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Akuma no mi
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Exp: 0
Nivel: 1
Nombre: Shizuka
Apodo: Yûkiko
Edad: 18 años.
Sexo: Mujer.
Raza: Humana.
Rango/Empleo: Auxiliar. (Científica)
Rango social: Medio (normal).
Descripción estilo de lucha:
-Nombre: Kirā geijutsu
-Ejecución:
Descripción física:
Alineamiento: Caótico Neutral.
Descripción psicológica:
Gustos:
Desagrados:
Habilidades:
Torpezas:
Profesiones: Luchadora – Médica – Ingeniera robótica – Científica.
Banda: N/A
Armas: N/A
Historia:
Mar de origen:El Paraíso – Karakuri.
Pertenencias: Un libro con todo tipo de consejos de su maestro Maximus y el amuleto de la suerte de Nathan.
Botín de partidas: N/A
Sueños:
Referido por: –
Nivel: 1
Nombre: Shizuka
Apodo: Yûkiko
Edad: 18 años.
Sexo: Mujer.
Raza: Humana.
Rango/Empleo: Auxiliar. (Científica)
Rango social: Medio (normal).
Descripción estilo de lucha:
-Nombre: Kirā geijutsu
-Ejecución:
Este estilo de lucha cuenta con dos ramas: La primera se basa en golpear rápidamente al oponente para debilitarlo y así poder asestar golpes en sus puntos vitales, en este estilo Yukiko no se agota, pues se recupera rápidamente. Es la rama que más suele usar y también sirve de distracción o como defensa. La segunda es la rama que menos utiliza, aunque no quiso aprenderla tuvo que practicarla por obligación. Se trata de atacar a espaldas del enemigo en silencio absoluto con cualquier tipo de arma u objeto para provocar su muerte, todo esto sumado a la agilidad que posee. De todas formas ella nunca llega a matar tan solo consigue que se queden inconscientes durante un largo rato. Supuestamente cuando lucha, es Nathan quien maneja su cuerpo.
Descripción física:
Nuestra querida Shizuka es una chica sencilla. Mide tan solo 1,40 por problemas de crecimiento. Tiene el cabello largo y negro con tonos azulados. Casi siempre suele llevarlo despeinado y los mechones hacia cualquier lado. En su cara la mitad izquierda está cubierta por un mechón de pelo tapando su ojo y toda la mejilla. Sus cejas son finitas y de color marrón. Sus ojos grandes y verdes aunque solo se le puede apreciar uno. Debajo de ellos tiene unas grandes ojeras que hacen aparentar su cansancio, pero no son debidas a eso. Estas ojeras las tiene de nacimiento, según ella su padre también las poseía. Sus mejillas casi siempre suelen tener un color rosado por su timidez. La forma de su boca es pequeña y apenas se aprecian sus labios.
Su forma de vestir es muy formal. Va acompañada de una chaqueta beis junto con una falda larga del mismo color con bordes negros. Por dentro de la chaqueta lleva una camisa blanca adosada con una corbata roja. En las piernas lleva unas medias completamente negras y unos zapatos marrones con cordones. Por último, a su espalda, siempre lleva una pequeña mochila de color marrón en donde guarda todo tipo de cosas. Alguna que otra vez, cuando libera la cara de su pelo suele usar unas gafas cuadradas, aunque rara vez se le ve con ellas puesto que le resultan incómodas.
Su forma de vestir es muy formal. Va acompañada de una chaqueta beis junto con una falda larga del mismo color con bordes negros. Por dentro de la chaqueta lleva una camisa blanca adosada con una corbata roja. En las piernas lleva unas medias completamente negras y unos zapatos marrones con cordones. Por último, a su espalda, siempre lleva una pequeña mochila de color marrón en donde guarda todo tipo de cosas. Alguna que otra vez, cuando libera la cara de su pelo suele usar unas gafas cuadradas, aunque rara vez se le ve con ellas puesto que le resultan incómodas.
Alineamiento: Caótico Neutral.
Descripción psicológica:
Shizuka es una muchacha introvertida. Es tímida por todo lo que vivió cuando apenas era una niña y no sabe expresarse bien. Es muy desconfiada con todos, incluida con los conocidos a no ser que tengan una relación muy muy cercana con ella. Es muy reservada a la hora de estar con alguien, le gusta demostrar que tiene una buena educación. Cuando está en confianza suele soltar algún vacile, así fue como aprendió a defenderse de las malas personas en su pueblo con el don de la palabra. Para Yûkiko no es sencillo relacionarse con la gente, sobre todo por el hecho de ser una nocturna. Shizuka suele tener muchos defectos a la hora de socializar y uno de ellos es quedarse mirando las personas fijamente, con estas costumbres la gente la rechaza y ella en su mente empieza a crear ideas de que no pinta nada en un mundo como este. Yûkiko a lo largo de los años ha desarrollado un trastorno que no es común, el trastorno esquizoide de la personalidad. Ella se siente siempre desplazada, va solitaria por el mundo y nunca presenta afición por hacer algo. No sabemos cómo se produjo ese trastorno, cree que gente de su familia lo poseía y lo heredó, pero en verdad es por los medicamentos que recibió durante la infancia. Una muchacha ingenua y cuidadosa, pero a la vez decidida, aunque siempre haciendo caso a las supersticiones. Busca tomar sus propias decisiones sin que tener el remordimiento de lo que pueda salir mal en su conciencia. Nathan es su conciencia, el cual está ahí para protegerla de cualquier mal ya que ella no sabe defenderse; no tiene forma física, es como un ente dentro de su cabeza que solo ella puede escuchar. Nathan tiene una conexión hacia Shizuka que no le permite abandonarla pase lo que pase, por eso cuando él se enfada comienza a controlar el cuerpo, sobre todo lo usa a la hora de luchar. A pesar de eso, la psicología de esa alma es sobre protectora, valiente y noble, capaz de animar para luchar por lo que sea. Ambas almas se consideran como hermanos, pues Shizuka fue lo único que tuvo como compañía durante su tiempo en el que lo pasó sola. Lástima que todo sea fruto de su mente enferma.
Gustos:
Los gustos de Yûkiko son muy extraños. Normalmente le gusta estar sola. Esto se debe a que es muy antisocial y nunca logra hacer amigos o llevarse bien con la gente. Los ratones son sus animales favoritos, le encanta pillarlos y acariciarlos para luego experimentar con ellos. En verdad le encanta experimentar con todo ya sean humanos, animales u objetos. Tal y como hemos mencionado anteriormente experimentar es su pasión, aunque más que pasión es obsesión por descubrir que es lo que ocurre cuando mezcla cosas. El café es algo que le encanta, de ahí provienen sus ojeras tan grandes. Tiene una malsana adicción al café que le impide dormir. Pasear en silencio es uno de sus hobbies, de esa manera puede meditar y pensar las cosas con calma y tranquilidad. La música siempre suele hacerle compañía por eso suele llevar sus cascos en el cuello. Por último, se siente cómoda en la oscuridad, aprovechar que no hay nadie a su alrededor de noche le hace sentirse libre.
Desagrados:
A Yûkiko no le gusta nada la luz, por culpa de sus estudios piensa que puede darle enfermedades así que nunca anda cuando se pone el sol pues la noche es su día. Las arañas son su mayor miedo, las detesta a muerte, podríamos decir que presenta casi una aracnofobia. Ver a la gente bailar. Este desagrado se debe a que cuando era joven en las fiestas lograba ver como todo el mundo rehuía de ella por su forma de ser. Shizuka es demasiado miedosa y suele asustarse por todo. También tenemos en cuenta de que no le gusta la medicina, aunque lo tuvo que aprender por obligación de su madre ya que fue un oficio heredado por su familia materna y ella no podía echarse atrás. Ese desagrado está relacionado con su odio a todo tipo de medicamentos. Todo se debe a que durante su infancia era muy enfermiza y apenas salía de casa, desde aquel momento prefirió la muerte a seguir tomándolos, pues le parecían repugnantes. Dado que en aquel momento prefería la muerte, con el paso de los años supo apreciar su vida. Actualmente siente miedo a perder su vida y es demasiado cuidadosa con lo que hace.
Habilidades:
Shizuka tiene un montón de habilidades, las cuales suele mantener ocultas, no le gusta presumir de lo que sabe hacer. A Yûkiko se le da bien orientarse, pese a no ser navegante en su educación recibió pequeñas instrucciones con consejos sobre cómo saber orientarse. También sabe prevenir el tiempo con su capacidad observadora, le basta mirar al cielo unos minutos y a sus alrededores para saber si habrá tormenta o un día soleado. Su olfato está bastante desarrollado y sabe distinguir todo tipo de olores, incluso algunos que no son percibidos por los humanos. El dibujo es algo que se le da excepcional, le encanta entretenerse dibujando cosas que nunca pasarán. Por último, es muy buena cocinera, sus platos siempre tienen un sabor especial y le gusta que todos los prueben.
Torpezas:
Aquí destaca Shizuka. A esta muchacha le gusta cantar, sin embargo… su voz no es precisamente buena para escuchar. Provoca tales desafinamientos que hacen daño a los oídos y la gente huye cuando la escucha. Shizuka tiene también un defecto que la hace muy peculiar y es el de observar lo que hace la gente. Ella tan solo trata de mirar escondida sus comportamientos sin que se den cuenta. Otro defecto es que no es capaz de mantener la vista fija en los ojos de la gente, es demasiado tímida para eso. Otra más es que se emborracha fácilmente, el alcohol no es su punto fuerte y basta solo un poco para que pierda el control de sus acciones. También tiene una torpeza importante y es que vive en su mundo de fantasía lo que le conlleva a hablar sola y en alto con Nathan, en el cual cree que nada es real, esto normalmente le puede causar problemas.
Profesiones: Luchadora – Médica – Ingeniera robótica – Científica.
Banda: N/A
Armas: N/A
Historia:
Aquel día llovía más de lo normal en el Karakuri. El frío hacía erizar la piel de manera desmesurada, pero era normal. Era la época más adentrada en la estación del invierno. La lluvia poco a poco se fue desvaneciendo para dejar paso a los copos de nieve que caían lentamente. A lo lejos, en el bosque se encontraba una pequeña casa de madera con todas las luces encendidas, en una habitación una mujer estaba dando a luz, sus gritos eran incesantes y el dolor la consumía. Al cabo de unas horas todo terminó y aquella mujer quedó inconsciente. El bebé que había nacido era una niña hermosísima. Las ancianas que allí se encontraban se la llevaron para limpiarla y enseñársela a su padre mientras su madre seguía inconsciente.
El tiempo seguía pasando lentamente, y el hombre cada vez se enervaba más al ver que su esposa no despertaba y que su hija lloraba sin descanso. No le quedó más remedio que llamar a los médicos profesionales, los cuales diagnosticaron que su mujer iba a estar una buena temporada así por el esfuerzo, y cuando analizaron a la niña dijeron que iba ser especial, pero no en el sentido bueno. El hombre, desolado, cogió a la niña en brazos y salió hacia el pueblo. Allí en una casa bastante decorativa llamó al timbre, y un hombre salió. Le miró y el enano no pudo decir nada más que “El precio que pusisteis está bien, dadme el dinero ahora y es vuestra.” La mujer de aquel hombre salió también con un sobre en la mano, se lo extendió y la señora cogió a la niña. Tras eso, se despidieron y cada uno se fue a su lugar de origen.
Se dice que aquel hombre desapareció junto a su mujer en un barco por el inmenso océano y no se les volvió a ver en Karakuri. Pasaron cuatro años desde aquel incidente, Shizuka se encontraba en el suelo de su habitación jugando con unas muñecas mientras veía por la ventana como nevaba. Su mirada era triste, todo se debía a que casi siempre estaba enferma y apenas podía disfrutar del aire libre. A esa edad, la pequeña sintió que algo crecía en su interior hasta que una noche mientras dormía supo lo que era. Se despertó cuando de repente sentía que le hablaban pero no veía a nadie. “Cierra tus ojos…” era la frase que le repetía, la niña los cerró y lo vio, una especie de mancha blanca borrosa que hablaba.
Nathan se llamaba, su subconsciente. No entendía como había podido desarrollar algo así a tan poca edad, pero finalmente se acostumbró, ya que en cierto modo no se sentía sola. Saber que tenía un amigo en el que podía confiar pero que nadie podía ver, le parecía asombroso, aunque eso podía tener repercusiones.
Shizuka cumplió los 10 años sola, sin ningún regalo y acompañada de las burlas de los niños que la rodeaban mientras Nathan la protegía de ellos. La joven se había hartado de esa vida en la que no era feliz y quería desatarse de ella. Sentir los rumores de que sus padres la habían abandonado por una mísera cantidad de dinero y porque era un monstruo le dolía. La propia noche del cumpleaños Shizuka se puso a hablar con Nathan.
-Nathan… libérame de esto…
Nathan hizo acopio de lo que la chica le dijo y comenzó a controlar su cuerpo, su aspecto comenzó a cambiar completamente, parecía distinta… Agarró dos espadas y comenzó a romper las cosas de su casa con fiereza, sus padres se alarmaron y huyeron. Ella finalmente echó a correr y fue hasta el pueblo de al lado, con su cuerpo normal. Shizuka tenía miedo, era demasiado inocente para estar sola por el mundo. Durante los siguientes 5 años la joven estudió y comenzó a trabajar para ganarse la vida, logrando adentrarse en el mundo de la ciencia. Aunque seguía sola, a veces buscaba la necesidad de tener amigos de verdad pero no le servía de mucho ya que huían de ella. Un día, hacia la tarde un grupo de civiles se acercaron hasta ella con intenciones violentas, la chica no sabía qué hacer, solo lloraba sin remedio suplicando que no hiciesen nada. Eso hizo llamar a Nathan, el cual su odio creció y comenzó a controlar el cuerpo de ella sin su permiso. “Yo te protegeré mi niña… pase lo que pase…” La chica comenzó a descontrolarse y a atacar a todos a la vez hasta que el bullicio cesó.
Chizuru se refugió en el pueblo de al lado. Sintió que su vida se derrumbaba al ver que la gente la odiaba y no podía confiar en nadie. En cuanto cumplió los 17 años hizo su maleta y se montó en un barco con destino desconocido, allí conoció a Maximus un viejo enano que le enseñaría todo tipo de lucha para saber defenderse. Ella tan solo quería olvidarse de todo y deshacerse de un pasado doloroso, todos los que la habían rechazado lo pagarían.
El tiempo seguía pasando lentamente, y el hombre cada vez se enervaba más al ver que su esposa no despertaba y que su hija lloraba sin descanso. No le quedó más remedio que llamar a los médicos profesionales, los cuales diagnosticaron que su mujer iba a estar una buena temporada así por el esfuerzo, y cuando analizaron a la niña dijeron que iba ser especial, pero no en el sentido bueno. El hombre, desolado, cogió a la niña en brazos y salió hacia el pueblo. Allí en una casa bastante decorativa llamó al timbre, y un hombre salió. Le miró y el enano no pudo decir nada más que “El precio que pusisteis está bien, dadme el dinero ahora y es vuestra.” La mujer de aquel hombre salió también con un sobre en la mano, se lo extendió y la señora cogió a la niña. Tras eso, se despidieron y cada uno se fue a su lugar de origen.
Se dice que aquel hombre desapareció junto a su mujer en un barco por el inmenso océano y no se les volvió a ver en Karakuri. Pasaron cuatro años desde aquel incidente, Shizuka se encontraba en el suelo de su habitación jugando con unas muñecas mientras veía por la ventana como nevaba. Su mirada era triste, todo se debía a que casi siempre estaba enferma y apenas podía disfrutar del aire libre. A esa edad, la pequeña sintió que algo crecía en su interior hasta que una noche mientras dormía supo lo que era. Se despertó cuando de repente sentía que le hablaban pero no veía a nadie. “Cierra tus ojos…” era la frase que le repetía, la niña los cerró y lo vio, una especie de mancha blanca borrosa que hablaba.
Nathan se llamaba, su subconsciente. No entendía como había podido desarrollar algo así a tan poca edad, pero finalmente se acostumbró, ya que en cierto modo no se sentía sola. Saber que tenía un amigo en el que podía confiar pero que nadie podía ver, le parecía asombroso, aunque eso podía tener repercusiones.
Shizuka cumplió los 10 años sola, sin ningún regalo y acompañada de las burlas de los niños que la rodeaban mientras Nathan la protegía de ellos. La joven se había hartado de esa vida en la que no era feliz y quería desatarse de ella. Sentir los rumores de que sus padres la habían abandonado por una mísera cantidad de dinero y porque era un monstruo le dolía. La propia noche del cumpleaños Shizuka se puso a hablar con Nathan.
-Nathan… libérame de esto…
Nathan hizo acopio de lo que la chica le dijo y comenzó a controlar su cuerpo, su aspecto comenzó a cambiar completamente, parecía distinta… Agarró dos espadas y comenzó a romper las cosas de su casa con fiereza, sus padres se alarmaron y huyeron. Ella finalmente echó a correr y fue hasta el pueblo de al lado, con su cuerpo normal. Shizuka tenía miedo, era demasiado inocente para estar sola por el mundo. Durante los siguientes 5 años la joven estudió y comenzó a trabajar para ganarse la vida, logrando adentrarse en el mundo de la ciencia. Aunque seguía sola, a veces buscaba la necesidad de tener amigos de verdad pero no le servía de mucho ya que huían de ella. Un día, hacia la tarde un grupo de civiles se acercaron hasta ella con intenciones violentas, la chica no sabía qué hacer, solo lloraba sin remedio suplicando que no hiciesen nada. Eso hizo llamar a Nathan, el cual su odio creció y comenzó a controlar el cuerpo de ella sin su permiso. “Yo te protegeré mi niña… pase lo que pase…” La chica comenzó a descontrolarse y a atacar a todos a la vez hasta que el bullicio cesó.
Chizuru se refugió en el pueblo de al lado. Sintió que su vida se derrumbaba al ver que la gente la odiaba y no podía confiar en nadie. En cuanto cumplió los 17 años hizo su maleta y se montó en un barco con destino desconocido, allí conoció a Maximus un viejo enano que le enseñaría todo tipo de lucha para saber defenderse. Ella tan solo quería olvidarse de todo y deshacerse de un pasado doloroso, todos los que la habían rechazado lo pagarían.
Mar de origen:El Paraíso – Karakuri.
Pertenencias: Un libro con todo tipo de consejos de su maestro Maximus y el amuleto de la suerte de Nathan.
Botín de partidas: N/A
Sueños:
Crear el arma más letal y poderosa del mundo, conquistar Karakuri, estar para siempre con Nathan y llegar a ser reconocida en todo el mundo.
Referido por: –
Worick L. Arcangelo
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Pues así a primera vista nada que objetar una buena ficha hecha y derecha, pásate por el censo y el registro de físico y a esperar a que te den color *^*
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Movido a la papelera por petición de la usuaria.
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