No se coman a la rana [Priv-Pasado] [Kedra-Frog]

Little Garden, una isla no tan pequeña. Esta isla se encuentra aún en la época prehistorica, dado a esto los dinosaurios y cosas del pasado aún existen en este lugar. Así que, esta isla es muy peligrosa, para los animales comestibles y deliciosos, tales como Frog, una pequeña rana, la cuál llegó hace un par de días a esta gran isla, pero no se esperaba lo que le depararía. Se encontraba descansando de un gran árbol, el día era tranquilo y parecía que no había nada extraño. Pero una sensación extraña brotó dentro de Frog, la sensación de que alguien lo estaba observando. Así tomó su espada, junto a su escudo, preparado para defenderse de cualquier enemigo.

Sonidos desde la lejanía empezaban a oírse, al parecer de algunos animales luchando, o simplemente lanzando algún rugido de la nada. Se detuvo el sonido, y más seguro, la rana volvió a recostarse debajo del arból. Pero algo no le dejaba dormir, tenía cierta preocupación sobre algo, así que simplemente decidió observar al cielo, y tratar de relajarse por un rato. Observaba tranquilamente las nubes, algunas llevaban extrañas formas. Y también pasó un ave, lo extraño de esta, era de que tenia alrededor de diez veces el tamaño de una normal. Esto sorprendio a la rana, la cual se puso alerta sobre cualquier cosa que pasara a su alrededor. Debía tener cuidado, si no quería ser devorado tan joven. Así que tomó sus pertenencias, dispuesto a buscar algún lugar seguro, por lo menos algún tiempo hasta irse definitivamente de la isla.

Así que empezó a saltar, moviéndose en la isla, intentado buscar algún lugar seguro. Pero la sensación de que alguien lo observaba continuaba, no se sentía seguro en ningún momento. Saltaba lentamente, cuidándose de cualquier peligro al que podría ser sometido. Aunque a la ves, quería probar sus habilidades y demostrar su poder. Continuó así durante varios minutos,  caminando en medio de un bosque, muy caluroso. Y de repente, apareció delante de la rana algún tipo de lagarto. Este sin pensarlo se lanzó en contra de Frog,  tratando de arrancarle un brazo de un mordida. Aunque, fácilmente Frog logró evitar la mordida con su escudo, y al instante neutralizarlo con su espada. Los daños fueron mínimos, él se sentía identificado con todos los animales y era incapaz de causarle algún daño a este. Luego guardó su espada, y continuó su camino, a lo lejos se escuchaban fuertes pisadas de al parecer algún animal grande. Pero él no quería ver a este, así que se limitó a continuar su camino.

La isla de los dinosaurios, el cadejo negro no sabía ni como había acabado allí, se quedó dormido en el bote con el que viajaba y al despertar estaba en aquel terrible lugar. Miraba todo con atención mientras suspiraba, no tenía ni idea de dónde estaba, pero debería averiguarlo para quedarse tranquilo. Salió del pequeño transporte y se puso a olisquear el ambiente, notaba muchos olores raros. No llevaba la camiseta puesta, dejando ver de esa forma su poderoso cuerpo, sus pectorales estaban muy bien desarrollados al igual que los abdominales y brazos. En la zona del corazón tenía el tatuaje de una media luna negra, en la parte inferior unos pantalones blancos y largos, en sus pies unas botas hechas de acero y las cuales también eran de un tono blanco brillante. La pesadilla estaba a punto de meterse en todo el centro cuando de repente escuchó un extraño ruido.

Observó un poco la zona de dónde procedía el ruido y en ese momento se dio cuenta de que un enorme ser prehistórico le estaba mirando, era una especie de tigre de unos tres metros de altura y con dientes de sable. Sus azulados ojos miraban los dorados del castaño, sin embargo los de este último eran curiosos pues en lugar de tener el fondo blanco, lo tenía de un tono negro e intenso. El rugido de la bestia hizo permanecer calmado al criminal, el cual se quedó en el sitio con las manos en los bolsillos, de repente el enorme ser corrió hacia él, lanzando gruñidos terribles. El chico mantuvo su mantra activado para poder adivinar sus intenciones y así fue, cuando el terrible monstruo se lanzó a por él, Kedra imbuyó su brazo derecho en su haki armadura, tomando este un tono negro metálico. Estampó su puño contra el animal, metiéndole la cara hacia dentro y tirándole hacia el suelo con una violencia impresionante, aquella cosa se levantó sangrando por la boca y se largó corriendo.

- Malditos idiotas, hasta los animales intentan atacarme. Como esto siga así voy a tener que empezar a mostrar mi autentico poder.

Dijo frunciendo el ceño recordando la batalla contra Kai, aun tenía algunas heridas por el cuerpo debido al gran combate en la isla de los cactus, suspiró profundamente para después meter las manos en sus bolsillos y empezar a caminar al centro de la isla. Había una vegetación curiosa y detectaba muchas presencias, al parecer era una isla bastante peligrosa y eso no le hacía ni pizca de gracia pues podía perder la vida si se descuidaba. Por suerte su buen olfato iba siempre alerta y atento a cualquier aroma distinto o cercano, así evitaba emboscadas y posibles ataques. Iba pegándose bien a los árboles para evadir ataques a distancia y además ir más seguro, se preguntaba que iba a encontrar en aquel lugar. El día solo acababa de comenzar y por el momento ya llevaba una pelea y una victoria con una bestia parecida a un felino enorme con colmillos afilados y fieros.

La pequeña rana continuaba su camino alrededor de la isla, dando pequeños saltos para poder movilizarse. Pocos conocían sus debilidades, y una de esas era caminar, ya que no podía evitar caerse luego de dar varios pasos. Pero eso no importa ahora, sonidos de un felino parecían provenir de dentro del enrome bosque. Frog se acercó cuidadosamente hacia aquel lugar, y observó a un enorme tipo de gato, o tigre, bebiendo agua de algún tipo de manantial. Estaba herido, aunque no parecía ser tan grave. El felino estaba asustado, como si hubiera tenido una pesadilla... Algo que le causó intriga al sapo. Decidió continuar su camino, poco ya le interesaba buscar un refugio, sólo quería investigar lo que podía encontrar en esta isla.

- Ese gato, que le habrá pasado. Pobrecillo.

Dijo para sí, apenándose de su colega animal. Mientras continuaba su camino, aún se preguntaba el porque sentía que alguien lo observaba. Hasta que  de repente una enorme gota cayó del cielo, extrañado observo al cielo y encontró a su observador. Un enorme T-Rex. Frog dió un pequeño salto de la impresión, solamente los dientes del dinosaurio eran del tamaño de la rana. Tendría una altura de más de 50 metros, ¿como no se dio cuenta de eso antes?, ni él lo sabía. Lo que si sabía era que debía huir del lugar si no quería ser devorado o aplastado por el enorm lagarto. Así que rápidamente empezó a saltar hacia un lugar seguro. Al parecer ese dinosaurio jamás había probado a un anfibio, así que sin pensarlo empezó a seguir a la rana.

- ¡Yo no soy comidaaaa!. Lárgate de acá.

Gritaba la pequeña rana, mientras continuaba huyendo de ese enorme depredador. Así que sin más dificultad, siguió su camino. Tomó en sus manos la espada y su escudo, por sí era necesario. Llegando a un claro en el bosque, en donde poco a poco fue acorralado por el enorme T-Rex, observando su enorme boca, mientras lentamente retrocedía intentado aprovechar su inteligencia y escapar del dinosaurio. Pero era algo complicado, estaba a la merced del dinosaurio. Estaba en problemas, así que no había mas remedio que usar eso... Saltar, como nunca antes. Así que, aprovechando su condición dio un enorme salto, evitando temporalmente al lagarto, por lo menos por ahora...

El lobo negro continuaba caminando por la isla mientras mantenía los ojos entrecerrados, su olfato seguía detectando infinidad de olores, de repente escuchó un ruido enorme, como si de pisadas se tratasen. Era como si el propio godzilla estuviese en aquel lugar, levantó un momento la mirada y pudo ver a aquella bestia de cincuenta metros, sus ojos se abrieron como platos al quedar impresionado. No era posible que un ser con ese tamaño existiera, no tardó mucho en salir corriendo hacia él, pese a su enorme altura, Kedra no le tenía miedo, de hecho no sentía terror ante nadie, más bien al contrario. Su velocidad era bastante buena al trote, tampoco muy exagerada pero lo justo para llegar en poco tiempo, el cabrón del dinosaurio por cada zancada avanzaba mucho al ser tan grande, pero al castaño le daba igual y cuando más se alejase, más se esforzaría por pillarlo.

Después de unos momentos consiguió llegar hasta su objetivo, el inmenso monstruo estaba persiguiendo a una rana, pero esta no era normal, al mantra del cadejo le indicaba que era poderosa y con una presencia notable para ser un simple animal. Seguramente era un animal parlante o un Gyojin, tal vez incluso se equivocaba y era un experimento, pero ahora no había tiempo para pensar en aquello. Ahora sonrió de lado y esperó una de las veces en la que la bestia bajaba su enorme cabeza para tratar de morder al anfibio, en una de ellas salió de su escondite con el puño imbuido en su haki armadura y le impactó en el ojo, haciéndoselo pedazos literalmente y llenándose de algunos fluidos de retina y sangre. – Será mejor que no te acerques mucho. – Mencionó ahora el luchador refiriéndose a la rana para que no sufriera daños, a continuación miró como la bestia se alzaba.

Kedra observó al enorme ser que rozaba el cielo al estar de pie y le faltaba un ojo, no se fijó en la enorme cola que fue directo hacia él, en el último momento trató de saltarla pero fue tarde y recibió un buen golpe, saliendo por los aires y chocándose contra un árbol. Cayó al suelo tosiendo un poco y jadeó debido al dolor que sintió ante tal ataque, no tardó mucho en ponerse en pie de nuevo y observar a la bestia. Apretó sus puños ahora y se relamió un poco de sangre que caía por su comisura derecha. – Un capullo como tú no va a pararme, solo eres un insecto ante mí, me da igual que midas mucho, más dura será la caída. – El lobo negro estaba terriblemente enojado y deseaba matar al bicho, echó una ojeada a su alrededor con cautela para observar si la rana continuaba por el lugar, tenía simple curiosidad. El monstruo rugió con fuerza y el luchador le respondió frunciendo el ceño y empezando a iluminar sus ojos.

OFF:

La pequeña rana continuaba saltando, alejándose del enorme animal. No tenía ninguna oportunidad de acabar con el enorme animal, y no era tonto, la única oportunidad de sobrevivir era intentar escapar de aquella bestia, y el dinosaurio agachaba su enorme cabeza, intentado comer de un bocado a la rana. Pero un tipo apareció de la nada, y con un poder sorprendente golpeó el ojo del lagarto, destrozando su ojo. Aquel tipo advertió a la rana de que no se metiera en su camino. Y entonces Frog desenvaino su espada, y preparó su escudo, indicando de que ayudaría en la batalla.

- No te dejare toda la faena a ti sólo.

Dijo la rana, observando a aquel tipo, media alrededor de dos metros, y tenía una perfecta musculatura. De hecho que este tipo estaba fuera de lo común. Y mientras la rana se fijaba de estos detalles, la cola del lagarto se movió en dirección de aquel tipo, que no logró esquivar el golpe. Y a Frog tambien le fue dirigido tal ataque, así que con su capacidad de saltar, logró evitar fácilmente el ataque del lagarto. Cayendo al instante en la cola del dinosaurio, y clavando su espada en esta para no caerse. Su cuerpo estaba revestido de escamas muy duras, aunque no tan resistentes para su espada. El corte tomo sin importancia al lagarto, el cuál soltó un rujido enorme y observó a el enorme tipo, que había caído en un árbol dado al golpe de la cola del dinosaurio. Frog observó directamente a aquel tipo, este parecía estar muy furioso de el enorme animal, y fruncía el seño observando a su rival.

Entonces, en la punta de la cola del lagarto, Frog empezó a subir a través de la cola de aquel animal, estaba a una enorme altura, podía tocar el cielo. "Debo intentar llegar a su cabeza, y tratar de no caerme". Pensó, mientras subía lentamente hacia el lomo del animal. Este hacia movimientos bruscos de un lado para otro, el golpe le había afectado. Y agregaba rugidos de furia y dolor ante aquel ataque. Con mucho cuidado, la rana trepaba por su cola, la cual movió hacia el cielo tirándolo de está. Por suerte, logró caer directamente a el lomo del animal, se encontraba a unos 30 metros de altura, clavó su espada en la piel del lagarto nuevamente y con más cuidado se aferró a está para no caerse. Dese ese lugar logró observar, como una miniatura a su salvador, de seguro no estaría de acuerdo con lo que estaba haciendo. Pero debía intentar hacer algo.

La rana al parecer iba a pelear junto al lobo negro con aquella enorme cosa, este empezó a tremar por la cola y por el lomo del enorme dinosaurio, de modo que estaba buscando la cabeza, aquello parecía perfecto pues de ese modo lograrían acabar con él por muy grande que fuese. Ya sabía la forma perfecta de ayudarle, tan solo debía lograr que la bestia bajase su cabeza y por ello ladeara el cuerpo para que el pequeño ser tuviera más fácil llegar. Salió disparado hacia el enorme ser y lanzó un puñetazo contra su pierna que apenas le hizo nada, tan solo cosquillas. La bestia trató de pisarle pero el cadejo fue rápido y rodó a un lado evitando una muerte segura, un nuevo rugido de aquella cosa le hizo fruncir el ceño y apretar su puño derecho, le tocaba aumentar su poder.

Los ojos del lobo de repente empezaron a volverse azulados y a perder las pupilas, de su pecho empezaron a surgir marcas en forma de cadenas negras, las cuales subieron por su cuello ocupando la mitad de su rostro. Su musculatura aumentó y un aura gris comenzó a rodearle despacio, su fuerza se duplicó totalmente y ahora volvió a lanzar un puñetazo con todas sus fuerzas impactando en la pierna del animal. El haki armadura recorría todo el puño del lobo negro y esperaba poder conseguirlo de esa forma. El terrible ser rugió de dolor tambaleándose un poco debido al gran impacto del corsario pegado en su pierna, agachó la cabeza tratando de morderle y fue cuando el castaño sonrió de lado esperando a que la rana aprovechara ese instante. En cuanto a Kedra, simplemente observó como la bestia bajaba la cabeza, se echó a un lado evadiendo el mordisco para después de una patada partirle un colmillo al monstruo en tres pedazos.

El quejido de dolor resonó en gran parte de la isla pero al cadejo le daba absolutamente igual, estaba centrado en su objetivo y al ver como el lagarto se ponía recto, esperaba que el bicho del escucho hubiese llegado a la cabeza de una vez. – Eres una bestia enorme, sin embargo no tienes mucha inteligencia que digamos, ya es suficiente, muere. Dijo en un tono bastante seco mientras ahora se cruzaba de brazos observando la situación. El olor a la victoria estaba cerca y ahora iba a demostrar que el tamaño en combate no importaba tanto como muchos decían, el fin estaba próximo y por ello el antiguo supernova empezó a girar el brazo derecho mientras un aura negra comenzaba a rodearle este de forma seria e intensa. Era como si estuviese acumulando poder en esa zona y de hecho así era, pronto lo lanzaría.

La pequeña rana continuaba subiendo a través el enorme animal. Aunque el tramo para llegar a su cabeza era muy largo, poco a poco lograba acercarse. Mientras el otro tipo, podía enfrentar al enorme lagarto sin ningún problemas. "Ese tipo es un mounstro.",  pensaba la rana mientras observaba como golpeaba al lagarto como si no fuera un simple bicho. Esto sorprendía al anfibio,  pero no podía quedarse atrás. Poco a poco y aunque tambaleándose trepaba por el cuello de aquel animal, se acercaba. Hasta que aquel tipo intuyó probablemente la intención de la rana. Así que hizo que el lagarto bajara el cuello, dejando el camino fácil a la rana. La cuál empezó a saltar velozmente hacia el cerebro del animal, y antes de que levantara la cabeza, dio un enorme salto, para caer encima del lagarto.

La rana aparecía en el cielo, para luego caer sobre el ojo bueno del lagarto. Lo único que logró hacer, fue perforarlo con su espada, y dejarlo ciego de esa parte. A pesar del débil ataque, el lagarto soltó un fuerte rujido. Mientras la rana logró separarse, y detenerse justo en la cabeza del lagarto. Sus capacidades, aún eran limitadas, así que era imposible para él hacerle daño. Así que esto dependía del joven hombre, que desde el suelo peleaba con el lagarto. A pesar de todo, este tenía todo controlado, así que sólo era cuestión de tiempo para que el dinosaurio cayera.

Sabía que él próximo ataque de el hombre venía, y mucho más fuerte que los otros, y si era así, la rana saldría volando del lugar si no tenía cuidado. Así que clavó su espada en la cabeza del lagarto, para no separarse del cuerpo del lagarto. Ya que una caida a esa altura, sería fatal para su cuerpo. - Vamos, hazlo.- Dijo para sí, mientras esperaba el ataque de el hombre.