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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Miér 28 Jun 2017 - 13:04}

Era una muchacha delgada, con la boca carnosa y los pechos demasiado grandes. Apretaba entre sus brazos una carpeta azul de plástico.

- ¿Tienes un momento? – me dijo.

Giré el cuerpo a la izquierda y puse mis dos manos sobre la madera gastada del respaldo del banco. El sol del mediodía me daba directamente sobre el ojo, no me resultaba del todo desagradable.

Miré hacia atrás. Una viejecita con abrigo de lanilla morado le echaba migas de pan a las palomas. No veía a nadie más. Un truco bastante corriente consistía en que mientras una chica te entretenía con cualquier pretexto, alguien por detrás te colocaba una navaja en el cuello y te quitaba la cartera y el reloj. Ella podría llevar una navaja. Confiaba en poder cogerla de la muñeca si la empuñaba. Peor sería si tuviera una pistola. Pero no parecía probable. Los que usaban pistolas no solían robar a alguien que tomara el sol sentado en un banco. Pero podía ser.

- Se me ha terminado el tabaco y no tengo dinero suelto – respondí con desdén – Y tampoco me gusta hablar.

- No quiero nada, tan solo quería entregarte uno de estos folletos.

Volví a mirar de reojo hacia atrás. La viejecita de las palomas las estaba llamando con apodos cariñosos. Un sujeto con aspecto de malas pulgas pasó y espanto a las palomas.

- Pues has llamado a la puerta equivocada, encanto. Estoy seco, pelao, a dos velas ¿Lo entiendes?

Sonrió de nuevo. Adelantó el brazo y me apretó la mano. Empezó a acariciármela como si fuera un animalito recién nacido. La suya era cálida y suave.

- Espera un momento… ¿Estás haciendo propaganda de algún tipo de servicio un poco especial?

- ¿Especial?

- Tú me entiendes.

Retiró la mano y se echó el pelo hacia atrás. Podría tener veinte años, quizá menos.

- Eres desesperante Dretch, coge el puñetero folleto y no hables más - dijo por lo bajini.

Cogí uno de los folletos, mientras observaba como se alejaba indignada a paso rápido. En la parte superior se veía un gran sol lanzando sus beneficiosos rayos sobre la frase “La Luz del Mundo”. En su interior, teóricamente se encontraba el retrato robot del conflictivo hombre del cielo.

Me levanté del banco, me había quedado sin ganas de tomar el sol. Encendí un cigarrillo y comencé a caminar sin rumbo fijo. Riha, la iniciada, había cumplido con su parte ahora me tocaba a mi rastrear a aquel tipo.
Therax Palatiard
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Miér 28 Jun 2017 - 17:26}

Therax caminaba distraído por las calles de la ciudad. Nunca antes había visitado ninguna isla del North Blue, pero, por desgracia o por fortuna -eso lo debería decidir después de abandonar la isla-, el único barco que había accedido a sacarle del lugar en el que se encontraba partía en esa dirección. Lo cierto era que había sido una experiencia bastante surrealista, superada solo por el hecho de haberse encontrado a César esperándolo en el puerto cuando la embarcación había atracado en el muelle unas horas antes. Era cierto que Niord había dicho que se las apañaría para enviárselo, pero no podía imaginarse cómo demonios lo habría hecho.

El anciano lobo había hecho gala de su más que habitual indiferencia cuando el rubio se había acercado a él y, tras indicarle con una vaga y condescendiente mirada que ya lo había visto, se había situado junto a Tib a las espaldas del domador.

Tras esto, se habían adentrado en la ciudad. El espadachín observaba todo con curiosidad, ya que el ambiente y la estética del lugar eran completamente diferentes a lo que estaba acostumbrado a ver. Al preguntar en el puerto, le habían dicho que no sabían cuándo partía la siguiente tanda de barcos en dirección al South Blue, por lo que supuso que tendría tiempo de explorar con detenimiento la zona, ya que los barcos solían constar en el registro de salidas varias horas antes de zarpar.

Sin embargo, había algo que sucedía allí exactamente igual que en su Blue de origen: la gente parecía salir repelida cuando pasaba por alguna calle transitada. «Se ve que aquí tampoco hay mucha gente que vaya con dos lobos pegados a los talones», pensó el muchacho al ver cómo una pareja se apretujaba precipitadamente contra la pared de un comercio cercano.

Lo cierto era que había llegado a un punto en el que aquella actitud no le sorprendía, sino que le ayudaba a identificar personas que no cumplían el perfil típico de habitante urbano. Se podría decir que en estos últimos centraba su atención, mientras que pasaba casi por completo de los asustadizos. ¿No se daban cuenta de que si los lobos quisieran hacer algo se lanzarían contra quien fuese desde el primer momento?

Perdido entre divagaciones internas y la curiosidad que en él despertaba la ciudad, completamente novedosa para él, se encontró de repente en algo así como un parque. En caso de que no estuviese concebido para cumplir esa función, daba completamente el pego. Varios bancos se distribuían por el lugar, y una gran cantidad de palomas se repartían de manera irregular en torno a los lugares donde la gente -abuelas sobre todo- les lanzaba migas de pan duro. «¡Qué asco de bichos!», se dijo Therax al ver a los pájaros.

Súbitamente, algo espantó a un numeroso grupo de aquellas ratas con alas, que comenzaron a dispersarse volando a poca altura. Tib, ansioso, dirigió una suplicante mirada a su dueño.

-Si no te tiras encima de nadie, me hago el loco por esta vez -le dijo en voz baja a su compañero. Realmente, no podía asegurar que, preso de la adrenalina, no saltara por accidente sobre alguien o algo por el estilo, pero, en ese caso, ya se las apañaría para salir del apuro. No seria la primera vez que se veía en una situación embarazosa a causa de la imprudencia del animal y, con toda seguridad, no sería la última. «Que disfrute un rato», pensó. Al escuchar a su dueño, Tib se lanzó en persecución de las aves, aullando como un loco a causa de la felicidad.

Mientras tanto, César miraba a Tib con gesto arrogante y rancio, y posiblemente con un poco de... ¿desprecio? Sería difícil describir la última de las emociones que se reflejaban en la expresión del viejo lobo, pero quedaba más que claro que no aprobaba la actitud de su compañero canino.
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Miér 28 Jun 2017 - 17:32}

Arqueé las cejas, confuso y sorprendido al mismo tiempo. Varios cocodrilos en bragas y jugando al golf se sincronizaban a través de unas extrañas cajas apiladas en el escaparate de una tienda cuya función no alcanzaba a comprender. ¿En aquella tienda venderían extraños animales en miniatura? Esperé varios minutos en la puerta hasta que un humano salió de allí con una de esas extrañas cajas, pero sin ninguna mascota en su interior. No comprendía a los humanos. ¿Cuál era su utilidad? Quizás habría que comprar la mascota a parte y aquellas sólo estaban de exposición. La simple idea era estúpida, pero nunca se sabía con el humano común. Tan solo un puñado de ellos me habían demostrado tener un mínimo de luces.

No sabía muy bien por qué había elegido aquella isla, pero por algún sitio había que empezar a buscar y aquel parecía ser tan bueno como el resto. Si la poca información que le había sacado a los lugareños era buena, el sitio donde debía preguntar era el castillo del reino. No obstante, tampoco podía presentarme frente a la nobleza exigiendo respuestas. Probablemente acabaría en la cárcel o peor aún, sufriría el mismo destino que mis compañeros. No estaba dispuesto a dejar que unos grilletes me quitasen la libertad y mucho menos que me obligasen a realizar trabajos forzosos. Tendría que actuar con sigilo y discrección.

Atravesé varias calles sin saber exactamente hacia donde iba. Si avanzaba todo recto antes o después tendría que encontrar la gran construcción. O aquel había sido mi razonamiento. No podía estar más equivocado. La errática forma que tenían los humanos de erigir sus ciudades me hizo andar en círculos durante cerca de una hora. Desistí, tomando un desvío hacia la izquierda, necesitaba orientación en aquel caótico reino. Para mi fortuna, encontré un amplio e iluminado parque. Me acerqué hasta un joven pálido y trajeado que caminaba tranquilamente por el lugar y pregunté. Supuse que aquel hombre tendría mejores dotes para expresarse que la anciana situada a unos pocos bancos de distancia.

- Disculpe, ¿el castillo? - aquellas fueron mis únicas palabras antes de que un cuadrúpedo peludo nos embistiese.
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Sáb 1 Jul 2017 - 13:55}

Era la primera vez que uno de mis viajes era tan largo, y eso que el trayecto de la isla del cielo al mar azul resultó lento y tedioso. Habíamos atravesado todo el grand line, haciendo escala en diversas islas, a cada cual más variopinta. Nos adentramos en un mar sin viento, en el cual tuvimos que remar durante varias semanas hasta llegar al mar de destino y, tras muchos pesares, llegamos al famoso reino de Lvneel. Yo no sabía mucho de aquella isla, salvo que de ella surgieron los piratas que habían arrasado mi aldea y, por consiguiente, podría encontrar alguna información para encontrarlos.

Era una mañana preciosa, el sol estaba en su punto más álgido y apenas había nubes en el cielo. Corría una leve brisa de poniente que mecía mis pelos a cada paso que daba por aquella lujosa isla. La gente de aquel lugar vestía de forma muy rara, usando unas extrañas cosas para los pies; zapatos los llamaban. No sabía el porqué, pero la vista de las personas se centraba en mí. Quizás fuera por mí larga melena, que les hacía saber que no había perdido un combate en muchos años, o tal vez, que era lo más probable, porque desentonaba en aquel lugar.

Me alejé de las calles principales y me adentré en un parque. En ella había multitud de infantes que se iban llorando al verme. Aquello, por alguna extraña razón, pese a que me molestaba, me hacía gracia y era incapaz de no mostrar una sonrisa. Pasé por el medio de uno pájaros de extrañas características y un cánido saltó sobre mí. Era una especie de cría de lobo. La miré y él a mí, y corrió despavorido con su dueño. Éste era un joven de cabellos rubios y mirada inocente. Fui a dirigirme hacia él, pero me choqué con un hombre trajeado y con otro de cabellos rojizos. Sin tan siquiera disculparme, seguí hacia el rubiales.

-Buen ejemplar de lobo –dije, con gesto serio–. En mi tierra venerar a ellos.
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Lun 3 Jul 2017 - 19:13}

No di apenas un par de pasos del banco cuando un individuo me abordó en mitad del parque, instintivamente me llevé la mano al paquete de tabaco. Se trataba de un hombre alto y de un alborotado cabello pelirrojo decolorado por el sol, que parecía haber sido maquillado por crío de cinco años a brochazo limpio. Cuando abrió la boca no pude evitar fruncir el ceño extrañado, si su aspecto ya era rarito su acento no se quedaba atrás. Tenía un marcado acento, definitivamente no era de este mar. Probablemente se trataba de uno de esos payasos de las compañías circenses que atestaban la ciudad desde hacía varios días.

- No tenía ni idea de que el Rey de Lvneel tuviera un humor tan… particular – le respondí eludiendo su pregunta. Con razón aquel reino no pertenecía al Gobierno Mundial, con un gobernante así poco tenía que ganar el gobierno con su ingreso.

Un sabueso blanco se acercaba a nosotros a gran velocidad, aunque a mí me pareció que lo hacía a cámara lenta. Sus cuatro patas marcaban un rapidísimo ritmo a la carrera, al parecer se había encaprichado de alguna de esas palomas sobrealimentadas.

Poco importó que le dejara paso, acabó derribándonos a ambos por igual. Ya en el suelo, me di cuenta entonces que había dejado caer el panfleto durante la caída. Instintivamente me abalancé sobre el papel, antes de que aquel chucho salvaje se diera media vuelta. Conocía demasiado bien a ese tipo de animales, estaba en esa etapa en la que su única preocupación era morder y destruir todo aquello que fuera capaz de meterse en la boca. Sin embargo, una vez más la fortuna no me sonreía…

- Genial, ahora sí que es un verdadero caso de mierda… - murmuré para mí mismo al levantar el panfleto del charco al que había ido a parar, estaba hecho un asco. El pelirrojo desteñido hablaba entonces con algún compañero suyo, un tipo con un gran pelucón blanco - ¿Lobo? Yo solo veo un perro salvaje sin collar ¿Dónde escondéis el acordeón? Adelante no os cortéis, no os quedéis con el número a la mitad…

¿Qué coño pasaba con aquel parque? ¿Había una convención de deficientes? Uno no era capaz de ver el único edifico de más de cuatro plantas de toda la isla, el otro apenas podía decir dos palabras seguidas sin demostrar que realmente era idiota y el tercero, un rubio que venía a la carrera, no sabía cómo ponerle la correa a un chucho. Aquel par de melenudos debían de pertenecer a la misma compañía, su maquillaje era parecido y ambos poseían un acento similar. El rubio podría tratarse de algún tipo de domador amateur al que aún no le dejaban jugar con látigos y ni con los gatos grandes.

Me levanté del suelo y traté de abrir el folleto, pero la humedad y el barro habían pegado las hojas entre sí y tan solo conseguí que el papel se rasgara en uno de los laterales. Tendría que esperar a que se secara para abrirlo sin arriesgarme a romperlo.

- Esa cosa tuya se ha cargado una prueba y eso es un delito, ni se te ocurra poner acento raro - le reproché al rubio cuando se acercó.
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Lun 3 Jul 2017 - 22:02}

Therax sabía desde el primer momento que no era factible que el pequeño no le buscara un problema, así que esperaba de antemano que alguna de las personas que se encontraban en el parque acabara por acercarse a echarle en cara la actitud del cachorro. Lo que no sospechaba es que Tib causaría semejante escándalo.

De todas las palomas que salieron huyendo despavoridas, tuvo que elegir a la que se dirigía hacia un par de hombres que hablaban, al parecer ajenos al caos que estaba naciendo a su alrededor. Uno de ellos tenía un aspecto muy extraño -bueno, los dos en realidad, pero lo del primero era algo exagerado-: tenía el pelo de un tono anaranjado que resultaba bastante llamativo, así como una piel extremadamente pálida. «¿Será más blanco que yo?», se preguntó el rubio cuando se fijó en su aspecto. En el caso del otro sujeto, lo que más llamaba la atención era la diferencia en color de sus ojos, así como los mechones de diferentes colores que había en su pelo.

No contento con tirar a dos transeúntes, Tib decidió que podía buscarle un lío aún más gordo, y se empotró de frente contra un tercer individuo para, acto seguido, huir despavorido de vuelta hacia él. Aquello hizo sospechar al espadachín, dado que no era para nada habitual que la gente corriente inspirase tal tipo de reacción en su compañero. Viendo la situación, el domador se acercó rápidamente hasta el centro del emergente conflicto seguido de César, que se aseguró de soltar un sonoro bufido antes de aligerar el paso todo lo que su lisiada pata le permitía.

El chico se detuvo cuando estuvo cerca del tercer individuo, que tenía una apariencia aún más estrambótica que la de los otros dos. Una larga melena plateada lucía orgullosa alcanzando su cintura, y la piel que dejaba ver estaba adornada con dibujos de todo tipo.

-Sí... Bueno, aún estoy adiestrándolo. Dudo mucho que en tu tierra veneráseis mucho a este sinvergüenza -contestó al comentario del peliplateado, al tiempo que Tib corría junto a César, quien -cómo no- lo recibió con un gruñido de disgusto.

Mientras tanto, el de los ojos dispares había recogido algo del suelo y, por la expresión de su cara, no parecía nada contento con el estado en que se encontraba. No entendía muy bien a qué se refería, pero cuando mencionó las palabras "prueba" y "delito", todos sus sentidos se pusieron alerta. Hasta ese momento no había tenido ningún problema serio con la autoridad ni nada por el estilo, pero sentía aversión hacia casi todo lo que viera con buenos ojos el desempeño del Gobierno Mundial.

-Si te refieres a ese papel, creo que no está destruido -comentó Therax-. Cuando se seque el barro probablemente puedas abrirlo sin problemas -concluyó con una sonrisa inculpatoria. Nunca se había precipitado al juzgar a la gente, y esa no iba a ser la primera vez.

Por motivos que nunca sería capaz de definir, había ido a molestar a los tipos con pinta de ser más problemáticos de todo el parque y, probablemente, de toda la ciudad. Tras maldecir su suerte en su fuero interno varias veces y dirigir una última mirada a los ofendidos -aunque el melenudo no parecía estar disgustado y el zanahorio no había dicho nada por el momento-, trató de soltar lo más parecido que tenía a una disculpa. Pedir perdón nunca se le había dado bien.

-Soy Therax... Y el cachorro loco es Tib... Y ha saltado sobre vosotros... No quería -dijo para, acto seguido, sentirse como el más estúpido entre los imbéciles. En fin, ya estaba dicho... Solo quedaba esperar la reacción de sus interlocutores. No tenía ganas de armar un escándalo aún mayor.
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Miér 12 Jul 2017 - 16:05}

Me puse en pie mientras observaba la carrera del animal. Salvaje y libre de grilletes o ataduras, como deberían ser todas las criaturas que habitaban aquel mundo. Una ligera sonrisa de aprobación se dibujó en mi rostro. Por el rabillo del ojo pude ver cómo el hombre trajeado se arrastró por el suelo hasta que alcanzó un papel que había dejado caer tras el desafortunado choque. Éste se puso en pie y se encaró al que parecía ser el dueño del perro, un hombre joven y rubio, pero no sin antes lloriquear como el buen humano que era.

Las palabras prueba y delito que salieron de su boca me pusieron alerta. Si algo me había enseñado el difunto capitán de la SROG13 era a no confiar nunca en aquellas dos palabras juntas. Sólo podían significar que el emisor se trataba de algún tipo de agente de la mal llamada “justicia”, ya estuviese a las órdenes del Gobierno Mundial, la Marina o la propia guardia local de la isla. Todos ellos tendían a dar su versión de las leyes, amoldándolas según los intereses personales de unos pocos privilegiados. Sutilmente me puse junto al domador, el cual se había presentado como Therax intentando disculparse.

- No tienes por qué disculparte. El cachorro es libre de hacer lo que quiera. Es culpa suya no haber asegurado como debía el documento. No sería tan importante – dije quitándole importancia al asunto, pero sin quitarle un ojo de encima al supuesto agente del orden y la ley.


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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Mar 25 Jul 2017 - 18:15}

El joven con ojos de búho solo hacía quejarse de que coger un papel y romperlo era un delito, ¿pero qué clase infracción era romper un trozo folio? Era lo que se preguntaba el albino, haciendo que la gente del mar azul fuera aún más rara de lo que parecían. En su tierra, allá en el cielo, el papel se usaba únicamente para envolver comida y verduras, da más. De vez en cuando era usado por los sabios para preservar la historia de nuestro pasado, aunque mayoritariamente lo hacían mediante grandes piedras en lenguaje antiguo. Sin embargo, allí las piedras buenas se iban acabando. El pelirrojo tenía un acento parecido al suyo y le llamó su atención, pero la vista la tenía puesta en el papel que tenía el rubio en la mano, el cual no dudó en coger.

-¿Es delito romper papel? –miró fijamente aquel folio manchado de barro y babas de cánido-. En mi tierra solo valer para envolver comida –clavó si intimidante mirada sobre el moreno de ojos saltones-. Así que deja tranquilo al niño del lobo, hombre con ojos de lechuza.

Poco después, una explosión se escuchó en el otro lado del parque y un gran colectivo comenzó a correr contra nosotros formando una estampida de la que apenas se podía salir. Y entonces, oscuridad. Todo el cielo se tiñó oscuro y un haz de luz iluminó el cielo proyectando la cara de un hombre que parecía tener que decir un mensaje, haciendo que todo el mundo se calmara.
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Dom 24 Sep 2017 - 18:13}

Aquellos monos de feria seguían balbuceando en torno al papel. Por más que me revolviera cual gato panza arriba tendría que solicitar otro retrato robot a la agencia y eso no significaba ni más ni menos que otro rapapolvo más que añadir a la ya extensa colección. Por más que me doliera, no me quedaba más remedio que rendirme a la evidencia.

- La destrucción de pruebas es un delito muy grave… aunque supongo que no pueden aplicarse a animales, al menos por ahora – dije mientras miraba al sabueso del rubio.

Me percaté entonces de la naturaleza de aquel animal ¿Cómo había logrado amaestrar a un lobo salvaje?

Aquella cuestión se esfumó de mi mente en momento en el que una tremenda explosión se escuchó a unos cuantos metros del parque. La gente comenzó a corretear como pollos sin cabeza a lo largo y ancho del parque alejándose del lugar de origen de aquel estruendo. De pronto la luz se oscureció y una enorme cabeza azul emergió de entre los árboles, no estaba seguro, pero parecía algún tipo de proyección.

- Buenas gentes del Reino de Livneel, habéis vivido bajo la sombra la nobleza y la monarquía durante demasiado tiempo ¡Ha llegado la hora de pasar página! ¡Yo el gran Daicor Hamon os liberaré de vuestro yugo por vosotros!

A lo largo y ancho de la ciudad comenzaron a escucharse más y más explosiones y nuevas cabezas gigantes comenzaron a emerger entre los tejados de la ciudad. A priori parecía que emitían el mismo mensaje en bucle una y otra vez.

Me di cuenta de que estaba temblando como un flan. Livneel… ¿Por qué diablos había aceptado aquella misión? Sentí como la sangre palpitaba en mis sienes, que regresaban las viejas respuestas. Al darme cuenta de que estaba jadeando y resoplando, me obligué a detenerme. Ponerme histérico no me iba a hacer ningún bien y tan solo conseguiría llamar más la atención.

- ¿Es solo cosa mía o alguno más tenéis un imán para atraer psicópatas megalómanos? – dije mientras cogía el papel de las manos del albino – Soy Dretch Buernagor, agente de la Chiper Pol del North Blue ¿Queréis hacer un servicio a la comunidad y sacaros un sobresueldo? Tú y tus lobos me lo debéis ¿Qué me decís vosotros dos? ¿Esos músculos son también maquillaje?
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Mar 26 Sep 2017 - 18:05}

El zanahorio y el tipo que apenas sabía hablar no parecían tener ningún problema con el incidente ocasionado por Tib. Sin embargo, el dueño del papel se mostraba bastante más molesto. A pesar de ello, él mismo afirmó que lo sucedido no podía constituir un delito.

Therax se disponía a preguntarle si se podía marchar, pero entonces un estridente sonido inundó el lugar. Las personas que hasta hacía poco caminaban y charlaban tranquilamente empezaron a huir de la zona. Los gritos fruto del miedo a lo desconocido golpearon con violencia los tímpanos del espadachín y de sus mascotas, las cuales arrugaron el hocico y agacharon la cabeza.

Por si fuera poco, unos instantes después una cabeza emergió de algún lugar, informando a los habitantes de la isla de que serían liberados. Therax no pudo evitar mirar a su alrededor y recordar la situación del lugar antes de que todo el alboroto comenzase. No creía haber visto nada que indicase que aquél era un pueblo subyugado o sometido, aunque bien podía equivocarse. A fin de cuentas llevaba muy poco tiempo por allí.

-¿A ti también te pasa? -inquirió el rubio al escuchar la pregunta del agente, sin dirigir la mirada hacia él. Las cabezas que continuaban apareciendo de a saber dónde le impedían centrar su atención en cualquier otra cosa. «¿Quién será ese tío?», se preguntó, escuchando cómo finalizaba por quinta vez consecutiva su breve discurso.

Poco a poco el parque se había ido quedando vacío, llegando a un punto en el que el único sonido apreciable era el mensaje que aquellas imágenes emitían incesantemente. ¿Acaso no había quedado suficientemente claro que Daicor Hamon liberaría el pueblo?

Entonces Therax clavó su mirada en la de Dretch. Había evitado responder a su pregunta hasta ese momento. La idea de hacer cualquier cosa con un miembro del Gobierno Mundial le repugnaba sobremanera, tanto que casi podía notar como el sabor a bilis se instauraba irremediablemente en su boca. No obstante, no sabía qué demonios estaba sucediendo allí ni si sería buena idea quedarse solo.

Sin saber qué hacer, dirigió sendas miradas a quienes se habían mostrado tan comprensivos con Tib. ¿Qué harían ellos? Si optaban por ayudar al agente los acompañaría pero, de no ser así, se marcharía con ellos. No tenía ningún interés en ayudar al Gobierno a solucionar sus problemas.
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Jue 21 Dic 2017 - 23:16}

Fruncí el ceño, de forma tan creíble que casi pareció instintiva.

- Hay algo en todo esto que no me cuadra – mascullé más para mí mismo que para mis acompañantes – Todo ese discurso sobre liberación, revelar su identidad y tanta pirotecnia… Parece una burda imitación de la Armada Revolucionaria. Ellos no actuarían con tanto descaro en uno de los Blues y menos aún de esta forma… Casi parece más de algún tipo de banda criminal.

Comencé a caminar hacía el lugar donde se había originado la primera de aquellas explosiones. Una lástima que mi campo fuera la costura y no la balística o la pirotecnia. Me acerqué y cogí cuidadosamente los restos del artefacto para llevárselo de vuelta hacia el pequeño grupo circense. Puede que yo no tuviera ni idea de esas cosas, pero quizás ellos tuvieran respuestas.

- Bien pequeños detectives, y no tan pequeños – comenté refiriéndome a Zor-El- Hora de meterse en la mente de un criminal. Siguiendo la premisa de que me niego a creer que esto se trata de un ataque rebelde… ¿Qué conseguiría ese tal Daicor Hamon diciendo que pretende acabar con los estamentos de Lvneel? No os centréis en lo obvio - atajé- El caos ya cunde por la ciudad y probablemente las fuerzas del orden se estén coordinando para proteger ese enorme palacio ¿Qué es lo que no estamos viendo?

Mientras escuchaba las posibles teorías me acuclillé con cuidado frente a Tib, el pequeño lobezno de Therax. No parecía excesivamente obediente, pero parecía más sociable que el otro lobo. Quizás, aun si dar una orden específica, por puro instinto supiera rastrear.

- ¿Estoy haciéndolo bien? ¿O verdaderamente este chiquitín tan solo está buscando la forma de morder este cachivache? – le pregunté al rubio.
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Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] Empty Re: Receta para un desastre. El enemigo de mi enemigo... ¡sigue siendo mi enemigo! [Pasado][Einkil - Eric - Dretch - Therax] {Mar 26 Dic 2017 - 18:05}

Therax continuó observando al zanahorio y al hombre de cabello blanco... ¿o era plateado? A saber, pero ninguno de ellos parecía tener nada que decir al respecto. «Toda la responsabilidad para mí, ¿no?», reflexionó el rubio. Dirigió un rápido vistazo a Tib que, si bien no terminaba de mostrar una actitud especialmente complaciente con el sujeto, tampoco manifestaba abiertamente hostilidad. ¿Cómo debía tomarse aquello? El pequeño solía actuar de una manera menos cauta.

Sin dejar de meditar sobre aquello, oyó las conjeturas que hacía a media voz y vio cómo se acercaba al cachorro. Era el momento de ver si toleraba la presencia del desconocido o no. Y, para sorpresa del espadachín, ni siquiera hizo el amago de agredirle. Por su parte, César sí que emitió un sonoro gruñido de desagrado. No obstante, ese hecho no aportaba ningún tipo de información acerca del hombre. El veterano cánido exhibía una pose similar fuese quien fuese la persona que se encontrara frente a él.

-Pues no lo sé, señor agente -comentó en un tono que pretendía sonar formal, esperando que no percibiese el retintín que había acudido a su boca como si de bilis se tratase-. Llegué aquí hace poco y no sé a qué se refiere ese tipo con los estamentos de Lvneel -hizo una pausa para ver cómo le mostraba lo que había recogido hacía un momento-. Sí, es así, pero no sé yo si te va a hacer mucho caso. Si le interesa es capaz de rastrear casi cualquier cosa, pero para eso tiene que ser comida o juego... y no parece que prevea que ese chisme le va a llevar a ninguna de las dos.

Entonces, tras dirigir un rápido vistazo al viejo lobo, se aproximó al agente. Lo cierto era que a Therax no le inspiraba demasiada confianza; ¿qué perro del gobierno lo hacía?. No obstante, cada vez sentía más curiosidad por lo que estaba sucediendo allí. Se alejaría de aquel tipo en cuanto pudiese, de eso estaba seguro, pero todo apuntaba a que tendría que obligarse a pasar algo más de tiempo junto a él si quería averiguar algo sobre el lugar.

Sin mediar palabra, tendió la mano en dirección al artefacto que tenía. Si se lo diese, se lo mostraría al viejo lobo y le pediría que, de detectar algún rastro, lo siguiese.
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