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La habitación estaba solo iluminada por la luz que entraba por la gran ventana. La puerta se había cerrado por inercia. Su cuerpo olía a sake y su aliento también, pero realmente era más bien el aliento ajeno el que tenía más impregnado ese aroma, que por alguna razón no le parecía molesto.
La habitación era al parecer de estatus medio, una con comodidades un poco más allá de las básicas pero no pecaba de lujos o algo más. La cama era suave y el colchón no hacia ruido, además de que estaba aseada.
Ambos cuerpos habían terminado en aquella cama después de habérsela pasado tomando, a saber cuánto tiempo, pero seguro fue bastante o tal vez no tanto. El punto era que ambos cuerpos estaban ahí, recostados sobre la cama y la respiración agitada del albino no hizo más que incitar a la peli rosa a recordar aquel re pegón que le dieron en el trasero hacia unos momentos en el bar.
Este recuerdo la estremeció y al verlo frente a el, ella no pudo más. Dijo su nombre y le beso de forma torpe pero apasionada, abrazándolo para presionar su cuerpo con el ajeno, ocasionando que sus pechos de buen tamaño se aplastaran contra los pectorales ajenos mientras ella continuaba besándole, hasta que su cuerpo le pidió respirar.
—Bebe otro poco entonces — dijo en respuesta por el comentario que el otro había hecho de que aquel estado se le había pasado.
La peli rosa rápidamente se sentó, sintiéndose algo mareado y sacándose la camisa, tenía demasiado calor, su estado ya le exigía estar en la menor cantidad de ropa que se pudiera, pero de momento solo se despojó de aquella prenda blanca, dejando ver un hermoso sostén de color azul celeste con encaje blanco, que sostenía su voluptuoso pecho. Tomo una botella y le miro sonriendo — vamos….— dijo, dando un saltito porque cerro la boca cuando el hipo se presentó. Abrió la botella y junto sus pechos con una mano, para verter un poco entre estos, dejando que estos fueran la copa del otro.
¿Dónde había visto eso? Seguro en alguna revista porno o algún material para adultos en alguna parte en sus ratos de ocio. Si, seguramente Xue pensaría que era cierto lo de “ser cortesana” pero realmente no era así. La chica nunca había tenido más encuentros sexuales previos que los que se había brindado ella misma.
Se quedó ahí, mirándole, esperando ver si lo tomaría o tendría que desperdiciarlo y tirarse a dormir a la cama.
La habitación era al parecer de estatus medio, una con comodidades un poco más allá de las básicas pero no pecaba de lujos o algo más. La cama era suave y el colchón no hacia ruido, además de que estaba aseada.
Ambos cuerpos habían terminado en aquella cama después de habérsela pasado tomando, a saber cuánto tiempo, pero seguro fue bastante o tal vez no tanto. El punto era que ambos cuerpos estaban ahí, recostados sobre la cama y la respiración agitada del albino no hizo más que incitar a la peli rosa a recordar aquel re pegón que le dieron en el trasero hacia unos momentos en el bar.
Este recuerdo la estremeció y al verlo frente a el, ella no pudo más. Dijo su nombre y le beso de forma torpe pero apasionada, abrazándolo para presionar su cuerpo con el ajeno, ocasionando que sus pechos de buen tamaño se aplastaran contra los pectorales ajenos mientras ella continuaba besándole, hasta que su cuerpo le pidió respirar.
—Bebe otro poco entonces — dijo en respuesta por el comentario que el otro había hecho de que aquel estado se le había pasado.
La peli rosa rápidamente se sentó, sintiéndose algo mareado y sacándose la camisa, tenía demasiado calor, su estado ya le exigía estar en la menor cantidad de ropa que se pudiera, pero de momento solo se despojó de aquella prenda blanca, dejando ver un hermoso sostén de color azul celeste con encaje blanco, que sostenía su voluptuoso pecho. Tomo una botella y le miro sonriendo — vamos….— dijo, dando un saltito porque cerro la boca cuando el hipo se presentó. Abrió la botella y junto sus pechos con una mano, para verter un poco entre estos, dejando que estos fueran la copa del otro.
¿Dónde había visto eso? Seguro en alguna revista porno o algún material para adultos en alguna parte en sus ratos de ocio. Si, seguramente Xue pensaría que era cierto lo de “ser cortesana” pero realmente no era así. La chica nunca había tenido más encuentros sexuales previos que los que se había brindado ella misma.
Se quedó ahí, mirándole, esperando ver si lo tomaría o tendría que desperdiciarlo y tirarse a dormir a la cama.
Wang Xue
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La sorpresa no fue que la fémina todavía pudiera hablar y moverse luego de haber bebido tanto Sake, si no lo que hizo después de moverse. Sus labios fueron abruptamente apresados por los de la contraria en un apasionado beso que duró varios segundos hasta que se separaron para tomar aire. El corazón de Xue empezaba a latir con más irregularidad, aumentando la velocidad de este gradualmente. Enarcaba una ceja algo extrañado por la actitud repentina de la chica pero se lo debía más al alcohol que a por un deseo oculto suyo. ¿Se negó al beso? No, algo extraño en él a decir verdad ya que en cualquier otra situación muy posiblemente hubiese apartado a la chica y se hubiese ido de aquella habitación, pero por alguna extraña razón decidió quedarse y esperar, a ver qué más proponía la pelirrosa; y no tuvo que esperar mucho por ello, denotando cómo se retiraba la blusa empapada en Sake previamente, dejando ver ya su prominente delantera.
— Vamos...
Dijo ella. Xue se la quedó viendo, bajando la mirada gradualmente hasta ver cómo vertía un poco de Sake en el estrecho escote voluminoso que se formaba ente sus pechos. Dudoso se fue acercando y algo inseguro de si aquello que estaba haciendo era lo correcto. Sin embargo, sus deseos por seguir bebiendo lo llevaron a traspasar los límites imaginables, posando ambas manos a los lados de la cintura ajena y aproximando sus labios a los senos de la pelirrosa, empezando a beber en cortos sorbos el brebaje alcohólico que se disponía gustoso para ser bebido por él. En silencio, rozó la piel ajena con la punta de su lengua en donde había estado el Sake, para luego erguirse nuevamente, sacándole la botella a la chica.
— Te agradezco... el trago —murmuró en un inicio, soltando un suave jadeo—, ¿segura que tú no quieres un poco?
Cuestionó mirándola a los ojos. Empezó a sacarse algunas prendas para estar más cómodo, entre ellas los guantes y la hombrera que iba acoplada también al cuello, dejándola caer a un lado en el suelo. Empinó luego la botella de licor a su boca, manteniendo una módica cantidad de líquido dentro de esta, y como animándose a dar un paso más que ella, le tomó de la nuca con cierta gentileza, y le besó.
Ese beso se volvió gradualmente más apasionado, en lo que suavemente iba pasando el Sake de su boca a la de Mefy. Su lengua recorría curiosa y pícara, explorando los confines de la cavidad bucal ajena. Pasando por sus mejillas internas, el paladar superior y terminando en un jugueteo lujurioso de ambas lenguas, mezclándose sus salivas tibias y pegajosas por el alcohol; ahogaba suaves suspiros entre beso y beso, en lo que sus manos experimentadas recorrían el cuerpo femenino de la mujer, paseándose por su cintura, espalda y antebrazos. Inclusive por sus hombros de vez en cuando, pero aún sin tocar nada indebido.
— Estás hirviendo...
Murmuró el albino sobre sus labios, bajando por su mejilla derecha depositando fugaces besos en su piel siguiendo aquel recorrido, por el mentón y llegando al lado diestro del cuello, aquel que comenzaba lentamente a devorar con pasión, primero con besos... después con chupones, culminando con mordidas y lamidas recorriendo desde una de sus clavículas hasta por debajo de la oreja. Todo aquello lo hacía con una boca fría, haciendo contraste total con la temperatura del cuerpo ajeno. El suyo se apegaba al de ella, aplastando su amplia delantera contra su torso, desacomodando su propio atuendo dejando entrever mejor sus pectorales y parte de los abdominales marcados de su cuerpo inmaculado.
— Vamos...
Dijo ella. Xue se la quedó viendo, bajando la mirada gradualmente hasta ver cómo vertía un poco de Sake en el estrecho escote voluminoso que se formaba ente sus pechos. Dudoso se fue acercando y algo inseguro de si aquello que estaba haciendo era lo correcto. Sin embargo, sus deseos por seguir bebiendo lo llevaron a traspasar los límites imaginables, posando ambas manos a los lados de la cintura ajena y aproximando sus labios a los senos de la pelirrosa, empezando a beber en cortos sorbos el brebaje alcohólico que se disponía gustoso para ser bebido por él. En silencio, rozó la piel ajena con la punta de su lengua en donde había estado el Sake, para luego erguirse nuevamente, sacándole la botella a la chica.
— Te agradezco... el trago —murmuró en un inicio, soltando un suave jadeo—, ¿segura que tú no quieres un poco?
Cuestionó mirándola a los ojos. Empezó a sacarse algunas prendas para estar más cómodo, entre ellas los guantes y la hombrera que iba acoplada también al cuello, dejándola caer a un lado en el suelo. Empinó luego la botella de licor a su boca, manteniendo una módica cantidad de líquido dentro de esta, y como animándose a dar un paso más que ella, le tomó de la nuca con cierta gentileza, y le besó.
Ese beso se volvió gradualmente más apasionado, en lo que suavemente iba pasando el Sake de su boca a la de Mefy. Su lengua recorría curiosa y pícara, explorando los confines de la cavidad bucal ajena. Pasando por sus mejillas internas, el paladar superior y terminando en un jugueteo lujurioso de ambas lenguas, mezclándose sus salivas tibias y pegajosas por el alcohol; ahogaba suaves suspiros entre beso y beso, en lo que sus manos experimentadas recorrían el cuerpo femenino de la mujer, paseándose por su cintura, espalda y antebrazos. Inclusive por sus hombros de vez en cuando, pero aún sin tocar nada indebido.
— Estás hirviendo...
Murmuró el albino sobre sus labios, bajando por su mejilla derecha depositando fugaces besos en su piel siguiendo aquel recorrido, por el mentón y llegando al lado diestro del cuello, aquel que comenzaba lentamente a devorar con pasión, primero con besos... después con chupones, culminando con mordidas y lamidas recorriendo desde una de sus clavículas hasta por debajo de la oreja. Todo aquello lo hacía con una boca fría, haciendo contraste total con la temperatura del cuerpo ajeno. El suyo se apegaba al de ella, aplastando su amplia delantera contra su torso, desacomodando su propio atuendo dejando entrever mejor sus pectorales y parte de los abdominales marcados de su cuerpo inmaculado.
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Ese beso fue algo que no esperaba. Su cuerpo se entregó por completo al ajeno, sintiendo esos besos que llegaron después, los cuales devoraban su cuello, marcándolo y haciéndola gemir. Ella no podía tomar más, o terminaría inconsciente, pero podía darle a el todo lo que quisiera, no iba a permitir que Xue quedara insatisfecho, después de todo le había dicho que le daría sake hasta que se saciara.
En un atrevido movimiento propio y algo torpe, metió las manos en el escote de sus prendas, subiéndolas por su pecho hasta sus hombros, para separándolo de ella unos instantes, bajarle aquella prenda, dejando su dorso descubierto, acariciándolo un poco. Estaba nublada por sus sentimientos en ese momento. Su respiración estaba agitada y su cuerpo se ponía aun mas y mas caliente a causa de las caricias ajenas.
— cuando bebo…mi temperatura sube…— dijo entrecortadamente mientras sentía como su respiración se aceleraba, haciendo que sus pechos subieran y bajara. Sus manos acariciaron el pecho ajeno, sus ojos se fijaron en los del peliblanco — Xue…—susurro su nombre, en un afán de sentirlo en sus labios. Nombrarlo era de cierta forma adictivo para la peli rosa la cual debido al calor se saco la prenda inferior, quedando en una pantaleta coordinada del sostén y sus medias rosas, mientras le acariciaba y besaba el pecho, dándole traviesas lamidas.
La menor empezó a devorar el cuello ajeno, de la misma manera que el, mientras que tomaba una de las manos ajenas para posarla sobre su pecho, soltando un gemidito suave al sentir el tracto en aquella parte d ella sobre la prenda, imaginándose como se sentiría debajo de esta.
— Xue…quiero….quiero probarte— dijo alto entrecortada, un tanto por el calor de su cuerpo que no se debía al alcohol, otro tanto por el que si se debía a la bebida y otro tanto lleno de deseo, sus manos acariciaban los hombros y la espalda ajena mientras su lengua traviesa, que denotaba lo inexperta que era, jugaba alegremente, como toda aventurera, en la piel del contrario, esperando este le indicara que hacer para complacerlo.
En un atrevido movimiento propio y algo torpe, metió las manos en el escote de sus prendas, subiéndolas por su pecho hasta sus hombros, para separándolo de ella unos instantes, bajarle aquella prenda, dejando su dorso descubierto, acariciándolo un poco. Estaba nublada por sus sentimientos en ese momento. Su respiración estaba agitada y su cuerpo se ponía aun mas y mas caliente a causa de las caricias ajenas.
— cuando bebo…mi temperatura sube…— dijo entrecortadamente mientras sentía como su respiración se aceleraba, haciendo que sus pechos subieran y bajara. Sus manos acariciaron el pecho ajeno, sus ojos se fijaron en los del peliblanco — Xue…—susurro su nombre, en un afán de sentirlo en sus labios. Nombrarlo era de cierta forma adictivo para la peli rosa la cual debido al calor se saco la prenda inferior, quedando en una pantaleta coordinada del sostén y sus medias rosas, mientras le acariciaba y besaba el pecho, dándole traviesas lamidas.
La menor empezó a devorar el cuello ajeno, de la misma manera que el, mientras que tomaba una de las manos ajenas para posarla sobre su pecho, soltando un gemidito suave al sentir el tracto en aquella parte d ella sobre la prenda, imaginándose como se sentiría debajo de esta.
— Xue…quiero….quiero probarte— dijo alto entrecortada, un tanto por el calor de su cuerpo que no se debía al alcohol, otro tanto por el que si se debía a la bebida y otro tanto lleno de deseo, sus manos acariciaban los hombros y la espalda ajena mientras su lengua traviesa, que denotaba lo inexperta que era, jugaba alegremente, como toda aventurera, en la piel del contrario, esperando este le indicara que hacer para complacerlo.
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Los pedidos de la pelirrosa hacían que el calor interno del albino empezara a elevarse lentamente. Era raro en él actuar de ese modo, principalmente porque no tenía mucha experiencia con las mujeres ni se sentía demasiado interesado en estas. Pero lo que estaba haciendo se lo debía en gran parte al alcohol, desinhibiéndose en su totalidad. Las manos del joven recorrían el cuerpo ajeno y aún más cuando se quitó la prenda inferior quedando en ropa interior nada más. Las manos de la chica recorrían curiosamente sus pectorales y espalda haciéndole estremecer un poco ya que las tenía frías. Escuchando cuánto deseaba probarle, se dispuso a sacarse la ropa, quedando tan solamente con la ropa interior, medio sentándose en la cama y tomando de los hombros a la chica, acariciando sus voluminosos senos por encima del fino brasier que tenía puesto.
Sentía la suavidad de estos y cómo sus dedos se hundían a medida que los amasaba con cierta posesión y deseo. La miraba fijo a los ojos jadeando cerca de sus labios, a los cuales mordía gentilmente, jalando de estos en un tirón apasionado y juguetón, soltando suaves risotadas a regañadientes.
— Prueba todo lo que quieras y tu cuerpo soporte —murmuraba depositando cortos pero apasionados besos en los labios ajenos—, yo no me limitaré si es así como terminaremos...
Agregó, descendiendo por su cuello y llegando a las clavículas, recorriendo estas con suaves besos por toda su piel, llegando luego a hundirse en su amplio escote. Le daba mordiscos y succionaba un poco su piel dejando áreas rojizas que rozaban lo imperceptible. Una señal de que el albino había estado allí disfrutando del cuerpo inocente de la chica.
Sus manos pasearon más aún, ahora agarrando sus pechos con ambas manos, metiendo estas por debajo del brasier para empezar a rozar sus pezones con la yema de los dedos índice y corazón. Quería escuchar cada jadeo de su cuerpo, embriagándose en su aliento alcoholizado y el calor que desprendía su ser. La tarde le estaba dando lugar a la noche, una noche de pasión en donde dos jóvenes bajo los efectos del alcohol se dejarían llevar a la lujuria, perdiéndose él en las infinitas curvaturas de la muchacha.
Esa chica que le había logrado conquistar bastante como para llegar a esa situación por más que no estuviera de acuerdo de encamarse con una desconocida, parecía ser que le había embelesado de alguna forma, tal vez sus besos y caricias... o aquella inocente credulidad que le parecía hasta tierna en cierto modo. Era raro, pero Xue no acostumbraba a sentir eso por las mujeres, las solía ver como ángeles que estaban allí en la tierra caminando para ayudar a los demás. Siempre estaban las caídas que deseaban hacer mal al mundo, pero la gran mayoría cumplían su cometido a la perfección. Y parecía que Mefy no era la excepción.
— Permíteme... porque esta noche quiero que mi adicción seas tú.
Murmuró, subiendo el sujetador para dejar al descubierto sus senos, hundiéndose entre estos por unos segundos antes de recular un poco y desviarse hacia un lado, lamiendo suavemente uno de sus pezones recorriendo la aureola con la punta de su húmeda y tibia lengua. Exhalaba aquel aliento cálido sobre su piel, sintiendo cómo se le ponía de gallina a ella. Su mano diestra siguió bajando, recorriendo su abdomen e inclusive por encima de la braga el 'monte de venus', deleitándose por la suavidad de su piel y el aroma de su cuerpo.
Sentía la suavidad de estos y cómo sus dedos se hundían a medida que los amasaba con cierta posesión y deseo. La miraba fijo a los ojos jadeando cerca de sus labios, a los cuales mordía gentilmente, jalando de estos en un tirón apasionado y juguetón, soltando suaves risotadas a regañadientes.
— Prueba todo lo que quieras y tu cuerpo soporte —murmuraba depositando cortos pero apasionados besos en los labios ajenos—, yo no me limitaré si es así como terminaremos...
Agregó, descendiendo por su cuello y llegando a las clavículas, recorriendo estas con suaves besos por toda su piel, llegando luego a hundirse en su amplio escote. Le daba mordiscos y succionaba un poco su piel dejando áreas rojizas que rozaban lo imperceptible. Una señal de que el albino había estado allí disfrutando del cuerpo inocente de la chica.
Sus manos pasearon más aún, ahora agarrando sus pechos con ambas manos, metiendo estas por debajo del brasier para empezar a rozar sus pezones con la yema de los dedos índice y corazón. Quería escuchar cada jadeo de su cuerpo, embriagándose en su aliento alcoholizado y el calor que desprendía su ser. La tarde le estaba dando lugar a la noche, una noche de pasión en donde dos jóvenes bajo los efectos del alcohol se dejarían llevar a la lujuria, perdiéndose él en las infinitas curvaturas de la muchacha.
Esa chica que le había logrado conquistar bastante como para llegar a esa situación por más que no estuviera de acuerdo de encamarse con una desconocida, parecía ser que le había embelesado de alguna forma, tal vez sus besos y caricias... o aquella inocente credulidad que le parecía hasta tierna en cierto modo. Era raro, pero Xue no acostumbraba a sentir eso por las mujeres, las solía ver como ángeles que estaban allí en la tierra caminando para ayudar a los demás. Siempre estaban las caídas que deseaban hacer mal al mundo, pero la gran mayoría cumplían su cometido a la perfección. Y parecía que Mefy no era la excepción.
— Permíteme... porque esta noche quiero que mi adicción seas tú.
Murmuró, subiendo el sujetador para dejar al descubierto sus senos, hundiéndose entre estos por unos segundos antes de recular un poco y desviarse hacia un lado, lamiendo suavemente uno de sus pezones recorriendo la aureola con la punta de su húmeda y tibia lengua. Exhalaba aquel aliento cálido sobre su piel, sintiendo cómo se le ponía de gallina a ella. Su mano diestra siguió bajando, recorriendo su abdomen e inclusive por encima de la braga el 'monte de venus', deleitándose por la suavidad de su piel y el aroma de su cuerpo.
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Todas y cada una de las acciones que tenía Xue sobre su cuerpo le hacían sentir esos escalofríos que te ponen la piel “chinita” o de gallina. Era la primera vez para ella, en toda su vida, que un hombre acariciaba su cuerpo de esa manera, de hecho, era la primera vez también que uno estaba tan cerca y en esas condiciones con ella.
Mefy no sabía bien cómo actuar, pero teóricamente tenia las bases, algo erradas tal vez por el hecho de ser de revistas y materiales no muy educativos, más bien de uso “recreativo” para noches solitarias. Aun así, sus manos acariciaban la nuca y los hombros de Xue mientras su pecho subía y bajaba denotando la respiración agitada que tenía debido a su excitación.
Su cuerpo estaba caliente, pero el calor que sentía se concentraba más en su entrepierna que en otras partes de su cuerpo. A causa de eso, cuando el peliblanco acaricio aquella, aun sobre su braga, dejo salir un gemido sonoro sobre el oído del chico mientras se apretaba a su cuerpo y el propio se estremecía un tanto, ya que aquellas caricias estaban causando placer y placer y más placer a cada momento que pasaba.
—Ah…Xue….se siente tan bien…ah, se siente tan bien cuando lames mis pechos…y como los chupas~ ¡me vas a volver loca Xue! — Su voz sonaba lasciva, deseosa de que no parara, suplicante por que siguiera haciendo aquello, pero a la vez tenía en ella ese toque de inocencia e ignorancia de no saber qué estaba haciendo.
Sin perder tiempo sus manos intentaron, con algo de torpeza, de despojar a su pareja de esa noche de las ropas que aún le quedaban encima.
Debido a esa misma torpeza, término por sacarle no solo los pantalones, sino que también la prenda interior, dejándolo desnudo por completo, sonrojándose mucho más al ver su miembro, el cual hizo que sintiera ese escalofrió placentero recorrerle toda la espina dorsal. Era tan diferente ver uno en los libros de anatomía que verlo ahora, sabiendo que este era el de Xue. Se mordió el labio inferior y sus manos acariciaron las piernas masculinas hasta llegar a ese lugar, a su entrepierna, tomando ese miembro entre sus manos y acariciarlo, como si fuera algo de lo más frágil, pero solo unos segundos. Después de eso, se sacó el sostén pues le molestaba un poco de la forma en la que Xue lo había dejado, quedando solo en sus bragas.
— es-esta caliente — susurro para volverlo a tomar con una sola mano, acariciándolo de nuevo con ese cuidado y cariño mientras sus labios apresaban el pecho ajeno, llenándolo de besos y caricias con su mano libre.
Mefy no sabía bien cómo actuar, pero teóricamente tenia las bases, algo erradas tal vez por el hecho de ser de revistas y materiales no muy educativos, más bien de uso “recreativo” para noches solitarias. Aun así, sus manos acariciaban la nuca y los hombros de Xue mientras su pecho subía y bajaba denotando la respiración agitada que tenía debido a su excitación.
Su cuerpo estaba caliente, pero el calor que sentía se concentraba más en su entrepierna que en otras partes de su cuerpo. A causa de eso, cuando el peliblanco acaricio aquella, aun sobre su braga, dejo salir un gemido sonoro sobre el oído del chico mientras se apretaba a su cuerpo y el propio se estremecía un tanto, ya que aquellas caricias estaban causando placer y placer y más placer a cada momento que pasaba.
—Ah…Xue….se siente tan bien…ah, se siente tan bien cuando lames mis pechos…y como los chupas~ ¡me vas a volver loca Xue! — Su voz sonaba lasciva, deseosa de que no parara, suplicante por que siguiera haciendo aquello, pero a la vez tenía en ella ese toque de inocencia e ignorancia de no saber qué estaba haciendo.
Sin perder tiempo sus manos intentaron, con algo de torpeza, de despojar a su pareja de esa noche de las ropas que aún le quedaban encima.
Debido a esa misma torpeza, término por sacarle no solo los pantalones, sino que también la prenda interior, dejándolo desnudo por completo, sonrojándose mucho más al ver su miembro, el cual hizo que sintiera ese escalofrió placentero recorrerle toda la espina dorsal. Era tan diferente ver uno en los libros de anatomía que verlo ahora, sabiendo que este era el de Xue. Se mordió el labio inferior y sus manos acariciaron las piernas masculinas hasta llegar a ese lugar, a su entrepierna, tomando ese miembro entre sus manos y acariciarlo, como si fuera algo de lo más frágil, pero solo unos segundos. Después de eso, se sacó el sostén pues le molestaba un poco de la forma en la que Xue lo había dejado, quedando solo en sus bragas.
— es-esta caliente — susurro para volverlo a tomar con una sola mano, acariciándolo de nuevo con ese cuidado y cariño mientras sus labios apresaban el pecho ajeno, llenándolo de besos y caricias con su mano libre.
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No tuvo mucho tiempo para reaccionar ante la sorpresiva acción de la contraria. Se dejó sacar la ropa porque no tenía otra, además de que el cuerpo le pesaba un tanto como para poder actuar de otro modo, el alcohol le había alcanzado sacar lo mejor de sus reflejos y movimientos como si de un Ninja aplicando veneno lentamente se tratase. Terminó quedando desnudo bajo la muchacha, viendo cómo inclusive le había logrado bajar la ropa interior que habría intentado personalmente mantener un poco más puesta para disfrutar lentamente del momento. Pero lo hecho, hecho estaba... No había vuelta atrás al parecer, menos aún cuando la fémina llegó a tomar su miembro con ambas manos aferrándose a este con gentileza en lo que le acariciaba con sus suaves y dóciles manos. Suaves suspiros escapaban por los labiales del muchacho al no poder reprimir una electrizante sensación que recorrió su espalda desde la nuca hasta zonas en donde normalmente no da el sol; su miembro palpitó, endureciéndose al su corazón bombear sangre intensamente a esa parte del cuerpo, anunciando claramente lo excitado que estaba. Sus ojos se fijaban por unos momentos en la delantera de la contraria, perdiéndose entre ese turgente escote que formaban sus pechos.
— Es ... lo normal, si lo estás frotando como si fuese un palo de amasar. —murmuraba en un comienzo, echando la cabeza hacia atrás terminando de recostarse en la cama. Tan poco tacto para hablar, pero su cuerpo decía todo lo contrario, notándose lo mucho que disfrutaba de aquello. Apoyó la cabeza sobre la almohada en aquella cómoda cama para los dos, dejando que la contraria siguiera con las caricias en su entrepierna. De vez en cuando su cuerpo se tensaba en una sensación que le iba tirando poco a poco hacia la lujuria y el éxtasis del placer que le causaba. No era un experimentado hablando francamente, y aunque no fuera su primera vez realmente, lo sentía como tal ya que de la otra no se acordaba... Solamente sabía que había despertado al lado de una mujer, ambos desnudos luego de una noche de borrachera de esas que te causan amnesia total y siquiera saber qué es lo que ha sucedido inclusive luego de forzar al cerebro a recordarlo; se quedaba mirando ahora el rostro de la pelirrosa, mordiéndose levemente el labio inferior. Su corazón latía veloz, haciendo que el albino jadeara suavemente ante ello. De tanto que le acariciaba ella, un semi-transparente líquido preseminal empezó a brotar desde la punta de su miembro, haciendo que aquellos 'masajes' se pudieran disfrutar más actuando este como una especie de lubricante. — Podrías... variar un poco, tal vez... con la boca. No te niego que ... lo que haces se siente bien, Mefy. —murmuraba Xue entre roncos gemidos, y jadeos cada vez más fuertes. En silencio nuevamente deleitándose con esos suaves besos en sus pectorales, mordiéndose con un poco más de fuerzas el labio inferior, cerrando los ojos y sintiéndose mareado y no solamente por el alcohol que había bebido...
— Es ... lo normal, si lo estás frotando como si fuese un palo de amasar. —murmuraba en un comienzo, echando la cabeza hacia atrás terminando de recostarse en la cama. Tan poco tacto para hablar, pero su cuerpo decía todo lo contrario, notándose lo mucho que disfrutaba de aquello. Apoyó la cabeza sobre la almohada en aquella cómoda cama para los dos, dejando que la contraria siguiera con las caricias en su entrepierna. De vez en cuando su cuerpo se tensaba en una sensación que le iba tirando poco a poco hacia la lujuria y el éxtasis del placer que le causaba. No era un experimentado hablando francamente, y aunque no fuera su primera vez realmente, lo sentía como tal ya que de la otra no se acordaba... Solamente sabía que había despertado al lado de una mujer, ambos desnudos luego de una noche de borrachera de esas que te causan amnesia total y siquiera saber qué es lo que ha sucedido inclusive luego de forzar al cerebro a recordarlo; se quedaba mirando ahora el rostro de la pelirrosa, mordiéndose levemente el labio inferior. Su corazón latía veloz, haciendo que el albino jadeara suavemente ante ello. De tanto que le acariciaba ella, un semi-transparente líquido preseminal empezó a brotar desde la punta de su miembro, haciendo que aquellos 'masajes' se pudieran disfrutar más actuando este como una especie de lubricante. — Podrías... variar un poco, tal vez... con la boca. No te niego que ... lo que haces se siente bien, Mefy. —murmuraba Xue entre roncos gemidos, y jadeos cada vez más fuertes. En silencio nuevamente deleitándose con esos suaves besos en sus pectorales, mordiéndose con un poco más de fuerzas el labio inferior, cerrando los ojos y sintiéndose mareado y no solamente por el alcohol que había bebido...
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Escucho las palabras del Wang, mirando el miembro erecto del mismo mientras tenía dudas. ¿Meterlo en su boca? No era que le diera asco, al contrario, deseaba sentirlo dentro de su boca y la sola idea de tenerlo en esa cavidad, le hizo sentirse más excitada de lo que ya se sentía debido a todo lo que estaba pasando.
Si bien podía adjudicársele aquello al solo hecho del alcohol, que en parte era verdad, no era que no estuviese del todo consiente de lo que hacía, aun no estaba tan ebria para ese punto. No sabía bien cómo hacerlo, por lo que entonces simplemente se relamió los labios sonriendo y mirándole de reojo con una picardía digna de una mujer experimentada en el tema de los orales. — Entonces, creo que complaceré a Xue~— dijo susurrando para bajar su cabeza y empezar a lamer como si fuese una gatita, el miembro ajeno, desde la base hasta la mitad y después de la mitad hasta la punta.
El sabor era raro, nunca lo había probado, pero aun así era incitante a seguir con aquello. Sus labios entonces se posaron sobre el glande del miembro palpitante de Xue mientras su entrepierna seguía humedeciéndose más y más a cada segundo que pasaba. — Sabe delicioso— murmuro mientras aquel liquido traslucido quedaba atrapado en su rosada lengua y esta lo comía degustándolo. —Es como una rica paleta, he visto como se hace esto en algunas revistas…— dijo para abrir la boca y empezar a meterlo en ella lentamente mientras sentía como el duro falo invadía su boca, cuidando de no morderlo, lo cual era difícil debido al tamaño y grosor que tenía. — ¡mmm!— su gemido de placer fue ahogado mediamente por el miembro que solo estaba a menos de la mitad en su boca mientras ella continuaba sintiendo su calidez dentro de su húmeda cavidad.
Sin meterlo más, uso su lengua para rodearlo, cual paleta, saborearla y chupar un poco antes de sacarlo relamiéndose los labios y bajando sus manos, tomando la ropa que le quedaba, si bien las medias no le molestaban, la prenda que le quedaba si lo hacía, por lo cual se bajó de la cama, quedando de pie frente al contrario, bajándolo hasta sus rodillas, y al hacerlo, inclinarse al frente, dejando sus pechos víctimas de la gravedad botasen levemente por el movimiento.
Cuando sus prendas quedaron justamente en sus rodillas las soltó y estas cayeron hacia el suelo.
Después de eso, se tomó del colchón, tambaleándose un poco y gateando hacia Xue, que estaba acostado en la cama, pasando por encima de el, pero deteniéndose a la altura de su miembro, dejando sus pechos sobre este, el cual, al estar tan firme, quedo entre ellos — mm ahhh se siente tan bien entre mis pechos Xue— dijo para presionar sus pechos contra el miembro ajeno con sus manos y empezar a moverlos suavemente de arriba hacia abajo mientras lamia la punta que sobresalía de sus pechos cada que estos bajaban.
Si bien podía adjudicársele aquello al solo hecho del alcohol, que en parte era verdad, no era que no estuviese del todo consiente de lo que hacía, aun no estaba tan ebria para ese punto. No sabía bien cómo hacerlo, por lo que entonces simplemente se relamió los labios sonriendo y mirándole de reojo con una picardía digna de una mujer experimentada en el tema de los orales. — Entonces, creo que complaceré a Xue~— dijo susurrando para bajar su cabeza y empezar a lamer como si fuese una gatita, el miembro ajeno, desde la base hasta la mitad y después de la mitad hasta la punta.
El sabor era raro, nunca lo había probado, pero aun así era incitante a seguir con aquello. Sus labios entonces se posaron sobre el glande del miembro palpitante de Xue mientras su entrepierna seguía humedeciéndose más y más a cada segundo que pasaba. — Sabe delicioso— murmuro mientras aquel liquido traslucido quedaba atrapado en su rosada lengua y esta lo comía degustándolo. —Es como una rica paleta, he visto como se hace esto en algunas revistas…— dijo para abrir la boca y empezar a meterlo en ella lentamente mientras sentía como el duro falo invadía su boca, cuidando de no morderlo, lo cual era difícil debido al tamaño y grosor que tenía. — ¡mmm!— su gemido de placer fue ahogado mediamente por el miembro que solo estaba a menos de la mitad en su boca mientras ella continuaba sintiendo su calidez dentro de su húmeda cavidad.
Sin meterlo más, uso su lengua para rodearlo, cual paleta, saborearla y chupar un poco antes de sacarlo relamiéndose los labios y bajando sus manos, tomando la ropa que le quedaba, si bien las medias no le molestaban, la prenda que le quedaba si lo hacía, por lo cual se bajó de la cama, quedando de pie frente al contrario, bajándolo hasta sus rodillas, y al hacerlo, inclinarse al frente, dejando sus pechos víctimas de la gravedad botasen levemente por el movimiento.
Cuando sus prendas quedaron justamente en sus rodillas las soltó y estas cayeron hacia el suelo.
Después de eso, se tomó del colchón, tambaleándose un poco y gateando hacia Xue, que estaba acostado en la cama, pasando por encima de el, pero deteniéndose a la altura de su miembro, dejando sus pechos sobre este, el cual, al estar tan firme, quedo entre ellos — mm ahhh se siente tan bien entre mis pechos Xue— dijo para presionar sus pechos contra el miembro ajeno con sus manos y empezar a moverlos suavemente de arriba hacia abajo mientras lamia la punta que sobresalía de sus pechos cada que estos bajaban.
Wang Xue
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Inicialmente lo metió en su boca, gesto que le sorprendió ya que creía que de momento le diría que no, tal vez por asco o simplemente por vergüenza, pero contra todo pronóstico, la fémina empezó a devorarle el falo de una forma hasta... golosa se podría decir. Los gemidos roncos volvían a escapar ahora más fuertes por la boca del albino, el cual simplemente se dejaba hacer. Mordiéndose el labio inferior intentaba con cierta desesperación acallar todo gemido que pudiese escapar de su boca, como queriendo limitarse un poco y no parecer tan sensible. Si bien aquel muchacho era alguien que había dejado atrás la adolescencia y se adentraba cada vez más en el mundo de la madurez, eso no significaba que estuviera experimentado en temas sexuales.
Si no todo lo contrario, era un cero a la izquierda, virgen por decir poco. Claramente había besado chicas anteriormente, pero las situaciones no pasaban de eso tal vez por el mero hecho de que igual borracho y todo mantenía la cordura y el sentido común, negándose a tener aquel primer momento en un estado de ebriedad en el que olvidase todo al otro día. Bueno, tampoco es que esta situación fuese de la más adecuada para perder su virginidad, pero... había algo en aquella chica que le agradaba, más que la mayoría de mujeres que había conocido en anteriores oportunidades; le daría una chance, y la verdad que la contraria parecía ser de armas tomar, ya que luego de despojarse de las últimas ropas ahora quedando ambos desnudos en la cama envolvió su miembro entre sus voluminosos senos, comenzando a masturbarle en aquella posición que dejaba su retaguardia en pompa formando un "corazón" imaginario desde su punto de vista.
Mantenía un silencio sepulcral en cuanto a palabras se trataba, tan solo limitándose a disfrutar de lo que la pelirrosa le hacía emitiendo gemidos cada vez más potentes. Llevó su mano diestra a la cabeza ajena acariciando su cabellera y colando sus dedos entre hebras de su melena rosada, sentándose en la cama con las piernas separadas y estiradas dejando que la contraria hiciera con su entrepierna lo que más le viniera a la gana, sabía que ella lograría satisfacerle como lo venía haciendo desde el comienzo. — Mmh... ~ Sigue así, Mefy ... no pares. —murmuraba entre jadeos y gemidos entrecortados. Se mordía el labio inferior fervorosamente, dejándose la marca de los dientes frontales en un rastro enrojecido contra su labio inferior.
Tentado a ser un poco más atrevido, llevó sus manos a las nalgas de la chica, agarrándolas con cierta firmeza, hundiendo levemente los dedos en su piel sin arañar, amasando sus glúteos en mociones circulares, relamiéndose los labios con disimulo, humedeciendo estos ya que resecos estaban de tanto jadear con la boca entreabierta; su miembro palpitaba intensamente entre los senos turgentes de la fémina, y como si fuese poco... le soltó una nalgada algo sonora pero no muy fuerte en el glúteo derecho con la mano zurda, dándole un agarrón mientras gimoteaba intensamente. — Ven... ponte sobre mi... —dijo Xue, tomando por las axilas a la contraria, empezando a guiarla para que subiera a la cama. Manipulando su cuerpo con cierta facilidad debido a su altura y musculatura, aparte de que la contraria era bastante liviana, posicionó la entrepierna ajena sobre su rostro al recostarse, dejando a Mefy de la misma forma pero encima suya, boca abajo.
Levantó levemente la cadera, y en aquella posición rozó inconscientemente su glande contra los labios carnosos y suaves de la muchacha, humedeciéndolos en líquido preseminal. Como si fuera poco, sin hacerse esperar y separando su labia íntima con las yemas de sus dedos pulgares, empezó a devorar vigorosamente su intimidad con lamidas golosas, dejando que el silencio de aquella habitación fuera interrumpido por los eróticos y jugosos sonidos que hacía su lengua al pasar por la vagina de su pareja, queriéndole hacer sentir tan bien como lo estaba haciendo ella con él.
Si no todo lo contrario, era un cero a la izquierda, virgen por decir poco. Claramente había besado chicas anteriormente, pero las situaciones no pasaban de eso tal vez por el mero hecho de que igual borracho y todo mantenía la cordura y el sentido común, negándose a tener aquel primer momento en un estado de ebriedad en el que olvidase todo al otro día. Bueno, tampoco es que esta situación fuese de la más adecuada para perder su virginidad, pero... había algo en aquella chica que le agradaba, más que la mayoría de mujeres que había conocido en anteriores oportunidades; le daría una chance, y la verdad que la contraria parecía ser de armas tomar, ya que luego de despojarse de las últimas ropas ahora quedando ambos desnudos en la cama envolvió su miembro entre sus voluminosos senos, comenzando a masturbarle en aquella posición que dejaba su retaguardia en pompa formando un "corazón" imaginario desde su punto de vista.
Mantenía un silencio sepulcral en cuanto a palabras se trataba, tan solo limitándose a disfrutar de lo que la pelirrosa le hacía emitiendo gemidos cada vez más potentes. Llevó su mano diestra a la cabeza ajena acariciando su cabellera y colando sus dedos entre hebras de su melena rosada, sentándose en la cama con las piernas separadas y estiradas dejando que la contraria hiciera con su entrepierna lo que más le viniera a la gana, sabía que ella lograría satisfacerle como lo venía haciendo desde el comienzo. — Mmh... ~ Sigue así, Mefy ... no pares. —murmuraba entre jadeos y gemidos entrecortados. Se mordía el labio inferior fervorosamente, dejándose la marca de los dientes frontales en un rastro enrojecido contra su labio inferior.
Tentado a ser un poco más atrevido, llevó sus manos a las nalgas de la chica, agarrándolas con cierta firmeza, hundiendo levemente los dedos en su piel sin arañar, amasando sus glúteos en mociones circulares, relamiéndose los labios con disimulo, humedeciendo estos ya que resecos estaban de tanto jadear con la boca entreabierta; su miembro palpitaba intensamente entre los senos turgentes de la fémina, y como si fuese poco... le soltó una nalgada algo sonora pero no muy fuerte en el glúteo derecho con la mano zurda, dándole un agarrón mientras gimoteaba intensamente. — Ven... ponte sobre mi... —dijo Xue, tomando por las axilas a la contraria, empezando a guiarla para que subiera a la cama. Manipulando su cuerpo con cierta facilidad debido a su altura y musculatura, aparte de que la contraria era bastante liviana, posicionó la entrepierna ajena sobre su rostro al recostarse, dejando a Mefy de la misma forma pero encima suya, boca abajo.
Levantó levemente la cadera, y en aquella posición rozó inconscientemente su glande contra los labios carnosos y suaves de la muchacha, humedeciéndolos en líquido preseminal. Como si fuera poco, sin hacerse esperar y separando su labia íntima con las yemas de sus dedos pulgares, empezó a devorar vigorosamente su intimidad con lamidas golosas, dejando que el silencio de aquella habitación fuera interrumpido por los eróticos y jugosos sonidos que hacía su lengua al pasar por la vagina de su pareja, queriéndole hacer sentir tan bien como lo estaba haciendo ella con él.
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Xue era tan tierno y a la vez tan candente, que la peli rosa no podía contenerse, no por no quererlo, deseaba ser un poco más tranquila y que el otro no pensara mal de ella. Si, se preocupaba por eso, pero aun así no podía ser tranquila. Sentir el miembro de Xue dentro de su boca y llegarle hasta la garganta era algo que simplemente le tenía muy candente y demasiado mojada, sus muslos por la parte interna estaban humedecidos un poco por el líquido que vertía su propia intimidad al sentir el falo duro y palpitante dentro de su boca.
Aquel manoseo a su trasero y esa nalgada la hicieron sonrojarse sin poder evitarlo, fue cuando, mientras él la manejaba a su antojo, quedo en aquella posición, sonrojándose mucho más al sentir el aliento cálido del peliblanco contra su intimidad, soltando un suave suspiro.
Su cuerpo se estremeció al sentir entonces como la lengua del mayor estaba empezando a degustarla a ella. — mm ahhh Xue si lo haces tan rápido— soltó un gemido, pero no pudo volver a abrir los labios, porque entonces, sintió como aquel liquido pre seminal tomaba la función del carmín de un labial, al frotarse la grande del chico contra sus labios.
De forma un tanto golosa, su mano tomo el miembro ajeno, suave, pero firmemente, mientras se relamía los labios y empezaba a masturbarle con su mano, sintiendo sus pechos presionarse contra el abdomen ajeno. — ahh~ Sabes tan delicioso Xue~ quiero saborear lo que guardas aquí— dijo mientras abría la boca y empezaba a meter aquel miembro de nuevo a su boca, subiendo y bajando la cabeza, rosando su piel contra la ajena mientras continuaba degustando aquella extensión del cuerpo de Xue.
Su cuerpo era simplemente sometido de aquella manera, sin poder ni querer objetarse. Aquellos ruidos que hacían ambos al estar dándose placer mutuo usando sus bocas, era algo que la hacía excitarse mas, por ende, su lubricación aumentaba, mojándose más y más mientras más lamia y degustaba el contrario y como acto en cadena, ella lo hacía con la misma intensidad sobre el miembro de Xue sin darle piedad alguna. No quiera sacarlo de su boca, quería sentir su primer corría dentro de sus labios, comerla y probarla, sentir su sabor y calidez dentro de ella, si, una actitud demasiado pervertida para una primeriza, pero ella así lo deseaba, y sobre todo, cumplir todas las expectativas y caprichos del pirata que estaba con ella, mientras continuaba brindándole placer de todas las maneras que pudiera hacerlo.
Aquel manoseo a su trasero y esa nalgada la hicieron sonrojarse sin poder evitarlo, fue cuando, mientras él la manejaba a su antojo, quedo en aquella posición, sonrojándose mucho más al sentir el aliento cálido del peliblanco contra su intimidad, soltando un suave suspiro.
Su cuerpo se estremeció al sentir entonces como la lengua del mayor estaba empezando a degustarla a ella. — mm ahhh Xue si lo haces tan rápido— soltó un gemido, pero no pudo volver a abrir los labios, porque entonces, sintió como aquel liquido pre seminal tomaba la función del carmín de un labial, al frotarse la grande del chico contra sus labios.
De forma un tanto golosa, su mano tomo el miembro ajeno, suave, pero firmemente, mientras se relamía los labios y empezaba a masturbarle con su mano, sintiendo sus pechos presionarse contra el abdomen ajeno. — ahh~ Sabes tan delicioso Xue~ quiero saborear lo que guardas aquí— dijo mientras abría la boca y empezaba a meter aquel miembro de nuevo a su boca, subiendo y bajando la cabeza, rosando su piel contra la ajena mientras continuaba degustando aquella extensión del cuerpo de Xue.
Su cuerpo era simplemente sometido de aquella manera, sin poder ni querer objetarse. Aquellos ruidos que hacían ambos al estar dándose placer mutuo usando sus bocas, era algo que la hacía excitarse mas, por ende, su lubricación aumentaba, mojándose más y más mientras más lamia y degustaba el contrario y como acto en cadena, ella lo hacía con la misma intensidad sobre el miembro de Xue sin darle piedad alguna. No quiera sacarlo de su boca, quería sentir su primer corría dentro de sus labios, comerla y probarla, sentir su sabor y calidez dentro de ella, si, una actitud demasiado pervertida para una primeriza, pero ella así lo deseaba, y sobre todo, cumplir todas las expectativas y caprichos del pirata que estaba con ella, mientras continuaba brindándole placer de todas las maneras que pudiera hacerlo.
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Cuanto más transcurría aquel momento, el calor en la habitación se hacía evidente. Cual vaho en un sauna, un aroma exquisito invadía todo el dormitorio en el que se encontraban. Su cuerpo se sentía caliente y su miembro el cual era lentamente devorado por la boca ajena palpitaba intensamente ante el placer que aquello le causaba. Debía distraerse lamiendo la intimidad ajena con la punta de su lengua de tal manera para no correrse rápidamente. No es que fuese precoz, pero su inexperiencia en actos sexuales era claramente evidente debido a lo sensible que era su miembro en estas ocasiones; con suma parsimonia, separaba la labia íntima de la fémina para hundir más su lengua en aquel íntimo orificio, sintiendo un sabor embriagante que invadía toda su cavidad bucal, proviniendo de aquella humedad que se creaba por la excitación ajena.
— Mnh... si sigues así terminaré corriéndome. —advertía entre gemidos y jadeos.
Tiraba un poco la cabeza hacia atrás, mientras sus músculos se tensionaban en un intento casi que desesperado de no llegar a ese orgasmo tempranero. Quería hacerla gozar tanto como ella le estaba haciendo a él. Sus manos recorrían los glúteos ajenos hundiendo estos en su piel, dejando un rastro rosáceo a su paso. Le propinó un par de nalgadas, mientras su lengua se paseaba juguetona por su clítoris, como si fuese un pequeño y dulce caramelo que él podía consumir.
Debido a la intensidad con la que la contraria succionaba su miembro, asemejando un sentimiento de gula incomparable, sentía corrientes eléctricas recorrer su cuerpo desde la nuca hasta los pies ida y vuelta incontables veces. Cada vez se hacía más intensa esa extraña sensación que le recorría por completo, lo que le hacía perder el control evidentemente. Un aviso no hacía mal a ninguno, pero estaba tan compenetrado en el placer, la lujuria en la que se hallaban metidos... que solo pudo emitir un ahogado y fuerte gemido cuando se terminó corriendo dentro de la boca ajena, eyaculando una módica cantidad. Su cuerpo se tensó por completo al suceder esto, ya que si bien había intentado evitarlo tan rápidamente, no pudo negarle a su ser lo mucho que le estaba gustando eso, independiente de los efectos del alcohol y diversos puntos que creaban aquella escena tan... excesivamente erótica.
— A-aah... ~ Mefy, menos mal... que me dijiste que eras... una primeriza. —musitaba entrecortadamente.
No es que le faltara el aliento, pero tener el caliente cuerpo de la pelirrosa encima no ayudaba en nada a bajar la excitación, si no todo lo contrario. Los endurecidos pezones de ella acariciaban su zona abdominal causándole cosquillas pero a su vez también ganas de seguir. Su miembro se mantenía duro y palpitante, deseoso de más placer.
Indiscutible era que una vez ella se moviera a un lado o él le hiciera aquello, la pondría boca arriba en la cama. Como si algo dentro suyo se hubiese despertado, cual fiera se lanzó sobre ella. Consumió su cuello en besos y lamidas, también mordidas que dejarían marcas de posesión en su piel, chupones violáceos que durarían al menos un par de días como mínimo. Con sus manos recorría la cintura ajena aferrándose a esta y apegando su pelvis a la ajena frotando su miembro contra la intimidad de Mefy. Una sensación húmeda y de calor invadió sus partes sexuales, indicando que estaba listo para seguir... pero antes querría degustar un poco más de aquel cuerpo embebido en finas gotas de sudor y Sake que se había echado encima rato antes.
Su lengua recorría sus senos con total parsimonia, deleitando cada milímetro de su cuerpo como si fuese un explorador trazando su mapa. Rodeaba la aureola con la punta de su cálida lengua dejando un brilloso rastro de saliva, y acto seguido devoró en burdos y golosos chupones a su pezón derecho a medida que sus manos subían para 'amasar' sus voluminosos senos, sosteniéndolos firmemente hasta el punto de hundir levemente los dedos en su carne. Apegaba su cuerpo al suyo, perdiéndose definitivamente, dejándose llevar... ¿Qué había que perder? Más que el sentido común, para él ahora era preferible caer en los brazos del pecado carnal junto con una desconocida...
— Mnh... si sigues así terminaré corriéndome. —advertía entre gemidos y jadeos.
Tiraba un poco la cabeza hacia atrás, mientras sus músculos se tensionaban en un intento casi que desesperado de no llegar a ese orgasmo tempranero. Quería hacerla gozar tanto como ella le estaba haciendo a él. Sus manos recorrían los glúteos ajenos hundiendo estos en su piel, dejando un rastro rosáceo a su paso. Le propinó un par de nalgadas, mientras su lengua se paseaba juguetona por su clítoris, como si fuese un pequeño y dulce caramelo que él podía consumir.
Debido a la intensidad con la que la contraria succionaba su miembro, asemejando un sentimiento de gula incomparable, sentía corrientes eléctricas recorrer su cuerpo desde la nuca hasta los pies ida y vuelta incontables veces. Cada vez se hacía más intensa esa extraña sensación que le recorría por completo, lo que le hacía perder el control evidentemente. Un aviso no hacía mal a ninguno, pero estaba tan compenetrado en el placer, la lujuria en la que se hallaban metidos... que solo pudo emitir un ahogado y fuerte gemido cuando se terminó corriendo dentro de la boca ajena, eyaculando una módica cantidad. Su cuerpo se tensó por completo al suceder esto, ya que si bien había intentado evitarlo tan rápidamente, no pudo negarle a su ser lo mucho que le estaba gustando eso, independiente de los efectos del alcohol y diversos puntos que creaban aquella escena tan... excesivamente erótica.
— A-aah... ~ Mefy, menos mal... que me dijiste que eras... una primeriza. —musitaba entrecortadamente.
No es que le faltara el aliento, pero tener el caliente cuerpo de la pelirrosa encima no ayudaba en nada a bajar la excitación, si no todo lo contrario. Los endurecidos pezones de ella acariciaban su zona abdominal causándole cosquillas pero a su vez también ganas de seguir. Su miembro se mantenía duro y palpitante, deseoso de más placer.
Indiscutible era que una vez ella se moviera a un lado o él le hiciera aquello, la pondría boca arriba en la cama. Como si algo dentro suyo se hubiese despertado, cual fiera se lanzó sobre ella. Consumió su cuello en besos y lamidas, también mordidas que dejarían marcas de posesión en su piel, chupones violáceos que durarían al menos un par de días como mínimo. Con sus manos recorría la cintura ajena aferrándose a esta y apegando su pelvis a la ajena frotando su miembro contra la intimidad de Mefy. Una sensación húmeda y de calor invadió sus partes sexuales, indicando que estaba listo para seguir... pero antes querría degustar un poco más de aquel cuerpo embebido en finas gotas de sudor y Sake que se había echado encima rato antes.
Su lengua recorría sus senos con total parsimonia, deleitando cada milímetro de su cuerpo como si fuese un explorador trazando su mapa. Rodeaba la aureola con la punta de su cálida lengua dejando un brilloso rastro de saliva, y acto seguido devoró en burdos y golosos chupones a su pezón derecho a medida que sus manos subían para 'amasar' sus voluminosos senos, sosteniéndolos firmemente hasta el punto de hundir levemente los dedos en su carne. Apegaba su cuerpo al suyo, perdiéndose definitivamente, dejándose llevar... ¿Qué había que perder? Más que el sentido común, para él ahora era preferible caer en los brazos del pecado carnal junto con una desconocida...
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Xue la guiaba, y ella se dejaba llevar. Mientras estaba boca arriba abrió las piernas por inercia, para dejar al otro acomodarse perfectamente entre ellas. Sus labios soltaban coros de suspiros y gemidos de placer por aquellas caricias. Su cuello sentía ese cosquilleo que le recorría el cuerpo hasta llegar a su entrepierna, mientras sus manos acariciaban la espalda y la nuca del albino, para enredarse en sus cabellos en cuanto sintió los chupones en su cuello.
— ahhhh todos se darán cuenta que le pertenezco a alguien con esas marcas que seguro ya dejaste en mi cuello— dijo entre gemidos de placer, pues por la fuerza que los había dado seguro quedarían marcados por un rato en su nívea piel — me…me gusta la idea ah~ —.
Su espalda se arqueo rápidamente al sentir como aquella lengua se posaba en sus pechos, recorriéndola y marcándola con su tibia saliva, mientras sus manos se aferraban a la espalda ajena dejando sus huellas marcadas en la piel del otro en tono rojizo por la presión momentánea ejercida contra esta. Se mordió los labios acallando un poco aquellos gemidos que seguro escapaban en tenue volumen de la habitación, delatando lo que estaban haciendo para los demás huéspedes.
El frote constante de aquel viril miembro contra su propia intimidad le estaba volviendo loca. Sus manos se posaron en los hombros ajenos, arqueándose un poco más al sentir como aquellas manos ajenas la masajeaban, estimulándola al punto de dejar ya un poco húmedas las sabanas.
— mmm ahhh esta tan dura y caliente Xue— dijo mientras sus ojos se cerraban y empezaba a frotarse ahora ella contra él, haciendo más constante aquel roce de ambos sexos, provocando que el suyo se humedeciera más y más —se…se que es mi primera vez pero ahhh ya quiero que me lo metas hasta el fondo de una….quiero ahh quiero sentirte dentro de mi Xue — susurro en su oído de forma suplicante, mordiendo su oreja y lamiéndola un poco para incitarlo a que lo hiciera. Si, había leído que dolía, pero eso no le importaba ahora, solo quería sentir como el otro se desbocaba en pasión y que la poseyera de la forma que le viniera en gana sin censura alguna.
— Quiero ser tuya Xue…Marca también mi ser con tu semen — movió instintivamente sus caderas, para hacer que el miembro de Xue quedara acomodado en su entrada, haciendo que la punta entrara, mas no entera, y que se frotara y entrara y saliera de aquella apretada y mojada entrada a cada movimiento de caderas de ella.
— ahhhh todos se darán cuenta que le pertenezco a alguien con esas marcas que seguro ya dejaste en mi cuello— dijo entre gemidos de placer, pues por la fuerza que los había dado seguro quedarían marcados por un rato en su nívea piel — me…me gusta la idea ah~ —.
Su espalda se arqueo rápidamente al sentir como aquella lengua se posaba en sus pechos, recorriéndola y marcándola con su tibia saliva, mientras sus manos se aferraban a la espalda ajena dejando sus huellas marcadas en la piel del otro en tono rojizo por la presión momentánea ejercida contra esta. Se mordió los labios acallando un poco aquellos gemidos que seguro escapaban en tenue volumen de la habitación, delatando lo que estaban haciendo para los demás huéspedes.
El frote constante de aquel viril miembro contra su propia intimidad le estaba volviendo loca. Sus manos se posaron en los hombros ajenos, arqueándose un poco más al sentir como aquellas manos ajenas la masajeaban, estimulándola al punto de dejar ya un poco húmedas las sabanas.
— mmm ahhh esta tan dura y caliente Xue— dijo mientras sus ojos se cerraban y empezaba a frotarse ahora ella contra él, haciendo más constante aquel roce de ambos sexos, provocando que el suyo se humedeciera más y más —se…se que es mi primera vez pero ahhh ya quiero que me lo metas hasta el fondo de una….quiero ahh quiero sentirte dentro de mi Xue — susurro en su oído de forma suplicante, mordiendo su oreja y lamiéndola un poco para incitarlo a que lo hiciera. Si, había leído que dolía, pero eso no le importaba ahora, solo quería sentir como el otro se desbocaba en pasión y que la poseyera de la forma que le viniera en gana sin censura alguna.
— Quiero ser tuya Xue…Marca también mi ser con tu semen — movió instintivamente sus caderas, para hacer que el miembro de Xue quedara acomodado en su entrada, haciendo que la punta entrara, mas no entera, y que se frotara y entrara y saliera de aquella apretada y mojada entrada a cada movimiento de caderas de ella.
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Ver sus reacciones y notar lo mucho que se estaba retorciendo de placer y deseo para recibir aquello que tanto quería, llegaba a ser hasta sorpresivo para el albino. Más que nada porque alguien que dice ser inexperimentada en asuntos sexuales sin embargo se comporta como una perra en celo. ¿Le molestaba aquello al albino? En absoluto, le daba realmente igual, es más... hasta le excitaba más, incitándole a seguir y tener menos cuidado con ella. El alcohol ayudaba a desinhibir los sentidos así que prefería dejarse llevar y nada más, sin pensar en las consecuencias de sus actos en ese momento; en silencio siguió succionando sus senos, para gradualmente ir subiendo de nuevo, jadeando sobre su cuello y por último sobre sus labios, para por último besarle apasionadamente.
Sentía la punta de su miembro frotarse contra la humedecida entrada de su vagina, empezando a presionar con intención de meterlo, penetrarla de tal manera que su himen quedase desgarrado por completo. Y eso hizo de hecho... en un principio le costó, tan apretado era aquel pequeño orificio íntimo que le llegaba a molestar, pero gradualmente se fue acostumbrando a la idea y de un solo empujón llegó a introducir su miembro, hundiendo la mitad de su falo dentro de ella. Se veían pequeños 'hilos' de sangre recorrer los lados y caer en las una vez limpias cubiertas de la cama. — ¡HNG! ~ —se aquejó por lo estrecha que estaba, jadeando suavemente sobre sus labios. Intentaba acallar roncos gemidos de placer que querían escapar por su boca.
Sus manos tomaron las ajenas, entrelazando los dedos mutuamente con los de Mefy. Reculó la cadera muy lentamente, para después empezar a embestir nuevamente, con la diferencia de que ahora introducía su falo por completo. Le penetraba de manera constante, sin prisa pero sin pausa... ahogando potentes gemidos de placer al haber devorado sus labios ocupando estos con los suyos en un apasionado beso, lujurioso... fogoso. Su lengua se intercalaba con la ajena en un lascivo jugueteo mezclando salivas de ambos, viéndose bastante erótico; en cada movimiento de sus cuerpos chocando entre sí, no solo se escuchaba un chasquido levemente húmedo de sus pieles impactando entre sí, sino también un leve rechinar de la cama notándose que estaba hecha de madera y si bien no era vieja, tampoco era tan nueva y no estaba en el mejor de los estados... pero soportaría la pasión de aquel par de jóvenes excitados lo suficientemente bien. Sus pectorales llegaban a aplastar los senos ajenos, haciendo que en el vaivén constante, sus pezones se rozaran mutuamente, invadiendo con su miembro lo más profundo de su vagina.
Sentía la punta de su miembro frotarse contra la humedecida entrada de su vagina, empezando a presionar con intención de meterlo, penetrarla de tal manera que su himen quedase desgarrado por completo. Y eso hizo de hecho... en un principio le costó, tan apretado era aquel pequeño orificio íntimo que le llegaba a molestar, pero gradualmente se fue acostumbrando a la idea y de un solo empujón llegó a introducir su miembro, hundiendo la mitad de su falo dentro de ella. Se veían pequeños 'hilos' de sangre recorrer los lados y caer en las una vez limpias cubiertas de la cama. — ¡HNG! ~ —se aquejó por lo estrecha que estaba, jadeando suavemente sobre sus labios. Intentaba acallar roncos gemidos de placer que querían escapar por su boca.
Sus manos tomaron las ajenas, entrelazando los dedos mutuamente con los de Mefy. Reculó la cadera muy lentamente, para después empezar a embestir nuevamente, con la diferencia de que ahora introducía su falo por completo. Le penetraba de manera constante, sin prisa pero sin pausa... ahogando potentes gemidos de placer al haber devorado sus labios ocupando estos con los suyos en un apasionado beso, lujurioso... fogoso. Su lengua se intercalaba con la ajena en un lascivo jugueteo mezclando salivas de ambos, viéndose bastante erótico; en cada movimiento de sus cuerpos chocando entre sí, no solo se escuchaba un chasquido levemente húmedo de sus pieles impactando entre sí, sino también un leve rechinar de la cama notándose que estaba hecha de madera y si bien no era vieja, tampoco era tan nueva y no estaba en el mejor de los estados... pero soportaría la pasión de aquel par de jóvenes excitados lo suficientemente bien. Sus pectorales llegaban a aplastar los senos ajenos, haciendo que en el vaivén constante, sus pezones se rozaran mutuamente, invadiendo con su miembro lo más profundo de su vagina.
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— ahhh!!— sintio como entro en ella, derramando lágrimas al sentir como su himen se rompía de forma tan brusca, pero aun así, su gemir era de placer. El miembro de Xue le abría y su interior se amoldaba con trabajos en un inicio a sus dimensiones y forma, pero una vez entro completo, causando que el cuerpo de la peli rosa se estremeciera y sus uñas quedaran marcadas en los hombros del albino y su espalda a cada estocada, le dio placer absoluto, sintiendo todo ese coro realmente excitante para sus oídos.
El rechinar de la cama, el sonido del golpeteo de la pelvis ajena contra la propia, el sentir sus testículos golpearle el trasero, sus gemidos acallados en ese beso lujurioso que correspondía gustosa, entrelazando su lengua con la ajena, sintiendo como su saliva salía por la comisura de sus labios, aquella mezcla de ambos, y resbalaba por su mejilla, mientras jadeaba y suspiraba de placer.
Interrumpió el beso de forma suave para gemir abiertamente y que el escuchara su voz inundar la habitación, quejándose y jadeando por aquella forma en que la penetraba.
—ahhh ahh Xue! Ahhh esta tan dura! Y tan grande!! Ahhha!!llega más hondo que cuando me masturbo con mis dedos! — confeso obscenamente mientras se retorcía por sentirle dentro de ella de aquella manera. — ahh ahh quiero ahhh quiero que me destroces Xue! Ahhh jamás pensé que fuera tan deliciosos tener tu miembro dentro de mí!— Su cuerpo se arqueaba y sus manos apretaban las contrarias al sentir como sus manos se entrelazaban con las contrarias por medio de sus dedos. Era obvia la diferencia de tamaños entre las manos de ambos.
Sus pechos rozaban el ajeno y sus pezones duros rosaban los del contrario, lo cual la hizo excitarse muchísimo, haciendo que sus líquidos emanaran en mayor cantidad, haciendo mucho más fácil que el miembro del albino entrara por completo en su interior.
Sus gemidos y jadeos eran algo que no podía controlar por lo que empezaron a salir de su boca con más frecuencia y más volumen — ahh Xue!! Xue!! Xue!!—el nombre el contrario salía cada vez con mas frecuencia de la boca de la peli rosa — ohhh estas tan hondo! Ahhh ahh puedo sentir como casi llegas a mi utero! — dijo mientras jadeaba y gemía muy lascivamente llena de ganas de sentirle topar hasta aquella parte de su ser — ahhh! ahhh asi se siente cuando no te contienes?!— pregunto mientras jadeaba, pues al ser su primera vez no quería reprimirse — ohh! no me importa si piensas que soy una cualquiera Xue, pero esto se siente magnifico! Ahhh tu falo dentro de mi es algo simplemente mmmm~ delicioso!— confeso con un tono lleno de lujuria mientras jadeaba por el placer que el otro le proporcionaba a cada estoque que ella recibía de parte de la pelvis ajena.
El rechinar de la cama, el sonido del golpeteo de la pelvis ajena contra la propia, el sentir sus testículos golpearle el trasero, sus gemidos acallados en ese beso lujurioso que correspondía gustosa, entrelazando su lengua con la ajena, sintiendo como su saliva salía por la comisura de sus labios, aquella mezcla de ambos, y resbalaba por su mejilla, mientras jadeaba y suspiraba de placer.
Interrumpió el beso de forma suave para gemir abiertamente y que el escuchara su voz inundar la habitación, quejándose y jadeando por aquella forma en que la penetraba.
—ahhh ahh Xue! Ahhh esta tan dura! Y tan grande!! Ahhha!!llega más hondo que cuando me masturbo con mis dedos! — confeso obscenamente mientras se retorcía por sentirle dentro de ella de aquella manera. — ahh ahh quiero ahhh quiero que me destroces Xue! Ahhh jamás pensé que fuera tan deliciosos tener tu miembro dentro de mí!— Su cuerpo se arqueaba y sus manos apretaban las contrarias al sentir como sus manos se entrelazaban con las contrarias por medio de sus dedos. Era obvia la diferencia de tamaños entre las manos de ambos.
Sus pechos rozaban el ajeno y sus pezones duros rosaban los del contrario, lo cual la hizo excitarse muchísimo, haciendo que sus líquidos emanaran en mayor cantidad, haciendo mucho más fácil que el miembro del albino entrara por completo en su interior.
Sus gemidos y jadeos eran algo que no podía controlar por lo que empezaron a salir de su boca con más frecuencia y más volumen — ahh Xue!! Xue!! Xue!!—el nombre el contrario salía cada vez con mas frecuencia de la boca de la peli rosa — ohhh estas tan hondo! Ahhh ahh puedo sentir como casi llegas a mi utero! — dijo mientras jadeaba y gemía muy lascivamente llena de ganas de sentirle topar hasta aquella parte de su ser — ahhh! ahhh asi se siente cuando no te contienes?!— pregunto mientras jadeaba, pues al ser su primera vez no quería reprimirse — ohh! no me importa si piensas que soy una cualquiera Xue, pero esto se siente magnifico! Ahhh tu falo dentro de mi es algo simplemente mmmm~ delicioso!— confeso con un tono lleno de lujuria mientras jadeaba por el placer que el otro le proporcionaba a cada estoque que ella recibía de parte de la pelvis ajena.
Wang Xue
Fama
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
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Separó un poco su cuerpo del ajeno cuando la escuchó gemir su nombre repetidas veces, excitándose de más por ello. Jadeaba intensamente, y gemía descontroladamente a cada segundo que pasaba, penetrando a la pelirrosa. Cerró los ojos y curvó la espalda para adentro, tirando la cabeza para atrás. Le soltaba en un momento las manos y se aferraba a sus voluminosos senos, masajeando estos en círculos, amasándolos como si fuesen pelotas anti-estrés, pellizcando sus pezones y retorciéndolos con fervor y ganas. Se hallaba sumido en un éxtasis tal que la lujuria era la que guiaba su cuerpo, quebrantando toda posible inocencia que le haya podido quedar a Mefy en ese rato anterior; embestía con fiereza, haciéndolo cada vez más fuerte reculando lento y metiendo su miembro por completo de golpe como una firme estocada. — ¡Mmh! ¡Se siente... bien! —exclamaba entrecortado al ritmo de cada movimiento de sus caderas hundiendo su falo dentro de la vagina de la fémina. Sentía la excesiva humedad de esta invadiendo su miembro y rodeándolo de tal manera que sus paredes vaginales no parecían querer dejarle ir hasta el punto en que su miembro se sentía apretado. — Agh... estás.. tan apretada, ¿tanto... te gusta? —susurró mordiéndose el labio inferior, agarrándole un poco del mentón para posicionar bien su rostro, y acercarse a este en ademán de morderle el labio inferior con cierta gula, y lo mismo hizo con su cuello y sus pechos, devorándolos con tantas ganas que parecía hasta desesperación, aunque no era más que producto del alcohol y su corazón latiendo a mil por hora.
Le tomó de los muslos al bajar sus manos, y aferrándose a estos los colocó para que ella se abrazara a su cintura de tal modo que quedaran bien apegados, además debido a esto lograba llegar inclusive más profundo que antes. Cada vez que metía su miembro hasta el fondo, Xue emitía un gemido ronco pero muy fuerte, que llegaba a resonar en todo el dormitorio. Ya no le importaba en absoluto censurar aquello que estaban haciendo, tan solo disfrutaría del placer que el cuerpo de Mefy estaba dándole sin siquiera ella intentarlo. Rodeó su cintura con ambos brazos despegando un poco las caderas ajenas de la cama para así poder embestir más cómodamente. Sosteniéndola solo con uno y la mano del otro la pasó recorriendo sus senos, bajó por su abdomen y llegando a su intimidad, utilizando la yema del dedo índice y corazón comenzó a frotar su clítoris rápidamente, denotando que al hacer esto su interior se ponía más apretado, lo que le causaba mucho placer. — A-aah... que rico... —decía quedando de rodillas en la cama, penetrando en esa posición tan intensamente a Mefy, gradualmente acelerando el movimiento de sus caderas. Los pechos de la pelirrosa rebotaban a un ritmo desenfrenado, incontrolable, haciendo que Xue se excitara aún más. — Tan inocente te veías... y ahora pareces una perra en celo... ¡MMH! —no podía creer lo que sus oídos escuchaban, de una manera tan sucia le pedía las cosas, que extrañabamente llegaba a gustarle más, quería seguir... hasta que la luz del alba les descubriera juntos en la misma cama.
Le tomó de los muslos al bajar sus manos, y aferrándose a estos los colocó para que ella se abrazara a su cintura de tal modo que quedaran bien apegados, además debido a esto lograba llegar inclusive más profundo que antes. Cada vez que metía su miembro hasta el fondo, Xue emitía un gemido ronco pero muy fuerte, que llegaba a resonar en todo el dormitorio. Ya no le importaba en absoluto censurar aquello que estaban haciendo, tan solo disfrutaría del placer que el cuerpo de Mefy estaba dándole sin siquiera ella intentarlo. Rodeó su cintura con ambos brazos despegando un poco las caderas ajenas de la cama para así poder embestir más cómodamente. Sosteniéndola solo con uno y la mano del otro la pasó recorriendo sus senos, bajó por su abdomen y llegando a su intimidad, utilizando la yema del dedo índice y corazón comenzó a frotar su clítoris rápidamente, denotando que al hacer esto su interior se ponía más apretado, lo que le causaba mucho placer. — A-aah... que rico... —decía quedando de rodillas en la cama, penetrando en esa posición tan intensamente a Mefy, gradualmente acelerando el movimiento de sus caderas. Los pechos de la pelirrosa rebotaban a un ritmo desenfrenado, incontrolable, haciendo que Xue se excitara aún más. — Tan inocente te veías... y ahora pareces una perra en celo... ¡MMH! —no podía creer lo que sus oídos escuchaban, de una manera tan sucia le pedía las cosas, que extrañabamente llegaba a gustarle más, quería seguir... hasta que la luz del alba les descubriera juntos en la misma cama.
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