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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Lun 8 Feb 2016 - 19:44}

Una joven de cabellera rojiza caminaba por las calles; Era casi de noche y no había demasiada gente fuera.
Una ráfaga de viento helado sopló revolviéndole el cabello y a su lado un bufido la hizo sonreír.
Haku detestaba el frío, el tigre siberiano era como poco peculiar, había crecido hasta convertirse en un magnifico y enorme ejemplar, pero seguía creyéndose un tierno gatito.
Miró al felino y paseó una mano por el suave pelaje de su cabeza. Acurrucado en el lomo, en busca de cobijo, un pequeño mono tití dormía plácidamente.

-Lo se, pequeño, no te gusta este ventarrón, pronto llegaremos a algún lugar cubierto y calentito y podrás dormir a gusto.

El animal frotó su cabeza contra la mano y si no fuera imposible, habría ronroneado.
Minako  subió el cuello de su ligera chaqueta y siguió caminando.

Había llegado a ese lugar siguiendo la pista a un bandido de mala muerte. No es que le hiciera excesiva ilusión meterle un plomazo entre los ojos. Pero trabajo era trabajo y ella nunca dejaba un trabajo a medias.
Odiaba a los bandidos, que molestaban y masacraban a los inocentes, pero hacía ya mucho tiempo que su mira estaba en un lugar mucho más alto y menos evidente.

Llevaba casi un año investigando, buscando como un sabueso, pero todavía no encontraba aquello que buscaba desesperadamente.
No era una marine destacada, ni siquiera era tan fuerte o buena en combate, pero había algo en lo que era excelente, una vez que algo se le metía en la cabeza, no paraba hasta lograrlo, y ella se había propuesto descubrir la verdad al mundo.

La marina se había convertido en un nido de vivoras podridas, aferrándose con uñas y dientes al poder. como sanguijuelas que chupaban la sangre y la confianza del pueblo.
La organización que su padre había vivido, aquella leal, integra y decente se había ido evaporando y hoy en día cada vez menos gente confiaba en un marine.

Le entraban arcadas solo de pensar en esos lameculos y chantajistas, relamiéndose por un saquito más de berries o un ascensito inmerecido pero bien pagado.

Divisó a la vuelta de la esquina una posada y se encaminó hacia ella, sería mejor refugiarse por que no tardaría en echarse a llover.
Entró en el lugar recorriéndolo con la mirada antes de adentrarse completamente, no era precisamente un lujo, pero ella tampoco los necesitaba. Solo quería un plato de comida caliente para ella y un buen filete para haku y un jergón donde echarse un sueñecito si era posible.

Pasó de largo las pocas mesas ocupadas, dispersas por la taberna oscura y se situó en la barra, no se quita la chaqueta, no quería que de buenas a primeras el tabernero se encontrara con sus armas. Por algún motivo tendían a desconfiar de ella cuando iba armada, lo cual era....siempre.
-¿tienes algo caliente que comer amigo?

Un viejo rechoncho se acercó a ella tras la barra.

-tengo, pero aquí no se permiten animales salvajes
.

Ella levantó una ceja y miró a haku a sus pies, viendo al hombre con la cabeza ladeada como si tratara de decidir si le caía bien o prefería darle un mordisco en el culo.
Ella acaricio la cabeza del animal

-El no es salvaje, solo es un gatito grande. ¿vas a servirme o debo llevarme mi dinero a otra parte?
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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty Re: un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Lun 8 Feb 2016 - 20:02}

Villa Orange era un lugar bastante alejado de la mano de Dios. Allí el gobierno no solía meter las narices ni enviaba cargos de rango excesivo. Les daba lo mismo al parecer lo que pasará en islas pequeñas alejadas de ellos. Aquellos cerdos ineptos no tenían ni jodida idea de manejar un poder militar como aquel. El mar del Este solía ser el más tranquilo de todos en comparación con los otros. Los criminales que aparecían no solían ser peligrosos ni tener mucho precio por su cabeza pero siempre existían excepciones. Por el momento todo parecía bastante tranquilo. La noche había invadido las calles y un viento frío recorría la isla de forma cruel. Buscaba meter a la gente en su corriente y hacerla sentir incómoda. Encima había indicios de que iba a caer una buena, de hecho no tardó en llegar la tormenta.

Un rayo iluminó el cielo dando la bienvenida al agua que empezó a caer de forma exagerada sobre la isla. Una figura caminaba por la calle con ambas manos en los bolsillos. Su cabello era corto y algo pinchudo, de color castaño oscuro. Sus ojos eran pardos y su nariz estaba tapada por vendajes al igual que la boca. Portaba consigo una camiseta negra de manga larga que mojada dejaba notar la musculatura de sus brazos. También llevaba un pantalón grisáceo largo y unas sandalias de madera. En su cintura un par de vainas con sus machetes, en la rodilla una funda con su pistola y en la espalda un inmenso espadón. El demonio de la niebla, Krauser K. Redfield. Aquel tipo que una vez fue un almirante reconocido y respetado. Ahora no era más que un vulgar revolucionario a ojos del mundo. Sin embargo no era uno cualquiera, no había tardado en subir a Oficial y ahora quería dedicarse a lo mismo pero en otro bando. El agua caía por su cuerpo pero le daba igual.

El asesino tan solo deseaba que alguien más fuerte que él pudiera darle muerte. Sin embargo todavía ningún imbécil había podido hacerlo. Sus sueños estaban rotos y no tenía nada que perder. Su mejor amigo muerto, Alex desaparecido y encima de todo la chica de la que estaba enamorado en secreto no aparecía. Llevaba muchísimo sin ver a Minako y pensó que tal vez ella le odiaba por haber traicionado a la marina pues seguramente los almirantes dirían eso. Esperaba al menos que estuviese bien. Ahora siguió caminando hasta divisar una taberna. No tardó en suspirar y quedarse mirándola unos minutos. Cualquier cosa era mejor que quedarse fuera de aquel lugar. Estiró la empapada mano abriendo la puerta y pasando al lugar. Las miradas de las personas eran poemas. Unas parecían muertas de miedo y otras miraban ilusionadas al que un día fue el héroe de muchas islas.

Krauser se sentó en la barra y agachó la cabeza sin fijarse mucho en nadie. A continuación un tipo se levantó sacando una especie de puñal y empezando a caminar hacia él. – Si vas a intentar matarme espero que lo hagas, amigo. Pero con tu nivel ni siquiera podrías entretenerme. – Aquel capullo al escuchar las palabras del demonio tragó saliva y enseguida se sentó. Entendía que incluso por la espalda era casi imposible herir al asesino pues sus oídos debían estar muy desarrollados. Ahora el Oficial suspiró mientras empezaba a oler a algo extraño. Se fijó en que allí había un tigre pero no miró a su dueño. Tranquilamente clavó sus ojos en los suyos de forma algo seria. – Vaya bicho estás hecho. – Dijo simplemente dedicándole una sonrisa ladeada.
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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty Re: un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Mar 9 Feb 2016 - 0:10}

Mikky  miró fijamente al viejo posadero hasta que refunfuñando asintió con la cabeza y se dispuso a servirla.
Observó con el hombre se alejaba hacia lo que parecía una pequeña y desastrosa cocina en la parte de atrás y con un suspiro cansado quitó el cierre de su chaqueta dejando a la vista su típica vestimenta. Un top negro sin mangas, con el arnés de tiras de cuero marrón cruzando el pecho y sujetando sus dos pistolas gemelas, por el frío había cambiado sus habituales shorts vaqueros por unos vaqueros desgastados y largos, pero todavía conservaba  la funda de cuchillo en el muslo y sus botas de suela gruesa.
Sacó una de las pistolas y la colocó sobre la barra, por si las moscas. Nunca dejaba sus armas lejos de su alcance, era más una compulsión que una costumbre.

Sintió el reflejo de tomarla cuando de pronto, tras un relámpago, todo el local se quedó en silencio. Podía sentir el miedo de algunas de las personas y apostaba una botella de Ron del bueno a que no era por la tormenta que recién se desataba.

El viejo desagradable eligió ese preciso momento para aparecer y dejar frente a ella un plato con algún tipo de guiso. asintió con la cabeza y tomó la cuchara, olisqueando antes de decidir que sería tragable.
Comenzó a comer ignorando al tipo que pasó tras ella, sentándose en una silla cercana.

Sintió un tirón en su ropa y pronto, una manito peluda tironeaba de su pelo suavemente, con una risa, cogió un trozo de pan, mojandolo en la salsa y se lo dio al monito que se sentaba en su hombro.

Escuchó pasos cercanos y mirando de reojo vio a un hombre caminando hacia allí y claramente no traia buenas intenciones. En un segundo y con un movimiento rápido, echo la mano al arma sobre la mesa, pero no la levantó, esperó a ver que sucedía. El hombre a su lado dijo algo en voz baja y el sujeto del arma volvió a su lugar con clara expresión de terror.

Suspiró más relajada y volvió a su comida con una extraña sensación de conocer esa voz.
Por un segundo le había sonado a la voz de su antiguo jefe, el conocido como el demonio de la niebla. Krauser. Pero eso era imposible, por desgracia, y según decían los altos mandos, Krauser no era más que un sucio traidor, y se encontraba en busca y captura.

Ja como si ella fuera a creerse eso. habría puesto su mano en el fuego por él y todavía lo haría. llevaba mucho tiempo tratando de averiguar que demonios había ocurrido, por que ella no se tragaba eso de que un hombre, que lo había dado todo por sus subordinados, era un sucio criminal.

Fuera lo que fuera lo que realmente había ocurrido, ella lo descubriría y haría pagar a quien fuera que había ensuciado el nombre, no solo de un hombre que admiraba, si no de uno que realmente quería.

Escuchó al tipo a su lado hablar a Haku y se sorprendió cuando su bebé, se separó de su lado acercándose al tipo y con un sonido bajo y que sonaba a maullido frustrado trataba de subir sus patas a las piernas del tipo.

-¡HAKU¡ quieto chico, no quiere jugar.


Sujetó el pelaje del tigre tirandolo hacia atrás.

- Perdona amigo, no pretende hacerte daño, no es muy consciente de su tamaño, es extraño que trate de jugar con alguien más.

Levantó la vista hacia el hombre para disculparse de nuevo y sus ojos se abrieron como platos y su corazón se saltó un latido.

-¿jefecito?
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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty Re: un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Mar 9 Feb 2016 - 18:13}

Krauser miraba tranquilamente a aquel enorme felino, el cual trató de subir las patas a sus piernas. El castaño estiró la mano despacio hacia su cabeza mientras le acariciaba de forma suave y tranquila. Le encantaban aquellos animales y aquel era majestuoso. – Eres un animal impresionante. – Dijo ahora mientras entrecerraba los ojos para después escuchar aquellas palabras. Aquella voz hizo al demonio de la niebla abrir los ojos como platos. Activó su haki de observación a la máxima potencia y detectó el aura que tanto tiempo llevaba buscando. En ese momento clavó sus pardos ojos en aquella figura femenina. Un pinchazo llegó a su pecho en aquel momento, no estaba creyendo lo que veía. No pudo evitar fruncir el ceño ahora. No sabía qué hacer o pensar, literalmente se había quedado en blanco.

Por un lado temía que ella tratara de dispararle o capturarle. De todas formas no pensaba poner resistencia si lo hacía. Si alguien podía acabar con su vida era ella. Sin embargo el haberle llamado por “jefecito” le hizo pensar que no iba a tener intenciones hostiles contra él. No podía creer nada de lo que estaba viendo. Después de tanto tiempo buscándola al fin la tenía frente a ella, estaba preciosa como siempre. El interior de Krauser estaba podrido y lleno de oscuridad. Ahora era como si una luz intensa hubiese entrado dentro de él. Poco a poco estaba reparando su alma. No pudo evitar quedarse mirándola para después ponerse en pie. Su imponente figura tenía a la gente nerviosa. Sus vendajes y su expresión fría como el hielo no ayudaban demasiado. Ahora entrecerró los ojos mirándola un poco incrédulo. Esperaba que no fuera alguna trampa y fuese una ilusión o alguna idiota disfrazada. – M-Minako… – Alcanzó a decir para después dar un paso hacia delante.

En otra ocasión habría sentido vergüenza de hacer lo que iba a hacer al igual que le pasó en las duchas con ella. Sin embargo ya no conocía muchos sentimientos que sentía antes. La vergüenza había desaparecido de él. Sin pensárselo se abalanzó sobre ella rodeándola con sus brazos y abrazándola con fuerza. De hecho trató hasta de ponerla de pie y de pegarla a su pecho mientras apretaba los dientes con fuerza. Aquel tacto no podía ser de otra persona que no fuese su tiradora. – Llevo más de un año buscándote, Minako… – Dijo ahora en un tono serio mientras cerraba sus ojos. Podía estar años en aquella posición con ella. Según la respuesta de la chica todo cambiaría de nuevo o pasaría lo peor. De ella dependía todo ahora. – Te prometo que todo lo que hice tiene una explicación. – Mencionó mientras apretaba un poco pero sin hacerle daño.
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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty Re: un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Mar 9 Feb 2016 - 19:27}

Mikky se sorprendió cuando el hombre se puso en pie y de un par de pasos la sepultó en un abrazo. Por un momento su mente sufrió un cortocircuito, Su jefe nunca había sido tan expresivo antes...excepto por aquel encuentro en las duchas, poco antes de que desapareciera sin dejar huella.

Tardó unos segundos en reaccionar y abrazarlo de vuelta, rodeándole el cuello con los brazos, tenia que ponerse de puntillas pero confiaba en que el demonio de la niebla no la dejaría caer.
Sintió que la apretaba fuerte y sintió ganas de olvidarse de donde estaba y lanzársele encima para mostrarle lo mucho que lo había extrañado.

Le escucho decirlo como la había estado buscando por tanto tiempo y sonrió tratando de contener las lágrimas. Ella también lo había buscado, había estado tratando de entender lo sucedido y sacar la verdad a la luz como una desesperada.
Pudo sentir que vacilaba al decirle que había una explicación para lo que había hecho y entonces su cerebro volvió a hacer "CLIC"
¿Qué demonios hacía él allí?  su cabeza tenia un precio muy suculento y más de uno se vería tentado a delatarlo.
Se separó de él con desgana y automáticamente alargó la mano a la sig sauer que tenia sobre la barra. se sintió mejor con el tacto del metal, al menos si alguien trataba de atacarlos se llevaría un bonito regalo de plomo.

Miró a todo el mundo alrededor, dirigiendoles una mirada desconfiada y amenazante. No era como que Krauser necesitara que ella lo protegiera, sabía que su jefecito podía defenderse solito de cualquiera.
No por nada era Almirante, por que para ella lo seguía siendo, dijeran lo que dijeran, sabía que no había sobre la tierra un hombre más leal y honesto que Krauser. K. Redfield.

Un rugido a sus pies la puso en alerta y miró a un hombre que se había levantado, pero parecía que Haku lo había asustado de muerte por que solo se quedó parado blanco como un papel.

Tal vez el pobre hombre solo quería ir a la barra a pedirse otra cerveza, o una nueva ración de comida...pero Haku era extremadamente sobreprotector con ella, a pesar de creerse un pequeño gatito indefenso la mayoría del tiempo, su bebé podía ponerse salvaje si un desconocido se acercaba, por eso le había extrañado su actitud, aunque ahora todo cuadraba, no recordaba si Krauser había jugado alguna vez con su pequeño felino, pero habían compartido barco y Haku debía estar más que acostumbrado al olor del Demonio de la niebla.

-¿ qué demonios haces aquí ?


Fulminó al hombre en pie con la mirada, solo por si las moscas y luego centró la mirada en Krauser de nuevo, sin cansarse de verlo. Había esperado mucho tiempo para verlo de nuevo y ahora no quería correr el riesgo de que desapareciera en la niebla como un fantasma.
Llevó la mano libre al brazo de él, sintiendo la necesidad de tocarlo, de sentir los musculos bajo la camiseta negra, para asegurarse de que era real y seguía ahí, con ella.

-¿ estás loco ? tu cabeza vale una fortuna, no deberías estar en publico como si nada, alguien podría llamar a los marines, mandarían diez pelotones solo por tu cabeza

Sabía que eso no sería nada para él, pero no podía evitar regañarle, ese hombre siempre había sido un autentico inconsciente con respecto a su propia seguridad.

- no cambiarás nunca jefecito.
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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty Re: un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Mar 9 Feb 2016 - 19:55}

Krauser sintió el mayor de los alivios cuando la chica le abrazó también. No pudo evitar cerrar los ojos relajándose mientras la pegaba a él de forma posesiva. No iba a permitir que desapareciera de nuevo. Después de aquello una sonrisa invadió el rostro de aquel asesino. Ahora estaba vivo de nuevo y no muerto por dentro como había estado algunos meses. Se sintió más fuerte que nunca y ahora ignoró el gruñido del tigre. Supuso que sería para otra persona y no para él. Aquel felino era increíble y el demonio lo respetaba bastante, aunque nunca tuvo el placer de jugar con él. No pudo evitar sentir algunas miradas pero gracias a su haki de observación mantenía todo bajo control y si alguno tenía alguna intención hostil, caería. Después de estar buscando alguien que pudiera matarlo ahora había cambiado todo en un momento. Tenía demasiado que hablar con aquella mujer que tenía frente a sus ojos. Iba a tener tiempo de sobra aquella noche.

Escuchó sus palabras y no pudo contener una leve risa algo seria mientras ahora se separaba levemente y la colocaba de pie. Se quedó mirándola a los ojos y vio aquella expresión guerrera que tanto le gustaba en la mujer. Dejó pasar su mejilla por la cara de ella para después alzar una ceja y hablarle en un tono amable y tranquilo. – Pueden enviar tantos enemigos como deseen. Nunca podrán derrotarme ahora que te he encontrado. – Ahora se quedó mirando a las personas que allí había y no pudo evitar sonreír de lado. Tan solo unos pocos payasos querían atacarle, también había gente que le admiraba después de todo. En ese momento no pudo evitar colocar su mano en el suelo. – ¡Qué pasen buena noche! – De repente una impresionante y empalagosa niebla empezó a formarse de la nada. Dejando todo sin visión solo tuvo que coger a la chica de la mano y empezar a caminar hacia arriba.

Confiaba en que el precioso animal con su olfato les podía seguir. Su objetivo era fingir que se habían ido pero quedarse en una de las habitaciones de arriba. Cuando hubieron subido las escaleras sigilosamente, Krauser imbuyó su dedo índice en energía cortante y rompió la cerradura de una puerta. Entró junto a la chica y dejó pasar a los animales. Después cerró y colocó varios objetos para que nadie pudiese entrar. En el lugar había una cama junto a algunas estanterías y una ventana. – Bueno aquí estaremos cómodos. Resulta que Karl desafió al gobierno y confesó haber asesinado a dos almirantes. No podía aguantar la ida de que lo asesinaran. De modo que me eché la culpa de esos delitos. De nada sirvió pues mi mejor amigo murió delante de mis ojos sin que yo pudiera hacer nada. Estaba demasiado herido por la guerra y me vi forzado a huir como un maldito cobarde. Si no lo hubiera hecho habrían acusado a Alex de traidor por ayudarme. – Dicho aquello se quedó mirándola fijamente cruzado de brazos.
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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty Re: un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Mar 9 Feb 2016 - 22:23}

Mikky sonrió, había echado de menos esa clase de confianza que casi rayaba en la chulería, de hecho, si no fuera por que era totalmente capaz de hacer lo que decía, Krauser sería tachado de ególatra.

Vio como se agachaba y ponía una mano en el suelo, conocía esa sonrisa, sabía perfectamente lo que tramaba, pero apenas tubo tiempo de cerrar su ojo derecho y hacer desplegar la imperceptible lente que se ocultaba bajo su párpado.

En apenas un segundo el lugar se llenó de una niebla tan espesa, que resultaría imposible ver a más de un palmo si no fuera por la lente de infrarrojos.

Sintió como la tomaban de la mano y miró a Krauser, que tiraba de ella a toda prisa. Sin pensarlo echo a correr trás él, dejandose guiar. Creyó que se dirigirían a la puerta, pero en su lugar corrieron hacia las escaleras.

Comenzaron a subir los escalones a toda prisa y sintió la adrenalina llenándola, haciendo que tubería unas inmensas ganas de reír. Hacia tiempo que no se lo pasaba tan bien. Le recordaba los viejos tiempos, en la Elite marine, cuando nunca sabias que clase de locura se le ocurriría al Demonio y tenias que adaptarte en un segundo.

escuchó pisadas tras ella y unos chillidos molestos y supo que Haku se había echo cargo de su otra mascota, su bebé era muy listo y jamás se alejaba de ella si ella no se lo ordenaba, por lo que estaba segura que les seguiría.

Llegaron a una de las habitaciones del piso superior y Krauser dejó la puerta abierta apenas unos instantes para dejar pasar a los animales y luego la cerro.

Vio al pequeño tití protestar insistentemen te. Haku lo tenia cuidadosamente agarrado por la piel del cuello, como si se tratara de una mamá gato transportando a su cachorro. El primate dejó de protestar en cuando el tigre lo dejó en el suelo y rápidamente corrió por la habitación, subiéndose a uno de los pocos muebles.

Era una habitación sencilla, solo una cama en un rincón y algunas estanterías medio vacías. Había una pequeña ventana del lado contrario a la puerta. De mala gana se separó de su recién Reencontrado Jefe y se acercó a la ventana cuidadosamente, comprobando que nadie les observara. Cerró las cortinas completamente y caminó tranquilamente a la cama.

Se sentó en una esquina, con las piernas cruzadas y dio unos golpecitos en el colchón llamando a Haku, quien enseguida ocupó casi todo el sitio con su enorme cuerpo peludo. y apoyó la cabeza en su regazo.

Acariciando entre las orejas del animal miró al hombre al otro lado de la habitación y levanto una ceja, estaba esperando una explicación y esta no tardo en llegar.

Escucho atentamente cada palabra, sopesandolas y frunciendo el ceño cuando se llamó cobarde a si mismo.

-Quisiste salvar a un amigo, eso lo entiendo, no me sorprende, sinceramente, siempre supe que eras esa clase de persona, me habría decepcionado de no ser así. sin embargo, me cuesta creer que trataras de proteger a un asesino, por muy amigo que fuera... no voy a preguntarte los motivos de tu amigo para matar a esos almirantes, estoy más que segura de que eran más que razonables. sin embargo, no puedo permitir que llames a mi jefe cobarde, aunque te insultes a ti mismo, hazlo de nuevo y me veré obligada a meterte un par de balas por el culo.

Se levantó de la cama caminando hasta quedar delante de él. y le sonrió de medio lado.

-Me alegro de verte, jefe. me has tenido como una loca tratando de averiguar que demonios te había pasado, reconozco que hasta ahora, no había logrado gran cosa, me alegra que al menos sigas confiando en mi lo suficiente para contarme lo sucedido.
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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty Re: un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Jue 11 Feb 2016 - 7:36}

Krauser se quedó mirándola con tranquilidad mientras escuchaba ahora sus palabras. Su amenaza incluso le hizo sonreír de lado para después simplemente cruzarse de brazos. Mientras tanto también vigilaba a los animales de ella. No tardó en meter la mano derecha en el bolsillo y sacar unos trozos de chorizo. El capullo los había cogido durante la huida en la niebla. Los puso al alcance de ellos y ahora se giró hacia la chica prestándole toda la atención del mundo. Cuando se puso delante de él no pudo evitar sonreírle tranquilamente. Ahora llegaba el momento de contarle aquello. – Karl solo quería un mundo mejor. Aquellos dos almirantes no eran trigo limpio. Yo cumpliré ahora con su sueño, al igual que el de todos los que luchan a mi lado. – Dijo mirándola a ella en señal de indirecta.

Después de unos momentos empezó a caminar en círculos por la habitación mientras pensaba en ciertas cosas. Su mantra la decía que nadie se había coscado de que estaban arriba pues nadie hacía por subir ni por asomarse. – Claro que confió en ti. El deseo de encontrarte es lo que me ha mantenido con vida. No puedes ni imaginarte lo mal que sienta que la persona que amas esté lejos de ti. – Dijo aquello tomándola ahora del mentón y clavando sus ojos en ella. Había confesado que la quería allí mismo y ni un ápice de tono rojizo invadió su cara. Había perdido la vergüenza y le daba igual decir lo que sentía. No quiso separarse de ella, deseaba ver su expresión ante aquellas palabras. Una vez lo hizo simplemente se giró despacio y entrecerró los ojos. – Supongo que no se puede luchar contra este tipo de cosas. Pero así es. – Ahora se quitó la camiseta mientras la echaba sobre una silla.

Su cuerpo seguía tan fornido como siempre pero lleno de muchísimas heridas. La más reciente parecía un enorme tajo en el pecho por la zona del pectoral izquierdo y cerca del corazón. Por suerte la herida no había sido grave pero tampoco leve. Muchas veces agradecía tener un potente haki armadura. De lo contrario la mayoría de las veces habría salido muy mal parado. Soltó un pequeño suspiro y se sentó en la cama junto al tigre y el monito. Después clavó su mirada en la de la tiradora. – ¿Qué harás ahora que sabes esto? No tengo ninguna intención de hacerte daño de ninguna forma, Minako. – Dijo ahora mirándola. Si ella no le quería de aquella forma no iba a ser él, quién le insistiera. No iba a atar a aquella mujer a algo así. Era libre de escoger y estaba claro que ser querida por uno de los hombres más buscados del mundo y siendo una marine era un peligro impresionante. De todas formas Krauser no pretendía hacer aquello público de ninguna forma si es que surgía. Después de unos segundos volvió a hablarle. – De ninguna forma permitiré que te hagan daño. De modo que pase lo que pase estaré siempre ahí para cortar a los enemigos que no logres ver. – Sus manos estaban en los bolsillos.
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un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) Empty Re: un reencuentro inesperado (la tiradora y el demonio de la niebla) {Dom 1 Mayo 2016 - 18:37}

La pelirroja se quedó de piedra escuchando las palabras del que había sido su jefe.
¿ Qué no sabía lo mal que se sentía estar lejos de la persona que amaba? ¿quería decir eso que esa persona era ella?
Sintió su corazón latiendo tan rápido que por un momento temió que fuera a darle un infarto.

No todos los días un hombre como ese te dice que te ama, pero no, eso no podía ser cierto, por mucho que le gustaría creer que si, se estaba confundiendo, estrujó su cerebro tratando de recordar un solo momento en que el demonio de la niebla la hubiera tratado diferente a sus otros subordinados y no encontró ninguno.
Está bien, se preocupaba por ella, le daba consejos y se aseguraba de que estaba bien en todas las misiones, pero n era nada que no hiciera con cualquier otro miembro del equipo. eso era lo que le había hecho tan excepcional. era una de las cosas que le habían atraído de él en primer lugar.

Pero no, jamás la había tratado mejor que a cualquier otro...bueno, quitando aquella vez. aquel encuentro húmedo, apasionado y ....maravillosamente intenso en las duchas del cuartel, poco antes de su desaparición.

Sus siguientes palabras inclinaron la balanza a favor de pensar que efectivamente, el demonio de la niebla se estaba declarando, y el cabrón tenia la indecencia de ni siquiera sonrojarse un poco, como si fuera cuestión, de hablar del tiempo.

Lo vio quitarse la camiseta tranquilamente y contubo el aliento por dos razones.

La primera por que el hombre estaba lleno de heridas y hematomas, incluido un tajo en el pecho que tenia muy mal aspecto
Y la segunda, por que incluso hecho una piltrafa el desgraciado seguía siendo un monumento andante.

Se cruzó de brazos apoyándose contra la estantería y trato de permanecer en silencio hasta dejarle terminar.
Le ofrecía la opción de elegir, como si ella realmente tuviera una opción despues de este encuentro, casi le daban ganas de poner los ojos en blanco con ironía con sus últimas palabras.

-En primer lugar... si se lo que se siente, al menos tu tenias compañeros que te apoyaran, tal vez no los que habías esperado, pero los tenias, yo en cambio...cuando despareciste me quede sola con la basura.Pensado donde coño estarías y si estarías bien.

Se separó de la estantería con un gesto brusco, rebuscando entre los objetos, en busca de algo que le fuera de utilidad.

-En segundo lugar, no me preguntes que demonios voy a hacer ahora, como si realmente creyeras que voy a ignorar lo que has dicho y la oportunidad de darles a todos esos gilipollas una patada en el culo. y en tercer lugar ¿que enemigos vas a cortar? no hay muchos que no logre ver, tal vez por que he mantenido un perfil bajo todo este tiempo, pasando desapercibida, nadie me toma en cuenta ni me considera una amenaza, así que los pocos incautos que tratan de buscarme las cosquillas no suelen ser muy fuertes o listos que digamos. además, tal vez deberías preocuparte primero de tus propios enemigos.

Se dio la vuelta para enfrentarlo cuando por fin encontró lo que buscaba, un pequeño botiquín básico. se acerco a el tratando de mantener un semblante enfadado.

-Sinceramente jefecito, nunca cambiarás. Nunca tienes en cuenta tu propia seguridad, ahora mismo no se si tengo más ganas de besarte o de darte una paliza por inconsciente. Así que primero voy a ayudarte con esas heridas y despues, tal vez, te permita convencerme de que opción me apetece más
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