Un noble canalla y piratas de camino. [Pasado][Grupal][Abierto]

Después de hablar con su abuela Erina, Jojo empezó a buscar a Straizo para evitar que matase a su familia. La pelea que tuvo le dejó con alguna que otra herida, pero pudo sanar bien. Unos dias después, le empezó a buscar por todas partes, Goa... Terminal Gray... El bosque... ¡e incluso Goa otra vez! Jojo no conocía demasiado bien las zonas marginales de la isla, de hecho no sabe que hay más allá de la primera hectárea de bosque y solo pasaba por la Terminal Gray porque estaba en frente de Goa.

 - Maldito Straizo, ¿donde estás?... ¿Fuc... sia? No sabía que hubiese algo más allá del bosque aparte de mar. Maldita sea, seguro que si me acerco al pueblo, él me atacará por la espalda o algún sicario lo hará.

  Pero Joseph no sabía que Straizo no podía atacarlo durante el dia, pues este moriría bajo los rayos del sol por ser un vampiro. 17 años de experiencia en cómics y tuvo la mala suerte de no poder tener en sus manos uno de vampiros. Su abuela decía que eran el diablo, incluso más demoníacos que las Akuma no Mi. Fue entonces cuando vio a una chica con un pelo largo, negro y sedoso, con una túnica un poco rara. Esas ropas le recordaban a Straizo. Así que no bajo la guardia, pero se fue acercando lentamente.

 - Hola señorita, estaba buscando a un hombre que es parecido a ti, y si me podrías ayudar sería lo mejor.

  Lo que Jojo no sabía es que no era una fémina guapa.

El puerto estaba lleno de comerciantes que descargaban sus productos para llevarlos a las tiendas más cercanas y venderlos en el mercado. Yo por mi parte estaba bastante cansado por el viaje y necesitaba dormir. El hambre no había disminuido luego de comer mi último paquete de galletas. Por un momento creí ser capaz de comer un pescado crudo que vendían cerca al muelle, pero desistí por el olor. Debía reabastecer mi bolso de cuero con galletas y algun que otro panecillo salado. De pronto, escuché una voz que me hablaba desde atrás. Pude escuchar claramente lo que dijo y por primera vez en todos mis viajes, alguien me confundía con una chica. Me giré y vi a un muchacho alto, bastante fornido con el cabello alborotado.

-Oye, no soy una chica –dijo sonriendo -. Si quieres te puedo ayudar, mientras no intentes tener una cita conmigo.

Reí ya que lo último me pareció bastante gracioso. Miré al chico y parecía ser alguien bastante distraído.

-Voy a almorzar, que dices si me acompañas y me explicas a quien buscas.

Joseph no se esperaba esa respuesta, sé quedó algo impactado al ver que esa chica guapa era un hombre. Sus sospechas le invadieron la mente, y soltó:

  - OH MY GOD! No me mientas, eres Straizo. Tú a me no me engañas.

  Si el destino no hubiese hecho que se encontrase con esa persona en concreto, probablemente hubiese perdido un brazo. Jojo empezó a atacarle instintivamente con un puñetazo, pero este fue bloqueado por una espada, la cual tenía un mango de color blanco. Fue entonces cuando se dió cuenta de su diferencia frente a este hombre. Le había parado el golpe con el reverso de esta.

  El pirata Maximillian le sonrió de manera pícara. Straizo era una persona seria y nunca le abría sonreído de esa manera, y de hecho su cara no era tan parecida a la de él. Y si hubiese sido alguien bajo las órdenes de este, Joseph ya hubiese muerto. Así que le siguió la corriente.

  - Esto... Estaba probando tu fuerza. Sí, eso. Solo las personas fuertes pueden comer con un Joestar. - Se sacó una excusa mala de algún sitio. - Hey, mira. Ahí hay un restaurante, yo te invito, tengo algo de dinero aquí.

  El restaurante era conocido por ser el bar donde iba a comer Monkey D. Luffy y el histórico Yonkou Shanks "El pelirrojo". O eso era lo que decía en la placa de la entrada, la cual tenía una foto con una mujer de pelo verde y un pañuelo guiñando un ojo. Al parecer había estado en pie desde hace más de 150 años. Ambos entraron y se sentaron en el mostrador.

  - Un plato de carne con patatas fritas, si tenéis, por favor.

Me sorprendió la actitud impulsaba del chico. Estábamos ahora en un restaurante que parecía ser parte de la historia pirata. Moví la cabeza mirando al chico con curiosidad. Trataba de entender como hacía las cosas. La persona que nos recibió la orden, trajo la comida. Comencé a comer lentamente, masticando la comida y probado el sabor de las patatas fritas. “Está bastante bueno”, pensé mientras miraba al chico.

-Mencionaste a un tal Straizo, ¿quién es?

Esperaba no incomodar al chico con la pregunta, pero lo que hizo me llamó tanto la atención que era inevitable no querer saber porque estaba tan interesado en esa persona.

OFF- ROl:

Off-rol:

  Jojo se encontraba comiendo de manera poco educada. Cogió un muslo gigantesco con la mano y lo empezó a comer a grandes bocados, y además con la boca abierta. En su casa no podía comer de esta manera poco elegante, y el prefería alimentarse "a lo bruto" -o lo que es lo mismo, como un guarro- cuando podía. Estuvo pensativo, por unos momentos. Era un tema algo complicado de explicar a alguien de fuera de su familia, no por lo personal sino más bien por lo extraño de su situación.

  Te lo voy a decir de esta manera, Straizo es un monstruo que quiere matar a mi familia. - contó Joseph- Digamos que es un hombre que quiere un ajuste de cuentas con mi linaje, y tiene unos poderes extraños. Tampoco sé demasiado que es lo que quiere conmigo y mi abuela. Pero algo si sé, tengo que acabar con él. Y puedo hacerlo gracias a una energía llamada Hamon.

  Joseph levantó su mano y le enseñó como una especie de energía parecida a la eléctrica rodeaba su mano.

   -Pero no sé que es ni como se usa, pero mientras le pegue a Straizo con un puño cargado con esta energía, morirá. Es como un veneno para su cuerpo.

Mientras mordía un trozo de la carne, vi como una energía extraña aparecía en la mano del chico. Su color era bastante similar al de la electricidad y pensé por un momento en que ese tipo podía ser bastante peligroso en un momento determinado. Tenía que tener cuidado con él. Lo miré y le sonreí. Si estaba pensando matar a un monstruo, quizás la mejor manera era dejar hacer. Una riña familiar con alguien era algo debía respetar. Recordé algunas cosas extrañas que había visto antes.

-Soy Maximilian, por cierto. No he escuchado tu nombre hasta ahora –dije mientras ensartaba una patata frita y me la llevaba a la boca.

“Los monstruos no solo existen en las pesadillas de los niños pequeños o en la mente de gente trastornada”, pensé mientras recordaba las historias que me contaba uno de los niños con quien entrenaba en el dojo de mi villa.

-Tal vez puedas explicármelo con más detalles, podría ayudarte si se lo que vamos a hacer.

Joseph sonrió con complicidad.
- ¿Entonces me echas un cable? Mi nombre es Joseph Joestar, encantado.

El joven empezó a ir maquinando un poco su plan. Pero lo primero es lo primero.

- Necesito un arma en la que infundir mi energía de Hamon. En la Terminal Gray se pueden encontrar cosas con utilidad, pero dudo de su calidad y resistencia. ¡Casi todo está oxidado!. Además este tal Straizo tiene solo dos puntos débiles, su cerebro y mi hamon. Es prácticamente inm...

Pero a Jojo no le dio tiempo a terminar su monólogo, pues fue interrumpido por una voz de auxilio que vino por el exterior. Sacó de su bolsillo un par de billetes.

- Quédese con el cambio, señorita.

La chica llegó con una taza té, justo en el momento que el muchacho me decía su nombre. Escuché atentamente como se desenvolvía para explicar la forma en que debíamos derrotar al tal Straizo. Dos puntos débiles eran suficiente para mí. Generalmente cuando me enfrentaba con alguien que no conocía, no lograba ver ningún punto débil al inicio, pero a medida que el combate se iba desarrollando podía analizar y encontrar algún defecto que podría servirme. El chico parecía pensar mucho las cosas antes de decírmelas, lo cual me generó una pequeña incomodidad ya que comencé a pensar en que Joseph no me estaba diciendo toda la verdad. Cuando iba a terminar de hablar, escuché un grito de auxilio. Terminé de beber la taza de té y el muchacho pago por lo que habíamos consumido.  

“Aquí vamos otra vez”, pensé mientras salía del restaurante y veía como un hombre de cara pálida había cogido a una pobre mujer del cuello. Lo miré algo curioso y luego suspiré resignado a tener actuar. Caminé junto a él y le toqué en el hombro. No pareció responder mi llamado, así qué volví a llamarlo otra vez. Estaba vez giró su cabeza para ver quien lo había tocado y le lancé un fuerte puñetazo en la cara que hizo que sus pies se despagaran del suelo por un momento antes de caer de espaldas pesadamente.

-Eh, no te han dicho que no se debe tratar a una mujer así –dije mirándolo seriamente.

El sujeto se levantó como si nada. “Vaya, así que no es un tipo normal”, pensé mientras predecía sus acciones y me apartaba en el momento preciso cuando su puño derecho cruzaba frente a mi rostro. Me agaché y golpe la parte más baja de su vientre. Sintió el golpe y extendió un poco los brazos mientras daba unos pequeños pasos hacia atrás.

“Creo que yo podría inmovilizar al tal Straizo y dejar que Joseph le dé con su puño especial”, pensé mientras veía como la mujer que había sido atacada se marchaba corriendo

Tras ver como el sujeto era derribado, Joseph pudo verle la cara. Si aún tenía dudas de ello, esos colmillos peculiares le delataban. Era Straizo, que de casualidad se estaba alimentando con una mujer cerca de ellos. Había entrado en escena con una peculiar túnica que no llevaba puesta en el encuentro anterior que tuvo con Joseph. Jojo no lo sabía, pero esa túnica le permitía estar bajo los rayos del sol unos segundos, por lo que Straizo se podía mover de sombra en sombra durante el día.


  - ¿Y esa ropa tan chula que me traes, Straizo? - Empezó a burlarse Joseph. Estaba buscando razones por las cuales tenía ese ropaje tan "espeso" puesto. - ¿Qué te crees, un gurú de la moda? Bueno, da igual. Acabaremos esto, aquí y ahora.

  Straizo se reincorporó lentamente. Era un momento de tensión, y Joseph no estaba seguro de si iba a actuar Straizo primero o en cambio estaba esperando el primer golpe. A su izquierda, en el suelo se encontraban un par de bolas metálicas atadas por una cuerda. Se le había caído a la mujer de antes al huir. "Esto me puede servir, debería recogerlo lo antes posible" Pensó Joseph. Redirigió su mirada al monstruo contra el que estaban peleando Maximillian y él.

   - Wryyy... Espero que hayas mejorado un poco desde nuestro último enfrentamiento... Yo si lo he hecho. - Empezó a amenazar Straizo, con esa muletilla que solía repetir una y otra vez.    - ¡Space Ripper Stingy Eyes!

De sus ojos empezó a salir un proyectil púrpura disparado hacia Joseph.

Hasta ese momento no lo había notado, pero sujeto encapuchado parecía tener colmillos. “Colmillos, ¿acaso está de moda o algo así?”, pensé mientras veía a Joseph aparecer y tomar un arma que estaba en el suelo. Escuché la voz del extraño hombre. De pronto, adoptó una posición agresiva y de sus ojos salieron una especie de proyectiles dirigidos al chico con el que antes había estado hablando. Intercepté el ataque con mi katana de hoja curvada y un líquido de color purpura se impregno en mi katana. La hoja de mi katana pasó de un color plateado a un rojo vivo y unas llamas pequeñas hicieron que el liquido se evaporara.

-Interesante –dije sonriendo -. Me pregunto, ¿era alguna clase de veneno?, deberías ir al médico amigo, esas cosas no pueden salir del cuerpo de alguien sin sentirse mal.

Sonreí y guardé mi katana en su funda. El sujeto dio un paso atrás. Miré a Joseph y llevé mis manos dentro de mis bolsillos. Straizo era su nombre y por lo que había dicho no era un sujeto normal. Otras figuras encapuchadas aparecieron saltando y cayendo justo detrás de Straizo. Las nubes del cielo justo en ese momento comenzaban a ponerse grises.

-Parece que hoy lloverá –dije mirando el cielo que comenzaba a ponerse oscuro -. Habrá que tener cuidado. Joseph, dime una cosa, ¿el fuego podría funcionar con estos sujetos?, es decir, ¿el fuego podría acabar con ellos? Lo preguntó de curioso. Acaba de traer a sus amigos y no parecen para nada amables.

Habilidades de katana legendaria:

Maximillian le salvó de un apuro a Joseph. Probablemente no lo supiese, pero ese líquido a presión era capaz de atravesar la piel de sus enemigos. Jojo aprovechó el momento en el que el ataque fue bloqueado y tirarse al suelo. Cogió un sobre de ketchup y se lo reventó en el brazo izquierdo.

- ¡Maldita sea, no bloqueaste todo el ataque y me ha alcanzado en el brazo! - Joseph fingió gritos de desesperanción - ¡Ya no puedo usar este brazo para luchar, Max! Usa fuego, ¡lo que sea! Pero acaba con esos monstruos.

   Mientras, con el brazo derecho, agarró las "Clacker balls" que estaban en el suelo. No sabía porqué, pero la energía Hamon pasó a las bolas, pudo notarlo porque se volvían rígidas. Casi no pudo disimular su risa de ganador. "Si esto está lleno de Hamon, entonces le podré matar". Pensó Jojo. Al ver que Joseph estaba herido en el suelo, Straizo empezó un discurso.

   - Joseph Joestar... cuando acabe contigo ya nada podrá pararme para acabar con toda la isla, y terminar por expandir mi plaga por todo el East Blue, y luego...

      - Ahora vas a decir, ¡El mundo! - Straizo se quedó en shock, no se esperaba que Joseph se levantase de repente para cortarle de esta manera su frase, y prediciéndola. - Esta es mi nueva arma, las "Clacker Balls". Están llenas de Hamon, supongo que ya sabrás lo que es eso.

  Jojo lanzó las Clacker balls, y no se esperaba que fuesen a ir a esa velocidad. Pero falló, y en vez de darle a Straizo, le dió a uno de los hombres que estaban con Straizo en el brazo. Empezó a derretirsele. "¿¿Y esto??". No se lo podía creer.

  ¿Fuego dices? Sí, creo que servirá si acaba con todo su cuerpo. - Respondió a la pregunta de Maximillian, y esta vez con más ganas de pelear que antes, con una gran sonrisa en la cara.

Spoiler:

Silbé al ver como el extraño hombre que estaba al lado de Straizo se arrodillaba y lanzaba un grito de dolor. Se estaba derritiendo y pronto todo su cuerpo se volvió una masa liquida.

–Vaya poder –dije sonriendo a Joseph -. Eres una caja de sorpresas muchacho.

Luego de eso, volví a mirar al grupo tan peculiar que estaba frente a nosotros.

-Has mencionado una plaga y definitivamente no eres un sujeto normal –dije golpeando levemente mi mentón con mi dedo en gesto pensativo -. Joseph mencionó que eras un monstruo y para que algo tan único como su poder sea lo único que pueda matarte, me hace pensar en que...- hice una pausa y luego terminé de decir -...son un grupo de chiflados e incluyo a este chico.

La lluvia empezó, relámpago atravesaban el cielo y el sonido estruendoso de los truenos hacían vibrar las ventanas de las casas que estaba a nuestro alrededor. La personas, que antes habían estado mirando de curiosos todo, ahora habían desaparecido.

-Encárguense de él, yo me mataré al mocoso de mierda –dijo Straizo mientras sus secuaces iban a por mi

Cuatro encapuchados saltaron en el aire al mismo tiempo. El primero estiró su brazo y por un segundo creí ridículo que intentara golpearme con los dedos juntos en forma de un espada. Para mi sorpresa, no era eso su principal arma. Sus uñas era afiladas armas que cortaron parte del hombro de mi gabardina y aparté a tiempo para que no me hiciera ningún daño.

-¿En serio? –dije retrocediendo algunos metros.

Bloque con mi brazo derecho la fuerte patada de uno de ellos y recibí un golpe en el mentón con el puño cerrado que hizo que atravesara la pared de una de las casas que tenía detrás.

Para evitar sanciones:

Joseph vió como su compañero fue arrojado por la pared, y le chocó el hecho de que le atravesasen.

- ¡Maximillian!- Gritó e intentó socorrerle, pero era inútil porque Straizo saltó hacia él. - ¡Cabronazo! Ya verás en lo que te voy a convertir. No te reconocerá ni tu madre.

  - Eso... ha sido un golpe de suerte. Ese Hamon tan poderoso de antes no te volverá a surgir de nuevo. Pero dará igual porque tu estarás muerto en pocos instantes.

  Straizo le atacó con sus garras, sin embargo, Joseph pudo agacharse y darle un puñetazo en el estómago. Este vólo unos cuantos metros, cayéndose al suelo dándose en el cuello contra un borde, rompiéndoselo. Jojo no sentir las piernas al ver como poco a poco se le acercaba aquel monstruo de manera tan siniestra y con la cabeza retorcida hacia un lado.

  - Wryy... ahora beberé tu sangre, me sentará como anillo al dedo. Y después destrozaré tu hogar y todo ser vivo que haya dentro de ella.- A Jojo le inundaba la ira. No quería que nada de eso pasase, no quería que su abuela muriese a manos de ese bastardo. Tarde o temprano, le iba a reventar una vena de la cabeza del ansia viva que le recorría el cuerpo. - ¡Vanilla Ice!.

  Todo fue muy rápido, Joseph le dió una patada con el talón en la ya inclinada cabeza de Straizo, pero este no pudo ver como sus brazos se le congelaban. En vez de hacerle volar con la patada, dejó al monstruo frente a sus pies. Este de repente le agarró de una pierna con uno de sus brazos y pudo ver como se le entumecía la pierna izquierda, y finalmente llegó la congelación.

  - ¡Son of a bitch!

El impacto no me había dolido mucho, pero si me había abierto un pequeño corte en la frente. Un hilo de sangre comenzó a caer desde la herida, recorriendo todo el borde de mi cara y caer en forma de gota al suelo. Suspiré sintiéndome resignado a tener que hacer algo en contra de esos sujetos. Me puse de pie y me sacudí el polvo de la ropa. Un hombre regordete estaba mirándome con los ojos bien abiertos mientras que su esposa tenía una sartén en la mano.

-Ah, lo siento –dije rascándome la cabeza y sonriendo -. Pagaré los daños.

Saqué una bolsa de dinero que traía en mi bolso de cuero y se lo lancé al hombre regordete. Miré fuera del agujero que había provocado el impacto de mi cuerpo. Dos figuras encapuchadas estaban observando desde fuera. Desenvainé a Shuryo. La hoja de mi katana se había vuelto en rojo sangre bastante intensa. La agité en el aire y apunté en dirección de las criaturas. Una ráfaga de fuego salió disparada de mi katana. Impacto los dos cuerpo de las dos figuras y comenzó a quemar sus cuerpos. Salí a toda velocidad. Cortando rápidamente las cabezas de ambos cuerpos rodeados por el fuego incandescente de mí ataque.

-Bueno, bueno – dije golpeando la hoja de mi katana que tenía el color plateado otra vez en mi hombro -. No me gusta tener que cansarme, pero han hecho que me asuste por un momento.

Sus otros dos compañeros aparecieron detrás de mí. Sentí brevemente que iba hacer, los esquivé desenvainé a Gureto y los partí por el abdomen, separando a ambos por la mitad.

-Volvieron a ser cuatro –dije riendo, mientras mi katana de hoja curvada se volvía de un color rojo otra vez y quemaba sus cuerpos.

Joseph parecía estar en problema. Me acerqué donde estaba Straizo y de un solo tajo separé el brazo que sostenía la pierna del muchacho.

Maximillian incineró dos de los matones de Straizo, después de claro hacerles un corte limpio en su torso podrido. Acto seguido, ayudó a Joseph de su apuro. Este por su parte tenía la pierna cogelada, pero se iba calentando más rápido de lo esperado. Su cuerpo bombeaba sangre de una manera muy acelerada, haciendo que el calor de Joseph llegase a su pierna a través de la sangre. Aún así, tenía la pierna inutilizable. Se giró hacia Maximillian y le hizo un gesto con la mano.

 - ¡Nice! ¡Verrrrry Nice! - soltó Jojo en agradecimiento - Y ahora, supongo que es mi turno.

   Empezó a mover sus brazos. Quería tenerlos bien calientes y activos para poder sentir sus puños en la cara de Straizo. Y este también empezaba a movilizarse. Las venas de su cuello se movían lentamente hasta reunirse con parte de la cabeza que estaba suelta. Ambos estaban preparados para la contienda.

  - Joseph, ¡muere! -  Straizo lanzó un puñetazo al pecho del joven - Y ahora te ...

 -... Chuparé la sangre o algo por el estilo, quizás.

  Joseph, no dudó en usar la pierna derecha como pivote para así usar la que estaba congelada como una especie de martillo, agarrando a Straizo por los hombros.

  - Estaba pensando en tu condición monstruosa. ¿Qué es un vampiro?, no lo se. Pero sin embargo, posees una extraña sed de sangre que he estado intuyendo desde que nos encontramos por primera vez. Pero no una normal, como de asesino, sino una más bestial, más baja en instinto. ¿Te estabas alimentando con esa mujer de antes?

  - Sí, yo bebo la sangre de la gente para vivir. Pero vale la pena. Te sientes fuerte y jovial.

 La patada en el bajo vientre que dió Joseph a Straizo le levantó un poco por los aires. Y antes de tirarle al suelo, le dió otro puñetazo en la mandíbula. Pero Joseph no salió tan bien parado, pues aunque no recibió el golpe con todas sus fuerzas, se derrumbó sobre su propio peso por la falta de aire.

Spoiler:

“¿Un vampiro?”, pensé mientras guardaba mi katana en su funda. Seres ansiosos de sangre, más bestias que hombres, el azote de la noche en tierras lejanas. Recordé en ese momento, como mi padre me relataba historias de esos extraños seres cuando era pequeño. Un relámpago hizo que saliera de mis pensamientos al mismo tiempo que observaba como Joseph le propinaba una patada al hombre con la boca empapada en sangre. Al ver que Straizo caía al suelo, decidí satisfacer mi curiosidad corriendo hasta él y clavando mis dos espadas, cada una en su hombro mientras ayudaba a ponerse de pie a Joseph.

-No creo que sea el único que haya en el mundo –dije al chico -. Tal vez existan algunos seres más fuertes que él.

Esperaba que el chico dijera algo para contradecirme ya que una amenaza así suelta por el mundo sería algo muy peligroso para cualquiera.

Joseph se vió extrañado por la afirmación del espadachín. Puede que no sea la amenaza más importante para el gobierno mundial. Y seguramente nadie conociese a Straizo hasta hace unos días. Pero algo tiene por seguro, daba igual que fuese un pirata, un monstruo, o un rey del mar gigante enfurecido. Era una amenaza, no solo para los habitantes de Fucsia, sino también de la isla. Pasando por sus seres queridos más importantes, Erina, Smokey... Este ser maligno iba a por ellos sin piedad y no podía permitirlo.

- Pero no más débil significa menos peligroso, ¿no? Dejemos los fuertes a la Marina o los cazadores de recompensas. Prefiero darle una paliza a este tipejo. - Joseph había recuperado el aliento un poco. - Me da igual que sea debilucho, yo solo quiero que se vaya de aquí bien lejos. ¡Al quinto infierno si es necesario! Pero no quiero verle más por el mundo.

Y recordó, recordó su pelea contra él la otra vez. No quería ser humillado de esa manera de nuevo. Joseph se levantó, y empezó a visualizar el escenario.

- ¿Empezamos con el segundo asalto? - soltó Jojo sonriente hacia Maximillian. - Este hombre ya me está cansando.

Sin embargo, dos de los secuaces de Straizo se iban acercando por detrás. Joseph se había olvidado de ellos.

Sentí dos presencias detrás de mí con intenciones claramente hostiles. El tiempo fue suficiente para esquivar sus ataques con un salto en el aire. Giré 180° para colocarme detrás de ellos y atravesar a ambos con mis espadas. Al ver que aún se movían, retiré rápidamente ambas espadas de sus cuerpos y lancé un corte rápido a sus cuellos. Sus cabezas pronto rodaron por el suelo. Estaba algo cansado. Volví mirada hacia Joseph y le sonreí.

-Me disculpas –dije mientras atravesaba con mi espada de hoja curvada el pecho de Straizo.

Una gran cantidad de llamas negras comenzaron a brotar de mi espada. Rodearon el cuerpo del vampiro y este fue volviéndose cenizas poco a poco.

-Será un buen regalo para tu familia –dije mirando a las cenizas del cuerpo de Straizo.

Me di la vuelta y me marché.