. Cuando estuvo a suficiente distancia, agarró la escopeta por el cañón y trató de usarla de bate contra la cabeza del hombre. Y finalmente, sin perder un segundo más, tiró el arma al suelo e hizo que de su piel salieran cristales de sal en forma de púas. Empleando esto a su favor, embistió con el hombro contra el hombro. Si lograba clavárselas, se apartaría de golpe partiéndolas, para dejarlas dentro de su cuerpo. Su sal poseía propiedades desecantes muy fuertes, que aumentarían los daños.
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Para cuando llegó Date y otro chico al que había ignorado un poco antes ya se encontraban en plena pelea. ¿No podían pensar un poco las consecuencias antes de ir tan a lo bruto? Se hizo invisible, aunque sus katanas, por no estar pegadas a su piel, flotaban en el aire. Ojalá llegara el día en que pudiera extender ese extraño poder a otro objetos, eso pensaba. No creía que el hecho de no ser visible al ojo humano poco entrenado sirviera de mucho; había maneras y maneras de verla.
Vio justo como el semigigante recibía daño. Sorprendentemente no parecía sino hacerse más fuerte... Primero atacó al hombre de la guadaña y luego a aquella que parecía un ángel. Sus alas brillaban de forma tan bonita... No, no, la luz que irradiaban las convertía casi en hipnóticas pero no podía permitirse esa distracción. Mientras tanto, el otro tipo con pinta de motorista hacía cosas... un tanto extrañas. Parecía tener un arma de fuego en la mano, algo así como una escopeta, pero en lugar de disparar la utilizaba como si fuera un bate. Además de su cuerpo salían una especie de cristales. Joder, qué cosas. Aunque a Alice ya nada le parecía extraño.
Date se encontraba muy cerca de la angelical presencia como para poder hacer algo sin dañarlo a él también. Pero por otra parte, el tipo de la guadaña había sido embestido por el de los cristales así que se encontraban cuerpo a cuerpo. Desenvainó otra katana con la mano que tenía libre y empezó a agitarlas hacia los lados. La fricción contra el aire haría el resto (Herd Feuer). Una vez calentadas hasta poco más de cien grados centígrados las soltó y las dirigió a ambos rivales, una hacia el ángel y otra hacia el hombre que portaba la guadaña (Manual Puppetmaster), intentado atacarlos por cualquier resquicio que quedara de sus cuerpos pero evitando a Date y Erik. No creía que tuviera suerte pero al menos las katanas los distraerían y molestarían, dando una oportunidad a los otros dos. Y si la tenía, iba a oler a carne chamuscada.
Invisibilidad (sólo el cuerpo de Alice, no las armas) + Herd Feuer + Manual Puppetmaster [AIF]
Vio justo como el semigigante recibía daño. Sorprendentemente no parecía sino hacerse más fuerte... Primero atacó al hombre de la guadaña y luego a aquella que parecía un ángel. Sus alas brillaban de forma tan bonita... No, no, la luz que irradiaban las convertía casi en hipnóticas pero no podía permitirse esa distracción. Mientras tanto, el otro tipo con pinta de motorista hacía cosas... un tanto extrañas. Parecía tener un arma de fuego en la mano, algo así como una escopeta, pero en lugar de disparar la utilizaba como si fuera un bate. Además de su cuerpo salían una especie de cristales. Joder, qué cosas. Aunque a Alice ya nada le parecía extraño.
Date se encontraba muy cerca de la angelical presencia como para poder hacer algo sin dañarlo a él también. Pero por otra parte, el tipo de la guadaña había sido embestido por el de los cristales así que se encontraban cuerpo a cuerpo. Desenvainó otra katana con la mano que tenía libre y empezó a agitarlas hacia los lados. La fricción contra el aire haría el resto (Herd Feuer). Una vez calentadas hasta poco más de cien grados centígrados las soltó y las dirigió a ambos rivales, una hacia el ángel y otra hacia el hombre que portaba la guadaña (Manual Puppetmaster), intentado atacarlos por cualquier resquicio que quedara de sus cuerpos pero evitando a Date y Erik. No creía que tuviera suerte pero al menos las katanas los distraerían y molestarían, dando una oportunidad a los otros dos. Y si la tenía, iba a oler a carne chamuscada.
Invisibilidad (sólo el cuerpo de Alice, no las armas) + Herd Feuer + Manual Puppetmaster [AIF]
- TÉCNICAS:
- HERD FEUER:
Permite al usuario calentar cualquier objeto que empuñe mediante fricción. Empieza a usarla a nivel 25, donde puede calentar hasta 100 grados centígrados o menos y a partir de ahí sube 20 ºC cada 5 niveles por lo que llega a nivel 100 pudiendo calentar hasta 400 ºC.
Nivel 25: 100 ºC
Nivel 50: 200 ºC
Nivel 75: 300 ºC
Nivel 100: 400 ºC
MANUAL PUPPETMASTER:
Alice puede controlar sus armas en un rango de 20 metros a la redonda.
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La mujer serafín genera una especie de escudo divino dorado frente a ellos dos. El primer golpe, dirigido al hombre de la guadaña agrietó el escudo, pero el dirigido a ella lo destrozó por completo. Sin embargo, al estar compuesto por energía pura de luz, posiblemente dañaría más al demonio. De todos modos, el ataque había sido brutal, atravesando el cuerpo del ángel, que cayó de rodillas. Sin embargo, el ser celestial tenía un as bajo la manga. Su túnica se retorció, convirtiéndose en una especie de serpiente que se lanza al cuello del demonio. Mientras tanto, el serafín se lleva las manos al agujero sangrante y empieza a lanzar unos zarcillos de luz. La herida empieza a cerrarse levemente.
Sanación angelical (cuenta como un [AB])
Mordedura sorpresa [AM]
Mientras tanto, el tío de la guadaña. Cuando ve a Erik acercarse, realiza un par de arcos con la guadaña, para detener los disparos. Se provoca una pequeña humareda que ciega al hombre. Por suerte para él, cuenta con su haki, e interpone la guadaña en el centro del ataque. Erik se parte en dos antes de llegar al cuerpo a cuerpo. Y entonces las dos espadas de Alice llegan, tratando de golpear al hombre, que las detiene con su guadaña, a duras penas, debido a los diferentes ángulos de ataque.
Sanación angelical (cuenta como un [AB])
Mordedura sorpresa [AM]
Mientras tanto, el tío de la guadaña. Cuando ve a Erik acercarse, realiza un par de arcos con la guadaña, para detener los disparos. Se provoca una pequeña humareda que ciega al hombre. Por suerte para él, cuenta con su haki, e interpone la guadaña en el centro del ataque. Erik se parte en dos antes de llegar al cuerpo a cuerpo. Y entonces las dos espadas de Alice llegan, tratando de golpear al hombre, que las detiene con su guadaña, a duras penas, debido a los diferentes ángulos de ataque.
Date Musashi
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Retrocedió un par de pasos, sujetándose las manos mientras sus brazos temblaban de dolor y del cansancio. Aquel ataque no solo era un gran esfuerzo físico que a sus brazos le había costado mucho realizar y que ahora pasaba factura. Además, golpear el escudo de aquel ser le había ocasionado quemaduras en los nudillos por muy fuerte que hubiera golpeado a la mujer que ahora trataba de curarse. Curación... No le vendría mal que alguien le echara un vistazo, pues aunque ninguna de sus heridas era mortal podían ser bastante serias. Pero olvidó por un momento aquello, tenía que centrarse en acabar con la vida de aquellas dos personas lo antes posible o de lo contrario podría pasar cualquier imprevisto que lo apartara de la niña. Por ello ignoró el dolor, por ello se lanzaría hacia adelante sin dudarlo ni un momento y por ello iba a ganar aquel maldito combate, con o sin ayuda. Aunque estaba demasiado centrado en eliminar al serafín como para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo detrás de él, solo sabía que estaba suficiente ocupado para no atacarlo a él.
Pero algo le saltó encima, haciendo que el demonio activara el Tekkai en su cuerpo para evitar ser dañado. No sabía si esa serpiente era venenosa, pero mejor no dejar que atravesara su piel y fue por ello que utilizó dicha técnica. Tras eso tomó la serpiente con la mano y la aplastó con fuerza, extendiendo el fuego por ella por si se le ocurría volver a su estado de prenda. Entonces fue cuando se dio cuenta de las intenciones curativas de la mujer, no podía dejar que se recuperara... Y por eso iba a eliminar cualquier atisbo de curación posible, por muy celestial que fuera. Sus ojos se abrieron con furia y el demonio que casi no cabía en aquella habitación abrió la boca exhalando un fuerte rugido. Pero no solo podía intimidar hasta al hombre más valiente, sino que ese rugido iba cargado del poder de Musashi hasta el punto de ser tan abrasador como su alma [Rugido de Destrucción]. Tras ese ataque era posible que el fuego se extendiera por el edificio, pero no era un problema demasiado serio. Siempre podría tomar a la niña, salir volando o hasta eliminar el fuego con su mechero absorbe oxígeno.
Tras su ataque alzó la mirada, observando el cuerpo de la mujer serafín con desprecio por lo que habían hecho. —¡¡No dejaré que le hagáis nada a Ame Sora!! ¡¡Sufrid una mínima parte del dolor que sentí en mi alma cuando os la llevasteis!!— vociferó, sin duda parecía fuera de control. Iba a romperlos, iba a quemarlos e iba a matarlos. Y después saldría de allí, se llevaría a la niña lejos y la escondería para siempre. No dejaría que nadie jamás volviera a hacerle daño, aunque tuviera que matar a todo el que la mirase con mala cara. Pero siempre asegurándose de que ella estuviera bien, de que ninguno de sus ataques pudiera siquiera rozarla. No se lo perdonaría si algo así sucedía.
Rugido de Destrucción [AF]
Pero algo le saltó encima, haciendo que el demonio activara el Tekkai en su cuerpo para evitar ser dañado. No sabía si esa serpiente era venenosa, pero mejor no dejar que atravesara su piel y fue por ello que utilizó dicha técnica. Tras eso tomó la serpiente con la mano y la aplastó con fuerza, extendiendo el fuego por ella por si se le ocurría volver a su estado de prenda. Entonces fue cuando se dio cuenta de las intenciones curativas de la mujer, no podía dejar que se recuperara... Y por eso iba a eliminar cualquier atisbo de curación posible, por muy celestial que fuera. Sus ojos se abrieron con furia y el demonio que casi no cabía en aquella habitación abrió la boca exhalando un fuerte rugido. Pero no solo podía intimidar hasta al hombre más valiente, sino que ese rugido iba cargado del poder de Musashi hasta el punto de ser tan abrasador como su alma [Rugido de Destrucción]. Tras ese ataque era posible que el fuego se extendiera por el edificio, pero no era un problema demasiado serio. Siempre podría tomar a la niña, salir volando o hasta eliminar el fuego con su mechero absorbe oxígeno.
Tras su ataque alzó la mirada, observando el cuerpo de la mujer serafín con desprecio por lo que habían hecho. —¡¡No dejaré que le hagáis nada a Ame Sora!! ¡¡Sufrid una mínima parte del dolor que sentí en mi alma cuando os la llevasteis!!— vociferó, sin duda parecía fuera de control. Iba a romperlos, iba a quemarlos e iba a matarlos. Y después saldría de allí, se llevaría a la niña lejos y la escondería para siempre. No dejaría que nadie jamás volviera a hacerle daño, aunque tuviera que matar a todo el que la mirase con mala cara. Pero siempre asegurándose de que ella estuviera bien, de que ninguno de sus ataques pudiera siquiera rozarla. No se lo perdonaría si algo así sucedía.
Rugido de Destrucción [AF]
- Resumen:
- Le lanzo la técnica Rugido de Destrucción a la serafín.
- Técnicas utilizadas:
- ◘Rugido de destrucción: Musashi demuestra su nivel de furia demoníaca lanzando una gran onda de choque a medio alcance pero muy destructora, y la cuál está recubierta de fuego debido a la naturaleza de su Akuma. Esta onda de choque alcanza los quince metros hasta que pierde fuerza y posee una fuerza capaz de arrastrar todo lo que golpee de por medio, así como quemarlo con su aliento de demonio. La anchura del ataque es de dos metros de radio. Posee una versión más débil en la que la onda no es tan destructiva y no está embuida en fuego, lo que es muy útil para empujar a un aliado que está en medio de un ataque, por ejemplo.
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El tío de la guadaña tuvo que hacer extraños movimientos para evitar las katanas, pero por supuesto no le costó demasiado esfuerzo. Seguro que se estaba preguntando de donde venían. O quizás no, puede que estuviera demasiado ocupado como para hacerlo. El caso es que Alice esperaba haber abierto una brecha para que el otro hombre le atacara. Date seguía contra el ángel, pero desde donde estaba, Ally seguía sin poder enviar ningún ataque que no le pillara en medio. Aunque... Hizo levitar las katanas del tipo de la guadaña de nuevo y las envió hacia aquel ser alado. Nueva distracción, porque dudaba que le hicieran algo.
Dejó caer las dos katanas que le quedaban al suelo. Podía controlarlas en cierto radio, y así no información tanto de su presencia. Empezó a caminar entre las dos luchas "separadas", con el peligro que eso conllevaba. Controlaba su respiración casi inexistente por el nerviosismo a cada paso que daba. No podía permitirse entrar en estado de pánico. Al fondo esperaba Ame Sora, aquella niña cuyo paradero los había traído de cabeza, especialmente a Date. Sus ojos seguían llorosos, aunque no sabía decir si más o menos ahora que había llegado el semigigante.
Mientras tanto las katanas que había dejado caer se movían despacio a ras de suelo, siguiéndola muy de cerca. Su corazón palpitaba tanto que creía que cualquiera allí presente podía oírlo con sólo aguzar un poco el oído. Se llevó la mano debajo de la camiseta. Si no era capaz de coger sus armas más grandes a tiempo todavía le quedaba la daga.
Ame estaba cerca pero no sabía si lograría llegar hasta ella...
Dejó caer las dos katanas que le quedaban al suelo. Podía controlarlas en cierto radio, y así no información tanto de su presencia. Empezó a caminar entre las dos luchas "separadas", con el peligro que eso conllevaba. Controlaba su respiración casi inexistente por el nerviosismo a cada paso que daba. No podía permitirse entrar en estado de pánico. Al fondo esperaba Ame Sora, aquella niña cuyo paradero los había traído de cabeza, especialmente a Date. Sus ojos seguían llorosos, aunque no sabía decir si más o menos ahora que había llegado el semigigante.
Mientras tanto las katanas que había dejado caer se movían despacio a ras de suelo, siguiéndola muy de cerca. Su corazón palpitaba tanto que creía que cualquiera allí presente podía oírlo con sólo aguzar un poco el oído. Se llevó la mano debajo de la camiseta. Si no era capaz de coger sus armas más grandes a tiempo todavía le quedaba la daga.
Ame estaba cerca pero no sabía si lograría llegar hasta ella...
- Resumen:
- Sigo haciendo el tonto con Puppetmaster e intento llegar hasta Ame Sora, para poder liberarla.
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El cuerpo del mecánico cayó al suelo, partido por la mitad, como muerto. Al principio se dejó estar quieto. El movimiento de su rival había sido rápido, y se había hecho intangible por puro instinto. Unas décimas de segundo más tarde y habría muerto. Sin embargo, la ausencia de sangre no tardaría en alertar a su rival. Velozmente, Erik echó mano de su chaqueta y sacó una pequeña granada de color azul. Le sacó la anilla y la hizo rodar por el suelo hacia el de la guadaña. Sin perder tiempo, se arrastró hacia su mitad inferior y se las arregló para colocar su torso cortado junto a su otra mitad. Ambas partes se unieron por una especie de cristal blanquecino. Rápidamente rodó hacia la puerta y se levantó.
- Buah... para haberme matado.
Miró hacia su rival, preparándose para volver al ataque. Esta vez sería más cauteloso. ¿Habría sido afectado por su granada eléctrica? Esta liberaba en una pequeña área de dos metros de radio una descarga de 0.1 amperios, suficiente para matar a una persona corriente. Sin embargo... aquellos tipos no eran normales. La tipa de las alas había recibido una herida mortal en el pecho y seguía viva, y el de la guadaña había desviado perdigones de escopeta con su arma como si nada. Por no hablar de haberlo partido a la mitad.
- Muy bien... es hora de ponerse serios - dijo el revolucionario.
Visualizó una imagen de un guante. Pero no un guante cualquiera. Debía ser frágil, muy pesado y romperse en pedazos afilados y pequeños al quebrar. Además debía ser fácil de quitar, preferiblemente incluso "lanzable". Extendió su brazo derecho con seriedad. En aquella técnica emplearía todos sus conocimientos y su dominio de la akuma. Ahora parecía una persona totalmente distinta al rockero macarra que solía ser.
- Shio Shio no Making!
De repente de su mano comenzaron a brotar cristales de sal y tomar forma. Al principio el conjunto parecía una masa informe que rodease su brazo y parte de su antebrazo. Pero pronto comenzó a cambiar, adoptando una forma más reconocible. Parecía un puño gigante, más grande que su cabeza. Tras unos instantes, terminó de crearlo, dotándolo de su aspecto final. Era como la mano de un robot, y tenía todo lujo de detalles. No había podido evitar al "diseñar" el guantelete pensar en los robots que él mismo fabricaba, y eso le había influido. El sistema del guante era sencillo: estaba pensado para romper al primer impacto, hecho con parte huecas por dentro pero con un gran tamaño para que pesase bastante. Además, no llegaba a rodear totalmente la mano. Lo sujetaba por una barra por dentro del aparejo, con lo que podía soltarlo en cualquier momento y este se desprendería de él. Erik se colocó en una posición como de boxeo, y decidió marcarse un farol.
- De acuerdo, eres bueno. Me has obligado a mostrarte mi auténtico talento. ¡Prepárate, porque cuerpo a cuerpo nadie supera mi guantelete!
Su rival era muy poderoso. Y por eso posiblemente se confiaría. Si le hacía creer que él mismo se había confiado y se había decidido atacar a lo loco y entrando en el rango de su guadaña, posiblemente se relajaría y se centraría en destrozarle. Y ahí sería donde le pillaría. Aquella clase de ataque no le haría mucho daño a menos que el guantelete le impactara con todo el pelo en el cuerpo o un cristal le rajara una arteria. Pero no era, en principio, el propósito del mismo. La idea era que el otro lo bloqueara y quebrase al momento, dada la fragilidad. Con suerte, muchas cuchillas se le clavarían en la piel, muchas tan pequeñas que no causarían daño siquiera. Y ahí serían donde entraría en juego la función desecante de su sal, que debilitaría a aquel hombre. Tal vez lo suficiente para que su "gigantón sin bando" lo destrozara. Corrió hacia el tipo gritando y con el puño hacia atrás. Entonces balanceó el brazo formando un arco desde su posición tras su espalda hacia el hombre. Se frenó a una distancia muy escasa de él, tras su breve carrera, casi dentro del rango de la guadaña. Terminó el movimiento de su brazo añadiendo un ligero impulso hacia delante con su hombro y soltando la barra del guantelete, el cual por inercia continuó su camino hacia el tipo. Erik se lanzó hacia atrás al momento, esperando un posible contraataque y volviéndose intangible.
Bombas chispazo + Salt Punch [AIF]
- Buah... para haberme matado.
Miró hacia su rival, preparándose para volver al ataque. Esta vez sería más cauteloso. ¿Habría sido afectado por su granada eléctrica? Esta liberaba en una pequeña área de dos metros de radio una descarga de 0.1 amperios, suficiente para matar a una persona corriente. Sin embargo... aquellos tipos no eran normales. La tipa de las alas había recibido una herida mortal en el pecho y seguía viva, y el de la guadaña había desviado perdigones de escopeta con su arma como si nada. Por no hablar de haberlo partido a la mitad.
- Muy bien... es hora de ponerse serios - dijo el revolucionario.
Visualizó una imagen de un guante. Pero no un guante cualquiera. Debía ser frágil, muy pesado y romperse en pedazos afilados y pequeños al quebrar. Además debía ser fácil de quitar, preferiblemente incluso "lanzable". Extendió su brazo derecho con seriedad. En aquella técnica emplearía todos sus conocimientos y su dominio de la akuma. Ahora parecía una persona totalmente distinta al rockero macarra que solía ser.
- Shio Shio no Making!
De repente de su mano comenzaron a brotar cristales de sal y tomar forma. Al principio el conjunto parecía una masa informe que rodease su brazo y parte de su antebrazo. Pero pronto comenzó a cambiar, adoptando una forma más reconocible. Parecía un puño gigante, más grande que su cabeza. Tras unos instantes, terminó de crearlo, dotándolo de su aspecto final. Era como la mano de un robot, y tenía todo lujo de detalles. No había podido evitar al "diseñar" el guantelete pensar en los robots que él mismo fabricaba, y eso le había influido. El sistema del guante era sencillo: estaba pensado para romper al primer impacto, hecho con parte huecas por dentro pero con un gran tamaño para que pesase bastante. Además, no llegaba a rodear totalmente la mano. Lo sujetaba por una barra por dentro del aparejo, con lo que podía soltarlo en cualquier momento y este se desprendería de él. Erik se colocó en una posición como de boxeo, y decidió marcarse un farol.
- De acuerdo, eres bueno. Me has obligado a mostrarte mi auténtico talento. ¡Prepárate, porque cuerpo a cuerpo nadie supera mi guantelete!
Su rival era muy poderoso. Y por eso posiblemente se confiaría. Si le hacía creer que él mismo se había confiado y se había decidido atacar a lo loco y entrando en el rango de su guadaña, posiblemente se relajaría y se centraría en destrozarle. Y ahí sería donde le pillaría. Aquella clase de ataque no le haría mucho daño a menos que el guantelete le impactara con todo el pelo en el cuerpo o un cristal le rajara una arteria. Pero no era, en principio, el propósito del mismo. La idea era que el otro lo bloqueara y quebrase al momento, dada la fragilidad. Con suerte, muchas cuchillas se le clavarían en la piel, muchas tan pequeñas que no causarían daño siquiera. Y ahí serían donde entraría en juego la función desecante de su sal, que debilitaría a aquel hombre. Tal vez lo suficiente para que su "gigantón sin bando" lo destrozara. Corrió hacia el tipo gritando y con el puño hacia atrás. Entonces balanceó el brazo formando un arco desde su posición tras su espalda hacia el hombre. Se frenó a una distancia muy escasa de él, tras su breve carrera, casi dentro del rango de la guadaña. Terminó el movimiento de su brazo añadiendo un ligero impulso hacia delante con su hombro y soltando la barra del guantelete, el cual por inercia continuó su camino hacia el tipo. Erik se lanzó hacia atrás al momento, esperando un posible contraataque y volviéndose intangible.
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El hombre de la guadaña golpea la esfera azul, lanzándola al techo, donde explota, provocando un espectáculo de chispas. Y entonces, trata de cortar en dos a Erik. En su ataque, ignora por completo el guantelete de sal, por lo que le da en el pecho de lleno.
Hora de la cosecha (Haki armadura lvl 2)[AB]
Mientras tanto, el serafín estalla en llamas, gritando. Al mismo tiempo, un montón de llamas prenden en la alfombra del suelo, con lo que Ame Sora queda aislada al otro lado del muro de llamas, gritando. Pide auxilio, pero de pronto sus ataduras parecen aflojarse. Parece que Alice ha llegado hasta ella. El ángel grita mientras arde:
- ¡Yaaaargh! -saca una espada brillante y trata de golpear a Date con ella, atravesando el pecho del demonio con la hoja de luz sagrada.
Mártir [AMF]
Hora de la cosecha (Haki armadura lvl 2)[AB]
Mientras tanto, el serafín estalla en llamas, gritando. Al mismo tiempo, un montón de llamas prenden en la alfombra del suelo, con lo que Ame Sora queda aislada al otro lado del muro de llamas, gritando. Pide auxilio, pero de pronto sus ataduras parecen aflojarse. Parece que Alice ha llegado hasta ella. El ángel grita mientras arde:
- ¡Yaaaargh! -saca una espada brillante y trata de golpear a Date con ella, atravesando el pecho del demonio con la hoja de luz sagrada.
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Había logrado llegar hasta Ame Sora sin que la descubrieran, o eso parecía. Quizás los combatientes estaban demasiado ocupados luchando como para darse cuenta... Recogió sus armas del suelo, ahora que las cuatro se hallaban a sus pies.
No supo que pasó pero de repente volaron chispas. Le dio el tiempo justo para interponerse entre ellas y Ame Sora cubriéndose la cara, pero apenas unas cuantas llegaron a quemar ligeramente la piel de sus brazos y a hacer agujeritos en su camiseta. Pensó que "el peligro había pasado" pero de pronto la alfombra prendió y un muro de fuego se alzó, separándolas a ellas de los demás. No sabía si aquello era bueno o malo pero...
Ame gritaba y pedía auxilio mientras miraba a través de su invisible cuerpo las llamas pero no a lo hombres que peleaban tras ellas pues eran un tanto altas y todavía estaba sentada. Claro, todavía no era visible. Tampoco sabía si debía aparecer o no. Pero no creía que la chica confiara en fantasmas... Dio la vuelta alrededor de su silla, sacó la daga de debajo de su camiseta por un momento y cortó las cuerdas, al tiempo que se hacía visible detrás de Ame. Guardó la daga, volvió a ponerse enfrente a ella y la cogió con suavidad por las muñecas, increpándola pero tratando de no asustarla.
-Vamos, debes confiar en mí. Le dije a Date que le ayudaría a sacarte de aquí -volvió la vista, intentando observar algo entre las llamas, sin resultado. Luego la miró a los ojos muy seria. -Tenemos que encontrar otra salida.
Le soltó sólo una de las muñecas y observó a su alrededor. Allí detrás se abría una especie de pasillo, poco iluminado y con un aspecto aterrador. Era lo que había, estando como estaban, cercadas por las llamas. Intentó tirar de la chica en aquella dirección.
-Ven, por favor. No tenemos otra opción.
Esperaba convencerla, porque si no estarían en un lío muy grande.
No supo que pasó pero de repente volaron chispas. Le dio el tiempo justo para interponerse entre ellas y Ame Sora cubriéndose la cara, pero apenas unas cuantas llegaron a quemar ligeramente la piel de sus brazos y a hacer agujeritos en su camiseta. Pensó que "el peligro había pasado" pero de pronto la alfombra prendió y un muro de fuego se alzó, separándolas a ellas de los demás. No sabía si aquello era bueno o malo pero...
Ame gritaba y pedía auxilio mientras miraba a través de su invisible cuerpo las llamas pero no a lo hombres que peleaban tras ellas pues eran un tanto altas y todavía estaba sentada. Claro, todavía no era visible. Tampoco sabía si debía aparecer o no. Pero no creía que la chica confiara en fantasmas... Dio la vuelta alrededor de su silla, sacó la daga de debajo de su camiseta por un momento y cortó las cuerdas, al tiempo que se hacía visible detrás de Ame. Guardó la daga, volvió a ponerse enfrente a ella y la cogió con suavidad por las muñecas, increpándola pero tratando de no asustarla.
-Vamos, debes confiar en mí. Le dije a Date que le ayudaría a sacarte de aquí -volvió la vista, intentando observar algo entre las llamas, sin resultado. Luego la miró a los ojos muy seria. -Tenemos que encontrar otra salida.
Le soltó sólo una de las muñecas y observó a su alrededor. Allí detrás se abría una especie de pasillo, poco iluminado y con un aspecto aterrador. Era lo que había, estando como estaban, cercadas por las llamas. Intentó tirar de la chica en aquella dirección.
-Ven, por favor. No tenemos otra opción.
Esperaba convencerla, porque si no estarían en un lío muy grande.
- Resumen:
- Llego hasta Ame, corto sus cuerdas, me hago visible ante ella e intento llevarla hacia un pasillo que tenemos detrás porque no hay otra salida al estar cercadas por el fuego.
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En su lado el combate parecía decidido, pues la mujer había empezado a gritar mientras las llamas la consumían. Es por eso que dejó de prestar atención durante un segundo mientras sacaba su mechero especial, el que evitaba que Ame saliera herida en aquel tipo de situaciones. Era un mechero capaz de absorber todo el oxígeno de una zona pequeña haciendo que el fuego dejara de arder y, tras un segundo, soltarlo de nuevo para que la gente pudiera respirar. Era muy útil ya que el poder de Date no era como para crear grandes incendios, y con ese poder podía prácticamente anularlo. Pero el radio de acción era pequeño, y era mejor que lo usara la niña desde su posición para así evitar que ninguna llama se acercara a ella. Por ello se lo lanzó en cuanto lo sacó, esperando que lo atrapara pues había sido liberada por Alice. En ese momento la confusión invadió su mente. No quería confiar ni necesitar a nadie, pero la situación lo tenía agarrado por los huevos y aquella mujer parecía ser buena escabulléndose entre el combate.
No tuvo tiempo de pensar realmente si podía o no confiar en ella. Tendría que hacerlo, pue estaba en una situación cuanto menos delicada. Miró hacia abajo, observando lo que parecía ser el último ataque de la mujer mientras una oleada de adrenalina ascendía por su cuerpo. Una espada abrasadora le había atravesado el pecho, y aunque su torso fuera más grande gracias a la transformación eso no impedía que fuera una herida bastante seria de la que preocuparse. El demonio gruñó durante unos instantes para acto seguido alzar su brazo izquierdo en el aire. Era la última vez que iba a ver esa cara tan bonita y opuesta a él, pues con toda su rabia le asestó un tremendo golpe con su aterrador brazalete. De impactarla su pieza de armadura indestructible aplastaría la cabeza de la serafín contra la pared, o el suelo si no estaba lo suficientemente cerca. Y entonces, por si seguía viva, el escudo haría el resto mediante una onda de choque que a esa distancia y con algo detrás podría reventarle la cabeza en pedazos.
Y tras eso se dio la vuelta, mirando de reojo a Ame Sora pero centrándose en el hombre que tenía delante. El otro combatiente parecía que seguía a lo suyo y, aunque estaba sorprendido de que alguien lo estuviera ayudando, no estaba allí para darle las gracias a nadie. Por ello se acercó hasta él con toda su rabia y buscó atrapar con sus brazos a aquel sujeto, inmovilizarlo para que no pudiera moverse. Tosió sangre, su herida le pasaba factura, pero endureció su cuerpo con el Tekkai de forma que esta se volviera duro y fijo como el acero. Trataría de sujetarle los brazos en una llave de inmovilización para que su compañero de batalla pudiera darle el mejor golpe que tuviera. Y sino, cuando se recuperara un poco, él mismo lo aplastaría entre sus brazos.
Mortis te da un besito en la cara [AMF]
No tuvo tiempo de pensar realmente si podía o no confiar en ella. Tendría que hacerlo, pue estaba en una situación cuanto menos delicada. Miró hacia abajo, observando lo que parecía ser el último ataque de la mujer mientras una oleada de adrenalina ascendía por su cuerpo. Una espada abrasadora le había atravesado el pecho, y aunque su torso fuera más grande gracias a la transformación eso no impedía que fuera una herida bastante seria de la que preocuparse. El demonio gruñó durante unos instantes para acto seguido alzar su brazo izquierdo en el aire. Era la última vez que iba a ver esa cara tan bonita y opuesta a él, pues con toda su rabia le asestó un tremendo golpe con su aterrador brazalete. De impactarla su pieza de armadura indestructible aplastaría la cabeza de la serafín contra la pared, o el suelo si no estaba lo suficientemente cerca. Y entonces, por si seguía viva, el escudo haría el resto mediante una onda de choque que a esa distancia y con algo detrás podría reventarle la cabeza en pedazos.
Y tras eso se dio la vuelta, mirando de reojo a Ame Sora pero centrándose en el hombre que tenía delante. El otro combatiente parecía que seguía a lo suyo y, aunque estaba sorprendido de que alguien lo estuviera ayudando, no estaba allí para darle las gracias a nadie. Por ello se acercó hasta él con toda su rabia y buscó atrapar con sus brazos a aquel sujeto, inmovilizarlo para que no pudiera moverse. Tosió sangre, su herida le pasaba factura, pero endureció su cuerpo con el Tekkai de forma que esta se volviera duro y fijo como el acero. Trataría de sujetarle los brazos en una llave de inmovilización para que su compañero de batalla pudiera darle el mejor golpe que tuviera. Y sino, cuando se recuperara un poco, él mismo lo aplastaría entre sus brazos.
Mortis te da un besito en la cara [AMF]
- Resumen:
- Pasarle el mechero a Ame/Alice, recibir el ataque, golpear a la serafín con su escudo (el cual hace ondas de impacto cuando choca con algo) y tratar de inmovilizar al otro tipo.
- Mechero:
- - Un mechero clásico Zippo de metal que al mover la rueda hacia abajo se enciende normal, pero al moverla en sentido contrario absorbe todo el oxígeno a su alrededor durante dos segundos, para soltarlo de nuevo tras este tiempo. La funcionalidad no es la de asfixiar a nadie ni nada por el estilo, sino la de apagar cualquier pequeño fuego que pueda haber creado con sus poderes y pueda afectar a la pequeña Ame Sora. De esta manera, podría apagar cualquier fuego que haya en un radio de dos metros siendo él el centro. Solo puede hacerse una vez por tema.
Nota: Esto no sirve contra usuarios de logia o paramecia de fuego, pues aunque apagues el fuego que hay a tu alrededor un usuario de esta fruta te va a lanzar más y te va a quemar igualmente. Como se ha dicho, servirá para evitar que la pequeña se queme en caso de estar cerca de Date al liberar su poder. Así mismo, en lugares abiertos o donde el fuego sea muy intenso no lo apagará del todo, solo lo mermará.
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Observó cómo la guadaña se dirigía hacia él, demasiado veloz como para apartarse siquiera. Su golpe había sido totalmente inútil. Maldición... ¿tanta diferencia había entre ellos? Ni siquiera había logrado herirlo. Tanto esfuerzo y tanto trabajo duro y seguía siendo inútil. No iba ni a poder contraatacar, pues la escopeta estaba tirada en el suelo a un par de metros de él. Apretó los dientes, y tuvo breves imágenes de su pasado. Su padre muerto en el suelo, desangrado y lleno de heridas de bala. A él mismo encadenado y remando en una galera, rodeado de otros esclavos y bajo la continua amenaza del látigo. Y finalmente, a su padrastro gritándole que era un inútil y que nunca haría nada de provecho en la vida. Enseñó los dientes en una mueca feroz, y masculló:
- Yo no soy ningún inútil
Movido por la ira y por el subidón de adrenalina al verse en un peligro mortal, comenzó a generar enormes cantidades de sal en torno a él. Un enorme bloque de cristal de sal lo rodeó, del cual asomaron estacas del mismo material de medio metro de longitud. Toda aquella cúpula tenía la capacidad desecante de su sal. El arma impactó contra su cúpula causando un gran estruendo de cristales rotos. Aunque la hoja penetró profundamente en su defensa y llegó hasta su hombro izquierdo, causándole una fea herida. Sin embargo, no pasó de ahí. El poder cortante de aquel arma podía ser todo lo grande que quisiera, pero con aquella forma, no podía atravesar más su defensa, pues el enorme mango no tenía las mismas capacidades de corte que la hoja. Así pues, sólo podía atravesarla tanto como largo fuese el acero. Ahora sólo le quedaba esperar que Date aprovechara la cúpula contra el rival. Si era listo (lo había visto aproximarse por detrás del otro) lo empalaría contra las estacas.
Defensa total [AB]
- Yo no soy ningún inútil
Movido por la ira y por el subidón de adrenalina al verse en un peligro mortal, comenzó a generar enormes cantidades de sal en torno a él. Un enorme bloque de cristal de sal lo rodeó, del cual asomaron estacas del mismo material de medio metro de longitud. Toda aquella cúpula tenía la capacidad desecante de su sal. El arma impactó contra su cúpula causando un gran estruendo de cristales rotos. Aunque la hoja penetró profundamente en su defensa y llegó hasta su hombro izquierdo, causándole una fea herida. Sin embargo, no pasó de ahí. El poder cortante de aquel arma podía ser todo lo grande que quisiera, pero con aquella forma, no podía atravesar más su defensa, pues el enorme mango no tenía las mismas capacidades de corte que la hoja. Así pues, sólo podía atravesarla tanto como largo fuese el acero. Ahora sólo le quedaba esperar que Date aprovechara la cúpula contra el rival. Si era listo (lo había visto aproximarse por detrás del otro) lo empalaría contra las estacas.
Defensa total [AB]
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El fuego se extingue, y Sora observa a Date y extiende sus brazos hacia él.
- ¡Date! -sus ojos brillan con las lágrimas que parecen a punto de brotar.
El golpe contra el serafín parece reventarle la cara con la potencia. El ángel cae al suelo de rodillas, y se desploma tras unos instantes. Mientras tanto, el hombre de la guadaña es atrapado por Date. De pronto, sus músculos parecen hincharse de forma impresionante, y las venas se marcan en sus manos y cara. Su ropa negra se le ajusta y se deshilacha. A base de pura fuerza bruta empieza a abrir la llave de Date, y lo agarra por las muñecas para tratar de lanzarlo sobre sí mismo contra el bloque de sal. Tras eso, recogería su guadaña.
Suplex extremo [AF]
- ¡Date! -sus ojos brillan con las lágrimas que parecen a punto de brotar.
El golpe contra el serafín parece reventarle la cara con la potencia. El ángel cae al suelo de rodillas, y se desploma tras unos instantes. Mientras tanto, el hombre de la guadaña es atrapado por Date. De pronto, sus músculos parecen hincharse de forma impresionante, y las venas se marcan en sus manos y cara. Su ropa negra se le ajusta y se deshilacha. A base de pura fuerza bruta empieza a abrir la llave de Date, y lo agarra por las muñecas para tratar de lanzarlo sobre sí mismo contra el bloque de sal. Tras eso, recogería su guadaña.
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Se sorprendió cuando el tipo logró abrir su llave, aquel tipejo poseía una fuerza enorme. Se vio lanzado hacia la persona que estaba intentando de dañarlo por lo que sería él quien recibiría el ataque si no hacía nada para evitarlo. Transformó su cuerpo en la versión híbrida Demon Transformation, la cual era más pequeña y poseía dos alas con las que maniobrar. Su cuerpo se lanzó en el aire por lo que él agitó las alas con el propósito de recuperar el equilibrio y, una vez se había colocado, pateó el aire para salir hacia adelante. —Geppou.— dijo por instinto al utilizar esa técnica que había aprendido en sus tiempos en el Cipher Pol. Esto no impidió que varias estacas de la estructura salina de Erik se clavaran en su cuerpo, pero con el impulso de su salto se despegaron tras realizar el corte inicial. Se sentía débil, pero tenía que seguir peleando aunque le fuera la vida en ello.
Aterrizó delante de su contricante, tomándose unos segundos para escupir sangre y llevarse la mano al pecho que le abrasaba enormemente. Necesitaba un médico, alguien que pudiera tratar sus heridas sin que lo acusaran de traición y quisieran matarlo. Pero sobretodo tenía que conseguir que la chica Ame Sora estuviera a salvo. —¡Apaga el fuego con eso!— le gritó a Alice, provocando que escupiera de nuevo una gran bocanada de sangre. Su rostro se llenó de arrugas producto de la masa de odio que se había formado en su interior al mirar de nuevo al tipo de la guadaña. Había llegado el momento de acabar con ese combate, y por mucha fuerza muscular que tuviera no podría hacer frente a la rabia que quería salir de su cuerpo. —¡Salid de aquí!— dijo el destructor a las otras dos personas pero, sobretodo, a la niña.
Para empezar tomó su maza y la lanzó con fuerza hacia la pared en la que estaban Ame Sora y Alice, aunque invisible. Debería tener fuerza suficiente para romper la pared y crear una salida. Acto seguido, el suelo se astilló con su paso debido a la velocidad a la que había salido. Impulsándose con el Soru y con sus alas se había lanzado hacia su enemigo. Además había usado el Tekkai en su versión mejorada que le permitía moverse aun cuando utilizaba esta resistente habilidad. Y para más inri, el cuerpo del semigigante se vio envuelto del Haki Armadura provocando que fuera una mole resistente e impenetrable. Alzó el puño hacia adelante con el escudo Mortis como fuerza ofensiva, pues cualquier golpe dado por el brazalete no solo sería muy pesado y duro sino que produciría una onda de energía allá donde golpeara. Si ese golpe le acertaba quizás tuviera fuerza suficiente para mandar al tipo por los aires y hacerle atravesar la pared, momento que aprovecharía para llevarse a Ame Sora de allí si las otras personas no lo habían hecho. Se sorprendió, era la primera vez que confiaba -fuera por obligación o no- en otra persona en mucho tiempo.
Embestida de Semigigante [AF] Haki Armadura Nivel 1 + Tekkai + Mortis, escudo demoniaco.
Aterrizó delante de su contricante, tomándose unos segundos para escupir sangre y llevarse la mano al pecho que le abrasaba enormemente. Necesitaba un médico, alguien que pudiera tratar sus heridas sin que lo acusaran de traición y quisieran matarlo. Pero sobretodo tenía que conseguir que la chica Ame Sora estuviera a salvo. —¡Apaga el fuego con eso!— le gritó a Alice, provocando que escupiera de nuevo una gran bocanada de sangre. Su rostro se llenó de arrugas producto de la masa de odio que se había formado en su interior al mirar de nuevo al tipo de la guadaña. Había llegado el momento de acabar con ese combate, y por mucha fuerza muscular que tuviera no podría hacer frente a la rabia que quería salir de su cuerpo. —¡Salid de aquí!— dijo el destructor a las otras dos personas pero, sobretodo, a la niña.
Para empezar tomó su maza y la lanzó con fuerza hacia la pared en la que estaban Ame Sora y Alice, aunque invisible. Debería tener fuerza suficiente para romper la pared y crear una salida. Acto seguido, el suelo se astilló con su paso debido a la velocidad a la que había salido. Impulsándose con el Soru y con sus alas se había lanzado hacia su enemigo. Además había usado el Tekkai en su versión mejorada que le permitía moverse aun cuando utilizaba esta resistente habilidad. Y para más inri, el cuerpo del semigigante se vio envuelto del Haki Armadura provocando que fuera una mole resistente e impenetrable. Alzó el puño hacia adelante con el escudo Mortis como fuerza ofensiva, pues cualquier golpe dado por el brazalete no solo sería muy pesado y duro sino que produciría una onda de energía allá donde golpeara. Si ese golpe le acertaba quizás tuviera fuerza suficiente para mandar al tipo por los aires y hacerle atravesar la pared, momento que aprovecharía para llevarse a Ame Sora de allí si las otras personas no lo habían hecho. Se sorprendió, era la primera vez que confiaba -fuera por obligación o no- en otra persona en mucho tiempo.
Embestida de Semigigante [AF] Haki Armadura Nivel 1 + Tekkai + Mortis, escudo demoniaco.
- Resumen:
- Me transformo en demonio con alas. Me recoloco en el aire con geppou y las alas del demonio aunque el golpe me daña principalmente en las extremidades inferiores. Arrojo la maza para hacer un agujero en la pared y me lanzo al ataque tratando de darle un golpe que lo lance volando.
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Ahora el gigante parecía un demonio por completo. No podía distinguir nada de lo que había sido en un principio. Su piel negra parecía quemada y cuarteada y entre sus grietas lo único que había se asemejaba al fuego... De su espalda brotaban oscuras y enormes alas. Miró a través del fuego como podía. Y si intentaba lanzar unas ondas cortantes o algo así... No, no era buena idea. Observó el intercambio de ataques. Demasiado peligroso.
El caso es que aquello no importaba. Cogió el mechero que le lanzaba Date en el aire y rápidamente agarró a Ame por una de las muñecas otra vez para evitar que se muera a donde estaba él. Por la cara corrían muchos regueros de lágrimas pero no era el momento de acercarse más a ellos. Tampoco se atrevía a intentar atacar por miedo a darle a quien no debía.
El fuego se apagó de un plumazo y una maza voló peligrosamente cerca de ellas e impactó en una de las paredes, abriendo un boquete por el que podían salir. Lo miró atentamente por un segundo y se encogió de hombros. Mejor que aquel pasillo siniestro que a saber a donde llevaba. Tiró de Ame hacia allí, y empezó a agrandar un poco el agujero quitando fragmentos de piedras. Se agachó e intentó salir arrastrando a Ame con ella.
Resumen: coge el mechero y se larga con Ame por el boquete. Un gran resumen, sí señor.
El caso es que aquello no importaba. Cogió el mechero que le lanzaba Date en el aire y rápidamente agarró a Ame por una de las muñecas otra vez para evitar que se muera a donde estaba él. Por la cara corrían muchos regueros de lágrimas pero no era el momento de acercarse más a ellos. Tampoco se atrevía a intentar atacar por miedo a darle a quien no debía.
El fuego se apagó de un plumazo y una maza voló peligrosamente cerca de ellas e impactó en una de las paredes, abriendo un boquete por el que podían salir. Lo miró atentamente por un segundo y se encogió de hombros. Mejor que aquel pasillo siniestro que a saber a donde llevaba. Tiró de Ame hacia allí, y empezó a agrandar un poco el agujero quitando fragmentos de piedras. Se agachó e intentó salir arrastrando a Ame con ella.
Resumen: coge el mechero y se larga con Ame por el boquete. Un gran resumen, sí señor.
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El hombre forzudo se ve sorprendido por la ofensiva del semigigante y sale disparado contra la pared, estrellándose y poniendo los ojos en blanco debido al fuerte golpe. Cae redondo al suelo, mientras su guadaña cae a su lado, refulgiendo con un tono brillante.
- Spoiler:
- La guadaña está hecha de una aleación de titanio y acero. Un personaje puede usarla de forma que su fuerza aumente en un 400% durante 1 post antes de tener que descansar durante 3 post.
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