Finn Dagger
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Akuma no mi
Varios
Parte 1: La isla olvidada y el joven que lucha por la libertad.
"Hace diez años existió una pequeña isla en el Grand Line, esta isla era desconocida para la mayor parte de los habitantes de este mundo, el gobierno mundial se refería a ella como Deep Land."
La historia de Deep Land comienza con un joven cuyo sentimiento de libertad y justicia no se podía medir. Era el hijo de un importante marine que ejercía como alcalde de la isla. La pobreza inundaba las calles de Deep Land y su alcalde no hacía nada para solucionar este problema, más bien era la causa del terrible estado en el que se encontraba la gente de la isla. El gobierno mundial era lo único que permitía que la vida fuera posible en aquel pequeño trozo de tierra perdido en el mar, pues la tierra era estéril y apenas había animales que sirvieran como alimento. Todos los meses barcos de la marina llevaban mercancías a la isla pero gran parte de la comida y la riqueza se quedaba en la casa del alcalde y de sus protegidos. El joven hijo del alcalde odiaba esta situación, odiaba a su padre y oidaba el egoísmo que demostraba así que su adolescencia se centro en llevar comida y dinero desde su casa a los barrios más pobres de la ciudad.
En cierta ocasión cuando realizaba su paseo diario para repartir algo de pan entre los niños pobres se encontró con una persona que no había visto por allí nunca. Llevaba una capa rota y una camisa blanca llena de suciedad y sangre. El joven le ofreció comida y el hombre le pidió que no se acercara a él ya que era un pirata con una recompensa muy alta a sus espaldas y si le relacionaban con él tendría serios problemas frente a la autoridad. El joven rechazo las advertencias del pirata y le dió de comer, también le indicó la localización de una pequeña casa abandonada donde podría dormir y ocultarse durante un tiempo.
La amistad entre el pirata y el chico fue creciendo poco a poco y finalmente el pirata le contó su historia al joven. El era el capitán de un barco que se acercaba a la isla a por suministros, obviamente desconocían la pobreza de la isla, cuando se toparon con uno de los barcos de la marina, que salía de la isla después de llevar el cargamento mensual. El barco de los marines comenzó a disparar sus cañones sin previo aviso y el pirata acabo en el mar, perdió el conocimiento y despertó en la costa, pero sus nakamas no estaban. El pirata le dijo que estaba seguro de que algún día volverían a por él y esperaría hasta ese momento.
Pasaron los años y el pirata acabo trabajando para el alcalde, la amistad entre el hijo del marine y el misterioso pirata creció increíblemente. Un día mientras el pirata arreglaba el jardín de la casa del alcalde, el chico, que estaba haciéndole compañía desde que comenzó ese duro trabajo bajo el sol, le preguntó cuál era la razón por la que se había hecho pirata. El pirata le contestó que amaba el océano y la libertad y amaba la libertad del océano. Tras su respuesta el pirata le preguntó al chico cuál era su meta en la vida, a lo que el chico le respondió: “Quiero liberar a esta isla del control del gobierno mundial”. El pirata se asombró con la respuesta, era prácticamente una declaración de guerra hacia el gobierno mundial. El pirata le ofreció formar parte de su tripulación cuando la banda regresara a por él pero el joven se negó rotundamente. Su objetivo era convertirse en alcalde de la ciudad e independizarla del gobierno, le dijo que entendía que la isla necesitaba al gobierno para sobrevivir y le confesó que por eso le necesitaba. El pirata, al oir esas palabras, no pudo contener su sorpresa y comenzó a bombardear con preguntas al chico. El joven hijo del alcalde le explicó su plan: su padre estaba gravemente enfermo, los médicos de la marina le habían dado un año más de vida. Cuando su padre mueriese, su sucesor sería uno de sus protegidos, un joven capitán de la marina que poseía el poder de una akuma no mi. El joven pretendía eliminar al sustituto de su padre y acabar con los lazos que la isla tenía con la marina. El problema era el que al eliminar su "amistad" con la marina perderían la única fuente de víveres. Ahí entraban en juego los piratas. La isla establecería una alianza con la banda de su amigo y estos les llevarían alimentos y útiles. El pirata fue convencido por el joven para colaborar en la liberación de la isla, sin embargo, no podían hacer nada sin la tripulación.
Los años pasaron, el padre del joven murió y su protegido se coronó como alcalde de la ciudad. El joven intentó acercarse cada vez más al nuevo alcalde y se ganó su confianza, el sería su sucesor. Al poco tiempo, el cada vez menos joven sucesor del alcalde se casó y tuvieron un hijo al que llamaron Finn.
Un año después de que naciera el niño, tuvo lugar un importante acontecimiento, dos barcos pirata se acercaron a la isla. Había llegado el día.
El pirata misterioso, que ahora trabajaba para el alcalde, informó a su amigo y se fue hacia el puerto, sin embargo, uno de los secuaces del alcalde se enteró del plan para derrocar a su jefe y le informó inmediatamente. El alcalde tomó medidas en cuanto comprendió la situación y condenó al hijo de su predecesor a ser ejecutado en la plaza en un acto público. Para la sorpresa del alcalde el pueblo se manifestó en contra de esta decisión, sobre todo los más pobres. El alcalde ignoró las peticiones del pueblo y decidió ejecutar al joven como ejemplo de las consecuencias que tiene ir en contra de la autoridad.
Cuando el cuello del joven estaba apunto de ser cortado por la espada del verdugo una figura se abrió paso entre la multitud y poco a poco ciudadanos y marines perdieron el conocimiento. Era el pirata, el cuál le reveló su identidad al alcalde. Se trataba de Tad Cowarly. El marine no reconoció el nombre e ignorándole cogió la espada del verdugo y se dispuso a ejecutar al joven el mismo, pero antes de que pudiera pensar si quiera en la acción de cortar, la espada había desaparecido y a su espalda se encontraba Tad, “Creo que te estaba hablando”, estas fueron la últimas palabras que escuchó el marine antes de ser lanzado contra unos edificios a causa del golpe del pirata, golpe que realizó con uno de sus dedos.
Tras este incidente la paz llegó a la isla, tal y como se había previsto el joven se convirtió en alcalde , con la ayuda de los piratas la ciudad logró salir adelante, a pesar de la ausencia de la marina, y la pobreza disminuyó notablemente.
Finn ya tenía cinco años, había crecido sin tener contacto alguno con los piratas y admirando a su padre que siempre ponía por delante de él a los ciudadanos y a la propia ciudad. El mismo sentimiento de justicia de su padre fue creciendo en Finn a lo largo de los años. Finn era feliz, la ciudad era feliz, sin embargo, a su padre le preocupaba algo. El alcalde sabía que el gobierno mundial no permitiría esto durante mucho más tiempo, pues los rumores de una ciudad que se alzaba próspera al margen del gobierno mundial y aliada de una banda pirata empezaban a extenderse por los océanos. Era solo cuestión de tiempo que la ciudad y sus habitantes sufrieran las represalias del gobierno. El alcalde convocó a Tad y algunos de sus subordinados y les encargó vigilar la actividad de la marina cerca de la isla con el fin de poder prevenir un ataque a la ciudad, sin embargo, los esfuerzos fueron inútiles. Meses después de la reunión del acalde con los piratas se invocó la Buster Call, el objetivo era borrar del mapa la isla que se había puesto en contra del gobierno mundial y recuperar un valioso tesoro que portaba el anterior alcalde y que se encontraba en posesión del actual líder de la ciudad. Pronto la isla se vio rodeada de acorazados, pelear era algo impensable. Tad intentó convencer al alcalde para que él y su familia salieran de la ciudad junto con la banda pero el alcalde rechazó la propuesta, pero le pidió dos cosas que se llevara a su hijo y que protegiera el tesoro que la marina estaba buscando. Era una akuma no mi. Tad aceptó e inmediatamente huyó de la isla con Finn. El niño era demasiado joven pero sabía que el gobierno mundial acababa de cometer una atrocidad.
Después de salir de la zona de conflicto Tad encontró a Finn llorando.
-Ahora eres un pirata Finn, ya no puedes llorar.- Dijo Tad con intención de consolar al niño.
-Quiero ser fuerte, quiero tener la fuerza de mi padre- Respondió el niño.
En ese momento Tad decidió entrenar al chico para que pudiera sobrevivir por su cuenta.
Parte 2: El comienzo del viaje.
Me levanto un día más en el barco, han pasado 10 años desde que mi isla fue destruida, no recuerdo su nombre ni el nombre de mi padre, no me importa no saberlo. Tad me ha criado desde que tengo uso de la razón, ahora soy fuerte. Tad me parece un hombre increíblemente hábil. No tiene los poderes de una akuma no mi pero su cuerpo es muy poderoso, ha entrenado durante toda su vida, es capaz de doblar acero con un puñetazo o de detener espadas con sus manos desnudas. En una de las ocasiones en las que la marina nos atacó, llevan persiguiéndonos desde que mi ciudad desapareció entre las llamas, le vi devolver una bola de cañón de un cabezazo. También lo he visto entrenando por la noche cuando el resto del mundo duerme, el también duerme. Al parecer desarrolló una técnica que le permite ejercitar su cuerpo mientras su mente descansa.
Salgo a la cubierta, el cielo es azul y el océano transmite tranquilidad. Busco a Tad y lo encuentro cerca de la proa.
-Tad, me gustaría pedirte algo.- Le digo intentando mantener un rostro serio.
-¿Qué ocurre chico?- Responde con su típica tranquilidad.
-Quiero luchar, la próxima vez que la marina venga quiero poner a prueba mis habilidades.- Mantengo el contacto visual, quiero que sepa que lo que le estoy pidiendo es importante para mí.
-¿Crees que puedes derrotar a un marine chico?, no tienes suficiente fuerza y tampoco velocidad.- contesta Tad devolviéndome la mirada.
No aguanto su aptitud, parece que se está riendo de mí. El sabe que puedo pegar fuertes puñetazos y que mis piernas son rápidas pero no quiere reconocerlo. Todavía me ve como a un niño. No me importa lo que dice, cuando llegue el momento actuaré.
Tad y yo continuamos manteniendo el contacto visual cuando un barco de la marine aparece en frente de mí. No me da tiempo a reaccionar cuando una explosión tiene lugar dentro del barco. Eran dos polizones. Al parecer eran asesinos que se subieron al barco antes de abandonar la última isla y estaban esperando al barco de la marina para dar el golpe. Los nos atacan rápidamente pero Tad me cubre y responde a su ataque. No puede luchar contra dos oponentes mientras me protege así que me lanzó a por uno de ellos y consigo golpearle en la cara. El puñetazo es fuerte y el asesino se estrella contra el mástil, que se rompe y cae al mar. De pronto noto agua en mi espalda y cuando me giro me doy cuenta que no es agua, es sangre de Tad. Me protegió del ataque del segundo asesino, que intentó matarme mientras yo estaba distraído. El asesino había muerto pero Tad estaba realmente herido, no había posibilidad de que le plantara cara a la marina.
-Escúchame chico. Salta al agua y cuando los tripulantes de ese barco nos aborden súbete a el y escóndete en la bodega. Cuando llegues a tierra firme huye lo más lejos que puedas.-
Intento responder pero Tad no me lo permite.
-Debes hacerme caso. Se que tu orgullo te lo impide, pero debes vivir, debes hacerte tan fuerte como tu padre.-
Sus palabras me convencen y me conmueven. Me levanto con la intención de saltar del barco siguiendo sus ordenes pero me detiene una vez más.
-Toma, llévate esto. Es una akuma no mi. Es la causa de que nos persigan. Ahora es tuya. Tu decides que hacer con ella, puedes tirarla al mar o puedes comértela. Ya conoces las consecuencias. Ahora ve, hazte fuerte.
Le doy la espalda a Tad, no puedo contener las lágrimas. Salto por la borda y me escondo a la espera de que llegue el barco. Cuando llega el momento sigo las instrucciones de Tad y me escondo en la bodega. Pero allí me encuentra un tripulante, sin embargo me toma por un polizón y no me asocia con los piratas de Tad. Me lleva hasta su capitán, Jeremiah Loc. El marine decide que trabajaré para el. Limpiando y manteniendo el barco. Decido que por el momento me quedaré en el barco. Durante mi estancia aquí continuaré entrenándome, me he pasado noches enteras observando la rutina de entrenamiento de Tad, seré capaz de copiarla.
El día es caluroso. Los rayos del sol me golpean en la espalda mientras reparo el barco que ha salido dañado tras una batalla contra dos barcos pirata. Han pasado cinco años desde que me separé de Tad. Durante este tiempo he aumentado mis habilidades físicas y mis habilidades como carpintero. Creo que podría reparar cualquier barco.
Hoy he ido a comprar madera y otros materiales necesarios para reparar el barco. También he visto que hay un gran aserradero en la isla. Se me ha pasado por la cabeza el separarme de la tripulación de la marina, tomar un barco y convertirme en capitán pirata. Creo que lo voy a hacer, ha llegado el momento. Hoy le plantearé mi dimisión al capitán.
Después de unas horas el capitán regresa al barco. Me acerco a él.
-Señor, me gustaría presentar mi dimisión.- Mientras formulo mi petición miro al suelo procurando no verle la cara. No encuentro respuesta así que levanto la cabeza y un puñetazo impacta en mi cara. Salgo despedido y golpeo el barco recién reparado quebrando la madera que tanto esfuerzo me costo poner. Permanezco en el suelo sangrando por la cabeza cuando escucho las palabras del marine.
-Sabía que no habías dejado de ser un pirata. Siempre lo supe. Lo vi en los ojos de tu capitán en el momento en el que le corté el cuello.- La frase resuena en mis oídos y llega hasta mi corazón.
No me lo pienso y concentro toda mi fuerza en las piernas. Salto desde mi posición y me coloco detrás de Jeremiah, inmediatamente dejo de concentrarme en las piernas y almaceno toda la potencia en mi brazo y en mi pecho. Uso toda mi fuerza para golpear al marine, que sale volando al recibir el golpe. No espero a que aterrice, vuelvo a saltar y me coloco sobre el en el aire. Ahora la fuerza esta en mi rodilla que golpea su estomago incrustando su cuerpo en el suelo.
Tomo algo de respiración, Jeremiah trata de reincorporarse pero no se lo permito y le golpeo con la planta del pie en la cara. El capitán pierde el conocimiento. Los demás tripulantes, espectadores de la pelea, corren a prestar auxilio a su capitán pero ninguno trata de luchar contra mí. Nadie se esperaba que el carpintero polizón pudiera luchar. Se que puede empeorar la situación así que huyo a la ciudad.
No tienen fotos mías, no saben mi verdadero nombre. No tendré una recompensa por este incidente. El pensamiento que me inquieta en este momento es el hecho de que lo he dado todo en esta batalla. Contra un enemigo más fuerte habría perdido. Tengo que obtener mas poder. Saco la akuma no mi de mi mochila. ¿Debería hacerlo?
"Hace diez años existió una pequeña isla en el Grand Line, esta isla era desconocida para la mayor parte de los habitantes de este mundo, el gobierno mundial se refería a ella como Deep Land."
La historia de Deep Land comienza con un joven cuyo sentimiento de libertad y justicia no se podía medir. Era el hijo de un importante marine que ejercía como alcalde de la isla. La pobreza inundaba las calles de Deep Land y su alcalde no hacía nada para solucionar este problema, más bien era la causa del terrible estado en el que se encontraba la gente de la isla. El gobierno mundial era lo único que permitía que la vida fuera posible en aquel pequeño trozo de tierra perdido en el mar, pues la tierra era estéril y apenas había animales que sirvieran como alimento. Todos los meses barcos de la marina llevaban mercancías a la isla pero gran parte de la comida y la riqueza se quedaba en la casa del alcalde y de sus protegidos. El joven hijo del alcalde odiaba esta situación, odiaba a su padre y oidaba el egoísmo que demostraba así que su adolescencia se centro en llevar comida y dinero desde su casa a los barrios más pobres de la ciudad.
En cierta ocasión cuando realizaba su paseo diario para repartir algo de pan entre los niños pobres se encontró con una persona que no había visto por allí nunca. Llevaba una capa rota y una camisa blanca llena de suciedad y sangre. El joven le ofreció comida y el hombre le pidió que no se acercara a él ya que era un pirata con una recompensa muy alta a sus espaldas y si le relacionaban con él tendría serios problemas frente a la autoridad. El joven rechazo las advertencias del pirata y le dió de comer, también le indicó la localización de una pequeña casa abandonada donde podría dormir y ocultarse durante un tiempo.
La amistad entre el pirata y el chico fue creciendo poco a poco y finalmente el pirata le contó su historia al joven. El era el capitán de un barco que se acercaba a la isla a por suministros, obviamente desconocían la pobreza de la isla, cuando se toparon con uno de los barcos de la marina, que salía de la isla después de llevar el cargamento mensual. El barco de los marines comenzó a disparar sus cañones sin previo aviso y el pirata acabo en el mar, perdió el conocimiento y despertó en la costa, pero sus nakamas no estaban. El pirata le dijo que estaba seguro de que algún día volverían a por él y esperaría hasta ese momento.
Pasaron los años y el pirata acabo trabajando para el alcalde, la amistad entre el hijo del marine y el misterioso pirata creció increíblemente. Un día mientras el pirata arreglaba el jardín de la casa del alcalde, el chico, que estaba haciéndole compañía desde que comenzó ese duro trabajo bajo el sol, le preguntó cuál era la razón por la que se había hecho pirata. El pirata le contestó que amaba el océano y la libertad y amaba la libertad del océano. Tras su respuesta el pirata le preguntó al chico cuál era su meta en la vida, a lo que el chico le respondió: “Quiero liberar a esta isla del control del gobierno mundial”. El pirata se asombró con la respuesta, era prácticamente una declaración de guerra hacia el gobierno mundial. El pirata le ofreció formar parte de su tripulación cuando la banda regresara a por él pero el joven se negó rotundamente. Su objetivo era convertirse en alcalde de la ciudad e independizarla del gobierno, le dijo que entendía que la isla necesitaba al gobierno para sobrevivir y le confesó que por eso le necesitaba. El pirata, al oir esas palabras, no pudo contener su sorpresa y comenzó a bombardear con preguntas al chico. El joven hijo del alcalde le explicó su plan: su padre estaba gravemente enfermo, los médicos de la marina le habían dado un año más de vida. Cuando su padre mueriese, su sucesor sería uno de sus protegidos, un joven capitán de la marina que poseía el poder de una akuma no mi. El joven pretendía eliminar al sustituto de su padre y acabar con los lazos que la isla tenía con la marina. El problema era el que al eliminar su "amistad" con la marina perderían la única fuente de víveres. Ahí entraban en juego los piratas. La isla establecería una alianza con la banda de su amigo y estos les llevarían alimentos y útiles. El pirata fue convencido por el joven para colaborar en la liberación de la isla, sin embargo, no podían hacer nada sin la tripulación.
Los años pasaron, el padre del joven murió y su protegido se coronó como alcalde de la ciudad. El joven intentó acercarse cada vez más al nuevo alcalde y se ganó su confianza, el sería su sucesor. Al poco tiempo, el cada vez menos joven sucesor del alcalde se casó y tuvieron un hijo al que llamaron Finn.
Un año después de que naciera el niño, tuvo lugar un importante acontecimiento, dos barcos pirata se acercaron a la isla. Había llegado el día.
El pirata misterioso, que ahora trabajaba para el alcalde, informó a su amigo y se fue hacia el puerto, sin embargo, uno de los secuaces del alcalde se enteró del plan para derrocar a su jefe y le informó inmediatamente. El alcalde tomó medidas en cuanto comprendió la situación y condenó al hijo de su predecesor a ser ejecutado en la plaza en un acto público. Para la sorpresa del alcalde el pueblo se manifestó en contra de esta decisión, sobre todo los más pobres. El alcalde ignoró las peticiones del pueblo y decidió ejecutar al joven como ejemplo de las consecuencias que tiene ir en contra de la autoridad.
Cuando el cuello del joven estaba apunto de ser cortado por la espada del verdugo una figura se abrió paso entre la multitud y poco a poco ciudadanos y marines perdieron el conocimiento. Era el pirata, el cuál le reveló su identidad al alcalde. Se trataba de Tad Cowarly. El marine no reconoció el nombre e ignorándole cogió la espada del verdugo y se dispuso a ejecutar al joven el mismo, pero antes de que pudiera pensar si quiera en la acción de cortar, la espada había desaparecido y a su espalda se encontraba Tad, “Creo que te estaba hablando”, estas fueron la últimas palabras que escuchó el marine antes de ser lanzado contra unos edificios a causa del golpe del pirata, golpe que realizó con uno de sus dedos.
Tras este incidente la paz llegó a la isla, tal y como se había previsto el joven se convirtió en alcalde , con la ayuda de los piratas la ciudad logró salir adelante, a pesar de la ausencia de la marina, y la pobreza disminuyó notablemente.
Finn ya tenía cinco años, había crecido sin tener contacto alguno con los piratas y admirando a su padre que siempre ponía por delante de él a los ciudadanos y a la propia ciudad. El mismo sentimiento de justicia de su padre fue creciendo en Finn a lo largo de los años. Finn era feliz, la ciudad era feliz, sin embargo, a su padre le preocupaba algo. El alcalde sabía que el gobierno mundial no permitiría esto durante mucho más tiempo, pues los rumores de una ciudad que se alzaba próspera al margen del gobierno mundial y aliada de una banda pirata empezaban a extenderse por los océanos. Era solo cuestión de tiempo que la ciudad y sus habitantes sufrieran las represalias del gobierno. El alcalde convocó a Tad y algunos de sus subordinados y les encargó vigilar la actividad de la marina cerca de la isla con el fin de poder prevenir un ataque a la ciudad, sin embargo, los esfuerzos fueron inútiles. Meses después de la reunión del acalde con los piratas se invocó la Buster Call, el objetivo era borrar del mapa la isla que se había puesto en contra del gobierno mundial y recuperar un valioso tesoro que portaba el anterior alcalde y que se encontraba en posesión del actual líder de la ciudad. Pronto la isla se vio rodeada de acorazados, pelear era algo impensable. Tad intentó convencer al alcalde para que él y su familia salieran de la ciudad junto con la banda pero el alcalde rechazó la propuesta, pero le pidió dos cosas que se llevara a su hijo y que protegiera el tesoro que la marina estaba buscando. Era una akuma no mi. Tad aceptó e inmediatamente huyó de la isla con Finn. El niño era demasiado joven pero sabía que el gobierno mundial acababa de cometer una atrocidad.
Después de salir de la zona de conflicto Tad encontró a Finn llorando.
-Ahora eres un pirata Finn, ya no puedes llorar.- Dijo Tad con intención de consolar al niño.
-Quiero ser fuerte, quiero tener la fuerza de mi padre- Respondió el niño.
En ese momento Tad decidió entrenar al chico para que pudiera sobrevivir por su cuenta.
Parte 2: El comienzo del viaje.
Me levanto un día más en el barco, han pasado 10 años desde que mi isla fue destruida, no recuerdo su nombre ni el nombre de mi padre, no me importa no saberlo. Tad me ha criado desde que tengo uso de la razón, ahora soy fuerte. Tad me parece un hombre increíblemente hábil. No tiene los poderes de una akuma no mi pero su cuerpo es muy poderoso, ha entrenado durante toda su vida, es capaz de doblar acero con un puñetazo o de detener espadas con sus manos desnudas. En una de las ocasiones en las que la marina nos atacó, llevan persiguiéndonos desde que mi ciudad desapareció entre las llamas, le vi devolver una bola de cañón de un cabezazo. También lo he visto entrenando por la noche cuando el resto del mundo duerme, el también duerme. Al parecer desarrolló una técnica que le permite ejercitar su cuerpo mientras su mente descansa.
Salgo a la cubierta, el cielo es azul y el océano transmite tranquilidad. Busco a Tad y lo encuentro cerca de la proa.
-Tad, me gustaría pedirte algo.- Le digo intentando mantener un rostro serio.
-¿Qué ocurre chico?- Responde con su típica tranquilidad.
-Quiero luchar, la próxima vez que la marina venga quiero poner a prueba mis habilidades.- Mantengo el contacto visual, quiero que sepa que lo que le estoy pidiendo es importante para mí.
-¿Crees que puedes derrotar a un marine chico?, no tienes suficiente fuerza y tampoco velocidad.- contesta Tad devolviéndome la mirada.
No aguanto su aptitud, parece que se está riendo de mí. El sabe que puedo pegar fuertes puñetazos y que mis piernas son rápidas pero no quiere reconocerlo. Todavía me ve como a un niño. No me importa lo que dice, cuando llegue el momento actuaré.
Tad y yo continuamos manteniendo el contacto visual cuando un barco de la marine aparece en frente de mí. No me da tiempo a reaccionar cuando una explosión tiene lugar dentro del barco. Eran dos polizones. Al parecer eran asesinos que se subieron al barco antes de abandonar la última isla y estaban esperando al barco de la marina para dar el golpe. Los nos atacan rápidamente pero Tad me cubre y responde a su ataque. No puede luchar contra dos oponentes mientras me protege así que me lanzó a por uno de ellos y consigo golpearle en la cara. El puñetazo es fuerte y el asesino se estrella contra el mástil, que se rompe y cae al mar. De pronto noto agua en mi espalda y cuando me giro me doy cuenta que no es agua, es sangre de Tad. Me protegió del ataque del segundo asesino, que intentó matarme mientras yo estaba distraído. El asesino había muerto pero Tad estaba realmente herido, no había posibilidad de que le plantara cara a la marina.
-Escúchame chico. Salta al agua y cuando los tripulantes de ese barco nos aborden súbete a el y escóndete en la bodega. Cuando llegues a tierra firme huye lo más lejos que puedas.-
Intento responder pero Tad no me lo permite.
-Debes hacerme caso. Se que tu orgullo te lo impide, pero debes vivir, debes hacerte tan fuerte como tu padre.-
Sus palabras me convencen y me conmueven. Me levanto con la intención de saltar del barco siguiendo sus ordenes pero me detiene una vez más.
-Toma, llévate esto. Es una akuma no mi. Es la causa de que nos persigan. Ahora es tuya. Tu decides que hacer con ella, puedes tirarla al mar o puedes comértela. Ya conoces las consecuencias. Ahora ve, hazte fuerte.
Le doy la espalda a Tad, no puedo contener las lágrimas. Salto por la borda y me escondo a la espera de que llegue el barco. Cuando llega el momento sigo las instrucciones de Tad y me escondo en la bodega. Pero allí me encuentra un tripulante, sin embargo me toma por un polizón y no me asocia con los piratas de Tad. Me lleva hasta su capitán, Jeremiah Loc. El marine decide que trabajaré para el. Limpiando y manteniendo el barco. Decido que por el momento me quedaré en el barco. Durante mi estancia aquí continuaré entrenándome, me he pasado noches enteras observando la rutina de entrenamiento de Tad, seré capaz de copiarla.
El día es caluroso. Los rayos del sol me golpean en la espalda mientras reparo el barco que ha salido dañado tras una batalla contra dos barcos pirata. Han pasado cinco años desde que me separé de Tad. Durante este tiempo he aumentado mis habilidades físicas y mis habilidades como carpintero. Creo que podría reparar cualquier barco.
Hoy he ido a comprar madera y otros materiales necesarios para reparar el barco. También he visto que hay un gran aserradero en la isla. Se me ha pasado por la cabeza el separarme de la tripulación de la marina, tomar un barco y convertirme en capitán pirata. Creo que lo voy a hacer, ha llegado el momento. Hoy le plantearé mi dimisión al capitán.
Después de unas horas el capitán regresa al barco. Me acerco a él.
-Señor, me gustaría presentar mi dimisión.- Mientras formulo mi petición miro al suelo procurando no verle la cara. No encuentro respuesta así que levanto la cabeza y un puñetazo impacta en mi cara. Salgo despedido y golpeo el barco recién reparado quebrando la madera que tanto esfuerzo me costo poner. Permanezco en el suelo sangrando por la cabeza cuando escucho las palabras del marine.
-Sabía que no habías dejado de ser un pirata. Siempre lo supe. Lo vi en los ojos de tu capitán en el momento en el que le corté el cuello.- La frase resuena en mis oídos y llega hasta mi corazón.
No me lo pienso y concentro toda mi fuerza en las piernas. Salto desde mi posición y me coloco detrás de Jeremiah, inmediatamente dejo de concentrarme en las piernas y almaceno toda la potencia en mi brazo y en mi pecho. Uso toda mi fuerza para golpear al marine, que sale volando al recibir el golpe. No espero a que aterrice, vuelvo a saltar y me coloco sobre el en el aire. Ahora la fuerza esta en mi rodilla que golpea su estomago incrustando su cuerpo en el suelo.
Tomo algo de respiración, Jeremiah trata de reincorporarse pero no se lo permito y le golpeo con la planta del pie en la cara. El capitán pierde el conocimiento. Los demás tripulantes, espectadores de la pelea, corren a prestar auxilio a su capitán pero ninguno trata de luchar contra mí. Nadie se esperaba que el carpintero polizón pudiera luchar. Se que puede empeorar la situación así que huyo a la ciudad.
No tienen fotos mías, no saben mi verdadero nombre. No tendré una recompensa por este incidente. El pensamiento que me inquieta en este momento es el hecho de que lo he dado todo en esta batalla. Contra un enemigo más fuerte habría perdido. Tengo que obtener mas poder. Saco la akuma no mi de mi mochila. ¿Debería hacerlo?
- Peticiones.:
- -La akuma no mi. Me gustaría una paramecia de grado 2.
-La técnica qu se utiliza en la pelea. Consiste en aumentar la potencia muscular (aumenta la fuerza x2) en una parte concreta del cuerpo durante un máximo de diez segundos (2 turnos), esto permite ejecutar golpes más poderosos o saltar con más potencia, sin embargo, el resto del cuerpo donde no se ha aumentado la potencia muscular se vuelve muy débil durante esos diez segundos (2 turnos). Es una técnica que no puede usarse constantemente puesto que afecta gravemente al cuerpo y puede producir daños graves. La técnica es adquirida gracias al entrenamiento en el barco de la marina.
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Buenas, soy Drake, seré tu corrector en esta noche tan fría. Debo decirte que la extensión es corta. Yo suelo pedir 4 kilos, otros 3 pero ni siquiera has llegado. Tienes el fallo de repetir palabras, como por ejemplo “pirata”. En un mismo párrafo la he contado muchas veces. Podrías usar otros sinónimos. Hay frases en las que una coma podría quedar mejor, y otras en las que casi me ahogo al faltar comas. Por ser tu primer diario, debo darte un 7. Lamento decirte que la fruta no te la llevas. La técnica no la has entrenado, hay que entrenarla para llevársela. Te ofrezco editar para tener mejor nota o pedir otra corrección. Recuerda que editar quita el derecho de la corrección número dos.
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Creo que intentaré editarlo. Sobre el tema del entrenamiento, ¿cómo funcionaría? ¿hablo más del proceso de entrenamiento?
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Claro, y deberías entrenarlo 1 mes o así
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