Ichimura Hachiro
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El agente volvió a ajustarse la corbata, algo incómodo. No terminaba de acostumbrarse a su traje aunque los años pasaran, ni creía que lo hiciera algún día. No podía negar que estaba muy elegante con él puesto por otro lado, era más un tema de comodidad que de gustos. Pasó una mano por la americana distraído, mientras leía el manual de instrucciones. Aquel no era un traje cualquiera; era un regalo que Issei le había enviado por su promoción a líder de la división. "Maldito Taiga... en menudo fregado me ha metido." Primero le daba una paliza casi de muerte, luego lo nombraba su segundo y después desaparecía misteriosamente sin dejar rastro. Y ahora se suponía que debía liderar a un grupo del que poco sabía... al menos contaba con aquel regalito y la actualización que los chicos del departamento científico le habían hecho a Kameleon. Tenía aún un rato antes de que los otros dos miembros de la división llegaran, así que podía ir aprovechando para aprender cómo usar el traje.
- Lo primero es sincronizarlo con mi implante...
Abrió la chaqueta y buscó el regulador de frecuencia que salía en el manual. Comenzó a trastear en los botones hasta encontrar la combinación correcta. Lo tuvo que hacer de una manera un poco intuitiva, tratando de enviar órdenes al traje para que cambiase de color. Finalmente encontró la frecuencia que concordaba con la de su dispositivo y la americana pasó del negro al blanco gradualmente. Esbozó una ligera sonrisa de complacencia e hizo que volviera a su aspecto normal, acomodándose en el asiento. El despacho que le habían cedido para la división era espacioso pero sencillo. Constaba de una mesa de juntas rectangular, un armario archivador, una máquina de cafés y un proyector. Frente a él había una carpeta con documentos que le habían cedido para facilitar su trabajo, entre otras cosas las fichas de servicio de los otros dos agentes. Ambos eran interesantes a su manera, y si Taiga los había escogido no le cabía duda de que eran de lo mejor. Le preocupaba un poco que no asumieran el cambio de liderazgo y aceptar por encima suya a alguien de quien no sabían nada. Especialmente en el caso de Thawne, que estaba por encima suya en la jerarquía.
- En menudos líos me metes, sensei. Más te vale volver - musitó para sí mismo, suspirando.
Cogió el informe sobre Nostariel, hojeándolo con curiosidad. Como agente aún no había hecho méritos resaltables, pero lo interesante de ella era su pasado. Había sido cazadora de recompensas en la banda del antiguo Yonkaikyo Kasai y capturado a algunos criminales con recompensas elevadas. Así pues su bajo rango y falta de historial de servicio no era desde luego indicativo de sus habilidades reales. El caso de Thawne era el contrario: un agente de campo hábil que se había probado en bastantes operaciones. Su hoja de servicios era incluso más larga que la suya (lo que por otro lado no debería ser extraño, considerando que había pasado los dos últimos años en Underwater Terminal entrenando). Se preguntó si le molestaría que Taiga lo hubiese escogido antes que a él como su segundo. En todo caso, pasase lo que pasara pretendía actuar tal y como su sensei hubiera querido. Aquella era su gran oportunidad.
- Adelante - indicó cuando escuchó a alguien llamando a la puerta.
- Lo primero es sincronizarlo con mi implante...
Abrió la chaqueta y buscó el regulador de frecuencia que salía en el manual. Comenzó a trastear en los botones hasta encontrar la combinación correcta. Lo tuvo que hacer de una manera un poco intuitiva, tratando de enviar órdenes al traje para que cambiase de color. Finalmente encontró la frecuencia que concordaba con la de su dispositivo y la americana pasó del negro al blanco gradualmente. Esbozó una ligera sonrisa de complacencia e hizo que volviera a su aspecto normal, acomodándose en el asiento. El despacho que le habían cedido para la división era espacioso pero sencillo. Constaba de una mesa de juntas rectangular, un armario archivador, una máquina de cafés y un proyector. Frente a él había una carpeta con documentos que le habían cedido para facilitar su trabajo, entre otras cosas las fichas de servicio de los otros dos agentes. Ambos eran interesantes a su manera, y si Taiga los había escogido no le cabía duda de que eran de lo mejor. Le preocupaba un poco que no asumieran el cambio de liderazgo y aceptar por encima suya a alguien de quien no sabían nada. Especialmente en el caso de Thawne, que estaba por encima suya en la jerarquía.
- En menudos líos me metes, sensei. Más te vale volver - musitó para sí mismo, suspirando.
Cogió el informe sobre Nostariel, hojeándolo con curiosidad. Como agente aún no había hecho méritos resaltables, pero lo interesante de ella era su pasado. Había sido cazadora de recompensas en la banda del antiguo Yonkaikyo Kasai y capturado a algunos criminales con recompensas elevadas. Así pues su bajo rango y falta de historial de servicio no era desde luego indicativo de sus habilidades reales. El caso de Thawne era el contrario: un agente de campo hábil que se había probado en bastantes operaciones. Su hoja de servicios era incluso más larga que la suya (lo que por otro lado no debería ser extraño, considerando que había pasado los dos últimos años en Underwater Terminal entrenando). Se preguntó si le molestaría que Taiga lo hubiese escogido antes que a él como su segundo. En todo caso, pasase lo que pasara pretendía actuar tal y como su sensei hubiera querido. Aquella era su gran oportunidad.
- Adelante - indicó cuando escuchó a alguien llamando a la puerta.
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Caminaba por los pasillos de uno de los edificios principales, buscando el despacho donde debía conocer al resto de Agentes que Taiga había reclutado antes de su desaparición. Era una situación realmente curiosa, la verdad. Una división recién formada cuyos miembros, a excepción del líder, aún no se conocen, y en la que éste último desaparece misteriosamente sin dejar rastro.
Por suerte, aquel a quien el Lobo Blanco había nombrado su segundo al mando había decidido programar una reunión para que, por fin, los integrantes de Sombras del Deber pudiésemos conocernos. A decir verdad, no sabía casi nada sobre los dos compañeros a los que estaba a punto de conocer salvo sus nombres y muy poco más. Según lo que Taiga me había dicho en su momento se trataba de una mujer llamada Nostariel, y de un hombre, Hachiro. Éste último era a quien el desaparecido líder había nombrado su mano derecha. ¿Sería digno de un puesto de tal importancia?
Es inútil negar que estaba realmente intrigado sobre cómo serían mis nuevos compañeros. Al haber sido elegidos por Taiga, de entrada confiaba en su valía, pues el criterio del Lobo me parecía bastante fiable. Por ello, esperaba encontrarme con dos Agentes capaces y con poder suficiente. Sobre todo esperaba mucho, dado su cargo en la division, de Hachiro.
Tampoco podía dejar de pensar en aquellos momentos dónde se habría metido Taiga y qué estaría haciendo. Una desaparición como aquella, sin previo aviso y en mitad de un torneo organizado por el Gobierno Mundial, en el que por cierto Hachiro y yo también habíamos tomado parte. De todo eso hacía ya al menos un par de meses, y entre los altos cargos de la agencia se empezaba a especular con que tal vez el Lobo no fuese a volver.
Finalmente, tras recorrer hasta el final uno de los pasillos más largos que había visto nunca, llegué al despacho al que, al menos en teoría, debía ir. Una vez allí llamé a la puerta y esperé la contestación. Esta no tardó en llegar, pues a los pocos segundos la voz de un hombre me invitó a pasar. Al entrar, me encontré con una enorme mesa rectangular, perfecta para reuniones y asambleas en grupo. Apenas un par de muebles decoraban la sencilla estancia, pero a decir verdad lo prefería así. Las habitaciones muy recargadas nunca me han gustado. Al fondo, de pie y sujetando unos informes había una única persona. Se trataba de un chico con apariencia de tener más o menos mi misma edad, y de similar estatura. Iba vestido con un elegante traje, no demasiado diferente al mío. Pero aquí acababan las similitudes en lo físico, pues el tipo que tenía frente a mí era de tez morena, que contrastaba con la blanca melena que caía hasta sus hombros y con el verde de sus ojos. La verdad era que, al menos a primera vista, tenía el porte y el aspecto de un Agente del Gobierno Mundial.
Mientras avanzaba, le miré directamente a los ojos, tratando de averiguar qué clase de persona tenía ante mí. Cuando llegué hacia él, le tendí la mano mientras esbozaba una media sonrisa y decía:
- Buenos días. Supongo que eres Hachiro, el segundo al mando del que Taiga me habló. Mi nombre, como creo que imaginarás,
es Thawne. Me alegro de conocerte por fin.
Si me estrechaba la mano, apretaría con la fuerza justa para que mi interlocutor lo interpretase como una señal de educación y de respeto de un compañero a otro. Sin embargo, no aplicaría demasiada, ya que no quería parecer desafiante y predisponer a mi nuevo compañero en mi contra desde un primer momento. No tenía intención alguna de minar su autoridad como mano derecha de Taiga, siempre y cuando, claro está, que no demostrase ser indigno de dicho puesto.
Por suerte, aquel a quien el Lobo Blanco había nombrado su segundo al mando había decidido programar una reunión para que, por fin, los integrantes de Sombras del Deber pudiésemos conocernos. A decir verdad, no sabía casi nada sobre los dos compañeros a los que estaba a punto de conocer salvo sus nombres y muy poco más. Según lo que Taiga me había dicho en su momento se trataba de una mujer llamada Nostariel, y de un hombre, Hachiro. Éste último era a quien el desaparecido líder había nombrado su mano derecha. ¿Sería digno de un puesto de tal importancia?
Es inútil negar que estaba realmente intrigado sobre cómo serían mis nuevos compañeros. Al haber sido elegidos por Taiga, de entrada confiaba en su valía, pues el criterio del Lobo me parecía bastante fiable. Por ello, esperaba encontrarme con dos Agentes capaces y con poder suficiente. Sobre todo esperaba mucho, dado su cargo en la division, de Hachiro.
Tampoco podía dejar de pensar en aquellos momentos dónde se habría metido Taiga y qué estaría haciendo. Una desaparición como aquella, sin previo aviso y en mitad de un torneo organizado por el Gobierno Mundial, en el que por cierto Hachiro y yo también habíamos tomado parte. De todo eso hacía ya al menos un par de meses, y entre los altos cargos de la agencia se empezaba a especular con que tal vez el Lobo no fuese a volver.
Finalmente, tras recorrer hasta el final uno de los pasillos más largos que había visto nunca, llegué al despacho al que, al menos en teoría, debía ir. Una vez allí llamé a la puerta y esperé la contestación. Esta no tardó en llegar, pues a los pocos segundos la voz de un hombre me invitó a pasar. Al entrar, me encontré con una enorme mesa rectangular, perfecta para reuniones y asambleas en grupo. Apenas un par de muebles decoraban la sencilla estancia, pero a decir verdad lo prefería así. Las habitaciones muy recargadas nunca me han gustado. Al fondo, de pie y sujetando unos informes había una única persona. Se trataba de un chico con apariencia de tener más o menos mi misma edad, y de similar estatura. Iba vestido con un elegante traje, no demasiado diferente al mío. Pero aquí acababan las similitudes en lo físico, pues el tipo que tenía frente a mí era de tez morena, que contrastaba con la blanca melena que caía hasta sus hombros y con el verde de sus ojos. La verdad era que, al menos a primera vista, tenía el porte y el aspecto de un Agente del Gobierno Mundial.
Mientras avanzaba, le miré directamente a los ojos, tratando de averiguar qué clase de persona tenía ante mí. Cuando llegué hacia él, le tendí la mano mientras esbozaba una media sonrisa y decía:
- Buenos días. Supongo que eres Hachiro, el segundo al mando del que Taiga me habló. Mi nombre, como creo que imaginarás,
es Thawne. Me alegro de conocerte por fin.
Si me estrechaba la mano, apretaría con la fuerza justa para que mi interlocutor lo interpretase como una señal de educación y de respeto de un compañero a otro. Sin embargo, no aplicaría demasiada, ya que no quería parecer desafiante y predisponer a mi nuevo compañero en mi contra desde un primer momento. No tenía intención alguna de minar su autoridad como mano derecha de Taiga, siempre y cuando, claro está, que no demostrase ser indigno de dicho puesto.
Nostariel
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Kasai había desaparecido de la faz de la tierra, había pasado las últimas semanas tratando de dar con él, pero no había habido forma humana de hacerlo. Era ya el segundo jefe que perdía y estaba empezando a pensar que estaba gafada y que cualquiera que fuera asignado como su superior debería tener una gran cantidad de fortuna o acabaría muerto o desaparecido. Aún mantenía la esperanza de volver a ver al ángel, pero desde el ingreso en el cuerpo del Cipher pol, no había vuelto a dar señales de existencia. Para colmo, taiga también desapareció, quedando un joven, que estaba como segundo al mando, como líder de la división.
Caminaba por las calles de aquella ciudad cuartel al encuentro de mis compañeros, a los cuales aún no había llegado a conocer. Está reunión propuesta por el líder en funciones sería un buen lugar para comenzar esas presentaciones, aunque no sabía como se podrían llegar a tomar mi pasado como cazadora, o que mi entrada fuera tan tardía cuando ellos entrenaban desde bien jóvenes para poder formar parte de este cuerpo del gobierno. Esperaba que mi aprendizaje rápido, y mis anteriores misiones como cazafugitivos ayudaran a que no tomaran por una cualquiera.
Me adentré en el edificio de los despachos buscando el de mi mando. El sistema jerárquico del CP estaba muy bien estructurado, pero resultaba raro al principio. Al venir de un gremio que carecía de escala, dado que solo estábamos dos, y de otro en el que apenas pasé unos meses, todo aquello era nuevo para mí. Al llegar frente a la puerta del despacho me detuve unos segundos, tomé una buena bocanada de aire y llamé con fuerza a la puerta anunciándome.
-Señor, soy la recluta Nostariel. ¿Puedo pasar?
Caminaba por las calles de aquella ciudad cuartel al encuentro de mis compañeros, a los cuales aún no había llegado a conocer. Está reunión propuesta por el líder en funciones sería un buen lugar para comenzar esas presentaciones, aunque no sabía como se podrían llegar a tomar mi pasado como cazadora, o que mi entrada fuera tan tardía cuando ellos entrenaban desde bien jóvenes para poder formar parte de este cuerpo del gobierno. Esperaba que mi aprendizaje rápido, y mis anteriores misiones como cazafugitivos ayudaran a que no tomaran por una cualquiera.
Me adentré en el edificio de los despachos buscando el de mi mando. El sistema jerárquico del CP estaba muy bien estructurado, pero resultaba raro al principio. Al venir de un gremio que carecía de escala, dado que solo estábamos dos, y de otro en el que apenas pasé unos meses, todo aquello era nuevo para mí. Al llegar frente a la puerta del despacho me detuve unos segundos, tomé una buena bocanada de aire y llamé con fuerza a la puerta anunciándome.
-Señor, soy la recluta Nostariel. ¿Puedo pasar?
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El primero en llegar fue Thawne. El agente iba impecablemente vestido, con un traje de evidente calidad. Su actitud parecía de primeras una mezcla idónea de educación y jovialidad, tendiéndole la mano con una sonrisa. Sin embargo el joven ya llevaba años estudiando la naturaleza humana y el lenguaje corporal, y tanto este como su forma de desenvolverse le decían que su actitud no era del todo natural. Sin embargo no percibía la ligera tensión que otros manifestaban cuando procuraban medir sus acciones, y de hecho ni siquiera las tenía todas consigo. Lo único que le hacía sospechar era una intuición basada en su observación y experiencia. De todos modos ya se esperaba algo así, al fin y al cabo trabajaban para una agencia de inteligencia. Comprobar que era una persona cauta y calmada era en cierto modo no sólo un alivio, sino una agradable sorpresa. Mientras que otro se hubiese podido preocupar, dado que aferrarse al poder y seguir escalando no era su prioridad, prefería tener gente hábil a su lado a negados fáciles de controlar. Lo que más le chocó del agente Anders fue su forma de hablar, informal y amistosa. Se había esperado por su aspecto y actitud encontrarse con otro de esos burócratas con un palo en el culo. De todos modos no le gustaba del todo que se dirigiera de una manera tan cercana a quien se suponía que era su superior. Aún no tenían esa confianza.
- Agente Izumi, sí, del CP7 - contestó, devolviéndole el apretón con firmeza - Por favor, tome asiento agente Anders. En cuanto llegue la iniciada Nostariel daremos comienzo a la reunión.
Mantuvo un tono formal, marcando claramente las diferencias, pero suavizándolo un poco con una media sonrisa. Se acercó a la máquina de cafés y comenzó a prepararse uno.
- ¿Desea algo, agente? ¿Corto, largo, latte? No sirve maravillas, pero es lo mejor que tenemos. Y al menos es lo bastante aceptable como para ponerse en funcionamiento.
Él hubiese preferido un té, pero a falta de uno... además, un buen café podía ser igualmente delicioso. No era el caso de los de aquel aparato como bien había dicho, pero era capaz de tolerarlos. Cogió su vaso y lo olisqueó, comprobando su aroma. Antes de llevárselo a la boca ya sabía cómo le sabría y cuantos sorbos tardaría en "cansarse" y decidir matarlo de un trago. Así como era un don, su agudo olfato era también una molestia en ocasiones. Mientras otros podían disfrutar de comidas o infusiones mediocres sin molestarse, él percibía cada imperfección, cada fallo en la preparación. Tener un olfato tan fino influía en su gusto, por supuesto, y ese era el problema principal. A veces podía llegar a ser desquiciante. Entonces unos golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, devolviéndolo al presente.
- Pase, iniciada.
Le llamó la atención que se hubiese presentado como "recluta", pero tampoco quiso darle mucha importancia. A diferencia de ellos, Nostariel no había pasado por el proceso de entrenamiento del Cipher Pol, sino que había entrado a través de Kasai Kuro. Evidentemente le faltaban detalles por pulir y conocer, pero todo eso daba igual mientras supiera ejercer con sus tareas tal y como se esperaba de ella o mejor. Resultó ser una chica joven y atractiva, tal vez no dentro de los estándares sociales por su figura atlética y fuerte, pero innegablemente bella. El peliblanco dejó el café en la mesa y se acercó a ella tendiéndole la mano para estrechársela tal y como había hecho con Thawne. No iba a hacer diferencias entre sus subordinados, y pretendía que aquello fuese una declaración de intenciones.
- Bienvenida, iniciada Nostariel. Soy el agente Izumi, lugarteniente del agente Redfield - no consideró apropiado llamarse líder de momento - Ahora que estamos los tres, podemos comenzar.
Se dirigió a su asiento a la cabecera de la mesa y le dio un trago a la infusión, procurando centrarse únicamente en la revitalizante sensación que le causaba y no en su sabor. Ahora era el momento de decidir qué clase de líder sería. Si uno más autoritario, firme, próximo a los agentes... ni él lo tenía claro aún. Simplemente lo dejaría fluir y que le saliera natural. Con un suspiro, juntó sus manos y los observó, comenzando a hablar en tono calmado pero serio y autoritario.
- Como ya os habrán informado, antes de su desaparición nuestro líder me designó como su lugarteniente. Así pues consideré apropiado hacer una reunión para decidir nuestro rumbo de ahora en adelante - abrió una de las carpetas y comenzó a revisar documentos - Taiga no dejó claro cuáles eran nuestros objetivos, qué papel desempeñaríamos o por qué nos reunió precisamente a nosotros tres. Sin embargo sí queda claro leyendo sus notas su obsesión por purgar el Cipher Pol y el Gobierno de corruptos. Pues bien - dijo, apartando los papeles - Yo no soy Taiga. No creo que dedicarse a jugar a hacer de "asuntos internos" e indagar en el trabajo del resto esperando encontrar a algún agente malversando fondos o cometiendo prevaricación. No me malinterpretéis, no voy a tolerar que nadie se tome nuestra labor tan a ligera como para desperdiciar tiempo y recursos en su lucro personal, no conmigo delante al menos. Sin embargo no considero que dedicarnos a luchar los unos con los otros sea nuestra labor. Nuestro gobierno está en guerra, tenemos mejores asuntos que atender. Así pues, esto nos lleva a por qué os he convocado aquí - entrecruzó los dedos y los evaluó con la mirada antes de continuar - He podido comprobar en vuestros informes personales vuestros campo de especialidad y experiencia. Sin embargo considero que una persona puede hablar de sus habilidades mejor que una hoja de papel, y puesto que el agente Redfield nunca me dijo cuál era su objetivo de cara a dirigir esta división, debemos decidir nosotros nuestra especialidad como grupo. Y sí, digo debemos, porque quiero agentes con voz e iniciativa propia, no títeres sumisos. Esto no es la Marina.
Su intención con su última declaración era ir dejándole claro a Nostariel en qué clase de organización trabajaba. No tenía claro que estuviese muy metida en el ambiente de momento, y le vendría bien saber en qué aguas nadaba para poder desenvolverse mejor.
- Así pues, quiero que me habléis de vuestras habilidades y hagáis, si consideráis que tenéis una idea realista, una propuesta de nuestra futura labor. De en qué clase de tareas vamos a especializarnos.
Esta era en cierto modo una pregunta trampa. Quería medirles el ingenio y la capacidad analítica antes de continuar. Al fin y al cabo, si había especialmente cierto en su discurso era que una persona hablaba mejor de sí misma que un papel. Consciente o inconscientemente.
- Agente Izumi, sí, del CP7 - contestó, devolviéndole el apretón con firmeza - Por favor, tome asiento agente Anders. En cuanto llegue la iniciada Nostariel daremos comienzo a la reunión.
Mantuvo un tono formal, marcando claramente las diferencias, pero suavizándolo un poco con una media sonrisa. Se acercó a la máquina de cafés y comenzó a prepararse uno.
- ¿Desea algo, agente? ¿Corto, largo, latte? No sirve maravillas, pero es lo mejor que tenemos. Y al menos es lo bastante aceptable como para ponerse en funcionamiento.
Él hubiese preferido un té, pero a falta de uno... además, un buen café podía ser igualmente delicioso. No era el caso de los de aquel aparato como bien había dicho, pero era capaz de tolerarlos. Cogió su vaso y lo olisqueó, comprobando su aroma. Antes de llevárselo a la boca ya sabía cómo le sabría y cuantos sorbos tardaría en "cansarse" y decidir matarlo de un trago. Así como era un don, su agudo olfato era también una molestia en ocasiones. Mientras otros podían disfrutar de comidas o infusiones mediocres sin molestarse, él percibía cada imperfección, cada fallo en la preparación. Tener un olfato tan fino influía en su gusto, por supuesto, y ese era el problema principal. A veces podía llegar a ser desquiciante. Entonces unos golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, devolviéndolo al presente.
- Pase, iniciada.
Le llamó la atención que se hubiese presentado como "recluta", pero tampoco quiso darle mucha importancia. A diferencia de ellos, Nostariel no había pasado por el proceso de entrenamiento del Cipher Pol, sino que había entrado a través de Kasai Kuro. Evidentemente le faltaban detalles por pulir y conocer, pero todo eso daba igual mientras supiera ejercer con sus tareas tal y como se esperaba de ella o mejor. Resultó ser una chica joven y atractiva, tal vez no dentro de los estándares sociales por su figura atlética y fuerte, pero innegablemente bella. El peliblanco dejó el café en la mesa y se acercó a ella tendiéndole la mano para estrechársela tal y como había hecho con Thawne. No iba a hacer diferencias entre sus subordinados, y pretendía que aquello fuese una declaración de intenciones.
- Bienvenida, iniciada Nostariel. Soy el agente Izumi, lugarteniente del agente Redfield - no consideró apropiado llamarse líder de momento - Ahora que estamos los tres, podemos comenzar.
Se dirigió a su asiento a la cabecera de la mesa y le dio un trago a la infusión, procurando centrarse únicamente en la revitalizante sensación que le causaba y no en su sabor. Ahora era el momento de decidir qué clase de líder sería. Si uno más autoritario, firme, próximo a los agentes... ni él lo tenía claro aún. Simplemente lo dejaría fluir y que le saliera natural. Con un suspiro, juntó sus manos y los observó, comenzando a hablar en tono calmado pero serio y autoritario.
- Como ya os habrán informado, antes de su desaparición nuestro líder me designó como su lugarteniente. Así pues consideré apropiado hacer una reunión para decidir nuestro rumbo de ahora en adelante - abrió una de las carpetas y comenzó a revisar documentos - Taiga no dejó claro cuáles eran nuestros objetivos, qué papel desempeñaríamos o por qué nos reunió precisamente a nosotros tres. Sin embargo sí queda claro leyendo sus notas su obsesión por purgar el Cipher Pol y el Gobierno de corruptos. Pues bien - dijo, apartando los papeles - Yo no soy Taiga. No creo que dedicarse a jugar a hacer de "asuntos internos" e indagar en el trabajo del resto esperando encontrar a algún agente malversando fondos o cometiendo prevaricación. No me malinterpretéis, no voy a tolerar que nadie se tome nuestra labor tan a ligera como para desperdiciar tiempo y recursos en su lucro personal, no conmigo delante al menos. Sin embargo no considero que dedicarnos a luchar los unos con los otros sea nuestra labor. Nuestro gobierno está en guerra, tenemos mejores asuntos que atender. Así pues, esto nos lleva a por qué os he convocado aquí - entrecruzó los dedos y los evaluó con la mirada antes de continuar - He podido comprobar en vuestros informes personales vuestros campo de especialidad y experiencia. Sin embargo considero que una persona puede hablar de sus habilidades mejor que una hoja de papel, y puesto que el agente Redfield nunca me dijo cuál era su objetivo de cara a dirigir esta división, debemos decidir nosotros nuestra especialidad como grupo. Y sí, digo debemos, porque quiero agentes con voz e iniciativa propia, no títeres sumisos. Esto no es la Marina.
Su intención con su última declaración era ir dejándole claro a Nostariel en qué clase de organización trabajaba. No tenía claro que estuviese muy metida en el ambiente de momento, y le vendría bien saber en qué aguas nadaba para poder desenvolverse mejor.
- Así pues, quiero que me habléis de vuestras habilidades y hagáis, si consideráis que tenéis una idea realista, una propuesta de nuestra futura labor. De en qué clase de tareas vamos a especializarnos.
Esta era en cierto modo una pregunta trampa. Quería medirles el ingenio y la capacidad analítica antes de continuar. Al fin y al cabo, si había especialmente cierto en su discurso era que una persona hablaba mejor de sí misma que un papel. Consciente o inconscientemente.
AEG93
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mi superior me estrechó la mano y mantuvo mi mirada. Me gustó darme cuenta de que se trataba, igual que yo, de una persona analítica y observadora. Aquello facilitaba mucho las cosas, siempre era de agradecer el colaborar con gente que se fijara en los detalles y que fuera capaz de observar con detenimiento la situación para encontrar el mejor plan posible. Su saludo fue serio y formal, aunque trató de quitarle un poco de dicha seriedad esbozando una media sonrisa. Bueno, si prefería que por el momento mantuvieran una mayor formalidad no había ningún problema. Había supuesto que preferiría un trato más relajado, dado que Taiga en su momento así lo hacía, pero como era lógico cada persona era un mundo.
Acto seguido, se dirigió a la máquina de café situada cerca de la mesa, y me preguntó si quería uno:
- Muchas gracias, Agente Izumi, pero la verdad es que no soy lo que se dice un fan del café. Sé que resulta extraño, pues a la gran mayoría de la gente le encanta, pero a mí nunca me ha gustado.
En aquel momento, alguien llamó a la puerta. Una voz de mujer se presentó como Nostariel y pidió permiso para entrar. Cuando Izumi se lo dio, la puerta se abrió y apareció ante nosotros una mujer cuanto menos llamativa, de figura atlética y musculada, incluso más que bastantes Agentes varones. La impresión que me llevé fue buena, pues lo importante era que mi nueva compañera de división fuese capaz de ayudar en el campo de batalla y, al menos de entrada, parecía que así era. Una vez mi superior se hubo presentado, procedí a hacer lo mismo antes de que la reunión comenzara, tendiéndole la mano y diciendo:
- Y yo soy el Agente Anders D Thawne, el otro miembro de Sombras del Deber. Me alegro de que los tres nos conozcamos.
Tras esto, el peliblanco comenzó a hablar sobre los objetivos que Taiga había marcado, y sobre las diferencias que había entre dichos planes y sus ideas. A decir verdad, estuve de acuerdo en lo que dijo sobre que no era lo más importante enfrentarnos a nuestros propios compañeros. Lógicamente, si observábamos alguna conducta ilegal en alguno de ellos no podíamos pasarlo por alto, pero no debíamos ser unos meros policías de asuntos internos. Conforme hablaba, el nuevo líder de la división me iba cayendo mejor. Aunque respetaba enormemente a Taiga, éste era un hombre en ocasiones demasiado recto, podía llegar a obsesionarse con limpiar el Cipher Pol y no prestar la atención suficiente a los criminales, así que me alegró ver que Izumi no pensaba ir por el mismo camino.
En lo que sí me gustó que coincidiese con Taiga fue en lo de que no quería subordinados sumisos que se limitaran a acatar órdenes, sino hombres con iniciativa y voz. Al escuchar aquello, respiré aliviado. Si ya de por sí no soy muy dado a escuchar órdenes que no me gusten, un líder con tan poca capacidad que se viese obligado a hacer que sus subordinados simplemente acatasen sus órdenes porque sí perdería todo mi respeto. Por suerte, parecía que Taiga había elegido bien. O, al menos, esa impresión me estaban dando las palabras del peliblanco.
Cuando preguntó por nuestras habilidades y por nuestras ideas sobre la división, no tardé demasiado en comenzar a hablar. Sobre mis capacidades seguro que Izumi ya había leído bastante, y en cuanto a mis ideas, nunca he tenido miedo de expresarlas, y esa vez no iba a ser diferente:
- Lo primero, agradecer que no quieras simples títeres a tus órdenes. Eso fue algo que dejé claro a Taiga en el momento en que me uní a la división. Respeto la cadena de mando, pero no se puede esperar de mí que cumpla con todo lo que me digan sin decir nada. Siempre voy a dar mi opinión, sea buena o mala, y sobre el terreno habrá veces que haga las cosas a mi modo, algo con lo que espero que no haya inconvenientes.
Dicho esto, en cuanto a mis habilidades, durante los meses que llevo en el Cipher Pol he participado sobre todo en misiones de infiltración. Éstas son mi especialidad, dada mi condición de espía y la singular Akuma no mi que poseo. Se trata de una Zoan Mitológica que me permite, por ejemplo, transformarme en quien yo quiera o leer la mente de los demás. Por esto último no debéis preocuparos, no tengo la menor intención de utilizar dicha habilidad sobre mis compañeros. A parte de esto, a la hora de combatir me especializo en la lucha cuerpo a cuerpo sin armas. Por último, soy médico, dedicado en concreto a las áreas de la cirugía y la psicología.
Para terminar, considero que el objetivo principal de nuestra organización debería ser encontrar y desarticular organizaciones o células criminales,
ya sean terroristas, contrabandistas, u otra clase, y tanto las pertenecientes al Ejército Revolucionario como las que no lo son, aunque estas deberían, en mi opinión, ser nuestra prioridad.
Una vez terminé de hablar, esperé a que alguno de mis interlocutores tomase la palabra. Cuando alguno lo hiciera, escucharía con atención. De momento aquella reunión estaba yendo bien, y tenía ganas de comprobar si mis nuevos compañeros eran tan capaces como aparentaban ser.
Acto seguido, se dirigió a la máquina de café situada cerca de la mesa, y me preguntó si quería uno:
- Muchas gracias, Agente Izumi, pero la verdad es que no soy lo que se dice un fan del café. Sé que resulta extraño, pues a la gran mayoría de la gente le encanta, pero a mí nunca me ha gustado.
En aquel momento, alguien llamó a la puerta. Una voz de mujer se presentó como Nostariel y pidió permiso para entrar. Cuando Izumi se lo dio, la puerta se abrió y apareció ante nosotros una mujer cuanto menos llamativa, de figura atlética y musculada, incluso más que bastantes Agentes varones. La impresión que me llevé fue buena, pues lo importante era que mi nueva compañera de división fuese capaz de ayudar en el campo de batalla y, al menos de entrada, parecía que así era. Una vez mi superior se hubo presentado, procedí a hacer lo mismo antes de que la reunión comenzara, tendiéndole la mano y diciendo:
- Y yo soy el Agente Anders D Thawne, el otro miembro de Sombras del Deber. Me alegro de que los tres nos conozcamos.
Tras esto, el peliblanco comenzó a hablar sobre los objetivos que Taiga había marcado, y sobre las diferencias que había entre dichos planes y sus ideas. A decir verdad, estuve de acuerdo en lo que dijo sobre que no era lo más importante enfrentarnos a nuestros propios compañeros. Lógicamente, si observábamos alguna conducta ilegal en alguno de ellos no podíamos pasarlo por alto, pero no debíamos ser unos meros policías de asuntos internos. Conforme hablaba, el nuevo líder de la división me iba cayendo mejor. Aunque respetaba enormemente a Taiga, éste era un hombre en ocasiones demasiado recto, podía llegar a obsesionarse con limpiar el Cipher Pol y no prestar la atención suficiente a los criminales, así que me alegró ver que Izumi no pensaba ir por el mismo camino.
En lo que sí me gustó que coincidiese con Taiga fue en lo de que no quería subordinados sumisos que se limitaran a acatar órdenes, sino hombres con iniciativa y voz. Al escuchar aquello, respiré aliviado. Si ya de por sí no soy muy dado a escuchar órdenes que no me gusten, un líder con tan poca capacidad que se viese obligado a hacer que sus subordinados simplemente acatasen sus órdenes porque sí perdería todo mi respeto. Por suerte, parecía que Taiga había elegido bien. O, al menos, esa impresión me estaban dando las palabras del peliblanco.
Cuando preguntó por nuestras habilidades y por nuestras ideas sobre la división, no tardé demasiado en comenzar a hablar. Sobre mis capacidades seguro que Izumi ya había leído bastante, y en cuanto a mis ideas, nunca he tenido miedo de expresarlas, y esa vez no iba a ser diferente:
- Lo primero, agradecer que no quieras simples títeres a tus órdenes. Eso fue algo que dejé claro a Taiga en el momento en que me uní a la división. Respeto la cadena de mando, pero no se puede esperar de mí que cumpla con todo lo que me digan sin decir nada. Siempre voy a dar mi opinión, sea buena o mala, y sobre el terreno habrá veces que haga las cosas a mi modo, algo con lo que espero que no haya inconvenientes.
Dicho esto, en cuanto a mis habilidades, durante los meses que llevo en el Cipher Pol he participado sobre todo en misiones de infiltración. Éstas son mi especialidad, dada mi condición de espía y la singular Akuma no mi que poseo. Se trata de una Zoan Mitológica que me permite, por ejemplo, transformarme en quien yo quiera o leer la mente de los demás. Por esto último no debéis preocuparos, no tengo la menor intención de utilizar dicha habilidad sobre mis compañeros. A parte de esto, a la hora de combatir me especializo en la lucha cuerpo a cuerpo sin armas. Por último, soy médico, dedicado en concreto a las áreas de la cirugía y la psicología.
Para terminar, considero que el objetivo principal de nuestra organización debería ser encontrar y desarticular organizaciones o células criminales,
ya sean terroristas, contrabandistas, u otra clase, y tanto las pertenecientes al Ejército Revolucionario como las que no lo son, aunque estas deberían, en mi opinión, ser nuestra prioridad.
Una vez terminé de hablar, esperé a que alguno de mis interlocutores tomase la palabra. Cuando alguno lo hiciera, escucharía con atención. De momento aquella reunión estaba yendo bien, y tenía ganas de comprobar si mis nuevos compañeros eran tan capaces como aparentaban ser.
Nostariel
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Respondí con un breve “encantada” a mis compañeros cuando hicieron las presentaciones rápidas, además de estrecharle la mano a Izumi cuando me la tendió para luego sentarme en la silla contigua a la de Anders. Había vuelto a caer en el error de mi rango, a pesar del entrenamiento básico e intensivo que me habían proporcionado al unirme al cuerpo del cipher pol, aún no terminaba de acostumbrarme al sistema de rangos que usaban. Tendría que ponerle más atención a esos detalles ahora que tenía nuevo superior para evitar ser regañada.
El lugarteniente de Taiga comenzó con el motivo de la reunión casi nada más terminar de sentarse, al parecer quería que decidiéramos entre los tres el destino de la división, así como los objetivos. En parte los propuestos se desviaban de la visión inicial de Redfiled y Kasai lo que no estaba segura de como terminaría resultando. Además de ello nos pidió que le dijéramos nos campos de especialización y nuestras habilidades, cosa que me pareció mucho que mejor únicamente leerlo en un papel, donde se pueden haber saltado cosas o dejarse alguna importante en el tintero.
Anders comenzó a hablar el primero. Parecía un tipo bastante preparado y por lo que dijo, ya había estado en bastantes misiones. Además de ello poseía una de las frutas del diablo más extrañas, una mitológica, como Kasai. Sus habilidades eran completamente diferentes a las del ángel, pero debía ser normal, a fin de cuentas, esas frutas eran todo un misterio. Los objetivos que propuso en parte me parecían bastante coherentes, y no diferían mucho de lo que ya había estado haciendo, exceptuando, quizás, que ahora debía ser más discreta.
-Bueno, por mi parte está bien lo de darnos libertad. Aún estoy acostumbrándome al cambio de cazar por dinero a quién me encontraba, por estas misiones asignadas y con más variables así que pido algo de paciencia con ello. A parte de eso, me gusta el enfoque que le hadado mi compañero, el de cazar células terroristas, para el que creo que estoy más preparada que para otro tipo de misiones.
Pasando al tema de la preparación, soy una hábil curandera, además de tener buenas nociones de sigilo y un excelente manejo de armas de filo, como espadas o espadas dobles. Mi estilo es algo peculiar, ya que se basa en danzas. Además de eso, poseo la habilidad de crear fantasmas que tienen diversos usos, desde exploradores hasta provocar unas intensas emociones negativas. Para terminar, añadir que creo que nuestra prioridad más que los revolucionarios, deberían ser las bandas mafiosas civiles. Estas organizaciones pueden resultar más dañinas que la revolución, además de que pueden llegar a prestarles ayuda desde nuestras propias ciudades.
El lugarteniente de Taiga comenzó con el motivo de la reunión casi nada más terminar de sentarse, al parecer quería que decidiéramos entre los tres el destino de la división, así como los objetivos. En parte los propuestos se desviaban de la visión inicial de Redfiled y Kasai lo que no estaba segura de como terminaría resultando. Además de ello nos pidió que le dijéramos nos campos de especialización y nuestras habilidades, cosa que me pareció mucho que mejor únicamente leerlo en un papel, donde se pueden haber saltado cosas o dejarse alguna importante en el tintero.
Anders comenzó a hablar el primero. Parecía un tipo bastante preparado y por lo que dijo, ya había estado en bastantes misiones. Además de ello poseía una de las frutas del diablo más extrañas, una mitológica, como Kasai. Sus habilidades eran completamente diferentes a las del ángel, pero debía ser normal, a fin de cuentas, esas frutas eran todo un misterio. Los objetivos que propuso en parte me parecían bastante coherentes, y no diferían mucho de lo que ya había estado haciendo, exceptuando, quizás, que ahora debía ser más discreta.
-Bueno, por mi parte está bien lo de darnos libertad. Aún estoy acostumbrándome al cambio de cazar por dinero a quién me encontraba, por estas misiones asignadas y con más variables así que pido algo de paciencia con ello. A parte de eso, me gusta el enfoque que le hadado mi compañero, el de cazar células terroristas, para el que creo que estoy más preparada que para otro tipo de misiones.
Pasando al tema de la preparación, soy una hábil curandera, además de tener buenas nociones de sigilo y un excelente manejo de armas de filo, como espadas o espadas dobles. Mi estilo es algo peculiar, ya que se basa en danzas. Además de eso, poseo la habilidad de crear fantasmas que tienen diversos usos, desde exploradores hasta provocar unas intensas emociones negativas. Para terminar, añadir que creo que nuestra prioridad más que los revolucionarios, deberían ser las bandas mafiosas civiles. Estas organizaciones pueden resultar más dañinas que la revolución, además de que pueden llegar a prestarles ayuda desde nuestras propias ciudades.
Ichimura Hachiro
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El agente esbozó una sonrisa para sí mismo, sacando una hoja en blanco de uno de los ficheros y comenzando a escribir cosas en ella mientras hablaban, sin dejar de prestarles atención. Estaba tomando nota de los puntos claves e ideas principales, con la intención por supuesto de hacer un esquema a partir del cual darles su punto de vista sobre cuál debería ser el enfoque de la división. La explicación de las habilidades de ambos también le dio una idea del carácter de cada uno, pues se molestó en escribir lo mínimo para poder estar pendiente de ellos mientras hablaban y estudiarles. El agente Thawne le pareció una persona asertiva pero cuidadosa, y si bien tenía cierto carisma, le faltaba la expresividad de la gente de sus características más dada a socializar. También pudo apreciar otras cualidades: seguridad, confianza y una saludable dosis de autoestima y orgullo. Sin embargo también creía percibir que cada palabra y gesto estaba medido, lo que le causó sensaciones contrapuestas. Por un lado una ligera desconfianza, y por otro admiración y aprobación. Un agente del Cipher Pol debía ser así, pues cada pieza de información dada al enemigo acerca un paso a la derrota. "El conocimiento es poder. Como un sabio dijo una vez, si conoces al enemigo y a ti mismo no temerás el resultado ni de cien batallas." El albino asintió una vez hubo terminado.
- Muchas gracias, agente. ¿Iniciada?
Nostariel resultó ser bastante diferente. Muy directa y bastante... sincera, en cierto modo. No acababa de decirlo todo y al mismo tiempo daba la impresión por la forma de hablar que no tenía nada que ocultar. Además sus habilidades cuadraban con lo que Hachiro podía intuir a primera vista de su personalidad. Infiltración y combate directo, conocimiento del terreno, comenzaba a quedar claro para qué podían ser útiles cada uno de los dos. Thawne sería excelente para operaciones que requiriesen de alguien con aptitudes sociales, astucia y sutileza, habilidades que además de poseer se veían potenciadas por la akuma que poseía. Por otra parte Nostariel sería una excelente exploradora y un activo muy útil para misiones que requiriesen de entrar en algún sitio, golpear y volver a desaparecer. En fin, no dudaba de que Anders también podría cumplir funciones similares de ser necesario, pero Hachiro consideraba que lo mejor sería que cada uno se especializara en lo que se le daba mejor. En todo caso, no tenía la intención de asignarles "roles" que limitaran sus capacidades. De momento se estaba limitando a hacerse una idea de en qué clase de funciones podrían destacar más. Una vez la pelirroja hubo terminado, dio un trago a su café y se levantó ajustándose el nudo de la corbata.
- Bien, es mi turno. No voy a ser menos que vosotros, al fin y al cabo, como dije esto no es la Marina. Es vital que conozcamos mutuamente nuestras habilidades para trabajar juntos de manera más efectiva, y mientras que yo he tenido ocasión de leer vuestros informes, para vosotros yo debo ser un misterio - esbozó una media sonrisa sardónica antes de continuar - Como agente, mi trayectoria ha estado principalmente orientada a labores de inteligencia. No soy precisamente un... especialista en el arte del disfraz o el engaño. No se me da mal, pero mi faceta probablemente sea más cercana a la de la agente Nostariel. Cuando lo deseo, es difícil reparar en mi presencia.
Hizo una pausa para recoger la hoja y un fichero sobre el que apoyarla, procediendo a seguir apuntando cosas mientras hablaba:
- A resumidas cuentas, tengo experiencia en el campo de la infiltración y el espionaje, aunque no es exclusivamente mi campo. Mis... superiores han preferido limitarme hasta la fecha a esa clase de misiones más dependientes de la astucia que de la pericia en combate porque mi entrenamiento aún no había concluido. Sin embargo, no me malinterpretéis. No soy ningún novato - dejó de escribir y les miró con seriedad - Me he entrenado en el arte de los mil estilos. Soy capaz de empuñar y usar con eficacia casi cualquier arma existente salvo las más exóticas, además de dominar el combate desarmado. Además soy el usuario de la Mozō Mozō no mi, la paramecia de imitación. Puedo copiar los estilos de lucha de aquellos a los que me enfrento y usar sus técnicas contra ellos mismos. En ocasiones, con bastante mejores resultados - añadió, permitiéndose una sonrisa de suficiencia - Aparte de eso, tengo conocimientos de ingeniería, y me centro particularmente en el área de los explosivos. Si en alguna operación necesitamos algo de... armamento contundente, podéis contar con mis habilidades.
Acto seguido se puso a terminar de anotar unas cosas en el esquema. Tenía una idea ya bastante clara de lo que podía hacer con aquel grupo, de hecho ya había hecho sus elucubraciones antes con sus expedientes delante, pero ahora ya tenía una idea más clara de lo que podían hacer. En cuanto hubo terminado puso la hoja sobre la mesa, desvelando el diagrama de ideas que había desarrollado.
- Como podéis ver, he analizado dos factores en este esquema: nuestros perfiles de agente y cómo se complementan y las funciones que consideramos que podríamos cubrir. Anders es claramente un perfecto asesino. Tanto tus habilidades propias como tu akuma te convierten en el más apto de nosotros para infiltrarse tras las líneas enemigas y hacerse pasar por uno de ellos, tanto para recabar información como para eliminar a alguien potencialmente peligroso. Nostariel, por las mismas razones, es perfecta para labores de investigación en campo abierto. Aparte de por lo que he podido comprobar en tu expediente como por lo que puedo imaginarme, sabes moverte en zonas salvajes, ¿me equivoco? Al fin y al cabo alguien que se dedica a tareas relacionadas con el uso de hierbas debe ir a recogerlas. Es mejor material fresco que uno comprado, al menos por lo que tengo entendido. Por mi parte como podéis ver, cumplo un factor de complementariedad. Mis conocimientos me permiten daros apoyo fabricando explosivos que con vuestras habilidades particulares podríais situar en puntos estratégicos, y además con mi experiencia en labores de inteligencia podría dar apoyo al agente Anders. El perfil de nuestro grupo es claramente táctico; y en base a ello va mi propia propuesta: dedicarnos a labores de contrainteligencia y búsqueda de criminales - señaló la parte correspondiente del diagrama, para luego pasar a la síntesis, dándole un par de toquecitos con el dedo - El punto clave está en la unión entre nuestras propuestas. Creo que tanto por nuestras motivaciones personales como por habilidades, la función que mejor podemos desempeñar es la contrainteligencia. Ya sea desarticulando células revolucionarias o criminales, o actuando en zonas de conflicto como apoyo a tropas marines, es la labor que mejor podemos desempeñar. Tenemos a una exploradora, a un asesino y a un infiltrado; la información es nuestro campo de actuación. Por supuesto estoy más que dispuesto a escuchar vuestras opiniones al respecto de esto, y de hecho las agradecería. Como dije, no quiero soldados serviles, quiero compañeros.
- Muchas gracias, agente. ¿Iniciada?
Nostariel resultó ser bastante diferente. Muy directa y bastante... sincera, en cierto modo. No acababa de decirlo todo y al mismo tiempo daba la impresión por la forma de hablar que no tenía nada que ocultar. Además sus habilidades cuadraban con lo que Hachiro podía intuir a primera vista de su personalidad. Infiltración y combate directo, conocimiento del terreno, comenzaba a quedar claro para qué podían ser útiles cada uno de los dos. Thawne sería excelente para operaciones que requiriesen de alguien con aptitudes sociales, astucia y sutileza, habilidades que además de poseer se veían potenciadas por la akuma que poseía. Por otra parte Nostariel sería una excelente exploradora y un activo muy útil para misiones que requiriesen de entrar en algún sitio, golpear y volver a desaparecer. En fin, no dudaba de que Anders también podría cumplir funciones similares de ser necesario, pero Hachiro consideraba que lo mejor sería que cada uno se especializara en lo que se le daba mejor. En todo caso, no tenía la intención de asignarles "roles" que limitaran sus capacidades. De momento se estaba limitando a hacerse una idea de en qué clase de funciones podrían destacar más. Una vez la pelirroja hubo terminado, dio un trago a su café y se levantó ajustándose el nudo de la corbata.
- Bien, es mi turno. No voy a ser menos que vosotros, al fin y al cabo, como dije esto no es la Marina. Es vital que conozcamos mutuamente nuestras habilidades para trabajar juntos de manera más efectiva, y mientras que yo he tenido ocasión de leer vuestros informes, para vosotros yo debo ser un misterio - esbozó una media sonrisa sardónica antes de continuar - Como agente, mi trayectoria ha estado principalmente orientada a labores de inteligencia. No soy precisamente un... especialista en el arte del disfraz o el engaño. No se me da mal, pero mi faceta probablemente sea más cercana a la de la agente Nostariel. Cuando lo deseo, es difícil reparar en mi presencia.
Hizo una pausa para recoger la hoja y un fichero sobre el que apoyarla, procediendo a seguir apuntando cosas mientras hablaba:
- A resumidas cuentas, tengo experiencia en el campo de la infiltración y el espionaje, aunque no es exclusivamente mi campo. Mis... superiores han preferido limitarme hasta la fecha a esa clase de misiones más dependientes de la astucia que de la pericia en combate porque mi entrenamiento aún no había concluido. Sin embargo, no me malinterpretéis. No soy ningún novato - dejó de escribir y les miró con seriedad - Me he entrenado en el arte de los mil estilos. Soy capaz de empuñar y usar con eficacia casi cualquier arma existente salvo las más exóticas, además de dominar el combate desarmado. Además soy el usuario de la Mozō Mozō no mi, la paramecia de imitación. Puedo copiar los estilos de lucha de aquellos a los que me enfrento y usar sus técnicas contra ellos mismos. En ocasiones, con bastante mejores resultados - añadió, permitiéndose una sonrisa de suficiencia - Aparte de eso, tengo conocimientos de ingeniería, y me centro particularmente en el área de los explosivos. Si en alguna operación necesitamos algo de... armamento contundente, podéis contar con mis habilidades.
Acto seguido se puso a terminar de anotar unas cosas en el esquema. Tenía una idea ya bastante clara de lo que podía hacer con aquel grupo, de hecho ya había hecho sus elucubraciones antes con sus expedientes delante, pero ahora ya tenía una idea más clara de lo que podían hacer. En cuanto hubo terminado puso la hoja sobre la mesa, desvelando el diagrama de ideas que había desarrollado.
- hoja:
- Como podéis ver, he analizado dos factores en este esquema: nuestros perfiles de agente y cómo se complementan y las funciones que consideramos que podríamos cubrir. Anders es claramente un perfecto asesino. Tanto tus habilidades propias como tu akuma te convierten en el más apto de nosotros para infiltrarse tras las líneas enemigas y hacerse pasar por uno de ellos, tanto para recabar información como para eliminar a alguien potencialmente peligroso. Nostariel, por las mismas razones, es perfecta para labores de investigación en campo abierto. Aparte de por lo que he podido comprobar en tu expediente como por lo que puedo imaginarme, sabes moverte en zonas salvajes, ¿me equivoco? Al fin y al cabo alguien que se dedica a tareas relacionadas con el uso de hierbas debe ir a recogerlas. Es mejor material fresco que uno comprado, al menos por lo que tengo entendido. Por mi parte como podéis ver, cumplo un factor de complementariedad. Mis conocimientos me permiten daros apoyo fabricando explosivos que con vuestras habilidades particulares podríais situar en puntos estratégicos, y además con mi experiencia en labores de inteligencia podría dar apoyo al agente Anders. El perfil de nuestro grupo es claramente táctico; y en base a ello va mi propia propuesta: dedicarnos a labores de contrainteligencia y búsqueda de criminales - señaló la parte correspondiente del diagrama, para luego pasar a la síntesis, dándole un par de toquecitos con el dedo - El punto clave está en la unión entre nuestras propuestas. Creo que tanto por nuestras motivaciones personales como por habilidades, la función que mejor podemos desempeñar es la contrainteligencia. Ya sea desarticulando células revolucionarias o criminales, o actuando en zonas de conflicto como apoyo a tropas marines, es la labor que mejor podemos desempeñar. Tenemos a una exploradora, a un asesino y a un infiltrado; la información es nuestro campo de actuación. Por supuesto estoy más que dispuesto a escuchar vuestras opiniones al respecto de esto, y de hecho las agradecería. Como dije, no quiero soldados serviles, quiero compañeros.
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Mientras hablaba, mis ojos iban continuamente de uno de mis nuevos compañeros al otro, buscando analizar a ambos en profundidad. Hachiro tomaba notas sin parar. Seguramente, al ser el líder de la división, ya habría leído bastante información tanto sobre Nostariel como sobre mí a través de nuestros informes. Sin embargo, nada que se pudiese averiguar sobre alguien en un simple papel podía compararse a los descubrimientos que ofrecía una conversación cara a cara. Por lo tanto, el hecho de que estuviese apuntando cosas mientras yo hablaba, lejos de molestarme, me pareció una gran idea. De hecho, era probable que yo en su lugar hubiese actuado de forma muy similar.
Cuando mi disertación sobre mis capacidades y opinión general finalizó, esperé pacientemente a que la pelirroja tomase el relevo. Escuché con atención cómo hablaba sobre su reciente pasado como cazarrecompensas, y sobre sus habilidades, que abarcaban campos tan dispares como el sigilo, las plantas medicinales y el arte de la espada. Si bien no se trataba del prototipo de Agente del Gobierno Mundial, tenía la sensación de que resultaría ser una gran ayuda en las futuras misiones que nos aguardaran. Sin embargo, hubo una cosa entre todas las que la ex-cazadora dijo que despertó particularmente mi curiosidad: la habilidad de su akuma no mi. Según sus palabras, consistía en crear fantasmas con diversas aplicaciones. Se trataba, no cabía duda, de un poder ciertamente peculiar e intrigante.
El peliblanco continuó escribiendo mientras Nostariel hablaba, tomando notas sin cesar. La curiosidad que sentía por saber qué estaría pasando por su cabeza y qué estaría poniendo sobre aquel folio. No obstante, no tenía la menor intención de utilizar mi habilidad para averiguarlo. Entrar en la mente del líder de mi división (aunque en la jerarquía de la Agencia yo estuviese por encima suyo), y de mi compañera sería una violación muy grave de su confianza, y era una posibilidad que ni siquiera contemplaba. Nadie con un mínimo de decencia haría algo así.
En cuanto la espadachina paró de hablar, fijé mis ojos en los de Hachiro. El peliblanco, con calma, bebió un sorbo de su café y, tras ajustarse de nuevo el nudo de la corbata (gesto que, por lo que había visto hasta ahora, repetía con cierta frecuencia), tomó la palabra. Él también explicó cuáles eran sus campos de actuación, y en qué se había basado su trayectoria en el Cipher Pol hasta el momento. Contaba, por supuesto, con la ventaja de que nosotros solo sabríamos lo que él nos contara, pues no habíamos tenido acceso a su ficha pero, por el momento, sus palabras parecían sinceras y no daba la sensación de estar guardándose nada importante para sí. Habló de su experiencia en misiones de infiltración y espionaje, sobre todo gracias a su capacidad para moverse sin ser visto, cosa que no me extrañó tratándose de un Agente experimentado. Afirmó, no obstante, no haberse enfrentado aún a misiones que requiriesen habilidades de combate, ya que aún seguía entrenándose. Por lo que decía, esto no se debía a falta de competencia, sino a la versatilidad de su estilo de lucha. Por lo visto, era el usuario de una akuma no mi muy particular que le permitía imitar a los demás y ejecutar las técnicas que veía. Además de eso, dijo ser capaz de luchar tanto con cualquier clase de arma como con las manos desnudas. Aquella clase de versatilidad era realmente difícil de ver pero, sin duda, sería un activo valioso en nuestro equipo.
Tras hacer algunas anotaciones más, el peliblanco reveló lo que había estado apuntando. Y, a decir verdad, al verlo quedé muy gratamente sorprendido. Mientras nos escuchaba hablar, el hombre-imitación había ido haciendo un esquema en el que se desgranaban nuestras principales virtudes y funciones potenciales y cómo se complementaban unas con otras. Quedaba claro de que estaba ante una persona realmente inteligente, y ahora entendía por qué Taiga había decidido en su momento hacer de Hachiro su segundo al mando. La facilidad con la que había trazado un esquema estratégico como aquel era realmente sorprendente, digna de un estratega de nivel similar al mío. Parecía que, al fin y al cabo, iba a tener un líder y compañero de división completamente a la altura de su cargo.
Me gustó también su punto de vista en cuanto a la mejor función para nosotros. Enfocarnos en la contrainteligencia, desarticulando redes criminales y llevando a cabo operaciones encubiertas en territorio enemigo, era lo ideal para un grupo como el nuestro. El peliblanco concluyó diciendo que escucharía lo que tanto Nostariel como yo tuviésemos que decir al respecto, así que, tras leer detenidamente el esquema que había realizado, tomé la palabra con voz clara y firme:
- Para empezar, me gustaría remarcar que creo que has hecho una síntesis muy precisa de las habilidades de cada uno y la forma en la que se complementan, así como del tipo de misiones que serían más apropiadas para nuestro grupo. Quiero hacer constar que estoy de acuerdo con todo lo que has expuesto, y pienso que tienes razón en cuanto a que la contrainteligencia y las operaciones encubiertas en territorio hostil son los campos que más se ajustan a nuestras capacidades. De hecho, en lo que respecta a este segundo tipo de misiones creo que debería hablaros sobre algo. ¿Conocéis la isla llamada Yousai Toshi, situada en este mismo mar?
En ese momento, hice una pequeña pausa mientras recordaba la operación encubierta que había llevado a cabo allí y a Zask y Claus, quienes me habían ayudado a llevarla a cabo con éxito.
- Se trata de una isla independiente. Es aliada del Gobierno Mundial, pero no está bajo su control. No obstante, existe un amplio sector de la población que está muy descontento con la Reina y sus tres Consejeros. La tensión escaló tanto, que tuve que infiltrarme hace unos meses en la corte para impedir que un movimiento rebelde ciudadano asesinara a la Reina y declarase el país como enemigo del Gobierno Mundial.
Los desencuentros entre pueblo y realeza comenzaron porque los ciudadanos reclaman la unificación de los tres sectores que dividen la isla según el nivel económico de sus habitantes. Uno de los Consejeros, que casualmente es un ex-miembro de nuestra organización, es el que se opone más enérgicamente a esta medida. Para colmo, tiene muchos contactos entre otros antiguos Agentes y demás personas importantes, por lo que es realmente el más influyente de los tres Consejeros y, quién sabe, tal vez incluso más que la propia reina.
Si no actuamos, más pronto que tarde estallará una Guerra Civil que, probablemente, acabe con Yousai Toshi como aliada del Ejército Revolucionario, que seguramente esté encantado de prestar su apoyo a la revuelta popular. En mi opinión, es prioritaria la eliminación del Consejero corrupto, así como hacer que el movimiento revolucionario pierda su razón de ser. Tal vez, si nuestra actuación es lo suficientemente eficaz, podríamos incluso lograr que la isla acabe perteneciendo al Gobierno Mundial. ¿Qué opinión os merece esto?
Cuando mi disertación sobre mis capacidades y opinión general finalizó, esperé pacientemente a que la pelirroja tomase el relevo. Escuché con atención cómo hablaba sobre su reciente pasado como cazarrecompensas, y sobre sus habilidades, que abarcaban campos tan dispares como el sigilo, las plantas medicinales y el arte de la espada. Si bien no se trataba del prototipo de Agente del Gobierno Mundial, tenía la sensación de que resultaría ser una gran ayuda en las futuras misiones que nos aguardaran. Sin embargo, hubo una cosa entre todas las que la ex-cazadora dijo que despertó particularmente mi curiosidad: la habilidad de su akuma no mi. Según sus palabras, consistía en crear fantasmas con diversas aplicaciones. Se trataba, no cabía duda, de un poder ciertamente peculiar e intrigante.
El peliblanco continuó escribiendo mientras Nostariel hablaba, tomando notas sin cesar. La curiosidad que sentía por saber qué estaría pasando por su cabeza y qué estaría poniendo sobre aquel folio. No obstante, no tenía la menor intención de utilizar mi habilidad para averiguarlo. Entrar en la mente del líder de mi división (aunque en la jerarquía de la Agencia yo estuviese por encima suyo), y de mi compañera sería una violación muy grave de su confianza, y era una posibilidad que ni siquiera contemplaba. Nadie con un mínimo de decencia haría algo así.
En cuanto la espadachina paró de hablar, fijé mis ojos en los de Hachiro. El peliblanco, con calma, bebió un sorbo de su café y, tras ajustarse de nuevo el nudo de la corbata (gesto que, por lo que había visto hasta ahora, repetía con cierta frecuencia), tomó la palabra. Él también explicó cuáles eran sus campos de actuación, y en qué se había basado su trayectoria en el Cipher Pol hasta el momento. Contaba, por supuesto, con la ventaja de que nosotros solo sabríamos lo que él nos contara, pues no habíamos tenido acceso a su ficha pero, por el momento, sus palabras parecían sinceras y no daba la sensación de estar guardándose nada importante para sí. Habló de su experiencia en misiones de infiltración y espionaje, sobre todo gracias a su capacidad para moverse sin ser visto, cosa que no me extrañó tratándose de un Agente experimentado. Afirmó, no obstante, no haberse enfrentado aún a misiones que requiriesen habilidades de combate, ya que aún seguía entrenándose. Por lo que decía, esto no se debía a falta de competencia, sino a la versatilidad de su estilo de lucha. Por lo visto, era el usuario de una akuma no mi muy particular que le permitía imitar a los demás y ejecutar las técnicas que veía. Además de eso, dijo ser capaz de luchar tanto con cualquier clase de arma como con las manos desnudas. Aquella clase de versatilidad era realmente difícil de ver pero, sin duda, sería un activo valioso en nuestro equipo.
Tras hacer algunas anotaciones más, el peliblanco reveló lo que había estado apuntando. Y, a decir verdad, al verlo quedé muy gratamente sorprendido. Mientras nos escuchaba hablar, el hombre-imitación había ido haciendo un esquema en el que se desgranaban nuestras principales virtudes y funciones potenciales y cómo se complementaban unas con otras. Quedaba claro de que estaba ante una persona realmente inteligente, y ahora entendía por qué Taiga había decidido en su momento hacer de Hachiro su segundo al mando. La facilidad con la que había trazado un esquema estratégico como aquel era realmente sorprendente, digna de un estratega de nivel similar al mío. Parecía que, al fin y al cabo, iba a tener un líder y compañero de división completamente a la altura de su cargo.
Me gustó también su punto de vista en cuanto a la mejor función para nosotros. Enfocarnos en la contrainteligencia, desarticulando redes criminales y llevando a cabo operaciones encubiertas en territorio enemigo, era lo ideal para un grupo como el nuestro. El peliblanco concluyó diciendo que escucharía lo que tanto Nostariel como yo tuviésemos que decir al respecto, así que, tras leer detenidamente el esquema que había realizado, tomé la palabra con voz clara y firme:
- Para empezar, me gustaría remarcar que creo que has hecho una síntesis muy precisa de las habilidades de cada uno y la forma en la que se complementan, así como del tipo de misiones que serían más apropiadas para nuestro grupo. Quiero hacer constar que estoy de acuerdo con todo lo que has expuesto, y pienso que tienes razón en cuanto a que la contrainteligencia y las operaciones encubiertas en territorio hostil son los campos que más se ajustan a nuestras capacidades. De hecho, en lo que respecta a este segundo tipo de misiones creo que debería hablaros sobre algo. ¿Conocéis la isla llamada Yousai Toshi, situada en este mismo mar?
En ese momento, hice una pequeña pausa mientras recordaba la operación encubierta que había llevado a cabo allí y a Zask y Claus, quienes me habían ayudado a llevarla a cabo con éxito.
- Se trata de una isla independiente. Es aliada del Gobierno Mundial, pero no está bajo su control. No obstante, existe un amplio sector de la población que está muy descontento con la Reina y sus tres Consejeros. La tensión escaló tanto, que tuve que infiltrarme hace unos meses en la corte para impedir que un movimiento rebelde ciudadano asesinara a la Reina y declarase el país como enemigo del Gobierno Mundial.
Los desencuentros entre pueblo y realeza comenzaron porque los ciudadanos reclaman la unificación de los tres sectores que dividen la isla según el nivel económico de sus habitantes. Uno de los Consejeros, que casualmente es un ex-miembro de nuestra organización, es el que se opone más enérgicamente a esta medida. Para colmo, tiene muchos contactos entre otros antiguos Agentes y demás personas importantes, por lo que es realmente el más influyente de los tres Consejeros y, quién sabe, tal vez incluso más que la propia reina.
Si no actuamos, más pronto que tarde estallará una Guerra Civil que, probablemente, acabe con Yousai Toshi como aliada del Ejército Revolucionario, que seguramente esté encantado de prestar su apoyo a la revuelta popular. En mi opinión, es prioritaria la eliminación del Consejero corrupto, así como hacer que el movimiento revolucionario pierda su razón de ser. Tal vez, si nuestra actuación es lo suficientemente eficaz, podríamos incluso lograr que la isla acabe perteneciendo al Gobierno Mundial. ¿Qué opinión os merece esto?
Nostariel
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Las habilidades de nuestro líder de división eran bastante impresionantes, eso de copiar cosas del resto era algo que seguro le había resultado muy útil a lo largo de su larga lista de misiones. Parecía, además, que todos estábamos dentro de un mismo grupo de habilidades especializadas en el sigilo. Esta idea se vio reflejada a continuación en la hoja que reveló Ichimura. En ella había hecho una síntesis de nuestras habilidades y funciones, además de marcar para lo que mejor estaría orientada la división a partir de ellas. Sin duda el agente tenía una mente ágil y rápida, capaz de analizar cada situación de forma rápida y eficaz.
Cuando acabo con la síntesis, fue el agente Sanders el que le respondió primero. Durante su respuesta la disertación fue cambiando hacia una isla que se encontraba en el paraíso. Al parecer la situación en la misma era algo complicada y en gran parte por un ex-miembro de nuestro cuerpo. Por como lo estaba describiendo ya debía haber estado allí antes, lo que resultaba curioso, aunque si las cosas iban por donde creía, sería una gran ayuda. Al finalizar nos preguntó nuestra opinión, aunque más que opinión me sonaba claramente a un: “Vamos ¿verdad?
-Empezaré respondiendo a Ichimura, creo que has hecho una gran síntesis de los miembros de esta división, así como una acertada orientación para la misma. También imagino que será esta elección la que marque los futuros reclutamientos de esta unidad, como por ejemplo alguien capaz de llevar la intendencia de forma eficaz durante la misma, algo que considero crucial en este tipo de situaciones. Además, si me lo permitís, deberíamos contactar con los científicos de nuestro gobierno, intentar que varios trabajen en actualizaciones o nuevo material que nos ayude en estas infiltraciones. -Hice una pausa antes de seguir. – Ahora, respondiéndote a ti, Anders, es una situación bastante crítica. En mi opinión necesitaría de una intervención rápida y contundente, aunque desde las sombras. Lo más favorable para todos sería que simuláramos un accidente, ya que un asesinato podría desatar las hostilidades entre los partidarios del consejero y sus detractores, llevando igualmente a una guerra civil.
Cuando acabo con la síntesis, fue el agente Sanders el que le respondió primero. Durante su respuesta la disertación fue cambiando hacia una isla que se encontraba en el paraíso. Al parecer la situación en la misma era algo complicada y en gran parte por un ex-miembro de nuestro cuerpo. Por como lo estaba describiendo ya debía haber estado allí antes, lo que resultaba curioso, aunque si las cosas iban por donde creía, sería una gran ayuda. Al finalizar nos preguntó nuestra opinión, aunque más que opinión me sonaba claramente a un: “Vamos ¿verdad?
-Empezaré respondiendo a Ichimura, creo que has hecho una gran síntesis de los miembros de esta división, así como una acertada orientación para la misma. También imagino que será esta elección la que marque los futuros reclutamientos de esta unidad, como por ejemplo alguien capaz de llevar la intendencia de forma eficaz durante la misma, algo que considero crucial en este tipo de situaciones. Además, si me lo permitís, deberíamos contactar con los científicos de nuestro gobierno, intentar que varios trabajen en actualizaciones o nuevo material que nos ayude en estas infiltraciones. -Hice una pausa antes de seguir. – Ahora, respondiéndote a ti, Anders, es una situación bastante crítica. En mi opinión necesitaría de una intervención rápida y contundente, aunque desde las sombras. Lo más favorable para todos sería que simuláramos un accidente, ya que un asesinato podría desatar las hostilidades entre los partidarios del consejero y sus detractores, llevando igualmente a una guerra civil.
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