[Rol moderado C] ¿¡Pero a dónde me habéis enviado!?

Sales del barco de la marina, junto a una gran cantidad de marines, la mayoría de menor rango al tuyo, pero había alguno con un alto rango. Tu cabeza recordaba claramente porque te habían mandado a aquel lugar, eras uno de los elegidos para la purga de la isla, la cual está plagada de gente de dudosa fiabilidad, digamos que aquí está la crème de la crème del mundo criminal. Ves a la los bajos rangos nerviosos, casi al borde de un paro cardiaco, mientras los altos cargos ignoran la situación con extraña facilidad, mientras charlan entre ellos, al parecer eran viejos conocidos y parece que les interesa más su reunión que la propia integridad de los reclutas. Al cabo de un rato empezáis a moveros, con intención de llegar a la zona donde tenderéis la emboscada.

Es entonces cuando oyes la explosión. Unos edificios de los lados de la calle explota, dejando liberar un infierno por cualquier ventana que este no tuviera cerrada. Alguno de los reclutas salieron volando en pedazos con la explosión y otros pocos ardían en el suelo, seguramente sin vida, aunque podrías intentar que los curaran, eso o enfrentarte a la manada de gente que viene desde el otro extremo de la calle, armas en mano y prestos para acabar con las vidas de varios marines mas, incluido tu, quizás deberías huir o simplemente enfrentarte a ellos, pero lo que hicieras deberías hacerlo pronto.

Efectivos:

Había salido del barco de la marina con varios reclutas y algunos de rango mayor al mio. Los reclutas estaban muy nerviosos, parecía que era su primera misión y que no sabrían con quien se enfrentarían. Mientras los miraba, me dispuse a decirles unas palabras para que se les quitara el nerviosismo e intentar animarles un poco.

- Reclutas, tirad por la borda ese nerviosismo que teneis, somos Marines y eso es lo que nos puede llevar a perecer en esta isla. Por eso, nada de nerviosismo. Ya sabéis que esto será como una guerra y por eso tenemos que ganar y no tengáis piedad de cualquiera que sea un criminal. Si veis a algún civil haciendo un acto delictivo, primero preguntad y si eso arrestad, pero nunca, repito nunca bajo ningún concepto matéis al prisionero sin saber a ciencia cierta si de verdad se le considera un verdadero criminal o un mero maleante. El honor por bandera lo primero, señores.
No tengo más que decir. ¡Formen!

Tras eso puse rumbo a la zona acordada de la emboscada que teníamos prevista. Yo iba solo, me gustaba aunque siempre iba ojo avizor por si alguien estaba en peligro poder ayudarlo.

Una vez en la zona de emboscada, el ruido de una explosión retumbó en todo el lugar. Un edificio de los de al lado de la calle había explotado. Muchos reclutas salieron volando muertos por dicha explosión, otros en cambio se quemaban seguramente con su cuerpo ya sin signos vitales en él. Una jauría de gente venía hacia los que quedábamos en pie con armas para acabar con nosotros.

Metí mi mano derecha en el bolsillo del pantalón y elevé la otra con el puño cerrado. Luego doblando el brazo hasta hacer un angulo de 90º levanté mi dedo índice, lo que dio lugar a la incredulidad de algunos de los Marines que estaban conmigo.

Tras hacer ese pequeño gesto, una tormenta de arena se desató e iba directo hacia los que iban armados. En realidad era para frenarlos un poco y poder realizar miss movimientos con soltura y sin complicaciones. Me fundí con esa tormenta de arena y empecé a matar a la gente con mi katana "Lucero del Alba". Con mucha suerte más de la mitad podrían caer sin saber que sucedía en ese... ¿fenómeno atmosférico?

Al principio parece que todo va bien, acabas con varios de los criminales, los cuales empiezan a sospechar de la tormenta de arena, la cual no es nada común en esa isla. Puedes ver como el clima está cambiando y todo se nubla, lenta pero inexorablemente. Pero aun así, nadie puede hacer nada, por lo que evitas los tajos y golpes de manera fácil. Hasta que una explosión, hace mover toda la arena varios metros, en dirección a un edificio que ahora arde. Intentas reagruparte, pero un hombre te golpea y… espera, espera ¿te golpea? ¿Cómo coño lo ha hecho? Su brazo se torna oscuro, parece metálico, de un color negro puro. Parece bastante duro, no tiene armas consigo y te puede tocar, eso es todo lo que sabes. Puedes huir, intentar contraatacar o simplemente esperar a que aquellos dos altos cargos lo arresten, mientras tú te encargas de los otros más débiles. ¿Qué harás?

Spoiler:

Las persona caían una a una y eso me encantaba. De pronto el cielo se nublaba lentamente. Yo mataba a todo el que se ponía en medio hasta que de pronto una explosión hace mover la arena hacia un edificio ardiente. Al intentar recomponerme a mi verdadera forma, algo me golpea. Era algo metálico de color negro. Me dio una hostia en toda la boca haciéndome sangrar por el labio. Me pasé la lengua por la sangre, quitándola y a los pocos instantes dije:

- Mmmm así que hay gente en esta isla que sabe utilizar el Haki de Armadura. A mi no me hace falta eso para derrotar a estas personitas, pero... tú, el que me ha golpeado. Pareces interesante, pero no creas que por poseer Haki de Armadura voy a echarme atrás sino todo lo contrario, estoy entusiasmado de empezar una pelea contra alguien poderoso. ¿Comenzamos?

Tras eso esbocé una sonrisa y esperé a que hiciera otro movimiento, para así poder estudiar su estilo de combate y buscar una táctica para ganar. No sabía nada de él, pero lucharía con todas mis ganas aunque no con todo mi poder. Mientras esperaba, le incité a que viniera más rápido haciendole el ya conocido gesto de los cuatro dedos para decir que viniera, que estaba listo.

El clima parecía empeorar a cada minuto, pues una leve llovizna empezó a caer, si mirabas al cielo lo veías completamente negro. El hombre sonrió a tu proposición, y soltó unas palabras que no llegaste a oír. Ante tu provocación con la mano, se puso en posición de pelea, posicionando los puños delante del rostro, pero antes si quiera de intentar golpearte sientes un leve dolor en la espalda. Otro hombre, exactamente igual al anterior ha lanzado un leve corte con su arma, una espada, hacia tu espalda.

Rápidamente se mueve al lado del primero, poniéndose a su derecha, te fijas que los dos tienen el pelo corto de color negro y uno de los ojos de distinto color, el primero lleva su ojo derecho rojo y el segundo tiene su ojo izquierdo rojo. Justo como están, sus ojos quedan pegados.

Los dos están sonriendo, han hecho su entrada y tú te has llevado varios golpes, una pena. Pero aún no ha acabado su ofensiva, los dos desaparecen rápidamente, el que pelea físicamente está detrás de ti, lanzándote un golpe con su puño derecho a la espalda. El de la espada, una katana de 70 centímetros aproximadamente, la cual traza una trayctoria diagonal desde tu hombro izquierdo hasta el costillar.

Aclaraciones:

Había incitado al hombre a venir a atacarme pero no se movió y a los pocos instantes noté un corte en la espalda. Era un dolor leve, pero molesto. Ahora estaba contra dos individuos. Eso me daba igual, mucho más emocionante sería el combate. La verdad es que estaban la mar de tranquilos, si hasta sonreían y todo. De nuevo empezaron una ofensiva hacia mí, uno por delante y otro por detrás.

Yo me quedé quieto y activé mi técnica Rageborn, con la cual emanaba vapor y un aura de energía de color violeta en forma de chispas. Para esquivar su ataque emplee una técnica que recién había aprendido, el Geppou.

Saltando y pateando el aire comencé a subir por el aire. Gracias a Rageborn, pude hacerlo rapidisimo. Pude esquivar el ataque del tipo de la katana, pero el que luchaba cuerpo a cuerpo, me golpeó en un pie haciendo que diera un voltereta en el aire. Mientras permanecía en las alturas y caía hacia ellos, creé una tormenta de arena lo suficientemente grande para que alcanzara a los dos. Luego me fundí con ella y comencé mi ataque, creando dos sarcófagos de arena para cubrirlos y empezar mi plan. Los sarcófagos, eran lo suficientemente estrechos para que pudiera aprisionarlos e intentar provocarles un gran dolor. Con simplemente, abrir y cerrar mi mano, los sarcófagos ejercieran tal presión que podrías partir los huesos de un ser vivo rápidamente. Así que mientras esa tormenta de arena permanecía, volví a mi forma humana y tras cerrar mi mano, los sarcófagos empezaron a ejercer su función. Tras eso volví a sonreir, porque lo de la tormenta de arena era algo a modo de distracción, pues lo que pretendía era que la arena se quedase en su ropa y poder ejecutar mis ataques.

Sarcofagos de Arena [AF]

Tu ataque parece efectivo, al menos durante dos segundos. Los hombres de increíble y similar aspecto, parecían poder usar el viento con una facilidad innata, golpeando al unísono, creando una corriente de aire lo suficientemente fuerte como para mover la arena a varios metros de ellos y por tanto, esquivando tu ataque dada la velocidad a la que se deshacen de la arena.

Ahora empiezan a moverse a velocidades endiabladas, hacía donde estas, apareciendo y desapareciendo casi a placer, y de repente solo tienes a uno delante de ti. Es el que pelea con su cuerpo, está cubierto por una aura de color rojo que parece hacerlo aún más peligroso, además de que sus puños se han tornado de color oscuro de nuevo. Lanzó una infinidad de puñetazos dirigidos a la parte superior de tu torso con una velocidad asombrosa, y finalizó su ofensiva, golpeando en tu torso con su puño derecho, habiendo preparado el golpe más que los anteriores, desatando una ferocidad con este poco común. Tras haber descargado esa cantidad de golpes, se retira varios pasos hacía detrás, haciéndolo con unos pasos ligeros que casi parecen saltitos. [AIF]

El hombre de la espada parece haber desaparecido, así que deberías aprovechar que se han separado.

Mi ataque parecía que iba a ser efectivo pero no fue así. Utilizaron viento para disipar la Arena, algo extraño. ¿Una Logia de Aire tal vez? No, no podía ser eso, pues no estaría usando el Haki si el fuese un Logia de Aire. Era extraño pero bueno no le di más importancia de la que tenía. Empezaron a moverse a una velocidad endiablada apareciendo y desapareciendo como ellos querían. Lo mas curioso es que solo tenía uno en frente mio y del otro no había ni rastro, ¿quizás esta sería mi oportunidad?. Antes de que me pudiera dar cuenta, el hombre que peleaba cuerpo a cuerpo me empezó a propinar unas serie de golpes en el torso y el ultimo golpe, un puñetazo en el torso con su puño derecho me mandó varios metros hacia atrás, tirándome al suelo. Me levanté y vomité sangre debido a los golpes que me había propinado. Ni si quiera con Rageborn era capaz de tocarlo ni mucho menos de aguantar sus golpes. Tenía que hacer algo y rápido. La rabia y la ira empezaban a hacer acto de presencia en mi.

- Ahh! Maldito seas. Así no voy a poder vencerte. Intentaré aumentar el pdoer de mi técnica aún más. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Empecé a gritar mientras el aura violeta que me rodeaba se agrandaba más y más por momentos. Las chispas se notaban con más frecuencia. Mis músculos se agrandaron haciendo así que mi tono muscular aumentase en todo el cuerpo. Si aumentaba el poder de Rageborn aún más, seguramente podría vencerlo aunque no estaba muy seguro del todo, pero por intentarlo no perdía nada.
Ya había acabado, mi cuerpo se puso más fornido, había aumentado hasta 3 veces el poder de Rageborn y ahora se llamaba Rageborn x3. Todos mis atributos aumentaron hasta tres veces, mas de lo que ya era normal. Mi fuerza, velocidad, agilidad, reflejos y mi resistencia física y al dolor aumentaron hasta tres veces, lo que quería decir que era más poderoso que antes pero no sabía si lo suficiente para derrotar a ese tipo.

- Ahora te demostraré porque me llaman el Asesino del Desierto.

Comencé a correr hacia el a una velocidad muy por encima de mis posibilidades si estaba con la técnica Rageborn normal. Parecía que mis piernas eran invisibles y no tocaban el suelo. Era parecído a un Soru pero sin serlo. Mientras corría, hice que la arena envolviese mis manos creando una especie de puño americano con pinchos endurecidos, también hice lo mismo con los pies. Y una vez llegué a él, comencé a propinarle una serie de golpes por todo el cuerpo, tanto con los puños como con los pies. Daba los golpes tan rápido que ni yo mismo los veía y el seguramente tampoco.

Aumento de Poder & Choque de Meteoros [AIF]

Acabé mi ataque Choque de Meteoros con un puñetazo en el estómago, pero eso no era todo, todavía podía realizar otro ataque.

Tras eso le di un puñetazo en la mandíbula enviandolo por los aires y mientras estaba en el aire le propinada una andanada de golpes mientras ascendía dándole. Al final, le dí un golpe descendente en el estómago, para enviarlo contra el suelo.

Combo Orin [AMF]

Después de mis dos ataques, caigo al suelo de pies esperando a ver si le había hecho algo y esperando su próximo ataque.

Off:

Tus golpes impactan en su cuerpo, que parecen efectivos o al menos durante unos instantes, pues aunque hay algunas perforaciones en su cuerpo debido a los pinchos que habías creado, la mayoría de estos habían sido mitigados debido a una defensa natural, sus músculos bien entrenados. Estos habían sido hechos para evitar tales golpes.

Su cara se vuelve una muestra de furia, como si todo aquello que hubieras hecho ahora mismo era insuficiente para derrotarlo. Desapareció de nuevo y apareció de nuevo detrás de ti, el aura se agrupa alrededor de sus puños, que intenta hacer impactar en los dos lados de tu cabeza. Un impacto y se acabo todo. Tras eso caería al suelo, pues uno de los golpes le había perforado uno de sus órganos vitales, y ese ataque era su último aliento. [AB]

Tras eso, puedes notar como alguien sale huyendo del campo de batalla.

Le había conseguido alcanzar, pero parecía que mis ataques no le hacían nada por culpa de sus músculos. A simple vista se podía apreciar en su cuerpo las perforaciones que le causé por mis pinchos. Seguramente no le quedaba mucho.

Un aura le cubría sus puños y venía a golpearme a ambos lados de la cabeza. Yo, en un acto defensivo, puse mis dos brazos en la cabeza agarrándomela para que sus golpes impactaran en mis brazos y que así, mitigaran el dolor ya que si me golpeaban en la cabeza seguramente sería fatal para mí.

Me golpeó y me tiró varios metros hacia atrás, al golpearme en los brazos, el que tenía como brazo cyborg no me hizo nada, el otro se me rompió uno de los huesos que había en el brazo. Ahora mismo era inutilizable, pero mejor eso que no una amputación ¿no?

Me levanté y con mi brazo-cofre con el cual también podía manejar mi arena, hice un ataúd de arena sobre el suelo. Me acerqué a él y con un empujón lo tiré al ataúd, le encerré allí y cerré mi mano para que el ataúd le aprisionase y acabara por matarlo definitivamente, pero no sin que lo matara lenta y dolorosamente.

Encierro del Desierto & Muerte Lenta y Dolorosa

Tras eso vi a alguien huyendo del campo de batalla, hice una tormenta de arena y lo perseguí convertido en arena para ver de qien se trataba. Tenía que perseguirlo a toda costa. No se me podía escapar el otro individuo.

Había conseguido acabar con uno de los dos tipos. Me había costado lo suyo vencerlo y la verdad nunca me había imaginado que me costara tanto. El otro, el espadachín se escapaba pero no podía dejarle marchar. Había echo algo que no podía perdonar que era meterse con el tipo equivocado, es decir, conmigo. Pegué un salto y comencé a correr con mi Geppou lo más rápido que podía. No podía dejarlo escapar, ¿y si el era el líder? Lo fuese o no, tenía que acabar con su vida y reunirme con mis compañeros.

Los malditos patanes de mis superiores no hacían nada, estaban parados esperando a que la situación se volviese a favor nuestra para ir a por el líder.

Mientras corría rápido, pude divisar al espadachín y haciendo que mi brazo se volviera arena, le estiré hacia allí para agarrarlo de la pierna y que cayese al suelo.

- A dónde crees que vas. Aún no he acabado contigo. Por tu culpa mis superiores no hacen más que cuestionar mi trabajo como Marine y eso es inadmisible, por lo tanto, debo destruirte.