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https://www.onepiece-definitiverol.com/t16893-reto-a-kuroi#
Límite de tiempo: Sin fecha límite, y no se especifican saltos de turnos. Las normas permiten saltar cada 36 horas.
Condiciones (en letra pequeña, como debe ser(?)):
-Los dos a nivel 1.
-Sin haki.
-Sin fruta.
-En el barro (?)
-A muerte (?)
-Exp normal y esas movidas
Extra: Legim puede aparecer en cualquier momento siempre que no entre en combate (A no ser que le ataquen)
Escenario:
Pues toma barro. Shoko es una isla pequeña del West Blue, de poco y bajo relieve, cuya particularidad es que se encuentra surcado por enormes lagunas que cubren casi la totalidad de la isla. Muchas de estas se han convertido en pantanos lo que ha atraido a numerosa cantidad de insectos.
Esta isla pertenece al Gobierno Mundial
Mi dadito dice que empieza...
Crimson ~> 1
Kuroi ~> 2
Invitado ha efectuado 1 lanzada(s) de uno 1 :
Límite de tiempo: Sin fecha límite, y no se especifican saltos de turnos. Las normas permiten saltar cada 36 horas.
Condiciones (en letra pequeña, como debe ser(?)):
-Los dos a nivel 1.
-Sin haki.
-Sin fruta.
-En el barro (?)
-A muerte (?)
-Exp normal y esas movidas
Extra: Legim puede aparecer en cualquier momento siempre que no entre en combate (A no ser que le ataquen)
Escenario:
Pues toma barro. Shoko es una isla pequeña del West Blue, de poco y bajo relieve, cuya particularidad es que se encuentra surcado por enormes lagunas que cubren casi la totalidad de la isla. Muchas de estas se han convertido en pantanos lo que ha atraido a numerosa cantidad de insectos.
Esta isla pertenece al Gobierno Mundial
Mi dadito dice que empieza...
Crimson ~> 1
Kuroi ~> 2
Invitado ha efectuado 1 lanzada(s) de uno 1 :
- 2
Crimson 2
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Akuma no mi
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Alcohol, drogas, rock and roll, un barco-yate robado al gobierno y varias fulanas también robadas al gobierno. Eso es de lo poco que se acordaba el bueno de Crimson... Espera, ¿Crimson? Sí, de alguna forma mágica y especial -sí, porque todo en él era especial- estaba vivo momentáneamente, lo justo y suficiente para gozar -y nunca mejor dicho- de la vida que le había tocado -volver- a vivir. Sí, estaba vivo. Y borracho. Como una cuba. También le dolía el culo. Probablemente se había pasado "jugando" con alguna de las tantas señoritas que tan bien hacían su trabajo. Joder, siempre igual, pensó sobándose el recto con los ojos llorosos.
Se levantó y miró a los lados. ¿Dónde estaba? No supo cómo responder a su pregunta. Aquel sitio era totalmente desconocido para él. Estaba sólo, medio en pelotas, con una mano atada a un catre y empalmado. Quizás porque aún tenía fuelle para más o simplemente un empalme mañanero. El caso es que empezó a caminar sin rumbo fijo, pensado, cómo no, en que algo se le olvidaba. Desde que había "resucitado" tenía la sensación de que se estaba olvidando de algo. Era como un sueño; difuso, sin acordarse de dónde venía ni cuál era su objetivo. Trató de recordar. Lo último que se le venía a la mente, además de la orgía en el barco del gobierno, era que había llegado volando -así de guay era él- al barco de Sons, a su antiguo barco. De alguna forma Rose no lo había matado por colarse en su camarote y habían yacido. ¿Cuánto tiempo había pasado de eso? Tenía que pensar seriamente en dejar las drogas. Ya no era un chaval. Su cuerpo no podía aguantar tantos trotes.
Siguió caminado y se encontró su inconfundible abrigo rojo, manchado de barro, pero aún utilizable. Envolvía, como de costumbre sus armas. Lo cogió con la zurda, su mano libre y, todavía arrastrando el catre de la cama, decidió ir en busca de alguna clase de civilización. Tras todo ese rato, volvió a ponerse flácida.
Ya no estaba para tantos trotes.
Se levantó y miró a los lados. ¿Dónde estaba? No supo cómo responder a su pregunta. Aquel sitio era totalmente desconocido para él. Estaba sólo, medio en pelotas, con una mano atada a un catre y empalmado. Quizás porque aún tenía fuelle para más o simplemente un empalme mañanero. El caso es que empezó a caminar sin rumbo fijo, pensado, cómo no, en que algo se le olvidaba. Desde que había "resucitado" tenía la sensación de que se estaba olvidando de algo. Era como un sueño; difuso, sin acordarse de dónde venía ni cuál era su objetivo. Trató de recordar. Lo último que se le venía a la mente, además de la orgía en el barco del gobierno, era que había llegado volando -así de guay era él- al barco de Sons, a su antiguo barco. De alguna forma Rose no lo había matado por colarse en su camarote y habían yacido. ¿Cuánto tiempo había pasado de eso? Tenía que pensar seriamente en dejar las drogas. Ya no era un chaval. Su cuerpo no podía aguantar tantos trotes.
Siguió caminado y se encontró su inconfundible abrigo rojo, manchado de barro, pero aún utilizable. Envolvía, como de costumbre sus armas. Lo cogió con la zurda, su mano libre y, todavía arrastrando el catre de la cama, decidió ir en busca de alguna clase de civilización. Tras todo ese rato, volvió a ponerse flácida.
Ya no estaba para tantos trotes.
Worick L. Arcangelo
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Akuma no mi
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Se sentía húmedo y a la vez cálido, pero sin dejar de ser un lugar cómodo en el que dormir. ¿Dónde estaba tumbado? Tardé un par de segundos en darme cuenta sobre que había estado durmiendo todo aquel rato, no era más que barro, pero un barro bastante cómodo. — ¡Maldita sea! — Exclamé, mientras me levantaba rápidamente, a sabiendas de como debía haber quedado el blanco de la espalda de mi camisa tras revolcarme repetidamente durante mis sueños.
¿Cómo había acabado durmiendo en un lodazal? ¿Dónde mierda estaba? Por más que intentase recordarlo no podía, supongo que no tenía mucho sentido desvivirme en ello si no iba a conseguirlo, así que lo mejor sería buscar un lugar en el que poder limpiar mi ropa y secarla. Así pues empecé a caminar entre el barro como podía, era difícil, pero tras un tramo parecía haberme acostumbrado y empezaba a costarme menos encontrar las zonas donde éste era más estable y yo podía moverme más seguro. Suponía que la playa iba a ser el mejor lugar para cumplir mi objetivo, pero... ¿Dónde mierda se supone que estaba el mar? Menos mal que estaba seguro de que estaba en alguna isla y que tras un largo caminando encontraría agua.
Los minutos pasaban y cada vez tenía más barro en los zapatos y en las piernas, nunca me habían molestado mis pantalones por debajo de las rodillas, pero todo aquel barro había conseguido que me frustrase no llevar unos pantalones largos. Los zapatos habían perdido su tono rojizo, empezando a tomar un marrón un tanto extraño, y yo empezaba a perder la paciencia entre tanto barro, si no encontraba rápido la arena de la playa algo iba a acabar mal. O así pensaba hasta que de pronto mientras refunfuñaba y me estiraba pude ver como en el horizonte se divisaba el reflejo de la luna sobre el mar...
— ¡Por fin mar! — Corría hacia la playa mientras me quitaba las sucias ropas y me preparaba para lanzarlas sobre la arena a la vez que la mochila, para seguidamente saltar al mar... Fue cuando mis pies tocaron el agua que recordé que no iba a poder pegarme aquel baño. — ¡Maldita akuma y maldito Cid! — Grité mientras me alejaba del agua para coger mis ropas y volver a esta con tal de asearlas un poco. — A ver como salgo de aquí ahora... — Farfullaba mientras limpiaba la camisa como podía y me pensaba en limpiar también los zapatos.
¿Cómo había acabado durmiendo en un lodazal? ¿Dónde mierda estaba? Por más que intentase recordarlo no podía, supongo que no tenía mucho sentido desvivirme en ello si no iba a conseguirlo, así que lo mejor sería buscar un lugar en el que poder limpiar mi ropa y secarla. Así pues empecé a caminar entre el barro como podía, era difícil, pero tras un tramo parecía haberme acostumbrado y empezaba a costarme menos encontrar las zonas donde éste era más estable y yo podía moverme más seguro. Suponía que la playa iba a ser el mejor lugar para cumplir mi objetivo, pero... ¿Dónde mierda se supone que estaba el mar? Menos mal que estaba seguro de que estaba en alguna isla y que tras un largo caminando encontraría agua.
Los minutos pasaban y cada vez tenía más barro en los zapatos y en las piernas, nunca me habían molestado mis pantalones por debajo de las rodillas, pero todo aquel barro había conseguido que me frustrase no llevar unos pantalones largos. Los zapatos habían perdido su tono rojizo, empezando a tomar un marrón un tanto extraño, y yo empezaba a perder la paciencia entre tanto barro, si no encontraba rápido la arena de la playa algo iba a acabar mal. O así pensaba hasta que de pronto mientras refunfuñaba y me estiraba pude ver como en el horizonte se divisaba el reflejo de la luna sobre el mar...
— ¡Por fin mar! — Corría hacia la playa mientras me quitaba las sucias ropas y me preparaba para lanzarlas sobre la arena a la vez que la mochila, para seguidamente saltar al mar... Fue cuando mis pies tocaron el agua que recordé que no iba a poder pegarme aquel baño. — ¡Maldita akuma y maldito Cid! — Grité mientras me alejaba del agua para coger mis ropas y volver a esta con tal de asearlas un poco. — A ver como salgo de aquí ahora... — Farfullaba mientras limpiaba la camisa como podía y me pensaba en limpiar también los zapatos.
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