Arthur vs D.C. 1

Lo dije, mira que lo dije, que era una trampa, que no me siguieran, porque me encargaba yo, pero no, me siguieron, todos juntos hasta el final supongo. El poder de la amistad por encima de la lógica de una estrategia bien pensada. Que les follen, por lo menos nos habían separado por salas. Si se agotan o salen heridos de forma inútil no es culpa mía. Lo que más me preocupaba era que se trataban de mujeres, por lo menos las dos que se habían quedado con Al y Jack. No tenía ni idea de cómo Jack abordaría el asunto, puede que hiciese el payaso al principio y luego intentase sobrepasar a su oponente sin matarlo. Al, por el otro lado, estaba seguro de que trataría de no matar a su enemiga, es decir, el triple de trabajo e íbamos a contrarreloj, es más, temía encontrarme una escena poco decorosa cuando terminase con lo mío. A todo esto, estaba prestando muy poca atención a la persona que tenía delante.

- Mira, no tengo nada en contra de los okamas, pero a estas alturas no creo que seas un joven engatusado por bonitas palabras de justicia, o una promesa de destrucción y renovación. Sabes lo que haces pero no creo que sepas a quien te opones. Así que ante de que empecemos quiero que te acuerdes de la cara de la persona que te ha pedido tomar esta misión suicida. - Dije mientras tomaba mi arma y me ponía en posición. - Tu nombre será cordialmente empleado para alimentar la leyenda de el hombre que salvó el mundo, o por lo menos que ayudó a hacerlo y tu rostro, así como tus gestas caerán en el olvido como una piedrecita pateada fuera de mi camino. - Continué mi discurso mientras se tensaban mis músculos esperando lanzarme a por mi oponente. - No pienso perder el tiempo con advertencias, ni con esperanzas de que recapacites, no estoy encerrado contigo... Estás encerrado conmigo. - Arrastré las últimas palabras en un tono severo, dando una sentencia que esperaba que comprendiese.

Un aura rojiza recubrió mi cuerpo a la vez que echaba el arma hacia atrás e inclinaba mi cuerpo hacia el frente. Dejé que el calor alimentara mis músculos y la ira fluyera por mi alma, desbordando mi cuerpo y cargando al atmósfera que nos rodeaba. Primero puse mi fuerza en mis piernas, liberándola de golpe para salir disparado contra mi oponente a una velocidad vertiginosa. Cuando me encontrase a menos de dos metros del enemigo me detendría de golpe, liberando una onda de choque por la fuerza restante y lanzando un tajo horizontal. Cuando la hoja se encontrase a medio metro de su cuerpo trazaría una curva ascendente para luego descender con todas mis fuerzas, descargando el verdadero ataque, un tajo horizontal.

Resumen:

Stats y cosas usadas:

¿Perece? ¿quien narices dice perece fuera de los libros? Y brabuconear ¿Ese vocabulario era de este siglo? A parte de tener una cara rara, tenía una indumentaria extraña y hablaba de forma peculiar. Sin duda quien estuviera detrás de esto tenía, o bien un sentido del gusto muy retorcido o bien un cartel grande que pusiera "Si crees que no perteneces a ningún colectivo convencional este es tu sitio".

Mi oponente tenía la habilidad de mantenerme el ritmo y, por lo menos, desviar uno de mis ataques, aunque parece que no encajarlo. Esa agilidad, las armas y su ataque denotaban que confiaba bastante en el juego de piernas, aunque todavía no me había atacado con sus... ¿Lanzas pequeñas?¿Agujas grandes? Lo que fueran. Lo único que hizo para atacarme fue intentar apuñalar mi entrepierna con el tacón de su calzado.

Supongo que no quedaba de otra, bueno si, pero implicaría perder energías que podría necesitar más tarde, además, parecía que no me tomaba en serio. A ver si tras esto lograba cambiar esa sonrisa de su rostro. Inspiré rápidamente y tensé los músculos de todo mi cuerpo mientras me preparaba para el impacto. No usaría mi haki, no quería endurecer nada, es más, quería que encontrase la menor resistencia posible. Lo de la respiración y los músculos era más bien mentalizarse. Noté como algo frío me apuñalaba los bajos, dejé que se hundiese lo más profundo posible hasta el punto que no sólo su calzado quedase entre mis piernas. Notaba el dolor punzante, y algo cálido cayendo entre mis piernas lentamente. El tiempo parecía haberse detenido por un instante mientras contenía las respiración y la dejaba salir lentamente, pero todo esto sin cambiar mi expresión. Una mirada seria y una sonrisa que denota un toque de demencia.

- Para tu desgracia y la mía... Soy soldado antes que hombre. He venido aquí con la resolución de que este puede ser mi último día. He entrado en este monstruo de aparato dispuesto a sacrificar lo que sea necesario. Un brazo, una pierna, incluso mi cabeza son un precio pequeño a pagar si significa que puedo salvar vidas inocentes. - Hice una pausa para tragar la sangre resultado de haberme mordido la lengua. - Por lo tanto uno o dos testículos son un precio irrisorio ¿A quién le importa si no tengo hijos o acabo menado por un tubo el resto de mi vida? No hay victoria sin sacrificio, la calve está en decidir qué vas a pagar, y eso es algo que debiste haber pensado antes.

Mientras hablaba estaba dejando que la sangre fluyese por su bota y la impregnase completamente. Lentamente fui absorbiendo la temperatura de esta para que se fuese solidificando y cuando terminé de hablar absorbí de golpe el resto para que se congelase junto con la herida. A parte cerré los muslos tratando de pillar su pierna. Había dejado que pasase hasta ese punto para que no fuera capaz de salir de esta simplemente quitándose el calzado.

Tras eso giraría a Zinogre con ambas manos hasta situarlo encima de su rodilla, para luego dar una estocada descendente y seccionarle la pierna. Justo antes de llegar a su carne soltaría una de las manos y formaría una cuchilla de calor que iría con la misma intención. No sabía de lo que era capaz, así que si era capaz de detener mi arma por lo menos ocultaría un ataque en la sombra del primero.

Stats y cosas usadas:

¿Vamos a ello? ¿Trucos bajo la manga? Lo decía como si no lo tuvieran planeado, si antes tenía dudas, el hecho de que tuviera un taladro oculto en el tacón me lo terminaba de confirmar. Puede que fuera yo siendo paranoico, pero tenía la extraña sensación de que estos enfrentamientos estaban planeados. Sabían quienes veníamos y habían procurado emparejarnos con personas que tuvieran contramedidas. Alguien que usa lanzas puede mantener la distancia perfectamente conmigo, es buena en golpear y correr, hasta ahora se ha mantenido a la defensiva, sin tomar riesgos innecesarios. Si me acerco salta a una posición ventajosa, si ataco puede desviar con más de un arma, si uso la congelación para detenerla se liberará con los taladros. Al está emparejado contra una mujer, no podía haber nada peor y Jack... Estoy seguro de que tienen algo planeado.

Ahí volvía, necesitaba pararla en el siguiente ataque y poder pillarla con la guardia baja, evitar que retrocediera a un lugar seguro. Si usase el Burst Mode seguro que podía acabar con esto en un momento, pero aun no habíamos llegado arriba del todo y no tenía ni idea de cuantos combates nos quedaban, no pensaba jugar a ese juego de desgaste. Se había dado cuenta de que no me iba a molestar en esquivar, no soy un fan de ello a no ser que se trate de un golpe fatal, le das al rival la oportunidad de seguir con la inercia de sus movimientos. Esta vez apuntaba a un punto vital, el dolor de la entrepierna, aunque entumecido por el frío seguía molestándome, aunque dentro de poco este sería la menor de mis preocupaciones.

Lancé a Zinogre hacia ella como si se tratase de una jabalina. Tal y como esperaba por su posición, reservaba una de las armas para defenderse de ese ataque. Me acerqué un par de pasos rápidamente y recibí el lanzazo con el otro brazo, dejando que perforase y el metal quedase justo entre el cubito y el radio, mientras conservaba el calor del Solar Edge. Dejaría que este permease por su arma, para luego imbuir el brazo entero en Haki para endurecerlo lo máximo posible y luego girar el puño. Si el metal se calentaba podría doblarlo, o incluso partirlo. Si tenía dentro de la lanza un sistema de rotación parecido al tacón partiría el eje interno dejándolo inutilizado. Era un dolor que muchos considerarían insoportable, y notar como el metal y tus huesos luchan por ver quien ganaba era una sensación igual de dolorosa fría y punzante. Notaba la sangre caer de mi entrepierna, brazo y cuello, la punta había llegado a pinchar un poco la piel.

- Siento decirte que esto no es ego, el ego es para los que necesitan animarse a si mismos, decir, que valen para algo, tienen dudas y las ocultan tras una fachada de "yo puedo, yo soy, yo estoy..."- Dije mientras la miraba fijamente a los ojos. - Dije que te habían ofrecido como sacrificio no por animarme a mí mismo, sino puntualizando los hechos. No tengo dudas, si digo que voy a ganar es porque ya he ganado.

Cosas usadas:

Agarré la punta de la lanza y la saqué de mi brazo para empuñar lo poco que quedaba de mango en esta. Puede que me diera un poco de información del equipo que la mujer portaba. Tras eso miré el agujero que quedaba en mi brazo y cancelé el haki para que pudiera cicatrizar con normalidad. Me llevé la mano al pinchazo del cuello, el cual ya había cerrado y notaba como la herida de la entrepierna, aunque aun bastante dolorosa, había cerrado. Por lo menos ahora no tendría que caminar como un vaquero. Procuré tensar los músculos del brazo para, por lo menos cerrar un poco ese agujero. De todas formas esta lesión me daría algunos problemas.

Pude ver que había tomado del suelo a Zinogre. Si este seguía en forma de arma era porque yo lo permitía, en un principio me hubiera bastado con que lo dejase detrás o a un lado, pero esta situación era incluso mejor. Tomar un arma enemiga, y encima una tan extraña sin siquiera revisarla. Esa confianza le saldría bastante cara.

Esta vez venía hacia mí con una ofensiva completa, ambas armas al ataque, ninguna que quede a la defensiva, cargando, sin hacer ademán de querer saltar hacia atrás de nuevo. Tendría que concentrarme para lo siguiente, era un recurso limitado, pero que me impedía ir con todo mientras estaba activo.

Empuñé la punta de lanza que le había quitado y empecé a absorber la temperatura de esta y del mango que había lanzado anteriormente lo más rápido que pude. A su vez visualicé una de las armaduras, la Knight armor, pero no para usarla conmigo. Ella tenía a Zinogre y este obtendría un cuerpo a partir de la lanza.

- Te lo dije antes, sólo puntualizo los hechos. - Comenté sin apartar la mirada de sus ojos.

Cuando Zinogre estaba en lo alto esperando descender para cortarme el brazo, dos manos se formaron agarrando su mango, tras ellas unos brazos, un torso, cabeza, cintura y piernas, todos formados de unos cristales carmesíes de aspecto etéreo que portaban una armadura alrededor. Zinogre propinó una patada al brazo de la mujer con la intención de que soltase su auténtico cuerpo, si lo lograba lanzaría una estocada descendente con la intención de ensartarla en el pecho.

Seguramente al ver esto trataría de recular como antes, pero yo tenía otros planes, Antes de que la lanza llegase a mi vientre agarré con la mano del brazo herido la punta y cubrí de nuevo el brazo entero de haki para minimizar los daños. Una potente descarga recorrió todo mi cuerpo de pies a cabeza. Por un momento pensé que perdería el conocimiento, hasta que vi la punta de la lanza en mi otra mano. Lentamente y conteniendo los espasmos la situé a la altura de su cuello, en un movimiento que parecería el desesperado intento por llevarse al oponente.

- Sabes... ¿Sabes algo curioso de los metales? Cuanto más se enfrían... mayor es su conductividad magnética.

Antes de que comprendiese que quería decir, esperaba que la electricidad que estaba comunicando a mi cuerpo llegase a la punta de la lanza a temperatura sub-cero, creando un electroiman que atrajese el mango partido la lanza y la apuñalase por sorpresa.

Resumen del plan :

Cosas usadas: