Hachiro Vs Abel

Una espesa selva en medio de una sala. Desde luego los científicos del Gobierno eran excepcionales... bueno, no era tan extraño teniendo en cuenta que una organización mundial podía conseguir a algunos de los cerebros más brillantes. Y mejor pensado, aquello no era más que un invernadero gigante. Se alegró de estar en un entorno como aquel. Sus habilidades para pasar desapercibido serían inestimables, y podría explotarlas para ataques fugaces y luego desaparecer rápidamente en la espesura. Eso, en combinación con su radar, sería capaz de plantar una dura batalla. Lo único malo aunque era lógico era que tendría que contenerse y evitar golpes mortales. Sin embargo estaban allí para demostrar su habilidad y si habían sido escogidos era porque habían destacados, así que nadie le diría nada si era contundente al atacar. Además su rival era Abel, el joven recluta marine que les había acompañado en la misión fallida... su ineptitud había sido una carga y prácticamente lo habían hecho todo él y Danio. Estaba enfadado consigo mismo por haber fallado en su cometido, pero también con él y Kimura por haber aportado entre nada y menos. Por suerte los encargados de evaluarles habían considerado el informe entregado por él y el Vicealmirante suficiente como para dotarles de dos puntos.

- Una victoria... es todo lo que necesito - murmuró para sí en un tono inaudible.

Sin embargo no era lo que quería. Tenía que demostrar sus aptitudes y destacar todo lo posible si quería ganarse un ascenso, y para eso vencería a Abel y a todos los rivales que le pusieran delante. Hazlo lo mejor posible siempre, esa era su máxima. Si lo iba a intentar no iba a quedarse a medias. Y si de paso podía desquitarse un poco por su anterior fracaso con uno de los responsables (aunque parcial), mejor incluso. Valoró sus opciones mientras caminaba silenciosamente entre la vegetación, moviéndose con cuidado y prestando atención a su entorno para evitar pisar alguna rama caída o algo que hiciera ruido. Emitiendo un pulso de energía con su pie, escaneó la zona cercana mientras avanzaba, percibiendo al cabo de unos minutos lo que buscaba: dos figuras. Una más pequeña que debía ser la mascota de Abel y otra que era el propio marine. O eso suponía; nadie más debía estar allí. Se aproximó acechándolos desde detrás de un árbol. No veía a la comadreja o lo que diablos fuera, pero había percibido que no estaba lejos que él. El joven avanzaba cuidadosamente y murmuraba algo. ¿Hablaba con el animal? Fuese como fuese y desconociendo las habilidades de su rival, sería mejor aprovechar el factor sorpresa antes de darle tiempo a localizarle. Pero tampoco podía descuidarse y atacar a ciegas; debería ser cauteloso. La distancia sería su aliada.

- ¡Rankyaku! - exclamó, para acto seguido añadir - ¡Soru!

Lanzó una patada al árbol, cortándolo tranversalmente con una enorme onda verde que salió disparada hacia Abel a través de la vegetación, cortándola a su paso. Acto seguido se movió velozmente entre los árboles alejándose del punto del primer ataque, tras lo cual comenzó a alejarse de nuevo en silencio. Mientras atacaba un brillo verde recorrió los ojos de Hachiro al activar su Jōkyūsei, listo para analizar los movimientos de Abel y buscar fallos en su defensa y patrones en su forma de moverse. Sin alejarse demasiado de la zona, acechó desde detrás de otro árbol en otra posición mientras usando nuevamente su radar buscaba a sus enemigos, para evitarse acabar siendo él el emboscado. Su estrategia de combate dependería a partir de ahora de la reacción de su enemigo y de las habilidades que demostrara.

Resumen y cosas usadas:

Su radar percibió un movimiento hacia él, aunque realmente no le había hecho falta. Podía escucharle perfectamente avanzar hacia él y podía verle entre la maleza: le había detectado ya. ¿Su mascota? Era muy probable que lo hubiera rastreado. "No merece la pena insistir en una estrategia que ya ha fallado." Salió de entre los árboles con una mirada desafiante y una sonrisa confiada. Cada movimiento que Abel realizaba le decía algo más sobre él; sobre qué pierna solía apoyar su peso, su mano dominante... analizó todo lo que veía y unió toda esa información en su mente, haciéndose una idea de cómo lidiar con él. Su Jōkyūsei estaba completo. De repente una figura espectral se hizo visible a la espalda del marine, al tiempo que un aura azulada comenzaba a emanar de sus katanas. La sonrisa del agente se amplió. Si empezaba ya a mostrarle sus habilidades, aquella batalla duraría bastante poco.

- Buen trabajo, Abel-chan. Veo que una pequeña onda no es problema para ti. ¿Debería ponerme algo más serio? - dijo en un tono efusivo y condescendiente.

Su rival hizo de repente un movimiento tan extraño como ridículo, envainando y desenvainando una de sus katanas. Dejó de parecerle cómico cuando un insoportable pitido le ensordeció. Con un gruñido de dolor, se llevó las manos a la cabeza y se tambaleó, cayendo de rodillas. Una gota de sangre salió de su oído izquierdo, cayendo por su lóbulo y goteando en la camisa. Mareado, alcanzó a ver a Abel y a su extraña mascota abalanzándose sobre él con sus armas y supo que en ese estado no sería capaz de esquivar. Al momento sintió furia. Furia porque aquel novato hubiese logrado pillarle con la guardia baja. Furia porque no quería desgastarse en un combate como aquel. Porque le fuese obligar a subir un poco el ritmo si no quería salir mal parado. Y toda aquella rabia y su voluntad se materializaron en una capa negra que recubrió sus antebrazos. Alzó ambos brazos mientras tensaba todos sus músculos, haciendo que adoptaran la resistencia y dureza del hierro.

- ¡Tekkai kenpo!

Hubo un sonido metálico cuando las armas chocaron contra sus extremidades. Sin embargo ninguna logró penetrar la sólida barrera que había formado combinando su tekkai y el haki de armadura, y acto seguido Hachiro hizo un violento movimiento apartándolas de sí. Sin embargo notó igualmente dolor en su brazo izquierdo, donde las espadas de Abel le habían tocado. Una fría capa de escarcha le recubría parte de la zona, entorpeciendo sus movimientos y entumeciéndole la extremidad. Lejos de preocuparse, mostró una media sonrisa. Ahora conocía más de sus técnicas... y pensaba emplearlas contra él. Empleando sus Main Slots 2 y 3 registró la técnica sonora y la del hielo. La sonora tenía su utilidad, pero la de hielo era la clase de poder de usar y tirar que borraría del Slot en cuanto encontrara una mejor. Por su parte Abel trató de huir, pero no le iba a dejar, por supuesto que no. Sintiendo que estaba algo mejor, salió inmediatamente tras él con un veloz movimiento, recortando distancias rápidamente.

- Soru.

Mientras se movía hacia él levantó el puño derecho extendiendo el índice como si fuera señalarle. Una sonrisa sádica se dibujó en el rostro de Hachiro mientras, aprovechando la falta de protección de su armadura en las piernas, lanzarle dos golpes con el dedo por la espalda, uno a cada pierna. Su mano se movió tan rápido que pareció convertirse en un borrón, y si lograba alcanzarle le perforaría ambas. Su intención era hacerle perder movilidad para sentenciar ese combate cuanto antes. Visto que tenía trucos peligrosos, pero dado que no podía ir con golpes mortales y arriesgarse a ser descalificado, lo mejor sería lesionarle las piernas para no pudiera correr. Si lo hacía bien tal vez ni caminar, lo que era su intención y resultaría en su victoria.

- Shigan.

Tras lanzar el golpe retrocedió con otro soru, atento al posible contraataque de su rival o su mascota. Esbozó una mueca de dolor al notar dolor en el brazo izquierdo, que por el subidón de adrenalina había ignorado. Debía tener una quemadura por frío donde se le había formado la escarcha. Sin embargo en aquel momento le parecía más urgente derrotar a su enemigo a quitarse aquella cosa; ya tendría tiempo una vez acabaran.

- Si te rindes esto sería más fácil para ambos. Los agentes del Cipher Pol hemos sido entrenado en el arte de las Seis Formas. Somos a todos los efectos súper humanos. Tus trucos de espada no funcionarán conmigo, yo mismo soy un espadachín... y no he tenido que desenvainar aún siquiera.

Le dirigió una mirada seria, esperando a su respuesta pero en guardia. No se fiaba de que no fuese a intentar hacerle alguna jugada. Sin embargo aún confiaba en que tuviera el buen juicio de retirarse antes de que tuviese de hacerle una herida de verdad. Quería ganarle como venganza por haberle fastidiado la misión; no enviarlo al hospital. Y si podía evitarse más trucos como los de antes o desgastarse más antes de los otros combates, mejor.

- Aún tienes dos combates más. Si pierdes aquí pero ganas los otros dos, aún puedes pasar de ronda. Sé inteligente y no te desgastes en una lucha que no vas a ganar.

Resumen y técnicas:

Su índice goteaba la sangre de su enemigo. Había logrado impactar de lleno sus golpes tal y como había esperado. Al fin y al cabo, él había sido entrenado por maestros del rokushiki y aquel joven era sólo un recluta. Casi hasta se compadeció de él, preguntándose quién era el inepto que había mandado a alguien que estaba aún tan verde a una competición tan importante. Cierto era que poseía unas cuantas técnicas interesantes y había sido lo bastante hábil como para desviar un rankyaku, pero en aquella competición se buscaba sólo a los mejores. No podían flaquear porque les hubiese tocado un oponente débil, simplemente las cosas debían seguir su curso. Era necesario separar el trigo de la paja y esta vez era él al que le había tocado esa ingrata tarea. Se frotó el brazo escarchado intentando quitarse aquella cosa de la piel y hacer entrar su extremidad en calor, observando con desconfianza a Abel. ¿Por qué no reaccionaba ni decía nada? ¿Se había quedado paralizado de dolor? ¿O esperaba a que bajara la guardia?

- ¿No vas a contestar?

La verdad es que tras esos golpes consideraba que su deuda estaba saldada y que ya le había devuelto el "favor" por lo ocurrido durante la misión. Tal vez incluso hubiese sido dejarse llevar un poco por la frustración considerar que le debiera nada, al fin y al cabo cada vez tenía más claro que Abel era un recluta con potencial pero que de momento era demasiado inexperto. No era su culpa carecer de la experiencia necesaria. Se terminó de quitar la escarcha gracias al calor del ambiente y emitió un sonido de sorpresa y dolor al ver la quemadura bajo esta. Tampoco es que fuera algo serio, pero era grande y dolorosa. Tocando la herida con su mano derecha se concentró mientras una luz verde emanaba de esta y su piel comenzaba a sanar lentamente, mientras un calor reparador se extendía por su extremidad haciéndole recuperar la movilidad perdida. Abrió y cerró la mano izquierda comprobando que ya podía volver a usar perfectamente aquel brazo. Su técnica "Renovate" era desde luego una maravilla.

- Supongo que no vas a rendirte... que no se diga que no lo he intentado.

Suspiró y posó la mano sobre una de sus espadas cortas, sin desenvainarla aún. Recordó el movimiento exacto que había hecho Abel y se centró en sus poderes, preparado para emularle. Rápidamente desenvainó, volvió a enfundar y nuevamente sacó la espada, en una veloz sucesión. Su arma emitió un desagradable chirrido mientras la onda de sonido se dirigía al marine.

- Main Slot Two: Sonic Burst.

Dado que desconocía el nombre de la técnica se lo había inventado sobre la marcha. ¿Por qué decir los nombres de los ataques al momento de realizarlos? La pregunta real era, ¿por qué no? Sonaba extremadamente molón. Volvió a centrarse en su memoria mientras activaba su akuma de nuevo, y un aura azulada envolvió su arma. Concentró su voluntad en el acero, y este se volvió de color negro. Imitando los movimientos del espadachín, decidió perfeccionar el ataque había realizado contra él haciendo una pasada por su derecha con un soru mientras le lanzaba el corte al costado.

- Main Slot Three: Ice Sword.

Se detuvo unos metros tras él, con la hoja emitiendo un vaho helado. Giró la cabeza con una mirada entre furiosa y determinada, mientras envainaba y el aura se desvanecía.

- Te lo advertí. Te dije que te rindieras; he visto tus capacidades y sé que no soy un rival al que puedas vencer.

Aquel era su modo de luchar: estudiar la forma de combatir del enemigo, adaptarse a él para exprimir al máximo sus habilidades y copiar sus mismas técnicas perfeccionando sus tácticas. Así minaba su moral y determinación al tiempo que sacaba ventaja en el combate. Salvo por gente particularmente astuta o hábil o ciertos usuarios de akuma, la gente a su nivel físico estaba en desventaja contra él. Y ese era el caso de Abel, que evidentemente en cuanto a agilidad, reflejos o fuerza no tenía mucho que enviarle, por no decir nada. Sin embargo en igualdad de condiciones, él tenía en realidad la ventaja.

Resumen y cosas usadas: