Nanohama, ¿revolucionarios del pasado? Moderado rango 2 (ORGA)

Estas sentado en una mesa tranquilamente cuando de repente alguien deja caer una nota a tus pies, ha sido muy discreto y nadie más la ha visto caer. Cuando la lees pone:

*Acude al establecimiento de pastas “Tormentas de Nata”, allí espere nuevas instrucciones*

Bueno, ¿seguirás las instrucciones de la nota? ¿Pasaras de ella y continuaras con tus tareas?

Estaba disfrutando de uno de los pocos descansos que tenía a lo largo del día, sin prestarle mucha atención a los que pasaban a mi alrededor. Entre tanto ocurrió algo que captó ligeramente mi atención, una nota de papel había caído junto a mis pies, mi primera reacción fue buscar a alguien en el lugar donde me encontraba que estuviera buscando algo que se le había caído. Al ver que nadie parecía estar interesado en un trozo de papel perdido me atreví a leerla con la intención de conseguir alguna pista sobre quien sería su dueño o destinatario.

Me quedé bastante sorprendido y fuera de lugar al interpretar que esa nota iba dirigida para mí, un simple recluta. Presa de la curiosidad tomé la decisión de ir al lugar indicado en la nota para ver que es lo que estaba pasando.

Una vez fui capaz de encontrar el "Tormentas de Nata", una pastelería como otra cualquiera pero que me hacía sentir bastante raro ya que no suelo frecuentar ese tipo de locales. Un vez entré al interior me senté en una silla y realicé mi pedido - ¿Qué es lo que más se pide la gente? quiero uno de esos - Como no sabía bien que hacer ni que pedir, me limité a pedir que me sirvieran lo que más solía pedir la gente que iba a ese lugar.

El camarero se va y vuelve con una gran palmera de chocolate blanco con líneas de sirope de fresa por encima, al parecer es dulce del día. Debajo de la misma asoma lo que parece una servilleta, o quizás sea otra cosa. Seguro que tu curiosidad ya lo intuye, peor la servilleta es una nota que te manda al callejón de atrás, pero tendrás que llevar la palmera en la mano, silbar una canción, que no especifica, además de asegurarte que no te siguen y de quemar el papelito.

Esto cada vez es más raro, ¿Les seguirás el juego?

- Oh! fresa y chocolate... - Se me hacía la boca agua con tan solo mirar lo que me habían llevado. Sin perder ni un segundo, devoré el dulce para acabar lamiendo mis dedos antes de limpiarme con la servilleta. - oh! ¿pero si...? callejón... atrás... canción... - Me había gustado tanto ese dulce que apenas me fijé en que lo que parecía ser una servilleta en realidad era la siguiente instrucción y lo había manchado de chocolate y fresa por todas partes dejando tan solo unas pocas palabras legibles.

Usando mi gran capacidad de deducción comprendí que era el momento de marcharme de ese lugar por lo que dejé el importe del dulce junto a una pequeña propina. Mientras estaba sentado me había fijado que había otra salida que parecía llevar a otra zona de la ciudad, ¿era curiosidad o simple aleatoriedad?, sin pensarlo demasiado marché directo hacia esa salida silbando una de las canciones que más escuchaba últimamente.

Cuando vas a abrir la puerta que acabas de ver alguien te interrumpe, al parecer esa puerta da a la parte de atrás de la tienda y no puedes pasar por ella, aunque el hombre que te lo dice parece dubitativo, ya que ibas cantando y muy decidido, pero tras un vistazo rápido a tu mano del que te das cuenta, es cuando te dice que no puedes pasar. ¿Qué es lo que harás ahora querido amigo?

Con paso decidido y una sonrisa de oreja a oreja marchaba hacia la salida trasera de la tienda cuando fui detenido por otra persona, al parecer no estaba permitido abandonar el local por esa salida a los clientes.

- Pero mira que bien silbo, escucha, seguro que conoces la canción - En un último intento por conseguir avanzar por el camino más corto, intenté de nuevo silbar la melodía con la esperanza de convencer al que guardaba esa puerta. Si esto no funcionaba abandonaría el establecimiento agradeciendo el servicio prestado y buscaría una manera de alcanzar el callejón al que daba la salida trasera de la pastelería.

El grandullón se ríe reconociendo la canción, pero no se mueve ni un ápice de donde está. Cuando sales a la abarrotada calle te das cuenta de no sabes hacia donde tienes que tirar para encontrar el callejón. Puedes preguntar a algún transeúnte, aunque claro quedaría muy raro. Además de eso, cuando consigues llegar hasta lo que parece la entrada al mismo compruebas desanimado que tiene una verja alta tapándolo. ¿Qué vas a hacer?

Off:

Todo había salido mal, el tipo que guardaba la puerta prohibía mi avance por ese camino y me veía obligado a encontrar otra forma de acceder a ese callejón si es que quería conocer la verdad detrás de todas esas notas. Me sentía bastante inquieto al no saber nada de ese lugar ni de quien me estaba dando instrucciones, y toda esa inquietud se acababa transformando en curiosidad en apenas unos segundos. Desde que me había unido a la revolución esperaba el día en que viviría una gran aventura y tenía el presentimiento de que esta sería la ocasión.

- Mmm... debo pensar una manera de cruzar esa puerta... - Había salido de nuevo a la calle con la esperanza de encontrar un acceso al callejón que no fuera a través de la pastelería. En un primer momento me sentía bastante desorientado ya que pese a que llevaba ya un tiempo en la ciudad, apenas conocía sus calles y tampoco tenía la suficiente confianza ni seguridad para entablar una conversación con los lugareños para conseguir algo de información. Por lo que mi única opción era caminar alrededor del lugar y tener la suerte de encontrar alguna especie de acceso a la parte trasera de la pastelería.

Al fin había encontrado lo que parecía ser una entrada al callejón, pero una verja taponaba la entrada dejándome en igual que al principio, con la puerta delante de mis narices pero sin poder entrar.

- ¿Podría escalarla?... no eso sería lo último... - Era la única entrada que había encontrado a parte de la de la pastelería y no estaba por la labor de volver a caminar por la ciudad en busca de otra entrada. Tenía que encontrar una manera de atravesar esa verja ya fuera atravesándola o escalando y para eso necesitaba algo de información.

- Perdona, ¿por qué ese callejón está cerrado con una verja?, es que se me ha caído el monedero al otro lado y necesito recuperarlo, ¿podrías decirme como puedo entrar ahí? - Al final me había visto obligado a hablar con la primera persona que pasó junto a mí. Además me vi en la obligación de adornar un poco la historia esperando que me pudieran ayudar.

El hombre al que preguntas te mira con cara rara, como pensando como narices se te puede haber caído el monedero al otro lado. Al final, y tras unas risotadas, te dice que hay varios locales que pueden tener acceso, la pastelería y un par de bares al menos lo tienen, pero no ha visto que hayan dejado pasar al interior. Tras eso se va, riéndose de nuevo y girando un par de veces la cabeza para mirarte. No sabes qué película se abra montado para reírse así, pero al menos ahora tienes dos nuevos sitios que visitar a ver si puedes entrar, el bar “La dulce Loli” y la cafetería “El ermitaño del desierto”. ¿Le harás caos al extraño hombre risitas? ¿Por qué local empezaras, si los vas a visitar?

La persona elegido por el azar para escuchar mi historia era un hombre bastante risueño al que parecía hacerle bastante gracia todo lo que le estaba contando, y no se si es que su risa era demasiado contagiosa o yo me reía muy fácilmente pero no pude evitar comenzar a reír a carcajada limpia a la vez que lo hacía ese sujeto.

- Muchas gracias señor - Después de agradecer la ayuda prestada por esa persona me encontraba ante un nuevo problema que debía sortear para seguir avanzando en mi búsqueda de información sobre esas extrañas notas. El  hombre risueño me había informado de que además de la pastelería donde había estado, en esa calle había varios locales más con acceso a ese callejón pero que era extraño que dejaran pasar a alguien por ellos.

- Bueno iré primero..... al del ermitaño, eso de loli no me suena demasiado bien - Los nombres de ambos locales no es que me llamasen demasiado la atención ya que no sabía demasiado sobre "lolis" ni "ermitaños", por lo que simplemente me limité a seguir mis instintos y estos me decían que iría al del ermitaño. No es que fuera muy difícil encontrar esa cafetería ya que poseía un gran cartel que llamaba bastante la atención pero eso no impidió que me entretuviera en el camino observando los distintos puestos ambulantes situados a lo largo del camino. Una vez a las puertas del lugar simplemente entraría a su interior permaneciendo inmóvil junto a la entrada buscando algún punto de acceso hacia el callejón.

El local, de aspecto muy rústico, tiene varias mesas, una barra con el camarero detrás y una puerta con cortinas de la que sale humo por la parte superior. Las mesas están vacías, y tras el camarero un montón cajistas con diversos dibujos descansan en estantes, es raro, pues suele haber botellas de alcohol en esa posición en casi todos los locales. El camarero nada más entrar te saludo y pregunta que deseas, ¿Serás directo o intentaras entrar en la parte de atrás por otros medios?
Si le preguntas que tipo de local es te dira que un fumadero, poseen la mayor variedad de hiervas legales para fumar, recalcando el legales. Y que además disponen de una gran selección de tés.