Nolan Grid
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Akuma no mi
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Drako Hyrule
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Todos los preparativos estaban en orden para que comenzase la misión. Aquella idea no es que fuese mi favorita, pero prefería hacerlo antes que perder mi puesto. Caminaba por la calle, con las manos en los bolsillos y con toda la tranquilidad del mundo, pues no esperaba que alguien o algo me atacase. La gente estaba últimamente un tanto revolucionada, y es que hacía unas escasas horas que se sabía lo que la Marine tenía entre manos.
Yo habí estado alojado en un humilde hostal a las afueras de Domica, pero que a la vez se encontraba alejado del tan temido bosque, donde si todo era cierto, habitaban temibles criaturas que eran capaces de usar el mantra.
No había demasiado viento, y aquello me gustaba. Todo era normal, gente quejándose, ancianas cotilleando... Pero algo ocurrió cuando un hombre se puso a insultar a otro.
-¡Desgraciado! ¡O estás con esos corruptos o con nosotros!- Dijo a la vez que el hombre calvo le soltaba un puñetazo a otro.
El agresor era un hombre sin pelo, con muchas cicatrices en la cara. Sus músculos estaban bastante desarrollados, se le notaba. En su frente se podía admirar una remarcada vena, que probablemente estaba ahí por el enfado. Este hombre había tumbado a otro de un solo golpe, cosa que yo pude observar. Yo me encontraba a una distancia segura, pero aún así me amenazó:
-¡¿Y tú que miras barbudo?! ¡¿Quieres una paliza tú también?!
El calvo comenzó a correr hacia mi con el puño en alto, por lo que rápidamente activé el mantra. Con mucha antelación pude prever como iba a intentar darme un puñetazo en la cabeza, seguido de uno al estómago, por lo que decidí quedarme quieto. Preparé mi mano derecha, para cuando intentase darme, cogerla. Cuando estuvo suficientemente cerca, me lanzó un golpe a la cabeza, el cual evité imbuyendo mi cabeza en haki. Seguidamente, como había previsto, intentó darme un golpe al estómago, el cual evité agarrándolo por la muñeca.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro, yo sabía con creces que era más fuerte que él. No era frecuente encontrarse a gente con haki en los Blues, y este tipo no era distinto.
-Señor, ¿podría repetir las palabras de antes?- Le pregunté en un tono burlón pero serio.
Rápidamente, creé un muñeco vudú a sus espaldas, el cual le dio un fuerte rodillazo en la columna, cayendo el hombre calvo al suelo. -Ohhh... ¿Ahora te arrodillas?- Le pregunté.- Besa el suelo y te podrás ir.- Le dije. Aquella no era mi verdadera personalidad, pero si quería intimidarlo debía hacerlo de aquel modo. El hombre se negaba a hacer lo que le había dicho, por lo que, sujetándolo a un por la muñeca, comencé a apretar. Sabía que aquello dolía, pues había varias venas en aquella zona.
El hombre, rendido por aquel dolor, cedió. Todos sus compañeros se rieron de él sin piedad. Lo solté del brazo dándole un leve empujón, y seguidamente le dije:
-Cómo te vuelva a ver agrediendo a la gente te juro que duermes en prisión, ¿lo pillas?- Le dije amenazante.- Da gracias que te haya pillado yo y no alguno de mis compañeros, si no puedes asegurar que estarías muerto.- Le dije.- Ahora, largo.- Concluí.
No me gustaba tener que tratar así a alguien, pero debía hacerlo si quería que cumpliesen las normas, y ese era mi deber. Seguidamente, ayudé al hombre al que había agredido el calvo, y continué mi camino directo al puerto.
Yo habí estado alojado en un humilde hostal a las afueras de Domica, pero que a la vez se encontraba alejado del tan temido bosque, donde si todo era cierto, habitaban temibles criaturas que eran capaces de usar el mantra.
No había demasiado viento, y aquello me gustaba. Todo era normal, gente quejándose, ancianas cotilleando... Pero algo ocurrió cuando un hombre se puso a insultar a otro.
-¡Desgraciado! ¡O estás con esos corruptos o con nosotros!- Dijo a la vez que el hombre calvo le soltaba un puñetazo a otro.
El agresor era un hombre sin pelo, con muchas cicatrices en la cara. Sus músculos estaban bastante desarrollados, se le notaba. En su frente se podía admirar una remarcada vena, que probablemente estaba ahí por el enfado. Este hombre había tumbado a otro de un solo golpe, cosa que yo pude observar. Yo me encontraba a una distancia segura, pero aún así me amenazó:
-¡¿Y tú que miras barbudo?! ¡¿Quieres una paliza tú también?!
El calvo comenzó a correr hacia mi con el puño en alto, por lo que rápidamente activé el mantra. Con mucha antelación pude prever como iba a intentar darme un puñetazo en la cabeza, seguido de uno al estómago, por lo que decidí quedarme quieto. Preparé mi mano derecha, para cuando intentase darme, cogerla. Cuando estuvo suficientemente cerca, me lanzó un golpe a la cabeza, el cual evité imbuyendo mi cabeza en haki. Seguidamente, como había previsto, intentó darme un golpe al estómago, el cual evité agarrándolo por la muñeca.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro, yo sabía con creces que era más fuerte que él. No era frecuente encontrarse a gente con haki en los Blues, y este tipo no era distinto.
-Señor, ¿podría repetir las palabras de antes?- Le pregunté en un tono burlón pero serio.
Rápidamente, creé un muñeco vudú a sus espaldas, el cual le dio un fuerte rodillazo en la columna, cayendo el hombre calvo al suelo. -Ohhh... ¿Ahora te arrodillas?- Le pregunté.- Besa el suelo y te podrás ir.- Le dije. Aquella no era mi verdadera personalidad, pero si quería intimidarlo debía hacerlo de aquel modo. El hombre se negaba a hacer lo que le había dicho, por lo que, sujetándolo a un por la muñeca, comencé a apretar. Sabía que aquello dolía, pues había varias venas en aquella zona.
El hombre, rendido por aquel dolor, cedió. Todos sus compañeros se rieron de él sin piedad. Lo solté del brazo dándole un leve empujón, y seguidamente le dije:
-Cómo te vuelva a ver agrediendo a la gente te juro que duermes en prisión, ¿lo pillas?- Le dije amenazante.- Da gracias que te haya pillado yo y no alguno de mis compañeros, si no puedes asegurar que estarías muerto.- Le dije.- Ahora, largo.- Concluí.
No me gustaba tener que tratar así a alguien, pero debía hacerlo si quería que cumpliesen las normas, y ese era mi deber. Seguidamente, ayudé al hombre al que había agredido el calvo, y continué mi camino directo al puerto.
- OFF:
- Siento la demora, no me había ni acordado que teníamos este rol, lo siento. :pale:
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