[Presente][Privado manu3ls-Nostariel-Kokonoe Toru]Tres motivos y un destino.

Llevaba varios días de viaje en una embarcación de la agencia, el viaje estaba siendo bastante tranquilo y no tuvimos casi ningún percance en el transcurso, excepto el cocinero que es bastante pésimo, no e sido capaz de probar bocado del "especial del día" que había preparado, además todavía me encontraba raro desde que me comí la fruta hace unos días, todavía no me había acostumbrado a su poder y ni siquiera me acerqué cerca de la borda por temor a verterme por ella. Ya veía la costa de Domica, una gran isla conocida por sus mercados, pescadores y gran número de habitantes y por fin iba a pisar tierra firme.

Una vez atracamos en puerto me inundó el clamor de voces y olores que provenían de un gran mercado que recorría gran parte de los muelles, me olía bastante bien a pescado frito aún antes de bajar, me dirijí a mis compañeros de navío y les dí instrucciones de que me esperasen a que volviese y que no se les ocurriera quemar el barco en mi ausencia, no quería celebrar mi recién ascenso teniendo que explicar algo así, además ya tenía bastantes problemas con la misión que le había atraído hasta aquí. Mis instrucciones las tenía claras, me habían mandado a encontrar a un pequeño grupo de revolucionarios, unos 4 o 5 según el informe, que se disponían a causar un altercado en un lugar conocido de la ciudad, y según nuestros espías iban a utilizar a varias personas de la ciudad como distracción.

-Será fácil-fue lo único que me dijo mi maldita jefa, como se suponía que iba a encontrar a un pequeño grupo en un lugar con tanta gente, sólo en el puerto habría miles de personas, pero mi trabajo era solucionar problemas y no ahogarme en ellos. Cogí todas mis cosas, incluidas mis últimas adquisiciones, y una vez que me vi listo desembarqué. Lo primero que tenía que hacer era encontrar algo de información y antes de partir me dijeron que el dueño de un local de la zona es amigo de la organización, asique me adentré en el mercado dispuesto a preguntar donde se encontraba el lugar y así aprovecharía para picar algo, sólo esperaba no distraerme con todas las cosas hermosas que veía en varios puestos, además las chicas de este lugar eran muy guapas y con un brillo espléndido en la mirada y entre eso y el hambre las tentaciones a parar son grandes.

Llevaba varios días siguiendo a unos tipos sospechosos en aquella isla, parecía que estaban tramando algo gordo a juzgar por las cajas que movían, y que al menos uno de ellos tuviera una recompensa por su cabeza no ayudaba, pero no parecía ser el jefe, por lo que no había intervenido aún. Ahora los estaba siguiendo por la calle principal, donde dejaron varias de las cajas en dos tiendas diferentes.

Cuando llegamos al puerto los sospechosos se separaron, dirigiéndose cada uno a un lado del puerto. Me decidí por el de mayor recompensa por su cabeza, puesto que sería el que más fácilmente fuera a ver al jefe de la red. Aunque parecía que me había confundido cuando paró en medio de la plaza del puerto, sentándose en la fuente a ver pasar a la gente.

Continúe mi camino hasta haberlo dejado detrás de mí, para luego sentarme en la misma fuente pero del lado contrario. No necesitaba verlo con mis ojos para saber dónde estaba, puesto que una fantasma espía nos había seguido todo el camino, vigilando que nadie me vigilara, aunque ahora servía para tener localizado al hombre.

off rol:

Llevaba ya unos minutos en los puestos del mercado deleitándome con un juego de dagas mientras comía un rico pincho de pescado, no sabía que pez me estaba comiendo, pero era lo primero que comía en días que no me dejaba un sabor terroso en la boca. Tras preguntar a varias tenderas, bastante lindas, una fue capaz de explicarme donde estaba exactamente, tenía que cruzar el puerto hasta llegar a la plaza y una vez allí girar a la izquierda, el cartel del establecimiento es grande y de color verde, escuché atentamente sus palabras embelesado por sus hermosos ojos del mismo color que dicho cartel.

Una vez que sabía a donde me tenía que dirijir y despidiéndome de la tendera comencé a caminar pensando en no distraerme más. Crucé el puerto observando a varios grupos de personas, todo parecía tener la típica normalidad portuaria, había varios marineros subiendo y bajando mercancías de distintos navíos, sin una pista inicial iba a ser un trabajo arduo poder encontrar al grupo de revolucionarios, según el informe sólo conocía el supuesto aspecto de tres de los revolucionarios del grupo que había venido a buscar, por ellos se ofrecía una grata recompensa, y por lo menos tenía por donde empezar a buscar.

Mientras segía rumiando la información que tenía de la agencia llegé a la plaza del puerto, había varios puestos en los alrededores de ésta y una bonita fuente en medio, la verdad que lo que me había hecho mirar fue un tono rojizo, era una joven bastante hermosa sentada a espaldas de la fuente, yo tenía que girar a la izquierda para llegar al establecimiento que ponía en el informe y me había prometido no distraerme más, aún así me dije que por dar un pequeño rodeo por la plaza no era exactamente perder el tiempo, sino observar detenidamente el lugar. Anduve con paso resuelto observando más de cerca a la pelirroja, aparte de su hermosura se veía que estaba en forma y desprendía un halo de depredadora, una mujer fuera de el alcance de mis encantos, pero eso no quitaba que si en vez de una fuente hubiese una estatua suya en la plaza, habría más gente visitándola.

Pasé de largo de esa bella mujer y seguí mi camino bordeando el lugar, su mera visión me había secado la boca y paré en un puesto más adelante a tomar un refresco, me senté relajadamente en unos pequeños taburetes que tenía el puesto y me giré a ver si volvía a ver la mujer, era una pena que desde la posición en la que me encontraba no se veía, sólo podía intuir un destello rojizo tras el agua de la fuente, dispuesto a darle mi último trago a la bebida y marcharme me fijé en un individuo que también estaba sentado en la fuente pero a espaldas de la joven, había algo en él que me había llamado la atención.-Claro está, es uno de ellos.-pensé, se había cambiado el color de pelo y llevaba una especie de bigote que en la descripción del informe no salía, pero tenía un tatuaje muy peculiar que iba desde la clavícula hasta el cuello, decidí seguir mi instinto y seguí vigilando a ese personaje, desde mi distancia no podía ver si el tatuaje coincidía con el de la descripción pero se veía que tenía uno en el mismo lugar, además si era él había tenido un buen comienzo, puesto que según los papeles a veces era parte del correo de los revolucionarios, empeñaba el papel de dar mensajes y parecía esperar con ansías a alguien, parecía bastante incómodo, se movía inquietamente en el sitio y no me extrañaba, puesto que había una recompensa por su cabeza y se encontraba a plena vista.

Los minutos pasaron y de repente un hombre se paró en frente de él, no podía dislumbrar su aspecto pues iba tapado con una capucha y se encontraba a espaldas mías, sólo esperaba que fuese uno de sus compañeros y me guiasen hasta los demás, al final si que ha merecido la pena distraerme pensé, la chica resultó ser un imán de buena suerte o eso esperaba y no estuviese perdiendo el tiempo otra vez.

Mientras esperaba a que el sospechoso se moviera de donde estaba, o se encontrara con alguien un chico bastante extraño se paseó por la plaza. Como me transmitió el fantasma no me quitaba el ojo de encima, es más, fue hasta uno de los puestos a comprar algo y se quedó mirando en mi dirección. Mientras esto pasaba otro hombre se acercó al revolucionario sentado en la fuente, este tenía una voz muy ronca y no parecía tener reparo en hablar más alto de lo debido.

-Vamos, ya tengo las herramientas, todo el tinglado empezará en menos de dos horas, hay que ser rápidos. –Le comentó el recién llegado al que se encontraba sentado en la fuente. Tras lo cual se levantaron y pasaron por delante de mí.

Cuando aún no estaban muy lejos me levanté y empecé a seguirlos, no quería ser demasiado escandalosa, por lo que les dejé margen, parándome en varios puestos y tiendas por el camino, cosa que alargaba la distancia que me sacaban. Mientras dejé al fantasma en el tejado vigilando al castaño que me había estado mirando fijamente a ver si me seguía, podría ser uno de los revolucionarios que me hubiera calado.

Mientras me decidía que hacer, si me iba al lugar donde estaba el informante o me arriesgaba a espiar a estos dos. No dudé cuando los ví levantarse e ir juntos en dirección al puerto, el informador seguiría donde estaba sin embargo a estos podría no volver a verlos, era fácil ocultarse en los distintos tipos de almacenes portuarios que hay en el muelle.


Estos bordearon la fuente y sigieron por donde yo había venido. -Por lo menos van a pasar por una zona en la que ya he estado. -pensé mientras terminaba mi refresco para darles tiempo a coger distancia. Aproveché y eché un último vistazo a la zona, no fuese que hubiese más por allí, pero todo está aparentemente tranquilo, había un par de jóvenes tomando algo dos puestos más allá, también había dos chicas dando un paseo por la plaza mientras cuchicheaban y reían a la vez y por últimos dos chicos más en distintos puestos mirando la mercancía de estos, todo parecía normal y ninguno me inspiró desconfianza, asique ya una vez pasado un rato y habiendo echado un vistazo, me levanté en pos de los sospechosos.

Crucé la plaza con paso decidido, una vez pasada la fuente miré en busca de la bella peliroja pero se había marchado, asique avancé detrás de los dos personajes que ya casi no los veía. -Mejor, así me distraeré menos -pensé con algo de pena en realidad, aunque un vistazo de última hora no me habría importado, para trabajar más motivado.

Los supuestos revolucionarios habían apretado el paso y ya casi no los veía, se dirijían a los almacenes y me encontraba demasiado lejos, no pude en parte reprenderme a mí mismo por tener la cabeza en las nubes en vez del trabajo, asique aun con riesgo de llamar la atención empecé casi a correr, empecé a adelantar gente sin ni siquiera fijarme en nadie y eso que incluso me pareció ver un destello rojizo con el rabillo del ojo, pero no tenía tiempo para más tonterías.

Tuve que parar para no llevarme por delante a una ancianita que paseaba con un pequeño perrito, tras una escueta disculpa vi adentrarse a los dos supuestos revolucionarios entrar en un almacén no muy grande bastante rescondido por encontrarse al fondo, en la puerta había un hombre fumándose un cigarro mientras bebía algo, no portaba arma a simple vista pero eso no quería decir nada, yo mismo aparentaba no ir armado.

Tras cavilar unos segundo decidí atraer al guardia a un lateral, no quería acabar con él, puesto que todavía no sabía si estaban haciendo algo ilegal. Me encaminé tranquilamente pasando de largo del lugar y así poder bordearlo sin ser visto y poder buscar otra entrada, sólo había un ventanuco y estaba demasiado alto, no tenía tiempo para perder tiempo, asique agarré un madero y lo dejé apoyado en la pared y luego me asomé por la esquina.

-¡Pssts!Si tú mamón, tengo aquí a tu hermana haciéndome cariñitos. -dije sólo asomando parte del cuerpo mientras con cara de gusto hacía varios gestos obscenos. El tipo parecía bastante cabreado y salió corriendo en mi dirección, yo me oculté tras la esquina y cogí el madero, tensé los músculos y esperé hasta que pasó la esquina, no dudé y lo golpeé en la cabeza, el hombre caió a plomo de espaldas, me apresuré a arrastrarlo fuera de la vista, la verdad es que me costó más de lo que hubiese admitido y lo medio oculté por allí, sólo esperaba que no lo viesen.

Me acerqué con cautela a la puerta tras hechar un vistazo que nadie observaba, por suerte la puerta estaba abierta, abrí intentando no hacer ruido pero un leve chirrido sonó. El corazón seme puso a mil, incluso perdí un poco el control de mis poderes, casi me desago de la tensión, pero me serené y tomé control sobre mi cuerpo, parecía que no había sido escuchado, pues nadie se había abalanzado sobre mí y se escuchaba una conversación en un tono bastante airado, hablaban de que el plan ya estaba listo pero que todavía faltaba alguien por aparecer, usé mi técnica Sombra Difusa [Manual In] y con bastante sigilo me oculté tras unas cajas a la espera de escuchar más información, no repararon en mí pues el sitio no estaba muy iluminado y estaban enfrascado en lo suyo, dejé la puerta entreabierta por miedo a que volviese a sonar, sólo me quedaba esperar al momento justo y salir bien parado de aquello, no quisiera estrenar mi ascenso con mi muerte

Off rol:

Mientras seguía a los dos sospechosos, el fantasma me alerto, el tipo de la plaza venía a toda velocidad en nuestra dirección. Activé el mantra y me metí en uno de los puestos, intentando ocultarme de la vista lo más posible. Para mi sorpresa, el chico paso de largo, parecía que perseguía a los mismos hombres que yo, así que era del gobierno, otro cazador o los estaba intentado alcanzar para avisarles. Dejé al fantasma siguiéndole, definitivamente era del gobierno o cazador, puesto que dejó K.O a uno de los que estaban vigilando el almacén.

Me metí en una de las casas cercanas, escondiéndome bien en un sótano, cubierta por varias sabanas y cajas. Entonces usando el viaje astral, que me dejaba indefensa, pero a cambio tenia movilidad casi ilimitada, me dirigí hacia el almacén en el que había entrado el joven. atravesando el techo, con un tamaño mucho más reducido del normal contemplé la escena. Los tipos estaban esperando a alguien, y tras unas cajas note a alguien, supuse que sería el perseguidor, y aunque no lo fuera, no pasaba nada.

-Creo que tenemos objetivos similares. –Le susurré tras desplazarme flotando cerca suyo y luego haciéndome del tamaño normal fuera de su visión, para terminar a su lado sin hacer un solo ruido hasta hablarle. – Si te parece podemos unir fuerzas, mis capacidades te vendrían de perlas, sólo pido repartir las ganancias de las recompensas, 50-50.

Me encontraba oculto intentando escuchar de que iba el asunto, sólo capté una pequeña parte de la conversación, hablaban de que ya tenían todo preparado y que sólo faltaba que viniese alguien ha darles luz verde. Me disponía a mirar en las cajas cercanas que estaban a mi lado en busca de alguna pista que me diese pistas sobre que iba a suceder cuando un susurro muy cercano dijo.

-Creo que tenemos objetivos similares - escuché cerca de mi oído, parecía voz de mujer aunque no había visto ninguna al entrar. Me giré en tensión dispuesto a atacar a lo primero que viese pero me quedé congelado unos segundos.

Ante mí se encontraba la espectacular chica pelirroja que había visto antes, de cerca impresionaba más, iba a comentarle algo cuando se adelantó diciéndome - Si te parece podemos unir fuerzas, mis capacidades te vendrían de perlas, sólo pido repartir las ganancias de las recompensas, 50-50.

No me podía creer lo curioso que era el destino, minutos antes no me había atrevido ni siquiera a hablar con ella y ahora era ella la que me ofrecía ayuda, no sabía si fiarme de ella, podía ser uno de ellos queriéndome engañar con algún propósito pero al fin y al cabo era absurdo, podría haberme atacado y ni siquiera me hubiera enterado de nada, además hablaba de repartir los beneficios de las recompensas, eso quería decir que podría ser una bella cazarecompensas o incluso alguna agente de rango superior al mío puesto que tenía conocimiento sobre las recompensas de estos hombres, me proponía a decirle que estaba de acuerdo pero algo me interrumpió.

Un chico se encontraba a nuestras espaldas, nos habían cogido desprevenidos y nuestro escondite acababa de joderse, nos preguntaba que que hacíamos aquí. Miles de preguntas empezaban a formarse en mi cabeza sobre la situación pero la actitud del joven al ponerse en posición de combate con actitud defensiva me hizo prepararme para la acción.

-Muy bien preciosa -dije a mi acompañante pero sin dejar de fijarme en el chico. - Es momento de usar esas cualidades de las que hablabas. Los otros dos se habían percatado de nuestra presencia y parecían dispuestos a ayudar al chico.

No esperé respuesta alguna por parte de la pelirroja y desenfundé tres de mis cuchillos arrojadizos y con un lanzamiento potente pero preciso lancé uno de mis cuchillos hacia uno de los dos hombres, el que sabía que tenía recompensa, así no me extralimitaría en mis funciones, mi cuchillo iba derecho al pecho del hombre. Daba igual si mi cuchillo daba en el blanco, tras lanzarlo me pondría en defensa preparado para utilizar mis nuevas habilidades, estaba deseando usarlas en un combate real.

Parecía que alguien había entrado por la puerta y nos había escuchado, o simplemente había sido tan bueno como para que no le hubiéramos visto antes, de cualquier modo el joven había aceptado mi ofrecimiento de ayuda y aunque no estaba al 100% pues no podía usar las espadas en esta forma, sí que podía seguir usando los Hollow. Generé un Negative Hollow y un mini Hollow, absorbiendo al espía en el proceso para ahorrar algo de energía. Dirigí el mini Hollow hacía uno de los revolucionarios que ya estaban allí, y el Negative hacia el que nos había descubierto, que debía ser más listo, o tener mejores habilidades que los otros. Si le impactaba lo dejaría en suelo, con tal sentimiento negativo que no podría hacer nada, considerándose indigno de cualquier cosa. Por otro lado en cuanto el mini llegara a su objetivo lo haría explotar, no provocaría una herida mortal, pero sí muy molesta, y si era de más de débil puede que esta lo noquera.

Todo había comenzado muy rápido y la adrenalina corría por mis venas.
El cuchillo que había lanzado impactó en unos de los revolucionarios, no le había alcanzado el pecho pero sí en el hombro izquierdo, el otro había sido alcanzado por una especie de fantasma que había generado mi compañera y éste había causado una pequeña explosión haciéndole caer de espaldas, no había caído noqueado puesto que aullaba de dolor. Mientras pasaba todo esto me fijé que otro fantasma, algo distinto del otro se abalanzaba sobre el chico que nos había sorprendido, tenía curiosidad de que hacía ese pero el fantasma erró en su blanco y no lo pude ver. El chico esquivó el fantasma y haciendo un amago arrancó a coger una bolsa y le gritó a los otros de que él se iba a iniciar lo que fuese y que ellos nos entretuviesen. Ya no había duda al repecto, es uno de ellos.

En un abrir y cerrar de ojos el chico se había transformado en un zorro e intentaba huir. -Y pensará que lo vamos a dejar huir así como así -pensé mientras desenfundaba una de mis barettas cargadas con munición triple y mientras gritaba a mi compañera disparé dos veces, las balas se dividieron abarcando más terreno.

-Si sale del lugar síguelo como lo hicistes conmigo, yo me ocuparé de estos dos.-dije a mi compañera sin fijarme si algún proyectil daba en el blanco puesto que el tipo al que le había lanzado el cuchillo se abalanzaba sobre mí.

No sabía si había acertado alguna de las balas puesto que al chico que había disparado había logrado salir por una ventana, aunque dudaba se que hubiese salido ileso de esa munición, pero mi atención la captaba ahora el tipo del tatuaje. Este había desenfundado un puñal con el brazo que le quedaba bueno y atacaba desenfrenadamente. Por un instante pensé en usar el Kami-e y esquivar el embate pero decidí probar mi poder con él. Simplemente convertí mi torso en sirope y dejé que me clavase el puñal, la puñalada iba con tanta fuerza que llegó a incrustar su mano en mi cuerpo, pareció sorprendido al verse atrapado en una masa amarronada, seguro que no había visto un logia tan de cerca y seguro que mi sonrisa no le ayudaba en nada, en vez de dispararle con el arma que tenía en la mano me decidí por no gastar más de esa preciada munición y sin más preámbulos saqué mi daga y se la clavé en el trapecio del hombro, gritó enfurecidamente intentando sacar la mano aprisionada, asique le dí el gusto y lo solté de golpe. El revolucionario caió estrepitosame te de espaldas e intentando recular pero no le dí tregua y volví a apuñalarlo pero esta vez a la altura del corazón, ví como escapaba la vida de su mirada pero no me dió compasión, si no hubiese sido un logia ahora mismo sería mi cuerpo el que estaría ahí en el suelo tendido.

Me encontraba sólo a excepción del muerto y el otro tipo que seguía ahí tendido aullando, no dudé y lo golpeé fuertemente en la cabeza quedándole insconciente y me apresuré a buscar algún rastro de mi compañera o de aquel chico, sólo esperaba que pudiese encontrarlos o que ella me encontrase de nuevo.

El hombre esquivó los dos ataques con un simple movimiento, cosa que me sorprendió al comprobar que los dos ataques que habíamos lanzado fueron al mismo sitio. Dejando esto de lado, el hombre pareció avanzar hacia nosotros, pero el mantra no me avisó de ningún ataque, así que su plan seria otro, por lo que dejé al fantasma donde había parado tras ser esquivado. Efectivamente, el revolucionario salto hacia atrás cogiendo algo con lo que, por lo que escuché a través del fantasma, iba a dar comienzo a la operación, o algo parecido. Tras lo cual pasando a ser un zorro blanco, salto varias cajas y luego una ventana, mientras escuchaba a mi nuevo compañero de caza decirme que le siguiera.

No tardé demasiado en lanzarme en su persecución, que sería muy corta, ya que al poder atravesar paredes lo pille en los callejones detrás del almacén, además me aseguraría de que no huyera, teniendo un Negative Hollow delante, y otro detrás del sujeto.

-No sirve de nada que corras, siempre encuentro a mis presas. Ríndete y no te hare daño alguno, lo prometo. –Le dije, y en realidad no mentía, sólo le dejaría en estado negativo hasta atarlo y dejarlo bien encerrado hasta terminar con toda la operación.

Salí corriendo del almacén y me dirijí hacia la parte trasera por donde había saltado el chico transformado en zorro.

Al llegar a un callejón trasero vislumbré un destello pelirrojo. Mi compañera tenía acorralado al chico por dos de esas cosas que lanzaba. - Bien hecho, no tiene salida. - pensé.

Me acerqué con una de mis pistolas cargada con munición gomu apuntando al pecho del joven.

- Por el poder que me confiere el gobierno estás detenido. - grité. - Deposita la bolsa en el suelo y hablemos como gente civilizada, no quieras acabar como tus compañeros. - lo decía enserio, no había motivos para atacarle cuando ya estaba acorralado. Podría disparle ahora que estaba ahí plantado en un extraño mutis pero esperaba poder hacer las cosas de otra manera.

Mientras el revolucionario permanecía allí parado, como si le hubiera dado algo, o estuviera sumido profundamente en sus pensamientos, apareció uno de sus compañeros detrás de mí, no me importaba demasiado, pues al fin y al cabo no podían hacerle a esta forma, aun así, me decidí a esquivar su ataques y lanzarle un Toku Hollow. Este fantasmas, más grande que el que use la anterior vez provocó una explosión aún mayor cuando lo vi cerca del objetivo, que cayó de espaldas inconsciente.

Cuando me di vuelta pude ver como el otro chico, que por lo dijo cuándo dobló la esquina debía ser agente del gobierno, marine o CP, me fijé además que el revolucionario no se inmutaba, seguía como petrificado en el lugar. Me decidí por hacer avanzar el Negative Hollow hacia él, esperando que siguiera obnubilado y terminar con aquello de una vez para ir a por los lideres.

El tiempo apremiaba y la especie de fantasma de la pelirroja pareció impactar de lleno en el joven. El chico seguía sumido en una especie de trance y no sabía si era producido por el acto de la joven o por otra causa, el caso es que me daba igual.

Me acerqué al chico y le quité la bolsa que tenía en las manos mientras que le golpeaba con la culata de la pistola en la cabeza. No era un golpe mortal, pero sí lo suficientemente fuerte como para quedarle inconsciente, seguro que dejaba marca.

- Busca en el interior a ver si hay alguna pista de que iban a hacer, parecían tener prisas y quizás nosotros también deberíamos tenerlas. - dije lanzándole la bolsa a la pelirroja para que la cacheara. Yo mientras cogí las cuerdas de tender de una casa adyacente y me dispuse a maniatar al joven de tal forma que le fuera imposible moverse.

- ¿Ahora qué hacemos con él? - pregunté a la joven mientras señalaba con el pie al moreno. Esperaba que dentro de esa bolsa se encontrase algo de información para dar nuestro siguiente paso.

El miembro del gobierno noqueo al revolucionario mientras me lanzaba la bolsa de tela, que al ser intangible me atravesó cayendo al suelo abriéndose, me moví, internándome en parte en el suelo y mirando lo que había dentro, eran placas cuadradas con un botón rojo grande en el centro, no tenía mucha idea de que podía ser aquello, aunque me recordaba a una cosa que leí en uno de mis viajes, un detonador. De ser así, el ataque sería en algún puesto de la marina o el gobierno, ya que los revolucionarios no atacaban a los ciudadanos normales.

-Parecen detonadores, hay que avisar a los barcos y puestos del gobierno, yo avisaré a la marina, tu a los del gobierno que los conocerás mejor. A ese deberías llevártelo para que lo interroguen, ya me pasaras mi parte de la recompensa en otra ocasión, mi nombre es Nostariel.

Tras ello, deshice el viaje astral, volviendo a mi cuerpo. Pasé un poco aturdida como me salía pasar, pero enseguida me repuse y me fui a avisar a la marina para que reforzaran la seguridad y revisaran los buques en busca de bombas.

OFF: