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Teobaldo Voglio
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Llegue a la isla de Zaren a penas hace unos dos días, después de estar siguiendo un camino de migajas que me habían conducido a este lugar, el cual me pareció desde mi llegada que era un lugar muy rico en cuanto a emociones y las posibilites eran grandes. Lo único que no era de mi total agrado era que el lugar estaba a rebosar de marines, lo que no me daba mucha calma siendo ahora un hombre buscado por la ley, pero si mantenía un bajo perfil, manteniendo la calma y alejado de todos estos tipos con uniforme no tendría problemas.
Siendo así en las opciones estaban las posibilidades de explorar una cueva llamada “Alterna” o visitar “Villa Esperanza” en busca de la información de que me pudieran aportar las personas más ancianas de la isla e incluso había considerado visitar la ciudad de “Creis” y comprar algo de tecnología para mejorar mis armamentos, aun cuando ese era un nido seguro de marines. Al final decidí comenzar el viaje con algo relajante, pues era de las pocas sensaciones a las cuales no había podido tener acceso en los últimos meses.
Tomada esta decisión me encamine a las aguas termales del “Lago Miries” al llegar al lugar me percate de que tenían un costo, me desilusione un poco pues había escuchado de que el uso de las instalaciones era gratuito. Sin embargo el costo no era elevado y tenía un dinero de sobra pues hasta ahora había intercambiado trabajo por bienes y servicios, pero en estos baños no necesitaban un herrero, mucho menos un historiador por lo que page los 150 berries tarifa para los hombres adultos. Estaba a punto de guardar mis cosas en uno de los casilleros, cuando de pronto un grupo de 10 personas entro al mismo recinto que yo, pero sin pagar un centavo, al ver esta injusticia me acerque a la encargada para reclamarle sobre la situación.
La mujer amablemente me aclaro que esos hombres eran marines, debido a esto ellos tenían un trato preferencial ya que valerosamente protegían a la ciudad, así como a sus pobladores de los malditos, sucios y ruines piratas. Eso me molesto pero no deseaba hacer un alboroto y evidenciar quien era después de todo yo también había ayudado en el pasado a muchas personas y pese a que era considerado un pirata, yo no era un tirano despreciable.
Deje las cosas como estaban, para después disponerme a relajarme, tras un largo baño y un masaje dado por una simpática joven el cual termino llevándose mis tenciones, así como mis preocupaciones, olvidando todo lo malo que había pasado incluyendo lo acontecido asía unos minutos atrás con los marines. En verdad que estas aguas eran milagrosas al salir de complejo ya era un hombre nuevo, refrescado y rejuvenecido, pero también era un hombre hambriento. Busque entonces algo de comer en los alrededores de los baños termales, al final llegue a dar a una cafetería, una de esas de las cuales uno saldría bañado en azúcar de lo melosas que son, pero para mí fortuna no habían otros locales abiertos a esas horas de la mañana.
Compre una taza de café con leche, un flan y lo que me pareció era el emparedado más raro que jamás hubiera visto, por llamarlo de alguna forma pues el pan estaba cortado en forma de lo que a mí me pareció era un corazón o algo así no observe mas aquel plato y solo me dispuse a comer. Mientras lo así abrí uno de esos mapas para turistas que te dan en los centros vacacionales, en verdad que era una escena jocosa el verme ahí pero estaba tan relajado que no me importaba estar planeado mi siguientes sobre un mapa de mostrador.
Al final di un sorbo y me dispuse a partir rumbo a Creis desde ahí podía llegar a los otros lugares, termine el flan y el café, para luego levantarme llevando en la mano el emparedado, el cual pese a su apariencia estaba muy bueno. Ahorra comido y relajado estaba listo para lo que trajera el dìa de aqui en adelante estaba dispuesto a enfrentar lo que viniera, en pocas palabras estaba recargado.
Siendo así en las opciones estaban las posibilidades de explorar una cueva llamada “Alterna” o visitar “Villa Esperanza” en busca de la información de que me pudieran aportar las personas más ancianas de la isla e incluso había considerado visitar la ciudad de “Creis” y comprar algo de tecnología para mejorar mis armamentos, aun cuando ese era un nido seguro de marines. Al final decidí comenzar el viaje con algo relajante, pues era de las pocas sensaciones a las cuales no había podido tener acceso en los últimos meses.
Tomada esta decisión me encamine a las aguas termales del “Lago Miries” al llegar al lugar me percate de que tenían un costo, me desilusione un poco pues había escuchado de que el uso de las instalaciones era gratuito. Sin embargo el costo no era elevado y tenía un dinero de sobra pues hasta ahora había intercambiado trabajo por bienes y servicios, pero en estos baños no necesitaban un herrero, mucho menos un historiador por lo que page los 150 berries tarifa para los hombres adultos. Estaba a punto de guardar mis cosas en uno de los casilleros, cuando de pronto un grupo de 10 personas entro al mismo recinto que yo, pero sin pagar un centavo, al ver esta injusticia me acerque a la encargada para reclamarle sobre la situación.
La mujer amablemente me aclaro que esos hombres eran marines, debido a esto ellos tenían un trato preferencial ya que valerosamente protegían a la ciudad, así como a sus pobladores de los malditos, sucios y ruines piratas. Eso me molesto pero no deseaba hacer un alboroto y evidenciar quien era después de todo yo también había ayudado en el pasado a muchas personas y pese a que era considerado un pirata, yo no era un tirano despreciable.
Deje las cosas como estaban, para después disponerme a relajarme, tras un largo baño y un masaje dado por una simpática joven el cual termino llevándose mis tenciones, así como mis preocupaciones, olvidando todo lo malo que había pasado incluyendo lo acontecido asía unos minutos atrás con los marines. En verdad que estas aguas eran milagrosas al salir de complejo ya era un hombre nuevo, refrescado y rejuvenecido, pero también era un hombre hambriento. Busque entonces algo de comer en los alrededores de los baños termales, al final llegue a dar a una cafetería, una de esas de las cuales uno saldría bañado en azúcar de lo melosas que son, pero para mí fortuna no habían otros locales abiertos a esas horas de la mañana.
Compre una taza de café con leche, un flan y lo que me pareció era el emparedado más raro que jamás hubiera visto, por llamarlo de alguna forma pues el pan estaba cortado en forma de lo que a mí me pareció era un corazón o algo así no observe mas aquel plato y solo me dispuse a comer. Mientras lo así abrí uno de esos mapas para turistas que te dan en los centros vacacionales, en verdad que era una escena jocosa el verme ahí pero estaba tan relajado que no me importaba estar planeado mi siguientes sobre un mapa de mostrador.
Al final di un sorbo y me dispuse a partir rumbo a Creis desde ahí podía llegar a los otros lugares, termine el flan y el café, para luego levantarme llevando en la mano el emparedado, el cual pese a su apariencia estaba muy bueno. Ahorra comido y relajado estaba listo para lo que trajera el dìa de aqui en adelante estaba dispuesto a enfrentar lo que viniera, en pocas palabras estaba recargado.
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“Que día más aburrido” era lo que pensaba mientras caminaba por el puerto, cuyo nombre se me había olvidado, de la isla “Zaren”. No había pasado mucho tiempo desde que llegue y ya había visto a unos cuantos marines, no me agradaba ver tan rápido a esos tipos, me daban una mala vibra. Intente actuar de la manera menos sospechosa posible, no era un hombre buscado pero aun así no quería toparme con ellos. De esta forma pude llegar hasta una tienda donde vendían repuestos de barcos, lugar donde por suerte me había topado con un hombre adulto bastante amable. Y sin rodeo alguno le pregunte sobre algún lugar donde podría tomar algo y relajarme. “Creis” fue el nombre del lugar perfecto, según él hombre, al que debía ir.
-Muchas gracias señor, hasta luego. (Me despedí del hombre con bastante respeto)
Después de que me dijera donde se encontraba Creis y de despedirme de él, empecé a caminar hacia ese lugar. Claramente no sabía qué clase de ciudad seria, pero aun así esperaba que fuera acogedor y bastante tranquilo. Después de todo no tenía ganas de meterme en alguna pelea o peligro innecesario, al menos aun. Solo quería tomar algo para relajarme y al mismo tiempo prepararme para lo que el día me tenía planeado. En el transcurso del puerto hasta la ciudad logre ver más marines, cada vez me ponía más inquieto, cosa que me molestaba ya que fui allí para pasar un día tranquilo. “Que irónico” pensé mientras pude ver que había llegado a mi destino.
-Me pregunto qué me esperara este día. (Dije con un poco de entusiasmo pero al mismo tiempo sin ganas)
Sin más tiempo que esperar entre a la gran ciudad, en busca de algún restaurante lo bastante barato. Me impresiono la gran cantidad de personas y tiendas en todas las direcciones, me encanto lo relajante que era, era justo lo que buscaba. Para mi suerte no tarde mucho en encontrar lo que buscaba, un restaurante barato pero muy bonito y de calidad. Era bastante amplio, daban de comer y beber casi cualquier cosa a un precio bastante razonable. Sin dudarlo me senté en una mesa que estaba al lado de una ventana bastante grande, donde se podía ver el exterior. Lamentablemente, la ciudad estaba “infestada”, por así decirlo, de marines. Ya empezaba a molestarme verlos por todos lados, no me dejaban pasar el día con tranquilidad. “Me pregunto que pasara en la isla” pensé al mismo tiempo que el encargado de anotar mis peticiones llego.
-Quisiera un plato grande de espagueti y para tomar simplemente una gaseosa. (Pedí la orden con una sonrisa)
Cuando empecé a comer, mis papilas gustativas se enamoraron de aquel plato cuyo sabor era increíble. No podría ser mejor aquella comida, me hizo bastante feliz lo bien que sabía, me relajaba bastante y eso era lo que buscaba. Lamentablemente el espagueti y la bebida se terminaron, pero me encontraba lleno así que no era necesario pedir más. Me había dirigido hacia el mesero para pagarle la comida, y salí feliz del restaurante, aunque esa felicidad duro poco. Cuando estuve caminando por allí, encontré como unos bandidos que se encontraban cerca de la entrada de la ciudad estaban molestando a unos niños. Aquella escena me enojo bastante, nunca faltaban esa clase de personas en lugares como aquellos. “Cinco tipos grandes molestando a tres niños pequeños, repugnantes” pensaba mientras me acercaba lentamente hacia ellos.
-… ¡Basuras! Creo que se equivocaron de lugar para hacer sus estupideces. (Les grite con bastante furia para llamarles la atención)
Una vez todos me miraron comencé a correr hacia ellos, golpeándolos con la funda de mi katana, para alejarlos de los niños. Les dije que corrieran rápido y que me dejaran a los bandidos a mí, después de que lo hicieran me concentre en los cinco a los que tenía que derrotar. Pensé que para mí sería fácil, después de todo ninguno de ellos estaba armado. “Bandidos novatos” fue lo que pensé después de golpearlos a todos de nuevo. Solo pasaron unos minutos cuando me canse de jugar, así que desenfunde mi katana, proporcionándole un corte a cada uno de ellos. Me resulto muy fácil ya que eran muy lentos y se dejaban muchas partes de su cuerpo al descubierto y sin defensa. A tres de ellos les corte superficialmente en el pecho, y a los otros dos en las manos. Lo que más me impresiono de todo eso era que después de esos simples cortes empezaron a escapar, me decepcione pues esperaba algún tipo de enemigo más digno que aquellos cobardes.
-Ni siquiera un par de inútiles me quita el aburrimiento. (Dije con flojera y casi sin ganas)
Guarde mi katana mientras veía fijamente el cielo, esperaba a que algo bastante interesante pasara, pero cada vez tenía menos esperanzas de que sucediese. Lo único que hice fue quedarme parado viendo para arriba, aunque no recuerdo cuanto tiempo había estado así.
Teobaldo Voglio
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Mientras me dirigía Creis pude notar a una cantidad de marines que se dirigían asía el Lago Marines, me pareció que la cantidad era ridículamente alarmante pues yo me había quitado de aquel mismo lugar tan solo asía un par de horas y todo estaba en calma. No obstante las brigadas pasaban marchando a cada lado del camino con los rifles en mano, pude notar su indiferencia así mi persona pues sus miradas estaban fija asía el frente perdidos en sus pensamientos o en sus ordenes, como si algo los mantuviera en un estado de alerta.
Si bien esto me había dado mala espina, lo que vi después me termino de inquietar, habiendo llegado a la entrada de Creis, note como un destacamento de marines comenzaba a formar un perímetro en torno a la ciudad, colocando artillería en todas direcciones como si se prepararan para un enfrentamiento. La situación fue aun mas surrealista cuando pase entre ellos, ninguno me llamo la atención, me debuto o me pregunto mis intenciones, solo me dejaron pasar el perímetro, sin ninguna advertencia, nada de nada.
Continué adentrándome en Creis sin dar crédito a lo que pasaba, patrullas de marines caminaban por docenas por las calles y los pobladores estaban como si nada, siguiendo con sus rutinas diarias. Cuando ya no pude aguantar mas la curiosidad me acerque a una comerciante de fruta, la cual se encontraba limpiando la entrada de su local. Una vez estuve a su lado le pregunte la razón por la cual habían tantos marines en la zona a lo que la mujer con una hermosa sonoriza me contesto.
-Se nota que usted es un turista en esta isla, así es siempre, por algo estamos en Creis, aquí los cuerpos de marines patrulla la zona todo el día y toda la noche, las veinticuatro horas, los siete días de la semana usted vera marines patrullando, no se preocupe se ira acostumbrando.
-Si lo entiendo solo es que ver tal cantidad de marines me sorprende, ademas están construyendo un perímetro con artillería en la entrar a la ciudad y eso me desconecto un poco.
-Si vera probablemente sea un simulacro u uno de sus juegos de guerra, eso es lo que los hace ser tan eficientes, le diré una cosa muchacho mientras usted este en esta isla siempre puede considerarse a salvo, de esos sucios piratas. Somos la isla mas segura de todo el mundo gracias a nuestro cuerpo de mariana y su gran líder el Capitan Máximo Merilio, créame Cresi es el mejor lugar para vivir y ningún loco pirata se atrevería a atacarnos, puede estar tranquilo como dije seguramente lo que usted vio solo es parte de su entrenamiento. - Di las gracias por su respuesta y me retire.
Pero aun habiendo escuchado las palabras de aquella mujer no me sentía nada cómodo algo raro sucedía con aquellos marines pero no sabia que pudiera ser, sin embargo decidí que lo mejor era no entrometerme, pues si bien las cosas estaban raras, la verdad es que no tenia pruebas de que algo peligroso se estuviera llevando acabo, ya que tanto los marines como los ciudadanos seguían con sus actividades como cualquier otro día. Considere entonces que lo mejor era relajarme y quizás solo me estaba volviendo paranoico al ver tantos marines, a lo mejor lo que aquella mujer me había comentado era cierto y esto era algo común.
Seguí mi camino mientras reflexionaba en estas ideas debatiéndome entre cual debía se mi proceder, cuando al doblar por una esquina, me encontré con mi buen amigo y cámara Max. El cual como de costumbre sobresalía de la multitud por sus vestimentas y bueno no es que yo fuera emisario de la moda -¡Hey! colega- grite para llamar su atención, pues se encontraba mirando al cielo, mientras caminaba así él seguí hablando- ¿Como va todo? me alegra verte en esta isla- al llegar hasta donde él estaba le tendí la mano para saludarlo, mientras le preguntaba en un tono un poco mas serio -¿Colega, dime de casualidad estas al tanto de lo que pasa en este lugar? pues he visto una cantidad incontable de marines por los alrededores y no tengo idea de lo que pasa.
Si bien esto me había dado mala espina, lo que vi después me termino de inquietar, habiendo llegado a la entrada de Creis, note como un destacamento de marines comenzaba a formar un perímetro en torno a la ciudad, colocando artillería en todas direcciones como si se prepararan para un enfrentamiento. La situación fue aun mas surrealista cuando pase entre ellos, ninguno me llamo la atención, me debuto o me pregunto mis intenciones, solo me dejaron pasar el perímetro, sin ninguna advertencia, nada de nada.
Continué adentrándome en Creis sin dar crédito a lo que pasaba, patrullas de marines caminaban por docenas por las calles y los pobladores estaban como si nada, siguiendo con sus rutinas diarias. Cuando ya no pude aguantar mas la curiosidad me acerque a una comerciante de fruta, la cual se encontraba limpiando la entrada de su local. Una vez estuve a su lado le pregunte la razón por la cual habían tantos marines en la zona a lo que la mujer con una hermosa sonoriza me contesto.
-Se nota que usted es un turista en esta isla, así es siempre, por algo estamos en Creis, aquí los cuerpos de marines patrulla la zona todo el día y toda la noche, las veinticuatro horas, los siete días de la semana usted vera marines patrullando, no se preocupe se ira acostumbrando.
-Si lo entiendo solo es que ver tal cantidad de marines me sorprende, ademas están construyendo un perímetro con artillería en la entrar a la ciudad y eso me desconecto un poco.
-Si vera probablemente sea un simulacro u uno de sus juegos de guerra, eso es lo que los hace ser tan eficientes, le diré una cosa muchacho mientras usted este en esta isla siempre puede considerarse a salvo, de esos sucios piratas. Somos la isla mas segura de todo el mundo gracias a nuestro cuerpo de mariana y su gran líder el Capitan Máximo Merilio, créame Cresi es el mejor lugar para vivir y ningún loco pirata se atrevería a atacarnos, puede estar tranquilo como dije seguramente lo que usted vio solo es parte de su entrenamiento. - Di las gracias por su respuesta y me retire.
Pero aun habiendo escuchado las palabras de aquella mujer no me sentía nada cómodo algo raro sucedía con aquellos marines pero no sabia que pudiera ser, sin embargo decidí que lo mejor era no entrometerme, pues si bien las cosas estaban raras, la verdad es que no tenia pruebas de que algo peligroso se estuviera llevando acabo, ya que tanto los marines como los ciudadanos seguían con sus actividades como cualquier otro día. Considere entonces que lo mejor era relajarme y quizás solo me estaba volviendo paranoico al ver tantos marines, a lo mejor lo que aquella mujer me había comentado era cierto y esto era algo común.
Seguí mi camino mientras reflexionaba en estas ideas debatiéndome entre cual debía se mi proceder, cuando al doblar por una esquina, me encontré con mi buen amigo y cámara Max. El cual como de costumbre sobresalía de la multitud por sus vestimentas y bueno no es que yo fuera emisario de la moda -¡Hey! colega- grite para llamar su atención, pues se encontraba mirando al cielo, mientras caminaba así él seguí hablando- ¿Como va todo? me alegra verte en esta isla- al llegar hasta donde él estaba le tendí la mano para saludarlo, mientras le preguntaba en un tono un poco mas serio -¿Colega, dime de casualidad estas al tanto de lo que pasa en este lugar? pues he visto una cantidad incontable de marines por los alrededores y no tengo idea de lo que pasa.
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Podía notar como las aves sobrevolaban la isla, en cierto modo eran hermosas, sin mencionar el clima refrescante que había. “No parece que vaya a haber una tormenta” pensaba mientras seguía con la vista en el cielo. Sabía que en esa posición parecía un loco o algo parecido, pero era obvio que no me importaba, de todas formas era mi decisión mirar a donde yo quisiese. Pero es viaje de tranquilidad y de calma se desvaneció al escuchar el grito de una voz conocida, como consecuencia volví al “mundo real” por decirlo así. Aunque me hubiera gustado estar más tiempo en el cielo relajándome. “Que se le va a hacer” me dije a mi mismo en mi mente.
-Creí haber escuchado a una persona pegajosa. (Sonreía mientras veía en la dirección donde vino la voz anterior) –También me alegra verte por aquí, ha pasado un tiempo desde la última vez.
Era nada más ni nada menos que un antiguo “compañero de aventuras” como lo suelo decir yo. No esperaba verlo por allí, aunque sin dudas fue una gran sorpresa, casi siempre termino enredado en un problema cuando hacemos equipo, pero siempre termina siendo una gran aventura para disfrutar y sacar el aburrimiento. Aunque siempre hay que agregar lo “peligrosas” que son esas travesías, vaya que lo eran. Fue entonces cuando, después de pensar todo aquello, mi compañero me empezó a hablar más seriamente, lo que hizo que me llamara bastante la atención. Conocía bastante a Teobaldo y en momentos como ese no solía bromear con hablaba seriamente, por lo que estuve atento a toda palabra que saliera de su boca.
-No, también he visto a varios por allí y por acá, como si resguardaran algo valioso. (Hablaba con el mismo tono serio que mi compañero) –Al principio pensé que era una simple isla cualquiera, pero las apariencias engañan… Además, me sienta mal hablar de estas cosas tan repentinamente, mejor vallamos a tomar algo en un bar para hablar mas calmada mente.
Al terminar de hablar le pedí que me siguiese, había visto unos bares cerca de nuestra posición, así que fui directo hacia ellos. Pase por varios restaurantes y muchas tiendas hasta llegar a un bar bastante elegante, se notaba en sus paredes, suelo, techo y demás decoraciones las cuales estaban hechas de una madera bastante hermosa y acogedora. Con una sonrisa satisfecha entre al ya mencionado bar, confiando en que Teobaldo me siguiese para aclarar un poco nuestras dudas sobre la actual isla donde nos encontrábamos. Obviamente, tenía planeado tomar algo y relajarnos antes de cualquier otra cosa.
-¿Por qué no mejor nos relajamos de todo esto para luego discutirlo mejor? Después de todo con lo ocupados que están los marines, dudo mucho que se enteren de nuestras sospechosas presencias. (Le ofrecí a mi compañero con un tono amigable) –Mientras tu elijes que beber yo iré a donde nos sentaremos. (Con una sonrisa finalice mis palabras)
Mi tarea era muy fácil, ya que el lugar no estaba tan lleno como se esperaría. Además para nuestra suerte, las mejores mesas estaban desocupadas, por lo que no tarde mucho en elegir y avisar a Teobaldo que nuestro lugar ya estaba listo. Solo hacía falta unas bebidas, algo para comer y un poco de relajación.
Teobaldo Voglio
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Akuma no mi
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Había sacado a Max de su trance al momento de hablarle tan repentinamente y aunque su saludo inicial fue muy animado, al escucharme en un tono de voz más serio, su ánimo, así como su tono de voz cambió repentinamente. Me comento que él no tenía conocimiento de lo estaba pasado, aunque al igual que yo había notado un aumento en el número de marines. Max suponía que quizás estuvieran resguardando algo valioso y que probablemente a eso se debía la cantidad masiva de marines por todos lados. Luego con el mismo tono de voz pero un poco más animado me dijo que el hablar de esos temas tan súbitamente y en un lugar como en el que nos encontrábamos no le sentaba bien, me sugirió entonces que fuéramos aun bar para poder conversar con mayor tranquilidad.
Le sonreí y acepte su propuesta de ir a un lugar más cómodo para discutir sobre lo que mi mente y la suya teorizaban, si debía ser franco esperaba que en verdad solo fueran enredos de mi agotada mente o en todo caso que él tuviera razón y aquí solo estuvieran resguardar un objeto de gran valor. Sin decir nada más, me limite a seguir a Max pues parecía conocer el camino a los bares del pueblo, no tuvimos que caminar mucho antes de estar parados frente a un hermoso local llamado “La Flor de Jazmín” el letrero en sí mismo daba una idea de la categoría del lugar, pues estaba tallado en madera fina, la cual enmarcaba un hermoso vitral de colores hecho con vidrio cortado.
Al entrar se respiraba un aire de calma y tranquilidad, en pocas palabras era un lugar bástate acogedor –Este solo podría ser un lugar de caballeros y damas de alta cuna como pocos hay en estos mares- fue la idea que paso al contemplar las esculturas de manera y los cuadros de paisajes expuestos en la pared. Mientras estaba contemplando el bar me di cuenta que la gente en aquel lugar eran todo menos ricachones, eso me tranquilizo un poco pues temía que nos fueran a correr de un lugar tan fino. En es preciso momento mi colega me comento en un tono relajado y amigable que era mejor que nos sentáramos y que discutiéramos el asunto con más calma.
Además sugirió que podíamos aprovechar el rato en aquel lugar para tomar y comer algo pues teníamos tiempo de sobra, ya que como acertadamente me comentaba, fuera lo que fuera que estuviera pasando los marines estaban muy concentrados en ello como para fijarse en nuestra presencia. Un poco más calmado por su actitud le conteste serenamente -En eso tienes razón colega, creo que seguiré tu consejo y me relajare... pues vale voy por las bebidas y por algo de comer- dije mientras le regresaba la sonrisa.
Me dirigí a la barra para pedir las bebidas y los alimentos a la barman que se encontraba en ese momento atendiendo, la cual era una hermosa chica de tés morena y bellos ojos color ámbar, al llegar a la barra me pregunto en un tono dulce sobre lo que deseaba ordenar –Podrías darme tu carta de vinos por favor... sabes mejor dime si tienes zumo de uva, he recordado que a mi amigo no le gusta mucho el vino jejejejeje- dije un poco nervioso.
Con su angelical voz me respondió que era la especialidad de la casa, luego me dedico una sonrisa y me pregunto si es seria todo –Po ... podrías darme dos tarros y de comer ¿Qué me recomiendas?- dije un poco ruborizado –Para un guapo caballero como tu recomendaría la especialidad de la barman, una papas rellenas de champiñones y verduras mixtas, que tal te suena eso – tras eso ultimo trague saliva y termine aceptando dos órdenes de papas rellenas. Luego tome los dos tarros con zumo de uva y me dirigí a donde estaba mi colega el cual había seleccionado una mesa ubicada junto a un gran ventanal con un hermoso vitral, cuya imagen era la de una joven ninfa en un jardín.
Asenté ambos tragos en la mesa, antes de tomar asiento, una vez cómodamente instalado comencé a beber mi bebida, luego me dirigí a mi Max con una voz calmada y amigable–No te preocupes no es vino colega, recordé que es algo que de lo que no gustas mucho, aunque esto es la materia prima para los buenos vinos- sonreí ampliamente, por alguna razón la idea me divertía, luego continúe- No te sorprendas si es un poco amargo, por cierto espero te gusten las papas rellenas es que digamos que no pude resistirme a la sugerencia de la barman, me entenderás cuando traigan la comida.
Luego le di otro sorbo a mi bebida para después preguntarle a mi colega – ¿Qué te a pareció el Zumo de uva? ¿Está bueno verdad?... pues bien Max, cambiando de tema, me disculpo por haberte abordado tan repentinamente con un tono tan serio, pero era debido a que he visto a esos marines colocara un perímetro fuertemente armado en torno al pueblo, pero mira a tu alrededor colega todo está tranquilo, como si nada pasara, eso debo admitir ¡me inquieta un poco!- Di nuevamente un trago a mi bebida y espere a que mi compañero me diera su opinión. Debo admitir que se le había ocurrido una brillante idea al sugerir que viniéramos a este lugar, pues me sentía mucho más sereno y eso se notaba en mi actitud.
Le sonreí y acepte su propuesta de ir a un lugar más cómodo para discutir sobre lo que mi mente y la suya teorizaban, si debía ser franco esperaba que en verdad solo fueran enredos de mi agotada mente o en todo caso que él tuviera razón y aquí solo estuvieran resguardar un objeto de gran valor. Sin decir nada más, me limite a seguir a Max pues parecía conocer el camino a los bares del pueblo, no tuvimos que caminar mucho antes de estar parados frente a un hermoso local llamado “La Flor de Jazmín” el letrero en sí mismo daba una idea de la categoría del lugar, pues estaba tallado en madera fina, la cual enmarcaba un hermoso vitral de colores hecho con vidrio cortado.
Al entrar se respiraba un aire de calma y tranquilidad, en pocas palabras era un lugar bástate acogedor –Este solo podría ser un lugar de caballeros y damas de alta cuna como pocos hay en estos mares- fue la idea que paso al contemplar las esculturas de manera y los cuadros de paisajes expuestos en la pared. Mientras estaba contemplando el bar me di cuenta que la gente en aquel lugar eran todo menos ricachones, eso me tranquilizo un poco pues temía que nos fueran a correr de un lugar tan fino. En es preciso momento mi colega me comento en un tono relajado y amigable que era mejor que nos sentáramos y que discutiéramos el asunto con más calma.
Además sugirió que podíamos aprovechar el rato en aquel lugar para tomar y comer algo pues teníamos tiempo de sobra, ya que como acertadamente me comentaba, fuera lo que fuera que estuviera pasando los marines estaban muy concentrados en ello como para fijarse en nuestra presencia. Un poco más calmado por su actitud le conteste serenamente -En eso tienes razón colega, creo que seguiré tu consejo y me relajare... pues vale voy por las bebidas y por algo de comer- dije mientras le regresaba la sonrisa.
Me dirigí a la barra para pedir las bebidas y los alimentos a la barman que se encontraba en ese momento atendiendo, la cual era una hermosa chica de tés morena y bellos ojos color ámbar, al llegar a la barra me pregunto en un tono dulce sobre lo que deseaba ordenar –Podrías darme tu carta de vinos por favor... sabes mejor dime si tienes zumo de uva, he recordado que a mi amigo no le gusta mucho el vino jejejejeje- dije un poco nervioso.
Con su angelical voz me respondió que era la especialidad de la casa, luego me dedico una sonrisa y me pregunto si es seria todo –Po ... podrías darme dos tarros y de comer ¿Qué me recomiendas?- dije un poco ruborizado –Para un guapo caballero como tu recomendaría la especialidad de la barman, una papas rellenas de champiñones y verduras mixtas, que tal te suena eso – tras eso ultimo trague saliva y termine aceptando dos órdenes de papas rellenas. Luego tome los dos tarros con zumo de uva y me dirigí a donde estaba mi colega el cual había seleccionado una mesa ubicada junto a un gran ventanal con un hermoso vitral, cuya imagen era la de una joven ninfa en un jardín.
Asenté ambos tragos en la mesa, antes de tomar asiento, una vez cómodamente instalado comencé a beber mi bebida, luego me dirigí a mi Max con una voz calmada y amigable–No te preocupes no es vino colega, recordé que es algo que de lo que no gustas mucho, aunque esto es la materia prima para los buenos vinos- sonreí ampliamente, por alguna razón la idea me divertía, luego continúe- No te sorprendas si es un poco amargo, por cierto espero te gusten las papas rellenas es que digamos que no pude resistirme a la sugerencia de la barman, me entenderás cuando traigan la comida.
Luego le di otro sorbo a mi bebida para después preguntarle a mi colega – ¿Qué te a pareció el Zumo de uva? ¿Está bueno verdad?... pues bien Max, cambiando de tema, me disculpo por haberte abordado tan repentinamente con un tono tan serio, pero era debido a que he visto a esos marines colocara un perímetro fuertemente armado en torno al pueblo, pero mira a tu alrededor colega todo está tranquilo, como si nada pasara, eso debo admitir ¡me inquieta un poco!- Di nuevamente un trago a mi bebida y espere a que mi compañero me diera su opinión. Debo admitir que se le había ocurrido una brillante idea al sugerir que viniéramos a este lugar, pues me sentía mucho más sereno y eso se notaba en mi actitud.
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Después de haber elegido cuidadosamente el lugar donde comerías y discutiríamos algunos asuntos, me senté en una de las dos sillas con vistas bastantes hermosas. El lugar era bastante acogedor, parecía un lugar muy caro y esperaba que no fuera así, ya que mucho dinero era algo que no tenía. Aunque ver aquel paisaje era bastante reconfortante, hasta incluso juraría sentir el viento que movía las plantas, flores y faldas de mujeres hermosas. Además, al entrar al establecimiento, pudimos notar como las personas que se encontraban no eran “ricos”, por lo que me tranquilice un poco. “Espero que esto no nos duela en los bolsillos” pensé refiriéndome al dinero que tendríamos que gastar si fuera un lugar muy caro.
Entonces, pasados ya varios minutos, note como Teo estaba inusualmente tardando bastante en simplemente elegir la bebida y comida. Así que voltee la mirada hacia él, viéndolo mientras conversaba con la barman, aunque debía admitir que era bastante hermosa. Al verlo sonreí y casi me reía para mí mismo, pues era gracioso verlo de esa forma, hasta incluso logre ver como se sonrojaba. Por la distancia no podía escuchar lo que decían, pero tampoco me sorprendería mucho si Teo fuera a decir algo como: “¿Tienes a alguien con quien pasar la noche?” o “¿Tienes novio?" o cosas parecidas. Y con esos pensamientos me divertía bastante intentando adivinar de qué hablaban. Y en un abrir y cerrar de ojos empezó a acercarse a mí con los que parecía vino en sus manos, aunque según él no lo era.
-Es un gran gesto, me hace gracia el hecho de que lo hallas recordado. (Sonreía mientras veía atentamente la bebida) –¿Papas…rellenas? Me gustaría ver eso. (Decía con una sonrisa imaginándome lo que me esperaría) –Cambiando de tema, ¿Qué estuviste haciendo Romeo? Admito que la barman es bonita. (Al terminar de hablar me empezaba a reír, me estaba divirtiendo bastante)
Empecé a tomar la bebida que había traído mi compañero, y era verdad eso que dijo Teo que no era vino, pero aun así era un poco amargo. Estaba bastante sediento así que no me importaba mucho su sabor, aunque agradecía que no fuera vino. En aquel lugar tan acogedor y con la diversión que estaba teniendo me sentía bastante bien, muy tranquilo, pero no paso mucho tiempo hasta que Teo volvió a dar el tema de los marines. Cuando escuche lo que tenía que decir, entendí la preocupación de él, pues era bastante inquietante que armaran perímetros fuertemente armados. Si por alguna razón estuvieran resguardando alguna clase de objeto, debería ser muy valioso. Como también muy peligrosa si fuera un arma. Fue entonces cuando en mitad de todos esos pensamientos una hermosa mesera trajo las papas rellenas de las que hablaba mi compañero.
-Fíjate si alguien no dejo alguna nota diciendo la ubicación de su departamento… (Decía entre pequeñas risas insinuando lo obvio) –La mesera también tiene su encanto… Si no la quieres, yo podría… (Veía fijamente a la mesera con una sonrisa mientras decía lo anterior con un tono bromista)
Me reía bastante de mis palabras, si debía ser sincero entonces diría que me estaba divirtiendo bastante. Estar con una persona de confianza un rato me hacía bastante bien, si teníamos en cuenta que la mayor parte de mi vida la pasaba solo. Aunque tampoco me quejaba de la soledad, era tranquila pero aburrida.
-Tienes razón, es algo inquietante. Pero al ver cómo se comporta la gente, deduzco que es algo que siempre sucede aquí… Como una rutina o algo parecido, aunque sí que el número de marines es bastante. (Dije con un rostro serio pero con una pequeña y leve sonrisa) –Cambiando de tema… Esto esta delicioso… (Con una gran sonrisa saboreaba las papas rellenas) –Debes presentarme a la barman… (Me reía al decir aquello mientras seguía comiendo tranquilamente)
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Mientras conversábamos en aquel lugar acogedor llego una hermosa mesera con nuestra orden, la joven tenía unos bellos ojos color azul y una hermosa piel de tes blanca, pude notar estos detalles en el momento que dejaba los platos sobre la mesa. Debo admitir que su sola presencia era celestial y su caminar era como una brisa fresca que renueva la vitalidad de los hombres. En ese preciso momento mi colega me señalo el plato diciéndome que valía la pena revisar por si habían dejado una nota en el plato por el barman, remato el comentario diciendo que si yo no estaba interesado en la mesera el sí, era extraño porque nunca había visto a mi colega de tan buen humor, se la estaba pasando de lo lindo y eso me daba gusto aunque fuera a mis costillas.
– Vale colega, pues creo que no soy el único que debería estar pendiente de una nota en la comida y de Romeo nada solo estaba pidiendo la comida, creo que aquí el Romeo es otro, pues he visto irse muy contenta a la mesera, con ese comentario de que ella era un encanto- dije de muy buen humor y soltando una fuerte carcajada.
Luego de manera tan súbita como yo Max cambio el tema redirigiéndolo a la conversación que nos había llevado hasta aquel lugar. Mi compañero me compartió la idea de que esto era probablemente solo una rutina más en la vida diaria de estas personas – Pues puede ser que en efecto sea una rutina, una muy rara e inquietante si me lo preguntas quien se puede acostumbrar a vivir esto todos los días... bueno en fin si esto solo es rutina, creo que no habría más que discutir solo debemos estar en guardia precavidos a lo que venga digo... en mi opinión no podemos descartar nada- Dije en el mismo tono serio que mi compañero y con una sonrisa de picardía.
Tras esto último me invito a probar el platillo del cual no había probado bocado, baje la vista y tome un tenedor, he decir que estaba brillantemente decorado y que daba pena el desbaratarlo, pero si el guiso estaba tan bueno como Max decía sin duda debía probarlo. Corte un trozo de la papa rellena el queso se derretido se desbordo por los cortes, tome el pedazo y lo lleve hasta la boca en verdad estaba bueno el guiso- Dios esa mujer era una hábil cocinera- pensé. Luego mi compañero continuo diciendo que debía presentar le a la barman a lo que amigablemente le conteste- Vale te cuento sobre ella, pues tiene un excelente talento cocinado y eso es todo jejeje vale te lo he dicho, sólo estaba pidiendo la comida no sé nada mas de ella y como puedes ver no hay nota en entre las servilletas o los platillos por lo tanto me temo que no te la puedo...- en ese comentario estaba cunado para mi sorpresa la mesera regreso.
Traía en su charola dos pasteles helado, los cuales con el mismo aire fresco y jovial los acento en la mesa, por instinto le iba a comentar que nosotros no habíamos pedido otra cosa aun, pero no tuve tiempo de abrir la boca pues fue ella quien hablo primero – Mmmmm... Mi amiga y yo les invitamos el postre caballeros... digo la casa invita el postre- dijo con una suave vocecilla y con una sonrisa bastante dulce e incluso un poco infantil.
Luego un poco apenada se acercó Max y le susurro algo al oído no supe que fue pues realmente la chica hablo muy quedito, de repente tomo una servilleta y apuntó algo dejándolo a lado de mi colega, sin nada más se comenzó a retirar. Hasta que la detuve – Disculpa podría preguntarte sobre las novedades de la isla como veras, somos viajeros...comerciantes y bueno en particular me encuentro un poco inquieto por la cantidad de marines que hay por las calles, veras no quisiera verme envuelto en conflictos de la marina en su lucha contra la piratería si me entiendes.
La chica se detuvo un momento, llevo su dedo índice hasta los labios y se puso a reflexionar un poco –Bueno ha de ser porque hace poco, hubo cambio de capitán en el cuartel ahora el sobrino de Máximo Decimo es quien está a cargo ahora y esta deben ser sus nuevas medidas de seguridad. Además creo que él desde hace una semana el cuartel tiene en custodia unas valiosas gemas que serán llevadas a un reino cercano, bueno esos son los rumores que escuche, decir hace algunos días a unos marinos, pero creo que un par de finos caballeros como ustedes no debería tener ningún problema para llevar sus negocios- dijo la chica, luego se marchó de nuevo.
Volví la mirada a Max para decirle – Y bien ahora quien es el romeo y que te ha dicho la bella mesera... claro si se puede saber conquistador- no pude parar de reír por un par de segundos, cuando recupere la compostura me limite a tomar un trago de mi bebida y tomar dos bocados más de papa rellena. Continué diciendo- Y bien qué opinas sobre lo que dijo tu novia colega ¿Crees que valga la pena ir por esa joyas hasta el cuartel de la marina? o nos mantenemos lejos de problemas y seguimos disfrutando del ambiente el cual no va nada mal, si consideramos que nos acabamos de robar dos corazones y sin tanto esfuerzo - dije mientras sonreía y daba otro trago a mi bebida, para luego comenzar a probar el postre hecho de arándano, tan bueno como todo lo que nos habían servido hasta ahora.
– Vale colega, pues creo que no soy el único que debería estar pendiente de una nota en la comida y de Romeo nada solo estaba pidiendo la comida, creo que aquí el Romeo es otro, pues he visto irse muy contenta a la mesera, con ese comentario de que ella era un encanto- dije de muy buen humor y soltando una fuerte carcajada.
Luego de manera tan súbita como yo Max cambio el tema redirigiéndolo a la conversación que nos había llevado hasta aquel lugar. Mi compañero me compartió la idea de que esto era probablemente solo una rutina más en la vida diaria de estas personas – Pues puede ser que en efecto sea una rutina, una muy rara e inquietante si me lo preguntas quien se puede acostumbrar a vivir esto todos los días... bueno en fin si esto solo es rutina, creo que no habría más que discutir solo debemos estar en guardia precavidos a lo que venga digo... en mi opinión no podemos descartar nada- Dije en el mismo tono serio que mi compañero y con una sonrisa de picardía.
Tras esto último me invito a probar el platillo del cual no había probado bocado, baje la vista y tome un tenedor, he decir que estaba brillantemente decorado y que daba pena el desbaratarlo, pero si el guiso estaba tan bueno como Max decía sin duda debía probarlo. Corte un trozo de la papa rellena el queso se derretido se desbordo por los cortes, tome el pedazo y lo lleve hasta la boca en verdad estaba bueno el guiso- Dios esa mujer era una hábil cocinera- pensé. Luego mi compañero continuo diciendo que debía presentar le a la barman a lo que amigablemente le conteste- Vale te cuento sobre ella, pues tiene un excelente talento cocinado y eso es todo jejeje vale te lo he dicho, sólo estaba pidiendo la comida no sé nada mas de ella y como puedes ver no hay nota en entre las servilletas o los platillos por lo tanto me temo que no te la puedo...- en ese comentario estaba cunado para mi sorpresa la mesera regreso.
Traía en su charola dos pasteles helado, los cuales con el mismo aire fresco y jovial los acento en la mesa, por instinto le iba a comentar que nosotros no habíamos pedido otra cosa aun, pero no tuve tiempo de abrir la boca pues fue ella quien hablo primero – Mmmmm... Mi amiga y yo les invitamos el postre caballeros... digo la casa invita el postre- dijo con una suave vocecilla y con una sonrisa bastante dulce e incluso un poco infantil.
Luego un poco apenada se acercó Max y le susurro algo al oído no supe que fue pues realmente la chica hablo muy quedito, de repente tomo una servilleta y apuntó algo dejándolo a lado de mi colega, sin nada más se comenzó a retirar. Hasta que la detuve – Disculpa podría preguntarte sobre las novedades de la isla como veras, somos viajeros...comerciantes y bueno en particular me encuentro un poco inquieto por la cantidad de marines que hay por las calles, veras no quisiera verme envuelto en conflictos de la marina en su lucha contra la piratería si me entiendes.
La chica se detuvo un momento, llevo su dedo índice hasta los labios y se puso a reflexionar un poco –Bueno ha de ser porque hace poco, hubo cambio de capitán en el cuartel ahora el sobrino de Máximo Decimo es quien está a cargo ahora y esta deben ser sus nuevas medidas de seguridad. Además creo que él desde hace una semana el cuartel tiene en custodia unas valiosas gemas que serán llevadas a un reino cercano, bueno esos son los rumores que escuche, decir hace algunos días a unos marinos, pero creo que un par de finos caballeros como ustedes no debería tener ningún problema para llevar sus negocios- dijo la chica, luego se marchó de nuevo.
Volví la mirada a Max para decirle – Y bien ahora quien es el romeo y que te ha dicho la bella mesera... claro si se puede saber conquistador- no pude parar de reír por un par de segundos, cuando recupere la compostura me limite a tomar un trago de mi bebida y tomar dos bocados más de papa rellena. Continué diciendo- Y bien qué opinas sobre lo que dijo tu novia colega ¿Crees que valga la pena ir por esa joyas hasta el cuartel de la marina? o nos mantenemos lejos de problemas y seguimos disfrutando del ambiente el cual no va nada mal, si consideramos que nos acabamos de robar dos corazones y sin tanto esfuerzo - dije mientras sonreía y daba otro trago a mi bebida, para luego comenzar a probar el postre hecho de arándano, tan bueno como todo lo que nos habían servido hasta ahora.
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Aquellos platillos eran exquisitos, un completo manjar para mi papilas gustativas, casi sentía como si me revitalizaran. Agradecía que en ese momento estuviera bastante calmado, no había mucho alboroto, haciendo la comida más ligera para digerir y saborear. Los demás clientes no parecían molestos por nuestras presencias, así que pensé que posiblemente los turistas pasen por esa isla muy a menudo. Además, eran extrañamente más amables de lo que pensé, la mayoría de escoria que se encontraba en ese lugar eran extranjeros de otras islas. Aunque todo eso ya no me importaba en ese momento, estaba disfrutando de mi comida y de la compañía de mi compañero, lo mejor sería disfrutar el momento. Y fue entonces cuando Teo empezó a dirigirme la palabra, al mismo tiempo que aun tenía un bocado de comida en mi boca.
-Bueno…creo que esta vez ganas tú, pero la siguiente no tendrás tanta suerte. (Decía con un tono bromista, para finalizar con una sonrisa) –Que quieres que diga, no puedo ocultar el apuesto caballero que tengo en mi interior. (Terminaba diciendo con una fuerte carcajada)
Aun continuaba disfrutando de aquella comida que tanto me gustaba, su sabor era bastante alucinante, al menos para un lugar el cual no era cinco estrellas para ser exactos. En ese momento podía ver como mi compañero empezaba a probar la comida que tanto le había dicho que sabía bien, así que le preste mucha atención, para ver qué clase de reacción iba a tener. Hasta que, aunque no lo demostraba del todo, podía notar cómo le encanto tanto como a mí. Al mismo tiempo que me decía la “información” sobre la barman.
-Está bien, te creo, después de todo no eres muy…ya sabes…roba-corazones. (Dije con una sonrisa y una leve risa, aunque no duro mucho pues de la nada apareció la mesera)
Sin poder saber por qué, la mujer había traído hasta nuestra mesa unos helados, los cuales parecían bastante sabrosos. Ninguno de nosotros dos, pudimos decirle algo sobre aquello, pues la mesera fue la que nos hablo antes. "Nos invitan un postre ¿eh?" pensé con una sonrisa mientras veía fijamente a la mujer, se veía bastante sospechoso cuando cambio sus palabras a que la casa invitaba. Ante aquella escena había reído levemente, pero esa sonrisa duro poco al notar cómo se acercaba extrañamente hacia mí. Era obvio que estaba susurrándome algo, y mientras lo hacía, podía notar en el rostro de Teo la misma impresión que yo. Estaba claro que ninguno de los dos nos esperábamos aquello…mucho menos yo.
-…Tiene sentido, después de todo los marines son muy impredecibles. (Decía e el momento que la mesera se alejaba después de decirle una información bastante importante a mi compañero)
Al parecer, la cantidad exagerada de marines en un lugar no muy “corrupto” que digamos, era un simple capricho del nuevo capitán del cuartel de la marina que se encontraba en la isla. Sin mencionar el cargamento de gran valor que estaban obligados a transportar, sin duda sonaba algo que cualquiera con deseos de dinero querría tener en sus manos. Aunque ni siquiera era necesario decirlo para saber lo ridículamente peligroso que seria, ya que era muy posible que aquellas gemas se encontrasen dentro del cuartel, un lugar que por simple lógica, habrían mas marines. Pero sacando todo aquello de mis pensamientos, podía notar lo irritante que sonaba Teo con las palabras que utilizaba al momento de dirigirse ante mí, con lo que acababa de pasar.
-N-no te pases de listo… Simplemente se acerco a susurrarme algo, no es como para alarmarse tanto. (Al terminar de hablar había sacado la lengua en dirección a Teo, de una forma bastante infantil) –Solo digo que…no creo que me vaya a aburrir esta noche… (Dije al mismo momento que levantaba y veía la servilleta que la mesera había dejado, con una sonrisa picara veía a mi compañero)
Después de guardarme la servilleta, veía atentamente a mi compañero, escuchando todo lo que quisiera decirme. Sinceramente no tenía pensado nada para pasar todo el día, mucho menos cuando no sabía que iba a encontrarme con alguien conocido. Aunque el hecho de no haber recorrido toda la isla era algo bueno, ya que no aun me faltaba ver muchas cosas.
-Sinceramente no creo que sea buena idea ir hasta nuestra propia muerte, ¿me entiendes?... Si aquí hay muchos marines, imagínate en el cuartel. (Con un rostro medio serio y un poco calmado dije mis opiniones a las opciones a las que me había dado mi compañero) –Primero que nada, terminemos esto antes de que se haga tarde. Y segundo, podríamos ir recorriendo toda la isla, ya sabes, ya que yo todavía no he visto prácticamente nada… Tal vez con el tiempo pensemos en algo más concreto. (Termine con una gran sonrisa mientras empezaba a comer aquel pastel helado que se veía muy sabroso)
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Ante la idea de haber triunfado en el arte de la conquista mi compañero se mostró bastante animado, asumiendo que en su interior había un gran caballero, la solo idea me provocó una pequeña sonrisa, no quise ser más expresivo pues de lo contrario me saldría la comida por la boca. Tras los helados y las palabras de la mesera, el misterio del porque tantos marines pareció aclararse, esto me permitió el relajarme un poco más de lo debido pues mis siguientes palabras parecieron molestar a mi compañero quien me pidió que no me pasara de listo al meterme en sus asuntos. Luego me saco la lengua eso en hizo que volviera a salirme de mi acostumbrada seriedad a la cual estaba regresado después de sus primeras palabras, pues solté una gran carcajada ante el aquel gesto que me pareció mas un berrinche que un reclamo.
Respire profundo y continúe con mi explicación sobre la posibilidad de robarle a la mariana en este momento, mi colega me escucho tranquilamente mientras hablaba después, al finalizar mi palabrerío mi compañero señalo que mi idea era una locura, por no decir un verdadero suicidio quizás tenía razón y solo había lanzado la propuesta a mesa sin tener en mente un plan o algo en concreto por lo que tampoco esperaba que aceptase el plan. Luego me ofreció que mejor termináramos de comer y si cabía la posibilidad antes de que se hiciera más tarde, pues mi amigo tenia deseos de recorrer la isla, aunque probablemente ese deseo de moverse antes del ocaso está más influenciado por la servilleta que le vi guardar apenas hace unos segundos, sonreí para mis adentros ante esta posibilidad y pues quien era yo para evitar le una acogedora y cálida noche en este lugar.
Luego respire hondo y le dije a mi colega en un tono más serio –Bueno primero que nada Max lo siento mucho por haberme inmiscuido en tus asunto, pero el que inicio todo esto fuiste tú- dije mientras volvía a probar bocado- Que conste que yo solo te seguía el juego, además no he podido guardarme la curiosidad y bueno que al final el afortunado eres tu si esta noche la compartes con aquella mujer, pero por el bien de nuestra amistad mejor lo dejo hasta aquí si te parece bien. En segundo lugar lo de robar esas cosas lo he dicho sin pensar, vamos que me conoces yo no estoy tan loco, ni deseoso de morir como para entregarme a la tarea de robar algo casi imposible de tomar, en fin creo que ya sabiendo el porqué de estos hombres lo mejor es seguir tu plan relajarnos y recorrer la isla no suena nada mal.
Dicho lo anterior le di un gran trago a mi bebida hasta gastar me la y animosamente pedí otra ronda más para ambos, la mesera me hizo una señal desde lejos que indicaba que había entendido el pedido, luego regrese a mi posición inicial frente a mi compañero y seguí comiendo el postre. De pronto se escuchó un ruido de bocina uno de esos ruidos que casi te dejan sordo cuando hay una interferencia entre el micro y altavoz, a este incomodo ruido le siguió una voz todavía más irritante que nos informaba los siguiente.
-Buenas tardes a todos los residentes de Zaren, como ya sabrán hubo un cambio en la administración del cuartel y por tales circunstancias yo Máximo Décimo Segundo me he convertido en el nuevo capitán del cuartel. Por consiguiente he puesto al servicio de nuetra bella isla un par de nuevas reglas que entran en vigor el día de hoy, primero como se habrán dado ya cuenta hemos aumentado el número de marinos que custodian todos los poblados, por lo que a partir de ahora se requiere un documento reglamentario para poder salir y entrar a cada uno de los pueblos, dicho esto cada habitante de esta bella comunidad debe pasar a registrarse a la plaza central de cada una de sus comunidades, para que se les haga entrega de su dispositivo de rastreo y de sus nuevos documentos de identificación.
Tienen hasta la noche de hoy para acudir a registrare o serán tomados por criminales siendo encerrados en nuestra prisión. Cuarto punto a partir de las 8 de la noche inicia un nuevo toque de queda todos los ciudadanos que estén en la calles se les considera criminales y serán encerrados, por último se les pide a nuestros visitantes que pasen a la oficinas de la marina más cercana a declarar sus intenciones en esta isla, a que seles de sus documentos provisionales por el tiempo que estarán de vista y por supuesto a tener su chip de rastreo provisional. Por su cooperación muchas gracias.
La comunicación se cortó dando paso a un silencio de muerte entre los comensales del restaurante y dado que aquel comunicado había tomado por sorpresa a todos los presentes, mi cara estaba aturdida y apenas podía creer lo que habían dicho, incrédulamente mire a mi compañero sin saber que decir y finalmente fue la Barman quien rompió el silencio. Bien compañeros dijo en tono alto para que la escucharan pues cuestión de minutos ya había un bulla en el establecimiento. Al mirar a mí alrededor note que muchos de los comensales que aún quedaban en el local habían sacado, espadas, machetes y pistolas, viendo detenidamente note que todos y cada uno de ellos eran piratas, no me habia dado cuenta por el calmado ambiente que se vivía en el lugar.
La mesera silbo y todos guardaron silencio mientras ella hablaba- Hermanos, amigos no se alarmen, todos los aquí presentes tenemos cola que nos pisen pero hemos vivido tranquilamente muchos años en este lugar y eso no cambiara por el momento no podemos hacer mucho pero será mejor que no busque pelea o se derramara mucha sangre innecesaria.- Dicho eso se bajó de la barra desde la cual había dado su discurso, luego se dirigió a un cuadro en la pared, apretó un botón y la pared donde estaban los licores comenzó a moverse dando paso a una largas escaleras- Vamos compañeros entren y debemos reunirnos con el resto.
Dicho eso todos los presentes comenzaron a descender por las escaleras, algunos pocos hicieron caso omiso a la indicación, saliendo por la puerta sin decir nada que sus rostros molesto no refregaran estaba totalmente asombrado ante la inaudita situación que se estaba viviendo, antes de poder decir o hacer algo la joven mesera de antes se acercó a nosotros y nos dijo – ¿Vienen o n? “comerciantes” tomen su decisión ahora – dijo en un tono sarcástico y juguetón. Mire a ver a mi compañero incrédulo ante lo que sucedía y el ofrecimiento de aquella mujer todo estaba pasando demasiado rápido.
Respire profundo y continúe con mi explicación sobre la posibilidad de robarle a la mariana en este momento, mi colega me escucho tranquilamente mientras hablaba después, al finalizar mi palabrerío mi compañero señalo que mi idea era una locura, por no decir un verdadero suicidio quizás tenía razón y solo había lanzado la propuesta a mesa sin tener en mente un plan o algo en concreto por lo que tampoco esperaba que aceptase el plan. Luego me ofreció que mejor termináramos de comer y si cabía la posibilidad antes de que se hiciera más tarde, pues mi amigo tenia deseos de recorrer la isla, aunque probablemente ese deseo de moverse antes del ocaso está más influenciado por la servilleta que le vi guardar apenas hace unos segundos, sonreí para mis adentros ante esta posibilidad y pues quien era yo para evitar le una acogedora y cálida noche en este lugar.
Luego respire hondo y le dije a mi colega en un tono más serio –Bueno primero que nada Max lo siento mucho por haberme inmiscuido en tus asunto, pero el que inicio todo esto fuiste tú- dije mientras volvía a probar bocado- Que conste que yo solo te seguía el juego, además no he podido guardarme la curiosidad y bueno que al final el afortunado eres tu si esta noche la compartes con aquella mujer, pero por el bien de nuestra amistad mejor lo dejo hasta aquí si te parece bien. En segundo lugar lo de robar esas cosas lo he dicho sin pensar, vamos que me conoces yo no estoy tan loco, ni deseoso de morir como para entregarme a la tarea de robar algo casi imposible de tomar, en fin creo que ya sabiendo el porqué de estos hombres lo mejor es seguir tu plan relajarnos y recorrer la isla no suena nada mal.
Dicho lo anterior le di un gran trago a mi bebida hasta gastar me la y animosamente pedí otra ronda más para ambos, la mesera me hizo una señal desde lejos que indicaba que había entendido el pedido, luego regrese a mi posición inicial frente a mi compañero y seguí comiendo el postre. De pronto se escuchó un ruido de bocina uno de esos ruidos que casi te dejan sordo cuando hay una interferencia entre el micro y altavoz, a este incomodo ruido le siguió una voz todavía más irritante que nos informaba los siguiente.
-Buenas tardes a todos los residentes de Zaren, como ya sabrán hubo un cambio en la administración del cuartel y por tales circunstancias yo Máximo Décimo Segundo me he convertido en el nuevo capitán del cuartel. Por consiguiente he puesto al servicio de nuetra bella isla un par de nuevas reglas que entran en vigor el día de hoy, primero como se habrán dado ya cuenta hemos aumentado el número de marinos que custodian todos los poblados, por lo que a partir de ahora se requiere un documento reglamentario para poder salir y entrar a cada uno de los pueblos, dicho esto cada habitante de esta bella comunidad debe pasar a registrarse a la plaza central de cada una de sus comunidades, para que se les haga entrega de su dispositivo de rastreo y de sus nuevos documentos de identificación.
Tienen hasta la noche de hoy para acudir a registrare o serán tomados por criminales siendo encerrados en nuestra prisión. Cuarto punto a partir de las 8 de la noche inicia un nuevo toque de queda todos los ciudadanos que estén en la calles se les considera criminales y serán encerrados, por último se les pide a nuestros visitantes que pasen a la oficinas de la marina más cercana a declarar sus intenciones en esta isla, a que seles de sus documentos provisionales por el tiempo que estarán de vista y por supuesto a tener su chip de rastreo provisional. Por su cooperación muchas gracias.
La comunicación se cortó dando paso a un silencio de muerte entre los comensales del restaurante y dado que aquel comunicado había tomado por sorpresa a todos los presentes, mi cara estaba aturdida y apenas podía creer lo que habían dicho, incrédulamente mire a mi compañero sin saber que decir y finalmente fue la Barman quien rompió el silencio. Bien compañeros dijo en tono alto para que la escucharan pues cuestión de minutos ya había un bulla en el establecimiento. Al mirar a mí alrededor note que muchos de los comensales que aún quedaban en el local habían sacado, espadas, machetes y pistolas, viendo detenidamente note que todos y cada uno de ellos eran piratas, no me habia dado cuenta por el calmado ambiente que se vivía en el lugar.
La mesera silbo y todos guardaron silencio mientras ella hablaba- Hermanos, amigos no se alarmen, todos los aquí presentes tenemos cola que nos pisen pero hemos vivido tranquilamente muchos años en este lugar y eso no cambiara por el momento no podemos hacer mucho pero será mejor que no busque pelea o se derramara mucha sangre innecesaria.- Dicho eso se bajó de la barra desde la cual había dado su discurso, luego se dirigió a un cuadro en la pared, apretó un botón y la pared donde estaban los licores comenzó a moverse dando paso a una largas escaleras- Vamos compañeros entren y debemos reunirnos con el resto.
Dicho eso todos los presentes comenzaron a descender por las escaleras, algunos pocos hicieron caso omiso a la indicación, saliendo por la puerta sin decir nada que sus rostros molesto no refregaran estaba totalmente asombrado ante la inaudita situación que se estaba viviendo, antes de poder decir o hacer algo la joven mesera de antes se acercó a nosotros y nos dijo – ¿Vienen o n? “comerciantes” tomen su decisión ahora – dijo en un tono sarcástico y juguetón. Mire a ver a mi compañero incrédulo ante lo que sucedía y el ofrecimiento de aquella mujer todo estaba pasando demasiado rápido.
- OFF:
- Max en verdad me disculpo pero me dejaron mal parado por un equipo en entrega de finales y era algo que no tenia previsto por eso tuve que dejar el foro tan repentinamente, pero bueno ya todo terminado y entregado desde el miércoles por lo que ahora podre continuar la historia sin contratiempos.
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El pastel helado era increíblemente sabroso, hasta podría jurar que era lo mejor que había probado en mi vida, pero era exagerar un poco. Después de todo era un postre y ya habré probado comidas como esas, simplemente aquel pastel helado tenía algo de especial pero no más que eso. Aunque no podía negar el hecho de que cada bocado era fantástico, enloquecía a mis papilas gustativas por completo, como si estuviera comiendo todas mis comidas favoritas al mismo tiempo por raro que suene. No esperaba divertirme tanto en aquel lugar, tampoco encontrarme con un colega y mucho menos aquella nota de la mesera del bar. En fin, había muchas cosas que no esperaba que sucediesen, y estaba casi seguro de que aun no terminarían las sorpresas.
-Bueno no importa en realidad, al fin y al cabo no me enojan cosas como esas. Ya sabes, trato de ser chistoso aunque no lo logre. (Dije con una sonrisa y una pequeña risa para acompañar) –Y no te preocupes, tu idea no era tan mala, después de todo un par de objetos que valen mucho dinero es deseada por cualquiera. (Volví a hablar con una risa aun más grande que la anterior)
Después de tanta palabrería entre nosotros seguimos disfrutando de nuestras bebidas y de nuestro delicioso postre. El ambiente era bastante relajador, junto con la comida y las personas que no molestaban era una combinación que no había experimentado desde hace bastante tiempo. La calma y la paz, si tuviera que ser sincero, diría que es un sentimiento genial y mucho más acogedor en la presencia de un buen conocido. Pero toda esa tranquilidad se perdió casi al instante por un sonido molesto que aturdió a todos los presentes en el establecimiento, cuando paro se pudo escuchar la voz de una persona masculina pero horriblemente irritante. Al principio intente ignorar a aquella persona que estaba hablando, pero cuando oí el nombre “Máximo Decimo Segundo” me vi obligado a escuchar lo que tenía que decir, y no era nada bueno.
“Un aumento de marines custodiando los pueblos, un toque de queda, un registro obligatorio y unos dispositivos de rastreo… ¿Qué podría ser peor?” pensaba mientras seguía escuchando impresionado por tales noticias. Aunque no estaba oyendo a la perfección, aun me costaba creerlo, al fin y al cabo todas eran malas noticias para nosotros. Y al parecer tampoco para las personas del bar, las cuales se habían equipado con una variedad distinta de armas. “¿Son piratas o bandidos?” era lo que me preguntaba al mismo tiempo que todos empezaban a ponerse nerviosos por la situación. Posiblemente hubiera habido una pelea si no llegaba a intervenir la mesera del lugar, la cual había pedido amablemente que no hicieran un alboroto y que la siguieran a algún lugar.
Me quede boquiabierto al ver como la mesera habría un pasadizo secreto que se encontraba en el estante de bebidas, no me lo esperaba para nada.“¿Quien es esta gente?” me pregunte un poco confundido por la situación. Antes de que uno de nosotros hablara, la mesera se acerco a nosotros diciéndonos que eligiéramos entre acompañarlos por la entrada secreta o por el contrario salir por la puerta principal del bar, cosa que hicieron algunos. Vi como Teo estaba algo incrédulo por la situación y lo entendía perfectamente, todo pasaba muy rápido. Así que antes de que todo se complicara más, decidí tomar una decisión rápida, aceptando la petición de la mesera.
-Tiene razón, estar aquí sentado no sirve de nada, con gusto la acompañaremos. (Decía con una sonrisa mientras veía disimuladamente a Teo) –Después de todo ya me estaba aburriendo. (Dije una mentirita mientras reía un poco)
Después de hablar, la mujer se fue directo al pasadizo secreto, y mientras nos pedía que nos diéramos prisa me acerque a Teo y empecé a hablarle en voz baja para que nadie pueda escucharnos.
-Creo que lo mejor será seguirles la corriente, no creo que haya otra opción pues salir afuera no me parece buena idea, con tantos marines y con estas nuevas “reglas”. (Le decía a Teo en voz baja) -¿Qué me dices? Parece que jamás pasaremos un día normal cuando nos juntamos. (Me reía bastante al finalizar mis palabras mientras esperaba una respuesta)
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No estaba muy seguro de lo que sucedía pero si se nos ofrecía una salida la tomáramos, estos pensamientos llegaron a mi mente justo después de escuchar a Max quien tenía toda la razón al decir que estando ahí sentados nada bueno pasaría. Tras afirmar que iríamos con ellas tanto la barman, como la camarera se internaron en el pasadizo, en se momento mi colega aprovecho para acercarse a mí y decirme el voz baja que debíamos seguir la corriente a estas personas hasta que supiéramos que se traían entre manos. Tras esto me realizo una pregunta sarcástica me produjo una fuerte y sonora carcajada –Pero vamos colega que esto es lo más normal del mundo, me aterraría si fuera diferente y además creo que ya tenemos algunos planes con los cuales distráenos por un rato, lo único que me desconcierta es que siempre hay tunes secretos de por medio- ]dije mientras me seguía riendo.
El rato de esparcimiento duro poco, pues luego de esto último se escucharon a las afueras del restaurante una serie de explosiones y disparos, repentinamente unas balas perdidas de alto calibre abrieron un par de agujeros en los muros de concreto del establecimiento. Por fortuna ninguno de los disparos llego hasta donde estábamos parados, pues no éramos sus objetivos, al parecer los hombres que recién habían salido seguramente se habían resistido a las autoridades y por tal motivo se había iniciado aquel enfrentamiento. Tras los disparos se escucharon las voces de dos hombres, el primero de ellos señalo este restaurante como el lugar de procedencia de aquellos individuos, a lo que recibió como respuesta - Entonces que esperan una invitación vayan y aprendan a todo aquel que este en su interior, oficialmente son considerados rebeldes.
Le di una palmada en el hombro a Max y ahora en un tono de voz más bajo le dije -Sabes colega creo que esa es nuestra señal para retirarnos en de este lugar, al menos me dio gusto que pudiéramos terminar de comer, hubiera sido una pena que interrumpieran tan buena comida, ahora vámonos de aquí si te parece bien- dicho la anterior me interne en los túneles justo en ese instante en el que las puertas comenzaban a cerrarse. Lo último que se escuche al otro lado fueron las puertas romperse y los hombres entrando al interior del edificio, para ese momento las puertas secretas se habían cerrado por completo justo detrás de nosotros. Una vez al interior hubo un momento de oscuridad y tras unos segundos unas pequeñas bombillas incorporadas a las paredes se encendieron he iluminaron todo el pasillo.
Tras avanzar unos metros aparecieron la barman y la camarera quienes nos estaban esperando para decirnos amablemente –Bienvenidos a la “Organización Mandrágora” Teobaldo Voglio y Max D. Dexer, supongo que tiene muchas preguntas para nosotras, pero deseamos que sepan que estamos de su lado. Por ahora acompáñenos a nuestras instalaciones hay mucho de qué hablar y por lo visto se acercan tiempos difíciles lo que nos quita tiempo preciado- no dijeron nada más, dieron media vuelta y continuando caminado por delante de nosotros. Aproveche ese momento para virarme y decirle a mi colega en voz baja – ¿No te parece algo raro que sepan quiénes somos? Supongo que te doy la razón ahora, esto es demasiado raro, me da la sensación de que no estaban esperando, no sé qué se traen en esta isla pero será mejor que nos mantengamos en guardia ante cualquier situación que se nos pudiera presentar.
Lleve la mano a mi bolsillo y tome entre mis manos dos de mis explosivos, dispuesto a actuar ante la menor amenaza, debo admitir que nunca se es lo suficientemente precavido. Si bien nos habían salvado esto pudiera volverse una callejón sin salida, una vez tomada la precaución me dispuse a adelantarme a mi colega unos pasos, el pasillo por el que transitábamos no tenía nada relevante o anormal que fuera necesario mencionar, recorrimos aquel túnel por un par de minutos. Nuestro recorrido termino ante una inmensa puerta de acero reforzado, esta se abrió ante nosotros haciendo un fuerte sonido, al pasar quede sorprendido al observar el complejo que se escondió al otro lado de la puerta.
Estos individuos habían tallado en piedra un enorme cuartel subterráneo, los otros comensales parecían alistarse como si esto fuera una maniobra de todos los días, sin embargo no eran los únicos al parecer otros “refuerzos” entraban por otras puertas similares a la que habíamos usado para entrar. Al observar detenidamente pude ver también un sistemas de cámaras que al parecer monitoreaban todo la isla, una mujer joven se acercó a nosotros para decirnos que la comandante y la teniente nos esperaban en las oficinas principales, nos indicaron que subiéramos a un elevador que nos hizo descender aún más al interior de la tierra. Al abrirse las puertas aparecieron ante nosotros nuevamente las mujeres del restaurante, las cuales nos invitaron a sentarnos en unos acogedores muebles que había en medio de la habitación.
-Nos presentaremos mi nombre es Valalaika comandante de esta organización y esta mujer es mi teniente Karina, caballeros es un verdadero gusto el poder saludarles formal mente, aunque lamento que fueran bajo estas condiciones, lo primero que deseamos hacer es darle las gracias por lo que han hecho en el pasado- esto último me desconcertó aún más pues era evidente que era la primera vez que nos cruzábamos con estas mujeres. Sin pensarlo les pregunte las tres grandes intrigas que me surgieron -¿Cómo saben quiénes somos?¿A qué se refieren con darnos las gracias? Y que es exactamente esta organización?
El rato de esparcimiento duro poco, pues luego de esto último se escucharon a las afueras del restaurante una serie de explosiones y disparos, repentinamente unas balas perdidas de alto calibre abrieron un par de agujeros en los muros de concreto del establecimiento. Por fortuna ninguno de los disparos llego hasta donde estábamos parados, pues no éramos sus objetivos, al parecer los hombres que recién habían salido seguramente se habían resistido a las autoridades y por tal motivo se había iniciado aquel enfrentamiento. Tras los disparos se escucharon las voces de dos hombres, el primero de ellos señalo este restaurante como el lugar de procedencia de aquellos individuos, a lo que recibió como respuesta - Entonces que esperan una invitación vayan y aprendan a todo aquel que este en su interior, oficialmente son considerados rebeldes.
Le di una palmada en el hombro a Max y ahora en un tono de voz más bajo le dije -Sabes colega creo que esa es nuestra señal para retirarnos en de este lugar, al menos me dio gusto que pudiéramos terminar de comer, hubiera sido una pena que interrumpieran tan buena comida, ahora vámonos de aquí si te parece bien- dicho la anterior me interne en los túneles justo en ese instante en el que las puertas comenzaban a cerrarse. Lo último que se escuche al otro lado fueron las puertas romperse y los hombres entrando al interior del edificio, para ese momento las puertas secretas se habían cerrado por completo justo detrás de nosotros. Una vez al interior hubo un momento de oscuridad y tras unos segundos unas pequeñas bombillas incorporadas a las paredes se encendieron he iluminaron todo el pasillo.
Tras avanzar unos metros aparecieron la barman y la camarera quienes nos estaban esperando para decirnos amablemente –Bienvenidos a la “Organización Mandrágora” Teobaldo Voglio y Max D. Dexer, supongo que tiene muchas preguntas para nosotras, pero deseamos que sepan que estamos de su lado. Por ahora acompáñenos a nuestras instalaciones hay mucho de qué hablar y por lo visto se acercan tiempos difíciles lo que nos quita tiempo preciado- no dijeron nada más, dieron media vuelta y continuando caminado por delante de nosotros. Aproveche ese momento para virarme y decirle a mi colega en voz baja – ¿No te parece algo raro que sepan quiénes somos? Supongo que te doy la razón ahora, esto es demasiado raro, me da la sensación de que no estaban esperando, no sé qué se traen en esta isla pero será mejor que nos mantengamos en guardia ante cualquier situación que se nos pudiera presentar.
Lleve la mano a mi bolsillo y tome entre mis manos dos de mis explosivos, dispuesto a actuar ante la menor amenaza, debo admitir que nunca se es lo suficientemente precavido. Si bien nos habían salvado esto pudiera volverse una callejón sin salida, una vez tomada la precaución me dispuse a adelantarme a mi colega unos pasos, el pasillo por el que transitábamos no tenía nada relevante o anormal que fuera necesario mencionar, recorrimos aquel túnel por un par de minutos. Nuestro recorrido termino ante una inmensa puerta de acero reforzado, esta se abrió ante nosotros haciendo un fuerte sonido, al pasar quede sorprendido al observar el complejo que se escondió al otro lado de la puerta.
Estos individuos habían tallado en piedra un enorme cuartel subterráneo, los otros comensales parecían alistarse como si esto fuera una maniobra de todos los días, sin embargo no eran los únicos al parecer otros “refuerzos” entraban por otras puertas similares a la que habíamos usado para entrar. Al observar detenidamente pude ver también un sistemas de cámaras que al parecer monitoreaban todo la isla, una mujer joven se acercó a nosotros para decirnos que la comandante y la teniente nos esperaban en las oficinas principales, nos indicaron que subiéramos a un elevador que nos hizo descender aún más al interior de la tierra. Al abrirse las puertas aparecieron ante nosotros nuevamente las mujeres del restaurante, las cuales nos invitaron a sentarnos en unos acogedores muebles que había en medio de la habitación.
-Nos presentaremos mi nombre es Valalaika comandante de esta organización y esta mujer es mi teniente Karina, caballeros es un verdadero gusto el poder saludarles formal mente, aunque lamento que fueran bajo estas condiciones, lo primero que deseamos hacer es darle las gracias por lo que han hecho en el pasado- esto último me desconcertó aún más pues era evidente que era la primera vez que nos cruzábamos con estas mujeres. Sin pensarlo les pregunte las tres grandes intrigas que me surgieron -¿Cómo saben quiénes somos?¿A qué se refieren con darnos las gracias? Y que es exactamente esta organización?
Max D Dexer
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Ese día no podía ser más extraño, pasadizos secretos, reglas de los marinos que nos podrían meter en problemas, y muchas cosas más que hasta ni siquiera sabría explicar. Pero por ahora sería muy inteligente el alejarse de los marines, y si el barman y la mesera del bar nos proporcionaban esa pequeña huida, la tomaría sin basilar. Por suerte Teo estaba de acuerdo conmigo y también se estaba divirtiendo un poco con las pequeñas bromas, era mejor cuidarnos las espaldas ya que no podíamos saber si esas personas eran nuestros enemigos o aliados. Es cierto que los del bar nos ayudan a escondernos, pero también podría ser una típica trampa de los marines de esa isla. Era muy extraño y horrible sentir que no puedes confiar en unas personas que parecen ser tus aliados, después de todo, en un mundo como este cualquiera podría actuar por un puñado de dinero y un enorme ego. “Lamentablemente es algo a lo que la mayoría se ha acostumbrado” pensaba mientras acompañaba a Teo hacia el interior del pasadizo secreto.
-Que suerte, los dejamos a tras justo a tiempo. (Decía mientras lograba escuchar a los marines buscando por el bar a sospechosos)
El pasillo parecía de terror, algunas telarañas, lámparas viejas que iluminaban y varias cosas que parecían estar decorando el túnel de una manera…especial. Caminábamos regularmente, ni muy rápido ni muy despacio, no podíamos asegurarnos de que estábamos seguros en ese lugar. Y de un momento a otro las mismas mujeres del bar que abrieron el pasadizo secreto, nos estaban esperando, no entendía la razón así que simplemente me limite a escuchar todo lo que salía de sus bocas. Vaya sorpresa me lleve cuando escuche que dijeron nuestros nombres completos, los cuales no habíamos revelado para nada, me confundía aun mas y los lugares a los que estábamos yendo no ayudaban en nada. En ese momento Teo estaba igual de confundido que yo, y simplemente asentí ante su idea de mantener la raya con esas personas y estar alertas en todo momento. “Leer mi mente es fácil” pensaba mientras seguía caminando.
Pasaban varios minutos y el pasillo no mejoraba para nada, mi colega parecía estar adelantándose un poco así que mantuve mi distancia en la retaguardia, vigilando nuestras espaldas, literalmente. En todo momento sostenía mi katana esperando cualquier indicio de agresividad hacia nosotros, algún tipo de emboscada o trampa que pueda verse fácilmente. Aunque sin duda en todo el trayecto no logre ver nada sospechoso, o al menos nada que ponga en peligro nuestras vidas y eso estaba bien. Cuando llegamos a lo que parecía una puerta de acero, me posicione al lado de Teo muy impresionado por lo que veía. “Impresionante” era la palabra que definía perfectamente a lo que estaba detrás de la inmensa puerta de acero. Un sector enorme bajo tierra parecido al nido de las hormigas era algo genial de apreciar en persona, además, a lo lejos podía verse como puertas similares se habrían dejando pasar a más personas a este lugar tan original. Parecían como si todos los pasillos se conectaban con bares diferentes de la isla.
Solo unos pasos fueron necesarios para poder apreciar bien el lugar, cámaras de vigilancia, armamentos y muchas personas que parecían saber lo que hacían a la perfección, de verdad era algo extraño. Pero todo ese asombro tuvo que esperar, pues una mujer se había acerca a Teo y a mí para informarnos que unas personas importantes de ese lugar nos estaban esperando exclusivamente a nosotros. “No me acuerdo haber pedido la sala V.I.P” era lo que pensaba mientras intentaba adivinar o al menos darle algún sentido a esa situación. Poco pude hacer pues las pistas que tenía eran muy pobres y además, yo era muy malo para las adivinanzas, así que solo me quedaba esperar a que nos puedan explicar lo que estaba sucediendo. Fui con Teo a un elevador el cual nos estaba llevando aun más abajo, para luego terminar en una habitación bastante amplia y por lo menos, muy acogedora y sin una estética de película de terror. Los sillones eran bastantes cómodos, el comandante era la barman del bar y la teniente era la mesera. Una combinación perfecta para empeorar todo una vez más, pues al parecer estas mujeres insinuaban avernos conocido antes. En ese mismo momento intente recordar todos los momentos pasados en los que estuve con Teo para poder saber si nos habíamos cruzado con ellas antes. Hasta que se me ocurrió una idea.
-Por las dudas… ¿Ustedes no estuvieron en una venta de esclavos en un casino de una isla de desierto? (Pregunte con bastante intriga al mismo tiempo que me levantaba del asiento tan cómodo)
Las mujeres solo rieron levemente, parecían que de verdad nos conocían de algo, pero lo que estaba esperando era que pregunta respondería primero. Pues Teo había lanzado rápidamente tres preguntas diferentes, las cuales me parecieron muy importantes y por lo tanto las respuestas debían ser las que más necesitábamos para entender lo que sucedía. En los minutos que esperaba a la respuesta, recorría lentamente la habitación, pues eso calmaba mis ansias de saber lo que pasaba en ese lugar y que teníamos que ver nosotros en todo eso.
Teobaldo Voglio
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Repentinamente Max se había levantado del asiento su rostro lucia algo exaltado al preguntarles si ellas habían estado en una subasta de esclavos en un desierto, tras escuchar esta pregunta llego a mí el recuerdo de aquella ocasión, ciertamente cabía la posibilidad de que estas mujeres estuvieran ahí el día en que nos vimos envueltos en la liberación de los esclavos. Fui yo quien ahora se levantaba de su asiento y me aproximaba dos pasos hacia las mujeres, mi cara mostraba asombro ante esta posibilidad, al ver nuestras reacciones ambas mujeres sonrieron levemente, la comandante fue quien tomó la palabra tranquila y despreocupadamente.
-Caballeros a su preguntas les respondo con esta respuesta, primero que nada nunca hemos estado en el desierto de Arabasta, pero efectivamente desde ese punto es que nos comenzamos a interesar en ustedes dos caballeros y aunque no lo crean indirectamente les estamos en deuda. Verán nuestra organización se encarga de mantener el orden y la paz en esta isla, los miembros de esta organización somos revolucionarios, piratas, marinos y agentes desertores del gobierno, que junto a algunos ciudadanos durante décadas hemos luchado evitando la entrada de mercenarios y piratas de abrumador poder a nuestras tierras, frenándoles en alta mar y saqueando sus embarcaciones. Solo un a un selecto grupo de hombres se les permite el paso, claro que también dejemos pasar a piratas de poca monta como los que observaron en el bar, esos son el pan de cada día de la marina de esta zona- Su rostro cambio repentinamente y fue su compañera la que siguió con el relato.
-Como verán somos capaces de frenar casi cualquier invasión, pero hace algunos años atrás nuestros padres fuero capturado junto a varios de nuestros camaradas, por un formidable grupo de piratas, ese día hubieron muchas pérdidas e incluso dimos por muertos a nuestros padres. Pero hace unos meses un barco llego y entre los pasajeros venia nuestro padre y algunos de nuestros compañeros que habíamos dado por muertos, él nos contó que todos ellos fueron vendidos como esclavos varias veces, algunos murieron entre ellos nuestra madre quien ya estaba muy delicada. Cuando les preguntamos cómo habían logrado escapar nos hablaron de ustedes y de cómo habían enfrentado a los nobles, en un intento desesperado por liberar a todos los prisioneros, nos contó que el personalmente había hablado con ustedes y que se sentía orgulloso de ese gran honor, evidentemente después de escuchar esa historia nos dedicamos a investigarles, esperando en día en que pudiéramos agradecerles por salvar a nuestro anciano padre- de pronto unas lágrimas rodaron por su mejillas de amabas, por lo que ella y la comandante agacharon ligeramente la mirada.
Entonces llego a mí el recuerdo de aquel anciano que dejo el puerto en el mismo bote que nosotros y a quien le habíamos pedido permiso para investigar el navío. Ya decía yo que aquel hombre me despertaba un aire de liderazgo, una sonrisa se dibujó en mi rostro y di nuevamente dos pasos más así adelante y dije- Si ya recuerdo a ese hombre, me gustaría saludarle ¿Cómo se encuentra?- fue la comandante quien tomo de nuevo la conversación –Temo que murió poco tiempo después de haber llegado, a él también le hubiera gustado saludarles, sin embargó nosotras aremos llegar sus saludos a sus salvadores, nosotras les estamos muy agradecidas- ambas se levantaron y se acercaron a nosotros, al estar yo unos pasos más cerca llegaron primero hacia mí, fue la joven mesera quien primero me dio la mano un fuerte abrazo y las gracias.
Luego me dejo para ir hasta donde estaba Max, llego después la barman quien estando tan cerca pude distinguir como brotaban lágrimas de sus ojos a estas alturas me encontraba aturdido y no sabía que decir, ya que me sentía un poco culpable por haber mencionado a su padre, me limite a saludarla mientras seguían dándome las gracias, pero tan pronto soltó mi manos termino abrazándome mientras liberaba su alama, al verla de esa forma deje que el momento fruyera abrazándola suavemente para consolarla.
Tras este acto se separó lentamente de mí, pidió disculpas por su comportamiento mientras se limpiaba el rostro, yo le comente que no tenía por qué pedirlas era de entender sus sentimientos, finalmente me dio las gracias y procedió a decirme -Bien estamos a tiempo antes de que cierren el transito marino, nosotras y nuestro equipo veremos que salgan de esta isla con bien, hubiéramos deseado poder seguir esta conversación pero es una pena que nos conociéramos bajo estas circunstancias, si no se van ahora quedaran en medio de este confricó– Dijo mientras se dirigía a un comunicador y preguntaba si estaba todo listo para nuestra partida, apenas termino de hablar le respondieron que todo estaba listo y que nos esperaban en el muelle 3 en cinco minutos.
Tras esto mire a ver a mi compañero todo había pasado tan rápido y tan repentino que era difícil de entender, sin embargo estaba seguro que irnos sin ayudar no era una opción o al menos eso pensaba en ese preciso momento, no obstante una parte de mi me decía que podría ser mu precipitada la idea que asaltaba mi mente, por lo que instintivamente acudí a mi colega por ayuda pues esta decisión debíamos tomarla ambos–Max ¿Qué opinas nos quedamos un rato? o nos marchamos, te digo que en estos momentos no estoy pensado muy racionalmente y en verdad me gustaría saber tu opinión- el rostro de la comandan cambio repentinamente ante mi cuestionamiento, pues en su mente no había una segunda posibilidad, realmente tenían la intención de ayudarnos a escapar de todo esto.
-Caballeros a su preguntas les respondo con esta respuesta, primero que nada nunca hemos estado en el desierto de Arabasta, pero efectivamente desde ese punto es que nos comenzamos a interesar en ustedes dos caballeros y aunque no lo crean indirectamente les estamos en deuda. Verán nuestra organización se encarga de mantener el orden y la paz en esta isla, los miembros de esta organización somos revolucionarios, piratas, marinos y agentes desertores del gobierno, que junto a algunos ciudadanos durante décadas hemos luchado evitando la entrada de mercenarios y piratas de abrumador poder a nuestras tierras, frenándoles en alta mar y saqueando sus embarcaciones. Solo un a un selecto grupo de hombres se les permite el paso, claro que también dejemos pasar a piratas de poca monta como los que observaron en el bar, esos son el pan de cada día de la marina de esta zona- Su rostro cambio repentinamente y fue su compañera la que siguió con el relato.
-Como verán somos capaces de frenar casi cualquier invasión, pero hace algunos años atrás nuestros padres fuero capturado junto a varios de nuestros camaradas, por un formidable grupo de piratas, ese día hubieron muchas pérdidas e incluso dimos por muertos a nuestros padres. Pero hace unos meses un barco llego y entre los pasajeros venia nuestro padre y algunos de nuestros compañeros que habíamos dado por muertos, él nos contó que todos ellos fueron vendidos como esclavos varias veces, algunos murieron entre ellos nuestra madre quien ya estaba muy delicada. Cuando les preguntamos cómo habían logrado escapar nos hablaron de ustedes y de cómo habían enfrentado a los nobles, en un intento desesperado por liberar a todos los prisioneros, nos contó que el personalmente había hablado con ustedes y que se sentía orgulloso de ese gran honor, evidentemente después de escuchar esa historia nos dedicamos a investigarles, esperando en día en que pudiéramos agradecerles por salvar a nuestro anciano padre- de pronto unas lágrimas rodaron por su mejillas de amabas, por lo que ella y la comandante agacharon ligeramente la mirada.
Entonces llego a mí el recuerdo de aquel anciano que dejo el puerto en el mismo bote que nosotros y a quien le habíamos pedido permiso para investigar el navío. Ya decía yo que aquel hombre me despertaba un aire de liderazgo, una sonrisa se dibujó en mi rostro y di nuevamente dos pasos más así adelante y dije- Si ya recuerdo a ese hombre, me gustaría saludarle ¿Cómo se encuentra?- fue la comandante quien tomo de nuevo la conversación –Temo que murió poco tiempo después de haber llegado, a él también le hubiera gustado saludarles, sin embargó nosotras aremos llegar sus saludos a sus salvadores, nosotras les estamos muy agradecidas- ambas se levantaron y se acercaron a nosotros, al estar yo unos pasos más cerca llegaron primero hacia mí, fue la joven mesera quien primero me dio la mano un fuerte abrazo y las gracias.
Luego me dejo para ir hasta donde estaba Max, llego después la barman quien estando tan cerca pude distinguir como brotaban lágrimas de sus ojos a estas alturas me encontraba aturdido y no sabía que decir, ya que me sentía un poco culpable por haber mencionado a su padre, me limite a saludarla mientras seguían dándome las gracias, pero tan pronto soltó mi manos termino abrazándome mientras liberaba su alama, al verla de esa forma deje que el momento fruyera abrazándola suavemente para consolarla.
Tras este acto se separó lentamente de mí, pidió disculpas por su comportamiento mientras se limpiaba el rostro, yo le comente que no tenía por qué pedirlas era de entender sus sentimientos, finalmente me dio las gracias y procedió a decirme -Bien estamos a tiempo antes de que cierren el transito marino, nosotras y nuestro equipo veremos que salgan de esta isla con bien, hubiéramos deseado poder seguir esta conversación pero es una pena que nos conociéramos bajo estas circunstancias, si no se van ahora quedaran en medio de este confricó– Dijo mientras se dirigía a un comunicador y preguntaba si estaba todo listo para nuestra partida, apenas termino de hablar le respondieron que todo estaba listo y que nos esperaban en el muelle 3 en cinco minutos.
Tras esto mire a ver a mi compañero todo había pasado tan rápido y tan repentino que era difícil de entender, sin embargo estaba seguro que irnos sin ayudar no era una opción o al menos eso pensaba en ese preciso momento, no obstante una parte de mi me decía que podría ser mu precipitada la idea que asaltaba mi mente, por lo que instintivamente acudí a mi colega por ayuda pues esta decisión debíamos tomarla ambos–Max ¿Qué opinas nos quedamos un rato? o nos marchamos, te digo que en estos momentos no estoy pensado muy racionalmente y en verdad me gustaría saber tu opinión- el rostro de la comandan cambio repentinamente ante mi cuestionamiento, pues en su mente no había una segunda posibilidad, realmente tenían la intención de ayudarnos a escapar de todo esto.
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Como era de esperarse, Teo al escuchar mi pregunta también se levanto sorprendido, pues era verdad que había una pequeña posibilidad de que aquellas mujeres hubieran estado en esas jaulas de esclavos las cuales nosotros habíamos abierto. Pero había varias preguntas que no habían respondido, como el hecho de que era esa organización. Espere pacientemente hasta que nos contesten las preguntas, y de esta forma, resolver la incógnita de porque estábamos ahí y que teníamos que ver con aquellas mujeres y su supuesta organización. Al ver más detenidamente la habitación mientras esperaba, podía notar las decoraciones, las cuales tenían formas extrañas, como si de alguna manera fueran bastante viejas, pero no le di demasiada importancia.
De repente, como si tuviera toda la paz del mundo, la comandante intento responder a nuestras preguntas con una tranquilidad que sorprendía. Me quede parado en el mismo lugar, viendo directamente a las mujeres que estaban enfrente de Teo, escuchando atentamente a todo lo que tuvieran que decir para aclarar todas las dudas que teníamos metidas en nuestras cabezas. Desde las primeras palabras me interese bastante en el hecho de no perder ningún detalle que saliera de su boca, después de todo no podíamos darnos el lujo de no escucharlas a ellas y poder saber lo que sucedía en ese lugar. Podía notar como Teo estaba tan impresionado y entusiasmado por saber la respuesta que nos tenían preparado esas dos mujeres. Pero lo que estábamos por escuchar me dejaría impresionado, pues no esperaba para nada una situación como esa.
“¿Mantener la orden y la paz en la isla? Jamás había oído de tal organización, supongo que obviamente es una secreta” pensaba mientras seguía escuchando las palabras de la mujer a la que llamaban “comandante”. Cada verso que salía de su boca me dejaba mas impactado, era increíble que existiera tal grupo con tantas personas de diferentes categorías, al principio no me lo llegaba a creer pues para mí no tenía sentido. De repente, como si de un golpe se tratara, la comandante paro de hablar y su rostro había cambiado a uno un poco más triste que antes, y al mismo tiempo la otra mujer que llamaban “teniente” continuo tranquilamente la historia que nos estaban contando. El tiempo pasaba y las cosas parecían recobrar un poco el sentido, pero nunca me habría imaginado a ese anciano como el líder de algo tan grande como aquella organización. De un momento a otro la teniente termino de hablar, y casi al instante las dos mujeres empezaron a llorar levemente.
-Ya veo. (Dije en el momento que logre entender lo sucedido y él porque estábamos allí)
Al final lo único que a las mujeres les faltaba por hacer era agradecernos por nuestra incondicional ayuda, pero no esperaba que lo agradecieran de esa forma. Al principio, por el hecho de estar más cerca, le agradecieron primero a Teo, hasta que la mesera del bar anterior a la cual la llamaban teniente llego hasta donde estaba yo. Con un “gracias” me abrazo, al igual que la comandante les devolví el abrazo como era debido. Sin duda la que mas expreso sus sentimientos fue la comandante de la organización, cuyas lágrimas no dejaban de salir y abrazaba más fuerte. En ese momento solo pude sonreír y pedir disculpas por la pérdida de aquel anciano que parecía bastante bueno. Para mí la situación, aparte de impactante y rápida, también era graciosa pues yo no solía abrazar mucho, por no decir que jamás lo había hecho. Pero sabía que el momento posiblemente sea bastante difícil para ambas mujeres que estaban con nosotros como para hacerlas llorar, por lo que intente ser lo más serio posible en el exterior.
Al parecer, ellas tenían en mente prepararnos una huida rápida y sin problemas antes de que cerrasen los muelles y por lo tanto, impedir la salida de cualquier barco. Según ellas, debían irnos antes de que todo se complique mas, y que nos quedáramos en medio del conflicto y por consecuencia, estar en peligro. Me quede pensando en una solución rápida, era verdad que podíamos escoger su ayuda e irnos rápidamente, pero no sería justo hacer tal cosa cuando ellas nos han ayudado tanto en todo este tiempo. El honor era algo que no podía tomarse como un juego, eso mismo podría llevarnos a la muerte pero, eso era mejor que perder el honor o el orgullo de uno mismo. Voltee a ver rápidamente a mi compañero, el cual también estaba tan indeciso como yo, debíamos elegir. Y de un momento a otro, Teo se acerco a mí y me pregunto sobre si quedarnos o no pues no tenia clara su mente y no podía decidir el solo.
-Veamos qué podemos hacer. (Le mencione a Teo con una sonrisa y apoyando la mano en s hombre durante unos segundos) –Vala-san, Karina-san, hablo por mi y posiblemente por mi compañero que el irnos de aquí tan rápido como conejos asustados no es una opción, es verdad que allá afuera posiblemente estemos en peligro, pero yo les ofreceré mi ayuda. (Decía con una sonrisa mientras las veía a las dos mujeres)
Las mujeres se quedaron impresionadas, no tenían pensado dejarnos en la isla o aceptar nuestra ayuda, a lo que la comandante hablo –“¿Vala-san?”… En cualquier caso, no podemos aceptar vuestra ayuda, ya nos ayudaron en su tiempo con nuestros camaradas que estaban prisioneros, además si se hace tarde, sería casi imposible salir con un barco de esta isla. Quedarían atrapados…- luego de un silencio de unos cuantos segundos, sonreí y volví a hablar antes que cualquiera de ellas dos lo haga.
-Pueden atrasar el bloqueo marítimo, con todo el equipo que tienen es muy posible que creen una distracción para dar más tiempo, después de todo si los marines logran pensar que ningún fugitivo va a escapar de la isla, no creo que vayan a apresurarse tanto en hacer ese cierre. Además, si nos ayudan a escapar seria como devolvernos el favor, y la verdad es que no me gusta estar parejo. (Dije mientras reía levemente) –Tengo el conocimiento suficiente para curar heridas leves, podría ser útil en ese aspecto, o también cualquier cosa que me pidan, después de todo no quiero hacer nada más que ayudar. (Finalice con una gran sonrisa mientras giraba para ver a Teo)
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Las palabras de Max me regresaron a la cordura era una gran verdad que si combatíamos correríamos un grave peligro, pero aun siendo ese el caso el huir sería tan malo. Pues bien todo estaba decidido si mi camarada ofrecía su ayuda, no me quedaría cruzado de brazos y mucho menos le dejaría quedarse con toda la diversión en esta aventura. Me gire para hablar pero en el momento en el que iba a dar mi opinión, la comandante comento que no podrían dejarnos participar de un conflicto que no era nuestro, menos cuando en un pasado ya les habíamos ayudado. Era evidente su determinación para hacernos partir y quizás era cierto esta no era nuestra lucha, pero aquella librada en aquel casino tampoco era nuestra, pero aun así ahí estuvimos para ayudar.
Max intervino nuevamente sin dejar que aquellas mujeres terminaran su argumento, lo siguiente que dijo fue algo que no había considerado, si los marines no esperaban ningún tipo de resistencia por parte de los civiles, sus movimientos estratégicos serian un poco más lentos de lo usual. Por si fuera poco mi colega había comentado algo que era extremadamente importante, al evidenciar todo el equipo con el que contaba esta organización, si eran capaces de enfrentar a tripulaciones piratas antes de que entraran a sus tierras no tendrían problema en retrasar los movimientos de la marina. Todos estos detalles tenían muy animado a Max quien sonreía mientras daba sus argumentos eso lo pude notar al instante en que giraba asía donde me encontraba.
Al verle sonreí y me aproxime a las mujeres quienes ahora estaban sorprendidas ante las palabras de mi compañero –Bien señoritas hemos tomado una decisión nos quedamos y no está a discusión, verán es cierto que esto es peligroso, además podrían decirse que no es asunto nuestro. Pero ahí se equivocan al poner un pie en esta isla esta situación nos afecta tanto a nosotros como a ustedes, esto mismo sucedió el día en que ayudamos a escapar a todas esas personas de la esclavitud, por si fuera poco en aquella ocasión solo éramos nosotros dos y nunca nos rendimos gracias a ello su padre pudo regresar con ustedes. Señoritas si eso hicimos en aquella ocasión esta vez con su apoyo nuestra fuerza será mayor haciendo que salir de esta situación sea mucho más fácil, así que no tienen de que preocuparse- dije mientras les regalaba una amplia sonrisa al mismo tiempo que regresaba a sentarme en el sofá, mientras pasaba junto a Max y le daba las gracias por ayudarme a aclarar mi mente.
El rostro de amabas refregaban su perplejidad ante los argumentos presentados, estando de nuevo sentado dije mucho más tranquilo y con mucha más claridad les cuestione sobre sus acciones a seguir ante esta eventualidad –Díganos ¿Cuál es su plan de acción ante esta situación? Bueno en principio supongo que querrán cortar la cabeza de la serpiente desde el principio- las mujeres ya no repusieron ante nuestra determinación, la comandante regreso atrás de su escritorio tomo asiento y nos miró a los dos para luego decirnos en un tono mucho más serio del que hasta ahora había mostrado –Max, Teobaldo les admiro por su determinación, pues bien si insisten en quedarse no les detendremos y aun de nuevo les estamos agradecidas. Teniente por favor encienda los monitores, les mostraremos a nuestros invitados cuales son los planes de contingencia.
La joven obedeció la orden saco de su cintura una tableta como las usadas para tomar las ordenes en el restaurante, solo que esta era diferente, apretó ligeramente un pequeño botón y esta se ilumino luego paso el dedo por aquel aparato y justo detrás de la comandante una enorme pantalla fue encendida, la cual estaba dividida en recuadros que permitían ver individualmente el contenido de las cámaras que captaban. Luego se amplió una de estas la imagen que proyectaba era la del cuartel de la isla, aparentemente este estaba ubicado en una segunda isla un poco más pequeña, por lo cual la resolución de la cámara no permitía verla claramente.
Una vez que el monitor enfoco su objetivo la comandante persiguió a decir -Este es el Refugio el cuartel principal de la mariana asentado en esta isla, por lo tanto para poder entrar debemos atravesar un mar bastante peligroso debido sus fuertes corrientes. Nosotras consideramos que lo mejor sería llevar la batalla hasta aquel lugar aun cuando les suene a suicidio, esta es nuestra mejor alternativa ya que no podemos luchar en tierra debido a que la gente apoya de sobre manera a sus marines, al punto de cómo pueden ver en los monitores no les cuestiona las nuevas normativas- la comandante hizo una larga pausa fue le teniente quien continuo con la explicación
-Ahora bien una vez adentro debemos movernos rápido y silenciosos, por lo que el grupo de ataque será uno conformado con 20 infiltrados contándolos a ustedes, nuestro objetivo es tomar como prisionero al capitán, ya que tenemos sospechas de que su acenso al poder no fue de todo legal. Bien ¿qué opina sobre nuestra plan? ¿tiene alguna duda caballeros? O sugerencia somos todo oídos para ustedes- me quede reflexionado por un segundo mientras analizaba las posibilidades eventualidades que pudieran surgir ante tal plan.
Max intervino nuevamente sin dejar que aquellas mujeres terminaran su argumento, lo siguiente que dijo fue algo que no había considerado, si los marines no esperaban ningún tipo de resistencia por parte de los civiles, sus movimientos estratégicos serian un poco más lentos de lo usual. Por si fuera poco mi colega había comentado algo que era extremadamente importante, al evidenciar todo el equipo con el que contaba esta organización, si eran capaces de enfrentar a tripulaciones piratas antes de que entraran a sus tierras no tendrían problema en retrasar los movimientos de la marina. Todos estos detalles tenían muy animado a Max quien sonreía mientras daba sus argumentos eso lo pude notar al instante en que giraba asía donde me encontraba.
Al verle sonreí y me aproxime a las mujeres quienes ahora estaban sorprendidas ante las palabras de mi compañero –Bien señoritas hemos tomado una decisión nos quedamos y no está a discusión, verán es cierto que esto es peligroso, además podrían decirse que no es asunto nuestro. Pero ahí se equivocan al poner un pie en esta isla esta situación nos afecta tanto a nosotros como a ustedes, esto mismo sucedió el día en que ayudamos a escapar a todas esas personas de la esclavitud, por si fuera poco en aquella ocasión solo éramos nosotros dos y nunca nos rendimos gracias a ello su padre pudo regresar con ustedes. Señoritas si eso hicimos en aquella ocasión esta vez con su apoyo nuestra fuerza será mayor haciendo que salir de esta situación sea mucho más fácil, así que no tienen de que preocuparse- dije mientras les regalaba una amplia sonrisa al mismo tiempo que regresaba a sentarme en el sofá, mientras pasaba junto a Max y le daba las gracias por ayudarme a aclarar mi mente.
El rostro de amabas refregaban su perplejidad ante los argumentos presentados, estando de nuevo sentado dije mucho más tranquilo y con mucha más claridad les cuestione sobre sus acciones a seguir ante esta eventualidad –Díganos ¿Cuál es su plan de acción ante esta situación? Bueno en principio supongo que querrán cortar la cabeza de la serpiente desde el principio- las mujeres ya no repusieron ante nuestra determinación, la comandante regreso atrás de su escritorio tomo asiento y nos miró a los dos para luego decirnos en un tono mucho más serio del que hasta ahora había mostrado –Max, Teobaldo les admiro por su determinación, pues bien si insisten en quedarse no les detendremos y aun de nuevo les estamos agradecidas. Teniente por favor encienda los monitores, les mostraremos a nuestros invitados cuales son los planes de contingencia.
La joven obedeció la orden saco de su cintura una tableta como las usadas para tomar las ordenes en el restaurante, solo que esta era diferente, apretó ligeramente un pequeño botón y esta se ilumino luego paso el dedo por aquel aparato y justo detrás de la comandante una enorme pantalla fue encendida, la cual estaba dividida en recuadros que permitían ver individualmente el contenido de las cámaras que captaban. Luego se amplió una de estas la imagen que proyectaba era la del cuartel de la isla, aparentemente este estaba ubicado en una segunda isla un poco más pequeña, por lo cual la resolución de la cámara no permitía verla claramente.
Una vez que el monitor enfoco su objetivo la comandante persiguió a decir -Este es el Refugio el cuartel principal de la mariana asentado en esta isla, por lo tanto para poder entrar debemos atravesar un mar bastante peligroso debido sus fuertes corrientes. Nosotras consideramos que lo mejor sería llevar la batalla hasta aquel lugar aun cuando les suene a suicidio, esta es nuestra mejor alternativa ya que no podemos luchar en tierra debido a que la gente apoya de sobre manera a sus marines, al punto de cómo pueden ver en los monitores no les cuestiona las nuevas normativas- la comandante hizo una larga pausa fue le teniente quien continuo con la explicación
-Ahora bien una vez adentro debemos movernos rápido y silenciosos, por lo que el grupo de ataque será uno conformado con 20 infiltrados contándolos a ustedes, nuestro objetivo es tomar como prisionero al capitán, ya que tenemos sospechas de que su acenso al poder no fue de todo legal. Bien ¿qué opina sobre nuestra plan? ¿tiene alguna duda caballeros? O sugerencia somos todo oídos para ustedes- me quede reflexionado por un segundo mientras analizaba las posibilidades eventualidades que pudieran surgir ante tal plan.
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Mis palabras ya habían sido dichas, mis razonamientos y argumentos del porque debería y quería quedar en la isla al menos una hora más para ayudar a aquellas personas que tanto la merecían ya habían sido expresadas a entender. Sentía que de alguna manera, tenía el deber de prestar mi ayuda a las señoritas, no quería largarme de allí y luego saber que algo malo les sucedió y que posiblemente podría haberlo evitado si hubiera estado en ese momento. No me importaba lo que ellas quisieran, aunque fuese ayudando con alguna tarea insignificante, yo ayudaría pues así lo quería yo. Pero aun necesitaba escuchar la respuesta de ambas, quería saber si estaban de acuerdo o no aunque eso no cambiaría mucho la situación. Además, algo que me agrado bastante fue el hecho de que Teo estuviera de acuerdo conmigo, sabía que él era alguien con que podía contar y eso me mantenía en calma.
Vi como mi colega intentaba convencer aun mas a las dos señoritas que teníamos adelante, provocándome en mi una inevitable, pero leve sonrisa. Luego de unas cuantas palabras, me acorde que antes de cualquier cosa, debíamos saber el plan que ellas tenían para hacer lo que en un principio harían. Necesitaba escuchar atentamente, no quería morir ese día, así que debía pensar bien en la situación, en nuestros enemigos y en las posibilidades que teníamos para tomar alguna clase de delantera. Y fue casi como si me hubiera leído la mente que Teo pregunto sobre el ya mencionado plan para acabar el cuartel principal de la marina. Era muy arriesgado pero en cierto modo también era nuestra oportunidad, ya que en estos momento abran esparcido a la mayoría de los marine en toda la isla y muy posiblemente en los muelles, en donde se estarían preparando para cerrar la entrada a las costas. Estarían muy ocupados con todas las nuevas reglas que creó el nuevo capitán del cuartel de la marina, y eso nos daría la ventaja para poder sorprenderlos.
Luego de que la Comandante de aquella organización, cuyo nombre no me había sido revelado, entendiera que no importara lo que hicieran no nos iríamos así como así, ordeno que se nos enseñara el plan que tenían planeado. Así pues, la nombrada teniente había hecho unos movimientos en un aparato con forma de tableta, permitiéndonos ver algunas cámaras de vigilancia. En el momento en que una imagen se enfoco en el cuartel principal de la isla, las dos mujeres empezaron a hablar sobre el plan que tantas ganas tenía de escuchar. Y de un momento a otro terminaron de platicarnos lo que tenían planeado, de modo que instantáneamente empecé a pensar en ello una y otra vez. No quería saltearme ninguna posibilidad o alguna abertura que nos permita tener una ventaja contra nuestros enemigos, la cual necesitábamos urgentemente si queríamos completar aquel plan con éxito. Entonces se me ocurrió, gracias a las cámaras de vigilancia y la información recopilada tuve una idea.
-Hoy el cuartel de la marina estará menos asegurada que cualquier otro día, si pensamos en todo el trabajo que tendrían que hacer para eliminar a cualquier fugitivo de la isla, entre demás tareas que tienen por culpa de estas nuevas “reglas”. No creo que piensen que alguien fuera a atacarlos, por lo que sugiero que deberíamos infiltrarnos por la noche, en donde la visibilidad es menor y la seguridad disminuye por momentos. (Hice una pausa de al menos unos segundos antes de continuar) –Algo que nos podría ayudar en la infiltración seria un señuelo, que piensen que somos tontos y que iremos directos a su puerta delantera cuando en realidad nos colaremos por detrás. Nos daría un margen de tiempo valioso para completar la misión de una manera más efectiva, aunque con estos tipos nunca se puede bajar la guardia, después de todo es un cuartel de la marine, nadie sabe que pueda estar ocurriendo detrás de esos muros. (Termine mis sugerencias al plan para colarnos en la casa de los marines de la isla)
Después de terminar de hablar, di un leve suspiro y me senté en el sillón que se encontraba a un lado de Teo. Me encontraba rascándome la cabeza mientras veía el techo y seguía intentando adivinar lo que podría suceder. “Necesito mas información sobre este nuevo capitán del cuartel” fue lo que pensé en ese momento, si íbamos a capturarlo necesitaba tener al menos un historial suyo en mis manos.
-No importa cuántas estrategias hagamos, no será nada fácil. (Tuve un momento de silencio de unos segundos mientras volteaba para ver a Teo) –¿Pero cuando ha sido fácil? (Preguntaba de forma retorica a mi colega con una sonrisa en mi rostro) –Ante todo lo ya antes expuesto me falta una cosa más, necesito saber si tienen información sobre esta persona que se volvió capitán, según ustedes, de una forma no legal. Algún almacén de archivos o algo similar, me gusta leer y más si se trata de información de un enemigo el cual capturaremos. (Les mencione a las señoritas con bastante tranquilidad y serenidad)
Reconozco que había hablado demasiado, tanto que no les dieron tiempo de hablar a las mujeres que estaban replantando mi sugerencia y que, con una sonrisa, aprovecharon mi silencio para opinar –Es una fantástica idea, aunque tendremos que movernos muy rápido para que no se enteren de la trampa, y sobre la información que buscas, está en la habitación de archivos cerca de aquí, mi Teniente te llevara hasta allí- y de un momento a otro, la mujer que antes había conocido como la mesera de un bar, me dirigiría hasta el lugar en donde encontraría lo que había pedido –Sígueme con cuidado caballero- fue lo que dijo mientras caminaba en dirección a un pasillo oculto detrás de unos muebles. Antes de seguirla, me gire a ver a Teo.
-Falta para el anochecer, será mejor que nos preparemos… Aunque dudo que los necesitemos, será mejor que prepares tus mejores “boom”. (Termine diciendo con una leve risa) –Además, ¿qué mejor momento para pasear y recopilar información? Cuando estemos listos nos encontraremos aquí de nuevo para finalizar el plan de una forma más concreta. (Con una gran sonrisa y un buen humor me despide de Teo y me dirigí hacia donde la mecerá del bar había ido)
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Mientras reflexionaba sobre la situación Max comento algo que era del todo cierto el cuartel estaría, limitado en sus miembros ya que estos, muy probablemente estarían ocupados implementando las nuevas reglas, sugirió que nos infiltráramos bajo el cobijo de la noche ya era probable que la seguridad bajara mucho más al estar la mayor parte de los marines en esta isla. Luego señalo algo que me causo un poco de duda, crear un señuelo a la entrada del cuartel, si bien concordaba con la idea de crear un distracción no me parecía que lo más efectivo fuera a las puertas del establecimiento ya que en mi opinión esto sería como agitar un panal, pero si el señuelo se lleva en la isla las posibilidades podrían ser otras, no obstante había que considerar que la organización mandrágora deseaba pasar desapercibida. Mientras contemplaba estas opciones Max se sentó nuevamente a mi lado, yo seguía dándole vueltas a sus palabras y no deseaba aventurarme a decir nada hasta que tuviera una idea sólida.
Luego Max comento que sin importar los planes era muy probable que la situación se complicará, luego volteo a verme acto seguido me dijo en forma de pregunta que cuando una misión de ese tipo era fácil, su pregunta me saco momentáneamente de mi cavilaciones para contestarle - Vamos que bien sabemos que eso es lo que hace entretenida una aventura, como decirlo le da sabor como la papa y el chile a los buenos guisos- dije mientras sonreía, luego pensé que diablos dije, no obstante me percate que no le habían dado mucho peso a mi comentario y regrese a mi ensimismamiento. Del cual volví a salir al escuche decir a Max que nos falta información sobre el hombre que era nuestra presa, esto último me dio algo en más que pensar ya que era cierto no teníamos nada de información salvo del nombre de aquel hombre y que era heredero de una dinastía de capitanes en esta isla.
Gire mi cabeza a la comandante cuando esta dio respuesta a las inquietudes de Max diciendo que ella tenía los documentos necesarios, en una habitación continua si deseábamos revisarlos, me puse de pie en el momento en que la joven mesera se ponía en marcha desistí de la idea cuando señalo únicamente a Max. Una amplia sonrisa se dibujó en mi rostro la cual desapareció cuando colega volvió a dirigir a mí, pidiéndome que me prepara para la noche, mientras el recolectaba la información necesaria – Claro no te preocupes por los explosivos estarán listos para causar conmoción esta noche, como decirlo será igual que ver fuegos artificiales, de acuerdo mientras ustedes dos van a recolectar información sobre nuestro objetivo, yo ver obtener información sobre "El Refugio". Valalaika si me hace el favor podrías darme esa información- dije mientras me dirigía a la mujer para luego volver a decirle a Max y a la joven – Nos vemos tortolitos, que el estudio sea provechoso- esto último lo dije en voz baja mientas los veía desaparecer por un pasillo.
La comandante había escuchado mi comentario y una leve sonrisa surgió de su rostro para luego comentarme- Se ve que tu amigo esta de muy buen humor y no solo el creo que mi hermana también está bastante alegre. Pues bien con respecto a tu petición tenemos unos planos del complejo son algo antiguos pero no creo que se hayan producido muchos cambios en las instalaciones, si me sigues por aquí te los mostrare- La mujer abrió otra compuerta en la pared, la cual dio acceso a otro pasadizo, sin perder tiempo fui detrás de ella. Mientras caminábamos por el pasadizo le pregunte sobre él porque sospechaba que el puesto había sido tomado bajo la fuerza, a lo que me respondió brevemente que era debido a la enemistad que había entre ambos familiares ya que el actual capitán siempre se mostró como un déspota, por lo cual desde que se enteraron que tenía el cargo sospecharon que algo andaba mal, pues aun cuando hubieran sido órdenes superiores Maximo Décimo se hubiera negado rotundamente argumentando las faltas cometidas por su sobrino.
Quede sorprendido ante el comentario ya no insistí más sobre el tema y reformule mis preguntas, para averiguar lo más posible sobre el complejo que estábamos a punto de invadir, me comento que el lugar era una verdadera fortificación, pero que lo más difícil era llegar, como nos había comentado los rápidos y corrientes en torno al lugar lo hacían inaccesible si uno no contaba con un buen navegante. Además los barcos no podían quedar atados a muelles comunes, por lo que estos se ubican al interior de complejo evitando de esta forma que los navíos fueran arrastrados por las corrientes, por lo que nuestra prioridad era abrir dichas compuertas para poder desembarcar ya que no había ningún centímetro de costa en el cual pudiéramos desembarcar.
Su explicación concluyo cuando llegamos a lo que me pareció era la sala de juntas, luego se dirigió la mujer hasta unas repisas, de las cuales removió algunos cilindros, luego tomo dos y los llevo hasta la mesa, del primero saco un mapa en el que estaban dibujadas ambas islas en el señalaban las corrientes y rápidos del lugar. El otro mapa presentaba todos los pisos del complejo, el cual contaba con cuatro plantas superiores y una planta inferior donde estaban los calabozos, me senté en una de las sillas frente a la mesa, acto seguido la mujer se acomodó a un lado mío, para preguntarme si estos documentos me servían, a lo que le respondí que si eran justo lo que requería aunque tuve que comentarle que lo de navegar no era mi especialización y las cartas marinas bueno por lo pronto no me eran de mucha utilidad.
Luego ambos centramos nuestra atención en ambos mapas, mi prioridad era buscar un punto idóneo para montar una escaramuza en la isla o bien seguir la sugerencia de Max y montarla en la entrada de las instalaciones del cuartel, estudie ambos mapas con detenimiento. Mientras la comandante me señalaba los posibles lugares donde se podrían hacer efectivos los señuelos, le había sugerido que de preferencia fueran lugares cercanos a la base, pues estoy ayudaría a que mandaran apoyo naval como refuerzos, buscaba dividir mi plan en dos grandes señuelos para evitar que al interior quedaran el mayor número de oponentes, aunque seguramente los pocos que quedarían serian bastante fuertes pues no debimos olvidar que estaban en custodia los diamantes.
Luego Max comento que sin importar los planes era muy probable que la situación se complicará, luego volteo a verme acto seguido me dijo en forma de pregunta que cuando una misión de ese tipo era fácil, su pregunta me saco momentáneamente de mi cavilaciones para contestarle - Vamos que bien sabemos que eso es lo que hace entretenida una aventura, como decirlo le da sabor como la papa y el chile a los buenos guisos- dije mientras sonreía, luego pensé que diablos dije, no obstante me percate que no le habían dado mucho peso a mi comentario y regrese a mi ensimismamiento. Del cual volví a salir al escuche decir a Max que nos falta información sobre el hombre que era nuestra presa, esto último me dio algo en más que pensar ya que era cierto no teníamos nada de información salvo del nombre de aquel hombre y que era heredero de una dinastía de capitanes en esta isla.
Gire mi cabeza a la comandante cuando esta dio respuesta a las inquietudes de Max diciendo que ella tenía los documentos necesarios, en una habitación continua si deseábamos revisarlos, me puse de pie en el momento en que la joven mesera se ponía en marcha desistí de la idea cuando señalo únicamente a Max. Una amplia sonrisa se dibujó en mi rostro la cual desapareció cuando colega volvió a dirigir a mí, pidiéndome que me prepara para la noche, mientras el recolectaba la información necesaria – Claro no te preocupes por los explosivos estarán listos para causar conmoción esta noche, como decirlo será igual que ver fuegos artificiales, de acuerdo mientras ustedes dos van a recolectar información sobre nuestro objetivo, yo ver obtener información sobre "El Refugio". Valalaika si me hace el favor podrías darme esa información- dije mientras me dirigía a la mujer para luego volver a decirle a Max y a la joven – Nos vemos tortolitos, que el estudio sea provechoso- esto último lo dije en voz baja mientas los veía desaparecer por un pasillo.
La comandante había escuchado mi comentario y una leve sonrisa surgió de su rostro para luego comentarme- Se ve que tu amigo esta de muy buen humor y no solo el creo que mi hermana también está bastante alegre. Pues bien con respecto a tu petición tenemos unos planos del complejo son algo antiguos pero no creo que se hayan producido muchos cambios en las instalaciones, si me sigues por aquí te los mostrare- La mujer abrió otra compuerta en la pared, la cual dio acceso a otro pasadizo, sin perder tiempo fui detrás de ella. Mientras caminábamos por el pasadizo le pregunte sobre él porque sospechaba que el puesto había sido tomado bajo la fuerza, a lo que me respondió brevemente que era debido a la enemistad que había entre ambos familiares ya que el actual capitán siempre se mostró como un déspota, por lo cual desde que se enteraron que tenía el cargo sospecharon que algo andaba mal, pues aun cuando hubieran sido órdenes superiores Maximo Décimo se hubiera negado rotundamente argumentando las faltas cometidas por su sobrino.
Quede sorprendido ante el comentario ya no insistí más sobre el tema y reformule mis preguntas, para averiguar lo más posible sobre el complejo que estábamos a punto de invadir, me comento que el lugar era una verdadera fortificación, pero que lo más difícil era llegar, como nos había comentado los rápidos y corrientes en torno al lugar lo hacían inaccesible si uno no contaba con un buen navegante. Además los barcos no podían quedar atados a muelles comunes, por lo que estos se ubican al interior de complejo evitando de esta forma que los navíos fueran arrastrados por las corrientes, por lo que nuestra prioridad era abrir dichas compuertas para poder desembarcar ya que no había ningún centímetro de costa en el cual pudiéramos desembarcar.
Su explicación concluyo cuando llegamos a lo que me pareció era la sala de juntas, luego se dirigió la mujer hasta unas repisas, de las cuales removió algunos cilindros, luego tomo dos y los llevo hasta la mesa, del primero saco un mapa en el que estaban dibujadas ambas islas en el señalaban las corrientes y rápidos del lugar. El otro mapa presentaba todos los pisos del complejo, el cual contaba con cuatro plantas superiores y una planta inferior donde estaban los calabozos, me senté en una de las sillas frente a la mesa, acto seguido la mujer se acomodó a un lado mío, para preguntarme si estos documentos me servían, a lo que le respondí que si eran justo lo que requería aunque tuve que comentarle que lo de navegar no era mi especialización y las cartas marinas bueno por lo pronto no me eran de mucha utilidad.
Luego ambos centramos nuestra atención en ambos mapas, mi prioridad era buscar un punto idóneo para montar una escaramuza en la isla o bien seguir la sugerencia de Max y montarla en la entrada de las instalaciones del cuartel, estudie ambos mapas con detenimiento. Mientras la comandante me señalaba los posibles lugares donde se podrían hacer efectivos los señuelos, le había sugerido que de preferencia fueran lugares cercanos a la base, pues estoy ayudaría a que mandaran apoyo naval como refuerzos, buscaba dividir mi plan en dos grandes señuelos para evitar que al interior quedaran el mayor número de oponentes, aunque seguramente los pocos que quedarían serian bastante fuertes pues no debimos olvidar que estaban en custodia los diamantes.
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En el momento en que mi colega me aseguro que los fuegos artificiales estarían listos para el gran festival, dirigí mi completa atención hacia la mujer que debía seguir para llegar hasta un almacén de archivos donde, supuesta mente, encontraría la información que estaba buscando. Aunque no podría saber con certeza lo que encontrare en el historial de Máximo Décimo Segundo. “Vaya feo nombre” pensaba mientras intentaba seguirle el paso a la teniente de la organización “defensora de la paz” de esa isla. En el trayecto pude notar que mi rostro sonreía bastante, tanto así, que la mujer que me acompañaba se dio cuenta y empezó a hablarme rompiendo la barrera del silencio. –Estas muy alegre, ¿hay algo en especifico que provoque esa sonrisa?- ella también sonreía mientras me lo preguntaba, la verdad era que ni siquiera yo sabía el porqué de mi rostro contento. Aunque era verdad que si estaba de buen humor y si sabia la razón de eso, así que sin perder más tiempo le conteste para no dejarla hablando sola.
-A pasado tiempo desde que he tenido una buena aventura, además, pasar tiempo con un colega en algo que te gusta mucho es algo genial. (Decía con una sonrisa y una leve risa al final) –Imagino que construir todo esto tardo demasiado. (Con un tono tranquilo cambiaba de tema mientras veía las paredes)
Todo estaba bajo tierra, podía notar que el respirar allí abajo era más difícil que en la superficie, pero no tanto como para que alguien pueda asfixiares. La mujer que me guiaba había escuchado mi comentario sobre la construcción del lugar, a lo que segundos después volvió a hablarme con bastante serenidad. –En efecto, estos túneles fueron muy difíciles de completar, y el hecho de que su construcción debía mantenerse en secreto no ayudaba para nada. Los materiales eran muy complicados de obtener sin mencionar de la escasez de la comida, fueron tiempos de dificultades pero mi padre y todos hicieron lo que pudieron para cumplir este gran sueño.- sin más ella termino de hablar con una sonrisa en sus labios, parecía que al hablar de aquellos tiempos hizo que nostálgicos recuerdos le viniesen a la mente. Aquella sonrisa provoco que yo también pusiera un rostro feliz, me la estaba pasando realmente bien y se notaba. Lo único que faltaba era encontrar los archivos del capitán del cuartel de esa isla, y junto a Teo con más información, planear mas afondo el plan decisivo.
Y en un abrir y cerrar de ojos estábamos allí, el almacén de archivos o como lo quieras llamar, según las señoritas en ese lugar se encontraba lo que estaba buscando, así que sin más preámbulos empezamos a buscar. Había muchos documentos, era difícil encontrar solo uno entre tantos, pero al menos tenía la ventaja de tener a una de las señoritas conmigo, pues decía que podía identificar lo que estaba buscando solo con verlo. Nos separamos para poder encontrarlo más rápido, algo que pude notar fue que todo lo que estaba escrito en muchos de esos documentos eran sobre armas, edificaciones y demás cosas de las que tenía poco interés. Hasta que logre escuchar a la mujer que me acompaña gritar “lo encontré”, tras esa llamada fui rápido a su encuentro, tenía en su mano un documento de color negro y a lado suyo estaban unas mesas y unas cuantas sillas. Me ofreció lo que sostenía su mano y lo acepte con gusto, vaya que me puse aliviado cuando leí que en la tapa decía “Máximo Décimo Segundo”, sin duda eso era lo que estaba buscando y ahora solo faltaba leer su contenido y saber con más claridad a quien nos estábamos enfrentando.
-Veamos quien eres, hombre con feo nombre. (Dije con seriedad a lo que la mujer que me acompañaba empezó a reír por mi comentario)
Sin perder más tiempo empecé a leer el contenido que tenía aquel archivo, al principio parecía como si no tuviese nada de interés, hasta que encontré unas cuantas páginas que hablaban sobre el comportamiento ilógico e irracional que él tenía. Peleas, borracheras, asesinatos y varios actos ilegales, no se comportaba como la persona que debía ser y mucho menos como un capitán. “Ahora entiendo las sospechas de la comandante sobre este hombre” pensaba mientras seguía husmeando en el historial de Máximo Décimo Segundo, en el cual no decía nada de cómo había sido ascendido a “capitán” por lo que le pregunte a la señorita que estaba sentada a mi lado sobre esa información que faltaba, a lo que me respondió –Pensamos que el nuevo capitán logro ocultar, o en el peor de los casos, destruir la evidencia de el acto ilegal que lo hizo el líder marine de la isla, pero tomando en cuenta la relación de él y el antiguo capitán del cuartel, suponemos que algo malo sucedió.- pude notar como lo decía con bastante seriedad, esto no era ningún juego, aquel hombre era muy posiblemente un bastardo.
Ahora ese desgraciado me disgustaba más que antes, estaba seguro que si lo veía le daría una paliza, y una de las buenas además. Tuve que dejar mi enojo a un lado para poder seguir leyendo los archivos del ya mencionado desgraciado, pues aun me faltaban varias páginas y no debía saltarme ningún tipo de información. Una cosa que pude ver era que guardaba en una sala secreta de su habitación, reliquias de cualquier tipo, desde jarrones hasta armas que él mismo robaba de sus enemigos. Fue entonces, cuando vi en los registros de objetos que mantenía en su sala secreta, que entre ellos había una katana, una especialmente hermosa que me llamo demasiado la atención. En lo más profundo de mí pensaba que ya me había topado con ella, pero al mismo tiempo me parecía muy desconocida. En el registro mencionaba a la katana como un objeto bastante poderoso, o al menos más que cualquier otra espada normal, y aquello era suficiente para atrapar mí entusiasmo de poder sostenerla en mis manos.
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La comandante estaba a mi lado, observando cómo trazaba el plan de batalla de cuando, en cuando interfería con el mismo dando me ella sus sugerencias ya que después de todo esta era su isla y además quienes iban a hacer de señuelo eran sus subordinados. Luego de dos horas habíamos decidido que el mejor punto para el ataque señuelo era el puerto que estaba a unos cuantos metros de la base naval, la intención era llenar de explosivos, puntos estratégicos de aquella área buscando con esto armar alboroto entre la población. El plan también tenía como objetivo alentar a las revueltas producto de aquellos que estaban inconformes, de esta manera plantarían resistencia a los marines sin que los miembros de mandrágora se vieran comprometidos.
Si teníamos suerte un grupo de apoyo saldría desde la base de la marina para prestar socorro a la villa, una horas después se efectuaría el distractor por la puerta principal, mientras repasaba esta etapa del plan le volvió preguntar a la barman –¿Segura que podemos destruir 6 de tus navíos?- a lo que ella me contesto mientras daba un sorbo de su tasa de café – Si no hay ningún problema es un sacrificio que estamos dispuestos a tomar, si con eso evitamos que este mal sea permanente. Por cierto quieres más café- sin darme cuenta del todo me había servido la primera, en algún momento de la planeación y ahora de la misma forma lentamente me la había gastado.
-Si por favor, me gustaría decir que ha estado muy bueno pero ni siquiera me he dado cuenta de cuando me lo he terminado- Dije mientras sonreía y me tomaba un descanso, la comandante se retiró, para segundos después traerme otra tas de café, le di un sorbo mientras contemplaba nuevamente. Lamentablemente no pude seborrea aquel café pues una vez entraba en modo estratega, toda mi concentración estaba destinada a ello, luego de la breve pausa para el café redoble mis esfuerzos hasta que la escarnamusa frente a las instalaciones quedo milimétricamente calculada, siempre lo he dicho una batalla bien librada es como el mecanismo de un reloj y si algún engrane faya es cuando se dan las pérdidas de vida.
Una terminado el laborioso plan lo contemple satisfecho desde mi silla, según yo no había dejado ningún cabo suelto, contemplando hasta el último detalle e incluso había resuelto aprovechar la situación para obtener los diamantes, claro si Max no veía inconveniente en desviarnos un poco para ir a curiosear la bóveda. Tras concluir los preparativos le pedí a comandante que llamara a quienes serían los líderes de cada contingente, siendo mi preocupación más grande los navegantes que nos llevarían hasta el cuartel, pues no solo debían ser rápidos, sino lo suficiente diestros para sortear las corrientes en un tiempo casi absurdo.
La comándate sonrió mientras me decía que el plan le agradaba y que estaba segura que este funcionaria, ya que sus hombres eran capaces de llevarlo a cabo. Sin decirme nada más salió por una puerta contraria a la que habíamos usado para llegar hasta aquella habitación, por mi parte regrese por el pasillo hasta el lugar donde acordado para reunirnos. Una vez estuve en aquella habitación, me tome la libertad para curiosear la instalación, no habiendo encontrado nada de interés regrese al sofá y me senté esperando a que todo llegaran.
Mientras tanto repasaba en mi mente cada parte del plan, buscando la forma de ser lo más claro y preciso al momento de expresarlo, mientras estaba en estas cavilaciones una idea asalto mi mente. No solo debíamos saber qué clase de mostró era el capitán, sino también debíamos considerar a los peses gordos que seguramente se quedarían al resguardo de los diamantes, tras esta idea esperaba que más encontrara algún dato sobre estos individuos si es que los había, lo más mino que se pudiera hallar sería útil para preparar un plan de contingencia. Por lo que de no haber nada concreto tendríamos que valernos por nuestras propias fuerzas para descubrir sus habilidades y técnicas de combate.
Finalmente me tome unos segundos para mi pensando, tratando de llevar mi pensamientos a otras cosas, buscando relajar la mente, en eso me encontraba cuando de la misma puerta que yo había empleado hace poco apareció la comandante junto a los 11 navegantes 6 para los barcos que serían destruidos y cinco para los barcos con los que entraríamos al “Refugio”. También estaban 3 capitanes quienes coordinarían la escaramuza en tierra al verlos a todos ahí parados, comprendí que el plan sería un éxito ya que todos se veían como experimentados hombres del mar. La comandante fue hasta la pared apretó un botón y del suelo apareció una enorme mesa redonda, junto a varias sillas, todo el inmobiliario había ocupa casi todo el salo, la mujer tomo su lugar en el escritorio.
Bien como cada uno de los miembros tomaban su respectivo lugar, me prepare para explicarles el plan, para que juntos diéramos el visto bueno y así obtener el plan definitivo que emplearíamos en unas cuantas horas. Ya una vez todos sentados en sus respectivos lugares esperamos a que llegaran hasta aquel lugar Max y la teniente para que oficialmente comenzara la junta.
Si teníamos suerte un grupo de apoyo saldría desde la base de la marina para prestar socorro a la villa, una horas después se efectuaría el distractor por la puerta principal, mientras repasaba esta etapa del plan le volvió preguntar a la barman –¿Segura que podemos destruir 6 de tus navíos?- a lo que ella me contesto mientras daba un sorbo de su tasa de café – Si no hay ningún problema es un sacrificio que estamos dispuestos a tomar, si con eso evitamos que este mal sea permanente. Por cierto quieres más café- sin darme cuenta del todo me había servido la primera, en algún momento de la planeación y ahora de la misma forma lentamente me la había gastado.
-Si por favor, me gustaría decir que ha estado muy bueno pero ni siquiera me he dado cuenta de cuando me lo he terminado- Dije mientras sonreía y me tomaba un descanso, la comandante se retiró, para segundos después traerme otra tas de café, le di un sorbo mientras contemplaba nuevamente. Lamentablemente no pude seborrea aquel café pues una vez entraba en modo estratega, toda mi concentración estaba destinada a ello, luego de la breve pausa para el café redoble mis esfuerzos hasta que la escarnamusa frente a las instalaciones quedo milimétricamente calculada, siempre lo he dicho una batalla bien librada es como el mecanismo de un reloj y si algún engrane faya es cuando se dan las pérdidas de vida.
Una terminado el laborioso plan lo contemple satisfecho desde mi silla, según yo no había dejado ningún cabo suelto, contemplando hasta el último detalle e incluso había resuelto aprovechar la situación para obtener los diamantes, claro si Max no veía inconveniente en desviarnos un poco para ir a curiosear la bóveda. Tras concluir los preparativos le pedí a comandante que llamara a quienes serían los líderes de cada contingente, siendo mi preocupación más grande los navegantes que nos llevarían hasta el cuartel, pues no solo debían ser rápidos, sino lo suficiente diestros para sortear las corrientes en un tiempo casi absurdo.
La comándate sonrió mientras me decía que el plan le agradaba y que estaba segura que este funcionaria, ya que sus hombres eran capaces de llevarlo a cabo. Sin decirme nada más salió por una puerta contraria a la que habíamos usado para llegar hasta aquella habitación, por mi parte regrese por el pasillo hasta el lugar donde acordado para reunirnos. Una vez estuve en aquella habitación, me tome la libertad para curiosear la instalación, no habiendo encontrado nada de interés regrese al sofá y me senté esperando a que todo llegaran.
Mientras tanto repasaba en mi mente cada parte del plan, buscando la forma de ser lo más claro y preciso al momento de expresarlo, mientras estaba en estas cavilaciones una idea asalto mi mente. No solo debíamos saber qué clase de mostró era el capitán, sino también debíamos considerar a los peses gordos que seguramente se quedarían al resguardo de los diamantes, tras esta idea esperaba que más encontrara algún dato sobre estos individuos si es que los había, lo más mino que se pudiera hallar sería útil para preparar un plan de contingencia. Por lo que de no haber nada concreto tendríamos que valernos por nuestras propias fuerzas para descubrir sus habilidades y técnicas de combate.
Finalmente me tome unos segundos para mi pensando, tratando de llevar mi pensamientos a otras cosas, buscando relajar la mente, en eso me encontraba cuando de la misma puerta que yo había empleado hace poco apareció la comandante junto a los 11 navegantes 6 para los barcos que serían destruidos y cinco para los barcos con los que entraríamos al “Refugio”. También estaban 3 capitanes quienes coordinarían la escaramuza en tierra al verlos a todos ahí parados, comprendí que el plan sería un éxito ya que todos se veían como experimentados hombres del mar. La comandante fue hasta la pared apretó un botón y del suelo apareció una enorme mesa redonda, junto a varias sillas, todo el inmobiliario había ocupa casi todo el salo, la mujer tomo su lugar en el escritorio.
Bien como cada uno de los miembros tomaban su respectivo lugar, me prepare para explicarles el plan, para que juntos diéramos el visto bueno y así obtener el plan definitivo que emplearíamos en unas cuantas horas. Ya una vez todos sentados en sus respectivos lugares esperamos a que llegaran hasta aquel lugar Max y la teniente para que oficialmente comenzara la junta.
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Intentaba repasar una y otra vez la información de nuestros enemigos, después de todo nos sobraba el tiempo, y sin mencionar que un solo error podría llevar a un desastre de cualquier magnitud. Aunque no era mucho, las cosas que explicaba sobre el Máximo Decimo Segundo eran significativas si pensábamos en el hecho de que muy posiblemente no exista esa información en otras partes. Por esa misma razón debía aprovecharla lo más posible, quien sabe en qué momento podrían servirnos de ayuda. “Espero que a Teo le vaya bien con eso de idear el plan” pensaba un poco preocupado pero al mismo tiempo con esperanzas de que él pudiera lograrlo sin ningún problema.
-Sera mejo que me concentre en lo mío. (Dije en voz baja para mí)
Intente dejar de pensar tanto en aquel problema que tendría que lidiar mi compañero, y me empeñe a investigar más a estos marineritos. Fue entonces, leyendo una sección del archivo del pobre capitán ilegal, que descubrí que recientemente el muy desgraciado había contratado a algunos marines corruptos como guardaespaldas. La mera mención de la existencia de estos protectores del Máximo Decimo Segundo era lo único que había en los archivos de este. Así que sin más tardar le pregunte a la señorita que tenia al lado si tenían información sobre aquellos sujetos corruptos, los cuales sabía que nos iban a dar problemas. Para mi suerte la mujer dijo que si, si tenían algunos archivos sobre los marines contratados como guardaespaldas, y me emociono mucho, tanto que no pude esperar para echarles un ojo.
Tardamos unos pocos minutos en encontrar los documentos que necesitábamos pues estos estaban más cerca de lo que imaginaba, y pedí a la mujer llamada Karina que los pusiera en la mesa de forma ordenada. “Vaya, tendremos que lidiar contra tres lame botas” pensé al ver que habían solo tres documentos sobre estos marines, entre los cuales no me sorprendería ver a un bastardo. Al fin y al cabo eran corruptos, no podía esperar mucho de ellos, pero sean expertos o novatos estaba seguro que nos darían problemas ya que no se separarían del capitán marine tan fácilmente. Sin perder más tiempo abrí el primer archivo, este era sobre un sujeto llamado Filip Darwel con cabello marón, su altura era de 1,85m, su edad era de 45 y se notaba que era un amante de sus músculos. Según la información conseguida sobre él, su temperamento era horrible, a la par que su estupidez. Si su enemigo tenía una apariencia más débil que la suya se dejaba golpear para dar ventaja a su oponente, algo bastante tonto.
El segundo archivo que abrí para examinar fue el de un sujeto llamado Noah con un sedoso cabello amarillo, su físico era algo normal, con 1,68m tenía unos 27 años de edad, en pocas palabras el típico rubio amante de su propia belleza. Muchos testigos de la presencia de esta persona habían afirmado que, en campos de batalla, era muy calculador y que se creía a sí mismo una mente superior. Si mi intuición no me fallaba, la fuerza bruta no sería suficiente para derrotar a alguien como él, algo de inteligencia tendría que ser requerida en una batalla con una persona como esa. Su arrogancia decoraba perfectamente su “mente superior”, y tal como Filip, detestaba a todo ser que sea inferior a él, solo que en este caso no era físicamente, sino mas bien mentalmente.
Y por ultimo pero no menos importante estaba el tercer archivo de los guardaespaldas corruptos, en donde para mi sorpresa se encontraba una mujer marine. Una chica llamada Fuyumi con cabello de color negro oscuro era la última, con una altura de 1,70m, un cuerpo delgado bastante cuidado y una edad de 25 años. De todas las cosas posibles jamás hubiera imaginado que habría una mujer en el grupo de protección del Capitán Máximo Decimo Segundo, por lo que me empeñe en investigar más a fondo a esta persona. Tenía un temperamento y carácter más normal comparado al de los otros dos subnormales, no muchos la han logrado ver ya que nunca suele verse a la luz del día, sospecho que debe ocultarse en algún lugar en donde nadie suele frecuentar mucho.
-Filip, Noah y Fuyumi. (Susurre para mí, con algo de calma)
En una sección de cada documento había información sobre las habilidades que los guardaespaldas tenían, como también sus armas principales. A Filip, el fortachudo del grupo, tenía una especial atracción con los mazos o martillos enormes aunque normalmente siempre pelea con sus puños, pues así demuestra su verdadera fuerza o eso es lo que él dice. Luego tenemos a Noah, amante de diversas armas pequeñas y afiladas como cuchillos o shurikens, pero lo que más utiliza, y según él su arma más eficaz, es su propio cerebro. Y para cerrar con broche de oro esta Fuyumi, una espadachín cuyos lazos con las katanas son muy fuertes, “mi corazón está unido a mi espada” es un famoso dicho que fue hecho por ella.
-Su corazón eh. (Dije en voz alta con una sonrisa en mis labios)
Fue en ese momento donde me pregunte sobre como habían encontrado toda esta información, y para sacarme la duda se lo dije a Karina, a lo que me respondió amablemente –Tuvimos un espía dentro de ese refugio de los marines, él era el responsable de mandar toda la información que conseguía sobre todo lo que pasaba en los interiores. Incluso también a escrito sobre los guardaespaldas del Capitán Máximo, pero no hace mucho nos esteramos que perdió su vida. Pensamos que lo habían descubierto y que había sido torturado hasta la muerte, pero nos aliviamos un poco al descubrir que en realidad había fallecido por una enfermedad mortal.- en cierto como tenía sentido, y si jamás supieron sobre el espía, muy probablemente no sepan que serán atacados.
De repente la mujer me dijo que ya habían pasado varias horas, cosa que me sorprendió ya que para mi había pasado mucho menos tiempo. “Supongo que me distraje mucho” pensé mientras con rapidez tomaba todos los archivos de nuestros enemigos para llevarlos conmigo. Así que sin perder más el tiempo Karina y yo nos apuramos a ir al lugar de encuentro, donde todos estaríamos para tener una charla sobre el plan de ataque. Esperaba con ansias que Teo allá descubierto lo suficiente como para tener una idea mas elaborada de hacer esta misión. Y en un abrir y cerrar de ojos llegamos a la sala central, cuyo lugar había cambiado un poco. Pero lo que me sorprendió fue ver que, además de Teo y la comandante de la organización Mandragora, también había varias personas que estaban sentados en una mesa enorme y redonda.
-Creo que llegamos un poco tarde. (Dije en voz alta con una sonrisa y una carcajada) –Aquí está la información, tendremos que lidiar con tres guardaespaldas que protegen al pobre Máximo Decimo Segundo. (Mencione después de haber puesto los 4 archivos enfrente de Teo)
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Max y su acompañante llegaron un poco después que todo nosotros, pude notar en la cara de mi compañero como se reflejaba el asombro, producto de la inesperada presencia de tantos individuos. Luego mi colega se disculpó por la demora, mientras soltaba una fuerte carcajada, tras esto coloco tres expedientes en frente de mí mientras nos decía que al interior existían tres guardaespaldas con los que tendríamos que lidiar, acto seguido le comente –Vamos has llegado justo a tiempo que no te has perdido de nada interesante, pero lo que me comentas digamos que eso si es muy relevante ahora no tendremos que enfrentarnos solo a la madre naturaleza sino también a esos tipos... bueno no será nada con lo que no podamos lidiar verdad Max. Bien ahora que están todos comenzare a explicar el plan.
Mientras decía esto la joven mujer apretó un botón de la mesa y esta se ilumino en un color azul, luego poco a poco fue trazando los contornos de un mapa, el cual en cuestión de segundos quedo revelado. Me había quedado sorprendido pues no me esperaba que la mesa fuera tan avanzada, luego un pequeño tablero, con una pantalla en pequeño salió en frente de mi la comandante me señalo y dijo – Con eso puedes controlar el mapa- me le quede viendo y luego mire en dirección a la pantalla, quedándome anonadado, en primera porque si tenían aquella tecnología porque no me la había mostrado mucho antes, hubiera sido mucho más fácil para mí, pero bueno eso ya no importaba.
Toque el mapa y comencé a explicar los detalles del plan – Señores en primera debemos ser muy precisos en todo este plan para que funcione, nuestra eficiente coordinación es indispensable, por lo tanto acaten cada instrucción oportunamente y sin dejar un solo segundo de sobra. Ahora bien por favor escuchen el plan y si tienen alguna sugerencia o duda para hacerlo más eficiente por favor compártamela. Bien este plan se divide en tres momentos el primero ser efectuara a las 9 de la noche, en este mapa de la ciudad- toque la pantalla y esta se agrando- Se encuentran 10 edificios abandonados, requiero que estos junto a varias zonas marcadas con rojo en el mapa sean, dinamitadas, requerimos un gran estruendo en el puerto. El objetivo es causar caos y alboroto entre los hombres inconformes que un queden, las detonaciones deben ser cuidadas para que no dañen a terceros, se deberá en todo momento cuidar a la población.
Luego volví a picar la pantalla y esta realizo un acercamiento al área del cuartel luego continúe-Los centinelas debe estar pendiente de cuantos marines llegan por el puerto y por tierra, informarnos, constantemente de la situación. Ahora bien una hora después, tres barcos explotaran frente al cuartel, si pueden estrellarlos contra este será estupendo, pero comprendo si esto no se logra ya que las corrientes son muy fuertes. Estos navíos serán tripulados con el número mínimo de tripulantes. Mientras tanto tres barcos estarán esperando a que los primeros exploten, inmediatamente después será fuego a discreción contra el cuartel, no se alejen hasta que divisen a los barcos enemigos, luego aléjense lo más que puedan, bajen del navío, para posteriormente detónelos y finalmente escóndase en los túneles cerca de la costa.
Hice una larga pausa luego finalice mi plan diciendo – Los equipos de asedio serán 5, con cuatro miembros por unidad, los navegantes de estos equipos deben ser realmente buenos porque nosotros iremos en botes hasta el cuartel, deberán mantener estable la nave y luchar contra las fuertes corrientes. Ya que debemos esperar a que los barcos salgan de los muelles interiores del cuartel, ¡Solo tenemos una oportunidad! Asi que una vez se abran las puertas, todo el equipo deberán remar con todas sus fuerzas para entrar a los muelles antes de que las compuertas se cierren, una vez adentro, nos dividiéremos 3 equipos irán por nuestro objetivo que se encuentra en el piso tres junto a la bóveda de alta seguridad.
Luego amplié el interior del cuartel y continué -Los demás equipos deberán clausuraran todos los muelles menos el que usaremos para escapar, una vez hecho esto uno de estos equipos ira a los calabozos y liberara a los prisioneros, hagan un caos en el interior servirá de distracción. Todo lo demás depende de ustedes espero que salgamos con bien, alguna duda, si no es así procederemos a escuchar a mi cámara Max. Por cierto cámara ¿qué te ha parecido la idea de los fuegos artificiales? no se me había olvidado que te había prometido luces en el cielo- dije con un amplia sonrisa.
Acto seguido tome una de las capetas que aun tenía frente de mí y antes de que Max comenzara a decir algo me di a la tarea de empezar a leer los informes, el que había tomado Fuyumi, el reporte decía cosas verdadera me interesantes, pero tras el rápido vistazo baje la carpeta y me dispuse a escuchar lo que tenía que decir Max. Ya que en verdad deseaba escuchar sus opiniones e interpretaciones sobre lo que se encontraba escrito en estos documentos.
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Sin más tardar Karina y yo nos sentamos en nuestros respectivos asientos, y me acomode para luego intentar escuchar con atención lo que planearon hacer. Aunque la verdad me parecía un poco extraño estar con tantas personas en un mismo lugar, el no conocer a casi nadie lo empeoraba pero sabía que iban a ser parte del gran equipo que formaremos para poder invadir el cuartel de la isla. Al mismo tiempo me emocionaba todo lo que estaba ocurriendo, hace unas horas no teníamos ni idea de todo esto, pero ahora no teníamos vuelta atrás, debíamos afrontar la decisión que tomamos Teo y yo. Después de todo aunque quisiéramos, marcharnos y dejarlos asumir el problema ellos mismos no era una opción, al menos no para nosotros.
-Tienes razón, aunque no será nada fácil. (Asumí con un tono tranquilo y calmado)
La impresión era igual, por no decir que a mí me impacto mas, tenían una tecnología bastante decente para estar bajo tierra. Pero lo que me hizo gracia fue la expresión de Teo con aquella mesa-mapa, intentaba disimularlo, pero algunas que otras risas se me escapaban, no podía resistirlo lo suficiente. Aunque claramente no eran mis intenciones ocultar mis risas por lo que acababa de pasar, sin embargo el tiempo que tuve para reírme de Teo y de mi era poco, ya que él estaba por explicar lo que necesitábamos saber para hacer esto bien y no fallar. Así que aproveche para hablar rápidamente.
-Hombre, parece que viste a un fantasma, pero no te culpo… (Termine con un leve suspiro mientras admiraba la sorprendente mesa)
Y con esas palabras pude terminar de reírme y poder poner un rostro serio ante la situación, pero sin dudas aquella mesa me había impresionado bastante. No podía esperar más por lo que tenía que decir Teo sobre el plan, él era muy bueno para eso de los planes y estrategias. La verdad era que a veces me impresionaba a mí con lo bien que podía improvisar con cualquier información que obtenía, tenerlo como colega era una buena idea, su determinación y sentido de la aventura eran para admirar y eso me gustaba bastante. Se podía notar en sus palabras, la manera en que explicaba nuestro plan debió haber sido hecha con su determinación.
-Esperemos que los bastardos sean tan tontos como lo imaginamos, si es así todo saldrá perfecto. (Mencione mientras Teo se daba su respectiva pausa para luego continuar)
Esperaba a que el equipo completo entendiera bien las instrucciones y que no la caguen, eso era lo más importante pues si todo salía bien y como lo habíamos planeado entonces los resultados serian de perla, literalmente. Intentaba concentrarme lo más que podía en las palabras de mi compañero, era obvio que yo también debía hacer mi parte con suma coordinación con el equipo, o si no, no tendría sentido el escuchar con atención. Entonces, Teo termino de dar su explicación, dándome paso a que empezara a hablar sobre lo que sabía sobre los problemas que tendremos que superar en el interior del edificio de los marines, a lo que respondí con una sonrisa.
-Creo que se verán en toda la isla, eso es bueno. (Respondí con una risa entre medio) –Pero habrá que tener cuidado chicos, cuando se trata de explosiones, Teo se puede volver loco a veces. (Con una carcajada dije al grupo que estaba sentado con nosotros, guiñándole el ojo a mi compañero)
Fuera de todas las bromas, aquellos que irían con nosotros al interior del cuartel debían conocer los peligros que se encontraban en su interior, quitando a los marines comunes. La información que se podía ver en los archivos era bastante buena, lo mejor de todo era saber bien la forma de comportamiento del enemigo, ya que podríamos sacarle algo de ventaja. Así que con un gran y largo suspiro abrí paso a las palabras que vendrían después, explicando la breve información que había conseguido. “Aunque hay algo de lo que tengo que encargarme yo solo” pensé seriamente mientras veía como todos esperaban a mis palabras.
-Primero que nada debo advertir que estos enemigos no son como cualquier aficionado, si en verdad aprecias sus vidas no deben por nada en el mundo confiarse de sobremanera. (Empecé lo más serio posible) –El primero es Filip Darwel, aunque es bastante fuerte físicamente, le falta unos cuantos tornillos por lo que podríamos aventajarnos de su ignorancia, solo viste un pantalón un poco desgastado y utiliza unos guantes negros así que será fácil de diferenciar. Le encanta presumir su fuerza hacia los demás, pero con algo de inteligencia podría ser vencido fácilmente, si llega a tomar una de sus armas, lo mejor sería apartarse de su camino hasta encontrar una abertura pues no querrán sufrir uno de sus golpes… (Me tome mi tiempo a lo que pasaba el archivo de Filip para que todos lo pudieran ver) –El segundo problema con el que me tope, es un cerebrito llamado Noah, como era de esperarse es un desgraciado que solo piensa en sí mismo y en que la mayoría de los demás son seres inferiores. Sus rasgos son fáciles de distinguir, rubio con ropa elegante y un carácter molesto, sin dudas el que pelee con el tendrá que ser cuidadoso con las estrategias de este bastardo, y no creo que solamente la fuerza bruta pueda vencerlo. (Explique brevemente sobre uno de los mayores obstáculos que tendremos, al menos más grande que el del fortachón)
Esta pausa fue más larga que la anterior, al igual que con Filip, pase el archivo de Noah a todos los del grupo. Di un leve suspiro, pensando en el último enemigo al que tendremos que combatir.
-Fuyumi es el nombre del último obstáculo que tendremos que afrontar…es una mujer marine, entre los otros dos es la más normal física y mentalmente. Los conocimientos que se tienen sobre ella son casi nulos, lo único que sus documentos menciona es que es una espadachina habilidosa y que posiblemente sea la que más cerca este de Máximo Decimo Segundo… (Pare de hablar por un momento mientras pasaba el archivo de la mujer) –Lo mejor sería cuidarse de ella, quien sabe qué clase de trucos tiene escondidos… Pero si todo sale bien no tendrán de que preocuparse ya que tengo planeado que ella sea mi adversario. (Termine diciendo con mucha seriedad, al mismo tiempo que volteaba a ver a Teo) -¿Te parece bien? (Pregunte con una sonrisa en mis labios)
Debíamos ser precisos en esto, no podíamos pelear todos juntos, deberíamos separarnos para poder responder y lograr la misión más rápidamente. No dije nada suponiendo que mi compañero ya lo sabía o que al menos se le planteaba la idea, pues separar al enemigo es una estrategia básica.
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Escuche atentamente a todo lo que Max decía cada detalle de aquellos sujetos y al parecer él se encontraba bastante interesado en la mujer del grupo, por lo que deseaba enfrentarla personalmente, no sabía cuál sería su interés en ella aunque sospechaba que tenía algo que ver con que ella fuera una espadachín. Max finalizo su conferencia diciéndome si estaba de acuerdo en que él se enfrentara a ella a lo que respondí –Bueno con respecto a los explosivos, vamos Max solo es un pasatiempo y que al final de este día no seré yo quien oprima el botón, aunque claro admito que eso me hubiera gustado mucho y bueno sobre lo que me dices de Fuyumi bueno no tengo ningún problema en que te enfrentes a ella, de hecho me gusta la idea. Solo un detalle querido amigo me parece sería prudente que fueras acompañado por alguien más del equipo asedio, pero esa es tu decisión.
Luego me dirigía todos – Si no hay nada más que tratar me parece sería bueno que todos los que nos vayamos a infiltrar en la noche tomemos un descansó para estar en las mejores condiciones posibles- dicho esto todos se levantaron de la mesa y se retiraron a cumplir con sus encargos, nuevamente quedamos en la sala la comandante, su hermana, Max y yo. No obstante la comandante no tardó mucho en irse la sala, para atender los detalles de la operación, aunque estaba seguro que ella sería uno de los infiltrados, era evidente que sería la que menos podría descansar.
Aproveche la oportunidad para que se presentaba para poder hablar a solas con Max, pues deseaba hacerle saber de mi segundo objetivo así que sin vacilar le dije -Max colega quiero ir tras los tesoros que antes nos habían mencionado, sé que es muy arriesgado pues ya tenemos una misión clara, sin embargo entenderás que no podemos desaprovechar una oportunidad como esta por lo que te pido tu ayuda para conseguir robar aquellos objetos, como de costumbre nos iríamos a partes iguales. Tras esto aproveche para decirle a la joven Karina que esperaba que no tuvieran ellos ningún inconveniente con la decisión que estaba tomando, tras esto le aclare que no tenía pensado dejar la misión actual pero que si encontraba la oportunidad si iría por dichos objetos ya que la bóveda no estaba muy lejos del cuarto del capitán.
La joven con una sonrisa me dijo que por ella no había ningún problema, ya que eso era lo menos que podían hacer por nosotros para darnos las gracias, le sonreí y espere a la respuesta de mi compañero. Mientras tanto le preguntaba a la joven si en el complejo existía algún lugar donde pudiéramos comer algo, pues después de todo aquel ajetreo nuevamente ya tenía hambre.
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Al terminar di un largo suspiro, tener que planear todo tan milimétrica mente era algo complicado para un principiante para mí, pero sabía que era necesario para no fallar. Me entusiasmaba por lo que estábamos a punto de hacer y posiblemente lograr, tenía fe en que el desempeño de todos iba a hacer bueno y que no tendrían muchos problemas con completar sus tareas…pero en acciones como esta siempre había la posibilidad de que algo, no importa lo que fuera, fallase poniendo la misión en peligro. “Tendremos que tener cuidado en todo momento, ojala funcionase” pensé un poco intranquilo, mis latidos se volvían más rápidos, debía tranquilizarme y por suerte estaba Teo para poder sacarme de mis pensamientos y devolverme a la realidad.
-Concuerdo contigo, sería muy tonto ir solo, gracias por acordármelo colega. (Una sonrisa y una leve risa acompañaban mis palabras) –La verdad es que me sentiría más tranquilo si tú tuvieras el botón de los explosivos, pero confió en que estos chicos puedan hacerlo bien. (Termine de hablar mientras respiraba lentamente, intentando calmarme y volver a estar tranquilo)
No podía esperar a entrar en aquel lugar y poder enfrentarme a la mujer espadachín, sin mencionar que podría encontrar información acerca de mis padres. Sabía que era muy poco probable encontrar lo que buscaba, pero el cuartel era de los marines, y no podía perder esta oportunidad para averiguar todo lo que pueda ya que en esos lugares guardaban mucha información. “Ve más despacio idiota, no seas tan imprudente” me decía a mí mismo, no podía dejar que mis ansias y mis nervios me segaran ante esa situación. Descubrir la verdad sobre mis padres marines era casi una prioridad, pero nada era más importante que mantenerme con vida y eso lo sabía muy bien, no solo por el sentido común, sino más bien por las palabras que me había dedicado mi ya difundo hermano mayor.
Y una vez más en un parpadeo el tiempo había pasado volando, inundarme en mis pensamientos fue suficiente para que todo pasara tan deprisa. La habitación estaba vacía, todos se habían ido a hacer lo que tenían que hacer, ya sea descansar o prepararse más adecuadamente. Luego había escuchado las palabras de Teo sobre robar los tesoros que se encontraban en el interior del lugar que íbamos a invadir, sin lugar a duda era algo que como pirata no podía pasar por alto.
-Temía que nunca lo mencionaras, estoy tan interesado en las joyas como tú, solo hay que planearlo rápidamente. Sinceramente creo que tus explosivos serán más que suficientes para tirar abajo la entrada a la bóveda. (Dije sin preocupaciones con una gran sonrisa) –Pienso que sería bueno llevar bolsas o algo parecido, ya sabes para llevar una cantidad mayor de las que nos permiten nuestros pequeños bolsillos, aunque no sé si te parezca buena idea. (Di mi opinión seriamente sobre como poder llevarnos una cantidad mayor de dinero)
Paso poco tiempo para que el lugar donde nos encontrábamos se volviese muy silencioso y vacio, con todo ya dicho y discutido, también tendríamos que ir a descansar y o hacer cualquier otra cosa para estar bien preparados. Teo pregunto algo sobre comida, y valla que esas palabras despertaron a mi estomago también, aunque las ganas de comer eran levemente menores que las de mi compañero. Por lo que tranquilamente me puse de pie y le dije a Teo que nos encontráramos después a la hora del momento decisivo, cuando tengamos que movernos hacia nuestros puestos y antes de poder irme le dije que si queríamos llegar a nuestro segundo objetivo, debíamos ser cuidadosos y rápidos al abrir la bóveda. Y sin más le pregunte a Karina si podía llevarme hasta un lugar donde pueda afilar mi espada para el combate y que también pueda descansar un poco, ella solo me respondió que la siguiese y me llevaría con gusto.
-Hay algo en lo que he estado meditando desde la última vez que participamos en una aventura, no creo que este sea el mejor momento para decírtelo, así que tendrás que aguantarte. (Le susurre a Teo con una leve carcajada al final, ya llegaría el momento adecuado para revelarle mi idea)
Luego de aquello, me propuse a seguir a Karina hasta donde podría prepararme adecuadamente, pero sobre todo, quería estar a solas con la hermana de la comandante de la organización. Llegamos rápidamente hasta una habitación un tanto amplia, en donde se encontraban muchas katanas y cosas similares, camine por el lugar hasta por fin encontrar la herramienta con la que podía afilar mi arma. “¿Sera verdad?” me preguntaba en mi cabeza una y otra vez, pero la única forma de averiguarlo era preguntándole directamente a la mujer que estaba conmigo en la sala.
-¿Es verdad? Eso que dijiste en el restaurante. (Mencione un poco impaciente por saber la respuesta de la muchacha)
La razón de mi intriga y preocupación eran claras, lo que esa mujer me había susurrado en aquella situación en la que aun no sabíamos nada de lo que estaba ocurriendo en la isla, era algo que me hizo pensar mucho. “-Tengo información que tal vez te interese…es sobre tu familia-“ fue lo me había dicho en aquel momento, por supuesto, intente no demostrar alguna cara de estupefacción para no alertar a mi compañero en ese instante, ya que aquel problema era mío y no quería involucrarlo a él. Pasaron unos minutos mientras afilaba mi katana, a lo que por fin la mujer decidió hablar con un rostro un poco preocupado. –En parte sí, no recuerdo mucho ya que era niña cuando tus padres visitaron la isla en donde yo y mi hermana nacimos, ellos fueron por un extraño acuerdo con el líder de una organización que se encontraba en ese lugar. Se llamaban Elienot D. Dexer y Lucy D. Kusanagi.- me había quedado boquiabierto, no podía creer lo que escuchaban mis oídos. Desde que nací, era la mayor información sobre mis padres que pude sacar de una persona. –Cuando vi tu apellido me acorde de aquellos dos, así que decidí investigar y solo averigüe que eran marines que habían desaparecido misteriosamente, pero también pude enterarme que en el cuartel de esta isla se encuentra más información sobre ellos-
Si aquello era cierto, entonces todo lo que estaba pasando era sorprendente, pues de todas las islas en donde pude parar y encontrarme con Teo, justo fue en esta…en donde se encuentra la información que había estado buscando desde ya años. Mientras la charla seguía comía un poco, terminaba de afilar mi espada, limpiar mi ropa y calmar mi mente para lo que se avecinaba. No dormí pues no me era necesario, sin mencionar que me era imposible por todas las cosas que tenía que procesar. “Esta noche…no me detendré y tampoco caeré” pensé seriamente mientras después de varias horas de aquella charla con Karina me preparaba vistiéndome con mi capucha negra y mi katana ya afilada. Una persona me pidió que la siguiese y esta me guio hasta un lugar muy amplio en donde se encontraban todos los grupos que actuaran dentro del cuartel, con ellos se encontraba Teo.
-Y estamos aquí de nuevo, algo me dice que esto será muy “grande” para ambos bandos. (Dije mientras sonreía levemente, aunque aún seguía un copo “noqueado” por las palabras de Karina sobre mis padres)
A simple vista parecían todos preparados para la acción, todos se veían motivados y bastante entusiasmados. “Llego la hora" pensé mientras suspiraba con el objetivo de tranquilizarme un poco y centrarme en nuestra misión. Habían unas puertas gigantes que en ese momento se estaban abriendo, según la comandante aquel camino nos conducía hasta los barcos que utilizaríamos nosotros, todo parecía muy bien elaborado y planeado. Todos empezamos a caminar por el largo pasillo hasta la superficie, y mientras lo hacíamos se lograba escuchar de fondo a una mujer recordándonos que no debíamos confiarnos y que intentemos hacer todo lo más perfecto posible. Y allí estaban, al final del camino en la superficie se encontraban los barcos altamente preparados, con lo que sonreí y mire a mi compañero.
-Es el momento, daremos lo mejor de nosotros en esto. (Dije en voz alta con mi mano en forma de puño, esperando que el chocara su puño con el mio)
- La capucha al estilo realista (?):
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La chica me indico el lugar que buscaba y aunque esperaba que Max me acompañaba parecía que este tena otros planes, ya que le pidió a la joven que le llevara a un lugar donde poder afilar su arma. La vedad es que aquella escusa no me la había creído ni por un segundo, lo más seguro es que quisiera estar a solas con la chica y claro no se podía olvidar que previamente ella le había susurrado algo al oído. Por lo que solo sonreí ante la idea de que se escabulleran para hacer de las suyas, antes de que me fuera por mi dirección y los dejara solos, Max se acercó a mí me dijo que tenía algo importante de lo que deseaba hablarme, no obstante seria hasta que esta aventura terminara.
-Pues entonces debemos darnos prisa para concluir con todo esto, entonces hablaremos, pues bien me retiro, espero ambos pasen una estupenda velada- dije al final en voz baja para que la Karina no escuchara lo último que le comentaba a mi amigo. Tras esto me dirigí a la área de descanso de aquel complejo, después una buena comida, me dispuse a dormir un rato pidiéndole a uno de los miembros de aquel lugar que me despertara una hora antes de que todo comenzara. De esta forma me llevaron a unas habitaciones donde me dispuse a dormir, luego de una buena siesta y tal como había pedido un pequeño contingente fue a despertarme. Una vez despierto y habiéndome lavado la cara procedí a revisar mi equipo, dejando todo preparado para lo que vendría en breves minutos.
Salí del cuarto y me encamine a la zona donde todos ya estaban esperando para ponerse en marcha, según supe después aquel lugar daba paso a los embarcaderos. Segundos después de que yo llegara apareció Max quien vestía un formidable traje con capucha de color negro, la verdad era que era muy adecuado para una infiltración por la noche, aunque el verlo vestido de negro era típico de él. Detrás venia la joven Karina, al ver el rostro de ambos quede algo desilusionado pues supuse que después de su escapada juntos estarían más animados o mínimo más melosos, sin embargó entendía que las circunstancias no se prestaban para algo más. Max se me acerco a decirme que nuevamente estábamos ante una aventura y que aquello seria grande para ambos bandos, teniéndolo más cerca de mí pude ver que algo no andaba de todo bien y aunque me sonrió sabía que algo le había afectado, pese a todo decidí no comentar nada, fuera lo que fuera si deseaba decírmelo seria cuando todo terminara.
Las puertas que estaban frente a nuestros dejaban entrar el húmedo y frio aire de la noche, los miembros de infiltración, comenzaron a avanzar así adelante, mientras veía la escena le respondía a Max diciéndole – Así parece, creo que será una larga noche bastante movida para todos, apropósito veo que vienes vestido para la ocasión, sabes me hace sentir celoso el verte enfundado en semejante gabardina, debes decirme luego quien es tu sastre - dicho esto ambos comenzamos a caminar por el camino que nos llevaría a nuestros botes para la infiltración. Al llegar ante nuestro barco mi colega me dijo que ya era el momento y que daríamos lo mejor de nosotros luego me acerco el puño para que lo chocáramos a lo que inmediatamente respondí chocando el puño con él y diciéndole –Procuremos regresar de esta aventura compañero, vamos hombro con hombro.
Dicho esto abordamos el barco para dirigirnos al punto de espera, el mar estaba calmo aquella noche y la navegación a mi parecer le fue sencilla a los navegantes. Tras una señal dada por medio de un den den mushi, los barcos para el señuelo se separaron de nosotros, mientras los infiltrados nos dirigíamos cerca del fuerte, donde debían estar las entradas a los muelles. Con forme nos acercábamos, las aguas se agitaron y se arremolinaron asiendo difícil la movilidad para los botes, el mantenerlos a frote se volvió una ardua tarea, fue cuando a lo lejos se escucharon las explosiones de los navíos lo que indicaba que todo marchaba de acuerdo al plan, solo se requerían unos minutos más y podríamos descender de aquellos botes.
Según lo esperado, botes de la marina dejaron el complejo tras las explosiones, sin contratiempos nos apresuramos a entrar a los muelles antes de que las compuertas se cerraran, nos tomó un poco más del tiempo programado pero al final todos los navíos ya estaban adentro. Todos desembarcamos y nos reunimos en el puerto el cual estaba vacío por lo que sin perder tiempo les dije- Señores ya todos saben que hacer, sigan lo acordado y espero que todo salga bien- dicho lo anterior comenzamos a movernos por los pasillos esperando llegar hasta nuestro objetivo, sin llegar a enfrentarnos con sus guardias o con los demás marines, aunque el lugar parecía desierto.
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