A ver quien torea [Azula, Lothar y Castor]

La bestia se os encara con un aire intimidarte, su cabeza parece sólida y grande como para derribar una casa de una embestida, sin duda si carga puede que se lleve por delante el mecanismo de activación. Alguien va a tener que distraerlo o matarlo mientras otro activa la central.

El asesino continuaba mirando aquella cosa mientras suspiraba. Parecía ser complicada de usar, pero justo entonces un enorme ruido atrajo la atención del agente plateado. Castor alzó una ceja al quedar un poco confuso y lo siguiente que hizo fue girarse despacio para ver qué demonios pasaba. El suelo temblaba y aquello no le daba buena espina. Llevó la mano derecha hacia su pistola dorada y entonces se dio cuenta de la terrible realidad. Un enorme monstruo sacado de los peores libros de bestias hizo acto de presencia. Los ojos del CP se abrieron como platos al ver a esa cosa acercarse. El castaño entonces se fijó en el mecanismo de acción y algo le quejo que esa cosa podía joder los planes de los demás. Una sonrisa se formó en su rostro y lo siguiente que hizo fue mirar a sus dos compañeros.

- Azula, gracias…

Dijo guiñándole el ojo de forma algo pícara. Sabía de sobra que eso no la molestaría a aquellas alturas. Pero había sido algo como… ¿Una despedida? Le hizo un gesto a Lothar con la cabeza para que se ocuparan del mecanismo y entonces mostró una expresión enfermiza. Sacó sus dos pistolas doradas y comenzó a caminar hacia aquel enorme monstruo. No tardó mucho en quedar frente a sus enormes ojos, mirándolo como si fuese un pequeño gatito. La sonrisa de Castor se amplió muchísimo y lo siguiente que hizo fue empezar a reírse de forma algo enfermiza.

- ¡Jajajajaja! Mira que eres feo, pequeño. Por tu culpa ¡No creo que se me levante en meses!

Gritó con fuerza al mismo tiempo que pateaba el aire con fuerza  y se elevaba con el geppou. El asesino entonces se llevó uno de sus cigarros a la boca y después se lo encendió. Soltó una inmensa calada y entonces se lanzó a por aquella cosa. Cuando estuvo cerca, empezó a disparar sin piedad alguna sobre su adversario. Las balas iban imbuidas en haki armadura y buscaban los ojos del monstruo para dejarlo ciego. La imagen de su amigo Kiogre apareció en la cabeza del asesino, el cual sabía de sobra que no iba a vencer a aquella cosa. Al menos les daría una oportunidad al resto para que pudieran activar la central o al menos huir. En cuanto disparó, el agente trató de colocarse sobre aquella cosa, haciendo de su mano surgir una especie de martillo de plata para después comenzar a golpearle con fuerza la cabeza.

- ¡Nadie se mete con el puto Castor Troy!

Gritó al mismo tiempo que movía la cabeza de un lado a otro, sus ojos también se movían mirando a varias direcciones e incluso babeaba un poco. Era el momento de divertirse antes de morir, pues sabía que no iba a salir de aquella. No lo llevaría con pena, más bien como una última diversión en la que poder lucirse a tope con aquella cosa. “Ya voy Maiki, Kiogre, chicos… Esperadme un poco más” Pensó al mismo tiempo que empezaba a reír de forma enfermiza.

- ¡Defiéndete chatarra! ¡Estoy listo, listo para el viaje, baby!  

Datos:

Mientras comentábamos como era mejor hacer aquel trabajo, un ruido llamó nuestra atención. Una criatura de aspecto metálico, de gran tamaño y lo que parecían malos humos, dio con nosotros. Castor fue el primero en hablar, parecía querer enfrentarse solo al monstruo mientras nosotros activábamos la energía. Cosa que era un suicidio, y por sus palabras parecía tenerlo muy en cuenta. La chica fue la siguiente en hablar, y dirigirse hacia el monstruo. Al parecer me tocaba a mí activar las centrales mientras ellos acababan con aquel ser. Seguro que sería un combate interesante, y más viendo como la chica empezaba a lanzar rayos a algo metálico. Si ese ser era mecánico, era muy probable que se sobrecargara.

Por mi parte, desplegué las alas y alcé el vuelo en dirección a la primera de las estructuras que parecía tener que poner en marcha para que aquello diese la energía. No sería difícil cruzar volando, a menos que hubiera algo peligroso, en cuyo caso, me tocaría luchar a mí también. Si llegaba bien hasta la primera de las estructuras, trataría de activarla moviéndola en dirección favorable a la corriente, si entraba en el agua, haciendo que loa misma me ayudara. Si no, no tendría más remedio que tratar de empujar la rueda con todas mis fuerzas varias veces hasta que se pusiera en marcha por si sola. Finalmente, si fallaba lo anterior dedicaría tiempo a examinar mejor todo, buscando la forma de activarlo.

Lothar llega sin problemas al mecanismo. Parece algo viejo, no se ha usado en años. Comienzas a empujar, pero el mecanismo ofrece bastante resistencia, los años de inactividad deben de haberlo atascado, puede que necesites insistir o examinarlo más de cerca para ver si algo lo bloquea.

Por su parte la bestia parece hacer caso a las provocaciones de Castor, enfocando ahora su "mirada" en él. Tus balas lo alcanzan, pero las chispas saltan sobre el casco de su cabeza, indicando que han rebotado o no han surtido mucho efecto. De todas formas no tienes muchos problemas en colocarte sobre su lomo, aunque no es precisamente cómodo. Una vez en él te fijas que su "piel" aunque metálica, parece formada por lo que parecen capas de metal fundido, como fibras o jirones de piel mal colocadas, pero entrelazadas en un patrón orgánico. De su lomo salen cuatro protuberancias similares a chimeneas, aunque no sale nada de ellas. La bestia se encabrita tratando de tirarte como un toro en un rodeo.

Aprovechando la distracción de Castor, Azula lanza su descarga que golpea de lleno el cuerpo metálico de la bestia, la cual parece detenerse por un segundo. La electricidad ha recorrido su cuerpo que ahora humea un poco, pero puedes notar que gran parte de ella ha viajado por las patas que han hecho de toma de tierra. Por cierto la descarga también se ha transmitido por la piel metálica hasta Castor, quien ha recibido un recordatorio de lo conductora que es la plata.

La bestia carga hacia Azula, una vez llega a su posición, le de o no, comenzará a soltar por sus "chimeneas" un gas oscuro, el cual se extiende unos 10 metros a su alrededor. Tras eso, de su vientre, por unos orificios similares, sale un gas blanquecino, el cual al mezclarse con el gas oscuro hace que ambos entren en combustión, generando una deflagración casi instantánea. La estructura de la central ha aguantado, pero no sabéis si la próxima vez afectará al mecanismo interno.

PD: El gas oscuro parece más pesado que el aire, por lo que la deflagración no sube de los 3 metros de altura.

El asesino mostró una sonrisa ladeada al ver que la chica también se sumaba al ataque. Pensaba que iba a tener que combatir solo, pero al parecer no iba a ser así. En ese momento escuchó las palabras de la chica y de un saltó trató de alejarse de la bestia. Al parecer no fue lo suficientemente rápido y un calambrazo recorrió su cuerpo. Tenía huevos que su punto débil fuese el poder de su compañera. Soltó un enorme quejido mientras se retorcía en el aire y caía hacia un lado con los ojos cerrados. Escupió a un lado lanzando una patada al aire e impulsándose con el geppou al mismo tiempo que observó al monstruo cargar contra su compañera. Entonces se quedó mirándola con el ceño fruncido y gritó con toda la fuerza que tenía en sus pulmones.

- ¡Muévete!

Entonces una especie de humareda empezó a salir de su cuerpo, la cual era negra por arriba y blanca por abajo. Temiendo que fuese veneno, el loco salió disparado hacia un lado con el kamisori y tomando una velocidad ridícula. No parecía ser suficiente cuando empezó a arder. Por suerte, tan solo fue la ropa, pues su velocidad lo había sacado a tiempo de la trayectoria. Notó cómo se quemaba los brazos y apretó los puños dolorido. Con su cuchillo rajó la chaqueta a toda velocidad y la tiró al suelo, quedando con una camisa roja. Entonces se quedó mirando al monstruo y pensando en una estrategia. Estiró las manos hacia abajo y después de unos momentos empezaría a sobrevolar a la bestia si el fuego ya no estaba peligrando su ser.

Sin pensárselo lanzaría cañonazo de plata directa a los agujeros de las chimeneas y aquella sustancia se solidificaría, tal vez pudiendo de esa forma tapar los agujeros. Lo lograse o no, pasaría cerca de la cabeza y de una potente patada formaría un rankyaku, el cual iría directo al ojo de la bestia, tratando de hacerlo pedazos. El agente del Cipher Pol entonces aterrizaría en el suelo a unos doce metros de distancia más o menos. Sonrió tranquilamente ignorando el escozor que sentía en los brazos y entonces observó a su compañera.

- Esperemos que la chica invisible termine rápido con la tarea. – Dijo irónicamente mientras mostraba una sonrisa y expandía su haki de observación al máximo.

El mecanismo estaba ofreciendo más resistencia de la que esperaba en un principio, y eso unido al ruido del combate cercano no era nada bueno. Tenía que darme prisa, pero si no encontraba la manera de hacerlo funcionar no podría avanzar. Dediqué los momentos siguientes a inspeccionar el mecanismo de aquel aparato, si ese estaba costando no sabía ya que esperar de los otros que había repartidos por el río. Durante la inspección me centraría en los mecanismos de rotación, los engranajes que transmitieran el movimiento y demás partes móviles. Si encontraba una forma de moverlos lo haría rápidamente, no quería perder mucho tiempo.

Para meter más presión aún, una explosión del otro lado del río me hizo alzar la mirada. Por lo que vi, aquel monstruo debía haber generado alguna sustancia explosiva. La central no parecía haber sufrido daños graves, pero si volvía a pasar puede que la perdiéramos. Eso me hizo tratar de darme aún más prisa con aquellos mecanismos. Aunque claro, después aún quedaba el tema de la bestia y sus ataques explosivos.

-¡Castor! Trata de taponar los agujeros de la espalda del bicho ese con tu plata. Si se mezclan los dos gases en su interior habrá unos bonitos fuegos artificiales, pero no te quedes encima si pasa. – Le grite al joven tras el grito apremiante de la chica. No quise responder a la misma, las maquinas no seguían las leyes de etiqueta, no podía simplemente forzarla o podría romperla.

Lothar, en tu inspección ves que hay una parte en concreto que ha sido aprisionada por las raíces de una planta cercana, son algo gruesas y para acceder tendrías que meter tu cuerpo en el mecanismo, aunque si logras que funcione puede que acabes aplastado si no te das prisa. O por lo menos esa es la conclusión a la que llegas.

Castor, tu cañonazo tapa dos de los agujeros, haciendo que el humo salga con mas fuerza del resto, dando a pensar que todos están conectados. Tu patada se dirige a un orificio en su casco, pero cuando llega no encuentras tejido blando, es como si estuviese hueco. No sabes si le ha hecho algo de daño pues una corriente de aire húmedo sale de ese orificio sacando tu pie a la fuerza, el cual está cubierto por una apestosa mucosa negra. Si eso no era un ojo... ¿significa que desde el principio esa bestia estaba ciega?

Por otra parte, el puñetazo de azula da en el lomo. Su superficie es rara, está dura como el metal, pero se ha deformado ante tu golpe como si fuera carne. Tu mano queda entumecida y el daño no va a más gracias al haki. Tu fuego no detona el gas que sale por su lomo, por lo que se deduce que sólo arde en contacto con el otro. De lo que habéis podido comprobar, parece ser que los golpes puros no van a servir de mucho contra esa bestia, es como si hubiese sido pensada para resistir todo.

La bestia parece algo confusa, como si no supiera en que dirección cargar, se revuelve y lanza coces.

El asesino escuchó las palabras de Lothar justo cuando estaba haciendo el ataque y aquello le hizo alzar una ceja ¿Qué sentido tenía hacer algo que ya estaba haciendo? Era un tío listo y supo al momento lo que hacer con las chimeneas. Tan solo le quedaron un par de ellas y pensó en que si las taponaba podría reventar aquella cosa por dentro. Soltó un suspiro observando el ataque de la chica desde lejos y quedando un poco pensativo. Durante su rankyaku apenas pudo hacerle nada al ser, pero aquella sustancia lo tenía un poco confuso. Una pequeña teoría le venía a la mente, pues por algo era un agente de inteligencia. Se relamió despacio y después de unos momentos se quedó viendo a la bestia.

El ser daba coces al aire, atacando algo que no existía. Entonces recordó que él fue el primero en tirarse a lo loco y el jodido ser lo pareció escuchar. Además de que una bestia así debió ignorarle. Tampoco tenía ataques simples, más bien en área y aquello le dio la última pista. Parecía creado para simplemente reventar cosas grandes. En ese momento el asesino se colocó al lado de Azula, colocándole la mano en el hombro y haciendo que le mirase a los ojos de cerca. Se llevó su dedo a los labios haciéndole el famoso signo de “silencio”. Entonces si ella le dejaba la cogería de la mano y la pondría con él en el suelo, observando a la bestia y sin decir nada.

A continuación la miró sonriendo de lado y tocándose él mismo los ojos y mirando de repente a varios sitios, queriendo decirle que a lo mejor el terrible monstruo no podía verles después de todo y solo debían esperar a que se fuese o activar la central callados. Esperaba que la chica pudiese entenderlo y que Lothar no dijese nada.

Atendiendo más al mecanismo me doy cuenta de que está trabado por las raíces de una planta cercana. No había pensado hasta ese momento cuanto tiempo debían llevar inactivas aquellas estructuras. También me empezaban a asaltar las dudas acerca de cómo se habían apagado, o que se ganaba con volverlas a activar, aparte de poder usar algo que según Ruk era divertido. Fuera por lo que fuera, su misión era activarlas, y eso haría. Saqué el bisturí ígneo y lo usé para lanzar una onda cortante envuelta en llamas hacía la raíz.

Parecía que la misma era gruesa, pero esperaba que esa onda cortante, que además quemaba valiera para liberar el mecanismo. De momento no había escuchado ninguna explosión más, cosa que estaba bien. De conseguir liberar esta parte, y activarla, alzaría el vuelo hacía el siguiente de los puestos esperando que resultara más sencillo de mover, o al menos que no tuviera más raíces.

Cosas:

La bestia pronto se calma. Vuestra teoría es cierta, es ciego y se guía por el ruido. Gracias a vuestro sigilo podéis alejaros y poneros en una situación relativamente segura. Se escuchan estruendos a lo lejos, posiblemente producto de la batalla, los cuales llaman la atención de la bestia acorazada. Lentamente se da la vuelta y empieza a caminar en dirección al ruido.

De pronto un crujido, como de madera, algo que primero se quema y luego se rompe. La bestia se para en seco. El ruido no para ahí, el metal cruje y chirría con el sonido típico de piezas y engranajes oxidados que hace tiempo que no se mueven. El mecanismo de activación de la central está de nuevo operativo, pero tras años de pausa está causando un estruendo terrible al volver a activarse. (Cuidado Lothar si estás demasiado cerca el mecanismo puede aplastarte)

La bestia se da la vuelta... encarando la central. No se lo piensa dos veces antes pe empezar a correr. Es como un ariete, si llega a la estructura la derribará por completo. ¿Qué haréis?

La onda impacta en la raíz, haciendo que cruja y el fuego que acompañaba a la onda acaba por debilitarla del todo y hacer que el mecanismo vuelva a funcionar provocando un estruendo increíble. Quizás tendría que haber usado un lubricante antes de cortar la raíz, peor bueno, mi parte ya estaba. Me fijé que de haber tenido que meterme dentro a cortar la raíz, era muy probable que hubiera acabado siendo parte de la máquina, al menos hasta que mis restos se convirtieran en polvo. Tendría que agradecer el regalo cuando volviera, seguro que eso sorprendía a mucha gente, aunque no admitiría que solo lo hacía porque esas herramientas me habían salvado la vida.

Cuando me giré hacía mis compañeros alcancé a ver que la bestia se alejaba de ellos, pero cono todo el jaleo de los motores se giraba y encaraba a la central. ¿qué narices estaba pasando allí? Fuera lo que fuera, no podía permitir que esa cosa chocara contra la central o todo habría sido para nada. No sabía qué hacer, repasé mentalmente varias veces todos mis conocimientos bélicos, o que pudieran ayudar. Finalmente me decanté por el único que podría hacer que aquella cosa se desorientase algo, aunque no sería efectivo a aquella distancia, ni si podía seguir viendo. Escuché a Azula gritarme, ya tenía una idea de que pasaría si no me alejaba, pero era reconfortante saber que se preocupaba por mí. Aunque, trataría de parar a esa cosa y salvar la central.

Alcé el vuelo en dirección a la bestia, activando el paso de las sombras para poder llegar al animal bastante antes de que llegara a su objetivo. Una vez por encima suyo le gritaría a Castor que cegara al animal y que se taparan los oídos, pues usaría una onda sónica contra el ser. Una vez hecho aquello, usaría el manual de Fusrodah para lanzarle una onda sónica que lo dejara confundido.

Cosas:

Castor escuchó las palabras de Azula al mismo tiempo que cerraba los ojos. Echaba de menos un cigarrillo y había comprobado que le quedaba solo uno. Se lo llevó a la boca y lo encendió despacio, dando al momento una intensa calada. Sonrió de forma serie y soltó una pequeña carcajada. Fue entonces cuando se quedó mirando a la chica del rayo con una calma sorprendente. Debía responderle en un estado relajado para no alterarla, pues se le había ocurrido una idea bastante genial. Era el momento de desvelar una de las armas más poderosa que había aprendido después de su merecido ascenso.

- Puede que no nos importe, pero no dejaré que rompan algo por lo que he luchado. Tú quédate aquí, princesa. Si esto no funciona, te prometo que nos vamos, pero déjame intentar una cosa.

En ese momento escuchó el plan del otro tipo, pero tenía su propia estrategia. Esperó a que Lothar realizase su ataque y una vez escuchó una especie de pitido molesto, supo que debió haber sido cosa suya. No iba a cegar algo que ya estaba ciego por lo que se veía. El científico volvía a estar un poco lento en eso. Castor entonces salió disparado con el kamisori a toda velocidad hacia aquella cosa y se relamió. Soltó una inmensa calada escupiendo el cigarro y entonces trató de lanzarse contra la sien de la bestia. Sin frenarse un momento, imbuyó sus puños en haki armadura y plata, impactándolos después contra el monstruo. Justo entonces soltó un grito mientras reía de forma siniestra.

- ¡Rokougan!

Una terrible onda de una magnitud impresionante saldría de sus nudillos, tratando de hacer pedazos la cabeza del monstruo o al menos desviarlo o tirarlo al suelo. Una vez hiciera aquello, el castaño se alejaría y volvería de nuevo al lado de Azula, observando si su plan había funcionado o sencillamente había fracasado.

El monstruo dirige la carga en dirección a la central, pero el ataque sonoro de Lothar, lejos de ralentizarlo, lo atrae en su dirección, desviándolo un poco de su rumbo, pero no lo suficiente.

Parece que la carga es imparable, pero de pronto aparece Castor en frente, no se sabe muy bien si Castor lo ha golpeado o ha sido arrollado, lo que podéis ver es que la bestia se tambalea mientras corre. Su trayecto se desvía tanto que se precipita por el desnivel que hay al lado de la central, cayendo al agua y salvando la central.

Podéis postear en el capítulo y Castor... estabas en su morro cuando ha caído, haz algo al respecto.