Jack Vs Nocturne

-Área de 20 metros de radio.

- Zona de agua. Hay varias plataformas no muy grandes para apoyarse, rodeadas con agua que puede llegar hasta la cintura o hasta el cuello, según la altura.

-Empieza Jack.

De nuevo a la isla donde se formó la brigada, donde estábamos tres ilusos reclutas, un chico con una gran espada, un enano pelirrojo y un alocado tipo de azúcar con pinta de pirata, y su líder, un capitán de la marina tocando el violín en medio de la plaza pidiendo una limosna. Habían sido otros tiempos, podría decir que todos habíamos cambiado desde entonces, y solo diría la verdad en parte, pues tras todos estos años seguíamos actuando de la misma forma, y además se nos habían unido más sujetos con sus rarezas. “Aquello sí que eran tiempos divertidos” dije mirando el gran edificio.

Allí mismo nos pusieron un par de enormes pantallas, en la que estaba encendida se podía ver el nombre de todos los que participábamos en aquel evento organizado por la marina y Gobierno. Según parecía nos habían calificado las misiones de forma individual, en mi caso tenía un dos, no sabía cuál era el máximo, pero me sentía bien pues el objetivo de esta estaba cumplido. Luego la otra pantalla se encendió y nos dio a conocer unos enfrentamientos, supuse que sería la siguiente evaluación del evento.

Mi oponente sería Nocturne, no conocía nada de él, pero si lo habían llamado a filas seguro que era por algo, no podía distraerme y ciertamente aún no había combatido desde mi regreso a Marine Ford tras dos años ayudando a Luthien a acabar con la guerra de una isla. Nos llevaron hasta una habitación enorme. Su suelo eran unas simples plataformas sobre una piscina de agua.

-Chicos, se os ha roto una tubería, ¿queréis que la arregle o algo? – dije justo cuando cerraban la sala. – supondré que sí. – Me giré hacia mi oponente – Buenas, soy Sugar boy, y me han comentado que tenemos que jugar en este patio, ¿no te importa si evito que nos mojemos, verdad?.

No esperé la respuesta del chico, y desde mis pies extendí una capa de unos dos centímetros de grosor hacia todas las paredes, una vez terminé de hacerlo creé detrás de mí un sillón de azúcar bastante cómodo en el que me senté, luego saqué desde un brazo una lanza también de azúcar y la apunté hacia mi oponente.

resumen:

Nocturne, se presentó cuando llegó al área, y, además, me pidió disculpas, parecía saber quién era y además mi rango, no sabía cómo era posible, mi disfraz era perfecto. Quería mostrar a todos y en especial a los rangos superiores, que pesar de su rango como Teniente, demostraría que era meritorio de una buen aumento en la jerarquía. Quizás lo fuese, yo no lo iba a negar, pero, esto no iba por rangos, tan solo buscaban a la élite de los cuerpos.

-Teniente, debo recordarle que esto, no va por rangos, es decir, que no podría enfadarme por el hecho de que me ataque. Esto, como se informó al principio de todo buscan un super hombre, alguien que sea el mejor, una fuerza que iguale el poder contra los múltiples piratas que no hacen más que incrementar su número y no debemos permitir que alguno la prepare como hacen los Yonkous.

Nocturne generó un arco con su mano “Interesante” dije al verlo, de pronto comenzó a apuntarme y generó una flecha del mismo modo que había hecho con el arco, “yyy, aquí viene” dije girándome en el sillón, dejando que la flecha se clavase en el respaldo de este.

-Oye, oye, ten cuidado, que con eso puedes hacer daño. – le dije retomando mi postura. Luego el habló – Por supuesto que irás en serio, y yo debería hacer lo mismo, si no, qué sentido tendría el combate.

Extendí mi mano hacia la lanza e hice que esta avanzase a toda velocidad hacia mi oponente, era una lanza normal de azúcar, sin endurecerla ni nada, simplemente chocaría contra él o la pared y se desharía. Por otra parte, eso era una medida de distracción, ya que mientras atacaba creaba tres monigotes de azúcar.

-Meesseks, - dije hablando con los monigotes que había creado a la vez que activaba el haki de observación. – debemos derrotarlo sin matarlo, y a ser posible sin hacerle demasiado daño.

resumen:

El ataque que había hecho había sido evadido con facilidad por el Teniente. Sin embargo, los monigotes habían salido sin problemas, por otra parte, el Teniente al verlos no pareció extrañarse. Además, me confirmó que sabía de qué trataba esto, terminando su comentario diciendo que, si era un cuatro para uno, lo veía correcto.

-¿Cuatro para uno? – pregunté fingiendo estar extrañado - ¡ah! Lo dices por ellos, no, no, solo están para evitar que nos matemos. Son como los de seguridad por así decirlo.

De la mano comencé a sacar un montón de pequeñas dagas, cerca de un centenar, cuyo aspecto era como el de las escamas de la piel de tiburón, dándoles además un tono de color negro, todas quedaron flotando en el aire y como era costumbre ya las endurecí y aumenté su tenacidad para poner las cosas en serio. Miré a mi oponente y pude ver como este me lanzaba otra flecha los monigotes, se separaron de ella para evitar que no les diese, como todo el mundo hubiese hecho, por otra parte, a mí me avisó el haki de observación y el sillón los moví para que girase y la flecha pasase de largo, en ese momento, y sin realizar ningún movimiento, moví uno de los monigotes hasta que se colocó detrás de mí. Sonreí a mi oponente como si aquello fuese un juego de niños y de pronto levanté mi mano como si fuese a realizar un ataque, sin embargo, el monigote empujó el sillón haciendo que cayese de morros al suelo.

-¡¿Pero qué demonios te pasa?! – le grité al monigote, quien simplemente levantó los hombros e hizo como que supiese de que hablaba - ¿Acaso no os he enseñado modales como para que me tires al suelo?.

Todo aquello era una treta, había visto con el haki el ataque proveniente hacia mi cabeza y había usado al monigote de forma sutil para esquivarlo. Esperaba que aquello confundiese a mi oponente, pues muy normal no era. Me levanté y me senté en el suelo, desde el que se creó una almohada cuadrada de unos dos metros de lado y una altura de cincuenta centímetros, y dentro de esta, caramelo líquido que la dejaba blandita para estar tumbado en ella. Me tumbé en la almohada y con una mano comencé a mover las dagas como si de un banco de sardinas se tratase. Levanté la otra mano y dividí el grupo en dos mitades, uno vino hacia mí y comenzó a girar alrededor mío, el otro, por otra parte, lo desplacé hacia mi oponente y lo intenté rodear manteniendo todas las dagas quietas a su alrededor y a unos dos metros de distancia, mi intención era su rendición, pero si no lo hacía comenzaría a atacar.

resumen:

El Teniente comenzó a realizar preguntas retoricas al ver que le había rodeado con las dagas, y su respuesta a estas fue clara. Me dejaría jugar con él un rato más. Tras su respuesta comenzó a originarse una gran cantidad de viento que hizo que mis dagas oscilasen y perdiesen la posición en la que estaban, pero siguieron en el aire dando vueltas a favor del viento. “Mira, parece que tiene trucos bajo la manga” dije girándome hacia la puerta por la que había entrado como si hubiese alguien.

Nocturne comenzó a avanzar hacia mí y realizó alguna finta evadiendo a los monigotes, quienes se movieron voluntariamente para evadirlo, mi siguiente jugada por ello fue comenzar a girar a gran velocidad alrededor de mí las dagas que estaban cerca de mí a la vez que las otras las comenzaba a reorganizar. Si mi oponente seguía avanzando hacia mí, se encontraría con una potente defensa que le podría generar cortes bastantes feos. Las dagas que había creado estaban basadas en la piel de un tiburón, la cual de por sí raspaba, si estaba afilada como cuchillas, como era el caso, los cortes al simple contacto estaban asegurados. Si mi intuición no fallaba, Nocturne me intentaría atacar y tendría que pasar por aquella defensa, y no siquiera el viento podría evitar las dagas, la primera vez me había pillado desprevenido, pero ahora era distinto. En caso de que avanzase de todos modos, imbuiría en haki mi cuerpo para evitar en todo lo posible el ataque, usando la habilidad que había adquirido tras mejorarlo tanto.

-Satō no same - lo estaba improvisando, pero estaba seguro de que saldría bien.

No pude por menos al ver a mi oponente acercarse a mí con tanto ímpetu sonreír, no me había movido en todo el combate, sabía dónde estaba, pero ¿y él?, con un simple movimiento de mi mano izquierda con la palma hacia abajo, hice que el azúcar que formaba el suelo cayese al agua, de tal forma que por mi parte quedé en la plataforma sobre la que me encontraba, y si el Teniente seguía avanzando posiblemente cayese al agua. Con rapidez saqué de las manos un par de hilos de azúcar que llevé bajo el agua y ahí creé un escualo con cada hilo, estos eran de metro y medio de largos, y los comencé a mover alrededor de donde se hallaba mi oponente, ya fuese en agua o en plataforma. Y en caso de que se moviese, estaría preparado para que estos saltasen para atacarle.

resumen: