La cuadrilla del halcon. pasado bleyd sinclair moon issey hayate, Frog D Cyrus

Introduccion: En este reino en continua guerra hace poco que un grupo de mercenarios ha surgido de la nada, se hacen llamar la cuadrilla del halcón y están liderados por un joven estratega de inusitada inteligencia, capaz de las hazanas mas increíbles. Su meteórico ascenso les ha llevado a ser galardonados como regimiento oficial del reino, pero ahora para alcanzar cimas aun mayores se enfrentaran a la toma de la imponente e inexpugnable fortaleza de Dolrey. Con tan solo 1000 hombres planea intentar la conquista con el río a sus espaldas, en una lucha de victoria o muerte, El general de la cuadrilla es el Halcon, Griffit, la segunda al mando es una mujer llamada kyasca, Os encontrais en la oficina de reclutamiento para tan ardua y posiblemente suicida batalla. Pero el honor y la gloria os esperan si se consigue el objetivo el rey ha prometido rangos de nobleza para los capitanes de las escuadras y el general. El grupo entero pasaría a formar parte del regimiento regular del reino con todas las de la ley. 

Una vieja taberna es el lugar donde se puede encontrar a uno de los capitanes para pedirle entrar en la cuadrilla antes de semejante evento. No hay carteles que lo digan pero es un secreto a voces que buscan personal para la batalla que se avecina.

Me encuentro sentado en la mesa tomando una cerveza mientras espero que alguien tenga el valor ha acercarse a mi, tal vez no queda nadie con valor en esta ciudad que quiera jugarse la vida por un sueño, aunque mi sueño este a punto de alejarse de aquí, aun tengo muchas cosas que atravesar antes de irme. Suspiro mientras le miro el culo a la camarera menuda chica mas guapa. Tal vez le proponga salir después de que conquistemos el castillo de Dolrey.

En una esquina de la taberna se sentaba un chico joven, de pelo corto y negro. Iba vestido con ropas gastadas de arpillera, como un campesino, con una capa marrón por encima. Al cinto llevaba dos espadas cortas, y en su hombro reposaba un gorrión. El pájaro cantaba alegremente, mientras su joven dueño comía una especie de barrita de frutos secos. Parecía descansar sin más, sin prestar mucha atención a su entorno. Estaba recostado sobre la silla contra la pared, con una expresión calmada y apacible. Lo cierto era que aquel joven no era lo que parecía. No era cierto que no estuviese atento a la taberna, aunque a todos los efectos lo pareciera. Ni tampoco era un simple campesino metido a mercenario. Lo cierto era que llevaba todo el rato pendiente de lo que se hablaba en la taberna. Y aunque se había dado a conocer como Hans, su verdadera identidad era Issei Hayate, un agente del Cipher Pol.

Lo habían enviado a aquel lugar para que aprovechase la confusión y eliminase a ciertas personas. En aquel grupo mercenario se ocultaban varios criminales buscados por el Gobierno, entre ellos antiguos agentes del CP. Aprovechando que Hallstat quedaba fuera de la jurisdicción del Gobierno (dado que era una isla independiente), la habían escogido como lugar para ocultarse del Gobierno. Sin embargo, temerosos de que desvelasen los secretos del rokushiki, habían enviado al joven agente para eliminarlos. Se había hecho pasar por un mercenario más, y aunque no estaba entrenado para emplear espadas, había hecho uso de su haki y entrenamiento cuerpo a cuerpo para convencer a los mercenarios de que era competente y que le dejaran entrar. No había desvelado, sin embargo, todo su poder. Enseñar el rokushiki hubiese alertado a sus objetivos sobre quién era.

Se fijó en un mercenario con una pesada armadura completa y un mandoble gigantesco. Si quería encajar en el "personaje" que se había creado a sí mismo para engañar a los mercenarios (de joven campesino atolondrado), debía mostrarse sociable y amigable. Tal vez ese tipo fuese una buena opción para comenzar. Cabía la posibilidad de que hubiese oído algo... y gracias a su akuma, le bastaba con que el otro pensara en ello para darse cuenta. Sin embargo, se le ocurría otra idea más para ir adelantando en su tarea. Extendió la mano para que Ao, su gorrión, se posara en ella, y le susurró para que sólo él le escuchase. Su mascota tampoco era un animal corriente: había consumido la paramecia de idiomas, y poseía el don del lenguaje.

- Ve a ver si localizas a alguno de los tipos de las fotos que te enseñé.

El pájaro lo miró con inteligencia y salió volando por una ventana. Acto seguido el CP se levantó y se dirigió a la mesa del tipo de la armadura. Activó su "Giro Giro no Mind" mientras se acercaba, y se sentó en una silla con una sonrisa.

- ¡Hola! Bonita armadura. ¿A ti también te han contratado o eres de la cuadrilla? - dijo, amigablemente, representando bien su papel de aldeano tonto - ¿Eres capaz de levantar esa espada - dijo, fingiendo impresión.

Era una de esas veces, en la que me había ido de aventuras por mi mismo, sin mi gremio, ya que todos los miembros de este estaban entrenandose por separado. Esta vez me encontraba en una isla extraña, era una isla que parecía que estaba varada en el tiempo, más concretamente en la  época medieval, aunque este hecho no me sorprendía ni un ápice ya que no era la primera vez que me encontraba en este tipo de islas.

En aquella ocasión me encontraba en una taberna de estilo medieval, aunque teniendo en cuenta que me encontraba en una isla medieval, entraba dentro de lo normal. En aquel lugar todo era de la época del medievo, la decoración, el ambiente, las ropas de clientes y empleados de la taberna, incluso los borrachos, que también los había estaban borrachos de bebidas de la época. Por mi parte, yo quizás destacase ligeramente por mi atuendo, unos pantalones y una chaqueta de cuero negro y encima de estos una larga gabardina, aunque aquella gente era tolerante con la novedad y todos eran muy agradables.

En ese mismo instante me encontraba bebiendo un vino caliente que, según me dijo el tabernero era la bebida típica de aquella isla mientras hablaba con dicho tabernero:

- Caballero le felicito por su taberna, es en la primera en la que, al menos todavía, no ha habido ningún altercado.

- Le agradezco el cumplido joven, espero no decepcionarle.

A continuación, me contó el tabernero que en la mesa que tenía en frente estaba sentado un capitán de una cuadrilla de mercenarios que buscaba hombres para no se que misión. Después de darle las gracias al tabernero me acerqué a aquel hombre y me presenté:

- Buenas tardes buen hombre, me acaban de comunicar que busca hombres para algún tipo de misión. He venido para comunicarle que puede contar conmigo, aunque le aviso dos cosas. Una es que no haré nada que vaya en contra de mis principios y que solo le debo lealtad a mi jefe, sabiendo mis condiciones ¿le intereso para cumplir su objetivo?

¡Hola! Bonita armadura. ¿A ti también te han contratado o eres de la cuadrilla? ¿Eres capaz de levantar esa espada ?
Levante la cabeza del culo de la camarera solo para ver un tipejo, seguramente seria un salteador de caminos o un bandido sin mucho logro por sus pintas, suspire. Algo estaba mal con ese tipo, bandidos mercenarios y cualquiera que porte un arma son tipos duros que no dudarían en atravesarte por un plato caliente, sin embargo este tipo venia con una sonrisa, pose mis ojos en sus manos y las examine atentamente, seguí subiendo hasta su rostro, un rostro demasiado cuidado, un rostro que no tenia las marcas de la dura vida de un trabajador o un bandido, mas bien parecía el de un pomposo noble al que no le había faltado nada.
- Mira no se que quieres ni que esperas conseguir, sinceramente me da igual, bienvenido a la cuadrilla. espero que disfrutes en primera linea de combate, si tienes caballo sera un plus, si no te tocara ir a pie.
Saque una octavilla de mi bolsillo y se la coloque delante con una pluma y tintero. La hoja era una simple formulación de contrato no demasiado complicada, donde se decía que se cobraría después de la batalla, la recompensa por la cabeza de uno de los capitanes o generales enemigos, y las indemnizaciones a los heridos.
- Aquí tienes puedes leerlo y firmarlo cuando quieras.
Me interrumpieron mientras entregaba el documento, instantáneamente supe que no era de por aquí.

Buenas tardes buen hombre, me acaban de comunicar que busca hombres para algún tipo de misión. He venido para comunicarle que puede contar conmigo, aunque le aviso dos cosas. Una es que no haré nada que vaya en contra de mis principios y que solo le debo lealtad a mi jefe, sabiendo mis condiciones ¿le intereso para cumplir su objetivo?
Buen hombre, buen hombre, dios me lleve la mano a la cara y me apreté las sienes, - Mira me dan igual tus principios mientras no tengas problemas en matar, rajar, eviscerar y eliminar a todo el que no sea tu compañero en el campo de batalla. Por lo demás lo mismo que tu compañero aquí al lado. Le pongo otra cuartilla delante. lee el contrato y firmarlo si te parece bien. este mozo tenia pinta de ser extranjero sus modales su manera de hablar se notaba que no era un mercenario, pero parecía un tipo fuerte que había vivido muchas experiencias. Seria una buena adquisición para la batalla. -Um creo que tu cuadrarías muy bien en caballeria,¿ sabes montar a caballo? ¿que arma prefieres usar? Espere la respuesta de ambos mientras examinaba sus rostros para apreciar cambios en su humor.

Aquel tipo que quería reclutar a gente, no parecía muy agradable, la prueba era que me dijo en un tono que no me gustó nada que le daban igual mis principios mientras que no me importará matar. De otra cosa de las que me di cuenta es que había otro tipo que también estaba interesado en formar parte del grupo del tipo con malos humos el cual, nos mostró un par de octavillas, que parecían contener las condiciones de un contrato. El resumen de este era, principalmente, que se cobraría después de hacer lo que se suponga que se tiene que hacer. No tenía muy claro si cobraría o no, pero lo que si que sabía, es que, quizás pudiese rapiñear algo durante la batalla. Después el tipo que parecía ser nuestro jefe, me preguntó que si sabía montar a caballo y que que armas utilizaba.

- ¿Caballo? Yo prefiero moverme de manera aérea y en cuanto a armas voy bien servido gracias.


Le mostré mis dos pistolas y mi arrow of destruction que llevaba atada en el brazo. En cuanto al otro tipo, no creí que fuese necesario, por ahora, ni preocuparse por saber quién era.

Mire sorprendido las armas,” bien te meteré en el escuadrón de especialistas, mi consejo es que no vayas presumiendo de tus juguetes, aquí no se suelen ver esas cosas pues no hay mucha industria y si no te has fijado comparadas con otras islas vivimos casi en el medievo, te juegas que un ladrón te las robe sin que siquiera te enteres, o que te rajen la garganta en la noche esas cosas son muy comunes, pero tu sabrás lo que haces” Recojo su papel mientras lo guardo en una pequeña carpeta, momentos después me giro al otro candidato y le recojo su hoja también apenas me molesto en mirarlas.
- ¡Tened, señor! ¿Cuándo entraremos en batalla? - preguntó, fingiendo excitación.
“Saldremos al combate en dos días tiempo suficiente para que resolváis cualquier asunto que os atañe en este mundo, tener en cuenta que aunque el beneficio es magnifico el riesgo es monstruoso, podemos conquistar el castillo y morir todos en el intento.”
No poseo caballo, pero sí esto - dijo, señalando sus aceros - No se me da mal la puntería, sabe usted, pero esas cosas - dijo, imitando el gesto de disparar una ballesta con las manos - son caras. Así que sólo tengo esto.
“bueno si quieres disparar siempre podré intentar encontrarte una ballesta, el equipo de ballesteros siempre es muy útil, de todas formas en primera instancia iras en la primera línea del frente ya veremos si de aquí a dos días te he conseguido un arma.”
Guarde la carpeta con las solicitudes y volví a mi bebida y al culo de la camarera que estaba de muy buen ver, aun tenia que esperar un buen rato a ver si algún candidato mas se presentaba por hay para ingresar,
“Bien lo vuestro ya esta, recordar en dos días en el castillo, no os pondrán ninguna pega si decís a que vais” Despedí a los candidatos para poder concentrarme en temas mas interesantes.

Un joven marine ingresaba  a aquella taberna. Había un gran tumulto en esta, al parecer estaban reclutando a personas por algún motivo. Estaba fuera de servicio aquel día, no podía faltar a la justicia, pero si divertirse un rato. Ingresó así y se sentó en una mesa apartada a los demás, era el lugar perfecto para observar a su alrededor. Anuló los sonidos de cualquiera de sus movimientos, no quería llamar la atención por ahora. Vestía con trajes comunes, aunque en este pueblo parecía haberse quedado en otra época, y su vestimenta lo distinguía un poco de los demás. Además creó una pequeña cúpula a su alrededor, para poder con esta anular el sonido de alguna persona molesta. Está eran las ventajas de tener la Nagi Nagi no mi, la akuma de silencio.

Observando a su alrededor logró ver a un grupo de personas. "Ese es el tipo que recluta a las personas." Pensó, para luego ponerse de pie y acercarse al grupo. Estaba aburrido, si era necesario intentaría detener al grupo, su trabajo como marine era primero. Pero nadie le impedía divertirse un rato. Según logró escuchar aquel grupo estaba reclutando gente para algo, podía infiltrarse unos momentos con ellos, quizá fuera divertido. De esta forma se acercó a ellos, de seguro se sorprenderían.

"¿Hola? Ustedes son los que están reclutando." Preguntó observando a tres tipos. Uno llevaba una armadura enorme, los otros dos eran normales, o por lo menos eso aparentaban. Parecía que iban hacer algo interesante, y no había razón que le impidiera entretenerse un rato. Cada día se hacia mas fuerte, y quería demostrarlo.

Un tiparraco de pelo azul llegaba tarde. Suspire mientras me recostaba en la silla otra vez para preparar los papeles, “si aquí es muchacho espero que sepas a que vienes por que no me gustaría tener que volver a repetirlo así que confiare en que sabes que vas a la guerra en medio de una batalla multitudinaria, nuestro objetivo es conquistar la inexpugnable fortaleza de Dolrey el enemigo nos superara en proporción cinco a uno y tendremos el río a nuestra espalda, será una lucha de victoria o muerte espero que estés preparado.”
Le tendí el papel de reclutamiento mientras me fijaba en sus características y vestimenta, la verdad es que los anteriores no me gustaron demasiado pero este tipo parecía tener algo especial no podría decir de que se trataba pero me inspiraba confianza, por desgracia para el eso no me gustaba me encargaría que acabara a mi lado en la carga del escuadrón suicida, allí demostraría su temple o caería ante la horda de insurrectos.