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Max D Dexer
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Los sentimientos eran fuertes, como un cosquilleo en el estomago, y apostaba a que todos se sentían igual…después de todo lo que estábamos a punto de hacer era algo muy peligroso que no cualquiera en su sano juicio aria. “Estamos dementes” pensé fallando totalmente al intentar tranquilizarme, mi corazón latía rápido y mis pensamientos volaban de aquí para allá. Aun pensaba en eso que me había dicho Karina, si lo dijo es verdad entonces en estos momento me estaría acercando cada vez más hacia lo que sería la única información que podría tener sobre mis padres. Fallar no era un opción, tanto por merito personal como también por la organización a la que estábamos ayudando.
-Claro, estas son de primera mano. (Dije en un tono bromista mientras reía por sus palabras) –No solo es una aventura, es también una misión. (Recalque con un tono típico de una película, mi rostro se había vuelto serio después de una gran sonrisa)
Comenzamos a abordar los barcos rápidamente y de forma silenciosa para no llamar la atención, no podíamos estar completamente seguros de que nadie podría escucharnos, debíamos ser inteligentes y cautelosos ante toda situación. Al fin y al cabo teníamos la ventaja de la sorpresa, y no podíamos desaprovecharla tan fácilmente. Al principio como siempre no parecía muy complicado, pero una vez nos acercamos lo suficiente al cuartel empezaron los problemas que tenían aquellas aguas. Rezaba para que no chocáramos o que nos puedan descubrir, aunque la obscuridad era tal que hasta incluso era difícil de ver. Y de un segundo a otro las explosiones empezaron, se escuchaban a lo lejos pero podíamos ver la luz de estas, así que todos empezamos a seguir el resto del plan de infiltración.
Una vez adentro del complejo, gracias a las compuertas de los muelles que casi nos dejan afuera, no perdimos tiempo para movernos hacia los pasillos que nos permitirían entrar y subir por el edificio. Una vez terminadas las palabras de Teo yo seguí diciendo que más les vale no confiarse del enemigo y que se cuiden las espaldas, y sin perder más aliento acompañe a mi colega en el interior de las instalaciones. El lugar estaba extrañamente vacio, habían algunos marines pero eran muy pocos, noquearlos o pasar rápidamente sin que se dieran cuenta era más fácil de lo que pensé. “Algo me inquieta” pensé algo preocupado por la situación, cuando de repente llegamos a un lugar donde habían varios pasillos distintos.
-Aquí es donde los grupos se separan, todos ya saben que hacer…suerte. (Mencione seriamente esperando no escuchar que al final tuvimos bajas)
Una vez separados, los encargados del Máximo Decimo, empezamos a subir los niveles para llegar hasta el bastardo que se supone debería estar durmiendo. La cantidad de marines era muy leve, intentábamos ser lo más sigilosos posibles para no alertar a los demás y que ocurriera un desastre. Era muy difícil pasar sin llamar mucho la atención, después de todo éramos un grupo bastante grande, pero sorprendentemente nos envolvimos bien en equipo para pasar sin problemas mayores…claro hasta llegar al primer nivel. Cuando llegamos al primer piso, había una habitación realmente grande, parecía como si estuviera preparada para un combate y eso ya me daba mala espina. A la derecha se encontraban las escaleras para subir al segundo piso, pero al frente de nosotros se encontraban varios marines, unos 6 o 7 como mínimo. Pero eso no era lo peor, lo peor se encontraba en el medio de todos los marines.
-¡Maldición! (Grite levemente al ver lo que se nos venia enzima)
El hombre que sobresalía de entre todos los que estabas en la sala tenía un aspecto enorme, no tenia camiseta y tenía poco cabello. Si, sin dudas era él, Filip Darwel era sin dudas más horrible en persona, y aunque invadimos el lugar el rostro del hombre parecía feliz, emocionado. El corpulento hombre dio unos cuentos pasos hacia adelante mientras se reía a carcajadas, y después de unos agobiantes segundos por fin se decidió a hablar –¿Pero que tenemos aquí? Unas cuantas ratas para divertirme esta noche aburrida… Sera mejor que todos vengan a la vez si quieren tener una oportunidad conmigo… Y no se preocupen, yo seré el único que luchare- termino con una leve risa, bastante incómoda y tenebrosa.
-¿Ahora entienden a lo que me refería con “cabeza hueca”? Es un brutal bruto. (Dije seriamente con algo de asco al vernos en esta situación tan rápidamente)
Aquello no salió como pensamos, averiguaron nuestra presencia en aquel lugar antes de lo previsto. Pero no podíamos dar marcha atrás y mucho menos retrasarnos con la misión. “Piensa Max, piensa” pensé intentando decidir sabiamente como podríamos seguir adelante. Éramos tres equipos, uno comandado por Teo, otro por la comandante de la organización y el otro lo guiaba yo. La solución era clara, uno de los tres grupos debía quedarse a combatir contra el enemigo en este piso para que los otros sigan al siguiente. No podíamos perder más tiempo por lo que rápidamente con mi equipo nos dirigíamos hacia el segundo piso al mismo tiempo que les gritaba a los demás que decidieran quien lucharía contra el sin cerebro.
-¡No podemos detenernos! Nos veremos arriba. (Dije mientras escapaba hacia las escaleras a alta velocidad)
Una vez llegue al segundo piso espere ver a un nuevo enemigo en busca de pelea, pero extrañamente no había nadie, estaba completamente vacío…bueno, no tan vacio pero no había una gran cantidad como esperaba. Sin dudas era muy sospechoso, no podía adivinar porque estaba sin tanta protección el segundo nivel. Era algo completamente extraño, pero no podía desaprovechar esta humilde acción del enemigo. Sin esperar mas subí hasta el tercer piso con mi equipo, ya estábamos tan cerca de nuestros objetivos…pero había algo que nos impedía seguir nuestro camino, y ese algo no cederá hasta ser derrotado. En ese momento desenvaine mi katana, enfrente del enemigo.
Teobaldo Voglio
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Habíamos atravesado sin muchos problemas los pasillos, todo marchaba relativamente bien hasta que llegamos al primer piso, el lugar era bastante amplio y parecía que ya hubiera sido planeado para que en él se llevara una batalla, por si fuera poco nos esperaban un selecto grupo de marines. En ese momento los tres equipos frenamos el avance casi al instante, al escuchar el grito de Max quien maldecía a la figura que aparecía detrás de los 7 marines, un mastodonte de mucho más grande que todos ellos, el cual mostraba una sonrisa maniaca que dejaba ver sus pocos dientes. El hombre dio unos pasos por delante, mientras balanceaba una maso con cadena y en un tono burlesco invito a que todos lo derribáramos, mientras nos aclaraba que el sería el único que lucharía contra nosotros.
Max en ese momento comento que ahora entendía por qué en su perfil psicológico lo señalaban como un ser carente masa gris –Concuerdo con la idea, sin embargó no hay que subestimarlo- dije en un tono serio ante la idea de que uno de los equipos debía enfrentarse a semejante bulto. Max clamo que no podíamos perder tiempo y que nos veríamos arriba, tras esto se precipito para pasar por delante del sujeto, acto seguido la comandante fue tras él, en ese momento intuí que si todos nos movíamos rápidamente tal vez podríamos pasar de largo sin tener que enfrentarlo, una vez del otro lado bloquearía la puerta con mi adhesivo para impedir que nos siguieran. No obstante antes de que pudiera ir tras ellos el hombre que pensé seria extremadamente lento se movió, cual saeta y en solo movimiento blandió su Maza en contra de mis compañeros.
Sin basilar lance un chorro de adhesión que se convirtió en un látigo, con un movimiento rápido y poniendo todas mis fuerzas logre desaviar, la trayectoria de su ataque el cual probablemente hubiera derribado a los miembros de los dos equipos por delante de mí. Su arma impacto contra el suelo y su vista cambio en mi dirección, en el justo momento en que Max y la comandante pasaban con sus hombres. Valalaika freno su paso brevemente para mirar a tras al notar esto alcance a decirle –No te preocupes por mí, ya lo ha dicho Max les alanzare en la parte superior este mostró será mío, continúen y no se detengan.
Acto seguido los marines que estaban con el fornido Filip comenzaron a dar persecución a mis compañeros pero el, grandote les detuvo diciéndoles- Déjenlos pasar aún les quedan sorpresas a esos intrusos y quien sería yo si les quitara la diversión a mis compañeros, además los requiero aquí para que limpien este lugar cuando termine con estos nenes- los hombres no titubearon ante la orden del coloso y por el contrario solo se apartaron sin decir nada dejando el campo para que aquel se divirtiera con migo junto a los hombres que me acompañaban. El sujeto embullo en haki su mano y de un solo movimiento rompió la conexión que nos unía, mientras una maléfica sonrisa se dibujaba en su rostro.
-Bien en verdad que hoy me divertiré, he tenido la oportunidad de encontrarme con un usuario logia, eso en verdad me da mucho gusto muchacho y bien tus amiguitos también son usuarios espero que sí porque eso me aria realmente feliz, a propósito tengo algo muy especial para sujetos como tú, permíteme enseñártelo- dijo Filip mientras soltaba la cadena de su más y se dirigía a la pared donde están todas sus armas. Inmediatamente lance un chorro de adhesivo a su manos y la ale en mi dirección para luego decirle –En verdad crees que te dejare tomar aquello que me pueda hacer daño estás loco o tonto amigo- terminado de decir eso y usando mi otra mano lance uno de mis explosivos en su dirección mientras ordenaba a mi equipo abrir fuego contra aquel tanque.
El sujeto nuevamente me sorprendió que su velocidad rompió mi amarre y esquivo mi explosivo tomando una porra de la pared, para luego regresarla en nuestra dirección, tuve que cubrirla con adhesivo para que no dañara a mis compañeros, acto seguido el sujeto lanzo una fuerte riza y dijo –Vale me desilusionas y yo que deseaba tratarte como.... como un ser humano, llevar esto como un duelo o algo similar y tú me atacas sin previo aviso... eso como decirlo... me desilusiona- tras esto el bulto cargo contra nosotros con toda su fuerza esperando aprestarnos.
Desde la perspectiva de la comandante.
La mujer subió luego de escuchar a Teobaldo dejándole atrás un poco afligida pues no deseaba perder a ninguno, no obstante la joven siguió adelante tal cual se lo dijeran, tratando de confiar en las habilidades del joven quien después de todo no era este su primer rodeo. Tras unos segundos y luego de haber entrado a una habitación sombría sus mente cambio de pensamiento, preguntándose por qué aquellos marines no habían salido tras ellos, no obstante Max había pasado por aquel lugar sin ningún problema, pero por alguna razón no dejaba de pensar que algo andaba mal.
De repente y sin previo aviso unas cuchillas cayeron del techo, sus movimientos rápidos le permitieron a ella junto a sus hombres eludir el ataque, sin embargo la situación no acabo ahí, inmediatamente unos discos salieron de entre las paredes amenazando con córtales en dos. Librando nuevamente el ataque esta vez con un poco menos de suerte ya que uno de aquellos proyectiles había, cortado su vientre, mientras otro había roto la espada de uno de sus compañeros.
Fue cuando desde el techo se escuchó la voz chillona un hombre que se burlaba de ellos indicando que bailaran para él como insectos, acto seguido un hombre de cabellera dorada se presentó ante ellos riendo como un loco. La comandante sin titubear cargo contra el sujeto pero en el momento en que su mano daba en el objetivo este se rompía en mil pedazos, los pedazos de vidrio arañaron su puño y brazo.
Luego se volvió a escuchar la misma voz pero esta vez detrás del grupo de avanzada diciéndoles –Que ignorantes son, pensé que serían unos rivales más dignos, pero si no pueden distinguir un espejo de una persona esto no tiene caso, es una lástima creo que debí quedarme con el otro grupo.
Acto seguido unas dagas volaron a las espaldas de los dos compañeros de la joven dándole solo a uno de ellos en el hombro derecho, fue en ese momento cuando Valalaika volteo solo para ver como una sombra se elevaba al techo nuevamente sin perder tiempo murmuro –Señores no se confíen y estén pendientes al entorno este sujeto es realmente ingenioso pero, no hay motivo por el cual no podamos ganarle.
Max D Dexer
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El ambiente era terriblemente pesado, no podía creer que realmente estuviera en el interior del “hogar” de los enemigos. Solo necesitaba respirar para saber que no estaba en mi zona de confort, después de todo no estábamos en ese lugar como invitados de honor o algo parecido. Como si no fuera poco, muchos pensamientos diferentes inundaban mi cabeza como una tormenta implacable, ¿los demás estarán bien? ¿Acaso fu un error dejarlos solos y seguir? No podía contestar a todas esas preguntas, pero lo único que sabía con claridad era que ese momento no era el adecuado para detenerse a pensar en el pasado. Las acciones ya se hicieron y no hay vuelta atrás, lo único que podía hacer era rezar por la suerte de mis compañeros de batalla de esta noche.
Volviendo al presente, después de haber pasado el segundo piso con una misteriosa facilidad, nos encontrábamos en el nivel donde según la información encontraríamos a nuestro objetivo. Junto con mi equipo logramos llegar hasta otra sala, ya estaba empezando a hartarme de esas habitaciones espaciosas. Sin embargo saber si el lugar era bastante amplio o no era algo difícil de averiguar a simple vista, ya que casi todas las luces estaban apagadas. Lo único que iluminaba el maldito salón era la luz de la noche que entraba de las ventanas, y unas cuantas antorchas esparcidas por el lugar. “Esto me da mala espina” pensé mientras les ordenaba a los hombres que me acompañaban a que se mantuvieran alerta, fueron los segundos más largos que había vivido y el silencio no ayudaba en nada. La falta de ruido era tal, que parecía que se podía escuchar lo que sucedía en el piso inferior.
-Resistan chicos, podemos contra estos. (Me repetí una y otra vez intentando alentarme un poco)
Fue entonces cuando me percate de un ruido, era leve pero estaba seguro de haberlo escuchado bien, se encontraba en dirección de una de las esquinas de la sala. Cada segundo que pasaba se lograba escuchar aun más aquel sonido, parecía como si algo de metal o hierro rasgara el suelo, como las garras de un animal en el pavimento. En ese momento mantuve el arma tensa en posición para defenderme de cualquier ataque sorpresa, a lo que mientras miraba adelante a la esquina derecha de la habitación. No tarde mucho en empezar a decir que quien sea que este escondido en la oscuridad, que se revele de inmediato y que si pensaba luchar que lo hiciera de una vez ya que no disponíamos de toda la noche. Sorprendentemente aquella persona obedeció la orden que hace un momento había dicho, ya que los sonidos agudos dejaron de sonar para empezar a escucharse pasos que se acercaban.
Un cabello largo, negro y sedoso podían verse claramente hasta incluso en la oscuridad. Al parecer la información que había leído estaba en lo correcto, aquel ser que teníamos enfrente no podía ser otra persona si no la que tenía pensado derrotar desde el momento que leí sobre su existencia. Una parte de mi me decía que librase un duelo uno a uno con aquel enemigo, pero otra parte me replicaba que no fuera tan estúpido como para arriesgar mi vida de esa manera. Al fin y al cabo no había información que dijese las habilidades de aquella mujer, por lo que solo habría una manera de averiguarlo y no era nada seguro. “No es momento de titubear” intente concentrarme y mantener mi katana firme ante la situación, no podía darme el lujo de demostrar algún punto débil.
-Fuyumi… (Dije casi como un susurro con un tono bastante serio)
-Max…- respondió ella casi de inmediato de la misma forma. ¿Cómo sabia mi nombre? Por lo que sabía hasta ahora no tenía alguna recompensa lo suficientemente alta como para ser reconocido en un lugar como ese, ni siquiera recordaba tener un solo berrie por mi cabeza… ¿Entonces como era posible que supiera mi nombre? Antes de poder incluso preguntar sobre aquellas palabras dichas por la mujer, solo ver mi rostro de estupefacción le fue suficiente como para volver a hablar –Tu no fuiste el único que investigo por su cuenta al enemigo…claro que en ese momento ni siquiera tú sabias a lo que estabas a punto de participar y que la forma en que supe de ti fue levemente diferente a la que tu recurriste- su voz era calmada, sin ninguna risa alocada o enferma…simplemente un tono tranquilo. Al principio solo miraba expectante a la mujer, pero no tenía pensado quedarme callado toda la noche.
-Pero eso no explica el cómo sabias que al final acabaríamos aquí, ¿y a que te refieres con “levemente diferente”? (Termine preguntando con mucha intriga, yo no era una persona muy conocida, por lo que dudaba mucho que exista información mía en un documento o archivo)
La muchacha solo sonrió y apoyo su espada en su hombro derecho con bastante calma, como si no tuviera que preocuparse por nada. –En realidad te conozco desde antes… Pero mi intriga hacia ti nació desde un principio por tu apellido. Dexer, es el mismo que tenía un antiguo marine muy respetado en los bajos rangos- me sorprendí por sus palabras al instante, era lógico pensar que esa persona conocía algo de mi apellido y como tal, de mi padre. –La primera vez que tu nombre resonó en mis odios fue en el incidente de Arabasta, dudo que te hayas olvidado de aquello sobre los esclavos… Y vaya que me sorprendí al ver que el hijo de un marine no siguiera sus pasos, aunque tiene sentido si tomamos en cuenta que jamás lo conociste- ella seguía hablando con un tono muy natural y pausado, pero lo que más me molestaba era que hablaba como si me conociera.
-No me gusta para nada el rumbo que lleva esta conversación… Los marines me arrebataron todo lo que conocía, era obvio que no sería uno de ellos. (Con una pequeña pausa explicaba la razón por la que mantuve un odio profundo hacia los marines desde pequeño) –Y tampoco me agrada la forma en que me hablas…no te conozco para nada. (Termine de hablar con un tono algo apagado pero igualmente serio)
-Tal vez no me conozcas, pero yo si a ti…o más bien dicho a tu familia, cuando era pequeña conocí a tus padres y a tu hermano mayor. En ese momento aun no habías nacido, pero había algo raro…fuera de lugar, como si estuvieran nerviosos por una acción que deberían hacer pero que terminarían arrepintiéndose al final…- las pausas que ella tomaba al hablar me mataban, solo quería que escupiera todo lo que sabía sobre mi familia si es que tenía esa información. No pude aguantar y pregunte casi instintivamente sobre aquella “acción” que deberían tomar mis padres, no podría adivinar la respuesta, pero estaba casi seguro de que la respuesta a esa pregunta sería una pista para averiguar él porque me habían enviado al East blue, y completamente solo con mi hermano mayor. Sin embargo aunque fui insistente no conseguí ninguna respuesta, simplemente la mujer apunto su espada hacia mí, si tenía que sacar esa información a la fuerza entonces lo haría.
-… (El silencio era lo único que se escuchaba en aquella habitación)
Y en menos de lo que canta un gallo los dos, ambos espadachines, nos enfrentamos cara a cara. El choque de las espadas junto con la oscuridad del lugar era tal que se podían ver las chispas que nos alumbraban solo unos cuantos segundos. La mujer era rápida, aprovechaba la poca luz para moverse junto a las sombras y de esta forma ser más difícil de percibir, solo bastaría con que aumentara un poco su velocidad para poder cortarme donde ella quisiera. “Si esto sigue así perderé” pensé preocupado mientras recordaba a los hombres restantes de mi equipo, ellos sin duda no tendrías posibilidad alguna con este enemigo, así que sin dudar le dije que dos de ellos se vayan directo hasta nuestro objetivo y que el que sobre se quede conmigo para apoyarme.
Obviamente el enemigo no tenía pensado dejarnos pasar tan fácilmente, así que tuve que atacar con todo para que se distrajera conmigo y no tuviera tiempo para ir por los demás. Fue más difícil de lo que pensé pues tenía unos buenos reflejos y podía defenderse bien a pesar de la poca visibilidad.
Teobaldo Voglio
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Cuando el explosivo detono el sujeto ya cargaba contra nosotros, acto seguido pude sentir como me golpeaba desde abajo, lanzándome hasta el techo e impactando contra este, para luego caer al suelo. Mientras tanto mis compañeros siguieron disparando contra la masa de músculos que nos encaraba, uno de los miembros de la organización mandrágora salió volando asía la izquierda, mientras, el segundo recibía varios golpes en el abdomen, mientras era llevado hasta una de las paredes, donde se desplomo medio muerto después de recibir semejante castigo. Acto seguido el miembro que había dado a parar al otro lado de la habitación intento incorporarse, cuando el bruto de Filip dio media vuelta para encaminarse a terminar su trabajo con el pobre sujeto quien valeroso le plantaba cara.
Ese tiempo fue suficiente para que pudiera ponerme de pie y de nuevo frenara al monumental sujeto con uno de mis adhesivos mientras le decía –¡Hey! grandote parece ser que te olvidas que tu adversario soy yo o que acaso ya no me encuentras divertido- acto seguido el sujeto dio media vuelta y mientras lo hacía sujetaba mi adhesivo para luego, usarlo en mi contra lanzándome hasta el otro lado de la habitación, yendo a impactar a un lado de sus camaradas. No obstante este agarre fue diferente al anterior pues en el momento que me tocaba sentía como todas mis fuerzas desaparecían, dejándome como un trapo, el fortachón pudo ver mi incredulidad mientras me ponía de pie y en un tono arrogante dijo –Vaya pareces sorprendido, bien te diré en primera odio los ataques a traición y en segunda seguramente te has dado cuenta de que en el momento que te he tocado tu cuerpo a franqueado eso es debido a eso- dijo mientras me mostraba sus manos, las cuales ahora estaban adornadas con unos guantes negros , tras esto continuó diciendo -Al metal que llevan estos guantes se les llama kairoseki y debilita a los usuarios digamos que el efecto es similar al que tiene el mar sobre ustedes, por ultimo no...no me he olvidado de ti pero si tanta prisa tienes que te desmiembre primero entonces que así sea.
Tras esto Filip dio un fuerte salto que hizo retumbar el suelo y cayó ante mí para luego darme dos fuertes golpes, tomarme por el cuello y lanzarme como un trapo así el otro lado de la habitación –Dime lo estas disfrutando tanto como yo, espero que sí...sino sería una lástima- supuse que de continuar eso acabaría conmigo sin mucho esfuerzo así que busque incorporarme lo más rápido que pude mientras mi cuerpo tabaleaba por el dolor, sin titubear busque uno de mis explosivos rastreadores, el cual con protura busque dirigir hacia Filip una vez que pude marcar el blanco, lo deje volar libremente mientras el musculoso observa mis movimientos bastante risueño. Acto seguido y sin vacilar volvió a cargar en mi contra mientras que esquiva al pequeño explosivo el cual buscando ganarle a su velocidad, sin embargó el musculoso lo esquivo con abrumadora facilidad, quedando de nuevo ante mí.
Intente poner resistencia, pero fue inútil Filip conectaba dos golpes nuevamente contra mi persona, mientras las fuerzas se iban de mi cuerpo, no obstante la situación no duro mucho ya que el explosivos que había dejado pasar llegaba sigilosamente hasta él, detonando a sus espaldas. El grandote dio un fuerte grito de dolor mientras recibía el impacto aprovechado la oportunidad y con las fuerzas que me quedaban busque tomar dos proyectiles de aguja de entre mis bolsas, para luego denotarlas a quema ropa. Ambos proyectiles abrieron orificios en su abdomen los cuales atravesaron todo su cuerpo, bestia nuevamente dio un formidable grito y esta vez usando su potente mano me dio un golpe que me envió un poco más lejos de donde estábamos. No estoy muy seguro pero delante de mi vi pasar al joven que antes había ayudado, había aprovechado las circunstancias para recuperar su arma y cargar contra el implacable Filip haciendo uso de su bayoneta.
El chico tuvo éxito en clávale su arma en un costado y abrió fuego una dos veces gastando la munición que le quedaba, pero aun con tal daño el abominable hombre no cayo. Por el contrario tales acciones parecieron aumentar su ira, ya que mientras me incorporaba pude ver como tomaba el arma del chico, para luego partirla en dos, su rostro había adoptado un aire sombrío, mientras veía huir a su comitiva. Ya que aquellos marines pasaban por delante de nosotros, tratando de bajar a las escaleras antes de que la ira del fortachón se desatara por completo, quien ahora lanzaba injurias sobre nosotros sin vacilar un segundo le dije al chico quien estaba anonadado al ver tal desplante de poder –Aléjate de él, no te quedes cerca no sabemos de lo que es capaz- dije mientras tomaba un par de explosivos y me preparaba para lo que viniera.
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Todo pasaba terriblemente rápido, tanto que no podía procesarlo a la vez. La extraña organización, nuestra pequeña “visita” y confrontación con el enemigo en plena noche, sin mencionar sobre lo de mi apellido y familia. Pero de todas formas, había algo mucho más importante en lo que pensar y era en mi vida, no podía darme el lujo de perderla tan rápido. Sin embargo en ese momento mi batalla no me permitiría pararme a pensar o a procesar tanta información, y había muchas palabras que debía sacar a la fuerza de esa boca silenciosa suya. No podía esperar, ya quería averiguar lo que conocía aquella mujer sobre mi familia, pero debía aguantarme…no podía apresurarme demasiado.
-¿Estas consciente de que posiblemente uno de los dos no salga con vida de aquí? (Pregunte con toda la seriedad posible en el momento)
-No podría estar más consciente de algo como eso- respondió con una tranquilidad alarmante, sin disminuir la velocidad de los ataques. Ambos luchábamos casi a la par, ninguno lograba darle al otro, pero había que ser ciego para no darse cuenta de que la ventaja la llevaba el enemigo. Se movía tan bien en las sombras para ocultarse y volver a salir para atacarme por sorpresa, lógicamente ella también llevaba toda la ropa negra, hasta se podía notar que estaba totalmente limpia. “Mientras más oscura y negra sea su ropa más difícil será verla en la oscuridad” pensaba algo frustrado por la situación, aunque claramente yo también estaba vestido completamente de negro no era tan bueno como ella. Estábamos en su territorio y eso no era bueno para mí.
En ese momento, en el cual solo se podía escuchar los agudos ruidos que hacían las espadas al impactarse entre sí, pensaba en cómo la estarían pasando los dos soldados que habían ido a por Máximo Décimo segundo mientras yo mantenía a raya a Fuyumi. Hayan o no conseguido atraparlo es algo que no podía saber con seguridad, pero rezaba para que no se consigan toparse con alguna trampa o enemigo extra. No necesitábamos más problemas para poner más difícil la situación en la que nos encontrábamos, aunque me alegraba ver que uno del equipo seguía conmigo en la habitación. El hombre solo mantenía la distancia con su arma enfundad, tal vez esperaba el momento adecuado o simplemente no tenia las agallas de poder entrar en combate.
Sin dudas muchas cosas en las que pensar y muy poco tiempo. Lentamente podía notar que empezaba a cansarme, ninguno conseguía darle al otro…solo se chocaban las espadas una y otra vez sin parar. Cada vez los ataques se volvían más precisos y peligrosos, debía darle frente y no debilitarme si quería ganar aquella batalla. Transcurrieron unos cuantos segundos hasta que logre ver una oportunidad, los movimientos de la mujer eran casi impredecibles con tan poca luz, pero siempre eran los mismos. Tenía la misma velocidad y apuntaba siempre en algunos ciertos lugares del cuerpo como la cadera, cuello, manos y pecho. Simplemente debía adivinar cuál sería su siguiente objetivo, esquivar y contraatacar. Era sorprendente mente peligroso y muy posiblemente no llegaría a funcionar, pero debía intentarlo de todas formas. “Es mi única oportunidad” pensé en el momento justo en el cual intente evitar su siguiente ataque, pensé que sería en dirección hacia el cuello y así fue, pero de repente cambio de curso hacia mi pecho.
La maldita logro cortarme superficialmente el pecho, pero logre aprovechar ese mínimo tiempo para atacar y poder cortarla a ella también. Los dos nos alejamos unos cuantos metros, a cambio de un corte en mi pecho logre cortarle la cara a Fuyumi. Se veía más masculina de esa forma, pero me dio asco ver como lamia su propia sangre que caía en su mejilla derecha. E igual como nos alejamos volvimos a acercarnos con rapidez y ferocidad, nuestras katanas se volvieron a chocar esta vez durante más tiempo, en esos segundos nos miramos fijamente a los ojos y ella solo sonreía gratamente mientras yo mantenía mi seriedad a su máximo punto. Ambos aumentamos el ritmo de la pelea, nos desplazábamos por toda la habitación con ese “baile”, algunos ataques fallidos llegaban hasta las paredes rasgando y agrietando a estas.
Fue entonces cuando me di cuenta de que los movimientos de la mujer se volvían muy predecibles y casi flojos. Entre esto y lo otro logre cortarle levemente el vientre y su pierna izquierda…mientras ella solo había conseguido darme unos cuentos rasguños en los brazos y rostro. Parecía como si se estuviera debilitando, pero sea a propósito o no, era imposible que me agradara lo que sucedía. “¿Acaso se lo está tomando como un juego?” me preguntaba a mi mismo en el peor momento pues de repente y sin aviso Fuyumi se había retirado hasta una esquina de la sala y con un movimiento brusco de la espada expulso el viento suficiente como para apagar unas cuantas antorchas de las pocas que había. ¡Mierda! Grite mientras volteaba a ver al hombre de mi equipo que me acompañaba, acto seguido fui corriendo en su dirección diciéndole que saliera de aquella zona que se encontraba casi a plena oscuridad.
-¡No te atrevas! Tu pelea es conmigo. (Grite imponente y con furia mientras veía que llegaba tarde)
Lo único que pude hacer fue ver como la sangre de aquel hombre salpicaba en la sala, la mujer había atravesado su espada justo en su pecho. Cayó al suelo moribundo, su tiempo ya estaba contado, ¿no atravesó su corazón a propósito o simplemente fue un fallo en la puntería? No podía saberlo, era algo que no podría adivinar pero no eso ya no importaba ahora. –No creas que puedes proteger a todas las personas que te rodean con ese poder tan insignificante, algún día u otro llegara el momento en que alguien deberá morir sin importar quien sea…los débiles caen en un mundo de grandes- recito sus palabras tranquilamente mientras su espada salpicaba sangre…la sangre de un compañero de batalla.
-Tienes razón, los débiles no pueden hacer nada más que caer…pero, ¡esa es la razón por la que los grandes deben proteger a los pequeños! (Grite con dolor y emoción, a lo que Fuyumi solo respondió con una sonrisa)
Sin esperar si quiera a que ella respirara, cargue hacia ella con rapidez y mucha fuerza alejándola del cuerpo tirado en el suelo del pobre hombre. Ella intentaba esquivar mis ataques y poder escapar hacia el otro lado de la habitación, pero le resultaba difícil por mis movimientos y mis pies que intentaba toparse con los de ella e impedirle el escabullirse. Mi katana de repente se volvía más oscura, con un aura roja como el fuego que contestaba a mi “llamado” de furia. En ese momento sentí una especie de brisa, sucedía en el momento en que nuestras espadas chocaban, pero no era normal se sentía como si el propio viento podría cortarme. Mi enojo aumentaba por cada ataque que fallaba, entonces cuando Fuyumi logro esquivarme y moverse hasta mi espalda, gire de forma brusca…y con una mirada fija y seria, corte el aire de forma horizontal con tanta fuerza que lance hacia la mujer una onda cortante de fuego.
-Quémate con el fuego de mi propio infierno. (Susurre al momento en que la mujer se había sorprendido ante el ataque e intento defenderse con su espada, al parecer no se esperaba tal contraataque)
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Llevaban varios minutos resistiendo los ataques del joven, quien hasta ahora no se había mostrado, sin embargó ya había causado varios daños a la comandante y a sus hombres, quienes solo podían limitarse a esquivar los ataques ya que les era casi imposible conectar un golpe contundente. De pronto y ante la sorpresa de todos en la habitación el edificio entero comenzó a temblar, mientras el suelo se cuarteaba bajo sus pies, el enemigo uso sus cables y correas para sujetarse al techo, por su lado la comandante ordenaba correr a sus hombres en dirección a las escaleras por las cuales había subido anteriormente Max. Acto seguido todo se derrumbó dejando un enorme agujero que revelo a un enorme tipo parado en medio de la habitación, el cual tenía los ojos en blanco pero, seguía de pie emanado un aura de combate.
Cuando la bestia comenzó a moverse, la comandante tuvo solo segundos para ordenar a sus compañeros de equipo que siguiera y fuera a reforzar a Max mientras ella se encargaba de ayudarme. Acto seguido salto así el vacío y se dejó caer con una patada hacia adelante. Mientras sus hombres subían por las escaleras, rumbo al cuarto donde estaba Max.
Desde la perspectiva de Teobaldo
Inesperadamente Filip Lanzo una fuerte honda de energía alrededor de todo el cuarto, tal fue su poder que el joven delante de mí y por segundo yo, fuimos arrastrados asía atrás afortunadamente reaccione rápido adhiriendo me al suelo junto a mi compañero. Pero el abrumador poder del aquel hombre al tomarme con la guardia baja hizo que soltara las bombas, estas rodaron por el poder de aquel tipo hasta topar con la pared en donde detonaron, la energía que irradiaba y la consecutiva explosión volvieron bastante inestable la estructura a nuestro alrededor.
Lo cual me llevo a pensar que el suelo de todo el lugar temblaba ante su colosal poder, fue cuando nuevamente lanzo otra onda de choque que me hizo estremecer junto a todo el lugar. Cuarteando aún más las paredes, sin embargo la peor parte estaba por venir, ya que aquél sujeto, desde su lugar comenzó a lanzar ondas de choque desde sus puños, los cuales se movían a una gran velocidad. Para mi fortuna aquellas inmensas hondas de energía venían a mi sin haki, por lo que solo me atravesaban, sin embargó la velocidad era tal que más tardaba en regenerar alguna de las partes de mi cuerpo, antes de que nuevamente fueran fragmentadas. Estos ataques dañaron en sobre manera la estructura trasera la cual había cedido por completo, ante la fuertes ondas de choque que aquel mastodonte lanzaba, supuse que esto sería algo que podía aprovechar mientras intentaba a duras penas poner al cubierto para poder ejercer mi siguiente movimiento.
El joven que hasta ahora me haba ayudado arrastro como pudo a su compañero caído después de la segunda onda de choque y antes de que comenzara la lluvia, de golpes, por lo que no tendría que preocuparme por ellos de momento, ya que se encontraban afuera de la habitación. Cuando final mente pude tener una buena posición alejada de la ofensiva descabellada de aquel sujeto, plante 5 bombas temporizadoras en el techo, esperando que estas fueran suficientes para hacer caer el techo. Segundos después se escucharon unas fuertes explosiones, al mismo tiempo que el techo, junto a parte de las paredes laterales colapsaba el sonido de la demolición siguió al de la explosiones mientras toda la estructura temblaba ligeramente. El derrumbe había sido ayudado por los constantes ataques de aquel sujeto que había perdido la compostura y quizás la cabeza.
Pude sortear el derrumbe gracias a mi capacidad de usuario logia, buscando reforzar las hendiduras cerca, del lugar en el que encontraba, sin embargó fornido había recibido todo el impacto directamente, cuando el polvo se despejo quede asombrado al ver al Filip de pie, sin embargó aún tenía los ojos en blanco, quizás había quedado inconsciente de pie. Este pensamiento se espumo cuando, cuando lo escuche aullar –Tu mocoso impertinente, hacerme esto a mí, te haré sufrir como ningún otro- concluida su frase se lanzó con fuerza en mi dirección, el ver su brazo reforzado con haki me hizo entender que parcialmente quizás había recuperado algo de cordura gracias al golpe. Estuvo a punto de contar el golpe cuando desde las alturas, cayó sobre el la formidable patada de la comandante, quien de manera precisa impactó en el rostro de Filip desviándolo de su camino y yendo a parar contra el muro que había usado como escudo.
Gracias a mi adhesivo este había soportado el impacto y ahora parecía que el musculoso descasaba apaciblemente después de golpear el muro, pero aunque el buen Filip ahora descansaba nosotros no teníamos tiempo para hacerlo, desde el techo del segundo piso comenzaron a llovernos unas dagas asesinas, las cuales pude parar gracias a mi habilidad. En ese preciso momento se escuchó una risa y posteriormente pude percibir, una figura sostenida con unas cuerdas desde lo alto la cual nos dirigió unas palabras, mientras aplaudida sarcásticamente –Bravo.. Bravo han logrado derribar a Filip, bueno que se podía esperar de un costal de músculos, sin embargó... saben aún no pueden cantar victoria porque no les dejare salir de aquí, a propósito creo que mi amigo ahora ha de estar más iracundo que nunca.
Acto seguido, volteamos la comandante y yo en dirección al fortachón el cual comenzaba a levantarse, acto seguido la comandante me dijo –Encárgate de ese payaso molesto, yo voy por el grandote- ante sus palabras solo asentí con la cabeza mientras alzaba el pulgar, para luego ponerme en posición de combate.
Max D Dexer
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La sala se había iluminado por completo con aquella técnica solo por unos pocos segundos, se levanto un poco de polvo que junto con la poca iluminación de la habitación no lograba ver a Fuyumi. “¿Abre ganado?” pensaba algo enojado por no haber podido salvar a ese pobre hombre, ver morir a compañeros en frente de tus propias narices era algo insoportable, sin importar cuento tiempo lo conoces. Fui directo hacia el cuerpo que se encontraba delante de mí, lo único que hice fue mirarlo con compasión intentando saber si podría a verlo salvado y no dejarlo morir ante mis ojos. Entonces en ese momento logre escuchar pasos lentos que se acercaban, junto con sonidos que parecían gemidos de dolor.
-Que…te jodan… (Dije con una voz entrecortada, mientras volvía a sostener mi katana con firmeza)
Podía notar que respiraba con un poco de dificultad, como también podía oír que arrastraba su espada en el suelo. No parecía ser alguien que se rindiera fácilmente y era algo que podía notar muy bien, pero aun así no podía saber si estaba en condiciones de seguir luchando. –Eso…me sorprendió bastante…no creí que fueras a hacer tal cosa, creo que te subestime un poco- lograba escuchar como decía esas palabras con bastante dificultad, no parecía estar del todo bien y pude comprobarlo al ver su rostro una vez se acerco lo suficiente para poder ser visible. La mitad de su rostro tenía quemaduras leves, como también parte de su cuello y hombro. Mi técnica había funcionado pero por desgracia no la había dejado fuera de combate, o así lo creía ella.
-No te ves muy bien, tal vez no tengas que seguir con esto por tu propio bien. (Seriamente mencione su estado que parecía ser nada por fuera, pero no se podía confirmar nada)
-¿Preocupándote por el enemigo? Eres demasiado ingenuo…- su tono de voz se volvía cada vez más lento y terriblemente enfermo. Parecía estar empeorando cada vez mas hasta el punto de no poder decir nada sin tener que toser, así que de repente y sin aviso alguno fue directamente hacia mí con intenciones de matarme. Sin embargo, en el instante en que sostuve mi katana para defenderme de su ataque, ella de pronto se detuvo tosiendo mucho y cayendo arrodillada. Me sorprendí bastante pues no creía que aquel ataque le haya hecho tanto daño, tal vez me subestimo demasiado o…dejo que la técnica la lastimara a propósito. Entonces logramos escuchar explosiones por debajo de nosotros, acompañado con algunos temblores. “Ya empezaste” pensé mientras sonreía, Teo era muy bueno con esos explosivos por lo que no me preocupe demasiado a que todo se derrumbara, simplemente me acerque hasta Fuyumi que se había levantado lentamente.
-¿A que te referías con esa acción que mis padres terminarían arrepintiéndose?... Busco respuestas y creo que tú puedes dármelas… (Intentaba comunicarme con ella pero parecía como si no me escuchara para nada) -¡Dime cualquier cosa! ¡Tan solo quiero que hables del asunto! (Grite con desesperación, no podía aguantarme todas esa ganas de saber la verdad)
-En esa época y en ese lugar, todos los marines debían dormir como también vivir en sus respectivos cuarteles… Por lo que tener hijos era algo no solo prohibido si no que innecesario también, pero tus padres estaban muy enamorados, y no estaban muy de acuerdo con esa regla. Así que tuvieron un hijo…pero no pararon ahí, de por si era difícil ocultar a un niño entonces imagínate a dos- escuchaba atentamente lo que decía la mujer, no podía evitar respirar rápido y ponerme más que nervioso. –Cuando tu madre Lucy se embarazo de ti, los altos cargos se enteraron y el capitán de su cuartel no estuvo muy feliz. Desde entonces…siempre estaban nerviosos por moverse a lugares diferentes y hubo una vez cuando los conocí por primera vez, que logre escuchar a Lucy llorar por las noches mientras abrazaba a su bebe que aun no nacía- mis ojos se encontraba abiertos como platos, todo lo demás era algo que podía deducirse fácilmente si tenias una cabeza lo suficiente mente grande como para entender lo negro que podía ser este mundo.
-Pero…por qué no escaparon de la marina, de esa forma estaríamos todos juntos… (Con un tono lento y deprimente mencionaba aquellas palabras)
La mujer enfrente de mí solo mostró una gran sonrisa mientras se reía levemente, luego me miro seriamente. –Tu ataque me dio de lleno, yo he perdido… Como espadachín no puedo vivir con esa vergüenza- ella soltó su katana y extendió sus brazos como si estuviera preparada para morir por mí, pero no lograba hacerlo, tan solo podía levantar mi espada pero no cortarla o atravesarla. –Tu enemigo te da la oportunidad de acabar con su vida y tú no lo aprovechas… Te pareces mucho a tus padres, nobles de corazón y alma- entonces y sin aviso alguno Fuyumi se abalanzo hacia mí…atravesándose en su pecho mi katana ella misma. Se empezó a clavarse la espada aun más profundo hasta llegar a mí, y terminar abrazándome. –Siempre quise conocerte y ver tu gran parecido con tus padres. En mi bolsillo tengo algo que había sacado de los archivos de información secreta de Maximo solo para ti…también asegúrate de llevarte mi espada, no tengo en mente a un dueño mejor para ella… Y, mis más sinceras disculpas por tu hermano, era un buen chico…-
-… (Ninguna palabra salía de mi boca, simplemente algunas pocas lagrimas se podían notar que bajaban por mis mejillas)
-Trata de que no te maten…aun eres joven, y muy débil- lentamente empezaba a salir sangre de su boca, mientras podía notar como su voz se hacía más débil. Entonces, ella cerró sus ojos con una sonrisa, para después deslizarse hacia atrás hasta zafarse de mi katana y caer al suelo. Tarde varios minutos hasta reaccionar y limpiarme las lagrimas para buscar lo que ella decía que tenía en los bolsillos de su pantalón. Cuando sentí algo lo saque con rapidez, pude ver que eran papeles que tenían escritas algunos sucesos. No pude evitar leerlo en ese momento, notando que las palabras mencionaban a dos personas…una pareja de marines que rompieron las reglas y que serian vilmente castigados. “No puede ser” pensé al notar la similitud con mi familia. Decía que por el hecho de tener hijos serian asesinados…juntos con sus bebes, entonces pude notar que los sacrificados fueron mis padres por sus apellidos. También mencionaba que los des pequeños de la de marines habían desaparecido por completo, pero que los buscarían sin descanso hasta encontrarlos y matarlos.
-Por eso no escaparon con nosotros…si lo hacían nos pondrían en peligro y nos encontrarían para matarnos. Como pude ser tan ciego… (Con mi mano arrugaba los papeles que sostenía con furia)
De repente unos hombres subieron hasta esa sala desde el segundo piso, parecían estar ahí porque les ordenaron que me ayudaran, aunque llegaron un poco tarde. –¿¡Que sucedió?!- pregunto con un grito uno de los hombres al ver los cuerpos tirados en el suelo. Solo mencione que por desgracia perdimos a uno de los nuestro, pero que debíamos seguir adelante y atrapar a Máximo Decimo Segundo de una vez por todas. Tome la espada de Fuyumi mientras guardaba la mía, a lo que dije a los demás que me siguieran con calma, para terminar abriendo la puerta que se encontraba delante de nosotros. Del otro lado pude notar otra sala mucho más pequeña con muchas estatuas, esta habitación tenía dos puertas…una normal y otra parecía estar hecha de hierro o metal reforzado. “Esa debe ser la bóveda” pensé mientras entraba en donde se supone debería ser la habitación de nuestro objetivo. Entonces cuando todos entramos pude ver a los dos hombres de mi equipo que había mandando con anterioridad mientras seguía luchando contra la espadachín. Sonreí gratificado al ver que ellos tenían a una persona con un rostro de pocos amigos atado y listo para ser secuestrado.
-¿El es Máximo Decimo Segundo? (Pregunte mientras suspiraba levemente)
-Si es él, aunque nos dio problemas no es más que un endeblucho- pude notar que ellos tenían unas cuantas heridas hechas por pequeños cuchillos, pero al menos no murieron cosa que me alegro mucho. Sin perder más tiempo ordene que metieran al bastardo en una bolsa y que se lo lleven de esa habitación tan lujosa que tenia, como también al hombre caído en batalla que estaba en la misma sala que el cuerpo de Fuyumi. También ordene que los demás se fueran hasta los pisos inferiores para ayudar a los demás y que avisaran a Teo que había encontrado la bóveda. Finalizando con todo aquello y quedándome solo en el tercer nivel, me dirigí hasta la habitación del maldito capitán del cuartel otra vez viendo que este era muy extravagante con el color violeta. Para matar el tiempo empecé a hurgar en sus cosas, hasta que logre encontrar unos cajones donde guardaba algunas de sus joyas…obviamente no pude contenerme a robarlas, por suerte cabían en mis bolsillos. Al final cuando termine de robarle todo lo que tenia de valor pero que alcanzase a entrar en mis bolsillos, me dispuse esperar a los demás y a rezar que logren derrotar al enemigo.
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La pelea se postergo unos minutos más durante este tiempo la comandante hizo gala de su velocidad, habiendo sacado unas pequeñas dagas después de haber caído delante de mí, fue desgastando a oponente haciendo pequeños cortes por todo su cuerpo. Filip poco a poco había bajado el ritmo, después de haber recibido uno de mis explosivos, haber sido acribillado a quema ropa y en sima de todo haber recibido el impacto de derrumbe del techo. No obstante y pese a que estaba sangrando a borbotones se mostraba, tenas ante su comitiva de detenernos, por lo que Valalalika se encargaba de mantenerlo a raya mientras yo me hacía cargo del ingenioso rubio.
Sin embargó luego de unos segundos de enfrentamiento me percaté de que aquel hombre poseía el haki armadura, ya que sus primeros ataques en mi contra fueron ineficientes, por lo que su táctica cambio al darse cuenta que no poda hacerme daño, apuntando como objetivo a la comandante. Por lo que me dedique a cubrirle su espalda, ya que luego de contratacar me quedo claro que aquel hombre, era dueño de lo que se conoce como haki observación, evadiendo cada ataque segundos antes de que le diera. Además era bastante habilidoso para moverse entre arneses y cuerdas, la situación continuo así por unos, hasta que decidí que era suficiente, si deseábamos librarnos de nuestros adversarios debíamos hacer una jugada decisiva.
Saque mis restantes rastreadoras una por una y de tanto en tanto trataba de asegurar el objetivo, sin embargo una vez asegurado no las asía volar ya que mi plan era usarlas todas a la vez. En su lugar contraatacaba usando mis agujas micro finas, en conjunto con chorros de adhesivo los cuales, no tenía otro objetivo más que el llenar todo el techo y sus cables con dicha sustancia. La tarea no fue sencilla ya que en suelo estaba lleno de escombros, sumando a esto Filip seguía lanzando golpes, tanto de energía como físicos. Sin embargo y pese a todo logre asegurar 5 de mis bombas, cuando al final todas estaban marcadas con el objetivo, lo siguiente era acorralo, ya que el lugar que tenía para desplazarse era bastante estrecho, tarde o temprano usaría alguno de los cables que había empleado.
Pero por más que intentaba guiarlo hasta una parte con el adhesivo no lograba del todo acércalo lo suficiente, como para que quedara atrapado, ya que siempre sacaba un cable nuevo. Por lo que cansado de esto decidid enviar, mis cinco explosivos y aventurarme a tomar los cielos, usando el adhesivo lance una cuerda al techo y me impulse alejándome del suelo. Por otro lado las bombas giraban sutilmente, por el aire buscando acertar a su objetivo, entre vaivenes, agujas y chorros de adhesivo, mi objetivo fue perdiendo espacio para maniobrar. Finalmente y tras lo que me pareció una eternidad, mi adversario no pudo eludir una de los hilos y quedo adherido a este como mosca, intento liberarse con uno de sus cuchillos pero una vez salificado era casi imposible que se soltara.
En ese momento una de las bombas detono hiriéndolo gravemente, en ese momento pase cerca de la liana que le envolvía, haciéndolo caer al suelo, las demás bombas le siguieron, impactando de lleno a mi rival y dañando más el suelo. A continuación sujete a la comandante con un chorro de pegamento y con todas mis fuerzas busque elevarla del suelo alejándola de Filip quien era nuestro último adversario, una vez estando arriba los dos simplemente deje caer el resto de mis explosivos, con todo el daño que había recibido el suelo este colapso sin mucho esfuerzo. Para nuestra fortuna la planta inferior era la prisión, Filip callo en del lado de una de las celdas y antes de darle tiempo de moverse o romper los barrotes descendí junto a la Valalaika, y llene todo el cuarto de adhesivo salificándolo de inmediato.
Cunado todo término me deje caer, sintiendo todo mi cuerpo molido por como resultado de los golpes recibidos por el musculoso y agotamiento al estar pendiente de los ataques rubios. No obstante, estaba consciente de que no tendría mucho tiempo para descansar ya que aún teníamos un objetivo que cumplir, sin dar tiempo para nada le comente a Valalaika que nos pusiéramos en marcha pero ella reprocho diciéndome que lo mejor sería que descansará, estaba a punto de replicarle cuando escuchamos una voz que nos llamaba.
-Hey ustedes los de ahí, ayúdennos, sáquenos de aquí...¿comandante Valalaika?.
La mujer giro inmediatamente y se encamino a una de las celdas al fondo de la prisión la voz que había, era la del espía que se había infiltrado en los carteles, siendo el quien había escrito los informes que antes leyera Max. El joven nos indicó que no estaba solo y para nuestra sorpresa quien lo acompañaba era el auténtico capitán del cuartel y el tío de Maximo Décimo segundo, el hombre amordazado y en cerrado en lo más profundo de los calabozos, nos comentó de como su sobrino se había hecho del poder justificando lo como que el había sido una baja en acción, siendo sustituido por un espía, quien empezaba a colocar a su gente en puestos de interés.
Dándose esta oportunidad al ser descubierto el agente de Valalaika, el capitán Máximo Décimo primero, no indico de una elevador que daba directamente a una estancia cerca de la oficina del capitán, sin más subimos por el mismo lentamente acompañados por ambos prisioneros. Al legar al piso superior, nos encontramos con los subordinados de Valalaika quienes trasportaban a Capitán Décimo Segundo y el cuerpo de uno de los jóvenes, les indicamos que los pisos inferiores estaban destruidos y que si deseaba llegar al puerto rápido debería ser por el ascensor. Mientras ellos descendían fuimos todos a reunirnos con Max, para hacerle saber que el momento de partir había llegado.
Al entrar lo encontramos de pie en la oficina, tan tranquilo y quitado de la pena como si estuviera dando un paseo por aquellos lugares sin más le llame -¡Hey Max! Que hemos encontrado al capitán, el viejo nos ha dicho que nos dejara marcharnos, como compensación a que hemos librado a esta isla de la tiranía de su sobrino, pero solo nos a dado 15 minutos para hacerse de la vista gorda, espero que te diera chance de terminar todos nuestros asuntos con ese bribón- dije mientras le guiñaba el ojo esperando a que entendiera, que le estaba preguntando por las joyas- luego continué antes de dame media vuela –Ahora vayámonos tendremos tiempo de conversar cuando estemos lejos de este sitio.
Acto seguido me encamine al elevador, al llegar tuvimos que detenernos ya que el ascensor subía lentamente, no obstante esto daba tiempo para que Max nos alcanzara. Una vez dentro del elevador tendríamos tiempo para conversar breve mente antes de continuar nuestra carrera, para salir de aquel sitio.
Sin embargó luego de unos segundos de enfrentamiento me percaté de que aquel hombre poseía el haki armadura, ya que sus primeros ataques en mi contra fueron ineficientes, por lo que su táctica cambio al darse cuenta que no poda hacerme daño, apuntando como objetivo a la comandante. Por lo que me dedique a cubrirle su espalda, ya que luego de contratacar me quedo claro que aquel hombre, era dueño de lo que se conoce como haki observación, evadiendo cada ataque segundos antes de que le diera. Además era bastante habilidoso para moverse entre arneses y cuerdas, la situación continuo así por unos, hasta que decidí que era suficiente, si deseábamos librarnos de nuestros adversarios debíamos hacer una jugada decisiva.
Saque mis restantes rastreadoras una por una y de tanto en tanto trataba de asegurar el objetivo, sin embargo una vez asegurado no las asía volar ya que mi plan era usarlas todas a la vez. En su lugar contraatacaba usando mis agujas micro finas, en conjunto con chorros de adhesivo los cuales, no tenía otro objetivo más que el llenar todo el techo y sus cables con dicha sustancia. La tarea no fue sencilla ya que en suelo estaba lleno de escombros, sumando a esto Filip seguía lanzando golpes, tanto de energía como físicos. Sin embargo y pese a todo logre asegurar 5 de mis bombas, cuando al final todas estaban marcadas con el objetivo, lo siguiente era acorralo, ya que el lugar que tenía para desplazarse era bastante estrecho, tarde o temprano usaría alguno de los cables que había empleado.
Pero por más que intentaba guiarlo hasta una parte con el adhesivo no lograba del todo acércalo lo suficiente, como para que quedara atrapado, ya que siempre sacaba un cable nuevo. Por lo que cansado de esto decidid enviar, mis cinco explosivos y aventurarme a tomar los cielos, usando el adhesivo lance una cuerda al techo y me impulse alejándome del suelo. Por otro lado las bombas giraban sutilmente, por el aire buscando acertar a su objetivo, entre vaivenes, agujas y chorros de adhesivo, mi objetivo fue perdiendo espacio para maniobrar. Finalmente y tras lo que me pareció una eternidad, mi adversario no pudo eludir una de los hilos y quedo adherido a este como mosca, intento liberarse con uno de sus cuchillos pero una vez salificado era casi imposible que se soltara.
En ese momento una de las bombas detono hiriéndolo gravemente, en ese momento pase cerca de la liana que le envolvía, haciéndolo caer al suelo, las demás bombas le siguieron, impactando de lleno a mi rival y dañando más el suelo. A continuación sujete a la comandante con un chorro de pegamento y con todas mis fuerzas busque elevarla del suelo alejándola de Filip quien era nuestro último adversario, una vez estando arriba los dos simplemente deje caer el resto de mis explosivos, con todo el daño que había recibido el suelo este colapso sin mucho esfuerzo. Para nuestra fortuna la planta inferior era la prisión, Filip callo en del lado de una de las celdas y antes de darle tiempo de moverse o romper los barrotes descendí junto a la Valalaika, y llene todo el cuarto de adhesivo salificándolo de inmediato.
Cunado todo término me deje caer, sintiendo todo mi cuerpo molido por como resultado de los golpes recibidos por el musculoso y agotamiento al estar pendiente de los ataques rubios. No obstante, estaba consciente de que no tendría mucho tiempo para descansar ya que aún teníamos un objetivo que cumplir, sin dar tiempo para nada le comente a Valalaika que nos pusiéramos en marcha pero ella reprocho diciéndome que lo mejor sería que descansará, estaba a punto de replicarle cuando escuchamos una voz que nos llamaba.
-Hey ustedes los de ahí, ayúdennos, sáquenos de aquí...¿comandante Valalaika?.
La mujer giro inmediatamente y se encamino a una de las celdas al fondo de la prisión la voz que había, era la del espía que se había infiltrado en los carteles, siendo el quien había escrito los informes que antes leyera Max. El joven nos indicó que no estaba solo y para nuestra sorpresa quien lo acompañaba era el auténtico capitán del cuartel y el tío de Maximo Décimo segundo, el hombre amordazado y en cerrado en lo más profundo de los calabozos, nos comentó de como su sobrino se había hecho del poder justificando lo como que el había sido una baja en acción, siendo sustituido por un espía, quien empezaba a colocar a su gente en puestos de interés.
Dándose esta oportunidad al ser descubierto el agente de Valalaika, el capitán Máximo Décimo primero, no indico de una elevador que daba directamente a una estancia cerca de la oficina del capitán, sin más subimos por el mismo lentamente acompañados por ambos prisioneros. Al legar al piso superior, nos encontramos con los subordinados de Valalaika quienes trasportaban a Capitán Décimo Segundo y el cuerpo de uno de los jóvenes, les indicamos que los pisos inferiores estaban destruidos y que si deseaba llegar al puerto rápido debería ser por el ascensor. Mientras ellos descendían fuimos todos a reunirnos con Max, para hacerle saber que el momento de partir había llegado.
Al entrar lo encontramos de pie en la oficina, tan tranquilo y quitado de la pena como si estuviera dando un paseo por aquellos lugares sin más le llame -¡Hey Max! Que hemos encontrado al capitán, el viejo nos ha dicho que nos dejara marcharnos, como compensación a que hemos librado a esta isla de la tiranía de su sobrino, pero solo nos a dado 15 minutos para hacerse de la vista gorda, espero que te diera chance de terminar todos nuestros asuntos con ese bribón- dije mientras le guiñaba el ojo esperando a que entendiera, que le estaba preguntando por las joyas- luego continué antes de dame media vuela –Ahora vayámonos tendremos tiempo de conversar cuando estemos lejos de este sitio.
Acto seguido me encamine al elevador, al llegar tuvimos que detenernos ya que el ascensor subía lentamente, no obstante esto daba tiempo para que Max nos alcanzara. Una vez dentro del elevador tendríamos tiempo para conversar breve mente antes de continuar nuestra carrera, para salir de aquel sitio.
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Al principio eran leves, pero después se volvieron temblores fuertes que hacían caer algunas cosas de sus lugares. “Espero que no se pase mucho con el picante” pensaba al escuchar varias explosiones por debajo de mi. Podía imaginarme la situación, muy posiblemente Teo y los demás estén demasiado ocupados como para venir a ayudarme con la jodida bóveda que no parecía muy nueva que digamos. La única parte del plan en la que dudaba era la salida, el escape de ese maldito lugar, pero debía confiar en nuestras habilidades y en nuestra suerte para salir con vivos de aquí, o al menos la mayoría. Pasaron unos cuantos minutos de lo que duraron las explosiones y temblores fuertes, en verdad me parecía como si el mismísimo edifico se fuera a colapsar, aunque tenía que agradecer que la estructura estuviera bien hecha.
-Mierda, no abra tiempo suficiente. (Dije algo frustrado mientras intentaba mantener mi equilibrio)
De repente como si de magia se tratara, o mejor dicho explosiones, la pared en donde se encontraba la entrada hacia la bóveda empezó a agrietarse por los temblores. No parecía muy solida aquella pared, pero aun así no podía cortarla en el estado en el que me encontraba. Entonces intente rápidamente ir hasta la habitación del capitán y volver a buscar cualquier cosa de interés, hasta que por fin encontré algo que me llamo mucho la atención. Los temblores hicieron que un gran cuadro de la pared de aquella sala se halla inclinado, pero había algo que no parecía del todo correcto en la pared detrás del ya mencionado cuadro. Al acercarme e intentar sacar la pintura pude ver una pequeña compuerta rota, al parecer algo o alguien la rompió por lo que aproveche para abrirla. Cuando vi el interior parecía vacía, pero un mejor vistazo me rebelo que no era así, metí la mano y pude sacar lo que parecía ser una clave. En ese momento me entusiasme, no podía estar tan seguro pero apostaba a que serviría para abrir sin problemas la puerta de la bóveda.
-No tengo más elección que intentarlo. (Mientras rezaba por que funcione me acerque lentamente ante la compuerta de acero)
Había unos botones en esta puerta, obviamente no pensé que fuéramos a utilizarlos por lo que los descarte de la ecuación, y ya veo que fue un error. Al completar el “código” la compuerta hizo un ruido extraño, intente abrirla y como si el cielo me sonriera, abrió solamente hasta la mitad. “Con esto me sirve” pensé feliz mientras colocaba algunos objetos pesados adelante de la puerta para que no me quedara atrapado al entrar. Una vez con mí salida supuestamente asegurada, decidí entrar lentamente mientras lograba ver varias repisas donde se encontraban armas, dinero y algunas cosas tecnológicas que no terminaba de entender del todo. Como vi que habian mas joyas y también varios objetos que por lo que alcanza a ver valdrían bastante con un buen comprador, volví de nuevo hasta la habitación del capitán para tomar una de las sabanas más gruesas que tenia aquella cama tan grande. Utilice la manta como una especie de bolsa en la que cargaría todas las cosas que pudiera llevar de forma rápida y sin problemas. Muchas gemas, joyas, hasta incluso monedas de oro, también como cereza en el pastel, después de cerrar y atar la manta con firmeza para que nada se saliera, tome de forma apurada algunas cosas que por el tacto parecían estar hechas de hierro, aunque no logre ver exactamente que eran.
-¿Que es ese sonido? (Escuche el leve ruido de una maquinaria que provenía de la sala del capitán del cuartel)
Al ir e intentar ver qué era lo que provocaba ese sonido pude notar que un ascensor empezaba a subir lentamente. Trate de esperar lo peor, aunque estaba seguro de que Teo y los demás pudieron conseguir sobrevivir. Cuando ellos llegaron hasta la sala me calme gratamente, alcance a ver que no estaban heridos de gravedad pero se notaba que tuvieron una paliza. “Vaya siesta nos tomaremos todos después de esto” pensé mientras me reía al ver a mi compañero al mismo tiempo que asentía a sus palabras. De pronto me sorprendí al escuchar que encontraron al anterior capitán del cuartel, fue muy considerado al darnos un tiempo para poder escapar, aunque era muy poco para mi gusto.
-Toma, coloque varias cosas que creo que podrán tener bastante valor, luego fíjate si haya algo de tu interés. (Dije a Teo después de darle la manta con todos los objetos listos para ser robados)
Por fin el ascensor llego para recogernos, logramos subirnos todos y empezamos a bajar lentamente. Intente prepararme para tener que escapar a toda velocidad, aunque no podía saber que podríamos encontrarnos, ya sea nada o a muchos marines con ganas de patear traseros. El ascensor tardaba más de lo que esperaba, tanto así que empecé a silbar para pasar el tiempo mientras veía atentamente la katana que le había quitado a Fuyumi. Aquella espada relucía con su color negro, era tan oscura que parecía hecha para especialmente para mí, no podía aguantar sonreía al verla. El tiempo que tuve para tranquilizarme un poco se termino pues de repente el ascensor se detuvo y la puerta se abrió. Al principio no logre ver nada de interés, parecía el primero piso por lo que todos nos apuramos a recorrer el camino de vuelta a nuestros respectivos barcos para después escaparnos lo más rápido posible, o así lo teníamos planeado.
Fue sencillo, llegamos sin problemas a los barcos, pero lo peor venia ahora. Las olas no parecían mejorar ni un poco, la navegación debía ser algo en lo que deberíamos estar totalmente seguros y totalmente en sincronía para no desatar ningún problema. Mientras cruzábamos el océano para llegar hasta la isla a salvo, podía jurar que escuchaba la madera romperse lentamente, sabía que no duraríamos por mucho tiempo y debíamos rezar por nuestra suerte. Todos nosotros ayudamos con todo lo que pudimos, velas, cualquier tipo de mantenimiento y hasta incluso yo ayude un poco con el timón junto con navegantes experimentados. Teníamos varios problemillas con casi todo, pero eso era algo normal si te echas a correr rápidamente para escapar y no lo piensas muy bien.
Tan sencillo no fue, tardamos casi media hora en llegar hasta un extremo de la isla en donde se encontraba una entrada secretea a la organización a la que ayudamos. “Creo que valió la pena” pensé exhausto, debía tomar vacaciones urgentemente. Después de asegurar los barcos nos bajamos y la comandante nos dijo que entráramos con calma. Todos los hombres que nos acompañaron fueron a sus respectivos lugares a sanarse o a descansar, mientras Teo y yo seguimos a Valalaika hasta su oficina. –Me impresiono su trabajo de esta noche, y no puedo describir en palabras lo agradecida que estoy con ustedes. Pero un simple gracias no creo que sea suficiente para ustedes que arriesgaron sus vidas, así que además de dejaros llevar todo lo que robaron del cuartel, les daremos como recompensa, algo de nuestro oro- su sonrisa mientras hablaba era tal que hasta me hacia sonreír a mi también.
-Creo que aquí se termina esta loca aventura…pero tal vez sea solo el principio de otra grande, muy grande aventura. (Con una amplia sonrisa y una leve carcajada le decía a Teo) –No sé si estés dispuesto a aceptarlo, pero te ofrezco navegar conmigo en estos mares, no de forma literal pero ya me entiendes. (Me rascaba un poco la cabeza mientras me reía)
Al final la comandante y su hermana Karina llegaron con bolsas llenas de monedas de oro, algunas piedras valiosas mientras ellas reían ante nuestros rostros de impresión. –Tal vez esto sea suficiente para pagarles todos vuestros servicios- las chicas parecían muy felices, por lo que ya no me importaba lo que le vayan a hacer al Máximo Decimo Segundo. Después de ponerme muy alegre tome mis respectivas bolsas para después decirle a Teo que esperaba verlo una vez más pero esta vez como un verdadero equipo pirata. Luego y sin más que agregar me retire del lugar despidiéndome de todos, aunque no lo supe después que Karina me siguió hasta un lugar donde estuviéramos solos. –Espero que hallas encontrado lo que buscabas, después de esto lo único que puedo ofreceros son mis oraciones para que tengan suerte...en el camino de Teo y en tu camino también- tan solo le sonreí, la tome de la mano y la bese profundamente en los labios. No era estúpido, y podía ver los obvios sentimientos de una mujer, así que decidí que ese momento era el correcto para corresponder con algún afecto. Después ella me dijo que podía dormir en su alcoba pues faltaba un poco para que se hiciera de día, sin mencionar lo cansado que debería estar.
Sonreí y no pude no reírme ante la situación, pero al final acepte para qué ella me guiara hasta su habitación. Una vez despierte y sea de mañana, me retirare del subterráneo y de la isla. Tal vez pueda volver algún otro día para verla mejor, más tranquilamente y sin ningún tipo de misión secreta contra los marines o algo parecido. Entre todo eso solo tenía algo claro, esa noche dormiría como nunca en una cama que no era mía.
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Ya en la puerta del asesor Max me entrego una pesada bolsa, esta simple acción respondía a mi pregunta, la verdad no había esperado que hubiera tenido tanto tiempo para saquear la bóveda, he incluso admito que a mí ya se me había olvido el acuerdo de tomar las cosas de valor, tanto por la pelea que había tenido, como por ver al Capitán amordazado. Tome la bolsa y le sonreí ampliamente, era inaudito el peso de aquella bolsa, no sabía que tantos cachivaches hubiera tomado mi amigo en armas, pero esperaba que todos fueran de valor o por lo mínimo vendibles, pues por sus palabras ni él estaba del todo seguro que hubiera en su interior.
Todos subimos al elevador y este comenzó a bajar verdaderamente lento, tanto que incluso Max se puso a silbar, le hubiera acompañado pero las costillas me dolían de sobre manera. Luego note que mi compañero portaba una nueva katana de color negro, a la cual contemplaba no estoy muy seguro porque estaba parado un poco más atrás pero estaba seguro que él se encontraba sonriendo al mirarla. Cuando llegamos a las plantas inferiores nos apresuramos a movernos en dirección a los navíos, pude observar a los otros grupos dirigiré al punto de reunión sin problemas, ya que el lugar parecía de nuevo inusualmente abandonado, debo admitir que esto daba algo escalofríos.
Una vez en los muelles note que a los jóvenes que me había acompaño, moverse con dificultad por los pasillos, así que regrese a echarles una mano -¡He chicos déjame les ayudo!- dije animado pero cansado mientras ponía el brazo del caído alrededor de mi cuello para dirigirlo a los navíos. Estando todos arriba de los botes nos dispusimos a partir, una vez que salimos fuimos golpeados abruptamente por las olas, debo admitir que la salida fue mucho más turbulenta que la entrada, los botes comenzaron a golpearse los unos contra los otros, mientras la madera crujía en torno nuestro. Durante estos segundos rezaba, porque aquellos trastos no se hundieran, pues de lo contrarios seria arrastrado hasta las profundidades como plomo, por lo que me apure ayudar en lo que pudiera, dado que no era navegante, me limite a tensar las velas o recogerlas según las ordenes de estos.
EL bote comenzó a hacer agua poco a poco y al solo contacto de esta conmigo sentía como las fuerzas me abandonaban, pedí porque este no fuera el fin y mi suplica fue contestada. Minutos después, estábamos tocando tierra mientras Valalaika nos guiaba a un túnel secreto, en ese momento no pude hacer más que suspirar, mientras bajaba del bote el cual se desarmo apenas todos hubieron bajado. Instantáneamente pensé –Eso ha estado cerca, pero lo has dado todo pequeño navío, gracias por resistir- acto seguido sujete el botín con ambas manos y me encamine al interior de la cueva siguiendo a todos mis compañeros en armas. Los cuales se dispersaron, yendo algunos a enfermería, otros a dejar al prisionero dios sepa dónde y el resto a llevar a sus compañeros caídos a un lugar de descanso temporal, ya que fue hasta ese momento que me entere que uno de los jóvenes que había acompañado a Max había caído presa de Fuyumi.
Pero eso no era todo el chico que había recibido los potentes golpes de Filip, también había caído, debido a que sufrió un sangrado interno que no pudo ser atendido a tiempo. Me sentía bastante triste por ambas noticias, pero ellos conocían los riesgos de la misión. Luego de estas noticias Valalika nos comentó que unas gracias no era suficiente para agradecer lo ocurrido aquella noche, por lo que ofreció darnos oro de sus arcas personales, mientras iba por aquellas compensación, Max me dirigió unas palabras a las que respondí.
-En verdad que ha sido muy loca aventura, bastante inesperada diría- dije mientras devolvía la sonrisa que mi amigo me regalaba –Cree me Max que sería un honor y verdadero placer el viajar a tu lado como un equipo y vivir más aventuras alocadas como esta, pues bien en ese caso seguirnos por nuestros caminos hasta que llegue el momento de reunirnos de nuevo bajo la misma bandera, apósito me gustaría que te quedaras con esto- metí mi manos en el bolsillo y saque uno de mis relojes, lo había preparado antes de la aventura y deseaba dárselo a Max como muestra de nuestra amistad.
Tras esto las dos hermanas regresaron con nuestras recompensas pero por mi parte me negué a recibir aquel botín argumentando que aquel dinero sería mejor empleado ayudando a las familias de los dos caídos, ante tal cosa Valalaika me replico – No te preocupes Teobaldo, ya tenemos contemplados estas situaciones, sabemos los riesgos y esas familias estarán bien aseguradas- Tras el comentario me mostré un poco renuente a tomar la bolsa de oro, pero al final acepte ya que no deseaba ofender ni a los caídos, ni a la comandante. Mientras hacía esto me percaté de que Max ya se había retirado y aunque había muchas cosas que deseaba preguntarle, decidí darle espacio pues si él deseaba contármelas en algún momento lo aria, además de que me había percatado de que Karina había desaparecido también.
Por mi parte le pregunte a Valalaika sobre si me podían volver a prestar la habitación que más temprano me habían dado para descansar a lo que la joven me contesto con una amplia sonrisa, de esta forma fui guiado hasta una habitación más amplia que la anterior con una linda y suave sonrisa la comandante me pidió que me pusiera cómodo. Sin protestar me dispuse a entrar, a los lujosos aposentos, mientras la puerta se cerraba detrás de mí y me dejaban solo, aproveche la oportunidad para echar un vistazo a las cosas que Max había metido en el costal improvisado. Lo primero que llamo mi atención fue una guante robótico de color rojo, preguntándome cuanto valdría semejante pieza, sabía que había ciborgs que usualmente usaban estas piezas para mejorar sus cuerpos y si esta era una realmente valiosa ganaría mucho dinero.
Sin embargó después de revisar a detalle la pieza me encontré un poco desilusionado, pues resulto ser solo una prótesis de mecanismo hidráulico, algo anticuada y sin mucho chiste aparte de que tenía un pequeño encendedor en uno de los dedos, además de un mecanismo que arrojaba algunas agujas, pese al poco valor decidí quedármelo como un recuerdo de la aventura que había vivido, esperando jamás tener que usarlo. Tras esto me dispuse a restarme cayendo casi de inmediato profundamente dormido, cuando desperté era ya casi medio día o un poco más había dormido casi todo el día, decidí que saldría a buscar a Max si es que aún estaba en aquel lugar, de lo contrario después de tomar el almuerzo, me encaminaría a la siguiente isla en mi camino, esperando encontrarlo próximamente.
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