Razón de peso

No parece muy de acuerdo de que andes merodeando por ahí, así que te va a hacer mirar su hacha de cerca para que le digas si te parece bonita.

"Pues para ser una Ciudad Imperial, de imperial tiene poco..." Pensé, extrañada. Llevaba rato ya pasando entre las calles y edificios buscando algo de vida, algún ciudadano o puede que un enemigo... Aquella última opción era la más realista, y sin embargo no era capaz de sentir auras con mi Haki, al menos no cerca. Realmente me parecía extraño, ya que aun así tenía una sensación incómoda, un escalofrío en la espina dorsal. Me sentía observada, vigilada, pero yo no podía ver nada desde mi posición y eso me inquietaba.

Llegué a un gran puente, que a pesar de su aspecto parecía estar en buen estado y podía darle uso... Era extraño, con la cantidad de boquetes que encontré por las calles supuse que habrían bombardeado la zona, que aquella habría sido una parte de la ciudad en la que el clímax de la guerra había causado estragos en el pasado. Y sin embargo el puente seguía en pie, como un solitario testigo de lo que una vez tuvo lugar allí.

Mientras estaba cavilando, una sensación de peligro me asaltó. La tierra temblaba a mis pies, cada vez más fuerte, aunque no encontraba señales de ningún ataque enemigo... No se trataba de un aura, ni de algo que pudiera "escuchar", simplemente sentí que no debía estar en ese sitio en ese momento. Y justo mientras me apartaba de un salto ocurrió: de sopetón un edificio a mi lado se derrumbó, haciendo llover cascotes por todas partes.

Tras el caos y el polvo, cuando pude dejar de toser, abrí de nuevo los ojos para encontrarme de frente con una especie de golem de hierro gigante, mirándome de vuelta. Era grande, y de aspecto pesado y resistente, sujetando un hacha enorme que si me golpeaba sería mi fin. Aquel constructo humanoide parecía viejo, y los chirridos que hicieron sus articulaciones mientras su brazo se alzaba me confirmaron que su estado no debía de ser el mejor de todos. Tal vez tuviera una oportunidad de defenderme si aprovechaba mi maniobravilidad superior...

Rápidamente, pasé a forma completa, dejando que mi pelo se tiñera del color del abismo y un aura blanco-azulada recorriera mi contorno. Mi armadura también adoptó un tono apagado y oscuro, y mis ojos ennegrecieron por completo. Hacía algún tiempo que no pasaba por esta forma, pero el poder me inundó igualmente amenazando con descontrolarse. Calmada, respiré hondo y lo mantuve a raya. Tendría dificultades si el combate se alargaba mucho, pero esperaba acabar en el primer movimiento. Una silenciosa plegaria cambió el color de mi aura a rojo, al mismo tiempo que mi piel se volvía de color chocolate.

Cuando el arma de hierro fue descargada sobre mi cabeza, yo ya no estaba en ese sitio. Había corrido a gran velocidad tras usar mis técnicas de potencia física, para situarme dentro del hueco dejado entre las piernas del oponente. Él estaría completamente expuesto gracias a su gesto, y no pensaba desperdiciar el momento. Con un gran salto, dirigí a su ingle un potente puñetazo con mi brazo cubierto por la armadura de Fulgor y el Haki de mismo nombre, intentando mandarlo por los aires o como poco derribarlo. No sabía cuán pesada sería de verdad aquella cosa, pero confiaba plenamente en mi fuerza y velocidad para esperar como poco un resultado favorable. De todas formas si mi ataque no daba resultado, me quedaría en aquella posición ventajosa debajo del enemigo. Parecía el lugar más seguro para estar en ese momento.

Cosas usadas:

Resumen:

De cerca puedes apreciar los exquisitos grabados que pueblan la superficie del la armadura, sin duda una excelente obra de artesanía, muy pocos pueden poner los ojos en esa maravilla, y menos aún pegarle un puñetazo. Por la velocidad, la fuerza del impacto y el sonido a roto deduces que es un metal de gran calidad. Tu golpe, lejos de mandarlo volando, a penas ha hecho que se mueva unos centímetros. Tu mano tiene varios huesos rotos, de no ser por el haki a lo mejor había quedado en un estado peor.

Tu estrategia de ponerse entre las piernas parece funcionar, se agacha, y trata de darte, pero en esa zona no lo consigue. De pronto se para, se vuelven a escuchar una cacofonía de sonidos metálicos en su interior. Antes de que te des cuenta se pone de cuclillas para luego pegar un salto. La fuerza que deben tener sus piernas para, no sólo mantener esa mole, sino levantarla el equivalente de su propia altura en el aire, para que luego descargar un tajo descendente con todo su peso. Lo esquives o no te enfrentas a la propia onda de choque de su impacto y una lluvia de piedras y cascotes.

Por un instante, tan solo un ínfimo instante, pensé que lo había logrado. Sobreestimé mis propias capacidades... No, definitivamente había sido lo contrario, había subestimado a mi enemigo. Un ataque del calibre que acababa de hacer podría haber derribado un edificio perfectamente, estaba convencida de ello, pero la mole gigante apenas se había inmutado. Abrí mucho los ojos al sentir el dolor de mi mano, y pude adivinar que los crujidos no habían salido del metal precisamente. Al instante, utilicé una mezcla de Micaiah con mi propio Fulgor canalizados hacia mi mano, recomponiendo hueso y regenerando carne a tanta velocidad como pude.

Por suerte, la segunda parte de mi razonamiento sí que había sido efectiva, y bajo las piernas del Golem no parecía estar en mayor peligro. Encima seguía sin sentir nada con mi Mantra... ¿Aquel armatoste realmente era completamente mecánico? Tendría que tener hueco dentro para albergar un mecanismo de movimiento, pero aun así era pesado de cojones... Me mordí el labio, no muy segura de cómo debía enfrentar a algo a lo que no podía hacerle mella ni con toda mi fuerza junta. No estaba acostumbrada a algo así, y la excitación del momento sumado al dolor de mi mano me hicieron sentirme viva por primera vez en mucho tiempo. Una sonrisa cruzó mi rostro, al darme cuenta de que estaba en verdadero peligro, y la adrenalina me invadió por completo.

En ese momento escuché un sonido como de chirridos, y al mirar hacia arriba pude ver que el Golem estaba cogiendo impulso. Enseguida me aparté, volando de espaldas y curvando la trayectoria para situarme a varios metros de distancia. Por lo menos seguía contando con mis otros buenos atributos, y si por la fuerza no podía hacer nada, sería el momento de jugar al pilla-pilla... Como predije, el constructo saltó en el aire y con su gran peso lanzó un tajo descendente hacia mi posición.

- "¡Alex, esquiva eso!" - Escuché la voz en mi cabeza, aunque llegaba tarde: ya me había puesto en movimiento.

Primero me aparté hacia un lado, para evitar el hachazo, pero en lugar de detenerme continué volando, y abandoné la horizontalidad para situarme a un par de decenas de metros por encima del suelo, sobre la cabeza del gigante. Desde allí tenía una buena vista panorámica, y había evitado por poco una potente onda de choque que cubrió el area a nivel de terreno. No solo eso, sino que piedras y cascotes varios salieron volando por toda la zona, aunque ninguno llegó hacia mi posición con suficiente velocidad como para que me fuera imposible evitarlo.

- "¿Y ahora que piensas hacer?" - Me preguntó Azrael dentro de mi mente.

- "Tengo una idea, aunque es bastante vaga. Espero que esa cosa no sea especialmente inteligente... Por cierto, bienvenido al show." Le respondí yo, sonriendo de lado, mientras buscaba algo en particular con mi vista.

- "Qué remedio me dejas, si te conviertes en la forma completa nuestro vínculo se estrecha demasiado." - Casi lo pude 'oír' suspirar. - "¿Cómo está tu mano?"

- "Mejor." - Dije de forma seca. Había encontrado lo que buscaba, con tanto giro y vuelo lo había perdido de vista.

Volé hacia el puente, lo suficientemente rápido como para que no me pudiera atrapar mi enemigo pero lo suficientemente lento como para que viera adónde me dirigía. Una vez me coloqué sobrevolandolo, estudié un poco por encima el agua, tratando de ver así a bote pronto lo profunda que era y lo fuerte que era la corriente que corría bajo el puente. También miré la propia estructura, para adivinar si aguantaría el peso del Golem, y buscando un punto flaco donde golpear para romperlo en caso afirmativo. No tuve tiempo de mirar demasiado, no quería darle la espalda a mi enemigo...

- Tendrá que bastar. Espero que baste... - Murmuré, mientras hacía señas a la enorme armadura, provocándola para que me siguiera hasta allí, si es que no lo había hecho todavía.

Resumen:

El golem te sigue. Llegas al puente, es grande, mucho, como las murallas y algunos edificios de la ciudad parece una estructura a una escala bastante grande y sólida, puede que sea por eso que ha sobrevivido tan bien a la guerra. La corriente no parece fuerte pero la profundidad parece considerable. Pero algo no va bien, has sido capaz de analizar todo eso así sin más, nada te ha molestado mientras analizabas el río y el puente.

El golem se ha parado, justo antes de llegar al puente. No parece haya visto tu plan, sino hubiera dejado de perseguirte hace tiempo, hay algo más. Escuchas pasos como los del golem, pero éste está quieto sin quitarte la mirada de encima, el eco en los edificios hace que sea difícil decir de dónde proviene el sonido, pero se acerca. De pronto escuchas detrás de tí metal chirriando y un gran golpe, una inmensa sombra te cubre. Cuando miras arriba hay otro golem como el primero, que va a decender sobre tí para aplastarte con un inmenso escudo pavés. A diferencia del otro, este parece algo dañado, le falta un brazo. Por el hueco de la armadura se pueden ver una infinidad de engranajes y filigranas que rotan para dar vida a la mole.

A pesar de parecer abandonada la ciudad está bien protegida por sus antiguos guardianes, es posible que te hayas metido muy adentro en la boca del lobo.

Extrañada, pude ver cómo el Golem se detenía antes de llegar al puente. ¿Habría adivinado mis intenciones? Agité un par de veces las alas en el aire, aunque no era con ellas con las que me mantenía volando. Pero ni aun así llamé la atención del enorme ser, que se mantuvo impávido ante mis provocaciones. Ya estaba empezando a mosquearme y pensaba ir a buscarlo de nuevo, cuando volví a escuchar aquel sonido del principio de todo. Sin embargo el Golem no se movía, tan solo me miraba de forma vacía. Además el eco del sonido retumbando entre los edificios me hacía difícil saber por donde se acercaba...

- "Alex, esto no me gusta un pelo..." - Azrael me hizo saber en mi cabeza.

- "Ni a mí, estemos alerta..." - Le respondí

No importaba que no supiera de dónde venía, cada vez se acercaba más como si lo que fuera que fuera sí supiera dónde estaba yo. Pero si no era el Golem, ¿entonces qué...? "Oh, no me jodas..." Pensé al caer en la cuenta. Casi al mismo tiempo, a mi espalda hubo un estruendo y una sombra comenzó a formarse en el puente bajo mis pies. No tuve tiempo de pensar, y por supuesto mi Haki apenas sirvió como sexto sentido, pero no sentí ningún aura. Tan solo me desplacé en dirección paralela al río, alejándome del puente unos cuantos metros antes de ver cómo donde antes estaba yo ahora había un segundo Golem.

- ¡Tienes que estar de coña! - Exclamé inconscientemente.

Este segundo Golem parecía estar en peor estado que el primero, y tal vez pudiera plantarle cara... ¿Pero quién me aseguraba que no salieran más y más? El del hacha me había demostrado lo duros que eran de roer, y ahora viene otro con un escudo... No estoy preparada. No hay que ser un genio para darse cuenta de que no debería estar ahí, sola. Mordiéndome el labio por la frustración hasta hacerme sangre, me planteé un par de cosas. Si me iba demasiado rápido, ¿me volverían a bombardear? ¿Podría aprovecharme de la artillería para que le diera a los Golems? ¿Quería arriesgarme siquiera a intentarlo?

- "A la mierda." Pensé. "Prefiero vivir hoy para salvar más vidas mañana, que sacrificarme como una heroína estúpida por un bando en el que ni siquiera confío. Mejor me voy y transmito mi experiencia, eso será mucho más valioso."

- "... Sabia elección. Nadie podrá llamarte cobarde cuando solo evitaste un suicidio." - Añadió Azrael con solemnidad mientras yo aceleraba. - "Aún no ha llegado tu hora, Alexandra."

- "Viniendo de ti, eso significa mucho."

Sonriendo, tomé gran altura mientras me dirigía de nuevo al sitio por donde había venido. Me pareció ver una Central por el camino al centro de la isla, tal vez fuera un mejor objetivo después de todo.

Resumen:

Logras huir sin muchos problemas, los golems no parecen poder seguirte y, de hecho ni lo intentan. No muy lejos de ahí puedes ver a un pájaro gigante de metal que está atacando a alguien, puede que tengas suerte de que sólo sean los golems. Por cierto, ¿ese de la muralla no es Eichi?

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