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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Lun 25 Abr 2016 - 16:09}

La joya del Norte, la gran ciudad, la famosa por cierto aventurero que fue acusado del mayor mentiroso de la historia, en fín, un montón de cosas que tiene que contar de las cuales las paredes de piedra de cada edificio habrán visto con el paso de los años. Sin embargo no nos centraremos en eso, ya que eso es cosas de un tiempo pasado. Estamos contando la historia de una joven muchacha, cabello albiceleste, cuerpo esculpido por el trabajo físico, pero... una simple marine. Una marine que como cualquier otro día y haciendo trabajo como agente de la ley y el orden, era su día de patrulla, algo completamente normal para una recluta como ella.
Con el gorro bien colocado con su respectivo logo de MARINE puesto en el mismo y unas gafas antuiventisca limpias con la goma de un color naranja oscuro sobre la visera, caminaba apaciblemente, aunque de forma continua como militar que era, mientras sus ojos anchos vino tinto observaban todo a su alrededor, ya que ahora mismo se encontraba en una calle céntrica de la misma ciudad, en la que se podía divisar un sin fin de tiendas a los lados de las calles de baldosas de piedra trabajadas que hacía que el tacón de su calzado sonara fuerte y seco, un "tap tap" con cada andar. La verdad es que por el momento todo estaba tranquilo además de que el día era agradable.

El Sol bañaba la ciudad, quizás sería medio día, sí, aun no era la hora de comer, pero ya la mañana estaba bien entrada, por lo que la actividad comercial estaba justamente en hora punta, y ella como su deber le decía, tenía que estar atenta a todo lo que pudiera pasar, mientras seguía patrullando. Alzó la mirada al escuchar el canto de las gaviotas que seguramente estarían merodeando los barcos pesqueros del puerto, ya que al ser una ciudad en una isla, parte de la misma se encontraba cara al mar, y la luchadora no andaba muy lejos de aquella zona, aunque desde luego que no lo suficiente como para percibir los olores a pescado recién capturado. En definitiva, todo lo que podía observar era completamente normal, así que al menos un pequeño suspiro salió de sus carnosos y rosados labios, brillantes por el gloss  efecto húmedo que se aplicó justo antes de salir del cuartel, porque aunque fuese trabajo, se notaba que era una chica que se preocupaba por su aspecto, ya que pensaba que siempre tendría que estar presentable en cualquier momento, aunque fuese una simple recluta, sí.

Una pequeña ráfaga de viento sopló desde el poniente, haciendo que su corto cabello meciera los flequillos rebeldes, sobre todo el que tenía en la parte derecha de la frente que tendía a taparle parte del ojo, aunque ella ya estaba acostumbrada por lo que no la suponía ningún problema, mientras que con su mano enguantada echó parte del flequillo izquierdo detrás de la misma oreja, dejando a la vista los tres pendientes que poseía en el lóbulo y otro más largo justamente en el cartílago de la misma  de un color negro, brillante, quizás mas bien azabache.
Entonces mientras caminaba, al girar por una calle, se topó con un par de marine también de patrulla, donde los tres se saludaron a la vez con el típico gesto militar echándose la diestra a la frente. Pero a diferencia de Naitlyn, aquellos dos portaban un rifle cada uno, colgado a la espalda, mientras que ella solamente se le veía los guantes que envolvían sus manos y poco más. ¿Por qué? Esto era debido a que ella jamás se especializó en disparar con armas de fuego, al parecer algunos nacen con un don para su estilo de desenvolverse en el trabajo, en las misiones, o en la lucha, y en este caso la joven era del combate a mano desnuda, ¿experta en artes marciales? Conocía un estilo, pero distaba mucho de ser una experta, seguramente con el tiempo y de que alguna vez la envíen al famoso Grand Line, pueda conocer nuevas formas y sobre todo... aprender.

Cuando cada uno tomó caminos diferentes, no había pasado mucho más desde que el Sol se colocó en el punto más alto del cielo, haciendo que ella apenas proyectara sombra alguna, cuando empezó a escuchar voces, el de un hombre con el tono algo roto, quizás alguien entrado en años, parecía algo alterado, entonces  en ese momento aceleró Naitlyn el paso hasta que cuando salió a la calle que originaba los gritos pudo ver lo que sucedía.
Un hombre con una tez morena, más bien bronceada por el astro rey, al menos las partes al descubierto como eran los brazos y su calva superior, dado que por el lateral salía un poco de pelo gris oscuro. Su rostro dibujado por surcos por debajo de sus cuencas, y el ceño fruncido mientras levantaba la mano derecha con el puño cerrado agitándolo violentamente. -¡Bribón, me ha robado. Al ladrón, al ladrón!- Rugía como una fiera, antes de que la marine volteara la vista hacia donde señalaba sus enfurecidos gestos, pudo observar que había fruta en el suelo, donde su delantal algo manchado, daba a entender que era el dueño de un pequeño puesto de verduras y frutas. Naranjas, manzanas y algunas peras yacían desordenadas en el suelo como si hubiera habido un violento forcejeo. Entonces el rostro de la mujer se desvió a la dirección que miraba el señor y pudo ver en último momento como una pequeña figura volteaba hacia la derecha el primer cruce de la misma calle. Sin decir nada más la agente de la ley flexionó las rodillas y tomó impulso para salir corriendo detrás del ratero.

Con velocidad llegó al cruce para tomar la misma dirección que había tomado quien parecía ser el culpable de un pequeño hurto, dando largas zancadas y rapidez, mientras su calzado no dejaba de sonar sobre el suelo de piedra trabajado. Tac tac tac tac, se escuchaba sin parar culpa de los tacones que tenían las botas. ¿Pero como era posible que pudiera correr con aquella indumentaria? fácil, desde que entró como novata era lo que había usado, por lo que se acostumbró y ahora se sentía cómoda incluso para recorrer largas distancias en sprint o simplemente corriendo. Aquel ruido alertó a quien escapaba, mirando atrás un momento, haciendo que bajara la velocidad en el proceso, que la ganaba por varios metros pero que al parecer su carrera no era lo suficientemente rápido como para la marine algo más entrenada en el aspecto físico. Así que Naitlyn viendo ese cambio de ritmo, lo aprovecho para dar un ultimo arreón final justo despues de que ahora que podía verlo mejor, una persona de estatura pequeña se metió por un callejón, pero justamente después la luchadora dando un salto final, se lanzó casi como para hacer un tecleo, y pudo agarrar por las piernas al ladrón, cayendo al suelo, acabando los dos sobre el piso, donde se pudo escuchar un seco sonido de varias cosas caerse al suelo. -¡Alto en nombre de la ley! Dijo cuando puso la mano derecha sobre la espalda para ejercer presión. Lo único que podía ver, era una capucha y una gabardina marrón, roída, vieja. Entonces le dio la vuelta y se veía una bolsa medio vacía con algo de fruta variada, y digo media porque la otra media se había caído con la embestida de la chica. Pero ¿quién era el ratero? Le quitó aquello que le tapaba el rostro, más que una capucha era más bien un pañuelo, igual de maltrecho que la gabardina que al parecer le quedaba un poco grande, y entonces pudo ver el rostro.

Un infante, un niño, cara algo fina por la malnutrición, pelo negro como el carbón, ojos anchos marrones, no debería de tener más de nueve o diez años, le faltaba un par de dientes, seguramente se le habían caído los últimos de leche, cuando entonces Naitlyn dio un paso hacía atrás. -Eres un... niño. Algo absurdo por lo obvio que era. En ese instante, el chiquillo al ver que se sentaba la marine en el suelo tras recular un poco, y al no sentir presión sobre él, se puso de rodillas rápidamente recogiendo la comida que había sustraído ilegamente sin decir palabra alguna. -¿Por qué...? ¿Dónde están tus padres? Preguntó, parecía que el rostro de la marine se había suavizado durante un momento. No tengo padres, soy huérfano.- Respondió con su voz aguda cuando al fondo de ese callejón sin salida, de unos cartones y cubos de basura, salió una niña aún más pequeña. -¿Oni-chan?- Dijo cuando asomó, quizás no llegaría a los seis años de edad y tenía el pelo del mismo color que el chico pero le llegaba por los hombros. ¿Su hermana? Entonces a Naitlyn le asaltó un dilema moral, mientras se echaba la mano a la cara y suspiró profundamente mientras se levantaba. Se acercó a los dos niños mientras le ofrecía la mano al infante que aún estaba de rodillas en el suelo. -Puedo entender el por qué has robado, tú y tu hermana tenéis hambre y no tenéis dinero para comprar. ¿Verdad?- Él la miraba con desconfianza, y la pequeña con sus ojos vidriosos agarrándose a las rotas ropas del brazo de su hermana. -Está bien, creo que lo podré dejar pasar por ahora, pero hay que llegar a una solución.- Alzó las cejas el niño al saber que por lo pronto no lo llevarían al calabozo por muy joven que fuera. -En el cuartel de Lyneel, necesitamos un par de manos que ayuden con la limpieza, si vas me encargaré que te acepten, PERO con lo primero que consigas, pagarás estas frutas robadas. ¿Entiendes?- Habló con claridad mientras señalaba el material comestible con el dedo índice de la mano derecha. Entonces ambos hermanos se miraron y con pucheros pero no de tristeza sino de que por primera vez alguien se preocupara un mínimo por ellos, asintió varias veces con fuerza.

Cuando comenzó a salir del propio callejón soltando un par de suspiros, se encaminó hacia la frutería para dar explicaciones, el cual la mujer dijo claramente que le pagarían lo que le habían robado, el cual el hombre se tocó la barbilla con un par de pelos de tres días sin afeitarse, recapacitando, hasta que finalmente aceptó. Era mejor eso que perder el surtido, además de que hacía que alguien de la calle comenzara a trabajar.
Bueno al menos algo resuelto, así que tomó con la diestra el den den mushi, un caracol que servía para las comunicaciones a distacia. -Todo en orden cuartel. Reportó la muchacha, mientras observaba la gente que iba y venía por la nuevamente calle central que había vuelto la marine. Dado que había tantos ciudadanos que quién sabe quién podría tener pintas sospechosas, y ella era la que tenía que darse cuenta antes de que algo pasara...
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Mar 26 Abr 2016 - 3:54}

Era un día soleado en la isla de Lvneel. El cálido y gentil viento desplazaba el polvo y las hojas por los caminos empedrados del Reino, depositándolas al final en algún rincón desconocido de algún bosque o pradera cercano. Era allí donde se encontraba de descanso el joven revolucionario Shiro, caminando por las calles entre la muchedumbre que a esas horas del mediodía siempre existía. El cabello rubio y espinoso del chico se mecía ligeramente por el viento bajo la capucha de su gabardina negra, llevando bajo esta un chaleco negro, una camisa blanca, una corbata de lazo, pantalones negros, guantes y botas del mismo color. Sus ojos color azul eléctrico evaluaban el escenario a su alrededor, buscando cualquier indicio de presencia Marine para doblar en otra dirección: para alguien tan buscado como él (y tan comparativamente débil) incluso unas merecidas vacaciones eran así, estando constantemente en alerta.

Y fue precisamente dicho estado de atención el que le permitió escuchar a la distancia unos gritos. Sonaba como un señor mayor, aparentemente quejándose de que sus mercancías habían sido robadas. Sin perder tiempo alguno, Shiro disminuyó su peso usando sus poderes de fruta del diablo hasta llegar a pesar unos meros 23 kilogramos, tras lo cual caminó rápidamente hacia un callejón en la dirección del grito y dio un salto extremadamente alto, cayendo sobre el techo de una casa cercana y prosiguiendo su carrera, esta vez a toda máquina, de techo en techo para finalmente llegar hasta el hombre. Después de todo, no podía permitir que alguien robase al pueblo ni a los inocentes, era incluso parte del porqué se dedicaba tanto a sus labores como revolucionario.

Sin embargo, cuando finalmente cayó de un salto con una agilidad mucho mayor de lo que normalmente lograría en el lugar de donde provenía el grito, el único señor presente, un vendedor de fruta, se veía algo calmado. Tras preguntarle acerca de su grito, simplemente contestó que una Marine había resuelto el problema, que no se preocupase. Eso no era buena señal, debía salir de allí cuanto antes si no quería toparse con esa tal Marine. Si bien le estaba agradecido de corazón por ayudar al señor antes que él, quería evitar un dramita lo mejor posible.

Que casualidad que cuando salió de la frutería y se dirigió a la calle principal, mientras se encontraba distraído intentando recuperar un poco la respiración de tanto correr, chocó precisamente con una Marine, de lo cual se vino a percatar cuando el daño ya estaba hecho. Por suerte fue un choque ligero, y nadie cayó al suelo (pesaba mucho menos que ella en ese momento), pero obviamente ya tenía su atención. Con una mirada nerviosa, una gota de sudor frío corriendo por su cara mientras su boca yacía abierta cómicamente, como si quisiera decir algo pero no se le ocurriese nada, finalmente pone ambas manos en frente suyo como para hacerle una señal de "¡Espera!" mientras hablaba algo nerviosamente.

"¡L-l-lo siento, no fue mi intención empujarla!" -Dijo, su cara oscilando entre un sonrojado por la pena y nerviosismo por, bueno, ESTAR HABLÁNDOLE A UNA MARINE (en la cual ni se había fijado del todo, tan nervioso que no atinaba a su color de cabello, ojos o apariencia algo más específica que "es mujer y marine"). Tras decir esto, esperaba que la mujer no se enfadara y prosiguiese su camino, pero dado las pintas misteriosas que traía con toda la gabardina y gorro y tal, estaba casi seguro de que alguna sospecha le daría. Después de todo, es fácil pasar por alto a alguien así entre la multitud, pero al fijarte bien... De que destaca, destaca.

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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Mar 26 Abr 2016 - 13:44}

¿Que cómo empezó ese día? Bueno, tal vez lo mejor sería comenzar por cómo no lo inició. No se despertó en su cama en el Nuevo Mundo, ni tomó un chocolate por la mañana; no había leído un capítulo del último libro que le recomendaron, ni tampoco examinó los planos que llegaron a su buzón para que los revisara. No había despertado en una cama, de hecho, aunque debía reconocer que la alfombra de aquel hotel era muy cómoda. ¿Cuantizable? Sólo en el precio, 150.000 la noche. Era más de lo que necesitaba, y aunque la gerente había sido un poco reacia a acogerlo en el edificio, ante la perspectiva de cobrar el doble de lo que la suite valía relajó bastante su negativa a que un pirata se aposentara allí. De hecho, casi creyó ver que se desabrochaba un botón de la blusa para invitarlo a tomar un servicio más... Personalizado. Ay, si ella hubiera tenido veinte años menos y él veinte años más... Pues aún habría una diferencia de veinte años; la verdad es que no le interesaban aquella clase de cosas. Además, aunque estuviera desaparecida, Alice seguía existiendo mientras su vivre card no ardiera.

De todas formas, dejando los debates epistemológicos sobre amor, gerontofilia y alfombras de hotel, volvamos a la historia. Dexter despertó envuelto en una sábana blanca tirado sobre el suelo, con un par de almohadas cerca y lo que parecía la fiesta más salvaje que jamás se hubiera dado una persona a solas en una habitación: Olía a humanidad, pero no a esa humanidad sucia de multitud, sino a sudor cítrico, y había botellas tiradas por todas partes en el cuarto. Dan Jackiels, Five Roses Bourbon, J.V., whisky de cincuenta años cuya etiqueta había roto en mil pedazos... Todas formaban un extraño mosaico que resultaba en la serie de funciones que, calculó, dibujaban un corazón pentadimensional en un eje cartesiano. También había vasos, un par de jarrones rotos y flores repartidas entre el baño y la cama, además de que la música aún sonaba fuerte desde que la había encendido anoche.

¿Por qué había pasado una fiesta así a solas? Bueno, había una razón muy simple tras todo aquello, y era que llevaba dos años sin celebrar ningún cumpleaños, y tenía tiempo por recuperar. Teniendo en cuenta que la mayor parte de sus amigos estaban en paradero desconocido, no le había quedado más remedio que pasar la noche en medio de réplicas de viento, que ni hablaban ni sentían, pero algo es algo al fin y al cabo. Un cumpleaños fuera de tiempo, celebrado a solas lejos de su casa y emborrachándose hasta límites inhumanos, en los que ya una persona era más alcohol que agua. "Legim estaría orgulloso".

Se levantó de su amante felpudo y buscó ropas entre el desorden, aunque fue complicado encontrar la maleta con la que llegó debajo de una montaña de confeti tan alta como él. Por lo menos ahí estaba; y además cerrada, lo que aumentaba exponencialmente sus probabilidades de no ir pareciendo el hada de la purpurina por todo el reino de Lvneel aquel día. Y era de agradecer, ya que al fin y al cabo un tipo de dos metros y pico soltando confeti multicolor brillante por las calles era, cuanto menos, raro. Aunque si sus carteles se habían extendido al North Blue también seguramente lo que más llamase la atención fuera su cabeza. Y su cuerpo, y sus manos, y que caminase despreocupadamente por una isla cualquiera cuando probablemente medio mundo iba detrás de él... "Tonterías".

Una simple camisa blanca y un pantalón negro tras una ducha, con cinturón de hebilla plateada. En el cuello, medio suelta, una corbata de color rojo borgoña, exactamente igual a una que había regalado hacía tiempo. Le hacía sentirse seguro, como si por ese sencillo gesto la protegiera entre sus brazos y no pudiera suceder nada malo, aunque estaba claro que no era así. Dos años sin saber nada de aquella mujer de sonrisa triste, ni escuchar su voz. No había tratado de hablarle muchas veces, pero ninguna había respondido, y empezaba a perder la esperanza de que apareciese en su vida de nuevo. "Aunque siempre me queda la vivre card", pensó mientras se calzaba los zapatos negros, con brillo abetunado. Sin embargo, no sabía si estaba dispuesto a perseguirla como un loco, máxime cuando ella parecía no estar interesada en cruzarse con él.

Salió del hotel tras asearse y arreglarse, dejando lo que ahora era larga melena recogida en una coleta sobre su nuca, y comenzó a pasear por las calles del reino, recordando sus ya no pocas andanzas por ahí, desde su encuentro con Albino Blanco hasta la noche de fiesta con Krauser, aunque de eso ya hacía mucho. Tanto tiempo como ruido escuchó tras un rato por las calles, y no pudo evitar dirigir unos ojos curiosos a la escena, casualmente frente a él. Un niño corría con gran cantidad de frutas entre los brazos, recogidos en un hatillo sobre su estómago, improvisado usando la camiseta raída, y un frutero enfadado que fue rápidamente sustituido por una agente de la autoridad.

Mentiría si dijera que mantuvo estoicismo regio ante aquella visión, y su cabeza pareció un girasol cuando la visión pasó de ser un plano frontal de pechos desbordándose en una camisa de la Marina a sin ningún disimulo mirar la retaguardia de aquella mujer. Sin duda la Marina empezaba a tener una buena dotación de agentes, al menos las que estaban de cara al público, aunque ver cómo corría con tacones hacía pensar que no sólo su físico escultural era motivo para tenerla patrullando. Sin duda también era útil, o lo parecía.

La curiosidad pudo con él, y se acercó al callejón donde el niño reveló sus verdaderas intenciones. Manos de carterista y un corazón noble manejándolas hacían una combinación extrañamente adorable, y vio lo que parecía ¿Piedad? ¿Comprensión? en la mujer. Incluso había prometido conseguirle trabajo al ladronzuelo, aunque con esa edad era un crimen obligarlo a eso, y más para la Marina. Dexter sabía muy bien cómo funcionaban los cuarteles en el North Blue de su época como cazador, y sobre todo de su último día en el gremio. No era un lugar para niños. Bueno, no era un lugar para nadie, en realidad.

Finalmente la mujer se fue, y Dexter con las mismas entró en la callejuela. Sin duda no era un buen sitio para vivir, pero había una uralita que protegía de la lluvia y estaba más o menos limpia. No parecía que la basura se acumulase, y entre los contenedores de la carnicería tal vez encontrasen algo de vez en cuando. "No es un mal hogar para un mendigo", pensó, mientras avanzaba hacia el niño con paso firme. No era sitio para niños aquello, y lo iba a remediar en el acto.

-Uno, dos, tres, cuatro...- iba contando el pirata de su cartera, sin perder de vista al niño que lo miraba con miedo y a la niña que oscilaba entre el asombro y el pavor. ¿Ellos también habrían visto el cartel?-. Seis millones. Con esto debería darte para vivir hasta ser mayor y poder defenderte.

Había incredulidad en su mirada. Tal vez no esperaba que alguien le diera seis millones de berries porque sí, o que la jornada avanzase de una forma tan curiosa... Tal vez ni siquiera esperaba encontrar caridad y por eso decidió robar... Quién sabe. Estaba muy callado, mirando para el dinero pero sin cogerlo, decidiendo si decantarse por controlar el dinero o a quien se lo ofrecía. Definitivamente había leyendas muy negras sobre él en todas partes, aunque por suerte para quienes las difundían no eran ciertas.

-No puedo estar aquí todo el día- terminó diciendo-. ¿Te imaginas que ahora me arrestan porque no cogiste mi dinero? Eso estaría muy feo.

El pequeño mangante aún dudaba, pero tras intercambiar miradas con su hermana decidió cogerlo, y hasta dio las gracias con una voz trémula, para acto seguido salir corriendo con la otra niña. "Todo el mundo con miedo", pensó, algo alicaído ante la situación; hasta un niño le temía tras intentar ayudarlo. Aunque tampoco importaba demasiado, ¿No? Sólo esperaba que no le robasen aquel dinero. Al fin y al cabo sólo eran niños, y poco podrían hacer por defenderlo... Pero ya se habían ido, así que no podía hacer nada más por ellos.

-Qué rápido surge el amor- susurró de forma algo audible, pasando por delante de la Marine y un muchacho embutido en gabardina y gorro, dirigiéndose a la frutería. Al fin y al cabo, si los pequeños no iban a trabajar, alguien tendría que devolver su dinero al dueño del negocio, aunque le sorprendió lo que vio.

-¿A quién habéis robado esto, granujas?- decía el hombre, sin perder de vista a ninguno de los truhanes. Era normal que desconfiara, aunque Dexter esbozó una sonrisa al ver que tal vez no huyeran de él. Simplemente estaba apurado por enmendar su error.

-Nosotros no...- comenzó a decir la niña.

-¡Nos lo ha dado el tipo de los carteles!- protestó, a voz de grito, el hermano, dejando en el pirata cierto gesto de preocupación. ¿Era necesario llamarlo así?-, el que tiene el pelo raro.

-¡No es tan raro!- gritó, desde su espalda, asustando al frutero que, efectivamente, lo reconoció. Iba a ser un día divertido tras eso, sobre todo porque casi toda la calle se giró momentáneamente a mirarlo, y algunos empezaron a correr. "Aysh".
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Mar 26 Abr 2016 - 14:35}

Era un día soleado que invitaba a hacer el vago y quizás sentarse en una terraza a tomar un helado de fresa. Mientras caminaba con mis llamativas ropas rojas y mi sombrero a juego por las calles de la Isla de Lvneel donde, al parecer, hace años se había ejecutado a un hombre por mentiroso.

Las calles por las que caminaba se podía sentir la tranquilidad y el sosiego de una tarde de verano o ¿quizás de primavera?. Dicho sosiego solo era interrumpido por el canto de algunos pájaros aunque esto me relajaba todavía más.

Al pasar por delante de una frutería, pude ver una escena un tanto extraña. Una hermosa marine, dos tipos uno de ellos debía ser famoso aunque no sabía si para bien o para mal, pero la cosa es que uno de los dos niños que estaban allí que el tipo de los carteles le había dado dinero. Al pasar junto a este grupo de gente dije:

- Buenos días - dije haciendo una pausa algo me dice que si hubiese presenciado la situación que ha tenido lugar aquí, la sensación de calma y tranqulidad que esta isla me ha brindado habría cambiado, pero bueno un poco de "acción" no viene mal de vez en cuando.
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Mar 26 Abr 2016 - 23:03}

Dos horas y media dando vueltas por aquella isla y no había encontrado la herrería que le habían dicho que encontraría "siguiendo recto un par de calles". Su sentido de la orientación había ido creciendo durante aquellos meses, solo que hacia signos negativos y de una forma exponencial; solo un tonto giraría a la izquierda cuando le han dicho claramente "recto", pero hay que decir en su defensa que le había parecido ver un gato azul y se había emocionado.

Ataviado como de costumbre con sus pantalones y camisa, cortos y negros ambos; su capa de un rojo vino ondeando al viento, aunque sin la capucha tapándole el rostro, nuestro pequeño Neo se había subido a lo alto de un edificio con poco esfuerzo y de un par de saltos por la escalera de incendios y se había, en el borde del tejado, a mirar en busca del maldito recinto que buscaba. En la última semana no habían aparecido criminales por los que poder cobrar algo de berries y Neo empezaba a necesitar de sus "raciones extra de comida cada media hora"... Obligatorias.

Por desgracia para él solo veía tiendas de ropa y, para mayor desgracia aún, restaurantes variopintos que hicieron que le rugiera con fuerza el estómago. "Me cago en la puta de oros...", pensó mientras saltaba los dos o tres pisos del edificio y rodaba para amortiguar en gran medida la caída. Dio un par de pasos pensando en qué poder hacer para conseguir el dinero que necesitaba o para, en su defecto, comer gratis cuando de repente la gente empezó a gritar porque sí corriendo en la dirección opuesta a la de él. Creyó oír de pasada palabras tales como "peligroso", "pirata", "peliblanco", "recompensa de cojones", "sensual" y "nuevo restaurante". Sinceramente, no sé por cuál de todas fue por lo que lo hizo, pero echó un sprint hacia el lugar del que la gente huía.

No tardó más de un par de segundos pues, por suerte o desgracia, estaba justamente al lado. Aunque dicen que un tropiezo lo tiene cualquiera, creo que tropezarse contra una jaula llena de gallinas rojas haciendo que se abriera y salieran desperdigadas chocando contra todo lo que tuviesen en frente y, de paso, cayéndose justo encima de una marine y un chico misterioso no es un tropiezo cualquiera. Aunque bueno, son cosas de Neo, dejémosle al pobrecito.


Última edición por Neo el Sáb 30 Abr 2016 - 22:05, editado 1 vez
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Miér 27 Abr 2016 - 1:31}

La gente no se lo creía y si no se reía de mí, esto sucedía siempre que les contaba mis inicios en la marina, y esas reacciones se intensificaban aún más cuando les decía mi puesto dentro de esta y el tiempo que llevaba en ella. Sí, así es, llevaba más de dos años dentro de la marina y mi rango seguía siendo el de un simple recluta, meritos para ascender, pues no sabría decir si había conseguido alguno, seguro que sí, pero o por pereza o por el simple hecho de que mis responsabilidades aumentarían no pensaba ascender nunca, estaba “cómodo” en este rango, y la verdad Arthur me había facilitado el estar así.

Ya no sé que me había llevado a esta entrañable isla del North Blue, la isla Lyneel, posiblemente algún encargo en el cuartel o simplemente hacer obligarme a hacer el fatigoso y aburrido trabajo de campo, recorriendo las calles en busca de algún delito que se cometiese, y como requería el trabajo debería ir con el uniforme de la marina, y por eso mismo no iba con él, sino que llevaba mi ropa de trabajo de campo, pareciendo como siempre alguien que no pertenece al ámbito de la justicia, la gente decía que era de impresentables, pero yo siempre les respondía con lo mismo, “soy un agente de incognito” bien pensado estaba bien ser un agente así, pero muchas veces me metía en problemas. La persona que me dijo que tenía que ir me había dado un papel enrollado para que lo entregase en el cuartel, quizás no debería de haber lo hacho, pero mientras viajaba a la isla abrí el mensaje y pude ver que era una carta de amor a alguien de aquella base, la verdad me parecía que se habían reído de mi.

Volvía del puerto donde me había hecho con alguna lubina y con unos cuantos cacahuetes para poder dar de comer a Jack, lo cual añadiría a mi despensa; saqué mi preciada brújula para así poder saber dónde estaba el cuartel y así poder entender por qué me encontraba en aquella isla. Apenas me había dado tiempo a ver la dirección que marcaba la brújula cuando mi mono Jack, de pronto me avisó del tremendo error que se me había pasado por alto, la cabeza de una de las lubinas sobresalía por la parte posterior de mi cabeza, y miraba en la misma dirección que mi espalda. Este sencillo error, me marcaría el curso del día, estaba seguro de ello y justo cuando me puse en dirección al cuartel.

De camino al cuartel, las gaviotas empezaron a graznar más de la cuenta, y de hecho la gente se iba apartando de mí, quizás fuese por la cabeza de pescado en la cabeza o por que las gaviotas de vez en cuando descendían a gran velocidad hacia mí de vez en cuando, hasta que las gaviotas pasaron de sutilezas y comenzaron a atacarnos a Jack y a mí, por lo que me volví intangible para no sufrir daños, mientras en mis hombros Jack luchaba afanosamente contra las gaviotas que se acercaban, otras conseguían atravesar las defensas y me picaban y comencé a correr por las calles, con un mono en los hombros, perseguido por gaviotas y estas luchando contra el mono.

Esta escena duro bastante tiempo o eso me lo pareció a mí ya que entré en una calle donde pude ver a una joven vestida con el uniforme de la marina hablando con un joven rubio, a la conversación me pareció ver entre las alas de las gaviotas que seguían atacándome que se les unió otra persona, una persona alta bien vestido con el pelo de dos colores y un joven que se había tropezado con unas jaulas en las que había unas gallinas rojas que se había caído sobre la marine y el chico rubio. Yo seguí avanzando hasta colocarme al lado del hombre con traje y pelo de dos colores y me cuadré frente a él mirando la escena de alrededor.

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-Jack Suzume se presenta a usted- dije haciendo el saludo de la marina- me han pedido que le entregue esta carta desde otra base de la marina- le dije y el tendí una mano con la carta en esta; mientras Jack seguía luchando contra un par de gaviotas que no se habían rendido y me picoteaban la cabeza de vez en cuando.
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Lun 2 Mayo 2016 - 12:47}

Está bien, al menos un contratiempo resuelto. Al menos había conseguido lo que a su punto de vista era lo más justo y sobre todo correcto, por lo que esperaba tener finalmente una mañana tranquila, ya que el Sol ya había comenzado a moverse desde su punto más alto, el medio día pasaba ya, y ahora tocaba continuar el rutinario patrullaje por Lyneel, o al menos la zona que la habían encomendado.
Se preguntó si aquellos infantes se pasarían por el cuartel y poder labrarse un futuro, ya que ella misma pasó por algo similar que tras la trágica muerte de su padre, entró desde muy pequeña a la marina, y sabía perfectamente que ese comienzo fue muy duro, pero poco a poco y con paciencia empezarían a dar sus frutos, y aunque bueno de momento era una recluta, ya era algo. Por lo que se ajustó los guantes seguidamente de la gorra con aquellas googles puestas sobre la visera. Soltó un pequeño suspiro cuando comenzó a caminar. Entonces con la mirada hacia un lado, y no es que estuviese muy distraida, sino que casualmente no se fijaba en el cuerpo del rubio que iba directo a ella, cuando entonces "plop". Naitlyn sintió como un ligero toquecillo en la zona del homoplato derecho, dando un pequeño respingón por esa sensación. ¿Qué había sido eso? Parecía como si algun pajarito se hubiese posado durante un momento, y entonces se giró lo justo para quedar frente a un chico que no sería mucho más mayor que la propia marine. Cabellos rubios en punta, y una cara con las facciones suaves haciendo que a pesar de haber cumplido seguramente la mayoría de edad, le daba un aspecto un tanto aniñado, contando de que también sería algo mas bajo. Ella lo observó con sus anchos ojos vino tinto parpadeando varias veces, parecía nervioso ¿por qué? ¿Acaso ocultaba algo? Y entonces lo escuchó, lo que hiciera que la mujer alzara una de sus finas cejas, la derecha.

-Ey ey, cálmate muchacho- Dijo con un suave tono de voz para no alterarlo más de lo que está. -¿Empujarme? La verdad es que sólo he sentido un toquecito leve ¿Eso lo llamas empujón? Meneó la cabeza mientras en la comisura de sus rosados y carnosos labios se dibujó una pequeña sonrisa. -A ver, que ocurre ¿por qué estás tan nervioso, te pasa algo, te ha pasado algo? ¿Quieres contarme alguna cosa y no sabes como? Respira profundo y suelta el aire por la boca despacio. Volvió a hablar a ver si el chico se aclaraba o al menos se tranquilizaba y así poder obtener una respuesta, cuando la mujer apoyó la mano derecha sobre la cintura.

Pero eso sería el principio del..¿fin? No, más bien del caos, porque tras hablar con el joven rubio, no pasaría mucho tiempo más cuando desde la frutería se escucharon las voces algo alteradas de los niños que acababa de tener el encontronazo, junto con el frutero que de repente se sorprendió cuando miraba a una figura. La marine  con curiosidad, desvió la mirada ante aquella situación. ¿Por qué se había asustado ese hombre? -¿Uhmm? Aquí había algo raro, pero no sabía el qué exactamente. Entonces cuando comenzó a divisar mejor al señor misterioso, pudo fijarse como poco a poco empezaba a tomar forma. Parpadeó varias veces, porque pronto una imagen se iba formando en su cabeza cuando aquel hombre lo iba reconociendo.
Pelo bicolor, tonos de albino, un rostro algo más curtido que el primero que se chocó accidentalmente con Naitlyn. No, no era posible, ¿una persona como EL en un lugar como este? La diosa fortuna a veces era maliciosa, pero a veces se pasaba de burlona, no, ahora era mas bien una broma de mal gusto, porque en ese instante cuando algunas personas que pasaban cerca suya hicieran que empezaran a correr en direcciones opuestas porque era como si el peligro de muerte fuera inminente. Sí, aquella reacción de los transeúntes no hacía nada más que corroborar sus sospechas de quién se trataba. Por lo que por el momento no prestó atención al joven rubio que seguramente también se daría cuenta que algo fuera de lo común se estaba formando en esa calle, junto a una simple frutería. Pobre hombre, es posible que perdiera el puesto por lo que a lo mejor se avecinaba una lucha entre grandes poderes, poderes que desde luego estaban lejos de la propia Naitlyn, una simple recluta que solamente estaba patrullando un poco las calles de Lyneel...

Sus pupilas se dilataron y una gota de sudor cayó por la izquierda de su sien, la que no estaba tapada por el enorme flequillo que le caía, en señal de sorpresa e incredulidad porque lo primero que se fijó fue en el cabello bicolor, algo poco usual en la gente pero no imposible. Una cara joven pero que se nota curtida por la experiencia de muchas vivencias pasadas, ojos claros como agua cristalina, y un aire despreocupado que desde luego no sabía si en los carteles de búsqueda y captura se podía notar, pero ahí estaba sí, su mente divagó un poco al pasado cuando leía las noticias del CCOO, aquel periódico que era repartido por albatros por todo el mundo, por lo que su cara era demasiada conocida, tan conocida como para pasar desapercibido en cualquier lugar, por muy recóndito y escondido que esté.
Su cuerpo con un pequeño de temblor, sin dejar de mirar al hombre que allí estaba, aún estaba anonadada, con la boca semiabierta, estupefacta, mientras como pudiese intentó meterse la mano al bolsillo para sacar aquel caracol que usaban para comunicarse con el cuartel general del North Blue. El Den Den Mushi, que a su vez también temblaba pero era por la mano que lo sostenía, y que debido al nerviosismo no era capaz de atinar para poder encenderlo. -Maldita sea... que hace un Yonkou.. aquí- Se dijo para sí misma cuando miraba el caracolófono mientras seguía cayendo sudor por la frente y fruncía el ceño cuando no era capaz de poder activarlo por el momento de tensión que se había formado.  El caso es que cuando estaba a punto de por fin establecer contacto con el cuartel, otro individuo se presentó en la escena igual de sospechoso debido a su tranquilidad que se le notaba.

Naitlyn giró el rostro un momento para mirarlo interrumpiendo en aquel instante el intento de comunicación para informa sobre lo que había encontrado, o más bien a quién había encontrado, o dejarse ver al público quizás sería la deducción más exacta. Así que fijándose un momento en ese hombre de cabellos rojos como el fuego, algo largo y bien vestido con un traje negro y formal, no se dio cuenta de lo que se le venía encima, dado que se pudo escuchar un pequeño estruendo y un sin fin de cacareos de gallinas por doquier o al menos de un lateral de ella misma, por lo que justo cuando se giró a voltear a mirar que pasaba, ¿que era esta escena tan subrreal que estaba sucediendo? Si por la mañana era de lo más normal, como se pudo torcer de tal manera hasta límites insospechados. Entonces justo cuando desvió la mirada ya estaba casi a su altura, lo cual solamente pudo percibir que era alguien de estatura baja, quizás otro niño, cuando justamente sintió el encontronazo, que a diferencia del primero, este si lo sintió más. ¡Pom! y ambos cayeron al suelo.

No fue fuerte la caída, pero si algo aparatosa porque se le fue de las manos el Den Den Mushi, que seguramebte yacería a algunos metros el pobre animal, pisoteado por algunas gallinas que parecían que corrían sin cabeza de un lado a otro, soltando una pluma que otra porque estaban nerviosas después de que alguien golpeara la jaula con violencia aunque accidentalmente y así romper la misma.
La marine se dio un ligero golpe en la espalda debido al suelo duro de piedra trabajo de la ciudad, aunque el chico había tenido algo más suerte porque cayó encima de la luchadora, donde por una extraña razón sentiría que en vez de un impacto seco al golpear el piso. sería más una sensación de caer sobre algo esponjoso y mullido. Entonces ella abrió los ojos dado que los había cerrado tras el accidental suceso y se fijó en el rostro del chico, de aspecto aniñado por lo que sería difícil calcular su edad aproximada, pero si pasaba la mayoría de edad, sería por muy poco. Parpadeó varias veces ¿cómo había acabado en esa situación actual? Miró a su derecha y se dio cuenta que en la mano ya no tenía el Den Den Mushi, por lo que entonces echó a un lado al chico, a su izquierda para ser exacta, poniendo justo al lado del rubio que al parecer también podría haber caído ante el tropiezo del primero, y se quiso poner de pie, pero en cuanto se sentó en el suelo mientras buscaba el aparato-animal con la mirada, otro hombre más se unió a la fiesta de los despropósitos, porque como si no fuese con él la cosa, o que todo lo que ocurría le era totalmente normal, mientras era atacado por un par de gaviotas, que madre mía que escena, este se presentó de una manera que le hacía similar a un militar cuando le entregaba una carta, y ella desde el suelo con ambas manos apoyadas en el mismo, alzaba una ceja de no sabía a ciencia cierta que mueca hacer, sorpresa,  incredulidad,  resignación o qué, por que lo que pasaba no era normal en absoluto, o al menos para ella, dado que los presentes masculinos se les veían muy tranquilos. Era eso o es que ella simplemente era tan novata que aún no se había acostumbrado a como eran los forasteros realmente y sus formas de ser.

Ella parpadeó varias veces enarcando las cejas en señal de "Que demonios pasa aquí" mirando a Jack victima de pájaros cuando meneó la cabeza y tomó la carta -Na...Naitlyn- Ella de forma cortés dijo su nombre también, para que seguidamente levantarse y ajustarse la gorra que se había movido hacía un lado. Entonces se percató de los dos chicos. -Ey, ¿Estáis bien?- Preguntó interesándose en la integridad de los que se habían caído con ella. -Este lugar es peligro ahora mismo, os sugiero que os escondáis o algo- Dijo sin saber si quiera que seguramente ella fuese la menos apta para poder hacer frente a un pirata que se podía considerar una leyenda viva. -El Den den Mushi, tengo que encontrarlo y avisar al cuartel. ¿Es que no hay nadie normal aqul?- Se dijo a ella misma por que todo lo que parecía sonaba a comedia mala de serie B, cuando buscaba el comunicador con la mirada.
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Lun 2 Mayo 2016 - 14:27}

Pudiendo observar que aparentemente el pequeño impacto no hizo nada para molestar a la cadete, y recordando su falta de peso a la hora del choque, Shiro pudo relajarse visiblemente ante sus palabras. No parecía una mala persona para ser Marine, pero bueno, igual debía andarse con precaución, incluso si la chica no presentaba ninguna gabardina sobre los hombros con chapilleras que indicasen alto rango. Respirando profundamente, el joven se quitó el gorro de su gabardina de la cabeza, lo cual podría salirle bien o extremadamente mal. Si la chica no reconocía a un revolucionario que bien podría ser un supernova si fuese pirata, quitarse el gorro podía ayudar a ganar algo de confianza para que luego le dejasen marchar. Si tan solo el revolucionario hubiese sabido los eventos que se llevarían a cabo en aquel mismo sitio...

Un revuelo y sonidos de miedo e incertidumbre asaltaron sus oídos desde su espalda, desvelando el hecho de que no estaba solo; la cara de la chica, que gradualmente cambiaba de incertidumbre a horror absoluto y miraba a sus espaldas, no ayudó mucho al ambiente que digamos. Con un giro de talón notablemente practicado, el joven de peso ligero se dio la vuelta para observar una vez allí una escena que no olvidaría en un largo tiempo... la entrada de un Emperador Pirata a la escena. No cabía duda de que era él, esa cara era idéntica a los posters de Wanted de más de mil millones que pedían por su cabeza. Dexter Black, si mal no recordaba. Nombre temido y respetado a través de los océanos, y ciertamente uno conocido hasta en los rincones más aislados.

Pero ahí no paró la cosa, y eso que ya bastante rara estaba. De tan asustado y nervioso que se encontraba, no llegó a escuchar los pasos que provenían de su izquierda (mientras observaba al famoso pirata) siendo derribado al suelo fácilmente por lo que parecía ser un crío. "Demonios, debo subir mi peso cuando no necesite ser ligero" -pensó, reponiéndose de la caída de un saltito con mucha facilidad. Al observar al chico que lo había derribado, pudo ver que vestía de forma algo extravagante, pero no llegó a fijarse en él por mucho tiempo, tenía cosas más importantes que atender.

Aparentemente a la chica le habían derribado el Den Den Mushi de las manos, y lo buscaba frenéticamente. Pudiendo observar que en ese momento, incluso de ser reconocido como criminal, había al menos otro más que se encontraba presente y cuya recompensa y peligrosidad superaba con creces la propia, no sintió ningún peligro de darse a destacar si con ello ayudaba a los débiles. Ese, después de todo, era su trabajo, aunque los débiles estuviesen en su contra. Localizando al pequeño caracol a algunos metros a la derecha de la chica que en el momento se levantaba tras recibir una carta de, aparentemente, un militar de algún tipo que iba encubierto (posiblemente Marine, dado el saludo particular) Shiro dio un par de pasos a un costado para buscar una trayectoria en la que nadie se interpusiera en su camino, y luego disparó su mano cyborg hacia el animal con un sonido levemente audible; aunque con tanto ruido alrededor de gallinas, gaviotas y Dios sabe qué otra locura, a lo mejor ni se escuchaba. Afortunadamente el aparato a recoger no estaba cerca de ninguno de los presentes y pudo recuperarlo con facilidad.

Apenas lo tuvo en su mano, la retractó hacia su brazo nuevamente, las cuerdas de acero trenzadas que los unían moviéndose a toda marcha hasta un segundo más tarde, cuando ya había recuperado la mano robótica anteriormente oculta bajo gabardina y guante. Caminando de nuevo hacia la chica, que aparentemente le había dicho que se retirara debido a que esta situación podía ser "peligrosa", no pudo evitar mostrar una sonrisa nerviosa. Si algo tenía la chica, desde luego era valor. O estaba loca. Quizás ambas. Ofreciendo de vuelta al DDM, el rubio respondió a la chica, con toda la seriedad típica de cuando se encontraba en una misión (Y estaba de vacaciones)

"No es por ofender, pero pienso que deberías seguir tu propio consejo y alejarte de aquí. Este lugar se ha vuelto demasiado peligroso para la gente normal. Te pido que te lleves al chico y pidas refuerzos, yo intentaré controlar la situación, o al menos hacer que no se descontrole más de lo que ya está. Pide que evacuen la zona inmediata y que se preparen para lo peor."

Con esto, dirigió su atención de nuevo al dúo que parecía más poderoso del lugar, si bien solo presentía esto por el aspecto despreocupado y jovial que llevaban, como si fuese una característica de la gente fuerte. El Marine encubierto, y el Yonkou. Para no hablar de un hombre que había dicho alguna tontería sobre cruzarse en su camino o algo por el estilo al cual apenas le prestó atención, si bien era cierto que su voz parecía experimentada y amenazadora. En esos momentos, solo las acciones de esos tres hombres en frente suyo podrían decidir los eventos que se desenvolverían en el futuro próximo, y Shiro solo pudo esperar que la gente fuese evacuada lejos cuando esto sucediese.
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Jue 12 Mayo 2016 - 13:41}

Fenrir salió del barco con unas tremendas ganas de vomitar. Su rostro estaba pálido, y su pelo, revuelto. Tenía ganas de caerse muerto en alguna esquina, y esperar a que su estómago cesase en su empeño de querer hacerle echar hasta las papillas de recién nacido. El asesino caminaba dando tumbos de aquí para allá, aún mareado por el viaje. "Joder, odio los putos barcos" pensó, mientras se apoyaba en una farola, cual borracho, intentado que la calle dejara de girar a su alrededor.

Cuando el mundo se detuvo más o menos, el hombre respiró hondo un par de veces, observando su alrededor. Acababa de llegar al reino de Lvneel, una isla en el North Blue, y esperaba encontrar algún encargo en aquel lugar con el que ganarse algunos berries. Se ajustó el cuello de la chaqueta y respiró hondo. El hombro le dolía un poco, posiblemente por la mala postura que había adquirido durante la noche.

De pronto, un fuerte alboroto al final de la calle llamó su atención. El hombre empezó a caminar en aquella dirección, arrastrado por la curiosidad. Un montón de gente se alejaba corriendo de allí, espantada ante lo que parecía una bandada furiosa de ¿gallinas? Fenrir abrió mucho los ojos bajo su máscara. ¿Qué demonios estaba pasando allí? De pronto, una de las aves revoloteó caóticamente por el aire, hasta chocarse contra su cabeza. Con un estridente cloqueo, la pobre gallina intentó alejarse, pero Fenrir fue más rápido. Con un rápido movimiento, agarró a la gallinácea por el cuello y dejó fluir su poder hacia ella. La gallina empezó a poner los ojos en blanco, mientras una virulenta enfermedad recorría su cuerpo, dejándola moribunda. El hombre soltó al animal, que cayó al suelo, inerte.

A continuación se acercó hacia el centro del caos, con una expresión de enfado. Una sucia gallina acababa de estrellarse contra él. No era la clase de bienvenida que esperaba. Tampoco aguardaba una recepción con trompetas y tambores, pero aquello le parecía denigrante. Normalmente no se habría dejado llevar por la rabia, pero aquello había sido la gota que había colmado la pequeña taza que era la paciencia del asesino. En ese momento, alguien le agarró por la muñeca con una fuerza sobrehumana. Fenrir se giró para ver ante él una persona estrambótica y de aspecto bizarro: un hombre con el torso desnudo, una máscara de oso panda y unas pezoneras en forma de corazón. El hombre arqueó la ceja, extrañado, pero su sorpresa tan solo aumentó al ver que en la otra mano, aquel curioso personaje empuñaba un enorme calabacín del tamaño de un bastón.

- Ssssssh... -dijo el recién llegado-. No digas nada... -un instante después, el hombre echó a correr hacia el montón de gallinas, atrayéndolas y alejándolas de allí.

Fenrir estaba próximo al estado de shock. ¿Qué mierda acababa de pasar? ¿Seguía soñando y estaba aún durmiendo en el barco? Aquello tenía más aspecto de un mal sueño que de la sucia realidad en la que vivía. Casi parecía cómico. Con el desastre de las gallinas arreglado, la gente empezó a fijarse en él. Gruñendo, el hombre se fijó en que una marine estaba allí cerca. Tratando de pasar desapercibido, se acercó a uno de los laterales de la calle, metiéndose por un callejón estrecho. Esperaba que no lo hubiera visto, pues su cabeza valía bastante dinero ahora, según había entendido, y no le interesaba hacer mucho ruido antes de encontrar un cliente que quisiera pagar por sus servicios como asesino a sueldo.
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Líder de la revolución
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Vie 13 Mayo 2016 - 1:17}

"Vale, analicemos la situación", dijo Dexter en su mente, reflexionando todo lo que repentinamente comenzaba a sucederse en una serie de catastróficas desdichas... Más o menos. La verdad es que debía reconocer que le hacía gracia en su mayoría el escándalo que comenzaba a armarse, desde los transeúntes que se alejaban con miedo, algunos incluso apurando el paso, hasta el incesante cacareo que de repente inundó el ambiente. ¿No iba a tener un sólo día normal en Lvneel en toda su vida? Aunque por lo que tenía entendido, para gente como Montblanc Norland había sido también un no parar... Zarpando del puerto un día, audiencia con el rey al siguiente, ejecución por mentiroso al poco tiempo... Sin duda era una isla donde el revuelo se llevaba en la sangre, aunque el ambiente en esos momentos, más que de festividad, estaba cargado de plumas rojas y pollos que cargaban contra todo lo que encontraban en su cruzada por la ira. A él lo golpearon tres.

-No tiene gracia- dijo, segundos antes de comenzar a reír como un loco, aún con el momento en mente y con la cara rozando el suelo.

Una de las gallinas pasó por encima de él, y con sumo cuidado se levantó mientras de nuevo volvía a hacerse una imagen del panorama que ahí tenían. Pasando por alto el revoloteo violento de las aves en aquella danza digna de avestruces reumáticas peleando por comida, se encontraba con la Marine que, como él, cayó al suelo sobre... "Oh, mira tú por dónde". Estaba embutido en una gabardina, y en la cabeza una especie de gorro cubría su cabello rubio, pero tenía un enorme parecido con alguien cuyo rostro conocía de los carteles de Wanted, y cuyo nombre relacionaba a
Krauser. Justo donde se había reunido con el Demonio de la Niebla se encontraba con uno de sus hombres... Sin embargo, ¿Conocerían en la Venganza de la Quimera la vinculación del Pirata con aquella división? Sinceramente lo dudaba, ya que fue en su tiempo como Shichibukai y que se descubriese accidentalmente habría puesto en serio peligro los intereses mutuos del ex-Almirante y los suyos propios.

Y había algo más, claro. Como de costumbre, nuevas puestas en escena. Con el revoloteo no se había fijado bien, pero un hombre pelirrojo de aspecto misterioso, ya que pese a sus ropas llamativas sus palabras resultaron de lo más rocambolescas, crípticas... No lo comprendía muy bien, pero parecía algo ajeno a los pollos, como si le agradara su cacareo e incluso le resultara relajante. Lo peor era que, sumado a sus palabras, era posible que estuviera en lo cierto. "O tal vez me lo esté imaginando yo", dedujo finalmente, fijando su vista en el adolescente que ahora ocupaba la atención de la recluta; un chico que, como él, tenía la piel clara y los ojos como el hielo, pero pelo negro. Era lo que le fallaba para ser albino, a decir verdad, y le recordaba en parte a él, a medias al menos.

Y, para finalizar el esperpento, una gallina muerta en manos de un tipo sospechoso, un hombre panda que con un calabacín atrajo a todo el corral y se alejó por las calles entonando una dulce melodía, tan disonante como horrenda, y a la vez hipnótica y adictiva. Tabaco Musical era el nombre con el que se referiría a ella en el futuro, pues por un momento estuvo a punto de seguir a Pandaman para continuar escuchando aquella cantinela silbada... ¿En dónde se estaba metiendo?

-Ah, y además me olvidaba de ti- comentó, viendo al hombre que se presentó como recluta Jack Suzume, sin percatarse de que todo lo anterior había sido tan sólo un monólogo interior-. ¿Esto es para mí?

Arrebató de manos de Naitlyn la nota, y comenzó a leerla en voz alta mientras variaba su tono entre el dramatismo y la casi risa. ¿De verdad alguien podía escribir eso para él? Es decir, Jack se la había tendido a él, ¿Por qué la Marine la cogió? Tal vez necesitaba sentirse querida... ¿Falta de cariño?

-...Y en ópera la soprano no puede igualar la dulzura de tu voz. Necesito abrazarte, asir tu mano como si de un trofeo se tratase y perderme en tus caderas de leche y miel. Eres la más señora de todas las putas, mi pequeña Zorra. Te quiere, Jack.

Dirigió una mirada severa al tipo aquel antes de reírse de nuevo, suponiendo que debía ser una broma, al menos mayormente. Su voz era bonita, pero no sabía cantar, y además no era ni una señora ni una zorra. Tal vez una puta sí, aunque tenía serias dudas debido a detalles anatómicos de relevancia relativa en aquellos momentos.

-No sé que decirte, Jack- terminó diciendo, mirándole a los ojos mientras trataba de asir las manos del Marine-, ha sido precioso- la fingida ilusión y la emotiva entonación hacían del momento casi una verdadera farsa para entremés de drama-. Sin embargo, mi corazón pertenece a otra persona. Su nombre es Naitlyn, y me ha hipnotizado desde que la conozco. Hace ya tiempo, pero aún siento que no hace ni cinco minutos me fijé por primera vez en su exuberancia- miró por un momento a Naitlyn, para devolver la mirada al recluta y tratar de darle un beso en la mejilla-. Sin embargo, podemos ir a tomar algo. Sólo como amigos, ¿Eh? Que los Marines tocáis siempre más de lo que me gustaría admitir...

Se separó de Jack para observar de nuevo el panorama, con el frutero lívido. Normal, debía estar alucinando con el número de vodevil barato que estaban montando en un minuto una panda de forasteros. Finalmente, se aproximó a la Marine, el revolucionario y el niño que estaba por ahí, y se agachó un poco para quedar a la altura del más bajo.

-¿Vosotros os venís? Yo invito.
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Miér 18 Mayo 2016 - 12:03}

Sin duda alguna Neo se había muerto y había ido al cielo, a un cielo justo que paga por todas las buenas acciones donde todo está hecho de nubes, blandas y cálidas al tacto, cómodas para posarse o para echar una pequeña siesta; un lugar dónde uno podía cerrar los ojos y quedarse dormido mientras se hundía en la comodidad de un lecho de nubes creadas especificamente para estar en paz. Aunque la verdad era que, si no había muerto, lo podría haber matado la mujer que había tirado al suelo mientras apoyaba su cabeza en sus pechos.

Con un incipiente rojo naciendo en sus mejillas nuestro pequeño se levantó lo más rápido que pudo, aunque no sin antes ser golpeado por una gallina voladora roja no identificada (¿GVRNI?), y se disculpó ante la mujer. A la chica, que se fijó en que era marine por la vestimenta, no pareció importarle demasiado que la hubiera placado, dejado tirada en el suelo y hubiera usado como almohada provisional sus pechos. Solamente de pensarlo volvió a ponerse rojo, no tanto por vergüenza sino un poco por miedo a llevarse un guantazo; no se lo llevó, pero oye, el miedo estaba ahí.

La chica, que se había identificado como Naitlyn, parecía un poco inquieta, lo más probable que por lo que todo el mundo había salido corriendo y él se había decidido a acercarse: Dexter Black. Al principio no pensó que fuera a ser tan famoso pero por lo menos había entendido el pavor de toda la gente al huir como si no hubiera un mañana. Por mucho que hubiera querido cobrar su recompensa era obvia la diferencia de poder entre ellos, y sabía que enfrentarse a él era una muerte segura. De la misma forma y aunque hubiera podido contra él, tampoco sabía si era mala gente.

Miró a su alrededor pensando en qué hacer y, en un momento de lucidez, se dio cuenta de que todas las gallinas habían dejado de correr como pollos sin cabeza -valga la redundancia- y estaban persiguiendo a un... ¿Hombre panda? Bueno, él no era quién para juzgar a nadie, no sería la primera ni la última vez que hacía cualquier sinsentido en público.

Al final no tuvo que decidir qué hacer, pues fue el propio pirata el que se acercó a él. Seguía sin creerse demasiado que alguien como él estuviera en un lugar como ese. Con la mirada fija en él como si no fuera más que un espejismo, alzó la mano a la altura de su rostro y la dirigió a la cara del peli-monocromático, que, aunque la diferencia de altura podía ser medio metro o más, se había agachado y se había quedado casi a su nivel. Con el dedo índice toco la mejilla de Dexter, apretó levemente y como si hubiera descubierto una raza nueva, sonrió abiertamente.

- Eres real, qué cosas. -dijo como si nada sin borrar de su rostro la sonrisa. No tenía pinta de ser un mal tipo, así que asintió.- Y yo me apunto. No tengo nada mejor que hacer.

Y no era mentira. Lo más probable es que no lograra encontrar la herrería que buscaba, así que dar una vuelta no le sentaría nada mal. Se llevó la mano al estómago justo cuando este soltó un rugido.

- Podría comerme una maldita vaca ahora mismo. -se quedó pensativo y volvió a mirar a Dexter.- ¿Crees que las gallinas de antes puedan estar ricas? Puedo ir a buscar alguna si hace falta... -

Lo más seguro es que todos pensaran que no era más que un niño, pero tenía demasiada hambre como para importarle, así que simplemente lo dejó pasar. Al fin de cuentas estaba con uno de los piratas con más recompensa de todos los mares, dos marines y un par de personas más. ¿Qué era lo peor que podría pasar?
Sasaki
Vicealmirante
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[Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre Empty Re: [Pasado] Patrullando las calles de Lyneel. - Libre {Mar 31 Mayo 2016 - 11:51}

aclaración:

La cosa no era muy caótica por el momento, sin embargo en cuestión de segundos se volvió completamente caótica y extraña. A la joven marine cuando se cayó por culpa del civil que asustó a las gallinas se le cayó un Den Den Mushi, todo estaba en caos, cuando la chica se incorporó fue a tomar la carta que le había tendido al hombre trajeado que al cual reconocí en el mismo instante en el que se giró para coger la carta de manos de la marine, no era ni más ni menos que el Yonkou Dexter Black “Esto es surrealista, un Yonkuo fuera del nuevo mundo, un chico que asusta a gallinas rojas, una marine que busca pelea con un yonkou en medio de una ciudad, y estas malditas gaviotas que no me dejan en paz. ¡Oh! Pero si es que no guarde bien el pescado, bah esto ya no sirve” dije hablándole a la pared de uno de los lados de la calle mientras me sacaba el pescado que sobresalía de la cabeza “si es que soy el único normal aquí” volví a decirle a la pared como si allí hubiese alguien.

A Naitlyn, que es como se presentó la marine cuando cogió la carta, le tiraron el Den Den Mushi de las manos con el jaleo que se había montado, hecho que le puso a buscarlo frenéticamente, entonces apareció un brazo que se alargó hasta el animal que lo cogió, el brazo pertenecía al primer chico que había chocado con la chica “parece que el chico no es alguien normal y corriente, espero que no pretenda llamar a nadie con eso” pensé mientras veía la escena, sin embargo le tendió el aparato a Naitlyn. Al ver lo que podía acarrear el que le devolviesen el aparato a la chica, extendí mi mano y Jack bajó por él, fue hasta donde estaba el DDM y lo cogió para volver de nuevo a mis hombros y entregármelo.

-Si no te importa Naitlyn yo llevaré esto- le dije a la chica de forma alegre- además, ¿no has pensado qué pasaría si llamas al cuartel?, por si no lo has hecho te lo diré, sacarán un montón de efectivos para luchar contra él- dije señalando a Dexter quien estaba leyendo la carta- y la ciudad posiblemente se convertirá en escombros por la lucha. Es un Yonkou, no es alguien débil a quien se pueda atrapar sin más, así que no vayamos a hacer estupideces- terminé de decir.

En ese momento Dexter terminó de leer la carta leyendo la última frase de esta en voz alta, “vaya no pensé que fuese a leerlo en alto” pensé mientras me giraba para hacer caso al Yonkou que ahora me hablaba directamente, al parecer se creía que era yo el que le había escrito la carta y que realmente iba dirigida a él, bueno la verdad era que no podía negárselo ya que la carta estaba firmada con mi nombre, aún así se lo tomó con humor y me respondió que su corazón pertenecía a otra persona, la marine Naitlyn,  pero por mi orgullo debía de acabar su error.

-Señor Dexer Black, como ya le he dicho, esa carta no ha sido escrita por mí, sino por otra persona que ha dado la casualidad de que se llama igual que yo, Si quiere zanjar esto por conseguir el corazón de esta chica, le reto, usted elige el sitio para zanjar esto.

El pirata ofreció ir a tomar algo, supongo que en señal de amistad, pero esa era la mía, debía de conseguir el corazón de la chica, y que mejor manera que en una competición de beber, sabía que tenía más aguante que el resto gracias al metabolismo acelerado que tenía, así que porque no ir, además si conseguía emborrachar al pirata lo suficiente podía atraparlo y eso sería un salto importante en su carrera. El pirata se separó de donde estaba y fue hacia el resto de integrantes del grupo para ver si querían venir a tomar algo.
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