[Rol Moderado](Frog D. Cyrus)El cazador es el cazado. Visita al lugar equivocado.

Frog observaba desde aquel barco a aquella isla. Según había escuchado, esa isla era peligrosa para tipos como él, un joven cazador. Pero la rana era un temerario, y le gustaban  los retos que podía encontrar en sus viajes. Así paso el tiempo, hasta que el barco llegó a la isla. Se despidió de los mercaderes que amablemente lo habían ayudado a llegar a aquella isla. Las advertencias sobre que aquel lugar era peligroso continuaban, pero ya había llegado a ese lugar, no hay vuelta atrás. Desembarcó en aquella isla, llevando con él sus pocas pertenencias; su armadura, armas y los pocos berries que tenía. Entonces empezó a caminar, y a pesar de no querer hacerlo, llamaba mucho la atención. Los efectos de ser una rana andante. No muy lejos logró escuchar la conversación de un grupo de hombres, la tribu de brazos largos. Para Frog ver eso era muy extraño, irónicamente como ver a una rana parlante.

"Debería ignorarlos, o..." Pensó, para luego desviar su camino para acercarse a aquellos hombres. Sus intenciones no eran malas, tan sólo quería ver lo que harían. "Mátalos, se están burlando de ti. A nadie les importará su muerte." Escuchaba en su mente, era la voz de su espada,  que quería siempre confundir a Frog. Pero simplemente lo ignoró, y continuó con su intención.

"Buen día" Dijo desde la lejanía a aquellos hombres. A la rana no le importaba que se burlaran de él, tan sólo quería demostrar su valor. Como ahora, que daba la cara a aquellos hombres, que si por ellos fueran lo matarían de seguro. Luego de eso, si los hombres no le causaban problemas,decidió partitr hacia la ciudad, a buscar algún refugio por ahora. Sabía que en aquel lugar había algo interesante, ya que un grupo de piratas había llegado a la isla. Por lo menos era seguro que en aquel lugar no estaría aburrido.

Al acercarse a los tipos, uno de ellos no le recibió de buena madera. De un puntapié lo tiro hacia atrás. Podría haber dañado con facilidad al tipo, pero era tan insignificante para Frog, que no lo merecía. A pesar de todos sus provocaciones, la rana no se atrevería a dañarlo. O por lo menos así pensaba por ahora. Tipos como aquel siempre aparecían frente al pequeño anfibio, y estaba acostumbrado a tratar con ellos. Éste hombre no era diferente a los otros, simplemente era uno más del montón, y a la ranita no le importaba en lo absoluto. Entonces mientras pensaba, logró observar a alguien que le hacía una seña para seguirle hacia un callejón.

- No te preocupes, ya me estaba por ir.- Dijo, para dar media vuelta y empezar a saltar.

Ciertamente el ver a aquel tipo llamarlo le dio mucha curiosidad. No quería admitírselo, pero así lo era. Y a pesar de todos sus esfuerzos, la curiosidad lo venció una vez más, como siempre lo hacía. "La curiosidad mató a la rana. Espero y esto no me suceda". Pensó mientras se dirgiía hacia el callejón al cual se había metido el tipo.