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Akuma no mi
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Anoche mis amigos me dejaron en las afueras del bosque de esta isla, cerca del pueblo. Finalmente he llegado a este, es realmente hermoso y tranquilo. Camino buscando un lugar donde poder descansar un momento y poder obtener información para poder comenzar mi viaje. Finalmente encuentro una taberna cerca del puerto, es bien pintoresca, asique desdí entrar allí. En la barra estaba atendiendo una joven de no más de 20 años, me le acerqué y le pedí un vaso de limonada con hielo y algo ligero para comer. Cuando lo trajo, le pague con el dinero que me dieron mis amigos antes de irse. Tomé mis alimentos y me senté en una mesa un poco apartada. la chica me miraba extrañada, seguramente por la falta de expreción en mi rostro. Empecé a comer tranquilo mientras pensaba que hacer de ahora en adelante.
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¿Cuánto tiempo llevaré sin descansar? Me preguntaba mientras estaba echado en mi bote en el cual mis pies salían de él y sentía la fría agua cristalina rozándome mis talones. Cerré mis ojos y decidí dejarme fluir por la marea. Poco después, noté que una cuerda me azotaba el rostro. Me levanté sobresaltado, desvainé mi daga mientras me ponía en pie y la colocaba en el cuello a un ciudadano. Al notar el miedo en su cuerpo y expresado mediante su cara, guardé mi daga y le pedí perdón. Dijeron que no pasaba nada y que me iban a llevar a su pueblo, Villa Fucsia.
Por lo visto estábamos bastante cerca, llegamos a la isla de Dawn, en el East Blue en menos de dos horas. Aquellos que me recogieron eran honestos ciudadanos que se pasaron todo el tiempo hablando entre ellos de cómo hacer el mejor nudo en el anzuelo, cual carpa era la más deliciosa entre otras cuestiones.
Nos dirigimos hacia el lado norte de la isla donde resaltaba una gran montaña al fondo. Atravesamos un bosque en el cual ningún peligro nos aguardaba y llegamos a la villa. Era un lugar tranquilo y de personas honestas. Los agraciados ciudadanos me acompañaron a la taberna y se fueron.
Un ruido extraño se escuchaba en su interior. Me asomé y vi lo que parecía ser una pelea por una chica. Ni me fijé en las personas involucradas y me acerqué a la barra. El tabernero, era joven, parecía estar en un aprieto debido al conflicto pero le pedí un zumo de naranja y un plato de variado de verduras que me habían recomendado los honrados ciudadanos. Una gran cantidad de sangre inundó parte de las paredes, me sorprendió, parecía ser que un bestia había matado a uno de los que, al parecer eran los que habían comenzado la pelea. Mientras no me interrumpieran no iba a intervenir por lo que empecé a beber mi bebida la cual tenía un sabor intenso a naranja.
Por lo visto estábamos bastante cerca, llegamos a la isla de Dawn, en el East Blue en menos de dos horas. Aquellos que me recogieron eran honestos ciudadanos que se pasaron todo el tiempo hablando entre ellos de cómo hacer el mejor nudo en el anzuelo, cual carpa era la más deliciosa entre otras cuestiones.
Nos dirigimos hacia el lado norte de la isla donde resaltaba una gran montaña al fondo. Atravesamos un bosque en el cual ningún peligro nos aguardaba y llegamos a la villa. Era un lugar tranquilo y de personas honestas. Los agraciados ciudadanos me acompañaron a la taberna y se fueron.
Un ruido extraño se escuchaba en su interior. Me asomé y vi lo que parecía ser una pelea por una chica. Ni me fijé en las personas involucradas y me acerqué a la barra. El tabernero, era joven, parecía estar en un aprieto debido al conflicto pero le pedí un zumo de naranja y un plato de variado de verduras que me habían recomendado los honrados ciudadanos. Una gran cantidad de sangre inundó parte de las paredes, me sorprendió, parecía ser que un bestia había matado a uno de los que, al parecer eran los que habían comenzado la pelea. Mientras no me interrumpieran no iba a intervenir por lo que empecé a beber mi bebida la cual tenía un sabor intenso a naranja.
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Todo estaba muy tranquilo... hasta que un par de zanganos borrachos empesaron a molestar a la chica que me había atendido. Planeaba intervenir, aunque no fuera asunto mío, pero otro sujeto se me adelantó golpeando a uno de ellos, rompiendole la naríz. Se giró para encarar al otro sujeto, que le había disparado con una pistola la cual no surtió efecto alguno, he inmediatamente, y a una velicidad imprecionante debo admitir, partió en dos al desafortunado con una enorme espada. La sangre salpicó por todas partes, manchando las paredes sercanas y el suelo. Eso me molestó, aunque no cambié de expreción. No tenía que ir tan lejos y al ver como miraba fijoa un tercero que huía por la puerta, asique para que no cometira más locuras me paré frente a él para impedirle el paso.
- Fuiste demasiado lejos, no era necesario que lo mataras. Además mira como estan todas estas personas despues de lo que hiciste- al mirar al rededor se podía apreciar que todo el mundo estaba espantado, menos un chico en la barra que disfrutaba tranquilo un sumo de lo que parecía ser naranja y un plato de verduras frescas de la sona.
Le dí una ultima mirada inexpresiva a aquel bruto y me aserqué a la barra. Al lado de aquel tranquilo muchacho lloraba un niño, yo me le acerqué para consolarlo.
- Tranquilo, no llores, no te pasará nada- trataba de consolarlo. Pero me molesté aun más con aquel sujeto por lo que dijo (entre llantos) el niño a continuación.
- Buaaa papáaaaaa buaaaa- decía mientras apuntaba a uno de los hombres tirados en el piso, yo solo reaccioé a abrazarlo para que no viera la esena, no sabía si apuntaba al liciado o al muerto.
- Fuiste demasiado lejos, no era necesario que lo mataras. Además mira como estan todas estas personas despues de lo que hiciste- al mirar al rededor se podía apreciar que todo el mundo estaba espantado, menos un chico en la barra que disfrutaba tranquilo un sumo de lo que parecía ser naranja y un plato de verduras frescas de la sona.
Le dí una ultima mirada inexpresiva a aquel bruto y me aserqué a la barra. Al lado de aquel tranquilo muchacho lloraba un niño, yo me le acerqué para consolarlo.
- Tranquilo, no llores, no te pasará nada- trataba de consolarlo. Pero me molesté aun más con aquel sujeto por lo que dijo (entre llantos) el niño a continuación.
- Buaaa papáaaaaa buaaaa- decía mientras apuntaba a uno de los hombres tirados en el piso, yo solo reaccioé a abrazarlo para que no viera la esena, no sabía si apuntaba al liciado o al muerto.
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Pareció que la pelea había concluido, un niño pequeño de unos 5 o 6 años lloraba a mis espaldas, seguramente estaría reclamando a sus padres. Noté una presencia al lado mía mientras yo estaba concentrado en mi bocado de verduras que se acercó a aquel crío y lo intentó consolar. Era tarea imposible, el niño respondió en llantos que quería a su padre, el bruto se lo habría cargado. Esa situación me recordó a cuando yo era pequeño y mi padre fue...fue... terminé mi comida y bajé de mi asiento.
-Mira pequeño, siento si te he escandalizado pero ese tipo ha intentado matarme yo solo le he pagado con su misma moneda, siento si soy poco sutil, pero así son las cosas. Si no aguantas el calor sal de la cocina. Esos tipos eran escoria, y seguirán siendo escoria en esta vida o en la otra, yo tengo mi manera de hacer las cosas y supongo que tu tienes la tuya, incluso ese tipo que come hay hará las cosas a su maldito modo. Así que no critiques si no puedes defender tus opiniones.-dijo el bruto.
¿Éste tío se creía en serio que aquel pobre niño iba a poder escucharlo e incluso responder? Su comportamiento me estaba empezando a sacar de quicio, no solía meterme en temas ajenos, pero esto está a otro nivel, a mi nadie me ayudó cuando a mi padre y a mi madre lo mataron y sentí una gran angustia. Aquel tipo se acercó a la barra, al lado mía y lo vi que dejaba una bolsa llena de berries que cubrían las destrucciones cometidas.
Él tenía intención de salir del lugar pero decidí intervenir.
-Oye, ese dinero que acabas de colocar en la barra creo que no repara al pobre chico-dije mientras señalaba con mi dedo índice al pobre que lloraba y se estaba escondiendo en los brazos de un chico, todos los vivos allí presentes dirigieron su mirada hacia mí.No es propio de mí intervenir en problemas ajenos, pero a ese muchacho le tendrás que pedir disculpas por lo menos. Estaba dispuesto, si el chico pedía venganza, a asesinar a aquel bruto.
-Mira pequeño, siento si te he escandalizado pero ese tipo ha intentado matarme yo solo le he pagado con su misma moneda, siento si soy poco sutil, pero así son las cosas. Si no aguantas el calor sal de la cocina. Esos tipos eran escoria, y seguirán siendo escoria en esta vida o en la otra, yo tengo mi manera de hacer las cosas y supongo que tu tienes la tuya, incluso ese tipo que come hay hará las cosas a su maldito modo. Así que no critiques si no puedes defender tus opiniones.-dijo el bruto.
¿Éste tío se creía en serio que aquel pobre niño iba a poder escucharlo e incluso responder? Su comportamiento me estaba empezando a sacar de quicio, no solía meterme en temas ajenos, pero esto está a otro nivel, a mi nadie me ayudó cuando a mi padre y a mi madre lo mataron y sentí una gran angustia. Aquel tipo se acercó a la barra, al lado mía y lo vi que dejaba una bolsa llena de berries que cubrían las destrucciones cometidas.
Él tenía intención de salir del lugar pero decidí intervenir.
-Oye, ese dinero que acabas de colocar en la barra creo que no repara al pobre chico-dije mientras señalaba con mi dedo índice al pobre que lloraba y se estaba escondiendo en los brazos de un chico, todos los vivos allí presentes dirigieron su mirada hacia mí.No es propio de mí intervenir en problemas ajenos, pero a ese muchacho le tendrás que pedir disculpas por lo menos. Estaba dispuesto, si el chico pedía venganza, a asesinar a aquel bruto.
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Mientras trataba de consolar al niño, cosa que no estaba logrando la verdad, aquel molesto sujeto se acercó a mi espalda y, no precisamente en un tono consolador sino todo lo contrario, le dijo al niño.
- Mira pequeño, siento si te he escandalizado pero ese tipo ha intentado matarme yo solo le he pagado con su misma moneda, siento si soy poco sutil, pero así son las cosas. Si no aguantas el calor sal de la cocina. Esos tipos eran escoria, y seguirán siendo escoria en esta vida o en la otra, yo tengo mi manera de hacer las cosas y supongo que tu tienes la tuya, incluso ese tipo que come hay hará las cosas a su maldito modo. Así que no critiques si no puedes defender tus opiniones.-
Eso realmente me enfadó. El muchacho que antes había estado comiendo tranquilamente se levantó de su asiento, parecía realmente molesto.
-Oye, ese dinero que acabas de colocar en la barra creo que no repara al pobre chico- dijo claramente molesto mientras señalaba en nuestra dirección-No es propio de mí intervenir en problemas ajenos, pero a ese muchacho le tendrás que pedir disculpas por lo menos-
Me giré un momento para apreciar la escena. Esto pintaba a feo, por lo que le pedí a la camarera que se llevara al niño a la parte trasera del local. Cuando lo hiso, me paré y me giré a ver a aquel bastardo.
-La verdad, no me importas. Tampoco me imorta lo que hagas con tu vida, ni la forma en que haces las cosas. Todo eso me importa un rabano...- lo miré un momento con el entrecejo fruncido antes de volver a mi inexpreción comun-Pero no tolerará que le hables así a un niño, ¡si un niño! ¡alguien inocente que jamás tendría que pasar por algo así a tan corta edad! ¡si tu o yo o cualquier otra persona tuvo que pasar por algo así cuando joven, no nos dá el derecho a hacer infeliz a los que no han tenido que sufrir!... sí, es verdad que la vida es cruda y que hay que aprender a estar en ella, pero es muy joven, no puedes decirle que asuma que su padre era una escoria, y menos una ves lo han asesinado frenta a sus hojos- mi expreción no cambió pero mis ojos reflejaban mi enojo -Lo menos que puedes hacer por ese niño es ir con el, arrodillarte y pedirle perdón... y si no lo haces por las buenas, te obligaré a hacerlo... y creo que no seré el único- concluí mientras miraba al muchacho al lado mío, parecía tan molesto como yo y listo para matar a aquel bastardo, por un momento me distraje, porque fijandome bien, era un chico muy lindo y había algo en el que me recordaba a Sora, pero rapidamente volví a consentrarme en el bruto ese, esperando su respuesta.
- Mira pequeño, siento si te he escandalizado pero ese tipo ha intentado matarme yo solo le he pagado con su misma moneda, siento si soy poco sutil, pero así son las cosas. Si no aguantas el calor sal de la cocina. Esos tipos eran escoria, y seguirán siendo escoria en esta vida o en la otra, yo tengo mi manera de hacer las cosas y supongo que tu tienes la tuya, incluso ese tipo que come hay hará las cosas a su maldito modo. Así que no critiques si no puedes defender tus opiniones.-
Eso realmente me enfadó. El muchacho que antes había estado comiendo tranquilamente se levantó de su asiento, parecía realmente molesto.
-Oye, ese dinero que acabas de colocar en la barra creo que no repara al pobre chico- dijo claramente molesto mientras señalaba en nuestra dirección-No es propio de mí intervenir en problemas ajenos, pero a ese muchacho le tendrás que pedir disculpas por lo menos-
Me giré un momento para apreciar la escena. Esto pintaba a feo, por lo que le pedí a la camarera que se llevara al niño a la parte trasera del local. Cuando lo hiso, me paré y me giré a ver a aquel bastardo.
-La verdad, no me importas. Tampoco me imorta lo que hagas con tu vida, ni la forma en que haces las cosas. Todo eso me importa un rabano...- lo miré un momento con el entrecejo fruncido antes de volver a mi inexpreción comun-Pero no tolerará que le hables así a un niño, ¡si un niño! ¡alguien inocente que jamás tendría que pasar por algo así a tan corta edad! ¡si tu o yo o cualquier otra persona tuvo que pasar por algo así cuando joven, no nos dá el derecho a hacer infeliz a los que no han tenido que sufrir!... sí, es verdad que la vida es cruda y que hay que aprender a estar en ella, pero es muy joven, no puedes decirle que asuma que su padre era una escoria, y menos una ves lo han asesinado frenta a sus hojos- mi expreción no cambió pero mis ojos reflejaban mi enojo -Lo menos que puedes hacer por ese niño es ir con el, arrodillarte y pedirle perdón... y si no lo haces por las buenas, te obligaré a hacerlo... y creo que no seré el único- concluí mientras miraba al muchacho al lado mío, parecía tan molesto como yo y listo para matar a aquel bastardo, por un momento me distraje, porque fijandome bien, era un chico muy lindo y había algo en el que me recordaba a Sora, pero rapidamente volví a consentrarme en el bruto ese, esperando su respuesta.
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Aquel tipo se detuvo y se dio la vuelta. No tenía intención de luchar pero se le notaba algo molesto. Se agachó poniéndose a la altura del crío y le pidió perdón. Una vez dicho esto se largó del lugar. Entiendo que aquellos malnacidos se merecían la muerte, pero eso de volverte loco llegando incluso a matar a personas inocentes... no lo voy a permitir. A mi me gusta matar también, pero no mato porque sí, pienso que una muerte a manos de uno debería de tener un motivo para que te sientas orgulloso de ello.
Al cabo de unos segundos todos allí nos quedamos mirando la puerta de la taberna la cual chirrió hasta cerrarse. Pagué al camarero y me dispuse a salir sin mediar palabra. Antes de atravesar la puerta, una mujer se arrodilló ante mi y entre sollozos me dijo gracias. No sabía como actuar ante ese acto, ¿por qué alguien me iba a dar a mí gracias? No sabía porque. La miré sorprendido y salí de la taberna. Era la primera vez que me veía en una situación como esa y estaba hasta un poco nervioso. Un sol abrasador daba en el suelo arenoso y se reflejaba. El sudor empezó a salir de la parte de atrás de mi cabello y me pasé la mano derecha para quitármelo. Eché un vistazo a las tiendas de allí hasta que divisé una librería. Entré y vi que estaba repleta de libros antiguos. Estuve buscando algunos libros de batallas y tal para saber como mejorar mi maestría cuando me viera involucrado en alguna ya que mi único recurso era la velocidad, aunque pensándolo en verdad, la agilidad también es uno de mis puntos fuertes.
El librero era un hombre ya mayor narizota y con los pelos completamente blancos. Tenía un poco de chepa y vestía un traje negro con una botas de un tono verdoso que le llegaban hasta por debajo de la rodilla. Estaba montado en un pequeño banco de pie con dos libros en sus manos abiertos de los cuales parecía sacar conclusiones. De repente, giró su mirada hacia mí, sonrió y volvió a observar los libros.
-Eres buena persona, niño. "Je, je,je"-no entendí esa risa, parecía que estaba tosiendo y a la vez riéndose.-Puedes coger los libros que quieras, no te cobraré nada, chico.-dijo mientras una sonrisa inmensa aparecía en su rostro.
Mi cuerpo estaba lleno de satisfacción y le hice una especie de reverencia para mostrar mis respetos y mi gratitud hacia él. Me acerqué a una estantería y me puse a tocar los libros, uno por uno. El polvo se metían entre los dedos, pero a uno le daba igual...
Al cabo de unos segundos todos allí nos quedamos mirando la puerta de la taberna la cual chirrió hasta cerrarse. Pagué al camarero y me dispuse a salir sin mediar palabra. Antes de atravesar la puerta, una mujer se arrodilló ante mi y entre sollozos me dijo gracias. No sabía como actuar ante ese acto, ¿por qué alguien me iba a dar a mí gracias? No sabía porque. La miré sorprendido y salí de la taberna. Era la primera vez que me veía en una situación como esa y estaba hasta un poco nervioso. Un sol abrasador daba en el suelo arenoso y se reflejaba. El sudor empezó a salir de la parte de atrás de mi cabello y me pasé la mano derecha para quitármelo. Eché un vistazo a las tiendas de allí hasta que divisé una librería. Entré y vi que estaba repleta de libros antiguos. Estuve buscando algunos libros de batallas y tal para saber como mejorar mi maestría cuando me viera involucrado en alguna ya que mi único recurso era la velocidad, aunque pensándolo en verdad, la agilidad también es uno de mis puntos fuertes.
El librero era un hombre ya mayor narizota y con los pelos completamente blancos. Tenía un poco de chepa y vestía un traje negro con una botas de un tono verdoso que le llegaban hasta por debajo de la rodilla. Estaba montado en un pequeño banco de pie con dos libros en sus manos abiertos de los cuales parecía sacar conclusiones. De repente, giró su mirada hacia mí, sonrió y volvió a observar los libros.
-Eres buena persona, niño. "Je, je,je"-no entendí esa risa, parecía que estaba tosiendo y a la vez riéndose.-Puedes coger los libros que quieras, no te cobraré nada, chico.-dijo mientras una sonrisa inmensa aparecía en su rostro.
Mi cuerpo estaba lleno de satisfacción y le hice una especie de reverencia para mostrar mis respetos y mi gratitud hacia él. Me acerqué a una estantería y me puse a tocar los libros, uno por uno. El polvo se metían entre los dedos, pero a uno le daba igual...
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Aliviado, por no tener que pelear, vi al barbaro ese disculparse con el niño y retirarse de la taberna. Luego de un rato de silencio el muchacho a mi lado también emprendió la marcha, aunque en completo silencio, pero antes de salir una mujer le empzó a dar las gracias, parece que lo puso nervioso porque salió como alma que lleva el diablo. Me aserqué a la mujer y, agradeciendome, me dijo que era la madre del niño y me contó un poco del panorama. Una vez me libré de ella me puse a buscar al joven que había encarado al mastodonte junto con migo, la verdad quería conocerlo un poco, almenos su nombre; quizas en algun futuro nos encontremos de nuevo y, en una de esas, podríamos volvernos aliados, incluso amigos. Lo encontré en una librería, me fijé que en la entrada ponía el apellido del dueño. Al entrar a la librería lo ví frente a un estante viendo que libro sacar, en la mesa del fondo estaba el anciano que antendía el lugar, lo reconocí.
-Disculpe pero... usted estaba en la taberna... es el abuelo del niño ¿verdad?- él asintió ante mi pregunta y me dió las gracias y dijo que podía sacar el libro que quisiera, se lo agradecí y me acerqué a aquel muchacho-hola, dejame presentarme, soy Hoshi D. Astarod, es un placer conocerte, ¿puedo saber cual es tu nombre?- esperé su respuesta antes de continuar-Eres imprecionante, no ten intimidaste en ningun momento ante él, si no es molestia quisiera saber un poco más de tí... aun me quedan unos berris, si quieres puedo invitar una ronda en la taberna.. ¿que dices?- a pesar de no cambiar mi inexpresivo rostro, sabía que estaba sonrojado, pero era inevitable, aquel joven era muy guapo y yo esataba totalmente avergonsado y nervioso. Me figé que ese chico era fuerte, pero lo disimulaba bien, podía saberlo por como encaró a ese hombre, gracias a que de esa forma tenía que jusgar a los guerreros de mi tribu, lo suyo debe ser la velocidad y la agilidad- se ve que lo tuyo es la pelea basada en la velocidad y la agilidad, por tanto si quieres un libro que te able de eso te recomiendo este, yo lo leí tiempo atras y es muy completo y puede que te sirva- le dije mientras le alcansaba dicho libro, mientras yo sacaba uno de historias del mar, parece que versaba de la piratería de hace ciento cintcuenta años, y ademas me llevé un libro de poesía. Una vez los tuve, a lo cual el viejo encargado me regaló ambos, me encaminé a la entrada, si el chico decidía aseptar mi oferta, me encaminaría a la taberna, si no seguiría mi propio camino.
-Disculpe pero... usted estaba en la taberna... es el abuelo del niño ¿verdad?- él asintió ante mi pregunta y me dió las gracias y dijo que podía sacar el libro que quisiera, se lo agradecí y me acerqué a aquel muchacho-hola, dejame presentarme, soy Hoshi D. Astarod, es un placer conocerte, ¿puedo saber cual es tu nombre?- esperé su respuesta antes de continuar-Eres imprecionante, no ten intimidaste en ningun momento ante él, si no es molestia quisiera saber un poco más de tí... aun me quedan unos berris, si quieres puedo invitar una ronda en la taberna.. ¿que dices?- a pesar de no cambiar mi inexpresivo rostro, sabía que estaba sonrojado, pero era inevitable, aquel joven era muy guapo y yo esataba totalmente avergonsado y nervioso. Me figé que ese chico era fuerte, pero lo disimulaba bien, podía saberlo por como encaró a ese hombre, gracias a que de esa forma tenía que jusgar a los guerreros de mi tribu, lo suyo debe ser la velocidad y la agilidad- se ve que lo tuyo es la pelea basada en la velocidad y la agilidad, por tanto si quieres un libro que te able de eso te recomiendo este, yo lo leí tiempo atras y es muy completo y puede que te sirva- le dije mientras le alcansaba dicho libro, mientras yo sacaba uno de historias del mar, parece que versaba de la piratería de hace ciento cintcuenta años, y ademas me llevé un libro de poesía. Una vez los tuve, a lo cual el viejo encargado me regaló ambos, me encaminé a la entrada, si el chico decidía aseptar mi oferta, me encaminaría a la taberna, si no seguiría mi propio camino.
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Estaba en la biblioteca envuelto en el aroma de los viejos libros. Ese olor enamora al buen lector. Entre las hojas de un libro viejo se guarda los olores de la tinta que el autor utilizó en su día y se está empezando a descomponer en tu nariz... Realmente me encanta.
Mientras seguía toqueteando libros y yendo de arriba a abajo, escuché a alguien entrar. Empezó a dialogar con el anciano el cual le dijo que podía coger cualquier libro ya que aquel tipo era el primero que había consolado al crío en la taberna. Sus paso cada vez se escuchaban más y más cerca hasta que el sonido se detuvo.
-Hola, déjame presentarme, soy Hoshi D. Astarod, es un placer conocerte, ¿puedo saber cual es tu nombre?-dijo aquel chaval al cual todavía ni me había girado para observarlo.
La verdad, que no tenía ni pensado contestarle, pero parecía amable y además le plantó cara al cabeza hueca que se salió de sus casillas en la taberna y empezó a matar a inocentes. Parecía ser un hombre con el cual podría dialogar abiertamente y mantener diálogos mutuos sobre nuestros puntos de vistas los cuales podrían estar relacionados.
-Soy Dick, el placer es mío.-dije mientras soltaba el libro que tenía en mis manos en la estantería y me daba la vuelta. Observé a aquel muchacho. Era más alto que yo con la tez pálida, su cabello era de un negro rojizo con una extensión bastante larga. Sus ojos eran púrpuras, la verdad que nunca había visto un color de ojos como el de él, parecía ser un tipo interesante.
Eres impresionante, no te intimidaste en ningún momento ante él, si no es molestia, quisiera saber un poco más de ti... aun me quedan unos berries, si quieres puedo invitar una ronda en la taberna.. ¿que dices?-Parecía ser que aquel muchacho parecía estar algo nervioso ante mí y no sabía por que podría ser. Sé que algunas veces puedo tener un rostro serio y tampoco expreso mis emociones fácilmente, pero no creía que eso iba a afectar a las personas. Se veía bastante amable y antes de poder contestarle observé que se disponía a hablar y dejé que terminara antes de inervenir yo. -Se ve que lo tuyo es la pelea basada en la velocidad y la agilidad, por tanto si quieres un libro que te able de eso te recomiendo este, yo lo leí tiempo atrás y es muy completo y puede que te sirva-Sacó un libro. La verdad que tenía las pastas un poco desgastadas, se veía que era un libro antiguo, pero no de esos que parecen que muchas personas hayan leído. Pensé que sería interesante leer algo sobre técnicas, tal vez pudiera encontrar algo verdaderamente útil y eficaz. No podía aceptar tantos regalos así que le propuse una contra oferta.
-Me parece fenomenal ese libro, te estaría agradecido si me dejaras ese libro-dije un un tono de voz, el cual me salió amable para lo que yo estaba acostumbrado a dialogar.-Ya que me dejarás el libro, yo invitaré la ronda en la taberna, vamos si me lo permites.-dije, esta vez intentando dibujar una sonrisa en mi cara que no pareció muy verdadera ya que apenas estaba acostumbrado a sonreír. Astarod ha sido de los únicos que me logró sacar pare de mis emociones. Esperaba estar más tiempo conversando con aquel chico.
Mientras seguía toqueteando libros y yendo de arriba a abajo, escuché a alguien entrar. Empezó a dialogar con el anciano el cual le dijo que podía coger cualquier libro ya que aquel tipo era el primero que había consolado al crío en la taberna. Sus paso cada vez se escuchaban más y más cerca hasta que el sonido se detuvo.
-Hola, déjame presentarme, soy Hoshi D. Astarod, es un placer conocerte, ¿puedo saber cual es tu nombre?-dijo aquel chaval al cual todavía ni me había girado para observarlo.
La verdad, que no tenía ni pensado contestarle, pero parecía amable y además le plantó cara al cabeza hueca que se salió de sus casillas en la taberna y empezó a matar a inocentes. Parecía ser un hombre con el cual podría dialogar abiertamente y mantener diálogos mutuos sobre nuestros puntos de vistas los cuales podrían estar relacionados.
-Soy Dick, el placer es mío.-dije mientras soltaba el libro que tenía en mis manos en la estantería y me daba la vuelta. Observé a aquel muchacho. Era más alto que yo con la tez pálida, su cabello era de un negro rojizo con una extensión bastante larga. Sus ojos eran púrpuras, la verdad que nunca había visto un color de ojos como el de él, parecía ser un tipo interesante.
Eres impresionante, no te intimidaste en ningún momento ante él, si no es molestia, quisiera saber un poco más de ti... aun me quedan unos berries, si quieres puedo invitar una ronda en la taberna.. ¿que dices?-Parecía ser que aquel muchacho parecía estar algo nervioso ante mí y no sabía por que podría ser. Sé que algunas veces puedo tener un rostro serio y tampoco expreso mis emociones fácilmente, pero no creía que eso iba a afectar a las personas. Se veía bastante amable y antes de poder contestarle observé que se disponía a hablar y dejé que terminara antes de inervenir yo. -Se ve que lo tuyo es la pelea basada en la velocidad y la agilidad, por tanto si quieres un libro que te able de eso te recomiendo este, yo lo leí tiempo atrás y es muy completo y puede que te sirva-Sacó un libro. La verdad que tenía las pastas un poco desgastadas, se veía que era un libro antiguo, pero no de esos que parecen que muchas personas hayan leído. Pensé que sería interesante leer algo sobre técnicas, tal vez pudiera encontrar algo verdaderamente útil y eficaz. No podía aceptar tantos regalos así que le propuse una contra oferta.
-Me parece fenomenal ese libro, te estaría agradecido si me dejaras ese libro-dije un un tono de voz, el cual me salió amable para lo que yo estaba acostumbrado a dialogar.-Ya que me dejarás el libro, yo invitaré la ronda en la taberna, vamos si me lo permites.-dije, esta vez intentando dibujar una sonrisa en mi cara que no pareció muy verdadera ya que apenas estaba acostumbrado a sonreír. Astarod ha sido de los únicos que me logró sacar pare de mis emociones. Esperaba estar más tiempo conversando con aquel chico.
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Me dijo que se llamaba Dick y aceptó el libro que le había extendido. Parecía un chico listo, culto y realmente me recordaba a Sora. Talvez por eso es que tenía tantas ansias de saber más de él, pero me perturbaba un poco, aunque no lo demostrara, que Dick estuviera lentamente, aunque no fuera consiente de ello, resquebrajando mis defensas. Pero heme allí, aseptando su propocición de ser él el que pague a cambio del libro, la verdad era un alivio, porque fijandome bien, lo mejor sería guardar los berries para comer en el futuro.
Nos encaminamos a la taberna y en el camino le conté que la mujer que lo abordó al salir de esta, era la madre del crio, que estaba divorciada de aquel hombre que mataron, pero que el niño se había escapado de casa para estar con su padre. La mujer estaba muy agradecida con ambos por haber defendido a su hijo. No sabía si le interesaba saber eso, pero pensé que sería mejor contarselo.
En la taberna me senté en una de las mesas a esperar que nos atendieran y mientras esperábamos continué con la charla.
-Lamento si hablo demaciado o si lo que digo no es de interes... la verdad... no soy muy bueno socializando, pero hago el intento... aveces- demonios, estaba totalmente rojo y nervioso, espero no le incomode mi comportamiento -¿que te parece si yo te cuento algo de mi y luego tu me cuentas algo de tí?... no es necesario que cuentes algo que no quieras, puedes decirme cualquier cosa o si prefieres podemos hablar de cualquier cosa que quieras- me interrumpí un momento cuando la camarera vino a tomarnos los pedidos, le encargué un poco de sake, era un licor que había probado antes y me gustaba bastante. Esperé que Dick ordenara para continuar - A ver, yo empiezo: Ya sabes mi nombre, provengo de Skypiea, la isla del cielo, soy de la tribu Shandia y decendiente de la mejor y más respetada linea de guerreros de mi tribu- dije con orgullo reflejado en mis ojos -pero nací maldito... soy el unico abitante del cielo, del que se tenga registro, que ha nacido con las alas negras... llevo dos años navegando en el mar azul junto a unos amigos humanos, anoche tomamos caminos separados, me dejaron aquí para comensar mi viaje, dijeron que era para la buena suerte, comenzar en la misma isla que el segundo rey pirata... y tu ¿que me puedes contar de ti?- dije con una leve sonriza, que más parecía una extraña mueca, hace mucho que olvidé como sonreir.
Nos encaminamos a la taberna y en el camino le conté que la mujer que lo abordó al salir de esta, era la madre del crio, que estaba divorciada de aquel hombre que mataron, pero que el niño se había escapado de casa para estar con su padre. La mujer estaba muy agradecida con ambos por haber defendido a su hijo. No sabía si le interesaba saber eso, pero pensé que sería mejor contarselo.
En la taberna me senté en una de las mesas a esperar que nos atendieran y mientras esperábamos continué con la charla.
-Lamento si hablo demaciado o si lo que digo no es de interes... la verdad... no soy muy bueno socializando, pero hago el intento... aveces- demonios, estaba totalmente rojo y nervioso, espero no le incomode mi comportamiento -¿que te parece si yo te cuento algo de mi y luego tu me cuentas algo de tí?... no es necesario que cuentes algo que no quieras, puedes decirme cualquier cosa o si prefieres podemos hablar de cualquier cosa que quieras- me interrumpí un momento cuando la camarera vino a tomarnos los pedidos, le encargué un poco de sake, era un licor que había probado antes y me gustaba bastante. Esperé que Dick ordenara para continuar - A ver, yo empiezo: Ya sabes mi nombre, provengo de Skypiea, la isla del cielo, soy de la tribu Shandia y decendiente de la mejor y más respetada linea de guerreros de mi tribu- dije con orgullo reflejado en mis ojos -pero nací maldito... soy el unico abitante del cielo, del que se tenga registro, que ha nacido con las alas negras... llevo dos años navegando en el mar azul junto a unos amigos humanos, anoche tomamos caminos separados, me dejaron aquí para comensar mi viaje, dijeron que era para la buena suerte, comenzar en la misma isla que el segundo rey pirata... y tu ¿que me puedes contar de ti?- dije con una leve sonriza, que más parecía una extraña mueca, hace mucho que olvidé como sonreir.
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Nos dirigimos hasta la taberna y me comentó que la mujer que me dio las gracias era la madre del hijo. Ya suponía ese hecho pero que estaba divorciada del marido no lo sabía.
Llegamos a la taberna y entramos. Las pocas personas que yacían allí nos reconocieron nada más entrar. No sentamos en una mesa un tanto apartada de la mayoría que estaban concentrados en el ala derecha. Astarod se sentó el primero y empezó a dialogar. Un color rojizo invadió sus mejillas, no entendía como alguien podía ofrecer sus emociones tan fácilmente. Era la primera persona a la que me dirigía con esas características. Dijo que no era fácil conversar con él porque no estaba acostumbrado a socializar. Si él supiera lo que yo me comunico... ya era extraño que hubiera dialogado con él. Quería que nos contáramos cosas recíprocamente, pero yo todavía no tenía la confianza suficiente con él por lo que intentaría evadir cualquier intento de darle información útil sobre mí.
-A ver, yo empiezo: Ya sabes mi nombre, provengo de Skypiea, la isla del cielo, soy de la tribu Shandia y decendiente de la mejor y más respetada linea de guerreros de mi tribu- dije con orgullo reflejado en mis ojos -pero nací maldito... soy el unico abitante del cielo, del que se tenga registro, que ha nacido con las alas negras... llevo dos años navegando en el mar azul junto a unos amigos humanos, anoche tomamos caminos separados, me dejaron aquí para comensar mi viaje, dijeron que era para la buena suerte, comenzar en la misma isla que el segundo rey pirata... y tu ¿que me puedes contar de ti-dijo sonriendo ligeramente.
No me iba a esperar que iba a revelar tanta información. Ya sabía que no revelaba nada importante, pero no se... no me sentía bien conociendo información sobre él así a la ligera sin tener una buena confianza mutua pero bueno, no lo iba a dejar en ascuas, le iba a contestar.
-Yo nací en Shoko, una isla en el West Blue. Llegué a ester mar hace un tiempo en una embarcación mercante que transportaba pasajeros principalmente de clase alta y media alta. Mis pad...mis padres murieron. Todo por causa de un miserable Tenryuubito el cual yace muerto...-dije mientras comencé a mirar hacia la mesa y mi hilo de voz empezaba a disminuir. No sabía si se iba a sentir cómodo ahora conversando conmigo. Creía que había revelado más información de la que hubiera querido revelar pero... ya no había marcha atrás. Era algo importante, pero bueno... Esperaba su respuesta.
Llegamos a la taberna y entramos. Las pocas personas que yacían allí nos reconocieron nada más entrar. No sentamos en una mesa un tanto apartada de la mayoría que estaban concentrados en el ala derecha. Astarod se sentó el primero y empezó a dialogar. Un color rojizo invadió sus mejillas, no entendía como alguien podía ofrecer sus emociones tan fácilmente. Era la primera persona a la que me dirigía con esas características. Dijo que no era fácil conversar con él porque no estaba acostumbrado a socializar. Si él supiera lo que yo me comunico... ya era extraño que hubiera dialogado con él. Quería que nos contáramos cosas recíprocamente, pero yo todavía no tenía la confianza suficiente con él por lo que intentaría evadir cualquier intento de darle información útil sobre mí.
-A ver, yo empiezo: Ya sabes mi nombre, provengo de Skypiea, la isla del cielo, soy de la tribu Shandia y decendiente de la mejor y más respetada linea de guerreros de mi tribu- dije con orgullo reflejado en mis ojos -pero nací maldito... soy el unico abitante del cielo, del que se tenga registro, que ha nacido con las alas negras... llevo dos años navegando en el mar azul junto a unos amigos humanos, anoche tomamos caminos separados, me dejaron aquí para comensar mi viaje, dijeron que era para la buena suerte, comenzar en la misma isla que el segundo rey pirata... y tu ¿que me puedes contar de ti-dijo sonriendo ligeramente.
No me iba a esperar que iba a revelar tanta información. Ya sabía que no revelaba nada importante, pero no se... no me sentía bien conociendo información sobre él así a la ligera sin tener una buena confianza mutua pero bueno, no lo iba a dejar en ascuas, le iba a contestar.
-Yo nací en Shoko, una isla en el West Blue. Llegué a ester mar hace un tiempo en una embarcación mercante que transportaba pasajeros principalmente de clase alta y media alta. Mis pad...mis padres murieron. Todo por causa de un miserable Tenryuubito el cual yace muerto...-dije mientras comencé a mirar hacia la mesa y mi hilo de voz empezaba a disminuir. No sabía si se iba a sentir cómodo ahora conversando conmigo. Creía que había revelado más información de la que hubiera querido revelar pero... ya no había marcha atrás. Era algo importante, pero bueno... Esperaba su respuesta.
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Me contó que había nacido en el West Blue, en la isla Shoko, creo que visité esa isla con mis amigos, pero no estaba seguro. Me contó cómo había llegado a este mar, interesante información. Pero su voz de pronto se fue apagando hasta ser un pequeño ilo de voz, mientras me contaba que sus padres fueron acecinados por un tenryuubito, que ya yacía muerto. Al oír mencionar esos bastardos mi cara se deformó en ira, la cual mi voz no podía ocultar.
-Espero que ese bastardo se pudra en lo más profundo de la tierra...- volviendo a calmarme, aunque me costó un poco, continué -¿fuiste tú el que lo mató o fue otro? ¿conseguiste tu venganza?...- esperé a que me contestara antes de continuar -los odio,... un tenryuubito mató a mi padre frente a mis ojos y al mismo tiempo dejó a mi madre inválida, quedó como si estuviera muerta en vida, desde ese día no volvió a dar señales de vida, siempre callada y con la mirada vacía ¿y todo por qué? porque al muy bastardo quería llevarse una espada que es el tesoro familiar de los Hoshi D., el muy carbón se la llevó... cinco años después vino otro tenryuubito al cielo, por extraño que parezca, y secuestró a Sora, el chico que amaba y aún amo... el que dos tenryuubito vinieran al cielo en tan corto tiempo el uno del otro es extraño y quiero averiguar el porqué… los tenryuubito me han desgraciado la vida y me he jurado destruirlos algún día al igual que encontrar a Sora...- luego se hizo un silencio que yo rompí poco después -los siento, esto debe ser incomodo para ti, después de todo nos acabamos de conocer... no es necesario que me cuentes cosas que no quieras... la verdad, normalmente no entablo conversaciones con la gente a menos que ellos empiecen y digan algo que sea de mi interés, pero contigo es distinto, y eso la verdad me frustra un poco... perdón si te incomoda lo que te digo pero... tú me recuerdas mucho a Sora, no en físico, pero hay algo en ti que me recuerda a él y eso hace que maje mis defensas y que intente entablar buenas migas contigo......... perdón si esto te incomoda o molesta, si prefieres irte lo entiendo... no me molestaré- le sonreí, pero con la mirada gacha y demasiado rojo, hasta yo mismo me desconocía.
-Espero que ese bastardo se pudra en lo más profundo de la tierra...- volviendo a calmarme, aunque me costó un poco, continué -¿fuiste tú el que lo mató o fue otro? ¿conseguiste tu venganza?...- esperé a que me contestara antes de continuar -los odio,... un tenryuubito mató a mi padre frente a mis ojos y al mismo tiempo dejó a mi madre inválida, quedó como si estuviera muerta en vida, desde ese día no volvió a dar señales de vida, siempre callada y con la mirada vacía ¿y todo por qué? porque al muy bastardo quería llevarse una espada que es el tesoro familiar de los Hoshi D., el muy carbón se la llevó... cinco años después vino otro tenryuubito al cielo, por extraño que parezca, y secuestró a Sora, el chico que amaba y aún amo... el que dos tenryuubito vinieran al cielo en tan corto tiempo el uno del otro es extraño y quiero averiguar el porqué… los tenryuubito me han desgraciado la vida y me he jurado destruirlos algún día al igual que encontrar a Sora...- luego se hizo un silencio que yo rompí poco después -los siento, esto debe ser incomodo para ti, después de todo nos acabamos de conocer... no es necesario que me cuentes cosas que no quieras... la verdad, normalmente no entablo conversaciones con la gente a menos que ellos empiecen y digan algo que sea de mi interés, pero contigo es distinto, y eso la verdad me frustra un poco... perdón si te incomoda lo que te digo pero... tú me recuerdas mucho a Sora, no en físico, pero hay algo en ti que me recuerda a él y eso hace que maje mis defensas y que intente entablar buenas migas contigo......... perdón si esto te incomoda o molesta, si prefieres irte lo entiendo... no me molestaré- le sonreí, pero con la mirada gacha y demasiado rojo, hasta yo mismo me desconocía.
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Tras contarle lo sucedido y mientras yo me sentía un tanto incómodo y dirigía mi mirada hacia el suelo, Astarod retomó la conversación algo furioso. Dirigí mi mirada hacia él y me preguntó si fui yo el que lo mató.
-Sí, fui yo. Lo maté a él y a su hijo.-dije sin escrúpulos.
Contó que un tenryuubito asesinó a su padre y dejó inválida a la madre. Mencionó a su novio y parece ser que lo raptaron esos inhumanos. Se quedó paralizado un momento, se fijó en mis ojos y tras unos largos segundos algo incómodos soltó que cuando me miraba recordaba a su querido. No sabía cómo reaccionar tras esa revelación. No quería gustarle a aquel tipo pero tampoco quería hacer que lo pasara mal por lo que decidí tras unos largos minutos de silencio absoluto que debía quedarme allí con él. Decidí desviar el tema de su querido y centrarme en los tenryuubitos.
-A mí me gustaría saber el origen de los tenryuubitos que se remontan al siglo vacío. Quiero saber porqué esos mal nacidos se merecen la protección de la marina y creerse superiores a los demás habitantes. Los odio completamente, cambiaré el sistema de organización de clases sociales para evitar que estos disparates vuelvan a ocurrir. Todos tenemos los mismos derechos y uno no puede estar por encima de otro por placer ni abusar. Maté por primera vez cuando era muy pequeño y eso me afectó bastante. Desde entonces vivo en oscuridad, lo mejor es que me siento cómodo en ella y por lo tanto no quiero cambiar. Por otra parte, las personas que tienen un sueño absurdo y se dedican a perseguirlo sin cabeza, sin pensar en sus actos, también los odio, pero no tanto como a los tenryuubitos-que bien me había quedado soltando tal información, necesitaba exponerla para interpretar el punto de vista de Astarod y ver que pensaría.
-Sí, fui yo. Lo maté a él y a su hijo.-dije sin escrúpulos.
Contó que un tenryuubito asesinó a su padre y dejó inválida a la madre. Mencionó a su novio y parece ser que lo raptaron esos inhumanos. Se quedó paralizado un momento, se fijó en mis ojos y tras unos largos segundos algo incómodos soltó que cuando me miraba recordaba a su querido. No sabía cómo reaccionar tras esa revelación. No quería gustarle a aquel tipo pero tampoco quería hacer que lo pasara mal por lo que decidí tras unos largos minutos de silencio absoluto que debía quedarme allí con él. Decidí desviar el tema de su querido y centrarme en los tenryuubitos.
-A mí me gustaría saber el origen de los tenryuubitos que se remontan al siglo vacío. Quiero saber porqué esos mal nacidos se merecen la protección de la marina y creerse superiores a los demás habitantes. Los odio completamente, cambiaré el sistema de organización de clases sociales para evitar que estos disparates vuelvan a ocurrir. Todos tenemos los mismos derechos y uno no puede estar por encima de otro por placer ni abusar. Maté por primera vez cuando era muy pequeño y eso me afectó bastante. Desde entonces vivo en oscuridad, lo mejor es que me siento cómodo en ella y por lo tanto no quiero cambiar. Por otra parte, las personas que tienen un sueño absurdo y se dedican a perseguirlo sin cabeza, sin pensar en sus actos, también los odio, pero no tanto como a los tenryuubitos-que bien me había quedado soltando tal información, necesitaba exponerla para interpretar el punto de vista de Astarod y ver que pensaría.
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Vi que se puso un poco incomodo ante lo que dije de Sora. Pero al final no se marchó, envés de eso cambio de tema al de los tenryuubito, yo hubiera preferido que eligiera otro, pero como a él más le acomodara.
Me conté de sus objetivos, sus sueños; también me contó que lleva matando desde muy joven, pero que se siente cómodo viviendo en la "oscuridad". También me contó que odia a los soñadores insensatos, pero no tanto como los tenryuubito. Cuando terminó de hablar una suave risa se escapó de mis labios, no quería insultarlo por lo que rápidamente dije:
-Perdón, es solo que me divierte un poco... estás muy tenso, se te nota que te incomodó lo que dije de Sora y lo de que me recordabas a él. Pero no te preocupes, no me enamoraré de ti ni nada por el estilo, solo tengo ojos para Sora... a lo que me refería es que tu presencia y forma de ser me recuerdan mucho a él, pero sé que no eres Sora, tú eres Dick y estoy muy consciente de ello- le comenté con una sonrisa -a lo que me refiero con la semejanza de presencia, es que ante ti me siento cómodo, siento que no tengo que ocultarme, nadie aparte de Sora podía darme aquella sensación, y me gustaría, si el tiempo lo permite, que quizás... pudiéramos llegar a ser amigos- le dije sonriendo y mirándole a los ojos un poco sonrojado -con respecto a lo que me acabas de contar... la verdad estoy contigo, si puedo ayudarte en algo para que alcances tus metas, no dudes en contactarme, porque vendré lo más rápido posible para brindarte mi apoyo. Además compartimos un odio común- lo ultimo lo dije medio en broma, medio enserio -con respecto a los soñadores... es verdad que si tienes un sueño y lo sigues sin medir consecuencias o vas a lo loco tras él, significa que eres un estúpido... pero la verdad yo creo que los sueños son lo que impulsa a la gente a seguir adelante y a superarse siempre a sí mismos... yo tengo sueños también, pero los veo más como objetivos, algo que voy a realizar con el tiempo, se que no será sencillo por eso me entrenaré y me haré más fuerte, y asumiré las consecuencias que ello acarrea... no sé si te interesa, pero como tú me has contado los tuyos te contaré los míos. Mis metas son recuperar el tesoro de mi familia; tener varios compañeros que sean como mi familia, que pueda confiar mi vida a ellos y que ellos puedan confiar las suyas a mí; también voy a acabar con los tenryuubito hasta que no quede ninguno en el mundo; también voy a hallar a Sora, él no es esclavo de los nobles mundiales, dado que el barco donde se lo llevaban fue atacado en el cielo por piratas, los amigos que te comenté antes, y en medio de la confusión fue arrojado por la borda por uno de los guardias del noble y cayó al mundo bajo las nubes... y finalmente quiero llegar a ser uno de los yonkou, el más fuerte de todos, para tener el poder para ayudar a todas aquellas personas que sean importantes para mí, y que no les pongan una mano encima por temor a sentir mi ira- me le quedé mirando para ver que decía a continuación, como reaccionaría. Sabía que me había arriesgado mucho con lo último que le dije, pero quiero ser totalmente franco con él.
Me conté de sus objetivos, sus sueños; también me contó que lleva matando desde muy joven, pero que se siente cómodo viviendo en la "oscuridad". También me contó que odia a los soñadores insensatos, pero no tanto como los tenryuubito. Cuando terminó de hablar una suave risa se escapó de mis labios, no quería insultarlo por lo que rápidamente dije:
-Perdón, es solo que me divierte un poco... estás muy tenso, se te nota que te incomodó lo que dije de Sora y lo de que me recordabas a él. Pero no te preocupes, no me enamoraré de ti ni nada por el estilo, solo tengo ojos para Sora... a lo que me refería es que tu presencia y forma de ser me recuerdan mucho a él, pero sé que no eres Sora, tú eres Dick y estoy muy consciente de ello- le comenté con una sonrisa -a lo que me refiero con la semejanza de presencia, es que ante ti me siento cómodo, siento que no tengo que ocultarme, nadie aparte de Sora podía darme aquella sensación, y me gustaría, si el tiempo lo permite, que quizás... pudiéramos llegar a ser amigos- le dije sonriendo y mirándole a los ojos un poco sonrojado -con respecto a lo que me acabas de contar... la verdad estoy contigo, si puedo ayudarte en algo para que alcances tus metas, no dudes en contactarme, porque vendré lo más rápido posible para brindarte mi apoyo. Además compartimos un odio común- lo ultimo lo dije medio en broma, medio enserio -con respecto a los soñadores... es verdad que si tienes un sueño y lo sigues sin medir consecuencias o vas a lo loco tras él, significa que eres un estúpido... pero la verdad yo creo que los sueños son lo que impulsa a la gente a seguir adelante y a superarse siempre a sí mismos... yo tengo sueños también, pero los veo más como objetivos, algo que voy a realizar con el tiempo, se que no será sencillo por eso me entrenaré y me haré más fuerte, y asumiré las consecuencias que ello acarrea... no sé si te interesa, pero como tú me has contado los tuyos te contaré los míos. Mis metas son recuperar el tesoro de mi familia; tener varios compañeros que sean como mi familia, que pueda confiar mi vida a ellos y que ellos puedan confiar las suyas a mí; también voy a acabar con los tenryuubito hasta que no quede ninguno en el mundo; también voy a hallar a Sora, él no es esclavo de los nobles mundiales, dado que el barco donde se lo llevaban fue atacado en el cielo por piratas, los amigos que te comenté antes, y en medio de la confusión fue arrojado por la borda por uno de los guardias del noble y cayó al mundo bajo las nubes... y finalmente quiero llegar a ser uno de los yonkou, el más fuerte de todos, para tener el poder para ayudar a todas aquellas personas que sean importantes para mí, y que no les pongan una mano encima por temor a sentir mi ira- me le quedé mirando para ver que decía a continuación, como reaccionaría. Sabía que me había arriesgado mucho con lo último que le dije, pero quiero ser totalmente franco con él.
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Sonrió cuando acabé de hablar, no sabía que algo gracioso había sido articulado por mí. Mi rostro cambió a tenso en un instante. Al ver mi reacción Astarod comenzó a hablar. Me pidió perdón y también que me calmara. Respiré hondo conseguí calmarme un poco más. Dijo que solo tenía ojos para Sora, su novio, menos mal, ya me estaba empezando a incomodar el estar conversando con alguien que sabes que le gustas. Por lo visto lo había entendido mal, se refería a que yo le recordaba por mi presencia. "Podríamos ser amigos"...¿enserio dijo eso? Nunca había tenido ningún solo amigo. Siempre había estado solo... toda mi vida. Me gustaba la soledad, pero muchas veces echaba en falta las caricias de mis padres o incluso el detalle de encontrarte con alguien y saludarle y que te sonría... Nunca, nunca, nunca nadie me había dicho eso. Me sentía agraciado de que él me dijera algo como eso. Sonreí, por primera vez sonreí delante de alguien. Automáticamente después mi sonrisa desapareció, no sería todo tan sencillo. No quería hacerme tempranas ilusiones... Seguí escuchándolo dialogar.
Compartió que su odio también era el mismo conmigo. También mencionó que los soñadores que van directos a por su objetivo sin tomar medidas eran unos estúpidos. Tal como yo pensaba también. Tras enunciar sus sueños, terminó asiendo alusión a que quería convertirse en Yonkou para proteger a las personas... Me quedé perplejo. Estuve unos segundos en silencio mirándolo a él pero mis ojos no observaban nada. Estaba completamente metido en mi cerebro pensando en qué debía hacer. Quería proponer un aspecto pero no sabía si él iba a querer... me sentía bastante nervioso, pero tenía que quitarme esa pregunta de encima sino, me perseguiría de por vida.
-¿Te quieres convertir en Yonkou, enserio? Es un camino bastante complicado... Me gustaría proponerte algo importante que no se si te quedarás petrificado...Mis objetivos son acabar con las clases sociales y crear un nuevo sistema social entre otros. Te podría acompañar si aceptas mis objetivos como los tuyos y yo aceptaré los tuyos como los míos. Creo que hay más posibilidades de conseguir más fácilmente mis objetivos convirtiéndome en tu compañero de viaje... No se si lo que estaré diciendo será un disparate. Entiendo de que tal vez pienses que no te serviré de nada por lo que aceptaré que te levantes y que te vayas si así lo deseas... -noté mi pecho contraerse bestialmente, me había costado muchísimo articular esas palabras. No sabía lo que iría a responder pero Astarod había sido la primera persona en comportarse tan bien conmigo...
Compartió que su odio también era el mismo conmigo. También mencionó que los soñadores que van directos a por su objetivo sin tomar medidas eran unos estúpidos. Tal como yo pensaba también. Tras enunciar sus sueños, terminó asiendo alusión a que quería convertirse en Yonkou para proteger a las personas... Me quedé perplejo. Estuve unos segundos en silencio mirándolo a él pero mis ojos no observaban nada. Estaba completamente metido en mi cerebro pensando en qué debía hacer. Quería proponer un aspecto pero no sabía si él iba a querer... me sentía bastante nervioso, pero tenía que quitarme esa pregunta de encima sino, me perseguiría de por vida.
-¿Te quieres convertir en Yonkou, enserio? Es un camino bastante complicado... Me gustaría proponerte algo importante que no se si te quedarás petrificado...Mis objetivos son acabar con las clases sociales y crear un nuevo sistema social entre otros. Te podría acompañar si aceptas mis objetivos como los tuyos y yo aceptaré los tuyos como los míos. Creo que hay más posibilidades de conseguir más fácilmente mis objetivos convirtiéndome en tu compañero de viaje... No se si lo que estaré diciendo será un disparate. Entiendo de que tal vez pienses que no te serviré de nada por lo que aceptaré que te levantes y que te vayas si así lo deseas... -noté mi pecho contraerse bestialmente, me había costado muchísimo articular esas palabras. No sabía lo que iría a responder pero Astarod había sido la primera persona en comportarse tan bien conmigo...
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Me sorprendió mucho su propuesta, me pilló totalmente desprevenido, jamás pensé que podría preguntarme algo así. La verdad me agradaba mucho la idea, pero la verdad yo abandoné mi anterior grupo porque deseaba ir un tiempo por mi cuenta, aprender, mejorar, volverme más fuerte. No sabía cómo responder y mis nervios me hicieron tartamudear, no lo hacía desde niño, cuando conocí a Sora.
-L-La verdad... me-me sorprende mu-mucho tu pro-proposición- si continuaba así no me entendería nada, por lo que respiré para tranquilizarme y continué de forma normal, pero aún estaba muy nervioso y ansioso, lo que creo se me notaba -ejem... lo cierto es que me separé de mis amigos porque planeaba empezar un viaje en solitario... ya sabes, viajar por mi cuenta, experimentar el mundo... pero lo que me propones me gustaría... pero no se... quizás sea muy pronto... pero... tal vez sí, pero yo tenía un plan a seguir, te lo comentaré y de allí decides tú si empezar a viajar juntos desde ya o esperar a más adelante, pero de que si me gustaría tenerte de compañero de viaje, la respuesta es un rotundo sí...... bien, lo que pensaba hacer era ir una temporada por mi cuenta, como ya había dicho, para aprender del mundo bajo las nubes y entrenarme para volverme más fuerte; luego de un tiempo tenía planeado unirme a alguna banda por un tiempo para así tener experiencia en otros barcos, con otra gente, y a la vez aprender cómo manejar un barco y su tripulación... si estás de acuerdo, podríamos hacerlo juntos, además a ti también podría venirte bien la experiencia,... quizás, no sé,... luego me haría de un barco y una tripulación para empezar a mi camino hacia ser un yonkou... tú decides si quieres venir inmediatamente conmigo o esperar un tiempo,... o si tienes otra propuesta, te escucho- esperé su respuesta mientras le daba una cálida sonrisa, de las que no aparecen en mi rostro nunca, pero ahora salió una. Estaba ansioso por escuchar que decidiría, de verdad me gustaba la idea de tenerlo como compañero y amigo.
-L-La verdad... me-me sorprende mu-mucho tu pro-proposición- si continuaba así no me entendería nada, por lo que respiré para tranquilizarme y continué de forma normal, pero aún estaba muy nervioso y ansioso, lo que creo se me notaba -ejem... lo cierto es que me separé de mis amigos porque planeaba empezar un viaje en solitario... ya sabes, viajar por mi cuenta, experimentar el mundo... pero lo que me propones me gustaría... pero no se... quizás sea muy pronto... pero... tal vez sí, pero yo tenía un plan a seguir, te lo comentaré y de allí decides tú si empezar a viajar juntos desde ya o esperar a más adelante, pero de que si me gustaría tenerte de compañero de viaje, la respuesta es un rotundo sí...... bien, lo que pensaba hacer era ir una temporada por mi cuenta, como ya había dicho, para aprender del mundo bajo las nubes y entrenarme para volverme más fuerte; luego de un tiempo tenía planeado unirme a alguna banda por un tiempo para así tener experiencia en otros barcos, con otra gente, y a la vez aprender cómo manejar un barco y su tripulación... si estás de acuerdo, podríamos hacerlo juntos, además a ti también podría venirte bien la experiencia,... quizás, no sé,... luego me haría de un barco y una tripulación para empezar a mi camino hacia ser un yonkou... tú decides si quieres venir inmediatamente conmigo o esperar un tiempo,... o si tienes otra propuesta, te escucho- esperé su respuesta mientras le daba una cálida sonrisa, de las que no aparecen en mi rostro nunca, pero ahora salió una. Estaba ansioso por escuchar que decidiría, de verdad me gustaba la idea de tenerlo como compañero y amigo.
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Observé que se puso muy nervioso. Ya me hice la idea completamente de que me iba a decir que no cuando lo escuché tartamudear. Mi mirada recaida se fijó en mis dedos. No sabía que mirar. Astarod siguió hablando. Dijo que se separó de sus amigos para empezar un solitario viaje y aumentar su experiencia. Propuso el reencontrarnos más adelante cuando ya aumentemos nuestras experiencias. Me dio a elegir si acompañarlo o esperar un tiempo hasta reencontrarno. No sabía si había dicho que fuéramos junto meramente por cortesía hacia mí... un nuevo sentimiento yacía en mí, no sabía como describirlo. Era una sensación entre angustia, tristeza y a la vez cobardía a volver a expresar mis sentimientos.
-Y...yo no quería qu...que te pusieras en un aprieto, Astarod. Si no quieres dímelo y lo soluc...solucionamos antes.-me constó una barbaridad decirlo.-Si es verdad entonces lo que me has dicho... dejo que tú elijas. Si quieres que nos adentremos juntos, encantado. Aprenderíamos cosas uno del otro y cada uno pensaría como mejorar. Si nos vemos dentro de un tiempo... no sabremos cuanto tiempo sería pero cada uno podría encontrar a la persona adecuada para que le enseñase lo que le interesara o directamente aprender por sí mismo. La decisión es tuya, tienes la última palabra.-se hacía notar con que desilusión decía mis últimas palabras mencionadas... no sabía si entendí mal a Astarod o no, pero esperaba a que me lo resolviera.
-Y...yo no quería qu...que te pusieras en un aprieto, Astarod. Si no quieres dímelo y lo soluc...solucionamos antes.-me constó una barbaridad decirlo.-Si es verdad entonces lo que me has dicho... dejo que tú elijas. Si quieres que nos adentremos juntos, encantado. Aprenderíamos cosas uno del otro y cada uno pensaría como mejorar. Si nos vemos dentro de un tiempo... no sabremos cuanto tiempo sería pero cada uno podría encontrar a la persona adecuada para que le enseñase lo que le interesara o directamente aprender por sí mismo. La decisión es tuya, tienes la última palabra.-se hacía notar con que desilusión decía mis últimas palabras mencionadas... no sabía si entendí mal a Astarod o no, pero esperaba a que me lo resolviera.
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Al escuchar lo que me decía Dick, me entró pánico parece que me mal entendió, asique respondí lo más rápido que pude.
-¡Por favor no me mal interpretes!... ¡A mí me encantaría que viajáramos juntos!... pero... pero no sé qué tenias planeado de aquí en adelante y no quiero obligarte a ir a mi ritmo o mi planificación... y nunca me pusiste en ningún aprieto o nada parecido, solo me sorprendiste con tu propuesta y la verdad... si en verdad no tienes problemas... me encantaría que viajáramos juntos- lo miré directo a los ojos, tomándolo del mentón para obligarlo a mirarme, con una mirada decidida; no tenía por qué dudar, me caía bien y quería que fuéramos compañeros, y si él deseaba lo mismo, no veía cual era el problema -nos apoyaremos el uno al otro,… si no te molesta seguir el plan que tenía planeado... lo recorreremos juntos y si en algún punto no te parece el rumbo que llevamos, lo podremos discutir y entre ambos decidir cuál es el mejor rumbo, asique ahora soy yo quien te pregunta ¿qué me dices, aceptas ser mi compañero de viaje, mi primer nakama y futuro segundo al mando de mi barco? ¿Quieres acompañarme en esta travesía y apoyarnos mutuamente en nuestras metas?- ahora lo veía decidido y emocionado, esperando ansioso su respuesta. Mi primer nakama, eso me hacía sentir feliz - si aceptas entonces te pediría que me dijeras tu nombre completo, si no te incomoda claro. Yo me vuelvo a presentar, soy Hoshi D. Astarod el futuro yonkou más poderoso- le dije con una sonrisa de seguridad mientras le extendía mi mano.
-¡Por favor no me mal interpretes!... ¡A mí me encantaría que viajáramos juntos!... pero... pero no sé qué tenias planeado de aquí en adelante y no quiero obligarte a ir a mi ritmo o mi planificación... y nunca me pusiste en ningún aprieto o nada parecido, solo me sorprendiste con tu propuesta y la verdad... si en verdad no tienes problemas... me encantaría que viajáramos juntos- lo miré directo a los ojos, tomándolo del mentón para obligarlo a mirarme, con una mirada decidida; no tenía por qué dudar, me caía bien y quería que fuéramos compañeros, y si él deseaba lo mismo, no veía cual era el problema -nos apoyaremos el uno al otro,… si no te molesta seguir el plan que tenía planeado... lo recorreremos juntos y si en algún punto no te parece el rumbo que llevamos, lo podremos discutir y entre ambos decidir cuál es el mejor rumbo, asique ahora soy yo quien te pregunta ¿qué me dices, aceptas ser mi compañero de viaje, mi primer nakama y futuro segundo al mando de mi barco? ¿Quieres acompañarme en esta travesía y apoyarnos mutuamente en nuestras metas?- ahora lo veía decidido y emocionado, esperando ansioso su respuesta. Mi primer nakama, eso me hacía sentir feliz - si aceptas entonces te pediría que me dijeras tu nombre completo, si no te incomoda claro. Yo me vuelvo a presentar, soy Hoshi D. Astarod el futuro yonkou más poderoso- le dije con una sonrisa de seguridad mientras le extendía mi mano.
Drago Kasov
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Observé que Astarod se puso nervioso y se empezó a mover en su sitio sin saber lo que sucedía. Me relajé muchísimo cuando dijo que lo había malinterpretado. Me comentó que se refería a que no quería obligarme a seguir sus indicaciones. Me agarró el mentón y se puso bastante cerca de mí con una cara decidida y muy segura. La verdad que me sentiría agradecido teniendo a un nakama como él, me trataba fenomenal. Dijo que nos apoyaríamos uno en el otro y que podríamos discutir cualquier indicación que no viera correcta. Me preguntó si aceptaba ser su nakama y ser el futuro segundo al mando de su tripulación pirata. Quería que le dijera mi nombre completo... el apellido de madre... ahora que lo pienso nunca lo había mencionado nunca. No quería mencionarlo, lo tenía dentro de mi pecho guardado y no quería que saliera de allí por ahora por lo que decidí decirle mi nombre con el apellido de mi padre.
-Acepto en apoyarte en tus metas y sería un honor ser el segundo al mando en la futura banda.-apreté con firmeza su mano. Astarod me hacía sentir seguro de mí mismo.-Soy Aaron Dick, el futuro hombre que revelará el origen de los tenryuubitos al mundo y hará poner patas arriba a éste, obligando a derrumbar el sistema social actual y crear uno propio, que iré creando mientras más viaje. Me gustaría imponerlo en todos los territorios que conquistemos cuando seamos más fuertes para así lograr proteger a nuestros futuros ciudadanos. Parezco más un revolucionario que cualquier otro cosa, pero siguiendo con la vía pirata, tendré tu apoyo y el de nuestros futuros nakamas y eso me hace feliz.-sonreí de oreja a oreja. Yo mismo me estaba sorprendiendo a mí mismo. Nunca había sonreído así.
Tras esto me sentí muy satisfecho. No estaba al 100% ya que no pude decirle mi nombre completo, pero estaba seguro que más adelante, cuando vayamos aumentando nuestras aventuras se lo diré. Llamé al tabernero y le dije que nos trajera un par de copas. Por lo menos yo necesitaba una, estaba demasiado exhausto.
-Acepto en apoyarte en tus metas y sería un honor ser el segundo al mando en la futura banda.-apreté con firmeza su mano. Astarod me hacía sentir seguro de mí mismo.-Soy Aaron Dick, el futuro hombre que revelará el origen de los tenryuubitos al mundo y hará poner patas arriba a éste, obligando a derrumbar el sistema social actual y crear uno propio, que iré creando mientras más viaje. Me gustaría imponerlo en todos los territorios que conquistemos cuando seamos más fuertes para así lograr proteger a nuestros futuros ciudadanos. Parezco más un revolucionario que cualquier otro cosa, pero siguiendo con la vía pirata, tendré tu apoyo y el de nuestros futuros nakamas y eso me hace feliz.-sonreí de oreja a oreja. Yo mismo me estaba sorprendiendo a mí mismo. Nunca había sonreído así.
Tras esto me sentí muy satisfecho. No estaba al 100% ya que no pude decirle mi nombre completo, pero estaba seguro que más adelante, cuando vayamos aumentando nuestras aventuras se lo diré. Llamé al tabernero y le dije que nos trajera un par de copas. Por lo menos yo necesitaba una, estaba demasiado exhausto.
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Feliz escucho como acepta el acompañarme. Sé que no me ha dicho todo su nombre pero por lo menos sé que se lama Aaron. No importa, con el tiempo me ganaré toda su confianza para que pueda decirme todo su nombre, tal vez aún no esté listo. Acerqué mi silla a la suya y le pasé el brazo por los hombros en gesto amistoso, le di una sonrisa conciliadora y le dije:
-No te compliques, ya me ganaré la suficiente confianza para que me puedas decir todo lo que tengas guardado dentro tuyo... por ahora con esto basta ¿no lo crees?- con esto dimos por terminado el tema. Aaron pidió al tabernero unas copas, y la verdad lo agradecía, lo necesitaba con urgencia.
Pasamos gran parte de la tarde en la taberna, luego buscamos un buen lugar donde dormir. Encontramos una posada bastante bonita y barata. Yo pagué una habitación para dos y en ella seguimos conversando de trivialidades. Ya a la mañana siguiente veríamos que hacer, debíamos conseguir algún bote lo suficientemente grande para los dos. En la habitación me saqué la chaqueta y le mostré mis alas, también le mostré mis más preciados tesoros: los pendientes de "rubí-negro" de mi madre; las katanas gemelas de mi padre, Kiri- que posee una pequeña inscripción en la hoja, justo a la altura del tope, que versaba "aquella que engaña y no deja observar" en kanjis- y Ame - al igual que su gemela posee una inscripción, pero esta versaba "aquella que golpea de imprevisto y no tiene piedad"-; y por último los guantes que me hizo Sora para protegerme las manos. En esas cosas se nos fue la noche y ese día.
-No te compliques, ya me ganaré la suficiente confianza para que me puedas decir todo lo que tengas guardado dentro tuyo... por ahora con esto basta ¿no lo crees?- con esto dimos por terminado el tema. Aaron pidió al tabernero unas copas, y la verdad lo agradecía, lo necesitaba con urgencia.
Pasamos gran parte de la tarde en la taberna, luego buscamos un buen lugar donde dormir. Encontramos una posada bastante bonita y barata. Yo pagué una habitación para dos y en ella seguimos conversando de trivialidades. Ya a la mañana siguiente veríamos que hacer, debíamos conseguir algún bote lo suficientemente grande para los dos. En la habitación me saqué la chaqueta y le mostré mis alas, también le mostré mis más preciados tesoros: los pendientes de "rubí-negro" de mi madre; las katanas gemelas de mi padre, Kiri- que posee una pequeña inscripción en la hoja, justo a la altura del tope, que versaba "aquella que engaña y no deja observar" en kanjis- y Ame - al igual que su gemela posee una inscripción, pero esta versaba "aquella que golpea de imprevisto y no tiene piedad"-; y por último los guantes que me hizo Sora para protegerme las manos. En esas cosas se nos fue la noche y ese día.
- off-rol:
- Estimado, te dejo a ti el ultimo post para cerrar este rol, a sido un gusto y me he divertido bastante (espero que tu también). Me encanta, la verdad, que nuestros personajes hayan hecho tan buenas migas y terminen viajando juntos :3. Estamos al habla compañero.
Drago Kasov
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Tras bebernos las copas que la verdad tenían un gusto dulce y rico decidimos alquilar una habitación. Astarod la pagó a mi pesar ya que le intenté convencer de que yo la pagaba pero no pareció tener éxito. La habitación era acogedora y de un color verde radiante. Me enseñó sus pertenencias y decidí enseñarle las mías también. Me puse en pie ya que estaba sentado en mi cama y desvainé mi daga.
-Con esta daga ejecuté por primera vez. Fue a los dos tenryuubitos.-me la coloqué en el pecho y cerré los ojos.-Siento que mis padres están dentro de ella y me dan las fuerzas necesarias. Tal vez te parecerá algo estúpido, jaja-empecé a soltar algunas carcajadas.-Estas son mis botas las cuales conseguí cuando visité Ohara. Una bruja atacó la isla y un hombre murciélago luchó contra ella. Cuando me escondí en una casa y abrí el baúl, me encontré con este objeto. La verdad que cuando las llevo puestas mi ruido se amortigua más. Eso es todo, tengo menos objetos que tú.-reímos los dos juntos.
Al día siguiente, un sol radiante nos despertó a los dos. Preparamos nuestras cosas y teníamos pensado conseguir alguna embarcación para llegar a la próxima isla. Bajamos hasta el puerto y no había ningún barco atracado. Nos desilusionamos, pero mientras íbamos a regresar a la ciudad me fijé en una pequeña embarcación que allí yacía. Sonreí y corrimos hacia ella. Un anciano salía de ella a duras penas. Lo ayudamos y nos dio las gracias. Le pregunté si era el dueño de la embarcación y contestó amablemente que era él. No tenía ninguna otra por lo que nos pusimos algo tristes. Cuando nos disponíamos a irnos, escuchamos un grito. El hombre nos estaba reclamando. Fuimos hacia él y nos dio un abrazo a los dos.
-Quedaros con mi embarcación, os llevará para vuestro próximo destino. A mi ya no me hará tanta falta. Salgo con ella de vez en cuando para perderme en el mar y relajarme mientras echo mi caña al mar para ver si consigo pescar algo.- el hombre sonrió.
Le dimos las gracias y nos montamos en la embarcación. Yo no sabía ni como arriar las velas, pero Astarod era hábil para ello y consiguió arriarlas. El bote empezó a moverse y nosotros celebrábamos nuestro comienzo de la aventura.
-Con esta daga ejecuté por primera vez. Fue a los dos tenryuubitos.-me la coloqué en el pecho y cerré los ojos.-Siento que mis padres están dentro de ella y me dan las fuerzas necesarias. Tal vez te parecerá algo estúpido, jaja-empecé a soltar algunas carcajadas.-Estas son mis botas las cuales conseguí cuando visité Ohara. Una bruja atacó la isla y un hombre murciélago luchó contra ella. Cuando me escondí en una casa y abrí el baúl, me encontré con este objeto. La verdad que cuando las llevo puestas mi ruido se amortigua más. Eso es todo, tengo menos objetos que tú.-reímos los dos juntos.
Al día siguiente, un sol radiante nos despertó a los dos. Preparamos nuestras cosas y teníamos pensado conseguir alguna embarcación para llegar a la próxima isla. Bajamos hasta el puerto y no había ningún barco atracado. Nos desilusionamos, pero mientras íbamos a regresar a la ciudad me fijé en una pequeña embarcación que allí yacía. Sonreí y corrimos hacia ella. Un anciano salía de ella a duras penas. Lo ayudamos y nos dio las gracias. Le pregunté si era el dueño de la embarcación y contestó amablemente que era él. No tenía ninguna otra por lo que nos pusimos algo tristes. Cuando nos disponíamos a irnos, escuchamos un grito. El hombre nos estaba reclamando. Fuimos hacia él y nos dio un abrazo a los dos.
-Quedaros con mi embarcación, os llevará para vuestro próximo destino. A mi ya no me hará tanta falta. Salgo con ella de vez en cuando para perderme en el mar y relajarme mientras echo mi caña al mar para ver si consigo pescar algo.- el hombre sonrió.
Le dimos las gracias y nos montamos en la embarcación. Yo no sabía ni como arriar las velas, pero Astarod era hábil para ello y consiguió arriarlas. El bote empezó a moverse y nosotros celebrábamos nuestro comienzo de la aventura.
- OFF-ROL:
- Rol cerrado. Me ha encantado, la verdad que nuestros personajes tendrán un gran futuro juntos y grandes aventuras. La verdad que hemos llevado el rol por un camino bastante bueno, nos vemos en el próximo y estamos en contacto *-*
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