Tinieblas en Tequila con Edu y Kary [Privado] (Pasado)

Era de noche en Tequila Wolf, un oscuro manto recubría todo el cielo, el cual solo era iluminado por las estrellas y por aquella gran y redonda luna que se alzaba elegante en medio de tanta penumbra. Yo me encontraba solo, por las calles, vagando sin rumbo fijo por aquel repugnante lugar. A pesar de llevar mis ropajes usuales, llevaba puesta una gran capa marrón oscuro con capucha por encima de mi ropa, esta tapaba todo mi cuerpo y me alejaba de la preocupación de ser reconocido.

Entre los oscuros callejones del lugar una tenue luz rojiza reflejada en un charco del suelo llamó mi atención. Me dirigí hacia el origen de susodicha luz, esta provenía de un cartel de “BAR” el cual se encontraba a varios metros doblando la esquina a mi localización anterior. Movido por el hambre, entré dentro de la taberna para satisfacer a mi estómago. Tras abrir la puerta, vi el ambiente del lugar. Sucios oficiales de la construcción del puente borrachos era la descripción idónea de la taberna.

Me adentré en esta y me dirigí hacía la barra, la cual estaba prácticamente vacía, me senté en uno de los taburetes y esperé a que se acerca el barman. A los pocos segundos de situarme en la barra un hombre de unos sesenta años apareció para atenderme.

-Una jarra de cerveza y algo de carne.

Le dije con una voz firme y decidida. El camarero se adentró en la cocina rápidamente para atender cuanto antes mi petición. Mientras tanto, me quedé sentado en mi lugar escuchando lo que aquellos cerdos ebrios decían. Realmente no soportaba a la escoria como esa.

Llevaba días navegando por el mar y ya se me habían acabado los suministros, por suerte a lo lejos conseguí observar una isla, era distinguible a pesar de ser de noche, yo me encontraba bastante cansado y con unas enormes ganas de tomarme algo. Pasaron unas horas hasta que pude llegar a la orilla de la isla para desembarcar, podía notar que el ambiente era bastante silencioso a pesar de haber unas edificaciones a no unos pocos metros de mi ubicación.

Al terminar de guardar todo lo importante en mi bolso me dispuse a adentrarme en la isla e ir al lugar en donde parecía haber gente, o eso pensaba por las edificaciones. Se notaba el silencio en el ambiente, tanto así que me parecía extraño puesto que no conocía la isla y no tenia idea si había alguien. En poco tiempo empece a sentir hambre y pensé en buscar un lugar para comer, camine por las calles y vi un gran puente que se estaba construyendo o lo habían dejado a media, sinceramente no le preste mucha atención a eso.

Tras caminar un poco note un letrero que desprendía luz, indicando que aquel lugar era un bar, no lo pensé dos veces y me adentre en aquel local. Las personas en su interior eran las típicas personas que hay en todos los lugares como ese, borrachos inútiles que no tienen nada que hacer con sus vidas. Al entrar me quite el casco ya que por el ambiente se me había congelado un poco, revelando mi rostro no era de esperarse que alguien lo notara e hiciera algún comentario, cosa que preferí obviar.

Me dirigí a la barra y coloque mi bolso junto a mi casco en el suelo, me deje puesta la armadura y me senté justo un asiento separado de la única persona que se encontraba ahí, le dije al camarero con una voz muy seria - Una gran jarra de cerveza y si no tienes una grande, que sean dos jarras, ademas cualquier cosa con carne para comer pero que sea mucho - no pude evitar poner una cara algo intimidante , me gustaba hacerlo, era divertido para mi.

Apenas había llegado al anochecer a aquella isla, y con solo caminar unos minutos ya estaba maldiciendo la existencia de aquel lugar.-Isla fantasma, la mejor aventura de mi vida..-Pensé en voz alta, golpeando de una patada una pequeña piedra que había en mitad del camino, mandándola a volar contra la pared de uno de los muchos y similares edificios abandonados en la zona.Lo único que se escuchaba en la noche eran el sonido metálico de mis katanas con el trote, y el rugido de mi barriga, que probablemente era el principal origen de mi mal humor.

Sabes que aquel lugar era odioso cuando lo mas interesante tras una larga caminata, es decir, lo único que destacaba mínimamente en aquel solitario lugar, era un puente de dimensiones difícilmente asimilables.-Vaya, parece que hasta aquí llegan las costumbres del South Blue.-Fue lo primero que me vino a la cabeza al ver tanto material de construcción desperdigado allí en medio. Alcancé a percibir una pequeña e intermitente luz de reojo, que consiguió atraer toda mi atención aunque solo fuese por unos segundos.-Espera,déjame adivinar..ya se donde están todos.-No hacía falta ser un lince para saberlo después de ver aquel deteriorado letrero que ponía "BAR". Mi estomago rugió furioso al leer aquellas letras, definitivamente algo me llamaba a entrar allí, y después de todo era la opción mas viable, tristemente.

Sin pensarlo dos veces abrí la puerta,que chirrió sin piedad alguna provocando la mirada de todos,que para mi sorpresa eran muchos, y vestidos con un mono de trabajo de colores apagados que daba un golpe en toda la cara al buen gusto.Sin prestar atención a sus descaradas miradas me dirigí hacia la barra, y acerque sin miramientos uno de los taburetes hasta esta, donde me senté acomodando las katanas en mi cinto para que no me molestaran, mientras me fijaba sutilmente y de reojo en dos de los tipos sentados a mi izquierda, que parecían no tener nada que ver con el resto.

Uno de ellos, de pelo blanco, me llamó la atención, o mas bien las tres katanas que llevaba consigo, ya que yo sabia que era realmente extraño ver a un usuario del Santoryu.-Vaya vaya..-Pensé para mis adentros al echar un rápido vistazo a sus armas, para acto seguido analizar de un vistazo al otro tipo, que llevaba una imponente y pesada armadura, cuyo casco había dejado apartado, mostrando un rostro que parecía haber vivido mas de una batalla.-Tal vez un cazarrecompensas.-Fue lo primero que me vino a la cabeza al verle, siendo interrumpido educadamente por un hombre mayor al otro lado de la barra, el barman.

-Que desea?-Me preguntó con su cara de buen agrado.

-Mmm...ponme cualquier carne que llene abuelo..no estamos para ponernos delicados.-Creo que el rugir de mi estomago de nuevo le respondió por si solo.

-Y de beber?-Contestó con un leve amago de risa.

-Ponme..un vaso de agua.-Sí, el también me miró algo extrañado por mi petición, pero se marchó con un leve gesto a realizar el pedido, mientras yo permanecía poniendo el odio en el resto de conversaciones de la sala.

Tras mi llegada al local, dos hombres más que sobresalían sobre el resto entraron en este de forma separada. El primero, un cyborg de gran estatura el cual llevaba una especie de armadura de hierro. La verdad es que su cara me resultaba familiar, no sé por qué, pero mi cerebro relacionaba su rostro directamente con los conejos… esperaba que no fuera un conejo gigante disfrazado, o algo por el estilo. El segundo que entró fue un chico de cabello marrón oscuro de complexión más bien delgada, cualquiera parecía delgado comparado con el orco de antes. Lo que más me llamó la atención de este individuo eran sus tres espadas, y parecía ser que a él también le llamaba la atención las mías, o al menos eso parecía tras echarle aquella mirada después de sentarse a la barra.

Al sentarse, perdí total interés por ambos individuos, y seguí escuchando la conversación de aquellos cerdos. Cada palabra que salía de su boca era un nivel más de presión que mi mano ejercía sobre la jarra de cerveza que recientemente me había traído el camarero. De golpe, una palabra llamó mi atención, una palabra pronunciada por el otro usuario de Santoryu, “agua”.¿¡Quién cojones pedía agua en un bar!? ¡Aquello era inaceptable! , y más tratándose de un usuario del mismo estilo de batalla que el mío, aquello era un auténtico insulto hacía mi persona! En el mismo instante que me iba a levantar de mi asiento para decirle un par de palabras y meterle mi jarra de cerveza hasta el gaznate, escuché otra palabra, esta vez provenía de uno de los cerdos sentados en la mesa, “dragón”. Al escuchar aquella palabra, mi rostro delató mi sor presa, seguidamente olvidé todo lo anterior del agua, poniendo un rostro totalmente serio e inexpresivo para escuchar con total atención la conversación entre aquellos hombres. Mi visita a la isla Shoko me había traído hasta aquí, tal vez no había sido en vano.

La puerta se volvió a abrir unos minutos después de que yo llegara a la taberna, ya el camarero me había traído mi gran jarra de cerveza y un enorme pedazo de carne, ni le di las gracias, solo le coloque una pequeña bolsa llena de beries en la barra. Esperaba que entendiera que ese era el pago pero al escuchar algo que me saco totalmente de concentración. Habia escuchado a alguien decir que quería agua, en un bar.. "¿Que le pasa a este?" pensé algo enfadado y lo único que pude soltar fue una risa bastante clara a la vez que colocaba mi mano sobre la barra.

Al parecer los retrasados a lo lejos pensaron que me reía de ellos y uno se levanto molesto acercándose a mi a la vez que me preguntaba que me parecía tan gracioso, decidí ignorarle y seguir comiendo, cosa que enfado mas a aquel sujeto pero a mi me importaba muy poco hasta que el intento darme un golpe en el rostro, golpe que recibí completamente sin importarme nada, tan solo me quede ahí quieto sin hacer nada durante unos segundos mientras aquel sujeto se regocijaba junto a sus compañeros sobre lo fuerte que era y que nadie podía con el. Empece a levantarme lentamente dejando clara la diferencia de tamaño y corpulencia entre el sujeto que me había golpeado y yo, me acerque a el y le dije - Buen golpe, lastima que eso no me hizo nada - rápidamente lleve mi mano derecha hacia su cuello apretándolo con todas las fuerzas que tenia, por otro lado el se intentaba liberar en vano ya que aunque pareciera bastante fuerte, no era lo suficiente.

En poco tiempo se quedó sin aire y solté su inerte cuerpo que callo en el suelo a la vez que sus compañeros observaban aquella escena, yo por mi parte volví a sentarme en frente a la barra y seguí disfrutando de mi comida - Oye tu, el del agua, la gente como tu suele molestar a los borrachos, así que no vayas pidiendo agua en un bar, a menos que estés buscando que algún idiota como ese quiera golpearte - dije en voz alta hacia el sujeto que había llegado hace poco al bar y a la vez señalaba al cadáver del otro que se situaba en el suelo.