Teobaldo Voglio
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Me encuentro en una pequeña isla en la cual existe una excelente escuela de espadachines, la vedad no es como que me llamen las espadas, ni usarlas, ni mucho menos forjarlas, pero ciertamente en un pueblo con tan excelente escuela debía de haber extraordinarios herreros y mi objetivo era aprender de ellos sus métodos de fundición. Recién llegaba a la isla por lo que mi primer instinto fue el buscar un lugar donde hospedarme, camine por el lugar hasta dar con una pequeña posada, la cual entendía una hermosa y elegante mujer madura llamada Elba de Fier.
Me instale rápidamente y cuando me disponía a salir aquella mujer me comento que si deseaba comer algo, no encontraría mejor comida casera que la suya. La verdad es que no tenía intenciones de comer pero en vista del animado ofrecimiento no pide resistirme, tome asiento en una mesa junto a una ventana y me dispuse a ordenar, como era evidente lo primero que pedí fue un buen vino el mejor que tuvieran, seguido de cualquier guiso que tuviera papas o pasta. La mujer se mostró antena y fue directo a la cocina para ver que podía hacer para cumplir con aquella petición.
Después de llevar mí orden a la cocina regreso y como el lugar estaba escaso de comensales decidió irse a sentar a mi mesa, la verdad es que me sentía honrado con su compañía y pronto me saco platica, a proveche para cuestionarle sobre los herreros del lugar y si habría alguno que me recomendara visitar. Realmente no sabía mucho sobre los herreros del lugar pero me comento que si lo que me interesaba era el arte de la espada la escuela no estaba muy lejos de su posada, antes de que pudiera aclararle que esa no era mi intención, le anunciaron que la comida estaba lista y se retiró, en el tiempo que me quede solo me pregunte si no sería tan mala idea el ir a ver a los espadachines ya que a lo mejor ellos me podían dar mayor información sobre sus herreros. Pero cualquiera que fuera mi movimiento lo aria después de comer algo ya que en verdad aquel guiso olía bastante bien y Elba volvió a honrarme con su compañía.
Me instale rápidamente y cuando me disponía a salir aquella mujer me comento que si deseaba comer algo, no encontraría mejor comida casera que la suya. La verdad es que no tenía intenciones de comer pero en vista del animado ofrecimiento no pide resistirme, tome asiento en una mesa junto a una ventana y me dispuse a ordenar, como era evidente lo primero que pedí fue un buen vino el mejor que tuvieran, seguido de cualquier guiso que tuviera papas o pasta. La mujer se mostró antena y fue directo a la cocina para ver que podía hacer para cumplir con aquella petición.
Después de llevar mí orden a la cocina regreso y como el lugar estaba escaso de comensales decidió irse a sentar a mi mesa, la verdad es que me sentía honrado con su compañía y pronto me saco platica, a proveche para cuestionarle sobre los herreros del lugar y si habría alguno que me recomendara visitar. Realmente no sabía mucho sobre los herreros del lugar pero me comento que si lo que me interesaba era el arte de la espada la escuela no estaba muy lejos de su posada, antes de que pudiera aclararle que esa no era mi intención, le anunciaron que la comida estaba lista y se retiró, en el tiempo que me quede solo me pregunte si no sería tan mala idea el ir a ver a los espadachines ya que a lo mejor ellos me podían dar mayor información sobre sus herreros. Pero cualquiera que fuera mi movimiento lo aria después de comer algo ya que en verdad aquel guiso olía bastante bien y Elba volvió a honrarme con su compañía.
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Luego de dos largas semanas en alta mar, como es costumbre el pirata amateur Juka B.Volpi encontró una nueva isla a la cuál visitar. Cuando un pirata navega sin rumbo es porque no le interesa a que isla llegar ni tampoco cuanto o como este en el mar.
Cuando por fin ató su bote a una valla del muelle de aquel pueblo, Juka estiró sus brazos hacia atrás y bostezó. Mientras producía esa acción en pirata logró escuchar a un par de ancianas hablar acerca de un logar del pueblo donde vendían una excelente comida, por lo que después de dos días de ayuno, el corsario no dudo en acercarse a estas señoras para preguntarles sobre ese extravagante lugar.
Luego de preguntarles la ubicación del paradero, las ancianas le contestaron que debía seguir 5 calles hacia la derecha del muelle, por esa razón Juka decidió seguir el sendero revelado por sus primeros conocidos del pueblo.
Al final del camino, el pirata logró ver con su mano derecha tapando uno de sus ojos por el violento sol, una gran posada de madera que por más de tener sus años se mantenía como nueva.
Al entrar, Juka rotó su mirada hacia los laterales del lugar buscando una silla para descansar y probar esa comida que deseaba desde hace un rato. Al sentarse una mesera llegó rápidamente para preguntarle que quería ordenar. El corsario le contestó amablemente y con una sonrisa en su boca:"Tráeme lo mejor que tengas". Mientras esperaba su comida, Juka se percató de que a su lado estaba sentado una persona que por su aspecto no parecía ser un lugareño más, por lo que el pirata acercó un poco su silla al desconocido y le dijo:"que hace un hombre extranjero como tú en un pueblo como este? ... "al parecer tienes... una bonita espada, eso es una cosa que tenemos en común..."
Mientras Juka B.Volpi esperaba atentamente la respuesta del espadachín tomó su jarra de sake y comenzó a beber de ella.
Cuando por fin ató su bote a una valla del muelle de aquel pueblo, Juka estiró sus brazos hacia atrás y bostezó. Mientras producía esa acción en pirata logró escuchar a un par de ancianas hablar acerca de un logar del pueblo donde vendían una excelente comida, por lo que después de dos días de ayuno, el corsario no dudo en acercarse a estas señoras para preguntarles sobre ese extravagante lugar.
Luego de preguntarles la ubicación del paradero, las ancianas le contestaron que debía seguir 5 calles hacia la derecha del muelle, por esa razón Juka decidió seguir el sendero revelado por sus primeros conocidos del pueblo.
Al final del camino, el pirata logró ver con su mano derecha tapando uno de sus ojos por el violento sol, una gran posada de madera que por más de tener sus años se mantenía como nueva.
Al entrar, Juka rotó su mirada hacia los laterales del lugar buscando una silla para descansar y probar esa comida que deseaba desde hace un rato. Al sentarse una mesera llegó rápidamente para preguntarle que quería ordenar. El corsario le contestó amablemente y con una sonrisa en su boca:"Tráeme lo mejor que tengas". Mientras esperaba su comida, Juka se percató de que a su lado estaba sentado una persona que por su aspecto no parecía ser un lugareño más, por lo que el pirata acercó un poco su silla al desconocido y le dijo:"que hace un hombre extranjero como tú en un pueblo como este? ... "al parecer tienes... una bonita espada, eso es una cosa que tenemos en común..."
Mientras Juka B.Volpi esperaba atentamente la respuesta del espadachín tomó su jarra de sake y comenzó a beber de ella.
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La dueña del lugar se puso a conversar largo y tendido sobre lo sorprendente que eran los estudiantes de la escuela de esgrima, su relato comenzó de repente a llevarla a la nostalgia del pasado y de repente sin darme cuenta ya se encontraba hablando de las glorias de su difunto esposo quien fuera uno de los sinodales de la academia. Era evidente que del mundo de la herrería la mujer no sabía mucho, pero tenía una gran información sobre los espadachines y sus estilos de vida, luego de un par de minutos al ver que había capturado mi atención me ofreció mostrarme la que fuera la espada de su amado esposo.
La mujer se retiró a sus aposentos los cuales casualmente estaban alado de la posada, no tardó mucho en regresa con la espada envuelta en una hermosa tela de ceda, al desenrollar la dejo a la vista la funda y el mago del arma, valdría la pena ser lo más minucioso posible al describir tan magnifica obra de arte, pero temo que ni esta consideración sería suficiente para describir a detalle la magnificencia de la funda. Esta era de color blanco perla, con grabados en oro y plata, estos materiales fueron usados para resaltar las formas de un pavo real y un dragón.
La empuñadura tenía un listón blanco con encajes, realizados con hilo de oro, cuando desenfunde el arma pude apreciar la delicadeza de la mano de obra con la cual se había sido forjada, el acero era suave al tacto y al mismo tiempo tenía cierta calidez como si el arma guardará una energía propia. Me encontraba abstraído observando el arma cuando repentinamente entro otro comensal, por instinto guarde el arma en su funda y la deje a mi lado, mientras la dueña se aproximaba a atender al recién llegado, quien se sentó en una mesa alado de la mía.
No di mayor importancia al hombre aunque evidentemente no era un lugareño y esto se notaba tanto en sus ropas como en su aspecto, entonces escuche que le pidiera a la dueña del lugar que le trajera su mejor comida esta se retiró y yo seguí ingiriendo mis alimentos. De pronto note que aquel hombre aproximaba su silla hasta mi mesa, su mirada se había dirigido al arma que tenía a mi lado, por un instante lleve la mano hasta mi bolsillo buscando agarrar una de mis agujas, pues me dio la sensación de que su interés en aquella arma podría ser con la finalidad de robarla.
Sin embargo para mi sorpresa el siguiente movimiento que hizo fue el preguntarme, lo que andaba asiendo en aquel lugar y posteriormente alago la espada que estaba a mi lado, acto seguido me dijo que al parecer eso nos unía, el hombre no me pareció hostil y me limite a soltar la aguja de mi bolsillo. Para contestarle con la misma educación que me había mostrado –Me disculpo, pero esta espada no es mía, es de la dueña del lugar, la mujer que te acaba de atender, solo me la estaba mostrado pues mi interés en esta isla es el conocer acerca de los herreros que forman estas formidables armas, digamos que parcialmente a eso me dedico, a propósito mi nombre es Teobaldo... Teobaldo Voglio ¿Cuál es el suyo amigo? .
No espere su respuesta y continué después de tomar un trago del tarro de vino- Si gusta porque no toma asiento en mi mesa- Le ofrecí amablemente mientras extendía mi mano para indicarle que tomara asiento, luego continúe – Tengo intenciones de ir a la academia para preguntar la localización de los herreros al terminar de comer y supongo que si usted siendo un espadachín seguramente bien como aprendiz o a retar alguno de los profesores del lugar, ya que por sus ropas es evidente que no es de esta isla ¿si gusta podríamos ir juntos?
Terminado de decir esto último, tome la espada y la puse del otro lado de la mesa abriendo espacio para que aquel hombre se sentara, si así lo deseara, luego lleve mi mano al tarro y me dispuse a tomar otro trago de vino, para luego llevarme un bocado a la boca mientras esperaba la respuesta de aquel hombre.
La mujer se retiró a sus aposentos los cuales casualmente estaban alado de la posada, no tardó mucho en regresa con la espada envuelta en una hermosa tela de ceda, al desenrollar la dejo a la vista la funda y el mago del arma, valdría la pena ser lo más minucioso posible al describir tan magnifica obra de arte, pero temo que ni esta consideración sería suficiente para describir a detalle la magnificencia de la funda. Esta era de color blanco perla, con grabados en oro y plata, estos materiales fueron usados para resaltar las formas de un pavo real y un dragón.
La empuñadura tenía un listón blanco con encajes, realizados con hilo de oro, cuando desenfunde el arma pude apreciar la delicadeza de la mano de obra con la cual se había sido forjada, el acero era suave al tacto y al mismo tiempo tenía cierta calidez como si el arma guardará una energía propia. Me encontraba abstraído observando el arma cuando repentinamente entro otro comensal, por instinto guarde el arma en su funda y la deje a mi lado, mientras la dueña se aproximaba a atender al recién llegado, quien se sentó en una mesa alado de la mía.
No di mayor importancia al hombre aunque evidentemente no era un lugareño y esto se notaba tanto en sus ropas como en su aspecto, entonces escuche que le pidiera a la dueña del lugar que le trajera su mejor comida esta se retiró y yo seguí ingiriendo mis alimentos. De pronto note que aquel hombre aproximaba su silla hasta mi mesa, su mirada se había dirigido al arma que tenía a mi lado, por un instante lleve la mano hasta mi bolsillo buscando agarrar una de mis agujas, pues me dio la sensación de que su interés en aquella arma podría ser con la finalidad de robarla.
Sin embargo para mi sorpresa el siguiente movimiento que hizo fue el preguntarme, lo que andaba asiendo en aquel lugar y posteriormente alago la espada que estaba a mi lado, acto seguido me dijo que al parecer eso nos unía, el hombre no me pareció hostil y me limite a soltar la aguja de mi bolsillo. Para contestarle con la misma educación que me había mostrado –Me disculpo, pero esta espada no es mía, es de la dueña del lugar, la mujer que te acaba de atender, solo me la estaba mostrado pues mi interés en esta isla es el conocer acerca de los herreros que forman estas formidables armas, digamos que parcialmente a eso me dedico, a propósito mi nombre es Teobaldo... Teobaldo Voglio ¿Cuál es el suyo amigo? .
No espere su respuesta y continué después de tomar un trago del tarro de vino- Si gusta porque no toma asiento en mi mesa- Le ofrecí amablemente mientras extendía mi mano para indicarle que tomara asiento, luego continúe – Tengo intenciones de ir a la academia para preguntar la localización de los herreros al terminar de comer y supongo que si usted siendo un espadachín seguramente bien como aprendiz o a retar alguno de los profesores del lugar, ya que por sus ropas es evidente que no es de esta isla ¿si gusta podríamos ir juntos?
Terminado de decir esto último, tome la espada y la puse del otro lado de la mesa abriendo espacio para que aquel hombre se sentara, si así lo deseara, luego lleve mi mano al tarro y me dispuse a tomar otro trago de vino, para luego llevarme un bocado a la boca mientras esperaba la respuesta de aquel hombre.
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Luego de que este "espadachín" contestara todas las preguntas de Juka, le hizo saber que su nombre era Teobaldo y que la espada que el pirata había alagado no era de él, sino que era del difunto esposo de la mesera que previamente los había atendido. Volpi se sorprendió con esa información ya que las espadas de los difuntos espadachines generalmente se ponían en su tumba o sobre su cadáver al morir el mismo. Pero por alguna razón esta mujer aún tenía la espada de su querido esposo.
A pesar de este extraño dilema ubicado en la mente de Juka B.Volpi, este aún tenía una pregunta pendiente por contestar. El pirata miró nuevamente al espadachín y mientras presenciaba como la mesera le traía la comida que le había prometido, le dijo a Teobaldo:"mi nombre es Juka B.Volpi, y como sabrás soy un espadachín y un pirata". Cuando la pregunta fue contestada , Teobaldo le comentó a Juka que iba a ir a la academia de espadachines para preguntar por los famosos herreros de esta isla. El pirata quedó sorprendido ya que no tenía la más pálida idea de que existía una academia de espadachines en aquel pueblo, pero al instante le dijo a su acompañante: "Por supuesto que te acompañaré... ya que las espadas para los espadachines son los puentes que pueden llevar a la muerte tanto como a la vida."
Al pronunciar esas palabras Juka se paró de su silla con su plato de comida ya bació (de tanta hambre que tenía) y luego de dejar unos billetes en la mesa se retiró camino a la puerta de entrada del lugar. Segundos después miró hacia atrás y le dijo a su nuevo compañero: "Teobaldo... me guias!?".
A pesar de este extraño dilema ubicado en la mente de Juka B.Volpi, este aún tenía una pregunta pendiente por contestar. El pirata miró nuevamente al espadachín y mientras presenciaba como la mesera le traía la comida que le había prometido, le dijo a Teobaldo:"mi nombre es Juka B.Volpi, y como sabrás soy un espadachín y un pirata". Cuando la pregunta fue contestada , Teobaldo le comentó a Juka que iba a ir a la academia de espadachines para preguntar por los famosos herreros de esta isla. El pirata quedó sorprendido ya que no tenía la más pálida idea de que existía una academia de espadachines en aquel pueblo, pero al instante le dijo a su acompañante: "Por supuesto que te acompañaré... ya que las espadas para los espadachines son los puentes que pueden llevar a la muerte tanto como a la vida."
Al pronunciar esas palabras Juka se paró de su silla con su plato de comida ya bació (de tanta hambre que tenía) y luego de dejar unos billetes en la mesa se retiró camino a la puerta de entrada del lugar. Segundos después miró hacia atrás y le dijo a su nuevo compañero: "Teobaldo... me guias!?".
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Tan pronto termine de comer y luego de ver el entusiasmo de aquel hombre llamado Juka me dispuse a partir, no sin antes devolver la espada a la posadera tras darle las gracias por la comida y la charla amena me dispuse a guiar a mi compañero rumbo a la dirección que me había señalado la mujer. La escuela al parecer no estaba muy lejos de lugar donde nos encontrábamos, según las indicaciones dadas esta estaba sobre esta misma calle una par de cuadras arriba, pasando el cementerio a las afueras del pueblo. Al salir por la puerta y pasar frente a Juka le comente – Pues bien que esperamos pongámonos en el camino.
Comencé a caminar por la calle que nos llevaría a la academia, admirando las confortables casas que estaban a nuestro lado, tras caminar unos segundos y habiendo cruzado el segundo entronque gire levemente la cabeza para ver a mi compañero y le dije -Vaya amigo pareces muy animado después de saber que existía una escuela de esgrima, digo después de escuchar aquella frase sobre la vida y la muerte no me queda duda de que en verdad que debes amar el arte de la espada, en lo personal aprecio a los espadachines pero con lo que respeta a mis gustos por las armas prefiero un buen par de pistolas o explosivos, un que admito que estas pequeñas me han ayudado mucho en el pasado- Dije mientras sacaba una de mis agujas.
Mi largo palabrería había abarcado todo una cuadra y ahora esperaba la respuesta de Junka, ahora que me fijaba estábamos cruzado el tercer entronque, lo que indicaba que faltarían dos más antes de pasáramos enfrente del cementerio, desde ahí solo deberíamos seguir el sendero que llevaba a la academia.
Comencé a caminar por la calle que nos llevaría a la academia, admirando las confortables casas que estaban a nuestro lado, tras caminar unos segundos y habiendo cruzado el segundo entronque gire levemente la cabeza para ver a mi compañero y le dije -Vaya amigo pareces muy animado después de saber que existía una escuela de esgrima, digo después de escuchar aquella frase sobre la vida y la muerte no me queda duda de que en verdad que debes amar el arte de la espada, en lo personal aprecio a los espadachines pero con lo que respeta a mis gustos por las armas prefiero un buen par de pistolas o explosivos, un que admito que estas pequeñas me han ayudado mucho en el pasado- Dije mientras sacaba una de mis agujas.
Mi largo palabrería había abarcado todo una cuadra y ahora esperaba la respuesta de Junka, ahora que me fijaba estábamos cruzado el tercer entronque, lo que indicaba que faltarían dos más antes de pasáramos enfrente del cementerio, desde ahí solo deberíamos seguir el sendero que llevaba a la academia.
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Luego de que Juka B.Volpi le preguntara a Teobaldo si lo guiaba, este asintió y ambos pusieron rumbo a la "academia de espadachines" anteriormente mencionada por el espadachín.
Mientras caminaban por las calles rumbo a su destino se admiraba un bonito paisaje de pueblo pacífico, por lo que Juka dudaba de la existencia de grandes espadachines en el pueblo. En el trayecto por las calles del pueblo, Teobaldo giró la cabeza en dirección al pirata y le dijo que notaba su entusiasmo por visitar la escuela de esgrima y también se notaba la fascinación de Juka por las espadas y el arte de las mismas.
Luego de que su compañero terminara de hablar, el pirata lo miró y le dijo: "Teobaldo... mi entusiasmo por conocer la escuela de esgrima es una simple manera de conocer más el mundo, ya que estoy de recorrida por él. Me gustaría recordad que visité este pueblo por varias cosas que conocí en él, no solo la exquisita comida. Jeje, y... si... reconozco que me gustan las espadas, aunque realmente solo las considero un elemento para manifestar la fuerza de mis manos, sin siquiera lastimaras. Básicamente me gustan las espadas, pero no formo lazos sentimentales con ellas como la cantinera de hace un momento... jajaja."
Mientras conversábamos y caminábamos logramos llegar al cementerio, el cual rodeamos para tomar el camino hacia la academia. Ambos tomamos ese sendero, y mientras miraba la reacción de Teobaldo ante lo que había dicho previamente, le hice una pregunta que podría acabar en una futura amistado o enemistad entre estos nuevos compañeros... "Compañero... que opinas de la Marina?? Y de los piratas??". En ese momento, cuando terminó de hablar, Juka sacó su cantimplora de Sake y tomó un pequeño sorbo, acercándosela a Teobaldo para comprobar si aceptaba un trago del pirata.
Mientras caminaban por las calles rumbo a su destino se admiraba un bonito paisaje de pueblo pacífico, por lo que Juka dudaba de la existencia de grandes espadachines en el pueblo. En el trayecto por las calles del pueblo, Teobaldo giró la cabeza en dirección al pirata y le dijo que notaba su entusiasmo por visitar la escuela de esgrima y también se notaba la fascinación de Juka por las espadas y el arte de las mismas.
Luego de que su compañero terminara de hablar, el pirata lo miró y le dijo: "Teobaldo... mi entusiasmo por conocer la escuela de esgrima es una simple manera de conocer más el mundo, ya que estoy de recorrida por él. Me gustaría recordad que visité este pueblo por varias cosas que conocí en él, no solo la exquisita comida. Jeje, y... si... reconozco que me gustan las espadas, aunque realmente solo las considero un elemento para manifestar la fuerza de mis manos, sin siquiera lastimaras. Básicamente me gustan las espadas, pero no formo lazos sentimentales con ellas como la cantinera de hace un momento... jajaja."
Mientras conversábamos y caminábamos logramos llegar al cementerio, el cual rodeamos para tomar el camino hacia la academia. Ambos tomamos ese sendero, y mientras miraba la reacción de Teobaldo ante lo que había dicho previamente, le hice una pregunta que podría acabar en una futura amistado o enemistad entre estos nuevos compañeros... "Compañero... que opinas de la Marina?? Y de los piratas??". En ese momento, cuando terminó de hablar, Juka sacó su cantimplora de Sake y tomó un pequeño sorbo, acercándosela a Teobaldo para comprobar si aceptaba un trago del pirata.
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Su comentario fue bastante curioso lo cual me produjo una leve sonrisa, pues me asombrara que no fuera como muchos de esos espadachines que solo buscan ser más fuertes, buscando demostrar sus dotes a cada oportunidad y es que yo suponía que si tenía deseos de ir a la academia era con la finalidad de retar a su miembros más fuertes o aprender nuevas técnicas. No obstante solo tenía curiosidad por el lugar, para tenerlo presente en un futuro como referencia de su estadía en aquella isla, la verdad era que aquel hombre comenzaba agradarme y despertaba en mí una pequeña llama de curiosidad.
El trayecto que recorríamos nos llevo pronto hasta el cementerio este era realmente grande, tenía una hermosa cerca de madera a media altura la cual definía los límites del suelo santo, las tumbas se veían bien cuidadas y hermosamente decoradas, con flores, velas e inciensos. Tras rodear el cementerio continuamos por un angosto sendero de tierra el cual nos conduciría a nuestro objetivo final, mientras recorríamos aquel camino Juka me sorprendió con una extraña pregunta, la verdad es que debo admitir que aquel hombre había tenido cierto tacto al formularla ya que en verdad era uno de eso temas que en mi opinión podían volver hostil el encuentro con un desconocido, sin embargo ambos éramos piratas y eso me traía algo de calma, además por su carácter no daba la impresión de ser uno de esos sádicos asesinos a sangre fría , aunque uno nunca sabe y siempre es bueno ser prudente ante esas circunstancias.
Me detuve en seco entonces volteé para verlo directamente a los ojos de este modo me dispuse a responder a su pregunta, empecé hablar en un tono tranquilo y sereno pues en mi opinión su cuestionamiento debía ser respondida con la mayor seriedad posible –Pues veras Juka mis enemigos son aquellos que hacen el mal en el mundo sin importar si son marines o piratas, por ejemplo no tengo nada en contra de los marines que sean dignos de llevar ese título, gente dispuesta a dar seguridad a las personas honestas y buenas como la mujer de la posada. Admito que hay otros que no merecen esos títulos o que simplemente defienden causas injustas sin saber él porque, hace algunos meses libere junto con otro colega a un grupo de esclavos de unos nobles, por supuesto que la marina intervino y pese a que estábamos haciendo lo correcto los malos de la historia fuimos nosotros. Supongo que lo mismo aplica para los piratas el hombre que me ayudo en aquella ocasión era un pirata e incluso yo podría ser considerado uno, aunque para serte franco intento ganarme la vida de una manera justa. Pero como dije reconozco que hay personas que son verdaderos monstruos cuya finalidad es traer dolor y sufrimiento a este mundo, los cuales deberían ser erradicados de este mundo, como por ejemplo mis hermanos mayores.
Luego de mi larga respuesta me dispuse aceptar la bebida que me ofrecía Juka al dar el beber de la cantimplora descubrir que esta estaba llena de sake, una vez pasara por mi garganta hice un pequeño gesto con el rostro pues la bebida me había quemado un la garganta, luego dije – Gracias por la bebida había pensado que era agua, debo admitir que es un poco fuerte para mi gusto el sake, en lo personal prefiero el vino- luego mientras esperaba a ver como reaccionaria a mi respuesta, me dispuse a tomar otro trago de su cantimplora para luego devolvérsela, esta vez el líquido paso sin mayor problema, ya que ahora estaba consciente de lo que era. La verdad era que me intrigaba saber cuál sería su reacción ya que si no era favorable la situación se podía poner un poco tensa, solo esperaba que no hubiera mayor contratiempo y que pudieras retomar el camino rumbo a la academia.
El trayecto que recorríamos nos llevo pronto hasta el cementerio este era realmente grande, tenía una hermosa cerca de madera a media altura la cual definía los límites del suelo santo, las tumbas se veían bien cuidadas y hermosamente decoradas, con flores, velas e inciensos. Tras rodear el cementerio continuamos por un angosto sendero de tierra el cual nos conduciría a nuestro objetivo final, mientras recorríamos aquel camino Juka me sorprendió con una extraña pregunta, la verdad es que debo admitir que aquel hombre había tenido cierto tacto al formularla ya que en verdad era uno de eso temas que en mi opinión podían volver hostil el encuentro con un desconocido, sin embargo ambos éramos piratas y eso me traía algo de calma, además por su carácter no daba la impresión de ser uno de esos sádicos asesinos a sangre fría , aunque uno nunca sabe y siempre es bueno ser prudente ante esas circunstancias.
Me detuve en seco entonces volteé para verlo directamente a los ojos de este modo me dispuse a responder a su pregunta, empecé hablar en un tono tranquilo y sereno pues en mi opinión su cuestionamiento debía ser respondida con la mayor seriedad posible –Pues veras Juka mis enemigos son aquellos que hacen el mal en el mundo sin importar si son marines o piratas, por ejemplo no tengo nada en contra de los marines que sean dignos de llevar ese título, gente dispuesta a dar seguridad a las personas honestas y buenas como la mujer de la posada. Admito que hay otros que no merecen esos títulos o que simplemente defienden causas injustas sin saber él porque, hace algunos meses libere junto con otro colega a un grupo de esclavos de unos nobles, por supuesto que la marina intervino y pese a que estábamos haciendo lo correcto los malos de la historia fuimos nosotros. Supongo que lo mismo aplica para los piratas el hombre que me ayudo en aquella ocasión era un pirata e incluso yo podría ser considerado uno, aunque para serte franco intento ganarme la vida de una manera justa. Pero como dije reconozco que hay personas que son verdaderos monstruos cuya finalidad es traer dolor y sufrimiento a este mundo, los cuales deberían ser erradicados de este mundo, como por ejemplo mis hermanos mayores.
Luego de mi larga respuesta me dispuse aceptar la bebida que me ofrecía Juka al dar el beber de la cantimplora descubrir que esta estaba llena de sake, una vez pasara por mi garganta hice un pequeño gesto con el rostro pues la bebida me había quemado un la garganta, luego dije – Gracias por la bebida había pensado que era agua, debo admitir que es un poco fuerte para mi gusto el sake, en lo personal prefiero el vino- luego mientras esperaba a ver como reaccionaria a mi respuesta, me dispuse a tomar otro trago de su cantimplora para luego devolvérsela, esta vez el líquido paso sin mayor problema, ya que ahora estaba consciente de lo que era. La verdad era que me intrigaba saber cuál sería su reacción ya que si no era favorable la situación se podía poner un poco tensa, solo esperaba que no hubiera mayor contratiempo y que pudieras retomar el camino rumbo a la academia.
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Luego de que Teobaldo le diera a Juka su opinión acerca de los piratas,marines,etc. Este quedó muy sorprendido por la respuesta de su compañero, ya que era un pirata y estos no suelen respetar a la marina por más buenos que sean los hombres del gobierno. Obviamente Teobaldo Voglio no era una persona singular y eso hacía que Juka lo respetara más aún... y aunque no estaba del todo de acuerdo con todo lo que dijo su compañero, respetó y admiró su respuesta.
Al término de la pequeña charla entre los espadachines, el sendero que rodeaba el cementerio se terminaba. Al subir una pequeña colina de tierra se logró apreciar en el fondo del paisaje una gran academia construida con un estilo de dojo japonés. En el rente de la construcción se veía un circular campo de entrenamiento donde en ese preciso momento había unos 20 alumnos practicando con sus maestros. Mientras más nos acercábamos al lugar más hermoso se veía y más fuerte se escuchaba el sonido de los espadachines entrenando.
Al acercarse lo suficiente a la academia logramos ver que en el segundo piso de la construcción había un anciano que posiblemente era uno de los fundadores del lugar, ya que veía las practicas de los novatos con orgullo y aprecio. Junto a Teobaldo decidimos acercarnos hacia donde estaba ese anciano(ya que nadie había notado nuestra presencia). Al saludarlo el anciano giró su cabeza en dirección a nuestros cuerpos y dijo: "Los estaba esperando espadachines extranjeros". El anciano también nos comentó que su nombre era Ronel y que efectivamente él era uno de los 3 fundadores de la academia... y también el único que seguía con vida de ellos.
Al parecer el anciano sabía que vendríamos y preparó un tour para nosotros por todas las instalaciones. Nos sugirió amablemente que siguiéramos a su hija llamada Shin, la cuál nos guiaría por las instalaciones para conocerlas. En ese momento no hice otra cosa más que mirar a mi derecha y preguntarle a Teobaldo:"Comencemos con el tour no?"
Al término de la pequeña charla entre los espadachines, el sendero que rodeaba el cementerio se terminaba. Al subir una pequeña colina de tierra se logró apreciar en el fondo del paisaje una gran academia construida con un estilo de dojo japonés. En el rente de la construcción se veía un circular campo de entrenamiento donde en ese preciso momento había unos 20 alumnos practicando con sus maestros. Mientras más nos acercábamos al lugar más hermoso se veía y más fuerte se escuchaba el sonido de los espadachines entrenando.
Al acercarse lo suficiente a la academia logramos ver que en el segundo piso de la construcción había un anciano que posiblemente era uno de los fundadores del lugar, ya que veía las practicas de los novatos con orgullo y aprecio. Junto a Teobaldo decidimos acercarnos hacia donde estaba ese anciano(ya que nadie había notado nuestra presencia). Al saludarlo el anciano giró su cabeza en dirección a nuestros cuerpos y dijo: "Los estaba esperando espadachines extranjeros". El anciano también nos comentó que su nombre era Ronel y que efectivamente él era uno de los 3 fundadores de la academia... y también el único que seguía con vida de ellos.
Al parecer el anciano sabía que vendríamos y preparó un tour para nosotros por todas las instalaciones. Nos sugirió amablemente que siguiéramos a su hija llamada Shin, la cuál nos guiaría por las instalaciones para conocerlas. En ese momento no hice otra cosa más que mirar a mi derecha y preguntarle a Teobaldo:"Comencemos con el tour no?"
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Mi compañero no dijo nada mas pareció estar conforme con mi respuesta y por lo cual continuamos con nuestro viaje. Al llegar hasta la cima de una colonia pudimos divisar la antigua academia, esta me dejo sorprendido por su belleza, pues en retrospectiva debo decir que parecía más un santuario o templo japonés que una academia de espadachines, el camino de tierra nos llevó hasta la puertas principales del recinto, lugar donde el sendero se transformaba en un camino hecho de piedras de rio. A nuestro alrededor se extendían amplios jardines en los cuales note a algunos estudiantes, que se encontraban en meditación profunda era sorprendente ver como cultivaban el arte de la meditación a la par del arte de la guerra.
Hace mucho había leído un libro muy antiguó que explicaba este fenómeno se llamaba el “Crisantemo y la Espada” en el mencionaba que los guerreros más sabios se dedicaban al cultivo de las flores, poniendo el mismo empeño que al cultivo de su disciplina. De esta forma lograban adquirir una alta sensibilidad que les permitía crear un sexto sentido en la batalla, en verdad estaba total mente embelesado con esta idea y con todo lo que observaba. Nuestro viaje concluyó al subir por unas escaleras de madera, al subir por estas nos encontramos con un hombre muy anciano quien nos saludó respetuosamente, al parecer aquel individuo parecía estar esperándonos, pues tenía preparado todo un recorrido para nosotros. Pocos minutos después de presentarse y de contarnos brevemente quien era el, mando a llamar a su hija Shin, una encantadora joven de piel blanca en fundada en un bello kimono de color blanco, con estampados de árboles de cerezo en flor.
La joven hizo una reverencia al llegar ante nosotros y fue cuando note que ella poseía una Katana la cual estaba guardada en una funda de color rosado con grabados en oro, la cual era tan exquisita como su dueña. De pronto mi compañero me saco de mi pequeño trance preguntándome si continuábamos con el tour por la academia, sin decir palabra me limite asentir, antes de partir le di las gracias a Ronel quien nos había dicho que nos veríamos en el almuerzo una vez concluyera el recorrido, a nuestra partida Ronel regreso a contemplar a sus alumnos. Shin nos comentó que deseaba llevaría primero al campo de entrenamiento donde los aprendices practicaban el antiguo arte de pelea a tres espadas, nos comentó que en un principio esta como las otras academias únicamente practicaban el arte a dos espadas, pero que muchos años atrás un hombre sobresaliente había perfeccionado ese estilo de lucha y en su honor al ser originario de esta aldea los maestros comenzaron a enseñar este arte de combate.
Tras visitar el área de los jóvenes pupilos, continuamos al área de los mayores y más antiguos aprendices, el salón al que nos llevo era extremadamente grande, lleno de obstáculos y al centro del mismo se estaba llevando acabo un enfrentamiento de practica entre dos de los estudiantes, el primero de ellos un joven sin camisa, se encontraba armado con una sola espada mientras, su oponente que vestía una camisa de color blanco portaba tres espadas. A una señal del maestro comenzó el combate ambos se movieron a una velocidad sorprendente esquivando los obstáculos, al mismo tiempo que bloqueaban sus ataques era sorprendente ver aquel chico ir a la par de un hombre armado a con tres espadas al mismo tiempo, si bien antes ya había visto a algunos otros espadachines, siempre me volvía a sorprender al verlos pelear.
Mientras observaba le pregunte a Juka su opinión al respecto del enfrentamiento -¿Qué opinas Juka? a mi parecer supongo que aquel joven de ahí esta en clara desventaja en contra de su oponente- dije mientras señalaba al chico que portaba una sola espada, este había dejado de atacar y ambos oponentes guardaban sus distancia antes de volver a chocar espadas.
Hace mucho había leído un libro muy antiguó que explicaba este fenómeno se llamaba el “Crisantemo y la Espada” en el mencionaba que los guerreros más sabios se dedicaban al cultivo de las flores, poniendo el mismo empeño que al cultivo de su disciplina. De esta forma lograban adquirir una alta sensibilidad que les permitía crear un sexto sentido en la batalla, en verdad estaba total mente embelesado con esta idea y con todo lo que observaba. Nuestro viaje concluyó al subir por unas escaleras de madera, al subir por estas nos encontramos con un hombre muy anciano quien nos saludó respetuosamente, al parecer aquel individuo parecía estar esperándonos, pues tenía preparado todo un recorrido para nosotros. Pocos minutos después de presentarse y de contarnos brevemente quien era el, mando a llamar a su hija Shin, una encantadora joven de piel blanca en fundada en un bello kimono de color blanco, con estampados de árboles de cerezo en flor.
La joven hizo una reverencia al llegar ante nosotros y fue cuando note que ella poseía una Katana la cual estaba guardada en una funda de color rosado con grabados en oro, la cual era tan exquisita como su dueña. De pronto mi compañero me saco de mi pequeño trance preguntándome si continuábamos con el tour por la academia, sin decir palabra me limite asentir, antes de partir le di las gracias a Ronel quien nos había dicho que nos veríamos en el almuerzo una vez concluyera el recorrido, a nuestra partida Ronel regreso a contemplar a sus alumnos. Shin nos comentó que deseaba llevaría primero al campo de entrenamiento donde los aprendices practicaban el antiguo arte de pelea a tres espadas, nos comentó que en un principio esta como las otras academias únicamente practicaban el arte a dos espadas, pero que muchos años atrás un hombre sobresaliente había perfeccionado ese estilo de lucha y en su honor al ser originario de esta aldea los maestros comenzaron a enseñar este arte de combate.
Tras visitar el área de los jóvenes pupilos, continuamos al área de los mayores y más antiguos aprendices, el salón al que nos llevo era extremadamente grande, lleno de obstáculos y al centro del mismo se estaba llevando acabo un enfrentamiento de practica entre dos de los estudiantes, el primero de ellos un joven sin camisa, se encontraba armado con una sola espada mientras, su oponente que vestía una camisa de color blanco portaba tres espadas. A una señal del maestro comenzó el combate ambos se movieron a una velocidad sorprendente esquivando los obstáculos, al mismo tiempo que bloqueaban sus ataques era sorprendente ver aquel chico ir a la par de un hombre armado a con tres espadas al mismo tiempo, si bien antes ya había visto a algunos otros espadachines, siempre me volvía a sorprender al verlos pelear.
Mientras observaba le pregunte a Juka su opinión al respecto del enfrentamiento -¿Qué opinas Juka? a mi parecer supongo que aquel joven de ahí esta en clara desventaja en contra de su oponente- dije mientras señalaba al chico que portaba una sola espada, este había dejado de atacar y ambos oponentes guardaban sus distancia antes de volver a chocar espadas.
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Mientras caminábamos junto a nuestra guía, logramos ver un enfrentamiento que ocurría entre los alumnos más experimentados. Uno de ellos era un hombre sin camisa que poseía una sola espada, y el otro era un hombre de camisa blanca, que poseía tres espadas. Cuando observamos la pelea, esta se detuvo. Ambos duelistas mantuvieron su distancia del oponente y lo miraron fijamente.
En ese momento Teobaldo me preguntó que opinaba de este enfrentamiento y me dio a entender que él pensaba que el hombre con una sola espada estaba en desventaja contra su oponente. En ese mismo momento mire a mi compañero fijamente y le dije:"Por lo que pude observar ambos están empatados en agilidad y fuerza. Pero si observas con atención el hombre de la camisa blanca tiene una mirada segura de si mismo... como si ya hubiera ganado la batalla. En cambio ... el hombre que no posee camisa, tiene una mirada fría... esperando a tomar las riendas de su destino.La espada es un arma, por lo que no importa si tienes una o un millón, y el esgrima es el arte de matar. No importa que se quiera explicar con palabras bellas, esa es la única verdad. Lo que realmente va a decidir la batalla... es que uno de ellos disfruta de matar... y no le importa la repercusión que tenga en su vida... vive el momento, se deja fluir por su destino".
En ese momento ambos duelistas saltaron hacia adelante y movieron sus espadas para atacar a su contrincante. Antes del impacto me di vuelta dando un par de pasos en dirección opuesta al duelo y le dije a Teobaldo:"El hombre de las tres espadas es el que esta en clara desventaja".
Al terminar esas palabras los duelistas cayeron al piso. El hombre sin camisa cayo sin un rasguño y el de la camisa blanca cayó con un enorme corte en su espada, el cuál tiño su camisa de rojo.
Mientras esperaba lo que Teobaldo fuera a decir logre ver que los mejores médicos del lugar estaban ya atendiendo al duelista caído y que lo salvarían, pero necesitaría una larga recuperación.
En ese momento Teobaldo me preguntó que opinaba de este enfrentamiento y me dio a entender que él pensaba que el hombre con una sola espada estaba en desventaja contra su oponente. En ese mismo momento mire a mi compañero fijamente y le dije:"Por lo que pude observar ambos están empatados en agilidad y fuerza. Pero si observas con atención el hombre de la camisa blanca tiene una mirada segura de si mismo... como si ya hubiera ganado la batalla. En cambio ... el hombre que no posee camisa, tiene una mirada fría... esperando a tomar las riendas de su destino.La espada es un arma, por lo que no importa si tienes una o un millón, y el esgrima es el arte de matar. No importa que se quiera explicar con palabras bellas, esa es la única verdad. Lo que realmente va a decidir la batalla... es que uno de ellos disfruta de matar... y no le importa la repercusión que tenga en su vida... vive el momento, se deja fluir por su destino".
En ese momento ambos duelistas saltaron hacia adelante y movieron sus espadas para atacar a su contrincante. Antes del impacto me di vuelta dando un par de pasos en dirección opuesta al duelo y le dije a Teobaldo:"El hombre de las tres espadas es el que esta en clara desventaja".
Al terminar esas palabras los duelistas cayeron al piso. El hombre sin camisa cayo sin un rasguño y el de la camisa blanca cayó con un enorme corte en su espada, el cuál tiño su camisa de rojo.
Mientras esperaba lo que Teobaldo fuera a decir logre ver que los mejores médicos del lugar estaban ya atendiendo al duelista caído y que lo salvarían, pero necesitaría una larga recuperación.
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La respuesta fue singular según Juka en ese preciso momento ambos hombres estaban empatados, no obstante me dijo que lo que determinaría el encuentro seria la determinación de los combatientes, al parecer aquel que no tuviera miedo a cortar o ser cortado seria quien ganara la batalla. Tras su respuesta volví la mirada nuevamente al encuentro solo para ver como ambos hombre volvían a enfrentarse, un movimiento rápido y parecía que todo se había terminado en ese instante Juka se alejó del encuentro y dijo finalmente que el hombre a tres espadas era quien se encontraba claramente en desventaja. Su voz hizo que girara mi rostro hacia él, de nuevo al regresar la vista al encuentro su observación había sido precisa el hombre sin camisa había resultado el victorioso en el encuentro.
No pude quedar sino asombrado tanto por la observaciones de Juka como por la habilidad de los combatientes, a pesar de que el hombre de la camisa blanca fue derrotado, este fue asistido por los médicos quienes le ayudaran a incorporase lo suficiente para reverenciar a su oponente. Luego fue encamillado y llevado a la enfermería según nos señaló Shin, tenían a los mejores médicos de la comunidad pues los entrenamientos eran bastante fuertes incluso para los recién ingresados. Entonces me acerque a Juka y le dije –Vaya he quedado sorprendido ante tu percepción y por el nivel de los combatientes...- En eso interrumpió Shin quien nos indicó que debíamos continuar con el recorrido aun habían dos salas que deseaba mostrarnos antes de proceder con el almuerzo.
Salimos de la arena y continuamos el recorrido por los jardines, pronto estuvimos en frente de nuestro siguiente punto a visitar, era un edificio viejo de tres plantas, el edifico presentaba la clásica estructura de los antiguos templos japoneses. Al llegar ante el edificio nuestra anfitriona presento sus respetos haciendo una reverencia, antes de subir por las escaleras, no entendía bien el porqué de aquella acción pero pensé que sería irrespetuoso el no imitarla por lo que hice exactamente lo mismo que ella. Una vez arriba la mujer empujo las pesadas puertas de madera un aire a humedad y ha guardado envolvió el ambiente en ese preciso momento Shin nos dijo –Bienvenidos caballeros al salón de las espadas, pueden pasar a su interior y contemplar la belleza de nuestras armas.
Dude unos segundos antes de pasar, al entrar me percate que el edificio estaba bien iluminado a cada lado de la habitación habían espadas colocadas en sus respectivos pedestales, al centro de la habitación se encontraba una preciosa espada. Supuse que aquella espada era el tesoro de la academia, un objeto invaluable ante nosotros un par de extraños, sin duda me sentía honrado por la confianza que nos daban. Camine lentamente y por el pasillo, para finalmente decir – Son impresionantes Shin, sus tesoros son increíbles, si me lo permitieras me gustaría que me dejaras ver el acero de una de estas armas – La joven sonrió y dirigiéndose a Juka le dijo que tomara cualquier espada de la habitación que el considerara digna de ser examinada.
No pude quedar sino asombrado tanto por la observaciones de Juka como por la habilidad de los combatientes, a pesar de que el hombre de la camisa blanca fue derrotado, este fue asistido por los médicos quienes le ayudaran a incorporase lo suficiente para reverenciar a su oponente. Luego fue encamillado y llevado a la enfermería según nos señaló Shin, tenían a los mejores médicos de la comunidad pues los entrenamientos eran bastante fuertes incluso para los recién ingresados. Entonces me acerque a Juka y le dije –Vaya he quedado sorprendido ante tu percepción y por el nivel de los combatientes...- En eso interrumpió Shin quien nos indicó que debíamos continuar con el recorrido aun habían dos salas que deseaba mostrarnos antes de proceder con el almuerzo.
Salimos de la arena y continuamos el recorrido por los jardines, pronto estuvimos en frente de nuestro siguiente punto a visitar, era un edificio viejo de tres plantas, el edifico presentaba la clásica estructura de los antiguos templos japoneses. Al llegar ante el edificio nuestra anfitriona presento sus respetos haciendo una reverencia, antes de subir por las escaleras, no entendía bien el porqué de aquella acción pero pensé que sería irrespetuoso el no imitarla por lo que hice exactamente lo mismo que ella. Una vez arriba la mujer empujo las pesadas puertas de madera un aire a humedad y ha guardado envolvió el ambiente en ese preciso momento Shin nos dijo –Bienvenidos caballeros al salón de las espadas, pueden pasar a su interior y contemplar la belleza de nuestras armas.
Dude unos segundos antes de pasar, al entrar me percate que el edificio estaba bien iluminado a cada lado de la habitación habían espadas colocadas en sus respectivos pedestales, al centro de la habitación se encontraba una preciosa espada. Supuse que aquella espada era el tesoro de la academia, un objeto invaluable ante nosotros un par de extraños, sin duda me sentía honrado por la confianza que nos daban. Camine lentamente y por el pasillo, para finalmente decir – Son impresionantes Shin, sus tesoros son increíbles, si me lo permitieras me gustaría que me dejaras ver el acero de una de estas armas – La joven sonrió y dirigiéndose a Juka le dijo que tomara cualquier espada de la habitación que el considerara digna de ser examinada.
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Al termino del combate entre los espadachines, Teobaldo me confesó que había quedado sorprendido por lo que había dicho sobre el duelo y por la capacidad de los combatientes. En ese preciso momento Shin interrumpió nuestra conversación, informándonos que teníamos que continuar con el recorrido. Nosotros la seguimos como nos lo había sugerido, y nos guío a lo que parecía un viejo templo Japonés. Frente a las escaleras que conducían a la entrada, Shin hizo una reverencia frente al templo, la cuál Teobaldo imitó perfectamente. Yo por otro lado mantuve mi postura, observando la maravillosa estructura. Al subir las escaleras del templo hacia la puerta principal, logré ver que la estructura era mucho más vieja que el resto de la academia, por que se notaba que ese fue el primer edificio construido por los alrededores hace muchos años.
Mientras observaba el gran templo, Shin abrió sus puertas dejando salir el olor de esa gigantesca sala ya avejentada. Cuando las puertas se abrieron mi compañero no dudó en entrar para ver porque ese lugar era tan importante, cuando ya me había adelantado unos metros yo lo seguí sin decir una palabra, e intentando apreciar más detalladamente el lugar sagrado en donde nos encontrábamos.
Shin rompió con ese silencio informándonos de que ese lugar era un santuario de las mejores espadas que pasaron por esta academia, y que podíamos pasar y contemplarlas. Teobaldo quedó sorprendido por lo que dijo Shin y comenzó a ver las espadas de la sala. Pero por lo que noté la que más le llamó la atención era una espada dorada que estaba al final de la sala. Ambos nos mantuvimos parados en frente al pedestal donde se encontraba la espada. En ese momento decidí hacerle una pregunta importante a Teobaldo, le dije:"Crees que alguien por tener esa espada puede vencer más fácilmente a otra?". Mientras esperaba la respuesta de mi compañero me quedé observando la decoración del techo del templo, la cuál estaba hecha de pierda y tenía unas pinturas grabadas de grandes batallas del pasado entre samurais.(Para mí esas pinturas del techo era el verdadero tesoro de ese gran templo).
Mientras observaba el gran templo, Shin abrió sus puertas dejando salir el olor de esa gigantesca sala ya avejentada. Cuando las puertas se abrieron mi compañero no dudó en entrar para ver porque ese lugar era tan importante, cuando ya me había adelantado unos metros yo lo seguí sin decir una palabra, e intentando apreciar más detalladamente el lugar sagrado en donde nos encontrábamos.
Shin rompió con ese silencio informándonos de que ese lugar era un santuario de las mejores espadas que pasaron por esta academia, y que podíamos pasar y contemplarlas. Teobaldo quedó sorprendido por lo que dijo Shin y comenzó a ver las espadas de la sala. Pero por lo que noté la que más le llamó la atención era una espada dorada que estaba al final de la sala. Ambos nos mantuvimos parados en frente al pedestal donde se encontraba la espada. En ese momento decidí hacerle una pregunta importante a Teobaldo, le dije:"Crees que alguien por tener esa espada puede vencer más fácilmente a otra?". Mientras esperaba la respuesta de mi compañero me quedé observando la decoración del techo del templo, la cuál estaba hecha de pierda y tenía unas pinturas grabadas de grandes batallas del pasado entre samurais.(Para mí esas pinturas del techo era el verdadero tesoro de ese gran templo).
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Al parecer los dos nos vemos interesados por la misma espada así que caminamos en su dirección, nuestra atención había sido reclamada , por una espada dorada. Una vez estando frente al pedestal Juka me pregunto sobre si yo consideraba que por tener alguien esta espada podría derrotar a otra, su pregunta me dejó pensativo por unos instantes mientras mis ojos no se apartaban de la espada que teníamos en frente de nosotros.
Tras pensarlo unos segundos llego a mi mente la respuesta a su pregunta - Como herrero soldador te podría decir que sin duda esta espada es de excelente calidad aun cuando esta cubierta de oro, he visto muchas espadas ornamentales y ceremoniales pero sin duda esta es una magnífica arma...Estoy conciente que hace unas horas te hubiera dicho que sin duda cualquier guerrero que la portara saldría victorioso en un enfrentamiento pues por la calidad del acero esta espada puede cortar a otra con suma facilidad sin necesidad de mucha fuerza. No obstante habiendo sido testigo del enfrentamiento de hace rato y después de haberte escuchado, estoy conciente que por sí misma esta espada no dotaría de fuerza, determinación y valor a su dueño. Se requiere de un hombre habilidoso y como has dicho sin miedo a ser cortado o a cortar- concluí mientras le dirigía una mirada a Juka, ya que durante todo el tiempo en el que estuve hablando mantuve la vista sobre la espada.
Una vez dada mi respuesta y al levantar la vista, contemple los tapices en el techo estos al parecer narraban las historias de los portadores de aquellas armas, luego decirle a mi compañero -Juka sin duda seria para mi un gran honor el poder verte combatir en algún momento y bueno podria saber cual es tu opinión sobre lo que te acabo de responder- dije animosamente mientras esperaba su respuesta.
Tras pensarlo unos segundos llego a mi mente la respuesta a su pregunta - Como herrero soldador te podría decir que sin duda esta espada es de excelente calidad aun cuando esta cubierta de oro, he visto muchas espadas ornamentales y ceremoniales pero sin duda esta es una magnífica arma...Estoy conciente que hace unas horas te hubiera dicho que sin duda cualquier guerrero que la portara saldría victorioso en un enfrentamiento pues por la calidad del acero esta espada puede cortar a otra con suma facilidad sin necesidad de mucha fuerza. No obstante habiendo sido testigo del enfrentamiento de hace rato y después de haberte escuchado, estoy conciente que por sí misma esta espada no dotaría de fuerza, determinación y valor a su dueño. Se requiere de un hombre habilidoso y como has dicho sin miedo a ser cortado o a cortar- concluí mientras le dirigía una mirada a Juka, ya que durante todo el tiempo en el que estuve hablando mantuve la vista sobre la espada.
Una vez dada mi respuesta y al levantar la vista, contemple los tapices en el techo estos al parecer narraban las historias de los portadores de aquellas armas, luego decirle a mi compañero -Juka sin duda seria para mi un gran honor el poder verte combatir en algún momento y bueno podria saber cual es tu opinión sobre lo que te acabo de responder- dije animosamente mientras esperaba su respuesta.
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Luego de que Teobaldo me contestara mi pregunta quedé sumamente sorprendido con lo que me dijo. El me dio a entender que antes de lo que previamente dije, perfectamente podría haber dicho que esa espada era mejor que otra. Pero desde la batalla anterior entre los estudiantes, se dio cuenta de que no es la espada lo que realmente cuenta sino quien la usa.
Un par de segundos después de que mi compañero me hiciera saber su respuesta, lo miré sorprendido por la misma y antes de que pudiera decirle algo me dijo que sería un honor poder verme combatir en algún momento y que quería saber que pensaba sobre lo que contestó. En ese momento le dije:"Teobaldo... lo que acabas de decir es prácticamente lo que yo hubiera dicho, por lo tanto soy yo el que se siente honrado de estar acompañado por un espadachín como tu. Y... quizás antes no te lo dije pero... nunca rechazo una batalla. Por lo que si quieres... podemos tomar el lugar de los estudiantes que vimos hace un momento y ponernos a prueba a nosotros mismos. Eso si... si no te importa que esquive todas tus balas...jajaja".
En ese momento simplemente me trasladé a la entrada del lugar, colocando mi mano sobre el mango de mi espada, y mientras esperaba la reacción de Teobaldo, tomé un sorbo de mi cantimplora con sake.
Un par de segundos después de que mi compañero me hiciera saber su respuesta, lo miré sorprendido por la misma y antes de que pudiera decirle algo me dijo que sería un honor poder verme combatir en algún momento y que quería saber que pensaba sobre lo que contestó. En ese momento le dije:"Teobaldo... lo que acabas de decir es prácticamente lo que yo hubiera dicho, por lo tanto soy yo el que se siente honrado de estar acompañado por un espadachín como tu. Y... quizás antes no te lo dije pero... nunca rechazo una batalla. Por lo que si quieres... podemos tomar el lugar de los estudiantes que vimos hace un momento y ponernos a prueba a nosotros mismos. Eso si... si no te importa que esquive todas tus balas...jajaja".
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Me dio gusto que ambos estuviéramos en la misma sintonía y repentinamente quede un poco sorprendido ante sus últimas palabras, era cierto que me gustaría ver a un hombre de su calibre en combate, pero nunca fue mi intención el retarlo a un duelo en ese momento. Sin embargo luego de unos segundos de reflexionar lo detenidamente me pareció que no sonaba tan mal la idea de batirnos en un duelo amistoso. Me di la media vuelta y le pregunte a Shin si podíamos usar el área de entrenamiento en la que anteriormente estaban peleando sus estudiantes para nuestro encuentro, la mujer sonrió ampliamente y luego nos dijo que tenía un lugar mucho mejor para el encuentro, dicho eso nos pidió que la siguiéramos.
Nuestro recorrido termino justo donde había iniciado estábamos en el patio en el que apenas unos momentos atrás un grupo de estudiantes practicaban el arte de la espada, al mirar hacia la casa note que el anciano Ronel seguía de pie observando al amplio jardín, pude notar también como alzaba la mano y al bajarla un gon sonó, pronto salieron varios estudiantes que se formaron a ambos lados del campo de batalla, procedí a tomar mi lugar al otro lado del arena y me dispuse a decirle a Juka.
–Este será un encuentro amistoso, por lo tanto no usare mis explosivos y agujas privilegiadas, en su lugar usare mis agujas de combate, junto a mi pistola de bengalas, si te parece bien el encuentro se acabara por mi parte si logro inmovilizarte o si te diera con mi bengala pues con esta arma solo tengo un tiro, claro si eso te parece bien, además te advierto que tengas cuidado, ya que tengo una especie de aguja que es capaz de tener la fuerza y velocidad de una bala. Por ultimo me gustaría decirte que no te contengas, soy usuario de una fruta tipo logia por lo que no me aras daño al menos que uses haki de armadura- pese unos segundos y continúe- Consideró que sería los más justo que lo usaras dado que yo tengo un arma potencialmente fuerte, antes de que lo olvide te aclaro que no tengo intenciones de usar mi habilidad de usuario ya que me gustaría que fuera un duelo de caballeros.
Dicho lo anterior espere a saber cuáles serían las concesiones de Juka para el duelo, ya que me parecía lo más indicado que el supiera cual eran mis condiciones, también espere a escuchar cuáles serían sus condiciones para la pelea. Debo admitir que a estas alturas me estaba emocionado, realmente este sería un encuentro memorable.
Nuestro recorrido termino justo donde había iniciado estábamos en el patio en el que apenas unos momentos atrás un grupo de estudiantes practicaban el arte de la espada, al mirar hacia la casa note que el anciano Ronel seguía de pie observando al amplio jardín, pude notar también como alzaba la mano y al bajarla un gon sonó, pronto salieron varios estudiantes que se formaron a ambos lados del campo de batalla, procedí a tomar mi lugar al otro lado del arena y me dispuse a decirle a Juka.
–Este será un encuentro amistoso, por lo tanto no usare mis explosivos y agujas privilegiadas, en su lugar usare mis agujas de combate, junto a mi pistola de bengalas, si te parece bien el encuentro se acabara por mi parte si logro inmovilizarte o si te diera con mi bengala pues con esta arma solo tengo un tiro, claro si eso te parece bien, además te advierto que tengas cuidado, ya que tengo una especie de aguja que es capaz de tener la fuerza y velocidad de una bala. Por ultimo me gustaría decirte que no te contengas, soy usuario de una fruta tipo logia por lo que no me aras daño al menos que uses haki de armadura- pese unos segundos y continúe- Consideró que sería los más justo que lo usaras dado que yo tengo un arma potencialmente fuerte, antes de que lo olvide te aclaro que no tengo intenciones de usar mi habilidad de usuario ya que me gustaría que fuera un duelo de caballeros.
Dicho lo anterior espere a saber cuáles serían las concesiones de Juka para el duelo, ya que me parecía lo más indicado que el supiera cual eran mis condiciones, también espere a escuchar cuáles serían sus condiciones para la pelea. Debo admitir que a estas alturas me estaba emocionado, realmente este sería un encuentro memorable.
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Puesto a que no sabía que Teobaldo era un usuario logia, pensé que la pelea sería desventajosa para mi ya que no usaba haki, pero cuando dijo que no utilizaría su poder de la akuma para que el enfrentamiento fuese más justo, me sentí más seguro de mi mismo para poder ganar la batalla. Al trasladarnos al terreno de entrenamiento, coloqué mi mano en la punta del mango de mi espada diciéndole a mi ahora contrincante: "Quiero comprobar de que estas hecho Teobaldo... espero que este combate sea una forma de demostrarte la calidad de mi esgrima, y uses o no tu akuma no mi, puedo ser capas de derrotarte".
Luego de pronunciar esas palabras tomé el mango de mi espada con fuerza y lo saqué, moviéndome rápidamente hacia Teobaldo, antes de darle tiempo a reaccionar, levanté mi espada haciendo un corte con el reverso de la espada(parte sin filo), sobre el lateral del cuerpo de mi oponente. Sin ver el resultado de mi ataque, me retire hacia la zona opuesta del campo de entrenamiento para posteriormente voltearme y poder comprobar si acerté mi ataque o no.
Luego de pronunciar esas palabras tomé el mango de mi espada con fuerza y lo saqué, moviéndome rápidamente hacia Teobaldo, antes de darle tiempo a reaccionar, levanté mi espada haciendo un corte con el reverso de la espada(parte sin filo), sobre el lateral del cuerpo de mi oponente. Sin ver el resultado de mi ataque, me retire hacia la zona opuesta del campo de entrenamiento para posteriormente voltearme y poder comprobar si acerté mi ataque o no.
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Fueron cuestiones de segundo los que le tomo a Juka para iniciar su ataque y recorrer los 5 0 6 metros que nos separaban de no haber prestado atención a sus movimientos desde un inicio sin duda su golpe hubiera dado de lleno en uno de mis costados, pero este solo alcanzo a rozar mi gabardina DX3 en el momento justo en que daba un salto para atrás, lo que me desequilibró un poco. Para obtener este resultado a mi favor note como llevaba su manos al mango de su espada mientras hablaba, preparado el movimiento para atacarme, esto me permitió reaccionar ante su veloz ofensiva, gracias al cielo mis ojos se habían fijado instintivamente en su lenguaje corporal más por un hábito adquirido que por deseo propio, dejando así de lado sus palabras, esto me permitió estar al tanto del momento en el que desenfundaba su arma en un rápido despliegue de habilidad.
La sorpresa no terminaba en ese plano Juka había provechado de alguna forma su impulso inicial para moverse al otro extremo del campo tomando nuevamente la distancia entre nosotros dos, esto me permitió iniciar el contraataque, ya que en el mismo instante en que retrocedía para evitar su golpe había llevado mi mano derecha a uno de mis guantes tomando dos agujas micro finas agachándome y lanzando ambas a dos puntos diferentes ubicados cerca del diafragma, si alguna de las dos daba en uno de los dos punto de presión a los cuales había apuntado quedaría paralizado completamente, pero sin mayor lección. Para termine mi ataque salte a la izquierda para al incorporarme posteriormente y lanzar con la mano izquierda una de mis agujas perforadoras, que tenía ubicada en uno de mis bolsillos derechos, la cual accione mientras apuntaba a su hombro derecho, lo cual esperaba entumirle su brazo derecho. Se escuchó una explosión y el proyectil en forma de aguja voló rumbo a su objetivo un poco más rápido que las otras dos primeras agujas.
Mis movimientos habían sido rápidos gracias al entrenamiento recibido en Arabasta y por parte de aquel canguro, esto no solo me había permitido atacar sino que al mismo tiempo había logrado poner un poco más de distancia entre los dos o al menos eso esperaba. Pues de lo contrario debería volver a actuar rápido para esquivar su contra ataque, no obstante también tenía la esperanza de que una de las tres agujas dieran en sus respectivos blancos, de no ser así debería alistarme para responder ante sus movimientos ya que era un adversario realmente rápido.
La sorpresa no terminaba en ese plano Juka había provechado de alguna forma su impulso inicial para moverse al otro extremo del campo tomando nuevamente la distancia entre nosotros dos, esto me permitió iniciar el contraataque, ya que en el mismo instante en que retrocedía para evitar su golpe había llevado mi mano derecha a uno de mis guantes tomando dos agujas micro finas agachándome y lanzando ambas a dos puntos diferentes ubicados cerca del diafragma, si alguna de las dos daba en uno de los dos punto de presión a los cuales había apuntado quedaría paralizado completamente, pero sin mayor lección. Para termine mi ataque salte a la izquierda para al incorporarme posteriormente y lanzar con la mano izquierda una de mis agujas perforadoras, que tenía ubicada en uno de mis bolsillos derechos, la cual accione mientras apuntaba a su hombro derecho, lo cual esperaba entumirle su brazo derecho. Se escuchó una explosión y el proyectil en forma de aguja voló rumbo a su objetivo un poco más rápido que las otras dos primeras agujas.
Mis movimientos habían sido rápidos gracias al entrenamiento recibido en Arabasta y por parte de aquel canguro, esto no solo me había permitido atacar sino que al mismo tiempo había logrado poner un poco más de distancia entre los dos o al menos eso esperaba. Pues de lo contrario debería volver a actuar rápido para esquivar su contra ataque, no obstante también tenía la esperanza de que una de las tres agujas dieran en sus respectivos blancos, de no ser así debería alistarme para responder ante sus movimientos ya que era un adversario realmente rápido.
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Al voltearme para ver el resultado de mi ataque, logré percibir que Teobaldo efectivamente lo había esquivado y no solo eso sino que ya preparaba su contraataque en el momento en el que yo estaba retrocediendo para preparar mi defensa.
Mi contrincante comenzó lanzando lo que desde mi punto de vista eran unas agujas, estas fueron a gran velocidad hacia mi y cuando me preparé para esquivarlas, logré escuchar lo que asimile como un disparo. Supuse que sería otro tipo de aguja pero más potente que las anteriormente lanzadas. Como la última aguja lanzada fue más rápido que las otras dos, logré verla antes y gracias a mi velocidad con un poco de esfuerzo logré esquivarla. En cuanto a las otras dos, pude comprobar que tendría problemas para esquivar una, asi que comenzé mi movimiento esquivando la aguja izquierda, para posteriormente ponerme de espaldas para que la última aguja impactara en ella.
Desde la perspectiva de Teobaldo seguramente parecería que la aguja impactó de lleno en mi espalda, pero la verdad era que esta había impactado en una gruesa placa de metal que portaba en mi espalda para mejorar la velocidad al sacarla. Posteriormente tiré mi traje al piso junto con la placa de metal y retome mi ataque lateral, solo que esta vez con muchísima más velocidad. Y en el momento en el que estaba a 1 metro de Teobaldo, produje un salto hacia mi derecha girando todo mi cuerpo para posteriormente atacar por su lateral opuesto. Gracias a la velocidad a la que iba el cambio de lado era prácticamente imperceptible para mis oponentes. Por lo tanto al producir el corte, sin ver a mi oponente moví mi espada y en una posición de cuclillas giré nuevamente y enterré mi espada en el pecho de Teobaldo. Luego de ese gran ataque giré lentamente para ver el efecto del mismo, si no le había producido nada a Teobaldo seguramente yo estaría en una posición desventajosa ya que estaba a solo un par de metros de mi oponente.
Mi contrincante comenzó lanzando lo que desde mi punto de vista eran unas agujas, estas fueron a gran velocidad hacia mi y cuando me preparé para esquivarlas, logré escuchar lo que asimile como un disparo. Supuse que sería otro tipo de aguja pero más potente que las anteriormente lanzadas. Como la última aguja lanzada fue más rápido que las otras dos, logré verla antes y gracias a mi velocidad con un poco de esfuerzo logré esquivarla. En cuanto a las otras dos, pude comprobar que tendría problemas para esquivar una, asi que comenzé mi movimiento esquivando la aguja izquierda, para posteriormente ponerme de espaldas para que la última aguja impactara en ella.
Desde la perspectiva de Teobaldo seguramente parecería que la aguja impactó de lleno en mi espalda, pero la verdad era que esta había impactado en una gruesa placa de metal que portaba en mi espalda para mejorar la velocidad al sacarla. Posteriormente tiré mi traje al piso junto con la placa de metal y retome mi ataque lateral, solo que esta vez con muchísima más velocidad. Y en el momento en el que estaba a 1 metro de Teobaldo, produje un salto hacia mi derecha girando todo mi cuerpo para posteriormente atacar por su lateral opuesto. Gracias a la velocidad a la que iba el cambio de lado era prácticamente imperceptible para mis oponentes. Por lo tanto al producir el corte, sin ver a mi oponente moví mi espada y en una posición de cuclillas giré nuevamente y enterré mi espada en el pecho de Teobaldo. Luego de ese gran ataque giré lentamente para ver el efecto del mismo, si no le había producido nada a Teobaldo seguramente yo estaría en una posición desventajosa ya que estaba a solo un par de metros de mi oponente.
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Juka había evadido mis agujas usando su capa, no entendía como esto había sido posible salvo que su vestimenta no fuera normal, esto quedó evidenciado en el momento justo en que retiraba su vestuario el cual produjo un sonido metálico al golpear con el suelo, entonces supuse que de alguna manera estaba esa parte de su ropa tenía alguna placa de acero o hierro. Luego de esto se movió nuevamente a una velocidad mucho más rápida que la primera vez, no obstante en los segundos en los que se quitaba su armadura yo ya preparaba mis siguientes misiles aguja, aunque no tuve oportunidad de usarlos pues en el momento que apuntaba este ya no estaba.
Entendía sus movimientos y esto me impidió apuntar con certeza no óbstate mantuve la calma una ligera brisa frente a mí me hizo saber que mi oponente había, cambiado de lado y que este último estaba mucho más cerca. En el último instante antes de que intentara apuñalar mi pecho ya fuera por inercia, intuición o por la ayuda de mi haki de observación, el cual apenas había despertado y usualmente se activaba de manera intuitiva cuando me encontraba en riesgo mortal. Había logrado evadir el ataque de Juka a centímetros de mí, su espada había atravesado mis ropas, golpeando mi gabardina de exploración y gracias a la pequeña placa de metal, seguramente el golpe se había sentido como si hubiera cortado mi carne.
El asombroso espadachín se encontraba ahora a mis espaldas pese a mi asombro por su rápido movimiento, gire a la mayor velocidad que podía, con tres de mis agujas de proyectil en cada mano, puede notar como Juka se giraba casi al mismo tiempo que yo. Casi en el momento en que estuvo todo su cuerpo frente a mi active mis agujas preciando el detonador con las palmas , no habia apuntado a ninguna parte en específica, solo a su cuerpo en general, consideraba que debido a que solo nos separaba un metro o metro y medio de distancia era más que suficiente apuntarle a sus cuerpo. Las seis armas se detonaron y sus proyectiles en forma de aguja viajaron en dirección a mi oponente, solté los cilindros vacíos, mientras lleva las manos a los bolsillos y me lanzaba así adelante preparado para atacar de frente reduciendo la distancia entre ambos buscando que el último ataque fuera el decisivo si mis proyectiles fallaban.
Entendía sus movimientos y esto me impidió apuntar con certeza no óbstate mantuve la calma una ligera brisa frente a mí me hizo saber que mi oponente había, cambiado de lado y que este último estaba mucho más cerca. En el último instante antes de que intentara apuñalar mi pecho ya fuera por inercia, intuición o por la ayuda de mi haki de observación, el cual apenas había despertado y usualmente se activaba de manera intuitiva cuando me encontraba en riesgo mortal. Había logrado evadir el ataque de Juka a centímetros de mí, su espada había atravesado mis ropas, golpeando mi gabardina de exploración y gracias a la pequeña placa de metal, seguramente el golpe se había sentido como si hubiera cortado mi carne.
El asombroso espadachín se encontraba ahora a mis espaldas pese a mi asombro por su rápido movimiento, gire a la mayor velocidad que podía, con tres de mis agujas de proyectil en cada mano, puede notar como Juka se giraba casi al mismo tiempo que yo. Casi en el momento en que estuvo todo su cuerpo frente a mi active mis agujas preciando el detonador con las palmas , no habia apuntado a ninguna parte en específica, solo a su cuerpo en general, consideraba que debido a que solo nos separaba un metro o metro y medio de distancia era más que suficiente apuntarle a sus cuerpo. Las seis armas se detonaron y sus proyectiles en forma de aguja viajaron en dirección a mi oponente, solté los cilindros vacíos, mientras lleva las manos a los bolsillos y me lanzaba así adelante preparado para atacar de frente reduciendo la distancia entre ambos buscando que el último ataque fuera el decisivo si mis proyectiles fallaban.
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Segundos después de efectuar mi ataque voltee para ver el resultado del mismo. Al rotar mi cabeza logré percibir que Teobaldo había logrado salir intacto de mi ataque. Sorprendido por su gran habilidad pensé que no podría derrotarlo en estas condiciones ya que ni siquiera uno de mis mejores ataques lograba herirlo.
Retornando mis pensamientos al combate, observé que mi oponente comenzaba a lanzar nuevamente unos proyectiles desde su mano. Esta vez eran demasiados como para esquivarlos, y más difícil de esquivarlos aún por la poca distancia a la que estábamos uno del otro.
Entonces decidí que debía tomar una decisión riesgosa. Apreté mi espada con todas mis fuerzas y corrí lo más rápido que pude hacia los proyectiles lanzados por Teobaldo. La ventaja que me daría esta jugada era que tomaría por sorpresa a Teobaldo y al estar tan cerca tendría una gran oportunidad de alcanzarlo con mi espada. Pero este movimiento tendría un precio, al aplicarlo sufriría bastantes heridas a causa de los proyectiles de mi enemigo.
Comenzando mi ataque arriesgado, corrí en dirección recta a Teobaldo, en el camino me topé con 3 de sus proyectiles, uno de ellos pude bloquearlo rápidamente con mi espada pero los otros dos impactaron contra mi cuerpo, uno en el brazo iquierdo y otro en la pierna derecha. Por suerte las agujas lanzazdas por mi contrincante atravesaron mi cuerpo y no quedaron dentro.
Debilitado por las heridas mi cuerpo se hacía más lento, pero gracias a mi fuerza de voluntad y a la distancia tan cercana que estábamos movilicé mi espada directamente hacia su pecho deseando que mi último ataque fuera el decisivo. A centímetros de mi objetivo solo pensaba en la gran capacidad de combate que tenía este nuevo adversario que posiblemente se convertiría en un buen amigo en el futuro.
Retornando mis pensamientos al combate, observé que mi oponente comenzaba a lanzar nuevamente unos proyectiles desde su mano. Esta vez eran demasiados como para esquivarlos, y más difícil de esquivarlos aún por la poca distancia a la que estábamos uno del otro.
Entonces decidí que debía tomar una decisión riesgosa. Apreté mi espada con todas mis fuerzas y corrí lo más rápido que pude hacia los proyectiles lanzados por Teobaldo. La ventaja que me daría esta jugada era que tomaría por sorpresa a Teobaldo y al estar tan cerca tendría una gran oportunidad de alcanzarlo con mi espada. Pero este movimiento tendría un precio, al aplicarlo sufriría bastantes heridas a causa de los proyectiles de mi enemigo.
Comenzando mi ataque arriesgado, corrí en dirección recta a Teobaldo, en el camino me topé con 3 de sus proyectiles, uno de ellos pude bloquearlo rápidamente con mi espada pero los otros dos impactaron contra mi cuerpo, uno en el brazo iquierdo y otro en la pierna derecha. Por suerte las agujas lanzazdas por mi contrincante atravesaron mi cuerpo y no quedaron dentro.
Debilitado por las heridas mi cuerpo se hacía más lento, pero gracias a mi fuerza de voluntad y a la distancia tan cercana que estábamos movilicé mi espada directamente hacia su pecho deseando que mi último ataque fuera el decisivo. A centímetros de mi objetivo solo pensaba en la gran capacidad de combate que tenía este nuevo adversario que posiblemente se convertiría en un buen amigo en el futuro.
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Juka no había reaccionado como yo esperaba, por lo que mis movimientos para acortar la distancia habían sido mi perdición, en un rápido y fluido movimiento el guerreo se movió así mí, con la punta de la espada así el frente, recibiendo dos impactos de mis agujas, las cuales debieron dar cerca de algún punto de presión pues su movimiento se ralentizo un poco. Pude gracias a eso intentar moverme hacia atrás, no obstante como las agujas solo habían rosado aquel punto de presión, tuvo la suficiente resistencia como para llegar hasta donde yo estaba.
Su arma iba dirigida a mi pecho pero gracias a que moví unos centímetros así atrás esta se terminó clavando un poco más abajo, su espada me atravesó completamente al punto que rostro quedo muy cerca de su hombro derecho. Si aquel hombre hubiera usado Haki justo ahora hubiera muerto, esto me hizo comprender que aún me hacía falta mucho más por entrenar, además de que me quedaba claro que sin importar que tipo de batalla fuera debía pelear con todas mis fuerzas.
Finalmente y estando tan cerca de mi adversario le dije – Caballero, creo firmemente que esta es su victoria, al final sus movimientos han sido rápidos y certeros, por lo que si usted hubiera usado su haki armadura contra mí en estos momentos quizás me estaría debatiendo entre la vida y la muerte. Espero poder tener el placer de batirnos en un duelo nuevamente – habiendo concluido un gon retumbo en el campo de batalla.
Acto seguido la joven Shin apareció, para decirnos que el almuerzo estaba listo y que su padre nos esperaba para comer, apenas atendieran nuestras heridas, tras esto un grupo de médicos llego para socorrernos. Habiendo visto la pronta reacción de los doctores, comente que yo estaba bien y que solo le pedía a Juka que retirara su espada de mi abdomen. Una vez realizada esta acción solo me restaba esperar para poder comer, pues habiendo visto las cualidades de aquel hombre deseaba tener la oportunidad de platicar
Su arma iba dirigida a mi pecho pero gracias a que moví unos centímetros así atrás esta se terminó clavando un poco más abajo, su espada me atravesó completamente al punto que rostro quedo muy cerca de su hombro derecho. Si aquel hombre hubiera usado Haki justo ahora hubiera muerto, esto me hizo comprender que aún me hacía falta mucho más por entrenar, además de que me quedaba claro que sin importar que tipo de batalla fuera debía pelear con todas mis fuerzas.
Finalmente y estando tan cerca de mi adversario le dije – Caballero, creo firmemente que esta es su victoria, al final sus movimientos han sido rápidos y certeros, por lo que si usted hubiera usado su haki armadura contra mí en estos momentos quizás me estaría debatiendo entre la vida y la muerte. Espero poder tener el placer de batirnos en un duelo nuevamente – habiendo concluido un gon retumbo en el campo de batalla.
Acto seguido la joven Shin apareció, para decirnos que el almuerzo estaba listo y que su padre nos esperaba para comer, apenas atendieran nuestras heridas, tras esto un grupo de médicos llego para socorrernos. Habiendo visto la pronta reacción de los doctores, comente que yo estaba bien y que solo le pedía a Juka que retirara su espada de mi abdomen. Una vez realizada esta acción solo me restaba esperar para poder comer, pues habiendo visto las cualidades de aquel hombre deseaba tener la oportunidad de platicar
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Mientras me mantenía en el aire frente a Teobaldo podía sentir como mi cuerpo se debilitaba. Segundos después me di cuenta de que mi arriesgado ataque había sido exitoso. Por lo que tomar esa extraña acción me terminó dando la victoria, no obstante ahora tenía dos heridas nuevas en el cuerpo y por suerte no logré lastimar a mi amigo gracias a su fruta logia.
Cuando el combate finalmente terminó, un gong sonó cerca del campo de entrenamiento, anunciando de el enfrentamiento había terminado. En ese momento yo estaba caído en el suelo sin poder moverme gracias a las heridas producidas por las agujas de mi antiguo contrincante. Gracias a Shin y a Teobaldo, unos médicos me atendieron rápidamente y luego de curar mis heridas me llevaron al comedor principal donde nos sentamos todos juntos en una alargada mesa para almorzar.
Roté mi cabeza hacia la derecha y ahí estaba Teobaldo, el cuál me miraba fijamente para poder iniciar una conversación y una evaluación del combate que habíamos tenido previamente. Antes de siquiera hablarle recordé la gran capacidad que tuvo en el duelo y por esa junto a otras razones tendrá siempre mis respetos. Luego de esa pequeña reflexión le dije a Teobaldo:"que te pareció el combate... tu luchaste muy bien. Espero repetirlo en el futuro. Y también espero volver a encontrarnos en algún punto de nuestros viajes y nuestras aventuras."
Luego de esto almorzamos y despidiéndome de Teobaldo y las demás personas que conocí en este interesante viaje, me dirigí al puerto de Shimotsuki y luego de subirme a mi pequeña embarcación zarpe hacia el mar dirigiéndome nuevamente sin ningún rumbo fijo.
Cuando el combate finalmente terminó, un gong sonó cerca del campo de entrenamiento, anunciando de el enfrentamiento había terminado. En ese momento yo estaba caído en el suelo sin poder moverme gracias a las heridas producidas por las agujas de mi antiguo contrincante. Gracias a Shin y a Teobaldo, unos médicos me atendieron rápidamente y luego de curar mis heridas me llevaron al comedor principal donde nos sentamos todos juntos en una alargada mesa para almorzar.
Roté mi cabeza hacia la derecha y ahí estaba Teobaldo, el cuál me miraba fijamente para poder iniciar una conversación y una evaluación del combate que habíamos tenido previamente. Antes de siquiera hablarle recordé la gran capacidad que tuvo en el duelo y por esa junto a otras razones tendrá siempre mis respetos. Luego de esa pequeña reflexión le dije a Teobaldo:"que te pareció el combate... tu luchaste muy bien. Espero repetirlo en el futuro. Y también espero volver a encontrarnos en algún punto de nuestros viajes y nuestras aventuras."
Luego de esto almorzamos y despidiéndome de Teobaldo y las demás personas que conocí en este interesante viaje, me dirigí al puerto de Shimotsuki y luego de subirme a mi pequeña embarcación zarpe hacia el mar dirigiéndome nuevamente sin ningún rumbo fijo.
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Nos llevaron al comedor principal donde el anciano y su hija ya nos esperaban una vez estuvimos todos comenzó el banquete, trajeron toda clase de platillos, la gran mayoría eran comidas tradicionales de la región. Por mi parte me entraba bastante animado y más al ver que las heridas de Juka no eran graves, pues los médicos habían hecho un excelente trabajo en cerrarlas. Tras un rato Juka se giró así mí y me pregunto sobre cual había sido mi impresión de la pelea en un tono jocoso le dije – Creo que debí usar mis habilidades de usuario y por lo menos mis agujas de gas, quizás el resultado hubiera sido un poco más reñido y eso que en verdad eras un hueso duro de roer.
Luego de eso tome un trago de mi copa la cual tenía sake, como he dicho no es mi bebida favorita pero era una ocasión especial , por lo que me permití tomar unas cuantas copas, luego continúe- De igual forma me gustaría toparme contigo más adelante quizás en la gran línea nuca se sabe el mar es muy grande y bueno solo puedo decirte que por mi parte ya tienes a un aliado- luego de eso sonreí y seguí degustando de los platillos en la mesa.
Tras la comida nos despedimos de Shin y de su padre no sin antes les pidiera permiso para regresar al día siguiente pues aun deseaba conocer la historia de las espadas que antes nos habían mostrado, Shin dijo que sería un placer para ella el contarme los relatos de aquellos guerreros. Sin más regresamos por nuestros pasos, los cuales nos llevaron a la posada donde me despedí de Juka quien continuaría su viaje, por mi parte entre a la casona donde la podadera me pregunto si había sido un día favorable, a lo que conteste que sí.
Finalmente y tras conversar con aquella mujer me retire a mi habitación esperando recuperar energías, para que por la mañana pudiera continuar con mis investigaciones, en la escuela de esgrima. Además aun no había encontrado a los herreros que venía a buscar en un principio, sin embargó había encontrado a un buen camarada y consideraba que eso valía mucho más.
Luego de eso tome un trago de mi copa la cual tenía sake, como he dicho no es mi bebida favorita pero era una ocasión especial , por lo que me permití tomar unas cuantas copas, luego continúe- De igual forma me gustaría toparme contigo más adelante quizás en la gran línea nuca se sabe el mar es muy grande y bueno solo puedo decirte que por mi parte ya tienes a un aliado- luego de eso sonreí y seguí degustando de los platillos en la mesa.
Tras la comida nos despedimos de Shin y de su padre no sin antes les pidiera permiso para regresar al día siguiente pues aun deseaba conocer la historia de las espadas que antes nos habían mostrado, Shin dijo que sería un placer para ella el contarme los relatos de aquellos guerreros. Sin más regresamos por nuestros pasos, los cuales nos llevaron a la posada donde me despedí de Juka quien continuaría su viaje, por mi parte entre a la casona donde la podadera me pregunto si había sido un día favorable, a lo que conteste que sí.
Finalmente y tras conversar con aquella mujer me retire a mi habitación esperando recuperar energías, para que por la mañana pudiera continuar con mis investigaciones, en la escuela de esgrima. Además aun no había encontrado a los herreros que venía a buscar en un principio, sin embargó había encontrado a un buen camarada y consideraba que eso valía mucho más.
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