Steve
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Akuma no mi
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Límite de tiempo : Sin fecha límite.
Escenario : Isla totalmente deshabitada por el ser humano y alejada de la mano de Dios, es montañosa, tiene un pequeño bosque muy frondoso en el centro y hay un poblado en ruinas, abandonada hace mucho tiempo en el sur, la unica zona sin montañas.
Turnos :
- Número aleatorio (1,2) : 1
2 - Empieza Noc.
Condiciones :
-Si gana Noc le daré un DDM que podrá utilizar cuando él quiera para que me alíe con su flota, vamos, que puede llamarme para hacer misiones o lo que se le antoje.
-Si gana Kasan, Noc le llamará durante "Sempai" cuando se dirija hacía mi persona.
-Salto de turno cada 36 horas (Para que no se alargue mucho, si es por causa justificada no pasa nada).
-Daños On-rol pero sin muerte o amputaciones aunque si con cicatrices.
-Escenario, uno que no favorezca a ninguno y será elegido por el Moderador cuando este abra el reto.
-El perdedor tendrá que ponerse en la firma una frase que elija el ganador, y deberá aguantarla como mínimo un mes.
-Experiencia según normas.
Kasan
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Akuma no mi
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"Toma Noa, aquí tienes unas coordenadas de una isla inexplorada, ya sabes lo que toca"
Maldita perra mi jefa... No me deja ni un solo día de descanso esta mujer... No puedo quejarme de estar aburrido pero de vez en cuando me apetece tomarme unas cervezas en el tejado de mi residencia mientras pasan las horas, bueno el trabajo es el trabajo, al menos me pagan debidamente. Tras concretar los pequeños detalles pasé por mi habitación para recoger un par de cosillas que podrían hacerme falta y ya puse rumbo al muelle donde me esperaría un pequeño navío tripulado por apenas siete personas, ellos sabían llegar a aquella isla así que me tenía que fiar de ellos.
Pasaron unos cuantos días hasta que por fin aquella misteriosa isla se dejó ver por el horizonte, a primera vista tenía el relieve típico de algunas islas de los Blues, montañas, bosques y playa, no parecía ser mucho mas interesante en esa primera valoración. Mientras más nos acercábamos a la isla mas aburrida me parecía, "espero que dentro tenga algo curioso, si no menuda chufa de misión". Pensaba mientras veía que este viaje iba camino de ser una perdida de tiempo.
A juzgar por nuestra posición diría que abordaríamos la isla por el Sur, allí había una pequeña bahía por la que podría desembarcar en un bote. Me despedí de aquellos hombres que me habían ayudado a alcanzar la isla dándoles un DDM para avisarles cuando tuviese que partir de allí, a ellos les pillaba de camino pues iban a comerciar en algunas islas cercanas. -Tomad, cuando termine el trabajo os avisaré, estaré esperando en esta misma bahía. - Le dije al capitán del navío mientras le daba el artefacto.
Unos minutos mas tarde por fin alcancé la playa, bajé del bote y tiré de este para sacarlo del agua evitando que se lo llevase la corriente. Ya con los pies en tierra firme observé la situación, un pequeño monte se alzaba detrás de una hilera de árboles, apenas me llevó unos cuantos minutos alcanzar la cima donde se podía ver un paisaje algo desolador.
Allí en lo alto de la colina se abría un pequeño camino que conducía a un pequeño poblado en ruinas, mas o menos era similar a Kokoyashi, una calle principal bastante ancha que a la vez hacía la función de plaza, a su alrededor se levantaban varias casas formando dos anillos alrededor de ésta, en total habrían unos treinta edificios aproximadamente, en el centro de la plaza se levantaba un monumento algo deteriorado por el paso del tiempo. Demasiado había conseguido ver a esa distancia, el pueblo parecía deshabitado así que no necesitaba infiltrarme, simplemente alcanzar el lugar. Descendí por la colina hasta que por fin llegué, lo primero que hice fue ir al centro de la calle para ver mejor el monumento aquel, mientras me acercaba me dí cuenta de que no era un monumento si no una fuente con un decorado algo ostentoso de más, el tiempo había secado el agua y había dejado restos verdosos en su interior.
-Bueno, no parece que haya nada interesante aquí pero al menos he llegado antes que la Marina, así que esta isla se la quedará el Gobierno- Me senté en el borde de la fuente observando el poblado,¿Que tipo de gente habría vivido aquí? ¿Y que tuvo que ocurrir para que la abandonasen? Tenía un par de días para descubrir eso pero lo primero era adueñarme de la isla, pues por todos es sabido que entre Gobierno y Marina existe cierta rivalidad a la hora de conquistar islas inexploradas, por lo general el que primero la pisa se la queda, pero eso es algo muy relativo.
Maldita perra mi jefa... No me deja ni un solo día de descanso esta mujer... No puedo quejarme de estar aburrido pero de vez en cuando me apetece tomarme unas cervezas en el tejado de mi residencia mientras pasan las horas, bueno el trabajo es el trabajo, al menos me pagan debidamente. Tras concretar los pequeños detalles pasé por mi habitación para recoger un par de cosillas que podrían hacerme falta y ya puse rumbo al muelle donde me esperaría un pequeño navío tripulado por apenas siete personas, ellos sabían llegar a aquella isla así que me tenía que fiar de ellos.
Pasaron unos cuantos días hasta que por fin aquella misteriosa isla se dejó ver por el horizonte, a primera vista tenía el relieve típico de algunas islas de los Blues, montañas, bosques y playa, no parecía ser mucho mas interesante en esa primera valoración. Mientras más nos acercábamos a la isla mas aburrida me parecía, "espero que dentro tenga algo curioso, si no menuda chufa de misión". Pensaba mientras veía que este viaje iba camino de ser una perdida de tiempo.
A juzgar por nuestra posición diría que abordaríamos la isla por el Sur, allí había una pequeña bahía por la que podría desembarcar en un bote. Me despedí de aquellos hombres que me habían ayudado a alcanzar la isla dándoles un DDM para avisarles cuando tuviese que partir de allí, a ellos les pillaba de camino pues iban a comerciar en algunas islas cercanas. -Tomad, cuando termine el trabajo os avisaré, estaré esperando en esta misma bahía. - Le dije al capitán del navío mientras le daba el artefacto.
Unos minutos mas tarde por fin alcancé la playa, bajé del bote y tiré de este para sacarlo del agua evitando que se lo llevase la corriente. Ya con los pies en tierra firme observé la situación, un pequeño monte se alzaba detrás de una hilera de árboles, apenas me llevó unos cuantos minutos alcanzar la cima donde se podía ver un paisaje algo desolador.
Allí en lo alto de la colina se abría un pequeño camino que conducía a un pequeño poblado en ruinas, mas o menos era similar a Kokoyashi, una calle principal bastante ancha que a la vez hacía la función de plaza, a su alrededor se levantaban varias casas formando dos anillos alrededor de ésta, en total habrían unos treinta edificios aproximadamente, en el centro de la plaza se levantaba un monumento algo deteriorado por el paso del tiempo. Demasiado había conseguido ver a esa distancia, el pueblo parecía deshabitado así que no necesitaba infiltrarme, simplemente alcanzar el lugar. Descendí por la colina hasta que por fin llegué, lo primero que hice fue ir al centro de la calle para ver mejor el monumento aquel, mientras me acercaba me dí cuenta de que no era un monumento si no una fuente con un decorado algo ostentoso de más, el tiempo había secado el agua y había dejado restos verdosos en su interior.
-Bueno, no parece que haya nada interesante aquí pero al menos he llegado antes que la Marina, así que esta isla se la quedará el Gobierno- Me senté en el borde de la fuente observando el poblado,¿Que tipo de gente habría vivido aquí? ¿Y que tuvo que ocurrir para que la abandonasen? Tenía un par de días para descubrir eso pero lo primero era adueñarme de la isla, pues por todos es sabido que entre Gobierno y Marina existe cierta rivalidad a la hora de conquistar islas inexploradas, por lo general el que primero la pisa se la queda, pero eso es algo muy relativo.
Nocturne93
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No lo entendía. ¿Por qué tanto lío solo por una dichosa isla remota? Entiendo que entre los altos cargos de la marina y el gobierno tienen una intensa batalla por ver quién es capaz de controlar y mantener bajo su mano más territorios, pero ésto es pasarse.
-Más te vale llegar antes que esos imbéciles del gobierno mundial.
-¡Si señor!
Desde luego el capitán fue muy tajante. Viajar tan solo con el número mínimo imprescindible de tripulantes y los víveres indispensables. Una goleta sin siquiera un cañón para auto-defensa. Querían que llegase pronto, y para eso teníamos que pesar lo mínimo, para que la embarcación fuera más ligera.
-Por dios. Esto es absurdo. -dije al ver que tan solo viajaría con cinco tripulantes y unos diez barriles de provisiones- ¿Con ésto tendremos suficiente?
-Señor, según los cálculos del ingeniero será más que suficiente.
-Claro. Suficiente para cinco gaviotas. Esa gente siempre escatima pensando en niños o en seres raquíticos que apenas hacen una comida al día. Para el viaje tendremos que coger por lo menos otros tres o cuatro barriles... tengo una idea, cojamos uno cada uno y al barco.
Me tenían que hacer caso por narices, en ese barco era el superior al mando por lo que ni rechistaron. Con quince barriles para los cinco ya habría suficiente. El viaje sería largo, y aunque iríamos bastante ligeros el tiempo es el tiempo, y cuando el hambre aprieta no se puede hacer nada. No iba a permitir que aquellos hombres lo pasasen mal bajo mi mando. Antes prefería una reprimenda por parte de aquél capitán malhumorado que parecía que un agente del gobierno le había humillado. Sino no lo entendía.
Pasó una semana. Estaba hasta las narices de todo aquello, el viaje se estaba haciendo más pesado de lo que me esperaba. Por fortuna las conversaciones con los tripulantes eran agradables, salvo por un cabo que parecía tener algo subido a la cabeza el que nunca haya fracasado una misión. Es un poco arrogante y nunca se ha visto inmerso en una batalla real. Tal vez le diera un susto para que se le quitase la tontería.
Al cabo de otros dos días, con seis barriles arrojados por la borda, el vigía al fin divisó tierra. Sentí ganas de nadar hacia ella y besar el suelo. Qué ganas de bajar del barco. No tardamos en echar el ancla y salir con un bote. Dos hombres se quedaron en el barco, el cabo idiota y otro recluta, sentía pena por él.
Estuvimos unas horas vagando por la isla, yo y mis otros dos compañeros, dos reclutas. No se esperaban que fueran a haber complicaciones en esta misión, mira que llevarme a un sitio tan remoto rodeado de reclutas inexpertos y un cabo... Qué paliza me dieron, ni siquiera sabían mantener las tareas habituales de mantenimiento y limpieza del barco. Los primeros días fueron un poco irritantes a decir verdad, pero me sentía bien enseñando a los reclutas.
Llegamos a un pueblo. O por lo menos lo que había sido uno. Todo eran ruinas, la vegetación se había comido gran parte de las edificaciones y muchas estarían a poco de derrumbarse. Insistí a los reclutas que ahí no se separasen mucho de mí. Avanzamos por las calles. Todo era un caos, pero estaba claro que ahí hubo una civilización. Miré por los suelos, ni siquiera podía ver huesos, no parecía que desaparecieran por una guerra, o algún tipo de epidemia. No había restos por las calles, por lo que comencé a adentrarme en algunos hogares al azar, con los reclutas dentro. Trataba de explicarles cada una de las cosas que hacía para que lo entendieran.
-Mirad, en esa esquina.
La escena era sobrecogedora, había lo que parecía ser los restos de dos personas. Dos esqueletos ahí tirados en una esquina de la sala. Un esqueleto era claramente más pequeño que el otro. Nada más verlo un escalofrío me recorrió toda la columna. Cabe destacar que esas dos personas no tuvieron una muerte natural, pero no se puede dejar nada claro todavía, no he visto lo suficiente para llegar a una conclusión.
Salí de allí y miré hacia los lados, a la derecha parecía que la calle desembocada en una más grande, como si se tratase de la calle principal del pueblo, o alguna plaza tal vez. Me disponía a dirigirme hacia allí, cuando de pronto pude ver a una persona caminar por esa calle hacia adelante. Extendí los brazos para decirles a los reclutas que no salieran de la casa y me escondí un poco. No estábamos solos. Y algo me decía que ese tipo era del gobierno mundial.
-Quedaros aquí. Si veis que la cosa se complica marcharos escondidos hacia el barco y salid echando leches.
No dijeron nada pero pude ver de reojo que uno de ellos asentía con la cabeza. El verme tenso había hecho que se pusieran muy nerviosos. No creo que la cosa se pusiera tensa, seguramente se trate de algún agente del gobierno, y no hay hostilidades entre nosotros como para que hayan problemas. Pero nunca se sabe. Hay gente muy retorcida por ahí.
Salí en busca que aquél tipo. En cuanto crucé la esquina me lo pude ver sentandose en el borde de una especie de estatua, tal vez una fuente, tal vez un banco. No podía saberlo desde esta distancia. En cuanto me viera entendería que soy un marine, al fin y al cabo voy con mi distintivo en un brazalete en el brazo izquierdo.
Comencé a caminar hacia él, hasta que estuve aproximadamente entre unos diez y quince metros de distancia. Tampoco me fiaba de quien pudiera ser.
-Parece que la isla no está tan deshabitada como parece. ¿Qué le trae por aquí si me permite la intromisión? Parece usted un agente del gobierno. ¿Me equivoco?
-Más te vale llegar antes que esos imbéciles del gobierno mundial.
-¡Si señor!
Desde luego el capitán fue muy tajante. Viajar tan solo con el número mínimo imprescindible de tripulantes y los víveres indispensables. Una goleta sin siquiera un cañón para auto-defensa. Querían que llegase pronto, y para eso teníamos que pesar lo mínimo, para que la embarcación fuera más ligera.
-Por dios. Esto es absurdo. -dije al ver que tan solo viajaría con cinco tripulantes y unos diez barriles de provisiones- ¿Con ésto tendremos suficiente?
-Señor, según los cálculos del ingeniero será más que suficiente.
-Claro. Suficiente para cinco gaviotas. Esa gente siempre escatima pensando en niños o en seres raquíticos que apenas hacen una comida al día. Para el viaje tendremos que coger por lo menos otros tres o cuatro barriles... tengo una idea, cojamos uno cada uno y al barco.
Me tenían que hacer caso por narices, en ese barco era el superior al mando por lo que ni rechistaron. Con quince barriles para los cinco ya habría suficiente. El viaje sería largo, y aunque iríamos bastante ligeros el tiempo es el tiempo, y cuando el hambre aprieta no se puede hacer nada. No iba a permitir que aquellos hombres lo pasasen mal bajo mi mando. Antes prefería una reprimenda por parte de aquél capitán malhumorado que parecía que un agente del gobierno le había humillado. Sino no lo entendía.
Pasó una semana. Estaba hasta las narices de todo aquello, el viaje se estaba haciendo más pesado de lo que me esperaba. Por fortuna las conversaciones con los tripulantes eran agradables, salvo por un cabo que parecía tener algo subido a la cabeza el que nunca haya fracasado una misión. Es un poco arrogante y nunca se ha visto inmerso en una batalla real. Tal vez le diera un susto para que se le quitase la tontería.
Al cabo de otros dos días, con seis barriles arrojados por la borda, el vigía al fin divisó tierra. Sentí ganas de nadar hacia ella y besar el suelo. Qué ganas de bajar del barco. No tardamos en echar el ancla y salir con un bote. Dos hombres se quedaron en el barco, el cabo idiota y otro recluta, sentía pena por él.
Estuvimos unas horas vagando por la isla, yo y mis otros dos compañeros, dos reclutas. No se esperaban que fueran a haber complicaciones en esta misión, mira que llevarme a un sitio tan remoto rodeado de reclutas inexpertos y un cabo... Qué paliza me dieron, ni siquiera sabían mantener las tareas habituales de mantenimiento y limpieza del barco. Los primeros días fueron un poco irritantes a decir verdad, pero me sentía bien enseñando a los reclutas.
Llegamos a un pueblo. O por lo menos lo que había sido uno. Todo eran ruinas, la vegetación se había comido gran parte de las edificaciones y muchas estarían a poco de derrumbarse. Insistí a los reclutas que ahí no se separasen mucho de mí. Avanzamos por las calles. Todo era un caos, pero estaba claro que ahí hubo una civilización. Miré por los suelos, ni siquiera podía ver huesos, no parecía que desaparecieran por una guerra, o algún tipo de epidemia. No había restos por las calles, por lo que comencé a adentrarme en algunos hogares al azar, con los reclutas dentro. Trataba de explicarles cada una de las cosas que hacía para que lo entendieran.
-Mirad, en esa esquina.
La escena era sobrecogedora, había lo que parecía ser los restos de dos personas. Dos esqueletos ahí tirados en una esquina de la sala. Un esqueleto era claramente más pequeño que el otro. Nada más verlo un escalofrío me recorrió toda la columna. Cabe destacar que esas dos personas no tuvieron una muerte natural, pero no se puede dejar nada claro todavía, no he visto lo suficiente para llegar a una conclusión.
Salí de allí y miré hacia los lados, a la derecha parecía que la calle desembocada en una más grande, como si se tratase de la calle principal del pueblo, o alguna plaza tal vez. Me disponía a dirigirme hacia allí, cuando de pronto pude ver a una persona caminar por esa calle hacia adelante. Extendí los brazos para decirles a los reclutas que no salieran de la casa y me escondí un poco. No estábamos solos. Y algo me decía que ese tipo era del gobierno mundial.
-Quedaros aquí. Si veis que la cosa se complica marcharos escondidos hacia el barco y salid echando leches.
No dijeron nada pero pude ver de reojo que uno de ellos asentía con la cabeza. El verme tenso había hecho que se pusieran muy nerviosos. No creo que la cosa se pusiera tensa, seguramente se trate de algún agente del gobierno, y no hay hostilidades entre nosotros como para que hayan problemas. Pero nunca se sabe. Hay gente muy retorcida por ahí.
Salí en busca que aquél tipo. En cuanto crucé la esquina me lo pude ver sentandose en el borde de una especie de estatua, tal vez una fuente, tal vez un banco. No podía saberlo desde esta distancia. En cuanto me viera entendería que soy un marine, al fin y al cabo voy con mi distintivo en un brazalete en el brazo izquierdo.
Comencé a caminar hacia él, hasta que estuve aproximadamente entre unos diez y quince metros de distancia. Tampoco me fiaba de quien pudiera ser.
-Parece que la isla no está tan deshabitada como parece. ¿Qué le trae por aquí si me permite la intromisión? Parece usted un agente del gobierno. ¿Me equivoco?
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-Parece que la isla no está tan deshabitada como parece. ¿Qué le trae por aquí si me permite la intromisión? Parece usted un agente del gobierno. ¿Me equivoco?
Una voz a mis espaldas hizo que un escalofrío recorriese mi cuerpo, no había rastro de vida en el pueblo aquel... "No jodas que... No puede ser, no existen... Aunque..." Con un rápido salto desde de la fuente me alejé un poco de esta a la vez que me daba la vuelta. Caí medio de cuclillas con la vista hacía el suelo, alcé la mirada al frente y ahí vi a un Marine.... Espera, ¿Como que un Marine? No puede ser que eso lo fuese, había llegado hasta mi sin hacer ruido alguno, ha aparecido de pronto a mi espalda... Ya se lo que pasa aquí, es el espectro de alguno de los cadáveres de este funesto lugar.
-Ooohhh no, tu no vas a llevarte mi alma junto con la de esta gente, !!Antes te devuelvo yo a tu tumba!!
Tras aquello activé el anillo para que apareciese mi armadura negra, en lo que aparecía cubriéndome, me lancé contra aquel fantasma, tenía las manos en posición de agarre para cuando apareciese mi espada tenerla sujeta firmemente, aproximadamente a unos cinco metros de distancia la armadura terminó de cubrir mi cuerpo por completo y con el arma entre las manos. Con gran destreza traté de cortarlo por la mitad con un tajo vertical.
-¡¡Vuelve con los tuyos maldito fantasma del averno!!
Tu madre que susto (AF)Nocturne93
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-¿Pero qué mierd...?
Ese tipo comenzó a gritar diciendo que no me llevaría su alma... ¿Que se ha fumado este yonki? Comenzó a formarse una armadura a su alrededor mientras se lanzaba a por mí. Rápidamente desenvainé la espada plateada mientras rotaba sobre mis tobillos para evadir aquél ataque.
A la vez que desenvainaba aprovechaba para intentar chocar espadas y así evitar recibir ese espadazo al desviar la hoja hacia mi izquierda. Utilizando el mismo movimiento de rotación y la inercia que me dio, aprovecharía para armar mi pierna izquierda con haki armadura y golpear el interior de su rodilla para tratar de hacerle caer al suelo al desestabilizarle. Su armadura sería resistente, pero por lo menos con el haki lograría hacerlo si llegaba a darle.
Mi muñeca izquierda se sentía algo entumecida. Ese tipo era bastante fuerte, me había hecho daño al bloquearle, tendría que evitar el choque de espadas o saldría perdiendo. Y esa armadura no ayudaría. Me había cruzado con un loco de cuidado. Activé mi haki de observación y acumulé mi energía.
Independientemente de si le hice caer o no, di un salto hacia atrás, me puse en guardia con la espada plateada y traté de hacer entrar en razón a ese imbécil.
-Maldita sea, no soy ningún puto espectro. Soy un teniente-comandante de la marina. No compliques las cosas.
No quería entrar en batalla en ese momento, y menos contra aquél tipo que tenía pinta de ser un adversario realmente complicado. no obstante debo reconocer que me ha tocado la moral con eso de llamarme fantasma. Sea quien sea tendría la escusa perfecta para darle una buena paliza, al fin y al cabo ha comenzado él, yo tan solo actúo en defensa propia... Aunque si la cosa se complica, trataré de no dejarle muy mal parado, al fin y al cabo parece que está bajo los efectos de algún tipo de droga... O tal vez el pobre es así y tiene muy pocas luces, quién sabe.
Ese tipo comenzó a gritar diciendo que no me llevaría su alma... ¿Que se ha fumado este yonki? Comenzó a formarse una armadura a su alrededor mientras se lanzaba a por mí. Rápidamente desenvainé la espada plateada mientras rotaba sobre mis tobillos para evadir aquél ataque.
A la vez que desenvainaba aprovechaba para intentar chocar espadas y así evitar recibir ese espadazo al desviar la hoja hacia mi izquierda. Utilizando el mismo movimiento de rotación y la inercia que me dio, aprovecharía para armar mi pierna izquierda con haki armadura y golpear el interior de su rodilla para tratar de hacerle caer al suelo al desestabilizarle. Su armadura sería resistente, pero por lo menos con el haki lograría hacerlo si llegaba a darle.
Mi muñeca izquierda se sentía algo entumecida. Ese tipo era bastante fuerte, me había hecho daño al bloquearle, tendría que evitar el choque de espadas o saldría perdiendo. Y esa armadura no ayudaría. Me había cruzado con un loco de cuidado. Activé mi haki de observación y acumulé mi energía.
Independientemente de si le hice caer o no, di un salto hacia atrás, me puse en guardia con la espada plateada y traté de hacer entrar en razón a ese imbécil.
-Maldita sea, no soy ningún puto espectro. Soy un teniente-comandante de la marina. No compliques las cosas.
No quería entrar en batalla en ese momento, y menos contra aquél tipo que tenía pinta de ser un adversario realmente complicado. no obstante debo reconocer que me ha tocado la moral con eso de llamarme fantasma. Sea quien sea tendría la escusa perfecta para darle una buena paliza, al fin y al cabo ha comenzado él, yo tan solo actúo en defensa propia... Aunque si la cosa se complica, trataré de no dejarle muy mal parado, al fin y al cabo parece que está bajo los efectos de algún tipo de droga... O tal vez el pobre es así y tiene muy pocas luces, quién sabe.
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Le hice caer, al parecer le pillé bien desprevenido, no respondió, ni siquiera se movió. Este tipo estaba más drogado que los yonquis callejeros. O eso o tenía una borrachera descomunal, pues era como si no se hubiera dado ni cuenta. Decidí llevármelo esposado, pero no tenía ningún tipo de grilletes ni nada por el estilo, por lo que tuve que improvisar.
Utilizando mi técnica para solidificar la energía y solidifiqué alrededor de sus muñecas unos hexágonos unidos por otras piezas más pequeñas y rectangulares, a modo de cadenas. Mediante un hilo conectado a sus muñecas pude mover esos hexágonos como si se tratase de una marioneta y llevar sus manos a la espalda para que se juntasen e hicieran su función. Claro que para eso tendría que estarse quieto, si se movía no podía concentrarme bien en hacerlo, y no me fiaba de acercarme más a él.
Si está bajo el efecto de algún estupefaciente podría hacer un movimiento muy brusco en cualquier momento, y si estaba cerca cogerme bien desprevenido. Cosa que no iba a permitir.
Utilizando mi técnica para solidificar la energía y solidifiqué alrededor de sus muñecas unos hexágonos unidos por otras piezas más pequeñas y rectangulares, a modo de cadenas. Mediante un hilo conectado a sus muñecas pude mover esos hexágonos como si se tratase de una marioneta y llevar sus manos a la espalda para que se juntasen e hicieran su función. Claro que para eso tendría que estarse quieto, si se movía no podía concentrarme bien en hacerlo, y no me fiaba de acercarme más a él.
Si está bajo el efecto de algún estupefaciente podría hacer un movimiento muy brusco en cualquier momento, y si estaba cerca cogerme bien desprevenido. Cosa que no iba a permitir.
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Algo extraño había pasado, antes de que me diera cuenta me había golpeado en la rodilla y me había puesto unas esposas extrañas... Lo sabía... Por mucho que fuese vestido de Marine, aquel ser no podía serlo, un Marine sin esposas es como un Dain a dieta, son sinsentidos de la vida. Además, ¿Que tipo de brujería era esa? Llegó a colocarme dos especies de hexágonos en las muñecas de color dorado pero cuando se disponía a llevar mis manos a la espalda supe lo que pensaba hacer. ¡¡Quería llevarme al inframundo!! Claro, eso debía ser... Quería llevarme al infierno para ser devorado por Cerbero... ¡¡Que cabrón!!
Cuando me dí cuenta de su plan tiré hacía adelante con todas mis fuerzas para evitar que uniera las esposas por detrás, tras unos segundos de forcejeo algo pareció romperse, seguramente una de las piezas que iba a unir mis muñecas. Me había conseguido liberar aunque los dos hexágonos se mantenían en mis muñecas. Tras liberarme en cierto modo de las ataduras me separé un poco de él, esa extraña magia negra que utilizaba podía ser peligrosa si estaba cerca de él.
Debía pensar algo para exorcizar a aquel vil ser del averno antes de que la brujería que utilizaba me pillase desprevenido o peor aún, llamase a algún compañero decrépito... Ahora bien... ¿Como se exorciza a un no-muerto? No soy un curandero para hacer estas cosas... A lo sumo podría... ¿A base de ostias lo podría mandar de vuelta al infierno?
No quedaba de otra que darle de ostias hasta el día del juicio, pero lo primero es lo primero, endurecí ambos dedos índices y perforé aquellos hexágonos para quitármelos del todo, no me fiaba de llevar eso puesto por si era algún tipo de maldición gitana. Por suerte aquellos cacharros parecían tangibles y se rompieron con relativa facilidad. "Vale, la cosa va de magia rara al mas puro estilo Paramecia, en ese caso podía ser un usuario de Akuma... Igual esta cosa no es un espíritu después de todo... Pero por si acaso..." Aprovechando el momento en el que me separé le lancé un Rankyaku horizontalmente, la idea era hacer que se moviese, ya fuera mucho o poco, solo quería la oportunidad para utilizar el Soru, recoger mi espada del suelo ya que con el golpe en la rodilla la había tirado al suelo, y utilizar nuevamente el Soru para lanzarme a por él con otro tajo, esta vez ascendente desde mi derecha hacia la izquierda, la idea no era chocar espadas, si no golpear y seguir la carrera del Soru para colocarme luego a cierta distancia de aquel espectro.
Cuando me dí cuenta de su plan tiré hacía adelante con todas mis fuerzas para evitar que uniera las esposas por detrás, tras unos segundos de forcejeo algo pareció romperse, seguramente una de las piezas que iba a unir mis muñecas. Me había conseguido liberar aunque los dos hexágonos se mantenían en mis muñecas. Tras liberarme en cierto modo de las ataduras me separé un poco de él, esa extraña magia negra que utilizaba podía ser peligrosa si estaba cerca de él.
Debía pensar algo para exorcizar a aquel vil ser del averno antes de que la brujería que utilizaba me pillase desprevenido o peor aún, llamase a algún compañero decrépito... Ahora bien... ¿Como se exorciza a un no-muerto? No soy un curandero para hacer estas cosas... A lo sumo podría... ¿A base de ostias lo podría mandar de vuelta al infierno?
No quedaba de otra que darle de ostias hasta el día del juicio, pero lo primero es lo primero, endurecí ambos dedos índices y perforé aquellos hexágonos para quitármelos del todo, no me fiaba de llevar eso puesto por si era algún tipo de maldición gitana. Por suerte aquellos cacharros parecían tangibles y se rompieron con relativa facilidad. "Vale, la cosa va de magia rara al mas puro estilo Paramecia, en ese caso podía ser un usuario de Akuma... Igual esta cosa no es un espíritu después de todo... Pero por si acaso..." Aprovechando el momento en el que me separé le lancé un Rankyaku horizontalmente, la idea era hacer que se moviese, ya fuera mucho o poco, solo quería la oportunidad para utilizar el Soru, recoger mi espada del suelo ya que con el golpe en la rodilla la había tirado al suelo, y utilizar nuevamente el Soru para lanzarme a por él con otro tajo, esta vez ascendente desde mi derecha hacia la izquierda, la idea no era chocar espadas, si no golpear y seguir la carrera del Soru para colocarme luego a cierta distancia de aquel espectro.
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Ese tipo se deshizo de las ataduras, parece ser que reaccionó antes de que se cerrasen y logró romperlas. De pronto lanzó una patada al aire en mi dirección. Por inercia puse mi espada en medio y me sorprendí al observar que hacia mí venía algo similar a una onda cortante, chocó contra la espada y con un giro de muñeca y de pies logré que pasara de largo sin más que un corte en la camisa, apenas ni me rozó la piel. Logré sortearlo de milagro.
Le observé, y justamente desapareció para ir un poco más lejos, una especie de movimiento instantáneo. Ese tipo no es un simple drogadicto, esa es una técnica del gobierno mundial si no estaba muy equivocado, concretamente de la facción del Cypher Pol. No solo había llegado más tarde que el gobierno, sino que encima al que habían mandado era un maldito descerebrado, y encima del Cypher Pol. Eso tiene muy mala pinta.
Volvió a desaparecer, vendría a por mí, estaba claro. ¿Pero por donde? De pronto, casi al instante, apareció justo enfrente de mí, lanzando un corte en diagonal. Mi espada estaba en su camino y logré hacer que chocasen, pero para entonces ya estaba a la altura de mi torso. Volvió a desaparecer y se hizo hacia atrás. Me llevé la mano hacia donde me había alcanzado. No había sangre, tan solo el hierro dañado de mi cota de mallas. De no haberla llevado el golpe habría sido realmente terrible para mí.
-Para ser del gobierno mundial eres bastante descerebrado... Las rivalidades entre nosotros no se saldan con batallas... Estás realmente loco...
No iba a permitirle continuar con aquello. Si debía derrotarme, le daría la guerra que un teniente-comandante es capaz de dar. No se marcharía de rositas de aquello. Enfundé la espada y saqué las dagas gemelas Tsuinkaze, con ellas mi ámbito de viento sería más poderoso. Y a simple vista tan solo estaba renunciando al rango de la espada larga por dos cortas, cosa que teóricamente juega en mi contra.
Comencé a avanzar rápidamente hacia él, cargando con las dagas, una en cada mano y con mi haki activado. Tan solo pretendía que se confiara. Me lanzaría hacia él y cuando estuviera a dos metros de distancia saltaría hacia mi izquierda y lanzaría ondas cortantes con las dagas, que al ser afines al viento potencian la potencia del viento cortante del cual están rodeadas las ondas. Con que una le acierte tendrá una buena cantidad de cortes pequeños ahí donde le de, por no nombrar el propio de la onda en sí.
Lanzaba dos ondas y volvía a saltar, tratando de acercarme a él y a la vez flanquearlo. Esperaba funcionara mi táctica. No podía permitirme el lujo de fracasar contra un agente del gobierno.
Le observé, y justamente desapareció para ir un poco más lejos, una especie de movimiento instantáneo. Ese tipo no es un simple drogadicto, esa es una técnica del gobierno mundial si no estaba muy equivocado, concretamente de la facción del Cypher Pol. No solo había llegado más tarde que el gobierno, sino que encima al que habían mandado era un maldito descerebrado, y encima del Cypher Pol. Eso tiene muy mala pinta.
Volvió a desaparecer, vendría a por mí, estaba claro. ¿Pero por donde? De pronto, casi al instante, apareció justo enfrente de mí, lanzando un corte en diagonal. Mi espada estaba en su camino y logré hacer que chocasen, pero para entonces ya estaba a la altura de mi torso. Volvió a desaparecer y se hizo hacia atrás. Me llevé la mano hacia donde me había alcanzado. No había sangre, tan solo el hierro dañado de mi cota de mallas. De no haberla llevado el golpe habría sido realmente terrible para mí.
-Para ser del gobierno mundial eres bastante descerebrado... Las rivalidades entre nosotros no se saldan con batallas... Estás realmente loco...
No iba a permitirle continuar con aquello. Si debía derrotarme, le daría la guerra que un teniente-comandante es capaz de dar. No se marcharía de rositas de aquello. Enfundé la espada y saqué las dagas gemelas Tsuinkaze, con ellas mi ámbito de viento sería más poderoso. Y a simple vista tan solo estaba renunciando al rango de la espada larga por dos cortas, cosa que teóricamente juega en mi contra.
Comencé a avanzar rápidamente hacia él, cargando con las dagas, una en cada mano y con mi haki activado. Tan solo pretendía que se confiara. Me lanzaría hacia él y cuando estuviera a dos metros de distancia saltaría hacia mi izquierda y lanzaría ondas cortantes con las dagas, que al ser afines al viento potencian la potencia del viento cortante del cual están rodeadas las ondas. Con que una le acierte tendrá una buena cantidad de cortes pequeños ahí donde le de, por no nombrar el propio de la onda en sí.
Lanzaba dos ondas y volvía a saltar, tratando de acercarme a él y a la vez flanquearlo. Esperaba funcionara mi táctica. No podía permitirme el lujo de fracasar contra un agente del gobierno.
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Tras ingeniárselas para repeler mi Rankyaku, por fin el Marine había picado el anzuelo y decidió ponerse serio. Ya era hora, un poco mas y me hubiera quedado sin argumentos con los que incitarle a una batalla. Si bien es cierto que la primera vez que lo ví me asustó un poco al no esperarme su llegada, era obvio que era un Marine y no un espectro o espíritu o como lo quieras llamar. Por fin empezaba la auténtica batalla.
-Para ser del gobierno mundial eres bastante descerebrado... Las rivalidades entre nosotros no se saldan con batallas... Estás realmente loco...- Dijo el Marine, sin duda tenía un buen sentido de la justicia, yo también lo tengo solo que a veces la diversión vence a la justicia... Igual no es buena idea que un pirao como yo esté en el CP, pero ahora ya no había vuelta atrás.
El buen Marine desenfundó dos dagas algo peculiares, solo por su estética ya dejaban intuir que no eran unas armas comunes, para mas inri, recubrió ambas armas con Haki, no era un experto en el tema del Haki, pero como también lo sabía utilizar me dio una buena pista sobre sus intenciones, se había puesto realmente serio. Con gran rapidez comenzó a correr directo hacía mi. ¿Un ataque frontal? Acepto el reto.
La distancia entre ambos era bastante considerable, no era un campo de fútbol pero tampoco era una jaula para pájaros. Nada mas ver su avance hice lo mismo aunque con una ligera diferencia, utilizando el Soru. Gracias a esto le alcancé a tiempo de colocar mi espada imbuida en Haki entre sus dagas, el choque de las armas hizo que el viento levantase polvo y grava a nuestro alrededor como si de una onda de choque se tratase, eso me hizo pensar que igual su idea no era un ataque frontal si no algún tipo de artimaña, suerte que bloqueé sus movimientos antes de que continuase.
Tras el choque de armas comenzó el forcejeo, sus dagas parecían tener vida propia pues aparte del Haki había algo mas que las envolvía. De pronto, esa misteriosa aura se disparó en un golpe de viento bastante fuerte que sumado a la fuerza del Marine consiguió arrancarme la espada y dejarla clavada a unos cuatro metros de distancia, a su vez, ese golpe de viento me hizo perder el equilibrio y me obligó a retroceder con un par de saltos hacía atrás.
¿Que acaba de pasar? - Traté de analizar la situación mientras me mantenía atento a los movimientos del Marine. Veamos, esa técnica está basada en el viento, seguro, pero me extraña que una simple habilidad de viento sea capaz de hacer esto sobre mi, no solo me ha desarmado si no que había entumecido ligeramente mis brazos, aquello era muy raro... ¿Y si...? ¡Las dagas! Había escuchado de ciertos minerales muy extraños que son afines a algunos elementos pero no esperaba que esas dagas estuviesen hechas a partir de esos materiales... En ese caso debería llevar mucho cuidado son esa habilidad de viento de ahora en adelante.
Necesitaba un momento para recuperar la sensibilidad de los brazos pero no tenía tiempo como para hacerlo de forma natural así que era hora de recurrir a pequeños trucos de médico. Comencé a aplaudir al Marine. - No está nada mal Marine, de verdad. Eres el primero que consigue quitarme el arma de las manos, pero eso no será suficiente para vencerme.- Aquel pequeño parón y las palmadas hacían que los nervios volviesen a su estado natural gracias a los golpes. Era un truco muy sencillo pero necesitaba ganar unos segundos para poder hacerlo bien.
Me acerqué a la espada para extraerla de un tirón, tras un rápido vistazo vi que no tenía ningún rasguño y volví a dejarla en la hendidura suavemente. Me separé un poco de la espada quedando esta entre medias de ambos a una distancia de unos cinco metros de distancia hasta mi. -Bien Marine, prepárate para la auténtica batalla. - Le dije mientras con rápido gesto sacudiendo los brazos, dos dagas emergieron de los guanteletes de mi armadura. Tras aquello me preparé para cualquier acción que pudiese realizar y esperé a que se lanzase en un nuevo ataque.
-Para ser del gobierno mundial eres bastante descerebrado... Las rivalidades entre nosotros no se saldan con batallas... Estás realmente loco...- Dijo el Marine, sin duda tenía un buen sentido de la justicia, yo también lo tengo solo que a veces la diversión vence a la justicia... Igual no es buena idea que un pirao como yo esté en el CP, pero ahora ya no había vuelta atrás.
El buen Marine desenfundó dos dagas algo peculiares, solo por su estética ya dejaban intuir que no eran unas armas comunes, para mas inri, recubrió ambas armas con Haki, no era un experto en el tema del Haki, pero como también lo sabía utilizar me dio una buena pista sobre sus intenciones, se había puesto realmente serio. Con gran rapidez comenzó a correr directo hacía mi. ¿Un ataque frontal? Acepto el reto.
La distancia entre ambos era bastante considerable, no era un campo de fútbol pero tampoco era una jaula para pájaros. Nada mas ver su avance hice lo mismo aunque con una ligera diferencia, utilizando el Soru. Gracias a esto le alcancé a tiempo de colocar mi espada imbuida en Haki entre sus dagas, el choque de las armas hizo que el viento levantase polvo y grava a nuestro alrededor como si de una onda de choque se tratase, eso me hizo pensar que igual su idea no era un ataque frontal si no algún tipo de artimaña, suerte que bloqueé sus movimientos antes de que continuase.
Tras el choque de armas comenzó el forcejeo, sus dagas parecían tener vida propia pues aparte del Haki había algo mas que las envolvía. De pronto, esa misteriosa aura se disparó en un golpe de viento bastante fuerte que sumado a la fuerza del Marine consiguió arrancarme la espada y dejarla clavada a unos cuatro metros de distancia, a su vez, ese golpe de viento me hizo perder el equilibrio y me obligó a retroceder con un par de saltos hacía atrás.
¿Que acaba de pasar? - Traté de analizar la situación mientras me mantenía atento a los movimientos del Marine. Veamos, esa técnica está basada en el viento, seguro, pero me extraña que una simple habilidad de viento sea capaz de hacer esto sobre mi, no solo me ha desarmado si no que había entumecido ligeramente mis brazos, aquello era muy raro... ¿Y si...? ¡Las dagas! Había escuchado de ciertos minerales muy extraños que son afines a algunos elementos pero no esperaba que esas dagas estuviesen hechas a partir de esos materiales... En ese caso debería llevar mucho cuidado son esa habilidad de viento de ahora en adelante.
Necesitaba un momento para recuperar la sensibilidad de los brazos pero no tenía tiempo como para hacerlo de forma natural así que era hora de recurrir a pequeños trucos de médico. Comencé a aplaudir al Marine. - No está nada mal Marine, de verdad. Eres el primero que consigue quitarme el arma de las manos, pero eso no será suficiente para vencerme.- Aquel pequeño parón y las palmadas hacían que los nervios volviesen a su estado natural gracias a los golpes. Era un truco muy sencillo pero necesitaba ganar unos segundos para poder hacerlo bien.
Me acerqué a la espada para extraerla de un tirón, tras un rápido vistazo vi que no tenía ningún rasguño y volví a dejarla en la hendidura suavemente. Me separé un poco de la espada quedando esta entre medias de ambos a una distancia de unos cinco metros de distancia hasta mi. -Bien Marine, prepárate para la auténtica batalla. - Le dije mientras con rápido gesto sacudiendo los brazos, dos dagas emergieron de los guanteletes de mi armadura. Tras aquello me preparé para cualquier acción que pudiese realizar y esperé a que se lanzase en un nuevo ataque.
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Fue más rápido de lo que me esperé, y apenas hacer un movimiento lateral ejecutó su movimiento, apareciendo justo enfrente de mí y haciendo chocar su espada con mis dagas. Era justo lo que quería, estaba delante de mí, plantado, cara a cara. Justo lo que necesitaba. El forcejeo se decantaba a mi favor gracias al viento que jugaba a mi favor, y ante mi asombro logré desarmar al agente del gobierno.
Abrí los ojos, era el momento exacto para ejecutar mi estrategia. Él dio unos saltos hacia atrás, pero que no se pensara que yo me iba a quedar con los brazos cruzados. No podía desaprovechar esta oportunidad de atacarle con todo, de modo que fui a ello.
Saltando hacia adelante con las dagas por delante me valí de mi gran control sobre la energía y creé unas pequeñas lanzas de un metro de largo a mi alrededor, creé un total de siete lanzas, cuatro de ellas destinadas a sus extremidades, tres de ellas a su torso, pero tratando de no golpear órganos vitales. No obstante dos de ellas iban destinadas a simplemente rasgarle los costados, pero pasando de largo, eso tan solo sería una parte de la estratagema.
Entonces llegaba yo con las dagas, podía ver que de sus brazos salía algún tipo de cuchillas, algo me dice que se aproximaba otro choque de armas, por lo que me quise adelantar a su actuación.
Ataqué de frente, buscando sus piernas, todavía era pronto para darme cuenta de si había acertado las lanzas, pero eso no importaba lo más mínimo. Una de las dos lanzas que pasaron de largo estaban ahora bajo el control de mi técnica de marionetista, se alzó y fue directa a su muslo a la vez que le golpeaba frontalmente.
Doble acometida [Bushoushoku haki][Manual prisa + Manual Puppetmaster]
Un doble ataque, por delante y por detrás con un movimiento de señuelo, no sabía cuán astuto podría ser, pero esa técnica era lo suficientemente eficiente. Sacrificaba mi defensa frontal con tal de hacerle caer en la trampa. A no ser que tenga ojos en la espalda, lo tendrá complicado.
Abrí los ojos, era el momento exacto para ejecutar mi estrategia. Él dio unos saltos hacia atrás, pero que no se pensara que yo me iba a quedar con los brazos cruzados. No podía desaprovechar esta oportunidad de atacarle con todo, de modo que fui a ello.
Saltando hacia adelante con las dagas por delante me valí de mi gran control sobre la energía y creé unas pequeñas lanzas de un metro de largo a mi alrededor, creé un total de siete lanzas, cuatro de ellas destinadas a sus extremidades, tres de ellas a su torso, pero tratando de no golpear órganos vitales. No obstante dos de ellas iban destinadas a simplemente rasgarle los costados, pero pasando de largo, eso tan solo sería una parte de la estratagema.
Entonces llegaba yo con las dagas, podía ver que de sus brazos salía algún tipo de cuchillas, algo me dice que se aproximaba otro choque de armas, por lo que me quise adelantar a su actuación.
Ataqué de frente, buscando sus piernas, todavía era pronto para darme cuenta de si había acertado las lanzas, pero eso no importaba lo más mínimo. Una de las dos lanzas que pasaron de largo estaban ahora bajo el control de mi técnica de marionetista, se alzó y fue directa a su muslo a la vez que le golpeaba frontalmente.
Doble acometida [Bushoushoku haki][Manual prisa + Manual Puppetmaster]
Un doble ataque, por delante y por detrás con un movimiento de señuelo, no sabía cuán astuto podría ser, pero esa técnica era lo suficientemente eficiente. Sacrificaba mi defensa frontal con tal de hacerle caer en la trampa. A no ser que tenga ojos en la espalda, lo tendrá complicado.
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Algo inesperado ocurrió, el Marine se lanzó a por mi cuando yo intentaba crear hueco entre los dos, no se que tenía pensado pero todo mi plan anterior se había ido al garete, todo lo que tenía pensado realizar se quedó en humo. Desarmado y con ese hombre viniendo de frente con todo pocas opciones me quedaban, aunque siempre podía recurrir a su mismo truco, él había podido todo mi plan simplemente lanzándose a por mi... ¿Que pasaría si hiciese lo mismo? De seguro que tenía algún plan pensado, si no, simplemente era idiota por tirarse a su enemigo sin mas ideas que la de echarle huevos. No sabía que podía tener planeado pero cuanto antes cortase su acción sería mejor para mi.
Al dar uno de los saltos, alrededor del Marine emergieron varios puntos luminosos de aspecto similar a las esposas que había intentado ponerme antes, las esposas había tardado poco en crearlas, pero también es cierto que era una única estructura y no tantas como estaba intentando ahora, eso sin contar el tamaño de lo que fuese que iba a crear, eso me daba una oportunidad, un único momento de romper toda su ofensiva de un solo movimiento. Utilicé el Soru para chocarme contra él y romper así su concentración en la creación de esas cosas. El plan salió perfecto en mas de un sentido, el choque hizo que su concentración se viese mermada haciendo que aquellos puntos de luz se disipasen.
Era momento del gran golpe, había sacrificado toda su guardia frontal con tal de aquel movimiento así que de seguro que era algo realmente poderoso, una pena que se lo hubiera cortado antes de iniciarlo. Al momento de chocar con él,solté las dagas y le agarré fuertemente el brazo izquierdo para seguidamente utilizar el Tekkai mas el Bushoushoku Haki, con eso no tendría escapatoria por mas que quisiese aunque algo había salido mal en mi movimiento, había conseguido perforarme la cadera através de una de las aberturas de la armadura con una de las dagas, aunque había sido culpa mía, pues se clavó debido al impulso del Soru. Nada más inmovilizarlo y sin percatarme aún del dolor, le asesté mi golpe más terrible, el Ryugetsu, esta técnica creaba de mi puño una onda expansiva en forma de dragón chino de un tamaño de once metros capaz de arrasar todo a su paso durante los treinta metros que era capaz de avanzar la onda a una velocidad de 130 Km/h.
Teniendo en cuenta la distancia a la que nos encontrábamos y la escasa probabilidad de escapar que tenía el Marine, en el caso de acertarle con Ryugetsu los daños que sufriría no serían pequeños aún si utilizaba su Haki de Armamento, aquella técnica era capaz de demoler edificios en un abrir y cerrar de ojos aunque no iba a menos preciar las capacidades del Marine, mas le valía protegerse o algo, de lo contrario perfectamente podría partirle por la mitad. Luego de mi ofensiva fue cuando empecé a notar el gran dolor en la cadera, sangraba bastante además de limitar mis movimientos al haber alcanzado la cadera. El combate no parecía que fuese a durar mucho más tras aquello, no sabía del estado del Marine pero si del mío, y no era precisamente para tirar cohetes.
(Manual Draven+Tekkai+Bushoushoku Haki) Ryugetsu (Bushoushoku Haki)
Al dar uno de los saltos, alrededor del Marine emergieron varios puntos luminosos de aspecto similar a las esposas que había intentado ponerme antes, las esposas había tardado poco en crearlas, pero también es cierto que era una única estructura y no tantas como estaba intentando ahora, eso sin contar el tamaño de lo que fuese que iba a crear, eso me daba una oportunidad, un único momento de romper toda su ofensiva de un solo movimiento. Utilicé el Soru para chocarme contra él y romper así su concentración en la creación de esas cosas. El plan salió perfecto en mas de un sentido, el choque hizo que su concentración se viese mermada haciendo que aquellos puntos de luz se disipasen.
Era momento del gran golpe, había sacrificado toda su guardia frontal con tal de aquel movimiento así que de seguro que era algo realmente poderoso, una pena que se lo hubiera cortado antes de iniciarlo. Al momento de chocar con él,solté las dagas y le agarré fuertemente el brazo izquierdo para seguidamente utilizar el Tekkai mas el Bushoushoku Haki, con eso no tendría escapatoria por mas que quisiese aunque algo había salido mal en mi movimiento, había conseguido perforarme la cadera através de una de las aberturas de la armadura con una de las dagas, aunque había sido culpa mía, pues se clavó debido al impulso del Soru. Nada más inmovilizarlo y sin percatarme aún del dolor, le asesté mi golpe más terrible, el Ryugetsu, esta técnica creaba de mi puño una onda expansiva en forma de dragón chino de un tamaño de once metros capaz de arrasar todo a su paso durante los treinta metros que era capaz de avanzar la onda a una velocidad de 130 Km/h.
Teniendo en cuenta la distancia a la que nos encontrábamos y la escasa probabilidad de escapar que tenía el Marine, en el caso de acertarle con Ryugetsu los daños que sufriría no serían pequeños aún si utilizaba su Haki de Armamento, aquella técnica era capaz de demoler edificios en un abrir y cerrar de ojos aunque no iba a menos preciar las capacidades del Marine, mas le valía protegerse o algo, de lo contrario perfectamente podría partirle por la mitad. Luego de mi ofensiva fue cuando empecé a notar el gran dolor en la cadera, sangraba bastante además de limitar mis movimientos al haber alcanzado la cadera. El combate no parecía que fuese a durar mucho más tras aquello, no sabía del estado del Marine pero si del mío, y no era precisamente para tirar cohetes.
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No podía esperar otra cosa. Desapareció de mi vista, pues no iba a permitirle cogerme desprevenido. En sus muñecas todavía tenía aquellos dos hexágonos que habían sido creados con mi propia energía, un grave error no quitárselos de encima, pues mi energía la puedo detectar y controlar. No tuve más que separar ambos dos puntos, con lo cual nada más chocarnos tan solo tuve que hacer aquello para que sus manos se alejasen de mí.
Pero no caí en la cuenta de que me había atrapado con su mano derecha, y el mismo impulso que generé me arrastró a mí también, haciéndome perder el equilibrio durante un instante. Maldición, no me di cuenta de eso, y me está aferrando con tanta fuerza que siento que me ha torcido la muñeca, aunque en este momento no siento ningún tipo de dolor.
Un fuerte estruendo me hizo desviar la mirada. ¿Qué mierdas estaba ocurriendo? Un edificio se derrumbaba. ¿Había sido algo que había hecho éste tipo? No tenía tiempo para pensar en ello, si realmente era así había sido un golpe de suerte que me agarrase él mismo, de no haber sido así tal vez estaría hecho pedazos en el suelo.
Pero ahora las tornas cambiaban, estábamos ambos dos allí, pegados, me estaba cogiendo la muñeca, y aunque me dolía hice fuerza por aferrarme a él también, ahora estábamos ambos dos sujetándonos mutuamente. No había llegado a utilizar aquél recurso, debido a que me había bloqueado antes de que llegase a ejecutar mi estrategia, pero ésto era mucho mejor.
Crucé mi pierna derecha por detrás de sus rodillas y le golpeé con la intención de hacerle caer para avanzar con mi mano derecha hacia su torso, alrededor de la cual se formaba una cuchilla de mi energía pura, ayudada con el ámbito viento. A su vez una de las dagas que había caído se levantaban con la técnica del marionetista que no había alcanzado a utilizar anteriormente.
Si todo resultaba como esperaba tendría a ese tipo con mi brazo atravesando su vientre, evitando el daño mortal (Lo último que necesitaba era crear mayores conflictos entre la marina y el gobierno mundial), y mi daga de viento Tsuinkaze amenazando en su cuello, donde brotaría un hilo de sangre. Yo estaría arrodillado a su lado. Lo único que tenía claro era que la muñeca no la sentiría más que como un gran cúmulo doloroso.
Amenaza Partisana[Manual prisa + Manual puppetmaster + Bushoushoku haki]
-Te recomiendo que no muevas ni un músculo -jadeaba fuertemente, acababa de utilizar una gran cantidad de energía para lograr que esto resultase, si no era suficiente ya me podía ir despidiendo, pues solo tenía un as bajo la manga y no tenía certeza de que funcionase-. No lo ves, pero notarás la sangre corriendo por tu cuello. Es una de esas dagas mías -tenía la cabeza caída, me sentía bastante cansado-. La controlo con una técnica que no es muy estable, por lo que si simplemente levantas la cabeza podrías segarte tú solo la cabeza.
Me callé para tomar aire, había consumido demasiados recursos en ese movimiento. De fondo todavía se escuchaba el mover de los escombros de aquél edificio que había caído. Desvié la mirada para echar un ojo, y no solamente había caído ese edificio, todo cuando había detrás de él... Simplemente había desaparecido. Se podía observar un surco entre los edificios, era como si hubiera abierto una calle nueva en el jodido pueblo fantasma. No pude evitar sentirme terriblemente asustado por la brutal magnitud de lo que quiera que haya destruído aquello. No quería ni pensar que fuese el propio agente del gobierno el que haya hecho eso. Y si así es, espero que no quiera continuar con esta batalla.
-Detengamos esto aquí y ahora agente. Esta herida no es mortal, o no debería serlo, pero si quieres continuar con el combate, no tengo más que mantenerme defensivo mientras te desangras vivo. Y muy lejos no podrás correr con ésto así. Puedes elegir la muerte, o puedo echarte una mano con la herida si arrojas todas tus armas ahora mismo y aceptas ponerte unos grilletes... No te conozco y no puedo fiarme de que no vayas a atacarme por la espalda. Aunque significase tu muerte...
Solo podía esperar que funcionase y quisiera acabar con esta locura. De no ser así, una herida como esa podría significar su muerte.
Pero no caí en la cuenta de que me había atrapado con su mano derecha, y el mismo impulso que generé me arrastró a mí también, haciéndome perder el equilibrio durante un instante. Maldición, no me di cuenta de eso, y me está aferrando con tanta fuerza que siento que me ha torcido la muñeca, aunque en este momento no siento ningún tipo de dolor.
Un fuerte estruendo me hizo desviar la mirada. ¿Qué mierdas estaba ocurriendo? Un edificio se derrumbaba. ¿Había sido algo que había hecho éste tipo? No tenía tiempo para pensar en ello, si realmente era así había sido un golpe de suerte que me agarrase él mismo, de no haber sido así tal vez estaría hecho pedazos en el suelo.
Pero ahora las tornas cambiaban, estábamos ambos dos allí, pegados, me estaba cogiendo la muñeca, y aunque me dolía hice fuerza por aferrarme a él también, ahora estábamos ambos dos sujetándonos mutuamente. No había llegado a utilizar aquél recurso, debido a que me había bloqueado antes de que llegase a ejecutar mi estrategia, pero ésto era mucho mejor.
Crucé mi pierna derecha por detrás de sus rodillas y le golpeé con la intención de hacerle caer para avanzar con mi mano derecha hacia su torso, alrededor de la cual se formaba una cuchilla de mi energía pura, ayudada con el ámbito viento. A su vez una de las dagas que había caído se levantaban con la técnica del marionetista que no había alcanzado a utilizar anteriormente.
Si todo resultaba como esperaba tendría a ese tipo con mi brazo atravesando su vientre, evitando el daño mortal (Lo último que necesitaba era crear mayores conflictos entre la marina y el gobierno mundial), y mi daga de viento Tsuinkaze amenazando en su cuello, donde brotaría un hilo de sangre. Yo estaría arrodillado a su lado. Lo único que tenía claro era que la muñeca no la sentiría más que como un gran cúmulo doloroso.
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-Te recomiendo que no muevas ni un músculo -jadeaba fuertemente, acababa de utilizar una gran cantidad de energía para lograr que esto resultase, si no era suficiente ya me podía ir despidiendo, pues solo tenía un as bajo la manga y no tenía certeza de que funcionase-. No lo ves, pero notarás la sangre corriendo por tu cuello. Es una de esas dagas mías -tenía la cabeza caída, me sentía bastante cansado-. La controlo con una técnica que no es muy estable, por lo que si simplemente levantas la cabeza podrías segarte tú solo la cabeza.
Me callé para tomar aire, había consumido demasiados recursos en ese movimiento. De fondo todavía se escuchaba el mover de los escombros de aquél edificio que había caído. Desvié la mirada para echar un ojo, y no solamente había caído ese edificio, todo cuando había detrás de él... Simplemente había desaparecido. Se podía observar un surco entre los edificios, era como si hubiera abierto una calle nueva en el jodido pueblo fantasma. No pude evitar sentirme terriblemente asustado por la brutal magnitud de lo que quiera que haya destruído aquello. No quería ni pensar que fuese el propio agente del gobierno el que haya hecho eso. Y si así es, espero que no quiera continuar con esta batalla.
-Detengamos esto aquí y ahora agente. Esta herida no es mortal, o no debería serlo, pero si quieres continuar con el combate, no tengo más que mantenerme defensivo mientras te desangras vivo. Y muy lejos no podrás correr con ésto así. Puedes elegir la muerte, o puedo echarte una mano con la herida si arrojas todas tus armas ahora mismo y aceptas ponerte unos grilletes... No te conozco y no puedo fiarme de que no vayas a atacarme por la espalda. Aunque significase tu muerte...
Solo podía esperar que funcionase y quisiera acabar con esta locura. De no ser así, una herida como esa podría significar su muerte.
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Con una extraña maniobra, el Marine había conseguido darle la vuelta a la situación, colocando su pierna detrás de la mía me hizo perder el equilibrio a la vez que esquivaba mi Ryugetsu, pasando este muy cerca de su cuerpo pero a la vez lejos. Mientras caía al suelo junto a él, observaba casi a cámara lenta como los edificios que había alcanzado mi golpe se derrumbaban y se convertían en polvo, creando una nueva ruta por la que caminar. El enemigo cayó encima mía pero notaba un pinchazo en el vientre. Me habría encantado mirar a ver el porqué del dolor pero el Marine estaba apretando su cuchillo contra mi garganta.
-Te recomiendo que no muevas ni un músculo - Dijo mientras jadeaba fuertemente. No lo ves, pero notarás la sangre corriendo por tu cuello. Es una de esas dagas mías -Daba la sensación de que el Marine no podía seguir combatiendo, sus movimientos parecían los de alguien que acababa de correr una maratón -. La controlo con una técnica que no es muy estable, por lo que si simplemente levantas la cabeza podrías segarte tú solo la cabeza.
Tras unos segundos en los que ambos jadeábamos intentando recobrar el aliento, el Marine siguió con su discurso. -Detengamos esto aquí y ahora agente. Esta herida no es mortal, o no debería serlo, pero si quieres continuar con el combate, no tengo más que mantenerme defensivo mientras te desangras vivo. Y muy lejos no podrás correr con ésto así. Puedes elegir la muerte, o puedo echarte una mano con la herida si arrojas todas tus armas ahora mismo y aceptas ponerte unos grilletes... No te conozco y no puedo fiarme de que no vayas a atacarme por la espalda. Aunque significase tu muerte...
Con esas palabras, supuse inmediatamente que el dolor del vientre lo había causado él con algún tipo de arma o truco, la cosa era que me tenía cogido por donde replican las campanas. Utilicé los segundos siguientes para pensar como darle la vuelta a la situación, podía utilizar nuevamente a Ryugetsu para apartar al Marine de encima mía pero habían dos problemas, el primero que antes de moverme podría rebanar mi pescuezo, y el segundo, que si hacía explotar esa técnica en aquella situación, ambos podríamos morir. No tengo mas opción que rendirme... Ha ganado con todas las de la ley.
- Está bien Marine, tu ganas. Dije mientras soltaba las armas, no tenía mas salidas que aceptar sus condiciones. - Ha sido un buen combate Marine, pocos en la Armada pueden ponerme las cosas tan complicadas, enhorabuena. Me llamo Noa Kasanova, agente del CP7. Disculpa que haya sido tan brusco, pero quería saber de que pasta esta hecha la actual Marina y por lo que he visto estáis muy bien entrenados. Junté las manos esperando que me pusiera los grilletes... Hasta que de pronto se me ocurrió algo. Si me llevaba a una base Marine se me juzgaría como un desertor del Gobierno al haber atacado a un aliado sin motivo aparente. Tenía que salvar el culo de aquella situación si no quería que me echasen del CP.
- Espera Marine, que te parece si hacemos esto, te doy un DDM y cuando necesites un favor de un agente del CP... Puedes utilizarlo para pedir mi ayuda, a cambio... Aquí no ha pasado nada, ambos nos podemos meter en problemas por esta "Pequeñez". No se si entiendes por donde van los tiros. El dolor en el vientre se hacía cada vez mas y mas agudo hasta el punto de que no podía evitar quejarme.
-Te recomiendo que no muevas ni un músculo - Dijo mientras jadeaba fuertemente. No lo ves, pero notarás la sangre corriendo por tu cuello. Es una de esas dagas mías -Daba la sensación de que el Marine no podía seguir combatiendo, sus movimientos parecían los de alguien que acababa de correr una maratón -. La controlo con una técnica que no es muy estable, por lo que si simplemente levantas la cabeza podrías segarte tú solo la cabeza.
Tras unos segundos en los que ambos jadeábamos intentando recobrar el aliento, el Marine siguió con su discurso. -Detengamos esto aquí y ahora agente. Esta herida no es mortal, o no debería serlo, pero si quieres continuar con el combate, no tengo más que mantenerme defensivo mientras te desangras vivo. Y muy lejos no podrás correr con ésto así. Puedes elegir la muerte, o puedo echarte una mano con la herida si arrojas todas tus armas ahora mismo y aceptas ponerte unos grilletes... No te conozco y no puedo fiarme de que no vayas a atacarme por la espalda. Aunque significase tu muerte...
Con esas palabras, supuse inmediatamente que el dolor del vientre lo había causado él con algún tipo de arma o truco, la cosa era que me tenía cogido por donde replican las campanas. Utilicé los segundos siguientes para pensar como darle la vuelta a la situación, podía utilizar nuevamente a Ryugetsu para apartar al Marine de encima mía pero habían dos problemas, el primero que antes de moverme podría rebanar mi pescuezo, y el segundo, que si hacía explotar esa técnica en aquella situación, ambos podríamos morir. No tengo mas opción que rendirme... Ha ganado con todas las de la ley.
- Está bien Marine, tu ganas. Dije mientras soltaba las armas, no tenía mas salidas que aceptar sus condiciones. - Ha sido un buen combate Marine, pocos en la Armada pueden ponerme las cosas tan complicadas, enhorabuena. Me llamo Noa Kasanova, agente del CP7. Disculpa que haya sido tan brusco, pero quería saber de que pasta esta hecha la actual Marina y por lo que he visto estáis muy bien entrenados. Junté las manos esperando que me pusiera los grilletes... Hasta que de pronto se me ocurrió algo. Si me llevaba a una base Marine se me juzgaría como un desertor del Gobierno al haber atacado a un aliado sin motivo aparente. Tenía que salvar el culo de aquella situación si no quería que me echasen del CP.
- Espera Marine, que te parece si hacemos esto, te doy un DDM y cuando necesites un favor de un agente del CP... Puedes utilizarlo para pedir mi ayuda, a cambio... Aquí no ha pasado nada, ambos nos podemos meter en problemas por esta "Pequeñez". No se si entiendes por donde van los tiros. El dolor en el vientre se hacía cada vez mas y mas agudo hasta el punto de que no podía evitar quejarme.
Nocturne93
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No sabía qué pretendía, pero en cuanto juntó las manos le formé los grilletes. Tras eso saqué la mano de su herida, lo cual le dolería bastante, y me dejé caer hacia atrás, suspirando profundamente.
-Aceptaré ese DDM, y tan solo te pongo los grilletes por que, como ya he dicho, no te conozco ni se hasta qué punto puedo confiar en tí. Solo se que me has atacado, y no me gustan las sorpresas.
Me incorporé y, tras unos segundos recuperando el aliento, alcé la mano llamando a aquellos marines que me habían acompañado a la isla, había que ayudar a este hombre a entrar al barco y que le tratasen esas heridas.
-Por mi hagamos como que esto no ha ocurrido, estas heridas te las hizo un maníaco pirata del cual tuvimos que deshacernos... A menos que tengas una idea mejor. Pero no es recomendable causar problemas entre nuestras organizaciones, bastante tensas están las cosas.
Los marines llegaron, les informé de la situación y les dije que corriesen al barco a traer ayuda, que había un agente herido. No tardaron en obedecer.
-Por cierto. Mi nombre es Kimura Hayate, soy teniente de la marina y capitán de un pequeño grupo de hombres que nos hacemos llamar Crimson Wolves... Y si eres un hombre de palabra, tu ayuda podría venirnos bien en alguna ocasión.
Le acerqué mi mano para estrechársela, y con el mismo gesto deshice los grilletes al completo. Si intentaba hacer un busco movimiento se moriría él solo. Había logrado detener al loco que me atacó por que si, y parecía que incluso había ganado un aliado. La situación había sido realmente complicada, pero había salido ganando fuertemente.
-Aceptaré ese DDM, y tan solo te pongo los grilletes por que, como ya he dicho, no te conozco ni se hasta qué punto puedo confiar en tí. Solo se que me has atacado, y no me gustan las sorpresas.
Me incorporé y, tras unos segundos recuperando el aliento, alcé la mano llamando a aquellos marines que me habían acompañado a la isla, había que ayudar a este hombre a entrar al barco y que le tratasen esas heridas.
-Por mi hagamos como que esto no ha ocurrido, estas heridas te las hizo un maníaco pirata del cual tuvimos que deshacernos... A menos que tengas una idea mejor. Pero no es recomendable causar problemas entre nuestras organizaciones, bastante tensas están las cosas.
Los marines llegaron, les informé de la situación y les dije que corriesen al barco a traer ayuda, que había un agente herido. No tardaron en obedecer.
-Por cierto. Mi nombre es Kimura Hayate, soy teniente de la marina y capitán de un pequeño grupo de hombres que nos hacemos llamar Crimson Wolves... Y si eres un hombre de palabra, tu ayuda podría venirnos bien en alguna ocasión.
Le acerqué mi mano para estrechársela, y con el mismo gesto deshice los grilletes al completo. Si intentaba hacer un busco movimiento se moriría él solo. Había logrado detener al loco que me atacó por que si, y parecía que incluso había ganado un aliado. La situación había sido realmente complicada, pero había salido ganando fuertemente.
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