Simo Baker
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![Una rata entre ratas de laboratorio [Privado Rexair-Simo] Empty](https://2img.net/i/empty.gif)
“Menos mal”, pensé una vez el barco atracó en el muelle. Durante todo lo que había sido la travesía no nos habíamos librado de las odiosas lluvias, por lo que no había salido a cubierta ni una sola vez. Sí que es cierto que este encierro me agobiaba, pero era mejor que tener que aguantar el repiqueteo de la lluvia sobre mí. Tranquilamente bajé del barco y me desperecé disfrutando el volver a tener un espacio amplio y libre de agua. No era que hubiese parado de llover, pero el puerto del laboratorio 021 tenía una peculiaridad que me mantenía seco. Este estaba construido en el centro de una serie de conductos subterráneos que atravesaban la parte inferior de la isla, lo cual hacía que el clima no fuese un problema.
Una vez me relajé un poco y hube respirado el aire fresco de la instancia decidí ponerme manos a la obra. No había ido allí por voluntad propio o por casualidad, estaba allí porque tenía una misión que cumplir. Tras mi primera misión, el Cipher Pol había logrado apresar a ciertos miembros de la revolución que tenían algo información sobre un infiltrado. No sabían ni nombre ni descripción física, solo que era un miembro del cuerpo científico del L021. Al instante el mando se había puesto alerta y había dado permiso a nuestra organización para mandar hombres encubiertos. Hasta donde yo sabía los encargados éramos yo y otro agente con el que me encontraría más adelante. Nuestra misión era simple, proteger los nuevos proyectos y descubrir a la rata que se había colado.
Lo tenía todo claro menos un punto, más concretamente el punto de encuentro con el que iba a ser mi compañero. Se suponía que ambos íbamos a llevar una pulsera negra en la mano derecha, pero con la gente que había allí se me hacía difícil apreciar ese detalle. Tras un rato me decidí por usar mi haki de observación para analizar a la gente que me rodeaba. No estaba ahí, concluí tras un rato de ver auras que por su poder podrían haber sido de niños pequeños. La verdad es que no me sorprendía que las ratas de laboratorio que había por allí fuesen tan flojos, pero había esperado que hubiese habido algún guarda fuerte en el puerto.
Tras esto me dirigí a los controles para entrar a la base, dónde sí que se notaba una amplia seguridad. Controles de armas, detectores de metales y sustancias químicas, hombres fuertes armados… Menos mal que mis superiores me habían dado una acreditación de auxiliar de laboratorio, si no me habrían mandado de vuelta al barco en cuanto me hubiesen visto. Fuera como fuese pasé sin problemas y llegué al lobby, donde a pesar de no verlo en un primer instante decidí esperar al agente faltante. Aunque hubiera llegado mucho antes que yo no pensaba que hubiera pasado de ahí, sería estúpido hacer solo una misión que habían encargado a dos personas. Es por esto que me remangué y me senté a esperar expectante en uno de los bancos de la sala.
Una vez me relajé un poco y hube respirado el aire fresco de la instancia decidí ponerme manos a la obra. No había ido allí por voluntad propio o por casualidad, estaba allí porque tenía una misión que cumplir. Tras mi primera misión, el Cipher Pol había logrado apresar a ciertos miembros de la revolución que tenían algo información sobre un infiltrado. No sabían ni nombre ni descripción física, solo que era un miembro del cuerpo científico del L021. Al instante el mando se había puesto alerta y había dado permiso a nuestra organización para mandar hombres encubiertos. Hasta donde yo sabía los encargados éramos yo y otro agente con el que me encontraría más adelante. Nuestra misión era simple, proteger los nuevos proyectos y descubrir a la rata que se había colado.
Lo tenía todo claro menos un punto, más concretamente el punto de encuentro con el que iba a ser mi compañero. Se suponía que ambos íbamos a llevar una pulsera negra en la mano derecha, pero con la gente que había allí se me hacía difícil apreciar ese detalle. Tras un rato me decidí por usar mi haki de observación para analizar a la gente que me rodeaba. No estaba ahí, concluí tras un rato de ver auras que por su poder podrían haber sido de niños pequeños. La verdad es que no me sorprendía que las ratas de laboratorio que había por allí fuesen tan flojos, pero había esperado que hubiese habido algún guarda fuerte en el puerto.
Tras esto me dirigí a los controles para entrar a la base, dónde sí que se notaba una amplia seguridad. Controles de armas, detectores de metales y sustancias químicas, hombres fuertes armados… Menos mal que mis superiores me habían dado una acreditación de auxiliar de laboratorio, si no me habrían mandado de vuelta al barco en cuanto me hubiesen visto. Fuera como fuese pasé sin problemas y llegué al lobby, donde a pesar de no verlo en un primer instante decidí esperar al agente faltante. Aunque hubiera llegado mucho antes que yo no pensaba que hubiera pasado de ahí, sería estúpido hacer solo una misión que habían encargado a dos personas. Es por esto que me remangué y me senté a esperar expectante en uno de los bancos de la sala.
Adry-sama
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Y de nuevo, me encontraba rumbo hacia una isla que nunca había visitado para realizar una misión de búsqueda de un infiltrado. La información que se me había confiado constaba de una breve descripción de la isla. Esta era perteneciente al gobierno mundial, usada específicamente para labores científicas. Lo más destacable eran sus tres laboratorios. Mi misión consistía en reunirme con otro agente de mi misma categoría para descubrir al infiltrado, quién se sospechaba que pertenecía a la Revolución. Era una misión relativamente sencilla, y dispuse del tiempo necesario para pensar estrategias para llevarla a cabo, quizás demasiado tiempo. Esto fue debido a las singulares lluvias del North Blue. Las inclemencias meteorológicas me impidieron abandonar mi camarote, causándome una gran impaciencia, aunque permitiéndome trazar distintos planes, pero para optar por uno eficiente, primero debía conocer a mi compañero. Esperaba que se tratase de alguien competente y sobretodo que fuera discreto. Por lo general los agentes del gobierno suelen serlo, pero había algunas excepciones y yo deseaba que mi compañero no perteneciera a ese grupo.
Una vez llegué a la isla, desembarqué y puse rumbo en dirección al punto de encuentro. Después de llevar encerrado tanto tiempo, mi cuerpo me pedía correr y disfrutar de la naturaleza, y mi decepción fue enorme cuando me di cuenta de que no existía ni un solo árbol en toda la isla. La frustración se apoderó de mi cuerpo y me puso de mal humor. De no haber habido gente a mi alrededor, habría soltado toda clase de improperios. Ahora solo me quedaba resguardarme en la posibilidad de encontrar algo interesante en el transcurso del encargo, al fin y al cabo mi destino era un laboratorio gubernamental cuyo acceso se restringe a una pequeña parte del Gobierno Mundial, y yo me consideraba afortunado al ser parte de ese selecto grupo.
Al cabo de un rato rato llegué al edificio de encuentro. Al entrar, empecé a andar por el edificio desanimado y molesto, pero pensando en los posibles proyectos que se podrían estar llevando a cabo en los laboratorios. También iba observando a todas las personas a mi alrededor, y esto se debía a que no se me había facilitado ninguna descripción de mi acompañante, salvo que portaría una pulsera negra igual que la que me habían ofrecido a mí, para distinguirnos. La mía la llevaba en mi brazo izquierdo, la manga de la chaqueta remangada hasta el codo. Cómo no le encontraba, intenté probar una cosa.
Activé mi Kenbunshoku Haki, ya que con este era capaz de percibir las personas a mi alrededor, pero el resultado no fue positivo. Aún no había desarrollado esta habilidad lo suficiente como para discernir a las personas de mi alrededor con claridad, y mucho menos para distinguir su nivel de fuerza. Al momento de probarlo, lo desactivé. Tampoco me interesaba el Haki para esos usos, prefería desarrollarlo para su uso bélico, para poder cumplir mi meta en el futuro.
Afortunadamente, terminando de inspeccionar el laboratorio en busca del agente, lo encontré cuando entré en el lobby. No sé por qué me preocupaba, no tuve que fijarme en su pulsera negra para identificarlo, no se parecía en nada a ninguna persona de las que me había cruzado antes, ya que todas parecían pertenecer a este laboratorio mientras que nosotros destacábamos bastante, sobretodo yo debido a mis rasgos de mink. Pero aún así confirmé que llevara la pulsera en su muñeca. No debía cometer el error de presentarme a la persona equivocada, pudiendo poner en peligro la operación. Una vez que lo hice, me acerqué a él y le dije:
- Buenas tardes, usted debe ser el agente Simo Baker. Yo soy el agente Rexair Stark. Supongo que ya estará familiarizado con el cometido de la misión. No quiero alargar esto más de lo debido, así que si no le importa me gustaría saber más sobre usted. Su personalidad, habilidades y cualquier dato que crea que pueda ser útil aportarlo. El motivo es que he ideado algunas estrategias para lograr nuestro objetivo, pero debo de saber más de usted para poder elegir la más adecuada, o al menos la menos arriesgada. Por supuesto, yo también contestaré las preguntas que quiera hacerme, y si tiene alguna idea para llevar a cabo la misión, soy todo oídos.
Una vez llegué a la isla, desembarqué y puse rumbo en dirección al punto de encuentro. Después de llevar encerrado tanto tiempo, mi cuerpo me pedía correr y disfrutar de la naturaleza, y mi decepción fue enorme cuando me di cuenta de que no existía ni un solo árbol en toda la isla. La frustración se apoderó de mi cuerpo y me puso de mal humor. De no haber habido gente a mi alrededor, habría soltado toda clase de improperios. Ahora solo me quedaba resguardarme en la posibilidad de encontrar algo interesante en el transcurso del encargo, al fin y al cabo mi destino era un laboratorio gubernamental cuyo acceso se restringe a una pequeña parte del Gobierno Mundial, y yo me consideraba afortunado al ser parte de ese selecto grupo.
Al cabo de un rato rato llegué al edificio de encuentro. Al entrar, empecé a andar por el edificio desanimado y molesto, pero pensando en los posibles proyectos que se podrían estar llevando a cabo en los laboratorios. También iba observando a todas las personas a mi alrededor, y esto se debía a que no se me había facilitado ninguna descripción de mi acompañante, salvo que portaría una pulsera negra igual que la que me habían ofrecido a mí, para distinguirnos. La mía la llevaba en mi brazo izquierdo, la manga de la chaqueta remangada hasta el codo. Cómo no le encontraba, intenté probar una cosa.
Activé mi Kenbunshoku Haki, ya que con este era capaz de percibir las personas a mi alrededor, pero el resultado no fue positivo. Aún no había desarrollado esta habilidad lo suficiente como para discernir a las personas de mi alrededor con claridad, y mucho menos para distinguir su nivel de fuerza. Al momento de probarlo, lo desactivé. Tampoco me interesaba el Haki para esos usos, prefería desarrollarlo para su uso bélico, para poder cumplir mi meta en el futuro.
Afortunadamente, terminando de inspeccionar el laboratorio en busca del agente, lo encontré cuando entré en el lobby. No sé por qué me preocupaba, no tuve que fijarme en su pulsera negra para identificarlo, no se parecía en nada a ninguna persona de las que me había cruzado antes, ya que todas parecían pertenecer a este laboratorio mientras que nosotros destacábamos bastante, sobretodo yo debido a mis rasgos de mink. Pero aún así confirmé que llevara la pulsera en su muñeca. No debía cometer el error de presentarme a la persona equivocada, pudiendo poner en peligro la operación. Una vez que lo hice, me acerqué a él y le dije:
- Buenas tardes, usted debe ser el agente Simo Baker. Yo soy el agente Rexair Stark. Supongo que ya estará familiarizado con el cometido de la misión. No quiero alargar esto más de lo debido, así que si no le importa me gustaría saber más sobre usted. Su personalidad, habilidades y cualquier dato que crea que pueda ser útil aportarlo. El motivo es que he ideado algunas estrategias para lograr nuestro objetivo, pero debo de saber más de usted para poder elegir la más adecuada, o al menos la menos arriesgada. Por supuesto, yo también contestaré las preguntas que quiera hacerme, y si tiene alguna idea para llevar a cabo la misión, soy todo oídos.
Simo Baker
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Durante mi espera tuve tiempo de examinar el tipo de personas que había en aquel lugar. En un principio todos parecían gente normal, con sus distintas peculiaridades, pero normales al fin y al cabo. Fue cuando comencé a centrarme en sus conversaciones cuando me di cuenta de mi gran error, no entendía nada de lo que decían. Todas las charlas trataban temas de ciencias demasiado avanzados para mis escasos conocimientos. Hasta entonces sabía que era una base científica, pero no esperaba para nada aquel nivel. Ahora la misión cobraba aún más sentido, a saber que podrían estar desarrollando aquellas mentes privilegiadas. No podíamos dejar que la revolución se involucrase.
Un escalofrío recorrió mi espalda al ver al que estaba seguro que iba a ser mi compañero. “¿Por qué?”, pensé viendo que se acercaba a mí con la misma pulsera negra que yo llevaba. Sin duda el mando no sabía lo que hacía; yo podía destacar con mis rasgos de tipo duro, pero aquel hombre… ¡Parecía un jodido gato! Sin duda era uno de los miembros de la famosa tribu de los mink. Había oído bastantes cosas acerca de sus habilidades, pero ser inteligentes no era una de ellas. Tenía claro que eso iba a hacer la misión aún más difícil, solo esperaba que al menos no se pusiese a maullar. No me gustaban los animales, sentía cierta reticencia a simpatizar con ellos. Además era el primer mink que conocía personalmente, si estos resultaban ser más animal que persona… Bueno, hacer la misión solo sería una opción.
Había estado muy tenso, pero cuando mi compañero finalmente estuvo lo suficientemente cerca para presentarse me llevé una grata sorpresa. No solo no se comportaba para nada como un animal, sino que además mostraba un carácter propio de un agente. Decidido, concentrado en la misión y listo para actuar; no era lo que había esperado en un principio, pero podría valer.
-Mi nombre es Simo Baker- me presenté ofreciéndole un estrechón de manos como había visto hacer al resto de la gente del lugar-. La verdad es que se me da bien la mayoría de ámbitos relacionados con la infiltración: hablar con la gente, colarme en sitios con sigilo, escuchar conversaciones… Además también puedo hacer uso del haki de observación- respondí a las inquietudes de mi compañero.
No era propio de mí contar tanto, pero quería asegurarme la simpatía del joven mink para asegurar el éxito de la misión. Además, aunque aún no confiase del todo en él por lo poco que habíamos interactuado, era el único apoyo que iba a tener en aquella isla. Me convenía tenerlo a mi favor por si había algún contratiempo.
-No te voy a preguntar por tus habilidades, eso ya lo iré viendo a medida que avancemos; sin embargo me interesa saber que habías planeado.- volví a intervenir centrándome un poco más en lo que iba a ser la misión.
Tras estas palabras miré a ambos lados para asegurarme de que no había nadie fijándose mucho en nosotros.
-Mira a esta gente, son genios. Sin duda en esta base tiene que haber algún proyecto de armamento súper avanzado. Yo había pensado en intentar localizar esto primero y desde ahí comenzar a buscar al topo. ¿Tú qué opinas?- añadí.
Un escalofrío recorrió mi espalda al ver al que estaba seguro que iba a ser mi compañero. “¿Por qué?”, pensé viendo que se acercaba a mí con la misma pulsera negra que yo llevaba. Sin duda el mando no sabía lo que hacía; yo podía destacar con mis rasgos de tipo duro, pero aquel hombre… ¡Parecía un jodido gato! Sin duda era uno de los miembros de la famosa tribu de los mink. Había oído bastantes cosas acerca de sus habilidades, pero ser inteligentes no era una de ellas. Tenía claro que eso iba a hacer la misión aún más difícil, solo esperaba que al menos no se pusiese a maullar. No me gustaban los animales, sentía cierta reticencia a simpatizar con ellos. Además era el primer mink que conocía personalmente, si estos resultaban ser más animal que persona… Bueno, hacer la misión solo sería una opción.
Había estado muy tenso, pero cuando mi compañero finalmente estuvo lo suficientemente cerca para presentarse me llevé una grata sorpresa. No solo no se comportaba para nada como un animal, sino que además mostraba un carácter propio de un agente. Decidido, concentrado en la misión y listo para actuar; no era lo que había esperado en un principio, pero podría valer.
-Mi nombre es Simo Baker- me presenté ofreciéndole un estrechón de manos como había visto hacer al resto de la gente del lugar-. La verdad es que se me da bien la mayoría de ámbitos relacionados con la infiltración: hablar con la gente, colarme en sitios con sigilo, escuchar conversaciones… Además también puedo hacer uso del haki de observación- respondí a las inquietudes de mi compañero.
No era propio de mí contar tanto, pero quería asegurarme la simpatía del joven mink para asegurar el éxito de la misión. Además, aunque aún no confiase del todo en él por lo poco que habíamos interactuado, era el único apoyo que iba a tener en aquella isla. Me convenía tenerlo a mi favor por si había algún contratiempo.
-No te voy a preguntar por tus habilidades, eso ya lo iré viendo a medida que avancemos; sin embargo me interesa saber que habías planeado.- volví a intervenir centrándome un poco más en lo que iba a ser la misión.
Tras estas palabras miré a ambos lados para asegurarme de que no había nadie fijándose mucho en nosotros.
-Mira a esta gente, son genios. Sin duda en esta base tiene que haber algún proyecto de armamento súper avanzado. Yo había pensado en intentar localizar esto primero y desde ahí comenzar a buscar al topo. ¿Tú qué opinas?- añadí.
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Mi compañero se dirigió a mi con presteza. Cuando me ofreció un apretón de manos que acepté, parecía algo tenso al principio de la conversación, pero a medida que yo hablaba parecía calmarse y volver a un estado de serenidad. Además, contestó a mis preguntas casi sin dudar, y con excelentes respuestas. Resultó ser un especialista en infiltración y parecía ser capaz de engatusar a otras personas con meras palabras. Realmente podríamos llevar a cabo un buen trabajo sin llamar la atención y obteniendo buenos resultados. También me nombró que era capaz de usar el haki de observación, también conocido como Kenbunshoku Haki. Resultaba un compañero adecuado para esta misión, y yo me alegraba de que así fuera dejando atrás mis temores.
No solo resultaba ser, al menos en apariencia, un agente competente, sino que además tenía buenas ideas y demostraba interés en la misión, y no solo eso, sino que quiso respetar mi privacidad sin yo siquiera pedírselo. No sé por qué lo haría, pero en el fondo me sentí agradecido. No me importaba contar mis habilidades a mis compañeros para poder idear estrategias y poder compenetrarnos mejor, pero interiormente prefería no ir desvelando todos mis trucos por ahí.
Me comentó también sobre la posibilidad de la existencia de armamento en vías de desarrollo, una buena idea para comenzar.
- De acuerdo, si no tienes preguntas mejor, así nos centramos en el tema concerniente. Tus habilidades son de las más adecuadas para que no sospechen de nosotros. A medida que venía hacia aquí, ideé un pequeño plan en el que encajamos los dos perfectamente. Aunque no lo parezca, tengo amplios conocimientos de ciencia, por lo que sería capaz de hacerme pasar por un científico enviado a esta base para realizar alguna investigación o para alguna actividad extraoficial.
Medité momentáneamente.
- Tal y como piensas, es muy probable que exista alguna clase de proyecto con fines bélicos en este laboratorio, ya sea nuevas clases de explosivos, armas biológicas en pleno desarrollo, o nuevos dispositivos de combates. Las opciones son muy variadas y con un alto porcentaje de seguridad me atrevo a afirmar que aquí por lo menos se desarrolla uno de esos proyectos, por no decir más. Se me ocurre que podemos interpretar el papel de multimillonario con contactos en el gobierno y su científico de confianza, y que venimos aquí para observar investigaciones en las que piensas o te planteas invertir. Otra opción sería hacerme pasar por un científico de otro laboratorio y tú por mi guardián. De cualquiera de las dos formas tendríamos margen para actuar libremente por las instalaciones e investigar sin levantar sospechas.
No solo resultaba ser, al menos en apariencia, un agente competente, sino que además tenía buenas ideas y demostraba interés en la misión, y no solo eso, sino que quiso respetar mi privacidad sin yo siquiera pedírselo. No sé por qué lo haría, pero en el fondo me sentí agradecido. No me importaba contar mis habilidades a mis compañeros para poder idear estrategias y poder compenetrarnos mejor, pero interiormente prefería no ir desvelando todos mis trucos por ahí.
Me comentó también sobre la posibilidad de la existencia de armamento en vías de desarrollo, una buena idea para comenzar.
- De acuerdo, si no tienes preguntas mejor, así nos centramos en el tema concerniente. Tus habilidades son de las más adecuadas para que no sospechen de nosotros. A medida que venía hacia aquí, ideé un pequeño plan en el que encajamos los dos perfectamente. Aunque no lo parezca, tengo amplios conocimientos de ciencia, por lo que sería capaz de hacerme pasar por un científico enviado a esta base para realizar alguna investigación o para alguna actividad extraoficial.
Medité momentáneamente.
- Tal y como piensas, es muy probable que exista alguna clase de proyecto con fines bélicos en este laboratorio, ya sea nuevas clases de explosivos, armas biológicas en pleno desarrollo, o nuevos dispositivos de combates. Las opciones son muy variadas y con un alto porcentaje de seguridad me atrevo a afirmar que aquí por lo menos se desarrolla uno de esos proyectos, por no decir más. Se me ocurre que podemos interpretar el papel de multimillonario con contactos en el gobierno y su científico de confianza, y que venimos aquí para observar investigaciones en las que piensas o te planteas invertir. Otra opción sería hacerme pasar por un científico de otro laboratorio y tú por mi guardián. De cualquiera de las dos formas tendríamos margen para actuar libremente por las instalaciones e investigar sin levantar sospechas.
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Habíamos tenido un comienzo algo tenso, pero parecía que al final íbamos a acabar siendo una buena pareja. Mi compañero no solo agradeció mi respeto por su intimidad, sino que además alabó mis habilidades. Sin duda él estaba decidido a formar equipo y cumplir la misión a la perfección. Además, cuando comenzó a contarme sus planes pude ver que venía cargado de buenas ideas. Él tenía conocimientos científicos, por lo que había propuesto avanzar haciéndonos pasar por un magnate y su experto de confianza o por un científico de otra base y su guardaespaldas. Ambas podrían haber sido buenas opciones, pero la primera no me convencía del todo. Aquellas instalaciones eran muy seguras, no creía que alguien adinerado, por mucho que fuese a financiar las investigaciones, tuviera libre acceso. No queríamos un tour guiado, necesitábamos cierta independencia para poder investigar a placer.
-La segunda opción me parece perfecta. Así no solo podremos movernos libremente por la base, también podré escabullirme para colarme en los sitios a los que no tengamos acceso. Al fin y al cabo los guardas no son las personas relevantes aquí, ¿por qué iban a prestarles atención?- propuse a mi compañero tras escuchar sus planes.
Tras esto me detuve un momento mirando a la gente que nos rodeaba para asegurarme otra vez de que no hubiéramos levantado sospechas. Ambos teníamos claro que allí había algo con suficiente poder para llamar la atención de la revolución, pero por mi parte no tenía ni idea de que podía ser. En cualquier caso decidí dejar que mi compañero y sus conocimientos científicos nos guiaran en la buena dirección. Aún no se había ganado mi total confianza, pero era mejor que ir andando a ciegas de un lado para otro.
-Creo que lo primero que vamos a hacer va a ser conseguirte una de esas batas blancas- le dije haciendo un gesto con la cabeza hacia los científicos-. Pero antes de eso, ¿por cuál de las tres ramas científicas apostarías para la creación de armas? Con tus conocimientos científicos seguro que tendrás más idea de cuál de los tres grandes laboratorios deberíamos visitar primero- le pregunté.
Mientras esperaba su respuesta comencé a fijarme en los hombres que entraban de fuera para examinar de donde estaban sacando el material. Al parecer había una sala en la que guardaban todo lo básico. No parecía que fuera a ser muy difícil colarse allí, aunque hacía falta pasar el identificador por un lector electrónico.
-¿Tienes uno de estos?- pregunté a mi compañero tras escuchar lo que tuviera que decir mientras enseñaba el pase que me había dado acceso a las instalaciones.
Si tenía uno iríamos mucho más rápido, si no… Bueno podríamos cambiar o borrar la foto del mío, aunque esperaba que no se llegase a complicar tanto la situación.
-La segunda opción me parece perfecta. Así no solo podremos movernos libremente por la base, también podré escabullirme para colarme en los sitios a los que no tengamos acceso. Al fin y al cabo los guardas no son las personas relevantes aquí, ¿por qué iban a prestarles atención?- propuse a mi compañero tras escuchar sus planes.
Tras esto me detuve un momento mirando a la gente que nos rodeaba para asegurarme otra vez de que no hubiéramos levantado sospechas. Ambos teníamos claro que allí había algo con suficiente poder para llamar la atención de la revolución, pero por mi parte no tenía ni idea de que podía ser. En cualquier caso decidí dejar que mi compañero y sus conocimientos científicos nos guiaran en la buena dirección. Aún no se había ganado mi total confianza, pero era mejor que ir andando a ciegas de un lado para otro.
-Creo que lo primero que vamos a hacer va a ser conseguirte una de esas batas blancas- le dije haciendo un gesto con la cabeza hacia los científicos-. Pero antes de eso, ¿por cuál de las tres ramas científicas apostarías para la creación de armas? Con tus conocimientos científicos seguro que tendrás más idea de cuál de los tres grandes laboratorios deberíamos visitar primero- le pregunté.
Mientras esperaba su respuesta comencé a fijarme en los hombres que entraban de fuera para examinar de donde estaban sacando el material. Al parecer había una sala en la que guardaban todo lo básico. No parecía que fuera a ser muy difícil colarse allí, aunque hacía falta pasar el identificador por un lector electrónico.
-¿Tienes uno de estos?- pregunté a mi compañero tras escuchar lo que tuviera que decir mientras enseñaba el pase que me había dado acceso a las instalaciones.
Si tenía uno iríamos mucho más rápido, si no… Bueno podríamos cambiar o borrar la foto del mío, aunque esperaba que no se llegase a complicar tanto la situación.
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