La Suelta vs El Retaco [Arthur vs Aki]

Otra vez en el aire, esa técnica era verdaderamente molesta, teniendo en cuenta que ni siquiera me lanzaba muy alto, sólo a una altura moderadamente elevada. Aunque esta vez no se limitó a eso, parecía que por fin se dejaba de juegos y se lanzaba al ataque. Bien, por fin se pone seria la cosa. Mis ataques tampoco parecía que le hubieran hecho mucho daño, no matar al alguien era muy difícil. Esto significaba que tenía que responder a su voluntad. Si había sobrevivido hasta ahora seguro que no tendría problema para no morir si me ponía en serio. Al fin y al cabo era una pirata famosa, o eso creí haberle escuchado a Al.

Decidí recibir su ataque de lleno al ver que este tenía fuego. Sus armas tocaron el azúcar de la armadura y lo fueron derritiendo al contacto, abriéndose camino y generando una gran fisura en las placas de azúcar endurecido. Noté cómo sus armas cortaban parte de mi carne dejando una herida algo fea, no muy preocupante, pero dejaría marca. Por suerte no tengo que preocuparme de las quemaduras. Caí al suelo y ahora la imagen de osito adorable se había distorsionado a una un poco más grotesca, con las tripas abiertas de las cuales goteaba denso caramelo fundido. Era lo que esperaba, era la hora de librarse de esa aparatosa armadura y ponerse serios.

Clavé el arma en el suelo y metí los brazos dentro de la cavidad del abdomen para luego empujar hacia arriba. el azúcar que todavía quedaba sujetando las dos mitades pronto se quebró con un poquito de ayuda. Una vez que quité la mitad superior, saqué las piernas de una en una de la mitad inferior. Me miré el corte del abdomen, un poco más y ahora tendría un pequeño problema, menos mal que mi carne era dura como la roca... o eso decía Jack. Volví a tomar mi arma y el aura rojiza se empezó a tornar de un tono azul brillante mientras empezaba a mover la energía que alimentaba cada músculo en un ciclo por mi cuerpo.

- Bien señorita. Es hora de ponerse serios. - Dije con una mirada determinada.

Flexioné las piernas y empuñé a Zinogre con una mano antes de lanzarme al ataque. Salté con todas mis fuerzas porpulsándome a una velocidad absurda hacia ella para descargar un corte descendente. Tras eso, con el filo del arma hundida en el hielo destrozado comenzaría a concentrar una gran cantidad de energía en esta, haciendo que brillara con la intensidad incandescente del sol, pero encerrando el calor en esa zona. Tras eso elevaría el arma con otro tajo ascendente con un filo prolongado por calor puro, así como escombros proyectados por la fuerza.

Cosas usadas:

Sin duda era buena, y no se le daba mal interceptar ataques, la defensa era sobresaliente ante ataques convencionales, aunque se quedaba un poco floja en el carácter ofensivo para mis estándares. Aun así había demostrado ser más competente que muchos cargos que se jactaban de haber llegado ahí gracias a su poder, así le iba a la marina. Si no fuera pirata y tuviera el peligro de atentar constantemente contra la moral de los reclutas, y no tan reclutas, la invitaría cordialmente (o puede que no tan cordialmente) a formar parte des escuadrón disciplinario de la Brigada Indisciplinada. Que estúpido sonaba.

Tras reponerse de mi ataque se lanzó hacia mí para contraatacar, en ese momento me percaté de que, en efecto, Al no había hecho el único trabajo que le había mandado. Sólo tenía que tapar un puto agujero ¿Tan difícil era eso? Sólo tenías un trabajo Al, sólo uno y la cagaste, ahora ella podría escapar si era más rápida que yo. En serio para una vez que le pido que le tape un agujero a Aki y rechaza la oferta. A lo mejor era también culpa mía por no especificar mejor el mensaje ni entregarlo de una forma más convencional, pero eso no es posible, mi plan era impecable. El único fallo, confiar en ese pestruzo.

Dejé mis gritos de rabia internos para volver a centrarme en Aki, ahora me había lanzado cuchillos, estos cruzaban el aire en un arco poco natural, dirigidos a mis costados, dos por cada lado. Blandí mi arma con la derecha para dar un tajo horizontal a su altura y repelerlos, estaba claro que eso solo era una tapadera para su verdadero ataque... el cual pude ver, o mejor dicho notar al instante. Un tercer cuchillo se clavó en mi hombro derecho y un cuarto en el costado izquierdo, ambos volaban ocultos en los dos primeros. Un destello mi hizo voltear la cabeza para ver un quinto.

Me incliné hacia atrás por la repentina fuerza del impacto y de las dos explosiones que había recibido en la cara. Unas pequeñas nubes de humo me cubrían la parte superior del cuerpo. Poco a poco perdí el equilibrio hacia atrás de tal forma que parecía a punto de caer sobre mi espalda. De pronto un agudo dolor y un pitido en los oídos me devolvió a la batalla. Había recibido el quinto cuchillo con los dientes y ahora lo tenía aferrado con un fuerte mordisco. tenía la cara magullada y me salía sangre de las orejas y de alguna que otra brecha en la cabeza. La sangre me hacía ver rojo por el ojo derecho y el izquierdo seguía más o menos sano. Todavía me sobraba para verla venir. Cargué de frente para confrontarla, solo que esta vez dejaría el hielo en mi trayectoria a 0 grados exactos para que fuera lo más deslizante posible. Antes de chocar me deslizaría por debajo de su línea de visión y clavaría el arma en el suelo para frenar de forma repentina, tras eso procuraría propinarle un potente puñetazo con todas mis fuerzas en el estómago para lanzarla arriba.

Tuviera éxito o no tomaría la mayoría del calor acumulado y lo liberaría todo de golpe bajo nuestros pies, repitiendo el truco de géiser pero a mayor escala. Una gran cantidad de vapor se generaría de golpe bajo el hielo y saldría a presión por debajo de nuestros pies. Si a eso le sumamos la cúpula de hielo nos da un cañón de vapor a escala épica. Tras un par de segundos el suelo bajo nosotros comenzó a brillar con una intensidad incandescente y el hielo se elevó poco más de un metro de golpe mientras se agrietaba. Tras eso una gran explosión sucedió u un montón de vapor cegó mi mirada. Usé mi poder para no resultar quemado, aunque la onda de choque si que me había afectado. Si mis cálculos salían bien habría salido volando propulsada por la potencia del gran chorro.

Por mi parte también estaba en aire en ese momento, contemplando la que había armado, creo que me había quedado sordo porque no escuchaba más que un molesto pitido y creo que me había roto alguna costilla o dos en el proceso. La verdad es que me dolía bastante el cuerpo y el Burst Mode me estaba pasando factura. Pero eh, ahora tenía 3 cuchillos más.

Resumen:

Cosas usadas: