Drago Kasov
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Dos días atrás navegaba en un barco mercante pero un barco pirata empezó a bombardearlo. Todas las personas que estábamos en aquel barco, cogimos botes y nos embarcamos a la deriva. En mi pequeña embarcación había una barra de pan y un recipiente. La vianda se acabó al poco tiempo y no sabía hacia donde me dirigía.
Llevaba un día sin comer... solamente tenía un botijo relleno de agua cristalina y la barriga me rugía cada vez más bajo un sol ardiente y un mar en calma. Divisé una isla en el horizonte, me costaba bastante enfocar mi vista en ella porque la radiación del sol hacía que se nublara mi vista. Me esperé a acercarme más y las olas se empezaron a mostrar más violentas. La isla estaba completamente rodeada de altos acantilados, aquellas olas guiaban a mi bote hacia su destrucción. Con todas mis fuerzas intenté remar para salir de aquel círculo de olas agresivas y para descubrir algún tipo de entrada. Estaba rodeando aquellas filas de acantilados por el ala este y al cabo de un cuarto de hora vi que las escarpaduras empezaban a escasear y ya se podía entrar por una playa de arena blanquecina que estaba caliente.
La atravesé corriendo ya que estaba deseando encontrar algún lugar donde poder comer algo sabroso. Llegué a una aldea muy pacífica y tranquila a primera vista, los vecinos conducían a su ganado hacia el este y otros conducían las carretas con las hortalizas. Diferencié entre todas las casas una un poco más grande y de distinto tono de madera, parecía un restaurante. Fui a la barra corriendo y el camarero, un hombre mayor con los pelos canosos recogidos en una coleta y una gran perilla se sobresaltó al verme tan exhausto.
-Co...com...¡¡comida, po... porfavor!!- dejé 40 berries sobre la mesa y el camarero fue corriendo hacia la cocina y se empezó a escuchar los utensilios de cocina.
-Tome hijo- dijo el camarero con una voz amable colocando un plato con una carne roja bañada en una salsa de avellanas.
Cogí aquel plato y me alejé hasta una mesa en la esquina del bar para pasar desapercibido y empecé a comer aquel chuletón sabroso cuyo sabor se propagaba por toda mi boca.
Llevaba un día sin comer... solamente tenía un botijo relleno de agua cristalina y la barriga me rugía cada vez más bajo un sol ardiente y un mar en calma. Divisé una isla en el horizonte, me costaba bastante enfocar mi vista en ella porque la radiación del sol hacía que se nublara mi vista. Me esperé a acercarme más y las olas se empezaron a mostrar más violentas. La isla estaba completamente rodeada de altos acantilados, aquellas olas guiaban a mi bote hacia su destrucción. Con todas mis fuerzas intenté remar para salir de aquel círculo de olas agresivas y para descubrir algún tipo de entrada. Estaba rodeando aquellas filas de acantilados por el ala este y al cabo de un cuarto de hora vi que las escarpaduras empezaban a escasear y ya se podía entrar por una playa de arena blanquecina que estaba caliente.
La atravesé corriendo ya que estaba deseando encontrar algún lugar donde poder comer algo sabroso. Llegué a una aldea muy pacífica y tranquila a primera vista, los vecinos conducían a su ganado hacia el este y otros conducían las carretas con las hortalizas. Diferencié entre todas las casas una un poco más grande y de distinto tono de madera, parecía un restaurante. Fui a la barra corriendo y el camarero, un hombre mayor con los pelos canosos recogidos en una coleta y una gran perilla se sobresaltó al verme tan exhausto.
-Co...com...¡¡comida, po... porfavor!!- dejé 40 berries sobre la mesa y el camarero fue corriendo hacia la cocina y se empezó a escuchar los utensilios de cocina.
-Tome hijo- dijo el camarero con una voz amable colocando un plato con una carne roja bañada en una salsa de avellanas.
Cogí aquel plato y me alejé hasta una mesa en la esquina del bar para pasar desapercibido y empecé a comer aquel chuletón sabroso cuyo sabor se propagaba por toda mi boca.
Yumiko Mei
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-¡Boooom!-Es lo que se había oído cuando estaba despertandome. Salté de la cama rápidamente y miré si seguía entera, definitivamente, aún estaba totalmente intacta. Tomé mis cosas y bajé rápidamente a la cubierta del barco, donde los marineros corrían de un lado a otro con baldes de agua, al parecer había explotado algo y se podía ver fuego en uno de los laterales del barco. En ese momento me acerqué al hombre que me había permitido subir al barco, el subcapitán. Estaba algo preocupado y mostraba cierto enfado con sus hombres, además de no parar de mirar al horizonte.
-¿Qué es lo que acaba de pasar?-Pregunté mostrando una cara asustada, no tenía ni idea de que había pasado y temía por que nos hundiéramos, al fin y al cabo era usuaria de una de esas frutas del diablo.
-Verás señorita, estamos siendo atacados por un barco pirata, resulta que hace tiempo nos metimos en problemas con su banda y aún nos mantienen rencor, siguiéndonos a donde sea que vayamos.-Dijo preocupado mientras hacía señales a sus hombres de que contraatacaran.
En ese momento miré al horizonte y observé el barco que estaba atacándoles, presentaba una bandera con dos tenedores y un sushi en el centro, parecía más bien digno de un restaurante marítimo que de un barco pirata, pero las apariencias engañan casi siempre. Miré al capitán del barco, que se encontraba en el timón y le hice una señal de que mantuviera el barco firme, sería la encargada de hacer que esos piratas retrocedan. Cogí mi arco y concentré mi energía en esta, cubriendolo de un aura azul oscuro, tras eso, tomé un par de flechas y apunté a varios hombres, disparandoles unas cuantas flechas, a la velocidad de casi dos veces la del sonido. Estas flechas consiguieron atravesar la pierna del hombre que estaba en el timón y a uno de los artilleros. Tras eso, pensé una estrategia que tendría más efecto en un barco como ese y que no había aplicado hasta ahora. Apunté al cielo con mi Rain-Bow y sin ese aura azulado y disparé cientas de flechas de energía, que el propio arco era capaz de producir. Esas flechas, además de ser de energía, estaban imbuidas de haki de armadura, si chocaban contra el casco del barco, probablemente lo atravesarían.
El barco pirata, ante mi ataque, que aún no había llegado a ellos, empezó a disparar sus cañones hacia nosotros. Yo tomé mi arco y me preparé para atravesar las bolas de cañón que viniesen en dirección a nosotros. Apunté varias flechas y las disparé concentrandome en la punta de estas, la velocidad y potencia de las mismas sería bastante superior a unas balas de rifle y además el efecto que el haki de armadura haría sobre estas, aumentaría todavía más la potencia de las mismas. Las flechas chocaron contra las bolas de cañón y estas explotaron en el aire, a bastante distancia de nosotros. Unos segundos después, las flechas que poco antes había disparado hacia el cielo, empezaron a descender a máxima velocidad, atravesando el casco del barco cientas de veces, además de las personas que viajaban en el mismo. Poco después una explosión fuerte tranformó el barco de piratas en una pila de carne carbonizada y escombros. Al parecer, probablemente haya atravesado la bodega con polvora, al menos eso fue lo que pensé. El ataque fue un éxito totalmente y los marineros consiguieron por fin parar el incendio que se estaba formando en el barco.
Rain-Bow + Full Speed-Power Arrows + Rain of Pain + Busoushoku Haki(Nivel 2)[AMF]
Aplausos y gritos de felicidad se oyeron cuando el barco enemigo explotó y todos los marineros vinieron a felicitarme, algunos me llevaron en brazos mientras gritaban gracias y aplaudían por ese anterior espectáculo. Yo estaba feliz, aunque probablemente haya desperdiciado un buen dinero, pues esos piratas probablemente hubieran tenido alguna recompensa. Tras esos halagos por parte de los marineros de ese barco mercantil, llegamos al puerto de la isla que teníamos más cercana. Se trataba de nada más y nada menos que la isla en la que se encontraba la Villa de Syrup, no muy conocida por este mar, pero con una importante industria ganadera. Bajé al puerto y el capitán me sonrío en agradecimiento a todo mi trabajo en el barco, al final no me cobraron nada por el viaje, que es en lo que habíamos quedado cuando había partido con ellos.
Nada más bajar al puerto sentí el aroma de comida y mi estómago empezó a rugir, puse mi mano encima de mi tripa y busqué con la mirada algo que inspirara comida. A lo lejos vislumbré un edificio con un gran pescado sobre este y que probablemente representaba un restaurante. Caminé hacia el mismo mirando a las personas que tenía alrededor, eran ciudadanos que vestían ropa humilde y mantenían una vida basada en la agricultura y la ganadería, se podían ver diferentes animales domésticos por la ciudad y algún que otro carro con verduras impulsado por caballos. Cabe destacar que el sol brillaba con fuerza y dejaba ver el típico cielo azul que en este mar relucía constantemente. Mientras seguía caminando, una niña se tropezó y se cayó a mis pies, una mujer algo alejada me miró asustada. No entendía esa mirada y ayudé a levantarse a la niña, seguidamente saqué de mi bolsillo una de mis galletas favoritas, de las cuales casi siempre tenía unas pocas, pero en este caso era la última que me quedaba.
-Toma, siento haberme puesto en tu camino, pásalo bien con tus amigos y comparte.-Dije sonriendo mientras le ofrecía la galleta a la niña y sin ninguna intención secundaria.
El rostro de la mujer cambió seguidamente a una sonrisa y la niña fue corriendo hacia esa mujer, que probablemente sería su madre. Estaba feliz y le dio un mordisco a la galleta mientras se despedía de mí. Seguí caminando hasta alcanzar el restaurante y entré, dentro se podía sentir olor a carne recién cocinada y a verduras cocidas. Me acerqué a la barra y busqué al camarero o tabernero de ese lugar, para mis sorpresa vino unos segundos después y se trataba de un señor algo viejo y con cierta apariencia de chef de cocina experimentado. No sabía como había deducido eso, quizás solo fuera mi intuición femenina, o simplemente un prejuicio.
-¿Qué desea señorita?-Preguntó con voz sincera y sonriendo el hombre.
-Me gustaría probar la especialidad de la casa, si no hay ningún problema y si además tiene algún periódico, estaría encantada de poder leerlo.-Dije con voz dulce y terminando mi frase esbozando una sonrisa.
-Enseguida se lo traigo, son cien berries y viene incluido un cocktail de frutas tropicales, espero que guste de ello.-Añadió posteriormente.
Unos segundos después el hombre vino con un plato lleno de verduras y carne, parecía una ensalada, pero su olor inspiraba algo mucho más sabroso. Además de eso, encima de la bandeja, había un cocktail de color azulado y con media rebanada de naranja y azúcar alrededor de los bordes. Dejé los cien berries sobre la mesa y busqué con la mirada un sitio donde sentarme. En uno de los lugares más alejados vi a un joven solitario comiendo, así que para hacerle algo de compañía decidí comer ahí.
-¿Puedo sentarme? Veo que no hay mucha gente comiendo en este restaurante.-Preguntaba sonriendo mientras miraba al joven de pelo oscuro y ojos anaranjados. Parecía un chico interesante, aunque estaba casi devorando el plato de comida.
Sin esperar su respuesta me senté a su lado y dejé mi arco y mis cosas a un lado de la mesa, daba por hecho que me permitiría sentarme, aunque no estaba totalmente segura de ello. Después de eso empecé a probar de ese plato tan interesante, el sabor era múltiple, se podía sentir la verdura como se esparcía por la boca, mientras la carne le daba un cierto sabor fuerte y aromado, estaba totalmente delicioso. Unos segundos después probé del cocktail que ahí tenía, este presentaba un sabor determinado, era algo como la piña, pero no tan dulce y con cierto sabor a fresa, estaba dulce y amargo a la vez, pero definitivamente muy bueno. Me había impresionado la comida y bebida que eran capaces de hacer en un restaurante de un mar tan poco transitado como este.
-La comida de este restaurante está deliciosa, y que decir de la bebida y el servicio, son sublimes, ¿no cree?-Dije sonriendo mientras seguía comiendo de ese mejunje tan delicioso.
-Siento mi gran entrometimiento y que se me haya olvidado presentarme, mi nombre es Yumiko Mei y provengo de este mar, aunque no de esta isla, he pasado a visitarla por propia curiosidad. ¿Y usted es de por aquí?-Añadí sonriendo para finalmente seguir comiendo de esa delicia.
-¿Qué es lo que acaba de pasar?-Pregunté mostrando una cara asustada, no tenía ni idea de que había pasado y temía por que nos hundiéramos, al fin y al cabo era usuaria de una de esas frutas del diablo.
-Verás señorita, estamos siendo atacados por un barco pirata, resulta que hace tiempo nos metimos en problemas con su banda y aún nos mantienen rencor, siguiéndonos a donde sea que vayamos.-Dijo preocupado mientras hacía señales a sus hombres de que contraatacaran.
En ese momento miré al horizonte y observé el barco que estaba atacándoles, presentaba una bandera con dos tenedores y un sushi en el centro, parecía más bien digno de un restaurante marítimo que de un barco pirata, pero las apariencias engañan casi siempre. Miré al capitán del barco, que se encontraba en el timón y le hice una señal de que mantuviera el barco firme, sería la encargada de hacer que esos piratas retrocedan. Cogí mi arco y concentré mi energía en esta, cubriendolo de un aura azul oscuro, tras eso, tomé un par de flechas y apunté a varios hombres, disparandoles unas cuantas flechas, a la velocidad de casi dos veces la del sonido. Estas flechas consiguieron atravesar la pierna del hombre que estaba en el timón y a uno de los artilleros. Tras eso, pensé una estrategia que tendría más efecto en un barco como ese y que no había aplicado hasta ahora. Apunté al cielo con mi Rain-Bow y sin ese aura azulado y disparé cientas de flechas de energía, que el propio arco era capaz de producir. Esas flechas, además de ser de energía, estaban imbuidas de haki de armadura, si chocaban contra el casco del barco, probablemente lo atravesarían.
El barco pirata, ante mi ataque, que aún no había llegado a ellos, empezó a disparar sus cañones hacia nosotros. Yo tomé mi arco y me preparé para atravesar las bolas de cañón que viniesen en dirección a nosotros. Apunté varias flechas y las disparé concentrandome en la punta de estas, la velocidad y potencia de las mismas sería bastante superior a unas balas de rifle y además el efecto que el haki de armadura haría sobre estas, aumentaría todavía más la potencia de las mismas. Las flechas chocaron contra las bolas de cañón y estas explotaron en el aire, a bastante distancia de nosotros. Unos segundos después, las flechas que poco antes había disparado hacia el cielo, empezaron a descender a máxima velocidad, atravesando el casco del barco cientas de veces, además de las personas que viajaban en el mismo. Poco después una explosión fuerte tranformó el barco de piratas en una pila de carne carbonizada y escombros. Al parecer, probablemente haya atravesado la bodega con polvora, al menos eso fue lo que pensé. El ataque fue un éxito totalmente y los marineros consiguieron por fin parar el incendio que se estaba formando en el barco.
Rain-Bow + Full Speed-Power Arrows + Rain of Pain + Busoushoku Haki(Nivel 2)[AMF]
Aplausos y gritos de felicidad se oyeron cuando el barco enemigo explotó y todos los marineros vinieron a felicitarme, algunos me llevaron en brazos mientras gritaban gracias y aplaudían por ese anterior espectáculo. Yo estaba feliz, aunque probablemente haya desperdiciado un buen dinero, pues esos piratas probablemente hubieran tenido alguna recompensa. Tras esos halagos por parte de los marineros de ese barco mercantil, llegamos al puerto de la isla que teníamos más cercana. Se trataba de nada más y nada menos que la isla en la que se encontraba la Villa de Syrup, no muy conocida por este mar, pero con una importante industria ganadera. Bajé al puerto y el capitán me sonrío en agradecimiento a todo mi trabajo en el barco, al final no me cobraron nada por el viaje, que es en lo que habíamos quedado cuando había partido con ellos.
Nada más bajar al puerto sentí el aroma de comida y mi estómago empezó a rugir, puse mi mano encima de mi tripa y busqué con la mirada algo que inspirara comida. A lo lejos vislumbré un edificio con un gran pescado sobre este y que probablemente representaba un restaurante. Caminé hacia el mismo mirando a las personas que tenía alrededor, eran ciudadanos que vestían ropa humilde y mantenían una vida basada en la agricultura y la ganadería, se podían ver diferentes animales domésticos por la ciudad y algún que otro carro con verduras impulsado por caballos. Cabe destacar que el sol brillaba con fuerza y dejaba ver el típico cielo azul que en este mar relucía constantemente. Mientras seguía caminando, una niña se tropezó y se cayó a mis pies, una mujer algo alejada me miró asustada. No entendía esa mirada y ayudé a levantarse a la niña, seguidamente saqué de mi bolsillo una de mis galletas favoritas, de las cuales casi siempre tenía unas pocas, pero en este caso era la última que me quedaba.
-Toma, siento haberme puesto en tu camino, pásalo bien con tus amigos y comparte.-Dije sonriendo mientras le ofrecía la galleta a la niña y sin ninguna intención secundaria.
El rostro de la mujer cambió seguidamente a una sonrisa y la niña fue corriendo hacia esa mujer, que probablemente sería su madre. Estaba feliz y le dio un mordisco a la galleta mientras se despedía de mí. Seguí caminando hasta alcanzar el restaurante y entré, dentro se podía sentir olor a carne recién cocinada y a verduras cocidas. Me acerqué a la barra y busqué al camarero o tabernero de ese lugar, para mis sorpresa vino unos segundos después y se trataba de un señor algo viejo y con cierta apariencia de chef de cocina experimentado. No sabía como había deducido eso, quizás solo fuera mi intuición femenina, o simplemente un prejuicio.
-¿Qué desea señorita?-Preguntó con voz sincera y sonriendo el hombre.
-Me gustaría probar la especialidad de la casa, si no hay ningún problema y si además tiene algún periódico, estaría encantada de poder leerlo.-Dije con voz dulce y terminando mi frase esbozando una sonrisa.
-Enseguida se lo traigo, son cien berries y viene incluido un cocktail de frutas tropicales, espero que guste de ello.-Añadió posteriormente.
Unos segundos después el hombre vino con un plato lleno de verduras y carne, parecía una ensalada, pero su olor inspiraba algo mucho más sabroso. Además de eso, encima de la bandeja, había un cocktail de color azulado y con media rebanada de naranja y azúcar alrededor de los bordes. Dejé los cien berries sobre la mesa y busqué con la mirada un sitio donde sentarme. En uno de los lugares más alejados vi a un joven solitario comiendo, así que para hacerle algo de compañía decidí comer ahí.
-¿Puedo sentarme? Veo que no hay mucha gente comiendo en este restaurante.-Preguntaba sonriendo mientras miraba al joven de pelo oscuro y ojos anaranjados. Parecía un chico interesante, aunque estaba casi devorando el plato de comida.
Sin esperar su respuesta me senté a su lado y dejé mi arco y mis cosas a un lado de la mesa, daba por hecho que me permitiría sentarme, aunque no estaba totalmente segura de ello. Después de eso empecé a probar de ese plato tan interesante, el sabor era múltiple, se podía sentir la verdura como se esparcía por la boca, mientras la carne le daba un cierto sabor fuerte y aromado, estaba totalmente delicioso. Unos segundos después probé del cocktail que ahí tenía, este presentaba un sabor determinado, era algo como la piña, pero no tan dulce y con cierto sabor a fresa, estaba dulce y amargo a la vez, pero definitivamente muy bueno. Me había impresionado la comida y bebida que eran capaces de hacer en un restaurante de un mar tan poco transitado como este.
-La comida de este restaurante está deliciosa, y que decir de la bebida y el servicio, son sublimes, ¿no cree?-Dije sonriendo mientras seguía comiendo de ese mejunje tan delicioso.
-Siento mi gran entrometimiento y que se me haya olvidado presentarme, mi nombre es Yumiko Mei y provengo de este mar, aunque no de esta isla, he pasado a visitarla por propia curiosidad. ¿Y usted es de por aquí?-Añadí sonriendo para finalmente seguir comiendo de esa delicia.
- Ataques usado en la destrucción del barco de arriba:
- Full Speed-Power Arrows:
- Yumiko imbuye su energía en su arco dándole un color rojo claro y durante dos posts es capaz de lanzar flechas 10 veces más rápidas y potentes que sus flechas normales. Estas flechas al chocar contra algo expanden una onda de choque e intentan atravesar lo que tengan delante.
- Haki de armadura nivel 2:
- •Nivel 2
-A partir del nivel 40: Busoushoku Haki Nivel 2
Descripción: Permite imbuir una parte de tu cuerpo en un Haki Armadura más denso y poderoso, llamado "Armamento" con el que la piel se vuelve de un color morado azabache brillante. Este Haki aparte de seguir permitiéndote tocar a los Logia, te otorga un aumento físico de fuerza cuando es activado, así como de defensa.
Poderes:
• Te permite tocar a los usuarios de fruta Logia Etérea
• Te permite imbuir una parte de tu cuerpo en el Haki Armadura.
• Te permite detener físicamente ataques de rango AMF de pj con hasta 7 niveles inferior al tuyo.
• Te permite detener físicamente ataques de rango AF de pj desde 7 niveles inferiores a ti, mismo nivel y hasta 5 niveles superior al tuyo.
- Rain of Pain:
- Se disparan multitud de flechas hacia el aire con trayectorias diferentes. Todas las flechas caen dentro de un circulo. Las flechas atraviesan todo lo que haya en este área y sirve principalmente para poder cubrir gran cantidad de enemigos.
- Rain-Bow:
- Se trata de un arco capaz de disparar y crear sus propias flechas de energía. Las flechas disparadas por este arco alcanzan la velocidad de 350m/s y dejan una estela arcoiris casi invisible en su trayectoria. El arco, por otro lado, esta repleto de mecanismos que le permiten alcanzar esta velocidad de disparo y también contiene una especie de mecanismo capaz de crear las flechas de energía que se usan posteriormente.
- Descripción completa y habilidades especiales:
- Se trata de un arco hecho casi en su totalidad de grafeno y los mecanismos por otro lado de acero y algunos de oro para su menor degradación. La cuerda es una fibra muy fina compuesta por multitud de telarañas, la composición de la cuerda es tan resistente y flexible que supera con creces la resistencia del kevlar y la flexibilidad de un elastómero. El arco se ajusta perfectamente a la mano de un usuario y no afecta en nada su sistema de creación de flechas, porque este se encuentra muy bien escondido y tapado. Sus flechas dejan una estela arcoiris y viajan a la velocidad de 350 m/s y además puede crear sus propias flechas de energía.
- Descripción Gráfica:
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Empezaba a comer mi plato de comida cuando, gracias a mi gran capacidad auditiva, escuché a unos vecinos conversar. Decían algo acerca de que había llegado un barco mercante, por cómo lo describían, parecía ser el navío en el cual había viajado. Por lo visto había logrado salir prácticamente ileso de aquel enfrentamiento con la embarcación pirata, seguramente hubiera alguien con un gran poder y ayudó. Mientras pinchaba con el tenedor un trozo de carne y la hundía en la salsa, escuché un pequeño gritito, era el de una niña que se habría tropezado con algo. A continuación se escuchaban los pasos de alguien que se aproximaba al restaurante. Bajé mi mano derecha hacia mi daga, cuando la sombra del individuo era parpable por todo el restaurante, me dispuse a desvainar mi daga pero la figura de una mujer con un cabello muy largo y rubio apareció y atravesó el establecimiento y pidió comida al camarero. Parecía ser buena persona, guardé la daga y seguí comiendo.
Poco después, el camarero le sirvió a aquella mujer. Un plato de carne similar al mío pero con verduras y un vaso de tubo con una rebanada de lo que parecía ser una naranja. Cogió su plato y su bebida y se dio la vuelta y echó un vistazo al lugar. Después noté que fijó su mirada en mi,comenzó a sonreír y a avanzar hacia mí. Empecé a ponerme nervioso y me puse a comer como un becerro. "¿¡Una mujer, viendo hacia mí...!?" no dejaba de repetírmelo.
-¿Puedo sentarme? Veo que no hay mucha gente comiendo en este restaurante.-una voz amable y melódica salió de la boca de aquella bella mujer.
No pude articular ninguna palabra, me sentía observado y noté que me estaba empezando a sonrojar. Bajé mi mirada hacia mi plato y seguí comiendo mientras ella se sentaba al lado mía. Miré de reojo, la vi quitándose su arco de encima y lo colocaba a un lado de la mesa. Se veía un arco potente que ella sabía manejar y dominar. "¿Tal vez...ella fuera...?" Levé mi trasero levemente y me alejé un poco de ella, no se si lo habría notado pero parecía concentrada en la comida.
-La comida de este restaurante está deliciosa, y que decir de la bebida y el servicio, son sublimes, ¿no cree?
Seguí concentrado en mi comida, no pude contestar a aquella pregunta, un peso en el pecho no me permitía expresarme, me sentía como un prisionero atado tanto de manos como de pies.
-Siento mi gran entrometimiento y que se me haya olvidado presentarme, mi nombre es Yumiko Mei y provengo de este mar, aunque no de esta isla, he pasado a visitarla por propia curiosidad. ¿Y usted es de por aquí?
Volví mi cabeza levemente hacia ella para mirarle su inocente rostro, para mi sorpresa tenía unas orejas puntiagudas y dirigidas hacia afuera y los ojos de un tono azul claro.
-Me...me llamo Aa...Aaron-me tuve que armar de valor para pronunciar aquellas palabras, no pude decirlas mirándola a los ojos, solo divisaba mi plato sin ningún alimento en él. Me gustaría preguntarle que tal estaba o si viajaba en aquel barco mercantil... pero ya no me pude armar de valor para articular esas palabras por lo que saqué mi pequeña libreta de color azul, la abrí por una página al azar y escribí: La comida del restaurante está muy buena. No soy de esta isla, provengo del West Blue pero llevo navegando por este mar varios meses, perdí la cuenta pero no creo que llegue al año todavía. El barco en el que viajaba fue atacado por piratas, algunos huimos y me embarqué a la deriva en un pequeño bote que me trajo aquí. Le pasé la libreta y le hice un gesto con la mano izquierda para que lo viera.
Poco después, el camarero le sirvió a aquella mujer. Un plato de carne similar al mío pero con verduras y un vaso de tubo con una rebanada de lo que parecía ser una naranja. Cogió su plato y su bebida y se dio la vuelta y echó un vistazo al lugar. Después noté que fijó su mirada en mi,comenzó a sonreír y a avanzar hacia mí. Empecé a ponerme nervioso y me puse a comer como un becerro. "¿¡Una mujer, viendo hacia mí...!?" no dejaba de repetírmelo.
-¿Puedo sentarme? Veo que no hay mucha gente comiendo en este restaurante.-una voz amable y melódica salió de la boca de aquella bella mujer.
No pude articular ninguna palabra, me sentía observado y noté que me estaba empezando a sonrojar. Bajé mi mirada hacia mi plato y seguí comiendo mientras ella se sentaba al lado mía. Miré de reojo, la vi quitándose su arco de encima y lo colocaba a un lado de la mesa. Se veía un arco potente que ella sabía manejar y dominar. "¿Tal vez...ella fuera...?" Levé mi trasero levemente y me alejé un poco de ella, no se si lo habría notado pero parecía concentrada en la comida.
-La comida de este restaurante está deliciosa, y que decir de la bebida y el servicio, son sublimes, ¿no cree?
Seguí concentrado en mi comida, no pude contestar a aquella pregunta, un peso en el pecho no me permitía expresarme, me sentía como un prisionero atado tanto de manos como de pies.
-Siento mi gran entrometimiento y que se me haya olvidado presentarme, mi nombre es Yumiko Mei y provengo de este mar, aunque no de esta isla, he pasado a visitarla por propia curiosidad. ¿Y usted es de por aquí?
Volví mi cabeza levemente hacia ella para mirarle su inocente rostro, para mi sorpresa tenía unas orejas puntiagudas y dirigidas hacia afuera y los ojos de un tono azul claro.
-Me...me llamo Aa...Aaron-me tuve que armar de valor para pronunciar aquellas palabras, no pude decirlas mirándola a los ojos, solo divisaba mi plato sin ningún alimento en él. Me gustaría preguntarle que tal estaba o si viajaba en aquel barco mercantil... pero ya no me pude armar de valor para articular esas palabras por lo que saqué mi pequeña libreta de color azul, la abrí por una página al azar y escribí: La comida del restaurante está muy buena. No soy de esta isla, provengo del West Blue pero llevo navegando por este mar varios meses, perdí la cuenta pero no creo que llegue al año todavía. El barco en el que viajaba fue atacado por piratas, algunos huimos y me embarqué a la deriva en un pequeño bote que me trajo aquí. Le pasé la libreta y le hice un gesto con la mano izquierda para que lo viera.
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Precisión
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Agudeza
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La comida estaba deliciosa, pensaba. El joven no me estaba haciendo mucho caso, era raro, pero nada más me senté miró a su comida y empezó a comer como un poseso, quizás no haya visto nunca a una chica, o simplemente no hubiera estado cerca de una, no me importaba mucho, pero quería entablar una conversación con el, pues no tenía ganas de estar callada y aburrida. Tras decir todas mis frases, el joven siguió comiendo y tartamudeando me dijo su nombre, de lo cual entendí "Aaron", un nombre nuevo e interesante. Tras eso, el chico tomó una libreta y empezó a escribir, segundos después me la mostró, entonces empecé a dudar de porque no me lo había dicho, en vez de escribirlo, parecía que estaba algo nervioso y se le notaba algo rojo en la cara. Al ver esa reacción, activé mi haki de observación, empecé a sentir su alma, era pura pero estaba muy agitada, quizás se encontraba nervioso por mí o por alguna otra cosa, pero no conseguía captarlo del todo.
Me leí lo que me había escrito, lo cual me había sorprendido y no por las palabras expresamente, sino por esa caligrafía casi perfecta, es decir, conocía personas que escribían muy bien, pero el chico escribía mejor que esas personas que había conocido, tanto de pequeña, como ahora. Parecía como si las palabras se leyeran por si solas, no necesitaba ir palabra a palabra e intentar comprender cada una de ellas, parecían estar ligadas perfectamente y en un color negro intenso de tinta. Miré al chico y le sonreí, no tenía una caligrafía tan buena como el, así que no le respondería escribiendo, sino lo haría hablando, como era más humano y común para mí.
-Empecemos por lo principal, tienes una caligrafía envidiable, es decir, no he visto mejor caligrafía en todos los mares en los que había viajado y eso que no he viajado poco. En cuanto a tu forma de hablar, entiendo que no estés del todo seguro de hablar con desconocidas, pero créeme, no te morderé, sin embargo, si es por otro problema, no pasa nada si sigues hablando escribiendo, con esa caligrafía no me resultará complicado descifrar tus palabras. Por otro lado, hablando del barco, puede ser que ese barco haya sido en el que hayamos venido ambos, vi como algunos botes se iban alejando del mismo cuando me levanté esta mañana con una explosión en cubierta, resultó que varios piratas nos estaban atacando, así que para no acabar peor nuestro barco, me deshice del suyo. Los piratas acabaron hundidos, es probable que hubieras visto una lluvia de flechas, fueron las encargadas de dar el veredicto final a esos tan molestos criminales. Quizás me haya pasado un poquito con ellos, pero me hicieron levantarme de mi dulce sueño y además atacaron a mis recientes aliados. Y tu, ¿cómo fue para ti la estancia en el barco?-Dije mirando a Aaron con una sonrisa e intentando parecer lo más amable posible, no se presentaba ningún rasgo de sospecha en mi cara, pues se me daba mal mentir, en ese momento era lo más sincera posible.
Tras todas esas palabras, seguí disfrutando del cocktail tan bueno que el camarero me había dado, como antes, seguía estando de lujo y no había manera de decirle que no a ese néctar de los dioses. En ese establecimiento habían conseguido combinar una gran cantidad de sabores en algo tan único como el plato de comida que probé anteriormente y ese cocktail tan envidiable, esa comida no era digna de mortales. Después de terminar por fin mi vaso, miré alrededor y vi como por la calle paseaba un hombre encapuchado de apariencia sospechosa, activé mi haki de observación de nuevo y me concentré en su alma, pero para mi asombro, segundos después desapareció, tanto de mi vista como del alcance de mi haki. Me sobresalté y casi tiré la mesa ante ello, es como si hubiera muerto de un segundo a otro, pero no, el encapuchado había estado ahí y luego había desaparecido sin ninguna señal. Volvería a ver a ese hombre muy pronto, pensé algo preocupada.
Me leí lo que me había escrito, lo cual me había sorprendido y no por las palabras expresamente, sino por esa caligrafía casi perfecta, es decir, conocía personas que escribían muy bien, pero el chico escribía mejor que esas personas que había conocido, tanto de pequeña, como ahora. Parecía como si las palabras se leyeran por si solas, no necesitaba ir palabra a palabra e intentar comprender cada una de ellas, parecían estar ligadas perfectamente y en un color negro intenso de tinta. Miré al chico y le sonreí, no tenía una caligrafía tan buena como el, así que no le respondería escribiendo, sino lo haría hablando, como era más humano y común para mí.
-Empecemos por lo principal, tienes una caligrafía envidiable, es decir, no he visto mejor caligrafía en todos los mares en los que había viajado y eso que no he viajado poco. En cuanto a tu forma de hablar, entiendo que no estés del todo seguro de hablar con desconocidas, pero créeme, no te morderé, sin embargo, si es por otro problema, no pasa nada si sigues hablando escribiendo, con esa caligrafía no me resultará complicado descifrar tus palabras. Por otro lado, hablando del barco, puede ser que ese barco haya sido en el que hayamos venido ambos, vi como algunos botes se iban alejando del mismo cuando me levanté esta mañana con una explosión en cubierta, resultó que varios piratas nos estaban atacando, así que para no acabar peor nuestro barco, me deshice del suyo. Los piratas acabaron hundidos, es probable que hubieras visto una lluvia de flechas, fueron las encargadas de dar el veredicto final a esos tan molestos criminales. Quizás me haya pasado un poquito con ellos, pero me hicieron levantarme de mi dulce sueño y además atacaron a mis recientes aliados. Y tu, ¿cómo fue para ti la estancia en el barco?-Dije mirando a Aaron con una sonrisa e intentando parecer lo más amable posible, no se presentaba ningún rasgo de sospecha en mi cara, pues se me daba mal mentir, en ese momento era lo más sincera posible.
Tras todas esas palabras, seguí disfrutando del cocktail tan bueno que el camarero me había dado, como antes, seguía estando de lujo y no había manera de decirle que no a ese néctar de los dioses. En ese establecimiento habían conseguido combinar una gran cantidad de sabores en algo tan único como el plato de comida que probé anteriormente y ese cocktail tan envidiable, esa comida no era digna de mortales. Después de terminar por fin mi vaso, miré alrededor y vi como por la calle paseaba un hombre encapuchado de apariencia sospechosa, activé mi haki de observación de nuevo y me concentré en su alma, pero para mi asombro, segundos después desapareció, tanto de mi vista como del alcance de mi haki. Me sobresalté y casi tiré la mesa ante ello, es como si hubiera muerto de un segundo a otro, pero no, el encapuchado había estado ahí y luego había desaparecido sin ninguna señal. Volvería a ver a ese hombre muy pronto, pensé algo preocupada.
Drago Kasov
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-Empecemos por lo principal, tienes una caligrafía envidiable, es decir, no he visto mejor caligrafía en todos los mares en los que había viajado y eso que no he viajado poco. En cuanto a tu forma de hablar, entiendo que no estés del todo seguro de hablar con desconocidas, pero créeme, no te morderé, sin embargo, si es por otro problema, no pasa nada si sigues hablando escribiendo, con esa caligrafía no me resultará complicado descifrar tus palabras. Por otro lado, hablando del barco, puede ser que ese barco haya sido en el que hayamos venido ambos, vi como algunos botes se iban alejando del mismo cuando me levanté esta mañana con una explosión en cubierta, resultó que varios piratas nos estaban atacando, así que para no acabar peor nuestro barco, me deshice del suyo. Los piratas acabaron hundidos, es probable que hubieras visto una lluvia de flechas, fueron las encargadas de dar el veredicto final a esos tan molestos criminales. Quizás me haya pasado un poquito con ellos, pero me hicieron levantarme de mi dulce sueño y además atacaron a mis recientes aliados. Y tu, ¿cómo fue para ti la estancia en el barco?-dijo Yumiko.
Miré mi libreta y me fijé en mi caligrafía. Yo la veía normal y corriente, que amable por su parte decirme que escribía bastante bien. Parece que aquella mujer iba a ser buena persona e iba a poder conversar con ella estando a la distancia que me encontraba de ella. ¿Ella se deshizo del barco pirata? Esta chica tendría que tener una fuerza y una determinación increíble. No había conocido a nadie hasta ahora con esa misma capacidad. La estaba observando todo el rato, la manera en cómo se dirigía hacia mí y su sonrisa sincera, amable... la verdad que Yumiko creo recordar parecía ser buena. Iba a hacer un esfuerzo e intentar conversar con ella cordialmente como personas normales. Agarré la libreta y me la guardé en el bolsillo del pantalón. Me toqué el pelo hacia arriba para echármelo un poco para la derecha ya que me estaba incordiando un poco y me dispuse a hablar con ella.
-Mi estancia fue buena. Estaba en el barco tranquilamente cuando unos cañonazos empezaron a destrozar el cascarón y algún que otro mástil. Muchos que estábamos allí salimos corriendo y un hombre vestido de blanco, creo que sería el oficial, nos dijo que nuestras vida eran las más importantes y que nos embarcáramos a la deriva ya que había una isla cerca de allí. Tardé dos días o tres en llegar aquí y estaba hambriento por eso me ves ahora mismo aquí sentado. Eres muy amable, ¿lo sabías? Me gusta las personas como tú.-dije mientras la observaba cómo cogía su cocktail que según pude deducir por su expresión estaba realmente bueno.
De repente, su rostro cambió completamente cuando dirigió su vista hasta una ventana. Me sorprendí ya la dirigí yo también, no conseguí ver nada ya que desde mi ángulo solo veía la luz que entraba por ella. Escuché un estruendo y la mesa casi se volcó del sobresalto de Yumiko. No se cayó del todo porque logré agarrarla antes que se cayera, pero las bebidas se derramaron por toda la mesa.
-¿Qu...qué te pasa?-apenas me salían las palabras, no sabía lo que estaba sucediendo. No sabía si había visto a alguien secuestrar a cualquier persona o matarla o ver a cierta persona que no le agradaba.
Miré mi libreta y me fijé en mi caligrafía. Yo la veía normal y corriente, que amable por su parte decirme que escribía bastante bien. Parece que aquella mujer iba a ser buena persona e iba a poder conversar con ella estando a la distancia que me encontraba de ella. ¿Ella se deshizo del barco pirata? Esta chica tendría que tener una fuerza y una determinación increíble. No había conocido a nadie hasta ahora con esa misma capacidad. La estaba observando todo el rato, la manera en cómo se dirigía hacia mí y su sonrisa sincera, amable... la verdad que Yumiko creo recordar parecía ser buena. Iba a hacer un esfuerzo e intentar conversar con ella cordialmente como personas normales. Agarré la libreta y me la guardé en el bolsillo del pantalón. Me toqué el pelo hacia arriba para echármelo un poco para la derecha ya que me estaba incordiando un poco y me dispuse a hablar con ella.
-Mi estancia fue buena. Estaba en el barco tranquilamente cuando unos cañonazos empezaron a destrozar el cascarón y algún que otro mástil. Muchos que estábamos allí salimos corriendo y un hombre vestido de blanco, creo que sería el oficial, nos dijo que nuestras vida eran las más importantes y que nos embarcáramos a la deriva ya que había una isla cerca de allí. Tardé dos días o tres en llegar aquí y estaba hambriento por eso me ves ahora mismo aquí sentado. Eres muy amable, ¿lo sabías? Me gusta las personas como tú.-dije mientras la observaba cómo cogía su cocktail que según pude deducir por su expresión estaba realmente bueno.
De repente, su rostro cambió completamente cuando dirigió su vista hasta una ventana. Me sorprendí ya la dirigí yo también, no conseguí ver nada ya que desde mi ángulo solo veía la luz que entraba por ella. Escuché un estruendo y la mesa casi se volcó del sobresalto de Yumiko. No se cayó del todo porque logré agarrarla antes que se cayera, pero las bebidas se derramaron por toda la mesa.
-¿Qu...qué te pasa?-apenas me salían las palabras, no sabía lo que estaba sucediendo. No sabía si había visto a alguien secuestrar a cualquier persona o matarla o ver a cierta persona que no le agradaba.
Yumiko Mei
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El chico me había comentado que estuvo en el barco y que pocos días antes lo habían abandonado, algo bastante interesante, pues vi muy pocas personas a bordo cuando nos empezaron a atacar, como mucho el capitán y algunos hombres más y eso que habíamos zarpado con mucha más tripulación. Mi reacción posterior asustó enormemente al joven pelinegro, pues nada más tiré parte de la mesa al ver al respectivo hombre desaparecer ante mi cara, tomé mi arco, mi chaqueta y corrí hacia la puerta, no sin antes ofrecer una bolsa llena de berries al dueño de la taberna, en respuesta al desastre que podía haber provocado, probablemente fuera más de lo necesario, pero prefería eso a que luego me viniese pidiendo más.
-Aaron, si quieres puedes venirte conmigo, creo haber visto algo más fuerte de lo que soy capaz de creer, si vienes te comento lo que me pasa, no se si lo que estoy haciendo es lo correcto, pero tengo la extraña sensación de que lo que acabo de ver es bastante más importante que una comida.-Dije sonriendo al joven pelinegro, algo asustada pero mostrando mi sonrisa habitual.
Afuera seguía haciendo sol, con algunas escasas nubes cubriendo el azulado cielo, las calles polvorientas y algún que otro hombre caminando por las mismas. Parecía ser más bien la hora de la comida y quizás por eso había cada vez menos personas por las calles de esa pobre ciudad. Tenía la sensación de que ese hombre rondaba alrededor, así que con mi haki de observación intenté buscarlo, pero no había manera alguna, se había perdido cualquier pista de el, no había presencia alguna de él en las cercanías y solo quedaba buscarlo en el bosque de la isla, o en algún lugar que aún desconocía. Miré a los alrededores en busca de alguna señal que indicara el bosque, pero a pesar de que hubiera una señal ya lo distinguí mirando a lo lejos, estúpida de mí, buscando señales de cosas que se veían a primera vista.
-Será mejor que vaya hacia allí, es el lugar más probable donde un hombre pueda ser capaz de dejar por completo su presencia y transformarse en algo sin alma. Desconozco lo que dentro de ese lugar pueda habitar, pero confío en mis fuerzas y que seré capaz de derrotarlo.-Pensaba en voz alta, sin tomar en cuenta que hubiera o no personas alrededor y con la esperanza de que el joven Aaron también viniese, aunque no estaba del todo seguro si eso fuera una buena idea, puesto que el bosque solo llevaría a más problemas de los que pudiéramos llegar a solucionar. Aún así confiaba en que el joven pelinegro fuera lo suficientemente fuerte para que resistiera a lo que el bosque nos pusiera a prueba.
Tras esa frase empecé a caminar hacia el susodicho conjunto de árboles y animales salvajes y extraños, no entendía de peligro, pero sabía que a lo que me enfrentaría no sería a algo fácil, sin embargo, eso no me quitaría las ganas de visitar esa bonita arbolada y menos las ganas de curiosear en busca de ese hombre invisible, o quizás solo un hombre muerto y no muerto a la vez. Pudo haber sido también fruto de mi imaginación, pero de ser así, prefería no saberlo, puesto que estaba haciendo algo estúpido al seguir los instintos de mi imaginación. El camino hacia el bosque resultaba ser silencioso y agradable, de estar Aaron cerca le preguntaría por su familia, quizás si conoció a sus padres o simplemente si los sigue contactando.
-Aaron, si quieres puedes venirte conmigo, creo haber visto algo más fuerte de lo que soy capaz de creer, si vienes te comento lo que me pasa, no se si lo que estoy haciendo es lo correcto, pero tengo la extraña sensación de que lo que acabo de ver es bastante más importante que una comida.-Dije sonriendo al joven pelinegro, algo asustada pero mostrando mi sonrisa habitual.
Afuera seguía haciendo sol, con algunas escasas nubes cubriendo el azulado cielo, las calles polvorientas y algún que otro hombre caminando por las mismas. Parecía ser más bien la hora de la comida y quizás por eso había cada vez menos personas por las calles de esa pobre ciudad. Tenía la sensación de que ese hombre rondaba alrededor, así que con mi haki de observación intenté buscarlo, pero no había manera alguna, se había perdido cualquier pista de el, no había presencia alguna de él en las cercanías y solo quedaba buscarlo en el bosque de la isla, o en algún lugar que aún desconocía. Miré a los alrededores en busca de alguna señal que indicara el bosque, pero a pesar de que hubiera una señal ya lo distinguí mirando a lo lejos, estúpida de mí, buscando señales de cosas que se veían a primera vista.
-Será mejor que vaya hacia allí, es el lugar más probable donde un hombre pueda ser capaz de dejar por completo su presencia y transformarse en algo sin alma. Desconozco lo que dentro de ese lugar pueda habitar, pero confío en mis fuerzas y que seré capaz de derrotarlo.-Pensaba en voz alta, sin tomar en cuenta que hubiera o no personas alrededor y con la esperanza de que el joven Aaron también viniese, aunque no estaba del todo seguro si eso fuera una buena idea, puesto que el bosque solo llevaría a más problemas de los que pudiéramos llegar a solucionar. Aún así confiaba en que el joven pelinegro fuera lo suficientemente fuerte para que resistiera a lo que el bosque nos pusiera a prueba.
Tras esa frase empecé a caminar hacia el susodicho conjunto de árboles y animales salvajes y extraños, no entendía de peligro, pero sabía que a lo que me enfrentaría no sería a algo fácil, sin embargo, eso no me quitaría las ganas de visitar esa bonita arbolada y menos las ganas de curiosear en busca de ese hombre invisible, o quizás solo un hombre muerto y no muerto a la vez. Pudo haber sido también fruto de mi imaginación, pero de ser así, prefería no saberlo, puesto que estaba haciendo algo estúpido al seguir los instintos de mi imaginación. El camino hacia el bosque resultaba ser silencioso y agradable, de estar Aaron cerca le preguntaría por su familia, quizás si conoció a sus padres o simplemente si los sigue contactando.
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