Gareth Silverwing
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Ah, el sol, la arena, el calor abrasador. Podríais decir que estáis de vacaciones en una playa, pero la falta de gente y de vendedores ambulantes... y de agua os hace sospechar que esto es más bien un desierto. La forma en la que os encontráis es cosa vuestra, pero se ven unas extrañas nubes marrones en el horizonte las cuales se acercan. Puede que sea una tormenta de arena o una estampida de matojos vampíricos, lo dejo a vuestra elección, lo que es seguro es que a esa velocidad llegará en 3-4 turnos.
-¿Vais bien? -inquirió Therax en voz alta, tratando de que su voz se impusiera sobre el molesto ruido que generaba el aire al moverse libremente a su alrededor. Ninguna de sus mascotas respondió, pero la fuerza con la que trataban de aferrarse a su lomo le indicaba que, aunque aterrorizadas, seguían allí.
Aquélla era la segunda vez que optaba por cubrir una distancia considerable valiéndose de su transformación y, aunque resultaba bastante práctico, aún no alcanzaba a gestionar correctamente sus energías. No sabía cuánto tiempo llevaba surcando los cielos, pero el cansancio, aunque leve, había comenzado a hacer mella en él. «Creo que va siendo hora de descansar un poco», se dijo el domador al tiempo que ascendía un poco para tener una mejor visión de los alrededores.
Una inmensidad azul se extendía bajo sus alas y se perdía en el infinito mirase donde mirase, y a primera vista no había ni un minúsculo trozo de tierra en el que pudiera pararse a recuperar fuerzas. No obstante, un diminuto punto en la distancia le advirtió de que era su día de suerte.
-Tiene buena pinta, ¿no? -dijo mientras hacía que el viento soplase con algo más de fuerza desde sus espaldas, incrementando su velocidad.
Cubrió la distancia que le separaba de su improvisado destino en unos minutos, pero lo que encontró al llegar a él no era lo que había esperado. El lugar en el que iba a detenerse se presentó como una yerma extensión de arena azotada por un sol abrasador. Mientras descendía activó su Haki de observación para identificar alguna forma de vida que le indicase que no se encontraba solo en aquel desierto, pero no fue capaz de identificar nada. «Mira que hay lugares, pues he tenido que ir a parar a... esto», pensó mientras se posaba sobre la caliente arena y esperaba a que Tib y César bajasen de su espalda para, justo después, recuperar su forma humana.
-¿Y ahora qué? -preguntó mientras se giraba hacia los cánidos-. Esperamos un poco y nos vamos, ¿no? No debería haber parado... a fin de cuentas no estoy tan cansado -añadió al tiempo que giraba sobre sí mismo en busca de algo, cualquier cosa-. Bueno, ya que estamos aquí vamos a aprovecharlo. A saber cuándo podremos encontrar otro lugar en el que detenernos de camino a Sabaody.
Un aullido de comprensión salió de lo más profundo del joven Muryn, que se sentó en la arena junto a su amo. Climas sofocantes como aquél no eran del gusto de Tib, pero sabía discernir cuándo debía reprimir sus quejas y obedecer. En cambio, César no era tan comprensivo y su primer gesto fue un bufido de enfado.
-No haces nada bien, inútil -comentó la voz mecánica que salía del collar que llevaba al cuello.
-No sé quién me mandaría ponerte eso. Con lo pesado que eras cuando sólo podías bufar y gruñir... y voy yo y te permito hablar -contestó el espadachín.
La discusión se prolongó durante unos minutos, hasta que una extraña mancha en el horizonte atrajo la atención de Therax. El rubio pasó a ignorar por completo al viejo lobo y se irguió para contemplar aquello que se aproximaba.
-Creo que ya he descansado bastante -dijo el rubio en voz baja, más para sí mismo que para sus mascotas-. ¡Nos vamos! -Sin embargo, una presencia en las cercanías provocó que ni siquiera llegara a transformarse y que se detuviera para comprobar de dónde provenía.
Aquélla era la segunda vez que optaba por cubrir una distancia considerable valiéndose de su transformación y, aunque resultaba bastante práctico, aún no alcanzaba a gestionar correctamente sus energías. No sabía cuánto tiempo llevaba surcando los cielos, pero el cansancio, aunque leve, había comenzado a hacer mella en él. «Creo que va siendo hora de descansar un poco», se dijo el domador al tiempo que ascendía un poco para tener una mejor visión de los alrededores.
Una inmensidad azul se extendía bajo sus alas y se perdía en el infinito mirase donde mirase, y a primera vista no había ni un minúsculo trozo de tierra en el que pudiera pararse a recuperar fuerzas. No obstante, un diminuto punto en la distancia le advirtió de que era su día de suerte.
-Tiene buena pinta, ¿no? -dijo mientras hacía que el viento soplase con algo más de fuerza desde sus espaldas, incrementando su velocidad.
Cubrió la distancia que le separaba de su improvisado destino en unos minutos, pero lo que encontró al llegar a él no era lo que había esperado. El lugar en el que iba a detenerse se presentó como una yerma extensión de arena azotada por un sol abrasador. Mientras descendía activó su Haki de observación para identificar alguna forma de vida que le indicase que no se encontraba solo en aquel desierto, pero no fue capaz de identificar nada. «Mira que hay lugares, pues he tenido que ir a parar a... esto», pensó mientras se posaba sobre la caliente arena y esperaba a que Tib y César bajasen de su espalda para, justo después, recuperar su forma humana.
-¿Y ahora qué? -preguntó mientras se giraba hacia los cánidos-. Esperamos un poco y nos vamos, ¿no? No debería haber parado... a fin de cuentas no estoy tan cansado -añadió al tiempo que giraba sobre sí mismo en busca de algo, cualquier cosa-. Bueno, ya que estamos aquí vamos a aprovecharlo. A saber cuándo podremos encontrar otro lugar en el que detenernos de camino a Sabaody.
Un aullido de comprensión salió de lo más profundo del joven Muryn, que se sentó en la arena junto a su amo. Climas sofocantes como aquél no eran del gusto de Tib, pero sabía discernir cuándo debía reprimir sus quejas y obedecer. En cambio, César no era tan comprensivo y su primer gesto fue un bufido de enfado.
-No haces nada bien, inútil -comentó la voz mecánica que salía del collar que llevaba al cuello.
-No sé quién me mandaría ponerte eso. Con lo pesado que eras cuando sólo podías bufar y gruñir... y voy yo y te permito hablar -contestó el espadachín.
La discusión se prolongó durante unos minutos, hasta que una extraña mancha en el horizonte atrajo la atención de Therax. El rubio pasó a ignorar por completo al viejo lobo y se irguió para contemplar aquello que se aproximaba.
-Creo que ya he descansado bastante -dijo el rubio en voz baja, más para sí mismo que para sus mascotas-. ¡Nos vamos! -Sin embargo, una presencia en las cercanías provocó que ni siquiera llegara a transformarse y que se detuviera para comprobar de dónde provenía.
Heaten
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-Agh. Calor, calor... ¡Y MÁS CALOR! ¿Acaso no podía Kuro elegir otro lugar para el encuentro que esta estúpida isla?- Las quejas resonaban de un lugar en el inmenso vacío de la isla que no era más que un montón de arena. ¿La procedencia de dicho sonido? La garganta de Heaten, aunque aquella no era su voz, si no la de Noise. Sus gritos eran inconfundibles. O los sería si hubiese alguien que la conociese, pero solo estaban ella y Echo en aquel lugar. Su "gemela" suspiró. Llevaban media hora en aquel lugar, desde que su barco se detuviese. Bueno, el barco que la marina le había proporcionado por motivos que ni ellos comprendían, pero tampoco se molestaron en comprobar.
-Imagino que tendría que hablar con nosotras de algo... importante... Aunque conociéndonos debería haber pensado en un lugar menos...- Trató de defender Echo al azabache, auqnue admitía que ella tampoco se sentía muy cómoda con esta situación. Además, para protegerse del calor habían tenido que taparse hasta las orejas. y eso, dificultaba el moverse por la arena. -¿Asfisiante? ¿Falto de sombra? ¿¡CALUROSO!? Pareciera que estamos en un condenado horno.- volvió a bramar la pelimorada. Echo asintió. -Y encima no está en ningún lado.- Añadió, usando su mano de visera para mirar, entrecerrando los ojos, hacia la lejanía. Buscando divisar algo. -¿Se habrá olvidado de nuestra "cita"?-
-Dudo que sea eso... No sería propio de Kuro.- Contestó Echo, activando su mantra para tratar de encontrar a alguien o algo. Logrando discernir varias presencias. Un par de animales y un humano. Este no le resultaba conocido. Aunque quizás fuese un enviado de su "tutor", así que consideró que sería buena idea acercarse a ver...Si no fuese porque sus instintos le decían que mejor esperaba a que llegasen ellos. La polvareda a su espalda también se lo decía.
-¿Y si no le ha enviado Kuro?-
-Entonces nos divertiremos.-
-Imagino que tendría que hablar con nosotras de algo... importante... Aunque conociéndonos debería haber pensado en un lugar menos...- Trató de defender Echo al azabache, auqnue admitía que ella tampoco se sentía muy cómoda con esta situación. Además, para protegerse del calor habían tenido que taparse hasta las orejas. y eso, dificultaba el moverse por la arena. -¿Asfisiante? ¿Falto de sombra? ¿¡CALUROSO!? Pareciera que estamos en un condenado horno.- volvió a bramar la pelimorada. Echo asintió. -Y encima no está en ningún lado.- Añadió, usando su mano de visera para mirar, entrecerrando los ojos, hacia la lejanía. Buscando divisar algo. -¿Se habrá olvidado de nuestra "cita"?-
-Dudo que sea eso... No sería propio de Kuro.- Contestó Echo, activando su mantra para tratar de encontrar a alguien o algo. Logrando discernir varias presencias. Un par de animales y un humano. Este no le resultaba conocido. Aunque quizás fuese un enviado de su "tutor", así que consideró que sería buena idea acercarse a ver...Si no fuese porque sus instintos le decían que mejor esperaba a que llegasen ellos. La polvareda a su espalda también se lo decía.
-¿Y si no le ha enviado Kuro?-
-Entonces nos divertiremos.-
-¿Deberíamos ir a comprobar quién es? Tal vez pueda decirnos algo acerca de este lugar. Nos vendría bien comprar algo de comer -comentó el domador en voz alta.
-¿No es obvio que no? -replicó la voz mecánica que emanaba del collar de César. Lo más probable era que el cánido tuviera razón, que lo mejor fuera alejarse de allí y continuar rumbo a Sabaody. ¿Quién sabía? Tal vez algún miembro de la tripulación hubiese llegado ya y, por mucho que le costase admitirlo de cara al exterior, la nostalgia hacía que tuviese ganas de volver a verles.
Sin embargo, movido en parte por la curiosidad y en parte por un insaciable deseo de contrariar al viejo lobo, optó por no abandonar el lugar. En su lugar, se dirigió hacia la presencia que había detectado. Tuvo que avanzar durante varios minutos, y la cortina de arena que comenzaba a cubrir la zona le impedía ver a la distancia que podría en condiciones normales.
No obstante, alcanzó a distinguir una figura no demasiado lejos de él. Therax se detuvo con Tib y César a sus espaldas, que chocaron contra la parte posterior de las piernas de su dueño.
-Buenas... No sé, buenas -dijo, dándose cuenta de que no tenía ni la menor idea de qué hora era-. ¿Sabes si por aquí hay algún lugar en el que poder conseguir algo de comer? Me queda mucho viaje por delante y éste tiene hambre -añadió al tiempo que movía el pie en dirección a César.
-¿No es obvio que no? -replicó la voz mecánica que emanaba del collar de César. Lo más probable era que el cánido tuviera razón, que lo mejor fuera alejarse de allí y continuar rumbo a Sabaody. ¿Quién sabía? Tal vez algún miembro de la tripulación hubiese llegado ya y, por mucho que le costase admitirlo de cara al exterior, la nostalgia hacía que tuviese ganas de volver a verles.
Sin embargo, movido en parte por la curiosidad y en parte por un insaciable deseo de contrariar al viejo lobo, optó por no abandonar el lugar. En su lugar, se dirigió hacia la presencia que había detectado. Tuvo que avanzar durante varios minutos, y la cortina de arena que comenzaba a cubrir la zona le impedía ver a la distancia que podría en condiciones normales.
No obstante, alcanzó a distinguir una figura no demasiado lejos de él. Therax se detuvo con Tib y César a sus espaldas, que chocaron contra la parte posterior de las piernas de su dueño.
-Buenas... No sé, buenas -dijo, dándose cuenta de que no tenía ni la menor idea de qué hora era-. ¿Sabes si por aquí hay algún lugar en el que poder conseguir algo de comer? Me queda mucho viaje por delante y éste tiene hambre -añadió al tiempo que movía el pie en dirección a César.
Heaten
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-No es Kuro. No. Es. Kuro. Y tampoco parece un conocido suyo.- Se quejó Noise. Y Eco, a pesar de entender que la gente podía llegar tarde, la secundó, algo molesta. Si estuviesen en un lugar agradable aún le daría igual... Bueno, no. Pero el calor solo empeoraba las cosas. Hasta la calma de Heaten se había enfurecido. Por suerte, aquella persona le serviría para calmar sus ánimos.
-Noise, ¿te apetece que nos divirtamos un poco?- Preguntó, deteniéndose en seco mientras esperaba a que el chico se acercaba. Una sonrisa se dibujó en el rostro de la pelimorada, bien oculto bajo su capucha. Sería una buena forma de matar el tiempo. Hacía demasiado que no peleaban... O al menos esperaba que aquello se volviese una pelea. La chica fijó sus ojos de tono lila en el rubio cuando se puso a su altura y después en los chuchos. Estos llamaron levemente la atención a Eco. "Imagino que de aquí sacaron el diseño de la cara de Nepu". Pensó, antes de activar ambos hakis al tiempo que negaba con la cabeza levemente. Volvió a centrarse en el rostro del chico. Le sonaba... Eco se puso a repasar carteles de "se busca" de la marina. -Así que un pirata...- Murmuró. Eso le daba permiso para actuar en nombre de su cargo. Aunque tampoco es que importase mucho estando en una isla desierta.
No quiso darle tiempo a reaccionar, así que, nada más murmurar esas palabras, la chica se apartó, dando un salto hacia atrás al tiempo que generaba cristales de corindón. Estos, además de ser transparentes y afilados, simulando cuchillas de cristal, estaban reforzados con su haki de armadura. -Temo que no puedo dejarte marchar... Sería una falta de respeto al uniforme de la marina.- Dijo aunque su tono no sonaba serio, mientras estos caían desde el sitio en el que había acabado, subida en una plataforma del mismo material. Realmente esa era solo una buena escusa. Pero lo fuera o no, había verdad en el hecho de ser una marine o eso indicaba la sudadera que llevaba bajo la túnica, la cual había desechado tras hacerse girones a causa de los cristales.
Ahora, el rubio se encontraba frente a una joven de cabellos morados, recogidos en trenza, que vestía unos pantalones cortos y una chaqueta abierta. Bajo esta, la parte de arriba de un bikini negro. y Una curiosa espada a su espalda, la cual no tardó en agarrar por la empuñadura y desenfundar. -Tu decides si oponer resistencia o... bueno, a decir verdad sería aburrido que te entregaras sin más.- En ese momento, era Noise la que hablaba, apuntando con Nepgear al contrario.
-Noise, ¿te apetece que nos divirtamos un poco?- Preguntó, deteniéndose en seco mientras esperaba a que el chico se acercaba. Una sonrisa se dibujó en el rostro de la pelimorada, bien oculto bajo su capucha. Sería una buena forma de matar el tiempo. Hacía demasiado que no peleaban... O al menos esperaba que aquello se volviese una pelea. La chica fijó sus ojos de tono lila en el rubio cuando se puso a su altura y después en los chuchos. Estos llamaron levemente la atención a Eco. "Imagino que de aquí sacaron el diseño de la cara de Nepu". Pensó, antes de activar ambos hakis al tiempo que negaba con la cabeza levemente. Volvió a centrarse en el rostro del chico. Le sonaba... Eco se puso a repasar carteles de "se busca" de la marina. -Así que un pirata...- Murmuró. Eso le daba permiso para actuar en nombre de su cargo. Aunque tampoco es que importase mucho estando en una isla desierta.
No quiso darle tiempo a reaccionar, así que, nada más murmurar esas palabras, la chica se apartó, dando un salto hacia atrás al tiempo que generaba cristales de corindón. Estos, además de ser transparentes y afilados, simulando cuchillas de cristal, estaban reforzados con su haki de armadura. -Temo que no puedo dejarte marchar... Sería una falta de respeto al uniforme de la marina.- Dijo aunque su tono no sonaba serio, mientras estos caían desde el sitio en el que había acabado, subida en una plataforma del mismo material. Realmente esa era solo una buena escusa. Pero lo fuera o no, había verdad en el hecho de ser una marine o eso indicaba la sudadera que llevaba bajo la túnica, la cual había desechado tras hacerse girones a causa de los cristales.
Ahora, el rubio se encontraba frente a una joven de cabellos morados, recogidos en trenza, que vestía unos pantalones cortos y una chaqueta abierta. Bajo esta, la parte de arriba de un bikini negro. y Una curiosa espada a su espalda, la cual no tardó en agarrar por la empuñadura y desenfundar. -Tu decides si oponer resistencia o... bueno, a decir verdad sería aburrido que te entregaras sin más.- En ese momento, era Noise la que hablaba, apuntando con Nepgear al contrario.
- Spoiler:
- Kenbunshoku Haki Nivel 2
Busoushoku Haki Nivel 1
Akuma:Nivel 40: Puede manejar el corindón a 90 metros, y generar hasta 100.000 litros.
La chica no respondía, y aquello era algo que al rubio no le gustaba lo más mínimo. En consecuencia, por puro instinto centró su Haki de observación en ella. Entonces murmuró algo inaudible para Therax y, justo después, dio un salto hacia atrás. «Con que marine, ¿eh? Mira que había gente con la que podría encontrarme, pues tengo que ir a dar con ella... estupendo», se quejó en su fuero interno mientras veía cómo se quedaba en el aire, encaramada a una plataforma, y cómo le lanzaba unos fragmentos de algo... probablemente lo mismo que componía su soporte.
El espadachín no se lo pensó, de manera que adoptó su forma híbrida y se impulsó hacia atrás, aleteando varias veces para alejarse del peligro. Los fragmentos de aquella cosa fueron a clavarse allí donde se encontraba él hasta hacía unos instantes. Si quería enfrentarse a él en las alturas, así sería. Con esa idea en mente, desplegó sus alas y se elevó, quedando a una altura similar a la de la marine. La chica le apuntaba con una espada, conminándole a que se entregara -aunque parecía preferir que no lo hiciera-. Therax no pudo evitar sonreír.
-Creo que prefiero oponer resistencia -comentó, sin dejar de procesar la información que tenía por el momento. Todo apuntaba a que, al igual que él, era usuaria de Akuma no Mi. Él ya había mostrado una parte de los poderes que le confería la suya, y no sabía con seguridad qué clase de fruta había consumido su oponente. «Debería ponerla a prueba», se dijo al tiempo que desenvainaba a Byakko y a Yuki-onna.
Desde donde se encontraba, y sin decir nada más, realizó sendos cortes al aire. De la trayectoria trazada surgieron dos ondas cortantes dirigidas hacia la marine, una de las cuales -la lanzada con Yuki-onna- iba imbuida en energía helada. No era el más elaborado de los movimientos, pero tal vez pudiese realizar una evaluación algo más precisa de las habilidades de su oponente. Del mismo modo, se aseguró de que su Haki de observación se mantuviese fijo en la presencia de la chica que había ante él.
«Ya se podría haber presentado al menos», pensó por un instante.
Al mismo tiempo, conscientes de que su amo quería librar aquel combate por su cuenta, Tib y César se dispusieron a alejarse de la zona donde se desarrollaría el enfrentamiento.
El espadachín no se lo pensó, de manera que adoptó su forma híbrida y se impulsó hacia atrás, aleteando varias veces para alejarse del peligro. Los fragmentos de aquella cosa fueron a clavarse allí donde se encontraba él hasta hacía unos instantes. Si quería enfrentarse a él en las alturas, así sería. Con esa idea en mente, desplegó sus alas y se elevó, quedando a una altura similar a la de la marine. La chica le apuntaba con una espada, conminándole a que se entregara -aunque parecía preferir que no lo hiciera-. Therax no pudo evitar sonreír.
-Creo que prefiero oponer resistencia -comentó, sin dejar de procesar la información que tenía por el momento. Todo apuntaba a que, al igual que él, era usuaria de Akuma no Mi. Él ya había mostrado una parte de los poderes que le confería la suya, y no sabía con seguridad qué clase de fruta había consumido su oponente. «Debería ponerla a prueba», se dijo al tiempo que desenvainaba a Byakko y a Yuki-onna.
Desde donde se encontraba, y sin decir nada más, realizó sendos cortes al aire. De la trayectoria trazada surgieron dos ondas cortantes dirigidas hacia la marine, una de las cuales -la lanzada con Yuki-onna- iba imbuida en energía helada. No era el más elaborado de los movimientos, pero tal vez pudiese realizar una evaluación algo más precisa de las habilidades de su oponente. Del mismo modo, se aseguró de que su Haki de observación se mantuviese fijo en la presencia de la chica que había ante él.
«Ya se podría haber presentado al menos», pensó por un instante.
Al mismo tiempo, conscientes de que su amo quería librar aquel combate por su cuenta, Tib y César se dispusieron a alejarse de la zona donde se desarrollaría el enfrentamiento.
- Algunos datos:
- Pongo todo lo pasivo que creo que se puede aplicar y así es más fácil de aquí en adelante.
- Haki de observación: Desarrollado.
- Haki de armadura: Entrenado.
- Stats a nivel 40: Nivel 40: reflejos (x30), velocidad (x30) y resistencia (x30). La mitad por ser forma híbrida.
- Armas:
Yuki-onna: permite que todas las ondas cortantes que Therax lance estén imbuidas de energía en forma de hielo sin mayor esfuerzo que si fuese una onda cortante normal. O Wazamono.
Byakko: el viento que esta katana desplaza al realizar un corte avanza en la misma dirección que ella, provocando unos pequeños cortes superficiales en caso de alcanzar tejido blando. En caso de que impacte contra un objeto, este vibra un poco a consecuencia del impacto del aire que arrastra. O Wazamono. - Otros PU físicos: Poder de destrucción x4 (+300%) // Resistencia x4 (+300%) // Reflejos x2 (+100%) // Velocidad x3 (+200%) // Agilidad x4 (+300%)
- Otros PU en general:
Alma glacial: las técnicas de hielo de Therax son un 50% más potentes por su afinidad hacia el mismo. En consecuencia, no podrá pedir técnicas de ámbito de fuego caliente.
Espada y escudo: Therax es capaz de emplear el mango de sus espadas con eficacia. Puede hacerlo tanto ofensiva como defensivamente cuando sea necesario o lo estime oportuno.
- Haki de observación: Desarrollado.
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