El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Mar 13 Dic 2016 - 6:47}

16/02/2016

De frío en frío y tiro porque me toc... No, espera, esta vez hace calor.

Tras unas cuantas misiones en islas invernales, había logrado un permiso especial para tomarme un descanso de mis tareas como Capitán y montar una partida de caza con mi amigo Silver, al cual hacía mucho que no veía. Lo de salir a buscar piratas era solo una excusa, ya que entre que me encargaban una misión tras otra, no paraba quieto y me era imposible encontrar un momento para hablar tranquilamente con el marine que me sacó del mayor apuro que pasé en mi vida: la adolescencia. En serio, no sé cómo hubiera acabado sin su apoyo, y me preocupaba tener escasas noticias suyas.

Entonces fue cuando me enteré de que estaba en una situación económica difícil, pues al parecer las heridas que sufrió cuando nos separamos (sí, en aquella época que pasé yo en una isla perdida de la mano de Dios) también habían afectado a sus implantes cyborg. Y no es difícil deducir "por qué" las reparaciones le costaron un ojo de la cara.

Así que aquí estamos: Arabasta. Siguiendo la pista de una banda pirata que partió desde Water Seven tras cometer varios atracos, y a los cuales perdimos cerca del reino de Sakura. Tras seguirles la pista descubrimos que habían venido aquí, lo que significaba que tendrían que pasar sí o sí por esta ciudad portuaria. Aquí buscaríamos más pistas, y les tenderíamos una emboscada cuando fueran a huir en su navío.

El barco lo capitaneaba yo, y la tripulación contaba con pocos hombres pero bien instruidos. No se trataba de simples reclutas, esta gente ya tenía al menos un par de batallas de experiencia, así que podía despreocuparme un poco y centrarme en hacer bien el trabajo y volver a sentir la emoción de la batalla junto a mi amigo. Ese era el objetivo principal, pero oye... El dinero también vendría de puta madre, y no es que creciera en los árboles precisamente, así que como mínimo debía esforzarme en capturar a esta banda para que los días transcurridos buscándolos no fueran en vano.

15/02/2016

- Jodida arena... - Murmuré para mis adentros, mientras observaba asqueado la pequeña cascada dorada que caía desde el interior de mi bota al vaciarla. - ¡Pero si aún estoy en el barco!, ¿como diablos puede haberse llenado de arena? - Resignado, y tras volver a calzarme, me puse en pie de un salto y me dirigí a la cubierta, dejando atrás la habitación y el ya demasiado familiar catre.

- ¿Alguna novedad? - Pregunté a mi compañero, ahora mi superior, que se encontraba de pie en la proa, sin perder de vista un solo detalle de lo que ocurría en los muelles.

Aunque trató de disimularlo, pude notar como se fijaba en mi brazo derecho. Y no podía culparle, dado el lamentable estado en el que se encontraba. La piel artificial que debía cubrir el implante no aguantaba el ritmo, y faltaba en muchas partes, dejando ver en su lugar el conjunto de placas metálicas y engranajes que lo formaban. Estando además estas adornadas por múltiples muescas, señal de todas las armas que había enfrentado.

- No te preocupes, lo raro sería que no mirases - Sonreí - Cuando volvamos al cuartel en el North Blue hablaré con el viejo para arreglar esto.

16/02/2016

Silver se dio cuenta de que le estaba dirigiendo miradas a su brazo, lo cual tenía cierto sentido dado el estado en el que se encontraba el pobre, y me dijo que no debía preocuparme ya que era normal hacerlo. Algo molesto con mi falta de delicadeza, recobré la compostura y seguí mirando al frente, mientras impartía instrucciones para atracar.

- No puedo estar seguro, pero diría que aquel barco del fondo es el que buscamos. - Le respondí antes a mi amigo, respecto a lo de las novedades. - Sin embargo desde aquí parece vacío... Y eso no me inspira confianza ninguna. No veo actividad en cubierta ni puerto, así que estate preparado en todo momento. - Luego le sonreí mostrando mi nerviosismo. Aún no estaba acostumbrado a tratar a mi compañero como un miembro más de la jerarquía inferior. - ¿Como en los viejos tiempos, eh? Espero que podamos cubrirnos las espaldas mutuamente, amigo mío.

Un rato más tarde, estábamos él y yo junto a un pequeño pelotón de reclutas patrullando las calles de la ciudad, buscando cualquier indicio de adónde podían haber ido aquellos piratas. Los lugareños, como era de esperarse, no parecían saber nada, aunque un amable pescador me indicó que tal vez en la taberna pudiera conseguir información... por un módico precio. "Empiezo a hartarme del tema de los sobornos. ¿Por qué no puede todo el mundo colaborar de buena fe con la Justicia?" Pensé molesto, mientras pedía a mis acompañantes que siguieran atentos por si veían cualquier cosa. Quedaban muchos marines dentro del barco por si necesitábamos refuerzos, pero si no descubríamos el ataque a tiempo no podríamos ni pedirlos.

Con los flancos cubiertos, le indiqué a Silver con la mano que entrara conmigo, sabía que él tenía algo más de experiencia en aquellos ambientes que yo, simplemente por el hecho de que no suelo frecuentar (por no decir que nunca voy a) lugares donde se consuman bebidas alcoholicas. Tal vez su carisma natural y su actitud lanzada y positiva fuera de provecho en las negociaciones.

15/02/2016

Mi compañero, tras pedirme que le acompañase, se dirigió decidido hacia la taberna que nos habían indicado - Espera - Le detuve antes de que llegase a la puerta. Me puse la cazadora, asegurándome de cubrir por completo mi brazo para que su estado no llamase la atención, y guardé mi gorra en la mochila - Deberías hacer lo mismo - Le dije mientras señalaba el emblema de la marina en su chaqueta - Aunque me moleste reconocerlo, será mucho más sencillo si no saben quienes somos - Tras darle unos minutos para que tratase de disimular el uniforme como pudiese, ambos entramos finalmente en la taberna.

- Parece que no va a ser tan fácil como creía... - Le comenté en voz baja - Fíjate en el tabernero, sus tatuajes. Sin duda alguna fue marinero, pirata probablemente. Ya he tratado antes con tipos cómo él. No confían en desconocidos, y si le ofrecemos dinero sin más es muy posible que nos mande a la mierda.

Sin detenernos, y tratando de no llamar la atención, continuamos el avance hasta la barra, donde pedimos un par de jarras. Observando el lugar de arriba a abajo, en busca de una alternativa, encontré algo que podía servirnos. Di un largo trago y fui directo a mi objetivo.

- Amigos - Me dirigí a un grupo de tres hombres, sentados alrededor de una mesa sobre la cual bailaban los dados y las monedas - ¿Podemos probar suerte? Mi amigo no ha jugado nunca, y creo que ya es hora de que aprenda.

Los tipos aceptaron sin pensárselo demasiado, y Amaiar me miraba con cierta reticencia, algo que no podía reprocharle. Pero me siguió la corriente durante casi media hora, en la cual reímos, bebimos, apostamos y perdimos todo lo que llevábamos encima.

- Hay que joderse, parece que la fortuna ha decidido jodernos hoy... ¿Por qué no nos dais la oportunidad de recuperarnos? ¡Vamos, doble o nada!

- ¿Pero os queda algo para apostar?

"Ahí está". Sonreí.

- No me queda ni un berrie, pero mi colega ha quedado con un antiguo camarada suyo, y le debe una buena suma. ¿Por que no vamos a pedirle el dinero y volvemos?, ¿donde dices que habíais quedado?.

16/02/2016

A pesar de las circunstancias, decidí confiar en el criterio de Silver y pasar un rato desapercibido y mezclado como un visitante cualquiera. Le di la vuelta a mi chaqueta y al ponermela cerré la cremallera, estaba un poco incómodo pero no se veía tan mal como esperaba, así que decidí ir así rezando para que colara.

Tras pedir un par de bebidas ligeras (algo que los locales llamaban "clarita"), pude ver a mi compañero analizando el lugar, y no tardó en dar con un par de personas jugando a algo cuyas reglas yo desconocía. Al parecer apostaban sobre alguna clase de resultado con los dados, y el ganador se lo llevaba todo. Parecía simple, pero arriesgado... y a Silver se le ocurrió la maravillosa idea de meternos en aquel embrollo. Yo lo miré de forma consternada, sin poder terminar de creerme que quisiera echarse un rato libre cuando teníamos el tiempo limitado para buscar a los piratas. Sin embargo, enseguida pillé cuál era su plan, y me dejé llevar un poco. Tal vez se me hubiera subido un poco el alcohol, tampoco es que fuera muy tolerante.

Tras un buen rato de risas y cervezas, y de haber perdido todo el suelto que llevaba encima (que por suerte no era demasiado), llegó el gran momento, y el cyborg hizo uso de su carisma para sonsacar la información que necesitábamos sin levantar demasiadas sospechas. Con las mejillas algo rosadas, respondí arrastrando un poco las palabras:

- Pueeees no lo recuerdo del todo... - Me llevé la mano a la barbilla y fingí meditar. - Creo que en el puerto... No, no, tuvo que ser al lado de la joyería... No, espera, definitivamente fue a tres calles de la carnicería... Bah, me rindo. Sería más fácil si lo habéis visto por aquí y voy a buscarlo, terminaríamos antes. - Pude ver un brillo en los ojos del tipo frente a mí. ¿Me habría descubierto? Yo seguí con mi teatrillo personal por si acaso: - Seguro que lo reconocisteis si pasó por aquí... Tiene una cara conocida... - Susurré, en tono de complicidad mientras guiñaba un ojo y sonreía como un tonto. - Se llama Rockso... Sí, ese que piensas. - Señalé a otro tipo sentado en la misma mesa, que pareció reconocer el nombre. - El de los carteles. Bueno, pues me debe cierta suma que le presté para empezar su pequeño "negocio", y ahora que he oído que ha cobrado, es buen momento de ir a pedirlo de vuelta, ¿no creéis?

- Hmmm, sí, creo que lo vi pasar por aquí hace un buen rato. - Dijo el tercer de los apostadores. Ese tenía pinta de estar bastante más borracho que los otros dos, ¡tal vez hubiéramos dado con la clave! - Recuerdo... recuerdo que dijo algo acerca de la pescadería de Mariluz, ¿no te habrás confundido? - Riéndose de su propia broma, no tardó en recibir un cogotazo por bocazas. Yo asentí mientras decía:

- Sí, sí, eso era, gracias por recordármelo. - Mientras me levantaba, le hice un gesto con la cabeza a Silver para que me acompañase. Ya sabíamos dónde buscar en aquella enorme ciudad de locos. - Guardadnos el sitio, ¿ok? Volveremos enseguida... - Con un hipo repentino, me alejé de la mesa y salí por la puerta, esperando a que mi compañero apareciera también para dejar de fingir. Sí que estaba algo mareado, pero no tenía un colocón tan exagerado, así que debería estar en condiciones de pelear si fuera necesario. - ¿Vamos, mi colega? - Diría en cuanto estuviera listo.

15/02/2016

Terminada la charla apuré el último trago de mi jarra y la dejé caer sobre la mesa, exhalando con satisfacción. Para acto seguido ponerme en pie y, ofreciendo la mejor de mis sonrisas, despedirme de nuestros nuevos amigos de juego. No sin antes asegurarles que volveríamos a por la revancha en cuanto tuviésemos más fondos. Así pues, satisfecho por el éxito de mi plan, seguí los pasos de Amaiar hasta encontrarnos al otro lado de la puerta, de nuevo en la calle. Nada más salir entrecerré los ojos, momentáneamente cegado por el sol. Dentro de la taberna el ambiente estaba tan cargado que ya casi había olvidado que estábamos aún a pleno día.

- ¿Vamos, mi colega? - me preguntó.

- Quizás deberíamos separarnos - propuse. Pude notar cierta reticencia en su mirada, por lo que procedí a explicarme. - Si vamos directos a por él, y la cosa se complica, estaríamos en el centro de la ciudad y los civiles podrían verse envueltos en todo esto. Pero, si se encuentra donde nos han dicho, no deberías tener problemas para vigilarlo. Mientras puedo llevarme a un par de hombres al puerto y tomar su barco. Así le haríamos salir de su escondite. Y tanto si se dirige al puerto como si no, podrás seguirle hasta algún lugar donde podamos detenerle sin problemas.

Mis palabras, por sorpresa para ambos, tenían cierto sentido. Normalmente siempre dejo que se él quien se encargue de los planes, así que el hecho de que se me hubiese ocurrido todo eso probablemente me sorprendió más a mi que a él. Supongo que tras tanto tiempo sin vernos, algo habíamos cambiado. ¿Estaría madurando? Me planteé por un segundo, pero enseguida descarté la idea, negando con la cabeza mientras dejaba escapar una estúpida sonrisa.

18/12/2016

Una nueva misión con un grupo desconocido, no conocía a ninguno de esos hombres y era primera vez que me relacionaba con marines de otro escuadrón. Se me hacía raro, pero extrañaba a Hikaru pese a que no era más que una chica con un par de tornillos sueltos. Sonreí al recordar todas sus locuras y luego bajé la escalera del barco para dirigirme hacia la taberna, en donde supe que estarían los hombres a cargo. Si ayudaba a terminar el trabajo, más pronto volvería a casa para jugar con Freya. Sonaba todo bien…, pero sabía muy bien que las cosas podían complicarse de un momento a otro.

El sol pegaba fuertemente y, para suerte, me bañé en bloqueador solar. Mi piel era tan blanca que incluso en días nublados podía quemarme; estar bronceada no era una opción para mí. Llevaba vestido un peto de tela con un enorme escote y bajo este una falda larga de color negro con bordes dorados. En mi espalda cargaba la enorme guadaña con apariencia demoniaca, seguramente a la gente no le haría mucha gracia ver a una marine con un arma como esa. En fin, no era que me importase mucho.

–Disculpe, señor –le hablé a un anciano de baja estatura, calvo y ojos entrecerrados–, ¿sabe cómo puedo llegar hasta la taberna?

–Claro, claro. Dobla por la siguiente calle y sigue derecho.

Seguí las indicaciones del buen hombre y me encontré frente al edificio que esperaba llegar. Tenía toda la intención de atravesar la puerta cuando de repente salieron dos hombres; eran justamente los que estaba buscando. No sabía cómo entrar a su conversación, pues no los conocía y ellos tampoco sabían quién era yo. En fin, sociabilizar con un objetivo en común nunca fue problema para mí y no esperaba que ahora lo fuera. Di un paso hacia delante y me dirigí a ambos.

–Mi nombre es Katharina von Steinhell, les he estado buscando –comenté sin mucho ánimo–. No he podido evitar escuchar su conversación y, permítanme comentar, parece un buen plan. Sin embargo, si gustan compartir su información conmigo, puedo elaborar un buen plan. Es mi especialidad –comenté con algo de modestia, no quería que nadie pensara que alardeaba de mis habilidades.

Nada más tenía que esperar la respuesta de los hombres y elaboraría un buen plan para que todos ganáramos y nos fuéramos pronto a casa. Buscar y encerrar a un hombre era fácil, sobre todo si sabías su localización. Sin embargo, los hombres que tenía en frente parecían buena gente y no querían involucrar a los civiles así que la cosa se complicaba mucho más. Según lo que alcancé a escuchar, querían hacerse de su barco para así impedirle una huída por mar, pero la mejor opción era guiarlo hasta un lugar… ¿Tal vez debía infiltrarme para hacerle llegar hasta un lugar en concreto? Muchas ideas se me pasaban por la cabeza, pero tenía que esperar a que los hombres me dieran más información.

–Oh, por cierto, que no lo comenté. Vengo en el mismo barco que ustedes.

16/02/2016

No pude evitar mirar con cierta sorpresa a mi amigo, que acababa de proponer probablemente el plan más sensato que le había oído salir de su boca desde... bueno, desde que le conozco. Ciertamente, el alcohol me estaba afectando más de lo que pensaba si era él quien tenía que pensar en esa clase de cosas. Frustrado, me llevé una mano a la frente mientras me concentraba en pensar qué más se me estaría escapando. No podía poner en riesgo a los civiles bajo ninguna circunstancia, pero de alguna forma tendríamos que ejecutar la detención...

- O podría tener el efecto contrario, tal vez al verse sin escape decidiese atrincherarse en algún punto difícil de asaltar, hasta puede que tome rehenes y eso nos complicaría mucho las cosas... Lo mejor sería un asalto sorpresa antes de que pudiera...

Me vi interrumpido al ver cómo se acercaba una joven muchacha de ropas oscuras y provocativas. ¿Por qué nos miraba directamente? ¿Estaría confabulada con los piratas y nos habría descubierto? Me sonaba de algo, aunque no podía decir exactamente de qué... Y si no fuera por la enrome guadaña negra que llevaba a su espalda, habría jurado que simplemente era otra ciudadana en trapos ligeros y aireados por el calor. Bueno, eso y que era pálida como poca gente que hubiera conocido, no parecía una local precisamente.

- Prepárate, a lo mejor tenemos que entrar en acción antes de lo previsto... - Le susurré a mi compañero mientras la chica se plantaba al lado de nosotros. Llevé una mano con cautela a mi espalda, preparado para proyectar en ella un arma con la que defenderme si la joven se disponía a atacarnos. Aunque mi Mantra no parecía percibir intenciones adversas por su parte, así que lo menos que podría hacer era dejarla hablar primero. - ¿Buscas algo? - Le espeté, intentando que no se me notase el rubor que el alcohol había puesto en mis mejillas.

- Mi nombre es Katharina von Steinhell, les he estado buscando.

Aún en guardia, escuché estupefacto cómo aquella chica que apenas rozaría la edad adulta (con suerte) nos comentaba así como quien no quiere la cosa que había estado escuchando nuestra conversación, y que se ofrecía a elaborar un plan para nosotros. "Pero qué..." Pensé, cada vez menos seguro de haber aguantado la bebida y pensando que ya estaba empezando a ver y oír cosas. ¿Pero no se supone que el alcohol no tiene ese tipo de efectos? Pues yo que sé, me habrían echado alguna droga en la bebida o algo. Al menos eso acabé razonando hasta que a la muchacha se le ocurrió mencionar que había venido en nuestro barco. No tardé demasiado (miento, HABÍA tardado demasiado ya) en juntar las piezas del puzzle, y tomando una postura más relajada me apresuré a explicarle a Silver por si no lo había pillado:

- Cabo Katharina. Del escuadrón "The Immortals." Es la contacto que te dije que venía con nosotros, esa que no vimos salir de su camarote. Supongo que de haber socializado un poco más con el resto de integrantes de la misión habría facilitado la identificación... - Le dije luego a ella, intentando sin éxito poner una mirada dura. Lo cierto era que no podía culparla, estaba en medio del mar con un barco lleno de desconocidos, puede que yo hubiera actuado igual hace unos años atrás. Seguidamente volví a decirle a Silver: - No te dejes llevar por su apariencia, he oído que es mucho más capaz que la mitad de los hombres que vinieron con nosotros.

Fue en ese momento en el que me dí cuenta de otro dato importante. Y, de nuevo, tendría que confiar en Silver para que me ayudase, su personalidad le hacía alguien más confiable a ojos de la gente corriente.

- Por cierto Silver... ¿te importaría averiguar dónde está exactamente esa tal pescadería? Me temo que no conozco las calles de esta ciudad tanto como para reconocer el nombre... No debería llevarte demasiado tiempo, y mientras tanto puedo poner a Katharina al día con nuestra situación.

Me tomé un momento para recobrar completamente el control de mis sentidos y capacidades psicológicas antes de continuar hablando, esta vez asegurándome de que bajaba el volumen para evitar que más gente aleatoria escuchase la conversación.

- Lo malo es que no tenemos mucha información. Lo bueno es que la que tenemos es muy útil. Imagino que sabes a qué hemos venido, ¿no? - Le pregunté a Katharina, esperando que al menos supiera que veníamos a por la banda pirata de Los Rescatadores. Nombre engañoso, por cierto, se les ocurrió después de secuestrar a unos nobles locales de una isla remota en su primer acto criminal, y pedir un gran botín por su rescate. - El barco está a tres cargueros de distancia del nuestro en el puerto, pero no pude distinguir a nadie desde la distancia. Me parecía raro que lo dejaran tan vulnerable, así que buscamos y conseguimos sonsacar algo de información en la taberna. Al parecer Rockso tiene asuntos que tratar cerca de una pescadería llamada Mariluz... E imagino que no estará solo. Pensaba dejar a unos cuantos hombres vigilando dicho barco para tenderles una emboscada allí, y en cuanto fueran al navío flanquearlos personalmente con el resto durante la agitación del momento. El problema... - Mencioné mientras ponía cara de concentración. -... es que no podemos esperar tanto tiempo. Por su modus operandi podemos imaginar que pasarán unos cuantos días aquí, tratando de contactar con gente a la que vender su último botín antes de partir de nuevo, es demasiado tiempo y podría complicarse todo si esperamos por ellos. De ahí nuestra intención de ir en un grupo reducido de infiltración, intentar detenerlos ipso facto o al menos hacerlos huir hacia el barco, donde todo concluiría rápida y eficazmente. Al menos hasta que he recordado que eso pondría en peligro a los civiles que se cruzaran en el camino durante la huida y persecución... - Tras haberla puesto al día, le dirigí una mirada mezcla de duda y confianza, aún no muy seguro de que hubiera alguien capaz de elaborar un plan mejor y menos arriesgado. - Si se te ocurre una alternativa, soy todo oídos.

15/02/2016

Me quedé mucho más tranquilo cuando Amaiar me confirmó que la tal Katharina era también marine, y que había venido en el barco con nosotros, para ayudarnos en nuestra misión. Hecho que me sorprendió, pues la primera impresión que daba no era esa precisamente. Aunque quien era yo para juzgar el aspecto de la gente. Al fin y al cabo, era el tipo que llevaba un brazo de metal oculto bajo la chaqueta.

- Encantado, Kat - le respondí mientras le ofrecía la mano, a modo de saludo. - ¿Puedo llamarte Kat? - esperé una respuesta por su parte, antes de continuar hablando. - Yo soy el Teniente Silver, y este es el Capitán Amaiar. Es el oficial al cargo de esta misión, así que os dejaré discutir la estrategia a vosotros - me desentendí disimuladamente, mientras me cruzaba de brazos.

Decidí esperar a ver que decidían, pero antes de continuar hablando acerca del plan, mi compañero se dirigió a mí para pedirme que averiguase en que punto del pueblo se encontraba la supuesta pescadería.

- Eso si puedo hacerlo - exclamé, quizás con demasiada efusividad, hinchando el pecho con orgullo. - Me adelantaré para ver que puedo averiguar, ¡reunámonos luego en el barco! - continué hablando, casi gritando la última parte mientras me alejaba corriendo.

Durante varios minutos recorrí prácticamente las mismas calles que habíamos atravesado para llegar a la taberna, desandando el camino. Pues tras darle varias vueltas, llegué a la conclusión de que en la pescadería se vende pescado, y el pescado se pesca en el puerto, así que si quería encontrar una pescadería, debía volver al puerto. Una deducción brillante, lo sé. Con todos los detalles calculados, no tardé en llegar a mi destino. Me detuve momentáneamente, para comprobar que nuestro barco seguía donde lo habíamos dejado, al igual que el barco de nuestro objetivo. Tras ello, asentí y eché a andar por el puerto, esta vez con un paso mucho más calmado, buscando con la mirada algún sitio en el que pareciesen vender pescado.

18/12/2016

Tenía que idear un plan… Uno bueno, sobre todo si quería lograr que todo terminase rápido. Por lo que terminé de entender, buscaban a un pirata que tenía su barco en el muelle. Lo que había dicho el Capitán sonaba sensato, atraer al hombre hacia una trampa… pero, ¿sería tan estúpido para comprársela? No quería juzgar a nadie, pero ellos no parecían buenos estrategas. Y si yo no podía elaborar un mejor plan, terminaría siendo nada.

Tenía que hilar la información… Poco tiempo… Vulnerable… ¡Espera! ¿Es que no habían pensado que se podía tratar de una trampa? Si yo fuera pirata, estaría alerta todo el tiempo y no dejaría cabos sueltos ni mucho menos mi barco sin protección, después de todo sería mi único boleto a la libertad. Enviar soldados ahí sería avisarles que los buscábamos, sería caer directo en sus redes y morir como peces… o perros… o gatos. ¡Da igual! Retiré un par de mechones plateados que caían sobre mi rostro y miré a los hombres.

–Sí, puedes llamarme Kat –le respondí al pelinegro–. Capitán, he intentado hilar la información y estoy convencida de que se trata de una trampa. ¿Por qué razón dejaría el barco sin protección alguna? Ya sea pirata o marine, el barco es el orgullo de un hombre que vive por y para el mar. Es una probabilidad –le mencioné con cuidado, no quería cagarla– y frente a esta tenemos dos opciones: caer intencionalmente o cagarle a palos, no literalmente.

Moví la cabeza de un lugar a otro en busca de alguna rama u objeto que me sirviera para escribir sobre la tierra y así explicar mi plan. Cómo extrañaba la libreta en ocasiones como esta.

–Cómo ve este improvisado mapa –no era más que un conjunto de cuadrados, rectángulos y esferas–, nosotros estamos aquí. Antes de llegar hasta acá conseguí un poco de información y me he tomado el tiempo de investigar un poco sobre la ciudad. Aquí está el muelle y aquí la pescadería –con el trozo de madera señalé un punto ubicado a unos centímetros del muelle–. La decisión sobre seguir el juego de los piratas o no, será suya. ¿Mi opinión? Despejar cuanto antes la zona, esto no se ganará sin pelear.

Estaba segura de que sin importar dónde nos encontráramos con el pirata, terminaría en fuego y sangre. Asegurar la zona para evitar la pérdida de civiles era lo fundamental, según los marines. Solo me quedaba esperar la opción del Capitán.

16/02/2016

Fruncí el ceño, algo frustrado. ¿Cómo no iba a estarlo, si mis sospechas resultaban ciertas? Desde que llegamos había tenido una sensación de mala espina, algo en mi instinto me decía que las cosas no eran lo que parecía a simple vista, y a pesar de mí no había logrado reunir suficiente información aún para estar seguro de nada. Tras pasar un pie por el mapa en el suelo para no dejar pistas, comencé a caminar en una dirección aparentemente aleatoria, indicando a Katharina que me siguiera por el momento. Habíamos pasado mucho tiempo quietos en el mismo sitio hablando de temas que, escuchados por algún oído indiscreto, podían comprometer nuestra posición. Quedarnos más tiempo allí sólo nos haría parecer aún más sospechosos. Barriendo la zona con mi Mantra a intervalos regulares, comencé a dar vueltas por las calles, como para despistar.

- Demonios... - Maldije en voz baja, aunque lo suficientemente alto como para que la marine me oyese. - Esperaba poder evitar una aproximación así, tan abierta y directa. Por experiencia sé que en cuanto empecemos a movilizar civiles, la cosa se pondrá tensa y ponemos en riesgo varios factores... No me gusta actuar como el CP, pero esperaba lidiar con esto sin exponer a la población a peligros innecesarios. Espero que no entren en pánico como la última vez...

Tras un par de rodeos para terminar de estar seguro de que no nos seguían, puse rumbo al puerto asegurándome de que Kat seguía detrás mío. El recuerdo de la última asignación similar a esta no me resultaba agradable, menos al recordar cómo los explosivos habían causado tanto caos y destrucción en una ciudad más grande que la que visitábamos ese día. Perseguíamos renegados, no simples piratas, pero incluso descartando que esta vez los objetivos fuesen tan premeditados e inconsecuentes con los daños colaterales, perder el factor sorpresa no iba a ser bueno. A no ser...

-... Cabo Kat, tengo entendido que eres buena mezclándote con las sombras. - Dije simplemente. - Más que nosotros al menos. Y si bien portar tan llamativa arma me hace dudar un poco de tales proclamaciones, reconozco que podrías tener un papel muy importante en esta misión de ser cierto. Imagino que sabes a lo que me refiero...

La chica era inteligente, de eso no había duda. Su planificación había sido eficiente y rápida, incluso con unos datos recién adquiridos y un entorno claramente poco familar para ella. Eso sumado a susodichos rumores sobre su sigilo la convertían en la unidad de flanqueo perfecta. apenas nosotros mismos nos habíamos enterado/acordado de su presencia hasta que se presentó ella misma, estaba seguro de que los piratas, suponiendo que hubieran planeado una trampa desde el principio, no la tomarían en cuenta.

- De acuerdo, este es plan por el momento. - Dije, deteniéndome antes de salir de las calles y entrar en los muelles. - Nosotros actuaremos como si no sospechásemos, siguiendo el protocolo y evacuando la zona para, aparentemente, realizar una investigación sorpresa. Eso le diremos a los civiles. De cara a los piratas, parecerá que estamos preparando una incursión a su navío, y nos pondremos a su juicio justo donde ellos quieren. "Caeremos" en la trampa un poco. - Hice una pequeña mueca, no me gustaba tener que poner en riesgo a tantos marines. Iría yo delante, por si acaso. - Tú te quedarás por los alrededores de la pescadería, y estarás atenta a cualquier señal o indicio de que los piratas comienzan a movilizarse. No actúes de inmediato si puedes evitarlo. Espérate a estar segura de que todos, o al menos la mayoría, abandonan su escondite. Si ves al capitán ir a nuestro encuentro, cuando veas el momento oportuno accede a la base que hayan montado y neutraliza al resto que haya dentro. Para enfrentar a una tripulación tan grande como la nuestra tendrán que traer a casi todos sus efectivos, descuida, no creo que encuentres demasiada oposición. Ándate con ojo, aun así. - Hice una pequeña pausa y me pasé la lengua por los labios, resecos. - Si determinas que no abandona el sitio... Prioriza el regreso a la zona de conflicto y ayúdanos a despachar lo antes posible la situación. Con la zona evacuada podremos planificar un asalto a mayor escala, de momento veremos si podemos evitar algo así, haciéndolos salir a ellos primero. ¿Te parece correcto?

Inquirí una última vez su opinión, que parecía bastante valiosa para cosas como esta. Estaba intentando planificar sobre un "best case scenario", era consciente de ello, pero si salía bien al final del día habría un número de bajas inexistente y un daño colateral mínimo. Si salía algo inesperado... Confiaba en mi capacidad de análisis e improvisación para solventar lo que surgiera. Al fin y al cabo siempre fui bueno planeando por adelantado, pero a veces me guiaba mejor por instinto. Solo a veces. Esperaba no tener que depender de ello esta vez.

Si Katharina no veía razones para oponerse a mi planteamiento, dejaría que se fuera a tomar una posición aventajada mientras yo me dirigía a buscar a Silver. "Ahora que lo pienso, si Kat ya sabía dónde estaba la pescadería el pobre ha ido totalmente confiado a recabar una información inútil... Tendré que arreglármelas para fingir que no sabía nada, no quiero darle un disgusto." Pensé. Imaginaba que estaría por la zona, había sentido un poco su aura en uno de mis últimos barridos de Mantra. Por desgracia no era lo único que había sentido con dicho Haki, y tan solo esperaba que lo que fuera que sentí emitir aquellas intenciones asesinas no actuara todavía. ¿Un francotirador? Tal vez tan solo un observador, pero en cualquier caso me daba mala espina, y estaría atento por si hacía algo sospechoso. De hecho... Me planteé seriamente la posibilidad de ir a neutralizarlo personalmente, antes de poner en marcha el resto del plan. Por si las moscas. Si no resultaba estar apostado demasiado cerca de la pescadería seguramente hiciera eso. "Joder... si no tuviera el pelo ya canoso diría que tanto estrés me los iba a poner así igualmente..."

15/02/2016

Mientras avanzaba por el puerto disfrutando de la agradable brisa del mar, la cual contrastaba considerablemente con el incesante calor que invadía el interior del pueblo, casi olvidé por completo el motivo de mi presencia allí. Noté algo sacudirse en el interior de mi mochila. Y al abrirla me encontré con mi pequeño compañero, Franky, que enseguida salió de la misma y comenzó a orbitar a mi alrededor, emitiendo un conjunto de pitidos y otros sonidos varios que nadie más podía entender.

- Lo siento compañero, me había olvidado de ti.

En compañía del pequeño droide, y mucho más animado, continué mi camino hasta que una idea se pasó por mi cabeza. Era algo muy simple, pero agilizaría la búsqueda. Hice entonces ascender al pequeño robot hasta que hubo alcanzado una altura considerable. Y aprovechando entonces la visión que me otorgaba, obtuve una vista panorámica de todo el lugar. Gracias a ello encontré enseguida la pescadería que buscaba. Decidí aprovechar para recabar más información de la zona, y mientras observaba las calles de los alrededor del lugar me encontré con dos rostros muy familiares.

Amaiar y Kat se encontraban relativamente cerca del lugar. Lo cual me hizo pensar que quizás había tardado demasiado. Mientras le daba vueltas al asunto en mi cabeza, me fijé en que se separaron. Quedándose ella en la zona, mientras él se dirigía al barco, que era nuestro punto de encuentro. Así pues hice descender a Franky y di media vuelta, volviendo una vez más sobre mis pasos. Esta vez en dirección al barco, donde esperaría a que llegase mi compañero para ver que habían decidido.

18/12/2016

El hombre de cabellos blancos era un buen estratega y conocía perfectamente a sus hombres. Jamás pensé que mis compañeros de la Marina supieran de mis habilidades; el sigilo para mí era importante y portar un arma como esta en realidad no hacía más que facilitar las cosas, podía producir una pequeña cortina de oscuridad que me permitiera estar oculta ante los ojos ajenos. Frente al plan no tenía nada que refutar, me parecía una buena idea tener que trabajar sola y encargarme de unos cuantos hombres por mí misma… Y con encargarme me refería a quitarles la vida.

–Seguiré sus órdenes y me encargaré de los hombres que se hayan quedado dentro del edificio.

No quería decir nada más, ya era hora de comenzar a trabajar. Me despedí del Capitán y corrí sigilosamente hacia un callejón por dónde podía subir al tejado. “Necesito una buena panorámica”, pensé. La idea de observar todo desde el cielo era justo lo que tenía que concretar; sin embargo, no sabía cuántos edificios me entregaban una buena visión hacia la pescadería. Corriendo y saltando los techos me detuve en una casa (claramente residencial) que otorgaba una visión diagonal hacia la pescadería. Desde aquí podía sentir el olor a pescado.

Ahora solo quedaba esperar y que el resto de mi equipo trabajara para proteger a los ciudadanos. No podía dar una mala impresión de mí y cargarme a todas las personas del lugar, pues en realidad para mí no eran más que un estorbo… No me gustaba tener que trabajar para proteger a los débiles, prefería pensar que ellos podían volverse fuertes y protegerse por sí solos. “Me gustaría tener un francotirador…”, pensé mientras observaba mi arma. Solo era una guadaña que funcionaba en una pelea cuerpo a cuerpo, ya estaba pensando en comprar un arma como esa aunque me costara dominarla.

Esperaría el tiempo necesario hasta que el capitán de la banda pirata atravesara la puerta de la pescadería y luego de unos minutos me dirigiría, investigaría la zona y me encargaría de los hombres que se quedaron a custodiar el edificio. No arriesgaría mi vida, después de todo era una misión un tanto… ordinaria.

16/02/2016

Al final determiné que era mejor idea dejar que Katharina se encargara de limpiar su propia zona de trabajo. Posiblemente le molestaría que interviniera yo en sus asuntos, sin duda alegando (no sin razón) que estaría poniendo en compromiso la sutileza de la situación. Debía darle un voto de confianza.

Al regresar a nuestro barco, encontré muchas caras expectantes. La gran mayoría de aquellos hombres no habían tenido nada que hacer salvo patrullar y vigilar de forma aburrida, ora obvio que esperaban novedades. Con una sonrisa amable ma acerqué a ellos, al tiempo que buscaba a Silver con la mirada. Debía de estar por allí cerca. Cuando por fin encontré al cyborg, un simple gesto de mi cabeza bastó para indicarle que era momento de empezar a movilizarnos.

- De acuerdo, señores. Este es el plan...

Cinco minutos más tarde, dos patrullas de diez hombres cada una se ponían en movimiento, recorriendo el puerto de lado a lado y evacuando a los civiles hacia el interior de la ciudad. Al mismo tiempo otro par de grupos entraban y salían del interior de nuestro navío, cogiendo sus armas y pertenencias para prepararse para el combate. Despaché también a un pequeño destacamento de unos pocos hombres ágiles y discretos, para que tomaran ciertas posiciones de vigilancia y como potenciales elementos sorpresa a la hora de la batalla. Separé a Silver y un grueso de unos treinta hombres para el reconocimiento del barco enemigo, a los cuales acompañaría en persona para la tarea cuando el resto de tareas estuvieran listas. Y por último el grueso de la tripulación, el resto de hombres... Estarían en nuestro propio buque, ocultos y preparados para acudir como refuerzos si la cosa se complicaba.

- Perfecto... De momento todo sigue su curso. - Murmuré para mis adentros mientras me relamía los resecos labios. - Ojala pudiera contactar con Katharina y preguntarle por su situación, pero eso desbarataría por completo el factor sorpresa. Espero que no haya tenido problemas...

Un cabo se acercó corriendo a mí desde el puerto, y tras el saludo tradicional me informó de que los civiles habían sido alejados de la zona de conflicto sin problemas. También me confesó que creía haber visto movimiento sospechoso entre algunos hombres de la muchedumbre, pero no podía estar seguro. Al escuchar esto me brillaron los ojos con astucia, dentro de poco los piratas se pondrían en movimiento también.

- Silver, reúne a tus hombres y terminemos con esto de una vez. - Le dije con un deje de complicidad, indicándole que de momento todo iba según lo previsto. Tanto a él como al resto de Marines de la operación les había explicado la situación y el plan que había organizado junto a la mujer de la guadaña, así que pude ver entre los mencionados algunas expresiones agitadas y nerviosas. Todos ellos participarían en la tarea de forma voluntaria, pero eso no quitaba que siguieran siendo personas al fin y al cabo. No era la parte más difícil, pero sí la más peligrosa. - Dales un buen ejemplo y algunas palabras motivadoras como solo tú sabes. - Le indiqué con un guiño discreto de ojo.

Los dejé tranquilizarse un poco antes de ponernos en marcha, y mientras tanto me adelanté un poco escaneando la zona con Haki. En algo menos de un cuarto de kilómetro a la redonda, fui barriendo poco a poco los alrededores en busca de posible amenazas, presencias sospechosas o similares, pero de nuevo no obtuve resultado. Aquello era lo único que no me terminaba de cuadrar de todo aquello, que el barco pirata estaba absoluta y completamente vacío a juzgar por la falta de auras en su interior. Nada, no había ni un alma. Ni siquiera podía sentir la típica presencia super débil de un novato que no ha cogido una espada en toda su vida... Era como si algo le estuviera directamente bloqueando el paso a mi Mantra.

En cuanto mi amigo estuviera listo, nos dirigiríamos a aquel navío tan sospechoso. Por suerte para nosotros contábamos con un par de expertos en explosivos, esta vez no pensaba dejarnos pillar por sorpresa con algo tan inestable y volátil. Por desgracia... no fueron bombas lo que nos esperaba en el interior del barco. Ni habían piratas mágicamente escondidos para defenderlo. Ciertamente, los que llegaron más tarde como "refuerzos" no iban a poner las cosas más fáciles, eran muchos y de presencias fuertes. Pero ni siquiera el capitán entre ellos podría haber desviado mi atención de lo que amenazaba mi vida como nada lo había hecho hasta entonces. Debería haber estado preparado. Debería haber pensado en aquella posibilidad...

Pero claro, ¿a quién se le habría ocurrido pensar que el propio barco estaría vivo y se defendería solo?

El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina]

El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Mar 13 Dic 2016 - 6:47}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Jue 15 Dic 2016 - 1:25}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Jue 15 Dic 2016 - 8:28}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Mar 20 Dic 2016 - 0:41}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Mar 20 Dic 2016 - 3:14}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Lun 27 Mar 2017 - 3:42}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Lun 27 Mar 2017 - 4:18}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Mar 28 Mar 2017 - 13:59}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Jue 30 Mar 2017 - 2:18}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Jue 30 Mar 2017 - 3:49}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Jue 30 Mar 2017 - 10:30}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Jue 6 Abr 2017 - 3:20}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Vie 7 Abr 2017 - 0:44}

Re: El dinero no crece en los árboles, así que... [Pasado post-capitulo Amaiar-Silver-Katharina] {Vie 7 Abr 2017 - 11:32}

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