Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
– No tardaré, chicos – dije mientras bajaba del barco con calma. – Kise, quedas a cargo de Asuna y de Hayate – ya habíamos llegado a nuestro destino. La isla que no tenía nada de vida humana, Nanami. Una metáfora perfecta de que la naturaleza, a final de cuentas, siempre iba a reclamar lo que era suyo. Era cierto, los habitantes de aquí fueron arrasados por unos piratas. Pero… ¿por qué no volvieron a asentarse? – No tardo y… No vengan, pase lo que pase, no vengan. – Mi tono fue autoritario y no emprendí la marcha hasta que los dos asintieron con su cabeza. Suspiré con calma y con ambas manos en mis bolsillos, empecé a caminar. No teníamos nada mejor que hacer y yo necesitaba estirar un poco las piernas.
Me interné en el bosque con calma. La verdad, esta era mi siguiente parada luego de estar en Tequila Wolf luego de encontrarme con Kedra. Iba convencido de que si me lo encontraba una vez más, lo enfrentaría… Aun cuando las probabilidades estuvieran en mi contra, tenía que intentarlo. Era la única forma de saber qué tan lejos estaba de mí aquel ex supernova. ”Dudo que este aquí, así que no pensaré en eso de momento” – iba pensando mientras caminaba apartando un poco las ramas para continuar mi camino. No tardé en llegar a una llanura grande y espaciosa. En el centro, una gran roca de unos seis o siete metros de alto y unos cinco de ancho. ”¿Qué tan adentro estará la civilización?” – mejor dicho… Lo que quedaba de ella. Mi interés en la historia siempre había grande y no podía parar en un isla y no preguntarme qué le había pasado, por qué estaba así, cómo evolucionó, etc. ”Esta presencia es de…”
– Oh… Kedra – ahí estaba en lo alto de aquella roca. – Nos volvemos a ver, amigo. – Era la oportunidad perfecta para pelear. Suspiré con calma. Primero lo primero… Que él se diera cuenta de mí, ya debía ser hora de comprobar nuestras habilidades en un poderoso combate.
Me interné en el bosque con calma. La verdad, esta era mi siguiente parada luego de estar en Tequila Wolf luego de encontrarme con Kedra. Iba convencido de que si me lo encontraba una vez más, lo enfrentaría… Aun cuando las probabilidades estuvieran en mi contra, tenía que intentarlo. Era la única forma de saber qué tan lejos estaba de mí aquel ex supernova. ”Dudo que este aquí, así que no pensaré en eso de momento” – iba pensando mientras caminaba apartando un poco las ramas para continuar mi camino. No tardé en llegar a una llanura grande y espaciosa. En el centro, una gran roca de unos seis o siete metros de alto y unos cinco de ancho. ”¿Qué tan adentro estará la civilización?” – mejor dicho… Lo que quedaba de ella. Mi interés en la historia siempre había grande y no podía parar en un isla y no preguntarme qué le había pasado, por qué estaba así, cómo evolucionó, etc. ”Esta presencia es de…”
– Oh… Kedra – ahí estaba en lo alto de aquella roca. – Nos volvemos a ver, amigo. – Era la oportunidad perfecta para pelear. Suspiré con calma. Primero lo primero… Que él se diera cuenta de mí, ya debía ser hora de comprobar nuestras habilidades en un poderoso combate.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El lobo negro se hallaba durmiendo sobre aquella roca. Llevaba ocho horas allí tirado el cabrón. En su barco apenas se podía dormir bien pues a su capitán le había dado por reclutar a más personas. Ya estaban teniendo problemas de superpoblación y por no liarse a golpes con Émile decidió dormir mejor allí. Le daba lo mismo si el capitán era un jodido demonio más peligroso que medio gobierno, al luchador no le faltaba valor. Siempre había peleado con todo el mundo por muy poderosos que fueran sus oponentes. Tenía la buena costumbre de analizar las técnicas de los oponentes para futuras enfrentadas.
A su lado había una cabra muerta. Estaba claro que pasaba de levantarse a cazar tras su enorme siesta y ya se había preparado el desayuno. No tardó mucho en despertarse y empezó a comer tranquilamente. En cuanto pasaron unos veinte minutos ya había finalizado y estaba tumbado de nuevo. Era el rey de los flojos y quizás por ello era el pecado capital de la pereza. En ese momento notó cierto olor conocido y al activar su haki de observación pudo reconocer al instante quién era. Había visto a aquel chico en el puente de los esclavos hacía poco y ahora estaba impresionado de volver a verle tan pronto. Tal vez ni siquiera iba hacia él pero tras unos momentos confirmó que sí debido a que su olor cada vez estaba más cerca. Cosa que le produjo una sonrisa siniestra.
En ese momento escuchó su nombre y decidió asomarse para verle, quedó sentado con las piernas separadas y colgando de la enorme piedra. Tan solo llevaba puesto un pantalón largo de color blanco y unas botas de acero del mismo tono. Sus dorados ojos se clavaron de repente en él y no pudo evitar relamerse despacio. – Eso parece, Akashi. No esperaba volver a verte tan pronto. – Dijo simplemente mientras saltaba aterrizando a la perfección y quedando frente a él. Después de unos momentos se cruzó de brazos pegando la espalda a la enorme piedra. – ¿Qué te trae a esta isla del Este? – Dijo simplemente mientras soltaba un enorme bostezo y se estiraba un poco. Ya volvía a tener ganas de tumbarse.
A su lado había una cabra muerta. Estaba claro que pasaba de levantarse a cazar tras su enorme siesta y ya se había preparado el desayuno. No tardó mucho en despertarse y empezó a comer tranquilamente. En cuanto pasaron unos veinte minutos ya había finalizado y estaba tumbado de nuevo. Era el rey de los flojos y quizás por ello era el pecado capital de la pereza. En ese momento notó cierto olor conocido y al activar su haki de observación pudo reconocer al instante quién era. Había visto a aquel chico en el puente de los esclavos hacía poco y ahora estaba impresionado de volver a verle tan pronto. Tal vez ni siquiera iba hacia él pero tras unos momentos confirmó que sí debido a que su olor cada vez estaba más cerca. Cosa que le produjo una sonrisa siniestra.
En ese momento escuchó su nombre y decidió asomarse para verle, quedó sentado con las piernas separadas y colgando de la enorme piedra. Tan solo llevaba puesto un pantalón largo de color blanco y unas botas de acero del mismo tono. Sus dorados ojos se clavaron de repente en él y no pudo evitar relamerse despacio. – Eso parece, Akashi. No esperaba volver a verte tan pronto. – Dijo simplemente mientras saltaba aterrizando a la perfección y quedando frente a él. Después de unos momentos se cruzó de brazos pegando la espalda a la enorme piedra. – ¿Qué te trae a esta isla del Este? – Dijo simplemente mientras soltaba un enorme bostezo y se estiraba un poco. Ya volvía a tener ganas de tumbarse.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Suspiré con calma mientras lo veía aterrizar en el suelo. No había que ser un genio para darse cuenta que ese tipo no era normal. Sonreí de divertida mientras me hacía crujir los dedos de las manos y el cuello. No podía negar que estaba nervioso de la locura que estaba por hacer, pero… ¿Por qué no pelear de forma amistosa con él? Estiré todos mis músculos y me relajé. Escuché sus preguntas con calma e hice chocar mis puños. Estaba listo para una de mis peleas más difíciles. Y ni siquiera iba a ser la última contra él. ”Espero que no moleste nadie” – mi mantra me decía que, aparte de nosotros, no había ni siquiera animales cercanos.
– Solo quería estirar las piernas un poco, Kedra – tomé una leve pausa mientras lo miraba desafiante. – Pero… ¿Aceptarías luchar contra mí? – sí, era una locura, un camino suicida para muchos. Había visto el desplante de poder de él y era impresionante. Pero… No me podía dejar intimidar, ya le había dicho que era de las pocas personas con las cuales, de verdad, quería luchar. Una pelea amistosa, entre camaradas. – Quiero ver que tanta diferencia hay entre nosotros dos. – Claramente, no iba a atacar antes de esperar una respuesta afirmativa por parte de él.
Una suave brisa pasó entre nosotros. Estábamos a unos cinco o seis metros de distancia y, por lo menos para mí, sentía que la presión en el aire sentía. En el momento en que lancé aquella pregunta, que todos mis sentidos se agudizaron. Incluso, creía escuchar la voz del viento y los animales lejanos. ¿Qué me diría? Estaba ansioso, apreté mi puño derecho y noté como es que, casi sin querer, se ponía negro al activarse mi Busoushoku. Lo desactivé rápidamente y volví a centrarme en Kedra. Todo iba a depender de su respuesta… ”Espero que acepte.” – pensé con tranquilidad mientras lo veía. Mi concentración era absoluta… Él tenía la última palabra.
– Solo quería estirar las piernas un poco, Kedra – tomé una leve pausa mientras lo miraba desafiante. – Pero… ¿Aceptarías luchar contra mí? – sí, era una locura, un camino suicida para muchos. Había visto el desplante de poder de él y era impresionante. Pero… No me podía dejar intimidar, ya le había dicho que era de las pocas personas con las cuales, de verdad, quería luchar. Una pelea amistosa, entre camaradas. – Quiero ver que tanta diferencia hay entre nosotros dos. – Claramente, no iba a atacar antes de esperar una respuesta afirmativa por parte de él.
Una suave brisa pasó entre nosotros. Estábamos a unos cinco o seis metros de distancia y, por lo menos para mí, sentía que la presión en el aire sentía. En el momento en que lancé aquella pregunta, que todos mis sentidos se agudizaron. Incluso, creía escuchar la voz del viento y los animales lejanos. ¿Qué me diría? Estaba ansioso, apreté mi puño derecho y noté como es que, casi sin querer, se ponía negro al activarse mi Busoushoku. Lo desactivé rápidamente y volví a centrarme en Kedra. Todo iba a depender de su respuesta… ”Espero que acepte.” – pensé con tranquilidad mientras lo veía. Mi concentración era absoluta… Él tenía la última palabra.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El lobo escuchó las palabras del pelirrojo y abrió los ojos de repente mirándole. La verdad es que desde que había recuperado la memoria no había luchado con nadie. La onda de choque que le lanzó a Émile no contaba. Esperaba mantener en forma pese a todo, era un perezoso pero a la hora de luchar aquello cambiaba totalmente. Era una bestia que no dejaba ni un ápice de descanso a su oponente. Por muy enfrentamiento amistoso que fuese siempre solía esforzarse ¿Pero qué amigos? El lobo no tenía ni uno solo. Tal vez consideraba a Dexter una especie de “hermano” de forma indirecta pero la verdad es que por el resto siempre estaba solo y durmiendo. La almohada era su mejor amiga con diferencia, ella siempre estaba ahí para él y hacerle sentir el mejor.
Ahora no pudo evitar meter la mano despacio en el bolsillo pero al parecer no tenía sus rumbles ¿Dónde cojones estaban? Desde que recuperó la memoria había dejado de verlas y su receta tampoco estaba. Algún panadero se la abría quitado cuando estaba en modo amnésico pero de todas formas no creía necesitarlas. Tampoco había que confiarse pues aquel chico era dueño de una fruta extraña y su aura era poderosa. – Muy bien. Estoy algo desentrenado de modo que ten piedad de mí… – Dijo mostrando una sonrisa sádica para después reincorporarse, estaba claro que lo había dicho de coña. El lobo estaba listo para darle caña a aquel pelirrojo desde el principio. Tenía técnicas y habilidades para dar asco y la verdad es que pensaba usarlas todas para ver que estaba en buen estado. De hecho incluso tenía nuevas que al parecer entrenó estando amnésico.
Se quedó mirando el puño de su adversario tomar un tono negro y después volver a la normalidad, tal vez los nervios de empezar. En ese momento activó su mantra y un humo negro comenzó a salir del castaño. Esa cosa tenía el poder de dejar temblando de miedo y llorando a los más débiles, pero a alguien como Akashi simplemente le haría sentir terror. Hablando de medidas tal vez algo así como una cantidad media. En ese momento empezó a apretar los puños. – Inframundo… – Susurró ahora mientras sus cuatro extremidades empezaban a imbuirse en unas llamas doradas que ardían con intensidad. No era como el fuego normal debido a su tono brillante y amarillento. En ese momento una sonrisa amplia y siniestra se mostró en el lobo negro. Ahora se desplazó hasta su oponente y sus brazos tomaron un color negro metálico. Trató de lanzarle una ráfaga de tres puñetazos ardientes rumbo al pecho para después girar sobre su propio eje e imbuir la pierna derecha en haki armadura. Trataría de golpearle con fuerza en la zona del estómago. Lo consiguiera o no se lanzaría a por él entre risas pues no pensaba dejarle.
Ahora no pudo evitar meter la mano despacio en el bolsillo pero al parecer no tenía sus rumbles ¿Dónde cojones estaban? Desde que recuperó la memoria había dejado de verlas y su receta tampoco estaba. Algún panadero se la abría quitado cuando estaba en modo amnésico pero de todas formas no creía necesitarlas. Tampoco había que confiarse pues aquel chico era dueño de una fruta extraña y su aura era poderosa. – Muy bien. Estoy algo desentrenado de modo que ten piedad de mí… – Dijo mostrando una sonrisa sádica para después reincorporarse, estaba claro que lo había dicho de coña. El lobo estaba listo para darle caña a aquel pelirrojo desde el principio. Tenía técnicas y habilidades para dar asco y la verdad es que pensaba usarlas todas para ver que estaba en buen estado. De hecho incluso tenía nuevas que al parecer entrenó estando amnésico.
Se quedó mirando el puño de su adversario tomar un tono negro y después volver a la normalidad, tal vez los nervios de empezar. En ese momento activó su mantra y un humo negro comenzó a salir del castaño. Esa cosa tenía el poder de dejar temblando de miedo y llorando a los más débiles, pero a alguien como Akashi simplemente le haría sentir terror. Hablando de medidas tal vez algo así como una cantidad media. En ese momento empezó a apretar los puños. – Inframundo… – Susurró ahora mientras sus cuatro extremidades empezaban a imbuirse en unas llamas doradas que ardían con intensidad. No era como el fuego normal debido a su tono brillante y amarillento. En ese momento una sonrisa amplia y siniestra se mostró en el lobo negro. Ahora se desplazó hasta su oponente y sus brazos tomaron un color negro metálico. Trató de lanzarle una ráfaga de tres puñetazos ardientes rumbo al pecho para después girar sobre su propio eje e imbuir la pierna derecha en haki armadura. Trataría de golpearle con fuerza en la zona del estómago. Lo consiguiera o no se lanzaría a por él entre risas pues no pensaba dejarle.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sonreí al escuchar sus palabras. Ya era hora de dar rienda suelta al combate y estaba más que preparado para dar mi mejor esfuerzo. ”¿Cómo pelearía?” – analizando en frío, había sido un idiota en mostrarle mi fruta a alguien a quien planeaba enfrentar. No es que se pudiera imaginar en qué consistía, pero, al menos, tendría una idea de lo que podría llegar a hacer. ”Llegados a este punto, nada importa” – pensé con toda la calma del mundo. Estaba, extrañamente, emocionado. Esperé el movimiento de Kedra, pero… De forma inusual, empecé a sentir terror… ¿Qué ocurría? No era de las personas que le tienen miedo a algo, no había nada en este mundo que me hiciera sentir aquella sensación… ”Mierda… Esto es malo…” – de forma casi automática, me pegué en mi rostro una fuerte bofetada para lograr despertar, a tiempo…
Logré ver el ataque de Kedra. Todas sus extremidades brillaban con algo parecido al fuego, solo que este era dorado. Coordiné mis movimientos con los suyos, para lograr conectar un puñetazo contra uno de los suyos, con lo cual conseguí generar una fuerte onda de choque me mandó a volar varios metros y entonces logré ver su patada a mi abdomen. Crucé ambos brazos en esa zona y al recibir el impacto, salí disparado contra un gran árbol. Escupí sangre por la boca…. ”Es mi turno” – dije mientras iba notando que aquel árbol que frenó mi vuelo, empezaba a caer. Kedra se estaba acercando hacia mí… ”Toma esto” – estiré mis dos manos hacia adelante y empecé a repeler el aire… Salieron unas diez zarpas de oso de puro aire comprimido a cuarenta metros por segundos. Iban en todas las direcciones posibles y no iban a frenar en unos cincuenta metros.
– Todavía no – susurré mientras empezaba a correr hacia él e imbuía mi puño derecho en mi Busoushoku y traté de conectar un poderoso puñetazo en su cara. Luego, seguiría con la misma patada que él me había dado para finalizar con una onda de choque creada por mi brutal fuerza, ésta se dirigía a su cara. Diera o no diera resultado, me alejaría un par de pasos…. – Vamos, Kedra.
Logré ver el ataque de Kedra. Todas sus extremidades brillaban con algo parecido al fuego, solo que este era dorado. Coordiné mis movimientos con los suyos, para lograr conectar un puñetazo contra uno de los suyos, con lo cual conseguí generar una fuerte onda de choque me mandó a volar varios metros y entonces logré ver su patada a mi abdomen. Crucé ambos brazos en esa zona y al recibir el impacto, salí disparado contra un gran árbol. Escupí sangre por la boca…. ”Es mi turno” – dije mientras iba notando que aquel árbol que frenó mi vuelo, empezaba a caer. Kedra se estaba acercando hacia mí… ”Toma esto” – estiré mis dos manos hacia adelante y empecé a repeler el aire… Salieron unas diez zarpas de oso de puro aire comprimido a cuarenta metros por segundos. Iban en todas las direcciones posibles y no iban a frenar en unos cincuenta metros.
– Todavía no – susurré mientras empezaba a correr hacia él e imbuía mi puño derecho en mi Busoushoku y traté de conectar un poderoso puñetazo en su cara. Luego, seguiría con la misma patada que él me había dado para finalizar con una onda de choque creada por mi brutal fuerza, ésta se dirigía a su cara. Diera o no diera resultado, me alejaría un par de pasos…. – Vamos, Kedra.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El lobo notó el impacto de su puño con el del pelirrojo, de hecho la onda expansiva le echó unos metros hacia atrás pero con su abrumadora resistencia evitó caerse. Acto seguido su patada consiguió lanzar al chico contra un árbol para después hacerlo pedazos. Continuó corriendo a por su presa mientras sus dorados ojos se clavaban en los suyos de forma siniestra. Algo iba mal y aquello se notó cuando el chico empezó a apuntarle con ambas manos ¿Un ataque a distancia? Kedra no solo se imbuyó totalmente en haki armadura, además hizo que su tatuaje empezara a extenderse por su cuerpo dándole una piel oscura como la noche. Aumentó su fortaleza de aquella forma y en ese momento notó como algo impactaba contra él, lanzándolo hacia atrás.
Se puso en pie sintiendo un enorme dolor en la zona de los pectorales ¿Huellas de oso? Eran parecidas a las que usó para cargarse la torre del puente pero ahora no pensaba rendirse. – Shinu… – El lobo comenzó a dar poderosos puñetazos al aire, al hacerlos seis jodidos metros a la redonda se veían devastador por alguna razón. De ese modo las huellas chocaban contra su energía explosiva combinada con el haki y reventaban antes de tocarle. No paraba de lanzar puñetazos con una sonrisa siniestra. En ese momento vio como el chico corría hacia él. Se estuvo quieto unos momentos pero mantuvo su tatuaje extendido, el cual ya le tapó hasta la cara dejando solo sus ojos al descubierto. Esperaba que el chico se hiciese daño en los puños.
Al ver que le lanzaba un puñetazo no pudo evitar chocar su puño contra el de él. Sin embargo el suyo estaba imbuido en aquellas llamas y además en energía destructiva por lo que trataría de hacerle polvo los nudillos. Su patada no la esperó y lo único que pudo hacer fue apretar la zona abdominal para después recibir el golpe y salir despedido hacia atrás. Rodó unos cuantos metros sintiendo una sensación dolorosa, estuvo a punto de vomitar la carne que se había comido pero ahora se puso en pie frunciendo el ceño. Ante su onda de choque el lobo negro colocaría los brazos en equis y la recibiría cayendo de espaldas al suelo. Su Yami moon le había defendido muy bien de la mayoría de golpes. Una vez en el suelo escuchó las palabras del chico y se colocó en pie despacio. Se preguntaba como estarían los nudillos del chico tras el impacto destructivo pero por el momento le tocaba atacar. – Bueno pues creo que es hora de aumentar la dificultad. – Mencionó despacio mientras una sonrisa siniestra se formaba en su rostro.
Una temible aura grisácea comenzó a rodear al lobo negro. Además sus ojos quedaron totalmente blancos perdiendo las pupilas. – Estilo new akumu. Primer alzamiento del Norte. – En ese momento sus orbes tomaron un tono azul brillante que era cuanto menos tétrico. Sus llamas doradas se apagaron pero ahora sus brazos empezaron a tomar un grosor mayor. Una especie de tatuajes en forma de cadenas invadió su pecho y subieron por el cuello hasta ocupar la mitad de su rostro. Continuaron hasta cubrirle totalmente la cara salvo los ojos. Su fuerza ahora había aumentado hasta el jodido punto de la duplicación. El enorme monstruo sonrió ahora observando al chico. – Mayin Okami. – Susurró ahora activando un aura blanca y desplazándose a una velocidad impresionante a por el chico. Una vez estuviese frente a él, trataría de encajarla dos terribles puñetazos en la cara usando su haki armadura. Acto seguido elevaría la rodilla tratando de impactarle en la boca del estómago. Finalmente trataría de lanzarse a por él lanzándole un último y brutal puñetazo imbuido en energía destructiva y haki. Si conseguía impactar contra su cuerpo o contra el propio aire formaría una terrible onda destructiva que abarcaría seis metros a la redonda. Debido a su Yami Moon su piel estaba también endurecida y eso lo hacía más peligroso.
Se puso en pie sintiendo un enorme dolor en la zona de los pectorales ¿Huellas de oso? Eran parecidas a las que usó para cargarse la torre del puente pero ahora no pensaba rendirse. – Shinu… – El lobo comenzó a dar poderosos puñetazos al aire, al hacerlos seis jodidos metros a la redonda se veían devastador por alguna razón. De ese modo las huellas chocaban contra su energía explosiva combinada con el haki y reventaban antes de tocarle. No paraba de lanzar puñetazos con una sonrisa siniestra. En ese momento vio como el chico corría hacia él. Se estuvo quieto unos momentos pero mantuvo su tatuaje extendido, el cual ya le tapó hasta la cara dejando solo sus ojos al descubierto. Esperaba que el chico se hiciese daño en los puños.
Al ver que le lanzaba un puñetazo no pudo evitar chocar su puño contra el de él. Sin embargo el suyo estaba imbuido en aquellas llamas y además en energía destructiva por lo que trataría de hacerle polvo los nudillos. Su patada no la esperó y lo único que pudo hacer fue apretar la zona abdominal para después recibir el golpe y salir despedido hacia atrás. Rodó unos cuantos metros sintiendo una sensación dolorosa, estuvo a punto de vomitar la carne que se había comido pero ahora se puso en pie frunciendo el ceño. Ante su onda de choque el lobo negro colocaría los brazos en equis y la recibiría cayendo de espaldas al suelo. Su Yami moon le había defendido muy bien de la mayoría de golpes. Una vez en el suelo escuchó las palabras del chico y se colocó en pie despacio. Se preguntaba como estarían los nudillos del chico tras el impacto destructivo pero por el momento le tocaba atacar. – Bueno pues creo que es hora de aumentar la dificultad. – Mencionó despacio mientras una sonrisa siniestra se formaba en su rostro.
Una temible aura grisácea comenzó a rodear al lobo negro. Además sus ojos quedaron totalmente blancos perdiendo las pupilas. – Estilo new akumu. Primer alzamiento del Norte. – En ese momento sus orbes tomaron un tono azul brillante que era cuanto menos tétrico. Sus llamas doradas se apagaron pero ahora sus brazos empezaron a tomar un grosor mayor. Una especie de tatuajes en forma de cadenas invadió su pecho y subieron por el cuello hasta ocupar la mitad de su rostro. Continuaron hasta cubrirle totalmente la cara salvo los ojos. Su fuerza ahora había aumentado hasta el jodido punto de la duplicación. El enorme monstruo sonrió ahora observando al chico. – Mayin Okami. – Susurró ahora activando un aura blanca y desplazándose a una velocidad impresionante a por el chico. Una vez estuviese frente a él, trataría de encajarla dos terribles puñetazos en la cara usando su haki armadura. Acto seguido elevaría la rodilla tratando de impactarle en la boca del estómago. Finalmente trataría de lanzarse a por él lanzándole un último y brutal puñetazo imbuido en energía destructiva y haki. Si conseguía impactar contra su cuerpo o contra el propio aire formaría una terrible onda destructiva que abarcaría seis metros a la redonda. Debido a su Yami Moon su piel estaba también endurecida y eso lo hacía más peligroso.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Con la adrenalina corriendo, fui algo lento en darme cuenta que… Kedra me había destrozado mis nudillos. Cuando iba a conectar mi puñetazo en su rostro, este hizo lo mismo que yo e impactó el suyo contra el mío. No le di mucha importancia la verdad, después de todo, logré frenar haciendo presión con mis piernas y luego seguir mi ofensiva que, como resultado, lo había dejado tirado en el suelo. ”¿Por qué siento que acabo de golpear un tanque de diamante?” – pensé mientras veía que mi mano derecha iba a quedar inutilizable por el resto de la pelea y quizás por un tiempo largo. Suspiré con calma y luego me volví a concentrar en la pelea…
– Ahora sí que da miedo. – Susurré mientras veía cómo, lentamente, se iba transformando. Había apagado aquellas molestas llamas y sus ojos ahora eran azules brillantes. Y, por si no fuera poco, su presencia se había vuelto todavía más fuerte. ”Basta de calentamientos” – cerré mis ojos y activé mi God Killer. Un aura roja me envolvió todo el cuerpo y ahora mi fuerza, en ese estado, me hacía 1.5 más fuerte. Entonces… La pesadilla atacó con todo. A una gran velocidad se plantó ante mí y trató de conectarme dos puñetazos en mi rostro. Uno lo esquivé moviendo mi cuerpo entero hacía un lado y noté como es que el aire generado por esa cosa, arrasaba con todo lo que se encontraba en su camino. El siguiente, lo bloqueé usando mi antebrazo recubierto por mi Busoushoku. Pero era demasiado fuerte… Me hizo retroceder varios metros y de milagro no me había roto el antebrazo. Ante su rodillazo, no tuve otro remedio que endurecer mi abdomen con Busoushoku. El impacto me hizo toser sangre y, ante el otro puñetazo, di una voltereta en el aire y me cubrí con mis dos brazos al ver que generaba una gran explosión.
– Es muy fuerte… Admirable…. – me había quedado incrustado en otro gran árbol y antes de eso, había atravesado otros tres. – Apenas sigo de pie… Es un monstruo – iba diciendo con una insólita tranquilidad. Hice fuerza y salí del árbol. Mi cuerpo parecía como si hubiera ido a la guerra. Un montón de cortes y, al tener que sacarme la camiseta, noté un gran moratón en mi abdomen. – Pero… No me puedo rendir. No de esta manera. – Empecé a caminar a rumbo tranquilo mientras sentía que las gotas de sangre caían al suelo. A un ritmo lento y pausado, dejando un pequeño rastro en el suelo. ”No me puedo rendir así de fácil…” – mi ego personal y mi orgullo me impedían rendirme.
Con mi brazo izquierdo agarré una gran roca y la lancé al aire. Una vez estuvo frente a mí, la repelí a la misma velocidad que fueron las zarpadas de antes. Sabía que eso no le iba a hacer nada, así que empecé a correr rumbo él y traté de conectar dos patadas. Una a su cara y otra a sus costillas. Sin darle tiempo a respirar, cargué una nueva onda en mi puño izquierdo…. ”Si acaba como el otro, estaré acabado… Aguanta.” – Y lo lancé rumbo a su pecho. Diera o no diera, se iba a generar la misma onda de choque, pero esta vez más cercano a él y que, en caso de, podría funcionar como un amortiguador de algún golpe. Toda esa combinación iba con mi técnica God Killer, la que hacía que mi fuerza fuera 1.5 veces más y, por ende, tuviera la capacidad de golpear con setenta kilos en mis puños. Una técnica poderosa la verdad…. Pero no perfecta y no me iba a bastar para derrotarlo. Funcionará o no, me alejaría unos cuantos pasos antes de proseguir con el combate.
– Ahora sí que da miedo. – Susurré mientras veía cómo, lentamente, se iba transformando. Había apagado aquellas molestas llamas y sus ojos ahora eran azules brillantes. Y, por si no fuera poco, su presencia se había vuelto todavía más fuerte. ”Basta de calentamientos” – cerré mis ojos y activé mi God Killer. Un aura roja me envolvió todo el cuerpo y ahora mi fuerza, en ese estado, me hacía 1.5 más fuerte. Entonces… La pesadilla atacó con todo. A una gran velocidad se plantó ante mí y trató de conectarme dos puñetazos en mi rostro. Uno lo esquivé moviendo mi cuerpo entero hacía un lado y noté como es que el aire generado por esa cosa, arrasaba con todo lo que se encontraba en su camino. El siguiente, lo bloqueé usando mi antebrazo recubierto por mi Busoushoku. Pero era demasiado fuerte… Me hizo retroceder varios metros y de milagro no me había roto el antebrazo. Ante su rodillazo, no tuve otro remedio que endurecer mi abdomen con Busoushoku. El impacto me hizo toser sangre y, ante el otro puñetazo, di una voltereta en el aire y me cubrí con mis dos brazos al ver que generaba una gran explosión.
– Es muy fuerte… Admirable…. – me había quedado incrustado en otro gran árbol y antes de eso, había atravesado otros tres. – Apenas sigo de pie… Es un monstruo – iba diciendo con una insólita tranquilidad. Hice fuerza y salí del árbol. Mi cuerpo parecía como si hubiera ido a la guerra. Un montón de cortes y, al tener que sacarme la camiseta, noté un gran moratón en mi abdomen. – Pero… No me puedo rendir. No de esta manera. – Empecé a caminar a rumbo tranquilo mientras sentía que las gotas de sangre caían al suelo. A un ritmo lento y pausado, dejando un pequeño rastro en el suelo. ”No me puedo rendir así de fácil…” – mi ego personal y mi orgullo me impedían rendirme.
Con mi brazo izquierdo agarré una gran roca y la lancé al aire. Una vez estuvo frente a mí, la repelí a la misma velocidad que fueron las zarpadas de antes. Sabía que eso no le iba a hacer nada, así que empecé a correr rumbo él y traté de conectar dos patadas. Una a su cara y otra a sus costillas. Sin darle tiempo a respirar, cargué una nueva onda en mi puño izquierdo…. ”Si acaba como el otro, estaré acabado… Aguanta.” – Y lo lancé rumbo a su pecho. Diera o no diera, se iba a generar la misma onda de choque, pero esta vez más cercano a él y que, en caso de, podría funcionar como un amortiguador de algún golpe. Toda esa combinación iba con mi técnica God Killer, la que hacía que mi fuerza fuera 1.5 veces más y, por ende, tuviera la capacidad de golpear con setenta kilos en mis puños. Una técnica poderosa la verdad…. Pero no perfecta y no me iba a bastar para derrotarlo. Funcionará o no, me alejaría unos cuantos pasos antes de proseguir con el combate.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El luchador observó como el pelirrojo atravesaba un árbol con su cuerpo, después otros dos y finalmente quedó clavado en otro. Los mortales y temibles ojos de la criatura continuaban observando a su presa de forma siniestra. La fuerza del chico era impresionante de base pero el castaño la compensaba con técnicas especiales de potencia. Era un tipo que prefería centrarse más en las propias artes marciales y en capacidad destructiva que en fuerza bruta como el loco de su hermano. En su mente estratégica ya estaba planeando su siguiente ataque. Era el momento de subir su poder un poco más hasta el extremo del cuarenta por ciento o cosa así. Aunque si dispusiera de sus rumbles aquella simplemente sería un quince. Dejó de pensar en aquello y sonrió de lado. – Combinación, primera estrella negra del berserker abierta. – Dijo ahora mientras se relamía.
Su piel empezó a tomar un tono rojizo y su cuerpo creció hasta los dos metros. Su fuerza había aumentado en aquella forma. Pudo ver como el chico agarraba una roca y se la lanzaba. Interpuso su puño derecho imbuido en haki armadura y en su energía destructiva para hacerla pedazos de forma violenta. Los fragmentos de piedras comenzaron a caer a su alrededor y algunos llegaron a tocar su cuerpo. – Demasiado fácil. – Dijo ahora de forma arrogante cuando de repente vio al chico frente a sus ojos. Rápidamente imbuyó su cuerpo en haki para amortiguar daños. La primera patada se la llevó de lleno en toda la mejilla. Su cabeza se echó hacia atrás al mismo tiempo que escupía una bocanada de sangre y sus ojos quedaban en blanco unos momentos. Notó el segundo impactó contra sus costillas. – ¡Aaaaargh! – Salió despedido a unos cuatro metros por el suelo a toda velocidad. De no ser por su tatuaje se habría quebrado un par de costillas pero pese a todo el dolor y el moratón no se los iba a quitar nadie.
Durante el camino su cuerpo empezó a crecer aumentando el grosor de sus brazos y de sus pectorales. Su altura llegó incluso a los dos metros con veinte centímetros y su fuerza volvió a aumentar pues había abierto la segunda punta de la estrella berserker. En ese momento notó al chico ya encima lanzando un puñetazo pero él mismo lanzó el suyo con otra onda de choque. Al chocar ambas se produjo un estallido que hizo al lobo negro salir despedido por el suelo mientras su musculatura continuaba creciendo de forma exagerada y llegaba a medir los tres metros casi. Sus abdominales parecían querer abandonar su cuerpo y su piel se volvió más rojiza mientras expulsaba sudor. En cuanto se levantó comenzó a jadear anulando el tatuaje que bastante le había servido. Tenía varias heridas por todo el cuerpo y estaba sangrando por la boca pero ahora era una jodida masa de músculos combinada con el primer alzamiento y las cuatro puntas desbloqueadas del berserker.
Una sonrisa siniestra surgió de su boca para continuación empezar a imbuir su brazo derecho en un aura rojiza intensa. En pocos momentos una especia de cabeza de dragón se formó en su puño y ahora se relamió despacio. – Dexter termina esto por mí. – Dijo mientras empezaba a caminar despacio a por el chico. Había desarrollado aquella técnica en honor al shichibukai. Ahora la enorme masa de músculos se desplazó a por el chico a toda velocidad debido a su técnica Mayin okami. Iba a ser un único ataque y éste era colocarse a su espalda y lanzar aquel monstruoso puñetazo imbuido en haki armadura, energía destructiva, su primer alzamiento, el berserker y la técnica de la cabeza de reptil. – ¡Soul of dragón! – Gritó el monstruo mientras lanzaba el golpe con toda su fuerza rumbo al centro de la espalda del chico. Aquella cosa tenía la función de impactar en su objetivo provocando una terrible onda de choque al mismo tiempo con una potencia superior a las demás. Por si fuera poco la energía destructiva también sería muy peligrosa. Lo lograse o no simplemente sonreiría de lado mirándole. – ¿Quieres continuar con esto? No quisiera matarte por accidente. – Dijo mientras se relamía despacio.
Su piel empezó a tomar un tono rojizo y su cuerpo creció hasta los dos metros. Su fuerza había aumentado en aquella forma. Pudo ver como el chico agarraba una roca y se la lanzaba. Interpuso su puño derecho imbuido en haki armadura y en su energía destructiva para hacerla pedazos de forma violenta. Los fragmentos de piedras comenzaron a caer a su alrededor y algunos llegaron a tocar su cuerpo. – Demasiado fácil. – Dijo ahora de forma arrogante cuando de repente vio al chico frente a sus ojos. Rápidamente imbuyó su cuerpo en haki para amortiguar daños. La primera patada se la llevó de lleno en toda la mejilla. Su cabeza se echó hacia atrás al mismo tiempo que escupía una bocanada de sangre y sus ojos quedaban en blanco unos momentos. Notó el segundo impactó contra sus costillas. – ¡Aaaaargh! – Salió despedido a unos cuatro metros por el suelo a toda velocidad. De no ser por su tatuaje se habría quebrado un par de costillas pero pese a todo el dolor y el moratón no se los iba a quitar nadie.
Durante el camino su cuerpo empezó a crecer aumentando el grosor de sus brazos y de sus pectorales. Su altura llegó incluso a los dos metros con veinte centímetros y su fuerza volvió a aumentar pues había abierto la segunda punta de la estrella berserker. En ese momento notó al chico ya encima lanzando un puñetazo pero él mismo lanzó el suyo con otra onda de choque. Al chocar ambas se produjo un estallido que hizo al lobo negro salir despedido por el suelo mientras su musculatura continuaba creciendo de forma exagerada y llegaba a medir los tres metros casi. Sus abdominales parecían querer abandonar su cuerpo y su piel se volvió más rojiza mientras expulsaba sudor. En cuanto se levantó comenzó a jadear anulando el tatuaje que bastante le había servido. Tenía varias heridas por todo el cuerpo y estaba sangrando por la boca pero ahora era una jodida masa de músculos combinada con el primer alzamiento y las cuatro puntas desbloqueadas del berserker.
Una sonrisa siniestra surgió de su boca para continuación empezar a imbuir su brazo derecho en un aura rojiza intensa. En pocos momentos una especia de cabeza de dragón se formó en su puño y ahora se relamió despacio. – Dexter termina esto por mí. – Dijo mientras empezaba a caminar despacio a por el chico. Había desarrollado aquella técnica en honor al shichibukai. Ahora la enorme masa de músculos se desplazó a por el chico a toda velocidad debido a su técnica Mayin okami. Iba a ser un único ataque y éste era colocarse a su espalda y lanzar aquel monstruoso puñetazo imbuido en haki armadura, energía destructiva, su primer alzamiento, el berserker y la técnica de la cabeza de reptil. – ¡Soul of dragón! – Gritó el monstruo mientras lanzaba el golpe con toda su fuerza rumbo al centro de la espalda del chico. Aquella cosa tenía la función de impactar en su objetivo provocando una terrible onda de choque al mismo tiempo con una potencia superior a las demás. Por si fuera poco la energía destructiva también sería muy peligrosa. Lo lograse o no simplemente sonreiría de lado mirándole. – ¿Quieres continuar con esto? No quisiera matarte por accidente. – Dijo mientras se relamía despacio.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mi ataque había funcionado… Le había hecho un buen daño a Kedra… Pero se volvió a levantar y esta vez sí que parecía un maldito monstruo. Como si todo lo anterior fuera un simple juego…. Su presencia, nuevamente, explotó y se hizo increíblemente fuerte. ”¿Cuánto poder estás escondiendo, Kedra?” – yo ya estaba al cien por ciento. Dándolo todo para, más que luchar de forma amistosa, sobrevivir. Sus ataques eran mortíferos y, seguramente, cuando se me hubiera pasado toda la adrenalina, iba a sentir dolor por una buena cantidad de meses. Mi enemigo ahora debería medir los tres metros y era puro músculo, vi como formaba en un brazo lo que parecía ser una cabeza de dragón.
– Maldición… – Mi cuerpo apenas me respondía. Y era un esfuerzo sobrehumano tener que estar de pie ante él. Lo vi desaparecer, pero… Mi mantra me señaló donde iba a aparecer, una presencia tan fuerte como la suya no iba a desaparecer del radar. Apareció a mis espaldas y noté como es que iba a dirigir aquella cabeza de dragón directo a mi espalda. Me daba con eso, y me debería ir despidiendo de poder caminar otra vez. Salté hacia adelante y en el aire me giré. Cubrí mis piernas y mis brazos en mi Busoushoku antes de recibir aquel poderoso ataque. También, recubrí las partes vitales de mi cuerpo y así iba a poder amortiguar algunos daños.
El ataque llegó con fiereza… Y noté como en el camino iba perdiendo la poca consciencia que me quedaba. Hasta, finalmente, estrellarme en la misma roca donde había estado Kedra durmiendo. Mi cuerpo, en forma de ovillo, le había hecho un gran círculo. ¿Estaba vivo? Apenas… El ataque había sido duro y noté, como esta vez, que mi brazo izquierdo estaba totalmente roto. Otra semana más de arduas curaciones. A pesar del gran daño, no había caído y… Escuché sus palabras. Era verdad… Con esa fuerza me podía matar sin querer y yo ya había tenido suficiente. Asentí con la cabeza, desactivé mi mantra, mi Busoushoku y mi técnica y me senté en el suelo apoyando mi espalda en la roca.
– ¿Y me pediste a mí que me contuviera? – Le dije con una sonrisa y una sonora carcajada… Que no duró mucho, puesto que, el dolor invadió mi cuerpo y casi sentía como es que todas mis costillas se podían romper si me reía de nuevo. Mantuve la sonrisa y ahora notaba que tenía un leve corte por encima del ojo y sangraba bastante. Suspiré con calma…. Ya había acabado todo.
– Maldición… – Mi cuerpo apenas me respondía. Y era un esfuerzo sobrehumano tener que estar de pie ante él. Lo vi desaparecer, pero… Mi mantra me señaló donde iba a aparecer, una presencia tan fuerte como la suya no iba a desaparecer del radar. Apareció a mis espaldas y noté como es que iba a dirigir aquella cabeza de dragón directo a mi espalda. Me daba con eso, y me debería ir despidiendo de poder caminar otra vez. Salté hacia adelante y en el aire me giré. Cubrí mis piernas y mis brazos en mi Busoushoku antes de recibir aquel poderoso ataque. También, recubrí las partes vitales de mi cuerpo y así iba a poder amortiguar algunos daños.
El ataque llegó con fiereza… Y noté como en el camino iba perdiendo la poca consciencia que me quedaba. Hasta, finalmente, estrellarme en la misma roca donde había estado Kedra durmiendo. Mi cuerpo, en forma de ovillo, le había hecho un gran círculo. ¿Estaba vivo? Apenas… El ataque había sido duro y noté, como esta vez, que mi brazo izquierdo estaba totalmente roto. Otra semana más de arduas curaciones. A pesar del gran daño, no había caído y… Escuché sus palabras. Era verdad… Con esa fuerza me podía matar sin querer y yo ya había tenido suficiente. Asentí con la cabeza, desactivé mi mantra, mi Busoushoku y mi técnica y me senté en el suelo apoyando mi espalda en la roca.
– ¿Y me pediste a mí que me contuviera? – Le dije con una sonrisa y una sonora carcajada… Que no duró mucho, puesto que, el dolor invadió mi cuerpo y casi sentía como es que todas mis costillas se podían romper si me reía de nuevo. Mantuve la sonrisa y ahora notaba que tenía un leve corte por encima del ojo y sangraba bastante. Suspiré con calma…. Ya había acabado todo.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Era difícil de creer que aquella cosa fuese el pecado capital de la pereza. Su poder era increíble incluso cuando no estaba ni a la mitad de sus capacidades. El propio Émile le había elegido por algo. Por el momento no conocía al resto de aquellos tipos pero estaba seguro de que su fuerza era superior. De todas formas ya lo demostraría llegado el momento pues por el momento estaba en pleno combate. Pese a no estar usando su máximo potencial estaba derrochando mucha energía en repetir bastantes veces la energía destructiva pero no podía hacer nada para evitarlo, le encantaba. Tenía que ir almacenando bien para continuar usando potentes combinaciones contra el pelirrojo.
En ese momento su golpe impactó en su oponente con una fuerza monstruosa mandándolo contra la roca de forma violenta. Había descubierto que podía lanzar huellas de oso y objetos a increíbles velocidades. Tal vez una fruta de lanzamiento o algo por el estilo, pese a todo estaba orgulloso de su combate. Al verlo en aquel estado empezó a volver a su altura normal mientras los tatuajes en forma de tatuajes abandonaban su cara y desaparecían. Sus ojos volvieron a ser aquellos dorados de fondo negro y su musculatura la de siempre. Sin embargo tenía bastantes moratones por el cuerpo. El sudor caía por su propia cara mientras ahora se limpiaba con la mano y alzaba una ceja. – Debo ahorrar más energía. No creo poder usar mi Crash Shinu ni mi Yami o katto en estos momentos. – El primer ataque era duplicar la destrucción de su energía destructiva mientras que el segundo era una onda cortante que usó en el propio puente.
De hecho no se creía capaz de invocar a sus perros oscuros pero si transformarse. Por el momento sabía que tenía demasiado poder y debía aumentar el nivel de su energía. Bastante resistencia tenía de por sí para realizar semejante cantidad de técnicas. Ahora empezó a caminar despacio hacia el pelirrojo para verlo hecho un cromo. Se sentó a su lado y se quitó uno de los cordones de sus botas de metal, después con toda la confianza del mundo le arranco un trozó de pantalón al joven. Había sido desde la zona del robillo a la rodilla, mediante los cordones improvisó un equipo médico de urgencia y se quedó mirándole. – No te muevas. – Trató de hacerle un torniquete para después cortarle la misma parte del pantalón pero del otro lado y hacerle una especie de cinta en la frente para el corte de la ceja. – “Espera… ¿Qué coño hago?” – Pensó para sí mismo al ver que estaba curando a una persona con sus conocimientos de medicina.
Se puso en pie después observándole despacio y cruzándose de brazos. – No puedo creer lo que acabo de hacer. Tal vez me esté ablandando. – Dijo ahora en un tono alto mientras observaba el agujero dejado por el chico en la roca. Justo entonces miró un poco a su alrededor asegurándose de que no había nadie. Con su olfato pudo detectar el olor de un ciervo y fue cuando le miró tranquilamente. – No te muevas de aquí. Algo de carne te hará sentir mejor. – Finalizó mientras le observaba despacio esperando una respuesta por sí quería decirle algo.
En ese momento su golpe impactó en su oponente con una fuerza monstruosa mandándolo contra la roca de forma violenta. Había descubierto que podía lanzar huellas de oso y objetos a increíbles velocidades. Tal vez una fruta de lanzamiento o algo por el estilo, pese a todo estaba orgulloso de su combate. Al verlo en aquel estado empezó a volver a su altura normal mientras los tatuajes en forma de tatuajes abandonaban su cara y desaparecían. Sus ojos volvieron a ser aquellos dorados de fondo negro y su musculatura la de siempre. Sin embargo tenía bastantes moratones por el cuerpo. El sudor caía por su propia cara mientras ahora se limpiaba con la mano y alzaba una ceja. – Debo ahorrar más energía. No creo poder usar mi Crash Shinu ni mi Yami o katto en estos momentos. – El primer ataque era duplicar la destrucción de su energía destructiva mientras que el segundo era una onda cortante que usó en el propio puente.
De hecho no se creía capaz de invocar a sus perros oscuros pero si transformarse. Por el momento sabía que tenía demasiado poder y debía aumentar el nivel de su energía. Bastante resistencia tenía de por sí para realizar semejante cantidad de técnicas. Ahora empezó a caminar despacio hacia el pelirrojo para verlo hecho un cromo. Se sentó a su lado y se quitó uno de los cordones de sus botas de metal, después con toda la confianza del mundo le arranco un trozó de pantalón al joven. Había sido desde la zona del robillo a la rodilla, mediante los cordones improvisó un equipo médico de urgencia y se quedó mirándole. – No te muevas. – Trató de hacerle un torniquete para después cortarle la misma parte del pantalón pero del otro lado y hacerle una especie de cinta en la frente para el corte de la ceja. – “Espera… ¿Qué coño hago?” – Pensó para sí mismo al ver que estaba curando a una persona con sus conocimientos de medicina.
Se puso en pie después observándole despacio y cruzándose de brazos. – No puedo creer lo que acabo de hacer. Tal vez me esté ablandando. – Dijo ahora en un tono alto mientras observaba el agujero dejado por el chico en la roca. Justo entonces miró un poco a su alrededor asegurándose de que no había nadie. Con su olfato pudo detectar el olor de un ciervo y fue cuando le miró tranquilamente. – No te muevas de aquí. Algo de carne te hará sentir mejor. – Finalizó mientras le observaba despacio esperando una respuesta por sí quería decirle algo.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Lo miré con calma mientras se acercaba a mí. El combate había sido intenso y casi ni podía creer todo lo que habíamos causado. Del bosque no quedaba mucho, la verdad. Muchos árboles estaban quebrados o cortados por la mitad. Del suelo salía algo de humo y polvo, también lograba ver agujeros en este. ”Y estoy seguro que no uso todo su poder” – pensé. Su poder era abrumador… Quizás era una suerte que lo tuviera como un “amigo” más o algo así. La verdad, con él, poco podía asegurar pero sí era alguien en quien confiar. Con aquella fuerza iba a volver a ser peligroso para la Marina y el gobierno. ”Tú capitán es un afortunado de tenerte…” – al pensar en eso caí en cuenta… ¿Qué tan fuerte debía ser ese tipo? De solo pensarlo un gran escalofrío recorrió mi cuerpo.
Kedra me empezó a curar… O más bien, a destruir mis pantalones favoritos. Aunque con estos improvisó vendajes que me deberían ayudar bastante. ”Asuna me va a matar” – pensé con una sonrisa. Escuché eso de la carne y la verdad, luego de aquel combate, moría de hambre. Lo miré a los ojos… Lo había confirmado en el puente y ahora mismo, él no era aquella bestia que todos describían. Los rumores que se extienden hacia los piratas eran tenebrosos y los hacían, seguramente, para causar miedo. Quizás no dudaba en descuartizar a sus enemigos, hacerlos sufrir y esas cosas, pero… Quizás tenía algo de bondad en su corazón. ”Cuando estoy herido pienso mucho”
– Tu poder es admirable, Kedra – empecé a decir sin apartar mi vista de sus ojos. Lo miraba con tranquilidad, como si nada de lo que hubiera pasado en aquel combate hubiera pasado. La adrenalina poco a poco iba bajando y ya iba sintiendo el verdadero dolor de mi cuerpo. – Cuando nos veamos de nuevo, trataré de darte un combate más digno – la verdad… No había sentido que lo hubiera hecho esforzarse. – En fin, acepto tu propuesta de comer algo. Mi estómago ruge por algo de comida – tomé una leve pausa. – Luego de comer, creo que me iré con mis nakamas. Me deben estar esperando. – Por unos momentos, un escalofrío y un sudor frío me recorrió el cuerpo… Solo imaginar a Asuna enfadada ya era incluso peor que Kedra… Miedo.
Kedra me empezó a curar… O más bien, a destruir mis pantalones favoritos. Aunque con estos improvisó vendajes que me deberían ayudar bastante. ”Asuna me va a matar” – pensé con una sonrisa. Escuché eso de la carne y la verdad, luego de aquel combate, moría de hambre. Lo miré a los ojos… Lo había confirmado en el puente y ahora mismo, él no era aquella bestia que todos describían. Los rumores que se extienden hacia los piratas eran tenebrosos y los hacían, seguramente, para causar miedo. Quizás no dudaba en descuartizar a sus enemigos, hacerlos sufrir y esas cosas, pero… Quizás tenía algo de bondad en su corazón. ”Cuando estoy herido pienso mucho”
– Tu poder es admirable, Kedra – empecé a decir sin apartar mi vista de sus ojos. Lo miraba con tranquilidad, como si nada de lo que hubiera pasado en aquel combate hubiera pasado. La adrenalina poco a poco iba bajando y ya iba sintiendo el verdadero dolor de mi cuerpo. – Cuando nos veamos de nuevo, trataré de darte un combate más digno – la verdad… No había sentido que lo hubiera hecho esforzarse. – En fin, acepto tu propuesta de comer algo. Mi estómago ruge por algo de comida – tomé una leve pausa. – Luego de comer, creo que me iré con mis nakamas. Me deben estar esperando. – Por unos momentos, un escalofrío y un sudor frío me recorrió el cuerpo… Solo imaginar a Asuna enfadada ya era incluso peor que Kedra… Miedo.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El lobo se quedó callado escuchando sus palabras despacio mientras entrecerraba los ojos con toda la calma del mundo. Su expresión había vuelto a la siniestra de siempre y ahora notó como el dolor le recorría un poco al haberse enfriado. Le daba mucha pereza aplicarse sus conocimientos médicos en sí mismo y ahora se llevó la mano derecha a la cabeza empezando a rascarla despacio. En ese momento tal y como predijo, el chico empezó a hablarle. Mientras lo escuchaba, el luchador cerró el ojo izquierdo debido a la patada de la cara pues ahora le dolía un poco aquella zona. Lo de que era admirable le hizo pensar varias cosas. Después vino lo de volver a pelear y finalmente la aceptación de la comida.
El cadejo ahora soltó un suspiro mientras continuaba dándole la espalda al chico que estaba allí con él. – No es que sea admirable. Cuando uno tiene que enfrentarse al mundo con cuatro años no hay opción que volverse fuerte. – Dijo de repente con su voz grave de siempre para después relamerse despacio un poco de sangre y tragársela. No le desagradaba aquel sabor salado y a lo largo de su vida lo había probado bastantes veces. – ¿Más combates? La próxima vez trae contigo un botiquín. No sabemos hasta cuanto podría serte o sernos útil. – Una vez dijo aquello echó a andar en dirección al bosque que se hallaba frente a ellos. Podía ver los rastros de destrucción provocador por ambos luchadores y todo parecía estar en un estado pésimo. Le daba absolutamente igual y ahora se centró en lo suyo.
Quince minutos después…
Kedra apareció de nuevo en aquel claro. En su mano derecha portaba un ciervo muerto agarrado por el cuello mientras que en el otro brazo poseía leña seca. No tardó en sentarse frente a él dejando aquel animal al lado y amontonando lo trozos de palos. Tenía mucha experiencia desde pequeño. Ahora activó su técnica Inframundo y con sus llamas prendió fuego creando una hoguera. Desactivó su habilidad y cogió el animal, el cual tenía en el cuello marcas de dientes y estaba destrozado. No había ni siquiera desvelado su fruta. Ahora le arrancó un par de patas al animal y empezó a comérselas crudas con calma. El fuego era por si él quería cocinar su parte. – En una media hora calculo que se va a desatar una tormenta. Unas nubes negras se acercan por el Oeste. – Dijo ahora mientras masticaba el delicioso pedazo del animal muerto.
El cadejo ahora soltó un suspiro mientras continuaba dándole la espalda al chico que estaba allí con él. – No es que sea admirable. Cuando uno tiene que enfrentarse al mundo con cuatro años no hay opción que volverse fuerte. – Dijo de repente con su voz grave de siempre para después relamerse despacio un poco de sangre y tragársela. No le desagradaba aquel sabor salado y a lo largo de su vida lo había probado bastantes veces. – ¿Más combates? La próxima vez trae contigo un botiquín. No sabemos hasta cuanto podría serte o sernos útil. – Una vez dijo aquello echó a andar en dirección al bosque que se hallaba frente a ellos. Podía ver los rastros de destrucción provocador por ambos luchadores y todo parecía estar en un estado pésimo. Le daba absolutamente igual y ahora se centró en lo suyo.
Quince minutos después…
Kedra apareció de nuevo en aquel claro. En su mano derecha portaba un ciervo muerto agarrado por el cuello mientras que en el otro brazo poseía leña seca. No tardó en sentarse frente a él dejando aquel animal al lado y amontonando lo trozos de palos. Tenía mucha experiencia desde pequeño. Ahora activó su técnica Inframundo y con sus llamas prendió fuego creando una hoguera. Desactivó su habilidad y cogió el animal, el cual tenía en el cuello marcas de dientes y estaba destrozado. No había ni siquiera desvelado su fruta. Ahora le arrancó un par de patas al animal y empezó a comérselas crudas con calma. El fuego era por si él quería cocinar su parte. – En una media hora calculo que se va a desatar una tormenta. Unas nubes negras se acercan por el Oeste. – Dijo ahora mientras masticaba el delicioso pedazo del animal muerto.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Suspiré con calma mientras escuchaba la respuesta de Kedra. Por sus palabras, pude entender que siempre había estado y que ser fuerte, para él, fue casi una obligación. Yo quizás tuve la oportunidad de tirar toda esta vida a la basura, elegir seguir viviendo en Mariejoa y tener el mundo a mis pies. Pero… Eso no era vivir. Lo que estaba haciendo ahora, luchando, navegando y protegiendo a mis compañeros, lo era. Yo tuve la opción de elegir, en cambio, él no. Quizás esa era una buena razón en la diferencia de nuestros poderes. Sí, siempre fui alguien más atlético que el resto de los niños e incluso, se podía decir, que nací con un plus en mi fuerza. Lo vi alejarse al bosque y me quedé solo.
Volvió con un ciervo en sus manos. Por el estado de animal, parecía que lo hubiera atacado una bestia salvaje. En su cuello estaban las claras marcas de dientes y unas poderosas garras. Fuera como fuera, la verdad, era comida. Noté que el luchador ahora sacaba un pedazo para empezar a comerlo crudo. Escuché lo de la tormenta y me preocupé un poco… Media hora. Tendría que zarpar ahora o nunca. Agarré mi parte y con algo de fuerza saqué otra pata y me levanté con cuidado.
– Va siendo hora que me vaya, Kedra – empecé a caminar con las dos patas agarradas, como podía, con mi mano derecha. ¿Cuánto tardaría en sanar? Por completo, mínimo un mes, quizás. Mis compañeros me estaban esperando y era hora de partir. – Buena suerte, amigo. Nos volveremos a ver. – Afirmé con fuerza antes de volver a pasar por el mismo lugar de nuestra pelea. No tardé mucho en llegar al barco, al parecer, ya tenían todo listo para partir y solo faltaba yo. Subí al barco y… De no ser por Kise, Asuna me hubiera matado ahí mismo, luego con algo de enojo me llevó al interior y me hizo una curación completa. Acto seguido, cocinamos las patas del ciervo de Kedra y empezamos, nuevamente, nuestro viaje.
Quince minutos después
Volvió con un ciervo en sus manos. Por el estado de animal, parecía que lo hubiera atacado una bestia salvaje. En su cuello estaban las claras marcas de dientes y unas poderosas garras. Fuera como fuera, la verdad, era comida. Noté que el luchador ahora sacaba un pedazo para empezar a comerlo crudo. Escuché lo de la tormenta y me preocupé un poco… Media hora. Tendría que zarpar ahora o nunca. Agarré mi parte y con algo de fuerza saqué otra pata y me levanté con cuidado.
– Va siendo hora que me vaya, Kedra – empecé a caminar con las dos patas agarradas, como podía, con mi mano derecha. ¿Cuánto tardaría en sanar? Por completo, mínimo un mes, quizás. Mis compañeros me estaban esperando y era hora de partir. – Buena suerte, amigo. Nos volveremos a ver. – Afirmé con fuerza antes de volver a pasar por el mismo lugar de nuestra pelea. No tardé mucho en llegar al barco, al parecer, ya tenían todo listo para partir y solo faltaba yo. Subí al barco y… De no ser por Kise, Asuna me hubiera matado ahí mismo, luego con algo de enojo me llevó al interior y me hizo una curación completa. Acto seguido, cocinamos las patas del ciervo de Kedra y empezamos, nuevamente, nuestro viaje.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Maldito pelirrojo, le hacía prender un fuego y después se iba al escuchar las palabras tormenta y nubes, tampoco era para tanto. El agua en el mar era totalmente normal y con el barco adecuado siempre se podía evadir. El muy flojo de hecho no pensaba moverse de allí y dormiría de nuevo bajo la lluvia pese a haber despertado hacía una hora o dos. Era impresionante la capacidad que tenía el lobo negro de dormir como una marmota. Ahora que su piedra estaba rota por el combate no estaría en un punto alto pero igualmente le daba lo mismo.
Lo que sí hizo a continuación fue comerse todo lo que sobró del animal él solo, tenía un apetito voraz. Una vez lo hizo se tumbó al lado del fuego para calentarse un poco. El sabor de la carne había sido cuanto menos delicioso y estaba feliz de su captura. Tal vez se llevaba un par de aquellas cosas al barco de Émile para comérselas en sus ratos libres. Las escondería debajo de la cama si hacía falta. Luego pensó en el jodido olor que iba a tener aquella cosa muerta allí debajo y decidió ser maduro. No debía meterla debajo de su cama pero si debajo de la de otro, eso estaba clarísimo. No pensaba decirle adiós a aquellos deliciosos manjares por ir con una tripulación de aburridos.
Estaba deseando tener un combate contra todos los demás pecados al mismo tiempo pero por el momento iba a dedicarse a dormir. Cuando la lluvia empezó a caer alzó una ceja un poco molesto se puso bocabajo. El sentir aquellas cosas callándole por su espalda, hizo que soltase un suspiro y se pusiese en pie. Al final después de todo iba a tener que ir al jodido barco. Empezó a caminar tranquilamente mientras bostezaba sintiendo su cuerpo húmedo por el agua. Debía comprarse tapones para los oídos en aquel barco, demasiada gente para su gusto sin duda alguna. Al menos ese día se había llevado un combate divertido dónde pudo demostrar sus habilidades especiales contra el pelirrojo. Esperaba esa segunda ronda con ganas pero para entonces su potencia y poder serían muy superiores a las de ese día. Ya estaba planeando su brutal entrenamiento ante todo.
Lo que sí hizo a continuación fue comerse todo lo que sobró del animal él solo, tenía un apetito voraz. Una vez lo hizo se tumbó al lado del fuego para calentarse un poco. El sabor de la carne había sido cuanto menos delicioso y estaba feliz de su captura. Tal vez se llevaba un par de aquellas cosas al barco de Émile para comérselas en sus ratos libres. Las escondería debajo de la cama si hacía falta. Luego pensó en el jodido olor que iba a tener aquella cosa muerta allí debajo y decidió ser maduro. No debía meterla debajo de su cama pero si debajo de la de otro, eso estaba clarísimo. No pensaba decirle adiós a aquellos deliciosos manjares por ir con una tripulación de aburridos.
Estaba deseando tener un combate contra todos los demás pecados al mismo tiempo pero por el momento iba a dedicarse a dormir. Cuando la lluvia empezó a caer alzó una ceja un poco molesto se puso bocabajo. El sentir aquellas cosas callándole por su espalda, hizo que soltase un suspiro y se pusiese en pie. Al final después de todo iba a tener que ir al jodido barco. Empezó a caminar tranquilamente mientras bostezaba sintiendo su cuerpo húmedo por el agua. Debía comprarse tapones para los oídos en aquel barco, demasiada gente para su gusto sin duda alguna. Al menos ese día se había llevado un combate divertido dónde pudo demostrar sus habilidades especiales contra el pelirrojo. Esperaba esa segunda ronda con ganas pero para entonces su potencia y poder serían muy superiores a las de ese día. Ya estaba planeando su brutal entrenamiento ante todo.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.