Contra las cuerdas [Moderado - Nivel 2] [Roora]

Últimamente Shelltown da la impresión de ser una ciudad en eterna fiesta. ¿De dónde salen tantos ánimos y tanto dinero que gastar en alcohol y otras cosas menos legales? El caso es que tampoco es que te puedas quejar, ¿no? El dueño de un antro te ha visto pasar por la calle con una guitarra a la espalda y no ha dudado ni un segundo en pedirte que tocaras en su bar por un módico precio. No era demasiado, pero sí lo suficiente como para pasar un buen rato practicando e ir tirando. Y teniendo en cuenta que entre viaje y comida te habías quedado sin un duro... Pero vaya, ¿sin pedirte una prueba ni preguntarte qué tipo de música era la tuya? Sí que debía estar desesperado, pero es que tenía un poder de convicción que... Ni te había dejado rechistar. Por lo menos, a pesar de ser un lugar cutre, no era una de esas discotecas ruidosas donde las chicas entraban gratis hasta las tres. Ya sabes, si no pagas es que tú eres la mercancía. Tienes la suerte de que en esta ocasión no eres el ce... Oh, espera.

Tu camerino, es el baño. Y ya sabes lo que dicen, nunca hay que ir al baño en un antro, así que ya estás incumpliendo la primera norma de los locales mugrientos. Esas paredes habrán visto de todo menos gente meando, y menos acertando en la taza. Si te asomas por la puerta y por el pasillo, podrás ver lo mismo que al entrar, un sitio lúgubre, donde todo es de madera oscura y hay poca luz, excepto para el pequeño escenario, donde hay solo un taburete y un micrófono. Una barra desgastada a un lado, más sillas, algunos parroquianos habituales que miraban solo al fondo de su vaso... Ojalá se anime un poco. Ojalá entraran algunos clientes por la puerta metálica cubierta por posters de grupos que habían tocado allí hace un montón de años. ¿O no? Quizás tienes un poco de miedo escénico o te asusta la falta de práctica.

¿Vas a cambiarte, preparar algo? Solo quedan unos minutos para salir. Ya se oyen unos golpes en la puerta, anunciando que es tu momento para intentar brillar bajo una luz desvaída. Lástima que solo un par de personas vayan a presenciarlo...

OFF-ROL:

Llevaba apenas una semana en Shelltown y no había pasado ni un segundo durante estos dias en los que no se escuchara música saliendo de los locales. Al principio me encantaba salir de fiesta día si y día también pero, las bebidas no eran gratis y el dinero estaba empezando a escasear.
Decidí darme un vuelta por el pueblo con mi guitarra para ponerme en la calle a tocar y conseguir algunas moneditas pero, sin saber muy bien como, el dueño de un bar me lio para que le hiciese un expectáculo. Si que debía estar desesperado para fiarse de una extraña que había visto por la calle pero, mientras me pagasen, no me importaba mucho la verdad.

Me llevo dentro del local y me guio hasta mi "camerino", o así lo llamo él pues, basicamente, era el baño del bar. Intentando no tocar absolutamente nada, abrí la funda de mi guitarra y la afine lo más rápido posible. No estaba muy nerviosa, por suerte había estado practicando las canciones que había pensado tocar por la calle asi que no tenía porque salir mal. Me asome por la puerta para ver mejor el local pues, había entrado con tantas prisas que no me había dado tiempo a fijarme en nada. A excepción del pequeño escenario que había al fondo, el bar estaba prácticamente a oscuras; la barra desgastada situada a un lado del bar, estaba ocupada por un pequeño grupo de parroquianos enbobados con sus bebidas.

Normalmente me suele agobiar la idea de tocar delante de un grupo muy reducido de personas, aun que normalmente a la gente le pasa al reves, porque tienes menos posibilidades de que a alguien le guste lo que tocas pero hoy no. No creo ni que me presten atención. Volví a cerrar la puerta y decidí hacerme una trenza rápida para que no me molestase el pelo mientras tocaba, saqué mis partituras de la bolsa y me disponía a practicar alguna canción cuando llamaron a la puerta y el dueño del bar me dijo que tenía que salir ya. Sin hacerle esperar ni un momento, abri la puerta y salí directa al escenario dispuesta a dar un buen espectáculo.

En el último momento entran unos chicos jóvenes (un poco mayores que tú, de veintipico años). Son ruidosos y desorganizados, llevan el pelo engominado y chupas de cuero. ¿De qué banda de pandilleros han salido esos? Animan el bar más que los parroquianos, pero dan un poco de miedo. Fuman en un sitio en el que está prohibido, llenando medio local de humo. Se ponen a beber sus cervezas, se sientan donde mejor les parece. Todos se apresuran y les traen lo que quieren. Ellos mandan.

Y ay, cuando se dan cuenta de que eres tú la que está en el escenario. Y eso que ni siquiera has empezado... ¿Sabes lo que es el catcalling? Te silban esperando que les hagas caso y te gritan piropos que no has pedido y no son precisamente lo más bonito que se puede oír. En fin, no son los únicos que entran. Hay más gente que sabe que hay espectáculo hoy y entra a cuentagotas en el local, pidiendo sus bebidas y esperando a que empieces. Por lo menos estos son un poco más educados.

Solo como dato, los pandilleros tienen un cabecilla. Él no te ha dicho nada y parece tranquilo, pero tampoco ha hecho algo que impida que sus compañeros hagan lo que les da la gana. Mejor que te quedes con su cara.

Spoiler:

¿Vas a ignorarlos y seguir como si nada o utilizarás ese micrófono para dedicarles unas bonitas palabras? Las consecuencias de cualquiera de las opciones son difíciles de saber. También hay otras cosas que no he nombrado y podrías hacer, eres libre. Solo tu personalidad dicta lo que puedes o no puedes.

Nada más poner un pie en el escenario, entraron en el local un grupo de pandilleros gritando y tirándolo todo a su paso. El dueño del bar pareció asustarse ante su presencia y se fue corriendo a la barra a servirles las bebidas para no hacerles esperar.
Yo decidí no prestarles mucha atención y seguí con lo mio. Coloqué un taburete en medio del pequeño escenario y ajusté el micrófono para que se me pudiese escuchar bien. Una vez preparado todo, miré al público para ver el nuevo panorama pues, mientras lo había puesto todo en orden, había ido entrando gente.
Me sorprendí bastante, había pasado de tocar delante de unos cinco de parroquianos, a tocar delante de un gran grupo de personas.
Los parroquianos seguían en la barra con sus bebidas y se les habían unido distintas personas del pueblo, también habían mesas ocupadas de forma aleatoria y luego estaban los pandilleros que se habían sentado más cerca de lo que me hubiese gustado, sinceramente.
Su presencia me incordiaba y había estado haciendo todo lo posible por no hacerles caso. Desde que me habían visto en el escenario habían estado gritandome "piropos" para llamar mi atención pero yo ni si quiera les había mirado, ni tenía intención de hacerlo.
Me senté en el taburete, me coloqué la guitarra y me aclaré mi garganta preparandome para cantar:

-Hola, buenas tardes- dije en mi tono más amable intentando llamar la atención de los pocos comensales del bar que todavía no se habían dado cuenta de mi presencia -voy a empezar tocando "drive by", espero que os guste-

El bar se quedó en silencio a excepción de algunos del grupo de los pandilleros y esta vez, no pude evitar mirarles para intentar intimidarles y hacer que se callaran pero no logré nada, solamente había uno que no molestaba y ,por como se comportaba, supuse que era el jefe. Estaba recostado contra el respaldo de la silla y con los pies en la mesa, no decía ni hacía nada que no fuese fumar, vestía al estilo punk y llevaba una cadena con un candado como collar, su imagen de chico malo logró intimidarme pero no podía distraerme más, tenía que actuar. Cogí aire y empecé a tocar la canción

On the other side of a street I knew
Stood a girl that looked like you
I guess that's deja vu
But I thought this can't be true
'Cause you moved to west L.A or New York or Santa Fe
Or where ever to get away from me

Oh but that one night
Was more than just right
I didn't leave you cause I was all through
Oh I was overwhelmed and frankly scared as hell
Because I really fell for you

Oh I swear to ya, I'll be there for ya
This is not a drive by
Just a shy guy looking for a two ply
Hefty bag to hold my love
When you move me everything is groovy
They don't like it sue me, mm way you do me
Oh I swear to you, I'll be there for you
This is not a drive by

On the other side of a downward spiral
My love for you went viral
And I loved you every mile you drove away
But now here you are again
So let's skip the "how you been"
And get down to the "more than friends" at last

Oh but that one night
Is still the highlight
I didn't need you until I came to

And I was overwhelmed and frankly scared as hell
Because I really fell for you

Oh I swear to you, I'll be there for you
This is not a drive by
Just a shy guy looking for a two ply
Hefty bag to hold my love
When you move me everything is groovy
They don't like it sue me, mm way you do me
Oh I swear to ya, I'll be there for ya
This is not a drive by

Please believe that when I leave
There's nothing up my sleeve but love for you
And a little time to get my head together too

On the other side of a street I knew
Stood a girl that looked like you
I guess that's deja vu
But I thought this can't be true, 'cause

Oh I swear to you, I'll be there for you
This is not a drive by
Just a shy guy looking for a two ply
Hefty bag to hold my love
When you move me everything is groovy
They don't like it sue me, mm way you do me
Oh I swear to ya, I'll be there for ya
This is not a drive by

Sonreí satisfecha después de tocar el último acorde y cantar la última nota, me había salido mejor de lo que esperaba

Ni te molestes, tus miradas de desaprobación nunca harían que se echaran para atrás, o al menos no lo harían ahora. Nada parece intimidarlos... Hasta que por un momento se callaron y dejaron sus silbidos a un lado, impresionados por tu voz, posiblemente porque nadie que cantara o tocara de forma decente pasaba por allí si no era ¿a punta de pistola? Una vez tú acabas la canción, aplauden y se les nota más animados que antes, pero sus sonrisas no son nada alentadoras. O a los mejor es solo que son así de siniestros de por sí. ¿Qué pasa? El dueño del bar te mira con pena y arrepentimiento, igual que algunos clientes, aunque tambien están impresionados por cómo has cantado y cómo has aguantado la presión.

Vamos a adelantar la acción. Vamos a suponer que sigues más o menos de forma tranquila con tu actuación hasta llegar a la última canción de la lista. ¿Vas a dejarlos sin aliento? ¿Qué harás cuando acabes, recoges tus cosas, te largas, te quedas un rato? Es tu momento, todas las miradas están fijas en ti, pero el ambiente allí dentro es tan sombrío... Algunos de los chicos se acercan al borde de la platea, con el propósito aparente de oírte mejor. El cabecilla los mira, todavía con una expresión neutra, como sabiendo que pasará algo y que es lo habitual. También te dirige una mirada fugaz cargada de pena, pero sigue a lo suyo, bebiendo y pretendiendo que no pasaba nada.

Alguna sombra más se ve entrando en el local por la puerta del fondo, llegando un poco tarde a lo que seguramente sea la mejor actuación de la década en ese sitio.

Los aplausos llenaron el bar y yo no pude evitar sonrojarme un poco; no me había dado cuenta pero, al poco de comenzar la canción, hasta los pandilleros habían guardado silencio para poder escucharme mejor.
Por como me miraban supuse que pocas veces habían escuchado cantar a alguien tan bien, al menos en persona; pero, al fijarme mejor, me di cuenta que también había otra cosa en su mirada, no sabía muy bien decir el que pero no me transmitia nada bueno.
No le di mucha importancia pues, a saver lo que estarían pensando sobre mi en estos momentos.
Busqué al dueño, esperando que me estuviese mirando con cara de aprovación por el evidente éxito que había tenído pero, me sorprendio al verlo mirándome con...¿pena?; ahora que me fijaba bien, más de una persona dentro del bar me miraba de la misma forma, como si sintieran lástima por mi. Decidí pasarlo por alto, ya le preguntaría sobre eso cuando terminase el expectáculo.
Seguí con mi repertorio como lo había preparado y los aplausos no cesaron. A medida que pasaban las canciones, algunos de los pandilleros se acercaron al escenario para escucharme mejor e incluso iba entrando gente nueva atraidos por la música.
Pero todo lo que empieza tiene que acabar y, yo ya había cumplido con mi parte así que solo me quedaba tocar una última canción de despedida.

-Bueno, lamento comunicaros que esta va a ser la última canción que voy a tocar, espero que os guste y gracias por haber venido-

Eché un último vistazo al bar y, al cruzar miradas con el jefe de la banda, me sorprendió muchísimo que tuviese los mismos ojos compasivos que había tenido el dueño del bar antes. Rápidamente apartó la mirada y tomo un trago de su bebida, supongo que para intentar disimularlo, pero yo ya había visto que él también sentía pena por mi, pero tampoco pensaba hacer nada para evitar que esa cosa pasase o para advertirme de que se trataba.
Para que una persona como él con apariencia de chulo sintiese pena por alguien es que realmente lo iba a pasar mal, por lo que decidí mantenerme alerta e irme lo más rápido posible en cuanto terminase la canción.

When the days are cold
And the cards all fold
And the saints we see
Are all made of gold

When your dreams all fail
And the ones we hail
Are the worst of all
And the blood’s run stale

I wanna hide the truth
I wanna shelter you
But with the beast inside
There’s nowhere we can hide

No matter what we breed
We still are made of greed
This is my kingdom come
This is my kingdom come

When you feel my heat
Look into my eyes
It’s where my demons hide
It’s where my demons hide
Don’t get too close
It’s dark inside
It’s where my demons hide
It’s where my demons hide

At the curtain’s call
It's the last of all
When the lights fade out
All the sinners crawl

So they dug your grave
And the masquerade
Will come calling out
At the mess you made

Don't wanna let you down
But I am hell bound
Though this is all for you
Don't wanna hide the truth

No matter what we breed
We still are made of greed
This is my kingdom come
This is my kingdom come

When you feel my heat
Look into my eyes
It’s where my demons hide
It’s where my demons hide
Don’t get too close
It’s dark inside
It’s where my demons hide
It’s where my demons hide

They say it's what you make
I say it's up to fate
It's woven in my soul
I need to let you go

Your eyes, they shine so bright
I wanna save that light
I can't escape this now
Unless you show me how

When you feel my heat
Look into my eyes
It’s where my demons hide
It’s where my demons hide
Don’t get too close
It’s dark inside
It’s where my demons hide
It’s where my demons hide

Grité como pude un "muchas gracias" intentando que se me escuchara por encima de los aplausos, recogí mis partituras como pude e intenté escabullirme entre el público para llegar al "camerino" donde tenía mi funda de la guitarra con la daga que siempre llevaba encima; como pirata que era nunca sabía cuando la iba a necesitar, pero la guitarra me dificultaba el paso. Esperaba llegar ahí antes de que me pasase lo que el dueño del bar y el cabecilla temían pero, algo me decía que no iba a ser así.

La gente se sorprende de que te bajes tan rápido del escenario habiéndolo hecho tan bien, con lo cual se paralizan más y te cuesta pasar entre ellos. No es un gran problema. Algunos quieren invitarte a algo, darte la enhorabuena y cosas de ese estilo; aunque a veces da la impresión de que intentaran retenerte. Vas pasando entre la gente. Es como si te adentraras en la masa, que a partes iguales quiere dejarte vía libre y cerrarte el paso. Te engullen, abre el camino un segundo y parecen cerrarlo justo después de que pases. ¿Para bien o para mal? En el corto trayecto quizás hayas notado como te tocaban el hombro y te intentan agarrar, pero entre tantas personas no es algo raro y además parece que se les escurre la mano y no llegan a conseguirlo. Y a tu guitarra se le saltan un par de cuerdas en los choques; sigue casi intacta.

Llegas bien al camerino y supongo que te lanzas a la carrera contra la funda y la daga. Cuando te des la vuelta te darás cuenta de que no eres la única que ha llegado rápido hasta ahí. Dos de los maleantes están impidiéndote que vuelvas atras. Uno está en camiseta de tiras y tiene el pelo de un color rubio cenizo, pero el otro lleva una cazadora de cuero y su pelo es más oscuro. No importa, todos en esa banda se parecen demasiado. Ahora ya sabes o intuyes por qué te miraban con malicia, y si eres lista te imaginas lo que quieren hacer contigo. La presa desde el principio. Aún no se mueven, quizás esperen a que te resistas e intenten sacarlos de allí o salir tú. ¿Qué haces?

Spoiler:

Conseguir pasar entre toda esa gente hasta llegar al baño fue todo un logro, entre los que me paraban cada dos por tres para invitarme a una copa, los que intentaban ligar conmigo, los que me agarraban para no dejarme ir y los que simplemente hacían vulto casi no logro salir de ahí con vida.
Miré mi guitarra con pena, entre los golpes y los tirones de la gente se le había hecho un rasguño nuevo y le habían roto las cuerdas de "la" y "mi", esperaba que no le hubiese dado a nadie pues, cuando se rompen las cuerdas de la guitarra,es como un latigazo; no duele, pero escuece.

Sin perder más tiempo me metí en el baño, que seguía tal y como lo había dejado antes de salir, y busque en la funda hasta encontrar mi preciada daga, una vez en mis manos, la enganché en el cinto donde siempre la llevaba para poder seguir guardando las cosas. Me sentí más segura al pensar que ya tenía algo con lo que defenderme, pero ese sentimiento no duró mucho pues, a los pocos segundos de haber llegado ahí, dos chicos se plantaron delante de la puerta impidiendome salir.
Reconocí rápidamente que eran del grupo de pandilleros del bar y, en ese instante, todo encajó en su sitio.
No hacía falta ser un genío para comprender ahora el significado de las miradas que tenían las personas del bar mientras me veían tocar, sentían lástima porque sabían que ellos iban a ir a por mi nada más terminase de tocar y, por lo que parecía, no podían o no pensaban hacer nada al respecto.

Parecían bastante confiados pues se quedaron en la puerta esperando mi reacción, como si disfrutasen de cada expresión que ponía su presa pero, lo que esperaba que no supiesen, era que yo era una pirata y me había visto en situaciones peores que acorralada en un baño por dos matones.
Fingiendo miedo dí un paso atras ,mientras disimuladamente agarraba la daga con mi mano izquierda y con la derecha la cubría lo mejor que podía, como si me estuviese protegiendo el vientre.
Sin perder tiempo, la desenganché y me avalancé sobre el que llevaba puesta una cazadora de cuero, esperaba que por la impresión se apartase o del impulso lo tirase al suelo y así lograr hacerme hueco para salir corriendo, pero si se quedaba quieto, usaría la daga.
No me importaba ni la guitarra ni las partituras, ya conseguiría otras, ahora lo único que me preocupaba era lograr salir de ahí sin que ninguno de esos me tocase.

El chico contra el que te lanzas abre los ojos como platos; nunca se hubiera esperado eso que has hecho. Son un cliché con patas, pensando que todas las damas son indefensas.

-Joder con la renacuaja... -dice, y escupe a un lado. ¿Por qué? Pues a saber, seguramente es una manía, porque en la boca no le has dado.

Se lleva la mano a uno de sus brazos, donde corre un hilillo de sangre. Es solo un rasguño, logró apartarse a tiempo y dejarte vía libre hasta que...

-¿Piensas que te vas a escapar tan fácilmente? -pregunta su compañero, tras agarrarte un brazo y tirar de ti para adentrarte en la habitación de nuevo. Su sonrisa es feroz. -Meh, eres solo una niña... No sé si eso me encanta o me esperaba algo más.

El del brazo herido se lamenta un poco más con rabia que con tristeza y no parece que tenga intención más que de cuidar la puerta y vigilar que no pases (por el momento). El otro pretende empujarte contra una pared y en su cinturón (más o menos entre el lado derecho y la espalda) pueden verse un par de dagas parecidas a la tuya, pero no da la impresión de querer echar mano de ellas.

Se oyen unos pasos, pero después cesan sin que nadie aparezca. ¿Hay alguien ahí, escuchando cómo te resistes? No sabes si lo has oído o te los has imaginado porque es lo que querrías oír.

El chico contra el que me lancé, se sorprendió tanto al verme correr hacia el que no reaccionó lo suficientemente rápido, por lo que le hice un pequeño corte en su brazo izquierdo del que empezó a salir sangre.

-Joder con la renacuaja... -dijo para después escupir a un lado.
Yo no le presté atención y seguí corriendo, había conseguido apartarlo y hacerme un hueco para pasar por la puerta, solo esperaba que no hubiese nadie más fuera para volverme a llevar dentro. Pero no fui lo suficientemente rápida.

-¿Piensas que te vas a escapar tan fácilmente? -preguntó el chico rubio tras agarrarme la muñeca izquierda y tirar de mi para volverme a meter dentro del asqueroso baño -Meh, eres solo una niña... No sé si eso me encanta o me esperaba algo más-

El de la cazadora se había quedado en la puerta mientras se tapaba la herida que le había hecho con su mano derecha y no dejaba de murmurar, supongo que estaría insultándome pero, tenía cosas más importantes que intentar esuchar lo que decía.
El otro chico me miraba sonriendo, realmente estaba disfrutando de esta situación y eso me ponía los pelos de punta.
Dió un paso hacia mi y, por reflejos, yo lo dí hacia atras. Ahora que lo podía ver mejor, me dí cuenta que tenía un par de dagas en la parte derecha de su cinturón por lo que tendría que tener cuidado con ellas sí decidía usarlas. Yo seguía con mi daga pero la enganché en el cinto donde la llevaba siempre, prefería tener las manos libres.
Tenía que pensar otra forma de escapar, ya no contaba con el factor sorpresa y el tiempo se me acababa.
De repente escuché unos pasos que venían hacia aquí, era casi inaudible pero estaba segura de que no me lo había imaginado, pero tras dar unos pasos el sonido cesó.
La persona misteriosa no pensaba venir a ayudarme y no le veía muchas salidas el gritar para pedirle ayuda, si quisiese venir ya lo hubiese hecho; como mucho solo conseguiría que los dos chicos se enfadasen más y estaba en una clara desventaja.  
No sabía que hacer, realmente no sabía que hacer; si intentaba atacarles solo conseguiría hacerme daño a mi misma y ya no existía la opción de escapar corriendo. Decidí esperar a ver que hacían, no me gustaba la idea pero era la mejor opción.

Vienen a darte una ayudita, pero no por ti, sino por razones personales del que ha llegado. Un hombre de pelo cano y gabardina negra hasta los pies aparece con un par de pistolas y se pone a disparar contra todo lo que se mueve. Por supuesto, alguna bala alcanza al chico de las dagas, que se queda atónito por un instante, pero no piensan quedarse quietos. Se lanzan contra ese hombre. ¡Estás en medio del "fuego" cruzado! Una bala te ha rozado la pierna ixquierda sin causar grandes daños, aunque puede que eso no dure demasiado si no haces algo, tanto atacar a alguna de las partes como intentar salir por la puerta, que sigue bloqueada a medias, pero tus captores la han descuidado por la repentina intromisión.

El hombre tiene los ojos inyectados en sangre. Lo oyes farfullar multitud de insultos y de vez en cuando "hija" y algo sobre matar u cosas peores. No parece decir anda coherente, solo descarga las pistolas, sin ni siquiera demasiada puntería. Tu peligro es una bala perdida, pero te da tiempo a recoger un par de cosas y largarte, o a quedarte y ayudarle con lo que sea. Al fin y al cabo tenéis un objetivo común y si no has sido tú, otra será en un futuro. Tú decides.

Spoiler:

De pronto, apareció un hombre de pelo cano y gabardina negra hasta los pies disparando como un loco a diestro y siniestro. Por suerte para mi, le dio al chico que estaba contra mi y este me dio la espalda para atacar a ese hombre, pero, una bala perdida, también me dio a mi rozándome la pierna izquierda. Tenía que moverme y rápido.
Sin desperdiciar esta oportunidad, saqué mi daga del cinto y me avalancé contra él. Le agarré por el hombro izquierdo para tirarlo hacía atras y después rajarle la garganta. Utilicé su cuerpo como escudo humano de las balas para poder acercarme a los otros dos.

El hombre está fuera de sí, con los ojos inyectados en sangre y farfullando insultos y amenazas mientras continuaba con su reguero de balas, pero entre todo el jaleo escuché como decía la palabra "hija" y una idea pasó por mi mente.
Puede que a su hija le hubiesen hecho lo mismo que pensaban hacerme a mi y por eso había decidido vengarse, sí esto era así el no iba contra mi, pero podía haberme equivocado.

Decidí seguir a mi instinto y ayudarlo; en el fondo, gracias a el había conseguido deshacerme de mis captores y no me gustaba deberle nada a nadie, tenía que devolverle el favor.

Consigues rajarle y empieza a salir sangre de su cuello a borbotones, mientras todavía se mueve intentando apartarte de él y con algunos espasmos mientras va perdiendo las fuerzas. ¡Cuidado, podría caer encima de ti! Ten en cuenta que es bastante pesado, vamos, un armario. El hombre de la gabardina le da al otro chico en el pecho, con lo que este cae al suelo y parece que acaba sin respiración... y con los ojos totalmente abiertos. Escalofriante, sin duda. Al menos el campo de batalla se compone de una mitad de caídos ahora.

Sólo quedáis dos. El señor sigue disparando contra la pared que tiene enfrente, pero llega un momento en el que las balas se le acaban. Eso no impide que siga y siga apretando el gatillo, probablemente dándose cuenta de que lo que ha hecho no ha solucionado nada y no le devolverá a su hija. No hay mucho mas que decir. Si le hablas no te hará nada, pero seguirá aturdido o se volverá loco y pensará que eres su hija o algo así.

Deberías irte antes de que alguien vea ese estropicio, tienes vía libre. Puedes saquear a los muertos, aunque no hay mucho, aparte de un par de dagas como la tuya y el dinero que puedan llevar en los bolsillos.

Spoiler:

Mi idea de usar al chico como escudo de las balas no había sido de las mejores, el herido se convulsionaba con las pocas fuerzas que le quedaban para intentar atraparme mientras la sangre le salía por la garganta, además era mucho más grande que yo por lo que no hubiese podido llevarlo para que me protegiese. Dio un par de pasos torpes en mi dirección antes de caer al suelo a unos pocos centímetros de mi. Menos mal que me había movido rápido.

De pronto el sonido de los disparos cesó para ser sustituido por el "click" que hacen las pistolas cuando no les queda más munición, repitiéndose una y otra vez.
El otro chico también estaba en el suelo, con los ojos abiertos y empapado en sangre, la cual salía de una herida de bala en el pecho.

El hombre no me miraba y seguia "disparando" contra la pared como si esperase que algo pasase.
Prefería que fuese así, me daba miedo como podía reaccionar si le decía algo ;por lo que recojí la guitarra con mis partituras en tiempo record, revisé el cuerpo del chico de las dagas, las cuales me quedé además de su cartera y, con mas cuidado, revisé el cuerpo del otro chico pues estaba más cerca del señor, este solo tiene su cartera.
Lo guardé todo en la funda de mi guitarra y me fui lentamente de la habitación para no alterar al señor.

-Lo siento- murmuré al pasar por su lado, sabía lo que se sentía al perder a alguien que te importaba

-¿Sara?- me dijo el mientras me agarraba de la muñeca y me miraba a los ojos, yo solo aparté la vista y me solté de su agarre mientras empezaba a correr para salir sin que nadie más me pudiese parar.